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Etimologias de Isidoro de Sevilla

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G. Santana Henríquez - L. M. Pino Campos (eds.), Πα α αὶ ς. Homenaje a Marcos Martínez, Madrid, 
Ediciones Clásicas, 2017. 
 
 
 
 
 
 
LAS ETIMOLOGÍAS DE ISIDORO DE SEVILLA ROMANCEADAS: 
ANOTACIONES EN TORNO A LOS CONCEPTOS DE “YSTORIA” 
Y “ETHIMOLOGÍA”1 
JOSEP ANTONI CLÚA SERENA 
Universidad de Lleida 
 
RESUMEN 
Este estudio analiza el tratamiento de “ystoria” y “ethimología” en las Etimologías de Isidoro de 
Sevilla romanceadas. 
PALABRAS CLAVE: 
ystoria, ethimología, Isidoro de Sevilla, Etimologías romanceadas. 
Notes on the concepts of ystoria and ethimología in Isidore of Seville´s Etymologies 
in Romance Language. 
ABSTRACT: 
This paper explores the treatment of “ystoria” and “ethimología” in Isidore of Seville´s Etymologies 
in Romance Language. 
KEYWORDS: 
ystoria, ethimología, Isidore of Seville, Etymologies in Romance Language. 
 
Al prof. Marcos Martinez, por su entusiasta 
dedicación a la investigación en áreas vinculadas 
con las Edades Antigua, Media y Moderna. 
“Animatus”, qui est animi auctus, qui est animo firmatus. 
Isidorus, Etymologiae, Liber X De Vocabulis 22. 
El rigor científico y la erudición de las Etimologías de Isidoro de Sevilla 
propiciaron que se transmitiera a la Edad Media europea gran parte del 
caudal enciclopédico del mundo griego y latino, y de ahí el interés que ha 
suscitado el texto isidoriano en helenistas y latinistas. Pues bien, en pleno 
siglo XIII, como señala C. Alvar2, “un traductor anónimo -quizá de la corte 
alfonsí- realizó la versión al castellano de las Etimologías3: se trata de un 
—————————— 
1 Este trabajo constituye la primera parte revisada de la ponencia presentada bajo el epígrafe "Las 
Etimologías de Isidoro romanceadas y el Imago mundi”, en el XXII Coloquio Internacional de Fi-
lología griega en la UNED: La tradición clásica en la literatura española desde los comienzos 
hasta el siglo XVIII, UNED, Madrid, 9-11 de marzo de 2011, organizada por J. A. López Férez. 
2 Cf. C. Alvar, "Textos técnicos traducidos en Castilla (siglos XIII-XV)", en Idem, Traducciones 
y traductores. Materiales para una historia de la traducción en Castilla durante la Edad Media, 
Alcalá de Henares, 2010, p.166. 
3 Escorial, b.1.13. Ed. de J. González Cuenca, Etimologías de S. Isidoro romanceadas, 2 vols. 
Salamanca-León, Universidad de Salamanca-CSIC-Diputación de León, 1983. 
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códice del siglo XV que había pertenecido a la catedral de Cuenca y que a 
mediados del siglo XVI fue enviado a Felipe II. Contiene una versión par-
cial y fragmentaria del original, centrada fundamentalmente en la materia 
profana, lo que permitiría pensar que el traductor, o el autor de la copia 
utilizada para la versión castellana, o el copista del siglo XV, podía ser un 
maestro de artes o un laico, no demasiado versado en latín a juzgar por las 
malas traducciones de citas de autores clásicos”. 
Si llevar a cabo un análisis de las traducciones medievales al castellano 
es una tarea difícil por la heterogeneidad de los materiales, el caso de la 
versión al castellano de las Etimologías plantea problemas no menos ári-
dos por cuanto esta obra es, sin duda, la más conocida y estudiada de todas 
las que escribió el gran polígrafo hispalense4. 
El texto castellano que nos ocupa recoge la traducción de los cinco pri-
meros libros de las Etimologías isidorianas, así como el nono y el décimo, 
con algunas anomalías. ¿Estamos frente a una traducción, a una refundi-
ción o a una copia? Resumamos brevemente el cariz de los libros que con-
forman las etimologías romanceadas para poder después intentar contestar 
a dicha cuestión con mayor grado de precisión y contundencia. En efecto, 
el traductor, después de verter los libros del trivio y del cuadrivio, el de 
Medicina y el de Derecho y Cronología, se salta los tres libros siguientes, 
de temática religiosa y eclesiástica, quizá obedeciendo a su afición por las 
disciplinas profanas o a las artes, por ejemplo. 
—————————— 
4 Para el estudio de la figura de Isidoro y de la importancia de su obra véase M. Díaz y Díaz, 
"Introducción general" de la nueva edición bilingüe de las Etimologías preparada por J. Oroz Reta 
y M. A. Marcos Casquero, Etimologías (Ed. Bilingüe Latín-Español), Madrid, 2009. Además, se 
ha ocupado de las mismas L. García Rives, "Estudio de las traducciones castellanas de las obras de 
Isidoro", Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 56, 1950, pp. 279-320. En cuanto al texto que 
nos ocupa y su transmisión, cf. C. Codoñer, "Historia del texto de las Etymologiae isidorianas", en 
Actas III Congreso Hispánico de Latín medieval, vol. II, León, 2002, pp. 483-494 y C. Codoñer, en 
Mª A. Andrés Sanz, J. Elfassi J. y C. Martín (eds.), "Problemas de transmisión en la primera parte 
de las Etimologías: algunas reflexiones", L´édition critique des oeuvres d´Isidore de Séville. Les 
récensions multiples, París, 2008, así como V. Von Büren, “La place du manuscrit Ambr. L.99 sup. 
dans la transmission des Etymologies d´Isidore de Séville”, en M. Ferrari y M. Navoni (eds.), Nuove 
Ricerche su codici in scrittura latina dell´ Ambrosiana, Milano, 2007, pp. 25-44. La presencia del 
pensamiento isidoriano en la Edad Media hispana ha sido estudiada por M. C. Díaz y Díaz, De 
Isidoro al siglo XI. Ocho estudios sobre la vida literaria peninsular, Barcelona, 1976, pp. 141-201. 
Con todo, para cualquier rastreo pormenorizado en torno a las Etimologías de Isidoro romanceadas, 
cabe destacar la edición ya citada de J. González Cuenca. La primera parte del este trabajo es una 
introducción concisa referida a la obra, eludiendo el trabajo de ofrecer una visión del entorno socio-
histórico en que aparece. La segunda parte es la transcripción del texto medieval con absoluta fide-
lidad, respetando incluso su pobreza e incluso su aridez. En la misma línea está la tercera parte, 
denominada "Registro de voces castellanas y equivalencias latinas". En realidad, el copista del texto 
castellano preparó las Etimologías (folios 10r-224v del manuscrito) y el resto del material (los pri-
meros diez folios están ocupados por el Panegírico de Isidoro (fols. 1r-4v), su Epitafio, en latín y 
castellano, (fol. 4rv) y su Epistolario con Braulio (fols. 4v-10r)), y lo hizo, como ha señalado J. 
González Cuenca (p.31), sin reestructurarlo todo a su aire. 
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Asimismo, se ha señalado5 que el libro III, a saber, De Mathematica, se 
desarrolla sin anomalías hasta el capítulo VIII, que se interrumpe a la mitad 
y reaparece más adelante, tras el libro IX, pero vuelve a interrumpirse, ya 
definitivamente, hacia el capítulo XX, cuando faltan varios capítulos del 
De Musica y todo el tratado De Astronomia para acabar el libro III. Por lo 
demás, ausentes los libros VI, VII y VIII, la traducción sigue con el libro 
IX. Finalmente, también el libro X6, De quibusdam vocabulis, queda in-
completo. Lo que parece claro a todas luces es que nos encontramos ante 
una cierta desorganización, ya sea por el manuscrito latino, ya sea, según 
la interpretación más lógica, porque la copia castellana se llevó a cabo con 
intermitencias en el tiempo, por lo que el manuscrito ha quedado cierta-
mente truncado y provisional. 
Así pues, la versión de las Etimologías no ha llegado a nuestras manos 
en copia autógrafa del traductor -algo común en muchos textos de Época 
Medieval7-. Todo hace pensar en una refundición de un texto más antiguo 
cuando nos referimos al manuscrito del siglo XV, y hay quien sugiere8, 
como Amador de los Ríos y Bonilla, que se trata de una traducción anterior 
alfonsí, si bien no parece que haya argumentos absolutos para esta adscrip-
ción, sobre todo estudios morfosintácticos. Con todo, lo que parece indu-
dable es que, por debajo del estrato lingüístico del XV que está en la su-
perficie, aparece un estado de lengua más antiguo, quizá alfonsí. En este 
trabajo nos proponemos hacer un esbozo de análisis, de modo sumarísimo, 
del tratamientode algunos conceptos, como son el de “ystoria” y “ethimo-
logía” en las Etimologías de Isidoro de Sevilla romanceadas. 
Un término interesante que aparece en la versión romanceada es el con-
cepto de “ystoria”, de raíz indoeuropea, que significa “investigación”, re-
lacionado con la raíz *weid-, “saber”, “ver”9. En el capítulo XL leemos10 
—————————— 
5 Cf. J. González Cuenca, ibidem, pp. 37-38. 
6 Cf. C. Codoñer, “El libro X de las Etymologiae, ¿léxico o diccionario?”, Voces, 21, 2010, pp. 
49-68, en donde la autora afirma que el libro X, en su forma actual al menos, no es isidoriano, 
aludiendo a la alfabetización relativa dada a los lemas que lo integran. Acerca del libro X, puede 
verse también Idem, “Antecedentes del diccionario. El libro X de Etymologiae”, δos visigodos. 
Historia y civilización. Antigüedad y cristianismo, III, Murcia, 1986, pp. 351-371 o Idem, El libro 
X de las Etymologiae. Su lugar dentro de esta obra. Su valor como diccionario, Logroño, San 
Millán de la Cogolla, 2002. 
7 Cf. C. Codoñer, “La edición de Juan de Grial de las Etymologiae de Isidoro de Sevilla, un 
informe de Juan de Mariana y el trabajo de Alvar Gómez de Castro”, Faventia, 31, fasc. 1-2, 2009 
(Homenatge a Rosa-Araceli Santiago Álvarez (II), pp. 213-225. 
8 Cf. J. González Cuenca,ibidem, pp. 48-50. 
9 Como recordaba a propósito de su etimología L. A. de Cuenca, Discurso de ingreso en la Real 
Academia de la Historia, leído el 6 de febrero de 2011, Madrid, Real Academia de la Historia, 
2011, p. 5. 
10 Cf. J. M. Cacho, "Los historiadores de la Crónica Sarracina", en R. Beltrán, J. L. Canet J. Ll. 
Sirera (eds.), Historia y ficciones. Coloquio sobre la Literatura del siglo XV, Valencia, Univ. de 
Valencia, 1992, pp.37-56. 
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a propósito de este mismo término (cf. “ver” o “conosçer”) la siguiente 
descripción: 
“Ystoria es recontamiento de cosa fecha por la cual son conosçidas las cosas 
que fueron fechas en el tiempo passado. E es dicha ystoria, en griego, d´esta 
parte, postcormo11, esto es, “ver” <o> “conosçer”, ca entre los antiguos nin-
guno non escrivie ystoria sinon aquel que oviere estado en el fecho o oviese 
vistas las cosas que oviessen de escribir, ca lo que es fecho mejor se toma por 
vista que por oydas, ca lo que hombre ve puédelo dezir sin mentira”. 
Por lo que puede colegirse, la descripción se basa en la preponderancia 
de “lo visto” (cf. la expresión “o oviese vistas las cosas que oviessen de 
escribir”), según había señalado el Evangelio de San Juan, y que debía in-
fluir ciertamente en Isidoro, mucho más incluso que autores como Heró-
doto o Tucídides, en donde hay que ir a buscar la fuente de dicha etimolo-
gía, aunque fue lugar común en algunos relatos medievales, como en el 
Amadís de Gaula y, asimismo, exigido como premisa por los historiadores 
del siglo XV. 
Pero la traducción castellana de Isidoro añade una afirmación de perte-
nencia o subordinación de toda una ciencia como es la “historia” a la “gra-
mática”, por cuanto para él lo preponderante es Mnemósine, es decir, lo 
“mnemotécnico”: “Esta disciplina (scil. la “Ystoria”) a la gramática perte-
nece, ca lo que digno es de memoria en letras es guardado”. 
Y he aquí otra interpretación cuanto menos característica de la elucu-
bración isidoriana, a saber, la comparación entre “historia” y “remembra-
mientos” / “remembranzas”: 
“Las historias por ende son dichos remembramientos, porque dan remem-
branza de las cosas fechas. E son dichas orden o ordenanza, que en latín se 
llama series,12 por trasladamiento de las coronas de las flores comprendidas a 
revezes e dicen-se serta, esto es, “coronas”. 
Asimismo, incorpora una apostilla final que nos sirve de botón de mues-
tra de cómo citaba Isidoro a los autores grecolatinos, especialmente a He-
ródoto y a Ferécides: 
“Entre nos Moysén primeramente escrivió historia del comienço del mundo. 
E entre los gentiles Dares Frigio fizo historia de los Griegos e de los de Troya, 
e dizen que la escrivió primero en fojas de palma. E después d´este Dares, el 
primero que fizo estoria en Greçia fue Erodoto, e en pos de Erodoto fue 
Fere<c>ides13 en tiempos de Esdras escrivió la Ley”. 
—————————— 
11 Es decir, “apò tou historein”. 
12 Esta oración adjetiva ha sido copiada al margen. 
13 En el manuscrito aparece “Feretides”. 
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De las citas anteriores puede colegirse cuán diáfano aparece el intento 
por entablar la etimología del término castellano “historia” con el término 
griego correspondiente, así como de la voluntad manifestada de “historiar” 
sobre el mismo. 
Y en cuanto al concepto de “etimología”, leamos a continuación algu-
nas muestras de registro que hemos seleccionado y que citamos por cuanto 
tienen interés como fenómenos específicos de traducción (especialmente 
las llamadas “fórmulas”14). Dichas muestras vienen expresadas en latín, 
acompañadas de una traducción ad pedem litterae, con cierta torpeza y 
traición al original, por cuanto, además de la veracidad del adagio italiano 
“traidor el traductor”, estamos refiriéndonos al uso mecánico de un glosa-
rio a la hora de traducir. Son muestras elocuentes per se en cuanto a las 
equivalencias latinas (en la edición de Lindsay) así como en el siempre 
interesante concepto de “etimología”: 
a) “Griego”, acompañado de sustantivo: 
1. Son así dichos de griega ethimología: (94v) DICTI A GRAECA 
ETYMOLOGIA (3.3.). 
2. De griega ethimología tomó aqueste nombre: (106r) EX 
GRAECA ETYMOLOGIA VOCABULUM SUMPSIT (4.5). 
3. Es lengua griega. Latinamente es dicho: (45r) GRAECA LEN-
GUA, LATINE… DICITUR (1.35). 
4. Es nombre griego: (40v) EST GRAECUM (1.27); (134v) NO-
MEN EST GRAECUM (5.33). 
(…) 
9. Es nombre griego e tanto quiere dezir commo…, que nos llama-
mos: (202r) GRAECUM NOMEN EST, QUOD EST (7e). 
(…) 
11. E es nombre griego, ca los Griegos llaman… a los que en latín 
dizen: (162v) ET EST NOMEN GRAECUM (6.4). 
(…) 
13. Nombre griego es, enpero suena latino: (131v) GRAECUM NO-
MEN EST, ET TAMEN LATINUM SONAT (5.29). 
14. Es dicha por nombre griego: (60v) DICTA… GRAECA APPE-
LATIONE (2.1). 
15. En los nombres griegos e hebraycos e non en los latinos: (39r) 
IN GRAECIS ET HEBRAEIS NOMINIBUS (1.27). 
b) Fórmulas con “latín” / “Latino”: 
—————————— 
14 Las hemos entresacado, entre muchas otras, de la edición de J. González Cuenca, ibidem, t. II, 
p. 77. 
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1. Es latina dicçión: (40v) LATINUM EST (1.27). 
(….) 
3. Trasladaron en palabra latina: (117r) IN LATINUM SERMO-
NEM TRANSLATAS (5.1). 
4. El latín tomó de los Griegos: (14v) A GRAECIS MUTUAVIT 
LATINITAS (1.3-4). 
(…) 
8. Çerca los latinos: (13r) APUD LATINOS (1.3-4). 
(…) 
12. Lo que los latinos dizen… llaman los griegos: (59v) QUOD LA-
TINI… GRAECI… DICUNT… (1.44). 
(…) 
51. E en latín son interpretados (148r) LATINE INTERPRETAN-
TUR (6.2.). 
En estos registros se observan tanto la pluralidad de expresiones como 
el gran interés por las fuentes grecolatinas, así como un marcado afán cien-
tífico lleno de escrupulosidad a la hora de detallar la procedencia de las 
notas eruditas. Por lo demás, el término “etimología”15 aparece promiscue 
tanto en su fórmula “ethimología” como en su forma “ETYMOLOGIA”, 
con y sin transliteración adecuada de la letra “tau” griega, y con la fluctua-
ción “iota” / “ypsilón”. 
Pero, ¿cuándo puede hablarse de “etimología” y cuando no al referirnos 
a Isidoro? Compartimos la opinión de C. Codoñer16 respecto a la interre-
lación entre palabra de origen y significado de la palabra: 
“La procedencia fónico-semántica (origo uocabulorum) pasa a ser “etimolo-
gía” cuando el significado del substantivo o del verbo queda al descubierto. 
De acuerdo con esta definición, no cabe hablar de una etimología cuando se 
dice auctor ab augere si augere no es el punto de partida de una interpretatio 
—————————— 
15 Como afirma C. Codoñer (“El libro X de las Etymologiae… cit. pp.55-56), respecto a loscriterios isidorianos a la hora de la selección de palabras y acerca de las dos teorías sobre las que 
basa sus entradas: “El segundo prefacio es más extenso y va encabezado por un título que precisa 
cuál es el criterio seguido en la selección de palabras, lo cual afecta a la categoría gramatical de las 
palabras y no a la cantidad. De quibusdam vocabulis hominum es la expresión utilizada para 
referirse a las palabras que se pueden predicar de los hombres, a los adjetivos que se les pueden 
aplicar, tal como se ve de inmediato en la lectura de la primera letra. Pasa a continuación a exponer, 
de manera sumarísima las dos teorías sobre las que basa sus entradas, las dos de carácter 
etimológico. La primera es atribuida a los filósofos y hay que subrayar que es Boecio en su 
comentario a las Categorías de Aristóteles quien desarrolla la teoría en diferentes pasajes de los 
libros 2 y 3. Como era de esperar, la idea de “denominatio” en Isidoro responde, con la brevedad 
habitual en este autor, a la detallada y matizada versión que Boecio nos ofrece a lo largo de su 
comentario. (…) La segunda está referida a la etimología ex causa”. 
16 Cf. C. Codoñer, “El libro X de las Etymologiae…”, cit., p. 64. 
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que justifique el significado de auctor; para hablar de etymologia, es impres-
cindible una explicación que justifique la relación entre la palabra de origen y 
el significado de la palabra que constituye la entrada del lema. De modo que 
las que consideramos verdaderas etimologías, como las citadas en el caso de 
derivados verbales, no constituirían una “etimología” desde la perspectiva isi-
doriana”. 
Y vinculado con el uso de la “traducción”, anteriormente citado, cerre-
mos estas anotaciones señalando que es también interesante el plantea-
miento del concepto mismo de “traductor” o de “autor” que vemos citado 
por doquier en la versión romanceada. En efecto, era conocida la aspira-
ción del “traductor” de ser “autor”, más que “intérprete”, de acuerdo con 
las preceptivas del Medievo. Por ello, su intención final no era sino la de 
ejercer una influencia sobre los demás, tener crédito suficiente y garantizar 
con su nombre cualquier nueva aportación. Y en Isidoro (IX, iii. 16 y X, 
2) es algo palpable y evidente. Así, de acuerdo con sus definiciones etimo-
lógicas, el “autor” (“auctor”) será el que tenga capacidad de “persuasión” 
(péitho, en griego, palabra clave de la retórica antigua griega y latina). Por 
tanto, el “autor” suministrará materiales nuevos, originales, siempre dentro 
de la tradición, y el “maestro” reelaborará esos materiales, adquiriendo su 
propia autoridad en la materia, como señala A. J. Minnis17 al respecto. 
—————————— 
17 Cf. A. J. Minnis, Medieval Theory of Authorship. Scholastic literary attitudes in the later Mid-
dle Ages, 2n. ed., Aldeshot, Wildwook House, 1988, pp. 1-8, citado por C. Alvar, ibidem, p. 28.

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