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C0trn6CfOâ nûm. I l, abril a junio de 1987 El accidente nuclear de Chernobyl Marco A. Martinez D I accidente nuclear de Chetnobyl del 26 de abril de 1986 ha puesto en evidencia, como ningrin otro, los efec- D tos devastadores que las plantas nucleoeléctricas pueden ocasionar a la humanidad y al medio ambiente. Antes se pensaba que s6lo las armas nucleares podian destruir enormes cantidades de vidas humanas como en Hiroshima y Nagasaki, pero la extensiôn de los daâos por un accidente pone en evidencia que las diferencias son soliamente en cuanto al mecanismo de destrucciôn. En este sentido, una vez mâs se establece una profunda vincu- laciôn gntre los llamados usos militares de la energia nuclear, y los usos reputados siempre como pacificos por los propulsores de la industria de la nucleoelectricidad. El vinculo entre ambs usos habia sido denunciado desde siempre, por los cientlficos y politicos preocupados, como indisoluble, debido a que el dominio de alguno de los comlnnentes del ciclo nuclear, o de sôlo una parte de este, conlleva la posibilidad técnica de la fabricàciôn de ar- mammto, intensificando con ello la proliferaciôn militar llamada "horizontal". , Ninguna tetnologia, a pafiir del 6 de agosto de 1945, ha mostrado tan claramente su cara necrôfaga como la in- dustria nuclear, sea -repito- por los efectos del uso militar directo como por los usos "pacificos". En ambas ver- tientes el futuro de la humanidad se pone en entredicho, ya por el camino del holocausto, como por los accidentes en las plantas nucleares, y la imposibilidad de contener el escape de los materiales radiactivos a lo largo y ancho de ciclo de combustible. De hecho la problemâtica que la industria nuclear abre por la fabricaciôn de bombas, o plantas nucleares, se refiere a la esencia misma del desarrollo de ias sociedades particulares, y aun de la sociedad mundial, en la perspectiva de un futuro es- table de armonia entre los hombres y su ambiente. Resaltan en este contexto las propuestas de un cambio ra- dical en las politicas energéticas de un nrimero creciente de paises, en el sentido de calcular el consumo futuro de energia mâs de acuerdo con su uso final, que a partir de la oferta. Las ideas centrales de esta nueva cultura energética comprendèn: -que la demanda futura de energia se resuelva en térmi- nos de la satisfaccidn de las necesidades energéticas de la po- blaciôn, de tal manera que el dafio al ambiente sea el minimo posible, al tiempo que las nuevas tecnologias energéticas sean compatibles con una redistribuciôn mâs justa de la riqueza ge- nerada. De suyo esta politica implica el abandono de la forma en que hasta ahora se ha tratado de precisar la demanda futu- ra de energia, la cual en esencia consiste en olvidar el uso es- pecifico social para centrarse en la oferta dé técnicas disponi- bles en los inventarios de las compaflias vendedoras. Es decir, se trata de abandonar el paradigma de "No impona cuâl sea el problema (de energia), aqui estâ la soluciôn", por el nuevo Reproducido & Casa dcl Tiempo nttm.67; México DF, septiemb're a octubre de 1986. El autor es doctor en Fisica, profesor de la Facultad de Ciencias de ia Universi- dad Autônoma Meuopolitana (UAM) err Mexico D!' y coordinador del Grupo de Energla de la misma Facultad, miembro de la Comisi6n de Energla del Pacto de Grup Ecologistas y fundador del Comité de Defensa Ecol6gico de México. 86 paradigma: "Para tal necesidad energética, tal tecnologia apropiada". -que las nuevas tecnologias sean "apropiadas" en dos sentidos: por un lado, en la concepci6n de "adecuadas", o sea, que impliquen la ruptura minima de los ciclos ecosistémi- cos (integrando algunos, inclusive); y por otro lado, en la acepciôn de "control" por parte de los usuarios, quienes las prefiguran, disef,an y aplican. Esto riltimo no es contradicto- rio con la constituciôn nacional de la cadena ciencia-tecnica- producci6n, a partir del vinculo entre la poblaciôn tecnificada, tecnificante, y las instituciones autôctonas de docencia e in- vestigaci6n cientlfica y humanistica. -que la base de los recursos energéticos transformados sean los renovables descentralizados. Esta idea es una conclu- si6n de las dos anteriores. La nueva politica energética fundamentada en las tres ideas expuestas provee el marco para un futuro energético solvente y sano. Su puesta en prâctica requiere de al menos unas tres decadas, por ser éste el lapso de tiempo aproximado en que hist6ricamente se han dado los recambios y sustituciones de las tecnologias energéticas. La humanidad se encuentra asi en una encrucijada: o se decide por la transiciôn ordenada de los energéticos agotables no renovables a los inagoubles (en principio) renovables, o persiste en el camino de "mâs de los mismos", con la pen- pectiva de una ruptura violenta y degenerativa de las socieda- des y el medio ambiente. El accidente de Chernobyl marca un hito en la percepciôn de que se ha llegado a esta encrucijada. No es posible demorar mâs una toma decidida de posiciôn. Desarme y desnuclearizaciûn Ante el lamentable accidente de una planta nuclear ocurrido en Chernobyl el dia sâbado 26 de abril y que solamente ha quedàdo bajo control diez dias después. el Cornite Chi- leno de Desarme y Desnuclearizaciôh se hace un deber declarar a la opini6n priblica nacional lo siguiente: l. I-a magnitud del desastre del cual aûn no se conocen todos sus alcances, debe hacer reflexionar a la ciudadania sobre la naturaleza y gravedad misma de esta catâstro- fe imponiéndose a toda consideraciôn de tipo ideol6gica o politica. 2. 56lo el desprecio a la vida y a los derechos humanos mâs bâsicos, como ast las ansias inagotables de concentrarel podereconômico-politico en pocas manos han lleva- do al hombre a industrializar tecnologias cuyos procesos aun no estân lotalmente con- trolados. El progreso técnico cuando se basa en la utilizacion de tecnologias altamente azarosas es un progreso especulativo y cuando pone en peligro vidas humanas es inmo- ral. 3. La reaccidn de los Estados nucleares ante estos accidentes es siempre ocultar la verdad. En este caso la actitud de la URSS revela un gran desprecio por la vida humana" al evacuar tardiamente a la poblacion afectada f al ocultar el accidente a la ccmunidad internacional exponiendo inutilmente a la poblaciôn de otros paises a los efectos de la radiaciôn. Por otra parte, la reaccidn de otros estados nucleares por ocuitar ia verdad no ha sido distinta, por ejemplo: los franceses se enteraron con 2 semanas de retardo que la nube radiactiva sobrevol6 parte de su territorio produciendo en algunos sectores radiaciones 400 veces superiores a lo habitual. desmintiendo asi la afirmacidn de las autoridades y cientificos de que esta nube no pasaria por territorio francés. 4. El accidente Chernobyl debe hacernos ref-lexionar soLrre las consecuencias que podria ocasionar para toda la humanidad la tictcnlcion tan sôlo de una bomba nuclear. Ante esta situaci6n solicitamos redoblar los esfuerzos p(rr declar.rr a Letinoarnerice zona libre de lo nuclear, haciendo un l lamado a que nuestro pais junb a Argentina' Brasi i y Cuba terminen con el boicot impuesto al tratado de no proliferaciôn nuclear de Tlateiol- co y lo ratifiquen para que asi pueda entrar en vigencia. 5. Si la energia nuclear es la energia del siglo XX ciertamente no lo serâ para el siglo XXI. Nuestro pais debe renunciar definitivamente a la opci6n electro-nuclear y dedicar todos sus esfuerzos en ei desarrollo de las energias renovablcs, junto con diseùar una estrategia de desarrollo de bajo perfil energético. 6. El lamentable accidente de Chernobyl puede convertirse en el comienzo del fin de la era de la energfa nuclear. Esta posibilidad es ante todo una ciecisiôn politica a la que se subordinan las consideraciones técnicas y econômicrs: estâ en manos de todos nosotros movilizarnos para temrinar con esla nueva amenaza que afècta al mtrndo. Comité Chileno de Desarme y Desnuclearilaciôn, Santiago de Chile, I5 de mayo de 1986. R.eproducido deCasa del Tiempo nrim. 67, Ir{érico DF, septiembre a octubre de 1986. Causas y dafros En la riltima semana de agoqto de 1986 las autoridades sovié- ticas presentaron un informe a la Agencia Internacional de Energia Atômica sobre las causas y las repercustones del acci- dente en la planta nucleoeléctrica de Chemobyl, ocurridc el 26 de abnl de este aflo, es <iecir, a cuatro meses de or:urido. Segrin el informe, el accidente fue ocasionado por seis errores humanos consecutivos por parte de los operarios de la plânta, los cuales conducian un experimento para determi- nar el dempo que las turbinas impulsadas por vapor continua- rian generando electricidad en caso de un corte inesperado de potencia en la planta. De acuerdo con el vocero soviético ffa- leri Legasov, primer diputado director del lnstituto Kurchatov de Energia At6mica): "La secuencia de las acciones humanas era tan improbable que el ingeniero (quien diseflô la planu y sus sistemas de seguridad) no incluyô tal escenario en su pro- yecto". Es decir, ocurfiô lo impensable, nuevamente como en los casos de Windscale, Browns Ferry, la Isla de las Tres Millas. v los miles mâs aue no han alcanzado la misma noto- riedad, tanto por su magnitud, como porque se los ha oculta- do celosamente por las autoridades. A la fecha, el impacto dei accidente, en forma resumida (y de acuerdo con la informaciôn parcial revelada por algunos paises solarrrente), es el siguiente: -En ia URSS. Muenos: 11. Heridos de gravedad: mâs de 200 (de acuerdo con rnédicos occidentales, segrin el informe de Legasov). Heridos: mâs de. 5.000 posibiemente morirân prematuramente de câncer inducido por las radiaciones (mis- ma fuente que arriba). Ocurirân mâs de 10.000 casos de câncer en tiroides, de los cuales 1.500 resultarân mortales (misma fuente que arriba). Contaminaciôn: la regiôn,que rodea la planta continuarâ siendo peligrosa por affos. con niveles de radiaciôn hasta de 2.500 veces la radiaciôn natural. (Segrin Linus Pauling, premio Nobel de Quimica en 7954 y de la Paz en 7962, ya el 10% de las muertes por câncer son producto de la radiaciôn natural). 135.000 personas asentadas a menos de cien kilô- metros de la planta tuvieron que ser evacuadas, y serân alber- gadas en siete mil nuevas casas, ex profeso construidas para 87 3 UIUIVERSIDAD, CIEITCIA V TECTOTOGIA alfurgar a los damnificados. Costo econdmico: Segûn el secretario de la secciôn de economia de la Academia de Ciencias de la URSS, el costo minimo por daflos técnicos y sociales es de unos dos mil millones de d6lares. (fucélsior,l o de septiembre de 1986). -En Suecia. Segrin fuentes periodisticas de Suecia, en donde cayô menos del 2Vo de los materiales radiactivos libe- rados por el reactor de Chernobyl, (el daflo econ6mico) es de 200 millones de dôlares, debido a que los campesinos tuvie- ron que cortar las siembras y los ganaderos tirar la leche du- rante varizls semanzrs. Neusueek (septiembre 1o de 1986) da 144 millones para el costo de los alimentos echados a perder, y se menciona también la amenaza en conffa de los medjos de subsistencia de quince mil lapones nômades (dado que los renos, base de su alimentaciôn, estarian contaminados con cesio, iodo y estroncio). Los niveles de contaminaci6n, de acuerdo con el estudio sueco del Nationnl Institute of Radia- tion Protection, del 72 de mayo de 1986, llegaron a estar hasta cincuenta veces en promedio arriba de la radiaciôn na- tural sobre Suecia; desde luego en ciertos lugares, como en Gâvle, las disposiciones de material radiactivo fueron mucho mâs elevadas. -En Alemania Federal. El costo minimo se calcula en unos cien millones de dôlares. -En Inglaterra. El costo parala agricultura hasta ahora se calcula en catorce millones de dôlares. Se desconocen datos referentes a contaminacidn radiactiva de la tierra y las aguas en estos paises y el resto de Europa, asi como el nrimero de las enfermedades cancerosas esperadas por la nube radiactiva. Desmantelar las plantas El accidente de Chernobyl, con todo, no es el peor o el mâs grave que pudo haber ocurrido. En 7965 el Laboratorio Na- cional de Brookhaven estimd las consecuencias del accidente mâs grave (fundiciôn del nricleb, ruptura de las barreras, y caida de la nube radiactiva sobre una ciudad populosa), como sigue: Mueftos: 45.OOO. Heridos: cien mil. Contaminaci6n: una superficie igual al estado de Persilvania (una vez y media el estado de Veracmz). Costo (daflos a la propiedad): 17 mil millones de dôlares (de 1965). Para tranquilizar ala poblacidn y regular el licenciamiento de nuevas plantas nucleares, sobre todo después del Decreto de Libertad de Informaci6n, el gobiemo de los rE.W. ordenô en 1974 un estudio para estimar la probabilidad de un acci- CONCLUSION "-lQuién es el jefe? Como le dije a otras personas, Contreras tenfa mucho poder y la otNltenfa un s6lo director, que era é1, y se relacionaba directamente con el presidente, que es Pinochet. Y no se si consultf a Pinochet o no. Pero quiero ser muy claro: yo no oi personalmente sus palabras. Otra persona me lo cont6. - iQuién es esa otra persona? -Espinoza. Bl me lo dijo, creo que cuando ya estaba en el hospital, detenido. - iY Espinoza habîa concluido que fue Pinochet quien dio Ia orden a Contreras? -Creo que si . . . iNo, no creo que sf! (r îe). . . ;Si ! Concluy6 eso." Fernândez Larios, entrevista enApsi nrim. 193, Santiago de Chile, 23 de febrero al 8 de marzo de 1987. dente nuclear grave. El resultado cualitativo del informe fue que: "La probabilidad de morir por accidente nuclear en un afro cualquiera es de uno en 300 millones, de ser herido en idénticas circunstancias uno en 150 neillones...Para acciden- tes implicando mil o mâs decesos, el numero es de uno en un mill6n o una vez en un mill6n de aflos... precisamente la pro- babilidad de que un meteoro cayera en una poblacidn de los EE.UU. causando mil decesos". Los accidentes nucleares pasados, y los subsecuentes, inva- lidaron completamente las premisas del estudio, en particular la suposiciôn central de que el accidente se compone de fallas independientes en sucesiôn. Los accidentes mâs graves que han conmovido a la industria nuclear y a la opiniôn priblica mundial, de acuerdo con el informe (conocido como Ras- mussen o WASH-1400) no debieron ocurrir. 88 UlU IVERSIDAD, CIENCIA Y TECNOTOGIA La probbilidad de un accidente nuclear grave debe au- mentar, no obstante, en el caso de paises poco industriaiiza- dos, sin una infraestructura industrial de mantenirniento y servicio, como la tienen los EE.UU. o la URSS. Por esto mismo, y luego de Chernobyl, es que la planta nuclear de Angra, en Brasitr, ha sido clausurada por la pobla- ciôn de 200.000 lubitantes del mismo noÊrbre, hasta que se tengan planes de evacuaciôn adecuados. (Exoëisior,7 de funio de 1986). La protesta generada en Eurr:pa ha ocasionado una reduccién srsmncial en los planes de instalaciôn de nuevas plantas nucleares. En la RFA, por ejernplo. el Panido Sr-rial- demôcrata, al igual que el Partido Verde, tienen como una de sus ofertas electorales el abandono del camino nuclecelectrico para dentro de diez aics. En otros paises, como ltalia, Yu- goeslavia, Espafla, etcétera, se han consolidado extensos mo- vimientos populares demandando relèrendos, similares al sueco de 1980, para desmantelar las plantas nucleares actual- mente en funcionamiento. La propuesta se ha li.evado cn Fin- landia y la RFA, prometiendo extendetie a otros paises, hasta el grado en que grupos organizados de mljeres en edad fértil se niegan al embarazo, mientras la srriedad nci krs garantice un am,biente exento del peligro que las radiaciones tienen so- bre los fetos y las células reproductoras humanas. En Austria se ha llegado a la conclusiôn de desmantelar la unica planta nuclear totalmente terminada. y qiie estrivo a punto de operar hasta que una consulta popular determiliô clausurarla. Y mientras en todo el mundo el accidente de Chernobyl ha despenado la conciencia de poblaciones y gobiemcs. en México, el presidente anuncia en su IV in{ormede gobierno Ia decisiôn de continuar con el desproposito de operar comer- cialmente la nucleoelectrica de Lazuna Verde en 1987. Contexto y alternativas El accidente de Chemobyl ocurre cuando van ganando fuerza dos movimientos: por un lado, el paulatino, y a veces abrupto, abandono de la nucleoelectricidad en casi todo el mundo; por otro, la entrada a la sociedad de las tecnologias energéticas renovables descentralizaclas. Un ejemplo extremo del abandono nuclear lo constituyen los EE.uu., cuando a par- tir de 1978 no se produce ningrin pedido de nuevas plantas nucleares, o cuando en 1980 Suecia dimite del camino nuclear por la via del referêndo. Como ejemplo de la adapta- ciôn masiva de tecnologias apropiadas estâ China, en donde mâs de nueve millones de biodigestores se han logrado instalar domésticamente para, de {orma integrada con otros sistemas, proveer de ios minimos proteinicos y energéticos a de'cenas de millones de chinos; o también, tenemos el caso de ics EE.UU. donde extensas zonas de la costa oeste se han plantado con aerogeneradores coîlerciales de electricidad. Entre los extrernos oscilan vadas alternativas energéticas, incluso al inrerior de los paises en donde es frecuente encon- trar eclécticamente un gran esfuerzo en la direcciôn "mâs de lo mismo". en tanto que un minimo de recursos se invierten en las tecnnl':rgias apropiadas. Para los paises no tan industria- lizados crmo México. caf,entes de divisas, la.encrucijada es tanto mâs dicot6mica por cuanto la persistencia en un camino significa el abandono dei otro. Asi. el intento de recorrer el camino cerrado de la nucleoelectricidad cierra'(a su vez) la positrilidad de adaptar masivamente tecnologias mâs apro- piadas. De cualquier manera, en los ultimos tiempos ha ido ganando terreno el intento de la vuelta a lo nuclear, luego de sus grandes derrotas de fines de los 70 y principios de los 80. En Suecia los pronucleares empezaban a rçlantear una revi- siôn del referendo de 1980, y en los EE.uu. se hablaba con mâs frecuencia y amplitud del futuro promisorio que podrian tener los reactores nucleares de la segunda generaci6n. Asi c,rmo el accidente de la Isla de Tres Millas en marzo de 1979 impulso el rechazo nuclear de aquel tiempo, el accidente de Chernobyl de abril de 1986 ha dado inicio a una rediscusi6n y posible abandono mâs extenso de la nucleoelectricidad en toclo el mundo. Sin embargo, vale mencionar que el terreno que la indus- tria nuclear iba ganando antes de Chernobyl se circunscribia mâs que nada al impulso publicitario y promocional, puesto que las reducciones reales d: las proyecciones disefladas apenas en la década anterior, dejaban pocas dudas respecto al fracaso econômico y técirico cle ia ola nuclear de la primera generaciôn. Los altos costos de inversiôn, de operaciôn y de los acci- dentes ocurridos son causantes econômicos de la suspensiôn, cancelaciôn e inicio de reconversidn de las plantas nucleares. El que la demanda de electricidad resuitara menor a la pro- yectada también constituye una poderosa ruzôn. Una tercera causa proviene de que la poblaci6n se dio cuenta de lo im- perfecto de la tecnologia nuclear. por tanto, de su inseguri- dad, cayendo en la conclusiôn de que todas las plantas nricleares son experimentales, es decir, que se las ha comer- cializado siendo la humanidad el coneiillo de indias. El acci OFERTA ". '. Willoughby ofreciô ponerrne a Contreras y Espinoza a disposiciôn si liberaba dei caso a Fernândez La- rios. Al mismo tiempo, deseaba proteger al general Pinochet (...) Sabemos que existe una relaciôn muy estrecha entre Pinochet y Willoughby. Debo aclarar que no fue una gesti6n oficial. Aûn mâs, Willoughby no permitiri que contactâsËmos "onla Embajada de Chiie, para corro- borar esa versi6n. Su oferta consistia en que si liberâbamos de cargos a Fernândèz Larios, postèriormente nos entregaria a Contreras y Espinoza. Nosotros le contestamos que, a nuestro modo de vef, el asunto era exact:rmente a la inversa. Primero nos entregaba a Contreras y Espinoza y después conversâbamos." Eugene Propper, entrevista enCauce niim. 96, Santiago de Chile, 23 de febrero al lo de marzo de 1987. 89 = UNIVERSIDAD, CIENCIA Y TECNOLOGIA dente de Chemobyl ha corroborado esto ûltimo con creces, aunque la historia de las deshonestidades de la comercializa- ci6n nucleoeléctrica estâ documentada ampliamente en EE.UU. @aniel F. Ford, Penguin Books. 7981, Tbree Mile Island: ThirQ Minutes to Meltdou,a), Filipinas (Fortune, sept. 1o de 1986), Irân (Comercio Exterior, noviembre de 1982). etcé- tefa. El descubrimiento de toda la informacidn oculta al priblico acerca del carâcter experimental de las plantas nucleares en los EE.UU. se logr6 luego del Decreto de Libertad de Infor- macidn de principios de los 70. El resultado fue una con- mociôn parala poblaciôn noneamericana aunque! digamos, la ocurrencia de accidentes en piantas nucleares graves se mantenia a un nivel relativamente restringido, pese a Windscale (Inglaterra, 7917), Browns Ferry (EE.UU. , I97 )) y la Isia de Tres Millas (EE.UU.. 1979). Pero estos accidentes y decenas de miles mâs reputados como "incidentes". indica- ban con insistencia el carâcter experimental de la nucleoelec- tricidad. Incluso. para poder comercializar un producto tan peligro- so, el gobierno de los EE.UU. tuvo que recurrir a una artima- fra cinicamente deshonesta. El Laboratorio Nacional de Brookhaven habia estimado en marzo de 1957, a pedido de la propia Comisidn de Energia Atômica, que un accidente nuclear grave podria mataî y herir a miles de personas, y cau- sar miles de millones de dôlares en daflos a la propiedad. En septiembre de 1917 el gobiemo emitiô un decreto, conocido con el nombre de Price-Anderson, por el cual arbitrariamen- te se limitri a sdlo )60 millones de dôlares la mâxima cobertu- ra por daflos nucleares. Sesenta millones serian cubiertos por las compaf,ias privadas de seguros. y el resto por los contri- buyentes ai fisco. Asimismo, el decreto estableciô que las re- ciamaciones por enfermedad dejanan de tener validez a los diez aflos de producido el accidente nuclear, cuando se sabe que puede tomar de quince a treinta af,os el desarrollo de los sintomas de câncer por radiaciones. Por si {uera poco, el de- creto no daba una definiciôn precisa y operacional de lo que es una herida ocasionada por exposiciôn a la radiaciôn (...). La tercera revoluciôn in- dustrial. Impactos inter- nacionales del actual vi- raje tecnolôgico, edicio- nes preparada por Car- los Ominami; Progra- ma de Estudios Conjun- tos sobre las Relaciones Internacionales de Amé- rica Latina RIAL - Gru- po Editor Latinoameri- cano, Buenos Aires, 1986. En esta muy completa selec- ciôn de articulos. Ominami ha efectuado una revisi6n acucio- sa y comprehensiva de la revo- luci6n tecnoldgica actual, en- frentada a la crisis internacro- nal con la que predominante- mente ha coexist ido en el t iem- po. Los anâlisis incluyen desde propuestas propiamente teori- cas destinadas a revisar profun- damente los fundamentos con- ceptuales para la comprensiôn 90 Lecturas del fènômeno tecnolôgico y de las nuevas ideas referidas al de- sarrol lo. hasta aproximaciones de mayor especificidad sobre el rol posible a jugar por los pai- ses subdesarrollados sobre este proceso tan complejo pero tan singular y variado impacto so- bre nuestros niveles de desarro- l lo y la cal idad de vida cotidia- na de nuestras mayorias socia- les marginal izadas. En los planteos de los dis- tintos articulistas se establecen los principales alcances de los recientes camhios lgsnokigicos y del correspondiente proceso de reestructuracion industrial que ocurre en los paises centra- les, y cuyos efectos comienzan a expresarse en las sociedades lat inoamericanas. Se resaltan la automatizaci6n creciente de los procesos productivos de bienes y servicios: los especta- culares progresos en el campo de la microelectr6nica y la nue- va y sistemâtica disponibi l idad de informaciôn. Estas circuns- tancias habrian dado lugar a un nuevoparadigma tecnolôgico, en el que el lugar central estâ ocupado por una serie de acti- vidades nuevas. como la mi- croelectrônica. las biotecnolo- gras y la industr ia de nuevos materiales. Se sostiene que este nuevo paradigma tecnolôgico se ha dado en ausencia de una trans- formacion equivalente del cua- dro econdmico-social en que se efectùa, con lo que sus resul- tados en el plano macro no han logrado arrestar las tenden- cias recesivas que continuan dominando la escena econômi- ca mundial. Se destaca la con- tradicciôn fundamental entre las potencial idades f isicas de la revolucion cienti f ico-tecnolô- gica y la incapacidad de los sts- temas socro-economlcos cons- tituidos. En particular, se sos- t iene que sin cambios substan- t ivos en la organizacion social del trabajo tenderân a pnmar los efectos destructivos que los procesos de transformaciôn global de la base técnica de la sociedad forzosamente traen consigo. En lo referente a las leccio- nes que esta revoluciôn tecno- logica plantea para la region, los autores pertinentes destacan la necesidad de una recupera- cion adecuada de dicho proce- so para América Latina, en contextos de consolidaciôn de- mocrâtica y de formas de desa- rrollo mâs equitativas y autô- nomas. Se previene frente a un optimismo tecnologico exa- gerado, destacando que la tec- nologra no consti tuye una va- r iable independiente. suscepti- ble de modificaciones al mar- gen de las condiciones politi- cas, economicas y sociales que configuran la real idad. Sergra Galilea. nl
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