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EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA CONTABILIDAD DE COSTOS 
Si bien se trazan los inicios formales de la contabilidad general como se conoce al 
siglo XV con Luca Pacioli y el principio de la partida doble, el tratamiento más formal y 
menos intuitivo de los costos tiene un auge un poco posterior. No es menos cierto que 
para esta misma época ya existían dueños de negocios que la empleaban en su forma 
más fundamental: llevando cuenta de los costos directos en los que incurrían, es decir, 
contabilizando el costo de adquirir la materia prima para sus productos y la mano de 
obra directa para pagarle a los artesanos que los realizaban. 
Se estima, según recogió Garner (1947), que este primer uso efectivo en la 
contabilidad de costos viene de los productores de madera a finales de dicho siglo, que 
afectados por las limitaciones que imponía el gremio, abandonaron las ciudades y 
ocuparon los pueblos fundando comunidades industriales donde la misma competencia 
entre productores llevó a que el monitoreo de los costos en los que incurrían pasaran 
de ser algo secundario a una herramienta fundamental para ser exitosos y destacarse 
entre los demás. En términos generales, señala el autor que la adopción de sistemas o 
métodos capitalistas a mayor o menor escala a través de la historia estaba usualmente 
ligada a un desarrollo casi inmediato de nuevas o mejores prácticas contables. 
El siguiente paso importante según sintetiza Lavolpe (s.f.), es ya para la época de 
la revolución industrial, casi 200 años después y en particular entre Inglaterra y Francia. 
Con el establecimiento de grandes fábricas trabajando a ritmos mucho mayores y de 
procesos productivos más complejos se entendía la necesidad de contabilizar otros 
elementos que también tenían repercusión en el valor total de lo que se estaba 
produciendo. En este sentido, se empezó a teorizar sobre los costos y se comenzaron 
a emplear libros auxiliares donde se registraban otros elementos relacionados al 
proceso productivo con mayor detalle. 
Es comprensible que, en un inicio, la determinación de los costos de producción no 
era complicada pues las fábricas solían ser monoproductoras. A medida que las 
mismas fábricas comienzan a diversificar su producción, se fue comprendiendo la 
utilidad de hacer seguimiento contable a sus procesos. Originalmente se sumaban 
todos los costos incurridos en el año y se dividían entre el total de la producción. Luego 
se redujeron los períodos de años a meses, y se acumulaban costos de forma manual 
durante los procesos productivos. 
Progresivamente se fue explotando la utilidad de la contabilidad de costos. 
Notoriamente, en Estados Unidos e Inglaterra se desarrollaron conceptos como formas 
de distribución de los costos indirectos de fabricación, la inserción de las partidas de 
costos dentro de la contabilidad general, formas de estimación de costos directos 
futuros y la presentación de informes desprendidos de la información de la contabilidad 
de costos. 
A partir de allí, fueron dos importantes crisis las que dieron paso a los siguientes 
avances cruciales en la contabilidad de costos: la Gran Depresión estadounidense, y 
los daños de la segunda guerra mundial sobre Japón. Con respecto a la primera, la 
crítica situación económica catapultó el papel de los costos como un mero sistema de 
establecimiento de precios a una herramienta de planeación que permitía anticiparse a 
determinados acontecimientos económicos para poder sacarle el mayor provecho a la 
estancada economía que se vivía. 
Por otro lado, en Japón se introduce el concepto de los costos de calidad durante 
los trabajos por recuperar al país del desastre post-guerra. Comienza a adoptarse un 
nuevo principio industrial: la perspectiva de cómo la adecuada gestión de los costos 
implica una inexorable tendencia a la mejora de la productividad y dominio del 
mercado. En este sentido, comparte Valenzuela (2016) que la idea por la cual la 
disminución de los costos está vinculada al hecho de conquistar el mercado es porque 
se logra un nivel de competitividad superior al disminuirse los costos por reprocesos, 
por retrasos, por empleo excesivo de equipos y por consumo adicional de materiales, 
traduciéndose esto en mejor calidad y menor precio, pudiéndose abordar más trabajo y 
mejorando las probabilidades de permanencia en marcha del negocio. 
El refinamiento de las prácticas comerciales y contables conlleva a la aparición de 
los costos estándar y los costos predeterminados. Así mismo, a raíz de las nuevas 
complejidades administrativas, se emplean los costos como medida de control 
administrativo para monitorear el desarrollo y efectividad de las operaciones. Se 
emplean presupuestos como herramientas de planificación y control. 
Señalan Cunagin y Stancil (1992) que también es cierto que para la época se 
consideraban las estructuras y métodos de gestión de costos secretos corporativos y 
que muchas de las ideas innovadoras para la década quizás permanecían solo en 
manos de quienes las desarrollaban. Quizás por esto es que los siguientes grandes 
avances no son tan prolíferos como sí lo era el uso de la contabilidad de costos en sí, 
sino que lo fueron porque trascendieron de manera sustanciosa el campo. Estos 
fueron, en primer lugar, los costos ABC –donde cada costo está directamente vinculado 
a la actividad que le dio origen–, y la integración contable-administrativa en las 
empresas gracias a los sistemas de información. 
Sobre esta última, señala Lavolpe (s.f.) que así como se emplearon sistemas 
informáticos para las compras, remuneraciones, inventarios y otros procesos, también 
se crearon softwares dedicados netamente a la gestión de costos. La aplicación cada 
vez más intensiva e integrada de estas herramientas se conjuga bien con los preceptos 
de calidad y productividad, puesto que cada vez requerían las compañías información 
más veraz, detallada y, más importante aún, al instante. 
REFERENCIAS 
Cunagin, C. y Stancil, J. (1992). Cost Accounting: A History of Innovation. The 
Upsilonian, 4. Recuperado de: https://www.ucumberlands.edu/downloads/academic 
s/history/vol4/CunaginStancil92.html 
 
Lavolpe, A. (s.f.). Los sistemas de costos y la contabilidad de gestión: pasado, presente 
y futuro [versión en línea]. Buenos Aires. Recuperado de: http://eco.unne.edu.ar 
/contabilidad/costos/VIIIcongreso/156.doc 
 
Garner, P. (1947). Historical Development of Cost Accounting. The Accounting Review, 
22, 385-389. Recuperado de: http://www.jstor.org/stable/239679 
 
Valenzuela, L. (2016). Los costos de la mala calidad como quinto elemento del costo: 
aproximación teórica en la gestión de la competitividad en medio de la 
convergencia contable. Revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la 
Universidad Militar Nueva Granada, 24, 63-84. http://dx.doi.org/10.18359/rfce.1622

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