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Dificultades estratégicas en resolución de preguntas inferenciales Magdalena Viramonte de Ávalos (comp.) r z zs ¿ • 11 COLECCIÓN NUEVOS CAMINOS *•. EDICIONES COLIHUE Copyrighted material Comprensión lectora : dificultades estratégicas en resolución de preguntas inferenciales / compilado por Magdalena Viramonte de Avalos . - Ia ed. 2o reimp. - Buenos Aires : Colihue, 2008. 176 p.; 20x14 cm. - (Nuevos Caminos) ISBN 978-950-581-659-0 r 1. Enseñanza de la lectura. Lectoescritura. I. Viramonte de Avalos, Magdalena, comp. III. Título CDD 372.41 Diseño de tapa: Claudio Uccello Composición y armado: Silvia Ojeda y Marcelo Colombini LA FOTOCOPIA MATA AL LIBRO Y ES UN DEUTO Pedición / 2a reimpresión © Ediciones Colihue S.R.L. Av. Díaz Vélez 5125 (C1405DCG) Buenos Aires - Argentina www.colihue.com.ar ecolihue@colihue.com.ar I.S.B.N. 978-950-581-659-0 Hecho el depósito que marca la ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PR1NTED 1N ARGENTINA Copyrightcd material http://www.colihue.com.ar mailto:ecolihue@colihue.com.ar Prólogo Este libro ha sido escrito con el propósito principal de colaborar con el profesor de aula quien, entre sus tantas tareas docentes, debe enfrentar, a menudo sin recursos apropiados ni apoyos sistemáticos de ninguna especie, la titánica empresa de asesorara los estudiantes en el aprendizaje de estrategias casi personales para lograr una lectura comprensiva eficiente. Desde hace más de quince años, un equipo de docentes investigadores chilenos y argentinos estamos interesados por desentrañar las diferencias de comportamiento entre lectores expertos e inexpertos, con la intención de descubrir qué de aquellos procesos cognitivos y metacognitivos de selección e interpretación de textos escritos podría estar configurándose más acá de los condicionamientos genéticos, de qué modo tales capa cidades, habilidades y destrezas comunicativas son adquiridas y desarro lladas, y podrían ser enseñadas al usuario novato para su autocontrol. Los espectaculares avances tecnológicos de la informática no parecen destinados a liberar al hombre del mañana de la lectura reflexiva y cuida dosa. Por el contrario, ellos ya le están exigiendo al lector de hoy más y más horas ante la pantalla -por la razón que sea- enfrentando el desafío de una multiplicidad de textos escritos fáciles o difíciles, construidos con algún cuidado o sin condición ninguna por usuarios inteligentes o no tanto, cultos o ignorantes, bien o mal intencionados que a menudo confunden al “lec tor" desprevenido. El apresuramiento, el anonimato, la ignorancia y hasta la mala fe pone en jaque al cibemauta exigiéndole que sea cada vez más diestro, que distinga, elija e interprete textos con rapidez y buen criterio, que no pierda el tiempo ni se desanime, ante el caos de material disponible. La tecnología actual demanda al lector moderno más dedicación al abordar textos escritos debido al apresuramiento que impone el modo de 7 Copyrightcd material vida actual y espera interpretaciones casi instantáneas, en tiempos destinados anteriormente a la comunicación oral cara a cara. Cada día que pasa es más difícil mantener un ritmo de lectura adecuado a las exi gencias del quehacer profesional, sobre todo si se considera el aumento acelerado de las publicaciones especializadas, prácticamente en todos los campos del saber. Nuestros estudiantes, incluso universitarios, tanto en Chile como en Argentina continúan revelando graves limitaciones para leer textos de cierta extensión o densidad semántica; carecen de dominio léxico sufi ciente para resolver con éxito sus lecturas escolares, no poseen habili dades comprensivas de lectura rápida ni agudeza para descubrir párrafos o expresiones más significativos en textos especializados, no manejan los nexos lógico-semánticos que estructuran los contenidos textuales ni reconocen, con propiedad, los recursos morfosintácticos utilizados para precisar tipos de relaciones que se desean enfatizar. Poco o nada saben de modalidades estilísticas superestructurales y, por supuesto no se mueven con solvencia en el ámbito de los implícitos ni de las proyecciones semánticas de los textos, más allá de la simple literalidad. Es inquietante pensar que esta limitación generalizada y compleja, persistente en el sistema educativo actual, podría ser el resultado de un desconocimiento tradicional todavía no superado acerca de qué significa y cómo se realiza una buena comprensión textual. ¿Qué es un texto verbal, oral o escrito? ¿Cómo se construye un texto?, ¿con qué recursos? ¿En qué consiste una interpretación textual?, ¿qué se logra?, ¿con qué recursos?, ¿qué papel juega el significado, o mejor todavía, el senti do, en los textos verbales? ¿Puede un mismo texto tener, dar origen o provocar más de un sentido? ¿Cuándo un texto está bien construido y cuándo no lo está? ¿Qué requisitos debe cumplir una persona para producir textos bien construidos?, ¿qué características debe poseer una persona para llegar a ser un lector intérprete eficiente? ¿Debe saber cada persona qué pasa en su interior cuando crea o re construye textos escritos?, ¿qué tipos de textos escritos existen?, ¿cómo se captan sus diferencias específicas?, ¿pueden los sujetos alcanzar algún dominio personal tanto en la elaboración como en la interpretación de tex tos escritos?, ¿para qué les sirven tales conocimientos?, ¿contribuyen ellos efectivamente a mejorar los comportamientos verbales de las per sonas? 8 Copyrighted material ¿ Tales competencias, se pueden enseñar?, ¿qué papel juegan los textos escritos en la enseñan-a sistemática actual?, ¿quépapel deberían cumplir para mejorar los recursos del aprendizaje escolar? No se pretende distraer ni confundir al lector con un conjunto apa bullante de preguntas que ni siquiera se intenta aclarar o responder. Só lo se desea advertir que la tradición ha estado interesada en el lenguaje humano desde otras perspectivas. Ella ha enfatizado el aspecto literario esteticista, las variaciones históricas, la diversidad geográfica, el multi- lingiiismo etno-cultural; la calidad reveladora del texto religioso o la trascendencia del discurso filosófico buscando en ellos la ejemplaridad que pudiera favorecer patrones de conducta personal o colectiva. Sólo durante los últimos tiempos y como resultado del progreso cien tífico que abrió el camino hacia el conocimiento del hombre, de su mente, de sus comportamientos y de sus productos culturales, sobre todo en re lación con el lenguaje como otra manifestación de su cultura, instrumento de trabajo y de adquisición de conocimientos y como modo de ser del hombre que le permite generar sus propias historias, se ha comenzado a vislumbrar la complejidad y riqueza del ser humano. La tradición se ha movido por otros caminos, ha estado en otros plan teamientos. Sólo los genios, los superdotados, los tocados, elegidos o amigos de las musas o los dioses eran capaces de crear textos e interpre tarlos en el recto sentido. El resto de la humanidad dependíamos de los intermediarios, únicos dotados de dones especiales para acercarse a las fuentes del saber, la belleza y la verdad. El individuo, o nacía con la marca de la genialidad o dependía de por vida de aquellos privilegiados, repitiendo más o menos servilmente sus modos de pensar, de hacer cosas con las palabras, de actuar. Con tal paradigma, la enseñanza fue durante siglos tarea de servi dumbre: selección, sistematización graduada de saberes tradicionales representativos de las culturas del mundo a través de los tiempos, repeti ciones pautadas de conductas predesignadas como ejemplares. Los ideales democratizantes, todavía no bien asimilados, podrían estar obligándonos a repensar la cultura como un proceso masivo de creación permanente, de cambios e innovaciones, donde todos tenemos algo que decir y donde tal vez lo más importante no sea sólo la transmisión de los modos de pensar y de ser de los antiguos sino también los modosde pen sar y de ser que nosotros mismos seamos capaces de generar como par te sustantiva de nuestras historias personales, compartidas con los demás. 9 Copy nghted material Tal vez recién ahora resulte insatisfactorio cualquier intento de teo rización acerca de la comprensión de textos escritos, al margen de una concepción antropológica que respete al hombre como ser histórico en proceso de plenificación libre, responsable y meritoria. La tradición no ha dispuesto de los apoyos teóricos ni de los recursos tecnológicos oportunos para profundizar en el entendimiento del propio desarrollo lingüístico comunicativo pues poco o nada se sabía acerca de los procesos metacognitivos, sicopragmáticos involucrados en tales comportamientos. Este libro es parte de un conjunto de ensayos, informes, ponencias y comunicaciones generados en proyectos de investigación relacionados con el estudio de los procesos cognitivos involucrados en la comprensión textual. El equipo de investigadores está desde hace años, diagnosticando, analizando y descubriendo rasgos interesantes de los procesos comuni cativos en el contexto de la educación formal, básica, media y univer sitaria chilena y argentina. Más de cinco proyectos en Chile y otros tantos en Argentina se han concentrado ya sobre el mismo asunto con el apoyo estatal insustituible de Fondecyt (Chile) y de CONICOR (Argentina) y con la colaboración tanto económica como administrativa de las respectivas instituciones universitarias y de otros organismos científicos. Existe una literatura disponible como resultado de estos trabajos. Este libro es, precisamente, el resultado de una investigación conjunta de los autores durante la cual se elaboraron y aplicaron a alumnos de enseñanza media un conjunto de doce pruebas cuyo principal objetivo fue recoger información acerca de los procesos cognitivos puestos en fuego por ellos al enfrentar tareas de comprensión inferencial. Consta de tres capítulos. El primer capítulo, “La comprensión de textos escritos”, está espe cialmente dirigido a quienes estiman necesario actualizar su bagaje teórico acerca de los comportamientos comprensivos, especialmente de textos escritos, sea para llevar a cabo investigaciones, sea para diseñar actividades eficaces dirigidas a mejorar las competencias lectoras de sus alumnos. En él se pueden distinguir dos partes: una, dedicada a ex poner, en forma somera y sencilla, las conceptualizaciones más recientes en torno al tema. La segunda, a describir algunas de las características de la unidad de comunicación lingüística que se denomina “texto”. El segundo capítulo, “Aplicación de los instrumentos”, contiene una descripción de las pruebas aplicadas y los tipos de preguntas elaboradas 10 Copyrighted material para medir el logro comprensivo alcanzado por los alumnos. La finalidad perseguida con su aplicación no fue evaluar a los alumnos sino, más bien, descubrir las estrategias utilizadas por los sujetos para responder a preguntas inferenciales y su inclusión en este libro tiene como objetivo, por una parte, mostrar -sin pretender exhaustividad-, diversos tipos de preguntas cuyas respuestas revelan el grado de comprensión alcanzado, y, por otra, invitar a los profesores a utilizar este tipo de preguntas, no solo como medio para evaluar o calificar a sus alumnos sino, más bien, para enseñarles, indirectamente, qué se espera de ellos cuando se da la consigna “estudien” o “lean tratando de comprender". El tercer y último capítulo, “Análisis de las respuestas”, presenta el resultado de un minucioso “análisis de errores” llevado a cabo por los investigadores para descubrir los procesos cognitivos que subyacen y explican las respuestas “erradas". Los resultados, que se presentan bajo la forma de taxonomías de errores, son sumamente interesantes debido a su sistematicidady escasa variabilidad. Es decir, los alumnos manifiestan notoria pobreza estratégica y tienden a recurrir a los mismos procesos sin importar el tipo de pregunta o el tipo de texto del cual se trate. Esperamos que los profesores descubran la distancia que separa “las preguntas literales" de los nuevos conceptos de comprensión y que la aplicación constante y sistemática de preguntas inferenciales lleve a los alumnos a cambiar sus hábitos de lectura memorizante. Pensamos, de este modo, poner a,disposición de los docentes algu nos antecedentes en relación con las aplicaciones experimentales de una selección de textos de uso escolar propuestos por el sistema para el tratamiento de las respectivas asignaturas, como se señala más ade lante. Centramos nuestra atención en un tipo de preguntas (programadas por nosotros intencionalmente), con el fin de obtener respuestas elaboradas recurriendo al texto leído (con la posibilidad incluso de releerlo si es necesario), mediante procesos reflexivos propios o de evoca ción de conocimientos de la realidad mencionada o de recursos lingüísticos aprendidos con anterioridad. Especial dedicación se ha puesto en el análisis, la descripción y la tipologización de las respuestas consideradas por el equipo de investi gadores como insuficientes por distintas razones. En un intento de evaluación más fina se han estudiado posibles respuestas adecuadas y otras que no lo son tanto, sabiendo de antemano que los límites no son rigurosos. 11 Copyrightcd material Para el análisis cuantitativo se ha recurrido a un conjunto de jueces quienes, considerando los procesos cognitivos supuestamente invo lucrados, evaluaron las respuestas propuestas por los estudiantes ante las preguntas planteadas. En todo caso se ha verificado que las respuestas sugeridas por estos jueces hubieran, efectivamente, sido propuestas por algunos alumnos. Por ahora, hemos aceptado que las respuestas recogidas fueron, de hecho, elaboradas por los estudiantes con algún grado de conciencia, pues comentarios de los propios alumnos dejaron constancia de su ex tráñela en relación con las preguntas tradicionales. Sin embargo, ello no nos permite descartar que muchas de ellas son el resultado de la cos tumbre y de alguna sensibilidad intuitiva puesta en juego accidental mente. El ideal sería preparar a los estudiantes para que ellos aplicaran su capacidad reflexiva y metacognitiva y pudieran descubrir qué hacen cuando leen una pregunta, entendiéndola y luego supervisaran sus procesos mentales cuando buscan interpretar las pistas morfosintácticas y estilísticas del texto al elaborar las respuestas pertinentes. Deberíamos aspirar a que el estudiante reconociera sus procesos interiores en cada caso y fuera incluso capaz de evaluar a su manera y con sus criterios, las tareas cumplidas. Lo común es que el alumno no revise, excepto contadas y respetables excepciones, las respuestas que él mismo ha elaborado ante compromisos semejantes. Su inseguridad, su desconocimiento de lo que debe hacer y de lo que ha hecho lo ofuscan como para pensar que los buenos resultados dependan más de la buena suerte, la casualidad o el descuido del eva luador Los autores esperan que este libro signifique un efectivo apoyo para los profesores comprometidos con la reforma educativa, sirviéndoles de orientación para el tratamiento y la evaluación formativa de los procesos lectores de sus alumnos y para desterrar, fundadamente, los conceptos de lectura como mera transmisión de información del texto a la mente del lector, como una actividad pasiva de mera recepción. La buena lectura es, definitivamente, un complejo e interesante proce so de creación compartido que no sólo debe ser entendido como tal sino realizado con la conciencia de que ello es así y con la satisfacción de haberlo conseguido. 12 Copyrightod material Capítulo 1 La comprensión de textos escritos Luis Gómez Macker Marianne Peronard Copyrightod material Naturaleza simbólica del lenguaje Antes de abordar el tema de la comprensión de textos escritos es conveniente distinguir entre comprender la realidadque nos rodea, que pasa o pasó a nuestro alrededor o puede suceder en el futuro e, incluso, lo que sucede en lo más profundo de nuestra interioridad o en la interioridad de los demás y aquello que está contenido en los textos escritos. No es lo mismo comprender la realidad circundante que compren der lo que alguien nos relata, describe o cuenta. Podríamos afirmar de partida que la comprensión lingüística es todavía más complicada. Si bien el hablante o escritor puede referirse también a aquello que nos rodea o a nuestros mundos interiores, intentar comprender esa realidad a través de un texto, es decir, a través de una construcción verbal creada por los hombres, plantea nuevas dificultades. No es lo mismo ver con nuestros propios ojos un caballo cojo que camina con dificultad por la calle del barrio, tocarlo con nues tras manos, sentir sus olores cuando pasa delante de nuestras na rices, que informamos de él y de su presencia a través de la narra ción que de su paso nos proponga otra persona en un texto escrito, por ejemplo. El texto es un nuevo intermediario, más acá de nuestros sentidos, entre nuestra conciencia y la realidad, o, si se sigue metaforizando, un puente que nos separa o nos aproxima a la realidad percibida: nos permite conocer algo más de ella pero a través de la palabra; nos acerca a aquello que el autor nos quiere proponer, a su manera. Él puede “decirnos” con sonidos o grafías, por ejemplo: 15 Copyrightcd material • “el caballo que avanza por la calle cojea”; • “el caballo que avanza está cansado”; • “el caballo que avanza por la calle es muy viejo”; • “el caballo que avanza por la calle está mal cuidado”; o • “el caballo cojea por la calle”; • “el caballo cansado cojea por la calle”; • “el caballo viejo y cansado cojea por la calle”. El texto oral o escrito que describe la escena de un caballo que pasa por la calle nos cuenta una breve y parcial historia suya mediante las ideas y sensaciones verbalizadas por su autor, ordena das a su manera y expresadas mediante las palabras seleccionadas por él. Tanto las palabras elegidas como la manera de usarlas, pro pias del narrador, nos aproximan al caballo que pasa pero lo hacen de un modo indirecto que es necesario tener presente; ellas repre sentan, bien o mal, una manera de percibir la realidad que no es la nuestra. La comprensión de un texto requiere algún cuidado especial para no confundir las palabras elegidas y compuestas por el hombre quien lo construye con la realidad que ellas mencionan. Con las palabras -o los textos- sucede algo semejante a lo que sucede con la fotografía o la pintura. La fotografía de Juanita no es Juanita, sino una imagen suya “descubierta” por el ojo del artista y “retenida” por el obturador de la máquina, en el papel fotográfico. Una pintura de la torre Eiffel no es la torre Eiffel, construida en la ciudad de París sino una especie de bosquejo, representación o copia pintada de ella que, en el mejor de los casos, se le parece; su calidad dependerá de los recursos materiales y técnicos usados en la pintura -tamaño, color, formas, tonalidades- por su autor. Existe aún otra diferencia entre comprender el mundo captado (a través de las percepciones) y el mundo escuchado o leído a través de textos verbales. Al presenciar un hecho, un accidente, por ejemplo, se pueden ver muchos rasgos simultáneamente. Al contar o describir el mismo hecho a través de un texto es necesario presen tarlo en un orden determinado. Dicho en otras palabras, el lenguaje tiene un carácter lineal debido a que no es posible producir o per cibir letras, palabras, frases u oraciones en forma simultánea. Este 16 Copynghted material hecho da origen a lo que en gramática se conoce como la sintaxis de un texto. Esta característica de toda unidad verbal, pronunciada o escrita por alguien en cuanto a su especial capacidad de significar algo distinto de lo que ella es, como conjunto de sonidos o grafías per ceptibles por nuestros oídos o nuestros ojos, parece tan obvia que con frecuencia se descuida, olvidando su naturaleza sígnica y la peculiaridad de su función comunicativa. Es necesario reflexionar acerca de la capacidad simbólica de las palabras orales o escritas que les permite representar algo distinto de lo que ellas son y acerca de la notable calidad de creación humana convencional que ellas poseen, con el fin de superar errores tradicionales que nos arrastran a confundir las palabras con las cosas. “La palabra perro no muerde” afirma un antiguo dicho que subraya la obviedad olvidada con mucha frecuencia y causante de errores y malos entendidos. El perro real muerde; la palabra perro no, pues ella es de otro orden y sólo nombra, menciona o se refiere al perro real; ella no puede morder. Naturaleza del texto verbal Los textos se construyen con palabras dispuestas de cierta manera y por su intermedio se hace referencia a cosas, objetos, fenómenos, ideas o fantasías que tienen sus propios modos de ser, distintos del modo de ser de las palabras. Esto es fundamental para entender la comprensión de textos. Los textos verbales, orales o escritos, breves o extensos, cientí ficos, informativos o literarios corresponden a modos de mencionar, de hacer referencia y de significar-verbalizar, hablar o escribir- inven tados por los hombres. Son entidades verbales de naturaleza simbólica que se usan para representar, con palabras, innumerables realidades de distinta naturaleza, “filtradas” a través de la particular percpción del autor y puestas al “alcance” de otros hombres. Así pues, en relación con la comprensión de textos orales o es critos, se debe distinguir entre: 17 Copyrightcd material • los fragmentos de mundos, reales o imaginarios, que se men cionan en los textos, • aquello que es propio del modo de “ver” el mundo de los au tores de textos creados para significar, • aquello que es propio del modo de ser de los textos, • aquello que pertenece a la manera de ser de quienes los inter pretan. Para comprender un texto en cuanto expresión de una particular visión de un fragmento del mundo no basta con aplicar las com petencias lingüísticas respectivas. Para darle sentido cabal se debe reconocer la realidad a la cual el texto se refiere, recurriendo para ello a los esquemas mentales previos, es decir, a aquella parte de nuestro conocimiento almacenada en nuestra memoria que nos dice la relación con el mundo, la cultura y el tema tratado en el texto. El texto como mediatizador de la realidad El hecho de que los textos presenten la realidad no directamente sino por medio de versiones hechas por sus autores, implica que, además de identificar el fragmento de mundo que se intenta narrar o describir, debe identificarse un conjunto de ideas acerca de él que de ben estar vinculadas entre sí de manera coherente. Las relaciones textuales que conforman tal entramado pueden ser de diversos tipos. Algunas corresponden a relaciones propias del mundo repre sentado: causa/efecto, todo/parte o parte/todo, relaciones tempo rales y espaciales. Por ejemplo, Causa, motivo o razón/ efecto o consecuencia “Los hielos que cubrían buena parte de la tierra en ese momento habían provocado el descenso de los niveles de los océanos. Así, el Estrecho de Bering, se había convertido en una especie de puente...” Todo/ parte “El avión apareció repentinamente por detrás de la montaña. Al pasar cerca de la torre de alta tensión, una de sus ruedas pasó a 18 Copyrighted malorial llevar un cable que se rompió y, como un látigo, golpeó una de sus alas.” Temporal “El hombre ha usado recursos hídricos desde tiempos remotos... En la actualidad, la tecnología ha ampliado la variedad de formas de aprovechamiento del agua.” Espacial “(El Ganges) nace en los montes Himalayas... Después de un largo recorrido, desemboca en el golfo de Bengala.” Otras relaciones son más puramente conceptuales y se apoyan en el carácter jerárquico del léxico; por ejemplo, enun texto puede aparecer un término cuyo significado es muy general y posterior mente se pueden mencionar conceptos más específicos que corres ponden a casos más concretos del concepto empleado anterior mente. También puede darse la situación inversa: primero se utilizan conceptos específicos y posteriormente, el concepto que los engloba, que los abarca. Por ejemplo, Concepto/ especificación “Dentro y fuera del hormiguero hay otros componentes abióticos como el aire, el agua, la luz, el clima." Existen relaciones que se apoyan en procesos cognitivos espe cíficos, como las siguientes: Comparación y contraste “Las aguas oceánicas se distinguen de las de las continentales por su mayor salinidad, por la vida animal y vegetal que albergan, por sus movimientos..." Finalmente, existen relaciones textuales que se originan en el desarrollo del texto en sí. 19 Copyrighted material Concepto/ explicación “Los que se quedaron en sus lugares llegaron a un acuerdo con el encomendero: podían producir alimento y venderlo en los mercados de la ciudad.” Concepto/ ejemplo “Entre estas poblaciones podemos observar diferentes rela ciones: por ejemplo, las arañas y bichos bolita utilizan el hor miguero como refugio y se comportan como inquilinos de las hormigas” Debido a que el mundo del cual hablamos es, más bien, el mundo que somos capaces de representar mentalmente, las distinciones recién mencionadas no siempre son tan fáciles de reconocer como pudiera sugerir nuestra breve clasificación, que no pretende, ni con mucho, ser exhaustiva, como veremos más adelante al tratar acerca de la linealídad de la escritura y la no linealidad del contenido de los textos; la nomenclatura utilizada tampoco es de uso generalizado. En todo caso, cabe advertir que tales relaciones no siempre aparecen marcadas explícitamente mediante conjunciones u otros recursos lingüísticos y, por ello, para lograr una interpretación del texto como un todo coherente y asignarle un sentido, como veremos más adelante, el lector debe completarlo mentalmente mediante procesos inferenciales. El texto es ante todo un lugar de encuentros donde dos o más sujetos que tienen la intención de comunicarse mediante palabras coparticipan en procesos de construcción de unidades verbales coherentes, entrecruzando sus visiones de mundos y sus dominios verbales tras la expresión e interpretación de saberes nuevos compartidos. ¿Qué se entiende por texto escrito? Digamos que, según el uso cotidiano, se llama texto escrito a un producto cultural formado por palabras que el hombre construye cuando desea enviar algún mensaje, transmitir a distancia o con 20 Copynghtcd material servar a través del tiempo, ideas, sentimientos, inquietudes, opi niones, es decir, algún conjunto de asuntos mentales o espirituales. El texto escrito es elaborado mediante la combinación de letras o grafías impresas en algún material. Propuesto por su autor, es reconocido por los lectores como unidad de dos caras: grafías y sentidos. Esta distinción es importante para dimensionar lo que sucede cuando nos comunicamos mediante ellos. En la mente del lector se reestructura una unidad de sentido sobre la base de lo percibido visualmente por él desde el material grabado o escrito. Quien construye un texto escrito debe utilizar los recursos de una lengua histórica o sistema convencional de signos verbales de tal manera que resulte un texto cohesivo, esto es, bien armado según di-cho código; legible y, por supuesto comprensible. Parte del éxito de la empresa comunicativa está en la adecuada construcción del texto. La coherencia de sentido -rasgo fundamental de la unidad tex tual- que descubre el lector en el texto, resulta en parte de la unión y disposición de las palabras; no es invento del lector-intérprete sino hallazgo que él hace en la propuesta del autor expresada me diante las pistas formales, morfosintácticas y estilísticas de la len gua utilizada y que él debe complementar apoyándose en sus cono cimientos previos. A esta complementación del texto por parte del lector, indispensable para concretar la coherencia y lograr la asignación de sentido, se refiere la expresión “interacción entre texto y lector”. El papel del contexto La interpretación adecuada de un texto escrito, sobre todo si se trata de textos breves, se alcanza cuando el lector descifra su sen tido, desde sus pistas verbales, y reconoce mentalmente el contexto o situación en el que está inserto. Así, por ejemplo un letrero que diga: ALQUILER DE BICICLETAS 21 Copynghtod material debe ser interpretado en su contexto; la operación anunciada se puede concretar allí, en esa casa donde se ve ese letrero; allí se pueden alquilar bicicletas por algunas horas. Es cuestión de hablar con la persona encargada y llegar a un trato con ella. Un cartel que diga: y aparezca adherido a algún vidrio de un automóvil, casi con segu ridad quiere decir que ese vehículo en cuyo parabrisas aparece tal cartel, está a disposición de quien quiera comprarlo. El precio habrá que conversarlo con el dueño que presumiblemente, vive en la casa frente a la cual está detenido el vehículo. Tipos de textos El auge de las tecnologías modernas ha favorecido la multipli cidad y diversificación de los textos. Abundan textos de todos los tipos y para todos los fines imaginables. Ahora bien, los textos escritos se pueden agrupar en distintas subclases. Los textos escritos pueden ser: • breves o pequeños, medianos, grandes o extensos, según el número de palabras, párrafos o capítulos que los componen; • antiguos o modernos, según el período histórico de su elabo ración; • manuscritos, impresos o fotocopiados, según la técnica usada en su confección; • bien o mal escritos, según su forma exterior o estructuración interna; • científicos, periodísticos, técnicos, filosóficos, legales, reli giosos, artísticos, según áreas temáticas; • de formación, de divulgación, de consulta, de información, según propósitos; Copyrighted material • ilustrados o sin ilustraciones, según diseños; • de física, de química, de anatomía, de sicología social, de geo grafía, de derecho romano, de ingeniería civil, de arquitectura, de biología marina, de oceanografía, de ética cristiana, de ar queología, de literatura universal, etc., según ámbitos disci plinarios; • infantiles, juveniles, para adultos mayores, para futuros pa dres de familia, para personas discapacitadas, etc., según edad, roles o grupos de los destinatarios; • normativos, narrativos, informativos, persuasivos, argumen tativos, según la intencionalidad de sus autores, rasgos estruc turales o destinatarios. Los especialistas han intentado algunas clasificaciones siste máticas, pero se trata de propuestas demasiado técnicas y de escaso valor práctico. De todas maneras, resulta indispensable estudiar alguna clasi ficación de textos escritos para reconocer mejor sus características globales y facilitar su comprensión. Por lo menos, habría que in tentarlo con los textos que se usan en las escuelas y colegios de nuestros países. Los textos escolares que los estudiantes utilizan durante sus aprendizajes tienen, casi con seguridad, rasgos favorecidos por la disciplina o materia que exponen, según el grado de conocimiento exigido para su estudio o las condiciones formales establecidas por los planificadores educacionales. Tal vez sería interesante que el equipo de profesores de la unidad escolar estudiara en común las superestructuras de los materiales escritos que utilizan sus alumnos y les facilitaran su reconocimiento explícito. Extensión de los textos Hay textos de diversa extensión. Los hay, desde los más breves hasta algunos que pueden ser considerados como hipertextos pues incluyen dentro de ellos mismos otros textos menores. Por ejemplo, 23 Copyrightcd material El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha incluye cuentos cortos, narraciones y hasta novelas pastoriles como partesde una super-estructura unitaria total. Tal vez convenga destacar algunos ejemplos de textos breves: SALIDA Existen innumerables mensajes breves, formados por una palabra y hasta por siglas o combinaciones de grafías que tienen sentidos perfectamente reconocibles por los miembros de sus propias comunidades de usuarios. Se trata de casos límites pero que cumplen con los requisitos mínimos de cualquier texto escrito: poseen forma gráfica, perceptible, están dotados, por convención, de cierto sentido y están destinados a determinados contextos adecuados a su contenido. En todo caso, el sentido exacto de estos textos depende espe cialmente de la situación o contexto global donde ellos aparecen: cruce de calles, entrada a establecimientos comerciales, restoranes, caminos o vías en reparación, contextos de intercambio verbal oral o escrito, disposiciones de tránsito, conclusión de espectáculos o de exposiciones teatrales. Sólo en ellos se revela la coherencia ne cesaria para ser comprendidos. En textos menos breves, el sentido depende proporcionalmente más de las relaciones, ya mencionadas, entre los significados expresados por las unidades lingüísticas que los forman y de la especial manera en que éstas se combinan. En ocasiones, basta el cambio de una palabra, al interior del texto, para que cambie también el sentido y se produzca otro mensaje. Por ejemplo: • La mañana está triste. Copyrightod material • La mañana está radiante. • La casa está triste. • La niña está radiante. Cada nueva oración significa algo distinto debido al cambio de alguna palabra y cada una de ellas puede contribuir a conformar un nuevo texto en un contexto diferente. Como se desprende de lo anterior, el carácter de texto escrito no está necesariamente determinado por la menor o mayor longitud de la secuencia gráfica sino por el hecho de ser una unidad verbal de significado, es decir, un todo gráfico cohesionado al que se le puede asignar o reconocer un sentido coherente. Según doctrinas ya generalizadas, no sólo cuando se trata de textos breves, como los recientemente ejemplificados, sino también de textos extensos, la coherencia de sentido que garantiza su unidad se enriquece también en la relación entre texto y contexto. Linealidad del texto escrito Como se dijo anteriormente, la linealidad es una de las características del lenguaje humano verbal. Los textos escritos no escapan a ella; la escritura es siempre lineal. La persona que escribe lo hace siguiendo una línea. Las grafías que forman las palabras e incluso las palabras que dan forma a un párrafo se escriben en línea, unas después de otras. El español se escribe de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo. En otras lenguas, la línea de la escritura se construye de derecha a izquierda, por ejemplo: árabe, hebreo; o en líneas verti cales de arriba hacia abajo, por ejemplo: chino. Algunas escrituras antiguas, según los estudiosos, se habrían confeccionado siguiendo el curso del arado, es decir, de izquierda a derecha y luego, en la línea siguiente, de derecha a izquierda, y así sucesivamente. Algunas escrituras indígenas antiguas se escri bieron siguiendo un esquema circular, de caracol, desde el centro hacia la periferia. La escritura es, pues, siempre lineal, con un antes y un después. Sin embargo, quien quiera hacer una lectura comprensiva del texto 25 Copyrightcd material escrito, aunque está obligado a seguir un recorrido en línea, debe moverse con alguna libertad hacia adelante y hacia atrás a fin de descubrir y seleccionar las mejores pistas para su desciframiento y reorganizando su contenido de manera que le resulte lo más ade cuado posible a sus habilidades personales. Por ejemplo: • “En casa de mi tía, un amigo del vecino dijo que te conocía”. Este texto escrito debe entenderse como cita textual de una afirmación oral anterior hecha por alguien, que no conocemos, a un interlocutor conocido por él y quien a su vez conoce a la tía y puede interesarse por el vecino nombrado. Con el propósito de no equivocarnos en la interpretación de su contenido, necesitamos ordenar mentalmente lo que se dice en él: se afirma que alguien, un desconocido, amigo del vecino de la tía del que habla (conocida por el interlocutor) dijo que lo conocía (a él, persona con la cual se está conversando y a la cual se le cuenta lo ocurrido) y esto habría acontecido en la casa de la tía de quien habla o escribe el texto. Nosotros, como meros lectores, no tenemos ahora todos los elementos para entender la importancia relativa del texto que narra esta anécdota, pero, en todo caso, podemos leer en la dirección tradi cional, de izquierda a derecha, reteniendo información para la inter pretación adecuada. Interesa reconocer a los sujetos que actúan, saber qué hacen o dicen y luego precisar dónde sucede aquello. En nuestra cultura y tratándose de nuestra lengua, es normal, cuando se narra o cuenta algo, señalar quiénes participan, qué hacen, cómo lo hacen, cuándo y dónde. Si al escribir se sigue otro ordena miento, por razones estilísticas, de énfasis o lo que sea, será necesario tener presente el orden normal o lógico y descubrir la coherencia del texto para interpretar mejor el sentido intencionado por su autor. Estructura del contenido del texto Si bien la escritura es lineal y debe leerse siguiendo una dirección culturalmente determinada, su contenido no lo es pues las ideas se relacionan formando una estructura multidimensional cuyos elementos 26 Copyrightcd malcrial o partes se relacionan entre sí trascendiendo la mera vecindad. El texto es una unidad de significado, un todo cuyo contenido debe estar bien estructurado de manera que facilite una lectura coherente. La coherencia surge, en parte, gracias a las relaciones semánticas expre sadas en oraciones sucesivas, que mencionamos al hablar de la estruc turación del contenido de los textos (microestructura) y que, como se observa en el ejemplo propuesto a continuación, se establece más allá de la simple vecindad de los elementos escritos: “El cáncer es una de las enfermedades más temidas por los hombres y mujeres que llegan a cierta edad. Este sentimiento se ha mantenido a pesar de los grandes avances que se han logrado en su curación y, sobre todo, en su detección precoz. El origen de esta reacción emotiva se ha de encontrar en el carácter irremediable que se le atribuía a dicha enfermedad en una época en que poco o nada se sabía acerca de este flagelo y en la que su diagnóstico era, para el enfermo, anun cio de muerte. ” En este texto, podemos comprobar que la causa del temor men cionado en la primera oración del primer párrafo se expresa en el segundo párrafo. Otro aspecto del texto que contribuye a su estructuración coherente surge del hecho de que, además de significar, trata o se refiere a un tema o asunto de modo que en él se nombran o designan en forma reiterada las personas, los objetos o situaciones asociadas al tópico principal (relación de co-referencia). Si se analiza el ejem plo anterior, se podrá observar que se habla del temor producido por el cáncer. La primera vez, el concepto aparece bajo la forma de “temida”, la segunda vez se habla de “este sentimiento”. La ter cera vez se habla de “reacción emotiva”. La relación entre estas tres expresiones surge del hecho de haber sido empleadas para referirse a lo mismo (un cierto sentimiento). También en este pá rrafo se menciona repetidamente el cáncer. La primera vez se le designa como “cáncer”, la segunda y tercera vez se hace referencia a él mediante el pronombre posesivo “su” (en su curación y su de tección precoz); la cuarta vez se lo designa con la expresión “dicha enfermedad” y la última, se lo denomina “este flagelo”. TI Copyrightcd malcría! Con frecuencia las ideas expresadas se relacionan porque se refieren a cosas vinculadas física o culturalmente en el mundo extralingüístico (relación de colocación). En el párrafo que comentamos,por ejemplo, esta relación se da entre temor, cáncer, curación y detección. Todas estas relaciones textuales (conceptuales, funcionales, correferenciales y de colocación) forman, junto a las otras relaciones semánticas mencionadas anteriormente, el “tejido” interno del texto escrito, conformando su coherencia potencial que el lector debe actua lizar integrando su conocimiento previo, tanto lingüístico como fáctico o de mundo. Este tejido de significados forma una estructura, no lin eal sino jerárquica. Esto quiere decir que, en textos de cierta extensión, algunas de las ideas son presentadas por el autor como “vigas” o “ver- tebraciones” de la construcción textual, de mayor resistencia o cordaje para destacar el tema; otras sirven para explicitar o precisar las ante riores y otras, finalmente, responden a detalles cuya eliminación u olvido no alteran substancialmente el contenido global del texto. Esta jerarquía interna, presente e indispensable sobre todo en un texto bien escrito de alguna longitud, explica que sea posible elaborar versiones suyas más resumidas (macroestructuras), rete niendo las ideas más importantes y relacionándolas a fin de conser var el sentido nuclear del texto original. Junto con destacar esta diferencia de “peso específico” entre las ideas expresadas en los textos, es necesario señalar también, que el tejido textual al cual hemos hecho referencia suele presentar “vacíos” informacionales, e, incluso, ausencia de conjunciones o elementos conectivos que facilitan el establecimiento de las relaciones de contenido y, por consiguiente, su interpretación. Es frecuente que un texto presente problemas formales para su interpretación. De hecho, nadie escribe un texto explicitándolo todo, pues entonces debe incluir mucha información ya sabida por el lector experto, que suele formar parte del conocimiento de mundo socialmente compar tido por la comunidad. Si tal hiciera, el texto resultaría redundante y poco novedoso. Por ello, los buenos autores de textos suelen tener en mente algún tipo de lector imaginario para adaptar su contenido a sus presuntos conocimientos previos. Eso explica la diferencia, por ejemplo, entre textos más explícitos, de difusión, y textos hermé ticos, difíciles de comprender, destinados a especialistas. 28 Copyrightcd matorial Los procesos de comprensión Existe una tendencia natural a buscarle sentido, coherencia, explicación a todo lo que percibimos, basándonos, para ello, en lo que ya sabemos. Sólo cuando se logra cierta coincidencia entre lo percibido y lo sabido, aquello adquiere sentido para nosotros. Si se carece de los conocimientos que permitan interpretar satisfac toriamente lo observado, se recurre por analogía a situaciones cono cidas y se infiere la información faltante. Lo que no se soporta es permanecer en un mundo carente de sentido. En ocasiones, los estudiantes no comprenden materias que, apa rentemente, no tienen un grado mayor de dificultad pero que versan sobre temas desconocidos para ellos. En realidad, no se debería olvidar que, por razones obvias, su bagaje de conocimientos y de vocabulario tiende a ser más reducido que el de los profesores y maestros. En cambio, desde el punto de vista de los procesos cogni tivos requeridos para un aprendizaje exitoso, su situación es bas tante mejor de lo que, incluso nosotros, pensamos. No debiera co meterse el error de minimizar los recursos cognitivos que los alum nos aportan a sus aprendizajes. Quienes conocen los estudios de Jean Piaget saben cuánto aprende el ser humano en sus primeros años de vida. Por ejemplo, a los pocos meses, ya es capaz de perci bir y reconocer personas y cosas, como mamaderas y juguetes. Al hacerlo, muestra estar capacitado para guardar en su memoria algún tipo de imagen o representación del mundo que lo rodea, que luego compara con lo que percibe en otro momento determinado, detec tando similitudes. Es el inicio de lo que Piaget denomina capaci dad simbólica, base indispensable para el desarrollo posterior del lenguaje que se apoya en ciertos procesos cognitivos que describi remos brevemente a continuación. Procesos cognitivos básicos Desde pequeños, los seres humanos poseen cierta capacidad de fijar su atención, es decir, de seleccionar algún aspecto del contexto que los rodea para percibirlo conscientemente. Resulta interesante comprobar que a medida que el sujeto crece, esta capacidad de Copyrightcd material prestar atención sigue siendo bastante limitada en cuanto a cantidad de contenido. Lo que sí cambia, y notablemente, es la capacidad de mantener la atención y decidir el objeto sobre el cual recaerá. Es fácil distraer a los bebés porque muchas cosas llaman su atención. Un aspecto, rasgo u objeto del contexto apenas atrae su atención unos segundos antes que otro objeto de su entorno lo consiga. A medida que crece, el niño aprende a controlar su aten ción de modo que selecciona el trozo de su entorno sobre el cual quiere hacerla recaer, sin importar cuán llamativo sea éste. En cuanto a otros procesos cognitivos básicos, como la capacidad de guardar en la memoria, los niños pequeños no realizan esfuerzos especiales detectables para almacenar o recordar nada, simplemente sucede, como comprobamos cuando sonríen al ver la cara de su madre, de su padre o de sus hermanos, o cuando agitan los brazos al ver su mamadera. En otras palabras, la memoria de los pequeños parece depender más de la afectividad que acompaña las percep ciones que de algún esfuerzo mental especial. Sólo cuando asisten al jardín de infantes se pueden comprobar atisbos de esfuerzos voluntarios por grabar algo en sus memorias, posiblemente porque en esos momentos de sus vidas están obligados a aprender cosas con escasa carga afectiva. Si se recurre a los recuerdos de la primera infancia, se podrá comprobar que están a menudo asociados a algu na alegría, a alguna pena, miedo o placer; mientras que las tablas de multiplicar se recuerdan sin ninguna carga emocional. A manera de resumen parcial, podemos señalar que estamos denominando procesos cognitivos básicos a aquellos que, como la percepción, la memoria (en cuanto almacenamiento y evocación o activación) y la atención se pueden producir sin la intervención consciente del sujeto y tienen una fuerte base biológica (muestran escasa variación intercultural) al menos en sus etapas iniciales. Lo anterior no implica que el sujeto no pueda, posteriormente, llegar a algún grado de control e intencionalidad en su realización. Percepción Atención Memoria 30 Procesos cognitivos básicos Copynghtcd material En otras palabras, recogemos las ideas de Piaget y Vygotsky, quienes coinciden en que el desarrollo del intelecto consiste en ganar una mejor comprensión y control sobre los propios procesos cognitivos o mentales y en aprender a ponerlos al servicio de un objetivo, es decir, a utilizarlos estratégicamente. La memoria Debido a la importancia que los conocimientos previos tienen en todo proceso de comprensión y puesto que ellos se guardan en lo que comúnmente se denomina memoria, parece conveniente dete nerse a reflexionar acerca de los diversos tipos de conocimientos que almacenamos en ella. Se entiende por memoria la capacidad de retener y evocar información de naturaleza perceptual y conceptual. Estos procesos son básicos y no exclusivos de los seres humanos. También los animales son capaces de retener y evocar infor mación perceptual por largos períodos de tiempo. Por algo se habla de “memoria de elefante’’. Incluso algunas máquinas, inventadas por el hombre han sido dotadas de mecanismos de retención y pos terior utilización de datos. La Real Academia de la Lengua Española en su Diccionario (DRAE, 1992) asigna al término “evocar”, entre otras acepciones, la de “traer alguna cosa a la memoria o a la imaginación”. En esta acepción, la palabra “cosa” debe entenderse como la represen tación de algo, pues resulta evidente que alrecordar a una persona no se la trae físicamente a la memoria sino sólo a una representación mental suya. Esta definición corresponde, además, a nuestro modo habitual de hablar cuando decimos “esto me trae a la memoria tal o cual suceso”. En todo caso, resulta interesante preguntarse por el uso del verbo traer, con su implicación de movimiento. En esas expresiones, ¿de dónde se trae?; ¿no es acaso la memoria preci samente el “lugar” donde almacenamos nuestros recuerdos? Este modo de hablar contiene más sabiduría que la que uno podría creer al hacerse las preguntas. En verdad, los estudiosos han creído descubrir al menos dos tipos de memoria, designadas con términos diferentes a lo largo del tiempo. El primero y más conocido modelo 31 Copyrightcd material que pretendió representar el sistema mnemónico a mediados del presente siglo (Atkinson y Schiffrin, 1968) recibió el nombre de modelo multialmacén, debido a que sus autores concebían la memo ria como un conjunto de mecanismos cuya función era retener infor mación. Distinguieron tres tipos de almacenes o memoria: la senso rial, la de corto plazo y la de largo plazo. La primera retenía por milésimas de segundo la información que llegaba a los sentidos, dando así tiempo para que la información fuera seleccionada y categorizada antes de pasar a la segunda memoria. Su existencia explicaba fenómenos como la retención de la imagen visual que permite captar como figuras en movimiento secuencias de fotografías estáticas. La memoria de corto plazo era propuesta para explicar la capacidad que tienen las personas de retener y repetir, por ejemplo, dígitos y sílabas sin sentido. Su capacidad fue calculada por G. Miller ya en 1956 en alrededor de 7 unidades, cuyo contenido informacional depende del grado de organización interna. El tiempo durante el cual la información permanece en ella era de unos pocos segundos, a menos que se usen algunas estrategias mnemónicas, como la repe tición en voz alta. Esto último, lo puede comprobar quien quiera marcar un número telefónico luego de haberlo buscado en la guía. Por último, el modelo proponía la existencia de una memoria de largo plazo, de capacidad y retención indefinida. Memoria operativa Un segundo modelo, aparecido poco después (Schiffrin, 1970) propone sustituir el concepto de memoria de corto plazo por el de memoria operativa o de trabajo debido al escaso poder explicativo frente a los procesos cognitivos superiores. Como su nombre lo indica, más que concebirla como un almacén donde se guarda la información procedente de la memoria sensorial por un tiempo bre ve antes de pasar a la memoria de largo plazo, es decir, más que un lugar de paso entre las otras dos memorias, se la imagina como un lugar en el que se integra la información que se recibe del exterior o información nueva, con la que estaba almacenada en la memoria de largo plazo, los conocimientos previos. Esta integración permite reconocer, identificar y dar sentido a lo percibido. Sin ella, vivi- 32 Copyrightcd material riamos en un mundo desconocido donde nos sería absolutamente imposible realizar actividad alguna. El convencimiento de que en la memoria operativa no entra ninguna información que no haya estado previamente en alguno de los otros almacenes, lleva a una nueva modificación de los mo delos. La memoria operativa ya no se concibe como un almacén o lugar diferente al de la memoria de largo plazo: sino más bien se constituida con representaciones provenientes de la memoria sen sorial y aquellas almacenadas en la memoria de largo plazo que en un momento determinado se han activado y se necesitan para realizar alguno de los procesos cognitivos superiores. Es decir, to dos nuestros recuerdos y conocimientos están latentes en nuestra memoria de largo plazo y sólo parte de lo ahí almacenado “se evoca” o “se activa” transformándose así en memoria operativa y se integra con la información proveniente del exterior. A pesar de que en la actualidad el concepto de memoria como un conjunto secuenciado de almacenes que retienen información dando el tiempo suficiente para que pasen al siguiente almacén está descartado, estos modelos han influido tanto en nuestra manera de hablar de estos fenómenos que resulta difícil no decir que lo que se evoctt “pasa” de la memoria de largo plazo a la memoria operativa. Sin embargo, no hay tal pasar de “un lugar” a otro. La diferencia radica en que el contenido de la memoria de largo plazo está latente, desactivado; sólo cuando es evocado -activado- lo denominamos memoria operativa. En todo caso, es conveniente mantener la distinción entre am bos tipos de memoria por varias razones: desde el punto de vista de las operaciones mentales, existe una diferencia fundamental entre una y otra; lo único que podemos hacer con el contenido de la memoria de largo plazo es retenerlo o evocarlo, en cambio, el contenido de la memoria operativa se puede “procesar” men talmente, aplicándole una serie de operaciones, alterándolo, or- ganizándolo, incluso utilizándolo para crear nuevos contenidos. Otro factor que diferencia ambas memorias su capacidad, ya fue mencionado, pero conviene reiterarlo por su importancia en la comprensión verbal, sobre todo tratándose de textos escritos. La memoria operativa es doblemente limitada en cuanto a la cantidad 33 Copyrightcd material de información que puede mantener y en cuanto al tiempo de retención. Memoria de largo plazo Como dijimos antes, la memoria de largo plazo contiene todos los conocimientos, experiencias y saberes que almacenamos a lo largo de nuestra vida y resulta fundamental al momento de comprender. Sólo comprendemos aquello que podemos relacionar coherentemente con lo que ya conocemos, es decir, con aquello que tenemos en nuestra memoria de largo plazo. A diferencia de los primeros modelos, hoy se piensa que la memoria de largo plazo no es un gran almacén indiferenciado y por ello se habla de tipos de memoria de largo plazo (Tulving y Donaldson, 1972) o sistemas de memorias (Schacter y Tulving, 1994). Tulving (1972) fue el primero que propuso una diferenciación al interior de la memoria de largo plazo: distinguió entre memoria semántica y memoria episódica. La primera almacena todos los saberes culturales, todos los conceptos aprendidos a lo largo de nuestra vida, convenientemente decontextualizados, presentes en el vocabulario adquirido a medida que nos adentramos en la cultura y aprendemos nuestra lengua; contiene lo que podríamos llamar, con propiedad, conocimientos. Estos conocimientos, asombrosa mente numerosos y variados en los adultos, se encuentran organiza dos, formando estructuras. Ello explica la facilidad con que son evocados cuando los requerimos para reconocer nuestro entorno y actuar adecuadamente. Diversos estudiosos han propuesto dife rentes estructuraciones, denominándolas marcos, guiones o esque mas y subrayando su importancia en los procesos de comprensión. Ellas facilitarían el establecimiento de relaciones e inferencias ante la ausencia de información perceptible o explícita. Memoria episódica La memoria episódica, en cambio, contiene nuestros recuerdos, las representaciones verbales o sensoriales de todo lo vivido por nosotros en momentos y lugares determinados. El contenido de 34 Copyrighted material esta memoria es más detallado, más concreto, asociado al contexto en el cual se originó la experiencia; incluye información témporo- espacial; es decir, dónde y cuándo sucedió el hecho que se recuerda. Al mismo tiempo, es menos estable y está abierto a modificaciones. De hecho, cada vez que una persona evoca algún episodio de su existencia, lo altera, asignándose ella misma un papel cada vez más protagónico o más admirable. Cuando evocamos algún recuer do de nuestra niñez, resulta difícil separar lo que realmente ocurrió de aquello que, sin darnos cuenta, vamos incorporando o modifi cando cada vez que lo evocamos. Otra diferenciaimportante entre la memoria semántica y la episódica es que en ésta los recuerdos están mucho más teñidos de emotividad, por ser productos de experiencias realmente vividas. Finalmente, cabe señalar que la evocación de un contenido de la memoria semántica es a través de representaciones verbales, mientras que los contenidos de la me moria episódica se pueden evocar, también, mediante imágenes visuales, debido a su mayor concreción. Si bien Tulving (1972) caracteriza la memoria episódica como producto de la experiencia personal, parece conveniente destacar que no sólo recordamos episodios vividos por nosotros; también podemos evocar el contenido de cuentos, radioteatros o películas que hemos leído, escuchado o visto tiempo atrás. Incluso, el conte nido de textos verbales expositivos puede ser almacenado en esta memoria (especie de experiencia vicaria). En este caso, tales epi sodios se recuerdan en la secuencia exacta en la que aparecen en el texto, a menudo incluyendo datos físicos como su ubicación en la página y el lugar en el que se estaba cuando se lo leía. Como consecuencia de ello, lo leído no pasa a engrosar el bagaje de cono cimientos almacenados en la memoria semántica y su permanencia en la memoria episódica es muy precaria debido, posiblemente, a la ausencia de alguna tonalidad afectiva, o falta de interés. Sólo permanece a nivel de recuerdo efímero que se olvida una vez que se ha rendido la lección o la prueba. Para evitar que estas lecturas sean poco eficaces desde el punto de vista de la adquisición de conocimientos, sería necesario asociar sus contenidos a los esque mas preexistentes en la memoria de largo plazo o realizar otras actividades que contribuyeran a su descontextualización. 35 Copynghted material Memoria procedural No terminan aquí las observaciones acerca de la diversidad de memorias de largo plazo (Shachter y Tulving, 1994). Es un hecho que los seres humano desarrollan también lo que podríamos llamar habilidades, concepto definido en el Diccionario de la Real Aca demia (DRAE, 1992) en parte, como “destreza ¡jara ejecutar una acción”. En otras palabras, aprendemos a llevar a cabo acciones Andar, comer, hacer la cama, nadar, montar en bicicleta, manejar un auto, escribir, dibujar, patinar, etc. Si cuando niños hemos apren dido, por ejemplo, a patinar o a correr en bicicleta y, por alguna ra zón dejamos de hacerlo durante algún tiempo, basta que nos pon gamos los patines o nos subamos a la bicicleta para que nuestra antigua habilidad se reactualice. Es evidente que recordamos el pro cedimiento que debemos seguir, lo que implica que teníamos guardado dicho conocimiento en nuestra mente. El contenido de la memoria procedural (asociado a procedimiento), a diferencia del contenido de otros tipos de memorias de largo plazo, difícilmente se puede describir; es decir, es poco verbalizable. Sabemos hacer mu chas cosas que no hemos aprendido a contarle a otros cómo las hacemos. ¿Se imaginan a un eximio pianista describiendo cómo mueve los dedos y las manos cuando interpreta un determinado concierto? O ¿a un joven campeón de skate explicándole a su her mano menor qué músculos debe mover y en qué momento para lograr lo que hace? O ¿a un profesor contándole a sus alumnos de primer año básico qué hace para asociar grafías con sonidos? Sucede que (odas estas acciones han sido automatizadas, por lo tanto, no es necesario prestarles atención, no se es consciente de cómo se realizan. Las acciones automatizadas pueden, en un comienzo, haber sido realizadas conscientemente y con gran dificultad, como se expe rimenta cuando se aprende a decodificar las grafías de la lengua ma terna. La repetición de acciones siempre idénticas lleva al fortale cimiento de la asociación entre grafía y sonido (sobreaprendizaje) de modo que basta percibir una para que la representación de la otra se actualice en nuestra mente, sin necesidad de prestar atención y prácticamente sin darnos cuenta. Así pues, la memoria procedural tiene el gran valor de permitirnos realizar acciones fijas y repetitivas 36 Copynghted material con un mínimo de esfuerzo mental, liberando nuestra capacidad atencional para dedicarla a cosas más creativas y variables, como reconstruir el significado, cuando se trata de lectura o a esquivar el automóvil que aparece de improviso cuando se trata desplazarse en bicicleta o en skate por la calle. Memoria configuracional Mencionaremos un último tipo de memoria, reconocida por los estudiosos por su importancia durante la lectura. Esta memoria da cuenta de la capacidad que desarrollamos los seres humanos al reco nocer configuraciones visuales, por ejemplo, caras de personas, o formas de las palabras. Se trata de una capacidad muy variable de un individuo a otro. Los buenos fisonomistas ven una vez una cara y no la olvidan más. La reconocen en cualquier parte. Existen también los malos fisonomistas que suelen pasar muchos bochornos pues no reconocen a personas con las cuales han estado antes. Esta capacidad ha sido asociada con el hemisferio cerebral derecho como acontece con la ortografía que también puede provocar situaciones bochor nosas, dada la estigmatización social que cae sobre quien escribe con errores o deficiencias difíciles de superar. Como un buen fiso nomista, quien escribe con buena ortografía, controla la palabra bien o mal escrita comparándola con la imagen que de ella ha guardado en su memoria configuracional. Quienes sufren de deficiencia de esta memoria, aunque vean las palabras bien escritas o se ejerciten recordándolas, no logran retener con fidelidad su imagen. La utilidad de esta memoria va más allá de las cuestiones ortográficas; facilita la lectura al reconocer las palabras más fre cuentes como una configuración global sin tener que prestar aten ción a cada letra. Una memoria configuracional eficiente permite guardar la imagen o forma de las palabras y compararla con la que aparece en el texto. Así, el acceso léxico, es decir, el reconocimiento de la palabra y su asociación a algún significado se hace con mayor certeza. Como veremos más adelante, el tiempo y el esfuerzo ahorrados los puede ocupar la memoria operativa para procesar la información entrante e integrarla en estructuras significativas más globales. Esto favorece la comprensión textual. 37 Copyrighted material En resumen, en la actualidad se habla de los siguientes sistemas o tipos de memoria: Memoria de corto plazo u operativa procedural Memoria de largo plazo configuracional I , , . í episódica I declarativa J l 1 semántica Memoria, atención y conciencia Las limitaciones de la memoria operativa son semejantes a las del otro proceso básico ya mencionado: la atención. Es bien sabido que no se puede prestar atención a varias cosas simultáneamente y, si alguien lo intenta, divide su capacidad atencional de modo que no se concentra plenamente en aquello que está haciendo y, por tanto, no lo hace todo lo bien que podría. Si, por ejemplo, se está hablando por teléfono y viendo televisión, se pierde parte de lo que se dice en la pantalla y parte de lo que el interlocutor está comunicando por teléfono. Si estamos sumando una larga columna de cifras y alguien nos pregunta algo, normalmente le hacemos señas para que espere o corremos el riesgo de cometer un error. La única forma de asegurar que dos tareas se aborden simultáneamente y se hagan bien es que una de ellas haya sido sobreaprendida de modo que se realice automáticamente, es decir, sin prestarle espe cial atención (S.J. Samuels, 1992). La automatización de ciertos procesos resulta fundamental durante ciertas actividades cognitivas complejas como, por ejemplo, la lectura, pues si se ha logrado au tomatizar la decodificación, es decir, la asociación grafema/ fo nema es posible dedicar toda la atención al proceso de reconstruir el sentido del texto. Si es necesario dedicar parte de la atención a Copyrighted material You have eitherreached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 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You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Las mareas Muchas veces habrás observado, ai caminar por la playa, la huella de las aguas que han mojado la arena durante la noche. Estas variaciones del nivel del mar durante el transcurso de un día es lo que conocemos como mareas. Diremos que hay marea alta cuando las aguas avanzan hacia la tierra y marea baja o reflujo cuando éstas se recogen hacia el interior del océano. Isaac Newton, en el siglo XVIII, comprobó que los astros atraen las aguas de los océanos y que esta atracción aumenta según el ta maño del astro y en este caso, su cercanía, a la Tierra. La Luna, nuestro satélite, es el astro más cercano y, por lo tanto, responsable en gran medida de este fenómeno que llamamos marea. Cada vez que la Luna, en sus movimientos alrededor de nuestro planeta, pasa por encima del mar, en esa región se produce marea alta: el agua es atraída por la Luna subiendo su nivel y cubriendo una mayor cantidad de costa. Por ejemplo, si a medianoche la Luna se encuentra sobre las costas de Europa, producirá una elevación del nivel del mar a lo largo de la costa. En cambio, la zona del Pacífico, que a esa misma hora no experimenta la influencia de la Luna, se encontrará en marea baja. En situaciones especiales, se suma en un mismo punto la atracción de la Luna y la atracción del Sol, produciéndose lo que se conoce como mareas vivas. Lecturabilidad: Io E.M. Cuadro N° 4. Preguntas correspondientes Pregunta Tipo de pregunta Respuesta esperada 1. ¿De que manera llaman en el texto a la Luna y el Sol? Inclusiva interpárrafo Astros. Copyrightcd material You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 4. ¿Por qué, en el caso de las hormigas podadoras el texto habla de “casta”? Causal conceptual interpárrafo Porque cada grupo cumple una labor determinada en el hormiguero. 5. ¿Qué se entiende en el texto por inquilino? Léxica intrapárrafo Los animales que parecen “alquilar” un espacio para vivir en el hormiguero. 6. Según el texto, ¿qué significa “predadores”? Léxica intrapárrafo Significa “dañino", “destructor ".Significa “dañino", “destructor". 7. En no más de cinco líneas, resume el texto. Macroestnictural Concepto comunidad. Relación al interior de una comunidad. Relación comunidad- población. Ejemplo hormiguero. Conjunto 2: Texto 3 Luchilo, Romano y Paz, Historia Argentina 3° CBU. Santillana, Buenos Aires, 1995. La sociedad colonial Luego de la conquista los españoles intentaron establecer una nueva sociedad en América, pero su organización les presentó una serie de dilemas. El más importante era qué hacer con los habitantes originarios de las tierras conquistadas, a quienes llamaron indios. Este dilema tenía su origen en la discusión acerca de la naturaleza de los indios: si eran humanos o no. Luego de una larga y acalorada polémica entre sabios españoles, entre quienes se destacó Bartolo mé de las Casas, se llegó a la conclusión de que los indígenas eran humanos. Por lo tanto, serían considerados legalmente como perso- Copyrightcd material You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 3. ¿Por qué, al referirse a la con quista, el autor habla de “choque biológico, social y cultural”? Causal conceptual transpárrafo Choque porque produce golpe, lesión que afecta a la vida: del aborigen (muerte, enfermedades). Socie dad: su organización originaria (pérdida de poder de los jefes indígenas). Cultura: (en su manifestación religiosa, pérdida de los dioses indígenas). 4. ¿Qué se entiende en el texto por “migraciones indígenas”? Léxica interpárrafo Desplazamientos de un lugar a otro en búsqueda de mejores condiciones. 5. En opinión del autor ¿cuáles fueron las principales con secuencias de la con quista de América para el indígena? Causal transpárrafo Descenso demo gráfico. Pérdida de libertad. Aculturación religiosa. 6. Qué significa “trauma” en el texto? Léxica intrapárrafo Daño, lesión, secuelas negativas. 7. Según el texto, ¿qué influyó para que en América la sociedad española no fuera uniforme? Especificativa intrapárrafo El lugar de nacimiento u origen. La fortuna. 145 Copyrightod material You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. sustentaba en el campesino? tentó de Egipto, (desde el punto de vista econó mico) 2. ¿Por qué razones la siembra superficial no agotaba las tierras de cultivo? Causal física intrapárrafo Porque el limo depositado en las tierras de cultivo, producto de las crecidas del río Hilo, renovaba la fertilidad de las tierras 3. ¿Qué es el fellah? Léxica intrapárrafo El campesino egipcio 4. ¿Por qué se necesitaba un buen sistema de regadío? Causal física intrapárrafo Para evitar la sequía puesto que en Egipto no llueve 5. ¿En qué época, se gún el texto, se cose chaban los cultivos? Especificativa intrapárrafo A partir de marzo • 6. ¿Por qué no nece sitaban enterrar las semillas al plantarlas? Causal física intrapárrafo Porque el ganado ayudaba a enterrarla con sus pisadas y porque el limo proporcionaba una fertilidad extrema Conjunto 4: Texto 1 Cecchi, Godoy, Cembrano y Serrano. Historia y Geografía 1° Me dio, Santiago de Chile, Arrayán Siglo XXI, s/f. El Ganges, un río sagrado El Ganges, rebautizado como Ganga después de la indepen dencia de la India, podría ser un río como otros que nacen en la 153 Copyright»! material You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 6. ¿Qué relación hay entre la enfermedad llamada vacuna y la viruela? Comparativa analógica interpárrafo • Zzj vacuna es una enfermedad parecida a la viruela, pero que sólo le da al ganado vacuno 7. ¿Quién descubrió el agente que producía las pestes? Especificativa intrapárrafo Pastear 8. ¿Qué se entiende por diezmar en el texto? Léxica intrapárrafo Acabar con, destruir, aniquilar 9. Según el texto, ¿qué término engloba las palabras bacterias y virus? Inclusiva interpárrafo Seres microscópicos Conjunto 4: Texto 3 Luchilo, Romano y Paz. Historia Argentina. Santillana, Buenos Aires, 1995. América
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