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Antropología Cultural 2-páginas-14

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270 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
En todas las sociedades, la gente se preocupa 
por los demás. En ocasiones, como en la socie-
dad occidental organizada por el Estado, la se-
guridad social es una función del gobierno, así 
como del individuo y la familia. En otras socie-
dades, como en Arembepe, según se describe 
aquí, la seguridad social es parte de los siste-
mas de parentesco, del matrimonio y el par-
entesco fi cticio.
Mi libro Assault on Paradise, 4a. edición (Kottak, 
2006), describe las relaciones sociales en 
Arembepe, comunidad pesquera brasileña 
que estudio desde la década de los 60. Cuando 
estudié por primera ocasión Arembepe, quedé 
sorprendido de la similitud de sus relaciones 
sociales con las de las sociedades igualita-
rias basadas en el parentesco y que los an-
tropólogos estudian de manera tradicional. 
Las afi rmaciones gemelas “todos somos 
iguales aquí” y “todos somos parientes aquí” 
resumían repetidamente la visión de los arem-
bepeiros de la naturaleza y las bases de la 
vida local. Como miembros de un clan (quie-
nes afi rman compartir linaje común, pero 
que no pueden decir exactamente cómo se 
relacionan), la mayoría de los pobladores no 
podía trazar vínculos genealógicos precisos 
con sus parientes distantes. “¿Cuál es la di-
ferencia, mientras sepamos que somos pa-
rientes?”
Como en la mayoría de las sociedades no 
industriales, las relaciones personales cerca-
nas se basaban o modelaban en función del 
parentesco. Se promovía un grado de solidari-
dad comunitaria, por ejemplo, por el mito de 
que todos eran parientes. Sin embargo, la so-
lidaridad social en realidad estaba mucho 
menos desarrollada en Arembepe que en so-
ciedades con clanes y linajes, que utilizan ge-
nealogía para incluir a algunas personas, y 
excluir a otras de la pertenencia a un grupo de 
ascendencia determinado. La solidaridad so-
cial intensa demanda la exclusión de algunas 
personas. Al afi rmar que todos están relacio-
nados (esto es, al no excluir a nadie), los arem-
bepeiros en realidad debilitaban la fuerza 
potencial del parentesco de crear y mantener 
la solidaridad grupal.
Los derechos y las obligaciones siempre 
se asocian con el parentesco y el matrimonio. 
En Arembepe, mientras más cercana sea la 
conexión de parentesco y más formal el lazo 
matrimonial, mayores son los derechos y obli-
gaciones. Las parejas pueden casarse de ma-
nera formal o informal. La unión más común 
era un matrimonio estable consensual. Me-
nos común, pero con más prestigio, era el 
matrimonio legal (civil), que realiza un juez de 
paz; ese vínculo confi ere derechos de heren-
cia. La unión con mayor prestigio combinaba 
validez legal con una ceremonia eclesiástica.
Los derechos y obligaciones asociados con 
el parentesco y el matrimonio constituyen el 
sistema de seguridad social local, pero la gente 
tiene que ponderar los benefi cios del sistema 
contra sus costos. El costo más obvio era que 
los pobladores debían compartir en proporción 
con su éxito. Conforme los hombres ambicio-
sos ascendían en la escalera local del éxito, 
conseguían más dependientes. Para mantener 
su posición en la opinión pública, y para garan-
tizar que podían depender de otros en la ancia-
nidad, tenían que compartir. Sin embargo, el 
compartir era un poderoso mecanismo de es-
tabilización o equilibrio. Limitaba la riqueza ex-
cedente y restringía la movilidad social.
¿Cómo, específi camente, funcionaba tal 
estabilización? Como usualmente pasa en las 
naciones estratifi cadas, las normas culturales 
nacionales brasileñas las establecen las cla-
ses superiores. Los brasileños de clases me-
dia y superior, por lo general se casan de 
manera legal y en iglesias. Incluso los arem-
bepeiros sabían que ésta era la única forma 
valorar la 
D I V E R S I D A D
Seguridad social, estilo 
de parentesco
Dentro de las naciones estratifi cadas, los siste-
mas de valores varían en cierta medida de clase a 
clase, y lo mismo ocurre con el parentesco. Exis-
ten diferencias signifi cativas entre los estadouni-
denses de clase media y los más pobres. Por 
ejemplo, en la clase baja, la incidencia de hogares 
de familia ampliada (aquellas que incluyen parien-
tes no nucleares) es mayor que en la clase media. 
Cuando un hogar de familia ampliada incluye 
tres o más generaciones, es un hogar de familia 
extensa, como la zadruga. Otro tipo de familia 
ampliada es el hogar colateral, que incluye herma-
nos y sus cónyuges e hijos.
La enorme proporción de hogares de familia 
ampliada entre los estadounidenses más pobres 
se explica como una adaptación a sus carencias 
(Stack, 1975). Incapaces de sobrevivir económi-
camente como unidades familiares nucleares, 
los parientes se juntan en un hogar ampliado y 
ponen sus recursos en un fondo común. La 
hogar de familia 
extensa
Hogar con tres o más 
generaciones.
271Capítulo 10 Familias, parentesco y ascendencia
consanguíneos y políticos, y con otros más dis-
tantes, que las personas más pobres. Espera-
ban que los capitanes exitosos y los dueños de 
botes compraran cerveza para los pescadores 
ordinarios; los dueños de tiendas tenían que 
vender a crédito. Como en las bandas y en las 
tribus, se esperaba que cualquier persona adi-
nerada mostrara una generosidad correspon-
diente. Con riqueza creciente, a la gente 
también se le pedía con más frecuencia que 
ingresara en relaciones de parentesco rituales. 
Mediante el bautizo, que tenía lugar dos veces 
al año cuando los visitaba un sacerdote, o que 
podía realizarse en el exterior, un niño adquiría 
dos padrinos. Estas personas se convertían en 
compadres de los padres del bebé. El hecho de 
que las obligaciones del parentesco ritual au-
mentaban con la riqueza era otro factor que 
limitaba el avance económico individual.
Puede observarse que parentesco, matri-
monio y parentesco ritual en Arembepe atraían 
costos y benefi cios. Los costos implicaban lími-
tes en el avance económico de los individuos. 
El principal benefi cio estribaba en la seguridad 
social, ayuda garantizada de parientes consan-
guíneos, políticos y rituales en momentos de 
necesidad. Sin embargo, los benefi cios sólo lle-
gaban después de pagar los costos; esto es: 
sólo a aquellos que vivían vidas “adecuadas” y 
que no se desviaron de manera muy notable 
de las normas locales, en especial de las rela-
cionadas con el compartir.
“adecuada” para muchos. Los hombres locales 
más exitosos y ambiciosos copiaban el com-
portamiento de los brasileños de élite. Al ha-
cerlo, esperaban adquirir parte de su prestigio.
Sin embargo, el matrimonio legal agota la 
riqueza individual, por ejemplo, al crear una 
responsabilidad de ayudar fi nancieramente a 
los parientes políticos de uno. Tales obligacio-
nes podían ser regulares y costosas. Las obli-
gaciones con los niños también aumentaban 
con el ingreso, porque la gente exitosa tiende 
a tener más hijos vivos. Los hijos se valuaban 
como compañía y eventual benefi cio econó-
mico para sus padres. Especialmente los ni-
ños eran más valorados, debido a que sus 
perspectivas económicas eran mucho más 
brillantes que las de las niñas.
Las oportunidades de sobrevivencia de los 
hijos aumentan dramáticamente en los hoga-
res más ricos con mejores dietas. La dieta del 
hogar normal incluye pescado, por lo general 
en un guiso con tomates, cebolla, aceite de 
palma, vinagre y limón. La carne seca susti-
tuye el pescado una vez a la semana. La ha-
rina de mandioca asada era la principal fuente 
de calorías y se consumía en todas las comi-
das. Otros artículos básicos diarios incluían 
café, azúcar y sal. Frutas y vegetales se co-
mían por estaciones. La dieta representaba 
uno de los principales contrastes entre los 
hogares. Las personas más pobres no comían 
pescado regularmente; con frecuencia lo sus-
tituían con harina de mandioca, café y azúcar. 
Los hogares en mejor situación complementa-ban los artículos básicos con leche, mantequi-
lla, huevos, arroz, frijoles y porciones más 
grandes de pescado fresco, frutas y vegetales.
Con ingresos adecuados compraban me-
jores dietas y brindaban los medios y con-
fi anza para buscar mejor atención médica 
que la disponible localmente. La mayoría de 
los hijos que nacían en los hogares más ricos 
sobrevivían. Pero esto signifi caba más bocas 
que alimentar y, dado que las cabezas de ta-
les hogares por lo general querían una mejor 
educación para sus hijos, implicaba gastos 
crecientes en educación. La correlación entre 
éxito económico y familias grandes represen-
taba una fuga de la riqueza que restringía el 
avance económico individual. Tomé, un em-
presario pesquero, vislumbraba una vida de 
constante trabajo duro si quería alimentar, 
vestir y educar a su creciente familia. Tomé y 
su esposa nunca perdieron a un hijo. Pero él 
reconoció que esta creciente familia, a corto 
plazo, agotaría sus recursos. “Pero al fi nal, 
tendré hijos exitosos para ayudar a su madre 
y a mí, si lo necesitamos, en nuestra vejez.”
Los arembepeiros sabían quién podía ser 
capaz de compartir con otros; el éxito no 
puede ocultarse en una comunidad pequeña. 
Los pobladores basaban sus expectativas de 
otros en este conocimiento. Las personas exi-
tosas debían compartir con más parientes 
adaptación a la pobreza hace que los valores y 
las actitudes del parentesco diverjan de las nor-
mas de la clase media. Por ende, cuando los es-
tadounidenses criados en situaciones de po-
breza logran éxito fi nanciero, con frecuencia se 
sienten obligados a proporcionar ayuda fi nan-
ciera a un amplio círculo de parientes menos 
afortunados. La sección “Valorar la diversidad” 
de este capítulo muestra cómo los brasileños 
pobres echan mano del parentesco, el matrimo-
nio y el parentesco fi cticio como una forma de 
seguridad social.
Cambios en el parentesco 
en Estados Unidos
Aunque la familia nuclear sigue siendo un ideal 
cultural para muchos estadounidenses, la tabla 
10.1 y la fi gura 10.2 muestran que las familias 
nucleares representaban sólo alrededor de 23%

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