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Lenguaje, pensamiento, realidad Una relación problemática ¿Puede el lenguaje crear o transformar una realidad? ¿El pensamiento forma el lenguaje, o al revés? ¿La realidad es lo que pienso que es, o lo que me enseñan que es? ¿Puedo cambiar la realidad con mi modo de decir o de pensar? ¿O es la realidad la que me hace pensar y hablar de cierta manera? ¿Aprendemos a hablar antes que a pensar, o al revés? ¿Los que hablan distintos idiomas ven distintas realidades? ¿Por qué pueden entender y hacer la misma ciencia o la misma economía un chino, un nigeriano y un esquimal si no hablan el mismo lenguaje? Sin embargo, ¿qué queremos decir cuando sostenemos que piensan de un modo diferente? Vemos que hay una relación cooperativa entre Lenguaje, Pensamiento y Realidad, que se construyen mutuamente. Pero, ¿qué significa cada uno de estos conceptos? Pensamiento Conceptos o ideas producidos por la mente Lenguaje Capacidad que tenemos los seres humanos de comunicarnos con los demás mediante signos Realidad Es todo lo que existe y acontece Ficha 4 Prof. Camila López. Colegio: _____________________________________ Nombre del alumno:__________________________ Fecha de entrega:________________ El lenguaje como ordenador del mundo Vivimos en un mundo de objetos que ya están ahí, que encontramos a nuestro alrededor. Sin embargo, el lenguaje tiene cierta participación en la constitución de estos objetos que “están ahí”. ¿En qué sentido? Pensemos lo siguiente: -Toda la realidad se nos presenta como un conjunto de estímulos, de sensaciones (percibo cierto volumen, en cierto espacio, con cierto color, etc.). -Necesitamos organizar de alguna forma ese montón de sensaciones dispersas; entonces, rotulamos, ponemos nombre a cierto conjunto de sensaciones, las diferenciamos de otras. -Así, ordenamos una realidad que se nos presenta como una masa amorfa, desordenada, clasificándola a través de palabras y categorías. El lenguaje, entonces, juega un papel importante en la constitución de la realidad: nos permite tener conceptos generales en los cuales encasillamos la realidad. Esto determina que el lenguaje nos permita conocer esa realidad, pero a la vez nos pone límites en ese conocimiento de la realidad. Podemos conocerla a partir de ciertos esquemas conceptuales: las “casillas” en las que ordenamos el mundo son de cierta forma, no de otra. Por otra parte, cuantas más “casillas”, cuantos más matices tenga esa estructura, más y mejor podremos conocer. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” (Ludwig Wittgenstein) El problema es que no existe un único lenguaje; hay múltiples formas de ordenar la realidad. Esto es claro al comparar distintos idiomas y ver que hay algunas palabras que no tienen una traducción exacta en otro idioma; por eso a veces seguimos usando la palabra en su idioma original. La cuestión es: estas distintas formas de ordenar la realidad, ¿son igualmente válidas? ¿Hay un ordenamiento del mundo que sea más “exacto” que otro? Si todos ordenamos los estímulos de distinta manera, entonces, ¿cuáles son las cosas “fuera” de ese lenguaje? ¿Hay, acaso, cosas fuera del lenguaje? Suponemos habitualmente que sí, pero ¿cómo podemos afirmarlo, si en el momento que lo afirmamos, estamos justamente aplicando el lenguaje para ordenar el mundo? ¿Acaso entonces el lenguaje construye, en alguna medida, la realidad? Idealismo El idealismo sostiene que sólo se puede afirmar la existencia de las ideas; son éstas las que moldean nuestro conocimiento del mundo. Nuestra mente es como un teatro en el que “se presenta” el mundo: no es, por tanto, evidente que exista un mundo fuera de ese teatro. Sólo puede tenerse la seguridad de la propia existencia como conciencia; sólo son evidentes “mis” ideas, y ellas son las que moldean, delimitan, construyen mi conocimiento del mundo (pudiéndose así dudar acerca de la existencia de las cosas). Realismo El realismo afirma que sí existe un mundo externo (realismo ontológico) y que puede ser conocido (realismo gnoseológico). El realismo filosófico sostiene con argumentos la existencia de un mundo real independiente del pensamiento y de la experiencia, pero no afirma que percibamos necesariamente el mundo tal como es en realidad. Si además se sostiene que todo aquello que existe es materia, o puede reducirse a la materia, entonces estamos frente a una postura materialista. ¿Lenguaje y pensamiento condicionan la realidad? ¿O es al revés? Hay dos grandes posturas que dividen las aguas en cuanto a la forma de entender la relación entre el sujeto y la realidad. Para algunos, son las ideas y representaciones del sujeto las que determinan, condicionan o construyen la realidad. Dentro de esta postura encontramos diversas teorías, pero en líneas generales decimos que se trata de un tipo de respuesta idealista. Si, en cambio, se sostiene que la realidad está primero, y es ella la que condiciona, determina o moldea las ideas y representaciones del sujeto, entonces se trata de un tipo de respuesta realista. Veamos el caso de la diferencia entre dos teorías de autores concretos para entender esta diferencia: Postura 1: El lenguaje modela la realidad. Tesis de Sapir-Whorf Aparentemente el lenguaje es un instrumento que manejamos a nuestro antojo. Sin embargo, es el lenguaje que estructura nuestro modo de pensar y de concebir lo real. La tesis de Sapir-Whorf, sostiene que el proceso del pensamiento “será fundamentalmente diferente para individuos cuyas lenguas sean fundamentalmente diferentes” (Benjamin Lee Whorf) y que, en consecuencia “el mundo real está amplia e inconscientemente conformado según hábitos lingüísticos de un grupo determinado” (SAPIR). “El lenguaje es una guía para la realidad social. Aunque el lenguaje no se estima ordinariamente como de interés esencial para los estudiosos de la ciencia social, condiciona poderosamente todo nuestro pensamiento sobre los problemas y procesos sociales. Los seres humanos no viven sólo en el mundo objetivo, ni tampoco únicamente en el mundo de la actividad social como se entiende por lo general, sino que están en gran medida a merced del lenguaje particular que se ha convertido en el medio de expresión para su sociedad. Es una completa ilusión imaginar que nos ajustamos a la realidad esencialmente sin el uso del lenguaje, y que éste es meramente un expediente incidental para resolver los problemas específicos de la comunicación y la reflexión. El hecho capital es que el mundo real está en gran parte constituido inconscientemente sobre los hábitos del lenguaje del grupo. Nunca dos lenguajes son suficientemente semejantes para que se les considere representantes de la misma realidad social. Los mundos en que viven sociedades diferentes son mundos distintos, y no meramente el mismo mundo con diferentes etiquetas” (SAPIR: El estado de la lingüística como ciencia, cit. por Beals, p.571) http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Ontolog%C3%ADa http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Argumento http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Experiencia Según esto, la lengua no es un instrumento para pensar, sino que condiciona el pensamiento (lleva a pensar de determinada manera) y aun ordena la realidad de determinada manera (nos hace verla en determinada óptica). Whorf ha intentado mostrar -en base a prolongados estudios sobre el idioma hopi- que incluso las relaciones espaciales y temporales, o de causa y efecto, cambian según las estructuras sintácticas de la lengua hablada. Como prueba de esto se ha alegado, por ejemplo, que determinadas culturas de la pradera designan con más de cincuenta vocablos lo que para nosotros sería “pasto”; o que determinados indígenas ordenan diversos objetos que se les presentan, no en animales, minerales y vegetales(como tal vez haríamos nosotros), sino en comestibles y no comestibles. Eco trae el siguiente ejemplo: Los esquimales disponen de cuatro palabras en lugar de la nuestra nieve. Pero no es que tengan un lenguaje más rico, sino que conocen cuatro entidades distintas, según el grado de utilidad vital del elemento que nosotros denominamos únicamente nieve. (ECO, op.cit. p.125) Como se ve, Eco sugiere una explicación. Y entonces plantea el siguiente problema: El problema estriba en saber si los esquimales tienen cuatro palabras porque, por razones de supervivencia, perciben instintivamente cuatro cosas, o bien perciben cuatro cosas porque están condicionados por la existencia de cuatro palabras (cuatro significantes con sus respectivos significados). El problema puede plantearse así: ¿la lengua se segmenta en signos aislados en los que nos basamos para organizar la realidad perceptiva, o bien nuestro modo de percibir la realidad obliga a la lengua a segmentarse de determinada manera? La incidencia lingüística en el pensamiento y la concepción de la realidad abarca aspectos más radicales que la mera clasificación o división de lo real. Pensemos por ejemplo las implicancias que tiene la distinción que nuestro idioma hace entre ser y estar; distinción imposible en muchos idiomas. El filósofo norteamericano Pierce dice: Es seguro que el análisis de la proposición en sujeto y predicado representa de manera tolerable el mundo como nosotros, arios, pensamos; pero niego que ésta sea la única manera de pensar. Ni siquiera es la más clara o la más eficaz. (Cit. por Eco, op.cit. p.124) Postura 2: El lenguaje modela la realidad. Tesis de Schaff Sapir llega a decir: “el mundo real está en gran parte constituido inconscientemente sobre los hábitos del lenguaje del grupo”. Surge entonces la pregunta: ¿existe un mundo real, objetivo, independiente al lenguaje? Adam Schaff (1913-2006), importante filósofo polaco, responde: ¡claro que sí! ¡Claro que existe un mundo objetivo, independiente al lenguaje! Efectivamente, mediante la lengua tenemos cierta forma de ver el mundo, de ordenar la realidad. Pero a su vez, esa forma de ver el mundo, ese lenguaje, ¿de dónde sale? ¿Acaso es innato? No: es un producto social, sale de la práctica humana, del conjunto de prácticas humanas acumuladas a lo largo de la historia. Entonces: sí, hay un componente subjetivo en el momento en que conozco el mundo, pero a su vez esa forma subjetiva de conocer el mundo está condicionada por una realidad objetiva que me precede, que existe antes que yo, que es independiente a mí. Para cada hablante de una lengua, las vías del pensamiento y la concepción de lo real ya están condicionadas por aquella lengua; pero por otro lado, la lengua misma es un producto histórico, se va moldeando por el uso de los hablantes, por su modo de relacionarse con lo real, por su experiencia y su pensamiento. Es un hecho que la lengua determina la experiencia de la realidad, y es un hecho que la experiencia de la realidad determina la lengua. Que lengua y realidad interactúan dinámicamente. Schaff defiende una teoría del reflejo: nuestras experiencias sobre el mundo son un reflejo del mundo. Se corresponden a él, lo reproducen, dependen de ese mundo objetivo. Pero como todo reflejo, el contenido de la experiencia es diferente a lo reflejado, tiene un componente subjetivo. Sujeto y objeto existen independientemente, y ambos interactúan uno sobre otro. Pero no podemos, como Sapir y Whorf nos llevaban a pensar, olvidarnos del peso del objeto, de lo real, del mundo, en cuanto condiciona nuestro lenguaje y nuestra forma de ver las cosas. La lengua refleja una realidad a la vez que crea una imagen de esa realidad. El hombre piensa en algún lenguaje, sí, pero aclara Schaff: esa forma en que piensa depende de la experiencia social expresada en la lengua que le ha transmitido la sociedad mediante un proceso de educación hablada. Lenguaje y poder Más allá de si asumimos una postura realista o idealista, es claro que el lenguaje tiene cierta influencia en el modo en que percibimos las cosas. Ello hace que el lenguaje se vuelva una posible herramienta de dominación: si el lenguaje permite ordenar la realidad, y quiero difundir cierta forma de entender la realidad en lugar de otra, entonces manipular el lenguaje puede ser una forma efectiva de hacerlo. Veamos el ejemplo ficticio que describe Orwell en la novela “1984” para ilustrar esta idea: “1984”: La neolengua como herramienta de dominio En la ficticia sociedad hipervigilada narrada en el libro “1984”, el partido de gobierno (Ingsoc) instaura un lenguaje nuevo, la “neolengua”. Ésta era “la lengua oficial de Oceanía y fue creada para solucionar las necesidades ideológicas del Ingsoc o Socialismo Inglés" (Orwell, 1995: 293). De modo que el lenguaje es, en este escenario, no simplemente un modo de comunicación, sino una forma de manipular el pensamiento de la sociedad y la percepción de lo real en función de ciertos intereses ideológicos. El objetivo de esta lengua es que cualquier "pensamiento divergente de los principios del Ingsoc, fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las palabras". Manipulando y limitando el lenguaje, el gobierno aspira a manipular el pensamiento, haciendo que la oposición al partido sea directamente “impensable” por no contar siquiera con las palabras para concebir una opinión diferente. Entonces, el partido está manejando los siguientes supuestos: Pensamos en palabras… Si limitamos las palabras, limitamos el pensamiento Transformando las palabras, podemos transformar el pensamiento sobre las cosas …Y si transformamos nuestro pensamiento sobre las cosas, transformamos el modo en que vemos el mundo: el modo en que percibimos la realidad Explica en qué se diferencian la tesis de Sapir-Whorf y la tesis de Schaff. Busca información y explica: ¿En qué consiste la diferencia entre “información” y “conocimiento” de la que habla Ramonet? El vocabulario de la neolengua estaba constituido de tal modo que existiera un único sentido para cada expresión, sin posibilidad de pensar en sentidos alternativos, con lo cual el pensamiento quedaba dirigido a la única dirección que el lenguaje permitía. “La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área de pensamiento, objetivo que podía conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo posible.” (Orwell, 1995: 293-294) Lenguaje y medios de comunicación Hemos visto entonces que la manipulación del lenguaje condiciona nuestro pensamiento y por ende la forma en que nos representamos el mundo. Por tanto, quienes tienen la posibilidad de difundir discursos, no solamente poseen la capacidad de comunicar, sino que también tienen una gran responsabilidad en tanto los discursos condicionan, influyen y modifican el pensamiento de quienes los consume. Esto nos remite al papel de los medios de comunicación en la formación de la opinión pública. Argumentación y Falacias Información vs comunicación: Ignacio Ramonet A la tendencia creciente a confundir información con comunicación se debe añadir un malentendido fundamental: muchos ciudadanos estiman que, confortablemente instalados en el sofá de su living, mirando en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos sobre la base de imágenes fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse con seriedad. Error mayúsculo. Primero, porque el periodismo televisivo, estructurado como una ficción, no está hecho para informar sino para distraer; segundo, porque la sucesión de imágenes breves y fragmentadas (un veintena por telediario), produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación; finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión más acorde con el mito publicitario que con la movilización cívica.Informarse cuesta y es a ese precio que el ciudadano adquiere el derecho a participar inteligentemente en la vida democrática. Ramonet, I. Comunicación vs. Información. En: Revista Rebelión, Madrid, abril de 2001 ¿Qué significa “argumentar”? “’Dar un argumento’ significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales. El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones son mejores que otras. (…) Es un medio para indagar (…) y un instrumento para explicar y defender una conclusión a la que hemos llegado. No es un error tener opiniones. El error es no tener nada más. (…)” Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994. Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Además, ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma. Por ello, es recomendable realizar actividad física de forma regular. Premisa 1:Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Premisa 2: Ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma. Conclusión: Es recomendable realizar actividad física de forma regular. Ejemplo: Premisas y conclusión son proposiciones (es decir, enunciados en donde se afirma o niega algo): tomadas aisladamente, no podemos saber si se trata de premisas o conclusiones. Llamamos “premisas” a aquellas proposiciones que aparezcan como supuestos o razones que se utilizan para justificar otra proposición; llamamos “conclusión” a dicha proposición que se busca defender o justificar y que se sigue de las premisas. No siempre aparecen primero las premisas y luego la conclusión; pueden aparecer en cualquier orden. Para detectarlas, es de ayuda tener en cuenta ciertas expresiones que suelen utilizarse para indicar cuándo se trata de premisas y cuándo de una conclusión: Indicadores de premisas Indicadores de conclusión Puesto que, ya que, como, en tanto que, dado que, por cuanto, viendo que, a partir de, porque, y, sea como fuere, pero, en efecto… Por lo tanto, por ende, así que, de ahí que, en consecuencia, se deriva, por consiguiente, como resultado, luego, entonces, llegamos a la conclusión... Falacias Una falacia es “un razonamiento psicológicamente persuasivo pero lógicamente defectuoso”. …“una falacia es una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien acepte una afirmación u obedezca una orden por motivos que no son buenas razones” Comesaña, Juan José. Lógica Informal. Falacias y Argumentos Filosóficos. Eudeba. Buenos Aires: Argentina. 1998 Busca al menos 3 ejemplos de falacias en medios gráficos o audiovisuales. Indica qué tipos de falacia son. Intenta encontrar la mayor variedad de tipos posibles. Tipos de falacia. Extractos de “Lógica informal…”, Juan José Comesaña Falacia Ad Hominem "Ad hominem" significa "contra el hombre", y esta falacia lleva ese nombre porque se comete, se dice tradicionalmente, cuando se intenta desacreditar una afirmación haciendo referencia no a la probable falsedad de esa afirmación sino a ciertas características de quien la enuncia. Es fácil en este caso ver por qué se supone generalmente que estos tipos de razonamientos son falaces; la verdad o falsedad de una oración no depende, en el caso general, de las características de quien la enuncia. Es fácil de ver esto porque la misma oración puede ser afirmada por un santo y un pecador. Apelación a la ignorancia Ejemplos clásicos de esta falacia son: no se ha demostrado que Dios existe, por lo tanto Dios no existe (y viceversa) Apelación a la autoridad Las apelaciones a la autoridad constituyen una maniobra argumental muy común en distintos tipos de contextos. Se hace una apelación a la autoridad cuando, como razón para creer en la verdad o falsedad de una afirmación, se cita la opinión de alguna autoridad. Aunque apelar a una autoridad no tiene nada de malo en sí mismo, deben observarse ciertas reglas para que la apelación no resulte falaz. Petición de principio y razonamientos circulares Hay un tipo de razonamiento que puede hacer surgir varias perplejidades muy difíciles de resolver. Consideremos el siguiente ejemplo: Hay perros simpáticos. Por lo tanto, hay perros simpáticos Notamos casi de inmediato que algo anda mal en este razonamiento. No se trata de razonamientos exactamente inválidos sino triviales, ya que se asume en la conclusión lo mismo que se está tratando de justificar. Apelaciones a la emoción En esta sección analizaremos varias maneras de intentar que una afirmación sea aceptada por medio de apelaciones a la emoción. No es fácil decidir en todos los casos si esos intentos son realizados por medio de razonamientos. Como veremos, tampoco en el caso de las apelaciones a la emoción es algo inmediato que constituyan una falacia. En otras palabras, hay apelaciones a la emoción que son maniobras de persuasión no sólo efectivas sino también legítimas. Analizaremos por separado los tres tipos fundamentales de apelación a la emoción. Razonamientos ad populum Como su nombre más o menos lo indica, la variante más cruda de los razonamientos ad populum consiste en sostener que una oración es verdadera porque todo el mundo (o un grupo determinado de personas) cree que es verdadera. Apelación a la piedad (ad misericordiam) Se comete una falacia de este tipo cuando se sostiene que cierta afirmación es verdadera (o falsa) basándose exclusivamente en circunstancias penosas -y que deberían despertar nuestra misericordia- en las que se encuentra quien hace la afirmación o el sujeto acerca del cual se hace la afirmación. Apelación a la fuerza (ad baculum) Se comete esta falacia cuando se intenta que alguien acepte una afirmación o haga algo apelando para ello a la amenaza del uso de la fuerza.
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