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Capítulo 3 Método y teoría en antropología cultural 67 datos cuantitativos y emplean estadística para interpretarlos (vea Bernard, 2006; Bernard, 1998). La información cuantitativa puede permitir una valoración más precisa de las similitudes y dife- rencias entre las comunidades. El análisis esta- dístico puede apoyar y redondear una descrip- ción etnográfi ca de la vida social local. Sin embargo, en los mejores estudios, perma- nece el sello distintivo de la etnografía: los antro- pólogos entran a la comunidad y logran conocer a la gente. Participan en actividades locales, redes y asociaciones en la ciudad, pueblo o área rural. Ob- servan y experimentan las condiciones y proble- mas. Observan los efectos de las políticas y pro- gramas, nacionales e internacionales, sobre la vida local. El método etnográfi co y el énfasis en las re- laciones personales en la investigación social son valiosas aportaciones que la antropología cultural ofrece al estudio de cualquier sociedad. TEORÍAS ANTROPOLÓGICAS A LO LARGO DEL TIEMPO La antropología tiene varios padres y madres. Los padres incluyen a Lewis Henry Morgan, sir Edward Burnett Tylor, Franz Boas y Bronislaw Malinowski. Las madres abarcan a Ruth Benedict y especialmente a Margaret Mead. Algunos de los padres pueden clasifi carse mejor como abuelos, pues uno, Franz Boas, fue el progenitor intelec- tual de Mead y Benedict, y dado que lo que ahora se conoce como antropología boasiana surgió principalmente en oposición al evolucionismo del siglo xix que practicaron Morgan y Tylor. Mi meta en el resto de este capítulo es sondear las principales perspectivas teóricas que han ca- racterizado a la antropología a partir de su naci- miento en la segunda mitad del siglo xix. Las perspectivas evolutivas, en especial las asociadas con Morgan y Tylor, dominaron la antropología temprana. El comienzo del siglo xx atestiguó va- rias reacciones al evolucionismo del xix. En Gran Bretaña, funcionalistas como Malinowski y Al- fred Reginald Radcliffe-Brown abandonaron el historicismo especulativo de los evolucionistas en favor de estudios de sociedades vivas contem- poráneas. En Estados Unidos, Boas y sus segui- dores rechazaron la búsqueda de etapas evoluti- vas en favor de un enfoque histórico que rastreara los préstamos entre culturas y la difusión de ras- gos culturales a través de áreas geográfi cas. Fun- cionalistas y boasianos por igual vieron a las cul- turas como integradas y estructuradas. Los funcionalistas en especial observaron a las socie- dades como sistemas en los que varias partes tra- bajaban en conjunto para mantener el todo. Hacia mediados del siglo xx, tras la Segunda Guerra Mundial y el colapso del colonialismo, se reavivó el interés por el cambio, incluidos nue- vos enfoques evolutivos. Otros antropólogos se concentraron en la base simbólica y la naturaleza de la cultura, y usaron enfoques simbólicos e in- terpretativos para descubrir símbolos y signifi ca- dos estructurados. Hacia la década de los ochenta, los antropólogos tenían más interés por la relación entre cultura e individuo, y el papel de la acción humana (agencia) en la transformación de la cul- tura. También hubo un resurgimiento de los enfo- ques históricos, incluidos los que veían las cultu- ras locales en relación con el colonialismo y el sistema mundial. La antropología contemporánea está marcada por una creciente especialización, con base en temas e identidades especiales. Como refl ejo de esta especialización, algunas universi- dades se alejaron de la visión holística biocultural de la antropología que se refl eja en este libro. Sin embargo, la visión boasiana de la antropología como una disciplina de cuatro subcampos (bioló- gica, arqueológica, cultural y lingüística) man- tiene su presencia en muchas universidades. Evolucionismo Tanto Tylor como Morgan escribieron libros clási- cos durante el siglo xix. Tylor (1871-1958) ofreció una defi nición de cultura y la propuso como un tema que podía estudiarse científi camente. Entre los principales libros de Morgan destacan: Ancient Society (1877-1963), The League of the Ho-dé-no-sau- nee or Iroquois (1851-1966) y Systems of Consanguin- ity and Affi nity of the Human Family (1870/1997). El primero fue un trabajo clave sobre evolución cul- tural; el segundo resultó una etnografía temprana y el tercero fue el primer compendio sistemático de datos transculturales acerca de sistemas de ter- minología de parentesco. Ancient Society es un ejemplo clave del evolu- cionismo del siglo xix aplicado a la sociedad. Mor- gan supuso que la sociedad humana evolucionó a través de una serie de etapas, que llamó salva- jismo, barbarie y civilización. El salvajismo y la barbarie las dividió a su vez en tres subetapas: sal- vajismo inferior, medio y superior, y barbarie infe- rior, media y superior. En el esquema de Morgan los primeros humanos vivieron en el salvajismo inferior, con una subsistencia basada en frutos y nueces. En el salvajismo medio la gente comenzó a pescar y ganar control sobre el fuego. La inven- ción del arco y las fl echas inauguró el salvajismo superior. La barbarie inferior inició cuando los hu- manos comenzaron a elaborar alfarería. La barba- rie media en el mundo antiguo dependió de la domesticación de plantas y animales, y en Amé- rica de la agricultura de irrigación. La fundición y el uso de herramientas de hierro inauguraron la barbarie superior. La civilización, fi nalmente, ocu- rrió con la invención de la escritura. El evolucionismo de Morgan se conoce como evolucionismo unilineal, pues supuso que había una línea o camino único a lo largo del cual evolu- evolucionismo unilineal Idea (del siglo XIX) sobre una sola línea o ruta de desarrollo cultural. 68 PARTE 1 Introducción a la antropología cionaron y tenían que seguir todas las sociedades. Cualquier sociedad en la barbarie superior, por ejemplo, incluyó en su historia periodos de salva- jismo inferior, medio y superior, y luego barbarie inferior y media. No podían saltarse etapas. Más aún, Morgan creyó que las sociedades de su tiempo podían colocarse en varias etapas. Algunas no habían avanzado más allá del salvajismo supe- rior. Otras habían alcanzado la barbarie medio, mientras que otras habían logrado la civilización. Los críticos de Morgan rechazaron varios ele- mentos de su esquema, en particular términos como “salvajismo” y “barbarie”, así como los cri- terios que usó para el progreso. Por ende, dado que los polinesios nunca desarrollaron la alfare- ría, de acuerdo con el esquema de Morgan, se quedaron anquilosados en el salvajismo supe- rior. De hecho, en términos sociopolíticos, Poli- nesia era una región avanzada, con muchas so- ciedades complejas, incluido el antiguo reino hawaiiano. Ahora se sabe, además, que Morgan estaba equivocado en la suposición de que las sociedades sólo seguían una ruta evolutiva. Éstas han transitado diferentes rutas hacia la civiliza- ción, con base en economías muy diferentes. En su libro Primitive Culture (1871/1958), Tylor desarrolló su propio enfoque evolutivo a la antro- pología de la religión. Como Morgan, Tylor pro- puso una ruta unilineal: desde el animismo hasta el politeísmo, luego al monoteísmo, y fi nalmente a la ciencia. En la visión de Tylor, la religión se reti- raría conforme la ciencia proporcionara explica- ciones cada vez mejores. Tanto Tylor como Mor- gan estaban interesados en las supervivencias, las prácticas que sobreviven en la sociedad contem- poránea de las etapas evolutivas más tempranas. La creencia en fantasmas en la actualidad, por ejemplo, representaría una supervivencia de la etapa del animismo, la creencia en seres espiritua- les. Las supervivencias se tomaban como eviden- cia de que una sociedad particu lar había transi- tado por etapas evolutivas más tempranas. Morgan es bien conocido también por The League of the Iroquois, la primera etnografía de la antropología. Se basó en trabajo de campo ocasio- nalmás que en uno prolongado. Morgan, aunque fue uno de los fundadores de la antropología, no era un antropólogo profesional. Fue un abogado de la parte norte del estado de Nueva York que visitaba una reserva séneca cercana para aprender su historia y sus costumbres. Los séneca fueron una de las seis tribus iroquesas. A través de su trabajo de campo, y su amistad con Ely Parker (vea el capítulo 1), un educado iroqués, Morgan pudo describir los principios sociales, políticos, religiosos y económicos de la vida iroquesa, in- cluida la historia de su confederación. Estableció los principios estructurales sobre los cuales se ba- saba la sociedad iroquesa. Morgan también usó sus habilidades como abogado para ayudar a los iroqueses en su lucha con la Ogden Land Com- pany, que les trataba de arrebatar sus tierras. Boasianos Antropología de cuatro campos Indiscutiblemente, Boas es el padre de la división de la antropología estadounidense en cuatro campos. Su libro Race, Language, and Culture (1940/1966) es una colección de ensayos sobre es- tos temas clave. Boas contribuyó a la antropología cultural, biológica y lingüística. En sus estudios biológicos de inmigrantes europeos a Estados Unidos reveló y midió la plasticidad fenotípica. Los hijos de los inmigrantes diferían físicamente de sus padres, porque crecieron en un ambiente diferente y no por cambios genéticos. Boas demos- tró que la biología humana era plástica y que po- día cambiar por el ambiente, incluidas las fuerzas culturales. Boas y sus estudiantes trabajaron duro para demostrar que la biología (incluida la raza) no determina la cultura. En un libro relevante, Ruth Benedict (1940) enfatizó la idea de que la gente de muchas razas ha contribuido con gran- des avances históricos y que la civilización no es el logro de raza en particular. Como se mencionó en el primer capítulo, las cuatro subdisciplinas de la antropología se forma- ron inicialmente en torno al interés por estudiar a los nativos americanos: sus culturas, historias, len- guas y características físicas. El propio Boas estu- dió el idioma y la cultura de los nativos america- nos, en especial entre los kwakiutl de la costa del Pacífi co Norte de Estados Unidos y Canadá. Acuarela de 1936 de Ernest Smith que muestra un reñido juego de combate entre nativos americanos rivales. El primer antropólogo estadounidense, Lewis Henry Morgan, describió el lacrosse (aquí se muestra) como uno de los seis jue- gos que practicaban las tribus de la nación iroquesa, cuya Liga describió en un famoso libro (1851).
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