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Sedimentología de Cerro Azul

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Sedimentología de la Formación Cerro 
Azul (Mioceno superior) de la provincia 
de La Pampa, Argentina. 
 
 
Tesis presentada para optar al título de Doctor de la 
Universidad de Buenos Aires en el área de Geología 
 
 
Autor: Graciela Visconti 
 
 
Director: Dr. Ricardo N. Melchor 
Codirector: Dr. Carlos O. Limarino 
 
 
 
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales 
Departamento de Ciencias Geológicas 
Universidad de Buenos Aires 
 
 
 
Buenos Aires, 2006 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 A Alberto y a nuestros hijos, 
por compartir todas las vicisitudes 
 de este trabajo y darme fuerzas 
 para concretarlo. 
 
Índice 
 
Resumen Pág
Capítulo 1 
Condiciones paleoambientales, paleoclimáticas y 
tectónicas del Mioceno Superior en el Continente 
Sudamericano 
 
1 
 Cuencas sedimentarias y estratigrafía del Neógeno Argentino 2 
 Objetivos del trabajo 9 
Capítulo 2 Características estratigráficas de la Formación Cerro 
Azul 13 
 Antecedentes 13 
 Formación Cerro Azul 16 
 Distribución geográfica 16 
 Litología 17 
 Localidad tipo 17 
 Lectoestratotipo 18 
 Ambiente sedimentario 18 
 Edad 18 
 Contenido paleontológico 21 
 Relaciones estratigráficas 21 
Capítulo 3 Análisis de facies e interpretación paleoambiental 24 
 Introducción 24 
 Análisis de facies 26 
 Descripción e interpretación de facies 26 
 Asociación de facies: paleoambientes de sedimentación 40 
 Evolución del sistema depositacional 44 
Capítulo 4 Petrografía 46 
 Petrografía y clasificación 46 
 Procedencia a partir de la composición mineralógica 54 
Capítulo 5 
Estudio macromorfológico y micromorfológico de las 
sucesiones de loess y paleosuelos de la Formación Cerro 
Azul 
59 
 Introducción 59 
 Metodologías de descripción y clasificación de los 
paleosuelos. El problema de elegir las más adecuadas 59 
 Significado paleoclimático de los paleosuelos en loess 62 
 Análisis micromorfológico de los paleosuelos 65 
 Identificación micromorfológica de los paleosuelos 65 
 Significado paleoambiental de las características 
micromorfológicas 66 
 Microestratigrafía de rasgos micromorfológicos y 
reconstrucción pedosedimentaria 67 
 Sucesiones de loess-paleosuelos en la Formación Cerro Azul 67 
 Características micromorfológicas de la Formación Cerro 
Azul 68 
 Interpretación de los rasgos macro- y micromorfológicos 72 
 i
Capítulo 5 Microestratigrafía de rasgos micromorfológicos y 
reconstrucción pedosedimentaria de la Formación Cerro Azul 74 
Capítulo 6 Susceptibilidad magnética de sucesiones de loess-paleosuelos 77 
 Introducción 77 
 Diferenciaciones magnéticas de los suelos: enriquecimiento 
versus empobrecimiento magnético 78 
 Variación de la susceptibilidad magnética en la Formación 
Cerro Azul 80 
 Interpretación 82 
Capítulo 7 Mineralogía de rayos x de las arcillas 84 
 Introducción 84 
 Antecedentes sobre composición de minerales arcillosos en 
depósitos de loess y paleosuelos 84 
 Metodología 86 
 Tratamiento de los preparados orientados 86 
 Características del registro 87 
 Análisis cualitativo y semicuantitativo 87 
 Minerales de arcilla 88 
 Composición semicuantitativa de la fracción arcilla 89 
 Resultados 91 
 Interpretación 95 
Capítulo 8 Geoquímica de isótopos estables 97 
 Introducción 97 
 Isótopos de Carbono 97 
 Isótopos de Oxígeno 98 
 Composición isotópica de los carbonatos en los paleosuelos 99 
 Resultados de los análisis de isótopos de C y O en las 
sucesiones de loess y paleosuelos de la Formación Cerro Azul 
101
 Interpretación 104
Capítulo 9 Conclusiones 107
 Evolución paleoambiental 110
Agradecimientos 112
Bibliografía 113
Anexo I Contenido paleontológico 137
Anexo II Perfiles 145
Anexo III Composición petrográfica 170
Anexo IV Micromorfología 175
Anexo V Susceptibilidad magnética 184
Anexo VI Composición de las arcillas 195
 
 ii
RESUMEN 
 
 En este trabajo de Tesis se ha realizado el estudio sedimentológico de la 
Formación Cerro Azul, de edad miocena superior, en el ámbito de la provincia de La 
Pampa. Esta unidad está constituida principalmente por una sucesión de limolitas 
arcillosas y arenosas, producida fundamentalmente por acción eólica con intercalaciones 
de paleosuelos. Se caracterizó a la Formación y se estableció un lectoestratotipo 
compuesto para la unidad, conformado por el perfil localizado en Cerro El Morro para 
el sector inferior y el de Algarrobo del Águila para el superior. Se amplió el mapa de 
distribución de los afloramientos existentes en la provincia y se establecieron las 
relaciones estratigráficas con otras unidades infra y suprayacentes. 
 A partir del análisis de facies, se identificaron cuatro asociaciones de facies. La 
principal es la asociación de depósitos eólicos y paleosuelos. En el tramo inferior de la 
sucesión se ha identificado una asociación de tipo lagunar, y hacia los sectores 
superiores se encuentra intercalada una asociación fluvial efímera. El tope de la 
secuencia se encuentra cubierto por facies de calcretes pedogenéticos. 
 Se realizaron estudios petrográficos, a través de los cuales se clasificó a las 
sedimentitas más representativas de la Formación Cerro Azul como wackes líticas, 
provenientes de arcos volcánicos no disectados a transicionales. 
 Se procedió al estudio detallado de la sucesión de loess-paleosuelos. Los 
paleosuelos fueron clasificados como molisoles, y se realizó el estudio 
micromorfológico de los mismos, detectándose paleosuelos soldados en el sector 
inferior de la sucesión. 
 Se realizaron mediciones de susceptibilidad magnética, las que mostraron 
valores más altos para las capas loéssicas y más bajos para los paleosuelos. 
 A través del análisis de rayos X de las arcillas, se detectaron illita, 
interestratificados de illita-esmectita, esmectita, caolinita y clorita. En particular, la 
caolinita se presenta en los tramos inferiores de la unidad. 
 Por último, se realizó el análisis de los isótopos de carbono y oxígeno de los 
carbonatos pedogénicos, obteniéndose curvas de variación que permitieron establecer 
una correlación (paleosuelo X de Cerro el Morro con el paleosuelo V de Algarrobo del 
Águila). 
 A partir de todos estos datos, se dedujeron las condiciones climáticas imperantes 
durante la depositación de la Formación Cerro Azul y las variaciones en la velocidad de 
sedimentación. Durante la depositación de la sección inferior de la Formación, el clima 
fue más cálido y más húmedo y la tasa de sedimentación menor, con un desarrollo 
mayor de los paleosuelos. Hacia los términos superiores de la sucesión, el clima se hizo 
más frío y seco y aumentó la sedimentación de las capas loéssicas, mientras que la 
pedogénesis fue menor. Este deterioro climático coincide con los observados por otros 
autores a partir del análisis de isótopos marinos y de variables orbitales. 
 
 iii
CAPÍTULO 1 
 
 
CONDICIONES PALEOAMBIENTALES, PALEOCLIMÁTICAS Y 
TECTÓNICAS DEL MIOCENO SUPERIOR EN EL CONTINENTE 
SUDAMERICANO 
 
En América del Sur tuvieron lugar, desde el Mioceno medio-tardío hasta la 
actualidad, acontecimientos físicos y biológicos transcendentales. Entre algunos de 
estos cambios pueden mencionarse el diastrofismo, las transgresiones y regresiones 
marinas y las variaciones marcadas en la distribución de amplias planicies; la conexión 
geográfica con América del Norte y el consecuente intercambio biótico interamericano. 
Estos acontecimientos trajeron consigo una modificación del paisaje en el continente 
austral e influyeron fuertemente en su estado actual. 
El ambiente tectónico imperante fue el resultado de la convergencia originada 
por la subducción de la placa oceánica de Nazca debajo de la placa continental de 
Sudamérica en una dirección general ENE-OSO durante los últimos 49 Ma. Este 
fenómeno ha producido importantes deformaciones próximas al borde occidental del 
continente, como la Cordillera de los Andes y la reactivación de las Sierras Pampeanas 
(Chebli et al., 1999). 
El tectonismo de la Argentina durante el Neógeno estuvo controlado por la 
segmentaciónde los Andes (Ramos, 1999), como consecuencia de la subducción de una 
dorsal asísmica como la de Juan Fernández, acaecida durante el Mioceno medio. 
El Macizo Nordpatagónico comenzó a actuar como una unidad estructural 
positiva durante el Mioceno medio hasta el tardío, como producto de la actividad 
tectónica de las subfases tempranas de la Fase Diastrófica Quechua (Yrigoyen, 1979). 
Los levantamientos epirogénicos en el sur de esta región y la subsidencia concomitante 
en la región norte, produjeron la transgresión marina post-Paleocena más extensa de 
Sudamérica (Alberdi et al., 1997). En la llanura Chacopampeana, esta transgresión se 
desarrolló durante el Mioceno medio (15 a 13 Ma.). Este mar, conocido como mar 
Paranense, cubrió casi todo el ámbito de la planicie y separó los ambientes terrestres de 
Sudamérica de aquellos ubicados más al norte, distribuyéndose sobre todo el este de 
Argentina, oeste de Uruguay y sur de Paraguay. Posteriormente, durante el Mioceno 
tardío, al retraerse, quedaron expuestas amplias llanuras, caracterizando un intervalo 
temporal denominado “la edad de las llanuras australes” por Pascual y Bondesio (1982). 
Es en ese momento donde se conformaron las llanuras de loess en el sector sur. Estos 
sedimentos provenían principalmente de las Sierras Pampeanas, Sierras Subandinas y 
del sector cordillerano. 
Sudamérica fue un continente aislado durante la mayor parte del Cenozoico, lo 
que condujo a la evolución de una biota endémica. Esta peculiaridad, que en principio 
parece limitar la importancia del registro fósil sudamericano, se torna útil cuando se 
intentan confrontar los cambios en la fauna de mamíferos con las principales 
modificaciones en las condiciones climático-ambientales. Las razones de estas ventajas 
comparativas radican en la peculiar geografía del extremo austral del continente, en su 
extensión latitudinal y longitudinal, y en su posición geográfica. En efecto, la 
conjunción de una gran extensión latitudinal, una menor dimensión longitudinal, la 
cercanía con la Antártida occidental, la existencia de un activo borde de contacto con la 
placa Pacífica y la comparativamente escasa distancia existente entre un punto 
 1
cualquiera del continente y el mar, hace que una modificación del ambiente físico 
regional se transmita más rápidamente a la biota de la zona austral que a aquella ubicada 
en las regiones intertropicales del continente (Pascual, 1984; Pascual y Ortiz 
Jaureguizar, 1990; Pascual et al., 1996). De acuerdo con las evidencias disponibles, a lo 
largo del Cenozoico, los ambientes propicios para la vida y preservación de los 
animales, ya sean continentales o marinos, fueron desplazándose de S a N y de O a E 
(Pascual et al., 1985). Este patrón, vinculado al choque entre ambas placas y la 
consecuente subducción de la Pacífica (Nazca), explica porqué en la región pampeana el 
registro de las historia de los mamíferos comenzó en el Mioceno tardío (Pascual et al., 
1996). Este registro posee características que lo tornan ideal para realizar estudios de 
evolución faunística: suficiente extensión temporal, adecuado conocimiento de los 
taxones presentes y un buen control estratigráfico de los mismos. Como resultado de la 
Fase Orogénica Andina Quechua, comienza a desertizarse la Patagonia y se produce el 
desplazamiento de los mamíferos hacia el norte. La mayor parte de los mamíferos 
precedentes pansantacrucianos (Ortiz Jaureguízar, 1986), indicadores de bosques 
subtropicales, pasan a ser extintos, raros o ausentes en las latitudes australes de la 
Patagonia. En contraposición con esto, se asiste a un incremento de los grupos 
cursoriales y pastadores. Este desplazamiento está asociado también con marcados 
cambios en el nivel del mar. 
 
 
Cuencas sedimentarias y estratigrafía del Neógeno Argentino 
 
Los depósitos del Neógeno tienen una amplia distribución en el territorio 
argentino (fig. 1). El desarrollo estratigráfico de los mismos se presenta en un cuadro 
comparativo entre las distintas regiones geológicas del país (cuadro 1). 
Durante el Mioceno medio, una transgresión marina cubrió gran parte del 
territorio argentino, parte de las costas del Uruguay y del sur del Brasil, y el sur de 
Bolivia y Paraguay, reconocida en distintas Formaciones, según los autores y las 
regiones (Formación Paraná en cuenca Chacoparanense, “arcillas verdes” en la cuenca 
del Salado, Formación Barranca Final en la cuenca del Colorado, Formación Puerto 
Madryn en el NE del Chubut, Formación San José en las provincias de Tucumán y 
Catamarca, Formación Yecua en el sur de Bolivia, Formación Camacho en el Uruguay, 
etc.). Este mar, es conocido ampliamente en la literatura geológica como Paranense (del 
Río y Martínez, 1988; del Río, 2000), del cual se conocen facies marinas en el este y 
facies marginales y lacustres en el oeste y noroeste del país. Los espesores más potentes 
corresponden a los depósitos del subsuelo del ámbito Chacoparanense, mientras que 
sucesiones que no superan los 200 metros de espesor, afloran en Patagonia nororiental 
(Formación Puerto Madryn) y en el este de la provincia de Entre Ríos, donde está 
expuesta la delgada sucesión de la Formación Paraná (Marengo, 2000). 
Las primeras menciones sobre la existencia de este mar son de índole 
paleontológica y datan desde mediados del siglo XIX. Fueron efectuadas por d’Orbigny 
(1842), quien halló moluscos marinos en los alrededores de la ciudad de Paraná y en la 
desembocadura del río Negro. Unos años más tarde, Darwin (1846) encontró la misma 
fauna en la península Valdés, quedando así establecida la presencia de estos depósitos 
en la Patagonia septentrional y en la provincia de Entre Ríos, los que constituyeron, por 
otra parte, las primeras citas del Neógeno marino en la Argentina. 
 2
Darwin (1862), Bravard (1858) y Burmeister (1876), dieron a conocer su 
existencia en el subsuelo de la provincia de Buenos Aires, mientras que Roth (1908), 
Bodenbender (1912), Stappenbeck (1927) y Groeber (1929, 1949) mencionaron la 
presencia de facies salobres relacionadas con esta transgresión en el centro, noroeste y 
oeste de la Argentina. Windhausen (1931) reunió las ideas estratigráficas de la época, 
entendió que ésta constituía la segunda transgresión más amplia del Neógeno en la 
Argentina, y propuso además la primera reconstrucción paleogeográfica de la misma. 
La presencia de facies salobres en el noroeste (Formaciones Salí, San José y 
Anta) y centro del país se vio posteriormente confirmada paleontológicamente mediante 
los hallazgos microfaunísticos efectuados por Zabert y Herbst (1977), Russo y Serraioto 
(1979), Zabert (1978), Bertels y Zabert (1980), Zabert y Barbano (1982, 1984) y Herbst 
y Zabert (1987) determinándose así la presencia de una misma asociación en todos los 
depósitos del noroeste y centro del país, en aquellos de la región del Paraná y en los del 
subsuelo de la provincia de Buenos Aires. 
Estos “pisos” marinos del Neógeno fueron nominados sobre la base del 
contenido malacológico de las sedimentitas, el que por otra parte, era apenas conocido 
hasta entonces. Entre los trabajos referidos a estos horizontes caben ser destacados los 
de d’Orbigny (1842), Darwin (1846), Döering (1882), Ameghino (1890), Ameghino 
(1906), Rovereto (1913, 1921), Frenguelli (1920, 1926) y Feruglio (1949-1950), 
quienes propusieron los pisos “Patagoniense”, “Aonikense”, “Paranense”, 
“Entrerriense” y “Rionegrense” (del Río, 1988 y 1989). 
Luego del retiro del mar, quedaron expuestas grandes planicies donde se fueron 
depositando materiales provenientes del continente, con facies fluviales, de abanicos 
aluviales en las zonas cercanas a las cadenas montañosas y grandes cuerpos salinos con 
importante formación de evaporitas (Alonso, 2000) que culminaron a fines del 
Mioceno. 
 
En la región mesopotámica, los depósitos miocenos corresponden a la 
Formación Paraná (Yrigoyen, 1969), que se habría depositado en un ambiente marino 
somero con influencias deltaicas (Iriondo,1973). Por otra parte, Aceñolaza y Aceñolaza 
(2000) determinaron que esta unidad correspondería a una sucesión transgresiva 
depositada desde ambientes aéreos o subaéreos a submareales, representados estos 
últimos por barreras arrecifales. 
 
En la llanura Chacoparanense, sobre la Formación Paraná, compuesta por 
arcilitas verdosas, se desarrolló la Formación Entre Ríos, producto de la regresión de 
este mar con depositación de areniscas y calizas (Chebli et al., 1999). La Formación 
Ituzaingó, depositada en un ambiente fluvial, suprayace a la última unidad marina 
(Entre Ríos), y presenta en su base un conglomerado denominado “Conglomerado 
osífero”. La Formación Ituzaingó fue correlacionada con la Formación Puelche del 
subsuelo de la provincia de Buenos Aires (Reig, 1956) y presenta abundantes restos de 
mamíferos (Cione et al., 2000), entre ellos algunos marinos y otros de agua dulce y 
también terrestres. De acuerdo al contenido paleontológico y a las relaciones 
estratigráficas, la edad de la base de la Formación Ituzaingó es casi exclusivamente 
Tortoniana (Mioceno tardío) o Huayqueriense (Pascual y Odreman Rivas, 1971; Cione, 
1988). La edad exacta de la Formación Ituzaingó ha sido largamente discutida. Los 
mamíferos contenidos en ella son sumamente diversos, ya que al tratarse de sedimentos 
redepositados presentan faunas de diferentes edades (Chasiquense, Huayqueriense, 
 3
Montehermosense y aún Santacrucense (Bianchini y Bianchini, 1971; Scillato-Yané 
1977, 1980, 1981; Marshall et al., 1983). 
 
En la Cuenca del Colorado los niveles marinos se apoyaron concordantemente 
sobre las facies continentales y marinas de las Formaciones Ombucta y Elvira. Allí se 
reconocieron con el nombre de Formación Barranca Final (Zambrano, 1972, 1980). En 
función al contenido de dinoflagelados y polen se interpretó a la Formación Barranca 
Final como una sucesión marina litoral-estuariana a oceánica cuya depositación fue 
continua entre el Oligoceno y el Plioceno temprano (Guerstein y Guler, 2000) o entre el 
Oligoceno y Mioceno inferior (Malumián y Náñez, 1998). La Formación Barranca Final 
no sólo se identificó en el subsuelo de la Cuenca del Colorado, sino que también a ella 
se referieron los afloramientos de la costa del golfo de San Matías en la provincia de 
Río Negro (Zambrano, 1980). Esta unidad fue también identificada con el nombre de 
Formación Gran Bajo del Gualicho (Lizuaín y Sepúlveda, 1979) para la región 
homónima. Le suprayace la Formación Belén, equiparable a la Formación Río Negro 
según Malumián (1999) y a la Formación Puerta del Diablo (Lizuaín y Sepúlveda, 
1979). 
 
En la Península de Valdés, la sucesión mencionada se desarrolló sobre la 
Formación Sarmiento. Los niveles basales, más cineríticos se reconocieronn con el 
nombre de Formación Gaiman, mientras que las superiores con el de Formación Puerto 
Madryn (Haller y Mendía, 1980). De acuerdo a del Río (1988), ambas unidades pueden 
integrarse sólamente en la definición de Formación Puerto Madryn, criterio que 
compartieron Aceñolaza et al. (1997) y Scasso y Castro (1999), al unificar la secuencia 
en un evento marino mayor caracterizado por sucesivas variaciones en avance y 
retroceso de la línea de costa. Este carácter es visible hacia el sur del Chubut y 
particularmente en la costa atlántica de Santa Cruz. A lo largo del golfo San Matías, 
niveles correlacionables con la Formación Puerto Madryn fueron denominados “Facies 
Balneario La Lobería” (Angulo y Casamiquela, 1982), las que se intercalan en la base 
de la Formación Río Negro (Andreis, 1965) allí aflorante. Con respecto a la Formación 
Puerto Madryn, Scasso y del Río (1987) determinaron que se trata en términos generales 
de una secuencia regresiva con facies depositadas en la plataforma por debajo de la base 
del tren de olas en ambientes de baja energía, y de facies más someras depositadas en un 
ambiente con dominio alternativo de mareas y tormentas; la secuencia culminó con 
niveles de paleosuelos. El análisis tafonómico de los moluscos señaló que la fauna de la 
Formación Puerto Madryn se desarrolló bajo condiciones someras marinas abiertas y de 
salinidad normal entre la zona intertidal y la plataforma media e interna (del Río et al., 
1999 a, b, 2001). La Formación Río Negro, de ambiente fluvial se desarrolló a partir del 
Mioceno superior-Plioceno (Andreis, 1965; Malumián, 1999). Zavala y Freije (2000), 
analizaron esta formación en los acantilados costeros que afloran al sur de Viedma, y 
concluyeron que la misma fue depositada por acción eólica, con una intercalación 
marina en el sector medio. Dataciones de K/Ar sobre el miembro marino permitieron 
asignarlo al Tortoniano (Mioceno superior, Zinsmeister et al., 1981). El sector superior, 
interpretado como eólico, datado mediante trazas de fisión en niveles de trizas 
volcánicas, manifestó una edad correspondiente al Plioceno temprano (Alberdi et al., 
1997). 
En la cuenca del Golfo San Jorge los sedimentos del Mioceno marino se 
identificaron con el nombre de Formación Chenque. Estos representan depósitos 
 4
litorales que varían desde un ambiente de albúfera hasta los marinos de barrera y 
plataforma. En ellos se destacó la presencia de biohermas de ostreidos cuya 
caracterización como arrecifes fue planteada por Bellosi (1996). Para dicho autor éstos 
se conformaron en albúferas salobres de la planicie costera inferior, en un ambiente 
paleogeográfico litoral a sublitoral. Para Malumián (1999), el inicio de su depositación 
comienza en el Mioceno temprano. Sobre ella suprayace la Formación Santa Cruz, 
formada por depósitos aluviales, de los que se han recuperado numerosos restos de 
mamíferos terrestres (Feagle et al., 1995), datados por estos autores en 16 Ma. 
Desde la cuenca del Golfo de San Jorge al sur aún es frecuente reconocer estos 
estratos con el nombre informal de “Patagoniano” o “Formación Patagonia” (Russo et 
al., 1980), término que fue reemplazado por Bertels-Psotka (1970) por los nombres 
formacionales de San Julián (“Juliense” sensu Ameghino, 1898) y Monte León 
(“Leonense” sensu Ameghino 1898). Estudios desarrollados por Barreda y Palamarczuk 
(2000) sobre palinomorfos de esta última unidad permiten comprobar que la misma se 
depositó en un ambiente litoral con fluctuaciones entre condiciones continentales y 
marinas ocurridas en un durante el Mioceno temprano. Feagle et al. (1995) obtuvieron 
datos radimétricos Ar/Ar en tobas del techo que permitieron datarlas con una antigüedad 
de 19 Ma. Sobre la Formación Monte León se desarrollaron las sedimentitas 
continentales de la Formación Santa Cruz. 
 
En el borde oriental de la cordillera patagónica de Santa Cruz se desarrolló una 
sucesión de niveles deltaicos a costeros representados por las Formaciones Cerro 
Águila y Carmen Silva (Malumián, 1999). A la Formación Carmen Silva le suprayace la 
Formación Punta Basílica, formada por depósitos trangresivos en el Mioceno tardío. Ya 
en el Plioceno se depositaron sedimentitas de origen deltaico y estuárico identificadas 
como Formación Cullén. 
 
Las rocas del Mioceno marino de Santa Cruz se desarrollaron hacia el Océano 
Pacífico conformando un corredor oceánico que se extendió hacia el borde andino de 
Río Negro y Neuquén. Las mismas han sido identificadas, siguiendo a Feruglio (1949), 
con el término genérico e informal de “Patagoniano” aunque distintos autores las 
reconocieron con nombres formacionales tales como Ñirihuau, Ñorquincó o Rincón de 
Cholila. En general son areniscas de grano mediano a grueso de color gris blanquecino a 
verde con cemento calcáreo y en algunos casos con niveles carbonosos (Cazau, 1980; 
González Bonorino, 1986). En muchas ocasiones (e.g., Formación Collón Cura), estos 
afloramientos representan facies lacustres marginales en las cuales se ha reconocido 
abundante microfauna de ostrácodos de aguas continentales, pero que son 
cronoestratigráficamente equiparables con el evento eustático que culmina en el 
Mioceno (Bertels-Psotka, 2000).En Cuenca Neuquina, los depósitos miocenos comienzan con la Formación 
Chichinales (Malumián, 1999), constituida por cineritas con intercalaciones de 
paleosuelos, a la que suprayace la Formación Los Loros (Uliana, 1978, 1979), 
conformada por sedimentos fluvio-lacustres que contienen bivalvos, troncos, mamíferos 
y anuros. Los restos de mamíferos de este nivel son atribuíbles a la edad Friasense 
(Mioceno medio; Franchi et al., 1984; Pascual y Bondesio, 1985). La Formación Los 
Loros, constituida por fangolitas limosas, limolitas y areniscas poco coherentes también 
presenta restos de mamíferos que fueron asignados a la misma edad (Pascual y 
 5
Bondesio, 1985). Por encima de esta última formación, Uliana (1979) determinó la 
Formación El Palo, asignándola al Mioceno tardío, a la que Malumián (1999) equiparó 
con la Formación Río Negro. En la provincia de La Pampa, 10 km al este de 
Gobernador Ayala (Uliana, 1978; Franchi et al., 1984), en sedimentitas litológicamente 
equiparables a las que denominó Formación El Palo, citó la presencia de restos de 
mamíferos atribuíbles a la edad Huayqueriense. Uliana (1979) advirtió que el carácter 
de “areniscas gris azuladas” no debe considerarse elemento decisivo de correlación con 
la Formación Río Negro, debido a que en el norte de la Patagonia es una litología muy 
común con posterioridad al complejo volcánico mioceno. Hacia el Plioceno se 
desarrollaron las Formaciones Auca Mahuida y Bayo Mesa (Malumián, 1999). 
 
En la provincia de Mendoza, principalmente en el sector norte, afloran depósitos 
miocenos. Las unidades litoestratigráficas son denominadas Formación Mariño (en su 
porción superior, ya que la parte inferior es oligocena según Yrigoyen, 1994), Tobas La 
Higuerita con una datación a los 11,1 Ma en La Pilona, que correspondería al Mioceno 
medio, Tobas Angostura con una datación a los 9,8 Ma (Mioceno tardío, edad 
Huayqueriense), culminando con la Formación Huayquerías. La Formación 
Huayquerías (Mioceno tardío), donde se halló fauna de edad mamífero Huayqueriense, 
fue nominada por Dessanti en 1946. Yrigoyen (1994) realizó una extensa descripción y 
datación de la misma, así como la revisión estratigráfica de las dataciones radimétricas 
efectuadas por Marshall et al. (1986). Estas dataciones fueron utilizadas en parte para la 
calibración temporal de los depósitos portadores de las clásicas faunas de mamíferos 
huayquerienses y montehermosenses conocidas a partir de las colecciones de De Carles 
(1911). Fue Yrigoyen (1994) quien detectó discrepancias en la ubicación estratigráfica 
de ciertas muestras datadas por Marshall et al. (1986) y realizó la reubicación 
correspondiente. El contenido fosilífero de la Formación Huayquerías fue estudiado por 
De Carles (1911), Roveretto (1914) y Kraglievich (1934). Según Pascual y de la Fuente 
(1993), las condiciones climáticas durante el Mioceno medio y tardío en esta región 
fueron templado-cálidas. En el sector sur de la provincia de Mendoza, Combina et al. 
(1993), realizaron el estudio de la Formación Diamante, constituida por depósitos de 
abanicos aluviales que se depositaron a partir del Mioceno medio. 
 
Por su parte en el valle de Santa María (Catamarca), Bossi y Palma (1982) 
establecen el Grupo Santa María. Dicho grupo se desarrolla principalmente en el Valle 
de Yokavil o Santa María y la quebrada de Amaicha. La estratigrafía de esta región ha 
sido discutida por Stahlecker (1926, en Marshall y Paterson, 1981), Bossi et al. (1987) y 
Muruaga (2001). El Grupo Santa María comprende de abajo hacia arriba las siguientes 
formaciones: San José, Las Arcas, Chiquimil, Andalhualá, Corral Quemado y 
Yasyamayo (Bossi y Palma, 1982). La Formación San José es una unidad esencialmente 
lacustre relacionada con eventos marinos de la ingresión paranense (Gavriloff y Bossi, 
1992a,b). El estudio micropaleontológico demuestra sus afinidades con los de la 
Formación Paraná documentando el nexo entre ambas unidades (Bertels y Zabert, 1980; 
Zabert, 1982). La Formación Las Arcas fue introducida por Galván y Ruiz Huidobro 
(1965) y corresponde a ciclotemas fluviales (Muruaga, 2001). Presenta abundantes 
mamíferos fósiles (Esteban y Nasif, 1999) de edad mamífero Chasiquense. Por encima 
se desarrolló la Formación Chiquimil, definida por Stahlecker, en Riggs y Patterson 
(1939), y dividida en tres miembros (Muruaga, 2001), denominados Los Baños 
(inferior), El Áspero (medio) y El Jarillal (superior). Según Muruaga (2001) el Miembro 
 6
Los Baños se apoya en forma concordante sobre la Formación Las Arcas. La Formación 
Chiquimil presenta taxones de mamíferos de edad Chasiquense en el sector inferior y de 
edad Huayqueriense en el superior (Esteban y Nasif, 1999). La Formación Andalhualá 
fue introducida por Rassmus (1919) como Araucanense y luego rebautizada por 
Kraglievich (1952) como Andalhualá (Gavrilof y Bossi, 2004). Fue referida al 
Huayqueriense por Marshall et al. (1983), es la unidad con mayor abundancia de 
vertebrados fósiles, particularmente en sus niveles medio y superior (Esteban et al., 
1999). Esta formación presenta edades absolutas entre 7,14 Ma en la base y 3,66 Ma en 
el techo. El modelo paleoambiental representa un sistema de crecidas mantiformes de 
alto régimen con algunas estructuras de bajo régimen de flujo, los que constituyen 
elementos canalizados de diseño entrelazado. También se han detectado niveles de 
paleosuelos, con rizoconcreciones y una variada fauna de vertebrados. Este aspecto 
coincide con la instalación de la vegetación tipo C4 a partir de los 7 Ma (Latorre et al., 
1997) que confirma el dominio de pastizales en un clima estival con copiosas 
precipitaciones e inviernos secos. Los ríos mayores en el Valle de Santa María eran 
cursos permanentes (Georgieff, 1998). En la sección superior de la Formación 
Andalhualá se evidencia una intensa aridización, con la instalación de una sucesión 
eólica de dunas e interdunas secas. Aparecen también depósitos de flujos 
hiperconcentrados interestratificados con crecidas mantiformes arenosas predominantes 
asociadas a condiciones semiáridas (Muruaga, 2001). Estos procesos están asociados al 
levantamiento de barreras montañosas. Por encima se desarrolla la Formación Corral 
Quemado (Riggs y Paterson, 1939), compuesta principalmente por conglomerados, con 
numerosas intercalaciones de tobas, datadas por Marshall et al. (1979) en 3,55 Ma. 
Esteban et al. (1999) señalaron que esta formación ha sido referida a la edad mamífero 
Montehermosense, aunque presenta también fauna de edad Chapadmalalense. Por 
último, la Formación Yasyamayo comprende conglomerados que se apoyan 
discordantemente sobre la Formación Corral Quemado, y existen dudas sobre su edad. 
Strecker (1987) presenta una edad de 2,5 Ma, y Bossi et al. (1999) la establecen entre el 
Plioceno y el Pleistoceno inferior. 
 
En las sierras orientales de Tucumán, el Neógeno está representado por el Grupo 
Choromoro (Porto y Danieli, 1974), consistente en cuatro formaciones, de base a techo: 
Formaciones Río Salí, India Muerta, Chulca y Acequiones. La Formación Río Salí, fue 
introducida por Ruiz Huidobro (1960) y redefinida por Bossi (1969). Corresponde a 
depósitos de ambiente lacustre con fósiles de bivalvos, peces, insectos y ostrácodos 
(Gavriloff y Bossi, 1992b). Pasa transicionalmente a la Formación India Muerta, 
definida por Bossi (1969), que corresponde a depósitos fluviales sinuosos. Contiene 
mamíferos fósiles de edad Huayqueriense y equivale a la Formación Andalhualá del 
Valle de Santa María. A la Formación India Muerta le suprayace la Formación Chulca, 
correlacionable con la Formación Corral Quemado del Valle de Santa María. Por 
último, la Formación Acequiones es comparable a la Formación Yasyamayo, y de 
ubicación estratigráfica incierta, aunque Bossi et al. (1999) la colocaron en el techo del 
grupo. 
 
En la región de la Puna y sus alrededores también se encuentran vestigios de la 
ingresión marina paranense (Alonso, 2000). Algunos de los principalestrabajos de 
síntesis sobre el tema son los de Jordan y Alonso (1987), Salfity et al.(1996), Hernández 
et al. (1999) y Bossi et al. (1999). El relleno neógeno de la cuenca Altiplano-Puna 
 7
consiste de evaporitas y material clástico aluvial con depósitos tobáceos subordinados 
(Alonso, 1986; Jordan y Alonso, 1987; Alonso et al., 1991). El hallazgo de 
foraminíferos marinos y restos de peces por Russo y Serraiotto (1979) en el noroeste 
Argentino en capas consideradas actualmente como pertenecientes a la Formación Anta, 
les permitió a estos autores inferir una posible vinculación con el mar paranense, y 
correlacionarlo con la Formación Yecua de Bolivia. Las formaciones sedimentarias que 
afloran en la Puna para el Neógeno, en una serie de cuencas, son las siguientes (Alonso, 
2000): “Conglomerado Negro” (Vandervoort, 1993) que se acumuló en una planicie 
entrelazada. Sobre ella se encuentra la Formación Pozuelos (Turner, 1960) que se divide 
en dos Miembros: uno clástico, acumulado sobre una planicie aluvial por flujo de 
detritos y corrientes de sedimentos concentrados y otro evaporítico que se acumuló en 
un ambiente de tipo salar durante el Mioceno medio. Turner (1960), designó con el 
nombre de Formación Sijes a la sucesión sedimentaria que se desarrolla 
concordantemente sobre la Formación Pozuelos, asignándola al Mioceno tardío. El 
ambiente que predominó durante la depositación de la Formación Sijes, fue el de una 
cuenca continental endorreica, con clima árido y vulcanismo explosivo activo. Las 
capas rítmicas de arcilitas verdes a pardas y evaporitas (boratos, yeso), con abundantes 
pisadas de aves, grietas de desecación y marcas de gotas de lluvia son indicativas de 
ambientes de playa con salares y lagunas de aguas salobres o saladas, muy similares a 
las existentes en la actualidad en otros salares de la Puna (Alonso, 1986). La Formación 
Singuel (Alonso y Gutiérrez, 1986) se apoya en concordancia sobre la Formación Sijes. 
Se distinguen potentes bancos de conglomerados de edad pliocena de abanicos aluviales 
que gradúan hacia el noreste a un sistema tipo entrelazado. 
 
En el sudeste de la provincia de Buenos Aires los depósitos marinos del 
Mioceno son asignados a la Formación Barranca Final (Yrigoyen, 1975; Zambrano, 
1980). Sobre ellos se depositaron las limolitas de la Formación Arroyo Chasicó 
(Pascual, 1961; Fidalgo et al., 1978; 1987), que contienen fauna de edad Chasiquense y 
Huayqueriense y a la que Zárate (2005) asignó una edad entre 9 y 9,4 Ma en base a 
análisis radimétricos de escorias y paleomagnéticos (Schultz et al., 2004) hallados en 
los tramos basales de la citada formación. Por encima de la Formación Arroyo Chasicó 
y en la depresión homónima, se acumularon las areniscas lacustres de la Formación Los 
Salitrales, a las que supryacen las fluviales de la Formación Río Negro (Fidalgo et al., 
1978, 1987). 
 
En La Pampa, los depósitos miocenos que se encuentran aflorando en el sector 
sureste de la provincia, corresponden a la Formación Barranca Final (Visconti et al., 
2003). Sobre ella se desarrolló la Formación Río Negro. Este conjunto sedimentario es 
equiparable a lo que D'Orbigny (1842) caracterizó como “grés azuré”, basándose en la 
coloración gris azulada predominante de los depósitos. Doering (1882), se refirió al 
“grés azuré” como la parte inferior del piso Patagónico, al que ubicó en el Mioceno. 
Wichmann (1928) mencionó la existencia de sedimentitas similares expresando que por 
debajo de los Rodados Patagónicos se observan capas pliocénicas constituidas por 
areniscas grises, bancos de yeso y capas arcillosas. Posteriormente, este tipo de 
afloramientos fue ampliamente reconocido en los valles de los ríos Colorado y Negro y 
denominado Formación Río Negro, entre otros, por Andreis (1965), De Ferrariis (1966), 
Pascual y Odreman Rivas (1973) y Uliana (1979). Llambías (1975) realizó la 
descripción de la Formación Río Negro y le atribuyó una edad pliocena media. Buteler 
 8
(1985) describió esta formación al este de La Pampa y la asignó al Plioceno tardío. 
Espejo y Silva Nieto (1996) incluyeron dentro de la Formación Río Negro a depósitos 
aflorantes en las cercanías de Puelches (centro-sur de La Pampa). En esa zona, Visconti 
et al. (1993) describieron las barrancas de la laguna La Amarga, donde determinaron un 
ambiente depositacional de cursos fluviales de tipo meandriformes. Los mismos fueron 
asignados a la Formación Río Negro, y un resto del roedor Chasicomys sp. permitió 
atribuir la secuencia analizada al Mioceno tardío (edad Chasiquense). Por encima de 
ella se depositó la Formación Cerro Azul, que fue asignada al Mioceno tardío (edad 
Huayqueriense), a la cual se hará referencia más adelante por ser objeto de este trabajo 
de tesis. 
 
 
Objetivos del trabajo 
 
La finalidad principal de este trabajo de tesis es caracterizar y estudiar en detalle 
a las sedimentitas de la Formación Cerro Azul (Linares et al., 1980). Para ello se 
definirá el ambiente de depositación desde el punto de vista sedimentológico, realizando 
un pormenorizado análisis de facies. 
En virtud de las características de la sucesión, conformada principalmente por 
alternancia de loess y paleosuelos, se procederá al estudio multidisciplinario de la 
misma, poniendo énfasis en los estudios micromorfológicos, geofísicos (análisis de la 
suceptibilidad magnética de los sedimentos), mineralógicos (difracción de rayos x del 
contenido de arcillas) y geoquímicos (isótopos estables de C y O). 
Se tratarán de establecer las relaciones estratigráficas de la Formación Cerro 
Azul con las formaciones sedimentarias aproximadamente coetáneas supra e 
infrayacentes que afloran en la provincia de La Pampa. 
A través del estudio petrográfico, se determinará la composición de las rocas, 
efectuando su clasificación y estableciendo su procedencia. 
Toda esta información, será de fundamental utilidad al momento de reconstruir 
la evolución paleoambiental de la Formación Cerro Azul. 
 9
0 500 km
Trópico de Capricornio
72°
72°76°80°
52°
48°
44°
40°
36°
32°
28°
24°
68° 64° 60° 56°
56°
52°
60°
Valle de
Santa María
Cuenca G.
San Jorge
Macizo del
Deseado
Islas
Malvinas
Cuenca del
Colorado
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Cruz
Neuquén
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Cuenca
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Meseta
Patagónica
Sur
Huayquerías
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36º
60°64°68°
Cuenca del Salado
Sierras
Pampeanas
Córdoba
Figura 1.- Principales provincias geológicas argentinas y cuencas sedimentarias cenozoicas
(tomado de Ramos, 1999).
10
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Meseta
Patagónica
Norte
Cuenca Fueguina
Océano Atlántico
Cuenca de
Macachín
Buenos Aires
Era Período Época
Península
de
Valdés
(Malumián,
1999)
Cuenca
del
Colorado
(Malumián,
1999)
Bajo del
Gualicho
(Lizuaín y
Sepúlveda,
1979)
Cuenca del
Golfo de
San Jorge
(Malumián,
1999)
Santa Cruz
(atlántico)
(Malumián,
1999)
Tierra
del
Fuego
(Malumián,
1999)
Cuenca
Austral
(cordillera)
(Malumián,
1999)
Cuenca
Chaco
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(Chebli ,
1999
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(Aceñolaza
y Aceñolaza,
2000)
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Cuadro 1.- Cuadro estratigráfico comparativode los depósitos mio-pliocenos
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Cruz
Santa
Cruz
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La Pampa
(Linares
1980
Visconti
2003)
et al.,
et al.,
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Barranca
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Azul
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(Malumián,
1999)
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(Cazau
1980)
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(Combina
, 1993)et al.
Río
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Altiplano
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(Alonso,
2000)
Tucumán
oriental
(Porto y
Danieli, 1974)
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Muerta
Valle de
Santa María
(Bossi y
Palma, 1982)
San
José
Las
Arcas
Chiquimil
Andalhualá
Corral
Quemado
Yasyamayo
Norte de
Mendoza
(Yrigoyen,
1994)
Mariño
La Pilona
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Sijes
Pozuelos
Acequiones
Río Negro/
El Palo
Conglome-
rado Negro
Arroyo
Chasicó
Sudeste
Provincia
de Buenos
Aires
(Zárate, 2005,
Fidalgo
1987)
et al.
Barranca
Final
Arroyo
Chasicó
Río
Negro
1
2
Era Período Época Ma
Cuadro 1.- Cuadro estratigráfio comparativo de los depósitos mio-pliocenos (continuación)
San
José
Edad
1,80
Los
Salitrales
CAPÍTULO 2 
 
 
CARACTERÍSTICAS ESTRATIGRÁFICAS DE LA FORMACIÓN CERRO 
AZUL 
 
 
Antecedentes 
 
La Formación Cerro Azul fue nominada y descripta originalmente por Llambías 
(1975), en un informe inédito para la Dirección de Minas de la provincia de La Pampa. 
Bajo este nombre incluyó a las sedimentitas compuestas fundamentalmente por “limos 
arenosos pardo rosados a rojizos, sin estratificación interna o muy poco visible, con 
frecuentes clastos de arcillas rojizas del tamaño de una nuez, dispuestos 
horizontalmente. Presenta forma de erosión tipo loess, con barrancas y cañadones 
abruptos. En la parte superior, los sedimentos están reemplazados por tosca, que llegan 
a tener hasta dos metros de espesor”. Linares et al. (1980) retomaron la descripción de 
la unidad, nominándola formalmente y le asignaron una edad pliocena, si bien con 
dudas sobre la base de las relaciones de campo con otras formaciones infrayacentes 
como la Formación Río Negro y Formación Arroyo Chasicó. Estos autores presentaron 
la distribución geográfica de los principales afloramientos de la Formación Cerro Azul 
en la provincia de La Pampa y un cuadro estratigráfico donde aparecían las relaciones 
entre la mencionada formación y las formaciones supra e infrayacentes. Citaron en 
particular conocer diversas localidades donde aflora y fue reconocida, tales como: 
laguna Blanca Grande, barrancas situadas al O de Algarrobo del Águila y limitantes con 
el río Salado, en los cerros Azul, Bayo, El Chancho, La Bota y Sierra Chata. En la 
figura 2 se presenta el mapa modificado de Linares et al.(1980) con las formaciones 
miopliocenas aflorantes en la provincia de La Pampa y las principales localidades 
mencionadas en el texto. 
Linares et al. (1980) también aclararon que “en el departamento Caleu-caleu, se 
intercalan en forma de cuña los sedimentos arenosos de la Formación Río Negro, 
pudiéndose distinguir además, una parte inferior que podría pertenecer a la Formación 
Arroyo Chasicó” pero “como en muchos lugares no se depositó o no se observa la 
Formación Río Negro, resulta imposible distinguir por su litología las sedimentitas 
limo-arenosas que se encuentran por debajo de ella, de las que se ubican por encima. 
Por esta razón se incluye dentro de la formación a todas estas sedimentitas”. 
Posteriormente, Visconti et al. (1996) y Goin et al. (2000), realizaron estudios 
sedimentológicos sobre la Formación Cerro Azul en distintas localidades de La Pampa, 
y reconocieron tres asociaciones de facies sedimentarias: una inferior, de ambiente 
lagunar, una media, con alternancia de eventos eólicos sobre los que se desarrollaron 
paleosuelos y una superior de carácter fluvial. Estos estudios permitieron establecer 
correlaciones estratigráficas preliminares (Visconti et al., 1996; Goin et al., 2000) . 
 
Con anterioridad a la denominación de Formación Cerro Azul efectuada por 
Linares et al. (1980), la que se realizó según el Código Argentino de Nomenclatura 
Estratigráfica (1972), estas sedimentitas habían recibido distintas denominaciones 
informales, como “Formación Araucana” (Döering, 1882), “Formación Pampeano” 
 
 13
SANTA ROSA
Cº Patagua
Cº Azul
25 de
Mayo
0 40 km
Fm. Cº Azul
Fm. Río Negro
Fm. A. Chasicó
Fm. Gran Salitral
Límite Provincial
Ruta Provincial
Ruta Nacional
RIO NEGRO
LA PAMPA
Río Colorado
MENDOZA SAN LUIS
CORDOBA
36º
38º
66º 64º
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Cº El Chancho
Stral. El
Chancho
Lag. Blanca Gde.
Lag. La Amarga
Cº La Bota
Cº Bayo
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Chata
Salinas
Grandes
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Algarrobo
del Águila
Gran Salitral
Puelches
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REFERENCIAS
RN
35
RP20
Lectoestratotipo
Río
Laguna/Salitral
Localidad
Cerro Azul
Figura 2.- Mapa de distribución de las formaciones terciarias en la provincia de La
Pampa, ubicación del lectoestratotipo compuesto y de localidades mencionadas en
el texto (modificado de Linares ,1980).et al.
14
Fm. Barranca Final
El Morro
(Stappenbeck, 1913), Salso (1966), “Formación Epecuén” (Pascual, 1961; Pascual y 
Bocchino, 1963) y “Formación La Pampa” (Giai, 1975). 
La gran similitud litológica y paleontológica existente entre los afloramientos 
loessoides del este de la provincia de La Pampa y los del oeste de la provincia de 
Buenos Aires, hizo que tradicionalmente se extrapolaran los resultados estratigráficos y 
paleontológicos entre ambas regiones. Tal es el caso de Pascual (1961), quien designó 
como “Formación Epecuén” a las sedimentitas que afloran hacia el oeste de las 
nacientes del arroyo Vallimanca, en las lagunas de Epecuén, Venado y del Monte o 
Guaminí (provincia de Buenos Aires). Posteriormente, Pascual y Bocchino (1963), al 
efectuar trabajos paleontológicos sobre la fauna presente en Salinas Grandes de 
Hidalgo, incluyeron a estos afloramientos dentro de la citada formación. Cabe aclarar 
que la “Formación Epecuén” nunca fue definida formalmente como tal (no cumple con 
las normas previstas en el Código Argentino de Nomenclatura Estratigráfica, véase 
Zetti, 1967, 1971). En Salinas Grandes de Hidalgo, la abundancia del material fósil 
hallado dio lugar a numerosos trabajos como los de Pascual y Bocchino (1963), Pascual 
et al. (1965), Ortega Hinojosa (1967), Zetti (1967, 1972 a y b), Campbell y Tonni 
(1980, 1981), Laza (1982), Tambussi (1987), Tambussi y Tonni, (1985), Vizcaíno y 
Fariña (1999). 
Marshall et al. (1983) realizaron un exhaustivo análisis sobre la nomenclatura 
estratigráfica del Cenozoico argentino, y detectaron una falta de claridad en la 
diferenciación de unidades crono-, lito- y bioestratigráficas. A ello se sumó que los 
nombres de las edades mamífero sudamericanas se basaron intencionalmente en 
unidades litoestratigráficas, y que en la mayoría de los casos estas últimas no habían 
sido definidas como tales según los requerimientos del Código Argentino de 
Nomenclatura Estratigráfica (1972), vigente en ese momento. 
En trabajos paleontológicos posteriores se utilizó la denominación de Formación 
Cerro Azul para todas las sedimentitas portadoras de vertebrados fósiles de La Pampa, 
si bien algunos autores plantearon la necesidad de un análisis más exhaustivo de la 
misma (Ramonell et al., 1993; Goin y Pardiñas, 1996). Goin et al. (2000) señalaron que 
la Formación Cerro Azul y la “Formación Epecuén” son claramente correlacionables. 
Como la “Formación Epecuén” nunca fue definida formalmente como tal, propusieron 
la asignación de todos los niveles de estaformación en la localidad de Salinas de 
Hidalgo a la Formación Cerro Azul. 
 
Una situación similar se registraba entre las Formaciones Arroyo Chasicó y 
Cerro Azul. Linares et al. (1980), reconocieron a la Formación Arroyo Chasicó en la 
Salina El Chancho (Fig. 2), donde según estos autores, la Formación Río Negro se 
intercalaba entre aquella (por debajo) y la Formación Cerro Azul (por encima). En el 
resto de las localidades donde la Formación Río Negro no se interponía entre ambas, no 
era posible distinguirlas. 
La Formación Arroyo Chasicó fue descripta por Fidalgo et al. (1978), y 
subdividida en dos miembros: el inferior denominado Miembro Vivero y el superior, 
Miembro Las Barrancas, aunque no establecieron con precisión sus diferencias. Además 
del criterio litológico utilizaron el contenido paleontológico para diferenciarlos. Fidalgo 
et al. (1978), indicaron que la Formación Arroyo Chasicó se encuentra por debajo de la 
Formación Río Negro, que el Miembro Las Barrancas contiene fauna transicional entre 
la edad Huayqueriense y la Chasiquense y que el miembro inferior contiene fauna de 
edad Chasiquense. 
 15
En la provincia de La Pampa, Calmels et al. (1996) y Calmels (1996) 
correlacionaron a la Formación Cerro Azul con el Miembro Las Barrancas de la 
Formación Arroyo Chasicó (Fidalgo et al., 1978), para la localidad de Quehué en primer 
lugar, y para todos los afloramientos presentes en lo que Calmels (1996) denomina 
sistema de los valles transversales (sureste de La Pampa, Fig. 2). 
Montalvo et al. (1996) asignaron los niveles de Quehué a la Formación Cerro 
Azul a partir de la fauna de vertebrados hallados en esa localidad. 
Recientemente, Zárate et al. (2007) analizaron la estratigrafía de la Formación 
Arroyo Chasicó y precisaron la edad de la misma entre los 8,7 a 10 Ma. 
 
Por otra parte, en 2001, Melchor y Casadío propusieron la denominación de 
Formación Gran Salitral para referirse al conjunto de areniscas líticas, limolitas, arcilitas 
y calizas, que afloran principalmente en la costa sur del Gran Salitral al Oeste de la 
provincia de La Pampa. Estos autores consideraron que los afloramientos más 
occidentales de la Formación Cerro Azul (Linares et al., 1980) estarían incluidos en la 
Formación Gran Salitral. Posteriormente, Melchor (2002) reasignó a la Formación 
Cerro Azul los afloramientos arenosos y loéssicos originalmente distinguidos por 
Linares et al. (1980) y la Formación Gran Salitral se restringió a tobas y margas con 
paleosuelos de edad eocena inferior aflorantes en la costa suroeste del Gran Salitral. 
 
 
Formación Cerro Azul 
 
Se reconoce el nombre propuesto por Linares et al. (1980), el cual debería 
conservarse ya que ha sido usado con frecuencia en la literatura geológica regional. El 
mismo proviene del Cerro Azul, que se halla en el centro de la provincia de La Pampa 
(37º 14’ 39” S; 65º 51’ 58” O) donde aflora la citada formación. Sin embargo, dicho 
afloramiento se halla muy cubierto por vegetación y derrumbes, por lo que se considera 
que no reúne las condiciones necesarias para elegirlo como localidad tipo, aunque 
Linares et al. (1980) no propusieron ninguna localidad tipo. 
La Formación Cerro Azul está compuesta principalmente por limolitas y 
areniscas limosas, con intercalaciones de arcilitas en los estratos basales. Hacia el techo 
se desarrollan calcretes, que rematan la sucesión. 
La base de la Formación aflora en Cerro El Morro, donde suprayace a la 
Formación Río Negro (De Elorriaga y Visconti, 2005). La suprayacen depósitos eólicos, 
arenosos y limo arenosos, del Pleistoceno tardío-Holoceno, que constituyen el material 
parental de los suelos actuales (Bozzolo et al., 1986; Calmels et al., 1996; Zárate, 2005). 
Las sedimentitas de la Formación Cerro Azul cubren amplias extensiones de la 
provincia de La Pampa, sus afloramientos son sub-horizontales y han sido erosionadas 
en valles de rumbo ENE-OSO en la parte central y oriental de La Pampa. Estos valles, 
denominados valles transversales, no tienen vinculación con la estructura del subsuelo 
(Kostadinoff et al., 2001). 
El espesor de los depósitos aflorantes es de aproximadamente 100 metros. 
 
 
Distribución geográfica 
 
 16
La distribución de la Formación Cerro Azul y de las Formaciones Arroyo 
Chasicó, Río Negro y Barranca Final dentro de la provincia de La Pampa, se 
representan en la Figura 2 (modificado de Linares et al., 1980). También se muestra la 
distribución de la Formación Gran Salitral (Eoceno). 
La Formación Cerro Azul aflora principalmente en el sector centro-este, sureste, 
centro y noroeste de la provincia de La Pampa. 
El punto más al norte donde aflora es la localidad de Caleufú (35° 41’ S ; 64° 
40’ O) mientras que hacia el sureste llega a las márgenes del Río Colorado. Hacia el 
noroeste se localiza en las barrancas de Algarrobo del Águila que comienzan en el 
límite con la provincia de Mendoza (por el norte) y sigue hacia el sur hasta las planicies 
al este del Puesto Las Matras (en las cercanías de la ruta 151). En el centro de la 
provincia aflora algo más al sur de 37º 22’ S; 65º 28’ O (Sierra Chata), y hacia el este se 
interna en la provincia de Buenos Aires, donde los afloramientos están asignados a la 
Formación Epecuén, haciéndose difícil su diferenciación de la Formación Arroyo 
Chasicó. Los afloramientos son saltuarios, generalmente se desarrollan en planicies 
estructurales y cárcavas. 
 
 
Litología 
 
La litología típica de la Formación Cerro Azul comprende limolitas arenosas de 
color pardo rosado a rojizo, areniscas limosas del mismo color y arcilitas de color rojo 
más oscuro. Generalmente son friables o están cementadas por carbonatos, presentan 
concreciones carbonáticas y paleosuelos intercalados. 
Las arcilitas están laminadas y se concentran en el sector basal de la sucesión. 
Hacia el sector superior se observan algunos conglomerados y areniscas 
intraclásticos, con estructuras entrecruzadas, de colores semejantes a las limolitas. Al 
tope de la sucesión, las sedimentitas están reemplazadas por calcretes o “toscas”, que en 
algunos casos engloban clastos de vulcanitas. Estos calcretes se desarrollaron con 
posterioridad a la depositación de las limolitas, una vez estabilizado el paisaje, 
permitiendo la preservación de las capas infrayacentes. 
Una característica general de toda la sucesión es el aspecto friable y el tipo de 
erosión de estos depósitos, los que sumados al tamaño fino y uniforme de los materiales, 
dan lugar a cañadones abruptos. 
En el capítulo 4 se realiza la descripción y clasificación petrográfica de estas 
sedimentitas y se infiere la procedencia de los materiales originarios de la sucesión. 
 
 
Localidad tipo 
 
Se propone establecer como localidades tipo de la Formación Cerro Azul a los 
afloramientos situados al oeste de Algarrobo del Águila (departamento Chical Có) sobre 
la ruta provincial 10, a los 36º 20’ S y 67º 15’ O; y al Cerro El Morro, ubicado en el 
departamento Caleu-caleu a los 38º 42’S y 64º 5’O. El tramo basal de la formación 
comenzaría en Cerro El Morro, donde se observa el contacto con la Formación Río 
Negro y el sector cuspidal estaría representado por el perfil desarrollado en Algarrobo 
del Águila. 
 
 17
Lectoestratotipo 
 
Los autores que definieron a la Formación Cerro Azul no han realizado la 
descripción de un estratotipo para la misma. Se propone la designación de un 
lectoestratotipo compuesto para la Formación Cerro Azul que comprende el perfil de 
Cerro El Morro para la base y Algarrobo del Águila para el sector superior (Fig. 3). 
En Cerro El Morro es posible ver el contacto inferior transicional de la 
Formación Cerro Azul con la infrayacente Formación Río Negro. No se ha encontrado 
un nivel guía para establecer una correlación segura con el perfil de Algarrobo del 
Águila. En Algarrobo del Águila no se observa la base de la sucesión. 
 
 
Ambiente sedimentario 
 
La mayoría de las inferencias ambientales provienen del estudiode la fauna 
fósil contenida en los depósitos de la Formación Cerro Azul. El ambiente donde se 
desarrolló esta variada fauna de mamíferos corresponde a lo que Pascual y Bondesio 
(1982) denominaron “Edad de las planicies australes”, acaecida según estos autores 
entre los 11 y 3 Ma. 
Luego de la ingresión Paranense (Mioceno medio), de la que se conocen 
depósitos en el sector sureste de la provincia de La Pampa (Formación Barranca Final, 
Visconti et al., 2002, 2003, 2004a y b; Parras et al., 2000; De Elorriaga y Visconti, 
2004) se sucedió un gran desarrollo de planicies durante un nuevo ciclo sedimentario 
que se extendió desde el área andina hacia el este. Su comienzo coincidiría con una de 
las subfases del complejo diastrófico andino conocido como “Fase Quechua” (Pascual, 
1984). La enorme distribución de faunas contemporáneas similares, conformadas 
principalmente por mamíferos herbívoros pastadores y cursoriales, en el sur del Perú, de 
Bolivia y norte de la cuenca amazónica demuestra la extensión de estos depósitos 
(Pascual et al., 1996). El estudio de algunos grupos permiten distinguir un deterioro 
climático hacia fines del Mioceno (Verzi, 1999). 
 Los trabajos de índole sedimentológica de Visconti et al. (1996) y Goin et al. 
(2000) permitieron distinguir algunos depósitos de origen lacustre en la base, a los que 
suceden depósitos eólicos bien desarrollados con numerosas evidencias de paleosuelos 
(Melchor et al., 2000), culminando con cursos fluviales en el techo (Visconti y 
Montalvo, 1990; Goin et al., 2000). En el capítulo 3 de esta tesis se realiza un detallado 
análsis de facies y la respectiva interpretación paleoambiental. 
 
 
Edad 
 
En la definición de la Formación Cerro Azul, Linares et al. (1980) le asignaron 
una edad pliocena sobre la base de las relaciones de campo. 
Pascual et al. (1965) analizaron los criterios que se han utilizado para reconocer 
las edades-mamífero y compararon las unidades litoestratigráficas reconocidas hasta el 
momento para la provincia de Buenos Aires durante el Cenozoico y las edades 
mamífero que representan las asociaciones faunísticas recuperadas en cada una de ellas. 
Para la provincia de La Pampa, estos autores determinaron que la Formación Epecuén, 
 
 18
P AfAm
0
10 m
Escala vertical
AgP AfAm
20
37
10
20
30
40
50
54
30
B
A
REFERENCIAS
Estructuras sedimentariasLitología
Macizo
Laminación difusa
Estratificación irregular
Ondulitas asimétricas
Pedorelictos
Rizolitos
Vertebrados fósiles
P
Af
Am
Pelita
Arenisca fina
Arenisca mediana
Contactos
Neto
Irregular
Concreciones calcáreas
alargadas
Marcas de raíces
Peds
Calizas Estratificación entrecruzada
 en artesa
P Af Am
Limolitas
Slickensides
Caliza planar
Areniscas
Erosivo
Transicional
Yeso
Figura 3.- Lectoestratotipo compuesto de la 
Formación Cerro Azul. A) Cerro El Morro
B) Algarrobo del Águila.
In situ
Suelto
Caliza pisolítica
19
Fm. Río
Negro
F
o
rm
ac
ió
n
 C
er
ro
 A
zu
l
Ag Arenisca gruesa
Ag
 aflorante en la provincia de Buenos Aires y en Salinas Grandes de Hidalgo (La Pampa), 
presenta fauna de Edad Huayqueriense, edad que en ese momento se ubicaba en el 
Plioceno medio. Los afloramientos de Salinas Grandes de Hidalgo son considerados en 
la actualidad parte de la Formación Cerro Azul (Goin et al., 2000). 
Posteriormente, Marshall y Pascual (1978) y Marshall et al. (1979), sobre la base 
de dataciones radioisotópicas, ubican a la edad mamífero Huayqueriense dentro del 
Mioceno tardío, entre los 9 y 5 Ma. A partir de ese momento, todos los niveles 
portadores de restos que representan a la asociación faunística Huayqueriense en la 
provincia de La Pampa, son asignados al Mioceno tardío. 
Desde 1988 (Montalvo y Casadío) los resto fósiles de la Formación Cerro Azul 
son asignados al Mioceno tardío. Posteriormente (Verzi, 1999) y Verzi et al. (2003) 
ajustan la edad de algunos afloramientos sobre la base de la evolución dentaria de los 
roedores octodóntidos. 
También se encuentran dentro de la Formación Cerro Azul vertebrados fósiles 
más antiguos a la edad mamífero Huayqueriense, concretamente en Cerro La Bota y 
Cerro Patagua (Verzi, 1999), los que fueron asignados a la edad mamífero Chasiquense. 
Para clarificar estas consideraciones con respecto a la edad, se ha realizado el 
cuadro 2, modificado de Zárate (2005). 
 
(1) Verzi et al., en prensa 
Cuadro 2. - Edad de la Formación Cerro Azul y unidades vinculadas
(modificado de Zárate, 2005)
 
 
Ciclo 
Sedimentario 
Subciclo 
sedimentario 
Edad 
numérica (Ma) 
Edad-mamífero 
(piso-edad) 
Unidad 
estratigráfica 
5,04(1)
 
 
Montehermosense 
 
 
8,7 (2) 
 
Huayqueriense 
 
 
 
 
Cenozoico 
tardío 
 
 
 
Mioceno 
tardío 
 
 
 
 
Chasiquense 
 
Fm. 
Cerro
Azul 
 Fm. 
Arroyo Chasicó
 
Fm. 
Río 
Negro
?
(2) Zárate et al., 2007 
 
Por lo expuesto, la Formación Cerro Azul presenta fósiles de edades mamífero 
Chasiquense y Huayqueriense, lo que correspondería aproximadamente a un lapso de 
tiempo comprendido entre los 10 Ma a 6,8 Ma según Cione et al. (2000). 
En la actualidad, el límite entre las edades Chasiquense y Huayqueriense fue 
ajustado con dudas a los 8,7 Ma (Zárate et al., 2007), y el límite superior de la edad 
Huayqueriense entre los 5,7-5,8 Ma o hasta 5,04 Ma en el contexto de escala regional 
(Verzi et al., en prensa). 
 
 
 20
Contenido paleontológico 
 
Los primeros trabajos paleontológicos que mencionan o describen fósiles de los 
niveles posteriormente asignados a la Formación Cerro Azul, corresponden a las 
descripciones de Ameghino (1904), Rovereto (1914), Kraglievich (1932) y Rusconi 
(1934) sobre restos de mamíferos hallados en perforaciones realizadas para estudios 
hidrogeológicos en el sector este de la provincia de La Pampa. 
A partir del interés surgido desde mediados del siglo XX en la fauna fósil del 
centro de Argentina, se realizaron varias campañas al oeste de la provincia de Buenos 
Aires y este de La Pampa que incluyeron principalmente relevamientos de los niveles 
ubicados en Salinas Grandes de Hidalgo y Laguna Chillhué (Pascual et al.,1965; Ortega 
Hinojosa, 1967; Zetti, 1967, 1972 a y b; Pascual y Bondesio, 1982; Pascual y Bocchino, 
1963; Campbell y Tonni, 1980, 1981; Tambussi y Tonni, 1985; Tambussi, 1987). En 
esos trabajos los nivels portadores eran incluídos en la “Formación Epecuén” o 
“Formación Pampeano”. 
Desde 1985 se comenzó a realizar un exhaustivo estudio paleontológico de los 
niveles miocénicos de la provincia de La Pampa, lo que dio como resultado la 
publicación de numerosos trabajos y la posibilidad de conocer con detalle la fauna de 
vertebrados que habitó dicha provincia en el Mioceno superior. 
Dentro del amplio registro hallado, se destacan fundamentalmente mamíferos de 
los órdenes: Marsupialia, Xenarthra, Notoungulata, Litopterna, Rodentia y Carnívora 
También se han hallado restos de aves, de anfibios y de reptiles. En algunas localidades, 
los restos de vertebrados están asociados a trazas fósiles, incluyendo hormigueros 
fósiles y celdillas de abejas. Sobre la base del estudio de roedores presentes en algunos 
afloramientos de la Formación Cerro Azul, Verzi et al. (1994, 1995) pudieron detectar 
procesos anagenéticos (cambios evolutivos de las poblaciones sucesivas que se 
modifican hasta diferenciarse morfológicamente tanto como una especie se diferencia 
de otra, la sucesión de cronoespecies así relacionadas constituye una línea evolutiva o 
filética, (López Martínez y Truyols Santonja, 1994) con la que realizaron una 
correlación bioestratigráfica entre algunas localidades que contienen a determinadas 
especies de roedores (Verzi et al., 2003, 2004, en prensa). En el anexo I se presenta un 
listado del contenido paleontológico de la Formación Cerro Azul hallado y estudiado 
hasta el momento. 
 
 
Relaciones estratigráficas 
 
La base de la Formación Cerro Azul se encuentra aflorando en Cerro El Morro, 
sobre areniscas grises asignadas a la FormaciónRío Negro. Esta última formación 
también ha sido detectada en las barrancas ubicadas al sur de laguna La Amarga (centro 
de la provincia, Visconti et al.,1993; Espejo y Silva Nieto, 1985, 1996) y en el sector 
sureste de la provincia de La Pampa, incluso sobre las barrancas del río Colorado 
(Linares et al., 1980). 
A la Formación Río Negro se le asigna una edad que va desde el Mioceno tardío 
(Zinsmeister et al., 1981; Visconti et al., 1993; Zavala y Freije, 2000) hasta el Plioceno 
temprano (Alberdi et al., 1997; Zavala y Freije, 2000; Zárate, 2005). Litológicamente 
está compuesta principalmente por areniscas medianas a finas grisáceas, con gran 
 21
cantidad de líticos volcánicos. Presenta intercalaciones de areniscas finas y muy finas 
algo rosadas. 
En este trabajo, se considera que ambas formaciones serían lateralmente 
equivalentes, constituyendo un cambio de facies eólicas (loess) con desarrollo de 
paleosuelos (Fm. Cerro Azul) a otras fluvio-eólicas (Fm. Río Negro). Diversos autores 
han analizado a la Formación Río Negro en otras localidades de la Patagonia y le han 
asignado una edad Huayqueriense en base a su contenido fosilífero (Cione et al., 2005). 
Incluso expresan que la citada Formación sería un cambio facial de un ciclo que 
comenzó con la ingresión marina “entrerriense” y culminó con la retracción de ese mar 
y la depositación de materiales continentales (Zavala y Freije, 2001). 
Por lo tanto, en la provincia de La Pampa, podría detectarse el cambio de facies 
entre la Formación Río Negro y la Formación Cerro Azul. Las evidencias de esta 
aseveración pueden observarse en las relaciones de campo. 
En la orilla oeste de la laguna Colorada Grande, sobre la ruta nacional nº 154 se 
encuentran expuestos depósitos marinos referidos al tramo superior de la Formación 
Barranca Final (Visconti et al.,2004a), cuyos términos inferiores afloran en Laguna 
Callaqueo (Visconti et al., 2002). Sobre ellos, en contacto transicional, se desarrollaron 
facies de areniscas gris azuladas de origen fluvial, atribuidas a la Formación Río Negro 
(De Elorriaga y Visconti, 2005). El contacto superior de esta formación, también 
transicional, se observa en la base de Cerro El Morro. 
Hacia el sur, a treinta kilómetros de Cerro El Morro, en las cercanías de la 
localidad de La Adela, afloran las areniscas de Río Negro, sobre las barrancas del Río 
Colorado. También pueden observarse en las barrancas del río Negro en Carmen de 
Patagones. 
En esta localidad, las areniscas típicas de la Formación Río Negro se intercalan 
en su parte superior con paleosuelos rojizos, semejantes a los de la Formación Cerro 
Azul. Lo mismo ocurre en el Balneario “El Cóndor”, en la bajada denominada “El 
Espigón”, donde los acantilados muestran en el sector inferior la interdigitación entre la 
Formación Río Negro y los depósitos marinos y hacia el tope, la intercalación con los 
paleosuelos rojizos que afloran en Carmen de Patagones. 
Para la provincia de La Pampa, las relaciones estratigráficas mencionadas se 
esquematizaron en la figura 4. 
 
 
 
 22
C
Y
Y
Y
F
O
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M
A
C
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N
 
 
 
 
 
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B
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A
L
Laguna Colorada Grande
F
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n
B
A
R
R
A
N
C
A
 F
IN
A
L
P Af Am
TCh
Ag Cf
Laguna Callaqueo
Cerro El Morro
W
P Af Am Ag Cf
P Af Am Ag Cf
0
5 m
Estructuras sedimentariasLitología
Macizo
Laminación difusa
Estratificación irregularAreniscas
Limolitas
Piroclásticas Laminación fina
Ondulitas asimétricas
Pedorelictos
Rizolitos
Fósiles
P
Af
Am
Pelita
Arenisca fina
Arenisca mediana
Contactos
Neto
Irregular
Concreciones calcáreas
Marcas de raíces
PedsCalizas
Estrat. Entrecr. en artesa
Vertebrados
Erosivo
Transicional
Nidos de avispas
Laminación deformada
por carga
Estr. entrecruzada planar
Laminación ondulítica
Ondulitas simétricas
Clastos blandos
Decápodos
Bivalvos
Bioturbación
Laminación ondulosa
Estr. entrecr. planar 
tangencial
Gasterópodos
Arcillitas
P Af Am
TCh
Ag Cf
W
Ag Arenisca gruesa
Cf Conglomerado fino
Ch Chonita
T Toba
W Wackestone
nivel de correlación
nivel de correlación
Conglomerados
Figura 4. Relaciones estratigráficas entre las 
formaciones miocenas aflorantes en la provincia de 
La Pampa
23
 24
CAPÍTULO 3 
 
 
ANÁLISIS DE FACIES E INTERPRETACIÓN PALEOAMBIENTAL 
 
 
Introducción 
 
El análisis sedimentológico tiene como objetivo principal la caracterización y 
evolución de los ambientes de sedimentación de la Formación Cerro Azul en la 
provincia de La Pampa. Con el fin de llevar a cabo esta tarea se levantaron 3 perfiles 
sedimentológicos de detalle principales, que fueron representados a escala 1:100 en las 
siguientes localidades: 
 
• Pendientes de las planicies estructurales al oeste de Algarrobo del Águila, en el 
corte sobre la ruta provincial Nº 10 (36º 20’S, 67º 15’ O), donde se expone el 
perfil más potente conocido de la Formación Cerro Azul, de aproximadamente 
50 m (Figura II.1, Anexo II). 
• Sector sureste de la provincia de La Pampa, en el departamento Caleu-Caleu , en 
Cerro El Morro (38º 42’, 64º 5’O), con un espesor de 37 m (Figura II.2, Anexo 
II) 
• En el sector central de la provincia de La Pampa, al oeste de Chacharramendi, 
departamento Utracán, en el Cerro Patagua (37 º 08’ 30“ S, 65º 46’ 09” O), con 
un espesor de 15 m (Figura II.3, Anexo II). 
 
En estos sitios se presentan las exposiciones verticales mayores y más completas 
de la Formación Cerro Azul. Los dibujos de detalle de cada uno de ellos y las 
descripciones respectivas se encuentran en el Anexo II. Todas las localidades se 
encuentran representadas en el mapa de la provincia de La Pampa, donde se detalla la 
distribución de la Formación Cerro Azul (Figura 5). 
Además de estos perfiles se realizaron observaciones y se relevaron 18 perfiles 
secundarios de menor espesor, cuyas ubicaciones son las siguientes: 
 
• Bajo Giuliani (departamento Capital): 36º 43’ S; 64º 18’ O (Figura II. 4) 
• Barrancas Coloradas (departamento Capital): 36º 41’ S; 64º 11’ O (Figura II. 5) 
• Cerro de La Bota (departamento Utracán) 37º 22’ S; 65º 28’ O (Figura II. 6) 
• El Guanaco (departamento Capital): 36º 17’ S; 64º 16’ O (Figura II. 7) 
• Estancia Don Mariano (departamento Toay): 36º 41’ S; 64º 27’ O (Figura II. 8) 
• Estancia El Recado, Caleufú (departamento Rancul): 35° 41’ S; 64° 40’ O 
(Figura II. 9) 
• Estancia Maracó Grande (departamento Utracán): 37º 31’ S; 64º 42’ O (Figura 
II. 10) 
• Laguna Chillhué (departamento Guatraché): 37º 17' S; 64º 09' O (Figura II.11). 
• Laguna Guatraché (departamento Hucal): 37º 43’ S; 63º 31’ O (Figura II. 12). 
• Laguna La Peluda, General Acha (departamento Utracán): 37º 21’S; 64º 4’ O 
(Figura II.13). 
 
SANTA 
ROSA
Cº Patagua
Cº Azul
0 40 km
Fm. Cº Azul
Fm. Río Negro
Fm. A. Chasicó
Ruta Nacional
RÍO NEGRO
Figura 5.- Mapa de distribución de la Formación Cerro Azul y principales localidades relevadas: 
1) Bajo Giuliani, 2) Barrancas Coloradas, 3) Cerro La Bota, 4) El Guanaco, 5) Don Mariano, 6) 
Estancia El Recado, 7) Estancia Maracó Grande, 8) Laguna Chillhué, 9) Guatraché, 10) Laguna 
La Peluda, 11) Loventué, 12) Macachín, 13) Naicó, 14) Quehué, 15) Quiñi-Malal, 16) Ruta 1, 
17) Ruta 154, 18) Telén, 19) Laguna Colorada Grande, 20) Laguna Callaqueo
LA PAMPA
B
U
E
N
O
S
A
IR
E
S
Río Colorado
MENDOZA
SAN LUIS
CORDOBA
36º
38º
66º 64º N
El Morro
Río Salado
35
6
18
11
4
5 1
14
2
12
3
7
Perfiles principales
1 Perfiles secundarios
9
16
13
10
815
17
Algarrobo 
del Águila
19
20
25
 26
• Laguna La Salada, Loventué (departamento Loventué): 36º16’ S; 65º 10’ O 
(Figura II. 14) 
• Macachín (departamento Atreucó): 37º 13’ S; 63º 36’ O (Figura II. 15) 
• Naicó (departamento Capital): 36º 54 S; 64º 24’ O (Figura II. 16) 
• Quehué (departamento Utracán): 37º 15’ S; 64º 32’ O (Figura II. 17)• Quiñi Malal (departamento Utracán): 37º 75’ S; 64º 46’ O (Figura II. 18) 
• Ruta 154 (departamento Caleu-Caleu): 38º 18’ S; 64º 04’ S (Figura II. 19) 
• Ruta 1 (departamento Caleu Caleu): 37º 47’ S; 63º 46’ O (Figura II. 20) 
• Telén (departamento Loventué): 36º 15’ S; 65º 30’ O (Figura II. 21). 
 
Los resultados de este análisis se presentan en una escala de jerarquías 
crecientes. En primer lugar se caracterizan e interpretan facies individuales, 
representadas en la sucesión sedimentaria a nivel de estratos. Posteriormente se analizan 
las asociaciones de facies, esto es, tramos de la secuencia. Finalmente se estudia la 
distribución vertical y lateral de las asociaciones a lo largo de la columna de la 
Formación Cerro Azul. 
En la primera etapa, análisis de facies, se discuten los procesos sedimentarios 
que pudieron generar dichos depósitos. La facies sedimentarias fueron definidas 
utilizando fundamentalmente criterios de campo, útiles para la interpretación de los 
ambientes de sedimentación. Los rasgos sedimentológicos considerados para definir las 
facies sedimentarias fueron: textura, color, espesor, estructuras sedimentarias, 
características de los contactos, forma de los bancos y contenido paleontológico. Para 
determinar el color se comparó a las muestras de roca en seco con la tabla de colores 
conocida como Rock Color Chart (The Geological Society of America, 1995). 
En la segunda etapa, asociaciones de facies, se analizan los ambientes de 
sedimentación en donde actuaron dichos procesos. Por último, en base a la distribución 
de las asociaciones, se trata de caracterizar la evolución de todo el sistema 
depositacional. 
La distribución de las facies para cada uno de los tres perfiles principales se 
encuentran determinadas en las Figuras II.22 (Algarrobo del Águila), II.23 (Cerro El 
Morro) y II.24 (Cerro Patagua). Las referencias generales para todos los perfiles están 
representadas en la Figura II.25. 
 
 
 
ANÁLISIS DE FACIES 
 
 
Descripción e interpretación de facies 
 
A continuación se brinda la descripción e interpretación de las principales facies 
reconocidas en la Formación Cerro Azul. 
Para su nomenclatura se ha propuesto un código de facies semejante al utilizado 
por Miall (1978). En el citado código, la litología se nombra en letras mayúsculas y las 
estructuras sedimentarias características en letras minúsculas. En el Cuadro 3 se 
presenta un resumen. 
Hacia el tope de la Formación Cerro Azul, en particular en los 2 m cuspidales, es 
frecuente hallar diferentes clases de calcretes, distinguidos por el tipo de estructura 
 27
(Facies Kn, Kl, Km). Si bien estos calcretes son posteriores a la depositación de las 
sedimentitas de la Formación Cerro Azul, no existe discordancia entre ambas y tampoco 
es posible acotar la edad de su génesis. Por este motivo, se los incluye en la descripción 
de facies de esta Formación. 
 
 
Cuadro 3.- Resumen de las facies de la Formación Cerro Azul 
 
Facies Litología y estructuras Interpretación 
Espesor 
total 
máximo, 
promedio 
(en m) 
Cl Arcilitas laminadas Decantación en un ambiente subácueo 3,5 
 
FSl 
Limolitas arenosas y areniscas muy 
finas limosas con cubetas rellenas, 
grietas de desecación, hormigueros 
fósiles 
Decantación en un ambiente subácueo 
con etapas de exposición subaérea. 4 
 
Sp 
Areniscas finas a medianas limosas 
con laminación entrecruzada 
tabular planar y ondulitas 
simétricas 
Migración de óndulas en un cuerpo de 
agua 2 
Sh Areniscas muy finas con 
estratificación horizontal Escurrimiento mantiforme (sheetflood) 9 
SFm Areniscas muy finas limosas y 
limolitas arenosas masivas 
Depósito eólico limoso o de grano fino 
(loess) 4,5 
FSp Limolitas arcillo-arenosas con 
agregados y marcas de raíces Paleosuelos 0,7 
Tl Tufitas laminadas Caída de cenizas 0,5 
IGm 
Intraconglomerados medianos a 
finos y sabulitas arenosas 
intraclásticas 
Depósito residual de canal 0,8 
ISt 
Areniscas gruesas a medianas 
intraclásticas con estratificación 
entrecruzada en artesa y ondulas 
asimétricas 
Relleno de canal fluvial 1 
Kn Calcretes nodulares Horizonte de origen pedogenético 
vinculado al movimiento del agua 1 
Kl Calcretes laminadas o planares Horizonte de origen pedogenético 
generado por raíces y microorganismos 0,7 
Km Calcrete maciza Duripan: Horizonte de origen 
pedogenético y diagenético 0,8 
 Kp Calcrete pisolítica Horizonte diagenético: disolución 
 
1 
 
 
 
Facies Cl: Arcilitas laminadas 
 
Descripción: 
 
Está compuesta por arcilitas limosas, con una proporción variable de clastos de 
arena muy fina. El color general es rojo pálido (10 R 6/2) a rojo moderado (5 R 5/4). 
 28
Los estratos individuales tienen espesores de más de 0,50 m. En su interior 
presentan laminación paralela fina, entre 0,02 a 0,05 m cada lámina, continuas 
lateralmente por decenas de metros. 
La geometría externa de los bancos es tabular, las bases y los techos son netos 
generalmente planos. No se observó bioturbación, y se hallaron restos de mamíferos 
fósiles. Presenta un espesor máximo de 3,5 m y se la encuentra en los perfiles de 
Macachín, Laguna Chillhué y Guatraché (foto 1). 
 
Interpretación: 
 
Esta litofacies se interpreta como producto de decantación de material muy fino 
a partir de suspensión en un ambiente subácueo de baja energía, evidenciado por la 
laminación fina continua. El tamaño de grano y la ausencia de estructuras de corriente 
confirman la tranquilidad del medio. 
 
 
Facies FSl: Limolitas arenosas y areniscas muy finas limosas con cubetas rellenas 
 
Descripción: 
 
Está compuesta por limolitas arenosas y areniscas muy finas limosas macizas 
con cubetas rellenas con arcilita laminada. Las cubetas tienen un desarrollo de hasta 1 m 
de largo y 0,20 m de espesor, presentan una laminación interna muy fina, con láminas 
que no superan los 0,02 m. En general, estas láminas arcillosas se intercalan con otras 
más arenosas. Todas las cubetas observadas presentan un contacto inferior cóncavo 
hacia arriba con lados más o menos rectos. Es interesante destacar que los laterales son 
abruptos y cortan a la laminación anterior (foto 2). El color general es rojo pálido (10 R 
6/2). Hacia el sector superior se observan concreciones calcáreas y la presencia de tubos 
y formas redondeadas asignados por Laza (1982) a hormigueros fósiles (Attaichnus 
kuenzeli) (fotos 3 y 5). También se detectaron grietas de desecación (foto 4). Presenta 
un espesor máximo de 4 m. 
Se observa únicamente en Macachín. En esta facies se hallaron numerosos restos 
de vertebrados fósiles, fundamentalmente mamíferos terrestres, la mayoría in situ y 
fragmentados. Esta asociación faunística fue asignada por diversos autores a la Edad 
Huayqueriense (Mioceno tardío). 
 
Interpretación: 
 
Las estructuras mixtas como las que caracterizan esta litofacies se deben a 
alternancia de depósitos formados en condiciones tractivas y suspensivas ácueas. Las 
arenas muy finas pueden ser transportadas tanto por suspensión o como carga de fondo 
de una corriente. El material más fino viaja como material en suspensión y decanta en 
los momentos de mínima energía en el ambiente. Las cavidades previamente 
construídas por organismos cavadores probablemente fueron rellenadas por 
inundaciones en condiciones de energía baja. La presencia de hormigueros fósiles y las 
grietas de desecación implican exposición subaérea del depósito durante algún tiempo. 
 
 
Facies C1
 1
 4
 2
Lámina 1
1: facies Cl; 2: cubetas de la facies FSl; 3: detalle de una cámara de hormiguero en
la facies FSl; 4: grietas de desecación de la facies FSl vistas en planta; 5: detalle de
los conductos que unen a las cámaras de los hormigueros en la facies FSl. Todas las
fotos corresponden al perfil de Macachín. 
 3
5
29
1m1m
 30
Facies Sp: Areniscas finas a medianas limosas con laminación entrecruzada tabular 
planar y ondulitas simétricas 
 
Descripción: 
 
Está compuesta por areniscas finas a medianas,

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