Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
HENRY DUNANT 20 22Y EL NACIMIENTO DE LA CRUZ ROJA Desde hace más de un siglo la Cruz Roja se esfuerza por proteger y ayudar, en todas partes, a todos los que sufren. Esa institución nació gracias al empeño de un hombre de gran corazón, que supo sentir como propio el dolor ajeno. El luchó porque los hombres se sintieran hermanos aún en medio de la crueldad de una guerra. Ese hombre se llamó Henry Dunant. INTRODUCCIÓN Henry Dunant nació en el año 1828 en la ciudad de Ginebra, en Suiza. A los 30 años era un próspero hombre de negocios. Pero también en encontraba tiempo para mitigar el dolor de los seres en desgracia. Acostumbraba a visitar frecuentemente a los prisioneros y, junto con un grupo de amigos, fundó una sociedad que luego sería conocida como la Unión Cristiana Universal de la Juventud. En el año 1859, Dunant se encontraba en viaje de negocios por el norte de Ital ia y le toco ser testigo de la batal la l ibrada en la población de Solferino, que fue una batal la muy sangrienta. Cuando Dunant con templó los desastres de la guerra y se dio cuenta del sufrimiento y el abandono en que quedaban los soldados heridos, organizó un servicio de socorro para atender a los heridos de los dos bandos, con la ayuda de los habitantes de la población y los médicos de los dos ejércitos. EL LIBRO Después, ya de regreso en su patria, escribió un l ibro al que l lamó "Recuerdo de Solferino", en donde cuenta los horrores que presenció en el lugar de la batal la. También propuso en el l ibro la creación de sociedades voluntarias de Socorro para prestar asistencia a los heridos en tiempos de guerra y evitar que se repitieran los sufrimientos que él pudo comprobar en Solferino. El l ibro causó una gran impresión en todos los que lo leyeron y en varias ciudades se empezaron a formar comites voluntarios para atender a los heridos de guerra. Dunant viajó por toda Europa tratando de conseguir apoyo para este movimiento. Junto con cuatro amigos organizo un congreso en el que participaron representantes de dieciséis paises, que recomendaron la fundación de sociedades nacionales de socorro y sol icitaron para el las la protección y el apoyo de los gobiernos. En 1864 redactaron el "Convenio de Ginebra para mejorar la suerte que corren los mi l itares heridos en los ejercitos en campaña". Este fue el nacimiento de la Cruz Roja. Dunant fue nombrado secretario del Comit Internacional . Dos año despues, reveses economicos l levaron a Dunant a la bancarrota y fue sentenciado por las cortes. Sus viejos amigos, algunos de los cuales había perdido grandes sumas de dinero, le volvieron la espalda. Dunant quedó solo, completamente arruinado. Profundamente abatido abandonó Ginebra y se dedicó vagar durante varios años, l levando una vida de miseria. Dormia en los parques públ icos y vestia con harapos. anduvo por Francia, Suiza, Alemania y el norte de ltal ia. Pero nunca volvió a Ginebra. Corria el año de 1887 cuan do l legó Dunant a un puebl ito l lamado Heiden. Tenia 59 años, estaba enfermo, muy En esta foto se ve a un cruzroj ista del icado por la amargura fue internado en el hospital . Ocho años después, un periodista lo encontró en un asi lo atendiendo a un soldado en una gue ra de hace unos 100 años. de ancianos y escribio un articulo sobre el . Para entonces el movimiento de la Cruz Roja ya era muy conocido y fue una verdadera sorpresa saber que su fundador, a quien se creia muerto, aún vivia. De pronto, Henry Dunant volvió a ser famoso. Cuando se supo que estaba recluido en un asi lo, olvidado por todos, el Papa y varios reyes le escribieron. Varias sociedades de la Cruz Roja le pidieron que fuera su presiden te honorario. Pero Dunant no quiso abandonar su refugio. En el año 1901 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz. El no tocó un centavo del dinero que ganó con ese premio. Cuando murió, en el año 1910, se descubrió que había donado ese dinero para obras de caridad. Leyendo los escritos que él dejó, se puede ver que muchas de las instituciones y leyes que hoy existen ya habían sido pensadas por Dunant. Entre el las están, además de la Cruz Roja, las Naciones Unidas, la UNESCo, la Corte Inter nacional de Justicia, la abol ición de la pena de muerte y la organización de sociedades para velar por los niños abandonados y los ancianos. Estas ideas, que para la gente de aquel la época eran sueños imposibles, hoy en dia forman parte de nuestra vida. Henry Dunant es la mejor prueba de que un solo hombre, con valor y determinación, puede lograr cambios profundos en el mundo. Han pasado 145 años desde aquel dia en que se logró la aprobación de un Convenio de diez articulos para proteger a los heridos de guerra. Despues se han hecho tres Convenios más y dos Protocolos. Hoy en dia son más de 600 articulos Hay perros entrenados para rescatar Henry protegen a todas las victimas de la guerra, como son los prisioneros, los Civi les heridos y enfermos, los internados y deportados, las personas evacuadas, las que quedan sin viv ienda, la población de territorios ocupados y los refugiados. Han sido más de cien años de duro trabajo, pero se ha lo grado conseguir que casi todos los países firmen estos con varios, comprometiéndose a respetarlos. Ojalá que este dos en la guerra. compromiso se convierta en un deber sagrado. En su l ibro Henry Dunant dice que dado que no siempre se pueden evitar las guerras, se deben prevenir al menos las crueldades. Este fue el principio de la Cruz Roja, que en las más graves situaciones de calamidad ha sido para mi les y mi les de personas salvación, al iv io y consuelo. Cuando la violencia nos golpea, cuando el odio se desata, no debemos olvidar que todos somos hermanos. Si somos indiferentes ante el dolor de otros, estamos matando nuestra conciencia y esta es la peor muerte.
Compartir