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Posgrado de Experto en Coaching Ejecutivo MÓDULO 3 EL PROCESO DEL COACHING Página 2 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING ÍNDICE 3.1 El Proceso de Coaching 3.2 El objetivo 3.3 El Proceso de Coaching visto por diferentes autores 3.4 El Modelo del observador 3.5 Examen módulo 3 Página 4 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 3.1 El Proceso de Coaching Según Leonardo Wolk, las cuatro etapas del proceso de coaching son: 1. Etapa I: Introducción/apertura: paso 1. 2. Etapa II: Exploración, comprensión e interpretación: pasos 2, 3 y 4. 3. Etapa III: Expansión: pasos 5 y 6. 4. Etapa IV: Cierre: paso 7. ETAPA I: Introducción o apertura PASO 1. Generación de contexto. Contrato 1.1 Condiciones de inicio El coaching empieza con la declaración de un quiebre o el reconocimiento de una brecha de aprendizaje. “Al actuar, siempre lo hacemos dentro de un determinado espacio de posibilidades (…). Un quiebre implica siempre un cambio en nuestro espacio de posibilidades (…). Cada vez que juzgamos que nuestro espacio de posibilidades ha cambiado, sea positiva o negativamente, estamos enfrentando un quiebre”. En el coaching intentamos acortar brechas entre una situación deseada y una situación actual. El quiebre no necesariamente es algo negativo. Las circunstancias pueden ser muy diversas: un conflicto interpersonal, un quiebre personal, lograr un objetivo profesional, etc. Son situaciones que al producirse quiebran el transcurso de nuestro existir, y pueden ser definidas como problemáticas desde la observación de quien será el coachee. Esa persona considera que no puede resolver por sí misma el quiebre declarado y requiere la colaboración de un coach que tiene las competencias, habilidades y distinciones para ser un observador distinto frente a los obstáculos que se detecten. No existe el coaching sin coach, sin coachee y sin “brecha”. Página 5 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING El coaching acontece en algunas oportunidades no como una opción del coachee sino por solicitud de la empresa u organización o por una tercera persona (director, jefe o autoridad). Son éstos quienes declaran el quiebre y solicitan colaboración para el elegido. Los motivos también pueden ser varios: complicaciones para el liderazgo, problemas de relación interpersonal, promociones, bajo rendimiento, cambio de responsabilidad, etc. Otra posibilidad de inicio de un coaching es a consecuencia del pedido u oferta del coach. Ocurre sobre todo en entornos organizacionales donde la figura del jefe/gerente se está transformando por la del coach/líder/facilitador. Si el coach es el jefe, debe entenderse que esto no responde a una tarea adicional como jefe, sino que es la expresión de un nuevo estilo gerencial. Una nueva manera de hacer empresa. Es éste quien hará la declaración inicial del quiebre, ofreciendo o pidiendo al interlocutor la conveniencia de un coaching, aclarando la existencia de factores o razones que lo justifican. Podría suceder también que si una persona reconoce en su superior competencias como coach, sea ella misma quien solicite el coaching ante determinada circunstancia. 1.2 Generación de contexto En líneas generales corresponde al coach la responsabilidad de originar el contexto. Es preciso invertir tiempo inicial en ello. Se asigna a Abraham Lincoln haber expresado que si tuviese que cortar un árbol, pasaría muchas horas afilando el hacha. Como coaches debemos invertir tiempo inicial en “afilar el hacha”. El éxito de un coaching descansa en gran medida en este paso. Es el contexto el que le da sentido a un texto. Éste es el momento de crear los fundamentos que sostendrán la estructura de todo el proceso y le darán sentido al texto, a lo que se diga, a la interacción coach-coachee. El contexto en una conversación o interacción es como la red qué se tiende por debajo de los acróbatas; sin red, puede ser figuradamente un suicidio (o un homicidio); con red, se torna un desafío. Desde nuestra perspectiva de la ética del coaching es siempre un magnifico desafío. Cuando hablamos del contexto esto involucra: autoridad, confidencialidad, confianza, espacio físico, emocional, acuerdos de respeto mutuo, permiso del coachee, etc. Éstas son condiciones básicas; si no se observan, el resto del proceso quedaría condenado al fracaso. Es el coach quien deberá generar confianza, aceptando y comprendiendo la posible desconfianza inicial. Deberemos tener en cuenta que la entrevista inicial es bidireccional: como coaches buscamos indagar acerca del coachee pero, al mismo tiempo, estamos siendo evaluados por él. Autoridad y confianza son características conferidas por el coachee. La autoridad es un poder conferido por el coachee y la condición clave para ello es la confianza, si confiamos, otorgaremos autoridad. Página 6 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING “Cuando hay confianza nos sentimos más seguros, más protegidos, menos vulnerables. La falta de confianza incrementa el temor (…) mi integridad podría estar en juego. Si una persona me inspira confianza tengo la impresión de que sabrá hacerse ‘cargo de mí’ (…), que tomará en cuenta mis inquietudes”. Un aspecto primordial a tener en cuenta cuando el coaching es solicitado por la organización, es que desde el área de recursos humanos o quien corresponda, comuniquen con extrema claridad al futuro coacheado las razones que lo motivan y los objetivos deseados. Esto, además de crear contexto y generar confianza, disminuirá la ansiedad persecutoria que podría crearse. Una clara comunicación desde el inicio es responsabilidad de la empresa. Pero también es tarea y responsabilidad del coach constatar si la información que ambos tienen con respecto al porqué y el para qué del coaching, es compatible. Otra condición importante es el compromiso de confidencialidad por parte del coach, no así del coachee. Hagamos una distinción entre lo que es íntimo y lo que es secreto. Secreto es aquello que me han confiado y no puede ser dicho a un tercero bajo ninguna circunstancia, ya que hubo un compromiso previo en ese sentido. Íntimo es aquello que no siendo un secreto, queda en mi decisión decirlo o no. En otras palabras, el coachee tiene la libertad de compartir su intimidad con quien desee acerca de lo que dice y lo que acontece en su proceso de coaching, así como lo que es dicho por su coach. El acuerdo inicial es que él tiene el poder de decisión de exponer o no su intimidad. Para el coach, en cambio, el compromiso de confidencialidad conlleva que todo lo dicho es secreto, es reservado al ámbito de la interacción del coaching. Cuando el coaching es grupal se aplican las mismas consideraciones. En estas ocasiones ya no es solamente el coach, sino todo el equipo quien asume el compromiso de confidencialidad. Cada uno de los miembros podrá hacer público lo que desee acerca de su intimidad o acerca de los dichos del coach, pero lo manifestado por sus compañeros será de total confidencialidad. Aspectos no menos importantes son el contexto ambiental y el manejo del tiempo. El contexto ambiental deberá preservar la intimidad del diálogo y la acción. Es prácticamente imposible realizar un coaching en el medio de un salón con otros escritorios próximos, donde los interlocutores deben cuidar no sólo el volumen de voz con el que hablan sino también los contenidos, por el temor a ser escuchados y quedar expuestos. La sugerencia es prever un espacio donde coach y coachee no tengan que invertir energía en controlar molestos factores externos que atentarían contra la espontaneidad requerida. Preservar este aspecto del contexto es también significativo para la expresión de la emocionalidad que se crea. Si bien resulta útil, y muchas veces revelador de interesantes detalles, conocer el espacio laboral del coachee, no es condición necesaria que el coaching se desarrolle en su oficina. La decisiónrespecto al dónde será consecuencia de un mutuo acuerdo de conveniencia. A veces, por comodidad o por razones de agenda, el coachee prefiere trabajar en su escritorio; otras, para preservar su intimidad, elige trasladarse a la oficina del coach o a otro espacio dispuesto para la ocasión. Es sumamente importante la condición de disposición y plasticidad del Página 7 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING coach en este aspecto, pero también lo es su criterio y su competencia para señalar la incomodidad cuando considera que no están dadas las condiciones apropiadas. Como podrá apreciarse no hay rigidez en el contexto. Sí es importante la rigurosidad, pero el contexto en sí mismo tiene plasticidad y es cambiante. A medida que se avanza en el vínculo, el contexto mismo se ve afectado. Sugerencias más rígidas, que son indicadas para un inicio, pueden “transgredirse” al progresar en la relación porque el mismo contexto generado lo habilita. Algunas sugerencias para el inicio del proceso de coaching y facilitadoras para la generación del contexto, consisten en solicitar al coachee dos cosas: una, que haga una narración detallada de cómo es una jornada cotidiana en su vida y lo mismo respecto a un día de ocio y tiempo libre. La otra sugerencia, es que haga un dibujo donde se represente con un punto en el centro de la hoja y que luego ponga a su alrededor a todos aquellos personajes significativos en sus vidas. La distancia entre éstos y el punto central responderá al grado de proximidad o distancia que siente con respecto a ellos. Podrá integrar a familiares, compañeros de tareas, amistades y hasta algún animal doméstico si lo tuviera. “Significativos” incluye tanto a-los aceptados como a los rechazados. Es importante para comprender y visualizar las redes de relaciones del coachee. Este ejercicio, sin duda, incrementa la sensación de intimidad entre ambos, contribuyendo a la tan necesaria generación de contexto. Con respecto al tiempo de duración de la sesión de coaching, vale distinguirlo como proceso y como acto. Como acto, la sesión de coaching no tiene un tiempo fijo ni tampoco rígido, pero sí estimado. Dependerá del estilo personal del coach. En nuestra experiencia, un tiempo óptimo de duración es de aproximadamente entre 75 y 90 minutos. Es una extensión considerable para darle inicio, desarrollo y cierre. Hacerlo en un corto tiempo, no da oportunidad de profundizar, y extenderlo demasiado podría provocar un efecto agotador contraproducente. Como proceso, dependerá del contrato inicial con el solicitante. Ese contrato se hará de acuerdo con las necesidades, las expectativas y las posibilidades del coachee y/o del criterio y consideraciones del coach. En algunas ocasiones una persona contrata los servicios de un coach como un personal trainer, sin límite de tiempo. Puede durar meses o años con una frecuencia a definir (semanal, quincenal, mensual). En otras, se estipula una cantidad determinada de sesiones durante las cuales se llevará a cabo el proceso con objetivos específicos. Como veremos en los pasos siguientes, definir lo que legítimamente se puede esperar del proceso y fijar objetivos incidirá en la estimación del tiempo que se invertirá. También aquí la experiencia y la ética del coach son condición para no prometer imposibles. Hacer lo opuesto sería un engaño y desvirtuaría el coaching. Página 8 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 1.3 Preguntas guía Esta instancia representa más que explicitar el contrato en general, sentar bases para la tarea y definir acuerdos esenciales. Contribuye a generar el contexto para los pasos posteriores. La indagación se vuelca más al conocimiento del coachee. Por ejemplo: ¿qué lugar/posición ocupa en la empresa?, ¿qué tareas y responsabilidades conlleva su puesto?, ¿cómo se siente con ellas?, ¿familia, estudios, tiempo libre?, ¿cuáles son sus inquietudes, intereses?, ¿qué experiencias han sido importantes en su vida y por qué? El coach también invitará al coachee a indagar acerca de todo lo que tenga como interrogantes e inquietudes respecto al coaching y/o al coach. Es una condición esencial de respeto y cuidado hacia el otro, ya que el coachee puede ser una persona con experiencia previa, en cuyo caso este paso inicial se facilita, aunque también podría tratarse de alguien sin experiencia en coaching y sus ansiedades o dudas pueden ser mayores. Resulta evidente que este primer paso requiere una profunda inversión inicial, siendo relevante para las primeras entrevistas. Una vez que el vínculo coach- coachee se ha establecido, asentado, y que la relación se hace continua, se torna innecesario volver sobre los acuerdos de respeto mutuo definidos en esta etapa inicial. Los consiguientes encuentros de coaching prácticamente comenzarán con los pasos que describiremos a continuación. En ellos sí habrá algún momento inicial de “calentamiento” para la acción. ETAPA II: exploración, comprensión e interpretación Paso 2. Acordar objetivos de proceso. Fijar metas 2.1 No hay coaching sin coach, sin coachee y sin “brecha” En el coaching intentamos acortar brechas entre una situación actual y una situación deseada. Esta etapa se inicia con la explicitación y la declaración de un quiebre (que apunta a deficiencias en el tipo de observador que es). El interrogante inicial será: ¿qué está pasando?, ¿qué te interesa trabajar en este proceso de coaching?; en otras palabras, lo que metafóricamente preguntamos es: ¿cuál es tu “dolor”?. Hablamos de dolor, porque lo que trae el coachee, sea algo intrapersonal o interpersonal, es una cuestión que lo afecta. Ese dolor puede transitar hacia el sufrimiento o dolor sin sentido, lo que generalmente provoca un aumento de conductas defensivas; o hacia el aprendizaje dándole sentido y logrando trascenderlo. El quiebre no necesariamente tiene que ser algo “malo”. Muchas veces son decisiones que nos entusiasman, pero que implican un cambio en nuestro espacio de posibilidades. A partir de dicho cambio se plantea el problema. “Problema” es un juicio, una categorización que hace el coachee ante una situación determinada. El coaching operará en la articulación entre quiebre y juicio; es decir, en las interpretaciones que hacemos de la situación; las interpretaciones que le dan sentido desde el particular observador que es el Página 9 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING coachee. Por ejemplo: si alguien pide coaching a consecuencia de cambios organizacionales que le hacen dudar si continuar o no en la empresa, el “dolor” de la duda es el quiebre. En su opinión eso se constituye en un problema. Las explicaciones y particulares interpretaciones acerca del quiebre son las articulaciones, sobre las que operará el coaching (“desarticular” y re- interpretar). Ninguna situación por sí misma se forma en quiebre. Según Rafael Echeverría, un quiebre requiere de dos elementos: 1) una determinada experiencia o situación y 2) una particular manera de interpretarla. Lo que para unos es un quiebre, para otros no lo es. Lo que la convierte en quiebre es la interpretación, el sentido que le conferimos. Una cosa es la observación o hecho y otra es el juicio o la opinión que sobre ella hagamos. De la misma manera, en criterio de Humberto Maturana, una cosa es el fenómeno en sí, y otra muy diferente, la interpretación de tal fenómeno. La interpretación o explicación habla del fenómeno, pero no pertenece al fenómeno. Tener un quiebre es hacer un juicio, y tener un juicio no sólo habla de la situación, sino de la persona que lo emite; del particular observador que es. Trabajar en esta articulación es tarea del coaching. Una última pero no menos importante consideración para este apartado, se refiere a la clara identificación del quiebre y al riguroso chequeo de comprensión por parte del coach. Esto asegurará mí orientación para la apertura y evitará imprecisiones que empiecen a guiarel proceso por caminos erróneos, creados muchas veces en intuiciones o supuestos equívocos. Vale destacar que este quiebre declarado por el coachee en el comienzo, en múltiples ocasiones es una puerta de acceso, o la capa más superficial de la cebolla, detrás de la cual irán apareciendo otros que direccionarán el proceso de coaching hacia una mayor profundización. Se parte de un quiebre “manifiesto” por debajo o por detrás del cual podrían surgir otros, latentes o menos reconocidos. Página 10 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 2.2 Revisión de expectativas por parte del coachee El objetivo de este paso es manifestar y definir brechas; y fijar metas entre coach y coachee con respecto a los logros del coaching. La meta debe ser “concreta” y accionable, desde la persona y las acciones del coachee. Vale recordar la diferencia entre aspiración o deseo y lo que son hechos determinados. Por ejemplo, si el coachee tuviera como objetivo “ser feliz en mi trabajo”, sería una definición abstracta. Iniciar una acción aceptando esta meta como desafío, con seguridad terminará en fracaso. Felicidad, como concepto, tendrá distintos significados de acuerdo con el observador. Ahí es donde la escucha del coach requerirá una definición en el plano de lo especifico. Habrá que concretar qué significa felicidad para ese particular observador que es el coachee. En otras palabras, el coach deberá guiarlo en la indagación para concretar en hechos “qué debería suceder, para que tú digas que eres feliz en tu trabajo”. En relación con este punto es de particular importancia hacer foco en modificar acciones personales, no en cambiar a otros. De esto hablamos cuando decimos que las acciones en busca de una meta deben ser accionables desde uno o factibles para uno mismo. Siguiendo con el ejemplo, ante la cuestión del coach el coachee podría contestar que para ser feliz en su trabajo su jefe debería ser más comunicativo, debería tener un estilo de liderazgo distinto y reconocerlo en sus éxitos. El coach no puede ni debe prometer nunca un cambio de situaciones (por ejemplo, obtener aumento de sueldo o un ascenso o un cambio de actitudes de otros). Sí puede comprometerse a empezar un proceso para expandir la capacidad de acción en el coachee, que lo llevará a ser un observador distinto de la situación de “infelicidad” y a desplegar su potencial para lograr esa meta deseada. En el ejemplo mencionado, la respuesta del coach sería: “No puedo prometerte que tu jefe vaya a cambiar (o que te otorgará el aumento de sueldo) como meta del coaching, pero sí te propongo trabajar juntos, para ver qué nuevas o distintas acciones podrías llevar a cabo al respecto”. Cambiar el observador, aumentar sus competencias para hacer distinciones que antes no tenía, modificar las acciones; tampoco es garantía de éxito. ¿Por qué? porque hacemos una distinción entre objetivos de resultado y objetivos de proceso. En los objetivos de proceso, la responsabilidad del que acciona es incondicional; contesta las preguntas: “¿Quién voy a ser ante estas circunstancias?, ¿cómo elegiré responder? puedo seguir con mi infelicidad, o puedo renunciar, o puedo intentar un cambio en la insatisfacción ante mi jefe”. En los objetivos de resultado, en cambio, la responsabilidad del que acciona es condicional; no depende sólo de él, depende también de factores externos a él (por ejemplo, la intransigencia del otro). De ser así, de no tener éxito, nuevamente la responsabilidad pasaría a ser del que acciona. Y nuevamente surgen las preguntas: “¿Qué haré ahora? ¿Cómo responderé ante las circunstancias? puedo escoger Página 11 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING quedarme a pesar de todo, porque es complicado encontrar otro empleo y elijo cierto desagrado antes que la desocupación o empiezo a buscarme un nuevo trabajo, pido un cambio de sector o busco otras opciones”. 2.3 Contrato entre coach y coachee Definir lo que auténticamente se puede esperar del proceso y fijar límites. 2.4 Preguntas guía ¿Qué te está pasando?, ¿qué te interesaría trabajar?, ¿qué querrías que pase en este coaching?, ¿cuáles son tus expectativas?, ¿qué esperas como resultado? Paso 3. Explorar la situación actual 3.1 Explorar la situación concreta En los pasos anteriores el propósito de la indagación estaba puesto en chequear el quiebre y en definir claramente las metas del coaching entre las expectativas que se traían y los logros que éste podía tener. El tema allí era la brecha, pero entre resultados e intenciones. Aquí, en cambio, la exploración enfocará más en la situación propiamente dicha. A través de la indagación, buscamos ampliar la imagen de lo que está sucediendo y observarla en todos sus detalles. Se profundiza más sobre la brecha entre situación deseada y situación actual; en el qué está pasando y qué le gustaría al coachee que pasara para estar en paz. A partir de éste, y en los siguientes pasos, el propósito es explorar, avanzando sobre la interpretación y el sentido que le da el coachee. En este punto es más que relevante el lugar que ocupa la indagación, el saber preguntar, para conducir el proceso y rearticular creencias. 3.2 Diferenciar hechos y opiniones Exploramos la situación actual, buscando una mejor comprensión de por qué “eso” que pasa es un quiebre para el coachee, y qué hace que no pueda solucionarlo por sí mismo. La indagación se orientará a investigar los Página 12 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING supuestos que subyacen en las interpretaciones y juicios del coachee. Escuchar no implica “comprar” el relato del coachee, sino entender su particular forma de observar la situación. Como coach, escuchamos activamente sus explicaciones procurando discriminar los hechos de las opiniones. Esos juicios se refieren al quiebre del coachee. Mediante la reflexión y la indagación, lo invitamos a hacer la diferenciación entre lo que son juicios y lo que son observaciones como fundamentos de su razonamiento y, en lo posible, que ilustre mediante ejemplos determinados. También verificaremos inferencias, definiremos sus estándares de evaluación, revisaremos el proceso de razonamiento que lo lleva de las observaciones a las conclusiones; en otras palabras, nos proponemos averiguar cómo llega a esas conclusiones a partir de esos datos. Las cuestiones, que son la herramienta del averiguar, estarán orientadas hacia el aprendizaje, no dedicadas a mostrar los errores del coachee. El coach indaga no para impugnar ni para deformar el relato del otro. No tiene ninguna posición como tampoco ninguna verdad mejor que defender. La escucha será reflexiva. Esto posibilita al coach desmontar creencias haciendo un check back. Es decir, confirma la comprensión para ayudar luego a desarticular (valida la opinión del coachee, pero no como la verdad). El coach es un observador distinto. Respeta la historia del otro pero no la compra. Por ahora, aún explora para conseguir una interpretación, y luego a partir del punto 4, reinterpretar. Esto muchas veces gira el foco sobre el quiebre, que pasa a ser distinto al declarado en el comienzo. 3.3 Incluir las emociones Las emociones forman un dominio siempre presente en toda acción humana. El quiebre del coacheado y la brecha a acortar están atravesados por emociones, algunas muy manifiestas y otras ocultas. Muchas veces la emoción es claramente reconocible y otras aparece negada, manifestándose como sensación. Un coaching puede iniciarse a partir de una emoción. El coachee siente que algo le pasa, tiene alguna ligera idea que no puede precisar con claridad; en cambio sí es muy definida la emocionalidad que lo embarga. Esa emoción es, entonces, la vía de acceso a una exploración que nos guiará a una interpretación. Ocurre también que hay emociones encubridoras de otras: por ejemplo, el enfado encubriendo la tristeza o viceversa. Llegado a este punto del procesodel coaching es preciso explorar la emoción que atraviesa al coachee en la situación investigada, para acceder a una mejor comprensión del sentido que otorga a lo que le pasa. La interpretación que haga derivará en una emoción y condicionará la respuesta; el enojo, por ejemplo, será consecuencia de la interpretación que el coachee haga de un acontecimiento en el que se sintió agredido, las acciones consecuentes serán probablemente hechas desde el enojo o el resentimiento. También puede pasar Página 13 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING a la inversa, en que una emoción previa que puede tener o no que ver con la situación actual contamine la interpretación (como estar en uno de esos días en que vemos todo negro o sentimos que el mundo conspira contra nosotros). Definimos a las emociones como predisposiciones para la acción; en función de ellas se realizarán acciones específicas y se evitarán otras. También un equipo actuará de una forma distinta si está motivado o si no lo está. El abordaje del trabajo emocional deberá ser muy respetuoso y cuidadoso. Hay personas muy abiertas a la expresión y al compartir emocional, como las hay muy reservadas e introvertidas. Cualquier intuición o supuesto del coach tendrá que pasar previamente por el chequeo. El resultado será muy distinto si es el coachee quien dice cómo se siente o si irrespetuosamente adjudicamos al coachee una emoción (“¡tienes miedo!”, por ejemplo). Una forma más adecuada de intervenir sería preguntar, chequear una percepción o aventurar una hipótesis que como coach tengamos, al estilo de: “¿te sientes culpable ante eso?” o, “¿podría ser que ante tal cosa te sientas temeroso?” o, “tengo una hipótesis que me gustaría chequear y compartir contigo”. Así como la fiebre no es una enfermedad, sino que remite o señala que hay una infección en alguna parte del organismo, también las emociones son señales o indicadores que contienen una valiosa información que es preciso interpretar, aprovechar y escuchar. Sin duda, es importante interpretar y explorar las emociones; sus raíces, su operatividad, sus consecuencias y trabajar en ellas con la finalidad de trascenderlas, procesarlas y expandir nuestra capacidad de acción productiva y efectiva. 3.4 Investigar la columna izquierda Como sucede con las emociones, también los pensamientos no expresados son fuente de una invalorable riqueza y potencial si aprendemos a procesarlos, reconocerlos y expresarlos. Es de gran importancia explorar en esos contenidos guiando al coachee mediante la búsqueda acerca de cuáles son los sentimientos y pensamientos no expresados, por qué no son expresados, cuáles serían las consecuencias de decir o no decir esos contenidos, qué se está evitando, etc. ¿Por qué es de vital importancia este paso? porque, con toda seguridad, encontraremos allí la verdad más esencial para el coachee. Muchas veces lo que nos tiene “atrapados” es no decir la verdad. Recordemos que no existe tal cosa como la verdad, sino que nos referimos a la verdad del coachee. Reconocerla será entonces un primer paso para luego ver cómo procesarla para hacerla productiva. 3.5 Preguntas guía ¿Qué está sucediendo?, ¿cuál es la situación?, ¿dónde te ocurre?, ¿quiénes son los protagonistas?, ¿qué desearías que pasara o que hubiera sucedido?, ¿qué necesitas que suceda para estar en paz?, ¿qué cambiaría si sucediera Página 14 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING X?, ¿tienes alguna idea… o, qué piensas o qué crees acerca de por qué pasó lo que pasó? o, ¿cuál es tu opinión de por qué ocurre X?, ¿qué te hace pensar qué…?, ¿qué tendría que ocurrir para que cambies tu opinión?, ¿qué te impide actuar?, ¿cómo te sientes con esto?, ¿qué hay en tu columna izquierda (pensamientos y sentimientos ocultos)?, ¿por qué no lo expresas?, ¿cuáles son las consecuencias no deseadas de decir y de no decir?, ¿en qué datos/observaciones se funda tu opinión?,¿qué te lleva a pensar que tu opinión es válida?, ¿cómo llegas a esa conclusión a partir de esos datos?, ¿en qué te incumbe/preocupa/importa lo que está sucediendo?, ¿qué opiniones estás tomando como hechos?, ¿qué compromisos se han roto/no se honraron?, ¿qué disculpas no se ofrecieron (tanto del coachee como de un tercero)? Paso 4. Reinterpretar brechas interpretativas 4.1 Rearticulación y reinterpretación de creencias Habiendo avanzado en la exploración de juicios, procesos de razonamiento, observaciones, emociones, pensamientos no expresados, etcétera, buscamos aquí profundizar en la interpretación y comprensión. Algo que comenzó en pasos anteriores, ahora empieza a cerrar como etapa, al mismo tiempo que dialécticamente abrirá a nuevas interpretaciones y creará nuevos sentidos. El coach invita al coachee a asumir responsabilidad, ayudándolo a cambiar sus juicios automáticos en explicaciones “responsables”. Que pueda transformar el observador que es, involucrándose como un factor contribuyente de la situación o del dolor que lo aqueja. Se trata de relatar la historia como protagonista (no como víctima) de tal forma que abra posibilidades de acción. Comprenderá desde sí mismo, que esto no es lo que pasa; es su interpretación de lo que pasa y, como tal, es sólo una de las diversas interpretaciones posibles. Responsabilizarse, desde esta concepción, es responderse a la pregunta acerca de “¿qué posibilidades me crearé para contestar a las circunstancias?”; “¿cómo ser protagonista y no contribuir desde la inactividad a lo insatisfactorio de la situación?”. ¿Qué hicimos? desarticulamos, rearticulamos y reinterpretamos. Buscamos otras interpretaciones posibles, diferentes a la original. Empezamos así a armar un tipo interpretativo distinto que cerrará en acciones posteriores. 4.2 Indagación en la matriz y rematrización Cabe resaltar que éste es un paso de gran importancia, aunque no siempre se lleva a cabo. Consiste en una profundización en la historia personal y en el ser del coachee que requiere de mucha profesionalidad y pericia por parte del coach. Por momentos hasta podría confundirse con una intervención psicoterapéutica, por lo que sería un valor añadido que el coach además fuese psicólogo. De todas formas, es requisito elemental anticipar al coachee lo que se intenta explorar, el porqué y el para qué y la modalidad de intervención. Es preciso contar con el permiso del coachee. Si no, sería un abuso y una irrespetuosidad. Página 15 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING Palabras de Eduardo Pavlovsk: “Ayer uno fue aquél y hoy uno es éste. Pero es útil ver hoy el que uno fue ayer, porque en esta dialéctica se está construyendo el que uno será mañana.” Hablamos en este punto de indagar en la matriz y rematrizar. Ambos conceptos son esenciales en la concepción psicodramática. El locus constituye el lugar, tiempo, situación y momento matricial en el que se ubica un acto establecido. Es el escenario donde acontece ese acto. La actitud original de un sujeto frente a una circunstancia en algún momento de su vida, se formará en la matriz de una conducta, que habiendo sido apropiada en ese momento o locus, podría repetirse luego ante otros locus o circunstancias. Esa respuesta defensiva que fue apropiada frente a un estímulo, será obstaculizada y limitante en nuevas respuestas frente a circunstancias vitales distintas. Así, por ejemplo, la negación que fuera matrizada defensivamente por un niño a los 10 años como respuesta a una situación de miedo, tenderá a repetirse como respuesta en la edad adulta, pero ahora ya inadecuadamente. A los 10 años respondió de la mejor forma que su estructura psíquica, física y emocional de entonces le permitió. A los 30 años, esa forma de responder, fuertemente arraigada en experiencias del pasado, operará como obstáculo bloqueador, limitante del aprendizaje y de la acción. Lo que fuera matrizado como respuesta defensiva ante un padre autoritario, por ejemplo, probablemente serepita ante la figura de un jefe con esas características en el entorno empresarial. Con toda seguridad, tampoco será complicado el reconocimiento de las mismas respuestas o actitudes en otros aspectos de su vida. Cuando exploramos en la conducta que el coachee da como respuesta a una situación, es mucho más relevante preguntar para qué lo hace, que preguntar acerca del porqué. En el proceso del coaching indagamos en la particular “forma de ser del coachee” y en función de los conceptos antedichos, una operación esencial consistirá en la exploración de esas conductas limitantes y en la asunción de responsabilidad frente a ellas. Se tratará entonces de rematrizar; esto es, buscar nuevas respuestas para las circunstancias del presente. ¿Cuáles son los recursos y posibilidades de responder ahora? preguntas clave para el coachee serán: ¿dónde más te ves respondiendo de la misma forma?, ¿te pasa/pasó lo mismo en algún otro momento de tu vida?, ¿cuándo?, ¿qué pasó?, ¿cómo fue?, ¿cuál sería el común denominador de estas situaciones?, ¿cuáles son los recursos y posibilidades de responder ahora? Es más que evidente el particular respeto, cuidado y pericia con los que hay que intervenir cuando operamos indagando en la matriz. 4.3 Preguntas guía ¿Cómo podrías explicar lo trabajado pero desde ti, es decir, en primera persona del singular?, en otras palabras, ¿cómo podrías transformar los juicios o las explicaciones de “víctima” en explicaciones de “protagonista”?, ¿en qué/cómo contribuyes a esta situación?, ¿cómo crees que eres un factor contribuyente?, ¿qué y cuánta responsabilidad estás dispuesto a asumir frente Página 16 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING a esta situación?, ¿qué otra manera de explicarte podrías dar?, ¿cuál es tu sueño?, ¿cuál es tu interés más profundo detrás de ese deseo?, ¿qué verdad te estás ocultando?, ¿cuándo pasó esto antes en tu vida?, ¿cómo solucionaste o enfrentaste entonces la situación?, ¿en qué otras circunstancias te pasa o pasó?. ETAPA III: Expansión PASO 5. Diseñar acciones efectivas 5.1 Explorar alternativas y posibilidades de acción. Elección de la acción Aprender es expandir la capacidad de acción efectiva. En la etapa anterior, el énfasis estuvo puesto en la comprensión, exploración e interpretación. En el cierre de dicha etapa, el coachee, siendo su propio observador, puede aceptarse y reconocerse como parte involucrada en la situación. En la etapa que ahora se abre el concepto de acción es central. El coachee ha generado ya nuevos sentidos, reinterpretando creencias. Es ahora la instancia en que no basta que el coachee cambie interpretaciones sino que, siendo un observador distinto, expanda su capacidad de acción, desplazándose hacia una manera de ser distinta. Luego, sus acciones y probablemente los resultados serán distintos. Somos lo que hacemos. Actuamos como somos y somos como actuamos, y esa acción, a su vez, genera ser. “La mejor manera de hacer es ser” dicho atribuido a Lao Tsé. Aquí, el coachee diseña futuro. La acción estará orientada al futuro, buscando opciones de acción que le posibiliten contribuir, desde el protagonismo, a modificar la situación que lo aqueja y/o conseguir el resultado deseado. La imagen sería como tener todos los componentes analizados, desplegados sobre la mesa como un mapa, y comenzar a diagramar cursos de acción desde un principio de humildad que dice: “no puedo modificar el pasado, pero puedo intentar diseñar el futuro”. Dado que también el lenguaje es acción, el coaching se volcará a explorar alternativas de conversaciones posibles, con la implementación de las herramientas conversacionales descritas. Finaliza este paso con la elección de aquella opción que el coachee considera que más le “conviene” (“viene con él”; es decir, con sus competencias, con su emocionalidad, etc.) 5.2 Preguntas guía ¿Qué opciones de acción ves cómo posibles?, ¿qué estrategias/cursos de acción podrían ayudarte a conseguir lo que quieres?, ¿qué te lleva a pensar en ellas como alternativas?, ¿qué vas a hacer?, ¿cómo puedes contribuir para modificar aquello que sucedió?, ¿para qué lo harás?, ¿qué esperas como resultado?, ¿qué sientes como impedimento para actuar?, ¿qué ves cómo obstáculo? Página 17 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING PASO 6. Role Playing 6.1 Simulación y práctica Sumado a la resistencia al cambio, el coach debe entender el desafío que conlleva para el coachee realizar acciones no usuales en su comportamiento. La acción a seguir será con seguridad un desafío y habrá que cuidar al coachee para que su implementación no se convierta en “suicidio”. Es importante tener en cuenta que no hay tal cosa como lo correcto. No hay una estrategia correcta de acción e intervención. Por ello será de gran uso tejer una red de retención con el coachee, simulando con role playing la situación futura y practicando la aplicación de las herramientas aprendidas, en el entorno y dentro del contexto del coaching. Dado el contexto, éste es un espacio de seguridad emocional y psicológica, en el que hasta los fallos son oportunidades para aprender. El coach se compromete físicamente en la acción, desempeñando en la escena los distintos papeles asignados. Trabajamos escenificando una supuesta situación (por ejemplo, una conversación con el superior) en la que se interviene acorde con la acción escogida para llevar a cabo. Sugerimos que el coach señale cosas desde la acción misma, desde el rol que está desempeñando. Por ejemplo, el coachee le pide una cita a su jefe para hablar. El coach desde el rol del jefe podrá responder que se lo tiene que pensar. ¿Qué hará el coachee en ese caso? puede ir aceptando esa respuesta o puede decir: “OK, discúlpame, veo y comprendo que estás con el tiempo limitado; ¿cuándo crees que podrías darme una respuesta?”. En otras palabras practicando con las herramientas aprendidas en el coaching, intentará que su pedido cierre con un compromiso. También es un ejercicio muy utilizado para ejercitar el procesamiento de los pensamientos que hay en la columna izquierda. Ello nos dará márgenes para la corrección y adecuación de rumbos a seguir y de acciones, actitudes y conversaciones a implementar. Aquí no hay preguntas concretas. Las mismas surgirán de la interacción y del juego de roles. Desde el mismo juego de roles el coach va señalando, didácticamente, las adecuaciones y correcciones adecuadas. Página 18 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING ETAPA IV: Cierre PASO 7. Cierre 7.1 Integración de aprendizajes y compromisos para la acción Recordemos que el coaching es un proceso esencialmente basado en el respeto por el otro. Del mismo modo que muchas veces decimos de una prenda de vestir que “es bonita, pero tiene un mal acabado”, lo mismo podría ocurrir con el proceso de coaching, si no fuésemos cuidadosos en este momento del proceso. Si como técnico mecánico voy a desarmar un motor para repararlo y explorarlo, deberé contar con las competencias para volver a armarlo. De igual forma, el coach debe actuar con impecabilidad y hacer un cierre apropiado. Esta última etapa se forma en un momento de integración y procesamiento del aprendizaje. También de compromiso para la acción. El coach ayudará en la indagación y en la reflexión acerca de cuáles fueron los aprendizajes, cuáles son los pensamientos y sentimientos del coachee ahora y en relación con el principio y también se extiende el diálogo hacia otros comentarios finales emergentes. Es buen momento para solicitar al coachee, ya próximos al cierre de la sesión, que se imagine volviendo a su casa y reflexionando acerca de la sesión. ¿Cómo te sientes respecto a la misma y respecto a nosotros?, ¿quedó algo no dicho o alguna pregunta no formulada?, ¡expresa tus pensamientos en palabras! esta metodología no sólo da buenos resultados, sino que muchas veces se convierte en el prólogode la siguiente sesión. La sesión de coaching como evento acabo; como proceso sigue más allá de las conclusiones finales y del cierre. 7.2 Preguntas guía ¿Qué aprendiste?, ¿qué harías de manera distinta si te volviera a pasar algo similar?, ¿qué piensas ahora?, ¿cómo te sientes ahora?, ¿qué vas a hacer?, ¿cuál es tu compromiso de acción? Ejemplo. Desarrollo de un coaching En el siguiente ejemplo podrá reconocerse la aplicación de herramientas y conceptos descritos anteriormente. Si bien el coaching como proceso tiene un principio, desarrollo y cierre, reiteramos que la diferenciación en cuatro etapas y siete pasos es presentada solamente con fines didácticos; en la práctica el Página 19 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING modelo de intervención es más dinámico. Los pasos y etapas se entremezclan y articulan realimentándose entre sí. En muchos momentos del proceso damos un paso atrás, donde se corrige, se revisa, se observa desde otro lugar, para dar luego, dos adelante. La acción se desarrolla en la oficina privada de Elena, líder de proyecto, con una antigüedad de seis años en la empresa. Marta es coach externa, contratada por la compañía para asistir a algunos de sus líderes y gerentes. El vínculo entre ambas ya lleva algunos meses de encuentros quincenales, con lo cual comprendemos que hay un contexto previo creado entre ellas. Ya no es necesario invertir tiempo en lo que serían los pasos 1.1. y 1.2. Esto facilita la interacción y tras los saludos iniciales pasan rápidamente a la intervención. [Encuentro, saludos iniciales] Marta, coach: Bueno, cuéntame, ¿qué quieres que trabajemos? Elena, la coachee: Tengo una situación un poco complicada, creo que con mi jefe. – M. Veamos; ¿qué está ocurriendo? cuéntame. – E. No estoy bien; ando desmotivada, desganada. No tengo ganas de venir a la oficina. Encima, estamos con un proyecto nuevo y, contrariamente a otras ocasiones, no me entusiasma. No estoy rindiendo como a mí me gustaría. Mi equipo no comprende lo que me pasa pero… se dan cuenta de que hay algo que no anda bien. Algunos me preguntaron, pero no sé, o no quiero decirles. Pero es evidente que mi actitud resiente la tarea; por más que lo intente, no puedo. – M. ¿Qué opinas del nuevo proyecto? – E. ¡Es súper interesante! – M. Debo comprender entonces que el tema no es el proyecto en sí. – E. Para nada. Soy yo, que no termino de ponerme las pilas. – M. ¿Cómo lo explicarías?, ¿cuál es tu opinión acerca de eso? – E. En mi opinión son las injusticias de mi jefe… creo que tiene que ver con eso. – M. Y a ti ¿qué te gustaría que pase con eso?, ¿qué tendría que pasar para que las cosas sean distintas?, ¿a qué llamas “injusticias de mi jefe”? – E. Mi jefe tendría que cambiar su manera. Su trato no es bueno. Te hablé antes de una situación complicada. Ya no lo aguanto y hasta he pensado en pedir un cambio de departamento. No sé qué hacer. – M. ¿Qué te interesaría trabajar conmigo?, ¿qué querrías que pase en este coaching? – E. No sé. Que me ayudes a ver qué hacer. Pienso en encararlo, pero tengo cierto temor. Tú sabes cómo son estas cosas… Página 20 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING – M. ¿Y cuál sería tu objetivo si lo hicieras? digo, si lo encararas. – E. Que cambie su manera de ser; que sepa lo que pienso de su estilo de liderar y cómo impacta eso en el equipo. – M. No puedo garantizarte que él cambie. Eso está fuera de mis posibilidades. Tampoco creo que sea el punto; pero me suena interesante que te propongas hacer algo… te propongo trabajar en esa conversación que quieres mantener… ¿te parece? – E. OK. – M. Veamos; escucho que dices que su trato no es bueno, que te trata mal. Hace un rato, desde tu enfado, hasta dijiste que es un “jodido”. ¿Es ésta una opinión generalizada? – E. (piensa) No, no lo es. En realidad, hace pocos meses que está con nosotros. Viene de la casa matriz en Alemania donde parece que tuvo mucho éxito. La dirección lo reconoce y en general el equipo lo respeta. – M. Sobre la base de lo que escucho, parecería entonces que no es un jodido, pero sí que tú opinas y ésta es una distinción importante, ¿puedes verlo? sigamos ¿en qué te basas para decir que es injusto?, ¿cuáles son tus datos? – E. No te entiendo, ¿qué me quieres decir? – M. Discúlpame; quiero decir, ¿cuáles son los hechos que te hacen pensar así?, ¿qué es para ti “me trata mal”?, ¿en qué te basas para opinar de esa manera? – E. Simple. Soy una de las que más trabaja, prácticamente soy la primera en llegar y la última en irme, cosa no menor ya que me trae enormes problemas con mi marido y mis hijos. Tengo mis tareas al día, hemos ganado el 78% de las licitaciones, el último balance arrojó rentabilidades que superaron las expectativas, son excelentes las encuestas del ambiente, el equipo está súper motivado… la única que no anda bien soy yo (sigue, visiblemente molesta). ¿Hubo algún agradecimiento?, ¿algún “muy bien”?, ¡es injusto que no haya el mínimo reconocimiento por la gestión!… claro, ¡es mi obligación, ¿no?! ¡si sólo estoy haciendo lo que me corresponde! a veces hasta tengo ganas de pegarle una torta. Quisiera que una vez, ¡al menos una!, me reconozca lo que hago por la compañía. – M. ¡Fíjate qué interesante lo que dices!, ¿te escuchaste? dijiste “quisiera ser reconocida”… eso es muy distinto a decir “es un injusto, un jodido”. ¿No crees? … (Silencio reflexivo). – M. ¿Qué diferencia ves entre es un injusto y quisiera que se reconozca mi trabajo? – E. (sonriendo) En la primera afirmación estoy hablando del otro y en la segunda hablo de mí… – M. Con lo cual volvemos al principio. “Es un injusto” es una apreciación personal tuya y no lo convierte a él en tal cosa; de hecho como tú mismo reconoces muchos opinan de otra forma. Luego, tu deseo: “quiero que cambie Página 21 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING su forma de ser”. ¿No será tal vez algo pretencioso?, ¿injusto también?, ¿quizás imposible?, ¿cuántas veces nos pasa lo mismo con nuestra pareja, amigos, hijos?… ¿voy siendo clara? – E. Creo que sí, siempre apostamos a que sea el otro quien cambie. – M. ¡Hay una enorme diferencia entre “cambiar al otro” y “ser reconocido por mi tarea”! y lo más importante: darte cuenta de esto te abre un enorme espacio de posibilidades de acción, que probablemente te aproximen más al resultado esperado. Entonces, a ver si podemos focalizar aún más el objetivo que tienes. Se trata de ver como ampliar el campo de tu espacio de posibilidades. ¿Cuál es el interés más profundo que hay detrás de tu desgana y tu enfado? – E. Lo que me gustaría es conseguir reconocimiento por lo que hago. Lo reconozco. – M. Y tu lógica dice: “el que no me reconoce es un injusto y un jodido”… ¿lo ves? bien. ¿Y qué crees que puedes hacer en ese sentido? en otras palabras ¿cuánta responsabilidad estás dispuesta a asumir? – E. Me doy cuenta de que debería poder hablar con mi jefe; pero, ¿cómo hago para decirle todo lo que pienso? – M. Volvemos a lo mismo. ¿Quién te dijo que tienes que decir todo lo que piensas? – E. Pero… ¿no eres tú el que sostiene que hay que hablar con la verdad? ¿en qué quedamos? – M. Acordemos que en todo caso no hay tal cosa como la verdad. Si probaras un poco más con la humildad podríamos aceptar que tienes tu verdad (tan válida como la del otro). Y creo no equivocarme si afirmo que no sabes absolutamente nada de la verdad de tu jefe. ¿Quieres que exploremos en eso? – E. OK. – M. Cuéntame alguna escena o situación con él. Algo cotidiano donde ocurre eso que dices que pasa y que tanto te molesta. – E. Fácil. Le entrego la última evaluación de resultados con una excelente proyección de ventas para el próximo trimestre. Voy a su escritorio y se lo entrego de acuerdo a lo prometido en forma y tiempo. Me recibe muy formalmente, lo hojea, remarca alguna cosa, creo notarle un gesto de satisfacción aunque no dice nada…Me da las gracias y con sequedad agrega “cuando termine con lo que estoy haciendo, lo miraré con más detenimiento. Gracias.” [Silencio] – M. Sigue imaginando ese momento y cuéntame qué piensas y sientes… ¿cuáles son aquellos sentimientos y pensamientos que no estás expresando? si te ayuda, cierra los ojos. Dilos ahora como si estuvieras frente a él. – E. (En un monólogo, como hablándole a su superior.) ¿Te das cuenta que eres el mismo de siempre?; ¿jamás me vas a decir “muy bien, o me alegro, o hiciste un buen trabajo, o me siento orgulloso por lo que conseguiste?”. ¿Por Página 22 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING qué no vas tú a los cursos de liderazgo a los que me mandas? – M. Y te cabreas… (el coach señala esto para incluir la emocionalidad) – E. ¿A ti no te pasaría igual? ¡Vamos…! – M. Probablemente…, aunque intuyo que por detrás de la bronca podría haber alguna otra emoción. Me animaría a pensar que no es ante la bronca que te desmotivas. ¿Qué opinas? – E. Es cierto. Gran parte del tiempo estoy triste… y resentida. – M. Ahora comprendo un poco más y te agradezco. Entonces, ¿qué vas a hacer con esto? tienes distintas opciones. Puedes ir y mostrarle tu enfado. ¿Las consecuencias? ¡No te las recomiendo! puedes retirarte de su oficina y seguir “masticando y tragando” decepción. ¿Consecuencias? las tienes a la vista, ¡en ti mismo!; desgana, irritación, desmotivación, tristeza… – E. Pero entonces esto no tiene solución. ¡Haga lo que haga el resultado no será bueno…! – M. Mira, recuerdo un viejo proverbio que dice: “cuando tengas dos alternativas igualmente malas… elige una tercera”. Si escoges no mostrar tu enfado ni tampoco tragártelo, ¿cómo podrías decir tu verdad de forma honorable?, ¿cómo decir, sin dañarte, sin dañar al otro y sin dañar la relación ni poner en riesgo tu trabajo?… volvamos un poco para atrás en nuestro razonamiento; ¿cuál es el interés más profundo que hay detrás del “decir tu verdad”? – E. ¡Reconocimiento! mi objetivo es saber cuánto le importa mi trabajo. Estar nuevamente motivada, entusiasmarme con el nuevo proyecto y… dormir más tranquila. – M. Bien. Hemos avanzado en algunas cosas. Tu interés ya no pasa por enseñarle cómo debe liderar. Entonces, acordarás conmigo que diciéndole que haga un curso de liderazgo, no obtendrás ese reconocimiento como resultado. ¿Cómo transformar tu conversación en productiva?, ¿te parece que simulemos una posible conversación?, quizás encontremos juntas una opción mejor. – E. Sabes que no soy muy buena para eso, a veces me siento ridícula… pero hagámoslo. – M. Bueno (se incorpora para hacer un role playing). En principio yo representaré a tu jefe… Pensemos en esa posible conversación. Dame algunos datos más de cómo respondería él; ¿qué diría yo, desde el rol de tu jefe…? Comienza aquí el juego de roles en que coach y coachee simulan y practican. Finalizado el role playing se dio el siguiente diálogo de cierre: – M. ¿Cómo estás ahora? – E. Mejor. No sé. Asustada, pero más tranquila. Veo una oportunidad. – M. ¿Algo más que necesites aclarar al respecto?, ¿alguna duda? – E. Supongo que muchas, pero por hoy estoy bien. Veo las cosas de una manera distinta. Página 23 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING – M. ¿Y qué harás? – E. Respirar, tomar valor y ver si puedo hacer algo distinto a lo de siempre. – M. Bien. Me alegro. Confío en ti y te deseo mucho éxito. No puedo garantizarte que lo tengas, pero seguramente te sentirás mejor contigo misma. En paz. Es todo un desafío. ¿La próxima me cuentas? Dos semanas después, Elena y la coach vuelven a encontrarse. Marta, muy interesada, indaga por lo acontecido. (Una de las posibilidades era que la coachee no hubiese hecho nada.) Gratamente sorprendida, escucha el relato de Elena acerca de la conversación con su jefe, que fue más o menos en estos términos: – E. ¡Hola Mario!, ¿sabes?, me gustaría tener una charla contigo. ¿Tienes algún momento disponible? – Jefe. ¿Pasa algo?… – E. Sí y no. Hay algo que quisiera conversar contigo… – J. Me estoy yendo a una reunión, pero tengo 10 minutos. Si quieres… – E. No, mira… prefiero no hacerlo precipitadamente. Sé que estás muy ocupado pero me gustaría disponer de cierto tiempo. Para mí es muy importante, aunque no urgente. Prefiero que agendemos un encuentro en cualquier momento que puedas. En serio, puedo esperar. – J. (Hablando por el intercomunicador con su asistente.) Andrea, ¿cómo viene mi agenda para mañana?… ¿A las 10? por favor, bloquéeme agenda hasta las 10. Bien, gracias. (Dirigiéndose a Elena.) ¿Mañana a las 9 está bien? OK. Nos vemos aquí. Elena cuenta esta parte de la conversación con orgullo, al haber podido responder con efectividad que prefería esperar a otro momento, ya que sólo diez minutos no hubiesen sido suficientes para una conversación adecuada. Al día siguiente: – J. Ayer me quedé un tanto preocupado. Te escucho. – E. Hace tiempo que pensaba en esta conversación y te confieso que no me resulta sencillo. No hace mucho que estás en esta función y yo estaba muy acostumbrada al estilo del jefe anterior. – J. Hazlo como puedas. Si hay algo que no entienda, te pregunto. – E. El tema es el siguiente: a mi entender hago mi tarea con absoluta responsabilidad; el equipo está alineado con los objetivos de la gerencia y la compañía; me siento competente y con solvencia en mi posición, los resultados que obtuvimos superaron expectativas y las proyecciones son excelentes. – J. Sí, lo sé. – E. Lo que pasa es que aún con todo eso, no me siento reconocida en mi gestión y me gustaría… – J. (Lo interrumpe.) Discúlpame, quiero chequear algo; ¿cobraste ya tu Página 24 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING sueldo? – E. Sí. – J. Y… ¿nada más? – E. No. También un bonus. – J. ¿Entonces?, no entiendo. Sabes mejor que yo que la cultura de la compañía es premiar con un plus como reconocimiento. ¿Te pareció poco?, ¿no estás de acuerdo? – E. (Confundida.) No. Tienes razón, y me vino muy bien ya que pienso cambiar de coche. Me estoy sintiendo un poco tonta ahora y te pido disculpas. Pero, ¿sabes qué? estoy agradecida por ello y sin duda el dinero es importante, pero hay otras cosas que para mí también son importantes… me importa tener feedback y conocer tu opinión acerca de mi trabajo. Saber de tu confianza y respaldo me motiva mucho más. Me da más fuerza para gestionar la tarea. En concreto, tengo un pedido para hacerte, y es que cada cierto tiempo me hagas saber tus opiniones. ¿Podrá ser posible? – J. Sabes que no es mi estilo, es cierto. Pero, entiendo lo que dices y debo reconocer que quizás, equivocadamente, nunca pensé en ello…no puedo prometer que lo vaya a hacer siempre, pero estaré muy atento a tu pedido en el futuro. ¿OK? – E. OK. Gracias. Nuevamente Marta y Elena cerrando: – M. ¡Me alegra verte! estoy gratamente sorprendida. Ahora, habiendo ya pasado esa situación querría preguntarte algo: ¿Qué aprendiste con todo esto? – E. De todo. Aunque también algunas cosas que no me gustan mucho. Primero, que debo seguir aprendiendo y que mi jefe (se sonríe) también debe seguir aprendiendo. Otra, es no suponer que me las sé todas; ser más humilde y menos arrogante. Además, a no juzgar sin fundamentos y escuchar más las verdades del otro. Luego revisar yo misma mi forma de liderar, algo muy importante es aprender a pedir. Pero por saber todas las cosas, sigo maravillándome del enorme poder del lenguaje. Gracias. Te agradezco mucho. Página 25 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 3.2. El objetivo El objetivo Constituye el lugar hacia donde nos dirigimos, O’Connor & Lages (2005) indican que es aquel que nos permite movernos del estado presente al futuro. Constituyendo quizá el aspecto más diferente del proceso de coaching con respecto a otro tipo de intervenciones al integrar esta visión de futuro. Del mismo modo que es importante sudefinición, también lo es tener claro como coaches el tipo de rol que desempeñaremos, dado que es esto aquello que nos permitirá realizar un mejor acompañamiento en la definición del objetivo según Witherspoon, 2000. Este autor identifica cuatro: 1. Coaching ejecutivo para habilidades 2. Coaching ejecutivo para el desempeño de actividades 3. Coaching ejecutivo para el desarrollo 4. Coaching ejecutivo para el desarrollo de una agenda La función en el primer caso permite tener claro el rol como coach, y así facilitar cuestiones que faciliten a la persona mejorar aspectos específicos de sus habilidades profesionales que permitan un mejor desempeño, así como una mejor planificación de las tareas. El coaching ejecutivo para el desempeño se da en un periodo de tiempo no muy largo y aquello que permite es que el profesional pueda corregir aspectos que estén frenando un apropiado desempeño profesional. Mientras que el coaching para el desarrollo es aquel modelo de proceso que se contrata para que la persona pueda adquirir habilidades y competencias para un futuro puesto de trabajo. El coaching ejecutivo para el desarrollo de una agenda, es un tipo de proceso que puede darse tanto en el coaching de vida como en el coaching ejecutivo, y se orienta a trabajar propósitos vitales como retos personales. En este último tipo de proceso es importante definir los roles del coach desde el principio, permitir que el coachee elija libremente el proceso, dar la posibilidad que la persona desarrolle respuestas propias, acompañando todo esto con un lenguaje claro y un comportamiento alineado con las palabras con la idea de crear un apropiado ajuste de expectativas. La definición Es importante tener en cuenta que algunas personas tienen claro desde el comienzo del proceso aquello que tienen que trabajar y en otras ocasiones no. En este tipo de situaciones también es importante saber que llegar al mismo no es lineal, implicando idas y retrocesos. También el hecho que existen dos tipos de objetivos que surgirán a lo largo del proceso según O’Connor & Lages (2005): Página 26 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 1. Objetivo resultado: el destino al cual me dirijo 2. Objetivo proceso: cómo vamos a llegar allí. El primero es el lugar hacia donde se dirige el coachee, espacio al que se podrá acceder incluso cuando se haya acabado el proceso. Mientras que el segundo, está relacionado con aquella habilidad especial o área de trabajo que es necesario profundizar a lo largo del proceso para llegar a este destino final. O’Connor & Lages (2005) indican que existen siete reglas de oro a tener en cuenta en su definición: 1. Tendrá que ser expresado en positivo: quiero llegar, quiero hacer… 2. A de ser específico, es decir, en su definición es importante que quede claramente delimitado cuándo, dónde y con quién nos vemos cuando lo logremos. Si el objetivo tiene un carácter abstracto esta especificidad se consigue preguntando sobre el tipo de sensaciones que se experimentarán o que se imagina uno experimentar cuando se llegue al mismo. En un caso u otro el poder especificar una fecha es esencial. 3. Identificar una forma que permita medir que se ha llegado al objetivo, es decir que probará al coachee que ha llegado. En el caso del objetivo proceso según indican O’Connor & Lages (2005) será el feedback aquello que permita saber que se está en el camino correcto. 4. Organización de recursos, es decir, qué necesito para llegar allí. Estos recursos pueden ser tanto objetivos, tiempo, modelos, personas, cualidades personales. 5. El coachee tendrá que sentirse dueño del mismo, esto permitirá mayor proactividad y que gracias a sus acciones puede llegar al mismo. 6. Tener en consideración los efectos que la consecución del objetivo tendrá para su vida y para las de las personas que le rodean. 7. Preparar un plan de acción que permita definir todos los pasos para llegar a su consecución. En su conjunto permitirán que el objetivo sea SMART. La consecución del mismo resultará importante para generar mayor compromiso en el coachee. Para ello es importante que esté ajustado a un marco temporal que permita al coachee tener un feedback de sus resultados. En los casos que el objetivo sea ambicioso, el plantear etapas ayuda en este proceso. El objetivo tiene asociado un valor, es aquella razón poderosa que hace que se quiera ir en busca de su consecución. Es muy importante tener identificado el valor, dado que será aquel que definirá la dirección de las diferentes acciones del coachee. Página 27 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 3.3. El Proceso de Coaching visto por diferentes autores 1. Modelos de Trabajo dentro del proceso de Coaching Todos los modelos de trabajo dentro del proceso de coaching son válidos ya que tienen el mismo objetivo y no se debe descartar ninguno, puesto que cada problema es distinto y probablemente cada coachee requiera de un modelo u otro que se ajuste a su problemática, por lo que conviene disponer de distintas metodologías en función de cada caso. En este sentido en algunos casos, estará más sugerido profundizar en el subconsciente, en otros será más efectivo aplicar técnicas conductistas y en otros casos cualquiera de las técnicas que están entre ambos extremos. Lo que importa es el objetivo final de cualquier modelo del coaching “conseguir el resultado”. Si no se consigue hay que valorar qué es lo que falla y cuáles son los factores que le han llevado a esa situación y para que no falle el coachee tiene que sentir que el cambio le produce beneficios, eso lo nota en cada parte de su cuerpo. Algunos modelos llaman a esto el Insight, otros “el clic”, otros “la toma de conciencia”, otros “el salto al lado derecho del cerebro”. Entre los modelos más relevantes destacamos los siguientes: 1.1 Modelo GROW Uno de los más utilizados es el MODELO de GROW que fue creado por Gram Alexander con un grupo de ejecutivos seniors en la década de los 80. Durante los últimos 20 años este modelo se ha convertido en un modelo normalizado. En él se señalan 4 partes diferenciadas: Cuadro Modelo Grow Página 28 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING Tal como indica Whitmore en su libro, Coaching, el modelo GROW (desarrollo) se basa en las siguientes cuatro etapas: PRIMERA. Establecer la meta (Goal) de la sesión, tanto a corto como a largo plazo. SEGUNDA. Examinar la realidad (Reality), para explorar la situación presente. TERCERA. Contemplar las opciones (Options) y estrategias o cursos de acción alternativos. CUARTA. Determinar qué (What) se va a hacer, Cuándo (When) y Quién (Whom) lo hará, y la voluntad (Will) de hacerlo. Las iniciales de las palabras inglesas usadas en esta secuencia, GOAL- REALITY-OPTIONS-WHAT, forman el acrónimo mnemotécnico GROW, que significa crecimiento o desarrollo. La secuencia del GROW si no se usa con el objetivo de elevar la conciencia, aumentar la responsabilidad, e incitar a la acción, tiene un mínimo valor. Para aplicar correctamente esta herramienta, es aconsejable explorar las cuatros etapas, especialmente si se está abordando un tema por primera vez. Sin embargo, a menudo en coaching se utilizará para mejorar un proceso o una tarea que se ha discutido antes o que ya está encaminado. En estos casos, el proceso de coaching se puede comenzar y terminar con cualquier etapa. 1.2 Modelo TAVISTOCK Es un modelo basado en la escuela Tavistock, con herencia del psicoanálisis. Se centra en las experiencias del subconsciente de la persona y uno de sus axiomas es que no se puede ayudar al individuo de forma aislada si no que es necesario conocer el contexto, su pasado y su entorno. 1.3 Modelo DBM El Development Behaviour Modeling nace de la mano de la Programación Neurolingüística (PNL) por lo que está muy orientado a la práctica y enfocado al desarrollo humano con tendencia conductual, dondese delimitan técnicas de modificación de conducta aplicadas al logro de los objetivos. 1.4 Modelo MAT Es un metamodelo creado por Preciada Azancot en el que confluyen diferentes disciplinas: Gestalt, análisis transaccional, cognitivismo, psicoanálisis. Este modelo explica la ingeniería emocional y estructural de la personalidad universal en todas sus manifestaciones posibles y en todos los campos de Página 29 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING actividad del ser humano. El MAT pretende dar respuesta a estas tres preguntas. ¿Cómo somos? ¿Por qué estamos como estamos? ¿De qué forma llegar a ser todo lo que podemos ser? Vamos a hacer un recorrido sobre tantos y tantos pensadores y filósofos del pensamiento que a lo largo de la historia han contribuido a lo que hoy conocemos como coaching. Página 30 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 2. Influencias de las filosofías orientales 2.1 Taoísmo Tao Te King. El termino taoísmo, suele entenderse como “vía” o “camino”, sin embargo, más bien debería interpretarse como “sensibilidad, intuición, espontaneidad, vida” o de forma más abstracta como “sentido”. El objetivo primordial de los taoístas es obtener “la inmortalidad”, entendida como conseguir la longevidad en plenitud. En este sentido, decían que las personas que vivían en armonía con la naturaleza eran inmortales. Hay que tener en cuenta que la antigua manera del Taoísmo era la de una corriente filosófica y no una religión, por lo que los primeros pensadores entendían por “inmortalidad” el hecho de “autosuperación” del propio ser dentro de su ámbito, lo que conlleva perseguir la superación y el progreso personal y colectivo en base a la mutación constante que enseña el Tao. Posteriormente, el taoísmo se mezcló con componentes del confucianismo, budismo y la religión folclórica. La obra más representativa del taoísmo es la obra china “Tao Te King” (también llamado Tao Te Ching o “Dào Dé Jing”). El libro fue escrito, alrededor del año 600 a. C., por Laozi (WG Lao Tzu, también transliterado como Lao Tse, “Viejo Maestro”), un archivista de la Corte Imperial durante la dinastía Zhou, si bien la autenticidad de estos detalles está aún cuestionada. Es un libro enigmático y breve de 81 capítulos de una página cada uno. Esta obra es una de las más importantes en la filosofía y la religión china, y se considera el fundamento del taoísmo, pero con una clara huella en el budismo Chán, pues este último comparte muchos conceptos del taoísmo. El nombre Dào Dé Jing se traduce como “El libro del Camino y de su Virtud”. El Tao Te Ching describe una fuerza de contradicción, que representa todas las cosas del universo, que se llama el Dào (Tao) y que es el orden del mundo. El libro básicamente está dirigido en dos sentidos. 1. A la transmisión de la filosofía del Tao y de la forma de obrar del “hombre sabio o santo” que la llega a conocer. 2. Al aconsejamiento de los gobernantes para regir de manera sabia. El Tao TE king puede resumirse con la frase: “El que sabe mucho de los demás es un entendido, pero más sabio es el que se conoce a sí mismo. El que domina a los demás es poderoso, pero el que se domina a sí mismo es más poderoso todavía.” Podemos observar algunas analogías en el coaching actual con los orígenes de esta filosofía, al considerar ambos la búsqueda del desarrollo y progreso personal como uno de los principios esenciales del ser humano. 2.2 Confucionismo Entre las influencias chinas también podemos nombrar a Confucio. Sus enseñanzas están basadas en la buena conducta de vida, el estudio, el respeto a la tradición, la meditación y el buen gobierno del Estado, donde Página 31 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING priman valores como caridad, justicia y respeto a las jerarquías. Las virtudes fundamentales son: tolerancia, benevolencia, amor al prójimo, bondad y respeto a los antepasados y mayores. Los súbditos imitarán el ejemplo de su referente, de ahí la importancia del buen comportamiento: gobernante/súbdito; padre/hijo; marido/mujer. Es necesario mantener estas relaciones en armonía plena para lograr que la sociedad sea próspera. El pilar del confucionismo es recuperar a los antiguos sabios chinos e influir en las costumbres del pueblo. Podemos resumir el confucionismo en una serie de normas que debería seguir todo hombre de gobierno: 1. Amar a su pueblo, renovándolo moralmente y procurando que disponga de los medios pertinentes para la vida diaria. 2. Tener en cuenta siempre las dos clases de inclinación propias del hombre: las que proceden de la carne y son peligrosas; y las que provienen de la razón y son sutiles y fáciles de perder. 3. Potenciar la virtud personal y tender a la perfección constantemente. 4. Preservar siempre, tanto en la vida privada como en la pública, el sendero superior del “Justo Medio”. 5. Servir por encima de todo y con respeto aquel que es el Primer Dominador. 6. Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales. 7. Entre gobernador y ministro. 8. Entre marido y mujer. 9. Entre padre e hijo. 10. Entre amigos. 11. Entre hermano mayor y hermano menor. 12. Tener por objetivo final la paz universal y la armonía general. Entre las máximas del confucionismo podemos entresacar algunas similitudes con la filosofía del coaching actual. A continuación exponemos algunas de ellas: Página 32 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING “El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás”. “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti lo que no le harías a los demás”. “Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos”. “Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable”. “El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras”. 2.3 Budismo El budismo es una religión mística, no teísta, que pertenece a la familia dhármica y según la filosofía hindú a la subfamilia nastika y a lo largo de la historia, ha ido evolucionando hasta lograr la gran variedad de escuelas y prácticas de hoy en día. Se desarrolló alrededor del siglo V a. C. en el noreste de la India, a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador, Siddhartha Gautama, y se expandió rápidamente hasta convertirse en el siglo III a. C. en la religión oficial y predominante de la India. Sufrió su declive en su tierra de origen en el siglo VII d.C., si bien para entonces ya se habría expandido a otros muchos territorios. Desapareció completamente en la India en el siglo XIII pero ya se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático. La esencia del Budismo es la erradicación definitiva del sufrimiento, insatisfacción vital, o descontento que se manifiesta de forma inevitable en cualquier momento de la vida. La causa de este sufrimiento, según el budismo, es el deseo, (‘sed’) concebidos como los movimientos de la voluntad hacia la aproximación o el rechazo hacia algo, surgiendo aversión, temor, aferramiento, etc. Para el budismo, estas “pasiones” se desarrollan y son padecidas por un “yo” que es vivido como totalmente existente, si bien al depender de otros factores para poder existir, es finalmente considerado como una ilusión, siendo en Página 33 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING última instancia un efecto que surge de una percepción fallida de la vida, de la existencia y del ser. Según el budismo, la erradicación del sufrimiento se da tras el ‘despertar’, que ocurre como resultado del cultivo de las enseñanzas de Buda. Este cese del sufrimiento llamado “Nirvana” se produce, según algunas escuelas budistas, mediante un aprendizaje progresivo y según otras, mediante un aprendizaje centrado en la intuición y espontaneidad. La persona percibe por él mismo de forma directa la verdadera naturaleza de la realidad y de él mismo.El despertar consiste, más allá del entendimiento intelectual, en experimentar de forma directa que los fenómenos y objetos reales, incluidos la propia persona, no existen tal y como eran vividos anteriormente. Esta experiencia de transformación nos traslada a un nuevo estado, que no se puede expresar con palabras, y en el que se logra un potencial innato “desvelando” una intensa e innata sabiduría y compasión por todos los seres vivos. Para explicar este proceso el budismo prescribe un método, o ‘camino’, con el que se intenta evitar los extremos de una búsqueda excesiva de satisfacción por un lado, o de un castigo innecesario por el otro. Este camino abarca la conducta ética, la sabiduría y el entrenamiento de la mente y el corazón por medio de la atención, concentración y la plena consciencia del instante presente de forma continua. El coaching también pone su atención en cómo aminorar el sufrimiento humano, y parte de la convicción de que no somos capaces de transmitir mucho de lo que pensamos, o al menos no de una forma que el otro pueda entenderlo. La mayoría de los obstáculos que se crean entre las personas ocurren porque, no decimos lo que pensamos, ignoramos realmente lo que sentimos o somos incapaces de transmitir lo que sentimos para que los otros puedan escucharlo de forma adecuada. 3. Influencias genealógicas del coaching 3.1 Sócrates Era un maestro reconocido por su sabiduría en la antigua Grecia (469 – 399 AC). Para Sócrates (el coach por excelencia) no existe el enseñar, sólo el aprender: “Yo no puedo enseñaros nada, sólo puedo ayudaros a buscar el conocimiento dentro de vosotros mismos, lo cual es mucho mejor que traspasaros mi poca sabiduría”. La figura de Sócrates es la más referenciada cuando se habla del origen del coaching, no en vano su filosofía ha dejado varias influencias en el coaching. La metodología socrática se basaba en el Arte de la Mayéutica, Sócrates empleaba las preguntas para ayudar a otros, dejando que estos encontraran la respuesta por sí mismos. Consideraba que se podía ayudar a la gente a entender pero que no se podía hacer que la gente entendiera. Desde esta perspectiva, el coach ayuda a desarrollar habilidades, sin olvidar que no es él Página 34 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING quien las desarrolla, sino su coachee. El coaching también se apoya, al igual que la filosofía socrática, en la máxima de que no existe el enseñar sino sólo el aprender, y éste surge sólo reconociendo que el conocimiento está en el propio coachee y no en el coach. Desde este punto de vista, el coaching es un recipiente vacío donde mientras más “abierto” sea, más posibilidad de que se produzca el conocimiento propio del cliente. En caso contrario, el coaching será deficiente y limitado. Que el coachee consiga los objetivos pasa porque el coach deje de hablar y de dar instrucciones y pase a formular preguntas para que su coachee llegue a unas conclusiones y tome decisiones. Si son acertadas o no, es algo que ya se trabajará luego. El coach ha de tener un enfoque optimista sobre el potencial de su coachee, y no usar la crítica o el reproche en su relación con él, pensando en su desarrollo futuro y no en el desempeño realizado en el pasado. Otra influencia de Sócrates, proviene de la manera que tenía de filtrar la información que provenía del exterior. Según Sócrates, sólo podemos estar seguros de algo e incorporarlo a nuestros esquemas cuando pasa por los filtros que uno mismo establece para valorar y observar aquello que es objeto de su conocimiento. Esta nueva forma de aprender hace a la persona mucho más crítica con los aprendizajes que proceden del exterior y le proporciona una gran confianza en sí mismo. Un día, el gran filósofo se encontró con un conocido, que le dijo muy excitado: – Conocido: “Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír de uno de tus alumnos?”. – Sócrates: “Un momento”. “Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Se llama la prueba del triple filtro”. – Conocido: “¿Triple filtro?” – Sócrates: “Eso es”. “Antes de contarme lo que sea sobre mi alumno, es una buena idea pensarlo un poco y filtrar lo que vayas a decirme. “El primer filtro es el de la Verdad. ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decirme es cierto?”. – Conocido: “No, me acabo de enterar y…” – Sócrates: “Bien”. “No sabes si es cierto lo que quieres contarme”. Veamos el segundo filtro, “que es el de la Bondad.” “¿Quieres contarme algo bueno de mi alumno?”. – Conocido: “No. Todo lo contrario…” – Sócrates: Así que”, “quieres contarme algo malo de él, que no sabes siquiera si es cierto. “Aún puedes pasar la prueba, pues queda un tercer filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Me va a ser útil esto que me quieres contar de mi alumno?”. – Conocido: “No. No mucho”. – Sócrates: “Por lo tanto”, “si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo?”. Página 35 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING De la misma manera que Sócrates, cada persona crea sus propios filtros y decide qué valor tiene cada información que recibe. Cada uno puede tener su propia realidad, verdad o credo y se apoya en ella porque es lo que le da confianza, pero también debemos tener la humildad de reconocer que la verdad de uno mismo no es la verdad de todos, sencillamente es “nuestra” verdad. Solo la esencia de nuestra libertad, de la tolerancia y del profundo respeto a las ideas de los demás, nos proporcionará la posibilidad de ser flexibles y de poder hallar puntos en común entre las distintas ideas de los seres humanos para evitar que se conviertan en meras ideologías impositivas y estancadas. Otra influencia Socrática, es que a través del coaching facilitamos que los coachees sean en ciertos momentos conscientes de sus incompetencias, para luego situarse en una mejor posición frente a la consecución de sus objetivos. Saber que no sabemos nada, es un punto de partida imprescindible de la buena práctica del coaching. “Yo sólo sé que no sé nada” 3.2 Platón Platón (427-347 a. C.) gran discípulo de Sócrates, recoge su testigo, y en clara oposición a los sofistas, defiende en sus “Diálogos” una de las teorías filosóficas más influyentes y completas. Según Platón los seres humanos están inmensamente insatisfechos en su condición de “prisioneros de la caverna” y aspiran a otra vida más llena y acorde a su ser esencial. La esencia objetiva o “alimento de las alas de nuestra alma” (como dice Platón en Fedro), es el mundo eterno de las Ideas, en el que la razón se sustenta para conseguir los tres grandes objetivos de la vida: la Verdad, el Bien (individual y social) y la Belleza. A continuación exponemos la influencia de la filosofía de Platón en el coaching: El coaching, al igual que la filosofía de Platón, entiende “la educación” como formadora del carácter. El coach es un catalizador del autoconocimiento, tanto del espíritu, como del cuerpo, la mente, el corazón y las relaciones sociales de nuestros coachees. El conocimiento de uno mismo es el encuadre a través del cual el coachee accede a un desempeño extraordinario, producto de un proceso de aprendizaje fuera del alcance técnico y formal. El autoconocimiento se reconvierte en la fuente real de todo proceso de coaching. Una de ellas es la semejanza entre la estructura de sus diálogos y las sesiones de coaching. “Las preguntas” son la herramienta de trabajo que potencia las conversaciones (diálogos), y que sirven de método para la adquisición del conocimiento en nuestros coachees. Las cuestiones poderosas y la escucha activa, son las dos habilidades más importantes que un coach debe aprender para transformarse en un verdadero impulsor del otro. La formación en coaching debe ir dirigida básicamente al perfeccionamiento y desarrollo de estas habilidades. Página 36 MÓDULO 3 – EL PROCESO DEL COACHING 3.3 Aristóteles La filosofía
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