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SOCIEDAD CATALANA DE ·CIRUGIA ORTOPEDICA Y TRAUMATOLOGIA Sesión del día 1 de marzo ele 1973 FRACTURAS EN CADENA EN LA EXTREMIDAD SUPERIOR ELÍAS VALVERDE LLOR, JosÉ :Ntn PuEYO ZuRDO y Sr. D. FRANCISCO MoRENO RoYo INTRODUCCIÓN (Dr. JosÉ M.• PuEYO ZuRDO).- Podemos defi nir las fracturas en cadena como aquellas que, afectando a una extremidad de un individuo, presentan cierto orden en su loca lización, orden que viene condicionado por factores anatómicos, mecá nicos y dinámicos. La cadena de fracturas quizá más conocida de antiguo sería aquella en que se afectan sucesivamente el calcáneo, el cuello del fémur, el cuerpo vertebral y la base del cráneo del individuo. Tal cadena sd produce en paracaidistas que no aciertan a caer como es debido, o bien en marinos que caen de un mástil sobre la cubierta del buque sin mitígar la caída flexionando sus extremidades inferiores (fi.g. 1 ). En 1961, basándose en 25 casos observados en la Clínica Ortopé dica Universitaria de Munich, entonces dirigida por MAx LANGE, V AL VERDE describió una cadena de fracturas 1 que afectaban a la rótula, a la diáfisis femoral y a la cadera de un mismo lado (fig. 2). Esta cade na se produce en los choques frontales de moto o automóvil que circulan a gran velocidad. Según la posición de la cadera, puede producirse una fractura transcervical, una luxación central o una luxación ilíaca. En el estudio de este tipo de traumáticos se insistía en la in1portancia que tiene el realizar sistemáticamente una radiografía de pelvis en todo ac cidentado grave del tráfico que presente fracturas a nivel de las extremi dades inferiores, ya que la lesión de la cadera puede fácilmente pasar desapercibida. Hace un año, tuvimos ocasión de observar y describir en nuestra clínica una nueva cadena de fracturas 2 que denominamos húmero-olé- E. \ '1\ L\ ERDE Y COLS. FRACTURAS EN CADENA base craneal l ~vértebra 1 l?tG. 1 FIG. 2 cuello femoral t calcáneo 129 cranon. (.fig. 3 ). En esta cadena se asocia una fractura de olécranon a una fractura subcapital de húmero. La lesión se produce al caer el paciente sobre el codo. Como tratamiento, sugerimos la osteosíntesis estable de la fractura olecraniana a la cual sigue la reducción de la fractura subca- 130 ANALES DE MEDICINA pita! seguida de la aplicación de una férula especial de madera, férula que introducimos nosotros en España y que susti tuye con gran ven taja al yeso colgan te.3 Como antecedente de la cadena de frac turas que vamos a describir a continuación, cabe mencionar la que describió W ATSON JoNES 4 con el nombre de fracturas «baby car>> . Se trata de la fractura simultánea de uno o ambos huesos del antebrazo y del húmero, a las que se añade una fractura -luxación del codo (fig. 4 ). Su mecanismo de producción sería el cizallamiento del codo del conductor de un automóvil pequeño, que se mantiene asomado por la ventanilla por falta de espacio, que es golpeado por otro vehículo que circula en sentido opuesto y que pasa cadena húmero- olécranon Frc. 3 baby car fractures l Frc. 4 E. VALVERDE Y COLS. FRACTUlUS EN CADENA 131 rozando al de la víctima. Posteriormente, el mismo autor comprobó que este tipo de fracturas puede producirse también en usuarios de co ches grandes. La cadena de fracturas que vamos a describir a continuación con siste (fig. 5) en la fractura simultánea de los huesos del antebrazo, al guna vez en dos puntos de cada hueso, acompañada de fractura de la diáfisis humeral y, en la mitad de los casos observados por nosotros, acompañada también de una lesión nerviosa. Nos basamos para esta descripción en siete casos observados en nuestra clínica desde 196 7. r -+¡¡~ fracfuras en cadena de la extremidad superior FIG. 5 Esta cadena de fracturas afecta siempre a la extremidad superior dere cha, la extremidad del trabajo manual. La fractur~ del húmero tiene lugar a nivel de su tercio medio, es generalmente transversal, y pre senta a veces un pequeño tercer fragmento triangular. La fractura de ambos huesos del antebrazo, a veces a dos niveles en uno o ambos huesos, es algunas veces abierta . En cuanto a la lesión nerviosa asocia da, se trató en la mitad de los casos de una distensión del nervio radial. En el caso de mayor gravedad, se trató de un arrancamiento del plexo braquial. De los siete casos observados, seis eran hombres y uno mu jer. En dos casos el proceso terminó con una incapacidad permanente total. Se trata pues de una lesión de consecuencias funcionales graves, cuyo mecanismo de producción va a comentar a continuación el señor Moreno, ingeniero industrial, jefe del departamento de seguridad de Mutua Catalana de Accidentes. 132 ANALES DE MEDICINA MECANISMO DE PRODUCCION DE LA CADENA DE FRACTURAS Sr. MoRENO* LAS CAUSAS.- Todos los accidentes analizados en el presente in forme se han producido frente a máquinas pertenecientes al proceso industrial textil o similar (fabricación de folios plásticos tipo hule, etc.). l. MAQUINAS ANCHAS La cadena de fracturas se produce como consecuencia de atrapa miento de la mano entre dos sucesivas capas de materia que se enrollan alrededor de un eje dotado de movimiento circular. Acostumbran a ser máquinas de cierto tamaño y de características generales semejantes. - Rollo de materia en entrada de máquina. -- Paso de la materia por distintos tambores, baños, secadores, etcétera . -- Enrollado final. 1.1. El lugar del accidente. La materia sale de la máquina en un desplazamiento hori zontal. La velocidad, excepto en los modernos urdjdores pue de considerarse lenta (30 a 50 metros/minutos). Al llegar a la parte frontal, se dobla en ángulo recto sobre un cilindro tensor, y, en movimiento descendente, entra en contacto con el cilindro de plegado, cuyo eje de giro tiene una cota inferior al plano de desplazamiento horizontal y la materia (urdimbre, tejido, etc.) se enrolla en el cilindro. El operario está situado de pie frente al rollo en formación, vigilando la regularidad con que las sucesivas capas se colo can sobre las anteriores. El rollo en formación, que está a la altura de su cintura, presenta, en su parte anterior, un movimiento ascendente (fig . 6 ). 1.2. Los gestos. En su tarea de control de formación del rollo, el operario debe eliminar las posibles materias extrañas, arrugas o im perfecciones que perciba en la última capa depositada. En este caso debe eliminar la arruga o apartar la materia extraña con un golpe de mano plana sobre el cilindro en ro- • Ingeniero industrial. E. VAJ.VERDE Y COI.S. FRACTURAS EN CAUEN.'\ 133 ! j ---¡1--·- =1- FIG. 6 tación {fig. 7). Si la arruga o el despecfecto es muy impor tante debe realizar la operación con la máquina parada (fi gura 8). Entre estas dos situaciones límite, hay casos de eliminación dificultosa donde el operario acompaña con la mano el giro del cilindro intentando con los dedos eliminar la imperfec ción. En este desplazamiento, la mano puede llegar al lugar donde la materia a enrollarse entra en contacto con el rollo en formación, bajo una presión dada por el cilindro tensor y la mano es aprisionada por la nueva capa. Si el obrero no pue de librarse, la mano, y luego el brazo, son obligados, por la presión de la capa en formación, a doblarse sobre el eje de giro (fig. 9). Cuando el diámetro del rollo formado es reducido, con po cas capas depositadas, se produce la cadena de fracturas de 134 ANALES DE MEDICINA '1 Fxc. 7 1 /~:>1~ ~ ~ ~~ 1 \•' (~ · -----\ FIG. 8 E. VALVERDE Y COLS. FRACTURAS EN CADENA 135 l FIG. 9 los huesos del brazo y, por la resistencia del obrero para se pararse, el efecto de tracción en el sistema muscular y ner vioso. Este esfuerzo puede conseguir arrancar el brazo del tronco (Estivella, Valencia, julio 1972). · 1.3. Ottas situaciones. Aun cuando la fractura de brazo, bien simple o múltiple acostumbra a presentarseen las máquinas anchas en el punto final mencionado de tratamiento, puede aparecer el accidente en zonas intermedias en los grandes trenes de secado o es tampado. La metodología del obrero continúa siendo la misma: elimi nación de posibles arrugas del tejido, que en este caso está directamente apoyado, o como máximo una base de tejido grueso acompañador, sobre los cilindros de estampado o se cado. L36 1\NALES DE MEVrCJNA La mano, al eliminar la arruga queda atrapada entre tejido y cilindro y el brazo queda obligado a seguir la curvatura del mismo. Debido a la pequeña separación entre cilindros la fractura puede ir acompañada de fuertes magullamien tos y si hay calor para secado del género, de quemaduras más o menos graves (fig. 10). J FIG. 10 2. MAQUINAS DE HILAR . Todas las máquinas de hilatura están formadas por una serie de unidades idénticas, que actúan simultáneamente, para dar un ma nipulado determinado a un hilo que pasa por cada una de estas unidades, llamadas, genéricamente «púas» . La cadena de fracturas puede aparecer solamen te en la <<ovilladota», máquina donde el hilo contenido en «husadas», u nidades de poco peso (entre 70 y 100 gramos) es acumulado en ovillos de mayor tamaño (600 a 1.000 gramos). La máquina se llama también «co nera» o «bobinadora» según las unidades conseguidas sean «conos» u «ovillos>> . 2.1. La máquina. Máquina muy convencional donde las «husadas» apoyadas verticalmente en u na bancada inferior (30 cm. del suelo) E. VALVERDE Y COLS. FRACTURAS E:-1 CADENA 137 proporcionan el hilado que asciende hacia los mecanismos de tensión, purgado y suavizado ( 100 cm. del suelo), y as cienden de nuevo para arrollarse en el cono u ovillos en espiras cuyo movimiento en zig-zag lo proporcionan las ranuras de un cilindro «rotoconer», de rotación continua, y que comunica movimiento al ovillo nuevo por frotación en tre ambos. Por una rotura, el hilado puede enrollarse en el «rotoconer» y formar una «encorronada» (fi.g. 11 ). FIG. 11 2.2. El lugar del accidente. La zona ele enrollado queda a w1a altura de 150-160 cm. sobre el nivel del suelo. El operario debe accionar una palm¡ ca para presionar el ovillo en formación sobre el «rotoconen> y conseguir la absorción del hilado. Si el hilado se rompe, la palanca se levanta automáticamente. O puede optativa mente levantarla el operario. 2.3 . Los gestos. El operario sólo manipula en el «rotoconer» para limpieza del mismo, con máquina parada. La limpieza se realiza con un trapo o con hilados sujetos por la mano derecha generalmente (fi.g. 12). Cuando la limpieza del «rotoconen> se realiza con máquina en marcha puede ocurrir que los hilados queden enlazados con las estrías del «rotoconer», que absorbe el útil de lim pieza. 138 ANALES DE MEDICINA ~· ---' FIG. 12 Si el trapo o los hilachos no están sueltos en la palma de la mano, sino entrelazados con ésta, la mano y el brazo son arrastrados rápidamente por la rotación del «rotoconer». Se produce una fuerte tracción sobre el brazo que se curva sobre el cilindro y puede aparecer la cadena de fracturas. En ocasiones puede haber arrancamiento de los dedos de la mano (San Baudilio de Llobregat, mayo de 1969) (:fig. 13 ). 3. SISTEMAS DE PREVENCION 3.1. Máquinas anchas. 3.1.1. Barra metálica horizontal y paralela al plegador en formación a lo largo de toda su longitud, y apoyada en sus extremos en sendas palancas móviles conec tadas a un mecanismo de paro automático. Si un operario se acerca demasiado al plegador o se desploma sobre este, se desplazará la barra y parará la máquina. 3.1.2. Células fotoeléctricas cuyo campo cubra zonas de po sible atrapamiento, conectadas a dispositivos de paro. La interferencia de una mano en la línea de acción provoca el paro de máquina. 3.1.3. Vestuario adecuado. E. VA LVEROE Y COLS. FRACTURAS EN CADENA 139 FIG. 13 3.2. Ovilladoras. 1 La eliminación del riesgo eri la máquina convencional es im posible por la continua manipulación del ovillo sobre el «rotoconer». Las acciones preventivas deben actuar en fac tores humanos. 3.2 .l. Prohibición absoluta de operar con los «Rotoconers» si la máquina no está parada. 3 .2.2. Eliminar el uso de hilachos como útiles de limpieza. 3.2.3. Controlar la metodología de los operarios y prohibir la posible retención de mermas de hilado roto en la mano. CASUISTICA (Dr. ELÍAS VALVERDE LLOR) Presentamos a continuación la casuística de este tipo de cadena de fracturas, observada por nosotros en estos ultimes años en la clí nica de Mutua Catalana de Accidentes (Barcelona), donde existe un predominio de accidentados procedentes de la industria textil. En primer término, vamos a comentar el tratamiento realizado en las fracturas diafisarias del húmero. A pesar de sentir nosotros prefe- 140 1\NALES DE MEDICINA rencia por el enclavado intramedular a cielo cerrado de Küntscher, en estos casos nos hemos inclinado preponderantemente por los métodos abiertos. Ello se debe, por una parte, a que nos ha parecido algo com pleja la aplicación de los distractores de Küntscher para brazo y ante brazo a la vez y, por otra parte, al hecho de habernos visto en la nece sidad de revisar el nervio radial. He aquí una fractura de húmero tratada según la técnica AO (figu ra 14). En este otro caso, en cambio, enclavamos el húmero a cielo cerrado (fig. 15). Coexistía una fractura de cóndilo humeral, que fue atornillada. En el caso siguiente (fig. 16) se realizó una osteosíntesis poco habitual, con dos alambres de Kirschner introducidos a través del epicóndilo, y que consiguió la consolidación. Se trataba de una gravísima fractura abierta, tal como vemos en la diapositiva, en la cual el brazo colgaba del pedkulo vasculo-nervioso, coexistiendo un gran desgarro de partes blandas con la fractura humeral. Mediante los alam bres de Kirschner logramos una «núniosteosíntesis» (siguiendo la no menclatura de la AO) que permitió, gracias a la estabilidad que proporcionó de entrada, la curación del gran desgarro circular y, ulte riormente, incluso la consolidación de la fractura humeral. En cuanto a las fracturas del antebrazo, también hemos aplicado en ellas, con preferencia, la placa AO (fig. 17). En el siguiente caso se expone una osteosíntesis, poco empleada hoy, mediante Rush-pins (.fig. 18 ). Consiguió la consolidación de las fracturas. Cabe tener en cuenta que, cuando hay un tercer fragmento, como el del radio de este F!G. 14 rr;---~ !>'--.... ~ Flc. 15 fiC. 16 D -"" ( -- .. FrG. 17 FrG. 18 E. VALVERDE Y COLS. FRACTURAS EN CADE;>¿.'\ 143 caso, resulta imposible realizar el fresado de Küntscher, ya que el frag mento central gira con la fresa. Hemos observado también secuelas tardías de esta cadena de frac turas. Tal sería esta seudoartrosis de radio (fig. 19) de un paciente tratado en otro centro, y que nosotros tratamos con la técnica de Küntscher,5 enclavándola a cielo cerrado con ayuda del intensificador de imágenes, previa resección de la epífisis distal del cúbito. Otra secuela observada por nosotros fue esta seudoartrosis de diáfisis cubital (fig. 20 ), que enclavamos también, a cielo cerrado, según la técnica de Küntscher.6 A continuación expongo a ustedes una visión conjunta de los siete casos de fractura en cadena de la extremidad superior tratados por nosotros (fig. 21). En este esquema, se indica con 1.0 y 2.0 el orden de prioridad en que se realizaron los tratamiento operatorios, indicándose con una r aquellos casos en que hubo dis tensión del nervio radial. 1 El primer caso (de izquierda a derecha) presentaba una fractura doble de cúbito y simple de radio, abiertas. En un primer tiempo, realizamos la estabilización del antebrazo mediante alambres de Kirschner. En un segundo tiempo, se realizó la revisión del radial y la osteosíntesis del húmero con placa AO. El segundo caso es el que hemos mencionado anteriormente (fig. 16),con grave lesión de las partes blandas del brazo: primero se esta bilizó el húmero con dos alambres de Kirschner y se revisó el radial, prac ticándose en un segundo tiempo, la osteosíntesis del antebrazo con placas ..... ' ........ 1 '_tl':..J FIG. 19 M*"'' .. 144 ANALES DE MEDICINA -· "' ,..., -· .... - · - FIG. 20 AO Kirsthlltt ~Ünbc~r AO FxG. 21 E. VALVERDE Y COLS. FRACTURAS EN CADENA 145 AO. El tercer caso es el que hemos comentado también antes: enclavado del húmero y atornillado del cóndilo en un primer tiempo (fig. 15) y osteo síntesis del antebrazo mediante Rush-pins en 1.m segundo tiempo (fig. 18). El cuarto caso (siempre de izquierda a derecha en la fig. 21) iba acompañado de una grave lesión de plexo. Acudió a nosotros con una secuela ósea, una seudoartrosis de radio, que tratamos por enclavado a cielo cerrado (fig. 19). El quinto caso no iba acompañado de lesión nerviosa alguna, siendo las tres fracturas cerradas. En un primer tiempo pusimos una placa AO en el húmero, y en un segundo tiempo realizamos la osteosíntesis AO de cúbito y radio, consiguiendo una restitutio ad integrum. El sexto caso acudió a nosotros con una seudoartrosís de cúbito como secuela de la cadena de fracturas tratada en otro servicio, seudoartrosis que enclavamos a cielo cerrado (fig. 20). Presentaba una lesión parcial del nervio radial. Por últi· mo, el séptimo caso fue visto por nosotros sin secuela alguna, habiendo sido tratado de modo incruento por el médico que lo atendió. Ello se explica por haber presentado una simple fisura de los huesos del antebrazo, que no les hizo perder su estabilidad. Ello permitió al médico que lo trató realizar simplemente la reducción del húmero e inmovilizar la extremidad en un yeso toracobraquial: las fracturas consolidaron todas y el paciente curó con restitutio ad integrum. CoNCLUSIONES.- Se trata de una lesión poco conocida, que recae en operarios de la industria textil de modo predominante. Puede tener consecuencias funcionales graves. Afecta siempre al lado derecho y es el sexo masculino el que con mayor frecuencia sufre esta lesión. En nuestra opinión, en estos casos no hay que perder el tiempo cpn intentos de reducción de tipo conservador, sino que hay que pensar, de buenas a primeras, en un tratamiento quirúrgico. Antes de practicar la osteosíntesis definitiva han de haber curado, claro está, las lesiones de partes blandas. Es posible que, entre tanto, una «miniosteosíntesis» colocada provisionalmente con esta finalidad, consiga «per se>> la con· solidación de la fractura (fig. 16). Basándonos en la experiencia adquirida en esta nueva cadena de fracturas, nos atreveríamos a dar la siguiente pauta terapéutica. 1.0 Si no hay fracturas abier tas, se coloca un vendaje compresivo en ángulo recto y se remonta el estado general. 2.0 Si hay fracturas abiertas, se suturan las heridas, previa esci sión de las partes blandas mortificadas, pudiéndose hacer, en algún caso, una «minlosteosíntesis» con alambres de Kirschner. 3.° Curadas las heridas, se realizará una osteosíntesis estable, a poder ser en un tiempo, y se revisará el nervio radial. 4.0 Tratamiento postural y fisioterápico de la parálisis radial. 5.0 Recuperación funcional precoz de accidentado. Muttta Catalana de Accidentes e Incendios. Ausias March, 41. Barcelona. 146 ANALES DE li!EDICINA BIBLIOGRAFIA l. VAL VERDE, E .: Las fracturas en cadena. Quirúrgica, año 5, número 5, Barcelona -1961. 2. VALVERDE, E .: Cadena de fracturas húmero-olécranon . Su tratamiento funcional. 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