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De Mendel al genoma humano From Mendel to the human genome map David Comas El artículo es un repaso a la historia de la genética y la genómica desde las primeras investigaciones hasta nuestros días. El autor describe en el texto los conceptos básicos y apunta el momento de la investigación en el que nos encontramos y cuáles serán algunas de las claves en la investigación del futuro en el campo de genómica. This article runs through the history of genetics and genomics from its earliest research to today. The author describes basic concepts, trends in on-going research and the keys to future research in genomics. Gregor Mendel, el denominado padre de la genética, fue un monje centroeuropeo que centró sus estudios en la herencia de caracteres. En su trabajo con plantas de guisante estudió la herencia de diferentes caracteres y, contrariamente a lo que mucha gente piensa, en ningún momento habló de genes, ni de genoma, ni de genética. Éstos son términos que se acuñaron mucho más tarde, concretamente en el siglo XX. Así, la genética se define como la parte de la biología que se centra en el estudio de la herencia de los caracteres y de su variabilidad. Y han pasado más de cien años, desde los trabajos de Mendel hasta conseguir el primer borrador del genoma humano, la secuencia de DNA. Los organismos estamos formados por diferentes órganos, éstos por diferentes tejidos, y éstos a su vez por células. En las células eucariotas, como las nuestras, se pueden diferenciar dos partes: la externa o el citoplasma, donde se encuentra el metabolismo de la célula, es decir todo lo que requiere para su crecimiento y desarrollo; y la interna también denominada núcleo, donde se encuentran los cromosomas. En nuestra especie tenemos 23 pares de cromosomas, los 22 primeros son los que denominados cromosomas autosómicos, mientras que el último par de cromosomas, el número 23, está formado por los cromosomas que determinan el sexo del individuo. Los cromosomas son DNA altamente empaquetado gracias a una serie de proteínas. Esta biomolécula ha adquirido recientemente una importante presencia en los medios de comunicación. Hoy en día es frecuente leer o escuchar el término doble hélice, descrito por Watson y Crick a mediados del siglo XX, y cuyo trabajo fue merecedor de un premio Nobel. El DNA está formado por dos hebras complementarias, cada una de ellas constituida por cuatro subunidades o nucleótidos que se aparejan de dos en dos: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T). Así pues, el genoma es una larga secuencia, una sucesión de «aes», «ces», «ges» y «tes». Y el fragmento de esta secuencia que lleva la información para fabricar proteínas es lo que denominamos un gen. De esta manera encontramos que dentro de la secuencia de letras hay algunas partes donde se encuentra la información que codifica para nuestras proteínas. El primer borrador del genoma humano nos ofrece una información de tres mil millones de estas subunidades, lo que lo convierte quizás en el libro más aburrido del mundo con tres mil millones de letras una detrás de otra. Embebidos dentro de este maremagnum de subunidades, aparecen los genes o fragmentos de esta secuencia que llevan la información para fabricar proteínas. Estos fragmentos son muy variables en su longitud, desde poco más de mil subunidades de nucleótidos hasta más de medio millón. Además en el genoma observamos que estas porciones, estos fragmentos de información que son los genes, no se encuentran uno detrás de otro sino que están esparcidos en esta secuencia y separados por toda una serie de elementos repetitivos y de elementos que no aportan información alguna o la cual desconocemos de momento. El genoma en cifras En nuestra especie, el número de cromosomas es de 23 pares y el número de nucleótidos, es decir, subunidades que forman el DNA, es de 3000 millones. Hasta hace poco se postulaba que el número de genes en nuestro genoma podría estar alrededor de los 100 000, un número que muchas veces no se sabía de dónde había surgido, pero que todo el mundo utilizaba como número mágico. Ahora, Página 1 de 3DOSSIER 14/03/2007http://www.prbb.org/quark/20/020016.htm disponiendo del primer borrador del genoma humano, es decir, de toda esta secuencia de «aes», «ces», «ges» y «tes», comprobamos que este número seguramente es mucho menor de lo que se pensaba en un principio. Actualmente, disponemos de toda la información de dos cromosomas completamente secuenciados, el 21 y el 22, que son los cromosomas más pequeños de nuestro genoma. Además, sabemos que el cromosoma 21 es pobre en genes, todo lo contrario a lo que ocurre con el cromosoma 22. Si extrapolamos la información que nos aportan estos dos cromosomas al resto de cromosomas, podemos calcular que el número de genes que tenemos en nuestro genoma, es alrededor de 35 000. Por lo tanto, un número muy inferior al que se especulaba. La longitud de los cromosomas, si los pusiéramos uno sobre otro, es de 0,01 cm, es decir 100 micrómetros. Otro dato interesante de la secuencia de esos 3000 millones de subunidades de nucleótidos es que sólo un 3 % aporta información sobre las proteínas, es decir, codificará; mientras que el resto son simplemente elementos que están entre los genes y que son generalmente repetitivos y no aportan información para crear estas proteínas. Para hacernos una idea de lo que puede ser el genoma humano, si escribiéramos estos 3000 millones de letras en un tipo de letra normal, entre 10 y 12 puntos, obtendríamos una frase de una longitud total de 5000 kilómetros, la distancia entre Barcelona y Nueva York. O si lo pusiéramos en forma de libros de 500 páginas, cada una de ellas con 25 líneas de 80 caracteres, al final tendríamos una biblioteca de 3000 libros, la biblioteca más aburrida del mundo. El futuro próximo, la era posgenómica Pero ¿qué información obtenemos del genoma humano? Disponemos de los 3000 millones de letras que componen nuestro genoma y el proceso que tenemos que seguir ahora es intentar descubrir, reconocer e identificar dónde están esos genes y saber diferenciarlos de todo el elevado porcentaje de nuestro genoma que no aporta información para esas proteínas, cerca del 97 %. De momento, lo que tenemos es un primer borrador de ese genoma humano que no es el definitivo. Hasta ahora, en el proyecto genoma humano se ha secuenciado por fragmentos y el proceso que se llevará a cabo es ensamblar estos fragmentos en que muchos de ellos o casi todos se solapan; si bien en los que no se solapan quedan pequeños agujeros entre medio y se necesita acabar de secuenciarlos. Tenemos el genoma humano y también el de otros organismos, a partir de ahora queda por saber cómo funciona el genoma humano. Es decir, qué proteínas codifica nuestro genoma, cuál es la función que tienen y cómo interactúan entre sí. El conocimiento del genoma nos conduce a plantearnos cuestiones íntimamente relacionadas con la genética, los genes y el DNA, y algunas de ellas repercutirán en el aspecto ético de la aplicación de la ciencia. Una de estas cuestiones es la terapia génica. Su misión será intentar curar enfermedades, actuando directamente sobre el DNA. Otro aspecto a discutir será la clonación, un mecanismo que se puede realizar por ingeniería o manipulación genética. Entre los campos que nos permitirán un mayor conocimiento de nuestro genoma se encuentra la genómica comparada. Ahora disponemos de genomas de otras especies y mediante su comparación constatamos que muchos de esos genes son muy similares. Nuestro objetivo es llegar a conocer la función de la proteína que codifica un gen en un organismo para intentar deducir su función en otro organismo. La diversidad genética será otro aspecto a considerar en el futuro. Cuando hablamos de un proyecto genoma de cualquier especie, obtenemos la información del genoma que normalmente pertenece a un único individuo, pero sabemos que en la especie tenemos una ciertavariabilidad. Si queremos estudiar fenómenos como la enfermedad, tendremos que conocer en un principio la diversidad existente en nuestra especie. En definitiva, para poder enfrentarnos a la anomalía, tenemos que conocer previamente la normalidad. Han pasado muchos años desde los primeros trabajos de Mendel y gracias al esfuerzo de muchos científicos disponemos del primer borrador de nuestro genoma. Pero no nos encontramos al final del camino, éste es sólo el punto de partida que permitirá enfrontarnos a un futuro lleno de cuestiones por resolver. David Comas Martínez Doctor en biología por la Universidad de Barcelona y Premio del Claustro de Doctores de dicha universidad a la mejor Página 2 de 3DOSSIER 14/03/2007http://www.prbb.org/quark/20/020016.htm tesis doctoral presentada en el año 1997. Su investigación se ha llevado a cabo en el campo del estudio de la diversidad genética humana, tanto en el conocimiento de la genética de las poblaciones como en el estudio de los procesos evolutivos de diferentes zonas del genoma. Después de pasar diversos períodos en laboratorios del Reino Unido, Alemania y Finlandia, es profesor asociado y adscrito a la Unidad de Biología Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona). david.comas@cexs.upf.es Página 3 de 3DOSSIER 14/03/2007http://www.prbb.org/quark/20/020016.htm
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