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A. G A R R E T O N S 1 L V A U N E N S A Y O A C E R C A DE A L G U N O S A S P E C T O S DE L A M E B I C I N A DE H O Y EDICIONES DE L A U N I V E R S I D A D DE C H I L E 1 9 4 5 Un ensayo acerca de algunos aspeclos de la Medicina de hoy A . G A R R E T O N S I L V A Profesor de Medicina, Universidad de Chile U N E N S A Y O A C E R C A DE A L G U N O S A S P E C T O S D E L A M E D I C I N A D E H O Y EDICIONES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE 1 9 4 5 EDICION DE 3 0 0 E J E M P L A R E S j L O S 5 0 P R I M E R O S E N P A P E L B P M / 9 0 N U M E R A D O S DE I A L, Y L O S RES- T A N T E S E N P A P E L P L U M A N 9 2 0 2 DE LA C. M . DE P . Y C. N U M E R A D O S DE 51 A 300. E J E M P L A R N®. Discurso pronunciado en el acto de recepcion de los alumnos de Primer Ano de Medicina, el 19 de Abril de 1945. (Art. 13 del Reglamento General de Ense- rianza Medica de la Universidad de Chile). "La Escuela que no tiene el an- helo de engrandecimiento inte- lectual, que no siente palpitar en su seno la ambicion, es una Escuela muerta". Augusto Orrego Luco H.MOXIO I . — A LOS CIENTO DOCE ANOS DE LA FUNDACION DE LA ESCUELA. U N ASERTO DE BLEST. Pag.: 13. ^ t I I . — UNA MANERA DE COMPRENDER COMO ES LA MEDICN4 DE HOY. LA SALUD Y LA ENFERMEDAD. Pag.: 19. !>& I I I . LAS DOS ETAPAS DEL CAMINO QUE CONDUCE A LA MEDICINA: LA VIDA DEL ESTUDIANTE Y LA DEL MEDICO. Pag.: 25. I V . — EL ROL DE LA UNIVER- SIDAD. LA NUEVA MODALIDAD DE LOS ESTUDIOS MEDI- COS EN CHILE. Pag.: 29. V . — LA TRADICION DE LA ESCUELA DE MEDICINA DE CHILE, U N ORGULLO DE LA CULTURA NACIONAL. Pag.: 34. V I . — U N CAMINO LARGO Y ASPERO. VALOR DE LA VOCACION A U - TENTICA. Pag.: 43. VII.— LA CALIDAD DE LA RECOMPENSA. LA CARRERA MEDICA. CARACTER UNIVER- SAL DE LA MEDICINA. LA OBRA DE MUCHOS. LA ACCION MEDICA: SERVIR. Pag.: 47. VIII.— LA MEDICINA Y EL MEDIO AMBIENTE. CONDICIONES IMPUESTAS POR LA EPOCA ACTUAL. LA PROTECCION DE LA SALUD. LA MEDICINA ORGANIZADA Y EL SENTIDO DE LA COLA- BORACION. EL TIEMPO, TIRANO SANGUINARIO. Pag.: 57. I X . — LA EXTRAORDINARIA EFI- CACIA DE LA MEDICINA. ALGUNOS EELLOS EJEMPLOS CHILEWOS. Pag.: 66. t>& X . — EL MEDICO Y EL ENFERMO. LA CULTTJRA GENERAL. EL SECRETO DEL EXITO.- A U - TORIDAD CIENTIFICA Y RESPONSABI- LIDAD MORAL. Pag.: 73. X I . U N ESCUDO EN EL HORIZONTE. Pag.: 7 8 . I L J N DIA COMO HOY, EN ESTE LUMINOSO Abril de Santiago del Nuevo Extremo, hace exacta- mente ciento doce anos, se abrieron por primera vez las puertas de esta Escuela. En su larga vida, ha sido testigo de acontecimientos de todo orden; ha vis- to nacer, crecer y alcanzar toda su plenitud de la propia Universidad; ha formado con esfuerzo hon- rado a mas de cien generaciones medicas y las ha visto salir de sus aulas para distribuirse sobre la extensa superficie del territorio nacional; ha reci- bido en su seno generoso a jovenes venidos de to- dos los confines del continente y ha devuelto me- dicos formados a todos los palses de nuestra Ame- rica. Emocion y regocijo ha habido en miles de sus actos; pero hoy, hay motivo para que estas mismas emociones y este mismo regocijo adquieran un ca- racter especial de finura e intensidad. Un grupo de jovenes que hace solo un instante han dejado el Liceo, se incorpora a la Universidad, despues de haber adoptado una resolucion que significa, nada menos, que haber elegido el camino del futuro. Las expresiones de la vida juvenil, en especial cuando ellas dicen relacion con actos trascendenta- les, provocan un sentimiento de admiracion; refle- jan una modalidad autentica de la vida que nace, de la actividad que se encauza, del caracter que se forja. Por eso hoy la Universidad, frente a este espectaculo de resoluciones juveniles, siente una viva satisfaccion. Aun cuando este mismo fenome- no ha pasado en silencio cientos de veces, sin em- bargo, como un embrujo de la propia juventud, aparece nuevo y tiene una atraccion fascinadora. Mas que un nuevo curso que se inicia, se trata de una renovacion del alma de la Universidad, de sen- tir de cerca, una vez mas, los actos agiles e inquietos de lo mejor de la juventud, en donde ya se divisa el futuro y se vislumbra la claridad de un nuevo amanecer. Han elegido ustedes su camino; han obede- cido a aquella silenciosa voz interior, la vocacion, y sus pasos se han encaminado hacia esta Escuela. Entre las infinitas paradojas que a diario se nos presenta, una de las mas agudas es esta, de la que ustedes acaban de ser actores. Han tornado una determination trascendente; han resuelto el jiro de vuestras vidas; la han dirigidQ, a un campo cuyas caracteristicas presienten y tratan de adivinar, pero que no conocen. En una epoca cuya caracteristica es la gran inquietud, han adoptado la mas seria re- solution de la vida, ante la cual nunca es mucha la reflexion y siempre es poca la experiencia. Diversos factores pueden favorecer el senti- do de una resolution de esta naturaleza. No seria raro que en algunos el ambiente donde viven hu- biera tenido una action decisiva; no seria extrano que consejos de diverso orden hubieran tenido una influencia de valor. Es posible que en muchos la sola y pura vocation, o sea, un fenomeno intimo, absolutamente interno y silencioso, a la manera de un profundo deseo, haya sido la causa que lle- vo a tomar esta resolution. Lo importante, lo indis- pensable, es que el deseo de adoptar este camino hacia la Medicina sea sincero, que nazca esponta- neamente dentro de uno mismo, como una impe- riosa necesidad del espiritu. Es este tipo de voca- tion el que, en el curso de anos afanosos, perdura- ra, sera siempre una fuente de inspiration y nunca un motivo de desengano. La Universidad abriga la intima seguridad que es de esta calidad la vocation que ha nacido en cada uno de ustedes. Ella dice re- lacion en forma estrecha con la eficiencia del tra- bajo futuro y tambien esta intimamente ligada a la felicidad de cada uno de vosoti-os. Y a la Univer- sidad le interesa vivamente lo uno y lo otro. Guillermo Blest, el eminente medico ingles que contribuyo en forma poderosa a la creacion de la Medicina Chilena, al inaugurar nuestra Escuela, hace ya mas de un siglo, dijo estas hondas frases que hoy, como entonces, tienen un gran significa- do: "La miseria en todos sus aspectos, la enferme- dad en todas sus formas, el estado fisico y moral del hombre desde su cuna hasta su sepulcro, forman los interesantes y constantes objetos de su contem- placion. Bajo ese punto de vista es preciso que ustedes consideren la profesion medica, y, por con- siguiente antes de dar un paso mas adelante, supli- coles por todo lo que es mas caro en el hombre, por su propio honor, por la futura quietud de sus conciencias y por el bien de la humanidad dolien- te, que consulten exacta y seriamente sus potencias fisicas y morales, para saber si son capaces de so- portar el peso inmenso que ustedes piensan cargar sobre si. Si creen que son adecuados a todo esto, comiencen desde luego sus tareas y no permitan que cosa alguna los distraiga de esta filantropica determinacion. Hagan ustedes que su estudio ince- sante y cuidadoso sea la base de su profesion". Sentencia tan bien orientada, enunciada en frases sobrias, debe constituir para cada uno de ustedes un motivo de permanente meditacion. En torno de los 18 anos, la edad de ustedes, se presenta la epoca del mejor y mas completo des- arrollo organico; a la elasticidad del musculo se une la agilidad de la mente; a la ausencia del can- sancio se agrega el perfodo de mayores ilusiones y cuando la inteligencia empieza a adquirir las cua- lidades de la mente creadora. Son excepcionales las caracteristicas del momento que ustedes viven. Os habla un hombre que hace exactamente veintiocho anos, en un dfa de otono en 1917, paso en silencio, pero con una honda emocion en el al- ma, el umbral de esta casa. Desde entonces ha vi-vido todas sus horas y todos sus dias en la total de- dicacion a la mas noble de las misiones: el oficio de euidar a los enfermos y la tarea de trabajar en la Medicina. Desde ese instante no se ha separado jamas de las labores de esta Escuela y en ella ha recorrido uno a uno todos los peldanos hasta llegar al sitio que hoy ocupa; es decir, ser un guia en la formacion de los alumnos desde la catedra de Me- dicina, la de mayor responsabilidad. Es esta la uni- ca explicacion de por que he aceptado la mision encomendada por el Decano de dar cumplimiento a una nueva disposicion reglamentaria y de recibi- ros hoy, en esta casa, a nombre de la Universidad. Se exactamente la magnitud multiple de mi res- ponsabilidad, la que aparece como mayor todavia por tratarse de la iniciacion en las practieas de nuestra Escuela de un acto oficial de este genero. No pretendemos presentar a ustedes un pro- grama para el futuro. La tendencia moderna de la pedagogia universitaria pretende mas que nada mostrar la realidad de todo el panorama a fin de que cada cual, perfectamente orientado, pueda es- coger aquello que mas le interese y hacia lo cual crea tener una especial inclinacion. Veran ustedes que el panorama de la Medicina es enormemente extenso y, dentro de sus multiples secciones, hay campo suficiente para satisfacer las mas altas as- piraciones. La atraccion irresistible que he sentido cons- tantemente por la Medicina sera la luz que me guiara en este momento. I I A HORA, AQUI DENTRO DE ESTA CASA, DE ustedes y de nosotros, veamos que es la Medicina. Con el hombre nacio la preocupacion de ali- viarse de sus males y de conservarse a si mismo. Podriamos decir que con ello se establece su acti- tud medica. Ahora bien; la finalidad de dicha acti- tud ha sido, a traves de los siglos, la misma: pre- tender conocer y curar las enfermedades y procu- rar conservar la integridad del estado de salud. Ha visto el hombre, ya en la epoca primitiva, que tales condiciones estan estrechamente relacionadas con su propia felicidad. Contrasta frente a esta misma finalidad, exacta para todas las epocas, que los me- dios para alcanzarla han variado en forma extraor- dinaria. En la historia de cada civilization, estos medios han adquirido cualidades y caracteres di- ferentes. Gran parte de la evolution de dichos me- dios estan impregnadas de caracteres que hoy dia nos parecen extranos en extremo. Las fantasias mas bizarras, las creencias religiosas mas primiti- vas, las supersticiones, las extravagancias, las he- chicerias; el empirismo, desde el mas simple al mas abigarrado, han orientado los medios de accion de la actitud medica. Pero, lo que en verdad constituye la Medici- na solo aparece cuando, al observar los hechos que caracterizan al hombre enfermo, se razono adecua- damente acerca de su interpretacion, de su alcan- ce y de su significado. Desprendida de preocupaciones que le son extranas, poco a poco en el curso de siglos, la Me- dicina ha venido a ser un conjunto de ciencias, un conglomerado de tecnicas y un sistema de meto- dos, todo lo cual se ha unido a un amplio arte de aplicaeion practica. Queremos intentar, para conocimiento preli- minar de ustedes, una explicaeion acerca de su contenido, de su significado y de sus amplios con- tornos. Es un conjunto de disciplinas cientificas, sub- sidiarias las unas de las otras. No se trata de una ciencia aislada y sistematizada. La accion y desarrollo de este conjunto se de- ja sentir a cada instante, segun los aspectos a que se refiere. Veamos. El conocimiento de la estructura de una ce- lula y de un tejido; el analisis de la funcion de un organo; la observacion de una lesion y las trans- formaciones de las funciones con motivo de la en- fermedad, supone la aplicacion de numerosas dis- ciplinas cientificas y de metodos tecnicos especia- les. Todo el prodigioso desarrollo del conjunto de las ciencias consideradas en general y en particular y el minucioso perfeccionamiento de las tecnicas se ha reflejado en el progreso de la Medicina y ha sido su palanca mas poderosa de progreso. La modificacion de la salud, o sea, la enfer- medad, en su analisis y en su estudio detallado, incluyendo los medios para combatirla, oonstitu- yen una disciplina espiritual de alto rango. En ella encontramos a la biologia en lo que se re- fiere a la ciencia del hombre sano; a la patologxa, la ciencia del hombre enfermo; a la quimica y la fisica consideradas en los aspectos relacionados con el hombre y el medio que lo circunda. Sus caracte- res cientificos, o sea, el conocimiento cierto de los hechos por sus principios y sus causas, asx como su interpretacion razonada, es lo que le ha dado su sello actual y la base de su solido prestigio. Es este caracter de ciencia autentica lo que ustedes deberan conservar, perfeccionar y acrecentar. Para curar la enfermedad y conservar en toda su inte- gridad la salud, es indispensable el conocimiento cientifico del hombre sano y del hombre enfermo. En la consideraeion de un hombre enfermo, el espiritu humano concibio un proceso general, mas amplio, que es la enfermedad. Hoy vemos desarrollarse un proceso intelectual que tiene una doble direccion: a traves de un enfermo compren- demos la enfermedad y, por otro lado, el conoci- miento de la enfermedad nos permite comprender a un hombre enfermo. Hay, entonces, enfermedades y hay enfermos; el conocimiento de ambos, consti- tuye la base de la Medicina. El enfermo es un hom- bre con su salud modificada, mas que eso, pertur- bada, irregular, podriamos decir defectuosa. La enfermedad es el conjunto de conocimientos, por consiguiente una abstraccion del espiritu, relativa a los hechos comunes, posibles y frecuentes, en un conjunto de hombres enfermos de un mismo mal. En la realidad, es decir, en el espacio, existen los enfermos; en el conocimiento ordenado de la men- :te, existen las enfermedades. Los conocimientos que paulatinamente se han ido acumulando y orde- nando con su metodo riguroso, permiten reconocer en un hombre enfermo una de las infinitas varie- dades que la enfermedad puede adoptar. Una apreciacion exacta de la enfermedad y de los en- fermos es lo que permite una concepcion equilibra- da de la Medicina. En su aplicacion practica frente al enfermo, la tarea reiterada de todos los dias, el medico po- ne gran parte de su espxritu y de su sensibilidad en el juego de su destreza mental y manual, en la agi- lidad, la prudencia, el tacto y la discrecion con que debe actuar. Es que aparece corao absolutamente indispensable que el medico debe actuar dentro de un arte refinado. Mas alia del estudio de una enfermedad, de- bemos considerar a un hombre enfermo. Un hom- bre, es decir, una arquitectura anatomica, maravi~ llosa en sus detalles y proporciones; un conjunto de funciones sorprendentes en su juego regular y armonico, y, por encima de estas cualidades, una mente que piensa y que esta adaptada en forma extraordinaria y unica para la funeion creadora. Si miramos la finalidad de la Medicina como la ma- nera de preservar la salud y de curar la enferme- dad; si consideramos a la persona y a la persona- lidad de cada enfermo como un todo, podemos de- cir que la Medicina es, por esencia, la ciencia del hombre. Bajo el signo del criterio cientifico, ha des- arrollado los metodos de examen y de explotacion clinica, asx como la orientacion de los tratamien- tos actuales. Los Rayos X y las drogas quimicas modernas de tan extraordinarios resultados, se ex- hiben como los mej ores exponentes del progreso alcanzado. Caracterizan la Medicina un ancho cau- dal de conocimientos, una enorme certeza en el diagnostico y una gran seguridad en el tratamiento. La Medicina, al igual que todas las ciencias, tambien busca la verdad, en este caso mas especifi- camente, la verdad cienflfica, es decir, la aprecia- cion del hecho exacto y de su interpretacion razo- nada y correcta. Es esta una de las mas altasy mas bellas cualidades del espiritu humano y pense- mos como Descartes, cuando decia que no conocfa belleza comparable a la verdad. I l l V EAMOS AHORA COMO SE LLEGA AL PLANO elevado en donde se encuentra la Medicina. En otras palabras queremos exponerles a ustedes como es posible recorrer el camino que alia conduce y que cada uno de ustedes ya ha elegido. Este, nuestro camino, comprende dos etapas de nuestra vida, las que miradas desde cierta altura aparecen como artificialmente separadas. La prime- ra, la que comienzan: la vida y la labor del estudian- te. Es el proceso inicial, la preparation, la formation cientifica y tecnica. La segunda jornada, la labor del medico, ella es la obra de la plenitud intelec- tual. Ambas se confunden en el trabajo, en el es- fuerzo y en la responsabilidad. Representan sucesi- vamente la tarea del dia y la obra de los anos. En conjunto, ellas llenan la vida y tan amplia e inten- samente que no dejan tiempo para ninguna otra actividad. La primera, la obra juvenil, es la base de la actitud futura. Esta etapa, bella como ningu- na, se cumple dentro de la Universidad. La segun- da, se lleva a cabo en medio de la sociedad. Cuando se ha realizado intensamente la vida de la Escuela y cuando se ha llenado ya una parte importante y extensa de la vida del medico, es posi- ble establecer entre ambas etapas, una serie de com- paraciones, diferencias y puntos de contactos. Yo puedo decirles que si solo se estiman las condiciones de trabajo, de esfuerzo, de estudio, de responsabi- lidad, el deseo imperioso de llegar a conocer cada vez mas la intimidad de la enfermedad, la vida del medico y la del estudiante son iguales. El uno y el otro deben tener la misma responsabilidad y la misma inquietud. Trabajar y aprender cada dia es la obra de ambos. En las mentes estudiantiles adquiere un lugar destacado aquello que se refie- re a las pruebas, concursos, cumplimientos de asis- tencia, certamenes y examenes; para muchos todo gira en torno de estos episodios. Tambien yo pue- do decirles que en la vida del medico existe este mismo tipo de obligaciones, como si fueran los mis- mos tribunales y aun estos se multiplicaran al infi- nito. Es que la vida del medico es un constante rendir examen. Estudiar, aprender, perfeccionarse para rendir el examen en cada minuto, ante cada enfermo. Y es el enfermo, y es uno mismo, el tri- bunal que aprecia si los conocimientos han sido su- ficientes y si la action ha sido oportuna y eficaz. Andando los anos, penetrados cada vez mas del sentido de la responsabilidad, viene uno mismo a constituirse en su propio juez. Y ese tribunal es infinitamente mas rigido y mas severo que cual- quier otro. Las angustias y los agrados de la epoca estudiantil tienen sus equivalentes en la vida del medico. La Universidad les ofrece a ustedes todos los elementos con que cuenta para la mas completa for- mation medica posible entre nosotros. Puedo ase- gurarles, pues soy testigo de ello desde hace mas de veinticinco anos, que su gran tarea es precisa- mente reunir los mayores y mejores medios para que esta formation alcance gran altura. Sin em- bargo, debe destacarse desde ya, que si bien esto es indispensable, en todo caso, es solo uno de los factores necesarios para la formation medica. Mas decisivo para la calidad del futuro medico, es el es- fuerzo individual, el aporte de cada uno de uste- des para llevar a cabo esta tarea compleja de for- mar a un medico moderno. Es necesario que lo graben desde luego en sus mentes, la Medicina se aprende por uno mismo; nadie se la ensena. En la Escuela se Uega al contacto con personas de ma- yor experiencia que sirve a la manera de un guia, de un conductor, de un consejero. Dentro de la Es- cuela se puede apreciar de cerca, en toda su inti- midad, como se realiza por los demas la obra me- dica y cientifica y ello constituye un alto ejemplo. Pero, la solidez de los conocimientos aparece cuan- do uno mismo ha observado los fenomenos natu- rales de la enfermedad y ha seguido el curso de los estudios experimentales y cuando despues de analizarlos se reflexiona acerca de su significado. Es esta la labor fundamental del alumno: actuar por si mismo, realizar trabajo propio para llegar a tener conceptos propios. Es necesario que tengan desde luego, desde este mismo instante, una idea perfectamente clara acerca de esto: en vuestra for- macion medica lo de mayor valor sera la obra per- sonal de cada uno de ustedes. I V D ENTRO DE LA ORGANIZACION DE LA sociedad moderna, el Estadc, por lo menos en la gran mayoria de los paises, ofrece la oportunidad de llegar a la Medicina a traves de la Universidad. La mision de la Universidad es el cultivo de las ciencias, de las artes y de las letras; conjunta- mente, la preparacion de los profesionales que de- ben actuar en las diversas actividades del pais. Por algunos se ha querido colocar en un segundo piano esta actividad universitaria docente y pro- fesional. El cultivo de la ciencia no excluye la obra profesional que reclama la vida nacional. En reali- dad, lo que podria ser secundario estarfa en la for- macion de profesionales de tipo mediocre, sin per- sonalidad, de Indole rutinaria y practica. Pero si se pone verdadero celo, si se despliega todo el fer- vor cientifico necesario para llegar a una alta ca- lidad y rango profesional y como resultado se ob- tiene una persona bien dotada, orientada en un sentido cientifico y tecnico, y se entrega a la Socie- dad un elemento de trabajo, es incuestionable que se ha asegurado en una gran medida un grado de au- mento, de progreso y de difusion de la ciencia. En tal caso la Universidad ha cumplido una alta mision social. Os puedo asegurar que el pen- samiento de la Universidad es llegar a formar de cada uno de ustedes uno de estos elementos de avanzada para la ciencia y para la sociedad. Obedeciendo a una conception amplia y na- tional de su mision, la Universidad, desde largo tiempo, ha tratado de idear la manera de formar un medico para Chile. Con ello cumple un deber ineludible para con la Sociedad, pues se pone en relation con sus urgencias y necesidades. En mas de cien anos ha ensayado diversos metodos, de acuerdo con el grado de adelanto de la Medicina, con las tendencias docentes de cada epoca y en re- lation con los medios de que ha podido disponer. Se incorporan ustedes a la Escuela en los momentos en que se pone en practica una reforma, la mas honda alcanzada en Chile y una de las mas avan- zadas en la America Latina. En efecto, el actual Reglamento General de Ensenanza Medica, promul- gado hace pocos dias por el Rector, y que ha sido el resultado de una larga gestacion, viene a modi- ficar los planes y los metodos de ensenanza hasta ahora empleados. Dentro de estos cambios, esta el incorporar como elemento trascendental, la labor activa y personal del alumno, como el medio mas decisivo y eficaz para su formacion medica. Asisten ustedes a una transformacion de las practicas docentes de la Escuela cuya repercusion sera enorme en el progreso de la Medicina. Y de- bemos destacar que gran parte de este adelanto de- pendera de la colaboracion que ustedes puedan prestarle. Los estudios se han orientado hacia el Hos- pital y hacia su laboratorio. Como en todas las Escuelas modernas, se pretende solo la formacion de un medico con un minimum de conocimientos basicos, los cuales permitiran despues, ya fuera de la Escuela, completar su perfeccionamiento de acuerdo con la orientacion que cada uno dara a su actividad futura. Es una de las fases mas defini- das, a la vez que mas delicadas y dificiles de la ac- cion de la Universidad, o sea, capacitar al alumno para su desarrollo en el porvenir. Les ofrece la Universidad los medios y el ambiente; pero, es el esfuerzo de cada instante lo que determinara vues- tra calidad futura y las posibilidades de un flore- cimiento completo. Inician ustedes un largo cami- no y yo puedo aseguraros,por haberlo vivido, que en todo su trayecto, ante panoramas variados y cambiantes y en muchos de sus infinitos recodos, encontraran mil motivos de estudio, de meditacion y de enormes satisfacciones. En estos instantes lo que esta mas cerca de ustedes son las asignaturas de los primeros anos. Por algunos, injustamente, se ha pretendido que ciertas disciplinas estan un poco demas, como algo fuera de lo necesario para la formacion me- dica. Tal criterio entrana un prof undo error. No se trata de tiempo empleado para completar el pro- grama de un ano, ni de conocimiento o estudios ajenos a la Medicina misma. La formacion medi- ca es una obra hecha de muchas piezas, las que deben ajustar exactamente. La Fisica, la quimica y la biologia, representan grupos importantlsimos de estas piezas. Para llegar a ser un medico bien formado, y es esa la alta mision de la Universidad, es necesario apoyar los conocimientos parciales y especializados, en asignaturas cientificas, amplias y solidas. Aparte de estas cualidades, ya trascen- dentales, ellos representan una gran disciplina mental de caracter preparatorio para un buen des- arrollo de la agilidad intelectual del futuro. Trabajara el alumno desde su ingreso en companla de sus condiscipulos, de los ayudantes y de los Profesores. No podra ser de otra manera, pues la complejidad creciente de la Medicina recla- ma la colaboracion de muchos. Esta cualidad del trabajo en la Escuela la veran ustedes repetirse a cada instante en el futuro. El medico debe traba- jar en colaboracion, en medio de un conjunto de personas, ya gean medicos, auxiliareis y de otro tipo. Es esta tal vez una de las cualidades mas singulares de la vida medica actual, a la cual de- beran adaptarse desde ya. Ya ceso, y ha quedado como un recuerdo historico, el medico aislado. Es esta vida de trabajo en comun una condicion de progreso. Veran ustedes que la vida medica es un constante dar y recibir. Es el sentido de la cola- boracion. V L A ESCUELA QUE LOS RECIBE ESTA LLENA de tradiciones. Ustedes, que en estos instantes co- mienzan a poblar sus aulas, es indispensable que se eercioren de estas cualidades. En el curso de mas de un siglo de una existencia eficaz y laboriosa, sus di- versos periodos son todos dignos de senalarse como un esfuerzo de valor. El decreto de Prieto de 1833 que le dio nacimiento, fue redactado por Andres Bello, Diego Portales y Manuel Montt, como si la conjuncion de estos nombres fuera el augurio de una vida recta y elevada. Colaboraron en sus primeros pasos, algunos Profesores extranjeros que confundieron sus vidas con la Escuela y con la sociedad chilena. No fue- ron elementos de paso ni de accion transitoria. Die- ron lo mejor de sus espiritus y como una magnifi- ca expresion de sus calidades, formaron numero- sos disclpulos. Debemos recordar con especial afec- to a Lorenzo Sazie, companero de Laennec, indica- do por el Gobierno de Francia como el mas ade- cuado para venir a Chile. Trabaja afanosamente en la Universidad, en los Hospitales, en la Beneficen- cia y muere de tifus exantematico en medio de una cruel epidemia. Petit, venido de Paris, Schnei- der, llegado de Berlin y Blest, educado en Edim- burgo, fundan en Chile la Medicina Interna. Phi- lippi establece las ciencias naturales. Thevenot y Lafargue inician la cirugia. A muy poco andar, la Escuela es dirigida por elementos formados en sus propias aulas. Quizas si esta sea una de sus cua- lidades de que mas legitimamente pueda enorgu- llecerse. Y la lista de sus maestros es brillante y numerosa. Todas las inquietudes que la Medicina despierta, durante un siglo, a traves del conjunto de sus maestros, han tenido un eco en esta Escuela y se han difundido por el pais. No es este el mo- mento de realizar un balance de su obra cientifi- ca y docente en forma completa. Nos bastara de- cir que ha sido primordialmente una escuela de clinicos expertos, es decir, de hombres educados y preparados principalmente para el diagnostico y tratamiento de los enfermos, lo que han realizado con una amplia experiencia. En los anos pasados algunas figuras de clinicos adquirieron singular re- lieve; en los ultimos anos la obra de esta Escuela, en un sentido mas amplio y mas moderno ha tras- cendido de sus limites y asi es como desde hace va- rios lustros en las reuniones medicas internacio- nales de nuestra America, ha habido siempre una valiosa contribucion de los hombres de esta Escue- la. Y siempre esta voz se ha escuchado con aten- cion, debido a su caracter reposado, sereno y rea- lista frente a los problemas medicos. Tambien, hombres salidos de esta Escuela han llegado en sus patrias a ser maestros eminentes de otras Facul- tades. Solo nos sera preciso senalar a la considera- cion de ustedes algunos de sus nombres mas nota- bles a fin de que desde ahora les sea habitual su recuerdo. Hay una figura egregia que es la mas grande de los medicos chilenos, a quien mas se le debe por su progreso. Es Joaquin Aguirre, presente en es- piritu en esta sala. Toda su larga vida es un cons- tante afan de trabajo para contribuir al desarrollo de la ensenanza, de los Hospitales, de la accion social y de todo cuanto reporte adelanto en la Me- dicina. Se preocupa de los metodos de ensenanza y conjuntamente forma aquel profesorado de nues- tra Escuela que hace cincuenta anos diera a sus aulas un prestigio no igualado. En la Cirugia descuellan Barros Borgono, Carvallo, Charlin, Amunategui, Valenzuela Baste- rrica y en especial la figura magna de la Cirugia chilena, Lucas Sierra. Cada uno en su epoca, ha sabido realizar su arte y dignificar la profesion y la ensenanza. A su lado encontramos los hombres dedica- dos a la ciencia: Vasquez, Bustillos, Puelma Tup- per, Cadiz, Vicente Izquierdo, Garcia Valenzuela y Teodoro Muhm. La Obstetricia adquiere su gran desarrollo con Sazie, Murillo, Vicencio, Pardo Correa y Zuniga. Las especialidades rapidamente adquirieron un desarrollo muy grande: la Urologia fundada en Chile y en America por E. Moore y la Oftalmologia por Maximo Cienfuegos. La Pediatria brillantemente representada por Boberto del Rio, Calvo Mackenna, Sanhueza y Commentz. La Medicina en sus proyecciones sociales se encuentra personificada en Alejandro del Rio, el fundador de la Higiene cientifica en Chile. La Medicina Interna, expresion maxima de una alta disciplina intelectual, tiene en nuestra Escuela representantes que son parte de sus orgu- llos mas legitimos. Wenceslao Diaz, el primer chi- leno que educado en esta Escuela llega al grado de Profesor de Clinica, desde donde desarrollo una vasta labor docente, hospitalaria y social; le si- guen Isaac Ugarte, el cllnico experto, Octavio Mai- ra, quien se dedica por entero a la Universidad, para despues llegar a dos figuras modernas que han formado la actual generation medica: Daniel Garcia Guerrero y Mauricio Brockmann. Cuando se analizan trozos de la Historia de la Medicina en cualquier pais, es facil advertir que en la evolu- tion de sus diversas ramas, el progreso y perfeccio- namiento que mas demora en aparecer es aquel relativo a la Medicina Interna. Es que se trata de la mas compleja y mas extensa de todas, la que re- clama un mayor grado de trabajo, de esfuerzo, de disciplina y de devotion. Pero, cuando llega a flo- recer, su brillo es tal que centraliza todos los pres- tigios. Esa obra en Chile se le debe a los maestros nombrados y, en especial, a Garcia Guerrero y a Brockmann, a quienes les cupo en suerte actuar en un periodo de gran desarrollo de la Medicina, que ellos supieron ejercer y transmitir con un en- tusiasmo y conviction no igualadas. No es sin emo- tion que recuerdo cada dia los nombres de estos maestros ilustres, que tuve la fortuna de conocer muy de cerca. Y debo nombrar finalmente a dos personajes de nuestra Medicina que han tenido contornos de singular relieve y que han dado a la Escuela un brillo especial. Augusto Orrego Luco,a quien po- demos llamar nuestro Charcot, hombre multiple, que creo entre nosotros la neurologia y a quien se deben grandes iniciativas de orden medico. Fue, ademas, una figura de primera magnitud en la li- teratura, cuyas obras de un estilo purisimo, consti- tuyen obras de arte de gran valor. El otro nombre que debo recordar con inti- mo agrado es uno de los talentos mas poderosos que ha tenido esta Universidad, Jose Ducci. Cere- bro luminoso como ninguno, alterno su inquietud siempre juvenil en la fisica, en la neurologia y en la radiologia y en todas partes su action fue de un progreso decisivo para nuestra Medicina. Esta reunion de nombres, escalonados a tra- ves de cien anos, representa un esplendido conjun- to que significa trabajo, esfuerzo, desvelos y preo- cupaciones infinitas. El elemento dominante co- mun a todos ellos ha sido la seriedad, el trabajo honrado, la consideration superior hacia la Medi- cina y hacia la sociedad y, por encima de todo, la preocupacion por el constante prestigio de la Na- tion. Han sido elementos valiosos, no solo dentro de los limites cientificos y docentes de esta Escue- la, sino, ademas, representan mucho de la parte mas brillante del acerbo cultural de la Republica. Entran ustedes a formar parte de una Es- cuela que tiene una tradicion de trabajo ya cente- naria; que ha sabido hacer frente a enormes difi- cultades y que en medio de gran pobreza, tanto de ayer como de hoy, ha logrado realizar una obra efectiva en bien del progreso de la Medicina y de la salud publica. Son sus hombres, a traves de un siglo, los que han sabido senalar lo que era nece- sario realizar para una obra medica y social de bien general. Los progresos de la higiene en sus di- versos aspectos han sido impulsados por destaca- dos personeros de esta Escuela. Una vez mas debe- mos senalar la obra de Joaquin Aguirre, de Fede- rico Puga Borne, de Alejandro del Rio, de Ramon Corbalan, de Mamerto Cadiz y de Alfredo Dema- ria. Y en estos ultimos anos las llamadas leyes de proyeccion medico-social han sido impulsadas por miembros de su cuerpo docente. La Universi- dad, a traves de esta Escuela, ha sabido compren- der una parte prominente de su funcion social. No es un hecho casual ni fortuito que tal cosa hubiera sucedido, es que toda la Universidad ha sabido planear su vida a gran altura, con un exacto senti- do nacional de sus obligaciones. Basta recordar so- lo los nombres de algunos de sus Rectores para apre- ciar que han colaborado en sus altas labores un grupo de cerebros privilegiados y de voluntades de acero; mas aun, cada uno de ellos, ha constituido un modelo de ciudadano. Es el caso de Bello, de Domeyko, de Huneeus, de Barros Arana, de Va- lentin Letelier. Y como si todo esto fuera poco para integrar la hermosura de este cuadro de gran significa- tion historica, debemos destacar que las generacio- nes estudiantiles han vibrado siempre de acuerdo con la propia modalidad de sus edades y en rela- cion con su completa dedication a la Medicina. Cuando la Republica ha necesitado con urgencia del concurso abnegado de los alumnos para ama- gar una epidemia grave o algun otro trastorno que pone en agudo peligro a la poblacion, antes que el Uamado hubiera sido formulado, los estudiantes, alegres, risuenos y decididos han ofrecido su con- curso generoso, agil, valioso, irremplazable. Y son muchas las veces que este gesto invariablemente se ha producido. Y son muchas las veces, tambien que una nota de dolor ha sublimado la generosidad juvenil. Pedro Videla, muere en la Esmeralda, Ma- cuada cae vlctima de la fiebre amarilla, Salinas y Manterola sucumben de tifus exantematico, y Sa- muel Fernandez perece en un accidente, durante un servicio de la Asistencia Publica. Entran ustedes a formar parte de los hom- bres que viven en un recinto en que nobles virtu- des han sido siempre el guia de sus trabajos. Te- nemos un pasado historico brillante y nutrido. Fe- lizmente, porque una escuela sin historia es algo sin vida y sin alma. Una honrosa tradicion, que es lo ejemplar de la historia, constituye el mejor in- centivo para favorecer las inspiraciones fecundas. Ingresar a esta Escuela y adquirir el compromiso solemne de continuar su desarrollo es un solo acto. La Universidad tiene plena fe en que vuestras pro- ximas actividades aqui dentro, as! como las futu- ras en el campo de la profesion, sea una prenda segura de la continuidad de las hermosas tradicio- nes que adornan la historia de nuestra Escuela. V I H EMOS HABLADO DEL CAMINO DE LA Medicina. Como si fuera una quimera, queremos, en nuestro avance, alcanzar su complete dominio. Cada nuevo paso que damos es un horizonte mas extenso el que tenemos ante nosotros y son mas vehementes nuestros anhelos de dominarlos. Inician ustedes la primera etapa y yo os puedo asegurar que tienen que prepararse para un camino largo y aspero. Representa una serie continuada y no interrumpi- da de esfuerzos, de trabajos, de desvelos y de sa- crificios; significa el veneer dia a dia dificultades grandes y pequenas. Si no nos asiste un espiritu bien templado, es facil que el entusiasmo decaiga o se anule. Primero, el aprendizaje, que es lento y difi- cil, representa la reiteration a diario del ejercicio, de la lectura, del trabajo practico; junto a la edu- cation de los sentidos para saber ver, palpar y aus- cultar. Todo lo cual conduce a la adquisicion de la seguridad, base de la confianza, primero, para uno mismo, despues para el enfermo. En seguida sur- gen otra serie de escollos y dificultades, principal- mente con el medio ambiente en donde con dema- siada frecuencia se encuentra incomprension y fal- ta de apoyo. La preocupacion por la salud no siem- pre ha tenido en los paxses jovenes y de raza latina un rango muy elevado en el medio profano, por lo cual la obra del medico es a menudo difi'cil. Es un camino que no es facil, que no es hace- dero y cuya prolongation cubre la vida del medi- co toda entera. Cuando se tiene bien templada el alma, cuando se ha hecho de la Medicina la razon suprema del motivo de vivir, se siente la absoluta necesidad de llevar la accion medica en un senti- do amplio. Entonces es tambien cuando con mayor fuerza se advierte la resistencia del medio. Deben prepararse para una lucha continuada, silenciosa, que deberan mantener elevada, definida y persis- tente. El pais necesita, y cada dia mas, de esta vo- cation, de esta decision. Las condiciones sanitarias que nos caracterizan, reclaman una accion de este genero. Y el esfuerzo y la directiva de la accion solo pueden tener su punto de partida en la profe- sion medica; hoy, en nosotros, manana en ustedes. Existe un vicio de caracter nacional, en extremo danino, segun el cual una gran mayoria vive en una eterna queja y en aguda critica. Parece como si fuera una verdadera necesidad culpar a alguien de los males que ocurren. En el campo de la Medi- cina, tanto en su accion individual como social, tal circunstancia es de mucho peligro. Ustedes que se inician en este camino deben adquirir el habito de no esperar que la accion venga de otros, de ade- lantarse para realizar cada uno su tarea y que an- tes de formular una queja, un reproche o una pro- testa, es. preciso tener la conciencia de haber reali- zado por si propio todo lo que le corresponde. Es solo entonces, despues de cumplida esta norma, cuando pueden formular una queja, la que adquie- re valor y se reviste de prestigio. Tienen ustedes por delante toda una vida; preparense para cumplir con sus obligaciones, para constituirse en un ejemplo y asx podran exijir de los demas que llenen sus tareas. Que puedan iden- tificarse con el acerado verso de Kipling cuando dice: "Si alcanzas a llenar el minuto sereno con sesenta segundos de un esfuerzo supremo y lo que existe en el mundo en tus manos lo tendras". Desde ya empezar a emplear el tiempo solo en cosas efectivas; es esta la epoca propicia, la mas apta, la mas ductilpara ir adquiriendo en grandes cantidades los conocimientos, la destreza y la ha- bilidad. Durante el recorrido de este largo camino no son raros los desenganos. Pero, nada debe pertur- bar la accion del medico; con coraje superior ten- dra que hacer frente a grandes tropiezos. Se ha realizado hasta aqui un gran progreso; pero, lo que falta es una obra de proporciones gigantescas. Frente a las dificultades, a la accion contraria, se debera retribuir a la sociedad, con una labor levan- tada digna e imperturbable. La alta finalidad de la Medicina no podra entorpecerla nada ni nadie. Nuestro espiritu tendra que estar templado de tal manera que ni la incomprension, ni la ingratitud ni el desprecio podran hacerlo flaquear. Debemos dotar a nuestra alma de aquellas condiciones que llevaron a Confucio a semej aria al sandalo, la her- mosa madera que comunica al hacha que la hiere, una parte de su delicado perfume. V I I L A CONTINUIDAD DE ESTE ESFUERZO, LOS desvelos, tanto trabajo, la tension de una lucha sorda contra el mal y contra la muerte y, a veces, contra el medio ambiente, la trayectoria de este largo camino, seria capaz de producir un quebrantamiento del espiritu si es que no se tiene la seguridad absoluta que habra una compensation completa y amplia. La cosecha de esta larga jornada se deja sentir desde un comienzo y dia a dia se acentua con nxtidos y refinados caracteres. La moneda con que la vida retribuye el esfuerzo constante hacia la Medicina, hacia la colectividad y hacia el projimo es siempre la misma. Esta representada dicha moneda por una retribution del mas puro orden espiritual y den- tro de esta categoria adquiere brillantes y delica- dos matices. Es, desde luego, dominar amplios conocimien- tos; comprender la intimidad y el desarrollo de procesos biologicos interesanti'simos. Este interes se vera acrecentado dia a dia con las contribuciones a su progreso que, venidas de todas partes, surgen a consecuencia de trabajos realizados en medios cien- tificos, universitarios, de hospitales y diversos ins- titutes. Cada dia hay un hecho nuevo que puede rectificar un concepto anterior o agregar un cono- cimiento especial. Esta labor diaria es abundanti- sima y de ello dan cuenta las revistas, memorias, monografias y libros que aparecen incesantemente en todo el mundo. De vez en cuando un gran des- cubrimiento trae consigo una verdadera revolu- cion en los conceptos y provoca en muchas partes estudios especiales. El progreso medico tiene en ta- les circunstancias una enorme velocidad. Tal es el caso de la insulina, los sulfamidados y la penicili- na para senalar solo aquellos fenomenos mas re- cientes y que han tenido una amplia repercusion cientifica y practica. Para una gran mayoria de los hombres de la Medicina es este aspecto el mas atrayente y se con- sidera que el perfeccionamiento cientlfico tan am- plio e incesante no tiene paralelo en otras profe- siones. Si tiene valor para el futuro de ustedes un consejo que yo pueda darles en este instante, les senalo que conflemplen este aspecto superior de la Medicina como un espectaculo realmente apasionante. Por otro lado, e intimamente ligado con lo anterior, en su fase de action, la Medicina lleva a la intimidad del espiritu la satisfaction inmensa de hacer el bien, de servir, de ser util, todo lo cual adquiere mayor importancia porque se trata de un servicio que se presta en un momento dificil y penoso de la vida, como es el trance de dolor. A su paso por la vida, el medico de alma bien puesta, va llenando su espiritu con esta hermosa co- secha, la del panorama cientifico y la de ayuda a los enfermos. Y, sin duda, no hay un mejor premio. La profesion medica, considerada de una ma- nera general puede orientarse en diversas direccio- nes, las que aun pueden mezclarse y confundirse. En primer lugar, hacia la profesion bajo cualquie- ra de sus formas; en seguida hacia la docencia uni- versitaria y, finalmente, dedicarse de lleno a la in- vestigation cientifica. Estas ultimas dos modali- dades no es raro encontrarlas reunidas y es en la Universidad donde tal hecho sucede. Relativo a la Medicina existe un hecho curioso y mas o menos universal. La culmination de la carrera, como una verdadera superacion, es la Universidad, tanto en lo que dice relacion con la docencia como de la investigation cientlfica. Para la mayoria, aspirar a la labor universitaria representa como la maxima compensation. Sin duda, se debe a la gran base cientlfica y a la alta jerarquia intelectual tan pro- pia de la Medicina de hoy. No ocurre lo mismo en otras actividades profesionales en las cuales otros campos de actividad suelen ejercer una atraecion mas poderosa. La dedication a esta noble funcion, realizada con alma bien dispuesta, reserva un genero de agra- do de la mas fina factura, acerca del cual quere- mos reiterarles su importancia. Nos referimos al contacto con hombres superiores de la Medicina y de la ciencia. Aun cuando se ocupe una position mo- desta, cada vez que se llame a las puertas de los espfritus medicos mas refinados, se encontrara fa- cil acceso y el consejo se obtendra siempre gene- roso. Jamas, se los puedo asegurar, dejaran de en- contrar una respuesta cuando interroguen a un hombre dedicado a la ciencia y a la Medicina. El ser medico, el tener un deseo vivo de perfeccionar- se, les granjeara la entrada a cli'nicas, laboratories, hospitales, institutos en todas partes del mundo; en ellos encontraran sabios y trabaj adores esforzados y a traves de ellos podran informarse de todo aque- llo que vuestros espiritus necesiten como conoci- miento y orientation. La vida les demostrara que es una fortuna sin igual alternar con los hombres superiores de la Medicina y ello constituye para nuestro espiritu un apoyo muy grande. No debe el medico buscar ni la gloria, ni la fortuna, ni el reconocimiento publico. Bien es cier- to que suele llegar y la historia muestra ejemplos brillantes. Pero, ello no constituye la norma e inclu- so, cuando ocurre, suele ser un acontecimiento tardio. Es necesario, ejercer nuestra profesion como algo propio, como un deber para consigo mismo. Es necesario ademas trabajar para la Medicina, ha- cerse digno de ella. Lo hermoso de las vidas medi- cas mas importantes, es el afan permanente de dig- nificar el oficio, es esta ansia constante de llegar a un mas amplio y completo dominio de esta ciencia y el trabajo infatigable para procurar su progreso y perfeccionamiento. Hoy como siempre, la Medicina es casi lo uni- co que podriamos decir que no reconoce limites te- rritoriales ni de otra especie. Es que en realidad, todos los trabajadores de la medicina en el mundo, desarrollan su labor para una sola Medicina. Es que en realidad es patrimonio de la Humanidad y no reconoce fronteras, condition social, valla, ni ninguna otra separation humana. En la hora pre- sente, tal situation adquiere un caracter unico. Un gran investigador americano, Hans Zinsser ha dicho con gran precision: "En todas las rivalida- des, odios y desconfianzas mutuas que tienen ate- rrorizado el mundo politico y economico no inter- viene la Medicina. Es la unica actividad que en es- tos anos de trastornos y de revaloracion de ideas e instituciones, no ha tenido necesidad de alterar sus normas o sus aspiraciones. No ha conocido enemis- tades ni ha reconocido fronteras nacionales". Cuidemos todos nosotros de que estas altas cualidades no se modifiquen, sino por el contrario, que sean cada dia mas acentuadas. La Medicina es esencialmente accion. El me- dico posee en su mente y en sus manos los elemen- tos para realizarla. Todo cuanto ha ido paciente- mente acumulando lo otorga, lo entrega, lo pone al servicio de quien lo necesita. Dejarla de inmediato de ser medico quien frente a un enfermo escatime o reste parte de sus conocimientos y recursos tec- nicos. En cuatro direcciones puede orientarse la ac- cion de servir: hacia el projimo,es decir, hacia el enfermo, es el caso particular e individual; hacia la colectividad, lo cual equivale a la accion direc- tamente relacionada con la conservation de la sa- lud publica; hacia la Medicina en si misma, o sea la accion destinada a contribuir a su progreso y, finalmente, la cuarta modalidad de accion es hacia la Nation, a la manera de una obligation moral su- perior e ineludible. A traves de siglos la Medicina ha sido cons- truida con el concurso de aportes pacientemente acumulados. Es la obra de un gran numero de hombres: medicos, biologos, experimentadores, practicos, tecnicos, etc. Para formar su actual con- tenido ha tornado todo lo que le ha parecido util. Fundamentalmente se ha basado en los hechos ex- perimentales, asi como en la observation de feno- menos naturales, tal es el caso de la enfermedad; hecho singularisimo ya que el proceso morbido no es sino una experiencia provocada por la naturale- za. Todo este conjunto de fenomenos espontaneos y provocados los ha analizado, los ha correlacionado y despues los ha considerado en un sentido cienti- fico. En otras palabras, ha razonado acerca de su significado. Ha sido necesario para esto de mucho tiempo y son muchos los hombres que se han ido sucedien- do dedicados a este trabajo. Hoy como nunca el nu- mero de estos hombres es tan grande. Formar en el grupo contemporaneo que tiene a su cuidado el ejer- cicio de la Medicina, obliga de una manera muy ca- tegorica a contribuir a su progreso. No basta tratar a un enfermo o desempenar una funcion en una or- ganization medica. Es necesario que, como fruto de nuestro trabajo, contribuyamos con algo al enri- quecimiento de la Medicina. Para cumplir esta par- te de nuestra tarea no es necesario ni un gran labo- ratorio ni un moderno hospital. Lo indispensable es trabajo, dedication y voluntad firme de realizar una obra util. Desde este instante ustedes entran a for- mar parte del grupo de hombres de la Medicina. Por eso repetimos que es necesario servir a la Medicina, contribuir en la maxima medida de que seamos ca- paces a su progreso, a su perfeccionamiento y a su difusion. Desde cualquier angulo de sus vastos do- minios desde el sitio en que nos encontramos, asi co- mo cualquiera que sean las condiciones y medios que tengamos a nuestro alcance, debemos esforzarnos por contribuir a su progreso. No importa la mag- nitud del avance que se haga como fruto de nues- tro trabajo; lo necesario es que sea efectivo, resul- tado de un esfuerzo honrado, realizado con inteli- gencia y metodo. Es, tal vez, el mas noble y el mas desinteresado de los servicios. De esta manera el medico contribuye a la realization de la constante revision de la Medicina, lo cual constituye la esen- cia de su progreso. Tambien se debe servir a la Nation. La Na- tion o sea la suma de sus componentes humanos y valores morales, intelectuales, cientificos, culturales y arti'sticos. El medico tiene, como nadie, una obli- gation para con este conjunto que es infinitamente mas valioso en el sentido espiritual que geografi- co. Ha conquistado una posicion intelectual de rango gracias a su esfuerzo y es logico que deba actuar tambien en un sentido ciudadano. Pues bien, la Nacion para tener sus valores en forma comple- ta, reclama poseer una Medicina propia, formada por sus elementos y adecuada a sus necesidades. Requiere una Medicina como parte integrante y principal de su patrimonio intelectual, cultural y cientifico. La accion de orden ciudadano reservada para el medico consiste en contribuir al prestigio de su Nacion a traves de su obra en la Medicina. Es demasiado ancho y extenso el campo de esta ac- cion, es tan alta esta obligacion moral que ante si tiene el Medico, que nos parece injustificado en forma perentoria que pueda abandonar este campo y actuar fuera de su radio. Servir a la Nacion des- de la Medicina es una obligacion ciudadana alta- mente honrosa. Concebida de esta manera la vida del medico en la Medicina, en la colectividad y en el conjunto de la Nacion, aparece rodeada de grandes atracti- vos. La Grecia, el permanente ejemplo de los pue- blos civilizados, nos muestra dos aspectos especia- les: un conjunto de cumbres del pensamiento y del arte que viven en medio del pueblo griego, del cual forman parte. Aquellos realizaron obras perfectas y milenarias; pero este, el pueblo, tambien es el autor de una obra que olvidamos. A traves de siglos el pueblo de Grecia fue puliendo la lengua griega hasta hacerla perfecta. As! debemos actuar en Medi- cina. Junto a las cumbres del pensamiento medico, el destino nos tiene reservada una obra en comun, al igual que al pueblo griego; si ponemos interes en ello, podemos tambien, trabajando de conjunto, rea- lizar una obra perfecta en bien de la Medicina. V I I I L A H I S T O R I A D E M U E S T R A D E U N A M A N E - ra meridiana que la Medicina ha seguido de cerca, estrechamente paralela, la curva de las variaciones que ha experimentado el progreso de la civilization. En la Medicina han tenido eco, como en ninguna otra actividad espiritual superior, las diversas tenden- cias que han caracterizado las epocas. Irons, un eminente maestro norteamericano, ha sintetizado este concepto en las siguientes fra- ses: "La historia de la Medicina en cualquier pe- riod©, es la historia de las condiciones contempo- raneas economicas, sociales y politicas. La Medicina prospera en los descubrimientos de otras ramas de las ciencias y a su vez refleja en ellas sus progre- sos similares". Ahora bien; vivimos uno de los pe- riodos mas trascendentales de la vida de la Hu- manidad. Estamos en la vispera de una transfor- macion cuyas proyecciones solo se pueden vislum- brar y ya advertimos sus proporciones gigantes- cas. Lo economico, lo politico, lo social, lo geogra- fico tendra una nueva condition. Bajo el signo de una mayor y mas extensa felicidad humana, indi- vidual y colectiva, se prepara, a traves de una gue- rra dantesca, el mundo de manana. Es necesario, destacar ante ustedes que pisan por vez primera el umbral de esta Escuela, cual sera la situation de la Medicina y de los medicos de manana. £ES posible condensar en un solo concepto los caracteres mas importantes y representatives de la vida de estos anos? Antes de avanzar una respuesta, una comparacion sencilla permitira comprender algo de la complejidad del momento actual del mundo. Durante siglos y hasta hace algunos anos un padre podia delinear con toda seguridad el porve- nir de sus hijos, dirigirlos, orientarlos y distribuir su hacienda. iCuan diferente es hoy! Actualmente no puede hacerlo sino en parte y de manera muy limitada podra influir en el futuro. No sabe lo que ocurrira manana; no puede calcular si lo que hoy aparece como solido, manana tendra el mismo ca- racter. Muchas son sin duda las caracteristicas del momento actual de la vida humana; pero nos pa- rece que una de las mas constantes y universales es la inseguridad y los cambios de todo orden. Las mudanzas de todo genero: politicas, sociales, eco- nomicas, institucionales, de las costumbres, se ad- vierten a cada instante. ^Y en la Medicina? Sus fines — curar a los enfermos y preservar la salud — permanecen in- tactos, inmutables, como hace mil anos. Pero los medios para poner en juego su accion, han varia- do, se estan adaptando a las exigencias de la epo- ca. Muchos creen que se comienza a percibir una nueva modalidad de los medios de accion de la Medicina y, por consiguiente, aparecera en la So- ciedad algo asi como un nuevo tipo de medico. Es imposible en el momento actual contestar afirma- tivamente esta pregunta. En el deseo del hombre para conseguir una mayor felicidad, aparece como un motivo primor- dial el conservar la salud, la salud de todos y, por este medio, asegurar una vida mas larga, mas fa- cil, con menos dolor, con mayor alegria dando am- plio margen al trabajo fecundo y creador. La salud se ha cuidado desde antiguo.En Gre- cia habfa medicos solo dedicados a preservar a sus clientes de las asechanzas del mal. Una hija de Asklepio, el dios griego de la Medicina, era Higea, que protegia la salud y que dio su espiritu y su nom- bre a la higiene moderna. Pero entonces y durante siglos fue solo una oportunidad dejada a la inicia- tiva de cada uno. Conservar la salud es hoy dfa una accion de caracter colectivo, por consiguiente, un deber del Estado, porque los pueblos tienen el derecho a la salud. Una de las claras relaciones en- tre la sociedad moderna y la Medicina, es la exi- gencia de usar todos los medios descubiertos por la ciencia y que la tecnica ha hecho posible para la conservacion de la salud y retardar cuanto se pueda el advenimiento de la muerte. El Estado moderno ha concebido una verda- dera organizacion destinada exclusivamente a esta elevada funcion. Dentro de ella, el medico, elemen- to tecnico de formacion altamente cientifica, repre- senta lo mas importante. La Constitucion Politica de Chile de 1925 establece que la atencion de la salud publica es funcion preferente del Estado. Deben saber ustedes en forma definitiva que les tocara actuar en la sociedad de manana, en me- dio de una organizacion distribuida en toda la ex- tension de la Republica y, por medio de la cual, el Estado, a traves de sus numerosos organismos, pro- cura conservar la salud de los habitantes. Podran te- ner mucha o poca participation dentro de tales acti- vidades, pero la vida medica en Chile esta ya firme- mente ligada a estas organizaciones, que incluye la Beneficencia Publica, para la atencion de los enfer- mos, el Servicio Nacional de Salubridad encargado de la Higiene Publica; el Servicio Medico Nacional de Empleados y el Servicio Medico de la Caja de Se- guro Obligatorio, cuya accion mixta de atencion de enfermos y de cuidado colectivo de la salud, se ex- tiende sobre el medio obrero y sobre los grupos de empleados. Ademas, los Servicios de Protection de la Madre y el Nino, cuya finalidad es modificar la terrible situation sanitaria en que se encuentra la ninez en Chile. Organismos tecnicos en los cuales el medico es el orientador y realizador y, ademas, es el res- ponsable de su funcion y eficiencia. Cuantiosas su- mas de dinero se dedican para esta accion. Ante el juicio de la opinion publica, la profesion medica debe responder del buen uso de este esfuerzo co- lectivo. Con enfasis repetimos ante ustedes que el medico debe tener una clara actitud ciudadana; de- be saber comprender que el complicado engranaje de la sociedad moderna le tiene asignado un rol de accion y de responsabilidad, directamente rela- cionado con el prestigio de la Medicina y de los medicos. No piensen ni por un instante que haran en el futuro una vida realizando una labor inde- pendiente, que fue una de las caracteristicas de los tiempos pasados. El medico de hoy es un elemen- to muy importante para que reste su concurso a la funcion social del cuidado de la salud. En el sitio que el destino le ha asignado, actua dentro de un conjunto grande de colaboradores. Los que traba- jan por la salud son muchos; entre ellos, hecho curioso, el medico representa la proportion nume- rica menor. A su lado existen las enfermeras, los au- xiliares, los empleados de Servicio y, en otro or- den, los elementos administrativos, cuya funcion, dentro de la organization, cada dia aparece mas importante y especializada. En Estados Unidos hay 125 mil medicos y el numero de que con ellos co- laboran en el cuidado de la salud sube de 500 mil. Entre nosotros, en los diversos servicios medicos del Estado, se consulta una capacidad para 3138 medicos, sin contar con las Fuerzas Armadas — y el numero de los no medicos que colaboran ascien- de a 20.934 —. En los EE. UU. la proportion de los medicos es el 18% y en Chile es del 13%. Son estas condiciones impuestas por la vida actual a la accion de la Medicina, lo que ha hecho pensar a muchos si no se esta ya plasmando un nuevo tipo del personaje central de nuestra pro- fesion medica. Ante el deseo de ustedes de dedicarse a la Me- dicina, me obliga, como antiguo alumno de esta Es- cuela a exponerles en mi calidad de Profesor, co- mo estimo que ustedes deben enfrentar el porve- nir. Hablamos hace un momento que la vida me- dica consta de dos etapas, la de la Escuela y la del medico. Sabemos por otra parte que los tiempos que vivimos estan llenos de todo genero de mudan- zas y de cambios y este conocimiento nos impide anticipar lo que podra ocurrir en la actividad me- dica de los anos futuros. Pero estamos en condicio- nes de asegurarles, sin el menor temor a equivocar- nos, cual debe ser el temperamento, la conducta, la actividad de ustedes a su paso, durante algunos anos, por esta Escuela. Esta norma no es singular ni propia de ustedes: es comun para todos los es- tudiantes de Medicina del mundo. La organizacion que cuida la salud de una comunidad, de una ciudad o de una Nacion, se rea- liza sobre la base del hombre que se consagra a la Medicina. Muchos factores contribuyen al exito de esta gestion, pero uno es indiscutible: la alta cali- dad del medico. Vivimos en un pais pobre, en el cual todo se desarrolla con esfuerzo. Nuestra geo- grafia, que es el substrato de la belleza incompa- rable de nuestro paisaje, opone una recia dificul- tad para toda obra de progreso. Nuestra Universi- dad, con recursos limitados, procura poner al ser- vicio de sus altas funciones cientificas y docentes, todo cuanto tiene. No es mucho, si pensamos en la cuantia de las necesidades; pero si es mucho si mira- mos cuanto es de lo que puede disponer. Ahora bien, nosotros todos, los alumnos y los profesores por igual, tenemos que hacer rendir este esfuerzo uni- versitario al maximo. Lo unico que puede determi- nar una verdadera multiplication de estos medios es nuestro trabajo, el trabajo en comun; la obra minu- ciosa, paciente, cuotidiana de cada uno de ustedes y de cada uno de nosotros. Para alcanzar esta forma- tion de alta calidad es necesario templar bien el es- piritu. Cada uno de ustedes es el responsable de vuestra propia formation. El cumplimiento de todas las obligaciones, el trabajo, el estudio, la observation atenta y juiciosa en el Laboratorio y en la sala de Hospital, la reflexion serena de cuanto se ha oido, de aquello que se ha visto, de lo que se ha escu- chado, van formando la personalidad del medico; y todo ello es obra estrictamente personal. La ba- se del exito de la action futura esta en el conj un- to de los conocimientos adquiridos en la Escuela. Para ello es necesario el trabajo ininterrumpido. Recordemos una vez mas las hermosas palabras de Blest. Debemos tener el temor de que el tiempo pa- se sin haber cumplido cada uno de nosotros la tarea. Shakespeare exclama de que se "debe buscar un medio poderoso para hacer la guerra a ese tirano sanguinario que es el tiempo". Pues bien, es este genero de trabajo paciente e ininterrumpido lo unico que puede contrarrestar la aecion del tiempo que pasa. Deben disponerse para aprovechar hasta el ultimo minuto de cada dfa, en esta tarea enorme, pero posible, de obtener la propia formation, de detallarla en sus multiples aspectos cientificos, tecnicos y culturales, dentro de un fondo profunda- mente humano, sensible para el dolor ajeno, que pa- ra el medico de verdad y de temple, es, ademas, el propio dolor. No malgastemos las horas del dia en cosas inutiles, tengamos presente que el tiempo es la substancia de que esta hecha la vida y repa- remos en aquella frase de Goethe: "iOh! Jovenes, tcdavia no saben ustedes el precio del tiempo". I X P ASADOS LOS AnOS DE LA ESCUELA, QUE hoy les parecen muchos y despues se sorprenderan de euan breves han sido, iniciaran sus tareas futuras. Pues bien, es necesario que tengan una clara concien- cia que en los anos venideros vuestras actividades se mezclaran con el futuro de la Medicina. Seran los artesanos de la Medicina de manana.Vuestra res- ponsabilidad esta senalada por los progresos que la Medicina ha alcanzado hasta ahora. Midamos los resultados de este progreso en algunos de sus as- pectos. La investigation clinica y experimental ha vencido, gran parte de las enfermedades infeccio- sas. Una enfermedad tomada como ejemplo les de- mostrara la gran eficacia de la Medicina. La me- ningitis cerebro-espinal epidemica en 1910 tenia un promedio de mortalidad del 80% y buen por- centaje de los que salvaban no quedaban comple- tamente sanos. En 1935, con el advenimiento del suero especifico, la mortalidad baja al 30% y los que curan lo hacen completamente. Pocos anos des- pues, 1942, con la aparicion de los preparados sul- famidados la mortalidad es apenas del 5%. Toda- via mas; con la aplicacion de esta misma droga en cantidades pequefias, a txtulo preventivo, en grupos de la poblacion expuestos a contagios, se ha logrado impedir la aparicion de brotes epidemi- cos. Una Medicina cientifica bien organizada, des- vio el curso natural de una enfermedad grave en extremo. Dos pequenos ejemplos de otro orden. Una apendicitis operada en 1912 demoraba veinte dias en curar; en 1945, solo se requieren diez dias. El promedio de vida de un diabetico antes del uso de la insulina era de 44 anos; ahora, con el uso de esta droga, es de 65 anos. Veamos ahora un aspecto mas amplio y tome- mos como ejemplo nuestra experiencia nacional. A raiz de la primera Guerra Mundial la Medicina experimento un progreso muy grande; tanto en su aspecto de realization practica en todas las ramas en que se divide, cuanto en el desarrollo de la in- vestigation cientifica. Parece que frente al espec- taculo de tanta muerte hubiera aparecido en el es- piritu de los hombres una tendeneia para extremar los cuidados de la salud. Este progreso ha tenido en Chile una reper- cusion bien senalada. La intensidad del trabajo medico, la mayor extension de muchos organismos, la creation de nuevas instituciones y, en forma muy importante, la obra de esta Universidad capa- citando a un gran numero de jovenes para ejercer las funciones medicas, ha dado como resultado una modification en las condiciones generales sanita« rias del pais. En verdad, solo se trata de la initia- tion de una obra de gran desarrollo en la cual ustedes manana tendran parte activa y responsa- ble. De esta obra colectiva ya se advierten resulta- dos notables. Hasta 1925 la mortalidad general del pais era de 27 por mil. Pues bien, consecuencia di- recta de esta mayor y extensa accion de acuerdo con una Medicina mas adelantada, en 1943, el coefi- ciente de mortalidad desciende al 19 por mil. La obra es fundamentalmente medica, pero, ademas, actuan otros factores paralelos en relation princi- palmente con el saneamiento de las condiciones de vida de la poblacion. La mortalidad infantil de Chile, uno de los aspectos mas sombrios y tristes de nuestra vida na- tional, ha oscilado en un lapso de 30 anos — 1905- 1935 — en una enorme cifra que oscila entre 250 y 300 ninos que mueren, por cada mil que nacen vi- vos. Durante estos ultimos anos y en especial des- de 1934-35 tanto en la Beneficencia, la Caja del Seguro Obrero, el Servicio Nacional de Salubridad, asi como numerosas otras instituciones, existe una gran preocupacion destinada al cuidado y protec- tion de la madre y del nino, principalmente en el medio obrero, el mas castigado. Ya se destacan los resultados. En 1943, en 8 anos de una labor coordi- nada y efectiva, hay una disminucion a la cifra de 194 por cada mil, o sea, que gracias a estas medi- das, por cada mil ninos que nacen vivos, se recu- peran alrededor de cien de los que antes morian. Podrfamos decir que al cabo de algunos anos, la ac- cion de la Medicina, ejercida en un sentido preven- tivo, ha entregado a la Sociedad alrededor de unas doscientos cincuenta a trescientas mil vidas, cuyo conjunto puede formar una ciudad de las dimensio- nes de Valparaiso. Hemos destacado algunos grandes progresos observados en Chile, los cuales tienen un alto sig- nificado si se toma en cuenta que se trata de un pais joven y pobre; mas aun en el que su extrana geo- grafia, hace muy dificil obras de esta naturaleza. En naciones de gran progreso y de enormes recursos, tal es el caso de los Estados Unidos, los metodos de la higiene moderna, aplicados en forma amplia y continuada, han traido consigo un cambio notable en las condiciones de vida. La Medicina ha sido un fac- tor poderoso para felicidad de los hombres. Es in- dispensable que sepan ustedes con toda claridad, que la Medicina ha indicado los principios y la tec- nica para realizar las obras de saneamiento. Deben saber tambien que su aplicacion es dificil, que se tropieza siempre con grandes dificultades, entre ellas el factor economico. Es a la luz de estas cifras que podemos decir que el progreso de la Medicina ha sido enorme. Pero, vemos que son aun grandes y difxciles los problemas que aguardan su solution. La nomina de las enfermedades ante las cuales la Medicina es impotente es todavia de proporciones considerables. Las enfermedades que afectan a la circulation de la sangre; el cancer, con todas sus grandes incogni- tas, los trastornos mentales, son entre otros, gru- pos de importantes y frecuentes enfermedades que constituyen un desafio a la ciencia y a la profe- sion. Ante el progreso y los triunfos de la Medici- na, el publico se hace con gran frecuencia la pre- gunta de si desapareceran las enfermedades, de si el hombre podra verse algun dia libre de males y si el termino de la vida no seria sino al cabo de largos anos, el lento y apacible declinar de las fun- ciones organicas. En un futuro, quizas muy lejano, es posible que un hecho semejante pudiera ocurrir. En nuestra epoca el problema se nos presen- ta de la siguiente manera: por accion mas extensa de la Medicina se reconoce a un mayor numero de enfermos, los que antes eran ignorados; por otro la- do, un mayor numero de personas recurren al con- tacto de la Medicina. En cincuenta anos, el nume- ro de enfermos que se atiende se ha multiplicado en forma fabulosa. Cada dia hay mas medicos, mas es- tablecimientos de atencion medica y cada dia hay mas pacientes que quedan al margen de la Medici- na por falta de una cama en el Hospital y de un me- dico que los atienda. Todo esto en cuanto al fenome- no de volumen de pacientes. Ahora en cuanto a las caracteristicas de los procesos en si, ha existido un gran cambio. La mayoria de los procesos se descu- bren en una epoca muy temprana de su desarrollo y en su mismo desarrollo se conocen de una mane- ra mas amplia. Muchas enfermedades ya no exis- ten; pero ha habido un reemplazo de ellas por pro- cesos antes ignorados. Entre los agrados que el futuro aguarda pa- ra ustedes estaran los descubrimientos que tiendan a solucionar algunos de estos problemas. Aquella parte que representa lo actual, realizandose en forma eficaz y aquella otra que es el programa del futuro, confieren al panorama completo de la Me- dicina, un brillo tan singular como nunca antes lo habla presentado. Felices mil veces ustedes que se inician en la Medicina en un instante en que la ciencia adquiere un rango no igualado. X F RENTE A UN ENFERMO, EN MEDIO DE LA colectividad y en el conjunto de la Nation, la perso- nalidad del medico aparece rodeado de una condition especial y unica. Recibe de parte del enfermo o de la sociedad el encargo de cuidar su vida. Hay tacitamente un acto de entrega de la propia exis- tencia, que se hace posible solo por la confianza que el medico inspira. Es que hay un lazo impon- derable, altamente psicologico, que se extiende en- tre el medico y el enfermo. Cuidemos de esta deli- cada union y frente a esta manifestation de con- fianza, sepamos que el medico debe responder con el alto sentido de la responsabilidad. Su unica ba- se se encuentra en su preparation medica y su con- dition moral. Confianza por un lado, y responsabilidadpor otra; obliga al medico a realizar toda su vida, den- tro de un tono superior de austeridad, de seriedad, y de una permamente dedication a su trabajo. Su personalidad debe irradiar un claro destello de au- toridad cientifica y moral. A tal altura se Uega so- lo con una vida de trabajo y con un reiterado esfuer- zo de la voluntad. A nadie que lo desee sincera- mente le esta impedido llegar a esta situation. La autoridad cientifica la obtendra conside- rando a la Medicina como una ciencia y actuando en ella de acuerdo con este criterio. Debe tener presente que "la investigation cientifica seguira siendo siempre la rica fuente que proporciona al medico ideas, metodos y tecnicas cada vez mayores para la protection de la salud y para la lucha con- tra la enfermedad" (Siegerist). En el Siglo 18 se llamo en Francia a los medicos los hombres del arte. Es logico que hoy de acuerdo con la orienta- tion moderna se les llame los hombres de la ciencia. Desde antiguo, en la personalidad del medico ha tenido trascendencia su prestigio. Los medicos griegos, en ausencia de txtulo, valian mas que nada por la reputation que la poblacion les reconocia. Y este prestigio se basaba en la seguridad con que el medico predecia el curso de una enfermedad, es decir, el pronostico de cada enfermo. Hay una con- cordancia perfecta en la conducta del pueblo grie- go cuando acudia a sus oraculos para conocer el fu- turo, como para apreciar la calidad del medico, quien actuaba a la manera de un oraculo frente al curso de una enfermedad. El prestigio del medico pone en tela de juicio el prestigio de la propia Me- dicina, y es nuestro deber cuidar de lo uno y de lo otro. La autoridad moral del medico se desprende del sentido de su honradez; honradez directamen- te relacionada con el servicio que se hace al eiifer- mo, a la sociedad, y a la Nacion. Debe tener la su- ficiente entereza y seguridad para decir lo que sa- be y lo que puede hacer; asi como debera ser sin- cero para decir lo que no sabe y que no le es posi- ble hacer. Cuando se ha realizado una vida entera de trabajo y cuando, frente a un enfermo o ante la sociedad, no conoce la manera de solucionar un problema, el buen medico debe decir claramente no se. Lo demas es engano. Y en el sentido de servicio de la Medicina, el engano es la negacion de todas sus excelencias. Forma parte integrante de estas cualidades del medico su fondo de cultura general, lo que ca- da dia aparece como mas necesario. Es necesario saber mucha Medicina; pero es urgente estar orien- tado en un sentido general. Ortega y Gasset ha pre- venido contra esta falta de preparacion general sena- lando que en tal caso se produce una personalidad deforme, constituyendose un barbaro que sabe mu- cho de una sola cosa. Es seguro que las ideas gene- rales ayudan enormemente el trabajo intelectual; pero, quizas si en ninguna otra parte su concur- so sera mas imperioso que tratandose de este complejo ejercicio intelectual que es desentranar la esencia del mal que aqueja a un enfermo y la manera de combatirlo. Dentro de la consideration de estas ideas ge- nerates el estudio de la Historia de la Medicina, en todos sus multiples aspectos, adquiere para la for- macion intelectual del medico, un rango no supe- rado. Es un hecho notorio en todos los tiempos y en todos los paises, que el exito no siempre acom- pana a esta larga jornada. Muchos factores, y de muy diversa indole pueden influir en su determi- nation. No podemos entrar en su detalle ni en su discrimination. Plero, es nuestra obligation indi- car las condiciones que puedan asegurarlo. La ca- lidad del trabajo y la cuantia del enfermo sin du- da que representan su maxima garantia. Pero hay una condition sin la cual el exito no aparece. Es la fe, profunda y autentica, en la Medicina. No es el triunfo patrimonio de los escepticos; lo es de aque- llos que creen verdaderamente en su indole cien- tifica, en su alta mision, en la utilidad de sus me- todos, en la eficacia de sus medidas individuales de tratamiento y en las colectivas de prevention de las enfermedades. En ellos el exito es constante y seguro. Ante el enfermo y ante la sociedad, el medi- co aparece dotado de poder casi sin limites. La vi- da del paciente y la salud de la poblacion estan en sus manos. Pero debemos recordar que estos pode- res tienen un doble y poderoso control; la propia conciencia y la sociedad. Ambos son siempre justos y ambos suelen ser crueles en extremo. Usemos de estos poderes con la maxima discretion. X I £ N HERMOSA GRUTA DE UNA PEQUENA isla escondida en el mar jonico, la ninfa Calipso, la divina entre las diosas, retiene a Odiseo, del linaje de Zeus, largo tiempo separado de su reino situado en la distante isla de Itaca. Una voz interior, el cla- ro llamado del deber, junto al conjuro de los dioses del Olimpo, obligan al heroe a que inicie el retorno a sus lares y construye con sus diestras manos su pro- pia balsa. No le detienen ni la amenaza del rayo, ni el anchuroso mar; conocedor de todos los peli- gros, inicia su regreso seguro de alcanzar una alta recompensa que llene su espiritu placentero y jus- to. Muchos dias y muchas noches lucha contra la furia implacable de los elementos, hasta que una manana, iluminada por un sol radiante, divisa a lo lejos los umbrosos montes del pais de los feacios y entre ellos se destaca un grupo de grandes arboles cuyo perfil, recortado contra el claro cielo, adquie- re los contornos de un escudo, que emergen del sombrio ponto. El destino ha querido que encontra- ra una tierra fecunda y fertil en donde apoyar se- gura su cansada planta y una sombra amable y ti- bia donde reparar las fuerzas de la larga jornada. Solo la fe, la voz interior del deber, pudieron guiar su ingenio, dar vigor a sus musculos y superar su cansancio. Que los halagos de la vida, como la diosa Ca- lipso, no nos retengan apartados y distantes de nuestro deber y que un coraje sereno y decidido, al igual que a Odiseo, nos de la fortaleza necesaria pa- ra proseguir, como a traves de un ponto tempes- tuoso, nuestra accidentada ruta, seguros, tambien, como el heroe griego, que veremos dibujarse sobre un horizonte luminoso, un hermoso escudo como el simbolo de nuestra tarea cumplida, la que hemos Uevado a cabo con nuestras propias manos. Sabe- mos que la ruta es ardua, pero tambien sabemos que su termino se alcanza y es digno del esfuerzo y sacrificio. Viven ustedes los dias felices de la ju- ventud, todos matizados con alegria y optimismo, en donde el trabajo se realiza como una esponta- nea expresion del espiritu. Conserven como un de- licado tesoro estas condiciones y que ellas permi- tan rodear vuestra obra futura con el tono risueno que hace facil la vida y poner en el transcurso de cada dia y en la ejecucion de cada acto el sello de vuestros espfritus y puedan de esta manera decir como Socrates: "Y yo que hago gala de hacer las cosas solo por amor". I M P R E S O E S P E C I A L M E N T E PARA LA UNIVERSIDAD DE CHILE E N L O S T A L L E R E S DE I M P R E N T A Y L I T O - GRAFIA DE J O S E S T A N L E Y N. M O N - J I T A S Q U I N I E N T O S ONCE, SANTIAGO DE C H I L E .