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Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 Actas Urol Esp. 2017;xxx(xx):xxx---xxx Actas Urológicas Españolas www.elsevier.es/actasuro ARTÍCULO DE REVISIÓN Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática A. Pérez-Lanzac a,∗ y R. García-Baquerob a Servicio de Urología, Hospital Ruber Internacional, Madrid, España b Servicio de Urología. Hospital Universitario Puerta del Mar, Cádiz, España Recibido el 3 de julio de 2017; aceptado el 14 de julio de 2017 PALABRAS CLAVE Minilaparoscopia; Revisión; Urología Resumen Contexto: En los últimos años las intervenciones urológicas por minilaparoscopia (ML) han experimentado un auge. Objetivo: Realizar una revisión sistemática de la evidencia publicada sobre la ML y su papel actual en la urología. Adquisición de evidencia: Se realizó una búsqueda en Medline desde octubre 1983 hasta diciembre de 2016 siguiendo los criterios PRISMA. Un total de 6 artículos comparativos y 13 series fueron seleccionadas para este manuscrito. Síntesis de evidencia: Tan solo un estudio fue aleatorizado, 4 estudios fueron prospectivos y comparativos y la mayor parte fueron series de casos intervenidos con instrumental de 3 mm. La intervención más frecuente fue la adrenalectomía, seguida de la nefrectomía, donante vivo y pieloplastia. Además se operaron otras enfermedades menores como decorticaciones quísticas, pielolitotomías, linfadenectomías, varicocelectomías u orquiectomías. Discusión: En los últimos años ha habido importantes mejoras técnicas en el material de ML. La mayoría de los procedimientos fueron de cirugía reconstructiva y por abordaje transperitoneal, incrementándose paulatinamente el número de casos de cirugía oncológica. Solo un 36,8% de las series evaluaron los resultados cosméticos con cuestionarios validados y un 68,4% de los estudios emplearon la escala visual analógica para medir el dolor postoperatorio. Conclusiones: El nivel de evidencia de la mayoría de los estudios publicados es bajo. La ML es una técnica reproducible para la cirugía urológica y segura incluso para las intervenciones de grandes masas quirúrgicas. Sus resultados cosméticos y de dolor postoperatorio son superiores a los de la laparoscopia convencional, si bien estas conclusiones deben ser tomadas con cautela dadas las limitaciones de los estudios actuales. © 2017 AEU. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. ∗ Autor para correspondencia. Correo electrónico: albertoperezlanzac@gmail.com (A. Pérez-Lanzac). http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 0210-4806/© 2017 AEU. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 http://www.elsevier.es/actasuro mailto:albertoperezlanzac@gmail.com dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 2 A. Pérez-Lanzac, R. García-Baquero KEYWORDS Minilaparoscopy; Review; Urology Minilaparoscopy in urology: Systematic review Abstract Context: There has been a boom in recent years in urological procedures using minilaparoscopy (ML). Objective: To conduct a systematic review of the published evidence on ML and its current role in urology. Acquisition of evidence: We performed a search on MedLine spanning October 1983 to Decem- ber 2016 according to PRISMA criteria. A total of 6 comparative articles and 13 series were selected for this manuscript. Summary of the evidence: Only 1 study was randomised, 4 studies were prospective and com- parative, and most were case series in which the operations were performed with 3-mm instruments. The most common procedures were adrenalectomy, followed by nephrectomy, living donor and pyeloplasty. Other minor conditions were also operated on, including cyst decortications, pyelolithotomies, lymphadenectomies, varicocelectomies and orchiectomies. Discussion: There have been significant technical improvements in recent years in the materials of ML. Most procedures were for reconstructive surgery and by transperitoneal approach, with a gradually increasing number of cases of oncologic surgery. Only 36.8% of the series assessed the cosmetic results with validated questionnaires, and 68.4% of the studies used the visual analogue scale to measure pain during the postoperative period. Conclusions: The level of evidence of most published studies is low. ML is a reproducible tech- nique for urological surgery and is safe even for operations on large surgical masses. The procedure’s cosmetic and pain results after surgery are superior to those of conventional lapa- roscopy, although these conclusions should be taken with caution given the limitations of the current studies. © 2017 AEU. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights reserved. Contexto En 1998 Soble et al. publicaron la primera experiencia en suprarrenalectomías con instrumental de minilaparoscopia (ML)1. Posteriormente Gill et al. emplearon esta técnica en otras indicaciones2. Hasta hace poco este material estaba restringido a ser empleado como armamentario accesorio en laparoscopia convencional para edades pediátricas. Las pinzas eran demasiado flexibles, no transmitían la tracción necesaria durante las cirugías y las ópticas presentaban una calidad de imagen limitada, lo que lo convertía en un mate- rial poco fiable para la cirugía laparoscópica en adultos. Por ello la ML era considerada una técnica experimental, reco- mendada solo para expertos laparoscopistas que no aportaba ventajas significativas frente a la técnica clásica, laparoscó- pica o abierta3,4. Con el desarrollo de los abordajes quirúrgicos de mono- puerto (LESS) y por orificios naturales (NOTES) y la definición de cirugía sin cicatrices5, se ha generado un interés reno- vado de la comunidad quirúrgica por la ML. Este interés ha sido impulsado por la aparición de una nueva generación de instrumental laparoscópico de ML (Karl Storz), cuyo des- arrollo ha permitido superar las limitaciones iniciales hasta unas cotas elevadas de fiabilidad. Este hecho, junto con la particularidad de estar basada en los mismos principios de triangulación de la laparoscopia clásica, proporciona a la ML los elementos para ser una técnica preparada para incorporarse a la práctica laparoscópica habitual6,7. Se considera ML al empleo de instrumentos y ópticas de hasta 3 mm3,8, pudiéndose combinar con trocares mayores en los abordajes híbridos9. La ML persigue reducir la lesión de la pared abdominal respecto al acceso laparoscópico estándar, lo que redundaría en un mejor resultado esté- tico, menos dolor y una recuperación precoz10. En urología la evidencia que apoya el abordaje mediante ML se limita a series pequeñas o a discretos estudios comparativos de centros con gran experiencia laparoscópica. Son necesarios análisis más robustos de series más amplias para corrobo- rar los hallazgos observados en estas experiencias iniciales. A continuacióndescribimos las principales publicaciones de ML en los distintos procedimientos urológicos en adultos. Adquisición de la evidencia Recopilando la evidencia Se realizó una búsqueda y revisión por pares en Medline de artículos publicados en la bibliografía desde octubre 1983 hasta diciembre de 2016. Los términos de búsqueda para ML fueron: mini laparoscopy urology, mini-laparoscopic uro- logy, minilaparoscopy and urology, needlescopic surgery urology, minilaparoscopic and urology y 3-mm instruments and urology. Dos autores independientes llevaron a cabo un cribado de los títulos y los resúmenes de cada cita. Revisiones, editoriales, comentarios y cartas al director no fueron inclui- dos. También fueron excluidos artículos referidos a otros abordajes, educacionales u otros no relacionados con el tema de estudio. Además, se seleccionaron artículos a par- tir de las referencias relacionadas. Artículos con menos de 5 casos y de pacientes en edad pediátrica fueron exclui- dos. En los casos de publicaciones con casos repetidos se tomó la publicación más reciente. Se incluyeron solo artícu- los en español o inglés y artículos con series comparativas dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática 3 Referencias identificadas a través de búsqueda en Pubmed Términos de búsqueda: mini laparoscopy urology (105) mini-laparoscopic urology (17) minilaparoscopy and urology (12) minilaparoscopic and urology (14) needlescopic surgery urology (32) 3-mm instruments and urology (116) C ri b a d o In c lu id o s Id e n ti fi c a c ió n Duplicados eliminados (n = 20) Referencias examinadas (n = 276) Referencias excluidas (n = 212) Artículos con texto completo elegidos para ser evaluados (n = 64) Artículos con texto complete excluidos, con razones (n = 45) Estudios escogidos para síntesis cualitativa (n = 19) 3 Menos de 5 casos. 15 Pediátricos. 27 Genéricos referidos a ML/Revisiones. Referencias añadidas de citas relacionadas (n=3) Síntesis cuantitativa no realizada (meta-analisis) S e le c c ió n DIAGRAMA DE FLUJO Figura 1 Diagrama de flujos de la revisión sistemática, de acuerdo con los criterios PRISMA (www.prisma-statement.org). entre ML y laparoscópica convencional (LC) también fueron incluidos. Se seleccionaron un total de 19 artículos de acuerdo con los ítems de referencia para la publicación de revisiones sis- temáticas y metaanálisis11 (fig. 1). No se realizó metaanálisis por la escasa consistencia de los datos, para no incurrir en errores metodológicos. Los estudios incluidos fueron eva- luados en su grado de evidencia según el Oxford Center for Evidence Medicine, marzo de 200912. Síntesis de la evidencia Artículos disponibles de minilaparoscopia De los artículos identificados un solo estudio fue aleatorizado13, 4 estudios prospectivos de cohortes comparativas8,14---16 y uno retrospectivo comparativo res- pecto a LC1. Tres artículos eran publicaciones de un solo caso y otro una repetición de casos. En los últimos años han aumentado los casos publicados, las revisiones, los artículos genéricos o las publicaciones pediátricas en relación con la ML (fig. 2). De todos los procedimientos solo un 32% fueron cirugías de grandes masas quirúrgicas y el resto fueron cirugías reconstructivas o de pequeñas masas. Por orden, los procedimientos más frecuentes fueron la adrenalectomía seguido de la nefrectomía (radical, simple), donante vivo y pieloplastias. Y los menos frecuentes fueron nefrectomías parciales y prostatectomías radicales (tabla 1). Otras ciru- gías fueron 13 nefroureterectomías1,7, 3 pielolitotomias7, 2 ureterolitectomías17, una ureterectomía17, 2 reim- plantes ureterales17, 11 decorticaciones de quiste renal1,9,17, 3 linfocelectomías1, 3 linfadenectomías1,87 varicocelectomías22, 4 orquidopexias1,5 orquiectomías1 y 2 colposacropexias9. Solo 4 series emplearon el acceso retroperitoneal en todos sus casos14,15,18,19, otras 2 realizaron casos por abordaje retroperitoneal y transperitoneal1,9 y el resto de las series utilizaron un abordaje transperitoneal2,3,7,8,13,17,18,20---22,23---25. Además solo se publicaron 2 series de prostatectomía radical minilaparoscópica, las 2 con abordaje extraperitoneal9,16. La tabla 1 recoge los principales datos perioperatorios, de dolor y resultados cosméticos de las principales series publicadas según el tipo de cirugía. Discusión En la búsqueda del instrumental de minilaparoscopia óptimo Desde que se describió el material de ML en 1998 por Gill et al. este ha experimentado una profunda dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 http://www.prisma-statement.org/ Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 4 A. Pérez-Lanzac, R. García-Baquero 300 250 200 150 100 50 0 2009-2010 2011-2012 2013-2014 2015-20162007-20081998-2006 0 72 113 110 276 267 Casos Publicados 8 7 7 7 6 6 5 5 4 4 4 3 3 2 2 2 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 <5 Casos Pediátricos Genéricos/Revisi ón 1998-2006 2007-2008 2009-2010 2011-2012 2013-2014 2015-2016 a b Figura 2 Publicaciones indexadas en el campo de la minilapa- roscopia. Casos publicados por años (a), número de referencias según tipo de publicación (b). transformación2. En esta primera experiencia y en otras pos- teriores utilizaron instrumental de 2 mm (también llamado needlescopy)1,2,8,20,21. Se describieron importantes limita- ciones en relación con el tipo de pinzas disponibles, la calidad en la imagen y la rigidez de los instrumentos1,2,8,20. La mejora más reseñable es la referida a la visión del lapa- roscopio de 3 mm, que ha permitido su uso no solo en procedimientos diagnósticos y reconstructivos5,26, sino tam- bién en la cirugía de grandes masas en oncología renal y de donante vivo7,13,25. Aunque los instrumentos aún son fle- xibles, las mejoras en la longitud, rigidez y en el diseño ha provocado a una divulgación de su uso en la cirugía de adultos abdominal y pelviana4. Limitaciones del instrumental de minilaparoscopia La población obesa no parece ser la más adecuada para este instrumental dadas las limitaciones que aún existen en cuanto a la resistencia de los materiales4,7. Es más, los ins- trumentos de ML requieren una manipulación más precisa que los de laparoscopia clásica y el temblor del cirujano se ve amplificado. Pini et al. describieron que las tijeras son demasiado flexibles y pronto pierden su precisión14, sin embargo unas tijeras mejoradas disponibles en el mercado han solucionado este problema7. Diversos autores coinciden en que a pesar de las mejoras la visión no es compara- ble a la del laparoscopio convencional, y en momentos de sangrado de la cirugía la absorción de luz disminuye sensible- mente la calidad de la imagen4,23. Soble et al. consideraron emplear la óptica de mayor calibre disponible1. Solo un 31,5% de las series emplearon ópticas de 3 mm, y de ellas solo un 33,3% en cirugía de extirpación renal. En otros casos se emplearon ópticas pequeñas parala cirugía reconstruc- tiva o de pequeños órganos, como la glándula suprarrenal (tabla 1). Porpiglia et al. proponen el empleo de la tecno- logía SPIEs para mantener la calidad de la visión durante la cirugía19. Por otra parte, es necesario desarrollar aún material accesorio adaptado al calibre de 3 mm, como por ejemplo el bisturí armónico o ligasure. Además, es preciso la minia- turización de los clips vasculares para poder emplearse en la ML3,4,14,17,23. Por ello, y dado que la pinza bipolar de 3 mm permite una óptima coagulación, algunos autores recomien- dan una hemostasia cuidadosa durante toda la cirugía3,7. Pini et al. se vieron forzados a realizar el acceso retrope- ritoneal con un balón 6 mm autodiseñado al no disponer de material de 3 mm14. Por otro lado, el calibre de 3 mm no parece suficiente para mantener una aspiración y evacua- ción del vapor y humos adecuada durante la cirugía3,14,23. Es reseñable cómo diversos grupos emplearon trocares de mayor diámetro (5 mm/10 mm) para conectar el pneumope- ritoneo o para la evacuación del humo3,4,7,9. Aunque los principios básicos de la cirugía laparoscó- pica (triangularización y ergonomía) son respetados y no es necesario ningún material nuevo, estas limitaciones incre- mentan el grado de dificultad durante la cirugía, siendo en general necesaria una experiencia previa en cirugía laparoscópica3,4,14,23. Cirugía reconstructiva Las pequeñas incisiones y las limitaciones de los prime- ros materiales dotaron a la ML de una especial utilidad para el diagnóstico y la cirugía reconstructiva urológica2,5. Tres series comparativas de pieloplastias por ML con LC demostraron que los accesos miniaturizados mantienen los estándares de seguridad de la LC y mejoran los resulta- dos postoperatorios14,15,23. Según los autores, el abordaje minilaparoscópico fue seguro en el tratamiento de la este- nosis de la unión pieloureteral, y permite un abordaje eficaz para este procedimiento. La destreza quirúrgica no se vio mermada por el abordaje minilaparoscópico y la triangu- larización fue preservada, lo que definitivamente ayudó a superar la dificultad técnica de la intervención, como es la sutura de la pieloplastia3,23,27. La ML fue comparable a la LC, dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 C óm o citar este artículo: Pérez-Lanzac A , G arcía-Baquero R . M inilaparoscopia en urología: revisión sistem ática. A ctas U rol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 A R T IC L E IN P R E S S + M o d e l A C U R O -1020; N o. of Pages 10 M inilaparoscopia en urología: revisión sistem ática 5 Tabla 1 Series de nefrectomía radical (NR), donante vivo (DV), nefrectomía parcial (NP), pieloplastia (PL), prostatectomía radical (PR) y suprarrenalectomía (SP) por minilaparoscopia Autor Cirugía N Trocares Trocar óptica Tiempo quirúrgico (min, med) Pérdida hemática (ml, med) Estancia (días, med) Dolor Estética Conversiones Complicaciones Nivel de evidencia Soble y Gill1 NR 3 5 mm 2 mm (x 2) 10 mm 162,3 48,8 1 NA NA No No IV Porpiglia et al.9 NR 20 3,5 mm (x 4) 5 mm 122,1 52,5 4,6 1,1 (EVA, med) NA NAa NAa IV Dubeux et al.17. NR 6 10 mm 3,5 mm (x 2) 10 mm NA NA NA NA Satisfactorio 1 → LC 8 → +trocar LC No IV Breda et al.7 NR 40 10/12 mm 3,5 mm (x 3-4) 3,5 mm 178,6 117,5 5,2 NAa NAa 8 → +trocar 5/10 mm 4 (Clavien I) 1 (Clavien IIIa) 1 (Clavien IIIb) 1 (Clavien IVa) IV Simforoosh et al.24 DV 50 11 mm 3.5 mm (x2) 5 mm 145,8 ---1,1 (Hb, mg/dl) 2.2 NAb NA No 3 (Clavien I) 2 (Clavien II) IV Simforoosh et al13. DV 50 11 mm 3,5 mm (x 2) 5 mm 104 ∼=0 2,1 NA Mejor (PASQ)d No 3 (Clavien II) IIB Breda et al25 DV 13 15 mm 5 mm 3,5 mm (x 2-3) 3,5 mm 149,6 < 50 (ml)e 3 NA NA No 1 (Clavien I) IV Breda et al.7 DV 20 10/12 mm 3,5 mm (x 3-4) 3,5 mm 145.7 ∼=0 3 NAa NAa No 1 (Clavien I) IV Porpiglia et al.19. NP 10 3,5 mm (x 3) 12 mm 91,5 72 4 NAc NA No 1 (grado NA) IV Breda et al.7. NP 20 10/12 mm 3 mm (x 3-4) 3,5 mm 168 274,5 4,5 NAa NAa 1 → LC (3,5 mm→ 5 mm) 1 → +trocar 5/10 mm 7 (Clavien I) 1 (Clavien II) 1 (Clavien IIIa) 1 (Clavien IIIb) IV dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 C óm o citar este artículo: Pérez-Lanzac A , G arcía-Baquero R . M inilaparoscopia en urología: revisión sistem ática. A ctas U rol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 A R T IC L E IN P R E S S + M o d e l A C U R O -1020; N o. of Pages 10 6 A . Pérez-Lanzac, R . G arcía-Baquero Tabla 1 (continuación) Autor Cirugía N Trocares Trocar óptica Tiempo quirúrgico (min, med) Pérdida hemática (ml, med) Estancia (días, med) Dolor Estética Conversiones Complicaciones Nivel de evidencia Pini et al.14 PL 12 3,5 mm (x 2) 6 mm 100 1,1 (Hb, mg/dl) 4,5 4,2 (EVA, med) 37,9 (POSAS, med) No NA IIIB Porpiglia et al.3. PL 10 3,5 mm (x 2-3) 3,5 mm 134 55,6 3,1 0,6 (EVA, med) 29,8 (PSAQ, med) 1 → LC (3,5 mm→ 10 mm) No IV Fiori et al.23 PL 12 3,9 mm (x 2-3) 3,5 mm 128 ∼=0 3 1,3 (EVA, med) 29,8 (PSAQ, med) 1 → LC (3,9 mm→ 12 mm) 1 (Clavien I) 1 (Clavien IIIa) IIIB Porpiglia et al.9 PL 107 3,9 mm (x 3) 3,5 mm 151,2 55,4 5,5 0,5 (EVA, med) NA No NAa IV Al Nasser et al.15 PL 20 3,5 mm 5 mm 125,4 NA 5 4,4 (EVA, med) 13,8 (OSAS, med)d No 2 (Clavien I, II) IIIB Dubeux. World J Urol 201524. PL 16 10 mm 3,5 mm (x 2) 10 mm NA NA NA NA Satisfactorio No 1 (Clavien IIIB) IV Breda et al.7 PL 13 10/12 mm 3 mm (x 3-4) 3,5 mm 168.9 ∼=0 4,4 NAa NAa 1 → CA 1 → +trocar 5/10 mm 3 (Clavien I) 1 (Clavien IIIa) IV Porpiglia et al.9 PR 13 5 mm 3,5 mm (x 3) 12 mm 114,2 150,0 3,6 1,0 (EVA, med) NA No NAa IV Quattrone et al.16 PR 11 3,5 mm (x 3) 12 mm 118,6 NA 3,7 0,9 (EVA, med) 8,1 (POSAS, med) 16,6 (BIQ, med) 1 → LC (3,5 mm→ 5 mm) 1 (Clavien I) IIIB Gill et al.2 SR 15 2 mm (x 2) 5 mm 10 mm 168,7 61,4 1,1 Menorf NA 1 → LC No IV dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 C óm o citar este artículo: Pérez-Lanzac A , G arcía-Baquero R . M inilaparoscopia en urología: revisión sistem ática. A ctas U rol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 A R T IC L E IN P R E S S + M o d e l A C U R O -1020; N o. of Pages 10 M inilaparoscopia en urología: revisión sistem ática 7 Tabla 1 (continuación) Autor Cirugía N Trocares Trocar óptica Tiempo quirúrgico (min, med) Pérdida hemática (ml, med) Estancia (días, med) Dolor Estética Conversiones Complicaciones Nivel de evidencia Soble y Gill1 SR 15 2 mmg 5 mm 10 mm 162.8 61 1.13 NA NA 1 → LC No IV Chueh et al.8 SR 12 2 mm (x 2-3) 5/12 mm183 45 4,2 3,1 (EVA, med) Mejor 1 → LC (2 mm→ 10 mm) No IV Liao et al.20. SR 8 2 mm (x 2-3) 12 mm 119 < 50 (ml)e 4 2.5 (EVA, med) NA No No IV Liao et al.21. SR 112 2 mm (x 2-3) 12 mm 151 30 3,8 23% (narcóticos- postoperatorio) NA 5 → LC 1 → Mano asistida 2 (Clavien I) 2 (Clavien II) IV Porpiglia et al.9 SR 37 3,5 mm (x 2) 3,5 mm 102,7 81,8 4,75 0,8 (EVA, med) NA No NAa IV Porpiglia et al.18. SR 50 3 mm (x 3) 12 mm 90 50 3 1 (EVA, med) 30 (PSAQ, med) 1 → LC (3 mm→ 12 mm) 3 → LC (3 mm→ 5 mm) 3 (Clavien I) 2 (Clavien II) IV Breda et al.7 SR 6 10/12 mm 3 mm (x 3-4) 3,5 mm 223,3 ∼=0 3,5 NAa NAa No 1 (Clavien I) IV BIQ: Body Image Questionnaire;CA: cirugía abierta; EVA: escala visual analógica; Hb: hemoglobina; LC: laparoscopia convencional; med: media; min: minutos; NA: no aportado; OSAS: Observer Scar Assessment Scale; PASQ: Patient Scar Assessment Questionnaire; POSAS: Patient and Observer Scar Assessment Questionnaire. a Datos agregados. b 33 mg (requerimiento de narcóticos, med). c No requerimientos extra de narcóticos. d Respecto a LC, media NA. e Media NA. f Requerimientos de morfina respecto a LC (6,7 mg vs. 47,5 mg, p = NA). g Número no especificado. dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 8 A. Pérez-Lanzac, R. García-Baquero si bien en 2 series la estancia hospitalaria mejoró respecto a la LC. En una de ellas el abordaje fue retroperitoneal y en otra transperitoneal, lo que indicaría que la reducción del tamaño de los trocares a 3 mm tiene un impacto en el postoperatorio de los pacientes indistintamente al abordaje empleado14,23. De todas las series solo un 1% de los pacientes requirie- ron la conversión de un trocar de 3 mm a un trocar de LC (5 mm/10 mm), solo un 0,5% fue convertido a cirugía abierta y un 0,5% requirió un trocar adicional3,7,23. Todas las com- plicaciones fueron leves (Clavien I-II), excepto un 33,3% que correspondieron a 2 fístulas urinarias y a un hemoperitoneo (Clavien III) y que precisaron resolución quirúrgica7,15,17,23. Cirugía oncológica y de resección Paulatinamente ha habido un incremento en el número de cirugías oncológicas y con extracción de piezas quirúrgicas, que emplearon instrumentos de 3 mm. Dentro de la cirugía renal se han realizado procedimientos renales como nefrec- tomías radicales, simples, parciales y nefroureterectomías. La adrenalectomía fue el procedimiento más frecuente, con un 35% de los casos realizados por vía retroperitoneal. Un 4,6% de los casos precisó la sustitución de un trocar de ML por otro de LC. Un caso requirió una conversión a cirugía mano asistida para el control del sangrado intraoperatorio21, y todas las complicaciones fueron leves, 6 fueron casos Cla- vien I y otras 4 Clavien II. Liao et al. llegaron a la conclusión, mediante un análisis multivariante, de que el tamaño tumo- ral, la historia previa de cirugía abdominal, el sexo y la histología fueron factores pronósticos independientes de un mayor tiempo quirúrgico21. Soble et al. describieron una primera experiencia de 3 nefrectomías radicales con pinzas de 2 mm, con un tiempo quirúrgico medio de 162,3 minutos y una media de 48,8 ml de pérdida hemática1. Fue el tipo de cirugía que más veces requirió adicción de trocares en un 23,1% de los casos. Se han realizado aproximadamente un cuarto de nefrectomías sim- ples respecto al número de nefrectomías radicales. De las nefroureterectomías publicadas un 23% fueron por proceso patológico benigno y el resto por enfermedad tumoral. Solo 2 pacientes intervenidos de nefroureterectomía simple tuvie- ron una complicación por sepsis urinaria y dolor vesical1,7. De todas las series solo Breda et al. emplearon una óptica de 3 mm en 40 nefrectomías radicales y en 12 nefrectomías simples7. De las nefrectomías parciales publicadas un 73,3% fue- ron sin clampaje y en el resto describieron un tiempo medio de isquemia caliente de tan solo 14 minutos. Un solo paciente presentó márgenes positivos que resultó ser un oncocitoma7,19. Estos resultados indican que incluso en pre- sencia de sangrado en el campo quirúrgico, en el que la imagen es de peor calidad, la ML es segura con unos resul- tados comparables a la LC. Porpiglia et al. publicaron una serie de 10 casos y en casi la mitad de los 20 casos publicados por Breda et al. se empleó el acceso retroperitoneal7,19. La elección del abordaje trans- o retroperitoneal está muy en relación con la localización del tumor, siendo útil en tumo- res posteriores o en caso de bloqueo de la cavidad peritoneal y a las preferencias del cirujano. En este sentido las series publicadas indican que ambos abordajes son factibles por ML, incluso en cirugías técnicamente muy demandantes27. Por otro lado, se ha empleado la ML en la prostatectomía radical en solo 2 series cortas de pacientes. El tiempo medio quirúrgico, la estancia y la pérdida hemática fue semejante en las 2 series9,16. En todos los casos se emplearon ópticas de 12 mm y solo un paciente requirió la sustitución de un trocar de 3 mm por otro de 5 mm16. Donante vivo El abordaje laparoscópico se ha convertido en el estándar de tratamiento en la extracción renal de donante vivo. La ML ha demostrado ser segura para esta cirugía, disminuyendo las incisiones y por tanto reduciendo el impacto de la cirugía7. Tan solo hay una publicación que compare ML con LC24. La ML permite una óptima disección de la arteria y la vena renal, del polo superior y la extracción de la pieza en un tiempo comparable a la LC. El tiempo de isquemia osciló de 3,4 a 4,41 minutos de media7,24,25, sin hallarse diferencias tam- poco con la LC13. Por otra parte, otros autores describieron una media de filtrado glomerular en el receptor a los 3 meses entre 60,69 ml/min y 60,7 ml/min a los 6 meses7,25. No hubo complicaciones graves y todas ellas fueron leves (Clavien I-II). Otras cirugías Además de las intervenciones señaladas con anterioridad, Chung et al. realizaron 87 varicocelectomías transperitonea- les unilaterales o bilaterales con escasas complicaciones22. En todos los casos se emplearon instrumentos de 3 mm y se describió una sola recurrencia. Dentro de las indicaciones de la ML los procedimientos laparoscópicos menores, como esta cirugía de varicocele y aquellos diagnósticos, se han consi- derado como óptimos para el empleo de este abordaje5. Resultados de dolor La finalidad de usar instrumentos pequeños es la de dismi- nuir el tamaño de las heridas quirúrgicas y minimizar el impacto sobre la pared abdominal, y así reducir la mor- bilidad de los enfermos y el dolor postoperatorio. De las principales series incluidas la mayoría emplearon la escala visual analógica (EVA) para medir el dolor postoperatorio. La evaluación del dolor se realizó mayoritariamente en el pos- toperatorio inmediato, y solo 2 estudios evaluaron el dolor a partir del mes de la intervención7,18. Un estudio de una amplia serie de intervenciones de cirugía renal y suprarre- nal presentó agrupados los datos del dolor, por lo que no se pudo asignar a cada uno de los procedimientos la puntuación correspondiente7. De todas las series analizadas los pacien- tes intervenidos de pieloplastia fueron los que más dolor postoperatorio experimentaron en la EVA. Pini et al., en una serie comparativa de pieloplastias retroperitoneales por ML frente a LC, presentaron unos datos de dolor favorables para ML (media EVA: 4,2 vs. 4,9) en mediciones realizadas en el postoperatorio inmediato14. Entre las series de pieloplastias una de ellas evaluó el dolor en los primeros 4 días, demos- trando la media de dolor más elevada de los estudios15. dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopiaen urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática 9 A lo largo del postoperatorio el dolor va cediendo, encon- trando puntuaciones medias de EVA más altas el primer día de postoperatorio de una prostatectomía radical respecto al día del alta (1,72 vs 0,9)16. Un estudio de pacientes ope- rados de nefrectomía parcial describió que ningún paciente precisó analgesia extra tras la intervención19. Otros estu- dios midieron de manera diversa las necesidades anestésicas durante el postoperatorio, como la media de los requeri- mientos de narcóticos o el porcentaje de pacientes que los requirieron13,21. Resultados cosméticos Aunque el abordaje laparoscópico ha supuesto una mejoría en los resultados cosméticos de la cirugía28, para la mayo- ría de los pacientes que afrontan una cirugía urológica el efecto estético es menos importante que la reputación del cirujano y la ausencia de complicaciones quirúrgicas29. Una alternativa de mejora en este sentido consiste en realizar incisiones más pequeñas, y el empleo de instrumentos de 3 mm mejoraría los requerimientos cosméticos del paciente. Pini et al., en una serie de pieloplastias por retroperito- neoscopia emparejadas por pares con retroperitoneoscopias convencionales, estudiaron el impacto estético de la inter- vención hasta el día del alta, empleando el Patient and Observer Scar Assessment Questionnaire. Los resultados fueron significativamente favorables para los pacientes ope- rados por ML respecto al acceso convencional (37,9 vs 52,4, p = 0,002)14. Fiori et al. evaluaron los resultados cosméti- cos en un análisis comparativo de pieloplastia por ML con LC empleando Pain Scar Assessment Questionnaire a los 3 meses, demostrando mejoras estéticas en los pacientes intervenidos por ML (29,8 vs. 51,7, p < ,.001)23. En otra serie comparativa de pieloplastias con abordaje de ML híbrido evaluaron las incisiones de 3 mm, 5 mm y 10 mm a los 3, 12 y 24 meses. Se empleó el cuestionario Observer Scar Assessment Scale que contiene 6 ítems: vascularización, pig- mentación, espesor, descongestión, elasticidad y superficie, observándose una vascularización mejor y un espesor menor asociados a los trocares de 3 mm respecto a los de 10 mm15. Por otro lado, el impacto estético de la ML ha sido eva- luado en otras series de procedimientos quirúrgicos como la prostatectomía radical, la suprarrenalectomía y la nefrecto- mía de donante vivo, empleando cuestionarios validados con resultados favorables9,13,16. A pesar de lo expuesto son pocas las evidencias que avalen unos mejores resultados cosméti- cos con el empleo de instrumentos de 3 mm. El paso natural para mejorar la cosmética lograda por la LC pasa por el uso de menos incisiones, tal y como promulgan otros abordajes como el LESS y NOTES, y realizar heridas de menor tamaño que minimicen el daño tisular en la piel y en el tejido sub- cutáneo. Queda por aclarar si el efecto beneficioso estético de la ML realmente se ve reflejado en una mejor calidad de vida del paciente, especialmente en pacientes oncológi- cos. Otras ventajas La infección de la herida quirúrgica en la cirugía abierta ocurre en el 25% de los casos, frente al 5,8% en cirugía laparoscópica30. De hecho, la mayoría de las infecciones ocurren en el momento de la extracción de la pieza quirúr- gica (71,4%)31. Por otro lado, el riesgo de hernia en la incisión quirúrgica se relaciona directamente con las dimensiones de la incisión, teniendo una incidencia en cirugía abierta del 9,9%32 frente al 0,66% en cirugía laparoscópica33. El redu- cido tamaño de las incisiones para el instrumental de ML la convierten en una técnica ideal para reducir la morbilidad del abordaje laparoscópico. Disminuir el número de puertos y su tamaño redundaría en un menor riesgo de infección y de hernia. Limitaciones de los estudios La mayoría de los estudios publicados fueron series retros- pectivas, sin grupo control y con seguimiento corto. Se debe tener en cuenta que las series publicadas están realizadas por grupos con una experiencia laparoscópica previa amplia, considerándose por la mayoría de ellos como un procedi- miento complejo. Solo Gill et al. establecieron en su primera publicación una curva de aprendizaje de 5-10 casos2. Las posibilidades de la ML de aplicarla a la práctica habitual deben ser tomadas con cautela, y la mayoría de los autores la consideran una cirugía para expertos1,2,4,9. Por otro lado, solo un 36,8% de los estudios incluidos rea- lizaron una evaluación estética con cuestionarios validados, lo que supone una limitación a la hora de comparar los resul- tados entre series. Además, una parte del beneficio estético que la ML parece ofrecer podría estar basado en resulta- dos que pueden estar en relación con la selección de los enfermos tales como la edad, el sexo, el IMC, el nivel socioe- conómico, cultural y educacional o la presencia de cirugías previas. En general, el proceso de cicatrización puede verse afectado por enfermedades concomitantes, por infecciones o déficits de perfusión sanguínea locales que influyan en los resultados, y solo el empleo de herramientas de eva- luación aceptadas puede ayudar a reducir estos factores de confusión. Conclusión La ML representa un avance lógico para la cirugía laparos- cópica en relación con la invasión quirúrgica. Esta técnica preserva los principios de la laparoscopia convencional, manteniendo su reproducibilidad y efectividad. Las limita- ciones iniciales de los instrumentos de ML ha sido mejorada recientemente con los nuevos materiales de 3 mm dispo- nibles en el mercado, que han dado un nuevo empuje a este abordaje. Aunque parece que la ML ofrece una menor agresión en la pared abdominal, lo que redunda en meno- res cicatrices, mejores resultados estéticos y menor dolor, no existen aún datos consistentes que avalen estas afirma- ciones. La ML se puede realizar de forma segura con la nueva tecnología disponible actualmente, pero son necesa- rios estudios más amplios, comparativos y con seguimientos más largos que confirmen estas primeras observaciones. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 Cómo citar este artículo: Pérez-Lanzac A, García-Baquero R. Minilaparoscopia en urología: revisión sistemática. Actas Urol Esp. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acuro.2017.07.008 ARTICLE IN PRESS +Model ACURO-1020; No. of Pages 10 10 A. Pérez-Lanzac, R. García-Baquero Bibliografía 1. Soble JJ, Gill IS. Needlescopic urology: Incorporating 2-mm ins- truments in laparoscopic surgery. Urology. 1998;52:187---94. 2. Gill IS, Soble JJ, Sung GT, Winfield HN, Bravo EL, Novick AC. Needlescopic adrenalectomy–the initial series: Compari- son with conventional laparoscopic adrenalectomy. Urology. 1998;52:180---6. 3. Porpiglia F, Morra I, Bertolo R, Manfredi M, Mele F, Fiori C. Pure mini-laparoscopic transperitoneal pyeloplasty in an adult popu- lation: Feasibility, safety, and functional results after one year of follow-up. Urology. 2012;79:728---32. 4. 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