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Lección 5 El sufrimiento desde la perspectiva paulina

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II. EL SUFRIMIENTO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA TEOLOGÍA PAULINA
Bradley Hanson enfatiza que:
 La persona que sufre es aquella cuyos actos están fuera de las expectativas de lo que las demás personas consideran bueno y su actuación es diferente.
 Al contemplar la experiencia de Cristo dando su vida en ofrenda expiatoria por el pecado de la humanidad sufriente, vemos cómo el Mesías como Siervo Sufriente no llena las expectativas de lo que sus seguidores esperaban de él. No obstante, cumple con su misión como enviado y ungido de Dios obteniendo la redención de la humanidad. Con su humillación y sacrificio vicario, Cristo dio testimonio de que:
1. Dios es un Dios de consolación; Dios no se enajena del sufrimiento humano.
El apóstol Pablo señala que Dios, como Padre de Jesucristo, es un Dios de misericordia y de consolación (2 Co 1:3,5; Flp 2:1, Heh 9:31), El apóstol destaca el carácter único de la filiación de Cristo y la importancia que posee para nosotros esta revelación divina ya que Dios aparece más como "Padre misericordioso". El cuida de nosotros a través del apoyo que nos brindan otras personas Jesucristo por su encarnación se hizo solidario con la humanidad sufriente, constituyéndose en nuestro Consolador en la medida en que compartió nuestros sufrimientos, dolores y tentaciones (Lc 7:13; Heb 2:18), Pablo presenta un ejemplo de consolación cuando dice: "Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito; y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él había sido consolado en cuanto à vosotros" (2 Co 7:6-7))
2. En medio del sufrimiento puede haber aprendizaje.
En las circunstancias de aflicción, Dios irrumpe en la vida humana y nos consuela en medio de la aflicción. Aquellos que reciben apoyo de Dios en su sufrimiento pueden vivir una experiencia de crecimiento y maduración que los equipa para dar apoyo a otros que sufren (2 Co 1:3, 4). El cristiano que ha sido consolado en sus sufrimientos puede afirmar el significado de su experiencia por medio de su testimonio, compartiendo su experiencia de fe y haciéndose solidario con personas que sufren, Simultáneamente responde al llamado de Dios para consolar a otros. La mejor vía para dar apoyo a los que sufren es a través de una profunda identidad con ellos. Es necesario desarrollar empatía hacia los que sufren y hacer provisión para socorrerle en medio de su dolor. Pero para poder ayudar a otros, la persona que ha vivido una experiencia de sufrimiento debe haber rebasado la crisis que le haya causado. Un ejemplo es el de Pablo cuando testifica que Dios lo ha confortado en su aflicción: "somos consolados por Dios" (2 Co 1:4).
3. Existe un paralelismo entre el sufrimiento de los cristianos y los sufrimientos de Cristo.
Pablo destaca cómo, en las peores circunstancias del sufrimiento en aras del ministerio de consolación del cristiano, Dios siempre está presente (2 Co 11:23-29). El compara sus sufrimientos con los de Cristo y habla de las marcas de estos en su cuerpo tales como persecuciones, ansiedades, peligros de muerte y un aguijón en la carne. Las huellas dejadas en Pablo por los azotes y apedreamientos son marcas que pueden ser contrastadas con las de la circuncisión (Gl 6:17). Se observa que la mayoría de los sufrimientos incluyen ansiedad, enfermedad y debilidad física, tornando a la persona que los experimenta en un ser vulnerable y dependiente del apoyo que otros le puedan brindar.
Lo más relevante del sufrimiento en "las marcas de Cristo" conlleva la concepción paulina de la relación existente entre Cristo y los creyentes expresados en términos del "cuerpo de Cristo" y "en Cristo". Esto implica una interrelación entre Cristo y la persona que ha enfrentado el sufrimiento y se ha proclamado en victoria y aquella que está experimentando el sufrimiento en el tiempo presente. Cristo se hace solidario con la persona que sufre y hace provisión para ayudarle en medio de su dolor. 
Como consecuencia habrá empatía, la cual se plasmará en identidad, confianza, respeto a la autonomía de la otra persona, mutua dependencia en un plano de cooperación, conocimiento del otro y disponibilidad para el servicio.
III. EL SUFRIMIENTO OCASIONADO POR EL DOLOR FÍSICO
IV. SUFRIMIENTO PSICOLÓGICO, CASI MORAL
V. EL SUFRIMIENTO PRODUCIDO POR EL QUEBRANTO O PÉRDIDA HUMANA
VI. EL SUFRIMIENTO RESULTANTE DE LA INJUSTICIA SOCIAL U OPRESIÓN
VII. EL SUFRIMIENTO COMO ABORRECIMIENTO DE SÍ MISMO
VIII. EL SUFRIMIENTO CAUSADO POR LA MARGINACIÓN SOCIAL
CONCLUSIÓN
El problema del sufrimiento humano ha sido enfocado desde perspectivas filosóficas, teológicas, sociológicas, éticas, y psicológicas. A pesar de ello, el ser humano continúa afrontando grandes interrogantes ante el dilema del sufrimiento. Para la pastoral del siglo XXI y para los estudiosos de la conducta humana, el sufrimiento humano es una realidad que no podemos negar y debe ser atendida desde su justa perspectiva. Es necesario atender el drama provocado por el sufrimiento con plena conciencia del escenario en que se desenvuelve.
También debemos asumir una actitud comprensiva y de apoyo a la persona que está enfrentando el dilema del sufrimiento, reconociendo que Dios no tiene necesidad de provocar el sufrimiento en el humano para corregirlo, ayudarlo a superarse, lograr su fidelidad o santificación. Aunque es cierto que el sufrimiento humano es una experiencia subsecuente la caída, no necesariamente representa que la persona que lo está experimentando ha cometido pecado y está purificándose. 
En ocasiones, el sufrimiento es provocado por personas inescrupulosas que escogieron vivir fuera de la voluntad de Dios y nos causan daño. Otras veces, nosotros mismos al tomar decisiones equivocadas nos hacemos daño. Hay momentos en que el sufrimiento es producto de desórdenes que ocurren en el medio ambiente. Repetidamente, nuestro sufrimiento resulta de nuestra misma naturaleza mortal pues estamos expuestos a enfermedades ya la muerte. Sin embargo, Dios irrumpe en el drama provocado por el dolor para ayudarnos a enfrentarlo y nos da apoyo y consolación.
A pesar de que el problema del sufrimiento plantea muchas interrogantes, los creyentes en Cristo podemos dar testimonio de cómo el auxilio divino puede transformar la realidad de la persona que sufre, haciendo provisión a través de los creyentes para darle apoyo y socorro. En la experiencia del sufrimiento, quienes se refugian en Dios aprenden a valorar la bondad y misericordia divina, convirtiendo una experiencia que pudo ser dolorosa o de fracaso, en una de crecimiento y maduración que les permitirá ayudar a otros que viven experiencias parecidas.
El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento enfatizan la responsabilidad de los creyentes de acudir en auxilio de las personas en necesidad. La identidad de Jesús con los menesterosos y desvalidos fue total: "cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis" (Mt 25:40). Así Jesús dio a conocer que la verdadera religión se proYecta en servicio en favor de las personas que sufren y se hallan desamparadas.
4. Explique cómo Dios transforma la experiencia del sufrimiento humano en una experiencia positiva desde la perspectiva teológica paulina. 
5. Destaque las causas que provocan el sufrimiento humano y explique por qué el Dios de la Biblia no puede ser el causante de semejante infortunio. 
6. Presente argumentos sobre la importancia de que el capellán o capellana tenga un conocimiento apropiado del sufrimiento humano.
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