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1 2 Bucólico espacio junto a la Torre del Verger. Banyalbufar(Mallorca occidental). Formación on line para CEPOAT-Universidad de Murcia. Número especial. Octubre de 2019. Edita: Publicaciones Imprecisas S.L. Fotografía: © Perec ( http://www.flickr.com/photos/xaman-ek ) Barcelona (España). Prohibida la reproducción total o parcial. Es propiedad. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor. Portada: Cala Galiota, Colonia de Sant Jordi (Mallorca). Contraportada: 1. Arte rupestre atlántico. Barco de Oia, Galicia (F.J.Costas Goberna/ Antonio de la Peña, 2011) 2. Embarcación ancestral "Kawesqar". Museo de Historia Natural de Concepción, Maipú 2359(Chile). 3 Desde la editorial. El ser humano siempre encontró en el mar una frontera. Y un desafío, provocando así grandes gestas y también grandes catástrofes. Sin embargo, debemos reconocer que fueron las primeras “autopistas” para la comunicación, el intercambio de ideas y productos. El comercio, los viajes y otras actividades se desarrollaron con más intensidad, si cabe, cuando el hombre dominó sus miedos y traspasó los limites de esta inmensa masa acuosa que tanto le impresionaba. Asimismo, las guerras, los agonismos, surcaron los mares con inusitado interés, y el individuo, en sus afanes, exploró aprovechando por y a través de los océanos todo territorio ansiado, llegando a los confines del mundo por él conocido. Muchos intentos de llegar a tierras lejanas fracasaron, acabando en dramáticos naufragios, restos de los cuales yacen esparcidos todavía por muchas geografías de nuestro entorno marítimo. A unos cuantos metros de profundidad y disimulados por la biología propia del medio, estos antiguos vestigios han sido alterados antrópicamente por mareas, seres vivos, corrientes, provocando cambios en su composición más básica e influyendo en la orografía del espacio marino. La arqueología subacuática, disciplina transversal relativamente joven, ha redescubierto multitud de pecios hundidos pertenecientes a diversas épocas de la historia de la humanidad en diversos lugares de nuestro planeta. Estas cápsulas del tiempo nos rescriben aquella y nos proponen completar los relatos que comenzaron en superficie. En torno a estas “señales” sumergidas que el pasado nos ofrece, surgen multitud de proyectos de investigación cuyas propuestas pretenden esclarecer el cómo, cuando y porqué, deseando, asimismo, salvaguardar todos los objetos hallados para el patrimonio local. Atrás quedan aquellos tiempos en los que el rey persa Asurbanipal disponía de buceadores que utilizaban piel de cordero para almacenar aire bajo el agua. Los modernos equipos y la rigurosidad del personal especialista crean las sinergias adecuadas para que la vida que se ocultó en el fondo de los mares salga a la luz. 4 ¿Qué es? Me llama la poderosamente atención el interrogante dónde encajar la arqueología, en este caso, marítima. Considero que son correctas y formales, aunque breves, las afirmaciones precedentes en la misma respecto a esta disciplina, pero, ¿porqué hacer reducionismo de algo tan evidente, cuando yuxtaponemos al término el adjetivo? Hago referencia a George Bass, reputado arqueólogo estadounidense, haciendo hincapié cuando afirmó aquello de “la arqueología subacuática (…) debe de ser considerada simplemente arqueología...” (1966). Insisto en enfatizar; el profesor Xavier Nieto también lo puso en evidencia (https://www.raco.cat/index.php/ Pyrenae/article/viewFile/351159/4 42507), “La evolución conceptual de la arqueología subacuática” (2019)_Revista de Prehistoria y Antigüedad del Mediterráneo Occidental, núm. 50: “...conlleva el riesgo de caer en una visión restrictiva de una actividad...” Después de unas cuantas experiencias hasta la fecha, tanto terrestres como subacuáticas, la única diferencia que constato es el modo de respirar. Porque en el desarrollo de las diferentes tareas de los espacios a estudiar, mediciones o informes, gráficos o textuales, debo ingerir por término medio de 8 a 16 bocanadas de aire por minuto. Supongo que en esfuerzo, sometido a presión y a profundidad media o baja, un tanto más. Pero díganme algún/a colega que, en medio de la llanura segoviana (p. ej.), con un sol abrasador, no ha tenido que hacerlo en condiciones comprometidas y posiciones diversas en su espacio de trabajo. No quiero ni pensar los compañeros/as que se desplazan a territorios ignotos, llámense egipcios o mesoamericanos, sometiéndose a las condiciones del entorno más hostil; a propósito, ¿dejamos los cenotes mexicanos aparte? Puedo asegurar que cuando se retira arena de algún fondo arenoso en según qué geografía de litoral, a no ser por la temperatura ambiente o alguna termoclina que sacuda, no se altera el ritmo respiratorio. Buceando _nunca mejor dicho_ en la wikipedia, veo con estupor que se cae en los errores de siempre, lo que no ayuda a la correcta difusión de esta ciencia, siempre, y esto también lo refirió Xavier Nieto, “desde una perspectiva terrícola…” En el texto presentado se observa, sintetizando, que se recurre a la semántica más conspicua, pues se adereza con calificativos varios: náutica (donde el barco ejerce de paradigma constructivo, materialista...), oceanográfica (grandes mantos acuáticos donde, estoy seguro, la meteorología y sus expertos determinarán las acciones a seguir en las prospecciones que se ejecuten con ayuda de la tecnología, otro paradigma...), intermareales (flujos y reflujos del medio que interacciona con territorios adyacentes...), marítima 5 (¿excluyendo lagos y ríos?...) para diferenciar algo que sigue unas mismas pautas. No por mucha profundidad que exista, no se busca la misma pretensión, sea el Titánic o el barco fenicio de Mazarrón. Creo que se está dando un exceso de academicismo, excluyendo a otros expertos que también tendrán algo que decir, sean biólogos, sociólogos (¿paisaje cultural?) o medioambientalistas, entre otros, pues no podemos olvidar la transversalidad de lo científico. Es evidente que este ámbito genera muchos nichos de trabajo y la teorización de la actividad, la diferenciación y pormenorización de las acciones que establecen una línea de trabajo objetivo, es un campo abonado a propuestas que ensalzan aquél purismo. ¿Qué han conseguido los señores K. Muckelroy y S. McGrail? Cinco minutos de gloria, a la vez que subyace en sus postulados un sesgo maquinista: lo que encontremos bajo el agua (o alrededores)) es la demostración de nuestra cultura y progreso desde tiempos ancestrales. ¿Que buscan reforzar? Me gustaría hacer un apunte final y recordar a Manuel Gándara Vázquez, con su propuesta de arqueología social… “¿Necesitamos un concepto materialista del patrimonio arqueológico? Una aproximación congruente.” Boletín de Antropología Americana. Postgrado de Arqueología. ENAH. Diciembre-Enero 2005 Masnou, en la costa del Maresme(Barcelona). ©2015 Fragmento de cerámica periodo Talayótico II. Escuela de restauración ECORE, Barcelona.©2019 6 7 Características. El agua, entendida como espacio metafísico, siempre fue un reto. Porque es el entorno acuático, ribereño, lacustre, oceánico, intermareal, espeológico, con sus ecosistemas, orografías caprichosas y antropías varias, al que debemos elegir como valedor ineludible en este segundo comentario. Es un permanente antagonista y sujeto activo que determina cómo y cuándo debemos actuar. No me parece procedente la primera acepción quese da en cuanto a denominación de yacimiento subacuático; pudiendo ser característico en (bajo) cualquier superficie acuosa, ni que decir tiene que el texto ofrecido por Xavier Nieto, precusor donde los halla, goza de mi total apoyo y respeto en cuanto a procedimientos y metodología, siendo riguroso y consciente con las formas. Pedagógico y clásico, diría que quirúrgico. Pero debo destacar que es ciertamente optimista, no descuidando ningún detalle en aquellos, aunque idealizando los modos. Ese compuesto químico que recubre nuestro planeta en un 71% no es una piscina. Enfatizando en el hecho, actualmente existe una dicotomía entre lo subacuático y lo arqueológico, (me atrevería a nombrar la paleoantropología: los cenotes de Yucatán, están siendo todo un mundo por descubrir bajo sus aguas). Todavía no subsanada, perjudica en grado sumo el objetivo final, que, como dice el autor “es la sociedad la heredera cultural de los restos encontrados...” daña las tareas a realizar, independientemente del orden y criterio establecido en los breafings diarios. Son dos actividades transversales, interdependientes una de la otra, pero consustanciales. ¿Qué ocurre cuando el arqueólogo no (se) domina (en) el medio? Encontramos a muchos especialistas que disponen de nociones muy básicas, habiendo realizado pocas inmersiones en su haber. Algunos, digámoslo de forma llana, el agua no les hace. Se da por supuesto (y en el texto subyace una lectura por esta línea) que el especialista se va a ir adaptando al entorno. Craso error. Cada vez más se observa en clubes, asociaciones, centros de buceo, etc., propuestas de ejercicios de acuaticidad, flotabilidad neutra, cualidades que devienen armas para trabajar “en (por el) fondo”, para todos aquellos que pretenden explorar las profundidades con la sana intención cultural, biológica o deportiva. Ejemplos con que ilustrar esta afirmación: (https://elpais.com/cultura/2019/0 6/11/actualidad/1560246108_5838 67.html) ¿Cómo se ejecutarán las tareas en esta misión, cuya envergadura supone un “potlack” de suministros técnicos considerable habida cuenta la calidad y geografía de las aguas en las que se encuentran los restos_(volvemos al buque como arquetipo paradigmático)_? ¿La tecnología substituirá la persona? 8 No es el mismo caso, porque la profundidad difiere (https://www.abc.es/cultura/abci -secretos-galeon-ribadeo- alcance-arqueologos- 201906100116_noticia.html), pero es evidente que la logística aplicada tendrá en cuenta las corrientes que sacuden la zona. Uno más: https://www.youtube.com/watch ?v=J_9cUr7q8II, en este caso Franck Goddio, (Alejandría_Egipto 2000), en el descubrimiento de Thonis-Heracleion, la ciudad engullida bajo el limo. Por todos es conocida la turbiedad de las aguas del delta del Nilo. Se me ocurre una cuestión, también implícita en el adicional: ¿no será que la profusión y despliegue de medios en cualquier proyecto que se precie obedece a una poca preparación subacuatica _ deportiva de los componentes de la misión? Porque entonces toda tutorización de acciones a realizar deben ser reelaboradas. No observo diferencias en cuanto a la identificación y exhumación (si se me permite) terrestre o subacuática de artefactos, restos, encontrados en diversos territorios arqueológicos. Creo que el profesional dedicado a estos menesteres actúa con la delicadeza y mimo que es necesaria en las complejas circunstancias de extracción con las que se enfrenta. Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 Vista aérea del islote de Sancti Petri (Cádiz). 2010 9 10 Lecturas. “Todo lo que la mano del escultor puede hacer es romper el encantamiento y liberar las figuras dormidas en la piedra...” ((Miguel Angel Buonarroti, 1475_1564). La frase del célebre autor italiano es el enfoque más adecuado, a mi modo de ver, para recabar toda posible(s) investigación/es arqueológica de este apartado. La iconografía, los textos y etnografías, como ámbitos reseñados, son manifestaciones, verbales y no verbales, de la cultura material, fenomenológicos en sí mismos y con múltiples y variados espectros de los cuales extraer información según proceda. Una semiótica en toda regla. Son variados productos de la riqueza colectiva; crónicas, relatos, historias de vida, narraciones y/o descripciones de la diversidad y constructo humano que interpretamos decorosamente. Gracias a toda esta documentación y obras, testigos de otro tiempo, conocemos al mercader griego Piteas (350-285 a.C.), focense afincado en la antigua Marsella y su gesta por los mares del norte de Europa a la búsqueda de recursos para sus iguales, u otros periplos, como aquella expedición de fenicios que logró circunnavegar Africa gracias al rey egipcio Necao II (610-595 a. C.), patrocinador en la época ptolemaica. Con él supimos que Herodoto, gran fabulador por otra parte, se equivocó al negar que aquellos navegantes doblaron el Cabo Buena Esperanza... Pero debemos ir hacia una perspectiva simbólica y utilizar la metáfora como fórmula de comprensión. El interés por las formas y expresiones simbólicas ha existido desde los inicios de la antropología social. Los estudios de totemismo, la brujería, el sacrificio, las tensiones sociales, etc., en las diversas sociedades muestran explícitamente el(los) comportamiento del ser humano durante diferentes periodos históricos. Una de las mayores aportaciones a cualquier análisis simbólico han sido los estudios de la mitología, la ritualística, las tradiciones, en los variados contextos y sistemas de cohesión, creencias y prácticas, siempre en un sentido comparativo- transcultural. Aquellos muestran elementos personales tanto colectivos como psicológicos que emergen dando significado (y significando) a sus protagonistas, que se vinculan a través de la lingüística, la filosofía, en las continuas praxis cotidianas. Como hemos dicho, el símbolo, del latín symbolum, significa imagen o figura, que materialmente o de palabra representa un concepto moral o intelectual. El simbolismo deviene en la posterior transmisión de ideas, traduciéndose en estados de ánimo, comprensión de realidades. Son modelos. Dejando aparte un posible materialismo en la línea del maestro Marvin Harris, antropólogo de esta escuela, yo me pregunto: ¿qué es un barco? Es una entidad en sí mismo. 11 Un castillo inaccesible, quizás inalcanzable, que hay que conseguir, (o seguir su estela) o visitar: ¿un rito de paso? (¿qué sucedió en abril de 1722 frente a la isla de RapaNui? ¿Qué impacto tuvo, con posterioridad?) Un legado proveniente de una lejanía desconocida, una propuesta de destino (igual que los mapas de Eratóstenes), una visión espiritual, un avance tecnológico que provoca el discurrir de la mente (el timón de codaste), un regalo, un bien de prestigio, una invitación al desarrollo, alardeo, fuerza. Hecho, vehículo que (nos) traslada, demostración tangible que constata el triunfo contra los elementos naturales, un artilugio frágil, una catedral de sabiduría, una aparición celestial. Es arte. O magia, como dijo el florentino. Asimismo, provoca una religiosidad sumisa, enfermiza, próxima a la muerte (véase: https://www.academia.edu/352772 6/Isis_diosa_del_Nilo_y_el_mar_E._Fer rer- M.a_C._Mar%C3%ADn_eds._La_religi %C3%B3n_del_mar_Sevilla_2011 o también léase a Mireia Romero Recio, de la Universidad Carlos III (Madrid), con respecto a “…recetas para tratar el miedo al mar...”, (Historiografía de las Religiones- 2012). Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018Proyecto "Na Guardis"(Mallorca). ©2019 Una última/s cuestión: ¿no será el nomadismo inherente del ser humano lo que le impulsa a traspasar toda barrera física, utilizando cualquier medio y tecnología asumible? ¿Le llamamos navegación? La excusa, ¿el ofrecimiento de presentes para trascendernos más allá del espacio habitual? ¿Cuándo comenzó la globalización, realmente? 12 En el principio 13 En el principio. A priori, me parece exultante el señor Bass cuando proclama contundentemente aquella afirmación con la que se inicia este apartado. Supongo que, a la vista de sus propuestas sobre la relación/es entre colectivos humanos con el medio marino y consecuentes desarrollos histórico- sociales, encontraría una frase con la que categorizar todo un proceso, sentenciando algo que, bajo mi punto de vista, contiene multitud de matices y complejidades. La síntesis me parece poco honrada. ¿Cómo es posible deducir desde la óptica de finales del siglo XX cómo pensaban los hombres y mujeres del Paleolítico?¿No “buceó”, por casualidad, en la denominada “hipótesis del cazador”, que ya crecía en aquel momento (posteriormente descrito por el periodista-investigador Robert Ardrey, 1998), y refrendado en la actualidad por el profesor Arsuaga _UAM_ y otros? Entiendo que son periodos distantes, pero gracias a la Dra. Anabel Ferrando(Universidad de Málaga) y a su formación sobre Paleoantropología y Evolución Humana (mayo 2018) sabemos que Humanos Anatómicamente Modernos (HAM), con una tecnología y capacidad de pensamiento abstracto más que notables emigraron de África en una segunda oleada partiendo de zona sudafricana, hacia la costa, no hacia el norte, sin abandonar aguas dulces. Todavía hoy se discute sobre sus desplazamientos hacia Asia desde esta demarcación (y el continente Antártico próximo), pero es evidente que combinaron caza y recolección con pesca, pues la cercanía con el manto acuático es una certeza y su búsqueda de aporte proteico, lógica. La arqueología de aquél consumo lo ha constatado. Por otra parte, por todos es sabida la pobreza agropecuaria que siempre ha caracterizado los países del Levante mediterráneo, Grecia, península itálica, etc. ¿Quiere decir esto que fueron mineros antes que…? Me gustaría ofrecer un apunte más, siguiendo a Guerrero Ayuso: ( https://www.raco.cat/index.php/Pyr enae/article/view/145167) sobre los asentamientos naviformes de épocas Pre-talayótica_talayótica, visitados recientemente en Mallorca. Con franqueza. Es cierto que los cambios del nivel del mar determinaron acciones y decisiones en las migraciones que tuvieron lugar en diversos espacios geográficos. Pero, honestamente, debemos reconocer que, si no hubiera sido mañana, sí pasado mañana. La necesidad de alimentación y supervivencia de las comunidades forzó el ingenio en su concepto más básico. El ser humano no tenía conciencia de que las barreras acuosas eran infranqueables, si el peligro acechaba en forma de “monstruo” marino, el arrastre de la marea; tenía que llegar a... Dos detalles: (http://www.nationalgeographic.it/s cienza/2019/06/20/news/egadi_mar ettimo_homo_sapiens_navigazione_ mesolitico-4456126/) ¿Es, pues, el medio quien hace al individuo o es su curiosidad y necesidad lo que le impulsa? 14 Podemos teorizar sobre el sexo de los ángeles, realizar diagramas de esplendor colorista detallando el progreso de la cota cero en el año correspondiente, pero nadie piensa en el hambre que subyace en el desplazamiento humano de aquellos periodos. O el deseo de conquista (https://elcomercio.pe/tecnologia/ ciencias/tupac-yupanqui-inca- descubrio-oceania-noticia-465851) Sólo ahora teorizamos con la deriva oceánica, los parajes acuáticos, entornos costeros, pues revitaliza posibles investigaciones para concluir el cómo del comportamiento humano en aquellas circunstancias, sus patrones de dispersión, etc. El debate está servido. La reciente aparición del homo floresiensis propone otra vuelta de tuerca: véase https://www.nature.com/articles/s41 559-019-0928- 9.epdf?author_access_token=o0tW AURnWr8Gw3ouG7dOO9RgN0jAjWe l9jnR3ZoTv0OhaZU2rDQxxnW7pRhHx UzdI3I0gtABpMH4ym4moGfQJFpaG vw-KcYh4KZ7IlnhwWfrPUujzL0Nz-- qF6FkNYco9vEu6ezVpznYw2VWd3ii9 g%3D%3D&fbclid=IwAR3s5RGnlbHiEy HN2Pp9P0EE58DZoum4_0DqmbUinh SfjalCmGQjuIir8_A&redirect_to=https %3A%2F%2Fm.facebook.com%2F Es lógico, por otra parte, que el diseño de naves, artilugios flotantes o canoas y sus modos en las singladuras tengan las tipologías necesarias según idearios y provisión de los colectivos de entonces. Con la 3ª Ley de Newton observamos cómo se desarrollan aquellos, siempre desde una perspectiva evolucionista- productivista. Las consecuentes vivencias sobre las aguas llevan al individuo a la lógica mejora en el transporte de personas y enseres, dando pie a que las derrotas se realicen, en unos primeros momentos, con un claro referente diurno, lejano o próximo, sea el accidente geográfico que corresponda según trayectoria. Lo que sí evidencia esta sección es la acumulación de saberes que el ser humano va asumiendo/absorbiendo en/para su integridad y en comunión con un entorno que le es ajeno. ¿Es el individuo un ser empírico en estas fases históricas? A propósito de esto, y como adelanté anteriormente, me inclino por la etnografía como ese lenguaje que describe una experiencia personal en toda regla. Todo rastro que hasta nuestros días ha llegado es un regalo, una historia de vida, que se ofrece como un legado, una forma de trascripción semiótica para todos aquellos/as que pretendan seguir los caminos ya trazados. El ser humano necesita trascenderse más allá del tiempo y el espacio, dejando huellas, a su criterio, imperecederas; la piedra, lo que moldea con sus manos y que inhuma con él. Todo artefacto encontrado, pinturas o grafitos descubiertos, explicita un itinerario concreto, y, a la vez una sabiduría, incorporada a su ADN; es un libro “para los que vengan”. ¿Una muestra de altruismo? Lo talayótico, en unas primeras fases constructivas, no son más que un reflejo de “una tierra flotante” que nos ha llevado/traído, “nos ha salvado”, hasta el espacio que se ha considerado asentamiento definitivo. 15 Criterios 16 Juicios. De los artículos que se barajan esta semana he acertado hilvanar tres que ofrecen una casuística similar, relacionando al ser humano con la naturaleza. Todos ellos me han parecido materialistas, pues ensalzan la tecnología y el progresismo con una visión determinista, conteniendo un cierto evolucionismo en aquellos, pero... Es indudable que si construimos, navegamos y realizamos actos simbólicos (como ya apunté en primeros comentarios ) desde esa antigüedad es gracias a ella. El mar, ese "ser" animado e insoslayable, cruel y armónico a la vez, provocó (y sigue) reacciones lógicas en el individuo. Por ello, su respuesta al reto que le plantea esa naturaleza es la creación de un arquetipo “salvífico” respecto al medio. No me queda duda de que fueron los egipcios los precursores en desarrollar artilugios que surcaran aguas, tranquilas en un principio, del río Nilo, con la seguridad y regularidad necesarias. Anteriormente, también existieron otros episodios de similitud y características afines a esta actividad navegante. Pero debo decir que, hasta ese momento, el ensamblaje de las diversas piezas que “protegen” a los protagonistas de la singladura se tuvo que idear después de largas observaciones en/de la propia naturaleza. Quiero pensar en la unión de las espigas del trigo, en la corteza interior de los árboles, las espesuras vegetales, etc. Es de la imaginación que surge todo atisbo de creatividad: véase, sin ir más lejos, https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20190716/brandon- sanderson-visita-madrid-celsius- 7556730 Planteemos que la sido ésta la principal educadora del ser humano a lo largo de su transitabilidad por la corteza terrestre y marítima. El valor de la naturaleza como proveedora de recursos para el sostenimiento de la vida humana es parte integral de todos los regímenes económicos a través de los cuales se ha organizado la existencia del hombre: aun cuando la actividad económica de las sociedades estaba reducida a la mera producción de auto-sostenimiento, con un intercambio nulo o reducido, los frutos de la tierra y los animales eran el origen de la cadena de producción. La relación con la naturaleza no es de sujeto y objeto, sino de sujeto a sujeto. No hay una dominación de uno sobre el otro, por lo menos en unas primeras fases. La naturaleza es parte de la vida del hombre, por tanto, viven en una armonía constante. Es en la observación de los fenómenos, de sus cualidades y ventajas, de su composición y estructuras, lo que hizo que el/los individuos/as supieran aprovechar los detalles para su desarrollo integral, las ventajas e inconvenientes que estos conllevan; de ahí, el aprendizaje. Es en el ensayo constante, en el acierto y error diario lo que construye una estructura que flota y “nos” desplaza sin sucumbir, buscando ya un aporte de rentabilidad y eficacia para sus travesías y arribos. Pero, a la vez, nos arropa en las eventualidades del itinerario, las dificultades y obstáculos del recorrido antes de “la llegada al otro lado”. 17 Formación y estudio sobre materiales subacuáticos. I.B.E.A.M-Formentera, (islas Baleares). ©2018 Porque es un rito de paso, es una lucha, es un acto de dominio del yo, de ponerse a la altura de lo magnífico, de no sentirse desvalido frente a la grandiosidad, no fracasar ante el embate marino. Y alcanzar la técnica que permita una “comunión” con las aguas, religiosamente veneradas desde la noche de los tiempos. Atravesar el caos es una finalidad respetable y que todo componente de la comunidad social debe cruzar. Ello confiere “prestigio”. La navegación, dicen, es un arte. Como tal, el piloto, el constructor, creador del arquetipo flotante por antonomasia es un “prestigioso” que se pone a la altura de los dioses. Quiero pensar que la construcción de aquél no es la erección de un fetiche apotropáico que libere a sus ocupantes de todo mal. Un talismán, habida cuenta de que la naturaleza, que todo lo da, me exige ser digno de sus enseñanzas. Es una acción de honra, que confiere reputación y fama, y en consecuencia, debe realizarse un ritual de confraternización. Quiero recordar a James George Frazer, "La rama dorada"(1890) https://es.wikipedia.org/wiki/La_ram a_dorada, "...Los hechiceros fineses solían vender viento a los marinos detenidos en puerto por la calma..."(pag.111). Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 18 19 Un alto en el camino. Si atendemos a su definición formal, un puerto es "un lugar de la costa, natural o artificial, protegido de los temporales, en el cual los barcos pueden permanecer al abrigo de éstos y realizar tanto las operaciones de carga o descarga como las de reparación o de mantenimiento que requieran". Un puerto es un lugar de descanso, sobre todo en aquellos tiempos en que toda singladura se realizaba “a cabotaje”. Abrigo, refugio, un punto de inflexión, quizás. Que se lo digan a aquellos dorios hartos del conflicto en el Peloponeso, que emigraron desde Corinto para establecerse en Siracusa, puerto de la Magna Grecia (734 a. C.), en el mismo centro del Mediterráneo, lo que da una idea de don de la ubicuidad griega. Aunque hacia falta un mito fundacional que justificara el periplo _Aretusa y Alfeo_, fueron extendiendo su idiosincrasia por la geografía haciendo de aquella una ciudad próspera y floreciente, amén de otras de su dominio inmediato. Si observamos su morfología y situación debemos recordar un término de lo más náutico: la rada, bahía con una entrada angosta que permite fondear a toda una flota. Se las considera un puerto natural, pues se las ha utilizado históricamente como tales, al poder las naves anclar. Se trata de un área cerrada con una obertura al mar, más estrecha que un golfo. Si ésta es muy angosta, el paso recibe el nombre de estrecho. Pero no debe confundirse con un estuario. Otro factor de importancia en el establecimiento para aquella protección: la climatología; dado que el Mare Nostrum era/es un manto casi cerrado y hasta cierto punto, previsible, se tuvieron que considerar los efectos de una meteorología adversa a fin de minimizar los riesgos posibles en productos, maquinaria e individuos. En una época en que las migraciones estaban a la orden del día, recabar en un espacio que sosegaba los ánimos y propiciaba una reflexión al viajero era todo un anhelo. Un puerto es, asimismo, un lugar de conveniencia, convivencia, complacencia y connivencia, premisas por las que abogaba el psicólogo A. Maslow. Es alojamiento, seguridad... Comunica a propios y extraños. Dicho en un símil comparado con la actualidad tecnológica, un nodo que enlaza, une, diversos circuitos. Un espacio de convergencia, peculiar. Cabe preguntarse, sin embargo, si las mercancías que se transportaban o se pretendían intercambiar en ese enclave fueron lo que propició la sedentarización en el territorio o las manufacturas que provenían de tierra firme atraían más que el vaivén de las mareas. No obstante, la decisión en la creación de un puerto (que lleva implícita en su esencia la idea de la "civitas" romana, más tarde ya completamente desarrollada), dejando aparte su metafísica literaria, contiene una serie de características que hacen particular su erección. Por intereses varios, debe poseer una gran capacidad de carga, esto es, asumir que dispone y hace disponer a profanos y ajenos de enseres, bienes de todo tipo y calibre para poder realizar aquella/s comunicación/es que 20 fueran necesarias, aprovechando cualquier oportunidad de comercio que se preste. Por supuesto, ubicado geoestratégicamente, de escala obligada e idílico entorno. Debe fascinar, seducir. Baste, como ejemplo, Cartago (en fenicio antiguo “ciudad nueva”) que, según Estrabón, la llegaron a habitar unas 700.000 personas, una auténtica urbe dentro de los cánones establecidos. O Jaffa, en Israel (en antiguo hebreo “hermosa”). Ello es reflejo de prestigio, potencia, refuerzo de la identidad de sus pobladores. Bajo mi punto de vista, debe tener también un producto estrella por la que atraer bajo sus dominios, sean metales, textiles, etc. Sin ir más lejos, el puerto de Avilés, en nuestra Cantabria. Es en la época de los romanos cuando ya había un asentamiento humano en el entorno de la ría. Pero hay una fecha concreta, 1085. En ese año, el rey Alfonso VI otorgó a la villa un fuero que le concedía una serie de beneficios fiscales al tráfico marítimo de mercancías y personas. El monopolio de la sal convirtió a la ciudad en el puerto de Asturias y de León, condición que mantendría durante los siglos venideros. Qué decir de la moderna Denia, en la costa levantina. Desde su origen griego, Hemeroscopeion, a la romana Dianium, ha sido vital para su sociedad y economía. En torno a ese desarrollo e influencias culturales ha girado la vida y la historia de la ciudad. Otro tanto, Almería; en la actualidad, con un ejemplo traspolable a otros periodos históricos: http://www.finanzas.com/noticias/e mpresas/20140715/almeria-sera- puerto-natural-2714452.html. Un puerto es (o siempre fue) un universo ajeno a las leyes convencionalesque se escribían sobre el papel, un microcosmos donde confluyen/eron diversas prácticas culturales foráneas y se permiten/eron comportamientos de otra índole. No había fronteras (conceptualmente), la vida social era genuina, y donde hombres y mujeres (recordemos la iconografía caribeña de la Isla de Tortuga) se encontraban proyectando hábitos y transferencias interdisciplinares. Timón de codaste. Museo Marítimo de Barcelona. ©2017 21 22 Ofertas. Quisiera plantear este comentario desde una perspectiva materialista, muy en la línea de M. Harris, y aprovechando un párrafo de Carlos G. Wagner (Apart. 1.1 ...consideraciones preliminares…, y cuyo escrutinio general me parece muy acertado) me pregunto que fue primero, si el huevo o la gallina. Las motivaciones para producir, intercambiar y consumir bienes (de prestigio o no), según la antropología social, están moldeadas por las tradiciones culturales. Algunas culturas hacen hincapié en la adquisición cooperativa y la práctica de compartir la riqueza; otras, en la adquisición competitiva y en la retención de aquella. En épocas pretéritas, la mayor parte de lo que es producido por el trabajo humano se distribuye mediante el intercambio. Es pauta universal dar y recibir objetos y servicios valiosos. La humanidad no puede vivir sin intercambiar su trabajo o productos, estableciéndose unas pautas para/con ella, creando esa actividad mundial por excelencia de la que todos formamos parte. Es en la Revolución Agrícola (periodo Neolítico) cuando el excedente idea en el individuo _habida cuenta de una serie de mejoras tecnológicas, llámese arado, acequia, carro, etc._ un sistema de producción (con la perversión que ello traerá consigo), puesto que anteriormente la economía era de subsistencia y el trueque, la fórmula aplicada. Si se dispone de sobrantes suficientes más allá del consumo de aquella comunidad (p. e., cereal), si se crean especialistas en manufacturar piezas o elaborar gustos (p. e., orfebrería o salazones), es cuando te planteas una posible búsqueda de aquel/llos/as que quieran consumir o intercambiar esos bienes y organizar su distribución o exposición (mercado). ¿Fueron los fenicios (y otros, con posterioridad) los que propiciaron necesariamente, utilizando el Mediterráneo como autovía, un incipiente y primigenio comercio, aculturando todo territorio donde arribaban, induciendo a modelos y estilos, creando bases (Sa Galera, Na Guardis, Mallorca, o Isla de Adentro, Murcia, por poner ejemplos que me vienen directos) de reciprocidad, especializándose en cada milla náutica recorrida y devolviendo con creces lo conocido a lo largo y ancho de la común acuaticidad, como un inmenso potlach e introduciendo, con el paso del tiempo, el valor numérico o social (moneda) como herramienta para medir la calidad/cualidad de aquellos elementos y servicios? ¿Qué geografía en la antigüedad tuvo que sobrevivir a través/con del Mare Nostrum, exponiéndose a la clásica ecuación de tres factores: población, recursos, territorio? ¿No es el término colonización sinónimo de “invasión”, tal como le requerí a la doctora Sara Melero Pérez ( I.V.D.E, https://www.youtube.com/watch?v =qeltkXf8Qhw ) hace escasamente un año, utilizando el objeto u/o mérito que sea? ¿Por que el comercio es la acepción dulce de aquella ocupación que ha tenido al ser humano desde la noche de los tiempos? 23 Eufemísticamente, de lo que hablamos es de producir. “No puedo vencerte por las armas, lo haré por tus apetencias _o debilidades_” (nota del autor). Son evidentes, pues, (y así lo remarca Wagner en su postulado) las consecuentes complejidades que de esta trascendental ocupación se derivan: violencias, no-asimilación, dependencias, etc. La producción es la consecuencia interactiva entre la tecnología que aplicamos y las características de la explotación del hábitat o medio. Pero a su vez, también se crea la denominada ecología humana, puesto que estos/as personajes se ven afectados, dada su capacidad de sustentación, rendimientos, etc. del espacio que les es cotidiano. Y lo más importante, la proyección de esa/s cultura/s a lo largo de ese Mediterráneo, que fue (es) un vehículo vertebrador, necesario y expansivo, un gran universo de comunicación e intermediación, que facilitó toda una serie de industrias e ingenios afines a su totalidad geográfica, no sólo litoral sino continental. Pero ello no fue imprescindiblemente equilibrado, sobre todo teniendo en cuenta que muchos mercados rudimentarios se organizaban a través de grupos sin lazos de parentesco, familiar, aparente, y eso era otra barrera a vencer, aparte de la marítima, con lo que la confianza, característica personal en toda transacción, fue creando las redes determinantes para una tarea que ha reportado al individuo beneficios (y también decepciones) en todos los sentidos. Navegando hacia el islote de Sancti Petri, golfo de Cádiz. ©2010. Ver: https://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/151 41/castillo%20sancti%20petri%202011_diciembre_3527_ 05.pdf?sequence=1 Formación para el montaje de estructuras subacuáticas. Porto Cristo, Manacor. I.B.E.A.M.©2017 24 Demanda. Sería preceptivo plantear este tema bajo la óptica de la/s naturaleza/s que forjó el estilo y modo de crecimiento del Imperio romano. La ciudad-estado de Roma se convirtió en el mayor emporio de la antigüedad. Entre los siglos IV y I a.C., sus territorios se expandieron de 5.000 a más de 3,0 millones de Km. cuadrados, lo que da una idea de dimensión espacial más que notable. En el transcurso de su dilatada historia hubo un gran desarrollo de la actividad agraria (base principal), urbana (monumentalismo e influencia y atractivo social) y comercial (enriquecimiento de las élites), alcanzando una economía mercantilista hasta entonces desconocida para la época, que, sin embargo, no era capitalista; era un sistema mixto, compuesto de dos modelos crematísticos diferentes: uno, tributario. El otro, esclavista, verdadero eje de su expansión, pues la guerra formó parte de la prosperidad de Roma. Y coactivo, habida cuenta de la polarización social (¿oligarquías militares?), induciendo a la plebe a cumplir con sus obligaciones diariamente, so pena de castigo o exclusión. La idea de IMPERIO, que viene del pensamiento griego de Sócrates, está basada en la extensión universal, eterna duración y gobierno de origen divino, y ello contemplaba una/s exigencia permanente sin dilación respecto la corporeidad de la política de la antigua Roma. Y hago mención aquí, asimismo, de un artículo_ http://www.redalyc.org/articulo.oa ?id=18111430003_, que ilustra sobremanera otro rasgo, a mi entender importante, sobre el modo de proceder romano, según aquel/llos progreso/s. Era una sociedad ritualista, integradora de costumbres ajenas, pero tremendamente litúrgica. Lo ceremonioso atenuaba el ímpetu del populacho, intimidando, pero daba identidad y consistencia a lo republicano; no olvidemos que “imperium” también significa mandar tropas y juzgar, y ello sólo lo ejercían los cónsules _en aquél momento_ militares. Era aparentemente conciliador, pero exigente con la ciudadanía que lo soportaba. Un ejemplo lo tenemos con Julio César (55 a. C.), cruzando el Rhin sobre un puente con 40.000 soldados, en la campaña hacia Germania. Una proeza de ingeniería que buscaba socavar la moral del contrario y reforzar el personalismo del dirigente ávido. Pero poco a poco, el universo romano se quedó pequeño. En su descarga hay que decir que los territorios en los que creció su esencia no eran vergeles precisamente;pocos y escasa variedad de productos, con lo que la competencia estaba cantada desde un primer momento en las riberas del Mediterráneo norte. Realmente, donde Roma eclosionó fue en África, enviando desde allí réditos a la urbe itálica. Veamos, sino, la línea que constituye Volubilis marroquí, Timgad argelina, Leptis 25 Magna libia, Althiburos tunecino y Alejandría, amén de las ciudades de la Decápolis oriental, con Palmira como eje más extremo. ¿Hizo de la necesidad, virtud? Biotopo marino en Isla de Adentro. Puerto de Mazarrón. ©2018 Su carácter pragmático imponía un ritmo cada vez mayor (la trampa del lujo, que dijo Yuval Noah Harari, “De animales a dioses”_2014) y aprovechando rutas ya existentes (es evidente la ventaja que constituyó la absorción de Egipto para los romanos de Augusto), conocimientos sobre sus fronteras y el más allá de aquellas (la Sinae china), la búsqueda de bienes de prestigio (la descripción del relato de Estrabón sobre Elio Galo en el Mar Eritreo al encuentro del incienso, resina que sacraliza y purifica cualquier ceremonia, es muy reparador) fueron configurando aquella filiación, que devino en un rastreo, intercambio (vidrio procedente de la Alejandría ptolemaica) y exploración para hallar un flujo incesante de productos (la seda), adquisición de elementos que mantuvieran la velocidad adquirida desde sus inicios, aumentando así su teatro de operaciones e influencia, e implementando aquel primigenio mercantilismo local. Delegaciones varias partieron, como es el caso de la comisión marítima enviada desde el Mar Rojo hasta el golfo de Tonkin, surcando el océano Índico, por parte de Marco Aurelio (166 d. C.), abriendo sustanciosas posibilidades, obsequiando a los orientales con marfil y caparazones de tortuga, para ellos claros símbolos en su cotidianidad más mundana. Anteriormente, en el año 97 d. C. el general chino Ban Chao, de la dinastía Han, ya había intentado infructuosamente mandar un enviado a Roma. ¿Fueron petulantes? ¿Actuaron con la arrogancia propia del patricio? Creo que fueron consecuentes con su filosofía. Pero aquél crecimiento se les fue de las manos y Roma quedó en mera... ¿abstracción, sueño, que dijo Máximo Décimo Meridio en Gladiator? Proyecto "Na Guardis"(Mallorca). ©2019 26 27 Colofón. Bajo el título de "El sistema - mundo mediterráneo, ¿precursor de la actual globalización?..." se ofrecen unas pinceladas sobre lo puede ser, bajo un modesto criterio, el nacimiento de un conjunto de estructuras que brotan, gracias a unas premisas de índole lúdico- comercial. Aquella antigüedad hizo surgir toda una serie de procedimientos genuinos, prototípicos, formas interconectivas de relación, por hombres y mujeres en su afán de supervivencia e identificación con un entorno básicamente hostil, eclosionando unas directrices, pautas, hacia las formas y praxis económicas actuales, configurando así su/s respectivas sociedad/es de un cosmopolitismo claro y determinante y, a la vez, de una especificidad singular. Este remate final lleva a reflexionar sobre un universo multicultural que nos es próximo, dicotómico y contradictorio, en un mar que es de todos, creador de múltiples complejidades y también de riquezas, siendo durante milenios el eje (puente) vital que ha culminado en la diversidad humana que nos caracteriza en esta zona geográfica, amén de otros rasgos diferenciales, como, asimismo es de suponer en otras latitudes. ¿Fue el Mediterráneo un ejemplo, integrador, cronológicamente hablando, acelerador procesal de las comunicaciones e intercambios instructivos entre pueblos, favoreciendo un crecimiento propio (¿o compartido?), singular? ¿Estableció (¿provocó?) patrones industriales, constructivos, _sin osar llegar a lo etnocéntrico_ en su desarrollismo? ¿Absorbió, en detrimento de otros/as, a todo insigne habitante, poseedor de íntimas creencias, de cualquier porción de tierra en pos de lo paradigmático en que se iban convirtiendo los estados-nación? ¿Cuales fueron los testimonios (arqueológicos, normativos) que ejemplarizan ese itinerario histórico?¿El comercio anfórico? El articulado pretende, sin soslayar autores de referencia que observan la evolución de los pueblos en razón de su crecimiento socio- económico, un breve contraste que, a mi modo de ver, son meras transiciones culturales; lo recorrido hasta ahora, por muchas pantallas que hayamos saltado en la historia, no deja de ser un más de lo mismo, con variaciones y peculiaridades puntuales, plásticas diría, como ya ejecutaron cananeos, egipcios, troyanos, romanos, y demás habitantes en las diversas circunscripciones espaciales que les tocó vivir en aquellos inicios, pero que tiene su continuidad en la más rabiosa actualidad, oscilando permanentemente entre el conflicto y la armonía, como dijo en cierta ocasión el Dr. Manuel Delgado, Antropología Social (U.B.), _Jornadas "La arquitectura del conflicto y del goce". Instituto de Humanidades, Barcelona, octubre del 2014_. 28 29 Índice fotográfico. pag. 6 Posidonia. Playa de Son Caliu (Mallorca) pag. 9 Ánfora púnica norteafricana. Museo de Son Fornés (Mallorca) pág. 12 Asa de caldera. Exposición en colaboración con el Brit ish Museum. https://caixaforum.es/es/barcelona/p/lujo-de-los-asirios-a-alejandro- magno_a881612 pag.15 Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 pag. 18 Mapa de alteraciones. Escuela de restauración ECORE (Barcelona) pag.21 Proyecto "Isla de Adentro", Puerto de Mazarrón. CEPOAT-Universidad de Murcia. ©2018 pag. 26 Replica teatralizada de piezas de arqueología subacuática. Cala Aiguablava. Begur (Girona) pag. 28 Collar fenicio. Exposición en colaboración con el Brit ish Museum. https://caixaforum.es/es/barcelona/p/lujo-de-los-asirios-a-alejandro- magno_a881612 pag. 30 Formación y estudio sobre materiales subacuáticos. I.B.E.A.M-Formentera, 2018 Embarcadero tradicional. Isla de Formentera (Baleares). ©1994 30 31 Cepo de plomo de un ancla de la época romana (siglo I d. C.). ©2017 Museo de Empúries (Girona)Ver: http://www.macempuries.cat/ 32 1 2
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