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Arqueologia Subaquática

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 Bucólico espacio junto a la Torre del Verger. Banyalbufar(Mallorca occidental). 
 
 
 
 
 
 
 
Formación on line para CEPOAT-Universidad de Murcia. 
 
Número especial. Octubre de 2019. 
Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. 
Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) 
Barcelona (España). 
 
 
 
 
Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad. Las opiniones expresadas en este 
documento son de exclusiva responsabilidad del autor. 
 
 
 
Portada: Cala Galiota, Colonia de Sant Jordi (Mallorca). 
 
 
 
 
Contraportada: 1. Arte rupestre atlántico. Barco de Oia, Galicia (F.J.Costas Goberna/ 
Antonio de la Peña, 2011) 2. Embarcación ancestral "Kawesqar". Museo de Historia 
Natural de Concepción, Maipú 2359(Chile). 
 
 
 
 
 
 
 
 
3
Desde la editorial. 
 
El ser humano siempre encontró en el mar una frontera. Y un desafío, 
provocando así grandes gestas y también grandes catástrofes. Sin 
embargo, debemos reconocer que fueron las primeras “autopistas” para 
la comunicación, el intercambio de ideas y productos. El comercio, los 
viajes y otras actividades se desarrollaron con más intensidad, si cabe, 
cuando el hombre dominó sus miedos y traspasó los limites de esta 
inmensa masa acuosa que tanto le impresionaba. Asimismo, las guerras, 
los agonismos, surcaron los mares con inusitado interés, y el individuo, en 
sus afanes, exploró aprovechando por y a través de los océanos todo 
territorio ansiado, llegando a los confines del mundo por él conocido. 
 
Muchos intentos de llegar a tierras lejanas fracasaron, acabando en 
dramáticos naufragios, restos de los cuales yacen esparcidos todavía por 
muchas geografías de nuestro entorno marítimo. A unos cuantos metros 
de profundidad y disimulados por la biología propia del medio, estos 
antiguos vestigios han sido alterados antrópicamente por mareas, seres 
vivos, corrientes, provocando cambios en su composición más básica e 
influyendo en la orografía del espacio marino. La arqueología 
subacuática, disciplina transversal relativamente joven, ha redescubierto 
multitud de pecios hundidos pertenecientes a diversas épocas de la 
historia de la humanidad en diversos lugares de nuestro planeta. Estas 
cápsulas del tiempo nos rescriben aquella y nos proponen completar los 
relatos que comenzaron en superficie. 
 
En torno a estas “señales” sumergidas que el pasado nos ofrece, surgen 
multitud de proyectos de investigación cuyas propuestas pretenden 
esclarecer el cómo, cuando y porqué, deseando, asimismo, salvaguardar 
todos los objetos hallados para el patrimonio local. Atrás quedan aquellos 
tiempos en los que el rey persa Asurbanipal disponía de buceadores que 
utilizaban piel de cordero para almacenar aire bajo el agua. Los 
modernos equipos y la rigurosidad del personal especialista crean las 
sinergias adecuadas para que la vida que se ocultó en el fondo de los 
mares salga a la luz. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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¿Qué es? Me llama la 
poderosamente atención el 
interrogante dónde encajar la 
arqueología, en este caso, 
marítima. Considero que son 
correctas y formales, aunque 
breves, las afirmaciones 
precedentes en la misma 
respecto a esta disciplina, pero, 
¿porqué hacer reducionismo de 
algo tan evidente, cuando 
yuxtaponemos al término el 
adjetivo? Hago referencia a 
George Bass, reputado 
arqueólogo estadounidense, 
haciendo hincapié cuando 
afirmó aquello de “la arqueología 
subacuática (…) debe de ser 
considerada simplemente 
arqueología...” (1966). Insisto en 
enfatizar; el profesor Xavier Nieto 
también lo puso en evidencia 
(https://www.raco.cat/index.php/
Pyrenae/article/viewFile/351159/4
42507), “La evolución conceptual 
de la arqueología subacuática” 
(2019)_Revista de Prehistoria y 
Antigüedad del Mediterráneo 
Occidental, núm. 50: “...conlleva 
el riesgo de caer en una visión 
restrictiva de una actividad...” 
 
Después de unas cuantas 
experiencias hasta la fecha, tanto 
terrestres como subacuáticas, la 
única diferencia que constato es 
el modo de respirar. Porque en el 
desarrollo de las diferentes tareas 
de los espacios a estudiar, 
mediciones o informes, gráficos o 
textuales, debo ingerir por término 
medio de 8 a 16 bocanadas de 
aire por minuto. Supongo que en 
esfuerzo, sometido a presión y a 
profundidad media o baja, un 
tanto más. 
 
 
 
 
 
 
Pero díganme algún/a colega 
que, en medio de la llanura 
segoviana (p. ej.), con un sol 
abrasador, no ha tenido que 
hacerlo en condiciones 
comprometidas y posiciones 
diversas en su espacio de trabajo. 
No quiero ni pensar los 
compañeros/as que se desplazan 
a territorios ignotos, llámense 
egipcios o mesoamericanos, 
sometiéndose a las condiciones 
del entorno más hostil; a 
propósito, ¿dejamos los cenotes 
mexicanos aparte? Puedo 
asegurar que cuando se retira 
arena de algún fondo arenoso en 
según qué geografía de litoral, a 
no ser por la temperatura 
ambiente o alguna termoclina 
que sacuda, no se altera el ritmo 
respiratorio. 
 
Buceando _nunca mejor dicho_ 
en la wikipedia, veo con estupor 
que se cae en los errores de 
siempre, lo que no ayuda a la 
correcta difusión de esta ciencia, 
siempre, y esto también lo refirió 
Xavier Nieto, “desde una 
perspectiva terrícola…” En el 
texto presentado se observa, 
sintetizando, que se recurre a la 
semántica más conspicua, pues 
se adereza con calificativos 
varios: náutica (donde el barco 
ejerce de paradigma 
constructivo, materialista...), 
oceanográfica (grandes mantos 
acuáticos donde, estoy seguro, la 
meteorología y sus expertos 
determinarán las acciones a 
seguir en las prospecciones que 
se ejecuten con ayuda de la 
tecnología, otro paradigma...), 
intermareales (flujos y reflujos del 
medio que interacciona con 
territorios adyacentes...), marítima 
 
 
 
 
5
(¿excluyendo lagos y ríos?...) para 
diferenciar algo que sigue unas 
mismas pautas. No por mucha 
profundidad que exista, no se 
busca la misma pretensión, sea el 
Titánic o el barco fenicio de 
Mazarrón. 
 
Creo que se está dando un 
exceso de academicismo, 
excluyendo a otros expertos que 
también tendrán algo que decir, 
sean biólogos, sociólogos 
(¿paisaje cultural?) o 
medioambientalistas, entre otros, 
pues no podemos olvidar la 
transversalidad de lo científico. 
 
Es evidente que este ámbito 
genera muchos nichos de trabajo 
y la teorización de la actividad, la 
diferenciación y pormenorización 
de las acciones que establecen 
una línea de trabajo objetivo, es 
un campo abonado a propuestas 
que ensalzan aquél purismo. 
¿Qué han conseguido los señores 
K. Muckelroy y S. McGrail? Cinco 
minutos de gloria, a la vez que 
subyace en sus postulados un 
sesgo maquinista: lo que 
encontremos bajo el agua (o 
alrededores)) es la demostración 
de nuestra cultura y progreso 
desde tiempos ancestrales. ¿Que 
buscan reforzar? 
 
Me gustaría hacer un apunte final 
y recordar a Manuel Gándara 
Vázquez, con su propuesta de 
arqueología social… 
“¿Necesitamos un concepto 
materialista del patrimonio 
arqueológico? Una aproximación 
congruente.” Boletín de 
Antropología Americana. 
Postgrado de Arqueología. ENAH. 
Diciembre-Enero 2005 
 
 
 
Masnou, en la costa del Maresme(Barcelona). 
©2015 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fragmento de cerámica periodo Talayótico II. 
Escuela de restauración ECORE, Barcelona.©2019 
 
 
 
 
 
 
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7
Características. El agua, 
entendida como espacio 
metafísico, siempre fue un reto. 
Porque es el entorno acuático, 
ribereño, lacustre, oceánico, 
intermareal, espeológico, con sus 
ecosistemas, orografías 
caprichosas y antropías varias, al 
que debemos elegir como 
valedor ineludible en este 
segundo comentario. Es un 
permanente antagonista y sujeto 
activo que determina cómo y 
cuándo debemos actuar. No me 
parece procedente la primera 
acepción quese da en cuanto a 
denominación de yacimiento 
subacuático; pudiendo ser 
característico en (bajo) cualquier 
superficie acuosa, ni que decir 
tiene que el texto ofrecido por 
Xavier Nieto, precusor donde los 
halla, goza de mi total apoyo y 
respeto en cuanto a 
procedimientos y metodología, 
siendo riguroso y consciente con 
las formas. Pedagógico y clásico, 
diría que quirúrgico. Pero debo 
destacar que es ciertamente 
optimista, no descuidando ningún 
detalle en aquellos, aunque 
idealizando los modos. Ese 
compuesto químico que recubre 
nuestro planeta en un 71% no es 
una piscina. Enfatizando en el 
hecho, actualmente existe una 
dicotomía entre lo subacuático y 
lo arqueológico, (me atrevería a 
nombrar la paleoantropología: los 
cenotes de Yucatán, están siendo 
todo un mundo por descubrir bajo 
sus aguas). Todavía no 
subsanada, perjudica en grado 
sumo el objetivo final, que, como 
dice el autor “es la sociedad la 
heredera cultural de los restos 
encontrados...” 
 
 
daña las tareas a realizar, 
independientemente del orden y 
criterio establecido en los 
breafings diarios. 
Son dos actividades transversales, 
interdependientes una de la otra, 
pero consustanciales. ¿Qué 
ocurre cuando el arqueólogo no 
(se) domina (en) el medio? 
Encontramos a muchos 
especialistas que disponen de 
nociones muy básicas, habiendo 
realizado pocas inmersiones en su 
haber. Algunos, digámoslo de 
forma llana, el agua no les hace. 
Se da por supuesto (y en el texto 
subyace una lectura por esta 
línea) que el especialista se va a ir 
adaptando al entorno. Craso 
error. Cada vez más se observa 
en clubes, asociaciones, centros 
de buceo, etc., propuestas de 
ejercicios de acuaticidad, 
flotabilidad neutra, cualidades 
que devienen armas para 
trabajar “en (por el) fondo”, para 
todos aquellos que pretenden 
explorar las profundidades con la 
sana intención cultural, biológica 
o deportiva. Ejemplos con que 
ilustrar esta afirmación: 
(https://elpais.com/cultura/2019/0
6/11/actualidad/1560246108_5838
67.html) ¿Cómo se ejecutarán las 
tareas en esta misión, cuya 
envergadura supone un “potlack” 
de suministros técnicos 
considerable habida cuenta la 
calidad y geografía de las aguas 
en las que se encuentran los 
restos_(volvemos al buque como 
arquetipo paradigmático)_? ¿La 
tecnología substituirá la persona? 
 
 
 
8
No es el mismo caso, porque la 
profundidad difiere 
(https://www.abc.es/cultura/abci
-secretos-galeon-ribadeo-
alcance-arqueologos-
201906100116_noticia.html), pero 
es evidente que la logística 
aplicada tendrá en cuenta las 
corrientes que sacuden la zona. 
Uno más: 
https://www.youtube.com/watch
?v=J_9cUr7q8II, en este caso 
Franck Goddio, (Alejandría_Egipto 
2000), en el descubrimiento de 
Thonis-Heracleion, la ciudad 
engullida bajo el limo. Por todos 
es conocida la turbiedad de las 
aguas del delta del Nilo. Se me 
ocurre una cuestión, también 
implícita en el adicional: ¿no será 
que la profusión y despliegue de 
medios en cualquier proyecto 
que se precie obedece a una 
poca preparación subacuatica _ 
deportiva de los componentes de 
la misión? Porque entonces toda 
tutorización de acciones a realizar 
deben ser reelaboradas. 
No observo diferencias en cuanto 
a la identificación y exhumación 
(si se me permite) terrestre o 
subacuática de artefactos, restos, 
encontrados en diversos territorios 
arqueológicos. Creo que el 
profesional dedicado a estos 
menesteres actúa con la 
delicadeza y mimo que es 
necesaria en las complejas 
circunstancias de extracción con 
las que se enfrenta. 
 
 
 
Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. 
CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 
 
 
 
 
 
 
Vista aérea del islote de Sancti Petri (Cádiz). 2010 
 
 
 
 
 
 
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Lecturas. “Todo lo que la mano del 
escultor puede hacer es romper el 
encantamiento y liberar las figuras 
dormidas en la piedra...” ((Miguel 
Angel Buonarroti, 1475_1564). La 
frase del célebre autor italiano es el 
enfoque más adecuado, a mi 
modo de ver, para recabar toda 
posible(s) investigación/es 
arqueológica de este apartado. 
 
La iconografía, los textos y 
etnografías, como ámbitos 
reseñados, son manifestaciones, 
verbales y no verbales, de la cultura 
material, fenomenológicos en sí 
mismos y con múltiples y variados 
espectros de los cuales extraer 
información según proceda. Una 
semiótica en toda regla. Son 
variados productos de la riqueza 
colectiva; crónicas, relatos, historias 
de vida, narraciones y/o 
descripciones de la diversidad y 
constructo humano que 
interpretamos decorosamente. 
 
Gracias a toda esta 
documentación y obras, testigos de 
otro tiempo, conocemos al 
mercader griego Piteas (350-285 
a.C.), focense afincado en la 
antigua Marsella y su gesta por los 
mares del norte de Europa a la 
búsqueda de recursos para sus 
iguales, u otros periplos, como 
aquella expedición de fenicios que 
logró circunnavegar Africa gracias 
al rey egipcio Necao II (610-595 a. 
C.), patrocinador en la época 
ptolemaica. Con él supimos que 
Herodoto, gran fabulador por otra 
parte, se equivocó al negar que 
aquellos navegantes doblaron el 
Cabo Buena Esperanza... 
 
 
 
 
 
 
 
Pero debemos ir hacia una 
perspectiva simbólica y utilizar la 
metáfora como fórmula de 
comprensión. 
 
El interés por las formas y 
expresiones simbólicas ha existido 
desde los inicios de la antropología 
social. Los estudios de totemismo, la 
brujería, el sacrificio, las tensiones 
sociales, etc., en las diversas 
sociedades muestran 
explícitamente el(los) 
comportamiento del ser humano 
durante diferentes periodos 
históricos. Una de las mayores 
aportaciones a cualquier análisis 
simbólico han sido los estudios de la 
mitología, la ritualística, las 
tradiciones, en los variados 
contextos y sistemas de cohesión, 
creencias y prácticas, siempre en 
un sentido comparativo-
transcultural. 
 
Aquellos muestran elementos 
personales tanto colectivos como 
psicológicos que emergen dando 
significado (y significando) a sus 
protagonistas, que se vinculan a 
través de la lingüística, la filosofía, 
en las continuas praxis cotidianas. 
Como hemos dicho, el símbolo, del 
latín symbolum, significa imagen o 
figura, que materialmente o de 
palabra representa un concepto 
moral o intelectual. El simbolismo 
deviene en la posterior transmisión 
de ideas, traduciéndose en estados 
de ánimo, comprensión de 
realidades. Son modelos. 
 
Dejando aparte un posible 
materialismo en la línea del maestro 
Marvin Harris, antropólogo de esta 
escuela, yo me pregunto: ¿qué es 
un barco? Es una entidad en sí 
mismo. 
 
 
 
 
 
11
Un castillo inaccesible, quizás 
inalcanzable, que hay que 
conseguir, (o seguir su estela) o 
visitar: ¿un rito de paso? (¿qué 
sucedió en abril de 1722 frente a la 
isla de RapaNui? ¿Qué impacto 
tuvo, con posterioridad?) Un legado 
proveniente de una lejanía 
desconocida, una propuesta de 
destino (igual que los mapas de 
Eratóstenes), una visión espiritual, un 
avance tecnológico que provoca 
el discurrir de la mente (el timón de 
codaste), un regalo, un bien de 
prestigio, una invitación al 
desarrollo, alardeo, fuerza. Hecho, 
vehículo que (nos) traslada, 
demostración tangible que 
constata el triunfo contra los 
elementos naturales, un artilugio 
frágil, una catedral de sabiduría, 
una aparición celestial. Es arte. O 
magia, como dijo el florentino. 
 
Asimismo, provoca una religiosidad 
sumisa, enfermiza, próxima a la 
muerte (véase: 
https://www.academia.edu/352772
6/Isis_diosa_del_Nilo_y_el_mar_E._Fer
rer-
M.a_C._Mar%C3%ADn_eds._La_religi
%C3%B3n_del_mar_Sevilla_2011 o 
también léase a Mireia Romero 
Recio, de la Universidad Carlos III 
(Madrid), con respecto a “…recetas 
para tratar el miedo al mar...”, 
(Historiografía de las Religiones-
2012). 
 
 
 
Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. 
CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018Proyecto "Na Guardis"(Mallorca). ©2019 
 
 
 
 
Una última/s cuestión: ¿no será el 
nomadismo inherente del ser 
humano lo que le impulsa a 
traspasar toda barrera física, 
utilizando cualquier medio y 
tecnología asumible? ¿Le llamamos 
navegación? La excusa, ¿el 
ofrecimiento de presentes para 
trascendernos más allá del espacio 
habitual? ¿Cuándo comenzó la 
globalización, realmente? 
 
 
 
 
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En el principio 
 
13
En el principio. A priori, me parece 
exultante el señor Bass cuando 
proclama contundentemente 
aquella afirmación con la que se 
inicia este apartado. Supongo que, 
a la vista de sus propuestas sobre la 
relación/es entre colectivos 
humanos con el medio marino y 
consecuentes desarrollos histórico-
sociales, encontraría una frase con 
la que categorizar todo un proceso, 
sentenciando algo que, bajo mi 
punto de vista, contiene multitud de 
matices y complejidades. 
La síntesis me parece poco 
honrada. ¿Cómo es posible deducir 
desde la óptica de finales del siglo 
XX cómo pensaban los hombres y 
mujeres del Paleolítico?¿No 
“buceó”, por casualidad, en la 
denominada “hipótesis del 
cazador”, que ya crecía en aquel 
momento (posteriormente descrito 
por el periodista-investigador Robert 
Ardrey, 1998), y refrendado en la 
actualidad por el profesor Arsuaga 
_UAM_ y otros? Entiendo que son 
periodos distantes, pero gracias a la 
Dra. Anabel Ferrando(Universidad 
de Málaga) y a su formación sobre 
Paleoantropología y Evolución 
Humana (mayo 2018) sabemos que 
Humanos Anatómicamente 
Modernos (HAM), con una 
tecnología y capacidad de 
pensamiento abstracto más que 
notables emigraron de África en 
una segunda oleada partiendo de 
zona sudafricana, hacia la costa, 
no hacia el norte, sin abandonar 
aguas dulces. Todavía hoy se 
discute sobre sus desplazamientos 
hacia Asia desde esta demarcación 
(y el continente Antártico próximo), 
 
 
 
 
 
 
 
pero es evidente que combinaron 
caza y recolección con pesca, 
pues la cercanía con el manto 
acuático es una certeza y su 
búsqueda de aporte proteico, 
lógica. La arqueología de aquél 
consumo lo ha constatado. 
Por otra parte, por todos es sabida 
la pobreza agropecuaria que 
siempre ha caracterizado los países 
del Levante mediterráneo, Grecia, 
península itálica, etc. ¿Quiere decir 
esto que fueron mineros antes 
que…? Me gustaría ofrecer un 
apunte más, siguiendo a Guerrero 
Ayuso: ( 
https://www.raco.cat/index.php/Pyr
enae/article/view/145167) sobre los 
asentamientos naviformes de 
épocas Pre-talayótica_talayótica, 
visitados recientemente en 
Mallorca. 
Con franqueza. Es cierto que los 
cambios del nivel del mar 
determinaron acciones y decisiones 
en las migraciones que tuvieron 
lugar en diversos espacios 
geográficos. Pero, honestamente, 
debemos reconocer que, si no 
hubiera sido mañana, sí pasado 
mañana. La necesidad de 
alimentación y supervivencia de las 
comunidades forzó el ingenio en su 
concepto más básico. El ser 
humano no tenía conciencia de 
que las barreras acuosas eran 
infranqueables, si el peligro 
acechaba en forma de “monstruo” 
marino, el arrastre de la marea; 
tenía que llegar a... Dos detalles: 
(http://www.nationalgeographic.it/s
cienza/2019/06/20/news/egadi_mar
ettimo_homo_sapiens_navigazione_
mesolitico-4456126/) ¿Es, pues, el 
medio quien hace al individuo o es 
su curiosidad y necesidad lo que le 
impulsa? 
 
 
 
 
 
 
14
Podemos teorizar sobre el sexo de 
los ángeles, realizar diagramas de 
esplendor colorista detallando el 
progreso de la cota cero en el año 
correspondiente, pero nadie piensa 
en el hambre que subyace en el 
desplazamiento humano de 
aquellos periodos. O el deseo de 
conquista 
(https://elcomercio.pe/tecnologia/
ciencias/tupac-yupanqui-inca-
descubrio-oceania-noticia-465851) 
Sólo ahora teorizamos con la deriva 
oceánica, los parajes acuáticos, 
entornos costeros, pues revitaliza 
posibles investigaciones para 
concluir el cómo del 
comportamiento humano en 
aquellas circunstancias, sus 
patrones de dispersión, etc. El 
debate está servido. La reciente 
aparición del homo floresiensis 
propone otra vuelta de tuerca: 
véase 
https://www.nature.com/articles/s41
559-019-0928-
9.epdf?author_access_token=o0tW
AURnWr8Gw3ouG7dOO9RgN0jAjWe
l9jnR3ZoTv0OhaZU2rDQxxnW7pRhHx
UzdI3I0gtABpMH4ym4moGfQJFpaG
vw-KcYh4KZ7IlnhwWfrPUujzL0Nz--
qF6FkNYco9vEu6ezVpznYw2VWd3ii9
g%3D%3D&fbclid=IwAR3s5RGnlbHiEy
HN2Pp9P0EE58DZoum4_0DqmbUinh
SfjalCmGQjuIir8_A&redirect_to=https
%3A%2F%2Fm.facebook.com%2F 
Es lógico, por otra parte, que el 
diseño de naves, artilugios flotantes 
o canoas y sus modos en las 
singladuras tengan las tipologías 
necesarias según idearios y 
provisión de los colectivos de 
entonces. Con la 3ª Ley de Newton 
observamos cómo se desarrollan 
aquellos, siempre desde una 
perspectiva evolucionista-
productivista. 
 
 
 
 
Las consecuentes vivencias sobre 
las aguas llevan al individuo a la 
lógica mejora en el transporte de 
personas y enseres, dando pie a 
que las derrotas se realicen, en unos 
primeros momentos, con un claro 
referente diurno, lejano o próximo, 
sea el accidente geográfico que 
corresponda según trayectoria. Lo 
que sí evidencia esta sección es la 
acumulación de saberes que el ser 
humano va 
asumiendo/absorbiendo en/para su 
integridad y en comunión con un 
entorno que le es ajeno. ¿Es el 
individuo un ser empírico en estas 
fases históricas? 
 
A propósito de esto, y como 
adelanté anteriormente, me inclino 
por la etnografía como ese 
lenguaje que describe una 
experiencia personal en toda regla. 
Todo rastro que hasta nuestros días 
ha llegado es un regalo, una historia 
de vida, que se ofrece como un 
legado, una forma de trascripción 
semiótica para todos aquellos/as 
que pretendan seguir los caminos 
ya trazados. El ser humano necesita 
trascenderse más allá del tiempo y 
el espacio, dejando huellas, a su 
criterio, imperecederas; la piedra, lo 
que moldea con sus manos y que 
inhuma con él. Todo artefacto 
encontrado, pinturas o grafitos 
descubiertos, explicita un itinerario 
concreto, y, a la vez una sabiduría, 
incorporada a su ADN; es un libro 
“para los que vengan”. ¿Una 
muestra de altruismo? Lo talayótico, 
en unas primeras fases 
constructivas, no son más que un 
reflejo de “una tierra flotante” que 
nos ha llevado/traído, “nos ha 
salvado”, hasta el espacio que se 
ha considerado asentamiento 
definitivo. 
 
 
 
15
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Criterios 
 
16
Juicios. De los artículos que se 
barajan esta semana he acertado 
hilvanar tres que ofrecen una 
casuística similar, relacionando al 
ser humano con la naturaleza. 
Todos ellos me han parecido 
materialistas, pues ensalzan la 
tecnología y el progresismo con una 
visión determinista, conteniendo un 
cierto evolucionismo en aquellos, 
pero... Es indudable que si 
construimos, navegamos y 
realizamos actos simbólicos (como 
ya apunté en primeros comentarios 
) desde esa antigüedad es gracias 
a ella. El mar, ese "ser" animado e 
insoslayable, cruel y armónico a la 
vez, provocó (y sigue) reacciones 
lógicas en el individuo. Por ello, su 
respuesta al reto que le plantea esa 
naturaleza es la creación de un 
arquetipo “salvífico” respecto al 
medio. No me queda duda de que 
fueron los egipcios los precursores 
en desarrollar artilugios que 
surcaran aguas, tranquilas en un 
principio, del río Nilo, con la 
seguridad y regularidad necesarias. 
Anteriormente, también existieron 
otros episodios de similitud y 
características afines a esta 
actividad navegante. Pero debo 
decir que, hasta ese momento, el 
ensamblaje de las diversas piezas 
que “protegen” a los protagonistas 
de la singladura se tuvo que idear 
después de largas observaciones 
en/de la propia naturaleza. Quiero 
pensar en la unión de las espigas 
del trigo, en la corteza interior de los 
árboles, las espesuras vegetales, 
etc. Es de la imaginación que surge 
todo atisbo de creatividad: véase, 
sin ir más lejos, 
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20190716/brandon-
sanderson-visita-madrid-celsius-
7556730 
 
 
 
 
Planteemos que la sido ésta la 
principal educadora del ser 
humano a lo largo de su 
transitabilidad por la corteza 
terrestre y marítima. El valor de la 
naturaleza como proveedora de 
recursos para el sostenimiento de la 
vida humana es parte integral de 
todos los regímenes económicos a 
través de los cuales se ha 
organizado la existencia del 
hombre: aun cuando la actividad 
económica de las sociedades 
estaba reducida a la mera 
producción de auto-sostenimiento, 
con un intercambio nulo o 
reducido, los frutos de la tierra y los 
animales eran el origen de la 
cadena de producción. 
 
La relación con la naturaleza no es 
de sujeto y objeto, sino de sujeto a 
sujeto. No hay una dominación de 
uno sobre el otro, por lo menos en 
unas primeras fases. 
La naturaleza es parte de la vida 
del hombre, por tanto, viven en una 
armonía constante. Es en la 
observación de los fenómenos, de 
sus cualidades y ventajas, de su 
composición y estructuras, lo que 
hizo que el/los individuos/as 
supieran aprovechar los detalles 
para su desarrollo integral, las 
ventajas e inconvenientes que estos 
conllevan; de ahí, el aprendizaje. Es 
en el ensayo constante, en el 
acierto y error diario lo que 
construye una estructura que flota y 
“nos” desplaza sin sucumbir, 
buscando ya un aporte de 
rentabilidad y eficacia para sus 
travesías y arribos. Pero, a la vez, nos 
arropa en las eventualidades del 
itinerario, las dificultades y 
obstáculos del recorrido antes de 
“la llegada al otro lado”. 
 
 
 
 
 
 
17
 
Formación y estudio sobre materiales subacuáticos. 
I.B.E.A.M-Formentera, (islas Baleares). ©2018 
 
 
 
Porque es un rito de paso, es una 
lucha, es un acto de dominio del 
yo, de ponerse a la altura de lo 
magnífico, de no sentirse desvalido 
frente a la grandiosidad, no 
fracasar ante el embate marino. Y 
alcanzar la técnica que permita 
una “comunión” con las aguas, 
religiosamente veneradas desde la 
noche de los tiempos. Atravesar el 
caos es una finalidad respetable y 
que todo componente de la 
comunidad social debe cruzar. Ello 
confiere “prestigio”. La navegación, 
dicen, es un arte. Como tal, el 
piloto, el constructor, creador del 
arquetipo flotante por antonomasia 
es un “prestigioso” que se pone a la 
altura de los dioses. Quiero pensar 
que la construcción de aquél no es 
la erección de un fetiche 
apotropáico que libere a sus 
ocupantes de todo mal. Un 
talismán, habida cuenta de que la 
naturaleza, que todo lo da, me 
exige ser digno de sus enseñanzas. 
 
 
 
 
 
Es una acción de honra, que 
confiere reputación y fama, y en 
consecuencia, debe realizarse un 
ritual de confraternización. 
Quiero recordar a James George 
Frazer, "La rama dorada"(1890) 
https://es.wikipedia.org/wiki/La_ram
a_dorada, "...Los hechiceros fineses 
solían vender viento a los marinos 
detenidos en puerto por la 
calma..."(pag.111). 
 
 
 
 
Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. 
CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19
Un alto en el camino. Si atendemos 
a su definición formal, un puerto es 
"un lugar de la costa, natural o 
artificial, protegido de los 
temporales, en el cual los barcos 
pueden permanecer al abrigo de 
éstos y realizar tanto las 
operaciones de carga o descarga 
como las de reparación o de 
mantenimiento que requieran". Un 
puerto es un lugar de descanso, 
sobre todo en aquellos tiempos en 
que toda singladura se realizaba “a 
cabotaje”. Abrigo, refugio, un punto 
de inflexión, quizás. Que se lo digan 
a aquellos dorios hartos del 
conflicto en el Peloponeso, que 
emigraron desde Corinto para 
establecerse en Siracusa, puerto de 
la Magna Grecia (734 a. C.), en el 
mismo centro del Mediterráneo, lo 
que da una idea de don de la 
ubicuidad griega. Aunque hacia 
falta un mito fundacional que 
justificara el periplo _Aretusa y 
Alfeo_, fueron extendiendo su 
idiosincrasia por la geografía 
haciendo de aquella una ciudad 
próspera y floreciente, amén de 
otras de su dominio inmediato. Si 
observamos su morfología y 
situación debemos recordar un 
término de lo más náutico: la rada, 
bahía con una entrada angosta 
que permite fondear a toda una 
flota. Se las considera un puerto 
natural, pues se las ha utilizado 
históricamente como tales, al poder 
las naves anclar. Se trata de un 
área cerrada con una obertura al 
mar, más estrecha que un golfo. Si 
ésta es muy angosta, el paso recibe 
el nombre de estrecho. Pero no 
debe confundirse con un estuario. 
 
Otro factor de importancia en el 
establecimiento para aquella 
protección: la climatología; 
 
 
 
dado que el Mare Nostrum era/es 
un manto casi cerrado y hasta 
cierto punto, previsible, se tuvieron 
que considerar los efectos de una 
meteorología adversa a fin de 
minimizar los riesgos posibles en 
productos, maquinaria e individuos. 
En una época en que las 
migraciones estaban a la orden del 
día, recabar en un espacio que 
sosegaba los ánimos y propiciaba 
una reflexión al viajero era todo un 
anhelo. Un puerto es, asimismo, un 
lugar de conveniencia, 
convivencia, complacencia y 
connivencia, premisas por las que 
abogaba el psicólogo A. Maslow. Es 
alojamiento, seguridad... Comunica 
a propios y extraños. Dicho en un 
símil comparado con la actualidad 
tecnológica, un nodo que enlaza, 
une, diversos circuitos. Un espacio 
de convergencia, peculiar. Cabe 
preguntarse, sin embargo, si las 
mercancías que se transportaban o 
se pretendían intercambiar en ese 
enclave fueron lo que propició la 
sedentarización en el territorio o las 
manufacturas que provenían de 
tierra firme atraían más que el 
vaivén de las mareas. 
 
No obstante, la decisión en la 
creación de un puerto (que lleva 
implícita en su esencia la idea de la 
"civitas" romana, más tarde ya 
completamente desarrollada), 
dejando aparte su metafísica 
literaria, contiene una serie de 
características que hacen particular 
su erección. Por intereses varios, 
debe poseer una gran capacidad 
de carga, esto es, asumir que 
dispone y hace disponer a profanos 
y ajenos de enseres, bienes de todo 
tipo y calibre para poder realizar 
aquella/s comunicación/es que 
 
 
 
 
 
20
fueran necesarias, aprovechando 
cualquier oportunidad de comercio 
que se preste. Por supuesto, 
ubicado geoestratégicamente, de 
escala obligada e idílico entorno. 
Debe fascinar, seducir. Baste, como 
ejemplo, Cartago (en fenicio 
antiguo “ciudad nueva”) que, 
según Estrabón, la llegaron a 
habitar unas 700.000 personas, una 
auténtica urbe dentro de los 
cánones establecidos. O Jaffa, en 
Israel (en antiguo hebreo 
“hermosa”). Ello es reflejo de 
prestigio, potencia, refuerzo de la 
identidad de sus pobladores. 
 
Bajo mi punto de vista, debe tener 
también un producto estrella por la 
que atraer bajo sus dominios, sean 
metales, textiles, etc. Sin ir más lejos, 
el puerto de Avilés, en nuestra 
Cantabria. Es en la época de los 
romanos cuando ya había un 
asentamiento humano en el 
entorno de la ría. Pero hay una 
fecha concreta, 1085. En ese año, 
el rey Alfonso VI otorgó a la villa un 
fuero que le concedía una serie de 
beneficios fiscales al tráfico 
marítimo de mercancías y personas. 
El monopolio de la sal convirtió a la 
ciudad en el puerto de Asturias y de 
León, condición que mantendría 
durante los siglos venideros. Qué 
decir de la moderna Denia, en la 
costa levantina. Desde su origen 
griego, Hemeroscopeion, a la 
romana Dianium, ha sido vital para 
su sociedad y economía. En torno a 
ese desarrollo e influencias 
culturales ha girado la vida y la 
historia de la ciudad. Otro tanto, 
Almería; 
 
 
 
 
 
 
 
 
en la actualidad, con un ejemplo 
traspolable a otros periodos 
históricos: 
http://www.finanzas.com/noticias/e
mpresas/20140715/almeria-sera-
puerto-natural-2714452.html. 
 
Un puerto es (o siempre fue) un 
universo ajeno a las leyes 
convencionalesque se escribían 
sobre el papel, un microcosmos 
donde confluyen/eron diversas 
prácticas culturales foráneas y se 
permiten/eron comportamientos de 
otra índole. No había fronteras 
(conceptualmente), la vida social 
era genuina, y donde hombres y 
mujeres (recordemos la iconografía 
caribeña de la Isla de Tortuga) se 
encontraban proyectando hábitos 
y transferencias interdisciplinares. 
 
 
 
 
Timón de codaste. Museo Marítimo de Barcelona. 
©2017 
 
 
 
 
 
 
 
21
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22
Ofertas. Quisiera plantear este 
comentario desde una perspectiva 
materialista, muy en la línea de M. 
Harris, y aprovechando un párrafo 
de Carlos G. Wagner (Apart. 1.1 
...consideraciones preliminares…, y 
cuyo escrutinio general me parece 
muy acertado) me pregunto que 
fue primero, si el huevo o la gallina. 
Las motivaciones para producir, 
intercambiar y consumir bienes (de 
prestigio o no), según la 
antropología social, están 
moldeadas por las tradiciones 
culturales. Algunas culturas hacen 
hincapié en la adquisición 
cooperativa y la práctica de 
compartir la riqueza; otras, en la 
adquisición competitiva y en la 
retención de aquella. En épocas 
pretéritas, la mayor parte de lo que 
es producido por el trabajo humano 
se distribuye mediante el 
intercambio. Es pauta universal dar 
y recibir objetos y servicios valiosos. 
La humanidad no puede vivir sin 
intercambiar su trabajo o 
productos, estableciéndose unas 
pautas para/con ella, creando esa 
actividad mundial por excelencia 
de la que todos formamos parte. 
 
Es en la Revolución Agrícola 
(periodo Neolítico) cuando el 
excedente idea en el individuo 
_habida cuenta de una serie de 
mejoras tecnológicas, llámese 
arado, acequia, carro, etc._ un 
sistema de producción (con la 
perversión que ello traerá consigo), 
puesto que anteriormente la 
economía era de subsistencia y el 
trueque, la fórmula aplicada. Si se 
dispone de sobrantes suficientes 
más allá del consumo de aquella 
comunidad (p. e., cereal), 
 
 
 
 
 
 
si se crean especialistas en 
manufacturar piezas o elaborar 
gustos (p. e., orfebrería o salazones), 
es cuando te planteas una posible 
búsqueda de aquel/llos/as que 
quieran consumir o intercambiar 
esos bienes y organizar su 
distribución o exposición (mercado). 
 
¿Fueron los fenicios (y otros, con 
posterioridad) los que propiciaron 
necesariamente, utilizando el 
Mediterráneo como autovía, un 
incipiente y primigenio comercio, 
aculturando todo territorio donde 
arribaban, induciendo a modelos y 
estilos, creando bases (Sa Galera, 
Na Guardis, Mallorca, o Isla de 
Adentro, Murcia, por poner 
ejemplos que me vienen directos) 
de reciprocidad, especializándose 
en cada milla náutica recorrida y 
devolviendo con creces lo 
conocido a lo largo y ancho de la 
común acuaticidad, como un 
inmenso potlach e introduciendo, 
con el paso del tiempo, el valor 
numérico o social (moneda) como 
herramienta para medir la 
calidad/cualidad de aquellos 
elementos y servicios? ¿Qué 
geografía en la antigüedad tuvo 
que sobrevivir a través/con del 
Mare Nostrum, exponiéndose a la 
clásica ecuación de tres factores: 
población, recursos, territorio? 
¿No es el término colonización 
sinónimo de “invasión”, tal como le 
requerí a la doctora Sara Melero 
Pérez ( I.V.D.E, 
https://www.youtube.com/watch?v
=qeltkXf8Qhw ) hace escasamente 
un año, utilizando el objeto u/o 
mérito que sea? ¿Por que el 
comercio es la acepción dulce de 
aquella ocupación que ha tenido al 
ser humano desde la noche de los 
tiempos? 
 
 
 
 
 
23
Eufemísticamente, de lo que 
hablamos es de producir. “No 
puedo vencerte por las armas, lo 
haré por tus apetencias _o 
debilidades_” (nota del autor). Son 
evidentes, pues, (y así lo remarca 
Wagner en su postulado) las 
consecuentes complejidades que 
de esta trascendental ocupación se 
derivan: violencias, no-asimilación, 
dependencias, etc. 
 
La producción es la consecuencia 
interactiva entre la tecnología que 
aplicamos y las características de la 
explotación del hábitat o medio. 
Pero a su vez, también se crea la 
denominada ecología humana, 
puesto que estos/as personajes se 
ven afectados, dada su capacidad 
de sustentación, rendimientos, etc. 
del espacio que les es cotidiano. Y 
lo más importante, la proyección de 
esa/s cultura/s a lo largo de ese 
Mediterráneo, que fue (es) un 
vehículo vertebrador, necesario y 
expansivo, un gran universo de 
comunicación e intermediación, 
que facilitó toda una serie de 
industrias e ingenios afines a su 
totalidad geográfica, no sólo litoral 
sino continental. 
Pero ello no fue 
imprescindiblemente equilibrado, 
sobre todo teniendo en cuenta que 
muchos mercados rudimentarios se 
organizaban a través de grupos sin 
lazos de parentesco, familiar, 
aparente, y eso era otra barrera a 
vencer, aparte de la marítima, con 
lo que la confianza, característica 
personal en toda transacción, fue 
creando las redes determinantes 
para una tarea que ha reportado al 
individuo beneficios (y también 
decepciones) en todos los sentidos. 
 
 
 
 
 
 
 
Navegando hacia el islote de Sancti Petri, golfo de 
Cádiz. ©2010. Ver: 
https://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/151
41/castillo%20sancti%20petri%202011_diciembre_3527_
05.pdf?sequence=1 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Formación para el montaje de estructuras 
subacuáticas. Porto Cristo, Manacor. I.B.E.A.M.©2017 
 
 
 
 
 
 
24
Demanda. Sería preceptivo 
plantear este tema bajo la óptica 
de la/s naturaleza/s que forjó el 
estilo y modo de crecimiento del 
Imperio romano. 
 
La ciudad-estado de Roma se 
convirtió en el mayor emporio de la 
antigüedad. Entre los siglos IV y I 
a.C., sus territorios se expandieron 
de 5.000 a más de 3,0 millones de 
Km. cuadrados, lo que da una idea 
de dimensión espacial más que 
notable. En el transcurso de su 
dilatada historia hubo un gran 
desarrollo de la actividad agraria 
(base principal), urbana 
(monumentalismo e influencia y 
atractivo social) y comercial 
(enriquecimiento de las élites), 
alcanzando una economía 
mercantilista hasta entonces 
desconocida para la época, que, 
sin embargo, no era capitalista; era 
un sistema mixto, compuesto de dos 
modelos crematísticos diferentes: 
uno, tributario. El otro, esclavista, 
verdadero eje de su expansión, 
pues la guerra formó parte de la 
prosperidad de Roma. Y coactivo, 
habida cuenta de la polarización 
social (¿oligarquías militares?), 
induciendo a la plebe a cumplir 
con sus obligaciones diariamente, 
so pena de castigo o exclusión. 
 
La idea de IMPERIO, que viene del 
pensamiento griego de Sócrates, 
está basada en la extensión 
universal, eterna duración y 
gobierno de origen divino, y ello 
contemplaba una/s exigencia 
permanente sin dilación respecto la 
corporeidad de la política de la 
antigua Roma. 
 
 
 
 
 
 
 
Y hago mención aquí, asimismo, de 
un artículo_ 
http://www.redalyc.org/articulo.oa
?id=18111430003_, que ilustra 
sobremanera otro rasgo, a mi 
entender importante, sobre el modo 
de proceder romano, según 
aquel/llos progreso/s. Era una 
sociedad ritualista, integradora de 
costumbres ajenas, pero 
tremendamente litúrgica. Lo 
ceremonioso atenuaba el ímpetu 
del populacho, intimidando, pero 
daba identidad y consistencia a lo 
republicano; no olvidemos que 
“imperium” también significa 
mandar tropas y juzgar, y ello sólo lo 
ejercían los cónsules _en aquél 
momento_ militares. Era 
aparentemente conciliador, pero 
exigente con la ciudadanía que lo 
soportaba. Un ejemplo lo tenemos 
con Julio César (55 a. C.), cruzando 
el Rhin sobre un puente con 40.000 
soldados, en la campaña hacia 
Germania. Una proeza de 
ingeniería que buscaba socavar la 
moral del contrario y reforzar el 
personalismo del dirigente ávido. 
 
 
Pero poco a poco, el universo 
romano se quedó pequeño. En su 
descarga hay que decir que los 
territorios en los que creció su 
esencia no eran vergeles 
precisamente;pocos y escasa 
variedad de productos, con lo que 
la competencia estaba cantada 
desde un primer momento en las 
riberas del Mediterráneo norte. 
Realmente, donde Roma eclosionó 
fue en África, enviando desde allí 
réditos a la urbe itálica. Veamos, 
sino, la línea que constituye Volubilis 
marroquí, Timgad argelina, Leptis 
 
 
 
 
 
 
25
Magna libia, Althiburos tunecino y 
Alejandría, amén de las ciudades 
de la Decápolis oriental, con 
Palmira como eje más extremo. 
¿Hizo de la necesidad, virtud? 
 
 
 
Biotopo marino en Isla de Adentro. Puerto de 
Mazarrón. ©2018 
 
Su carácter pragmático imponía un 
ritmo cada vez mayor (la trampa 
del lujo, que dijo Yuval Noah Harari, 
“De animales a dioses”_2014) y 
aprovechando rutas ya existentes 
(es evidente la ventaja que 
constituyó la absorción de Egipto 
para los romanos de Augusto), 
conocimientos sobre sus fronteras y 
el más allá de aquellas (la Sinae 
china), la búsqueda de bienes de 
prestigio (la descripción del relato 
de Estrabón sobre Elio Galo en el 
Mar Eritreo al encuentro del 
incienso, resina que sacraliza y 
purifica cualquier ceremonia, es 
muy reparador) fueron 
configurando aquella filiación, que 
 
 
 
 
devino en un rastreo, intercambio 
(vidrio procedente de la Alejandría 
ptolemaica) y exploración para 
hallar un flujo incesante de 
productos (la seda), adquisición de 
elementos que mantuvieran la 
velocidad adquirida desde sus 
inicios, aumentando así su teatro de 
operaciones e influencia, e 
implementando aquel primigenio 
mercantilismo local. Delegaciones 
varias partieron, como es el caso de 
la comisión marítima enviada desde 
el Mar Rojo hasta el golfo de Tonkin, 
surcando el océano Índico, por 
parte de Marco Aurelio (166 d. C.), 
abriendo sustanciosas posibilidades, 
obsequiando a los orientales con 
marfil y caparazones de tortuga, 
para ellos claros símbolos en su 
cotidianidad más mundana. 
Anteriormente, en el año 97 d. C. el 
general chino Ban Chao, de la 
dinastía Han, ya había intentado 
infructuosamente mandar un 
enviado a Roma. 
 
¿Fueron petulantes? ¿Actuaron con 
la arrogancia propia del patricio? 
Creo que fueron consecuentes con 
su filosofía. Pero aquél crecimiento 
se les fue de las manos y Roma 
quedó en mera... ¿abstracción, 
sueño, que dijo Máximo Décimo 
Meridio en Gladiator? 
 
 
Proyecto "Na Guardis"(Mallorca). ©2019 
 
 
 
 
 
26
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27
Colofón. Bajo el título de "El sistema 
- mundo mediterráneo, ¿precursor 
de la actual globalización?..." se 
ofrecen unas pinceladas sobre lo 
puede ser, bajo un modesto criterio, 
el nacimiento de un conjunto de 
estructuras que brotan, gracias a 
unas premisas de índole lúdico-
comercial. Aquella antigüedad 
hizo surgir toda una serie de 
procedimientos genuinos, 
prototípicos, formas interconectivas 
de relación, por hombres y mujeres 
en su afán de supervivencia e 
identificación con un entorno 
básicamente hostil, eclosionando 
unas directrices, pautas, hacia las 
formas y praxis económicas 
actuales, configurando así su/s 
respectivas sociedad/es de un 
cosmopolitismo claro y 
determinante y, a la vez, de una 
especificidad singular. 
 
Este remate final lleva a reflexionar 
sobre un universo multicultural que 
nos es próximo, dicotómico y 
contradictorio, en un mar que es de 
todos, creador de múltiples 
complejidades y también de 
riquezas, siendo durante milenios el 
eje (puente) vital que ha culminado 
en la diversidad humana que nos 
caracteriza en esta zona 
geográfica, amén de otros rasgos 
diferenciales, como, asimismo es de 
suponer en otras latitudes. 
 
¿Fue el Mediterráneo un ejemplo, 
integrador, cronológicamente 
hablando, acelerador procesal de 
las comunicaciones e intercambios 
instructivos entre pueblos, 
favoreciendo un crecimiento propio 
(¿o compartido?), singular? 
¿Estableció (¿provocó?) patrones 
industriales, constructivos, _sin osar 
llegar a lo etnocéntrico_ en su 
desarrollismo? 
 
 
¿Absorbió, en detrimento de 
otros/as, a todo insigne habitante, 
poseedor de íntimas creencias, de 
cualquier porción de tierra en pos 
de lo paradigmático en que se iban 
convirtiendo los estados-nación? 
¿Cuales fueron los testimonios 
(arqueológicos, normativos) que 
ejemplarizan ese itinerario 
histórico?¿El comercio anfórico? 
 
 
El articulado pretende, sin soslayar 
autores de referencia que observan 
la evolución de los pueblos en razón 
de su crecimiento socio-
económico, un breve contraste 
que, a mi modo de ver, son meras 
transiciones culturales; lo recorrido 
hasta ahora, por muchas pantallas 
que hayamos saltado en la historia, 
no deja de ser un más de lo mismo, 
con variaciones y peculiaridades 
puntuales, plásticas diría, como ya 
ejecutaron cananeos, egipcios, 
troyanos, romanos, y demás 
habitantes en las diversas 
circunscripciones espaciales que les 
tocó vivir en aquellos inicios, pero 
que tiene su continuidad en la más 
rabiosa actualidad, oscilando 
permanentemente entre el 
conflicto y la armonía, como dijo en 
cierta ocasión el Dr. Manuel 
Delgado, Antropología Social (U.B.), 
_Jornadas "La arquitectura del 
conflicto y del goce". Instituto de 
Humanidades, Barcelona, octubre 
del 2014_. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
29
Índice fotográfico. 
 
pag. 6 
Posidonia. Playa de Son Caliu (Mallorca) 
 
pag. 9 
Ánfora púnica norteafricana. Museo de Son Fornés (Mallorca) 
 
pág. 12 
Asa de caldera. Exposición en colaboración con el Brit ish 
Museum. https://caixaforum.es/es/barcelona/p/lujo-de-los-asirios-a-alejandro-
magno_a881612 
 
pag.15 
Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 
 
pag. 18 
Mapa de alteraciones. Escuela de restauración ECORE (Barcelona) 
 
pag.21 
Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 
 
pag. 26 
Replica teatralizada de piezas de arqueología subacuática. Cala Aiguablava. Begur (Girona) 
 
pag. 28 
Collar fenicio. Exposición en colaboración con el Brit ish 
Museum. https://caixaforum.es/es/barcelona/p/lujo-de-los-asirios-a-alejandro-
magno_a881612 
 
pag. 30 
Formación y estudio sobre materiales subacuáticos. I.B.E.A.M-Formentera, 2018 
 
 
 
 
 
 
 Embarcadero tradicional. Isla de Formentera (Baleares). ©1994 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31
 
 
 
 
Cepo de plomo de un ancla de la época romana (siglo I d. C.). ©2017 
Museo de Empúries (Girona)Ver: http://www.macempuries.cat/ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32
 
 
 
1 
 
 
 
 
 
 
2

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