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1
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Centro de 
 Estudios 
Visuales
número 1
abril 
2018
ISSN 0719-7152
2
DIRECTOR
Guillermo Yáñez Tapia
COORDINACIÓN
Ignacio Libretti
DIAGRAMACIÓN DIGITAL
Alex Aguayo
CONSEJO ASESOR ACADÉMICO
REVISTA NOIMAGEN
Dr. Jan Baetens :: University of Leuven
Dr. Cesar Baio :: Universidade Federal do Ceará
Dr. Adrián Cangi :: Universidad de Buenos Aires
Mg. Alejandro León Cannock :: Ponti!cia Universidad Católica del Perú
Dr. Rodrigo Cássio Oliveira :: Universidade Federal de Minas Gerais 
Dr. José Antonio Castro Muñiz :: Universidad de Vigo 
Dr. Alfonso Cuadrado Alvarado :: Universidad Rey Juan Carlos
Dr. Antonio Fernández Vicente :: Universidad de Castilla-La Mancha
Dr. Pablo Gobira :: Universidade Federal de Minas Gerais 
Dr. Paulo Roberto Gomes Pato :: Universidade de Brasília
Dr. © Ricardo Greene :: Goldsmith College, University of London 
Dra. Cláudia Maria França da Silva :: Universidade Federal de Uberlândia
Dr. Miguel Ángel Hernández Navarro :: Universidad de Murcia 
Dr. Ricardo Ibarlucía :: Centro de Investigaciones Filosó!cas (UA CONICET) 
Dra. Pilar Irala-Hortal :: Universidad San Jorge - Zaragoza
Dr. Enric Mira Pastor :: Universitat d’Alacant
Dra. Adriana Marcela Moreno Acosta :: Red de Estudios Visuales Latinoamericanos
Dr. Jaime Munárriz Ortiz :: Universidad Complutense de Madrid
Dr. Carlos Ossa Swears :: Universidad de Chile 
Dra. Denise Najmanovich :: Universidad de Buenos Aires
Dr. Eduardo Rodríguez Mérchán :: Universidad Complutense de Madrid 
Dr. Umberto Luigi Roncoroni Osio :: Universidad de Lima
Dra. Elena Rosauro :: Red de Estudios Visuales Latinoamericanos
Dr. Ramón Salas :: Universidad de la Laguna de Tenerife
Dr. José Alberto Sánchez Martínez :: UAM-Xochimilco 
Dr. © Alejandro Schianchi 
Dra. Lorena Souyris Oportot :: Ecole Normale Superieure
Dr. © Hans Stange Marcus :: Universidad de Chile
Dra. Marcia Tiburi :: Universidade Federal do Estado do Rio de Janeiro
Dr. Adolfo Vásquez Rocca :: Ponti!cia Universidad Católica de Valparaíso
Dr. © Pedro Vicente Mullor :: Universidad Politécnica de Valencia
Dr. Rodrigo Zúñiga Contreras :: Universidad de Chile
Dr. Lior Zylberman :: Universidad Nacional de Tres de Febrero
3
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
CONSEJO ASESOR
FUNDACIÓN IVICON
Lev Manovich :: City University of New York (CUNY)
Víctor del Río :: Universidad de Salamanca
Sergio Rojas Contreras :: Universidad de Chile
Anna Maria Guasch :: Universidad de Barcelona
Edgar Gómez Cruz :: RMIT University
Pablo Oyarzún Robles :: Universidad de Chile
Josep Maria Català Domènech :: Universidad Autónoma de Barcelona 
Sergio Martínez Luna :: Universidad Carlos III de Madrid
Remedios Zafra :: Universidad de Sevilla
Marta Piñol Lloret :: Universidad de Barcelona
Esta Revista es una publicación
del Centro de Estudios Visuales NOiMAGEN 
la cual forma parte del proyecto 
Fundación para el Estudio de la Imagen 
y la Visualidad Contemporáneas 
iViCON
ivicon.net noimagen.net
ISSN 0719-7152
Latidenx
Revistas Cientí!cas
CONICYT
CONTACTO
revista@noimagen.net 
Santiago de Chile
4
CONTENIDO
Presentación
7
Aparato Digital e Ideología de Estado: Usos Políticos de la E-image
Ignacio Libretti
11
Artefactualidad y Reconstrucción de lo Visible
Carlos Mario Fisgativa
29
Los Espejos Desobedientes: Fragmentación y Ultrafotografía. El Imago 
convertido en Texto
José Antonio Castro-Muñiz
39
La Fotografía y la Muerte: Políticas de la Image e Imágenes Políticas 
Maia Vargas
53
Arte y Tecnología de Reproducción de Imágenes para Disputar el Orden 
de la Dictadura en Chile 
Alejandro de la Fuente
66
Géneros Pictóricos: Hibridación de las Artes Visuales y el Diseño de 
Moda 
Soledad Rodríguez Maité, Mariel Ciafardo y Celia Cuomo
85
Reseñas:
Marx, Lenin y Althusser: Posición Política y Práctica Teórica. 
Jaime Ortega Reyna
106
5
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Estrategias para una Crítica de la Mirada. Reseña de la Deriva Líquida del 
Ojo. Ensayos sobre la Obra de Alfredo Jaar. 
Fernando García
111
6
7
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Presentación
El Centro de Estudios Visuales :: NOiMAGEN se complace en publicar el primer 
número de su revista dedicado al análisis de la función que desempeñan las imá-
genes visuales en diversos contextos sociales y disciplinares. El dossier comienza 
por el artículo de Ignacio Libretti titulado Aparato Digital e Ideología de Estado. Usos 
Políticos de la E-Image, donde el autor problematiza sobre el rol que cumplen las 
imágenes electrónicas en la reproducción de la ideología dominante, a contrapelo 
HI�PEW�XIWMW�UYI�HI½RIR�EP�ETEVEXS�HMKMXEP�GSQS�YR�IRXI�HIQSGVEXM^EHSV��0YIKS��
sigue con el trabajo de Carlos Mario Fisgativa llamado Artefactualidad y Recons-
trucción de lo Visible, quien utiliza la entrevista entre Derrida y Stiegler como pie 
para analizar los problemas relativos a la temporalidad diferencial de cada aparato 
y sus respectivos efectos sobre los fenómenos correspondientes. Después tene-
mos el artículo de Antonio Castro-Muñiz, Los Espejos Desobedientes. Fragmentación 
y Ultrafotografía. El imago convertido en texto, en el cual nos encontramos con un 
conjunto de propuestas teóricas idóneas para superar las vallas modernas y asi-
milar las transformaciones epocales que acarreó la emergencia del mundo virtual. 
Después, corresponde el turno de Maia Vargas con su ensayo llamado La Fotogra-
fía y la Muerte. Políticas de la Imagen e Imágenes Políticas, donde la autora nos invita 
E�TIRWEV�IP�IWXEXYXS�HI�PE�MQEKIR�JSXSKVj½GE�E�XVEZqW�HI�YR�KIWXS�MRHMZMHYEP�]�WYW�
conscuentes efectos. A este último le sucede el artículo de Alejandro de la Fuente 
titulado Arte y Tecnologías de Reproducción de Imágenes para Disputar el Orden de la 
Dictadura en Chile, quien analiza el uso de las nuevas tecnologías emergentes en 
los años ochenta como herramientas de resistencia a la dictadura militar chilena. 
Finalmente, nos encontramos con el trabajo de Soledad Rodríguez Maité, Mariel 
Ciafardo y Celia Cuomo llamado Géneros Pictóricos. Hibridación de las Artes Visuales 
y el Diseño de Moda, quienes nos ofrecen un análisis sobre los procesos de trasva-
sije de elementos visuales entre las prácticas artísticas y vestuarias.
 Al dossier le siguen dos reseñas. La primera fue realizada por Jaime 
Ortega Reyna al libro Marx, Lenin y Althusser. Posición Política y Práctica Teórica de 
Ignacio Libretti, donde el autor nos invita a comprender las intenciones del escri-
tor enunciando su toma de posición política proletaria al momento de abordar el 
trabajo de Louis Althusser, y subrayando los planteamientos ideológicos del libro 
(directamente ligados al problema del imaginario político). La segunda corres-
ponde a la reseña de Fernando García al libro La Deriva Líquida del Ojo. Ensayos 
sobre la Obra de Alfredo Jaar de Ana María Risco, en la cual el autor nos presenta el 
panorama general donde se insertó la obra de Alfredo Jaar y los aportes que esta 
nos legó hasta nuestros días a través de la pluma de la escritora. 
8
 Como podemos observar, el presente número de la Revista del Centro 
de Estudios Visuales :: NOiMAGEN es bastante variado. No busca otorgarle un 
tratamiento unilateral al problema de la imagen, pues lo comprende como un 
campo abierto que atraviesa las más diversas prácticas sociales y disciplinares. Por 
esa razón, apuesta por la apertura del debate y no por su delimitación inmediata. 
Espera así aportar al desarrollo de aquel en las condiciones del presente.
Abril de 2018
 
 
 
9
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
 
DOSSIER:
PROBLEMAS DE LA IMAGEN
10
11
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Aparato Digital e Ideología de Es-
tado. Usos Políticos de la E-image
Ignacio Libretti 
Fundación para el Estudio de la Imagen y la VisualidadContemporáneas, iViCON 
RESUMEN
El presente artículo trata sobre la relación de complicidad entre el aparato digital 
y la Ideología de Estado. Lo anterior, a partir del análisis del funcionamiento ma-
terial de la e-image. Por su modalidad operativa, ella promueve prácticas sociales 
y conductas intersubjetivas que atentan contra todo proyecto histórico ajeno a 
su programa. La e-image induce un modelo mental donde el pensamiento conceptual 
es relegado por el pensamiento mágico, obstruyendo toda ruptura con la ideología 
dominante. Esto implicó una transformación en el régimen escópico. Dicha trans-
formación reforzó las posiciones de la Ideología de Estado capitalista, dada la 
situación histórica posterior a la desintegración de la URSS. El aparato digital pro-
mueve la hegemonía de lo imaginario sobre lo conceptual. Su motor político es la 
clausura de todo horizonte histórico alternativo al capitalismo contemporáneo. 
La realidad virtual procura abolir la Historia para garantizar la reproducción de 
las relaciones de producción dadas. Para lograrlo, se apropia de la realidad fáctica, 
desecha sus referentes, anula sus axiomas y reorganiza sus discursos mediante el 
simulacro digital. De esa manera impone las directrices fundamentales de la Ideo-
logía de Estado, inhabilitando toda proyección política alternativa al metacódigo 
de origen inscrito en la programación basal de la e-image. 
 
PALABRAS CLAVES: aparato, Estado, práctica, ideología, modalidad. 
 
ABSTRACT 
This article deals with the relationship of complicity between the digital appa-
ratus and State Ideology. For do it, he analyzes the material functioning of the 
e-image. Because of its operational modality, it promotes social practices and 
intersubjective behaviors that undermine any historical project outside its pro-
gram. The e-image induces a mental model where conceptual thinking is relegated by 
magical thinking, obstructing any rupture with the dominant ideology. This implied a 
transformation in the scopic regime. This transformation reinforced the positions 
12
of the Capitalist State Ideology, given the historical situation after the disintegra-
tion of the USSR. The digital apparatus promotes the hegemony of the imaginary 
over the conceptual. Its political engine is the closure of any historical horizon 
alternative to contemporary capitalism. Virtual reality seeks to abolish History 
to guarantee the reproduction of production relations. To achieve this, he appro-
priates factual reality, discards his referents, annuls his axioms and reorganizes his 
discourses through the digital simulation. In this way it imposes the fundamental 
guidelines of State Ideology, disabling any alternative political projection to the 
metacode of origin inscribed in the basal programming of the e-image.
 
KEYWORDS: apparatus, State, practice, ideology, modality.
 
INTRODUCCIÓN 
La inserción mercantil de la cibernética acarreó la digitalización de las imágenes. 
Esto último se tradujo en un cambio en el régimen escópico dominante: del incons-
ciente óptico a la e-image. Dicho cambio impulsó el tránsito desde un régimen de 
visibilidad articulado por un punto ciego, hacia uno constituido por la saturación 
virtual. Tal proceso obedeció fundamentalmente a las transformaciones del modo 
de producción capitalista en las últimas décadas del siglo XX; transformaciones 
que repercutieron en las modalidades del ver, hacer y saber contemporáneos. 
Tales prácticas cambiaron no bien el hacer-mundo digital se hizo parte integrante 
del proceso general de la reproducción del capital. Cuando la cibernética pasó 
del monopolio industrial-militar al consumo masivo, su temporalidad diferencial 
se instaló en el seno de las formaciones sociales occidentales. Esto implicó una 
VIGSR½KYVEGMzR�HI� PE�WIRWMFMPMHEH�ITSGEP��3�WIE��YRE�XVERWJSVQEGMzR�VEHMGEP�HI�
sus prácticas cotidianas. Así nació el aparato digital: IP�LEGIV�ETEVIGIV�GSHM½GEHS�]�
modulado por dispositivos electrónicos programados. 
 “El aparato es lo que pone en relación la singularidad y el ser-común 
con la ley bajo la condición de las normas de legitimidad” (Déotte, 2012: 
124). A la dimensión fáctica de la realidad se le agregó una nueva dimen-
sión virtual, mutando los modos del efecto-realidad. Mientras que la rea-
lidad fáctica depende de las relaciones efectivas entre referentes físicos, 
la realidad virtual solamente requiere de programas aptos para simular-
las. Esta última es operativa. Por esa razón, su régimen escópico también. 
El aparato digital es simulación informática de imágenes sin referente exte-
r ior al código de origen. Según Baudrillard, en él (Baudrillard, 2001: 254): 
[…] lo real se produce a partir de unidades miniaturizadas, de matri-
ces, de bancos de memoria y de modelos de órdenes –de este modo 
puede reproducirse un número infinito de veces. Ya no tiene porqué 
ser racional, puesto que ya no se mide en función de instancia ideal o 
negativa alguna. No es más que algo operativo. 
 
 El hacer-mundo digital consagra lo siempre ya-dado mediante la 
negación estructural de todo elemento exógeno al código-matriz. Todo 
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Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
aquello utilizado para su programación será necesariamente reprodu-
cido a través de sus algoritmos, rechazando así cualquier elemento que 
exceda su proyecto fundacional. Sus artefactos técnicos no son más que 
las herramientas políticas del proyecto al cual respondió la programa-
ción inicial del aparato digital. Los dispositivos digitales reproducen la 
ideología inscrita en su interfaz a través de la imposición totalitaria de 
su forma operativa específica. Todo contenido virtual no es más que la 
excusa para el funcionamiento de sus formas; estas últimas, encargadas 
de la preservación y reproducción del proyecto político que motivó la 
programación inicial. La realidad virtual es intolerante con todo aquello 
que exceda sus modalidades operativas. 
 Por efecto de la simulación digital, todos los contenidos procedentes 
de la realidad fáctica son apropiados y transformados por los programas que 
animan la realidad virtual. Esto implicó una reorganización formal de la realidad. 
Lo que antes aparecía consignado en soportes estables de los cuales no po-
HuER�HIWTVIRHIVWI�TEVE�I\MWXMV�¯PMFVSW��GYEHVSW��JSXSKVEJuEW��IXGqXIVE¯��ELSVE�¾SXE�
como espectro virtual fragmentado. Fue así como se impuso el régimen escópico 
de las 1000 pantallas interconectadas en red mundial, donde todo circula como 
imagen-tiempo sin consignación alguna. Toda aparición electrónica es a su vez 
una des-aparición que rechaza estructuralmente la persistencia de los contenidos 
vehiculados en la sucesión de imágenes electrónicas. “En buena medida, las elec-
trónicas poseen la cualidad de las imágenes mentales, puro fantasma. Aparecen en 
lugares –de los que inmediatamente se esfuman–. Son espectros, puros espectros, 
ajenos a todo principio de realidad” (Brea, 2010: 67). La e-image es inmediatez e 
inmanencia sin retención consignataria posible. “Nada de consigna ni preserva-
ción: puros operadores relacionales de datos” (Brea, 2010: 83). Inclusive sus pau-
sas responden a la lógica del tránsito ininterrumpido entre nodos electrónicos. 
2S�LE]�KMVS�VI¾I\MZS�TSWMFPI��
 Toda información digital circula mediante imágenes-tiempo que aparecen 
y desaparecen en el acto. La temporalidad del aparato digital las vuelve destellos 
sin trascendencia alguna. Lo único persistente son los códigos presentes en la 
simulación informática. En el aparato digital, se produce un fenómeno informacio-
nal de repetición por diferencia. El metacódigo político a cargo de la fundación del 
programa asegura su hegemonía virtual a través de la inyección de su ideología 
en las formas del aparato digital. Dicha ideología no corresponde a sus ideas ni 
tampoco a sus conceptos, sino a las prácticas operativas que induce. Por efecto 
de su interfaz visual, el aparatodigital convierte lo aparente en una totalidad her-
mética de sentido, reduciendo la representación de lo informado a mera relación 
algorítmica entre código y residuo. Así, el despliegue nodal de imágenes-tiempo 
garantiza la dominación del metacódigo de origen – con todo lo que ello implica 
–, aun cuando lo haga a través de la des-aparición de sus productos. 
 A partir de lo anterior, nos preguntamos por la relación entre el aparato 
digital y el desarrollo ideológico de cada formación social. Lo anterior, teniendo 
en cuenta tanto la condición esencialmente práctica y material de toda ideología 
(Althusser, 2015b: 297 y ss), como los efectos de la e-image sobre las conductas 
sociales. Siguiendo las evidencias expuestas anteriormente, proponemos la si-
guiente tesis: el aparato digital fortalece las posiciones de la Ideología de Estado en el 
14
seno de cada formación social. Ello, a través de la inducción de un modelo mental 
de corte mágico inspirado en la interfaz visual de la pantalla digital. Dicho modelo 
QIRXEP�STIVE�QIHMERXI�PE�XSXEPM^EGMzR�HI�PEW�WYTIV½GMIW�ZILMGYPEHEW�IR�VIH��ERY-
lando el ejercicio del pensamiento conceptual mediante la promoción del pen-
WEQMIRXS�QjKMGS��%HIQjW��JVEKQIRXE�PSW�HMWGYVWSW�TSPuXMGSW�]�GMIRXu½GSW��VIL�]I�
toda axiomática ajena al código, fomenta la heterodoxia hiperliberal, rechaza toda 
alternativa proyectual de largo alcance y reduce la Historia a mera historicidad 
simulada. Todo lo anterior, sirviéndose de las directrices siempre-ya dadas de la 
ideología dominante; ideología que, por principio, está inscrita en los aparatos 
MHISPzKMGSW�HIP�)WXEHS��4SV�IWE�VE^zR��E½VQEQSW�UYI�IP�ETEVEXS�HMKMXEP�WI�EVXMGYPE�
con la Ideología de Estado con el objetivo de reforzarla.
 El aparato digital asegura la sujeción ideológica necesaria para que 
los agentes de la producción cumplan sus funciones asignadas en la división del 
trabajo a partir de la clausura de todo horizonte político alternativo al proyec-
to capitalista contemporáneo. Dicha clausura corresponde a la imposibilidad de 
imaginar una formación social organizada sobre bases diferentes a las simuladas 
digitalmente. La transparencia virtual tiene por objeto saturar los imaginarios 
políticos, volviendo al usuario un navegador pasivo inmerso en la lógica RAM 
del ciberespacio. De esa manera, solo es apto para imaginar las informaciones 
siempre-ya simuladas, frente a las cuales no puede más que mostrar simpatía 
o rechazo. 0E�QSHEPMHEH� STIVEXSVME� HI� PE� I�MQEKI� SFWXVY]I� IP� KMVS� VI¾I\MZS� RIGI-
sario para cualquier ruptura con la ideología. Su régimen escópico promueve una 
inmersión automatizada y a-conceptual: absorbe al individuo transformándolo 
en sujeto-usuario�WMQYPEHS�IR�YR�TIV½P�IPIGXVzRMGS��MRLEFMPMXEHS�TEVE�VIEPM^EV�GYEP-
quier movimiento ajeno a la operatividad del sistema. De hacerlo, el mismísimo 
programa se encarga de eyectarlo mediante la falla operativa. El aparato digital 
responde a la subversión operativa yéndose a negro. 
 La relación entre modelo mental mágico e Ideología de Estado nos per-
mite vislumbrar las funciones políticas que cumple la e-image en las formaciones 
sociales capitalistas contemporáneas. En las páginas que siguen, nos referiremos 
a ellas. Para hacerlo, dividiremos nuestra exposición en los siguientes puntos: 1) 
El Estado: aparato-madre; 2) inmersión, inmanencia, inmediatez, transparencia y satu-
ración; 3) ética del fragmento y pensamiento mágico; 4) el modelo mental mágico y la 
clausura de la Historia.
 
1. EL ESTADO: APARATO-MADRE
Todo hacer-mundo en las formaciones sociales de clase responde al Estado. El 
Estado establece la invariable histórica con la cual dialogará necesariamente el 
GSRNYRXS�HI�PEW�TVjGXMGEW�WSGMEPIW�UYI�IRKPSFE��TVjGXMGEW�UYI��E�WY�ZI^��MR¾YMVjR�
reactivamente sobre su desarrollo. De esa manera, el Estado encarna la Ley a 
través del poder de Estado. Sin embargo, dicha Ley no se reduce al ámbito jurí-
dico, aunque lo incluye. La Ley que traza el Estado es la del Orden dominante que 
HI½RI�PE�RSVQEPMHEH�IR�GEHE�JSVQEGMzR�WSGMEP. El Estado es un aparato: sustantiva el 
hacer-aparecer�ITSGEP�HI�PEW�TVjGXMGEW�WSGMEPIW��QIHMERXI�WY�GSHM½GEGMzR�GSQS�0I]�
y Orden invariables. El poder de Estado resulta ser, entonces, la axiomática basal 
de cada formación social de clase. Ya sea para defenderlo o para atacarlo, toda 
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Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
práctica social deberá dialogar con la Ley y el Orden del Estado. Tal normativa de-
signa el sentido de las acciones humanas. El Estado es el aparato del estadio histórico. 
 Siendo el aparato responsable de la Ley y del Orden, el Estado no se limita 
al ámbito de la represión. Aun cuando sea parte de sus funciones, la represión 
no es la esencia del Estado moderno. Dicho reduccionismo lo limita al ámbito 
HIWGVMTXMZS�UYI�PS�HI½RI�IR�XqVQMRSW�TYVEQIRXI�RIKEXMZSW��4EVE�GSQTVIRHIVPS�
en términos positivos, es necesario comprender al Estado como la piedra angular 
HI�GEHE�JSVQEGMzR�WSGMEP��:MWXS�EWu��IP�ETEVEXS�HI�)WXEHS�WI�HI½RI�GSQS�EUYIPPS�
que constituye la particularidad histórica diferencial de cada comunidad humana, 
siendo el poder de Estado, su principal herramienta constituyente. Para comple-
QIRXEV�RYIWXVE�HI½RMGMzR��GMXIQSW�PE�HI�%PXLYWWIV��%PXLYWWIV������G�����
�
 
Definición: el Estado es , pues , bajo el poder de Estado, el Aparato re-
presivo de Estado, por una par te , y los Aparatos ideológicos de Estado, 
por otra. La unidad del Aparato de Estado y los Aparatos ideológicos de 
Estado la asegura la política de clase de los detentadores del poder de 
Estado, que actúan en la lucha de clases directamente mediante el Apa-
rato represivo de Estado e indirectamente mediante la mater ialización 
de la Ideología de Estado en los Aparatos ideológicos de Estado.
 
 El Estado se compone del aparato represivo de Estado y de los apa-
ratos ideológicos del Estado. La unidad de ambos sub-aparatos viene dada por 
la Ideología de Estado. El Estado equivale al poder de Estado, siendo este último, 
un monopolio de la clase dominante. La política del Estado es la política de la 
clase dominante. Lo mismo sucede con la ideología. La Ideología de Estado es 
la ideología de la clase dominante. La Ley y el Orden vienen determinados por los 
intereses de la clase en posesión del Estado. En ese sentido, todo hacer-aparecer le 
rinde cuentas a la clase dominante, ya sea para reforzar sus posiciones políticas, 
o para incitar la subversión contra ellas. El Estado es el aparato-madre de todos 
los demás aparatos. Hace posible todo aparecer histórico en el lugar y momento 
preciso del cual es su aparato-de-estadio. Tanto así, que incluso traza la distinción 
entre lo público y lo privado, de la cual es su condición angular. Nuevamente, en 
palabras de Althusser (Althusser, 2015b: 283): 
 
La distinción entre lo público y lo privado es una distinción interior al 
derecho burgués, y válida en los dominios (subordinados) en los que 
el derecho burgués ejerce sus <<poderes>>. El dominio del Estado 
se le escapa, pues está <<más allá del Derecho>>: el Estado, que es 
el Estado de la clase dominante, no es ni público ni privado; es, por 
el contrario, la condición de toda distinción entre público y privado. 
 
 La condición de aparato-madre característica del aparato de Estado, nos 
permite comprender las relaciones estructurales entre la Ideología de Estado 
]� PSW�ETEVEXSW�ITSGEPIW��7MIRHS� PE� -HISPSKuE�HI�)WXEHS�UYMIR�YRM½GE�IP�ETEVEXS�
represivo con los aparatos ideológicos de Estado, resulta evidente que aquella es 
también la responsable de dotar de sustancia a la Ley y el Orden. La Ley y el Or-
den son ideológicos, y por tanto, inconscientes. Están más-acá de todo conocimiento 
16
racional. Viabilizan la interacción fenoménica entre los individuos y la mundanidad. 
Por su condición de invariables históricas, hacen posibles todo aparecer epocal 
mediante la constitucióndel campo de visibilidad. De esa manera, la Ley y el 
3VHIR�GSHM½GER�IP�VqKMQIR�IWGzTMGS��HMVMKMIRHS�PSW�EGXSW�HI�ZIV�]�WEFIV�WIK�R�
las directrices de la Ideología de Estado. “La constitución del campo escópico es 
cultural” (Brea, 2007: 181). Ella viene determinada por las modalidades particula-
res de visibilidad que promueve cada Ideología de Estado. 
 Como vemos, la Ley y el Orden gobiernan la visibilidad. Para hacerlo, 
se alimentan de la Ideología de Estado. Esto nos parece de gran interés, pues da 
cuenta del carácter necesariamente ideológico de toda visualización. ”El ver no es 
neutro ni, por así decir, una actividad dada y cumplida en el propio acto biológico, 
sensorial o puramente fenomenológico” (Brea, 2007: 181-182). Es una práctica 
subordinada a los preceptos ideológicos que determinan tanto el campo escópi-
co como las modalidades de visualidad idóneas a cada fenómeno. En la experiencia 
escópica, quien ve no es el individuo, sino la ideología que lo transformó en sujeto de su 
discurso ideológico. La visión proviene siempre del otro. Funciona como un discurso: 
interpela al individuo en cuanto sujeto concreto de la experiencia visual, apro-
piándose de ella a través de su organización escópica. Así como “el inconsciente 
es el discurso del Otro” (Lacan, 2009: 360), la visión es el ver del otro. En ambos 
casos se trata de la efectividad de lo ideológico sobre las prácticas de los sujetos.
 A partir del trazo de la Ley y el Orden, el aparato de Estado demarca las 
condiciones de emergencia de los demás aparatos. Su invariable histórica signa 
las posibilidades epocales para el desarrollo de cada uno. He allí su función como 
aparato-madre. Esto último cuenta inclusive para el nivel técnico de la producción. 
El primado de las relaciones de producción sobre el desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas –determinantes solamente en última instancia (Althusser, 2015a: 247)– , 
implica que la Ley y el Orden representados por el aparato de Estado guíen el 
HIWEVVSPPS�GSRGVIXS�HIP�TVSGIWS�HI�TVSHYGGMzR��HI½RMIRHS�WYW�TEVXMGYPEVMHEHIW�
históricas. De esa manera, las condiciones materiales de los aparatos epocales 
IWXEVjR�WMIQTVI�TVI½KYVEHEW�IR�PE�-HISPSKuE�HI�)WXEHS��
 La producción de plusvalía estructura el proceso de trabajo en su conjun-
XS��SVMIRXERHS�WY�HIWEVVSPPS��±)P�QSXMZS�TVSTYPWSV�]�IP�½R�HIXIVQMRERXI�HIP�TVS-
ceso de producción capitalista es la mayor autovalorización posible del capital, es 
decir, la mayor producción posible de plusvalía, esto es, la mayor explotación de 
la fuerza de trabajo por el capitalista” (Marx, 2000: 28-29). Siendo la apropiación 
privada de los productos del trabajo el motor del proceso, su desarrollo debe 
VIWTSRHIV�EP�FIRI½GMS�I\GPYWMZS�HI�PE�GPEWI�HSQMRERXI��0E�LMTIVXVS½E�TVSHYGXMZE�
atenta contra dichos intereses, pues acelera vertiginosamente la caída de la tasa 
de ganancia. Por esa razón, la regulación técnica del desarrollo productivo debe 
asegurar la reproducción de las relaciones sociales capitalistas, impidiendo que la 
contradicción entre capital y trabajo se convierta en un antagonismo letal. 
 Como vemos, todo aparato epocal surge a partir de las condiciones 
dadas por el aparato de Estado. Sin embargo, esto no implica la existencia de un 
automatismo expresivo entre aparato de Estado y aparatos epocales, sino más 
bien una dialéctica donde la Ley y el Orden enfrentan el desafío de absorber la 
nueva temporalidad emergente. Aunque reciban del Estado su signo histórico, 
los aparatos transforman la sensibilidad epocal siempre-ya dada, promoviendo el 
REGMQMIRXS�HI�YRE�RYIZE��4SV�WYTYIWXS��IWS�RS�WMKRM½GE�UYI�TSWIER�IP�TVMZMPIKMS�
17
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
de subvertir el carácter de clase de la Ley y el Orden dados. Su efectividad se 
limita al ámbito de la sensibilidad. Ella posee efectos políticos marginales. Aun así, 
es necesario indicar el vínculo de la sensibilidad con el desarrollo de lo político, 
pues la relación entre aparato epocal y aparato de Estado reviste características 
IWTIGu½GEW� ]� WSFVIHIXIVQMREHEW� UYI� WSR� HI� KVER� MRXIVqW� TEVE� GSQTVIRHIV� PE�
inserción de los aparatos en el seno de cada formación social.
 Los aparatos guardan una estrecha relación con todos aquellos pro-
yectos políticos en disputa durante su irrupción. Al respecto, los aparatos operan 
como una materialización en segundo grado de las estrategias políticas que los 
circundan. Aunque no sea parte de sus presupuestos conscientes, los aparatos 
promueven prácticas sociales que se articulan necesariamente con tales hori-
zontes políticos, asumiendo así algunas de sus posiciones concretas. Por lo tanto, 
establecen una relación de complicidad efectiva mediante el despliegue de su 
sensibilidad particular. Esto último se explica a través del análisis del vínculo entre 
aparato e ideología. “Una ideología siempre existe en un aparato y su práctica o 
prácticas. Esta existencia es material” (Althusser, 2015b: 298). La relación dialéc-
tica del aparato con la Ley y el Orden se realiza a través de la ideología y dentro 
de los márgenes dados por la política. Benjamin lo comprendió al momento de 
analizar los efectos políticos de la radio y el cine (Benjamin, 1989a: 38-39):
 
Con las innovaciones en los mecanismos de transmisión, que permiten 
que el orador sea escuchado durante su discurso por un número tam-
bién il imitado de espectadores , se convier te en primordial la presenta-
ción del hombre político ante esos aparatos . Los Parlamentos quedan 
desier tos , así como los teatros . La radio y el cine no solo modifican la 
función del actor profesional, sino que cambian también la de quienes , 
como los gobernantes , se presentan ante sus mecanismos. Sin prejuicio 
de los diversos cometidos específicos de ambos , la dirección de dicho 
cambio es la misma en lo que respecta al actor de cine y al gobernante . 
Aspira, bajo determinadas condiciones sociales , a exhibir sus actuacio-
nes de manera más comprobable e incluso más asumible . De lo que 
resulta una nueva selección, una selección ante esos aparatos , y de ella 
salen vencedores el dictador y la estrella de cine .
 
�������������'EHE�ETEVEXS�ITSGEP�IWXEFPIGI�EPKYRE�VIPEGMzR�IWTIGu½GE�GSR�PE�-HISPS-
gía de Estado a través de las prácticas sociales que promueven sus dispositivos 
operativos. Los dispositivos modulan el hacer-aparecer del aparato epocal, ma-
terializando su temporalidad diferencial. El dispositivo funciona como mediador 
entre el aparato y la comunidad humana. Vehicula la mundanidad organizada por 
su respectivo aparato, permitiendo la manifestación epocal diferencial. En la re-
PEGMzR� HMZIVKIRXI� IRXVI� PSW� HMWXMRXSW� HMWTSWMXMZSW� WI� FEXIR� PSW� GSR¾MGXSW� HI� PE�
Ideología de Estado y la sensibilidad de los aparatos. La relación del aparato con la 
Ideología de Estado mediante sus dispositivos puede revestir características con-
servadoras –el museo respecto a la revolución francesa–, reaccionarias –la radio 
en el fascismo– o revolucionarias –el cine durante la construcción del socialismo 
en la URSS–. Lo anterior dependerá de la articulación del aparato con el poder 
de Estado. Dicha relación excede los aspectos técnicos que hicieron posible la 
18
emergencia de cada aparato. Se relacionan directamente con los intereses políti-
cos coyunturales en la disputa histórica. Así como no hay arte por el arte, tampoco 
hay aparato por el aparecer. 
 Una vez esclarecida la relación general entre aparato epocal e Ideología 
HI�)WXEHS��IW�QSQIRXS�HI�VIJIVMVRSW�E�VIPEGMzR�IWTIGu½GE�IRXVI�IP�ETEVEXS�HMKMXEP�
y la Ideología de Estado contemporánea. Para hacerlo, comenzaremos por abor-
dar las características principales de la e-image: inmersión, inmanencia, inmediatez, 
transparencia y saturación. Así, nos sumergiremos en la relación política entre el 
aparato digital y la ideología dominante. 
 
2. INMERSIÓN, INMANENCIA, INMEDIATEZ, TRANSPAREN-CIA Y SATURACIÓN 
“Inmersión, inmanencia, inmediatez: he aquí las características de lo Virtual” 
(Baudrillard, 2008: 26). Ellas distinguen la experiencia digital de todas las demás 
modalidades del aparecer epocal que aún siguen vigentes hasta nuestros días (fo-
tografía, cinematografía, etcétera). Baudrillard lo comprendió, indicándolas como 
las principales características del aparato digital. Sin embargo, omitió dos de sus 
axiomas. Nos referimos a la transparencia y a la saturación. En ellas se juega la 
efectividad ideológica totalizadora del régimen escópico de la e-image; aquello 
que convirtió al aparato digital en el hacer-aparecer epocal dominante. Veamos 
los efectos de cada una de las características antes mencionadas a partir de su 
encadenamiento fenoménico. 
 Que la e-image opere a través de la inmersión, resulta evidente. Su 
interfaz así lo exige. Para navegar en la realidad virtual el sujeto debe convertirse 
en usuario del sistema. Sus movimientos son guiados según los comandos del 
servidor. El usuario transita entre los nodos del ciberespacio, siendo este últi-
mo quien suministra y administra los estímulos electrónicos que constituirán su 
experiencia digital. La fase superior de la inmersión electrónica es la transformación 
del usuario en avatar. Una vez consumada, el sujeto ya no es más un visitante pro-
visorio de la red, sino una parte integrante de ella. De esa manera, la inmersión 
se completa. Durante el desarrollo de esta fase, “la realidad ha pasado a ser la 
presa de la Realidad Virtual” (Baudrillard, 2008: 21). Creado el avatar, este último 
se apropia del sujeto a través de su GSHM½GEGMzR. De allí en adelante, lo virtual se 
transforma en una dimensión más de su existencia, subordinándola a sus modali-
dades operatorias particulares. 
 En este punto es donde podemos notar de manera ejemplar los efectos 
de la inmanencia digital. “El modelo de acceso matricial permite la puesta en en-
cuentro de cualquier clúster o escena con cualquier otra – sin la restricción de 
la economía de lectura longitudinal, secuenciada y sucesiva, que pesa en los pro-
GIHMQMIRXSW�HIP�PMFVS�S�½PQ²��&VIE����������
��0E�REZIKEGMzR�IRXVI�PSW�RSHSW�UYI�
componen el ciberespacio responde al discurso inscrito en el código de origen. 
La lógica del sentido que acompaña la experiencia digital es una simulación programa-
da. Corresponde a la interacción algorítmica entre matrices virtuales siempre-ya 
19
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
dadas. El código traza la invariable electrónica que viabiliza todo aparecer-virtual. 
Nada puede excederle, pues su sistema operativo excluye desde su constitución 
a todo elemento exógeno a sus ordenadas binarias. Todo lo que ocurre en la 
realidad virtual responde a la lógica simulada por sus programas. El sentido es 
inmanente al software. 
 Los espectros electrónicos que recorren el ciberespacio están progra-
mados para aparecer y des-aparecer en la más absoluta inmediatez durante la 
experiencia nodal. Siendo la fugacidad el signo de las imágenes-tiempo, todo fenómeno 
digital aparece des-apareciendo. Los estímulos electrónicos están hechos para tran-
sitar entre sí. Inmanencia e inmediatez se complementan desde la materialidad 
del aparato digital, asegurando así el cumplimiento del programa de la e-image. 
De esa manera, lo único que pervive en el ciberespacio es el código operativo 
de origen. La matriz electrónica despliega sus productos mediante la repetición 
por diferencia. El contacto entre usuario-avatar y campo digital solo puede rea-
lizarse por parpadeos. La instantaneidad de las imágenes-tiempo es la condición 
de posibilidad que asegura el despliegue efectivo de las informaciones imaginarias 
repartidas en la red. 
�������������)R�IP�ETEVEXS�HMKMXEP��XSHS�KMVS�VI¾I\MZS�EXIRXE�GSRXVE�IP�JYRGMSREQMIRXS�
diferencial del sistema operativo. Para prevenir tal disfunción, el aparato digital 
opera mediante una interfaz visual mágica que proyecta innumerables posibilida-
des de navegación, sin retención conceptual alguna. Dicha característica particular 
de la interfaz digital obstruye el desarrollo de las prácticas conceptuales asocia-
das a la retención crítica y analítica de los contenidos visualizados, promoviendo 
hábitos hiperliberales de navegación. Aquí, todo es tránsito entre imágenes que 
seducen la imaginación del usuario atrapado por el señuelo hiperreal de la omni-
potencia programática del deseo. La interfaz visual del aparato digital simula rea-
lidades que usurpan la mundanidad. La sensibilidad que induce el aparato digital 
está en directa correspondencia con la reproducción de la ideología liberal del 
sujeto. Eso sí, la diferencia estriba en que, por su carácter programático, el apa-
rato digital la promueve en cuanto ideología técnica del sujeto. La realidad virtual 
reproduce la ideología liberal del sujeto mediante su transformación en ideología técnica 
del sujeto simulado. Del humanismo al tecnocratismo. 
 Decir que la realidad virtual procura igualarse con la realidad fáctica 
no es gran novedad. Sin embargo, analizarlo a partir del proceso ideológico que 
la motiva, sí. El efecto-realidad que promueve la interfaz digital corresponde a la 
economía de la transparencia. El carácter simulado de la realidad virtual implica 
la producción de una hiperrealidad operativa. Ella es capaz de articularse con la 
realidad fáctica de manera funcional. Lo anterior, con el objetivo de apropiársela. 
La transparencia hiperrealista de la e-image corresponde a la administración de lo 
ZMWMFPI�QIHMERXI�WY�GSHM½GEGMzR. “La transparencia es también un modo de legislar 
sobre lo visible y lo invisible” (Comeron, 2007: 25). Regula las modalidades y ni-
veles de visibilidad, siguiendo las directrices impuestas por el discurso ideológico 
de turno. No hay pureza visual posible. El ver fenomenológico no es más que un 
mito empirista revisitado que resulta incapaz de comprender las determinaciones 
ideológicas de la transparencia. 
 El simulacro digital recurre a la transparencia programada de la e-image 
para garantizar el funcionamiento operativo de la realidad virtual. Dicho simula-
20
cro responde a un doble requerimiento. Primero, estructurar el efecto-realidad 
UYI�LEVj�TSWMFPI�WY�ETVSTMEGMzR�GSHM½GEHE�HI�PE�VIEPMHEH�JjGXMGE��WMR�PE�RIGIWMHEH�
de un referente extra-programático que respalde la experiencia. Segundo, des-
plegar la ideología inscrita en la organización basal del metacódigo, conduciendo 
la inmersión virtual según las directrices inmanentes a su ideología motriz. Toda 
organización técnica del aparato digital responde a los presupuestos de su ideo-
logía basal. Lo anterior, a partir de la imposición de su forma particular. Los mass 
media�INIQTPM½GER�GzQS�PE�MHISPSKuE�STIVE�E�XVEZqW�HI�PE�JSVQEPM^EGMzR�STIVEXMZE��
independientemente de los contenidos que excusen su despliegue. “La ideología 
de los media está al nivel de la forma, de la separación que instituyen, y que es una 
división social” (Baudrillard, 1974: 202). Toda técnica responde a una estrategia 
política. 
 La transparencia visual del aparato digital es la opacidad conceptual del campo 
escópico��0E�XVERWTEVIRGME�ZMVXYEP�HI�PE�I�MQEKI�EXVS½E�EP�TIRWEQMIRXS�GSRGITXYEP��
Mientras más vemos, menos sabemos qué vemos. “La transparencia ha devorado 
el mundo hasta hacerlo opaco a sus habitantes. La opacidad no está ya en <<las 
cosas>> sino en nuestra capacidad de ver, o en los límites que surgen en nuestra 
conciencia saturada por el modo constante con el que las cosas invaden nuestra 
visión” (Comeron, 2007: 72). Se trata de una visión técnicamente programada, 
que regula las modalidades de intelección visual a través de la promoción del pen-
samiento mágico y la censura del pensamiento conceptual. Por lo tanto, una visión 
que solo es capaz de ver imágenes simuladas, sin preguntarse por las condiciones 
constitutivas de su campo escópico. O sea, una prácticaideológica directamente 
política materializada por el automatismo visual de la pantalla digital.
 Toda transparencia es la transparencia de la ideología dominante. 
El ver-desnudo es un ver ideológico. La transparencia es siempre una proyección 
simulada de las evidencias. Produce el sentido visual a partir de la simulación hipe-
VVIEPMWXE�HI�PSW�JIRzQIRSW��)R�PE�XVERWTEVIRGME��PE�WYTIV½GMI�TVS]IGXEHE�XSXEPM^E�
lo aparente presente en la pantalla, guiando la experiencia interactiva hacia la 
saturación� MQEKMREVME��%UYu�� RS� LE]� ½RKMQMIRXS� TSWMFPI�� 0E� XVERWTEVIRGME� I\GPY-
ye la posibilidad de disimulación. Su forma de ocultación ideológica se realiza a 
través de la saturación por evidencia simulada��±(MWMQYPEV�IW�½RKMV�RS�XIRIV�PS�UYI�
WI�XMIRI��7MQYPEV�IW�½RKMV�XIRIV�PS�UYI�RS�WI�XMIRI��0S�TVMQIVS�MQTPMGE�YRE�TVI-
sencia, lo segundo una ausencia” (Baudrillard, 2001: 254). En la realidad virtual, la 
transparencia simula la veracidad de los fenómenos, saturando así la imaginación 
del usuario. Este último es absorbido por la inmanencia programática. Sus movi-
mientos se encuentran siempre-ya supeditados a los movimientos inscritos en el 
sistema operativo.
 La simulación digital produce el efecto-realidad mediante la saturación 
electrónica. La realidad virtual consigue apropiarse de la realidad fáctica a través 
de la gestión económica de la transparencia. Las evidencias simuladas programáti-
camente se imponen como depositarias de la verdad, reduciendo los fenómenos 
que proyectan a sus posibilidades algorítmicas. Lo anterior resulta posible gracias 
a la función informacional de la cibernética en la producción de materia. Esto úl-
timo obedece a factores históricos precisos. “Desde el comienzo de la posguerra, 
a la materia, que hasta entonces era considerada desde el punto de vista de la 
masa y la energía, se le agrega, para completarla, la noción de información” (Virilio, 
1996: 148-149). El lugar de la verdad ya no es más un privilegio mitológico del ser. 
21
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Ahora, la información es responsable de su producción; producción que realiza 
mediante la saturación electrónica. El aparato digital demuestra que la verdad es 
efectiva y no ontológica. 
�������������)P�¾YNS�MRJSVQEGMSREP�IR�VIH�WEXYVE�PEW������TERXEPPEW�HI�PE�I�MQEKI��
simulando la realidad mediante su virtualización. De esa manera, se apropia del 
efecto-realidad absorbiendo todos aquellos productos temáticos concebidos a 
través de otros regímenes escópicos. El aparato digital monopoliza la verdad trans-
formándola en un simulacro informacional imaginario. Totaliza lo aparente de cada 
MQEKIR�XMIQTS�IR�PE�TERXEPPE��MQTSRMIRHS�PEW�WYTIV½GMIW�XIQjXMGEW�GSQS�XVERWTE-
rencias hiperreales. La distribución de imágenes-tiempo a lo largo del ciberespa-
cio bajo la modalidad del aparecer des-apareciendo, convierte a la obsolescencia 
en una de las principales características del aparato digital.
 Las 1000 pantallas son el reino del Primer Género de Conocimiento (Spinoza, 
2013: 181). La saturación por apariencias, efecto particular de la transparencia 
hiperreal, encuentra en la obsolescencia digital a su mejor aliado. La repetición por 
diferencia prescribe la muerte de cada impulso electrónico en el instante mismo de 
su emergencia. En la realidad virtual, todo es tránsito inmanente. De esa manera, 
lo único persistentes es el código de origen, y con él, la intelección programa. 
(MGLE�TVSKVEQEGMzR�GSVVIWTSRHI�E�PE�-HISPSKuE�HI�)WXEHS�UYI�QIXEGSHM½GE�WY�
funcionamiento. Las dimensiones políticas del aparato digital se vuelven prístinas 
no bien analizamos la relación entre código e Ideología de Estado. 
�������������-RQIVWMzR��MRQERIRGME��MRQIHMEXI^��XVERWTEVIRGME�]�WEXYVEGMzR�GSR¾Y]IR�
en una sola invariable ideológica: la Ideología de Estado. Inmersión, pues la atrac-
ción hacia la realidad virtual responde a las prácticas ideológicas dominantes, 
quienes organizan la aparición del deseo según las pautas del proyecto político de 
FEWI��-RQERIRGME��HEHS�UYI�PE�GSHM½GEGMzR�HI�PSW�TVSKVEQEW�HMKMXEPIW�VIWTSRHI�E�
un metacódigo político de clase que encuentra en la Ideología de Estado su prin-
cipal modalidad operativa. Inmediatez, porque todo conocimiento apriorístico es 
un conocimiento falseado que responde a los prejuicios ideológicos dominantes, 
siendo el Primer Género de Conocimiento, la síntesis de sus posibilidades. Trans-
parencia, puesto que la hiperrealidad virtual es la transparencia de la ideología 
dominante, quien organiza las modalidades de lo visible a partir del trazado del 
campo escópico. Saturación, ya que los productos concebidos por el aparato 
HMKMXEP�WI�ETVSTMER�HI�PE�VIEPMHEH�JjGXMGE�QIHMERXI�WY�GSHM½GEGMzR��MQTSRMqRHSPIW�
las premisas inscritas en su programación y obstruyendo toda emergencia alter-
nativa al código-matriz. 
 Como vemos, la realidad virtual no es la duplicación de la realidad fáctica. 
Toda semejanza entre ambas obedece a los esfuerzos del aparato digital por si-
mular una realidad operativa que no requiera de lo Real para existir1. Entre ambas 
realidades se produce un fenómeno de paralelismo signado por la disputa del 
principio de realidad. Dado el carácter efectivo de este último, la e-image lucha 
1 Cabe mencionar el carácter provisorio de esta tesis. Ella responde al análisis del ideal-Virtual 
inscrito en la materialidad del aparato digital. En este último, el estatuto de lo Real requiere de un 
análisis particular que, por su extensión, excede los propósitos de este artículo. Preliminarmente, 
podemos señalar que, a partir de su virtualización cibernética, lo Real cambió, pero no desapare-
ció. Que los sistemas operativos procuren simularlo para volverlo dispensable, no es más que un 
ideal de la informática. Esperamos abordar dicha problemática en otra investigación. 
22
por apropiárselo mediante la imposición de sus productos simulados. El carácter 
productivo de sus operaciones promovió el surgimiento de una nueva ética ins-
pirada en los principios angulares de la Ideología de Estado, aunque diferente a 
sus expresiones precedentes. Dicha diferencia pasa por su correspondencia con 
la lógica RAM, siendo las prácticas fragmentarias que promueve, aquello que la 
distingue de toda ética liberal anterior. 
 
 
3. ÉTICA DEL FRAGMENTO Y PENSAMIENTO MÁGICO
El aparato digital opera mediante una interfaz visual de acceso matricial. En ella, 
toda representación es información electrónica e imaginaria simulada mediante 
TVSKVEQEW�ZMVXYEPIW��)WXS�WMKRM½GE�UYI�PEW�MQjKIRIW�XMIQTS�WSR�imágenes técnicas. 
En el aparato digital, el campo escópico corresponde a las posibilidades visuales 
del código-matriz. Se trata de una visión programa que se despliega en los juegos 
EPKSVuXQMGSW�HIP�¾YNS�IPIGXVzRMGS��7Y�TVMRGMTEP�WMRKYPEVMHEH�IW�WY�GEVjGXIV�mágico. 
La e-image amplía las funciones sociales que cumplen las imágenes en la produc-
GMzR�HIP�IJIGXS�VIEPMHEH��±)P�WMKRM½GEHS�HI�PEW�MQjKIRIW�IW�QjKMGS²��*PYWWIV��������
11). En ellas, toda potencia intelectual se subordina a su proyección imaginal. Apara-
to digital y Primer Género de Conocimiento se complementan en la promoción 
de una nueva superstición técnica. Dicha superstición implica una fe absoluta en 
la veracidad de las imágenes-tiempo. Lo anterior, en desmedro de las prácticas 
conceptuales abocadas al esclarecimiento de las condiciones políticas de cada 
fenómeno visual e informacional. 
 En la realidad virtual, todo discurso histórico se vuelve residual y mani-
pulable. Su reconstrucción solo es posible a través de la simulación técnica de su 
sentido. Cada discurso o relato se convierte en un simulacro de sí mismo, per-
diendo así sus propiedades históricas diferenciales. Por su condición programáti-
ca, la realidad virtual promueve la heterodoxia operativa. La lógica RAM implica la 
inducción de hábitos sociales de producción y consumo fragmentarios, según los 
cuales toda relación temáticaes posible mientras se realice dentro de los már-
genes funcionales del software. Ello, a expensas de toda raigambre extra-progra-
mática. Siendo la verdad un monopolio de lo efectivo que posee una estructura 
MHqRXMGE�E�PE�½GGMzR��RS�IW�HI�WSVTVIRHIV�UYI�PE�TVSHYGGMzR�HMWGYVWMZE�WI�MQTSRKE�
QIHMERXI� PE� WMQYPEGMzR�HI� WIRXMHS��%UYu�� IP� MR¾Y]S�HI� PEW� MQjKIRIW� XqGRMGEW�IW�
clave. A partir de su distribución en red, moldean las prácticas imaginarias con el 
½R�HI�MRGVYWXEVWI�IR�PE�VIEPMHEH�JjGXMGE��)P�EZEXEV�IPIGXVzRMGS�WI�XVERWJSVQE�IR�IP�
individuo, obligándole a responder por sus imágenes. Brea lo comprendió (Brea, 
2007: 193):
 
Las nuevas comunidades ya no se constituyen tanto en la adhesión fide-
lizada a una narrativa específica, que hacen objeto de su fe compartida, 
sino sobre todo en la relación puntual y dinámica con una constelación 
de imágenes en circulación con las que se produce una relación de iden-
tificación y reconocimiento que poco a poco las va sedimentando como 
memoria compartida, imaginario colectivo.
 
23
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
 El simulacro digital se apropia de la realidad fáctica a través de la pro-
ducción técnica de una realidad virtual. Dicha apropiación obedece al proceso 
HI�GSHM½GEGMzR�EP� GYEP� VIWTSRHI� PE�RYIZE�QSHEPMHEH� MRJSVQjXMGE�HI� PE�QEXIVME�
que introdujo la cibernética. La relación de complicidad entre la e-image y la 
Ideología de Estado garantiza el éxito del proceso. Encontrándose inscrita en el 
metacódigo de la realidad virtual, la Ideología de Estado se difunde a través de las 
imágenes-tiempo distribuidas en el ciberespacio, reforzando así sus posiciones en 
el seno del Estado. Pero no lo logra gracias a los contenidos virtuales, sino por 
efecto de la imposición de sus formas operatorias. La inducción de hábitos digita-
les está en directa correspondencia con los intereses políticos estratégicos de las 
Ideologías de Estado burguesas contemporáneas. Aquellas ya no son las burgue-
sías progresistas de antaño. Por esa razón, solamente velan por la mantención del 
poder a través de la prolongación del status quo. La ética del fragmento anula los 
intentos por articular e imaginar horizontes de sentido ajenos al inscrito en los 
programas virtuales. Esto explica los intereses estatales referidos a la democra-
tización del acceso a internet. No se trata solamente de cuestiones comerciales, 
sino también ideológicas. 
 El aparato digital promueve el pensamiento mágico. Su interfaz operativa 
VIHI½RI�PEW�QSHEPMHEHIW�GSRXIQTSVjRIEW�HI�PE�MRXIVWYFNIXMZMHEH��MQTSRMqRHSPIW�
su temporalidad y carácter diferenciales. Las transformaciones acarreadas por la 
emergencia de la realidad virtual no se limitaron al ámbito técnico de la comuni-
cación. Al contrario, fueron las mismísimas prácticas informacionales –en el senti-
do del dar-su-forma– las que cambiaron. El simulacro digital promovió el surgimiento 
de la ética del fragmento. A partir de su inserción comercial, la cibernética trans-
JSVQz�PE�WIRWMFMPMHEH�ITSGEP�VIHI½RMIRHS�PEW�TVjGXMGEW�WSGMEPIW��7Y�qXMGE�VIWYPXE�
idónea al tránsito escópico desde el inconsciente óptico a la e-image. 
 Por efecto del cambio en el régimen escópico dominante, los actos de ver 
y saber ya no responden más a las suspicacias conceptuales del punto ciego orga-
nizador de la experiencia fenoménica moderna, sino a las evidencias electrónicas 
simuladas. Dichas evidencias se imponen como transparencias informacionales. El 
sentido de los discursos electrónicos se produce a partir de la relación algorít-
mica entre el código y los residuos referenciales; estos últimos, ya previamente 
simulados desde el momento de su digitalización. De esa manera, la lógica RAM 
engendró la cultura_RAM, imponiéndole a su vez la ética fragmentaria del apara-
XS�HMKMXEP��±'YPXYVEC6%1�WMKRM½GE��UYI�PE�IRIVKuE�WMQFzPMGE�UYI�QSZMPM^E�PE�GYPXYVE�
está empezando a dejar de tener un carácter primordialmente rememorante, re-
cuperador, para derivarse a una dirección productiva, relacional” (Brea, 2007: 13). 
Para la ética del fragmento, toda relación temática es posible mientras el sistema 
operativo así lo disponga y soporte. En ella, los discursos o relatos históricos no 
son más que referencias producidas retroproyectivamente por los operadores re-
lacionales de datos. El carácter siempre-ya simulado de los residuos referenciales 
obstruye toda proyección extra-programática. 
 En la red, “no hay una producción de lógicas exactas: sino el despliegue 
de mareas semánticas que trazan nubes de interacción, para el que los conceptos 
funcionan como meros operadores borrosos gestores del potencial de movi-
miento en el espacio público de cada signo o efecto allí lanzado” (Brea, 2010: 88). 
El cambio en el régimen escópico dominante implicó que las propiedades mate-
24
riales de la e-image permearan al conjunto de las relaciones sociales e intersub-
jetivas, promoviendo un nuevo modelo mental. Dicho modelo es el de la interfaz 
visual mágica, modalidad contemporánea del Primer Género de Conocimiento. 
'EXEPj�PS�HI½RMz�EWu��'EXEPj�����������
�
 
La interfaz no es una máquina de pensar, ni una máquina de escr ibir, ni 
una máquina de simbolizar. La interfaz es , por el contrar io, una forma 
de pensar, un dispositivo que, por sus características sintomáticas (es 
decir, que se hallan en relación con funcionamientos profundos de la 
realidad social que les es contemporánea) se convier te en el modelo 
mental que ar ticula los modos de exposición de los procesos comunica-
tivos actuales .
 
 La ética de la cultura_RAM es la del fragmento. Para ella, todo es posi-
ble mientras resulte operativo, e imposible cuando exceda las determinaciones 
TVSKVEQjXMGEW�TVI½NEW��)P�WIRXMHS�]E�RS�IW�QjW�YR�VIPEXS�LMWXzVMGS��WMRS�YR�WMQY-
PEGVS�� 0SW� KVERHIW� HMWGYVWSW� TMIVHIR� WY� GEHIRE� VIJIVIRGMEP�� WMIRHS� GSHM½GEHSW�
al momento mismo de su asimilación virtual. El modelo mental mágico abole la 
historia a partir de su simulación como historicidad programada. En el aparato digital, 
toda práctica social es absorbida por la inmanencia del software. Las relaciones 
intersubjetivas se subordinan a las relaciones algorítmicas de base. La lógica RAM 
rechaza toda integridad discursiva. La pragmática de los dispositivos digitales re-
HI½RI� PSW�HMWGYVWSW�TSV� PE�ZuE�HI� PE�TVjGXMGE�� MQTSRMqRHSPIW�YR�RYIZS�SVHIRE-
miento hecho a la medida del programa. Toda axiomática pierde su validez angular. 
Se impone así la heterodoxia de las imágenes-tiempo. 
 El entramado-link vehicula los postulados angulares de la Ideología de 
Estado desde el momento mismo de la inmersión virtual. Aquí, no se trata de 
la regulación de los contenidos electrónicos, sino de las formas materiales que 
acompañan su distribución. La cuestión ideológica no está ligada al campo de las 
ideas que circulan en la pantalla, sino a las prácticas materiales que el aparato 
digital propicia. “La ideología está ligada a la forma, y no al contenido, es la pasión 
del código (Baudrillard, 1974: 186). La interfaz mágica implica por sí misma una 
transformación ideológica de los individuos, pues virtualiza las formas de consecución 
de las prácticas sociales e intersubjetivas. Por eso hablamos del surgimiento de una 
nueva ética: la del fragmento. La interfaz visual y el pensamiento mágico conspiran 
con la Ideología de Estado, convirtiendo a la realidad virtual en monopolizadora 
del efecto-realidad según las pautas ideológicas de aquella. A continuación, nos 
referiremos a la relación entre dicha tendencia y el problema de la Historia.
 
4. EL MODELO MENTAL MÁGICO Y LA CLAUSURA DE LA 
HISTORIA
Como vimos anteriormente, el aparato digital induce un modelo mental hecho a 
la medida del simulacro virtual. Aquí, todo horizonte histórico ajeno a la repeti-
ción por diferencia del código-matriz está clausurado. Esto resulta particularmen-
te inquietante al momento de analizar sus modalidadesde asimilación y transmi-
sión de la Historia. La Historia responde a la inscripción de los acontecimientos 
25
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
históricos en un presente siempre-ya temporalizado. El encadenamiento de los 
sucesos dependerá entonces de su articulación con la contingencia. “Articular 
LMWXzVMGEQIRXI�PS�TEWEHS�RS�WMKRM½GE�GSRSGIVPS� XEP�]�GSQS�ZIVHEHIVEQIRXI�
LE�WMHS""��7MKRM½GE�EHYIyEVWI�HI�YR�VIGYIVHS�XEP�]�GSQS�VIPYQFVE�IR�IP�MRWXERXI�
de un peligro” (Benjamin, 1989b: 180). El carácter coyuntural de lo histórico 
PS� ZYIPZI� YR� GEQTS�HI� HMWTYXE� TSPuXMGE��%� XVEZqW� HI� WY� VIHYGGMzR� E� WYTIV½GMI�
transparente y saturada, el aparato digital procura zanjar esa disputa mediante la 
simulación del relato histórico. De esa manera, convierte a la Historia en parte 
de su inmanencia. 
 Dados sus mecanismos operatorios, el aparato digital simula la Historia 
mediante su producción virtual de sentido. Los acontecimientos históricos que-
dan reducidos a huellas residuales; referentes en segundo grado siempre subordi-
nados a la lógica RAM y al modelo mental mágico. Por su paralelismo a la realidad 
fáctica, la realidad virtual puede integrarla sin la necesidad de responder por sus espe-
GM½GMHEHIW�GS]YRXYVEPIW. Solo le basta con representarla como algo operativo. De 
esa manera, la pregunta por la veracidad de los contenidos históricos desplegados 
IR� IP� IRXVEQEHS�PMRO� VIWYPXE� WYTIV¾YE��8SHS�IWXuQYPS� IPIGXVzRMGS� VIWTSRHI� EP�
criterio de producción programática de sentido y no de adecuación objetual. 
Mientras resulte operativo, se sostiene. En el aparato digital la Historia está signa-
da por la temporalidad del hacer-mundo virtual. “La verdadera imagen del pasado 
transcurre rápidamente. Al pasado sólo puede retenérsele en cuanto imagen que 
relampaguea, para nunca más ser vista, en el instante de su cognoscibilidad” (Ben-
jamin, 1989b: 180). El aparato digital reescribe el pasado mediante su simulación 
programática, interviniendo su proyección futura y subordinándolo al proyecto 
político del metacódigo. La asimilación de la Historia por parte del aparato digital 
MQTPMGE�WY�GSHM½GEGMzR�GSQS�I�MQEKI��]�GSR�IPPE��WY�WMQYPEGMzR�STIVEXMZE��
 Al simulacro digital corresponde la inoculación ideológica de la cultu-
ra_RAM. En ella, la Historia no es más que una referencia de segundo grado; algo 
así como la materia bruta que animó los primeros encadenamientos relacionales 
de la lógica RAM. No se trata de que el entramado-link no vehicule contenidos 
subversivos. Por el contrario, la apertura de lo virtual resulta de gran utilidad para 
la difusión de las más diversas temáticas –entre ellas, las revolucionarias–. De lo 
que se trata es de cómo la interfaz digital se apropia de todos los contenidos 
HMWXVMFYMHSW�E� PS� PEVKS�HIP�GMFIVIWTEGMS�� MQTSRMqRHSPIW�WY� JSVQE�IWTIGu½GE��%Wu��
los reduce a meros testimonios estéticos. Lo anterior, a través de la organización 
de las prácticas sociales e intersubjetivas que les acompañan. La Historia se con-
vierte en un recuerdo programado. Ya no es más la chispa del futuro, dotada de pro-
yección y sentido propio, sino solamente un vehículo de la nostalgia. Se produce 
así un fenómeno de abolición de la Historia y refuerzo de la Ideología de Estado 
mediante la censura de toda proyección extra-programática. 
 El aparato digital induce hábitos de intolerancia hacia los proyectos 
LMWXzVMGSW� HI� PEVKS� EPGERGI�UYI�TVSGYVIR�HIWE½EV� PE� IWXEFMPMHEH�HIP�QIXEGzHM-
go. Su temporalidad diferencial se traduce en un culto a la instantaneidad. Todo 
aquello que no tenga la capacidad de mantener seducido al imaginario del usua-
rio mediante la repetición por diferencia de sus estímulos resulta obsoleto. La 
materialidad de la realidad virtual rechaza toda persistencia proyectual, pues su 
naturaleza es el tránsito nodal inmanente e ininterrumpido entre los simulacros 
26
relacionados algorítmicamente por sus programas. La e-image aparece des-apare-
ciendo. No hay raigambre posible más que la repetición por diferencia del código-matriz. 
Su proyecto político angular es la anulación de toda proyección histórica ajena al 
simulacro. “Lo que con la imagen-tiempo comparece es algo mucho más decisivo 
I� MRUYMIXERXI�� IR� WYW� IWGIREVMSW� ]E� RS� GEFI� RM� PE� LMWXSVME� ¯IP� VIPEXS� YRM½GEHS��
unidimensional de un lo mismo –ni la Historia” (Brea, 2010: 74). La abolición de 
la Historia está inscrita en la materialidad misma del hacer-aparecer digital y del ha-
cer-mundo virtual. Nos encontramos ante un eterno-presente programado que 
anula todo horizonte histórico alternativo al metacódigo. 
 La cultura_RAM absorbe todo antagonismo social a partir de su ino-
culación ideológica. Por más ásperos que resulten los discursos que vehicula, el 
modelo mental de la interfaz mágica reducirá su efectividad a una pose visual. 
Apariencia y nostalgia conspiran para garantizar la reproducción de la Ley y el 
Orden dados. La realidad virtual es una caricatura de democracia: a mayor libertad 
HI�I\TVIWMzR��QIRSV�GETEGMHEH�HI�MR¾YIRGME�WSFVI�PEW�VIPEGMSRIW�WSGMEPIW. La materia-
lidad del aparato digital refuerza las posiciones de la Ideología de Estado a partir 
de la censura de hecho. Todo está permitido en tanto resulte viable para el sistema 
operativo. Por lo tanto, quedan excluidos todos aquellos horizontes históricos 
alternativos al metacódigo. El aparato digital demuestra la banalidad del derecho. 
 La e-image promueve un régimen escópico donde la simulación programá-
tica en red inviabiliza toda proyección política ajena al código-matriz, clausurando 
los horizontes históricos de las clases sociales dominadas. La organización de las 
relaciones sociales al interior de la cultura_RAM encuentra su garantía en las 
prácticas ideológicas promovidas por el modelo mental mágico. La Historia es 
reinscrita y asimilada siguiendo las directrices informacionales e imaginarias del 
metacódigo de modo tal que sus efectos sean programables. Tal racionalización 
no es técnica, sino política. La reproducción de las relaciones de producción 
capitalistas contemporáneas va de la mano con la hegemonía epocal del aparato 
digital. Inmersión, inmanencia, inmediatez, transparencia y saturación, conspiran 
para el triunfo de la Ideología de Estado; ideología dominante que refuerza el 
proyecto político de la burguesía contemporánea mediante la gestión técnica de 
lo imaginario. 
 El modelo mental de interfaz mágica impide concebir horizontes histó-
ricos alternativos al del metacódigo. Censura las prácticas conceptuales necesa-
rias para toda ruptura ideológica. Promueve comportamientos incompatibles con 
cualquier articulación política que procure desarrollarse en función de proyectos 
históricos de largo alcance. Por su efecto, toda oposición política queda enfrasca-
da en las invariables angulares del proyecto burgués contemporáneo. El malestar 
se dispersa, volviéndose materia bruta para los ajustes políticos funcionales al 
modelo económico-social dado. Se produce así un fenómeno de sacralización 
democrático-burguesa donde las división de clase se oculta en la transparencia 
de un nuevo humanismo ciudadanista y tecnocrático. Aquel vela por conciliar los 
antagonismos sociales en lugar de hacerlos estallar, pues carece de un horizonte 
histórico alternativo al dominante. Aquí, no hay proyección revolucionaria posible, 
pues no resulta imaginable un mundo erigido sobre bases sociales diferentes a las 
del metacódigo de la e-image. 
 El aparato digital usurpa la realidad fáctica a través de su transformación 
en realidad virtual. Esa es la razón por la cual su presencia resulta tan importante 
27
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
para el capitalismo contemporáneo. Todas las operaciones sociales del aparato 
digital no son técnicas, sino políticas. El simulacro digital impone las premisas de la 
Ideología de Estadoal momento mismo de la virtualización. La e-image posee una 
forma que, por su sola constitución, responde a los intereses fundamentales del 
capital. El aparato digital complota con la Ideología de Estado para promover el 
nacimiento de una nueva oposición funcional al modelo económico-social dado, 
que no hace más que otorgar la materia bruta necesaria para sus ajustes funcio-
nales. De esa manera, se produce un fenómeno de control político preventivo, 
que tiene por objeto la clausura conceptual de toda estrategia revolucionaria que 
atente contra la organización de las relaciones sociales dadas. Un buen ejemplo 
de lo anterior son los movimentismos sociales contemporáneos. Estos últimos 
nacieron a partir de la clausura temporal del horizonte histórico proletario luego 
de la desintegración de la URSS. Sus exigencias refrescan al proyecto liberal-bur-
gués a través de las “demandas ciudadanas”, otorgándole vigencia histórica a las 
relaciones capitalistas de producción. En síntesis, promueven ideales sociales en-
dógenos al régimen capitalista, obstruyendo cualquier intervención política ali-
neada con algún horizonte histórico alternativo. En estricto rigor, resultan mucho 
más antagónicos de la dictadura del proletario que de la dictadura del capital. 
�������������3GGYT]�;EPP�7XVIIX�INIQTPM½GE�ZMZEQIRXI�PE�VIPEGMzR�IRXVI�IP�ETEVEXS�
HMKMXEP�]�PSW�QSZMQIRXMWQSW�WSGMEPIW�GSRXIQTSVjRISW��%UYIP�WI�HI½RMz�GSQS�YRE�
SGYTEGMzR�TEGu½GE�HIP�XIVVIRS�GSR�½RIW�VIGVIEXMZSW�]�WMR�YR�TVSKVEQE�IWXVEXq-
gico contra el capital. “Nos preguntan cuál es nuestro programa. No tenemos 
programa. Estamos aquí para pasarlo bien” (Zizek, 2013: 109). La incapacidad de 
imaginar un horizonte político alternativo al orden burgués incluso cuando se lo desa-
fía, es el principal logro del aparato digital en su cruzada por la reproducción de las 
relaciones sociales de clase mediante la promoción de la Ideología de Estado como 
e-image. “Los carnavales son baratos; la auténtica prueba de su importancia es lo 
que ocurre al día siguiente, al comprobar cómo ha cambiado o cambiará nuestra 
vida cotidiana” (Zizek, 2013: 109). Sin la existencia de un horizonte histórico 
alternativo, toda protesta social se limitará a un mero ejercicio de civilidad que 
refrescará la esperanza dogmática en las potestades de la democracia burguesa. 
Esto es precisamente lo que consigue la alianza estratégica entre el aparato digital 
y la Ideología de Estado; alianza que tiene en la imposición del modelo mental 
mágico y la ética del fragmento, dos de sus mejores productos. 
 
Noviembre del 2017.
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29
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
Artefactualidad y Deconstrucción 
de lo Visible
 
Carlos Mario Fisgativa 
UBA – Conicet
GEVPSWQ½WKEXMZE$LSXQEMP�GSQ�
RESUMEN
 Desde la perspectiva de Jacques Derrida se pueden abordar las artes de lo 
ZMWYEP�]�PSW�TVSFPIQEW�UYI�TPERXIER�E�PE�VI¾I\MzR�½PSWz½GE�GSQS�IW�IP�GEWS�HI�
WY�IWTIGM½GMHEH�XqGRMGE��HI�PSW�GSRGITXSW�UYI�VMKIR�WY�TVjGXMGE�S�MRXIVTVIXEGMzR��
puesto que los problemas y conceptos que debate el autor son pensados también 
en relación con el cine, la fotografía y la televisión. Así mismo, las problemáticas 
que se evidencian desbordan hacia lo político, la ontología y lo epistemológico. 
Todo esto está en juego al tratar acerca de la “artefactualidad”, concepto derri-
diano que queremos exponer y que permite, según proponemos en este escrito, 
deconstruir el privilegio de la “presencia” y el “presente” predominante en la 
½PSWSJuE�]�UYI�IR�PSW�QIHMSW�XIPIGXIGRSPzKMGSW�WI�QERM½IWXE�WIK�R�IP�QSHS�HI�PE�
“actualidad” y del “en vivo y en directo”.
PALABRAS CLAVES: Artefactualidad, espectros, acontecimiento, televisión, de-
construcción
 
ABSTRACT
 Jacques Derrida offers a perspective to approach to the visual arts and the pro-
FPIQEXMGW�XLI]�TVSTSWI�XS��TLMPSWSTLMGEP�VI¾IGXMSR�� MXW�XIGLRMGEP�WTIGM½GMX]��XLI�
concepts that rule their practices or interpretation, given that the problematics 
and concepts addressed by the autor are helpful to think cinema, photography 
and television. Moreover, the problematics arousing from this topics go beyond 
and reach issues concerning politics, ontology and epistemology. All this is at sta-
ge when we talk about “artfactuality”, the derridian concept that we will discuss 
and allows to deconstruct the privilege of “presence” and “present” dominant in 
philosophy and evinced in the teletecnological media as the “actual” and the “live 
and direct”.
30
 
KEYWORDS: Artfactuality, Spectres, Event, Televison, Deconstruction.
 
LAS IMÁGENES TELEVISIVAS Y LA FILOSOFÍA 
ECO-GRÁFICA
Ecografías de la televisión contiene una entrevista de 1993 a Jacques Derrida que 
se planeó para ser televisada pero solamente se transcribió para publicarse por 
escrito. La importancia de este texto es poco reconocida, tal vez a causa de 
la mayor acogida o impacto de otras temáticas en la recepción de la obra del 
EYXSV��)WXS�NYWXM½GE�VIPIIV�PE�IRXVIZMWXE�HIWHI�YR�EWYRXS�GPEZI��PE�EVXIJEGXYEPMHEH�
como modo de deconstrucción de la “actualidad y de la presencia”. Asimismo, 
es posible hacer resonar estas cuestiones con “La obra de arte en la época de 
su reproductibilidad técnica” de Walter Benjamin, que es uno de los textos más 
leídos y comentados para tratar cuestiones a propósito del arte en las últimas 
décadas. Efectivamente, en elpensamiento derridiano sobre lo visible y las imá-
genes operan implícitamente algunos planteamientos benjaminianos, al igual que 
de otros teóricos.
�������������0E�IRXVIZMWXE�GSR�&IVREVH�7XMIKPIV�IW�PE�SGEWMzR�HI�YRE�VI¾I\MzR�EGIVGE�HI�
la “actualidad” y las tele-tecnologías a la luz de los procedimientos deconstructi-
vos para encontrar las implicaciones éticas, políticas, estéticas o económicas y sus 
determinaciones. Asimismo, permite circunscribir coordenadas para adentrarse 
en las propuestas de Derrida respecto a las artes de lo visual en relación con la 
reproductibilidad teletecnológica y establecer condiciones para indagar acerca 
de las imágenes del cine y de la televisión, de la fotografía o el internet según las 
GSR½KYVEGMSRIW�UYI�PEW�XIGRSPSKuEW�LER�KIRIVEHS�]�UYI�WMKYIR�XVERWJSVQjRHSWI��
tal y como señala Stiegler (1998) en el texto “La imagen discreta”, al igual que 
Gray Kochhar-Lindgren (2011).
 El “derecho de mirada” es un motivo que ayuda a orientar esta discu-
sión, ya que es abordado por Derrida en diferentes ocasiones, por ejemplo, al 
tratar acerca de la serialidad fotografía y de la separación entre las imágenes 
y el lenguaje, a partir de una fotonovela (Plissart; Derrida y Stigler, 1998:91) o 
en Espectros de Marx. Mientras que, en la mencionada entrevista, se parte del 
intento de explicar aquello que se denominó “derecho de mirada” y que tie-
ne que ver con la posibilidad o el deseo de controlar el uso, la circulación o 
la interpretación de las imágenes y los discursos que se estaban registrando, 
pero esto es, de entrada, imposible pues la repetición y alteración son condicio-
RIW� MRHMWSGMEFPIW�HI�PE�GSR½KYVEGMzR�XqGRMGE�UYI�LEGI�TSWMFPI� PE�VIEPM^EGMzR�HI�
una entrevista. ¿Qué garantiza que no se edite o corte la entrevista en función 
de otros intereses? ¿Que el propósito “inicial” sea totalmente tergiversado en 
algún uso futuro? De allí la exigencia de poder revisar el material registrado, 
sabiendo de antemano que era una exigencia ineludible que no sería totalmen-
te satisfecha. En resumidas cuentas, con la ocasión de registrar y televisar una 
31
Revista NOiMAGEN nº 1 - abril, 2018 / Centro de Estudios Visuales 
IRXVIZMWXE� GSR� YR� ½PzWSJS� WI� TPERXIER� TVIKYRXEW� WSFVI� PE� HM½GYPXEH� HI� XIRIV�
control sobre el dispositivo técnico de reproducción y los circuitos de difusión. 
 No haber televisado la entrevista es un indicio de que estaba en juego 
algo más que la comunicación y transmisión de algunos contenidos o conceptos. 
Es una demostración de la contaminación insalvable entre los medios técnicos y 
IP�INIVGMGMS�HI�PE�VI¾I\MzR�½PSWz½GE�GYERHS�WI�GSPSGE�FENS�PE�PIRXI�HI�PEW�GjQEVEW��
bajo condiciones temporales y espaciales bastante restringidas, orientadas por 
los formatos de los noticieros o programas que se transmiten por las pantallas. 
De allí que se insista en desmontar este escenario, en saber cómo funciona, para 
estar atentos a los riesgos, encontrar el tono o ritmo adecuado, pero también 
para aceptar lo imprevisto.
��������������4SV�QjW�UYI�PE�½PSWSJuE�MRXIRXI�QERXIRIVWI�EP�QEVKIR�HI�PE�TYFPMGMHEH�
mediática, de las tendencias del rating o de los intereses económicos, la relación 
IRXVI�PSW�½PzWSJSW�]�PSW�QIHMSW�HI�GSQYRMGEGMzR��PSW�GEREPIW�HI�ZMHIS�S�VEHMS�TSV�
MRXIVRIX��WYTSRIR�YR�IWGIREVMS�GSQTPINS��2S�XIRIV�IP�XMIQTS�WY½GMIRXI�S�UYI�IP�
IWTEGMS��IWGIREVMS
�IW�QY]�EVXM½GMEP�IW�YRE�UYINE�GSQ�R��HI�PE�GYEP�(IVVMHE�RS�
está a salvo, ya que sostiene que las cámaras, las luces, el escenario no permiten el 
VMXQS�±EHIGYEHS²�TEVE�MRXIRXEV�HIGMV�EPKS�IR�YRE�HMWGYWMzR�½PSWz½GE��TYIW�GSRHM-
cionan el avance de las preguntas, las posibles respuestas y argumentos según la 
temporalidad y espacialidad de una entrevista televisada.
�������������4SV�WY�TEVXI��8EQEVE�'LETPMR������
��IR�±0E�½PSWSJuE�IR�XIPIZMWMzR��¡YR�
WYIyS�MQTSWMFPI#²��WI�SGYTE�HI�PEW�ETEVMGMSRIW�HI�PSW�½PzWSJSW�IR�PE�XZ�T�FPMGE�
francesa a partir de 1951 cuando Sartre toma la palabra en las noticias (Chaplin, 
2010: 109), asimismo trata sobre las opiniones o temores que los académicos 
tienen frente a esto, sobre la resistencias a asumir el medio televisivo como apto 
TEVE� IP� TIRWEV� ½PSWz½GS�� PE� TVSHYGGMzR�S� HMJYWMzR� HIP� WEFIV� HI� IWXE� HMWGMTPMRE�
(Chaplin, 2010: 111); todo esto en el contexto de la identidad cultural francesa 
que hace de la tv un escenario de debate intelectual y cultural.
�������������0S�ERXIVMSV�WI�VIPEGMSRE�GSR�PE�IRXVIZMWXE�EP�½PzWSJS�JVERGS�EVKIPMRS��
TYIW�IRGSRXVEQSW�UYI�WI�LEGI�QERM½IWXE�PE�GSRQMREGMzR�GSRXVEHMGXSVME��double 
bind) para los intelectuales y los ciudadanos que, por un lado, requieren tomar la 
palabra en los medios, denunciar, participar en estos espacios (públicos o priva-
dos), pero adaptándose a las condiciones establecidas por el sistema mediático. 
Exigencia y responsabilidad que supone demandas contradictorias e indecidibles, 
las cuales son características de todo ejercicio deconstructivo. Estamos entonces 
ante un double bind que hace que la exigencia de responsabilidad tenga a la con-
tradicción como su condición. 
 Esto también es señalado por Peggy Kamuf en el texto “Derrida on 
Televisión” (1996), dado que la responsabilidad no es solo del orden del saber o 
del conocimiento, tampoco es la aplicación de un programa, ya que se decide sin 
conocer previamente las consecuencias, de allí que se mezcle con la irresponsa-
bilidady lo imposible: “si uno tiene que decidir algo es porque ningún grado de 
conocimiento puede reducir una indecidibilidad. Allí donde todo es decidible o 
decidido, no es necesario tomar responsabilidad por decisión alguna” (Kamuf, 
1996: 197).
 La televisión es un medio en el que la recepción y la producción pa-
recen estar totalmente programadas sin dejar posibilidad para que algo escape 
32
al cálculo del programa. Ello habilita a que la hegemonía económica y política 
sobre los medios determinen los discursos que circulan y homogenicen los re-
ceptores, la cultura, limitando las posibilidades del pensamiento, de la diversidad 
y la divergencia. Sin embargo, es en esas condiciones en las que hay que negociar 
e intervenir, creando otros gestos, prácticas y discursos, y siempre acontecen 
improvistos como en algunas transmisiones posteriores al 9/11 en New York 
(Borradori, 2004).
 Al tratar sobre la televisión no solo se ponen en escena cuestiones 
técnicas, económicas y estéticas. La proliferación de medios y la movilidad de la 
información están entretejidas con los nuevos avatares de lo político, de allí que 
Derrida denomine telepoderes a los medios, ya que traspasan las fronteras y 
deconstruyen los conceptos tradicionales del estado. Además de la cuestión de 
la responsabilidad en la decisión, Ecografías de la televisión lleva a indagar por el 
WEFIV�IR� PE� MQFVMGEGMzR�IRXVI�½PSWSJuE�]� PEW�XIPIXIGRSPSKuEW�HI� PEW� MQjKIRIW��]E�
UYI�GSRNYKER�IR�PE�XSQE�HI�TEPEFVE�IR�YRE�GjXIHVE�HI�IRWIyER^E��½PSWz½GE�S�RS
��
una conferencia o en el uso pedagógico de las teletecnologías, pues son saberes 
y prácticas nunca separables de los artefactos.
 Todo el dispositivo técnico e institucional involucrado en una trans-
misión televisiva condiciona directamente el uso de la palabra, de las imágenes, 
las percepciones y las experiencias. Al registrar o reproducir la voz, los gestos 
del cuerpo, se afecta el discurso o el razonamiento, al igual que la corporalidad 
�GSR½KYVERHS�YRE�I\XVEyE�I\TIVMIRGME�HI�TIVGITGMzR�TVSXIMGE
��4SV�IPPS��EP�LEFPEV�
ERXI�PEW�GjQEVEW��IR�IP�IWGIREVMS�EVXM½GMEP��HMGI�IP�EYXSV�UYI��(IVVMHE�]�7XMIKXPIV��
1998: 91) 
se produce -en todo caso se produce en mí, y no quiero pasarla por alto- una 
QSHM½GEGMzR�E�PE�ZI^�TWMGSPzKMGE�]�EJIGXMZE��7M�YWXIH�UYMIVI��WI�TSRI�IR�QEVGLE�
otro proceso; ya no hablo, ya no pienso, ya no respondo de la misma manera, al 
QMWQS�VMXQS�UYI�GYERHS�IWXS]�WSPS�� WSyERHS�S�VI¾I\MSRERHS�EP�ZSPERXI�HI�QM�
auto o delante de mi computadora o de una página en blanco, o cuando estoy

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