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Literatura Latina

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Apuntes de literatura latina. Medina Vidal, 1969 
 
El período latino pertenece desde el punto de vista lingüístico al mismo grupo ario o 
indoeuropeo de los griegos. Una rama de este grupo común, los italiotas, se derramaron 
sobre la península itálica con posterioridad a los pueblos helenos y podrían ser ubicados 
alrededor del siglo XVIII A.C. 
Desde el punto de vista lingüístico los italiotas son primos hermanos de los griegos, los 
germanos, los iberos, los celtas, los eslavos, etc. 
Pero parecería que hubo una confluencia racial con un aporte a través de los etruscos 
que vendrían de Asia Menor: Tito Livio ya da rastros de un grupo de Asia Menor, 
gobernado por los lucumones que se establecería en los alrededores de las dos Sicilias y 
llegarían al Septimoncio. 
Esto en cierta medida vendría a confirmar la leyenda de Eneas y la fundación de Roma 
por los etruscos. Habría entonces una confluencia primaria de lucumones que vendrían 
del Mediterráneo: empujados quizás por una catástrofe social, por los cretenses 
(Tesalocracia) y un grupo nórdico. 
Tito Livio es el Heródoto de la cultura latina. 
El pueblo latino es en cierta medida un reducto ario o indoeuropeo, el reducto más al sur 
que ya en el siglo XIII A.C. se establecería en una ciudad, Roma, que tendría dos 
partes: una etrusca y una latina (fundada en el 756 A.C.). 
El contacto que el mundo latino tiene con Grecia comienza alrededor del 200 AC y van 
a culminar con la batalla de Queronea en el 146, en que el mundo griego se convierte en 
provincia de Roma. 
Horacio, poeta latino del siglo I AC, contemporáneo de Augusto, da el mejor ejemplo 
respecto de un problema sociológico que se repitió en el mundo latino: Grecia cautiva, 
conquistó al inculto Lacio (epístola a los Pisones). Ejemplifica un hecho sociológico, 
cuando se enfrentan las culturas siempre va a triunfar la más desarrollada aunque sea 
derrotada. Por eso el primer período de la literatura latina es de contaminación, es una 
literatura no espontánea sino que surge por reflejo o traducción del griego al latín, que 
con Ennius, Gnaius, vuelvan al latín la Ilíada y la Odisea y dan origen a la primera 
composición lírica bajo el influjo de Alceo, Alcmeón, Safo, etc. Ya el nombre Ennius y 
Gnaius nos dan la idea de griegos que, traídos de Grecia como preceptores, se van a 
transformar en preceptores de la clase dirigente romana y así a mitad del siglo I AC el 
griego se transformará en lengua culta del patriciado romano, tanto que les obligará a 
incluir un sonido oclusivo dentro del alfabeto latino: K y ampliar la diptongación. 
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También se introdujeron enormidad de neologismos latinos para poder expresar 
matices del pensamiento de la cultura más amplia que Grecia había logrado, sobre todo 
en el período de los sofistas y los trágicos. 
La relación de la literatura con lo religioso o lo mágico se da en el mundo latino de la 
misma manera en que en el mundo griego; así, en un primer momento, antes de que se 
tome del griego el término "poeta" del verbo "poten": crear en griego, se usaba 
indistintamente el término vate, que en la terminología romana primitiva quería decir 
mago, brujo o sacerdote, porque el dominio de la palabra en sus orígenes era una 
función exorcizante. Y luego va a acabar como arcaicismo: sinónimos, poeta y vate. 
Los géneros literarios en el mundo latino no aparecen con la precisión cronológica con 
que aparecieron en el griego. Según Niebuhr, el mundo latino habría tenido una epopeya 
primitiva perdida y se apoya en textos de Tito Livio para afirmar su tesis. Pero 
extrañamente en Roa el último género en aparecer es la epopeya, que en Grecia fue el 
primero y hay que llega a fines del siglo I AC para encontrar a Virgilio y la Eneida, 
aunque habría precedentes fragmentarios en Ennius. 
El lirismo parecería ser el género que aparece primero, independiente de la literatura 
griega, pero es casi contemporáneo de la aparición de la comedia con Plauto y Terencio 
y con la aparición del género oratorio y el didáctico: Lucrecio y Cicerón. En cien años, 
entonces, aparecen como géneros mezclados el lírico, el dramático y el épico, pero 
también tiene este efecto, y es una literatura que aparece casi inmediatamente madura: 
su evolución fue realizada en menos de cien años, y todas las técnicas de expresión 
literaria se adquieren casi inmediatamente, así como el aspecto formal (el hexámetro 
latino y todas las variaciones del melo, la poesía melódica lírica). También toman como 
aporte material la métrica rítmica acompañada por la cítara y la flauta. Hay dos géneros 
en que los latinos se desarrollaron especialmente: oratoria y didáctica, por un finalidad 
cultural propia de los latinos se soslayan el lírico y el trágico. Así, Cicerón y Séneca son 
cumbres en su género como Lucrecio en el didáctico y Virgilio con las Geórgicas. 
Los italiotas que van a formar esta literatura (samnios, sabelios, oscos) parecen haber 
tenido su propia literatura, de la que quedan algunos restos. Así, hay algunas fábulas 
que quedan de la lengua osca inscritas con letras parecidas a las latinas. Se conserva 
sobre todo la tábula en Gívinae que habla de ritos religiosos y que si bien no expresan 
un mundo literario sirven para expresar el grado de cultura de estos pueblos. El 
predominio cultural de estos pueblos es tardío y posterior incluso a su predominio 
político-social. Ya vimos en el épodo II verso 157 de Horacio: “Grecia cautiva derrotó 
al inculto Lacio”. 
Podemos encontrar períodos dentro de la literatura latina: 
1. Estaría marcado por el siglo II AC, alrededor de las Guerras Púnicas ( de 
poinikes, fenicios) donde se notan las primeras manifestaciones de la escritura, 
no a través de la literatura sino por medio de documentaciones que más implican 
un aspecto civil. Quedan restos de cantos religiosos y de cantos populares; 
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2. Es comúnmente llamado período progresivo. Va desde el 260 AC hasta el siglo 
I, hasta la época de Sila. Aquí aparecen Ennius y Gnaius; 
3. Período clásico, que va desde la muerte de Sila hasta la de Augusto ( 14 AC); 
4. Período declinante, que abarca desde la muerte de Augusto hasta la destrucción 
del imperio romano de occidente. 
 
El tercer período puede ser dividido entre el período ciceroniano hasta el 44 y el 
augustiano hasta el 14. En esencia, el período que nos interesa es el de Cicerón, 
Catulo y Juvenal. 
Los géneros que en estos períodos desarrolló la literatura latina fueron muy dispares ( 
no siguieron el orden de la literatura griega). Pero podemos encontrar en los 
períodos primitivos una gran división genérica: el Carmen o canto. El canto al 
principio tuvo motivaciones religiosas ( el canto de los hermanos Arvalius, que 
eran una cofradía sacerdotal que en el mes de mayo exaltaba as las fuerzas de la 
naturaleza: en el mismo grupo religioso tenemos el Carmen de los hermanos 
Saliorum, del que tenemos algunos fragmentos, que eran cantos orgiásticos que 
cantaban en ocasión de la primavera). Tenemos también los meniai,forma 
derivada de los cármenes, cantos fúnebres paralelos a los trenos de la los 
griegos también hay cantos de banqueetes o simposios (beber juntos). 
 
En los últimos momentos del período progresivo tenemos cármenes que inciden 
sobre motivos más directamente literarios y que se duda, porque algunos de ellos 
fueran dialogados, como la fábula Atellana ( atella quiere decir aldea) y al haber 
diálogo hay teatro, de que haya sido el origen del teatro. 
Tenemos otras cosas: los cantos fescenianos ( período progresivo); eran coplas 
obscenas, pullas. Las obscenidades estaban unidas a ritos de iniciación. Otro 
género iniciado tempranamente es la historia, con muchos elementos de crónica 
y de narración, por lo que puede ser orientada hacia lo novelesco 
 
Otro género, ya en el período ciceroniano, es el oratorio o discurso. La epopeya 
aparecería con Livius Andronnicus. El nombre ya nos indica que estamos frente 
a un griego. El latino usaba el prognomen, el gnomeny el cognomen 
(diminutivo familiar, nombre de la familia y nombre de la tribu). Aquí no hay 
prognomen: es un liberto de la familia Livia. Era un griego que habitaba en 
Tarento y es el primero que traduce la Ilíada por una labor de contaminación: la 
daba como obra suya, mezclando elementos personales. Otro del período de 
contaminación es Ennius, de quien no poseemos más que el cognomen, que 
también introduce epopeyas menores en la literatura latina. Tenemos a Livius, 
que era un liberto de Lirius Salinator, que introduce la tragedia griega por un 
proceso de contaminación. 
 
VIRGILIO 
 
Caracteres de su literatura y momento en que surge su obra. 
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Virgilio es un autor espontáneo, pero su obra no surge espontáneamente. Vale decir 
que es un autor espontáneo en la medida en que su literatura depende de 
coordenadas interiores que responden a una personal concepción del mundo y de 
la vida. Pero su obra no surge espontáneamente porque hay una causa motriz 
que es una causa social: la creación del imperio de Augusto. Virgilio está 
comprometido a todo un mundo sociopolíticocultural. Es uno del grupo de 
Augusto y su obra tiene una finalidad exterior: glorificar a Augusto en sus 
antepasados. Es el frente cultural del movimiento imperial. Una vez que el 
imperio se establece debe crear la mitología del imperio. 
No toda la obra de Virgilio puede ser observada bajo este rubro. Su obra abarca un 
período de rimas o composiciones libres ( Las Bucólicas) poco conocido: luego 
la epopeya y Las Geórgicas. Tenemos un Virgilio independiente en sus obras 
primeras y en sus Bucólicas, que son obras de contaminación de la literatura 
pastoril ( hay influencias de los Idilios de Teócrito). 
En La Eneida y Las Geórgicas Virgilio toma una doble vertiente. En la primera, crear 
una epopeya del mundo latino. Su empresa es muy difícil, porque en general no 
se cumplen los principios imprescindibles para crear una epopeya ( que por lo 
menos la crítica literaria asigna) y que son: 1. La relativa contemporaneidad 
con las gestas narradas; 2. La primitividad relativa en el sentido de que sus obras 
puedan ser aceptadas como posibles. 3. La presencia de lo maravilloso cotidiano 
y la credibilidad en ello; 4. La suficiente perspectiva histórica como para 
idealizar los hechos. 
No se cumple ninguno de estos principios: los hechos narrados tienen una proyección 
de muchos siglos; la aventura de Troya está separada más de ocho siglos de la 
fundación de Roma. Para mitologizar una época tiene que habar dos o tres 
generaciones de distancia. Tiene que haber vida cultural para quitarle 
credibilidad al pueblo receptor. 
Todos estos elementos dan una pauta de las dificultades con que debió luchar 
Virgilio para crear un poema primitivo en una época culta. Este poema 
desmerece en las partes estrictamente épicas y se exalta en las líricas, porque si 
bien Virgilio en los seis primeros libros imita la Odisea y en los seis últimos la 
Ilíada, el mundo heroico y fantástico es totalmente distinto entre Virgilio y 
Homero. 
Eneas tiene de Aquiles el conflicto externo pero la concepción de la vida como areté, 
la primitividad del acto gratuito, desaparecen, y Eneas es rellenado con una más 
rica subjetividad. Su alma es más analizada que la de Aquiles. Es el pius Eneas, 
y está determinado por su destino, por lo que podemos decir que su proyecto de 
vidacomo héroe es totalmente distinto al de Aquiles. El proyecto de vida de 
Eneas le es exterior: cumplir con su destino. En cambio, el de Aquiles es 
desarrollar su personalidad. Todo personaje literario tiene un proyecto de vida, 
propio o asignado por otros. Lo único que puede hacer el autor es darnos los 
matices psicológicos de los proyectos de vida; por eso Eneas tiene profundidad 
psíquica. Nos da el grado de aceptación de su destino en vez de presentárnoslo 
como un robot. 
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Aquiles es un héroe personal e irrepetible; en cambio Eneas, en cierto modo, es un 
esquema: es el piadoso. A Eneas se lo pone en situaciones como la de Aquiles y 
las de Odiseo, pero se lo compromete en situaciones previstas, repetibles; es un 
héroe determinado. Eneas es un héroe literario; Aquiles es más natural. 
Todo lo que se pierde en dignidad humana en la Eneida se gana en dignidad de los 
dioses, porque los dioses de la Eneida son más trascendentales que los de 
Homero. Están en una oscuridad majestuosa; no son cotidianos, se los trata con 
el mayor respeto. La razón es que se dejó de creer en ellos. 
La Eneida parece ser una serie de impresiones cuyo único hilo que las une es la 
anécdota de Eneas: fundar Roma. Desde el primer libro ya se habla de Roma, 
que se fundará cinco siglos después. Es una especie de profecía del futuro, vista 
a través de un recurso literario, el descenso a los infiernos. 
Otro elemento es el predominio de lo afectivo en el héroe, que acepta o rechaza su 
destino por emoción, por amor. En cambio Aquiles acepta o rechaza su destino 
como vivencia, como vida. 
Otro elemento es que en la Eneida todos los personajes, hasta los secundarios, están 
expuestos con aire admirable, y están guiados personalmente por su propia 
pasión. Todos tienen un proyecto de vida que les pertenece, y se fabrican su 
propio destino. El único que no se lo fabrica es Eneas, por lo que se llega a esta 
paradoja: los personajes secundarios son más ricos que el principal. El principal 
tiene los caracteres del arquetipo. Eneas es demasiado grande; es la majestad que 
se quiere crear en Augusto; los otros tienen la cotidianidad de lo humano. La 
obra tiene dos perspectivas: la de lo humano suprahumano ( Eneas) y la de lo 
humano ( todos los demás). Entre esos dos mundos hay un choque perenne, 
nunca se pueden encontrar: por eso es que Eneas tiene rasgos románticos. A 
veces hay debilidades humanas en Eneas ( cuando tiende los brazos a Venus y 
solicita las licitas ternuras humanas). 
Ubicación del espacio y el tiempo en la obra 
 Espacio: no es el de la Ilíada. No se desarrolla en los muros de Troya, sino que 
abarca casi todo el Mediterráneo: Troya, Cartago y las costas de Italia. Tiene la 
amplitud de espacio de la Odisea. Tiene una parte marítima y una parte terrestre 
y hay un predominio neto de los espacios abiertos con la majestuosidad del gran 
espacio. 
Tiempo: es tan amplio como el espacio. Se acerca más al tiempo de la Odisea, 
porque además encierra un racconto de la humanidad ( libro VI). Tiene dos 
tiempos: el tiempo del desarrollo anecdótico, que no coincide con el tiempo de 
lectura ( es mucho más amplio). En la Ilíada hay una coincidencia de esos 
tiempos. Aquí hay una introducción en la eternidad. 
 El tiempo del conflicto tiene dos tiempos: el del conflicto normal y el del 
racconto de la eternidad, que va desde Venus hasta Augusto. El autor apela a 
toda la tramoyería del universo para apoyar su anécdota; nos lleva a situaciones 
límite de espacio y tiempo. En Virgilio hay entonces una tendencia metafísica. 
Las obras de Virgilio se dividen en dos grupos: las que se le asignan comúnmente y 
las que se le discuten. Las que se le asignan son la Eneida, las Bucólicas y las 
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Geórgicas. Se le discuten ocho o nueve obras. Las Bucólicas son escritas entre el 
42 y el 39; las Geórgicas, entre el 37 y el 30 y la Eneida entre el 30 y el 19. 
La Eneida es una obra inconclusa: Virgilio mismo pide en su testamento que se 
destruya y nombra albacea a Mecenas y a Augusto, porque no la consideraba 
pulida y terminada. Augusto se opone. Virgilio nace en el 70 en Mantua, estudió 
en Cremona y en Milán. El año 41 estuvo a punto de perder un fundo en 
Trastévere, pero gracias a los esfuerzos de Mecenas, Augusto le devuelve sus 
tierras y las multiplica. 
 
ENEIDA 
Para llegar al libro IV de Dido desarrolla en el primer libro la anécdota en que Juno, 
enemiga de los troyanos ya desde la Ilíada, levanta una tempestad marítima 
gracias a la ayuda de Eolo, que arroja a la armada frigia a las costas de Cartago. 
El libro II y el III sonun relato retrospectivo en el que Eneas presenta la 
destrucción de Troya y en especial su última noche, y los viajes que hacen entre 
Troya y Cartago, destacándose especialmente en el libro II el encuentro con 
Andrómaca. El libro IV nos presenta la seducción de Dido por Eneas y la 
separación definitiva. 
La leyenda de Eneas y sus viajes era griega, y en la época de las guerras púnicas 
había llegado a Roma y exaltado el fervor patriótico. Esta leyenda ya era 
conocida por Nevio y por Tito Livio y el episodio de amor de Eneas y Dido ya 
aparece en Ennius. Desde que aparece Eneas surge como un héroe que viene 
marcado por su destino: en el canto I se plantea una pregunta moral que no 
tendrá respuesta en todo el libro ( verso 13): por qué un hombre debe sufrir? 
El concepto providencial de que los dioses actúan sobre los hombres y su justicia 
posterior, en la teología virgiliana se plantea como pregunta pro no logra 
respuesta. También el libro I ofrece el problema de los hermosos cuatro 
hexámetros ( apócrifos) primeros. Los cuatro versos hexámetros indican una 
expresión recolectiva de la obra anterior. También aparece Eneas desde el 
comienzo con los epítetos: el pius Eneas y el óptimo en las armas. Es un 
personaje reflexivo, sufriente, piadoso. Su función es llevar los penates de Troya 
a Roma. En menos impetuoso que su rival porque tiene mayor responsabilidad. 
Toda la gama de los sentimientos se expresa en esta obra. Se destaca el valor de 
la amistad; del amor en Dido, la maternidad y la fidelidad en Andrómaca. Esta 
obra fue muy famosa en su época; fue discutida antes de ser publicada. Hasta el 
siglo XVIII se consideró la mayor obra de la humanidad, muy superior a la 
Ilíada. 
 
LIBRO IV 
 
Tiene elementos pasionales que recuerdan algún episodio de la Odisea: el hombre 
que viene del mar y deslumbra a la mujer. Está también muy influido por el libro 
III de las Argonàuticas de Apolonio de Rodas. Representaría el ideal de la 
pasión de toda la antigüedad clásica: dos seres en la plenitud de su vida, dos 
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viudos. La viudez tenía mucho prestigio, se toma como plenitud, como 
encarnación de la vida, como preparación para el amor. 
Este libro I tiene también como precedente la figura de Medea y la separación de los 
enamorados podría soslayarse frente a la Ilíada con Héctor y Andrómaca. 
Se estructura alrededor de dos períodos: la lenta eclosión del amor, que culmina en el 
episodio de la Fama, que propaga por toda la Numidia hasta el reino del rey 
Yarvas la falta cometida por Dido a las cenizas de su esposo, el rey Siqueo. El 
segundo va desde la preparación de la flota troyana hasta el suicidio de Dido. El 
libro tiene un climax que es la fatigosa llegada al himeneo y un anticlímax que 
es la fatigosa llegada a la muerte. Hay un momento de tensión y otro de 
distensión. 
La primera parte gira en torno de dos personajes que se enamoran. Dido se siente 
fascinada por Eneas ( verso 14: qué epopeya la suya!). Eneas la deslumbra por 
su apostura. Hay una descripción en que se lo distingue entre todos los que van a 
la cacería y Dido se fija en su belleza. Pero también hay una atracción por su 
vida de desgracia melancólica/y además por su capacidad guerrera. La segunda 
parte nos presenta a dos enamorados, pero viene una contingencia o un hecho 
exterior (representado por la llegada de Hermes), que separa a los amantes por 
imposición divina. Esta separación tiene efectos duales. Dido pasa del amor al 
odio ( evolución correctísima: se odia a lo que se amó) y luego Eneas sublima 
sus sentimientos y transforma su amor por una mujer en amor por su destino. 
La primera parte del canto nos presenta a una mujer de gobierno, una reina, que 
había llegado “miserable y peregrina” a las costas de Cartago y había comprado 
un reino para huir de las Furias de Pigmalión, su cuñado, que había matado a su 
hermano Siqueo. 
Otros caracteres de Dido son: una conciencia segura de sus deberes; entrega total a 
su pueblo; espíritu amplio y generoso ( todos los beneficios de la hospitalidad). 
Quizás la única debilidad es que considera el futuro de su reino como en peligro 
y se ve coaccionada por una promesa que le quieta perennidad a su dinastía. A 
momentos parecería que su atracción por Eneas es una simple derivación de esta 
preocupación: casarse y tener hijos, aunque Virgilio parece no entusiasmarse 
mucho con este concepto porque le pone otros pretendientes que ella rechaza. 
Desde el primer verso, el amor es presentado a través de la imagen tradicional de la 
flecha de Eros. La antigüedad vio el amor como un imprevisto necesario, porque 
la plenitud de Dido no se hubiera realizado si no hubiera sido por la flecha. Es 
una contingencia para llevar al personaje a su plenitud. Este movimiento de 
amor la lleva a confiarse a su hermana Ana expresando todos los elogios que en 
su insconsciente dedica a Eneas, pero que su consciente rechaza. Ana parecería 
cumplir la función de hacer consciente lo inconsciente, de llevar a la luz lo que 
ella no se atrevería a afirmar públicamente. Pero Ana es una hábil conocedora de 
la vida humana, tanto como Virgilio. Virgili conoce las técnicas del amor, o 
mejor dicho los resortes de la psicología de la vida afectiva. Si bien asigna la 
causa profunda a los dioses (Eros) sabe que más allá de esta circunstancia 
exterior hay una psicología que se mueve, y esa psicología busca no confirmar 
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su conciencia del amor. Por eso dice que la reina iniciaba frases que no concluía. 
Psicológicamente su alma estaba obsesionada por un único pensamiento. La 
fantasía es vista como primer motor del amor, lo que no hubiera aparecido jamás 
en la literatura griega. En la literatura occidental es donde el poeta pone la tónica 
en el sentimiento más que en el objeto. Esto es típico de la poesía amatoria y no 
erótica ( se suplanta el sentimiento por el objeto). Freud dice que la cultura 
judeocristiana pone la tónica en el sentimiento: se da un juego de mosaico entre 
la enamorada y el enamorado. Vale más la emoción: se pone la tónica en la 
repercusión del fenómeno en uno. 
Hasta Dido no se había dado un análisis psicológico del amor y los sentimientos: con 
Dido se da por primera vez la poesía amatoria. Dido tiene también conciencia de 
que este sentimiento que ha engendrado por su huésped, que siguió como una 
fantasía, producto de una serie de conversaciones, tiene una parte de castigo y 
una parte de fracaso. Ella sabe que este sentimiento ( verso 25) va a engendrar 
en su vida un abrirse de la tierra, llevarla a sus profundos abismos, profecía que 
se cumplirá en el libro. 
Otro rasgo de su enamoramiento es que Dido, antes que tener una palabra o una 
insinuación de Eneas, ya crea todo un mundo fantástico y un futuro. El amor 
sale como flecha disparada de su alma y ella cree que va a tener respuesta. Este 
adelantarse al futuro es desarrollado no por Dido sino por Ana, que en esta 
primera parte representaría lo inconsciente de Dido ( verso 47): “qué ciudad 
llegaría a ser Cartago y qué reino el tuyo con un esposo así”. Toda la 
preparación del encuentro entre Dido y Eneas tiene caracteres románticos 
acentuados porque indican una hipertrofia del yo, de la imaginación. 
 
El libro IV de la Eneida comienza con un amplio esbozo del estado actual de la reina 
Dido. A ella la hirieron las flechas de Cupido, como un hecho externo o como 
forma de futuro. Pero parecerìa que el poeta agregara un aporte personal en la 
creación de este amor, porque agrega que un fuego oculto la devora. Sin lugar a 
dudas la imagen del fuego es una metáfora de la pasión ( como elemento 
subjetivo). Pero en la literatura griega podía representar también un elemento 
fisiológico, un fuego devorador de las entrañas de que habla Casandra cuando 
nos dice del aspecto fisiológico de la posesión divina de Apolo. Por primera vez 
dentro de la literatura latina y casi dentro de la griega, además de potencias 
exteriores que marcan el destino de un hombre surgen potencias interiores,psicológicas, que en este caso pueden ir desde la reflexión inteligente hasta la 
imaginación la fantasía. La reflexión inteligente comienza en el hexámetro 
diez, cuando analiza la figura física y moral de Eneas; las potencias imaginativas 
y fantasiosas están dadas cuando Dido se pierde en el deseo de que Eneas le 
repita su historia varias veces. Aun màs: su imaginación la lleva a estrechar al 
pequeño Iulo soñando que es su padre o ( verso 82) tenderse en el lecho que èl 
abandonaba. ( actitud irreflexiva, imaginaria, que puede tener como precedente 
lo que dice Esquilo en la Orestìada: Agamenòn, cuando Menelao se acostaba 
con estatuas de Helena. El mismo Virgilio es consciente de este poder de la 
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fantasía de su heroína, porque agrega: “ para engañarse de ese modo con un 
inefable amor”. 
El amor procede por grados: no es un coup de foudre. El proceso de la transferencia 
es lento. La figura de Eneas se va tornando obsesiva gradualmente, y las 
consecuencias psicológicas están dadas por el insomnio que lo domina. También 
en sus sueños idealiza a Eneas, lo magnifica, y se lo trasmite a Ana. Luego de 
esta introducción, la reina Ana avanza con sus destino trágico; ya no es dueña 
de su voluntad. Las únicas frases que escucha son las de la pasión y las 
halagadoras de Ana. Ana cumple no solo una función de confidente sino que 
parecería ser la expresión del subconsciente de Dido, como la manifestación de 
sus deseos, y también la de llevar a la luz esas partes oscuras de su personalidad. 
La concepción del mundo y la vida de Dido es esencialmente terrenal. 
En el verso 34 parecería dar una concepción del mundo esencialmente centralizada 
en la tierra. Quiere sepultar la promesa de Siqueo en el olvido. Ella representa la 
victoria del hoy sobre el ayer. Sobre esta concepción se levanta la concepción 
desesperada de la reina Dido (verso 25) que lanzará sobre sí misma la bendición 
“abrirse la tierra” si no cumple con la terrible promesa. Y lo extraño es que esta 
bendición se cumple. En el libro VI, Eneas se encontrará en los ínferos con la 
reina Dido, que lo mirará con desprecio y con odio, y no va a escuchar las frases 
de disculpa. Este silencio crea una proyección de perspectiva para todos sus 
sentimientos. La genialidad es mantener los momentos importantes en el 
desarrollo de la vida en silencio. La peripecia de la vida de la reina Dido ocurre 
cuando viene el mensajero de Zeus, mandándole a Eneas que abandone la corte 
cartaginesa para volver a las Hespérides de donde lo había alejado la tormenta. 
Zeus duda de la valentía de este hijo de Venus, porque Venus le había prometido 
que un hijo suyo trasladaría los penates a la nueva Troya. Frente al mandato 
divino, Eneas pospone, como buen héroe, lo individual a lo colectivo. 
 
REGATAS DESARROLLADAS EN SICILIA 
 
Una vez que la flota troyana parte de los muros de Cartago hacia Italia y Eneas 
todavía contempla el resplandor siniestro de la pira de Dido, una tempestad (la 
segunda) obliga a cambiar el rumbo de la flota hacia el reino del rey Alcestes, 
que hacía un año habían abandonado, y que habían dejado el cadáver de su padre 
Anquises. Para homenajear o recordar la muerte de Anquises Eneas dispone 
ritos y sacrificios en honor a su padre y agrega un deporte viril: las regatas, 
como homenaje al ilustre Hefestos. De esto sacamos algunas estructuras. En el 
libro anterior se abandonaba a una reina que ha muerto; en el libro VI se 
homenajea a un muerto ( esta es una muerte serena, la otra es una muerte por 
pasión; el primer caso no tuvo ritos de recordación, la otra es recordada con 
afecto). Se equilibra la atención trágica. Frente a la tragedia del libro IV ahora 
surge la dulce competencia de los juegos rituales. Frente a un exigencia de 
atención dramática profunda, ahora hay una distensión en una escena plácida. Al 
mismo tiempo los afectos se serenan, por el mero hecho de cambiar las 
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situaciones. Al patetismo agitado y violento suceden los juegos heroicos. Al 
palpitar de la pasión del amor se sucede el palpitar equilibrado de la 
competencia. A la realidad feroz de la vida se opone la ilusión del juego. 
Antes también la pasión sirvió para matar; acá la pasión sirve para la camaradería. El 
libro IV de introspecciones seguido de un espectáculo de la acción, la 
descripción de amplios paisajes. Ahora, el principal protagonista es la brisa y el 
sano esfuerzo de los hombres. Antes el protagonista fue Cupido. 
La acción comienza con la descripción a través de epítetos y frases adjetivas de las 4 
naves que compiten: Cliste, Quimera, Centauro y Sylla. Como siempre, Virgilio 
no olvida unir estas cuatro naves a la gloria de Roma, que aun no está fundada . 
Luego de describirnos las naves nos describe la meta, que es un peñón distante 
batido por las olas. Hasta aquí hizo una descripción donde el sentido que prima 
es el visual, pero enseguida actuará otro sentido, el auditivo. La acción comienza 
con el arranque de las cuatro naves y empieza en otro sentido, el clamor de los 
amarineros que azota el aire. Virgilio no se introduce en el narrador, es un 
espectador más; es un espejo entre la acción y nosotros. Nos entera de lo que ve. 
Ve la nave del capitán Gías, que se adelanta a la de Cloanto. Inmediatamente 
viene la primera peripecia que cambia el desarrollo de la acción, que nos 
excitará la curiosidad frente a lo imprevisto. La peripecia es cuando Gías 
advierte que Menetes, su piloto, revela del peñasco; como es anciano es 
prudente. Gías le grita, y al no hacerle caso lo arroja al mar. Este momento lo 
aprovecha Cloanto para meter su nave entre Gías y el peñasco, y tomar la 
endelantera. Lo persiguen Mnesteo y Sergesto, y este le grita a sus marinos que 
hagan un último esfuerzo aunque para no llegar últimos. 
Segunda peripecia: equilibra la estructura. El piloto de Sergestos se arrima al peñasco 
y encalla, cosa que aprovecha Mnesteo para ganarle la delantera a Sergestos y a 
Gías. Luego tenemos el desenlace: ayudado por deidades marinas Cloanto llega 
primero, porque es el único que tiene el epíteto de piadoso, y en el mundo 
virgiliano la predilección se da por la piedad. 
Luego llegan Gías y Mnesteo. Y al final llega Sergesto entre risas, desprovisto de 
todos los remos del lado izquierdo, y también aparece el piloto Menetes, que 
aparece vomitando agua en las peñas. Esta aparición entre ridícula y cómica 
distiende la puja de la regata y la impresión de juego que tiene toda la acción. 
Apéndice de la acción: se distribuyen los premios entre los ganadores. Es una puja 
pacífica, aparece el tema de la gloria frente al que aparecerá en el libro VII y el 
VIII como puja guerrera. También parecería que en la entrega de premios se 
distinguiera, detrás de esta acción presente, una versión retrospectiva de los 
ideales del imperio de Augusto: la puja y la gloria al servicio del imperio 
romano. Los jóvenes romanos son deportistas al servicio del imperio. El imperio 
no dará ya gloria en nombre de los dioses ni en nombre de un rey divino, sino en 
nombre de un ente abstracto, inhumano, el estado, que es un inmanente. Ofrece 
una inmortalidad humana, que es la gloria. 
Idealización de la acción: Virgilio ennoblece casi todo lo que toca. El sistema clásico 
es idealizar, embellecer el mundo. Aquí no se nos da el ideal de la sátira II de 
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Juvenal. La belleza la encontramos en la naturaleza, el mar como espectáculo 
chispeante, de luz y de rumores de olas, e incide en vista y oído. La acción se 
desarrolla armónicamente y la puja culmina con la segunda peripecia. Los 
movimientos de los marinos son estatuarios; no hacen gestos inútiles, y amén de 
que todos tienen un alma noble. La lucha de voluntades es un espectáculo tan 
hermoso como el del mar. El hombre y la naturaleza se enfrentan de tú a tú, y ls 
sentimientos piadosos de Cloanto ennoblecen toda la acción. 
También la acción tiene una unidad: no hay episodios secundarios que distraigan la 
atención del lector y la de losprotagonistas. Tiene un desarrollo gradual hasta 
culminar en un fin; al eliminar los incidentes secundarios todo está indicando 
una unidad plena. También se narra todo con rapidez. Para que las impresiones 
parciales se enlacen y condensen en pro de una única impresión, porque el lestor 
puede distraerse, puede recoger impresiones parciales pero no globales; se 
hipertrofia un elemento en detrimento de otros, lo que ocurre con la novela 
cápsula ( como Proust). También todo corre a su fin . El poeta no intercala nada 
por capricho. 
La acción es verdadera con la verdad de que habla Aristóteles al decir que el arte 
presenta la verdad de la vida con mayor veracidad y profundidad que la misma 
vida. En este libro todo es ficción, porque esta acción de regatas no ocurrió. Pero 
la acción de los personajes está marcada por una verdad profunda, de lo más 
verosímil que tiene el hombre. Da siempre la impresión de que el hombre 
procede como estos marineros; así la ira puede apoderarse del hombre, como de 
Gías al tirar a Menetes al agua; también es verdad que el azar o fortuna puede 
producir peripecias y uno puede salir bien de un riesgo ( Mnesteo) y otro mal 
(Sergestes). Eso responde a la verosimilitud de la vida. 
A Menetes se le cubre de burlas por su percance, cuando tal vez si Gías no lo 
hubiera arrojado al mar y lo hubiera dejado desarrollar su plan, le hubiera 
sonreído la fortuna. Nadie se fija en la intención de Menetes, sino que burlan, y 
esto es tremendamente humano. También vemos que la acción asciende por 
gradaciones: primero se presenta y luego sucede, mezclándose agradablemente 
las peripecias y los resultados, porque es verosímil que un navío encalle. 
Personajes: son todos jóvenes y valientes; sueñan con lograr una victoria. Pero dentro 
de esa estructura abstracta hay diversidad de caracteres, hay rasgos particulares. 
Dentro de esa estructura de belleza moral y física Virgilio introduce rasgos: 
Gías, sus gestos arrebatados; Mnesteo es elocuente y Cloanto piadoso. Otro 
rasgo común es que sean de naturalezas simples y sanas. También se intercalan 
pensamientos y reflexiones morales que le dan gran sugestión al desarrollo de la 
acción. Así se dice que la ira y la temeridad frustran las mejores naciones, que la 
imprevisión siempre lleva al desastre, etc. Este ideal humano. 
Estilo: está de acuerdo con la acción. El narrador no se introduce en la acción; utiliza 
el latín como en ninguna otra parte de la Eneida porque las impresiones 
auditivas vienen unidas al concepto que tiene que trasmitir. Cuando quiere 
presentarnos el golpeteo de las olas contra el peñasco hace casi una 
representación onomatopéyica. También las metáforas son originales en su 
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época: irradiante dolor, verde expectativa. También los adjetivos son perfectos. 
Algunos se transformaron en adjetivaciones comunes: “ánimo furioso”, etc., 
pero en su época eran novedad. Las comparaciones son también excepcionales. 
Hay un verso (144) cuando compara a las naves que parten a la regata con una 
cuadriga de caballos que se adelanta en el circo llenando de polvareda el aire; 
otra cuando Mnesteo ve a su rival que avanza sobre el mar y lo compara (160) 
con una paloma, dándonos el desarrollo, primero cuando azota el espacio con 
sus alas, y luego, cuando sus alas quedan inmóviles en el aire y planean. Quizá 
el poeta se fija en una imagen campesina de las palomas y se fija en ellas, en la 
pureza de su vuelo, y no utiliza aves de rapiña, porque le hubiera quitado 
cualidades morales.

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