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Etimologia Árabe em Lugones

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LUGONES Y LA ETIMOLOGÍA ÁRABE
Fragmento del artículo “Lugones. La evolución de
sus ideas políticas. Sus estudios de etimología arábiga. Su
traducción de La Ilíada”, por el Emir Emín Arslán,
publicado en La Nación, Buenos Aires, domingo
3 de julio de 1927, suplemento “Letras – Artes”,
página 11.
Notas de Pablo Tornielli
(...)
Sus estudios de etimología arábiga
Siendo yo de origen árabe y este idioma el mío, y habiendo escrito en él muchas páginas 1, puedo
opinar sin jactancia sobre la materia.
Muchos, con malignidad, han hecho correr la voz de que era yo quien ayudaba a Lugones en estos
estudios. Aprovecho la oportunidad para contar con lealtad y sinceridad cuál fue mi intervención.
Harán ya siete u ocho años, hallándome en mi despacho de “La Nota”2, me anunciaron una tarde la
visita de Lugones. Apenas nos saludamos, extrae de su bolsillo un papel y un lápiz, y escribe una letra
del alfabeto arábigo3, preguntándome:
– ¿Cuál será el sonido correspondiente en español al de esta maldita letra?
Eché una mirada sobre ella, y riéndome, le contesté:
– Esta letra no tiene ningún equivalente en castellano ni en ningún idioma latino, germánico o
eslavo. Es un sonido completamente arábigo. Por eso decimos para designar a los árabes: los de la letra
DAD; indicándole en seguida que debía poner la lengua entre los dientes al pronunciarla. Dada la
explicación, le pregunté a mi vez:
– Si no es indiscreción, ¿qué interés especial tiene Vd. en conocer la pronunciación de esa letra?
– Estoy estudiando el árabe.
– ¿Y con quién?
– Con nadie; solo. Tengo tal y cual libro.
1 Entre las obras en árabe de Emín Arslán (aš-Šuwaifāt, Monte Líbano, 1868 – Buenos Aires, 1943) se encuentran:
“Historia de Napoleón I”; un tratado de Derecho Internacional titulado “Derechos de las naciones y convenios de los
estados” (sólo se editó la parte IV, “Sobre la guerra”), la novela “Los secretos de los palacios” y un libro de memorias.
También numerosos artículos en árabe en revistas bilingües publicadas en Francia y la Argentina. En castellano publicó
“Recuerdos de Oriente”, la novela “Final de un idilio”, un sinnúmero de artículos en La Nota, El lápiz azul, Caras y
Caretas, Nosotros, La Nación, etc.- En francés publicó artículos periodísticos en diversos medios durante sus estadías en
París y Bélgica (1893-1910). 
2 La Nota: importante revista literaria de Buenos Aires fundada y dirigida por Emín Arslán. Publicada entre 1915 y 1921.
3 La letra escrita por Lugones debía tener el siguiente aspecto: ض
abejaruco - šaraqraq - شرقرق
– Le advierto que se trata del árabe marroquí, que no es el clásico, el coránico.
– Ya lo sé; pero el marroquí me interesa más, por el momento, para mis estudios, pues es el que dejó
más huellas en el idioma castellano.
– No veo la razón.
– Voy a explicársela. Estoy trabajando un diccionario castellano, pues el de la Academia me parece
deficiente; y así me he convencido de que los árabes, que residieron ocho siglos en España, legaron más
de lo que se cree al idioma. Bastante más. Por eso tengo que hacerme del árabe necesario para
investigar dicho origen con la debida precisión.
Me quedé azorado ante la colosal tarea que Lugones se proponía. La empresa de un diccionario es ya
abrumadora. Qué sería añadiéndole el estudio del árabe, que es uno de los idiomas más difíciles del
mundo. Ante mi asombro, Lugones se contentó con decirme: Es cuestión de tiempo, de paciencia y de
resolución.
Una vez por semana, Lugones y su señora recibían a sus amigos. Yo no faltaba nunca, pues era una
reunión muy interesante.
Naturalmente, cada vez que encontraba a Lugones, éste me informaba sobre el resultado de sus
estudios. Y como advertí que tropezaba con dificultades insuperables, y a fin de allanarlas, propúsele
que le daría algunas lecciones con el fin de ganar tiempo. La señora de Lugones intervino amablemente,
y Lugones acabó por aceptar. Las veinte lecciones que le había preparado las reduje a siete, y el día en
que empezó a leer de corrido el árabe de los léxicos, me declaró que con eso le bastaba.
Desde aquel día empezó sus estudios de etimología arábiga que suelen aparecer en estas columnas.
Yo los leía como todo el mundo, pero declaro que jamás Lugones me ha sometido ningún trabajo suyo
antes de su publicación. Sólo pocas veces, ante alguna dificultad, pedíame aclaraciones que de cuando
en cuando resultaban amenas. En una de mis visitas a su casa, repleta ya de amigos, preguntome con
malicia:
– ¿Cómo llaman ustedes en árabe al charlatán fastidioso?
– Latta4 – le repliqué.
– ¿Y nosotros? – contestó Lugones, riéndose, y agregando: – He ahí el origen de lata, aplicada a
charlatanería.
(...)
Su método de estudios de etimología arábiga consiste en lo siguiente: Toma un gran diccionario
árabe como el de Dozy5, el más notable y el más erudito de todos los arabistas europeos, y lo estudia
palabra por palabra. Cuando encuentra alguna que tiene semejanza cercana o no con una castellana,
anota en ambas lenguas, para precisar sonido y ortografía, confrontando después con los otros
diccionarios de su biblioteca, como el de Boktor6 (egipcio), el de Khazen (sirio), el del padre Lerchundi7
(moro) y por fin el de los jesuitas de Beirut (que era el mío cuando estudiante, y que le obsequié). Posee
al respecto verdaderas joyas, como el rarísimo “vocabulista” del P. Alcalá8 y el de “Las Vestiduras
Arábigas” de Dozy9.
4 Del verbo ّلت “chismorrear”
5 Reinhart Pieter Anne Dozy (Leiden 1820 – Alejandría 1883). Autor de “Supplément aux dictionnaires arabes” y
“Glossaire des mots espagnols et portugais, dérivés de l'arabe”.
6 “Dictionnaire français-arabe” (París, 1828-1829), de Ellious Bocthor.
7 El franciscano español José Antonio Ramón Lerchundi (1836 – 1896) fue autor, entre otras obras, del “Vocabulario
español-arábico del dialecto de Marruecos”.
8 “Vocabulista arauigo en letra castellana”, de Pedro de Alcalá.
9 “Dictionnaire détaillé des noms des vêtements chez les Arabes”
En estas pesquisas, Lugones tiene la tenacidad del cazador. Una anécdota bastará como muestra.
Cierta noche, Lugones me dijo: Existe un pájaro llamado 'abejaruco', cuyo nombre tiene que ser de
origen árabe. Pero en mis diccionarios no encuentro nada. ¿Quiere buscar usted en el Océano? (nombre
de un gran diccionario árabe que tengo)10. En efecto, encontré que la palabra era arábiga de origen, y
como explicación: 'una especie de pájaro'. Eso no satisfizo a Lugones. Quería saber qué especie de
pájaro es. Le confesé que no era versado en materia pajaresca. Han corrido seis meses y Lugones
continúa buscando la especie que lo preocupa...
Esa es toda mi intervención en sus estudios sobre etimología arábiga.
NOTA S FINAL ES : 
I. Lugones publicó su “Diccionario etimológico del castellano usual” en los números de la revista El Monitor
de la Educación Común, entre noviembre de 1931 y febrero de 1938 (falleció el 18 de dicho mes y año), sin
haber terminado las entradas correspondientes a la letra “a”. En 1944, la Academia Argentina de Letras recopiló
la obra y la publicó en un volumen. La letra “a”, incompleta, abarca 622 páginas.
Sobre la voz abejaruco esto dice Lugones:
II. La biografía escrita por su hijo (Lugones, Leopoldo (h), “Mi padre. Biografía de Leopoldo Lugones”,
Ediciones Centurión, Buenos Aires, 1949, ejemplar n.° 103, pp. 182-183) dice: “Mucho profundizó en las etimologías
para lo cual, no contento con el griego y el latín necesarios, púsose a estudiar árabe. Pongo al pie de esta página, por mera curiosidad,
el catálogo de los vocabularios y tratados de lingüística que existía en su librería”. Y enumera entonces una gran cantidad de
libros sobre distintos idiomas y dialectos. Transcribo sólo los títulos de los relacionados con el árabe, respetando
la forma en la que los enuncia Lugones (h): English-Arabic conversation; Dictionnaire français-arabe; Textos
árabes en dialecto vulgar de Larachi; Lerchundi, Vocabulario español-arábigo. Senden Willmore, The spokenArabic of Egypt; Arte para saber ligeramente la lengua árabe, Alcalá; E. Fagnan, Additionis aux dictionnaires
arabes; R. Dozy, Suplement aux dictionnaires arabe, 2 tomos; Coussin de Perceval, Grammaire arabe-vulgaire;
Lerchundi, Rudimentos del árabe vulgar; W. H. Engelmann, Glossaire des mots espagnols et portugais dérivés de
l'arabe, año 1861; John van Ess, The spoken Arabic of Mesopotamia.
10 Famoso y antiguo diccionario árabe, compuesto por Firuzabadi (1329 – 1414). Su nombre, “al-Qāmūs al-Mu ī ”,ḥ ṭ
significa “Diccionario abarcativo” o “Diccionario océano”: القاموس المحيط

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