Logo Studenta

Antropología Cultural 2-páginas-42

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

336 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
punto de vista creció a partir de la desilusión con 
la revolución industrial europea y los posteriores 
desarrollos con la ciencia, la tecnología y los pa-
trones de consumo. Los antimodernistas consi-
deran el uso actual de la tecnología como mal 
enfocado, o creen que debe tener menor priori-
dad que los valores religiosos y culturales.
El fundamentalismo religioso, una forma de 
antimodernismo contemporáneo, se compara 
con los movimientos de revitalización que ya se 
discutieron. El fundamentalismo describe los 
movimientos antimodernistas en varias religio-
nes. Irónicamente, el fundamentalismo religioso 
es en sí un fenómeno moderno, con base en un 
fuerte sentimiento entre sus adherentes de alie-
nación por el secularismo percibido de la cul-
tura circundante (moderna). Los fundamenta-
listas afi rman una identidad separada del grupo 
religioso más amplio del cual surgieron. Su se-
paración refl eja la creencia de que los principios 
fundadores sobre los que se basan las religiones 
más grandes se han corrompido, despreciado, 
comprometido, olvidado o sustituido con otros 
principios. Los fundamentalistas abogan por la 
fi delidad estricta a los “verdaderos” principios 
religiosos de la religión que practican.
Los fundamentalistas también buscan resca-
tar la religión de su absorción por la moderna 
cultura occidental, a la que ven como la corrup-
tora de la versión principal de su religión, y de 
otras más. Los fundamentalistas establecen una 
“pared de virtud” contra las religiones exterio-
res, así como contra la versión modernizada 
comprometida de su propia religión. En el cris-
tianismo, los fundamentalistas son “renacidos”, 
en oposición a los protestantes “tradicionales”, 
“liberales” o “modernistas”. En el islam son 
jama’at (en árabe, enclaves basados en camara-
dería cercana) involucrados en la jihad (lucha) 
contra una cultura occidental hostil al islam y a 
la forma de vida dada por Dios (shariah). En el 
judaísmo, son haredi, judíos de la “Torah verda-
dera”. Todos esos grupos observan una clara 
división entre ellos mismos y las otras religio-
nes, y entre una visión “sagrada” de la vida y el 
mundo “secular” y la “religión nominal” (vea 
Antoun, 2001).
Los fundamentalistas luchan por proteger 
una doctrina distintiva y una forma de vida y de 
salvación. Crean un fuerte sentido de comuni-
dad, enfocado en una forma de vida religiosa cla-
ramente defi nida. La expectativa de unirse a tal 
comunidad puede atraer a las personas que en-
cuentran poco que sea distintivo o vital en su 
identidad religiosa anterior. Los fundamentalis-
tas consiguen sus conversos, principalmente de 
los de su religión, al convencerlos de su falta de 
autenticidad. Muchos fundamentalistas son ciu-
dadanos políticamente conscientes de los estados-
nación. Con frecuencia creen que los procesos y 
las políticas gubernamentales deben reconocer la 
forma de vida que establece la Escritura. A sus 
ojos, el estado debe servir a dios.
Una nueva era
Los fundamentalistas pueden o no estar en lo co-
rrecto al observar un aumento en el secularismo 
en los Estados Unidos contemporáneos. Entre 
1990 y 2007, el número de estadounidenses que 
no indicó preferencia religiosa creció de 7 a 16%. 
En Canadá, la cifra comparable se elevó de 12 a 
17% entre 1991 y 2001 (tabla 12.3). Desde luego, 
las personas que no indican una preferencia reli-
giosa no necesariamente son ateos. Muchos de 
ellos son creyentes que no pertenecen a una 
iglesia. De acuerdo con las cifras para 2001 del 
Census Bureau, alrededor de dos millones de 
estadounidenses (sólo 1% de la población) se 
identifi có como ateo o agnóstico. Incluso menos 
(abajo de 100 000 en 2001) se llamaron a sí mis-
mos “seculares” o “humanistas”. Sin embargo, 
existen ateos y humanistas seculares, y ellos, 
también, están organizados.
Para mantener conctacto entre ellos, igual que 
los miembros de grupos religiosos, usan varios 
medios de comunicación, incluso impresos e in-
ternet. Así como los budistas pueden examinar a 
fondo Tricycle: The Buddhist Review, los humanis-
tas seculares pueden encontrar sus puntos de 
vista validados en Free Inquiry, una revista tri-
mestral que se identifi ca a sí misma como “la re-
vista del humanista secular internacional”. Los 
humanistas seculares hablan contra la religión 
organizada y sus “pronunciamientos dogmáti-
Culto de carga en Vanuatu. Niños y hombres marchan con lanzas, e imitan a 
soldados coloniales ingleses. ¿Hay algo en su sociedad que le recuerda un 
culto de carga?
fundamentalismo
Defensa estricta de la fi -
delidad a los principios 
atribuidos a los fundado-
res de una religión.
Capítulo 12 Religión 337
cos” y “propósitos sobrenaturales o espirituales” 
y las “visiones oscurantistas” de los líderes reli-
giosos que presumen de “informarnos sobre las 
intenciones de dios” al apelar a textos sagrados 
(Steinfels, 1997).
¿Es verdad que la sociedad estadounidense se 
vuelve más secular? Un considerable cuerpo de 
investigación sociológica sugiere que los niveles 
de religiosidad estadounidense no han cambiado 
mucho durante el último siglo (vea Finke y Stark, 
2005). Sin duda, hay nuevas tendencias religiosas 
y formas de espiritualidad. Algunos estadouni-
denses se han convertido al cristianismo caris-
mático. En Estados Unidos y Australia, respecti-
vamente, algunas personas que no son nativos 
americanos o australianos se apropiaron de los 
símbolos, los escenarios y las prácticas supuesta-
mente religiosas de los nativos tanto americanos 
como de los australianos para religiones New 
Age, de la nueva era. Muchos nativos han protes-
tado vehementemente en contra del uso de sus 
símbolos y lugares sagrados.
Los nuevos movimientos religiosos poseen 
varios orígenes. Algunos fueron infl uidos por el 
cristianismo, otros por las religiones orientales 
(asiáticas), e incluso otras más por el misticismo 
y el espiritismo. La religión también evoluciona a 
la par con la ciencia y la tecnología. Por ejemplo, 
el movimiento raeliano, un grupo religioso cuyo 
centro se encuentra en Suiza y Montreal, pro-
mueve la clonación como forma de lograr la 
“vida eterna”. Los raelianos creen que extrate-
rrestres llamados “Elohim” artifi cialmente crea-
ron toda la vida sobre la Tierra. El grupo estable-
ció una compañía llamada Valiant Venture Ltd., 
que ofrece a las parejas infértiles y homosexuales 
la oportunidad de tener un hijo clonado de uno 
de los cónyuges (Ontario Consultants, 1996).
En Estados Unidos, el reconocimiento ofi cial 
de una religión le da derecho a un cierto respeto 
y determinados benefi cios, como exención de im-
puestos sobre sus ingresos y propiedad (en tanto 
no se involucre en actividades políticas). No to-
das las religiones que lo reclaman reciben reco-
nocimiento ofi cial. Por ejemplo, la cienciología es 
reconocida como iglesia en Estados Unidos, pero 
no en Alemania.
RITUALES SECULARES
Para concluir la discusión sobre la religión, es po-
sible reconocer algunos problemas con la defi ni-
ción de religión que se presentó al inicio del pre-
sente capítulo. El primer problema: si la religión 
se defi ne como referencia a seres, poderes y fuer-
zas sobrenaturales, ¿cómo se clasifi carían el com-
portamiento ritualista que ocurre en contextos 
Servicio en una iglesia pentecostal en Oaxaca, México, en 2003. En 2001, en el 
mundo, había un estimado de 680 millones de cristianos “renacidos” (es decir, 
pentecostales y evangélicos), con una tasa de crecimiento mundial anual del 
7%, frente al 2.3% para el cristianismo global. (Esto se traduciría en más de un 
mil millones de pentecostales y evangélicos en la actualidad.)
TABLA 12.3 Composición religiosa de las poblaciones de Estados Unidos, 
1990 y 2001, y Canadá, 1991 y 2007
ESTADOS UNIDOS CANADÁ
1990 2007 1991 2001
Protestante 60% 51% 36% 29%
Católico 26 24 46 44
Judío 2 2 1 1
Otro 5 7 4 9
No proporcionado 7 16 12 17
FUENTE: Statistical Abstract of the United States 2009, tabla74, p. 59, http://www.census.gov/statab/www/; Census of Canada, 2001. 
http://www40.statcan.ca/101/cst01/demo30a.htm?sdi=religion.

Continuar navegando