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PONENCIA
Kodak, 1900–1939. 
Tecnología y difusión de la fotografía doméstica
Kodak, 1900–1939. 
Technology and diffusion of domestic photography
Francisco Boisset 
Stella Ibáñez
Coleccionistas e impresores
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KODAK, 1900-1939. Tecnología y difusión de la fotografía doméstica 327
Resumen
Desde la implantación de las placas y películas fotográficas fabricadas y emulsionadas industrial-
mente hasta la II Guerra Mundial se produce una difusión espectacular de la fotografía de masas. 
Muchas personas no profesionales del ramo y sin conocimientos técnicos especiales adoptan la 
cámara fotográfica como instrumento habitual para recoger la memoria de sus vidas. George East-
man, fundador de Kodak, contribuyó en gran medida a ello con sus innovadores productos econó-
micos y sencillos y con sus inteligentes campañas publicitarias. 
Aquí mostramos someramente esta trayectoria industrial y sus hitos más relevantes.
Palabras clave: Anniversary, Autographic, Brownell, Brownie, Brunell, cámara, Chica Kodak, 
Dorwin Teague, Eastman, fotografía, folding, Hassell, klapp, Kodak, Nagel, mujer, película, placa.
AbstRAct
From the implantation of photographic plates and films manufactured and industrially emulsified un-
til World War II, a spectacular diffusion of mass photography takes place. Many non-professionals 
in the field and without special technical knowledge adopt the camera as a habitual instrument to 
collect the memory of their lives. George Eastman, founder of Kodak, contributed greatly to this with 
his innovative, simple and inexpensive products and his clever advertising campaigns.
Here we show briefly this industrial trajectory and its most relevant milestones.
Key words: Anniversary, Autographic, Brownell, Brownie, Brunell, camera, Kodak Girl, Dorwin 
Teague, Eastman, photography, folding, Hassell, klapp, Kodak, Nagel, woman, film, plate.
Antecedentes
François Arago en la presentación ante la Cámara de Diputados francesa de la daguerrotipia 
el 3 de julio de 1839 dijo:
El daguerrotipo no conlleva ni una sola manipulación que no esté al alcance de todo el mundo. No se 
necesita ningún conocimiento de dibujo, no exige ninguna habilidad manual. Solo requiere seguir 
punto por punto ciertas normas muy simples y poco numerosas (Arago 1839: 36).
Muy optimista fue Arago en sus apreciaciones sobre la facilidad de ejecución de las tareas 
del recién nacido oficio de fotógrafo. Pero hay en estas palabras algo que deja atisbar lo que 
será una constante en la historia de la fotografía: la necesidad de facilitar todo lo posible la 
técnica para la obtención de imágenes. Mucho tiempo faltaba entonces hasta llegar a la situa-
ción actual, y de una parte de esta carrera técnico-comercial es de lo que nos vamos a ocupar.
Desde los primeros daguerrotipos hasta el colodión seco fueron apareciendo diferentes técni-
cas que no vamos a detallar, pero que en todo caso, siempre fueron complicadas, farragosas, 
exigentes de ingentes cantidades de equipo para trabajar y que solamente los fotógrafos pro-
fesionales pudieron controlar para llevar a cabo su labor.
El primer gran avance en cuanto a hacer más cómoda la labor del fotógrafo se produce en 
1871, con la creación por Maddox de las placas secas con emulsión al gelatino bromuro de 
plata, que permitían su emulsionado y conservación mucho antes del empleo en la cámara y 
el revelado posterior, sin necesidad de transportar el laboratorio consigo (Sixou 2000: 105). 
Además se aumentó la sensibilidad de las emulsiones, es decir, se redujo el tiempo de exposi-
ción. El uso de estas placas ya estaba generalizado a partir de los años ochenta.
Esto llevó consigo el nacimiento de una serie de pequeños talleres de placas emulsionadas en 
Europa y EE. UU. es decir, una industria química netamente dedicada a la fotografía y que se 
unía a la que también despuntaba en la fabricación de cámaras y accesorios de fotografía 
(Chéroux 2013: 82).
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328 II JORNADAS SOBRE INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
Los orígenes del imperio de George Eastman
En este estado de efervescencia fotográfica aparece en escena George Eastman (1854–
1932), paradigma de la joven nación, hecho a sí mismo, extremadamente laborioso, ingenio-
so y con ganas de triunfar, como tantos otros nombres del imaginario americano.
Y dio en el clavo. La industria de las placas secas todavía naciente y no consolidada, llena de 
dudas y fracasos era un campo abonado para él.
En 1877 –con 23 años– compró su primer equipo fotográfico, recibió clases del fotógrafo local y 
fue adquiriendo revistas técnicas de fotografía extranjeras: inglesas, alemanas, francesas y bel-
gas que contenían las últimas informaciones sobre emulsiones, placas, papeles, cámaras, ópti-
cas y demás, para cuya comprensión no dudó en aprender francés y alemán (Collins 1990: 38).
Comenzó a experimentar realizando en la cocina de su casa placas secas emulsionadas con 
gelatino bromuro de plata, y ya en 1879 inició la producción industrial de forma modesta ha-
biendo diseñado una emulsionadora de placas de vidrio.
Al año siguiente, en 1880, perfeccionó la máquina emulsionadora para incrementar la produc-
ción, asociándose en 1881 con Strong en Rochester para aumentar la cantidad fabricada y am-
pliar su distribución. Aunque apareció un problema: velo en las placas. Los dos socios se des-
plazaron para visitar la fábrica inglesa Mawson & Swan de New Castle, donde averiguaron 
cómo corregirlo, deduciendo que se debía a la mala calidad de la gelatina que empleaban.
En 1884, debido a la competencia en el campo de las placas secas, Eastman empezó a pen-
sar en la posibilidad de fabricar película en rollo, lo que podría simplificar y popularizar la 
fotografía. Primero comenzó haciendo tiras de papel recubierto de emulsión, inventando una 
nueva máquina de emulsionar para este efecto. El papel sensibilizado y enrollado se almace-
naba en un roll holder que sustituía a la placa o chasis almacén de las cámaras. El problema 
surgió con el grano del papel que aparecía al realizar las copias positivas, sin embargo más 
adelante lo solucionó con el nuevo sistema de stripping film, en el cual la tira de papel solo 
servía como soporte temporal para la emulsión, que una vez expuesta y revelada era trans-
portada a una placa de vidrio y el papel desechado. Para esto, entre el papel y la emulsión, 
se había situado una gelatina soluble. La manipulación era compleja y delicada, pero el resul-
tado al realizar las copias, impecable.
Este mismo año creó la nueva sociedad Eastman Drye Plate and Film Company of Rochester 
con Strong y otros socios.
En 1885 inicia una campaña publicitaria de promoción de un roll holder, registrando el nom-
bre de Kodak para aquellos que incluían su stripping film. Kodak no significa nada, es simple-
mente una palabra corta, clara, sencilla y fácil de retener y pronunciar en cualquier idioma. 
Fue su inicio en el mundo de la comunicación y la publicidad.
Es importante saber que para fabricar este roll holder entró en contacto con Frank A. Brownell, 
de origen canadiense y que desde 1880 tenía un taller de manufactura de cámaras, ya que 
es a quien encargaría su realización. Veremos que Brownell fue muy importante para Kodak 
ya que diseñó y construyó todas sus cámaras hasta 1902, año en que Kodak le compró la em-
presa aunque Brownell siguió trabajando para la Compañía hasta 1906.
Las cámaras fotográficas fin de siglo
En este final del siglo XIX se había producido un gran entusiasmo por la fotografía. Aparte de 
las clásicas de galería y las plegables de fuelle transportables para profesionales, aparecen 
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KODAK, 1900-1939. Tecnología y difusión de la fotografía doméstica 329
las llamadas «detectives», pequeños cajones con forma de paralelepípedo rectangular, portáti-
les, que no necesitan trípode al poder dispararse a pulso y que contienen varias placas en suinterior para exposiciones sucesivas, todo muy adecuado para fotografía de exterior. 
También en estos años aparecieron las sociedades fotográficas, muchas veces asociadas a 
grupos de excursionistas y de viajeros-turistas, aficionados que compartían sus «experimentos» 
y las noticias de las revistas internacionales de fotografía para conocer nuevos materiales y 
procedimientos. En esta época se crearon también los Salones donde se exhibían sus realiza-
ciones. 
En la producción creciente de los múltiples fabricantes de aparatos fotográficos comienzan a 
proliferar diferentes cámaras fuera de norma como las «disimuladas», precursoras de las lla-
madas «espías» que, camufladas en empuñadura de bastón, libro, corbata, bolso de señora o 
sombrero, o simplemente de dimensiones muy pequeñas, eran juguetes para adultos capricho-
sos y con dinero, cuya calidad de imagen no dejaba de ser mediocre; todas eran de placas. 
Es una tipología de cámaras que se prolongó en el tiempo, teniendo su cenit durante la guerra 
fría cuando ya no eran precisamente juguetes.
Todo esto inspiró a Eastman a introducirse en el negocio de las cámaras fotográficas y encar-
gó a Brownell en 1888 su primera Kodak. Esta cámara, precargada con película para rea-
lizar 100 tomas circulares de 6,5 cm de diámetro, vendida por solo $25 (equivalente hoy a 
$700), tuvo buen éxito a pesar de sus carencias e inició una saga de cámaras que fue mejo-
rando técnicamente poco a poco.
En 1889 comenzó la fabricación de película transparente a base de nitrocelulosa. Compró 
una patente de Samuel Turner de Boston de rollos de película recubierta a su vez con una ti-
ra de papel negro que la protegía de la luz y que permitía cambiar de rollo en las cámaras a 
plena luz del día –Eastman no dudaba en comprar patentes para estar siempre en vanguardia 
y así siguió posteriormente–, además se aprovechó el papel para marcar en él el número de 
pose y poder leerlo a través de una pequeña ventanilla inactínica en el dorso de las cámaras.
fig. 1. Cámara Kodak Pocket, primer modelo.
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330 II JORNADAS SOBRE INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
En 1895 incorpora esta película en ro-
llo a la Kodak Pocket (fig. 1), pequeña 
cámara fabricada para Eastman Kodak 
también por Brownell, con un objetivo 
de simple menisco de 65 mm de focal 
con diafragma f/10 y foco fijo. Obtu-
rador de sector con dos posibilidades: 
instantánea o exposición manual. Los 
rollos contenían película para 12 tomas 
de 3,81 x 5 cm. Es la primera cámara 
en usar rollos que se podían cargar y 
descargar a la luz del día. Y la primera 
cámara que tiene la ventanilla roja pa-
ra ver el avance de la película. En dos 
años se vendieron 147.000 unidades1.
En 1897 comenzó la fabricación de cá-
maras plegables de fuelle. La primera 
fue otra realización de Brownell, la Fol-
ding Pocket Kodak (fig. 2). El tamaño 
del negativo es de 6 x 9 cm y lleva un 
objetivo acromático f/11. 
Esta primera cámara plegable declinó 
en numerosas variaciones de objetivos, obturadores y formatos de película, lo que hacía posi-
ble que hubiera modelos para todos los bolsillos y necesidades técnicas.
Las dos cámaras son el cimiento de la línea popular de Kodak que se desarrollaría plenamente 
y de forma meteórica en el siglo XX hasta el declive de la fotografía argéntica.
Este tipo de cámaras fotográficas y una red extensa de establecimientos propios o asociados 
a la marca, serían claves para dar servicio a los aficionados y sobre todo para una nueva cla-
se de usuarios que acababa de nacer, los que no son ni profesionales ni aficionados. Se trata 
de aquellos a quienes no les interesa la técnica, ni los aspectos artísticos, y mucho menos las 
manipulaciones de laboratorio. Se trata de quienes simplemente quieren captar los instantes 
memorables de la familia, de las vacaciones, de las fiestas; fotos en las que simplemente in-
teresa documentar el instante y quién o quiénes son retratados y dónde (Frizot 2009: 284). 
La línea de negocio de Kodak, basada en cámaras cómodas de transporte por su reducido 
peso y tamaño, simples de manejo, y con una red de comercios encargados de revelar y co-
piar las fotos, era el campo abonado para que el crecimiento de la firma de Rochester fuera 
imparable.
La marca Kodak, su publicidad y la chica Kodak
Uno de los primeros anuncios de Kodak apareció en Scientific American el 29 de septiembre 
de 1888 y contaba las maravillas de la nueva cámara. El anuncio consistía en el dibujo de 
dos manos sujetando la primera cámara Kodak y un texto que decía: 
1 Los datos técnicos que se especifican de las diferentes cámaras que se citan en este artículo están extraídos en su 
mayoría de COE, Brian (1988): Kodak cameras.The First Hundred Years; COE, Brian (1990): Kodak. Die Kameras 
von 1888 bis heute; FEINBERG, Alan (1975): Catalog of Kodak and Brownie Cameras.
fig. 2. Folding Pocket Kodak. 
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KODAK, 1900-1939. Tecnología y difusión de la fotografía doméstica 331
La cámara Kodak / 100 fotografías instantáneas / 
Cualquiera sabe usarla / Ningún conocimiento de 
fotografía es necesario / El último y mejor equipo 
para los aficionados / Para descripción enviar soli-
citud / Precio $252 (Collins 1990: 46).
Pero pronto lo simplificó, usando solamente la 
imagen de la mano con la cámara y el magnífico 
eslogan a su alrededor: «You press the button. We 
do the rest» / «Usted aprieta el botón. Nosotros 
hacemos el resto» (fig. 3). En la primera parte, 
con el «usted», foco principal de la frase, Kodak 
se dirige al consumidor, al nuevo aficionado que 
ahora ya es capaz de crear sus propias fotogra-
fías, con la ilusión y lo que representa que sean 
producidas por uno mismo y de una forma tan 
sencilla como es apretar un botón. Y en la segun-
da, Kodak además tranquiliza, ellos se ocupan 
de todo, así el nuevo fotógrafo ya puede olvidarse de los misterios y los líos del cuarto oscuro 
dejándolo todo en manos de la Compañía.
Con los buenos resultados que obtuvo, Eastman vio lo importante que era la publicidad para 
su negocio.
Kodak ya tenía una marca comercialmente só-
lida y unos productos atractivos para el mer-
cado. El concepto europeo de la época de «la 
calidad vende» lo cambió por el americano 
«hay que provocar el deseo de comprar». 
Desde el inicio Kodak siempre ofreció a sus 
distribuidores y clientes catálogos impecables 
rebosantes de información de sus productos, 
revistas y boletines informativos, pequeños de-
talles de regalo siempre tan útiles —como las 
carteritas de cartulina para guardar negativos 
y copias con atractivas imágenes impresas— 
y concursos fotográficos, de temática vacacio-
nal o familiar, y que fueron constantes en la 
trayectoria de Kodak.
Por otra parte la inserción de anuncios en re-
vistas no especialmente dedicadas a la foto-
grafía, casi siempre a página completa y en 
lugares destacados: contraportada, guarda 
de portada o en su defecto de contraportada, 
mantuvieron una presencia continua enviando 
mensajes sobre sus productos y novedades y 
sobre su filosofía de la fotografía popular.
2 Traducción de los autores.
fig. 4. Cartera para negativos y copias impresa en España. La imagen 
también aparece en cubierta de catálogo de productos americanos. 1908.
fig. 3. 
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332 II JORNADAS SOBRE INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
Para todo esto Eastman creó su propio departamento de publicidad en 1892, que hasta 1928 
fue encabezado por Lewis Bunnell Jones, autor de eslóganes míticos. Una leyenda cuenta que 
Eastman al regreso de un viaje, admirado por una excelente serie de nuevos anuncios le lla-
mó para felicitarle, preguntándole a qué se debía ese acierto. Jones le dijo que efectivamente 
había un enfoque diferente, que los anuncios anteriores los hacía para él (Eastman) y estos úl-
timos iban destinados al usuario. Eastman ya no volvió a supervisar sus diseños3.
En 1928 firmócon la agencia J. Walter Thomson, la mayor agencia americana de la época, 
el encargo de seguir sus campañas de marketing con presupuestos nunca hasta entonces al-
canzados y así continuó, siempre presente en los medios con una imagen bien definida y dis-
tinguible por los receptores. 
Siguiendo dentro del imaginario americano, Kodak intuye que el mercado que tiene que cap-
tar no es el de los «padres de familia», siempre entregados al trabajo para conseguir el dinero 
con que sacarla adelante y, si es posible, ir subiendo con esfuerzo los peldaños de la escala 
social, sino el de la mujer. La mujer sería la encargada de fijar la memoria familiar gracias a 
Kodak. Esa mujer que se vislumbra elegante, dinámica, siempre eje de los momentos impor-
tantes familiares, debe ocuparse de tomar las imágenes. «Su Kodak salvará sus más preciados 
recuerdos» dice un anuncio.
Aunque ya aparecían mujeres en las tapas de los cuidados catálogos y productos publicita-
rios, a partir de 1908 se generalizó su presencia empuñando la cámara (fig. 4). Aquí presen-
3 BRUMMETT, John: A History of Kodak (manuscrito), noviembre 1959, archivos de Eastman Kodak Co., Rochester, 
no editado y citado por WEST (2000): p. 24.
fig. 5. Cubierta de catálogo de productos. Rochester, EE UU, 1912. fig. 6. Cubierta del Catálogo general de Cámaras, películas, placas, papeles y 
accesorios. Francia, 1914.
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tamos dos imágenes más que muestran jóvenes bur-
guesas en entornos familiares, viajeros o deportivos, 
registrando sus momentos más placenteros. En ellas 
estaban perfectamente plasmadas su cultura, com-
portamiento y aptitudes (figs. 5 y 6).
En 1910 aparece la que sería «la chica Kodak», de 
la mano del cartelista inglés John Hassell, quien la 
estilizó y equipó con su vestido veraniego de rayas 
azules y blancas que fue su identificativo durante mu-
chos años4. Ya era más informal, más dinámica, su-
fragista y casi feminista, aunque siempre dentro de 
los cánones que se esperaban de ella en una socie-
dad basada en la religión, la familia y la voluntad.
«En España, en 1913, [Kodak] estableció el primer 
despacho y la central de la delegación española en 
Puerta del Sol, 4 de Madrid» (Carrero, 2001: 54). 
A partir de entonces empezaron a insertar sus cam-
pañas publicitarias en la prensa española. La chica 
Kodak, cámara en mano, con su inconfundible ves-
tido de rayas, eternizaba los momentos más emoti-
vos de sus viajes de placer (fig. 7). Y si unimos tex-
to e imagen, como nos dice el historiador Jackson 
Lears5, sus anuncios nos cuentan historias maravillo-
sas, poéticas, o despiertan la fantasía: «Las vacacio-
nes fueron, mas no pasaron, si un Kodak recogió la 
emotividad de sus alegrías», «Días gloriosos de las 
vacaciones que pasaron», «Con una tira de película 
Kodak hay que tender un puente que surque el Gol-
fo del Olvido»...
La chica Kodak va evolucionando conforme a las 
modas y costumbres, y por los acontecimientos. Tén-
gase en cuenta que en Estados Unidos durante la 
I Guerra Mundial, por necesidades bélicas, muchas 
mujeres tienen su primer trabajo fuera de casa, se 
produce el voto femenino en 1920 y con respecto 
a las modas, las rodillas femeninas se empiezan a 
destapar en 1927, lo que repercute en el dobladi-
llo de la falda de nuestra Chica que empieza a su-
bir (fig. 8). Sus costumbres deportistas y viajeras se 
acrecientan: se la ve montando en bicicleta, jugan-
do al tenis, viajando en canoa, barco, coche... aun-
que no deja de lado el aspecto familiar que curiosa-
4 WEST, Nancy Martha: Kodak and the Lens of Nostalgia, 
University of Virginia, 2000, p. 56.
5 WEST, Nancy Martha: Kodak and the Lens of Nostalgia, 
University of Virginia, 2000, p. XI.
fig. 7. Anuncio insertado en la revista Blanco y Negro (19 
de julio de 1914).
fig. 8. Folleto publicitario de 1925.
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334 II JORNADAS SOBRE INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
mente va tomando preeminencia en el tiempo conforme va consiguiendo mayores cuotas de 
emancipación.
Y con sus transformaciones y progresos, la chica Kodak, que casi llegó a cumplir 80 años en 
la década de los setenta, ha sido uno de los iconos comerciales más destacados del siglo XX 
y ha contribuido a la venta de millones de cámaras.
Kodak en el siglo XX
Vamos a tratar la evolución de las cámaras Kodak dedicadas al mercado doméstico. Hay que 
advertir que de 1900 a 1939 se fabricaron más de 300 modelos bajo sus marcas Kodak y 
Kodak Brownie o manteniendo Kodak unida a las marcas de algunas de las distintas fábri-
cas que la Compañía fue comprando: Hawk-Eye (1907-1927), Premo (1907-1922), Folmer / 
Graflex (1905-1926).
Además, estos más de 300 modelos evolucionaban con diferentes ópticas, obturadores, ele-
mentos constructivos, colores y demás, produciéndose un número muy superior de variaciones 
estructurales. Quien esté interesado en detalles puede acudir a los libros de Brian Coe, Alan 
R. Feinberg o McKeown que proporcionan amplia información técnica y de donde hemos ex-
traído muchos de los datos que aquí comentamos. Nos moveremos con unas pocas cámaras, 
pero representativas, de este itinerario industrial y social.
La operación Brownie (1900)
El siglo XX lo abre Kodak con una apuesta realmente inédita; se trata de una cámara fotográ-
fica para niños y niñas de precio bajísimo, $1 (hoy sería $30), y que no era en modo alguno 
mero juguete.
Merece la pena comentar el asunto.
Esta cámara la denominó Brownie, nombre genérico de una serie de personajes debidos a 
Palmer Cox muy populares. Estos Brownies estaban basados en una especie de duendecillos 
de tradición escocesa. Fueron muy celebrados por los niños norteamericanos que los encon-
traban en libros, juguetes, muñecas y como refuerzo propagandístico a diversos productos: 
galletas, zumos, jabones, zapatos... Estos pequeños duendes eran seres simpáticos, llenos de 
curiosidad, trabajadores incansables y muy felices (fig. 9).
Eastman se suma a quienes querían aprovechar el tirón popular de los Brownies para poten-
ciar su nueva cámara infantil, y así vemos en los primeros anuncios de 1900 que estos rodean 
fig. 9. Los Brownies de Palmer Cox. 
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la nueva cámara, reforzando la imagen para el pú-
blico infantil (y paterno) al que va dirigido (fig. 10). 
Muy poco después estos personajes desaparecen 
como grupo y queda solamente la imagen del per-
sonaje Brownie peculiar de Kodak que aparecerá 
desde entonces en los envases de cartón de las cá-
maras y otros soportes publicitarios. Por primera 
vez un instrumento fotográfico se envuelve con es-
tética infantil. Kodak había abierto un campo de 
producción que le daría grandes satisfacciones en 
el futuro (fig. 11).
El largo recorrido de las Brownie
Dentro de estas atractivas y coloristas cajas se en-
contraba The Brownie, una cámara de cartón que 
no llevaba visor sino simplemente unas marcas de 
visión aproximada en la parte superior, con una 
sola velocidad de disparo, 1/50, adecuada para 
fotografiar con buena luz tanto en interior como en 
exterior sobre película formado 117, es decir 6 ex-
posiciones de 6 x 6 cm (fig. 12). Entre febrero de 
1900 y octubre de 1901 se vendieron aproxima-
damente 245.000 unidades.
Esta cámara pasó a denominarse N.o1 Brownie a partir de octubre de 1901 –cuando ya apa-
reció la N.o 2– y ya llevaba visor. Se vendieron unos 522.000 ejemplares.
fig. 11. Caja de la Brownie N.o 1. En su grafismo aparece el personaje Brownie tal como sería usado largamente.
fig. 10. Anuncio en The Cosmopolitan (junio de 1900). Vemos la 
primitiva Brownie rodeada de «Brownies».
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336 II JORNADAS SOBRE INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
La Brownie N.o 2, modelo que 
duraría hasta 1933, introduceva-
rias mejoras como el formato de 
sus negativos, 120, formato que 
sigue en uso hasta nuestros días 
para las cámaras de medio for-
mato. Este negativo permitía ha-
cer fotos de 6 x 9 cm, tamaño 
más adecuado para copiar por 
contacto o ampliar. Posee un do-
ble visor, dos diafragmas y apar-
te de la velocidad fija de disparo 
a 1/50, la posición T (el obtura-
dor se abre con un disparo y se 
cierra con otro). Se comercializa-
ron 2,5 millones de unidades de 
esta cámara hasta 1921 (fig. 13).
Los modelos de cajones Brownie 
se multiplican, con películas de 
diferentes tamaños, cuerpos de distintos materiales (cartón, metal, baquelita, plástico), reto-
ques estéticos, pero siempre dentro de la sencillez y la economía, tanto técnica como de pre-
cio de venta. El último modelo de cámara compacta de Kodak con esta marca fue la Brownie 
Fiesta, que se fabricó también en España y que dejó de producirse en 1970.
Siguiendo la línea de las cámaras folding que Kodak ya fabricaba, lanzó al mercado algunas 
con la marca Brownie a partir de 1904, siendo también de gran simpleza y uso fácil. No su-
peraron la veintena de modelos y su éxito, comparado con el de los «cajones» fue escaso (un 
millón y medio frente a más de 
20 millones de «cajones»).
Quizás la más apreciada fue la 
Folding Pocket N.o 2, que se man-
tuvo en fabricación desde 1907 
a 1915, y cuyo objetivo de me-
nisco acromático corregía bas-
tante las aberraciones de la ima-
gen. La película era de formato 
120, para negativos de 6 x 9. 
Por lo demás, sobriedad absolu-
ta (fig. 14).
El sistema autográfico
La patente de este sistema la 
compró Kodak a Henry Jacques 
Gaisman (fabricante de maquini-
llas de afeitar) por una muy im-
portante suma de dinero.
fig. 12. The Brownie.
fig. 13. N.o 2 Brownie modelo F, de 1924, con el cuerpo de aluminio recubierto de cuero sintético.
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La función autográfica se 
introdujo a partir de 1914 
en las cámaras de fuelle 
de las familias Kodak Ju-
nior, Kodak Special, Fol-
ding Pocket Kodak, en al-
gunas Folding Brownie y 
en las recientes Vest Poc-
ket. En realidad la única 
diferencia estaba en la ta-
pa trasera de la cámara 
que era donde se situaba 
la ventanilla autográfica.
La otra particularidad es-
tribaba en la película que 
estaba cubierta por un pa-
pel carbón y a su vez un 
papel rojo fino. A través 
de la ventanilla y mediante un punzón se podía escribir sobre la película un pequeño texto 
que luego quedaba impreso en las copias. 
Según Brian Coe6 la película autográfica se distribuyó en 8 formatos: A116, A118, A120, 
A122, A123, A126, A127 y A130. El prefijo «A» indica que era la versión autográfica. Por 
lo demás, los rollos eran idénticos a los formatos convencionales. En las cámaras autográficas 
se podían emplear rollos normales, anulándose la función de escritura.
La primera cámara con este sistema fue la 
N.o 1 Autographic Kodak Junior que reem-
plazó a la N.o 1 Kodak Junior, comenzada 
a fabricar unos meses antes. Exceptuando la 
función autográfica, las dos cámaras eran 
idénticas. La película era de formato A120 
haciendo negativos de 6 x 11cm. Este mode-
lo se fabricó de 1914 a 1927 con más de 
800.000 unidades (fig. 15).
Aunque se vendieron las cámaras autográfi-
cas por millones, curiosamente el sistema no 
se empleó demasiado, y de hecho no se en-
cuentran con especial facilidad fotos así rea-
lizadas en los rastros y mercadillos de colec-
cionismo.
En 1937 Kodak dejó de fabricar cámaras 
con este sistema.
Otra creación de gran popularidad fue la cá-
mara Vest Pocket, puesta a la venta en 1912 
poco antes de los inicios de la I Guerra Mun-
6 COE, Brian: Kodak. Die Kameras von 1888 bis heute, Callwey, München, 1990, p. 298.
fig. 15. N.o 1 Autographic Kodak Junior.
fig. 14. Folding Pocket Brownie N.o 2.
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dial –todavía no existía el sistema autográ-
fico que fue incorporado en este modelo a 
principios de 1915–. Este conflicto bélico, 
como luego se comprobó, resultó ser una 
guerra exhaustivamente fotografiada y sin 
demasiadas restricciones para el uso pri-
vado de la cámara (fig. 16). 
Su aparición fue muy oportuna. Sus carac-
terísticas: ser plegable, de formato reduci-
do, cabe en un bolsillo, robusta pero lige-
ra, solo 260g de peso, película en rollo 
para hacer 8 tomas de 4 x 6,5 cm, que o 
bien se podían copiar a ese mismo tama-
ño en papel o ampliar a tamaño de tar-
jeta postal (el negativo da la proporción 
casi exacta), tan de moda en el momento. 
Esto unido a su fácil manejo la hicieron 
adecuada para que los publicitarios le pu-
sieran el nombre de «Kodak del soldado» 
tanto en España como en Francia, Estados 
Unidos, Canadá o Italia –en Inglaterra se 
restringió, ya que se prohibió a los mili-
tares fotografiar en campaña, aunque al-
gunos lo hicieran–. Por otra parte habría 
que añadir que aunque se denominara cá-
mara del soldado fueron más bien los oficiales 
quienes la usaron, ya que los soldados bastante 
ocupados estaban en intentar sobrevivir en las 
trincheras a la artillería enemiga, los gases, el 
barro, las ratas y el frío.
Pero aun cuando la I Guerra terminase en 1918, 
como seguía habiendo guerras por el mundo, la 
Vest Pocket siguió teniendo recorrido, por ejem-
plo en España con la desastrosa Guerra del 
Rif (tan bien relatada por Ramón J. Sender en 
Imán).
En la publicidad española de la época, a prin-
cipios de los años veinte, aparece «El Kodak del 
soldado» y para rematar el asunto indicaba co-
sas tales como «Con él podrá convertir en ho-
ras agradables las terribles pausas que tanto de-
primen el ánimo del soldado». Sin comentarios 
(fig. 17).
Este aparato siguió fabricándose hasta 1926, 
con diferentes ópticas y presentaciones, siendo 
una de las cámaras más representativas de la 
larga y apasionante historia de Kodak. fig. 17. Anuncio en la revista Criterivm (febrero de 1922). 
fig. 16. Vest Pocket Autographic de fabricación estadounidense, 1915, 
con fig. Ball-Bearing y un poco habitual objetivo francés Berthiot Olor 6.8.
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En 1925 se realizó un importante rediseño 
de la cámara, convirtiéndola en plegable ti-
po folding y no klapp como el modelo primi-
tivo. Las características de formato, simplici-
dad y demás se mantenían, se la denominó 
Vest Pocket Kodak Model B, seguía siendo 
autográfica y continuó la carrera comercial 
con gran éxito.
En 1928 comenzó a trabajar para Kodak 
Walter Dorwin Teague que fue el introductor 
del art déco en los diseños de sus cámaras y 
el artífice de la personalidad de los produc-
tos de la marca durante tres décadas, hasta 
su muerte en 1960.
Una de sus primeras intervenciones, en 1928, 
fue la adaptación de la Vest Pocket reconver-
tida en Kodak Vanity (fig. 18), creada para 
el uso femenino. Walter Dorwin Teague apli-
có su toque déco forrándola de suave piel de 
color atractivo, con líneas estampadas en oro 
y con detalles cromados en las partes metáli-
cas. Además se acompañaba de un delicado 
estuche a juego que podía contener pintala-
bios, espejo y polvera. Rápidamente se convirtió en «La cámara moderna para la chica moder-
na» (Coe 1988: 167), siendo objeto de moda indispensable. Su aspecto era más importante 
que sus cualidades técnicas. La chica Kodak en las imágenes publicitarias aparecía feliz con 
la cámara en la mano, pero no en posición de utilizarse sino llevándola dentro del estuche. Se 
había convertido en un complemento de 
moda más que en una cámara fotográfi-
ca. Fue un gran éxito.
La Gran Depresión de 1929 
Como consecuencia de esta gran con-
vulsión económica y social, en 1930, 
la prolífica Kodak solo sacó como nove-
dad: la Coquette, simple variedad de la 
Vanity pero conteniendo mechero y pin-
talabiosen el estuche; la N.º 1A Gift Ko-
dak Camera, similar a la existente N.º 
1A Pocket Kodak Jr. pero forrada en 
piel de color marrón y con la base y el 
frontal déco; y la nueva Beau Brownie, 
una variación más de los clásicos cajo-
nes Brownie en versión déco (fig. 19). Es 
decir mantuvo lo que había, con nuevas 
decoraciones de Walter Dorwin Teague, 
pero sin grandes innovaciones técnicas.
fig. 18. Vanity Kodak.
fig. 19. Kodak Beau Brownie.
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Pero Kodak siempre tuvo un conejo en la chistera: en esta ocasión la costosa operación publi-
citaria «Anniversary».
En 1930 Kodak celebraba su 50 aniversario dentro de un contexto poco halagüeño, Nor- 
teamérica se hallaba inmersa en una profunda depresión económica (recordemos las inigua-
lables fotos de Dorotea Lange). El negocio de la fotografía de aficionado sufría este clima ca-
tastrofista al ser un bien de consumo «superfluo», pero George Eastman aprovechando este 
aniversario hizo un gesto filantrópico de cara a los niños, ofreciéndoles una cámara totalmen-
te gratuita a todos aquellos chavales norteamericanos y canadienses que cumplieran 12 años 
dentro de ese año.
Para ello realizó 557.000 cámaras especiales, que no podían ser vendidas en las tiendas, y 
que se pusieron a disposición de aquellos niños que acompañados de sus padres presentaran 
una prueba de pertenecer al grupo de edad agraciado con el regalo. Esta campaña empezó 
a partir del 1 de mayo de 1930 y duró solo tres días, que fue el tiempo que tardaron en ago-
tarse todas las existencias. Está claro que en un momento así de penuria, el regalo de una cá-
mara fotográfica a un niño de 12 años era algo tan fantástico, que probablemente ese niño 
se convertiría en cliente de la marca de por vida.
La cámara Anniversary era una box de cartón similar al modelo Hawk-Eye 2B, ya en el mer-
cado desde 1926, que se forró de papel mostaza-dorado en vez del negro habitual y que 
llevaba un sello en relieve en un lateral en el que se leía «FIFTIETH ANNIVERSARY OF KO-
DAK 1880-1930» alrededor del anagrama de la casa «EKC» (Eastman Kodak Company) 
(fig. 20). 
Además junto con la cámara se entregaba un rollo de película en su caja amarilla y el folleto 
de instrucciones para reforzar la campaña de fidelidad a Kodak. Representó una de las ma-
fig. 20. Kodak Anniversary.
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yores apuestas comerciales y publicitarias en la historia de la industria fotográfica y el resul-
tado fue satisfactorio.
Kodak compró la fábrica alemana de aparatos fotográficos Nagel a finales de 1931 y se creó 
Kodak GmbH. Dirigida por el propio Dr. August Nagel, mantuvo sus excelentes Vollenda y Pu-
pille bajo la marca Kodak y creó entre otras las Retina, desde 1934, con el cartucho de pe-
lícula de 35 mm para carga a luz del día, y la prestigiosa Regent, entre 1935 y 1939. Eran 
cámaras para aficionado avanzado y que evidentemente competían con Zeiss Ikon, Contax, 
Leica y otras marcas alemanas; así Kodak entraba en nuevos mercados con niveles de exigen-
cia y calidad mayores aunque sin olvidar su gama de productos más populares.
Muerte de George Eastman 
En 1932 George Eastman, con 78 años y sabedor de que la arterioesclerosis que padecía y 
que afectaba a la médula espinal le dejaría inválido, decidió suicidarse. «Una muerte que pla-
neó meticulosamente. En la intimidad de su dormitorio, alejado de familia y amigos, con un 
último cigarrillo Lucky Strike (con una toalla húmeda sobre el pecho para que no se prendiera 
fuego), apuntó con su automática al centro de su corazón y apretó el gatillo».
(West 2000: 206). Empleó una pistola alemana. Presumiblemente, en alguno de sus viajes pa-
ra entrevistarse con el Dr. Nagel obtuvo o le regalaron la pistola, quizás una excelente Sauer 
1930 de calibre 6,35 de uso personal –Alemania tuvo prohibido fabricar armas de guerra 
hasta 1933– muy apreciada por su fiabilidad.
Como consecuencia del suceso, la campaña publicitaria que se estaba preparando: «Kodak 
Story», sobre el recuerdo de los seres queridos desaparecidos, fue suprimida.
Eastman se fue, aunque Kodak prosiguió como la primera industria fotográfica mundial.
Tras la Depresión 
y hasta la Segunda Guerra
Superada la Gran Depresión hubo 
unos años eufóricos que precedie-
ron la gran catástrofe de la Segunda 
Guerra Mundial. De 1934 a 1939 
se reactivó el lanzamiento de distin-
tos modelos de Kodak. 
De manera resumida, dentro de 
las series populares nació la Baby 
Brownie (fig. 21), cámara de baque-
lita, que siguió conservando el pre-
cio de $1 como la primera Brownie 
de 1900, y de la que se vendieron 
más de cuatro millones de ejempla-
res. El fenómeno de las pequeñas 
cámaras-cajón seguía manteniéndo-
se como puerta de entrada infantil a 
la afición por la fotografía.
Las cámaras plegables sencillas con-
tinuaron en el mercado, tanto las del fig. 21. Kodak Baby Brownie de 1934.
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sistema klapp con una serie muy variada denominada Jiffy, como las del sistema folding con 
las conocidas Six 16, Six 20, Vigilant y Special, estas dos últimas de gama superior, hasta lle-
gar a la Super Kodak Six 20, primera cámara con fotómetro de silicio incorporado en 1938.
El formato de 35 mm, como hemos comentado antes, iba ganando terreno y no fue descuida-
do por Kodak. Primero con la Bantam Special de 1936, después con la Kodak 35 de 1938, 
sin relegar la destacada saga de las Retina que evolucionaron bien, gozando de larga vida 
hasta finales de los años sesenta, y siendo muy apreciadas.
Y llegamos al final (provisional) de esta historia. La II Guerra Mundial volvió a cambiar el rum-
bo de las vidas de las gentes. Muchos de aquellos niños que habían empezado disparando 
sus Brownie, cambiaron la cámara por el fusil y siguieron disparando, pero de forma más 
mortífera.
El mundo a pesar de sus convulsiones siguió dando vueltas y algo, a lo que Kodak había con-
tribuido de forma importante, seguiría creciendo hasta nuestros días: la pasión universal por 
la imagen.
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