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ficha-4-lenguaje-pensamiento-realidad-2017-anderson

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Lenguaje, pensamiento, realidad 
 
Una relación problemática 
 
 
¿Puede el lenguaje crear o transformar 
una realidad? 
 
¿El pensamiento forma el lenguaje, o al revés? 
 
¿La realidad es lo que pienso 
que es, o lo que me enseñan que es? 
 
¿Puedo cambiar la realidad con mi modo de decir o de pensar? ¿O es la realidad la 
que me hace pensar y hablar de cierta manera? 
 
¿Aprendemos a hablar antes que a pensar, o al revés? 
 
¿Los que hablan distintos idiomas ven distintas realidades? 
 
¿Por qué pueden entender y hacer la misma ciencia o la misma economía 
un chino, un nigeriano y un esquimal si no hablan el mismo lenguaje? Sin 
embargo, ¿qué queremos decir cuando sostenemos que piensan de un 
modo diferente? 
 
Vemos que hay una relación cooperativa entre Lenguaje, Pensamiento y Realidad, que se construyen 
mutuamente. 
Pero, ¿qué significa cada uno de estos conceptos? 
 
 
Pensamiento 
Conceptos o ideas producidos 
por la mente 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lenguaje 
Capacidad que tenemos los 
seres humanos de 
comunicarnos con los demás 
mediante signos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Realidad 
Es todo lo que existe y 
acontece 
 
 
 
Ficha 4 Prof. Camila López. 
Colegio: _____________________________________ 
Nombre del alumno:__________________________ 
Fecha de entrega:________________ 
El lenguaje como ordenador del mundo 
 
Vivimos en un mundo de objetos que ya están ahí, que encontramos a nuestro alrededor. Sin embargo, el 
lenguaje tiene cierta participación en la constitución de estos objetos que “están ahí”. ¿En qué sentido? 
Pensemos lo siguiente: 
-Toda la realidad se nos presenta como un conjunto de estímulos, de sensaciones (percibo cierto volumen, 
en cierto espacio, con cierto color, etc.). 
-Necesitamos organizar de alguna forma ese montón de sensaciones dispersas; entonces, rotulamos, 
ponemos nombre a cierto conjunto de sensaciones, las diferenciamos de otras. 
-Así, ordenamos una realidad que se nos presenta como una masa amorfa, desordenada, clasificándola a 
través de palabras y categorías. 
El lenguaje, entonces, juega un papel importante en la constitución de la realidad: nos permite tener 
conceptos generales en los cuales encasillamos la realidad. 
Esto determina que el lenguaje nos permita conocer esa realidad, pero a la vez nos pone límites en ese 
conocimiento de la realidad. Podemos conocerla a partir de ciertos esquemas conceptuales: las “casillas” 
en las que ordenamos el mundo son de cierta forma, no de otra. Por otra parte, cuantas más “casillas”, 
cuantos más matices tenga esa estructura, más y mejor podremos conocer. 
“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” (Ludwig Wittgenstein) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El problema es que no existe un único lenguaje; hay múltiples formas de ordenar la realidad. Esto es 
claro al comparar distintos idiomas y ver que hay algunas palabras que no tienen una traducción exacta 
en otro idioma; por eso a veces seguimos usando la palabra en su idioma original. La cuestión es: estas 
distintas formas de ordenar la realidad, ¿son igualmente válidas? ¿Hay un ordenamiento del mundo que 
sea más “exacto” que otro? Si todos ordenamos los estímulos de distinta manera, entonces, ¿cuáles son 
las cosas “fuera” de ese lenguaje? ¿Hay, acaso, cosas fuera del lenguaje? Suponemos habitualmente que 
sí, pero ¿cómo podemos afirmarlo, si en el momento que lo afirmamos, estamos justamente aplicando el 
lenguaje para ordenar el mundo? ¿Acaso entonces el lenguaje construye, en alguna medida, la realidad? 
Idealismo 
El idealismo sostiene que sólo se puede 
afirmar la existencia de las ideas; son éstas las 
que moldean nuestro conocimiento del 
mundo. 
Nuestra mente es como un teatro en el que 
“se presenta” el mundo: no es, por tanto, 
evidente que exista un mundo fuera de ese 
teatro. Sólo puede tenerse la seguridad de la 
propia existencia como conciencia; sólo son 
evidentes “mis” ideas, y ellas son las que 
moldean, delimitan, construyen mi 
conocimiento del mundo (pudiéndose así 
dudar acerca de la existencia de las cosas). 
 
Realismo 
El realismo afirma que sí existe un mundo 
externo (realismo ontológico) y que puede ser 
conocido (realismo gnoseológico). El realismo 
filosófico sostiene con argumentos la 
existencia de un mundo real independiente 
del pensamiento y de la experiencia, pero no 
afirma que percibamos necesariamente el 
mundo tal como es en realidad. 
Si además se sostiene que todo aquello que 
existe es materia, o puede reducirse a la 
materia, entonces estamos frente a una 
postura materialista. 
 
 
¿Lenguaje y pensamiento condicionan la realidad? ¿O es al revés? 
 
Hay dos grandes posturas que dividen las aguas en cuanto a la forma de entender la relación entre el 
sujeto y la realidad. 
 
Para algunos, son las ideas y representaciones del sujeto las que determinan, condicionan o construyen la 
realidad. Dentro de esta postura encontramos diversas teorías, pero en líneas generales decimos que se 
trata de un tipo de respuesta idealista. 
Si, en cambio, se sostiene que la realidad está primero, y es ella la que condiciona, determina o moldea las 
ideas y representaciones del sujeto, entonces se trata de un tipo de respuesta realista. 
 
Veamos el caso de la diferencia entre dos teorías de autores concretos para entender esta diferencia: 
 
Postura 1: El lenguaje modela la realidad. Tesis de Sapir-Whorf 
 
Aparentemente el lenguaje es un instrumento que manejamos a nuestro antojo. Sin embargo, es el 
lenguaje que estructura nuestro modo de pensar y de concebir lo real. 
La tesis de Sapir-Whorf, sostiene que el proceso del pensamiento “será fundamentalmente diferente para 
individuos cuyas lenguas sean fundamentalmente diferentes” (Benjamin Lee Whorf) y que, en 
consecuencia “el mundo real está amplia e inconscientemente conformado según hábitos lingüísticos de 
un grupo determinado” (SAPIR). 
 
“El lenguaje es una guía para la realidad social. Aunque el lenguaje no se estima ordinariamente 
como de interés esencial para los estudiosos de la ciencia social, condiciona poderosamente todo 
nuestro pensamiento sobre los problemas y procesos sociales. Los seres humanos no viven sólo en el 
mundo objetivo, ni tampoco únicamente en el mundo de la actividad social como se entiende por lo 
general, sino que están en gran medida a merced del lenguaje particular que se ha convertido en el 
medio de expresión para su sociedad. Es una completa ilusión imaginar que nos ajustamos a la 
realidad esencialmente sin el uso del lenguaje, y que éste es meramente un expediente incidental 
para resolver los problemas específicos de la comunicación y la reflexión. 
El hecho capital es que el mundo real está en gran parte constituido inconscientemente sobre los 
hábitos del lenguaje del grupo. Nunca dos lenguajes son suficientemente semejantes para que se les 
considere representantes de la misma realidad social. Los mundos en que viven sociedades diferentes 
son mundos distintos, y no meramente el mismo mundo con diferentes etiquetas” (SAPIR: El estado 
de la lingüística como ciencia, cit. por Beals, p.571) 
 
http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Ontolog%C3%ADa
http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Argumento
http://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Experiencia
Según esto, la lengua no es un instrumento para pensar, sino que condiciona el pensamiento (lleva a 
pensar de determinada manera) y aun ordena la realidad de determinada manera (nos hace verla en 
determinada óptica). 
Whorf ha intentado mostrar -en base a prolongados estudios sobre el idioma hopi- que incluso las 
relaciones espaciales y temporales, o de causa y efecto, cambian según las estructuras sintácticas de la 
lengua hablada. Como prueba de esto se ha alegado, por ejemplo, que determinadas culturas de la 
pradera designan con más de cincuenta vocablos lo que para nosotros sería “pasto”; o que determinados 
indígenas ordenan diversos objetos que se les presentan, no en animales, minerales y vegetales(como tal 
vez haríamos nosotros), sino en comestibles y no comestibles. 
Eco trae el siguiente ejemplo: 
Los esquimales disponen de cuatro palabras en lugar de la nuestra nieve. Pero no es que tengan un 
lenguaje más rico, sino que conocen cuatro entidades distintas, según el grado de utilidad vital del 
elemento que nosotros denominamos únicamente nieve. (ECO, op.cit. p.125) 
Como se ve, Eco sugiere una explicación. Y entonces plantea el siguiente problema: 
El problema estriba en saber si los esquimales tienen cuatro palabras porque, por razones de 
supervivencia, perciben instintivamente cuatro cosas, o bien perciben cuatro cosas porque están 
condicionados por la existencia de cuatro palabras (cuatro significantes con sus respectivos significados). El 
problema puede plantearse así: ¿la lengua se segmenta en signos aislados en los que nos basamos para 
organizar la realidad perceptiva, o bien nuestro modo de percibir la realidad obliga a la lengua a 
segmentarse de determinada manera? 
 
La incidencia lingüística en el pensamiento y la concepción de la realidad abarca aspectos más radicales 
que la mera clasificación o división de lo real. Pensemos por ejemplo las implicancias que tiene la 
distinción que nuestro idioma hace entre ser y estar; distinción imposible en muchos idiomas. 
El filósofo norteamericano Pierce dice: 
Es seguro que el análisis de la proposición en sujeto y predicado representa de manera tolerable el mundo 
como nosotros, arios, pensamos; pero niego que ésta sea la única manera de pensar. Ni siquiera es la más 
clara o la más eficaz. (Cit. por Eco, op.cit. p.124) 
 
Postura 2: El lenguaje modela la realidad. Tesis de Schaff 
 
Sapir llega a decir: “el mundo real está en gran parte constituido inconscientemente sobre los hábitos del 
lenguaje del grupo”. Surge entonces la pregunta: ¿existe un mundo real, objetivo, independiente al 
lenguaje? 
 
Adam Schaff (1913-2006), importante filósofo polaco, responde: ¡claro que sí! ¡Claro que existe un mundo 
objetivo, independiente al lenguaje! 
Efectivamente, mediante la lengua tenemos cierta forma de ver el mundo, de ordenar la realidad. Pero a 
su vez, esa forma de ver el mundo, ese lenguaje, ¿de dónde sale? ¿Acaso es innato? No: es un producto 
social, sale de la práctica humana, del conjunto de prácticas humanas acumuladas a lo largo de la historia. 
Entonces: sí, hay un componente subjetivo en el momento en que conozco el mundo, pero a su vez esa 
forma subjetiva de conocer el mundo está condicionada por una realidad objetiva que me precede, que 
existe antes que yo, que es independiente a mí. 
Para cada hablante de una lengua, las vías del pensamiento y la concepción de lo real ya están 
condicionadas por aquella lengua; pero por otro lado, la lengua misma es un producto histórico, se va 
moldeando por el uso de los hablantes, por su modo de relacionarse con lo real, por su experiencia y su 
pensamiento. 
 
Es un hecho que la lengua determina la experiencia de la realidad, y es un hecho que la experiencia de la 
realidad determina la lengua. Que lengua y realidad interactúan dinámicamente. 
Schaff defiende una teoría del reflejo: nuestras experiencias sobre el mundo son un reflejo del mundo. Se 
corresponden a él, lo reproducen, dependen de ese mundo objetivo. Pero como todo reflejo, el contenido 
de la experiencia es diferente a lo reflejado, tiene un componente subjetivo. Sujeto y objeto existen 
independientemente, y ambos interactúan uno sobre otro. 
Pero no podemos, como Sapir y Whorf nos llevaban a pensar, olvidarnos del peso del objeto, de lo real, del 
mundo, en cuanto condiciona nuestro lenguaje y nuestra forma de ver las cosas. 
La lengua refleja una realidad a la vez que crea una imagen de esa realidad. 
El hombre piensa en algún lenguaje, sí, pero aclara Schaff: esa forma en que piensa depende de la 
experiencia social expresada en la lengua que le ha transmitido la sociedad mediante un proceso de 
educación hablada. 
 
 
 
 
 
Lenguaje y poder 
Más allá de si asumimos una postura realista o idealista, es claro que el lenguaje tiene cierta influencia en 
el modo en que percibimos las cosas. Ello hace que el lenguaje se vuelva una posible herramienta de 
dominación: si el lenguaje permite ordenar la realidad, y quiero difundir cierta forma de entender la 
realidad en lugar de otra, entonces manipular el lenguaje puede ser una forma efectiva de hacerlo. Veamos 
el ejemplo ficticio que describe Orwell en la novela “1984” para ilustrar esta idea: 
“1984”: La neolengua como herramienta de dominio 
En la ficticia sociedad hipervigilada narrada en el libro “1984”, el partido de gobierno (Ingsoc) instaura un 
lenguaje nuevo, la “neolengua”. Ésta era “la lengua oficial de Oceanía y fue creada para solucionar las 
necesidades ideológicas del Ingsoc o Socialismo Inglés" (Orwell, 1995: 293). 
De modo que el lenguaje es, en este escenario, no simplemente un modo de comunicación, sino una forma 
de manipular el pensamiento de la sociedad y la percepción de lo real en función de ciertos intereses 
ideológicos. El objetivo de esta lengua es que cualquier "pensamiento divergente de los principios del 
Ingsoc, fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las 
palabras". 
Manipulando y limitando el lenguaje, el gobierno aspira a manipular el pensamiento, haciendo que la 
oposición al partido sea directamente “impensable” por no contar siquiera con las palabras para concebir 
una opinión diferente. 
Entonces, el partido está manejando los siguientes supuestos: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pensamos en 
palabras… 
Si limitamos las palabras, limitamos el 
pensamiento 
Transformando las palabras, podemos 
transformar el pensamiento sobre las cosas 
…Y si transformamos nuestro pensamiento 
sobre las cosas, transformamos el modo en 
que vemos el mundo: el modo en que 
percibimos la realidad 
Explica en qué se diferencian la tesis de Sapir-Whorf y la tesis de Schaff. 
 
Busca información y explica: ¿En qué consiste la diferencia entre “información” y 
“conocimiento” de la que habla Ramonet? 
 
 
El vocabulario de la neolengua estaba constituido de tal modo que existiera un único sentido para cada 
expresión, sin posibilidad de pensar en sentidos alternativos, con lo cual el pensamiento quedaba dirigido a 
la única dirección que el lenguaje permitía. 
“La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área de pensamiento, objetivo que podía 
conseguirse reduciendo el número de palabras al mínimo posible.” (Orwell, 1995: 293-294) 
 
 
Lenguaje y medios de comunicación 
 
Hemos visto entonces que la manipulación del lenguaje condiciona nuestro pensamiento y por ende la 
forma en que nos representamos el mundo. Por tanto, quienes tienen la posibilidad de difundir discursos, 
no solamente poseen la capacidad de comunicar, sino que también tienen una gran responsabilidad en 
tanto los discursos condicionan, influyen y modifican el pensamiento de quienes los consume. Esto nos 
remite al papel de los medios de comunicación en la formación de la opinión pública. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Argumentación y Falacias 
Información vs comunicación: Ignacio Ramonet 
A la tendencia creciente a confundir información con comunicación se debe añadir un malentendido 
fundamental: muchos ciudadanos estiman que, confortablemente instalados en el sofá de su living, 
mirando en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos sobre la base de imágenes 
fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse con seriedad. Error mayúsculo. Primero, porque el 
periodismo televisivo, estructurado como una ficción, no está hecho para informar sino para distraer; 
segundo, porque la sucesión de imágenes breves y fragmentadas (un veintena por telediario), produce un 
doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación; finalmente, porque querer informarse sin 
esfuerzo es una ilusión más acorde con el mito publicitario que con la movilización cívica.Informarse 
cuesta y es a ese precio que el ciudadano adquiere el derecho a participar inteligentemente en la vida 
democrática. 
Ramonet, I. Comunicación vs. Información. En: Revista Rebelión, Madrid, abril de 2001 
 
 
¿Qué significa “argumentar”? 
“’Dar un argumento’ significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un 
argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los 
argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los argumentos no son inútiles, 
son, en efecto, esenciales. El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse 
acerca de qué opiniones son mejores que otras. (…) Es un medio para indagar (…) y un instrumento para explicar y 
defender una conclusión a la que hemos llegado. No es un error tener opiniones. El error es no tener nada más. (…)” 
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994. 
 
Tener una vida sedentaria es un factor de 
riesgo para muchas enfermedades. Además, 
ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse 
en forma. Por ello, es recomendable realizar 
actividad física de forma regular. 
 
Premisa 1:Tener una vida sedentaria es un 
factor de riesgo para muchas enfermedades. 
Premisa 2: Ejercitar el cuerpo es bueno para 
mantenerse en forma. 
Conclusión: Es recomendable realizar actividad 
física de forma regular. 
 
 
 
 
 
 
 
Ejemplo: 
 
 
 
 
 
 
Premisas y conclusión son proposiciones (es decir, enunciados en donde se afirma o niega algo): tomadas 
aisladamente, no podemos saber si se trata de premisas o conclusiones. Llamamos “premisas” a aquellas 
proposiciones que aparezcan como supuestos o razones que se utilizan para justificar otra proposición; llamamos 
“conclusión” a dicha proposición que se busca defender o justificar y que se sigue de las premisas. 
No siempre aparecen primero las premisas y luego la conclusión; pueden aparecer en cualquier orden. Para 
detectarlas, es de ayuda tener en cuenta ciertas expresiones que suelen utilizarse para indicar cuándo se trata de 
premisas y cuándo de una conclusión: 
 
Indicadores de premisas Indicadores de conclusión 
Puesto que, ya que, como, en tanto que, dado que, por cuanto, 
viendo que, a partir de, porque, y, sea como fuere, pero, en 
efecto… 
Por lo tanto, por ende, así que, de ahí que, en consecuencia, se 
deriva, por consiguiente, como resultado, luego, entonces, 
llegamos a la conclusión... 
 
Falacias 
Una falacia es “un razonamiento psicológicamente persuasivo pero lógicamente defectuoso”. 
…“una falacia es una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien acepte una afirmación u 
obedezca una orden por motivos que no son buenas razones” 
Comesaña, Juan José. Lógica Informal. Falacias y Argumentos Filosóficos. Eudeba. Buenos Aires: Argentina. 1998 
 
 
Busca al menos 3 ejemplos de 
falacias en medios gráficos o 
audiovisuales. Indica qué tipos de 
falacia son. Intenta encontrar la 
mayor variedad de tipos posibles. 
 
Tipos de falacia. Extractos de “Lógica informal…”, Juan José Comesaña 
Falacia Ad Hominem 
"Ad hominem" significa "contra el hombre", y 
esta falacia lleva ese nombre porque se comete, 
se dice tradicionalmente, cuando se intenta 
desacreditar una afirmación haciendo referencia 
no a la probable falsedad de esa afirmación sino a 
ciertas características de quien la enuncia. 
Es fácil en este caso ver por qué se supone 
generalmente que estos tipos de razonamientos 
son falaces; la verdad o falsedad de una oración 
no depende, en el caso general, de las 
características de quien la enuncia. Es fácil de ver 
esto porque la misma oración puede ser afirmada 
por un santo y un pecador. 
 
Apelación a la ignorancia 
Ejemplos clásicos de esta falacia son: no se ha 
demostrado que Dios existe, por lo tanto Dios no 
existe (y viceversa) 
 
Apelación a la autoridad 
Las apelaciones a la autoridad constituyen una 
maniobra argumental muy común en distintos 
tipos de contextos. Se hace una apelación a la 
autoridad cuando, como razón para creer en la 
verdad o falsedad de una afirmación, se cita la 
opinión de alguna autoridad. Aunque apelar a 
una autoridad no tiene nada de malo en sí 
mismo, deben observarse ciertas reglas para que 
la apelación no resulte falaz. 
Petición de principio y razonamientos circulares 
Hay un tipo de razonamiento que puede hacer 
surgir varias perplejidades muy difíciles de 
resolver. Consideremos el siguiente ejemplo: 
Hay perros simpáticos. 
Por lo tanto, hay perros simpáticos 
Notamos casi de inmediato que algo anda mal en 
este razonamiento. No se trata de razonamientos 
exactamente inválidos sino triviales, ya que se 
asume en la conclusión lo mismo que se está 
tratando de justificar. 
Apelaciones a la emoción 
En esta sección analizaremos varias maneras de 
intentar que una afirmación sea aceptada por 
medio de apelaciones a la emoción. No es fácil 
decidir en todos los casos si esos intentos son 
realizados por medio de razonamientos. Como 
veremos, tampoco en el caso de las apelaciones a 
la emoción es algo inmediato que constituyan 
una falacia. En otras palabras, hay apelaciones a 
la emoción que son maniobras de persuasión no 
sólo efectivas sino también legítimas. 
Analizaremos por separado los tres tipos 
fundamentales de apelación a la emoción. 
Razonamientos ad populum 
Como su nombre más o menos lo indica, la 
variante más cruda de los razonamientos ad 
populum consiste en sostener que una oración es 
verdadera porque todo el mundo (o un grupo 
determinado de personas) cree que es verdadera. 
Apelación a la piedad (ad misericordiam) 
Se comete una falacia de este tipo cuando se 
sostiene que cierta afirmación es verdadera (o 
falsa) basándose exclusivamente en 
circunstancias penosas -y que deberían despertar 
nuestra misericordia- en las que se encuentra 
quien hace la afirmación o el sujeto acerca del 
cual se hace la afirmación. 
Apelación a la fuerza (ad baculum) 
Se comete esta falacia cuando se intenta que 
alguien acepte una afirmación o haga algo 
apelando para ello a la amenaza del uso de la 
fuerza.

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