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Contenidos • Objetivos de aprendizaje • Síntesis conceptual • Introducción • Reflexiones sobre el concepto de normalidad anormalidad • Alteraciones de las funciones cognitivas • Trastornos mentales según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 • Resumen final • Herramientas de aprendizaje I J cpatole Objetivos de aprendizaje .... Comprender la complejidad del estudio de los trastornos mentales en cuanto a su definición, explicación y clasificación. 00"" Aprender los principales criterios para delimitar el concepto de nor malidad-anormalidad ~ Comprender los diferentes modelos teóricos que tratan de definir qué son los trastornos mentales y cuáles son los principales factores que los explican. rr Conocer los principales sistemas de clasificación actuales de la psico patología así como sus fundamentos teóricos. .... Conocer las diferentes formas en que los procesos psicológicos bási cos pueden verse alterados, ya sea como parte de un proceso patoló gico o debido a circunstancias más o menos comunes. rr Conocer la clasificación de los trastornos mentales que propone el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su última versión [DSM-5J Síntesis conceptual ~ ti' ...La psicopatología es la disciplina que estudia los trastornos mentales con el objetivo de describirlos, clasificarlos y explicarlos. V'" La frontera para diferenciar la normalidad-anormalidad es difusa, si bien existen distintos criterios que considerados conjuntamente con tribuyen a aclararlo: criterios biológicos, estadísticos, subjetivos o per sonales, consensuales y normativos o adaptativos. 11' Existen distintos modelos teóricos que intentan explicar los trastornos mentales. Cada uno otorga un peso diferente a la influencia de deter minados factores en su explicación. Concretamente, se dividen en los siguientes modelos: modelo biológico o biomédico, modelo psicodiná mico, modelo conductual, modelo humanista, modelo cognitivo, mode lo cognitivo-conductual, modelos sociogenéticos y modelo biopsicoso cial, que a su vez incluye los modelos de vulnerabilidad-estrés y el modelo transdiagnóstico. ti' Con respecto a la clasificación de los trastornos mentales, actualmen te existen dos grandes sistemas clasificatorios: el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales [versión actual, DSM-5J y la Clasificación Internacional de Enfermedades [versión actual, CIE-l0). Son clasificaciones descriptivas, no etiológicas. ti' Finalmente, otra manera de abordar la descripción de la psicopatología se basa en considerar las alteraciones de los distintos procesos cognitivos. 197 Fundamentos de psicología íi};1Elobjetivo de la psicopatología es estudiar los trastornos mentales para describirlos, clasificarlos y explicarlos. Existen muchos criterios y modelos teóricos diferentes sobre qué es lo normal y lo patológico, y cómo se clasifican y explican los trastornos mentales ¡,~;A iNTRODUCCiÓN Definir la psicopatología puede parecer un asunto sencillo. Así, se podría decir, de la manera más simple posible, que la psicopatología es la disciplina que estudia los tras tornos mentales con e! fin de describirlos, clasificarlos y explicarlos. Pero hablar de psicopatología no es tan sencillo como esta definición pudiera dar a entender. Yes que ni tan siquiera existe un amplio acuerdo sobre qué es un trastorno mental o si hay que llamarlo así. A lo largo de los siglos han sido incontables los intentos por describir, clasificar y explicar los trastornos mentales sin que a día de hoy se pueda decir que es una cuestión resuelta. y es que la cuestión de encontrar los criterios que permitan diferenciar qué es un trastorno y qué no lo es se está mostrando tan esquiva que no ha propiciado aún un acuerdo más o menos amplio de los investigadores y profesionales de la salud en torno a una definición clara, una clasificación clara y, menos aún, una explicación etiológica clara de la patología mental. Tan complejo se ha mostrado e! asunto que ni tan siquiera hay un acuerdo general sobre si se trata de enfermedades, trastornos o conductas desadaptadas. Y, consiguientemente, su abordaje terapéutico también presenta e!mismo grado de desacuerdo, para desgracia de quienes sufren este tipo de problemas. A lo largode este capítulo se trata de hacer una revisión breve y clara sobre e! esta do de la cuestión. En primer lugar se revisan los criterios que se utilizan para separar lo normal de lo patológico, así como los modelos explicativos de los trastornos psico lógicos más prevalentes, considerando las ventajas y limitaciones de cada uno de ellos. A continuación se exponen los diferentes sistemas clasificatorios que se han propues to, centrándose en e!más reciente Manual Diagnóstico y Estadístico de losTrastornos Mentales (DSM-5) creado por la American PsychologicalAssociation (APA), que intro duce notables cambios (no de! agrado de todos los profesionales e investigadores) con respecto a su predecesor (DSM-IV-TR), si bien también se presenta de modo sucinto e! otro gran sistema clasificatorio, la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-IO) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero más allá de los siste mas clasificatorios, se puede abordar también la descripción de la psicopatología orga nizándola por áreas funcionales, es decir, por e! tipo de alteraciones de los diferentes procesos mentales básicos (atención, consciencia, memoria, pensamiento, etc.) que se han descrito. Tampoco ésta es una cuestión exenta de polémica, puesto que según qué se entienda por, por ejemplo, la atención, así se deberá considerar su normal funcio namiento y sus alteraciones, al margen de que alteración no es sinónimo de patología, dado que algunas alteraciones de p¡ocesos básicos pueden considerarse normales o no según en..qué contexto y por qué causas ocurran. A propósito de esta polémica, en este capítulo .se presenta también una de las propuestas más actuales que se han puesto sobre I~mesa, e! enfoque transdiagnóstico, propuesta que pretende una nueva forma de abordar la descripción y clasificación de la psicopatología basada en los factores causales de los diferentes problemas y que, partiendo de un modelo biopsicosocial, rechaza los actuales sistemas clasificatorios y e! concepto de diagnóstico en sí mismo. REFLEXIONES SOBRE EL CONCEPTO DE NORMALIDAD-ANORMALIDAD Lo que las personas han venido considerando como normal o anormal en e! ámbito de! comportamiento ha dependido, depende y dependerá de lo que la sociedad piensa so bre ello, y esto es variable según la cultura de referencia ysegún e!momento histórico. A modo de ejemplo, hoy día, en los países occidentales, la homosexualidad es con siderada una elección que forma parte de la libertad de! individuo. Consiguientemen te es una decisión personal y respetable y en modo alguno se la podría describir como un trastorno mental. Sin embargo, no son pocos los países en los que no se comparte dicho punto de vista, considerándose que una elección tan «anormal» (dirían en ese contexto) no puede ser una decisión libre, sino que ha de ser producto de un trastorno que sitúa al individuo en una condición indeseable. En estos países, en e! mejor de los casos, se considerará una enfermedad que debe tratarse y, en el peor, un delito, una ofensa a la moral de los demás, que debe castigarse. Este ejemplo ilustra la influencia Capítulo 8. Psicopatología 199 de la cultura en la definición de aquello que se considera o no trastorno mental pero, al mismo tiempo, plantea otra cuestión muy importante en el ámbito de la psicopato logía: ¿los trastornos mentales son algo objetivo, como lo son las enfermedades médi cas? ¿O tal vez son algo subjetivo, yes la sociedad la que decide en cada momento qué es y qué no es demasiado «raro»? ¿Con qué criterio decidimos lo que es «demasiado raro»? Si es algo que decidimos arbitrariamente, ¿cómo puede tener una causa médica, como sí la tienen las enfermedades? ¿Es, pues, apropiado, llamarlas enfermedades?Criterios para diferenciar Lonormal de Lopatológico Ciertos modos de comportamiento han sido universalmente considerados anormales; aunque hayan recibido nombres distintos o hayan sido descritos con ciertas diferen cias, siempre han estado ahí. Pero al mismo tiempo otros trastornos han sido conside rados anormales y ya no lo son. Los criterios utilizados a lo largo de los siglos para trazar la difusa línea que separa lo normal de lo patológico siguen vigentes hoy en día. Se pueden agrupar en cinco tipos: biológicos, estadísticos, consensuales, normativos (o adaptativos) y subjetivos (o personales). Criteriosbiológicos Dentro de este grupo se encuentran multitud de criterios diferentes, pero todos ellos caracterizados por una misma hipótesis: las causas de los trastornos mentales son físi cas, luego deben existir biomarcadores que indiquen la existencia objetiva de un trastorno. Así, la enfermedad (denominación habitualmente utilizada en este contex to) puede deberse a alteraciones anatómicas o funcionales de diferentes estructuras o de las funciones que realizan dichas estructuras por causas genéticas o ambientales, pero en todo caso se debe poder detectar la alteración e, idealmente, su causa. La in vestigación en esta línea ha sido y es muy profusa, y hoy en día utiliza la tecnología de secuenciación del genoma y las tecnologías de observación no invasiva del cerebro en funcionamiento (corno los escáneres fMRI, TAC, etc.) para tratar de encontrar dichas alteraciones o biomarcadores, que, al igual que en la enfermedad médica, indican la presencia de la enfermedad. El gran problema con los biomarcadores es que, hoy por hoy, son más un deseo que una realidad, es decir, apenas existen biomarcadores claros de casi ningún trastorno mental, lo que pone en cuestión si realmente existen de ma nera generalizada o si tan sólo son útiles en un puñado de trastornos en los que los factores biológicos sí han sido demostrados. Por otra parte, existen casos.en los que el biomarcador indica la presencia de un síndrome, pero éste no termina por provocar un trastorno. Por ejemplo, se puede identificar sin lugar a dudas la presencia de un síndrome de Down, pero no siempre conlleva un retraso mental, dado que otros fac tores juegan un importante papel también en el desarrollo del retraso mental y, por tanto, son necesarios otros criterios para determinar si realmente se padece o no un retraso mental, además del criterio biológico. Criteriosestadísticos Mis ideas Otra manera de diferenciar lo normal de lo patológico es estudiar en qué medida el comportamiento de una persona se aparta de lo habitual en el resto de personas. Por ejemplo, si la mayoría de personas tienen una inteligencia de entre 85 y 115 puntos de Cl y alguien obtiene sólo 60, se puede decir que su inteligencia está significativa mente por debajo de lo normal. Pero ¿eso es sinónimo de trastorno? ¿Lo es en todos los casos o sólo en algunos? Considerar que lo inhabitual es sinónimo de patológico resulta bastante problemático. Entre otras cosas, una postura como ésta amenaza la libertad de las personas, por cuanto si alguien decide libremente comportarse de ma nera diferente a lo habitual, ¿será considerada trastornada? Sin embargo, es innegable que este criterio facilita en algunos casos una información relevante a la hora de deci dir si alguien es tan diferente que su condición no puede ser considerada normal, como por ejemplo si alguien tiene una capacidad anormalmente reducida para recor dar cosas. En otras palabras, si bien el criterio estadístico es informativo, por sí solo es insuficiente para diferenciar lo normal de lo patológico. Elllhi\§@!l!!¡¡¡¡¡ !l!!4!i1l! ..m¡¡¡¡;jI¡&!!lIlIlIl,.II!iliII!l!!· +&l1li' 113' . 200 Fundamentos de psicología t :Tiempo para la reflexión - ¡ Muchas personas piensan que el diag nóstico de un trastorno mental es tan objetivo como el diagnóstico de una fractura o un resfriado, ¿escorrecta esta afirmación? t Tiempo para la reflexión- ' Escribir en el espacio en blanco el criterio con que se identifican las siguientes afir maciones: l. Seha encontrado que el factor funda mental que explica la aparición de Un trastorno mental es el biomarcador X. 2. Seconsidera que Miguel tiene un tras torno porque su conducta es muy poco frecuente. 3. Una persona manifiesta sentirse tre mendamente mal porque tiene pro blemas con su pareja. Criterios subjetivos o personelee Cuando una persona afirma que es infeliz y que preferiría morir, sin duda pensaremos que su comportamiento no es normal. El criterio subjetivo, el malestar que una per sona manifiesta, parece una forma clara de distinguir lo normal de lo anormal. Sin embargo, no siempre es tan fácil. Existen trastornos (o entidades que se consideran trastornos) que cursan sin conciencia de enfermedad, es decir, el sujeto no siente nin gún tipo de malestar ni cree que padezca trastorno alguno. Por ejemplo, así ocurre en un episodio maníaco, cuando el sujeto se siente extremadamente alegre, sociable, sin sentido del riesgo; una persona en fase maníaca puede poner en riesgo su vida y la de los demás, y sin embargo se siente mejor que nunca y jamás admitirá que tenga un problema. También se puede dar lo contrario: personas que sienten un enorme males tar sin que la enfermedad que creen padecer realmente esté presente. Las personas que padecen una hipocondría creen padecer graves enfermedades médicas y sufren sus síntomas pese a que la enfermedad no es real. Sin embargo, no creen padecer un tras torno mental, que es la verdadera causa de su sufrimiento. Más claro aún sería el caso de alguien que sufre por la pérdida de un ser querido, cuando ésta es una reacción emocional normal (por esperable) en cualquier persona. Una vez más, se trata de un criterio valioso, pero que por sí sólo es insuficiente. Criterios consensuales A lo largo de la historia ha habido trastornos que han dejado de ser considerados tales, y esto se ha debido al criterio de consenso social acerca de lo que es y lo que no es anormal. Uno de los cambios introducidos en la última versión del DSM, el sistema clasificatorio de los trastornos mentales más extendido en la actualidad, ha sido eliminar el trastorno de la identidad sexual, que describía a las personas que sentían que su sexo biológico no se correspondía con su sexo psicológico, es decir, se sentían o bien mujeres atrapadas en un cuerpo de hombre o bien lo contrario. Pues bien, en el DSM-5 este trastorno ha sido sustituido por el de disforia de género, en el que la clave es la experien cia de un profundo malestar relacionado con el hecho de sentirse de un sexopsicológico diferente al biológico, no el hecho en sí mismo de la disconformidad con su género. Este cambio indica un cambio social en el tratamiento de esta cuestión: ahora la sociedad considera que si alguien manifiesta disconformidad de género y lo decide cambiar qui rúrgicamente, no es un trastorno. De esta forma ha pasado a considerarse un trastorno si esta disconformidad ~epresent~ junto a un acusado malestar psicológico. Es o~vio que este criterio es poco o nada objetivo. Y, desde luego, convive mal con el modelo biológico. Por otra parte, resulta peligroso atenerse a la opinión generaliza da a I~hora de decidir qué es un trastorno mental. Y por si fuera poco, es culturalmen te muy variable, lo que hace que la mayor parte de las veces el consenso se limite a una determinada cultura. No obstante, es una realidad que este criterio influye en nuestra visión de la anormalidad. Ha sido utilizado por los detractores de cualquier sistema clasificatorio como prueba de la subjetividad de las etiquetas diagnósticas. La realidad es que resulta muy difícil evitarlo, pero ciertamente es necesario limitar su influencia lo más posible. Criterios normativos fa adaptativos) En realidad, se podrían considerar diferentes los criterios adaptativos y los normativos, e incluso considerar los normativos como asimilables a los consensuales. Lo cierto es que, a pesar de ser parecidos,existen matices que los diferencian. Los criterios norma tivos son aquellos que comparan el comportamiento con la norma social, con lo espe rable en cada momento. Es decir, permiten juzgar si algo es patológico por su grado de semejanza con lo que la sociedad espera que un individuo haga, con la norma. En este sentido, el individuo que se ajusta a lo esperable es un individuo adaptado al entorno social en el que se desenvuelve; de ahí que también se llame adaptativo. El criterio de adaptación ha sido clave en la evolución del concepto de psicoparología en la historia. En este sentido, el criterio se asemeja al consensual, por cuanto quien «de cide» si algo es o no patológico, es la sociedad. Por ello, algunos autores agrupan estos dos criterios bajo el nombre de criterios sociales. No obstante, el matiz está en que en el caso del criterio consensual la sociedad marca un patrón de comportamiento como anormal, mientras que en el caso del criterio normativo lo que se juzga es la medida en que un individuo es capaz de hacer lo que la sociedad espera de él (trabajar, relacio narse con otros, cuidar de sí mismo, etc.). En otras palabras, se trata más de juzgar la capacidad de un individuo para integrarse adecuadamente en la sociedad, y varía de una cultura a otra el grado de separación de la media que es tolerable. De hecho, se trata de un criterio fundamental en las definiciones modernas de trastorno mental. Como conclusión, es obvio que cada criterio aporta algo de información sobre si un comportamiento o un conjunto de comportamientos representan o no una patología. Igualmente, ninguno de ellos es capaz por sí solo de establecer una línea separadora entre lo normal y lo patológico. Dado lo complejo del concepto mismo de trastorno mental, no es de extrañar que resulte también complejo delimitarlo. Sin embargo, si se ponen juntos los criterios se puede concluir que se considera anormal a un patrón de comportamiento o experiencia interna que se aparta de lo común para el grupo social al que el individuo pertenece y que le causa sufrimiento, desadaptación, riesgo incre mentado de morir o pérdida de libertad. Es importante aquí subrayar la necesidad de no convertir en patológico todo lo que se aparta de la norma social. La libertad del individuo debe prevalecer frente a la pato logización de la diferencia. La diferencia es indicativa de trastorno cuando no es desea da por el individuo o su condición de salud le impide o le dificulta comportarse de otro modo. No es lo mismo que a una persona no le interesen las relaciones sociales, aunque sepa relacionarse con los demás, que, deseando mantener relaciones sociales, no sepa hacerlo y sea rechazada continuamente por su falta de habilidad. O que ni lo intente por miedo a ser criticada. No es lo mismo que alguien decida libremente vivir al mar gen de la sociedad porque no comparta los valores de su grupo a que alguien tenga una percepción tan distorsionada (por irreal) de los demás, que prefiera apartarse de todos por temor a ser atacado. La diferencia es una ventaja social. Que los individuos tengan libertad para ensayar nuevas formas de comportamiento enriquece al grupo, al permitir un más amplio abanico de comportamientos y pensamientos que pueden ser útiles para solucionar problemas. La psicopatología debe permanecer atenta a no ser utilizada como una forma de exclusión de las personas simplemente por el hecho de ser diferentes. Inclu so aunque haya razones para considerar patológico un comportamiento, hay que pro curar no estigmatizar o apartar de la sociedad a las personas por esta causa. El riesgo de la utilización de etiquetas diagnósticas (etiquetaje), más allá de la discusión sobre si reflejan o no una realidad y sobre la utilidad el. las mismas, es que se convierta a una persona en el trastorno que padece. Es decir, convertir a un individuo que padece es quizofrenia en esquizofrénico supone convertir a la persona en diferente al resto, olvi dando que esa persona comparte muchas otras características con el resto de la socie dad, más que las que no comparte. Adjetivar las etiquetas diagnósticas supone, sin duda, un grave error porque contribuye al estigma y la exclusión de las personas que padecen trastornos mentales. Por ello, hay que entender que la etiqueta en sí misma tan sólo tiene un valor informativo para el profesional que le aporta información sobre lo esperable dada la condición de salud del individuo, sobre el posible tratamiento, sobre las posibles causas, etcétera. Modelos en psicopatología Modelo biológico o biomédico El enfoque biológico procede de la época de la Grecia clásica y, si bien ha ido propo niendo diferentes modelos explicativos desde el desequilibrio de los humores hasta la genética, pasando por la anatomopatología o la fisiopatología, sigue postulando lo mismo: que los trastornos mentales tienen una causa médica, aun cuando no se co nozca. Si en los inicios de este planteamiento afirmar causas físicas de los trastornos mentales supuso abandonar las explicaciones míticas y asumir la capacidad de las personas para investigar la salud mental, el paso de los siglos ha demostrado que la cuestión no es tan sencilla (Para saber más 8.1). Capítulo 8. Psicopatología Paradefinir qué es un trastorno mental, es importante delimitar qué se considera normal y anormal. Esto ha variado en función de la sociedad, la cultura y el momento histórico concreto. Existen distintos criterios para separar lo normal de lo patológico que, aunque por sí mismos son insuficientes para definir lo que es un trastorno mental, considerados conjuntamente contribuyen en gran medida a ello. Concretamente, se han diferenciado los siguientes criterios: biológicos, estadísticos, subjetivos o personales, consensuales y normativos o adaptativos. Si bien los criterios biológicos consideran que los trastornos mentales son enfermedades explicadas por causasfísicas (biomarcadoresl, los criterios subjetivos resaltan el malestar subjetivo manifestado por la persona para su definición. Mientras que los criterios estadísticos consideran que un comportamiento es patológico en función de si es infrecuente o inhabitual, los consensuales se basan en el establecimiento de un consenso social acerca del mismo. Finalmente, los criterios normativos o adaptativos consideran como fundamental la adaptación del individuo a su entorno social [4;] Actividad 8.1 ¿Quées normal o anormal? Reflexión so bre la dificultad para establecer fronteras entre la normalidad y la anormalidad. ~&:~f:1p albllot-=a • Infor1ftllC16., 202 Fundamentos de psicología 8.1. Unpoco de historia A lo largo de la historia la concepción de la salud y la enfer medad en general y de la salud mental en particular ha evo lucionado notablemente. Poco se puede saber acerca de lo que pensaban en la etapa prehistórica sobre las enfermeda des mentales, dado que no se conserva registro escrito. Sin embargo, del registro fósil y del estudio de culturas primiti vas contemporáneas, así como del registro histórico de las primeras etapas de desarrollo de la civilización que han de jado escritos sobre la cuestión, sededuce que en esta época, como en las primeras etapas históricas, se atribuía la enfer medad mental a la influencia de agentes externos, es decir, a la posesión de espíritus o fuerzas naturales. Conforme las civilizaciones van volviéndose más sofisticadas y son capa ces de crear sistemas religiosos complejos, casi invariable mente incorporan explicaciones espirituales como causa de la enfermedad mental y asignan a los sacerdotes de deter minados dioses la intercesión ante los dioses respectivos para la curación de las personas. Así es hasta que en la Grecia Clásica se planteó por pri mera vez la causa natural de las enfermedades en general y de las enfermedades mentales en particular, Si bien el más famoso precursor de la medicina fue Hipócrates, años an tes Alcmeón de Crotona escribió el primer manual de me dicina en el que ya planteaba la hipótesis de que la salud era productodel equilibrio entre contrarios y la enferme dad, consecuencia de su desequilibrio. Hipócrates concre tó este equilibrio en cuatro humores (líquidos) corporales, basándose en la entonces extendida idea de que el univer so estaba compuesto de cuatro elementos (aire, agua, tie rra y fuego). Aunque posteriormente autores como Platón o Aristóteles volvieron a explicaciones más místicas de la enfermedad, la hipótesis de Hipócrates sobrevivió muchos siglos y aún se pueden encontrar rastros de ~Ia incluso en el siglo XVIII. Aunque tras la pérdida de influencia de Grecia en el Medi terráneo, sus herederos, el Imperio Romano, continuaron la misma línea de desarrollo del estudio de la enfermedad, tras su caída se produjo un retorno a las explicaciones místicas. Elinflujo del cristianismo acabó imponiendo durante toda la Edad Media la idea de que la enfermedad mental es fruto del pecado del hombre, que es castigado con la posesión demoníaca. Erá pues tarea de los sacerdotes (una vez más) expulsar a los demonios mediante el exorcismo y el castigo al pecador. Esto,unido a la lucha implacable de las autorida des religiosas contra las diferentes formas alternativas de interpretar la religión y contra lo que consideraban pecado (y los pecadores), condujo a una época en la que el pensa miento divergente fue perseguido hasta el extremo, lo que setradujo en una era de oscurantismo y avance nulo del co nocimiento científico que no finalizó hasta el Renacimiento. Por otra parte, esta explicación demonológica de la enfer medad mental implicó además la asunción de que el pade- cimiento de un trastorno mental es culpa de quien lo pade ce, por haber pecado. Las consecuencias de esta idea aún son patentes en los tiempos modernos, donde se observa que la opinión generalizada es la de pensar que quien pade ce un trastorno mental es culpable de ello mismo, si no por suspecados, sí por su debilidad de carácter o su incapacidad para comprender el mundo. Ello implica un trato despectivo hacia quienes sufren un trastorno mental que incrementa las posibilidades de que estas personas sevean en situación de desventaja social. Paralelamente, la expansión del Islam trajo otra concep ción también mística de la enfermedad mental, dado que el Corán indica que los «locos» son iluminados de Dios, es de cir, al contrario que el cristianismo, los locos están en contac to directo con Dios, por lo que se les profesaba respeto e incluso veneración y se los trataba con exquisito mimo en centros (antecedentes de los manicomios) con baños de flo res,música y toda clase de atenciones. Pero el islam además se ocupó de traducir los textos griegos al árabe, lo que salvó muchas obras que el cristianismo había declarado herejes y había tratado de borrar de la faz de la tierra, salvaguardando así la tradición hipocrática, que se retomó en Europa en el Renacimiento, mil años después. Durante el Renacimiento se volvió al punto de partida de la Grecia Clásica, lo que permitió un avance de la medicina notable que comenzó a dar frutos en los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, la comprensión de la enfermedad mental desde el modelo biológico seguía topando con notables dificultades, ya que no se lograban encontrar explicaciones anatomopa tológicas, ni fisiopatológicas ni orgánicas en general para la enfermedad mental, de manera que algunos incluso secues- ./ tionaban' si son verdaderas enfermedades. A mediados del siglo XIX comenzaron a aparecer explicaciones alternatívas a las del enfoque biomédico. Algunos filósofos y los pri~e-ros psicólogos empezaron a poner el énfasis en la funcionalidad del comportamiento, es decir, en que el comportamiento debe adaptarse al medio. Esteenfoque, inspirado en las teo rías evolutivas de Darwin, dio lugar al modelo conductual de la salud mental, que ya no habla de enfermedad (no exis te una causa orgánica) sino de conductas desadaptadas o, de modo más general, de trastornos del comportamiento. En resumen, se hipotetizó que los trastornos mentales no son más que conjuntos de comportamientos desadaptados, es decir, que no permiten, sino que dificultan, al individuo adaptarse a sumedio, limitando su libertad y dificultando su participación y funcionamiento. A lo largo de toda la historia, junto con las explicaciones más biologicistas, todos los autores han venido mencionan do otras causas de las enfermedades mentales, causas que se ha dado en llamar «morales» y que hacen referencia a causas ambientales, hábitos, acontecimientos externos, pa siones excesivas,etc. Esdecir, incluso dentro de la tradición (Continúa) Capítulo 8. Psicopatología 203 8.1. Un poco de historia (cont.) biológica, se venía reconociendo la existencia de múltiples factores de carácter muy diverso y no exclusivamente bioló gico en la génesis y mantenimiento de la enfermedad men tal. Todo ello llevó a la aparición en la segunda mitad del si glo xx de la hipótesis biopsicosocial (v. apartado Modelo biopsicosocialen este capítulo) y que es la base de la actual concepción de los trastornos mentales y de su explicación y clasificación, es decir, la base de la psicopatología moderna. Según esta hipótesis, la salud y la enfermedad dependen de la concurrencia de múltiples factores tanto biológicos como psicológicos y sociales y, consiguientemente, la considera ción de todos ellos esde gran importancia para comprender tanto la génesis como el mantenimiento de los trastornos mentales y su tratamiento. Esasí que la psicopatología mo derna ha conseguido un notable grado de acuerdo y ha vivi do en las últimas décadas un avance significativo que ali menta la esperanza de un futuro mucho más halagüeño en el tratamiento de los problemas mentales de las personas, uno de los problemas que más preocupa en la actualidad a la Organización Mundial de la Salud. Si bien en algunos casos se han encontrado factores biológicos claramente impli cados en la aparición o el desarrollo de algunos trastornos, también se ha podido ver que no siempre es así y que incluso en esos casos suelen existir otros factores que también juegan un importante papel. De ahí que las críticas recibidas hablen de re duccionismo, al plantear que la mente sólo es su sustrato biológico y los pensamientos y comportamientos, una consecuencia mecánica de la configuración biológica. Este punto de vista ignora la importancia de las experiencias y el aprendizaje a lo largo de la vida, pero especialmente ignora que la biología es un soporte, comparable al hard ware de un ordenador, en el que «secargan» algoritmos de resolución de problemas (lo que se aprende), comparables a programas, y que tanto puede ocurrir un fallo en el hardware como en el software. Es más, las limitaciones del software no tienen por qué ser determinantes de qué programas se pueden o no cargar e incluso el software puede dañar al hardware. Es por ello que la mera observación de un malfuncionamiento de, por ejemplo, los neurotransmisores en el cerebro, no es indicativo necesariamente de que esa sea la causa de un patrón de comportamiento anormal, sino que puede ser la consecuencia, puesto que el software controla cómo se usa el hardware. La mera co rrelación entre dos variables no indica causalidad, tan sólo que existe algún tipo de relación entre ambas variables. Modelopsicodinámico Freud pensaba que los síntomas en un trasto.rno mental procedían de los conflictos ocultos entre las fuerzas del ello y el superyó, especialmente por los impulsos sexuales reprimidos y desviados, dado que el deseo sexual (libido) es la fuerza vital principal. Por ello se conoce como modelo intrapsíquico, dado que postula que son fuerzas internas las que producen la enfermedad. La liberación de las tensiones mediante el acceso a los deseos y pensamientos reprimidos es la forma de tratamiento del psico análisis, que cree que al hacer conscientes tales deseos y pensamientos, el sujeto expe rimenta una liberación que le permite eliminar los síntomas neuróticos que manifies ta. Existen notables diferencias entre las diferentesescuelas psicodinámicas, desde el psicoanálisis original de Freud hasta los planteamientos de Jung o Adler. Pero a gran des rasgos todos ellos se basan en la existencia de una parte inconsciente de la mente, cuyos conflictos generan los síntomas que se observan en el paciente. El modelo psicoanalítico ha recibido fuertes críticas. El hecho de que los plantea mientos psicoanalíticos no se ajusten a las exigencias científicas, hace que éste sea imposible de verificar por el método científico, de manera que sus afirmaciones no pasan de ser una mera especulación no basada en evidencias. Ésta es la principal críti ca que ha recibido, pero no la única. El énfasis de las últimas décadas en la intervención basada en la evidencia, es decir, en la medida de la eficacia (en contexto de laboratorio) y la efectividad (en contexto clínico) de las diferentes formas de terapia, incluida la farmacológica, ha arrojado da tos difíciles de interpretar. Según la resolución adoptada por laAmerican Psychological A lo largo de la historia se han desarrollado diferentes modelos o enfoques teóricos para intentar explicar el origen y el mantenimiento de los trastornos mentales. Cadauno de los modelos enfatiza ciertos factores o aspectos que tienen máspeso en la explicación de la psicapatología, y no todos ellos sehan comprometido en igual medida con el método científico para avalar sushipótesis. Losmodelos sepueden clasificar en modelo biológico o biomédico, modelo psicodinámico, modelo conductual, modelo humanista, modelo cognitivo, modelo cognitivo conductual, modelos sociogenéticos y modelo biopsicosocial, que a su vez incluye el modelo de vulnerabilidad estrésy el modelo transdiagnóstico. Mientras que el modelo biológico considera que los factores biológicos constituyen lascausasde los trastornos mentales, el psicodlnárnlco considera que lascausassedeben a conflictos intrapsíquicos de las personas \'L-' 11 2041 Pundamentos de psicoloqia Desdeelmodelo conductual se considera que lasconductas desadaptadas seaprenden y sepueden modificar mediante la terapia de conducta ¡;;¡ Elmodelo humanista, formado por distintos enfoques, considera que la saludmental depende del grado en que una personacontrole su camino y su vida, enfatizando la experiencia subjetiva de laspersonas,la empatía y la relación profesional-paciente !~ Association (APA) en agosto de 2012, I los estudios empíricos demuestran la eficacia a corto y largo plazo de las diferentes formas de psicoterapia en una amplísima gama de trastornos mentales, con un efecto superior al de los tratamientos farmacológicos y menores tasas de recaídas. Sin embargo, los estudios no establecen superioridad de unas formas de psicoterapia frente a otras. Las recomendaciones de la propiaAPA van en la línea de estudiar los factores comunes que todas las terapias presentan para así poder reconocer más claramente cuáles son los puntos clave que hacen que una forma de psicoterapia sea eficaz. En concreto, en relación con las terapias dinámicas, resulta difícil distinguir qué funciona de las mismas dado que existen multitud de formas de terapias derivadas del psicoanálisis que no siempre se asemejan demasiado entre sí y sí se asemejan, sin embargo, a las terapias cognitivas. . Modelo conductual El modelo conductual surge de las teorías del aprendizaje desarrolladas inicialmente por la escuela conductista americana (v. capítulo 3, Aprendizaje). A finales de la déca da de 1950 comenzaron a aparecer técnicas de tratamiento basadas en la investigación experimental en el laboratorio destinadas a tratar ciertas condiciones de salud. El prin cipio fundamental del modelo conductual es el de que la conducta desadaptada se aprende igual que la conducta adaptada y la intervención terapéutica debe consistir en aplicar los principios del aprendizaje clásico e instrumental para modificar aquellas conductas que causan malestar o desadaptación al individuo. De ahí que se conozca como terapia de conducta o modificación de conducta. Adicionalmente, la terapia de conducta mantiene algunos principios fundamenta les tales como el énfasis en la conducta observable, para evitar cualquier nivel de subjetividad en cuanto a la posible eficacia del tratamiento; énfasis en el aquí y ahora, frente al énfasis en la infancia que distinguía al psicoanálisis, reinante en aquellos momentos en el ámbito de la salud mental; énfasis en la metodología científica tam- . bién en el tratamiento, o énfasis en la ligazón de la práctica clínica con la teoría psico lógica probada experimentalmente. La terapia de conducta, especialmente en sus inicios, resulta radicalmente opuesta a toda forma de intervención no basada en la teoría conductual. Se opone a cualquier interpretación biológica y, en ese sentido, resulta tan reduccionista como el modelo biológico, por cuanto niega la influencia de factores biológicos. Pero también niega la intervención de variables internas tales como pensamientos o emociones: tan sólo los hechos externos controlan el comportamiento y, por tanto, todo lo demás no sólo no es medible de acuerdo con los principios epistemológicos de la ciencia, sino que no interesa porque no ejerce una influencia significativa sobre el comportamiento. -Estas afirmaciones pronto fueron puestas en cuestión por la propia psicología con el surgi miento del modelo cognitivo. Modelo humanista Tras la Segunda Guerra Mundial, la población estaba tremendamente impresionada por todo lo ocurrido. La imagen del ser humano como un ser bueno por naturaleza, lleno de cualidades positivas, se vino abajo ante la observación de hechos tan terrorí ficos como los ocurridos. En medio de este sentimiento colectivo, surgió una corrien te que postulaba lo contrario, la bondad innata del ser humano, sus capacidades y su necesidad de desarrollo. En realidad, hablar de modelo humanista es simplificar mu cho, porque existen multitud de escuelas, desde las inspiradas en el cristianismo hasta las inspiradas en la filosofía existencialista, pero todas ellas plantean una visión del ser humano como un organismo que puede controlar su destino y que necesita encontrar su camino para desarrollarse plenamente y alcanzar así su máximo potencial. Resulta difícil resumir en una frase lo que las diferentes escuelas piensan sobre la salud mental, dado que las diferencias en este ámbito son grandes, pero quizá se pueda resumir en que la salud mental depende del grado en que una persona controle realmente su camino, esto es, su vida. Las diferentes circunstancias vitales a las que las personas se l. http://www.apa.org/about/ policy/ resolution-psychotherapy.aspx enfrentan a lo largo de la vida, el proyecto vital que se plantean, las actitudes con que afrontan la vida, etc., pueden determinar su grado de felicidad y ajuste. Las escuelas humanistas comparten la idea de que el ser humano es libre, tiene ca pacidad de decidir frente, según ellas, al mecanicismo de la ciencia que niega la liber tad individual. Se centran en la fenomenología, una forma filosófica de entender la realidad que plantea que los hechos observables (fenómenos) son sólo un reflejo de la existencia de entidades inobservables e inalcanzables para la ciencia, razón por la que consideran el método científico como inapropiado para el estudio del ser huma no. También rechazan el psicoanálisis por su visión negativa de la persona. Esta co rriente teórica es conocida como la tercera fuerza. Al centrarse en la experiencia subjetiva de las personas, aportaron algunas ideas interesantes, como la importancia de la interpretación de los fenómenos por parte de cada individuo. Esto es, un mismo hecho no es interpretado de igual forma por todos los individuos, de manera que la influencia que este fenómeno tiene en la conducta del individuo puede variar. O la importancia de no juzgar al paciente, abstenerse de criticar su comportamiento y, por el contrario, mostrar empatía y comprensión. O la importancia de la relación profesional-paciente, base para poder ayudar al paciente,entre otras. El modelo humanista puro apenas cuenta con seguidores hoy en día, pero su influencia ha sido asumida por la psicología, especialmente a través del modelo cognitivo, que vino a confirmar algunas de estas afirmaciones desde la metodología científica. Modelo cognitivo Como se ha dicho en el apartado dedicado al modelo conductual, la psicología de principios del siglo xx rechazaba toda forma de subjetividad como forma de investigar el comportamiento humano y, en lo referente a la psicopatología, negaba la influencia de otros factores que no fueran los ambientales. Sin embargo, en la década de 1960 surgió un nuevo modelo psicológico, igualmente fiel a la metodología científica, que trataba de conocer lo que ocurre dentro de la mente, la forma en que los organismos procesan la información que reciben de los sentidos y el modo en que este procesa miento interviene en la consiguiente decisión de acción. Los conductistas ya habían observado que existían algunos factores no observables directamente que producían variaciones en el comportamiento que no resultaban completamente explicables por las variables externas ambientales. Los primeros intentos por comprender cómo el cerebro procesa la información se basaron en la comparación cerebro-ordenador, una tecnología entonces naciente y que supuso ~ impulso definitivo al estudio de la mente no basado en la introspección, que tan escasos resultados había dado en el pa sado y que estaba tan sujeta a la subjetividad yfalta de control experimental. Original mente, el cognitivismo se opuso al conductismo, planteando que el verdadero control de la conducta está en nuestra mente y no en el ambiente. No significa que negaran la influencia del ambiente, sino que ésta está mediada por nuestras interpretaciones, nuestra motivación, nuestros propósitos. El descubrimiento del aprendizaje por mo delado, es decir, por observación, cuando las influencias ambientales no afectan direc tamente a un individuo sino que éste modifica su comportamiento por la observación de 10 que a otros individuos les ocurre, vino a apoyar definitivamente esta visión. Para el cognitivismo, las interpretaciones erróneas de los hechos, las creencias irra cionales, el establecimiento inapropiado de metas, la inadecuada atribución de causas a los hechos, etc., pueden provocar la desadaptación y el malestar que caracterizan a los trastornos mentales. Modificar el sistema de creencias de una persona es la vía elegida para ayudar a las personas a recuperar una vida más adaptada y feliz. Modelo cognitivo-conductual La superación de las diferencias entre el modelo cognitivo y el conductuallleva a la integración de los postulados de uno y otro modelo. El nuevo modelo plantea que el medio ambiente ejerce una influencia clave sobre el comportamiento que es procesada por la mente para tratar de conseguir un estado de adaptación lo más ajustado posible y 10más acorde con lasmetas y propósitos. La terapia de conducta fue incorporando poco Capítulo 8. Psicopatología Elmodelo cognitivo considera que cuando la mente interpreta de forma errónea la realidad, sedesarrollan los trastornos mentales @i fm Elmodelo cognitivo-conductual surge de la combinación de los principios compatibles entre sídel modelo conductual y el cognitivo ~j :1 206·~ Fundamentos de psicología Losmodelos sociogenéticos consideran que los trastornos mentales tienen un origen social Elmodelo biopsicosocial considera que los factores biológicos, psicológicos y sociales,asícomo la interrelación entre los mismos, contribuyen en gran medida a explicar la psicopatología, incluyéndose dentro de ésteel modelo vulnerabilidad-estrés y el modelo transdiagnóstico (que considera que existen factores comunes responsables del origen y mantenimiento de diferentes tipos de trastornos mentales) t'J a poco nuevas técnicas a su repertorio, modificando otras para adaptarlas a los nuevos descubrimientos en el ámbito cognitivo. Los factores ambientales que más influyen en el comportamiento de un individuo son de ámbito social y, además, están matizados por el modelado. El nuevo modelo, pues, pone elénfasis tanto en los factores individua les, psicológicos, como en los grupales, sociales, siendo un modelo psicosocial. Modelos socíogenéticos A partir de la década de 1950 surgieron en la psiquiatría varias corrientes inspiradas en posiciones filosóficas y políticas más que académicas, que planteaban una interpre tación de la psicopatología en clave social. Aunque tampoco era un modelo unitario, básicamente estos enfoques proponían que los trastornos mentales tenían un origen social, desde el enfoque que planteaba que el origen de la enfermedad se encontraba en los sistemas familiares, hasta el que directamente postulaba que la enfermedad mental era un puro invento social que resultaba más dañino que beneficioso, pasando por el que afirmaba que la alienación social era la responsable de la alienación mental. Estos enfoques influyeron notablemente en el movimiento conocido como antipsi quiatría que, entre otras cosas, promovió un cambio del modelo de atención a la sa lud mental basado en hospitales psiquiátricos a la atención comunitaria. Lo cierto es que las reformas inspiradas en estos planteamientos han sido muy dispares en diferen tes países, produciendo situaciones catastróficas en algunos de ellos, pero sus princi pios (mejora de las condiciones de atención a los enfermos mentales, protección de sus derechos y traslación del peso de la atención de los hospitales psiquiátricos a disposi tivos más integrados en la comunidad) han cuajado en la psiquiatría comunitaria. Modelo biopsicosocial En la década de 1970 apareció un nuevo modelo en el ámbito de la medicina que pronto se convirtió en el paradigma oficial tras su adopción por la OMS. La proposi ción de este modelo se atribuye a George Engel partiendo de la teoría de sistemas (1977). El modelo biopsicosocial no se limita al ámbito de la salud mental, sino a la salud en general. Según este modelo, la salud depende de factores biológicos, psico lógicos y sociales. Es una propuesta muy cercana a cómo la OMS definió la salud ya en el año 1946: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades» (Preámbulo de la Constitu ción de la Organización Mundial de la Salud, 1946). S modelo propuesto por Engel enfatiza la influencia mutua de los tres tipos de factores sobre la salud, afirmando que es imposible entender ni la salud ni la.enferme da? sin comprender las complejas interrelaciones entre todos estos factores. Pese al impulso de la OMS, la adopción del modelo biopsicosocial se ha encontrado a lo largo de los años con dificultades para su aplicación, desde modelos asistenciales arrai gados basados en el modelo biomédico hasta dificultades técnicas y oposición de par te de la comunidad médica. De esta forma, hoy por hoy el modelo es el oficial, pero no el real, si bien en los últimos tiempos algunos países (como Reino Unido) han comenzado a realizar reformas notables de sus sistemas de salud encaminadas a hacer realidad dicho modelo. Modelo de vulnerabilidad-estrés Este modelo se puede considerar como un desarrollo del modelo biopsicosocial por cuanto mantiene sus mismos principios, pero concretando la forma en que se produce la adaptación o desadaptación de un individuo. El modelo surgió en la década de 1970 (Zubin, 1977) como una hipótesis explicativa de la esquizofrenia. En este mo delo se entiende por estrés la reacción de un individuo ante una situación que deman da de él una acción, decisión o elección, ya sea como una oportunidad o como una restricción. Implica un conjunto de respuestas fisiológicas, motoras y cognitivas, y éstas se disparan ante situaciones naturales (como cambios en la vida) o extraordina rias (como catástrofes). El modelo hipotetiza que las personas se enfrentan a las situa ciones estresantes con diferente nivel de capacidad de afrontamiento de las mismas, de maneraque unas presentan mayor y otras menor capacidad para superar estas si tuaciones sin que su salud sufra. Se dice así que vulnerabilidad es la probabilidad de que una persona responda a una situación estresante de manera inadaptada y se habla de factores de riesgo para referirse a todos aquellos que contribuyen a que una persona sea más vulnerable. Por el contrario, se habla de factores de protección para referirse a aquellos que ayudan a una persona a responder de manera adaptada. Los factores de riesgo y protectores pueden ser de tipo biológico, psicológico o social. Modelotransdiagnóstico Se trata de un modelo muy reciente que también se puede considerar dentro del mo delo biopsicosocial por idénticas razones que el anterior y que en la actualidad está suscitando un gran número de publicaciones. El modelo transdiagnóstico plantea que ha llegado el momento de estudiar los factores comunes en la génesis y el manteni miento de los trastornos mentales y que se pueden encontrar en diferentes tipos de trastornos. Se espera que agruparlos en función de tales factores comunes y abordar su tratamiento de acuerdo con estos factores implicados favorecerá la ocurrencia de una mejora en la efectividad de los tratamientos. Se trata de un modelo que se basa en la evidencia empírica y que resulta completamente compatible con el enfoque biopsi cosocial. Nace del reconocimiento de los avances obtenidos en las últimas décadas en la clasificación diagnóstica, peco pretende ir más allá, replanteando dicha clasificación en función de los factores responsables de la génesis y el mantenimiento de los dife rentes trastornos mentales. Sistemas clasificatorios actuales Hay que indicar, en primer lugar, que ni tan siquiera hay un acuerdo amplio respecto a la cuestión de si los sistemas clasificatorios tienen sentido y reflejan la realidad o si por el contrario resultan poco útiles y son arbitrarios. La tradición médica en el abor daje de los trastornos mentales (enfermedades, desde el punto de vista biomédico) ha impuesto la búsqueda de un sistema clasificatorio basado en la premisa de que, al igual que con las enfermedades médicas, el diagnóstico refleja una entidad real, objetivable y cuya causa simple puede descubrirse. Pero a lo largo de la historia ha habido que plegarse a la evidencia de que los trastornos mentales son cualquier cosa menos una entidad simple y fácil de definir, explicar y clasificar. ¿Quiere eso decir que los sistemas clasificatorios son entelequias sin contacto con la realidad y sin.ningún efecto práctico y quizá sí muchos aberrantes, como proponeQ, desde la sociología (GofFman, 1963)? Lo cierto es que, más allá de la influencia del modelo biomédico, describir y clasificar son dos actividades que los humanos tratamos de realizar siempre con toda parcela de la realidad. y lo hacemos porque ésa es la forma en que nuestro cerebro puede después analizar los fenómenos y los objetos de nuestro entorno. Más aún, la ciencia necesita parcelar la realidad, definirla de manera unívoca y describirla para posteriormente poder estudiarla y explicarla. Por lo tanto, está claro que una cosa es que los sistemas clasificatorios sean o no plenamente satisfactorios en el momento actual, y otra es que no sean útiles. Son tan sólo un intento de organizar la realidad para poder estudiarla, con defectos y consecuencias indeseadas, pero también con virtudes. Así, los actuales sistemas clasificatorios pecan de escasa validez diagnóstica, porque no siempre reflejan entidades reales, sino más bien construidas socialmente. Reflejan una realidad fragmentada, dividida en categorías, frente a una realidad continua en la que las cosas no son una cuestión de todo o nada, sino más bien de cuánto. Cuando se utilizan sin el conocimiento necesario, son peligrosos, porque la etiqueta que se aplica a un individuo por sí misma tiene un efecto sobre su comportamiento y el comportamiento que la sociedad tendrá en relación con este individuo. Éste es un efecto no intrínseco de los sistemas, sino que ocurre por la interacción con la ignoran cia y el prejuicio sociales hacia los trastornos mentales, pero ocurre. Igualmente ocurre que a veces la industria y las asociaciones profesionales ejercen presión sobre los crea dores de los sistemas clasificatorios para que éstos beneficien sus intereses. Yes que no se puede olvidar que los diagnósticos implican la intervención de profesionales y la prescripción de tratamientos, y todo ello tiene un gran impacto económico. Capituto 8. Psicopatoloqía 1207 Tiempo para la reflexión' ,. Piense en alguna situación en la que haya acudido a su médico porque sesen tía mal físicamente o le dolía algo. ¿Cuál fue el diagnóstico del médico sobre lo que le ocurría? ¿Qué efectos tuvo el he cho de que le etiquetara con palabras (diagnóstico)? ¿Positivos o negativos? ¿Qué cree que pensaban los demás so bre su diagnóstico? Ahora piense en una situación (si no le ha ocurrido, imagínelo) en la que se haya sentido triste, sin ganas de hacer nada, con pensamientos negativos sobre su si tuación, su vida, su futuro ... Acude a su médico, quien le dice que tiene un tras torno mental; le diagnostica un trastorno depresivo mayor y le recomienda que vaya a ver a un psicólogo o un psiquiatra. ¿Quéefectos cree que puede tener el he cho de que le diga que tiene una depre sión? ¿Positivos o negativos? ¿Qué cree que pueden pensar los demás sobre su diagnóstico? ¿Encuentra alguna diferen cia con respecto al ejemplo anterior? ¿En qué sentido? ¿Creeque hoy en día toda vía existen prejuicios sociales sobre los diagnósticos o etiquetas de los trastor nos mentales? Actividad 8.2 Explicaciónde los comportamientos anor males desde diferentes modelos teóricos.
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