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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/374025167 Historia de América en el siglo XX Book · September 2023 CITATIONS 0 READS 332 1 author: Emiliano Gil Blanco Universidad San Francisco de Quito (USFQ) 54 PUBLICATIONS 57 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Emiliano Gil Blanco on 19 September 2023. The user has requested enhancement of the downloaded file. https://www.researchgate.net/publication/374025167_Historia_de_America_en_el_siglo_XX?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_2&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/publication/374025167_Historia_de_America_en_el_siglo_XX?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_3&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_1&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Emiliano-Gil-Blanco-2?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_4&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Emiliano-Gil-Blanco-2?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_5&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/institution/Universidad_San_Francisco_de_Quito_USFQ?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_6&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Emiliano-Gil-Blanco-2?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_7&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Emiliano-Gil-Blanco-2?enrichId=rgreq-d81cac75fde6bf9caeb90e10cef916c4-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM3NDAyNTE2NztBUzoxMTQzMTI4MTE4OTc5OTIxNUAxNjk1MTU0NDI1MjIz&el=1_x_10&_esc=publicationCoverPdf Historia de América en el siglo XX Emiliano Gil Blanco 1 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Introducción La historia de América en el siglo XX es un relato fascinante de transformación, desafíos y logros significativos que han moldeado el continente de manera profunda. A lo largo de este período, América experimentó una serie de cambios políticos, económicos, sociales y culturales que la llevaron desde la consolidación de repúblicas hasta la Guerra Fría, pasando por movimientos de derechos civiles y avances tecnológicos. Este curso se adentrará en algunos de los momentos más destacados de la historia del continente americano durante el siglo XX, enfocándose en sus aspectos más relevantes. El siglo XX comenzó con una América que aún estaba recuperándose de las consecuencias de las guerras de independencia y luchando por consolidar sus fronteras y gobiernos. A medida que avanzaba la primera mitad del siglo, se establecieron repúblicas democráticas en la mayoría de los países, pero enfrentaron desafíos significativos en forma de conflictos internos, tensiones con potencias extranjeras y desigualdades económicas. Uno de los acontecimientos más destacados de las primeras décadas del siglo XX fue la Revolución Mexicana (1910-1920). Este conflicto transformador buscó derrocar al régimen porfirista de Porfirio Díaz y luchó por reformas agrarias y sociales. Figuras como Emiliano Zapata y Pancho Villa çse convirtieron en íconos de esta lucha, que culminó con la creación de una nueva Constitución en 1917 y la consolidación de un sistema político más inclusivo en México. La década de 1930 fue testigo de la Gran Depresión, una crisis económica global que afectó profundamente a todo el mundo y, en particular, a América en diferente grado. En respuesta, el presidente Franklin D. Roosevelt implementó el New Deal, un conjunto de políticas destinadas a estimular la economía y brindar alivio a los ciudadanos afectados por la crisis. Estas medidas incluyen programas de empleo, seguridad social y regulación financiera, y sentaron las bases para la expansión del Estado de bienestar en los Estados Unidos. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) tuvo un impacto significativo en América. Si bien los Estados Unidos inicialmente se mantuvieron neutrales, el ataque a Pearl Harbor en 1941 los llevó a unirse a la guerra. Durante el conflicto, América apoyó un papel crucial en la derrota de las potencias del Eje y emergió como una superpotencia global. La guerra también impulsó la economía, ya que la producción de armas y suministros proporcionó empleo militar y estimuló el crecimiento industrial. Después de la Segunda Guerra Mundial, América se encontró inmersa en la Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico y político entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Este período de tensión geopolítica se caracterizó por la carrera armamentista, la propagación de la influencia de ambos bloques en América 2 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Latina y Asia, y la Guerra de Corea (1950-1953), que representó un conflicto proxy entre las superpotencias. En la década de 1950, Fidel Castro lideró la Revolución Cubana, que culminó en el derrocamiento del régimen de Fulgencio Batista en 1959. Cuba se convirtió en un estado socialista, lo que desencadenó tensiones con los Estados Unidos y culminó en la Crisis de los Misiles de 1962, un enfrentamiento directo entre ambas naciones que puso al mundo al borde de la guerra nuclear. A medida que avanzaba la segunda mitad del siglo XX, la globalización comenzó a tener un impacto significativo en América. La apertura de mercados internacionales y avances tecnológicos llevaron a cambios en la economía, con un énfasis en la industrialización y la exportación de recursos naturales. Sin embargo, esto también resultó en desigualdades económicas y sociales en muchos países de América Latina. La década de 1980 presenció eventos históricos que tendrían un impacto profundo en la historia de América, como la caída del Muro de Berlín en 1989 y el colapso de la Unión Soviética en 1991. Estos eventos marcaron el final de la Guerra Fría y llevaron a una reconfiguración de las relaciones internacionales en América y en todo el mundo. El siglo XXI ha presentado nuevos desafíos y oportunidades para América. La globalización ha continuado su curso, y los avances tecnológicos han transformado la sociedad y la economía. Además, temas como el cambio climático, la migración y la seguridad cibernética se han convertido en preocupaciones clave para la región. En resumen, la historia de América en el siglo XX es una narrativa rica y compleja de cambio, conflicto y progreso. A lo largo de este período, el continente experimentó transformaciones políticas, económicas y sociales significativas que dieron forma a su identidad en el contexto global. Desde las luchas por la independencia hasta los desafíos de la Guerra Fría y la era de la globalización, el siglo XX dejó una huella indeleble en América y definió su posición en el escenario mundial. Metodologia La historia de América en el siglo XX es un campo de estudio amplio y fascinante que abarca una gran variedad de eventos, procesos y cambios significativos en el continente americano durante ese período. En esta introducción metodológica, exploraremos las principales aproximaciones y enfoques que los historiadores han utilizado para analizar y comprender la compleja historia de América en el siglo XX. Además, se destacarán las fuentes historiográficasen español que han contribuido a enriquecer nuestra comprensión de este período. 3 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 1. Enfoques Historiográficos La historia de América en el siglo XX ha sido abordada desde diversas perspectivas y enfoques. Algunos de los enfoques más prominentes incluyen: a. Historia Política: Este enfoque se centra en el análisis de los eventos políticos, los gobiernos, las ideologías y los conflictos que marcaron el siglo XX en América. Los historiadores políticos estudian las dinámicas de poder, las revoluciones, las dictaduras y los movimientos políticos que configuraron la historia política de la región. b. Historia Social: La historia social se concentra en la vida cotidiana de las personas, sus experiencias, sus luchas y sus cambios sociales a lo largo del siglo XX. Este enfoque examina cuestiones como la migración, la urbanización, la clase social, el género y las luchas por los derechos civiles y humanos. c. Historia Económica: Los historiadores económicos se enfocan en el análisis de las transformaciones económicas, las políticas económicas, el desarrollo industrial, el comercio y las desigualdades económicas en América durante el siglo XX. d. Historia Cultural: La historia cultural se adentra en el estudio de las expresiones culturales, como el arte, la literatura, la música y la religión, así como en las interacciones culturales y las identidades culturales en un contexto regional y global. e. Historia Internacional y Diplomática: Este enfoque examina las relaciones internacionales de los países americanos en el siglo XX, incluyendo la diplomacia, los tratados, los conflictos internacionales y las alianzas estratégicas. f. Historia Ambiental: La historia ambiental se centra en la relación entre las sociedades humanas y su entorno natural. Los historiadores ambientales analizan cómo las prácticas humanas han afectado el medio ambiente y cómo las preocupaciones ambientales han evolucionado a lo largo del siglo XX. 2. Fuentes Historiográficas en Español El estudio de la historia de América en el siglo XX se ha beneficiado enormemente de una amplia variedad de fuentes historiográficas en español. Estas fuentes incluyen: a. Documentos de Archivos: Los archivos nacionales, estatales y locales en los países de América Latina y España albergan una riqueza de documentos históricos, desde correspondencia oficial hasta registros judiciales y administrativos. Estos documentos proporcionan una visión detallada de los eventos y decisiones políticas. 4 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco b. Publicaciones Académicas: La producción académica en español ha generado numerosos libros, artículos y tesis doctorales sobre la historia de América en el siglo XX. Estas publicaciones aportan investigaciones originales y análisis críticos. c. Entrevistas y Testimonios: Las entrevistas con testigos o participantes en eventos históricos, así como los testimonios personales, han sido valiosas fuentes para la reconstrucción de la historia oral y las experiencias de las personas comunes. d. Periódicos y Revistas: Los periódicos y revistas en español han registrado los acontecimientos del siglo XX en tiempo real, ofreciendo una visión de la opinión pública y la cobertura mediática de eventos clave. e. Archivos Fotográficos y Audiovisuales: Las imágenes y grabaciones audiovisuales históricas proporcionan una ventana a la cultura visual y la memoria colectiva del siglo XX en América. 3. Metodologías de Investigación La investigación en la historia de América en el siglo XX requiere un enfoque multidisciplinario y el uso de diversas metodologías. Algunas de las metodologías comunes utilizadas por los historiadores incluyen: a. Análisis de Archivos: La investigación en archivos históricos es fundamental para recuperar documentos y registros que arrojen luz sobre eventos y figuras clave de la historia del siglo XX. b. Entrevistas y Historia Oral: La recopilación de testimonios orales de testigos directos de los acontecimientos permite capturar experiencias personales y perspectivas que pueden estar ausentes en los documentos escritos. c. Análisis Cuantitativo: Los historiadores utilizan datos cuantitativos para estudiar tendencias demográficas, económicas y sociales a lo largo del siglo XX. d. Análisis Comparativo: Comparar diferentes países o regiones dentro de América en el siglo XX permite identificar similitudes y diferencias en los procesos históricos. e. Teoría e Interpretación: La aplicación de teorías y enfoques interpretativos ayuda a los historiadores a comprender los significados y las implicaciones más profundas de los eventos históricos. 4. Desafíos y Tendencias Actuales La historia de América en el siglo XX sigue siendo un campo en constante evolución. Algunos de los desafíos y tendencias actuales incluyen: 5 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco a. Globalización: El estudio de América en el siglo XX cada vez más se enmarca en un contexto global, considerando las interacciones y conexiones internacionales. b. Enfoque en Grupos Marginados: Los historiadores están prestando más atención a las voces y experiencias de grupos marginados, como las comunidades indígenas, afrodescendientes y LGBTQ+. c. Historia Ambiental: El interés en la historia ambiental está creciendo a medida que la conciencia sobre los problemas ambientales se intensifica. d. Nuevas Tecnologías: La digitalización de archivos y la disponibilidad de herramientas de análisis digital están transformando la investigación histórica. En resumen, la historia de América en el siglo XX es un campo diverso y dinámico que ha sido abordado desde múltiples perspectivas y enfoques. El uso de fuentes historiográficas en español enriquece nuestra comprensión de este período, y los historiadores emplean una variedad de metodologías para investigar y analizar los eventos, procesos y cambios que marcaron esta centuria. 6 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 1. LAS TRANSFORMACIONES DE FIN DE SIGLO. 1. Presentación y objetivos. A partir de 1870, la consolidación de las oligarquías y el afianzamiento del Estado permitió la estabilidad política en Iberoamérica a excepción de la guerra del Pacífico (1878–1883) ofreciendo un ambiente más seguro para la inversión de capitales extranjeros que el que había existido hasta entonces, siendo Iberoamérica más atractiva para los inversionistas extranjeros que Asia, África o el Oriente Medio, lo que provocó un gran movimiento de capitales desde los mercados de Gran Bretaña, Francia, Alemania y Estados Unidos. Estas grandes transferencias de capitales se efectuaban a través de mecanismos de préstamos a los gobiernos, para una mejora importante en infraestructuras lo que supuso, en consecuencia, el crecimiento de su deuda externa. Por otra parte, el crecimiento de las inversiones, la producción y el comercio trajo consigo el crecimiento de los ingresos de exportación y, por consiguiente, la capacidad de importar, lo que permitió a los gobiernos de la zona la recaudación de recursos, tanto para inversiones gubernamentales como para gastos corrientes y, generó empleo, con lo que cada vez más capas de la población aceptaron los regímenes oligárquicos. 2. Esquema. 1. LA INDUSTRIALIZACIÓN VINCULADA AL SECTOR EXPORTADOR. 1.1. Imagen dicotómica: frente a la alta tecnología para la metalurgia, industria química y algunos productos agrícolas a maquinaria muy primitiva para la fabricación de productos dirigidos al consumo nacional. 1.2. Desarrollo de la industria exportadora en diferentes países de la zona. 1.3. También se consolidó una industria nacional. 2. SURGIMIENTO DE LA CLASE OBRERA. 2.1. Desde 1880 a 1930 el proletariado urbano toma fuerza en toda la región. 2.2. Las tendencias delproletariado se decantan por el anarquismo y el socialismo. 2.3. Los gobiernos toman medidas muy enérgicas contra el movimiento obrero. 2.4. Hasta 1930 los gobiernos de la zona no reglamentaron las relaciones capital-trabajo. 3. LOS MOVIMIENTOS SINDICALES. LA APARICIÓN DE LA IZQUIERDA. 3.1. Las ideologías socialista y anarquista llegan con los inmigrantes europeos. 3.2. Aparición y desarrollo de los movimientos sindicales en: 7 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco • México. • Chile. • Argentina. • Brasil. • Bolivia. 3.3. A excepción de Uruguay y Argentina, los partidos políticos no tuvieron fuerza en el movimiento obrero. 3.4. La organización preferida por la clase trabajadora era el sindicato profesional local. 3. Conceptos fundamentales. ▪ Capitalismo. ▪ Socialismo. ▪ Anarquismo. ▪ Sindicato. 4. Lecturas y material complementario. - LEVIN, Jonathan: Las economías de exportación. México, 1964. - MELGAR BAO, Ricardo: El movimiento obrero latinoamericano. Alianza América, Madrid, 1988. 8 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 1. Las transformaciones del fin de siglo 1. La industrialización vinculada al sector exportador. Durante el periodo comprendido entre 1820 y 1870, las economías europeas y la de EE.UU., brindaron oportunidades de crecimiento al permitir la integración de la región iberoamericana en la economía mundial, pero eso dislocó el comercio interregional por la menor producción artesanal, el fin de los talleres manufactureros u obrajes y el sistema de transportes interregionales. A cambio logró obtener préstamos en el extranjero. A partir de 1870 la consolidación de las oligarquías y el afianzamiento del Estado permiten la estabilidad política, ofreciendo un ambiente más seguro para la inversión de capital extranjero. En esta década Iberoamérica es más atractiva para los inversionistas extranjeros que Asia u Oriente Medio, lo que provocó un gran movimiento de capitales. Estas grandes transferencias de capital se hacen por medio de préstamos a los gobiernos para mejora de infraestructuras, lo que condujo al crecimiento de su deuda externa. El crecimiento de las inversiones trajo consigo el crecimiento de los ingresos de exportación, y por consiguiente la capacidad de importar, lo que facilitó a los gobiernos la recaudación de recursos sin tener que recurrir al aumento de los impuestos internos y generó empleo; esto tuvo como consecuencia que cada vez más capas de la población aceptaran los regímenes oligárquicos. El motor del cambio producido entre 1870 y 1914 fue el crecimiento de la producción industrial en los países del Atlántico Norte que determinaron la tasa de crecimiento de la demanda de exportaciones procedentes de las economías periféricas. Las inversiones cubren varios sectores: préstamos a los gobiernos, inversiones directas en empresas dedicadas a servicios públicos y en empresas orientadas a la explotación de recursos mineros, agrícolas y ganaderos. Los británicos invirtieron en Argentina, Brasil, México, Chile, Uruguay, Cuba y Perú. Francia sobre todo en Brasil, Argentina y México; Alemania lo hace en Argentina y Brasil. Los campos preferentes de inversión eran ferrocarriles, minas, banca, finanzas y empresas de servicios públicos. EE.UU. comenzó a invertir en la década de los ochenta –308 millones de dólares en 1897, alcanzando los 1.609 en 1914-. Las minas de cobre y plomo de México, las plantaciones plataneras y de otros productos tropicales concentraron sus inversiones directas. Gran Bretaña y Francia fueron las primeras potencias que se instalaron en Iberoamérica, Alemania se incorporó más tarde. Las inversiones europeas se diferenciaron de las 9 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco norteamericanas al estar sus inversiones dedicadas a la infraestructura y en títulos del Estado. Sumas considerables de capital eran transferidas al sector público, sirviendo para subvencionar inversiones del sector privado; en definitiva, las inversiones estaban más esparcidas por toda la región. La creación de nuevos puertos, la instalación de luz, telégrafos, teléfonos y el ferrocarril supuso un cambio impresionante. El ferrocarril permitió un transporte más rápido y menos costoso que el terrestre y un gran ahorro en los envíos de mercancías. México, Argentina y Chile fueron las naciones que al terminar el siglo tenían las redes ferroviarias más extensas. La entrada de capital internacional tuvo efectos beneficiosos en el ámbito de la tecnología, al introducir nuevos métodos en campos tan diversos como la minería o la ganadería o agricultura. A su vez se mejoró el mercado interno al revitalizar las pequeñas industrias. De este período se suele subrayar la imagen dicotómica de la industria iberoamericana, dualidad debida a la creación de unidades de alta tecnología dedicadas al tratamiento de minerales y de algunos productos hortícolas, frente a la fabricación para el consumo nacional que se realizaba en pequeños talleres, intensivos en trabajo y con maquinaria muy primitiva que suministran alimentos, bebidas, vestidos. Pero esta imagen de dualidad económica es discutible ya que también se desarrolla una industria nacional inducida por las exportaciones. La producción de aceites industriales, de maquinaria, de productos metálicos –utilizando hierro importado-, el mantenimiento y reparación de la maquinaria pesada hacen que el avance económico sea muy importante. Si analizamos el desarrollo de la industria exportadora en los diferentes países de la zona, observamos como: 1. BRASIL fue la nación donde se produjo con mayor nitidez el desarrollo del capital nacional, en principio concentrado en el sector exportador y luego en la expansión de las manufacturas. Los facendeiros paulistas participaron en actividades de fabricación no subsidiarias a la industria del café. Los beneficios obtenidos con el café sirvieron para crear empresas nacionales que abarcaban desde productos básicos hasta bienes de consumo. Estos facendeiros diversifican las inversiones, practicando un capitalismo racional, para obtener unos beneficios máximos de tal forma que, ante la inestabilidad del sector cafetero, fomentan el abandono del cultivo por el de productos básicos y de fabricación. 2. En MÉXICO es donde las exportaciones limitan su crecimiento industrial, motivado por que el crecimiento de las exportaciones no fomentó la expansión dinámica del mercado nacional. Las 10 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco exportaciones mexicanas se basaron en metales preciosos e industriales, controladas por capital británico y, posteriormente, por el americano. Entre finales del XIX y 1911, los salarios en México disminuyeron a la mitad. Este índice de pobreza está marcado por el modelo porfiriano que facilitaba la penetración extranjera y una asimetría en la distribución de la riqueza. El resultado fue la pérdida de recursos y el incremento del coste de la subsistencia al destinar la tierra fértil a producir para la exportación, lo que provocó la insurrección de los indios yaquis y la confiscación de sus tierras. Todo ello hizo que la fabricación en México, que antes mostraba rasgos positivos, se estancara a finales del XIX, descendiendo a principios de 1907. Por ello, hizo falta la Revolución para que se produjera un cambio que elevara la productividad e iniciara un nuevo ciclo que elevara la inversión. Uno de los problemas más serios que sufrió la industria nacional en Iberoamérica fue que en momentos decisivos se desnacionalizaron sectores claves de la economía. El estado desnacionalizó empresas de servicios públicos que vendió a consorcios extranjeros; consorcios que ya estaban instalados en las economías porque comercializaron las exportaciones y adelantaron fondosal incipiente sector industrial. Un caso parecido al mexicano es el de Argentina y Perú. Tanto en Argentina como en Uruguay, y en menor medida en Brasil, el paso de la producción del tasajo y carne salada de baja calidad a las industrias cárnicas de tipo moderno dio como resultado la penetración del capital extranjero que acabó obteniendo la hegemonía. 2. En ARGENTINA, durante la gran depresión de 1873, se formularon diversos proyectos para fomentar la participación nacional en el proceso de transformación de la lana en paño. Pero, al ser los mercados locales pequeños, no podía absorber nada más que una mínima parte del esquileo anual. Era por tanto este proteccionismo transitorio y sólo aplicado a momentos de perturbaciones exógenas y a volver a posiciones librecambistas cuanto el sector exterior era boyante. 3. PERÚ, a fines del XIX, vio su economía amenazada por el declive de la plata y el fin de la expansión azucarera. Ante los problemas que se plantearon en la explotación del Cerro de Pasco, con la subida del agua a las explotaciones y lo costoso de su drenaje, en 1903 entró capital norteamericano, creando la Cerro de Pasco Investment Company, lo que trajo consigo la pérdida por parte del capital nacional del control 11 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco principal de los recursos del país, aunque compartiera sus beneficios. Esta situación fue similar en México, con la diferencia de que la economía mexicana era más diversificada que la peruana. 4. A BOLIVIA le afectó también la depresión de 1890 con la caída del precio de la plata y salió de la crisis con la producción de estaño. Siguió con una economía dual, donde el campesinado apenas participaba de la modernización que se siguió con el proceso modernizador. 5. CHILE tuvo cambios profundos tras integrarse en la economía mundial. La industria del cobre se transformó a partir de 1880, debido a que el capital local no quiso, o no pudo, pasar de una forma de producción basada en el aprovechamiento rudimentario de minerales de cobre de alta calidad, empleando técnicas sencillas a otra forma que dependía del uso de la tecnología intensiva. Ambos requisitos eran necesarios para extraer cobre de minerales de baja calidad. El resultado fue el crecimiento rápido del tamaño de la empresa y la desnacionalización de la industria. Similar fue lo ocurrido con la extracción de nitratos. El sector minero fue controlado en principio por los británicos y, a partir de 1910, por los norteamericanos. La política económica de Balmaceda, basada en el aumento de los impuestos sobre los nitratos para financiar la infraestructura urbana y crear un banco nacional, llevó a una guerra civil, 1891; apoyado por el ejército y enfrentándose a la marina que apoyaba a la oposición. Balmaceda fue derrotado, pero la crisis del sector obligó al nuevo gobierno a recurrir a una política monetaria expansionista y al aumento de los aranceles. El Estado pasó a desempeñar un papel destacado en el mercado de capitales con una política intervencionista. Así, la fabricación nacional creció cuatro veces más rápidamente que el sector exportador. En conclusión, la industrialización de la región iberoamericana fue posible debido al sector exportador que permitió dotar de la infraestructura necesaria a las naciones de la región. Las medidas proteccionistas y los cambios de aranceles lograron consolidar la fabricación nacional, sin olvidar, por otra parte, que los inmigrantes motivados por el expansionismo http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:BalmacedaMinistros.JPG 12 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco económico se asentaron en los diferentes países aumentaron la mano de obra. 2. Surgimiento de la clase obrera. El número de artesanos de algunas ciudades latinoamericanas había ido adquiriendo una cierta entidad a lo largo de estas décadas, si bien la población seguía siendo mayoritariamente rural. En México, de acuerdo con los datos del censo de 1910, había 873.436 artesanos y obreros, lo que representaba cerca del 16 por ciento de la población activa. En la última década del siglo XIX y en la primera del XX se produjo el surgimiento del movimiento obrero (urbano) en aquellos lugares donde se había producido un cierto desarrollo artesanal o manufacturero, aunque habrá que esperar a décadas posteriores para poder hablar con entera propiedad de la existencia de un proletariado, vinculado a un sector fabril importante. México, Buenos Aires y Santiago de Chile fueron algunas de las ciudades que conocieron el desarrollo de un sindicalismo temprano. En México, los obreros industriales pasaron de 45.806 en 1895 a 58.838 en 1910. En Brasil, sobre una población total de 30 millones de habitantes, había en 1920 más de 275.000 trabajadores fabriles, siendo la media de trabajadores por establecimiento de veintiuno. El promedio era inferior en Argentina, diez, ya que en 1914 había 242.138 personas que trabajaban en el sector industrial (incluyendo al personal administrativo) y 24.203 establecimientos catalogados como industriales. Dada la escasez relativa de trabajadores manuales en relación con los sectores medios, especialmente en los centros urbanos, las tempranas movilizaciones sociales del proletariado fueron mínimas, lo que era posible comprobar por la escasa incidencia que tenían las huelgas sobre la vida cotidiana de la población. La fuerza sindical se hacía notar básicamente en aquellos sectores vinculados directamente con la actividad exportadora, como la minería o los transportes. Algunos gremios del sector llegaron a adquirir un poder de presión o negociación considerable, como los ferroviarios o los mineros del salitre chileno, pero casi ninguna los que estaban fuera de él, dada la facilidad para importar los productos que podían ser afectados por el movimiento huelguístico. Los sindicatos debían desarrollar sus actividades en un contexto bastante hostil, caracterizado por la intransigencia de los industriales a la hora de negociar en todo lo referente a las condiciones de trabajo y los salarios. La actitud del Estado en los enfrentamientos entre el capital y el trabajo era ambigua y contradictoria y es imposible hablar de una tendencia general. La historia del movimiento obrero latinoamericano está jalonada de hechos http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2742.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2729.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2734.htm 13 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco caracterizados por la dureza represiva de los gobiernos, facilitada por el carácter extranjero de buena parte de los militantes sindicales, que eran deportados cuando se podía. Algunos militantes sindicales, especialmente los de filiación anarquista, eran partidarios de la acción directa y del terrorismo. En 1909, el jefe de la policía de Buenos Aires fue asesinado por una bomba arrojada por un militante anarquista y el gobierno respondió con la sanción de la ley de Residencia, que permitía expulsar del país a aquellos extranjeros considerados agitadores. Sin embargo, las referencias a la actitud mediadora de las autoridades en los conflictos gremiales son bastante menores, si bien se trata de un punto que merece una atención mayor por parte de los investigadores a fin de poder definir el papel del Estado en este terreno. En Chile, algunas huelgas y manifestaciones obreras terminaron duramente reprimidas, como ocurrió en Valparaíso (1903), Santiago (1905) y Antofagasta (1906), aunque el suceso más conocido es el de la matanza del centro salitrero de Iquique en 1907. En el México de Porfirio Díaz la represión estatal también se hizo sentir, siendo uno de los hechos más notables la masacre contra los huelguistas textiles de Río Blanco,en 1907. La movilización proletaria sólo llegaría a adquirir tonos épicos en México y únicamente a partir del estallido de la Revolución. Se suele vincular el desarrollo del movimiento obrero con ideologías de izquierda, anarquista o socialista, pero es necesario no perder de vista la implantación de los sindicatos católicos, reforzados con la formulación de la doctrina social de la iglesia, especialmente a partir de 1891, con la encíclica Rerum Novarum. Los primeros sindicatos que se formaban en las ciudades solían ser de tipógrafos y linotipistas, obreros de la construcción, panaderos y otros oficios vinculados con la producción de alimentos. También fueron importantes los sastres, zapateros y sombrereros, así como diversos artesanos, dedicados a trabajar el vidrio, el metal u otros materiales. La importante presencia de artesanos en las ciudades y la inmigración de militantes sindicales de origen español e italiano favorecieron el surgimiento de movimientos anarquistas y anarco-sindicalistas en Brasil, Argentina y Uruguay, muchos de los cuales terminaron nucleándose en torno a las Federaciones Obreras Regionales. En México, en la década de 1870, comenzó a actuar el Gran Círculo de Obreros, una coordinadora de varios grupos dominado inicialmente por los anarquistas, aunque luego comenzó a recibir subsidios del gobierno. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2658.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2744.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6591.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2657.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2660.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2660.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2741.htm 14 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco El primer grupo marxista de América Latina fue el club Vorwärts, de Buenos Aires, que había sido fundado en 1882 por inmigrantes alemanes y estuvo representado oficialmente en la Primera Internacional. La llegada de nuevos grupos de refugiados provenientes de la Comuna de París y de otros levantamientos europeos reforzó la presencia de la Primera Internacional en algunos países de la región. En la medida en que el tejido industrial se iba extendiendo, el movimiento sindical se iba haciendo más fuerte y esto repercutiría no sólo en la fundación y organización de sindicatos obreros, sino también en la articulación de partidos políticos que se autoproclamaban defensores de los derechos de los trabajadores. En México se creó uno de los primeros partidos socialistas latinoamericanos, gracias a la labor de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, inicialmente nucleados en el Partido Liberal Mexicano. La revista Regeneración, fundada en 1901 y editada en los Estados Unidos se convirtió en el principal vocero de sus reivindicaciones. En Argentina también se desarrolló a partir de 1896 un fuerte Partido Socialista bajo el impulso de Juan B. Justo, con una implantación fundamentalmente urbana y de un carácter marcadamente parlamentario. Menos reformista sería el Partido Obrero Socialista de Chile, fundado en 1912 por Luis Emilio Recabarren. Aunque la población iberoamericana era principalmente rural, el proletariado urbano tomó fuerza en toda la región en el periodo desde 1880 a 1930, teniendo profundas diferencias con el proletariado europeo y norteamericano. Los trabajadores ajenos al sector exportador estaban dispersos en pequeñas empresas y fue común al área que el primer movimiento laboral fuera formado por los artesanos: impresores, panaderos y obreros del textil y de la construcción. Fueron los inmigrantes europeos los que formaron mayoría entre los trabajadores, sobre todo españoles, italianos y portugueses. Aunque algunos obreros tenían experiencia política lo que realmente les hizo tomar conciencia de clase obrera fueron las pésimas condiciones de vida que soportaban –tanto en las ciudades como en las zonas rurales. En las zonas mineras y fabriles a los trabajadores que causaban problemas se les expulsaba de las viviendas cedidas por la empresa para intimidarlos; se les cobraba, en los economatos, precios exorbitantes por sus víveres y debían trabajar entre 12 y 16 horas diarias, con salarios mínimos. Por sectores, el obrero no industrial tenía menos fuerza que el industrial exportador, debido a la segmentación y al escaso número de trabajadores; los empleados en ferrocarriles y los mineros tenían más dado que, si se ponían en huelga, podían paralizar el país pudiendo negociar con el Estado mejores condiciones. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2667.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2659.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6741.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6752.htm 15 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco El Estado, vinculado al sector exportador, era defensor del capital extranjero por lo que reprimía al sector obrero, pudiendo llegar a la violencia extrema como el caso de la matanza de Iquique (1907) en Chile. A pesar de la poca fuerza del movimiento obrero y de su brutal represión, el crecimiento de las ciudades por la inmigración interna y externa y los cambios sociales y económicos, produjo la formación de movimientos laborales, principalmente en México y Argentina, donde cuajaron las tendencias anarquistas y socialistas. Ante el avance del movimiento obrero, los gobiernos toman medidas muy enérgicas contra el movimiento obrero y cerraron las centrales sindicales, saquearon los periódicos, prohibieron manifestaciones y encarcelaron a sus líderes. Para los “agitadores extranjeros” dictaron leyes de residencia muy estrictas. La única excepción al movimiento represivo fue el Uruguay de José Batlle (1903–1907 y 1911– 1915) que aprobó el primer Ministerio de Trabajo del continente, regulando el derecho de huelga, la jornada laboral de ocho horas, los salarios mínimos, la pensión de vejez y la indemnización por accidentes laborales. Hasta 1930 los gobiernos de la zona no reglamentaron las relaciones capital-trabajo. 3. LOS MOVIMIENTOS SINDICALES. LA APARICIÓN DE LA IZQUIERDA. Las ideologías socialista y anarquista, llegan con los inmigrantes europeos tras la Revolución de 1848 y con los refugiados socialistas y anarquistas después de la Comuna de París (1871). Antes de 1848 se fundó en Argentina la “Asociación de Mayo” (1835); el chileno Francisco Bilbao creó, en 1850, “La sociedad de la Igualdad”, que fue la base de distintos movimientos cooperativistas y mutualistas. En Cuba, entre 1868 y 1878, aparecen los http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:1904-1.JPG http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/31/Trabajadores_salitre.jpg 16 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco primeros grupos anarquistas encabezados por españoles formándose el primer sindicato de la industria tabaquera. En MÉXICO, en 1872, se estableció "El gran círculo de obreros de México" con la publicación de un periódico, “El Socialista”, y se celebró un Congreso Obrero Mexicano (1876). Dos años más tarde se fundó la Liga Bakuninista. Los sindicatos y los grupos anarquistas fueron perseguidos por Porfirio Díaz, siendo sus seguidores los artesanos y los obreros fabriles; su mensaje, por el contrario, no llegó ni a los mineros ni a los obreros agrícolas. Precisamente, un obstáculo para el desarrollo de los movimientos obreros en México era la desigualdad existente entre el proletariado industrial y el campesinado, siendo los primeros la élite cuando la necesidad mexicana era la reforma agraria. En 1906 los hermanos Flores Magón publicaron un manifiesto constituyendo un “Partido Liberal” para unir a los grupos de izquierda en torno a un programa común: derrocara la dictadura, abolir el poder de la Iglesia, jornada de ocho horas, igualdad de salarios entre nacionales y extranjeros, etc. Este manifiesto tuvo efectos considerables, enfrentándose la dictadura a la huelga del textil de Río Blanco, a las huelgas de las minas de propiedad norteamericana de Canama y a la rebelión campesina de Zapata. La Revolución mexicana estaba en marcha. CHILE contaba, desde 1890, movimientos sindicales y sociedades mutualistas; en 1886 se creó el primer partido socialista, el Partido Demócrata, dirigido por Rafael Allende. Movilizaron a los mineros del salitre en 1890 y, a partir de 1900, a los tranviarios y portuarios de Santiago. En 1910, tras la huelga general de Santiago, se fundó la Federación Obrera Chilena (FOCH) que cubría todas las áreas industriales, a los obreros portuarios y a las antiguas sociedades de beneficencia. Su principal figura fue Luis Emilio Recabarren, director del periódico La Reforma. El Partido Demócrata ingresó en la Internacional Socialista, jugando Recabarren un papel fundamental en el movimiento del Frente Popular. La FOCH fue la principal organización sindical hasta los años veinte, cuando, después de ingresar en la Internacional Comunista, se desintegró. http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ricardo_y_Enrique_Flores_Magon.jpg 17 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco En ARGENTINA los inmigrantes europeos participaron en la formación de grupos socialistas y anarquistas, organizándose generalmente por separado. Así, el francés Emile Dumas fundó en 1872 en Buenos Aires “El Trabajador”. El primer grupo marxista de América Latina fue el club Vorwärts, de Buenos Aires, fundado en 1882 por los inmigrantes alemanes también. En 1878 se creó el primer sindicato de tipógrafos, dando paso a sindicatos de otros oficios. En 1879 los anarquistas establecieron un Círculo Socialista Internacional, reforzado por las visitas de Malatesta por aquellos años. Entre fuertes disputas entre socialistas y anarquistas iba tomando forma el movimiento obrero argentino. Finalmente todos los grupos socialistas se unieron para formar el Partido Socialista Internacional (1894) que desde 1895 se denominó Partido Socialista Obrero Argentino, incorporándose a la Segunda Internacional. En 1901, bajo la dirección anarco-sindicalista, nació la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). En 1902 se creó la rival “Unión General de Trabajadores" (UGT), que estrechó sus relaciones con el Partido Socialista. El Gobierno redactó una Ley antihuelga al ser éstas cada vez más generalizadas y, ante la demostración de fuerza sindical, tuvo que retirarla. La Primera Guerra Mundial y el hundimiento de la Segunda Internacional condujeron a la escisión del Partido Socialista en 1917, fundando su ala izquierda el Partido Comunista de Argentina. En BRASIL el esclavismo duró hasta 1888 y los movimientos sociales lo eran principalmente de emancipación. A principios del siglo XX, se empezó a organizar un movimiento de izquierda sobre todo donde había inmigrantes blancos que publicaron diferentes periódicos como el italiano Avanti o el alemán Vorwaerts. En Río de Janeiro dominaban los anarquistas que se organizaron en la Unión Sociocrática. En 1916 se fundó el Partido Socialista Brasileño, que duró los cuatro años de la Primera Guerra Mundial. En BOLIVIA se fundó un Centro Social Obrero, en 1906, desde donde se organizaron grandes manifestaciones para la petición de la jornada laboral de ocho horas. De aquí surgió la 18 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Federación Obrera Internacional, más tarde Federación Obrera del Trabajo que se desarrollaría a partir de 1915. En CUBA, tras la primera revolución nacionalista contra España (1868–1878) no surge un nuevo movimiento hasta 1890, cuando José Martí forma una liga de exiliados en Nueva York; esta liga se convertiría en el Partido Revolucionario Cubano (1892) cuyo periódico fue Patria. Martí, junto a Máximo Gómez y Antonio Maceo, desembarcó en Cuba con una pequeña fuerza muriendo en una escaramuza. José Martí era un nacionalista revolucionario radical, descansando su postura en la igualdad racial. Fue un opositor del colonialismo, rechazando el programa de los autonomistas deseosos de escapar de la opresión española para ponerla bajo la opresión de Estados Unidos. Abogaba por la fundación de un movimiento revolucionario de las clases trabajadoras, uniéndose con la clase media, y por una legislación social avanzada. 4. Socialismo y Anarquismo La mayoría de las variantes del socialismo utópico encontraron eco en Iberoamérica a partir de 1840. Los anarquistas ejercieron su influencia en todos los países de la región, aunque deseaban la formación de un sindicato revolucionario. Serán los anarco-sindicalistas los que, a fines del siglo XIX, adquieran mayor auge entre el movimiento obrero, acusando de reformistas a los socialistas y predicando la acción directa y la no participación en las elecciones para no fortalecer el orden capitalista, ya que su fin era acabar con el Estado. El socialismo, salvo excepciones, avanzó relativamente poco debido a que el tamaño y composición de las clases trabajadoras, además de la naturaleza del Estado, no eran un buen terreno para las estrategias socialdemócratas, basadas en la participación electoral. El Partido Socialista Argentino (1896) siguió una política de reformismo parlamentario muy moderado no estando unido en la lucha con UGT. El Partido Obrero Socialista Chileno (POS) (1912) fue menos reformista que el argentino y tuvo mayor apoyo de las clases trabajadoras. En general y a excepción de Argentina y Uruguay, los partidos políticos no tuvieron fuerza en el movimiento obrero, siendo poco importante hasta 1917. La forma de organización preferida por la clase trabajadora era el Sindicato profesional local, aunque pasado el tiempo se formaron los sindicatos industriales. El arma más eficaz y utilizada era la huelga, para defenderse de los patronos y del 19 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco estado, motivada casi siempre por problemas salariales. También utilizaban el boicot y el sabotaje. 20 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 2. LAS PRIMERAS GRANDES CONVULSIONES. 1. Presentación y objetivos. Durante la mayor parte del siglo XIX se dio en los nuevos estados hispanoamericanos un proceso de fortalecimiento de las oligarquías terratenientes. Hasta las últimas décadas del siglo no se produjeron cambios sociales profundos y la política se caracterizaba por un sistema bipartidista, que permitía a las élites (aristocracia de la tierra, burócratas y profesionales liberales) disfrutar del poder. Pese a sus limitaciones (fraude electoral, restricciones de voto) las elecciones servían para legitimar a aquellos gobiernos surgidos de las urnas. A finales de siglo, una serie de cambios hizo variar sustancialmente el panorama en estos países: el crecimiento de las economías exportadoras, nuevas pautas en la distribución de la riqueza, lo que condujo a un crecimiento de la media de base académica, burocrática y comercial; inmigración europea (especialmente latina); creciente crecimiento demográfico, sobre todo en las urbes capitalinas y la aparición de la clase obrera con sus organizaciones políticas y gremiales. La oligarquía y los gobiernos que la apoyaban reaccionaron de forma distinta. En los países donde el peso específico de la clase media era importante (Chile, Argentina y Uruguay) las reformas electorales permitieron la ampliación del sufragio y la incorporación de nuevos grupos como electores; donde la clase media fue superada por el campesinado sin tierras (México) la transformación fue más problemática, sin olvidar la influencia de la revolución rusa en los sectoresobreros y su rechazo en los sectores oligárquicos, lo que se tradujo en una fuerte represión a toda articulación obrera sospechosa de revolucionaria. 2. Esquema. 1. La revolución mexicana. A) Revolución maderista (1910-1913). B) La dictadura de Huerta (1913-1914). C) Carranza y la Constitución de 1917. 5. Los radicalismos del Cono Sur. 6. El radicalismo uruguayo: el batllismo. 7. El radicalismo chileno: Alessandri. 8. Las nuevas corrientes políticas americanas. 3. Conceptos fundamentales. 21 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco • Dictadura. • Radicalismo. • Imperialismo. 4. Lecturas y material complementario. - BRADING, D.A. (comp.), Caudillos y Campesinos en la Revolución Mexicana. México, F.C.E., 1985. F 1234 .C45718 1985 - MALAMUD, Carlos, América Latina siglo XX. La búsqueda de la democracia. Madrid, Síntesis, 1992. - MELGAR BAO, Ricardo, El movimiento obrero latinoamericano. Madrid, Alianza, 1988. 331.880 98 M517 22 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 2. Las primeras grandes convulsiones 1. La revolución mexicana. La "pax porfiriana" se impuso a costa de la represión y de la consolidación de un sistema basado en las relaciones personales, para lo cual atrajo a su órbita a los principales personajes de los grupos políticos más influyentes, aunque fueran contradictorios entre sí. Su estilo inicial estuvo marcado por la búsqueda de la conciliación entre las partes en pugna. En el manejo de las relaciones personales el régimen porfirista no se diferenciaba demasiado de los sistemas oligárquicos existentes en América del Sur y en muchos países del centro y del sur de Europa. Esto no excluyó el estallido de numerosos conflictos y rebeliones, como las guerras contra los indios yaqui que afectaron a la región de Sonora entre 1887 y 1911. Díaz se rodeó inicialmente de un grupo de jóvenes tecnócratas, los llamados "científicos", influidos por Gabino Barreda, un intelectual mexicano que había evolucionado del liberalismo al positivismo francés. Una de sus preocupaciones era presentar la inevitabilidad histórica del Porfiriato, una etapa más en el camino hacia el progreso del país. La dictadura de Díaz era una etapa necesaria en la evolución mexicana hacia la modernización y la democracia. A la libertad sólo se llegaría después de que el orden social se hubiera consolidado en el país, aun a costa de la represión. Uno de los "científicos" más descollante fue José Yves Limantour, secretario de Hacienda desde 1893, cargo que mantuvo hasta la caída de Díaz en 1911. A principios del siglo XX los "científicos" ocupaban una posición relevante dentro del régimen y muchos esperaban que Limantour fuera elegido presidente en 1904. Pero, las disputas que enfrentaban a Limantour con el general Bernardo Reyes, secretario de Guerra, obligaron a Díaz a prolongar la duración de su mandato, de cuatro a seis años, y posteriormente a solicitar una sexta reelección en 1906. La apertura de esta grave crisis sucesoria comenzó a afectar seriamente la credibilidad del sistema y facilitó algunas manifestaciones de hostilidad al régimen, provenientes tanto de dentro como de fuera del mismo. 23 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Los empresarios norteños, nucleados en torno a la emergente industria siderúrgica de Monterrey, se enfrentaron al poder de "los científicos" y a la alianza que habían establecido con los inversionistas extranjeros. Y si los industriales se habían sabido beneficiar del rumbo seguido por la política económica porfiriana, adoptaron una posición nacionalista y reivindicativa en contra de la línea de Limantour y sus seguidores. Sin embargo, fue muy poco lo que pudieron hacer para imponer sus puntos de vista, pues tras desplazar a Reyes del gabinete, el Porfiriato pasó a ser controlado por el tándem Limantour-Ramón Corral (antiguo gobernador de Sonora y después del Distrito Federal). Estos acontecimientos habían conducido al régimen a una situación de parálisis casi total. Su falta de reflejos políticos se relacionaba con la senilidad del presidente y la del mismo gobierno. En 1910 el presidente Díaz tenía setenta años, dos de sus ocho ministros superaban los ochenta años y otros tres tenían más de sesenta. El más joven era Limantour, con cincuenta y siete, pero como hacía diecisiete años que estaba al frente de la Secretaría de Hacienda era todo un veterano. La senilidad de los principales cuadros dirigentes estaba presente en otros sectores de la Administración (Gobernadores, militares, legisladores). 2. Revolución maderista (1910-1913). 2.1. Porfirio Díaz se presenta a elecciones en 1910. Sale vencedor. Tras mucho tiempo de silencio y asfixia política fueron numerosos los grupos políticos opositores que quisieron salir a la superficie, tratando de aprovechar la debilidad del régimen. En parte, fue el mismo Díaz quien hizo posible la existencia de posturas sucesorias, al manifestar en una entrevista periodística en 1908 que era el momento más adecuado para que se reabriera el juego político, aunque muchos de los sectores rurales y campesinos postergados tuvieron grandes dificultades para poder hacer oír su voz. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2737.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2741.htm 24 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Uno de los personajes que accedió al primer plano de las filas opositoras fue Francisco Madero, el futuro líder revolucionario y uno de los mayores hacendados norteños. Las consignas de acabar con la reelección y a favor del sufragio efectivo no le permitieron liquidar a la muy aceitada maquinaria electoral de Díaz. Madero creó el Partido Anti-reeleccionista, acabó convirtiéndose en una amenaza para el dictador, y su accionar lo condujo a la cárcel y, posteriormente, al destierro. En octubre de 1910 Madero lanzó el Plan de San Luis Potosí, el verdadero fermento de la revolución maderista que juntaba las reivindicaciones políticas de la oligarquía norteña con la devolución de las tierras a los campesinos que habían sido despojados ilícitamente de ellas. El 20 de noviembre de 1910, Madero convocó a la revolución contra el Porfiriato desde su refugio de San Antonio, Texas, al otro lado de la frontera. Nuevamente se esgrimía la consigna de "sufragio efectivo, no reelección" que en su momento había levantado el propio Díaz. Los planteamientos de Francisco Madero, recogidos en su Plan de San Luis Potosí dieron comienzo a la Revolución Mexicana, un poderoso y violento estallido social que no sólo acabaría con el Porfiriato sino también propiciaría la integración a la vida política nacional de vastos grupos sociales, hasta entonces marginados por el implacable proceso de centralización impulsado por Porfirio Díaz. Desde una perspectiva histórica se podría señalar que el triunfo revolucionario no fue total, lo que llevó a que la revolución no pudiera recoger las aspiraciones de todos los grupos que la apoyaron, como los campesinos sin tierras. Las explicaciones que se han dado sobre las causas de la revolución son muy variadas, y así se las presenta: o como un movimiento político que intentó romper la situación de bloqueo a la que había conducido el Porfiriato; o como un movimiento social, que intentó dar respuesta a las reclamaciones de los campesinos sin tierras; o como un movimiento regional, que intentó equilibrar el papel de las nuevas zonas en ascenso beneficiadas por la expansión económica, la frontera norte, en detrimento de Ciudad de México. La revolución comenzó a verse de muy diversas maneras según cual fuera el punto de referencia regional desde donde se interpretaba la marcha de la misma. Junto con aquellos que nos hablan de unarevolución agraria o de una revolución social, están los que prefieren presentar los sucesos revolucionarios http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6744.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6591.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6591.htm 25 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco como una revolución indígena, una revolución obrera o incluso una revolución burguesa. Las cosas no quedan demasiado claras cuando se habla de revolución agraria, ya que las reivindicaciones de los trabajadores de las grandes haciendas norteñas no eran similares a las de los campesinos del centro y del sur del país, caracterizados por una mayor densidad de población y una mayor presión sobre las tierras cultivables. Las diferencias regionales que han permitido hablar de muchos "Méxicos" son las que también permiten hablar de varias revoluciones a la vez. Y quien habla de varias revoluciones habla de distintos proyectos revolucionarios, cuya sola existencia explica la virulencia y la larga duración de los enfrentamientos armados que siguieron al triunfo de la revolución, así como de las grandes contradicciones que opusieron entre sí a los principales líderes y caudillos revolucionarios y sus seguidores. De todas formas, buena parte de estas explicaciones se mueven en el plano de la especulación, dada la falta de trabajos sobre la economía del Porfiriato y, especialmente, sobre los diversos comportamientos regionales. En los inicios de la Revolución, el principal foco insurgente se encontraba en el norte del país, la región mexicana que había conocido el mayor crecimiento de toda la nación y que en su momento se había opuesto a las maniobras reeleccionistas del Porfiriato. Eran numerosos los agravios comparativos que tenían en su haber, dado el maltrato del gobierno central, lo que terminó impulsándolos a la insurrección. Para impulsar el movimiento, Madero y sus seguidores no se limitaron a enumerar las reivindicaciones de mayor participación política propias de la élite norteña, sino que supieron incorporar ciertas reclamaciones del campesinado. Por ello fue que Pascual Orozco y Pancho Villa, convertidos en importantes caudillos de las masas campesinas del norte del país, muy pronto se sumaron a las fuerzas maderistas. Al levantar las banderas campesinas, los alzados del Norte convergieron con el potente movimiento agrarista del sur, especialmente con los rebeldes del estado de Morelos, liderados por Emiliano Zapata. En esa región, de ricas explotaciones azucareras, la ofensiva de los hacendados sobre las tierras de las comunidades indígenas había sido contundente. El crecimiento demográfico que había conocido el país, notable en las regiones del centro y del sur, habían aumentado la presión de los campesinos sobre la tierra, que el proceso de formación de grandes latifundios tendía a neutralizar y sólo servía para aumentar el malestar entre las masas rurales. La victoria de los maderistas fue rápida. En poco tiempo conquistaron Chihuahua, Baja California y Veracruz y en marzo de 1911 tomaron Ciudad http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7145.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7145.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7156.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6940.htm 26 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Juárez. El 21 de mayo los maderistas llegaron a un acuerdo con los representantes de Díaz para acabar con el conflicto. A los pocos días renunció el dictador, que partió hacia Francia, y el gobierno provisional convocó elecciones generales. La descomposición del régimen porfirista fue fulminante, lo que permitió el acceso de Madero a la presidencia. Sin embargo, el rápido derrumbe del régimen y la salida negociada permitieron dejar intactas algunas de las bases del antiguo poder, como la administración o el ejército federal. La constitución del primer gobierno revolucionario supuso la posibilidad para todos los grupos postergados de presentar su particular lista de agravios. La imposibilidad de atender satisfactoriamente tantas, y tan contradictorias, demandas condujo al inicio de las disensiones entre los distintos grupos revolucionarios. Los enfrentamientos entre las distintas fracciones serían constantes a lo largo de todo el proceso y se mantendrían hasta la primera institucionalización de la revolución bajo el "maximato", aportando una gran dosis de inestabilidad y de ingobernabilidad a México. Uno de los máximos conflictos se produjo con Zapata, que se negó a desarmar a los campesinos alistados en sus filas. Madero, con su vocación constitucionalista, era contrario a la violencia y a la profundización de la revolución a través de medidas expropiatorias. Las contradicciones aumentaron en el plano político cuando el presidente, falto de cuadros con los que hacer funcionar la Administración incorporó a porfiristas y liberales a su gabinete, en el que había sólo dos revolucionarios. Para colmo, tras disolver el Partido Anti-reeleccionista que le permitió acabar con el Porfiriato, creó el Partido Constitucional Progresista, de planteamientos más moderados. Madero tuvo que hacer frente a una creciente conflictividad. Ante la timidez de las medidas adoptadas por su gobierno en materia agraria. Zapata se enfrentó al presidente y posteriormente la situación se agravó con el alzamiento de Orozco en Chihuahua. Se llegaba así al conflicto armado. El 28 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, que reconocía las reivindicaciones de los campesinos y preveía la http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/3105.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6940.htm http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/de/Batallas_durante_la_revoluci%C3%B3n_maderista.svg 27 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco expropiación, previa indemnización, de la tercera parte de los grandes latifundios. Simultáneamente Zapata reconoció a Orozco como jefe de la revolución, ante lo cual Madero decidió reprimir a los rebeldes, destacando para tal fin a un ejército al mando del general Victoriano Huerta, un militar proveniente del ejército porfirista. Cumplido su cometido, Huerta fue enviado a la Ciudad de México a someter un alzamiento de Félix Díaz, sobrino del ex dictador. Tras un enfrentamiento algo teatral en el centro de México, Huerta y Díaz, con la bendición del embajador norteamericano, se pusieron de acuerdo para derrocar a Madero. El presidente fue "hecho prisionero" y rápidamente fusilado. 3. La dictadura de Huerta (1913-1914). El atentado contra Madero mostró de una manera descarnada las ambiciones presidencialistas de un Huerta caracterizado como traidor o usurpador y conocido por el ejercicio tiránico del gobierno. El terrible magnicidio abrió las puertas para la profundización de la revolución, aunque antes sería necesario remover algunos obstáculos considerables que se interponían en el camino. El nuevo presidente tuvo que hacer frente a importantes disenciones, como la oposición de Pancho Villa, con base en el estado de Chihuahua, y la de Venustiano Carranza, rico hacendado que había sido senador porfirista y gobernador maderista del estado de Coahuila. Este último lanzó el plan de Guadalupe, donde planteaba la Revolución Constitucionalista contra el usurpador Huerta, al que terminaría desplazando de la dirección del movimiento revolucionario. El presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, no reconoció al gobierno de Huerta, pese al apoyo de su representante diplomático, Henry Lane Wilson. El presidente Wilson intentó infructuosamente apoyar a los constitucionalistas, y con el pretexto de un incidente armado entre fuerzas huertistas y otras norteamericanasque vigilaban la zona petrolera de Tampico, ordenó la ocupación norteamericana del puerto de Veracruz, consumada el 21 de abril de 1914, privando a Huerta de las vitales rentas aduaneras. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6847.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7059.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6948.htm 28 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Pese a las numerosas interpretaciones que insisten en la importancia del petróleo y de las presiones de los Estados Unidos sobre la marcha de los sucesos revolucionarios, la principal explicación de las caídas de Huerta y de Madero debe buscarse en la evolución de los sucesos internos y en la correlación de fuerzas entre los grupos participantes en el conflicto. Mientras Pancho Villa y su División del Norte incrementaban sus acciones armadas, el agrarismo de Zapata seguía vivo en Morelos, al no haber sido doblegado por la represión organizada por el poder central. La acción convergente de ambas fuerzas arrinconó al gobierno de Huerta, quien terminó huyendo el 14 de julio de 1914. El 20 de agosto los constitucionalistas ocupaban Ciudad de México y abrían una nueva etapa en el proceso revolucionario. 4. Carranza y la Constitución de 1917. La derrota de Huerta y la disolución del gobierno central supuso un duro golpe a la gobernabilidad del estado revolucionario mexicano. La fragmentación amenazó al país y los principales caudillos rurales (que carecían de experiencia política) y sus bandas armadas se hicieron con el poder en las regiones y comenzaron a tomar decisiones políticas de cierta relevancia. Con el objetivo de acabar con la anarquía, ampliar el consenso social y facilitar la gobernabilidad del país los principales líderes constitucionalistas comenzaron a esgrimir con mayor determinación las promesas de reforma agraria. Se trataba de pacificar a los campesinos y de ganarse su favor. Dadas las enormes contradicciones existentes entre los distintos grupos y el personalismo y las ambiciones personales de los líderes más destacados, las alianzas que se pactaban eran sumamente débiles. Esto fue lo que también ocurrió con la unión forjada en la oposición a Huerta, que tras la ocupación de la capital, tuvo serios problemas para mantenerse. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/73/Revoluci%C3%B3n_constitucionalista.svg 29 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco Carranza intentó hacerse con la Jefatura Suprema, pero tanto Villa como Zapata se opusieron a sus propósitos y en noviembre lo expulsaron de la capital, recomenzando con los enfrentamientos armados. Carranza se refugió en Veracruz, desde donde controlaba la principal fuente de recursos fiscales del país: las rentas aduaneras. Con el apoyo de Álvaro Obregón, líder de los revolucionarios de Sonora, y de los Estados Unidos, Carranza reconquistó el poder, tras acabar con los agraristas, cada vez más divididos. Obregón se mostró como el verdadero hombre fuerte del régimen y aumentó su influencia en el entorno de Carranza, cuyo gobierno fue reconocido por los Estados Unidos en octubre de 1916. Uno de sus principales objetivos fue la progresiva institucionalización y consolidación de la revolución. Estando en Veracruz incluyó entre los objetivos constitucionalistas la reforma agraria, la sindicalización de los obreros y el derecho de huelga. Su actuación posterior sobre varios flancos sería decisiva en la pacificación del país. Si por un lado derrotó en 1915 a Pancho Villa, en Celaya, lo que permitió que la conflictividad impulsada por Villa y Zapata comenzara a remitir, por el otro disolvió al ejército federal y eliminó una de las escasas bases de poder que le quedaban a la oligarquía porfirista. En 1917 se proclamó una nueva Constitución, con la intención de dar a la revolución el marco legal e institucional que hiciera posible un posterior desarrollo pacífico y con reglas de juego claras. La nueva Constitución era claramente intervencionista, tenía planteamientos nacionalistas y recogía algunas reivindicaciones de los obreros y campesinos. También se incluyeron ciertas propuestas agraristas, a pesar de que los partidarios de Villa y Zapata no participaron en el Congreso Constituyente. La Constitución asumía el anticlericalismo heredado de 1857 y recogía otras reivindicaciones sociales, como la protección a los http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/3100.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/3104.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/3104.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7156.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6940.htm http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2c/Revoluci%C3%B3n_mexicana_1915.svg 30 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco trabajadores o el reconocimiento de los sindicatos y la nacionalización de las riquezas del subsuelo. El último punto era fundamental para el sector petrolífero y minero, aunque la Constitución se limitaba a recoger la tradición hispana en lo referente a que la Corona era la legítima propietaria del subsuelo. Sin embargo, un fallo de la Corte Suprema mexicana, de 1927, negaría carácter retroactivo al artículo de la Constitución correspondiente a la propiedad del subsuelo, tranquilizando a los inversores extranjeros con propiedades en la minería y en los campos petroleros. De este modo se facilitaba la normalización de las relaciones comerciales con los Estados Unidos, que muy pronto se convertiría en el principal mercado para las exportaciones mexicanas. 5. Los radicalismos del Cono Sur. Después de que el presidente Roque Sáenz Peña en Argentina impulsara la modificación del sistema electoral, que introdujo el voto masculino universal, secreto y obligatorio, la Unión Cívica Radical decidió participar en las elecciones. En realidad, las reformas de Sáenz Peña no sólo pretendían introducir el sufragio obligatorio, sino también crear un amplio partido nacional de derechas que fuera una alternativa seria al radicalismo, que ya se planteaba como un partido con un gran respaldo popular. La Unión Cívica Radical (UCR) fue el grupo político que trató de incorporar a la clase media en las tareas de gobierno. Se ha dicho que la UCR fue la plataforma de la burguesía contra la oligarquía tradicionalista. Fue fundado por Leandro N. Alem en 1890 y su programa consistía en la defensa de la libertad personal, del federalismo y, sobre todo, de una reforma moral del estado. Alem se suicidó y le sustituyó Hipólito Yrigoyen. Cuando el Gobierno propuso la reforma del sistema electoral (1912), la UCR decidió participar en las elecciones. En 1916 el candidato radical Hipólito Yrigoyen ganó las elecciones presidenciales e inició un período de casi quince años de predominio radical, marcadas por tres presidencias: la primera (1916-1922), el mandato de Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y el segundo gobierno de Yrigoyen (1928- 1930), aunque durante todo el periodo los conservadores mantuvieron la mayoría en el Senado. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7150.htm http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7062.htm 31 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco El contrincante de Yrigoyen en las elecciones de 1916 fue Lisandro de la Torre, un antiguo militante radical que se había convertido en el representante de la derecha más lúcida, que estaba haciendo un serio, pero fracasado, esfuerzo por constituir una organización de influencia nacional en torno al Partido Demócrata Progresista. La fragmentación provincial de los partidos conservadores fue un hecho y el peso decisivo de los conservadores de la Provincia de Buenos Aires impidió la unidad de toda la derechaargentina. La ascensión de nuevos grupos sociales y su incorporación a la vida política no significaba dejar de lado las viejas formas de hacer política. En los partidos que representaban a estos sectores, como el radicalismo o el Partido Colorado uruguayo de José Batlle y Ordoñez, el peso del caudillismo y del liderazgo individual era un componente decisivo, mucho mayor que las cuestiones doctrinarias. En el radicalismo, el peso del caudillo llegó a tal extremo que los detractores de Yrigoyen recibieron el nombre de antipersonalistas. El apoyo popular que tenía fue enorme, pese a que se prodigaba muy poco a hablar en público y no era un gran orador. El misterio que envolvía sus apariciones y lo austero de su figura explican sólo en parte el gran influjo que el caudillo radical tenía sobre las masas argentinas, un influjo que apareció claramente reflejado con su muerte, y especialmente en su entierro, convertido en una gran manifestación de dolor popular. Los apoyos políticos del radicalismo eran variados. Junto con los sectores medios del Litoral y otros grupos urbanos en ascenso hay que consignar la presencia de hacendados, tanto pequeños como grandes, no sólo del interior del país, sino también de la Provincia de Buenos Aires. Estos apoyos explican que la capacidad innovadora del radicalismo fuera limitada, especialmente en lo referente a cuestiones económicas o sociales. El cuidado por el mantenimiento del orden social fue extremo y de ahí el temor a verse superado por determinados movimientos sociales y también, aunque sólo en parte, las brutales represiones con que solventó la oleada de huelgas anarquistas en la Semana Trágica (Buenos Aires, 1919) y la huelga de peones rurales en la Patagonia en 1921. Estas consideraciones nos llevan a rechazar aquellos análisis que señalan que el triunfo radical supuso el comienzo de un choque frontal entre las capas medias reformistas y la oligarquía, o que la Unión Cívica Radical se configurara como un elemento fundamental para una alianza de las capas medias con el proletariado. Uno de los máximos objetivos radicales fue la consolidación de su maquinaria electoral. Para ello recurrió con bastante frecuencia a la intervención de los gobiernos provinciales. La intervención permitía remover http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/6736.htm 32 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco a los gobernadores electos y las medidas adoptadas por Yrigoyen permitían poner al frente de las gobernaciones a claros partidarios de la causa radical, que debían apoyar al partido (a la causa) en las elecciones siguientes. También intentó favorecer y movilizar a determinados grupos y sectores que podrían suponerle algunos votos en circunscripciones claves, alentando a los sectores más moderados del sindicalismo no vinculados al Partido Socialista, a los estudiantes de la Reforma Universitaria, pese a lo extremo de algunas de sus posiciones, o a la Federación Agraria Argentina, compuesta fundamentalmente por agricultores, arrendatarios de tierras de cereal. La Constitución argentina de 1853, todavía vigente, prohibía la reelección presidencial en dos períodos consecutivos, de modo que Yrigoyen eligió a Alvear para sucederle. Yrigoyen juzgaba a Alvear como a un frívolo aristócrata y con escaso control del aparato del partido como para que peligrara su propia hegemonía. Muy pronto Alvear impuso su propio estilo de gobierno, que se distinguió claramente del de su antecesor. Por lo general se suele diferenciar a Alvear de Yrigoyen aludiendo al mayor conservadurismo del primero frente al populismo "yrigoyenista, "pero más allá de eso, lo cierto es que, durante su gobierno, el respeto de las libertades constitucionales e individuales fue un hecho destacable. Las tensiones entre los dos líderes y sus seguidores terminaron en la ruptura del partido, que se dividió entre personalistas y antipersonalistas. La fractura del partido no le impidió a Yrigoyen ganar las elecciones de 1928, en las cuales se impuso prácticamente en todo el país. Si bien 1928 fue un año excepcional para las exportaciones argentinas (200 millones de libras esterlinas, el doble que lo exportado en 1913), el final del gobierno de Yrigoyen transcurrió bajo los primeros signos de la crisis internacional, que obviamente no podía pasar de largo frente a una economía como la argentina de las primeras décadas del siglo XX. Las elecciones para la renovación parcial del Congreso de principios de 1930 señalaron una importante pérdida de popularidad de Yrigoyen. La impresión de parálisis en la acción de gobierno se extendía por doquier y el golpe militar que en septiembre de 1930 acabó con el gobierno de Yrigoyen y también con cincuenta años de normalidad política en Argentina fue, sin embargo, recibido con gran regocijo por importantes sectores populares agobiados por el estilo "yrigoyenista". Poco tiempo después moriría Yrigoyen y su entierro se convirtió en una gran manifestación popular contra el gobierno militar del general José Félix Uriburu. http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/7110.htm 33 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 6. El radicalismo uruguayo: el batllismo. En Uruguay, por otra parte, el sistema político estaba basado en un esquema bipartidista, blancos (o nacionales) y colorados, que cortaba de forma transversal a la sociedad nacional. Los dos partidos eran básicamente maquinarias electorales controladas por los doctores, generalmente abogados, lo que marcaba el importante influjo de los grupos urbanos, especialmente los de Montevideo. La lucha entre ciudad y campo era permanente y si bien los partidos estaban controlados por los aparatos urbanos, el peso de los terratenientes era considerable. El gran modernizador del sistema político uruguayo y de los mecanismos de control partidario fue Batlle y Ordoñez, elegido presidente por primera vez en 1903 y un decidido partidario de ampliar la participación electoral a colectivos más numerosos, propuesta que no era del agrado de los terratenientes. El autoritarismo y el radicalismo anticlerical de Batlle condujeron a que sus propuestas innovadoras debieran enfrentar una fuerte oposición en las filas de su propio partido, el Colorado. La modernización del país suponía niveles de intervención crecientes del Estado en la vida política, social y económica uruguaya no vistos en el pasado y requería de importantes cantidades de dinero para financiar los proyectos elaborados, como la nacionalización del Banco de la República. Entre las medidas de contenido social aprobado figuraba el reconocimiento del derecho de agremiación y de huelga, en 1903, y en su segunda presidencia (1911-1915) se aprobaría la jornada laboral de ocho horas. Solo el mantenimiento de la expansión de las exportaciones podía garantizar esta situación. Para terminar con la inestabilidad que planeaba sobre la vida política nacional, Batlle intentó corresponsabilizar a los blancos en las tareas de gobierno. Para ello diseñó un Poder Ejecutivo colegiado, en el cual los blancos compartieran el poder con los colorados, aunque desde una posición de subordinación. Pese a sus esfuerzos, su proyecto sólo fue recogido a medias por la Asamblea Constituyente de 1916, que marcó la ruptura del Partido Colorado en colegialistas (dirigidos por Batlle) y vieristas (encabezados por Feliciano Viera). Mientras al Consejo de Gobierno se le asignaron funciones representativas, las verdaderamente políticas y militares se reservaron para el presidente. Su muerte en 1929 abriría el problema sucesorio, agravado por el hecho de su fuerte liderazgo sobre el partido Colorado, que terminaría dividiéndose en tres corrientes. José Batlle y Ordóñez 34 AMÉRICA LATINA SIGLO XX Emiliano Gil Blanco 7. El
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