Biología, la vida en la tierra con fisiología TOMO 02-páginas-29

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G uardián de la T ierra
Conservación de la biodiversidad d e La T ierra 5 8 5
Restauración de los Everql
En 1948, e l Congreso estadounidense autorizó e l Centra l and 
Southern Florida Project (Proyecto d e Florida Centra l y del Sur), 
la creación d e una extensa serie d e canales, com puertas y o tras 
estructuras con el fin d e controlar inundaciones, irrigar granjas 
y p roporcionar agua para beber para nuevos desarro llos a los 
alrededores de los Evcrglados (un m asivo hum edal e n e l centro 
y sur d e Florida). En la década d e 1960, Justo al norte de los 
Everglades, los m eandros d e l rio Kissimmee. d e 166 kilóm etros 
de largo, se convirtieron en un canal recto d e 90 kilóm etros de 
largo, lo q ue e lim inó la m ayoría d e sus humedales 
circundantes (F IG U R A E30-1). A m edida que d ism inuyeron los 
Everg lades y o tros hum edales, la v id a silvestre q ue dependía 
de e llo s tam bién se vio m inada. Y al tiem po q ue d ism inuyeron 
las p lantas y los an im ales nativos, especies invasoras 
florecieron, la s funciones natura les de purificación d e agua de 
los hum edales tam bién se perdieron, lo que se com binó con el 
problem a d e contam inación conform e surgían nuevas granjas 
ye ludades. Durante los siguientes SO años, las personas se 
dieron cuenta de q ue habían com etido un g rave error.
Con la m itad d e l área original d e los Everg lades convertida 
en agricu ltura, v iv ien das y o tros desarrollos, F lorida y 
el gobierno estadounidense lanzaron e l Com prehensivo 
Everg lades Restoration Plan (P lan Com prensivo de Restauración 
de lo s Everglades). Aprobado en el añ o 2000, e l p lan a 30 
años tiene la Intención de restau rar m ás de 46,619 kilóm etros 
cuadrados (m ás d e 4,661.978 hectáreas) d e hum edales. 
Considerado una de las m ás grandes restauraciones de 
ecosistem as Jam ás intentada, e l p lan rem overá 386 kilómetros 
de cana les y com puertas, restablecerá el flujo natural del 
rio , restaurará los hum edales y reciclará parte d e las aguas 
negras (F IG U R A E30-2). Se com prarán y restaurarán m ás o 
m enos 1,619 kilóm etros cuadrados de tierra. Com o resultado 
d e estos esfuerzos, F lo rida tiene en la actualidad m ás de 
I6 .S92 hectáreas d e hum edales reconstruidos. Con el tiem po 
se restaurarán aproxim adam ente 76 kilóm etros del rio
Kissimmee. la s poblaciones d e a ve s ya em piezan a abundar 
a lo largo d e las porciones restauradas del río , y la calidad 
del agua m ejoró.
Este program a d e 30 años para enm endar la destrucción 
hum ana d e un ecosistem a, nos da ev idencia d e q ue ya 
estam os percatándonos de los va lo res económ icos c 
Intrínsecos d e las com unidades naturales.
l ) A 1 r
O C É A N O
A T L Á N T IC O
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F L O R ID AP L U M IU M L /
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O k e e c b o b e e
G O L F O D E M É X IC O
A rea C E R P
A F IG U R A E30-2 R e s ta u ra c ió n d e lo s E v e rg la d e s Área de 
Florida impactada por e l Plan Comprensivo de Restauración de 
los Everglades (CERP).
(a ) R io K issim m ee na tu ra l a n te s d s la co n stru cció n d e c a n a le s Ja ) R io K issim m ee un a vez can a lizad o 
A F IG U R A E30-1 R ío K is s im m e e d e F lo r id a
operarla. A l reconocer q ue I » m ontañas C atsk ill p roporcionaban 
d m ism o s e rv id o d e p urificadón d e l agua, fu n ao n a rio s d e la d u ­
d ad d ed d ie ro n invertir para protegerlas, y com praron grandes lotes 
de tierra para frenar la u rb an izad ó n y m an tener los ecosistemas
fu n d ó n ando e n estado razonablem ente natural. F j i 7007, la U .S. 
Environrnenta l Protcction Agency (E PA ; A g e n d a d e Pro tecdón 
A m bien ta l Estadoun idense) certificó que la d u d ad n o necesitaría 
d e un a p lanta d e filtra rión duran te al m enos otros 1 0 añ os s i la
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5 8 6 J C o m p o r t a m ie n t o y t e o lo g í a
ciudad seguía con la com pra d e lotes d e tierras o adquiría derecho 
de servidum bre para conservación e n la cuenca d e las Catskills.
30.3 ¿ D IS M IN U Y E LA B IO D IV E R S ID A D 
D E LA T IE R R A ?
M uchas personas trabajan para preservar la b iod iversidad p o r su 
p rop io b ien, o porque consideran q ue es “hacer lo correcto*. T a m ­
bién existen razones prácticas para co n se iva r la b iod iversidad : ex­
perim entos y estud ios d e cam p o dem ostraron q ue la b iodiversidad 
es crucial para la capaddad d e los ecosistemas para p rop o rd o n a r 
m uchos serv idos, e n particular cuando están estresados.
U n a form a e n la cu a l la b iod iversidad puede proteger los 
ecosistemas, e n ocasiones llam ada “h ipótesis d e re d u n d an d a ', 
es m ed ian te e l h e ch o d e q tie m uchas esperies e n un a com unidad 
tienen papeles fu n d o n a lm en te equivalentes, aunq ue va r ían e n su 
capadd ad para soportar d iferentes presiones. S i algunas de dichas 
espedes se exterm inan, las espedes restantes pueden au m entar su 
pob lación y p rop o rd o n a r los m ism o s servidos, e n tan to e l ecosis­
tem a opere ba jo co n d ido n es típicas. S in em bargo, s i el ecosistema 
cstáestresado (p o r e jem p lo , p o r sequía) las espedes restantes pue­
den n o proliferar lo su fiden tem ente b ien co m o para com pensar la 
pérdida d e las esperies con las q ue com partían e l am biente.
La 'h ipó tes is d e rem ache* postula q ue espedes sim ilares 
e n rea lidad pueden tener p os id on es un tan to diferentes e n la red 
d e estab ilidad d e l ecosistem a. Hn u n ala d e av ión , perder u n p ar de 
rem aches puede n o se r catastrófico, p ero la pérdida d e rem aches en 
lugares estratégicos puede hacer q ue se separe toda e l ala. D e igual 
m odo , e n u n ecosistem a la pérdida d e las espedes crudales puede 
atusar un colapso.
En u n ecosistema real, algunas esperies, llam adas tsptries c la ­
ve, n i son redundantes n i so n u n o d e m uchos rem adtes, pero son 
fundam entalm ente esenciales para e l fu nd on am ien to d e l ecosis­
tema. (H n 'G u a rd iá n d e la T ierra: Restauradón de un depredador 
dave*, d e la página 594, estudiarás l,e especies clave.) F.n e l fondo, 
lo q ue se re vd a es q ue la d iversidad d e espedes es im portante para 
e l (ün rionam ien to d e l ecosistema, y a sea que la espede ind ividual 
sea redundante, rem ache o clave. M ás aún , con frecuenria n o se 
entiende e l (ú n d o n am ien to d e l ecosistema lo suficientem ente b ien 
a>mo para d ed r q ué papel tiene d e rta especie. Po r tanto, los b ió lo ­
gos d e la co n servad ón tratan d e determ inar s i h a y un a d ism in u d ó n 
d e la b iodiversidad y, e n caso d e haberla, có m o com batir la pérdida.
La extindón es un proceso natura!, pero las tasas 
se elevan de manera dram ática
EJ registro fósil ind ica que, e n ausenda de eventos catadísm icos, 
las extindones pueden ocurrir d e m anera natural a un a tasa m u y 
baja, llam ada usa de extinción de fondo. S in em bargo, el registro fósil 
tam bién b rinda evidencia de r in co grandes ex tin c io n e s m asivas, 
durante las m ales muchas espedes fueron erradicadas e n u n tiem po 
relativam ente co rto (v íanse las páginas 331-333 y la figura 17-11). 
la m ás reden te g ran e x tin d ó n ocurrió hace ap roxim adam ente 65 
m illo nes d e años, y term inó abruptam ente co n la era d e los d in o ­
saurios. la s causas d e las extindones m asivas son indertas, pero 
cam bios súbitos en d am biente, co m o los que pueden ocasionarse 
por c l im pacto de enorm es m eteoritos o u n ráp ido cam b io c lim áti­
co, son las exp licadones m ás probables.
La m ayoría d e los biólogos concluyen q ue las actividades de 
los seres hum anos ahora están provocando una sexta e x tin d ó n m a­
s iva N o obstante, n o lodoslos biólogos están de acuerdo en que
las tasas d e e x tin d ó n actuales son su fidentem ente devadas com o 
pura red u d r d e m anera su stand a l la b iodiversidad g lobal. La falta 
de un consenso com p le to refleja la d ificu ltad de m ed ir las tasas de 
extindón. Puesto q ue los b iólogos só lo han iden tificado un a frac- 
d ó n d e las espedes d e la Tierra, es d ifícil establecer la p roporción 
de espedes q ue ya se extinguieron o q ue pueden extinguirse pronto.
la s extindones d e aves y m am íferos están m ejo r docum enta­
das, aunque éstas sólo representan alrededor d e 0 . 1 % d e las esperies 
totales d e l m undo. Desde e l siglo X V I se ha perd ido alrededor d e 2 % 
d e todas las espedes d e m am íferos y 1 .3 % d e las espedes d e aves. La 
tasa d e ex tind ón d e fondo para las aves se considera q ue es d e más 
o m enos un a espede cada 4 0 0 años. S in embargo, e n los ú ltim os 
500 añ os la tasa d e e x tin d ó n lia sido d e alrededor d e una espede 
por año, y con tinúa acelerándose (casi com pletam ente por activida­
des d e los seres hum anos), l a In ternational l ln io n for Ckmservation 
o f N an ire ( I I JC N , U n ió n In ternadona l para la C o nse rvad ó n de la 
Naturaleza), considerada la m ás grande red conservadonista, que 
consta d e organizadones d e m iem bros e n 140 países, incluyendo 
2 0 0 agencias gubernam entales, m ás d e 8 0 0 o rganizadones no gu­
bernam entales relacionadas con la conservación y cerca de 1 1 m il 
den tíficos y otros expertos e n m ás d e 1 6 0 países, estima q ue la actual 
ta s i d e ex tind ón para todas las especies es d e 1 0 0 a 1 , 0 0 0 veces m a­
yor q ue e n la Antigüedad.
La IU C N pub lica u n a 'L is ta ro ja ' an u a l q ue clasifica las es­
pedes en riesgo. Las esp ec ies pueden describirse co m o e n p e lig ro 
c r ít ic o , en p e lig ro o v u ln e ra b le , depend iendo d e cuál sea su pro­
bab ilidad d e e x tin d ó n en el funiro cercano, la s espedes q ue caen 
en alguna de estas categorías se describen co m o am e n az ad a s . En 
2008, la Lisia ro ja conten ía 16,928 es pedes am enazadas, in d u id as 
1 2 % de todas las aves, 2 1 % d e los m am íferos, 5 % d e los reptiles 
y 3 1 % d e los anfibios. La R G U R A 30-5 m uestra la va lo rac ión para 
m am íferos d e la L ista ro ja d e 2008. Só lo e n Estados U n id o s hab ía 
a s i 1,400 espedes e n la lista de 2008 de espedes am enazadas y 
en pelig ro d e l U .S . F ísh a n d W ild life Service’s (S e rv id o d e Pesca y 
V ida Silvestre de Estados U n id o s ). M uchos científicos tem en que 
un a gran cantidad de d ichas espedes e n peligro estén e n vías de 
extindón. ¿P o r q ué ocurre esto?
extinta (1 .4 % )
en peligro 
critico 
(3 .4% ) 
on peligro 
(8 . 2 % ) 
vulnorable (9 .2 % )
amenazada
(20 .8 % )
casi am enazada (5 .9% )
A F IG U R A 30-5 C las if icaáó n d e la IU C N d e m am íferos De
las 5,487 especies d e mamíferos valorados por la IUCN en 2008. 
2 0 .8 » son amenazadas; 5 .9 » adicional está "casi amenazado", lo 
que significa que están cerca de ser vulnerables. U n poco más de 
la mitad de las especies d e mamíferos del mundo se consideran 
seguras ("preocupación menor") para la época, catos tomados de la 
International Union for Conservatlon of Sature. 2008. The IUCN red Hjr of 
threatened ¡pedes.
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3 0 .4 ¿C U Á L E S S O N LA S P R IN C IP A L E S 
A M E N A Z A S P A R A L A B IO D IV E R S ID A D ?
Dos grandes factores interre ladonados subyacen al declive m u n ­
d ia l e n b iodiversidad: ( 1 ) la fracción cada vez m ás g rande d e los re­
cursos d e la T ierra usada para sostener a los seres h u m an os y (2 ) los 
im pactos d irectos d e las actividades de los seres hu m an os , co m o 
destm crión d e hábitat, sobreexplotación d e pob ladones silvestres, 
espedes invasoras, co n tam inad ó n y ca len tam ien to global.
La humanidad agota el capital ecológico de la Tierra
1^ h u e lla e c o ló g ic a h u m a n a (léase la página 5 0 4 ) estim a e l área 
d e superfirie d e la T ierra requerida para p ro d u d r los recursos que 
usan los seres h u m an os y para absorber los desechos q ue estos m is­
m os generan, expresado e n hectáreas d e p roductiv idad prom edio, 
l l n concepto com p lem en tario , la b io ca p a c id a d . estim a los recur­
sos susrentables y la capacidad de absorber desechos realm ente 
d isponib les e n la T ierra. A unque se re lad o n a co n e l concep to de 
capadd ad de carga que se exp licó e n las páginas 4 94 y 4 95, los cálcu­
los d e hue lla ecológica y la h iocapad dad están sujetos a cam bios 
a m edida q ue nuevas tecnologías in flu yen en la fo rm a en q ue las 
personas usan los recursos. Los den tíficos usan las m ejores esti­
m aciones d isponib les, basadas p rindpalm ente en estadísticas pro- 
p o rd o nad as por agencias in tem ad o n a le s co m o las Naciones U n i ­
das. Los cá lcu los tienen la in tenc ión d e se r conservadores y evitar 
q ue se sobrestim en los im pactos hum anos. T am b ién su p o nen que 
los seres h u m an os pueden usar to d o e l p laneta, s in reservar parte 
d e é l para e l resto de la v id a e n la T ierra.
E n 2005, la b io cap ad d ad d isp o n ib le para cada un a d e las
6.5 m il m illo nes d e personas d e la T ierra fue de 2.1 hectáreas, 
p e ro la h u e lla h u m an a p ro m e d io fue d e 2.7 hectáreas. Po r tanto, 
la b io cap ad d ad se exced ió e n casi 3 0 % ; esto es, a la rg o p lazo , se 
necesitarían 1.3 p lanetas T ierra para sostener a la h u m an id ad a 
los n ive les d e co n su m o y pob lación d e 2005 (F IG U R A 30-6). Los 
países van an eno rm em en te e n su h u e lla eco lógica, desde 5 a 10 
hectáreas para los países acaudalados (co m o la m ayo ría d e Eu­
ropa , C an ad á , Austra lia , N ueva Z e lan d a y Estados U n id o s ) has­
ta algo ta n reducido co m o m edia hectárea, o hasta un a hectárea 
para los países pobres (c o m o la m ayoría d e los a fr icano s ). Desde 
q ue se h ic ie ron estas estim aciones, la pob lación h u m an a c red ó 
en m ás de 250 m illones, m ien tras que la b io cap ad d ad to ta l d e la 
T ierra n o a u m e n tó d e form a significativa.
O p e ra r con ta l ’ d é f ir it eco lóg ico ’ só lo es posib le sobre una 
base tem poral. Im ag in a un a cuenta b ancaria q ue deba sostenerte 
e l resto d e tu v ida . S i conservas e l cap ital y v ives d e los intereses, 
la cuenta te sostendrá p o r tiem p o in d e fin id o . P e ro s i retiras el 
cap ita l para m an tener un e s tilo de v id a extravagante o un a fam ilia 
q ue crece, p ron to te acabarás e l d inero. A l degradar los ecosiste­
m as d e la T ierra , la h u m an id ad extrae e l cap ita l e co ló g ico d e la 
T ie rra . A m ed id a q u e la p ob la c ió n crece y los países m enos desa­
rro llad o s co m o In d ia y C h in a (cad a u n o con un a p o b la d ó n de 
m ás d e u n m il m illo n e s ) e levan sus estándares de v ida , la tensión 
sobre los recursos d e la T ierra aum enta .
Las actividades de los seres humanos amenazan 
directamente la biodiversidad
La destrucción d e hábitats, la 9obreexplotación, las espedes invaso­
ras, la con tam inad ón y el calentam iento g lobal p lan tean los mayores 
riesgos para las pob ladones naturales, la s espedes e n peligro de ex­
t in d ó n con frecuencia enfrentan varias d e estas am enazas d e m anera
Conservación de la biodiversidad de la T ierra 5 8 7
ato
A F IG U R A 30-6 La d em an d a h um ana su p era la 
b io capad d ad estim ada d e la T ie rra Huella ecológica de la 
humanidad d e 1961 a 2005, expresada como una fracción de 
b b iocapaddad sustentabtetotal d e la T ierra (linea punteada en 
1.0). En 1961 se usaba alrededor d e la nutad de la biocapaddad 
de la Tierra. Para 2005 se habrían requerido alrededor d e 1.3 
planetas T ierra para sostener a la humanidad, a las tasas an u a le s de 
consumo, e n una forma sustentable. Ortos tonudos dd World wiidlife 
FUnd (WAT. Fondo Mundial para la Naturafera). ¡a Zooloqleal Soclety o f lomton 
y la CloDal Footprlnt Ndwork. 2008. The t/vmg plaoet repon.
simultánea. Po r e jem p lo , el gran declive e n pob ladones de ranas a 
txvel m und ia l resultó d e una co m b in arió n d e destrurrión de hábi- 
t it, especies invasoras, con tam inad ón e infecciones provocadas por 
hongos q ue m uchos expertos consideran está lig id a a l calentam iento 
global (léase ‘ G uard ián d e la T ierra: Ranas e n pelig ro ’ d e las páginas 
456-457). Io sa rre d frs d e coral, hogar d e aproxim adam ente u n te rdo 
de espedes d e peces m arinos (m ás d e cuatro m il espedes), sufren de 
una co m b in ad ó n d e pesca excesiva, con tam inadón y calentam iento 
global, l a U IC N estima q ue hasta un terdo de todos los corales que 
construyen arredfes están am enazados p o r la extindón.
La destru cción de l h á b iu t e s la am enaza 
m is se rie a la b io d iv e rs id a d
Desde que las personas in ic iaron la agricultura hace cerca d e 11 m il 
años, la fierra ha perd ido casi la m itad d e su cubierta boscosa total. 
En la actualidad, aunque m uchos bosques tem plados se recuperan, 
h selva tropical se tala a una tasa d e m ás d e 1 30 m il k ilóm etros cua­
drados cada añ o (aproxim adam ente e l área de u n cam p o d e fútbol 
cada segundo). A dem ás d e proporcionar m adera para exportación, 
la tierra d e la selva tropical ae convierte extensivamente a la agricul- 
aíra para proveer la dem anda m undial d e cárnicos, café, soya, acei- 
* d e palm a, caña de azúcar y b iocom bustib ies (R G U R A 30-7; véase 
tam b ién el apartado 'G u a rd iá n d e la T ierra: Biocom bustib les: ¿son 
falsos sus beneficios?’ e n la página 124). Puesto q ue la selva tropical 
es hogar d e alrededor de 5 0 % d e las plantas y an im ales d e la Tierra, 
su destrucción es un a d e las causas principales d e desaparición d e la 
b iodiversidad.
l a IU C N identificó la d estn irrión de hábitat ro m o la p rin c i­
pal am enaza a la b iod iversidad m u n d ia l con fo rm e se ponen presas 
e n los ríos, se d renan los hum edales, y los pastizales y bosques se 
con vien en en terreno agrícola, cam inos, v iv ien d a e industria. La 
pérdida d e hábitat impacta a m ás de 8 5 % de todos los m am íferos,
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