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Capítulo 4 Aplicación de la antropología 99 blaciones los antropólogos aplicados? Hurtado y sus colegas (2005) sugieren tres pasos: 1) identifi - car los problemas de salud más urgentes que en- frentan las comunidades indígenas; 2) recopilar información acerca de las soluciones a dichos problemas; y 3) implementar soluciones en colabo- ración con agencias y organizaciones encargadas de los programas de salud pública para poblacio- nes indígenas. En muchas áreas, el sistema mundial y el colo- nialismo empeoraron la salud de los indígenas al esparcir enfermedades, guerras, servidumbre y otros factores de estrés. En tiempos antiguos, los cazadores-recolectores carecieron de la mayoría de las enfermedades infecciosas epidémicas que afectaban a las sociedades agrícolas y urbanas, debido al número reducido de sus miembros, su movilidad y relativo aislamiento en relación con otros grupos (Cohen y Armelagos, 1984; Inhorn y Brown, 1990). Las enfermedades epidémicas como el cólera, la tifoidea y la peste bubónica fl o- recen en poblaciones densas, por tanto, entre granjeros y habitantes de la ciudad. La disper- sión de la malaria se ha relacionado con el creci- miento poblacional y la deforestación asociada con la producción de alimentos. Con el desarrollo económico y la globalización, determinadas enfermedades y afecciones físicas, como la obesidad, se han dispersado (Ulijaszek y Lofi nk, 2006). La esquistosomiasis o bilharziasis (trematodos en el hígado) probablemente es la in- fección parasitaria de más rápida dispersión y más peligrosa hasta ahora conocida. Se propaga mediante caracoles que viven en estanques, lagos y canales, por lo general los que se construyen para la irrigación. Un estudio realizado en una vi- lla del delta del Nilo en Egipto (Farooq, 1966) ilus- tró el papel de la cultura (religión) en la dispersión de la esquistosomiasis. La enfermedad era más co- mún entre los musulmanes que en los cristianos, debido a la práctica islámica llamada wudu, ablu- ción (baño) ritual antes de la oración. El enfoque de la antropología aplicada para reducir tales en- fermedades es ver si los habitantes locales perci- ben una relación entre el vector (por ejemplo, cara- coles en el agua) y la enfermedad. Si no, tal información puede proporcionarse al reclutar la participación de los grupos, las escuelas y los me- dios de comunicación locales activos. Las mayores tasas globales de infección por VIH y defunciones relacionadas con el sida fi gu- ran en África, especialmente en la región sur. Dado que mata a adultos productivos, el sida deja tras de sí niños y ancianos en difi cultades para sustituir la fuerza laboral perdida (Baro y Deubel, 2006). En África del sur y del este, el sida y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) se han dispersado a lo largo de las autopis- tas, mediante encuentros entre camioneros y prostitutas. Las ETS también se dispersan me- diante la prostitución, conforme los hombres jó- venes de las áreas rurales buscan trabajo asala- riado en ciudades, en campos de labranza o minas. Cuando los hombres regresan a sus villas natales, infectan a sus esposas (Larson, 1989; Mi- ller y Rockweel, 1988). Las ciudades también son sitios privilegiados de transmisión de ETS en Eu- ropa, Asia y Norte y Sudamérica (vea Baer, Sin- ger y Susser, 2003; French, 2002). Los factores cul- turales también afectan la dispersión del VIH, que es menos probable que se transmita cuando los hombres están circuncidados que cuando no lo están. Los tipos e incidencia de enfermedades varían entre las sociedades; las culturas interpretan y tratan los padecimientos de manera diferente. Los criterios de salud y enfermedad son cons- trucciones culturales que varían en el tiempo y el espacio (Martin, 1992). Sin embargo, todas las so- ciedades poseen lo que George Foster y Barbara Anderson llaman teorías sistematizadas sobre la enfermedad para identifi car, clasifi car y explicar los padecimientos. De acuerdo con Foster y An- derson (1978), existen tres teorías básicas acerca de las causas de los padecimientos: personalis- tas, naturalistas y emocionales. Las teorías perso- nalistas de la enfermedad culpan a agentes, como hechiceros, brujas, fantasmas o espíritus ances- trales. Las teorías naturalistas de la enfermedad ex- plican los padecimientos en términos impersona- les. Un ejemplo es la medicina occidental o biomedicina, cuya meta es vincular los padeci- Mujeres merinas plantan arroz en las tierras altas al sur de Antsirabe, Mada- gascar. La esquistosomiasis, en todas sus variedades conocidas, se manifi esta en Madagascar y se ubica entre las infecciones parasitarias más peligrosas y de rápida dispersión hasta ahora conocidas. Se propaga mediante caracoles que viven en estanques, lagos y canales (con frecuencia en los que se crean para los sistemas de irrigación, como los asociados al cultivo del arroz). 100 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural mientos con agentes científi camente demostra- dos que no conllevan maldad personal hacia sus víctimas. Por tanto, la medicina occidental atri- buye los padecimientos a organismos (por ejem- plo, bacterias, virus, hongos o parásitos), acci- dentes, materiales tóxicos o genes. Otros sistemas naturalistas etnomédicos atri- buyen la enfermedad al desequilibrio de los fl ui- dos corporales. Muchas sociedades latinas clasi- fi can la comida, la bebida y las condiciones ambientales como “calientes” o “frías”. La gente cree que su salud sufre cuando comen o beben sustancias calientes o frías juntas o bajo condicio- nes inadecuadas. Por ejemplo, uno no debe beber algo frío después de un baño caliente o comer piña (una fruta “fría”) cuando está menstruando (una condición “caliente”). Las teorías emocionales de la enfermedad supo- nen que las experiencias emocionales causan pa- decimientos. Por ejemplo, los latinoamericanos pueden desarrollar susto, un padecimiento cau- sado por ansiedad o miedo (Bolton, 1981; Finkler, 1985). Sus síntomas (letargo, vaguedad, distrac- ción) son similares a los de la “pérdida de alma”, un diagnóstico de síntomas similar al que hacen los habitantes de Madagascar. El psicoanálisis moderno también se centra en el papel de las emociones para el bienestar físico y psicológico. Todas las sociedades tienen sistemas de aten- ción a la salud que consisten en creencias, cos- tumbres, especialistas y técnicas dirigidas a salva- guardar la salud y prevenir, diagnosticar y curar los padecimientos. La teoría de las causas de la enfermedad de una sociedad es relevante para el tratamiento. Cuando los padecimientos tienen una causa personalista, los especialistas mágico-religiosos pueden ser buenos sanadores. Los sanadores usan va- rias técnicas (esotéricas y prácti- cas), que constituyen su conoci- miento especial. Un chamán puede curar la pérdida de alma al atraer al espíritu de vuelta al cuerpo. Los chamanes pueden facilitar los partos difíciles cuando piden a los espíritus que viajen por el canal de parto para guiar al bebé hacia la salida (Lévi-Strauss, 1967). Un chamán puede curar una tos al contrarrestar una mal- dición o remover una sustancia introducida por un hechicero. Si hay una “profe- sión más antigua del mundo” además de la caza y la recolección, es la de sanador, con fre- cuencia un chamán. El papel del sanador pre- senta algunas características universales (Foster y Anderson, 1978). Por tanto, los sanadores sur- gen a través de un proceso de selección cultural- mente defi nido (estimulación paterna, herencia, visiones, sueños) y entrenamiento (aprendiz de chamán, escuela médica). Con el tiempo, los practicantes de mayor experiencia certifi can al sanador y con ello adquiere una imagen profe- sional. Los pacientes creen en las habilidades del sanador, a quien consultan y retribuyen. No se debe perder de vista, etnocéntrica- mente, la diferencia entre medicina científi ca y medicina occidental per se. A pesar de los avances enla tecnología, la genómica, la biología molecu- lar, la patología, la cirugía, los diagnósticos y las aplicaciones, muchos procedimientos médicos no se justifi can de manera lógica o ante los hechos. La prescripción excesiva de medicamentos, la ci- rugía innecesaria y la impersonalidad y desigual- dad de la relación médico-paciente son caracterís- ticas cuestionables de los sistemas médicos occidentales (vea Briggs, 2005, para aspectos lin- güísticos de tal desigualdad). Además, el uso ex- cesivo de antibióticos, no sólo para las personas, sino también en la alimentación de los animales, parece disparar una explosión de microorganis- mos resistentes, que pueden plantear un riesgo a la salud pública global a largo plazo. Sin embargo, la biomedicina aventaja al trata- miento tribal en muchas formas. Aunque medici- nas como la quinina, la coca, el opio, la efedrina y la rauwolfi a se descubrieron en sociedades no in- dustriales, miles de medicamentos efectivos están disponibles hoy para tratar infi nidad de enferme- dades. La salud preventiva mejoró du- rante el siglo xx. Los procedimientos quirúrgicos de hoy son mucho más seguros y efectivos que los de las sociedades tradicionales. Pero la industrialización y la globalización engendran sus propios problemas de salud. Entre los factores modernos que producen estrés se en- cuentran: alimentación in- adecuada, contacto con maquinaria peligrosa, tra- bajo impersonal, aisla- miento, pobreza, falta de vivienda, abuso de sus- tancias, y contaminación auditiva, del aire y agua (vea McElroy y Town- send, 2003). Los proble- mas de salud en las na- ciones industriales son provocados tanto por factores económicos, so- ciales, políticos y cultura- les, como por patógenos. Hoy día, en Estados Unidos, por ejemplo, la pobreza contribuye a ge- sistemas de atención a la salud Creencias, costumbres y especialistas involucra- dos en prevenir y curar enfermedades. s especialistas er buenos san va- prácti- onoci- mán ma ta rante el quirúr segur socied P gl p Una sanadora tradicional de Malasia. Aquí se muestra cómo la artemisa, una pequeña hierba esponjosa, se quema para facilitar la sanación. El sanador enciende un extremo de una moxa, con forma y tamaño aproximado de un cigarro, y lo pega, o sostiene cerca, del área a tratar durante varios minutos, hasta que el área se torna rojiza. El propósito de la moxibustión es fortalecer la sangre, estimular la energía espiritual y mante- ner la salud general. sanador Quien diagnostica y trata los padecimientos. medicina científi ca Sistema de atención a la salud que se basa en co- nocimientos y procedi- mientos científi cos.
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