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Continuidad_y_renovacion_en_de_rodillas

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EL ESPAÑOL Y LAS LENGUAS 
PENINSULARES EN SU DIACRONÍA: 
MIRADAS SOBRE UNA HISTORIA 
COMPARTIDA
ESTUDIOS DEDICADOS A 
M.ª TERESA ECHENIQUE ELIZONDO
Editores
M.ª José Martínez Alcalde 
Juan Pedro Sánchez Méndez 
Francisco Javier Satorre Grau 
Mercedes Quilis Merín 
Amparo Ricós Vidal 
Adela García Valle 
Francisco Pedro Pla Colomer 
Santiago Vicente Llavata
tirant humanidades
Valencia, 2020
Copyright ® 2020
Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede 
reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o me-
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DEPÓSITO LEGAL: V-1934-2020 
ISBN: 978-84-1832-922-7 
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Índice
Presentación ..................................................................................................... 15
Semblanza de M.ª Teresa Echenique Elizondo ........................................... 17
M.ª José Martínez Alcalde, Juan Pedro Sánchez Méndez, Francisco Javier Sa-
torre Grau, Mercedes Quilis Merín, Amparo Ricós Vidal, Adela García Valle, 
Francisco Pedro Pla Colomer y Santiago Vicente Llavata
Bibliografía de M.ª Teresa Echenique Elizondo .......................................... 41
Hacia una historia de la fraseografía española: propuestas de estudio .... 57
Vicente Álvarez Vives
El amor como enfermedad y la sátira de los médicos en un romance im-
preso y manuscrito de Quevedo............................................................... 75
Mariano de la Campa Gutiérrez
Els valencianismes de la traducció castellana del Thesaurus Puerilis 
d’Onofre Pou (1575) de Bernabeu Soler (1615) ...................................... 91
Emili Casanova Herrero
Locuciones prepositivas somáticas en los romanceamientos bíblicos me-
dievales ....................................................................................................... 109
Viorica Codita
Un versificador a la sombra del Magnánimo: Carvajales y su cancionero.. 125
Giuseppe Di Stefano
Lexicalización primero, gramaticalización después. Aproximación a la 
génesis de cualquiera ................................................................................ 153
Javier Elvira
Contribución al estudio del cultismo en la Edad de Plata de la cultura 
española ...................................................................................................... 169
Consuelo García Gallarín
La pérdida del caso y su relación con otros fenómenos .............................. 189
José María García Martín
12 Índice
Las mujeres como sujetos de encuesta en el Atlas Lingüístico de la Pe-
nínsula Ibérica (ALPI) .............................................................................. 209
Pilar García Mouton
La fraseología en el proceso de traducción del latín al romance en el siglo 
XIII: los fundamentos de las locuciones adverbiales en la documenta-
ción notarial ............................................................................................... 229
Adela García Valle
De gramática a compendio: el caso de Salvá (1837 y 1838) ....................... 245
José J. Gómez Asencio 
Gregorio Mayans, lexicógrafo ........................................................................ 267
Virginia González García
Nombres españoles del euskera ..................................................................... 289
Fernando González Ollé
Convergencia y divergencia vasco-románica en las formas de tratamien-
to: vasco zu y castellano vos ..................................................................... 305
José-Ignacio Hualde y Manuel Pérez Saldanya
Nombres de parentesco y nombres de relación en (proto) vasco .............. 329
Joseba A. Lakarra
Reflexiones sobre algunas voces castellanas de especialidad en el Diccio-
nario trilingüe del padre Larramendi (1745) ........................................ 363
Ángeles Líbano Zumalacárregui
Cambios de los sustantivos en aposición: fondos buitre, cláusulas suelo . 381
Margarita Lliteras
Tomando cartas en el estudio de la fraseología del siglo XVIII ................... 397
María José Martínez Alcalde
Consecuencias en el bilingüismo actual de algunas divergencias diacró-
nicas entre castellano y vasco ................................................................... 419
Miren Lourdes Oñederra
Sobre el origen y la distribución geográfica de la voz columpio en caste-
llano ............................................................................................................. 435
Enrique Pato
Índice 13
Un legado vivo en la Biblioteca Valenciana: los materiales de Rafael 
Lapesa sobre el Rimado de Palacio ......................................................... 451
Francisco Pedro Pla Colomer
A escondidas / às escondidas, en escondido / em escondido: notas sobre la 
variación fraseológica en castellano y portugués medievales .............. 469
David Porcel Bueno
La Impugnación razonada contra el prontuario de ortografía castellana 
(1845) de Victoriano Hernando, adalid de la ortografía rrazional .... 483
Mercedes Quilis Merín
En los orígenes de la nomenclatura contable castellana: el caso de balan-
ce ~ avanzo ~ balanzo ~ avance ............................................................... 509
Mariano Quirós García
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología ............ 523
Juan Manuel Ribes Lorenzo
La primera persona de plural en el lenguaje científico del Renacimiento. 
De Sphaera mundi de Johannes de Sacrobosco y sus traducciones al 
lenguaje vernacular en el siglo XVI .......................................................... 541
Amparo Ricós Vidal
El discurso ajeno en testimonios inquisitoriales ......................................... 563
Emilio Ridruejo
Ecos italianos en Del origen y principio de la lengua castellana de Ber-
nardo de Aldrete ....................................................................................... 581
María Rodrigo Mora
La proyección de la historia lingüística vasco-románica en América: el 
caso de la Audiencia de Quito y la provincia de Venezuela .................. 595
Juan Pedro Sánchez Méndez
La continuidad de la escuela de Menéndez Pidal: correspondencia entre 
Rafael Lapesa y Manuel García Blanco .................................................. 615
Carmen Sanchis Calvo
Más sobre el adjetivo predicativo .................................................................. 633
Fco. Javier Satorre Grau
14 Índice
Movimiento espacial y apertura del diálogo ................................................ 649
Angela Schrott
¿Un caso de contacto vascorrománico en la forma Honia? ....................... 671
María Jesús Torrens Álvarez y Emiliana Ramos Remedios
La norma académica y el uso del español a través del tiempo. Datos de 
un corpus de inmediatez comunicativa .................................................. 689
Mónica Velando Casanova
Bibliotecas, corpus, Filología ......................................................................... 707
Santiago Vicente Llavata
La transmisión de valores morales cristianos a través de la enseñanza de 
la ortografía castellana .............................................................................. 731
MaríaLuisa Viejo Sánchez
Cuando el futuro no tiene futuro ................................................................... 747
Roger Wright
Tabvla gratvlatoria ........................................................................................... 761
Continuidad y renovación en de rodillas: 
diacronía y fraseología1 2
JUAN MANUEL RIBES LORENZO
Universitat de València 
juan.m.ribes@uv.es
1. FRASEOLOGÍA Y DIACRONÍA
No cabe duda de que la fraseología histórica española ha visto en 
los últimos tiempos un florecimiento en su investigación, hecho que 
tiene su origen en las pautas que estableció María Teresa Echeni-
que (2003). En ellas, el objeto de la fraseología histórica se centra en 
«abordar desde el punto de vista diacrónico el estudio de las locucio-
nes del español» (Echenique, 2003, 547). Pues bien, enmarcado en la 
fraseología de perspectiva histórica, y bajo la metodología filológica 
que caracteriza su estudio, el presente trabajo pretende observar una 
construcción bien conocida y de raigambre hispánica constatada: la 
locución adverbial de rodillas. 
1 Este trabajo se inscribe en el proyecto Historia e historiografía de la lengua 
castellana en su diacronía contrastiva (HISLECDIAC) con referencia FFI2017-
83688-P, financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo 
Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y gestionado por la Universitat de 
València a través del Departamento de Filología Española. El proyecto forma 
parte del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica 
de Excelencia, Subprograma Estatal de Generación de Conocimiento.
2 En 2010 tuve la oportunidad de asistir por primera vez a una clase donde la 
profesora Echenique nos enseñaba la importancia de las lenguas peninsulares y 
su fuerte vínculo con el castellano durante siglos. En los últimos años he tenido, 
además, la valiosísima oportunidad de aprender a su lado como investigador, 
como profesor y crecer como persona. Quisiera desde aquí ser partícipe de este 
agradecimiento colectivo y académico por tanto y tanto aportado a la ciencia 
filológica. En lo personal, la gratitud nunca cesará.
524 Juan Manuel Ribes Lorenzo
Al igual que todas las unidades fraseológicas, dicha locución se 
concibe como un constructo que se rige –como producto históri-
co que es– mediante aspectos bien entrelazados. De ellos se quie-
ren destacar dos: uno se corresponde con la fijación; el otro, con 
la especialización semántica (Corpas Pastor, 1996, 23-25). Por un 
lado, la fijación se resuelve como resultado de la continuidad de la 
que participa la construcción en el propio decurso lingüístico bajo 
una determinada forma (García-Page Sánchez, 2008, 216-219); por 
otro lado, la idiomaticidad se concibe como el producto relativa-
mente alejado de la composición de los constituyentes en el reco-
rrido semántico (Corpas Pastor, 1996, 26-27; García-Page Sánchez, 
2008, 388-389). Con todo, el lector podrá advertir con peculiar 
interés que la locución de  rodillas dista mucho de tener un valor 
idiomático, similar al de otras unidades fraseológicas como son, por 
ejemplo, en vilo, perder el norte o soltarse la melena. Ello permite 
afirmar que la transparencia de la primera es más que percepti-
ble, por no decir que incluso cabe contemplar la posibilidad de su 
existencia debido a una reiteración semántica prolongada en la que 
todavía perviven, a priori, los valores significativos de los consti-
tuyentes (de ahí su transparencia y no idiomaticidad)3. Como bien 
ha señalado González Rey (1998,  61): «ni todos los componentes 
llegan a ‘perder’ su identidad ni, a veces, lo hace ninguno de ellos», 
hecho bastante general en no pocas locuciones.
Además de todo ello, ante la perspectiva histórica adoptada, apa-
rece la necesidad de observar de hinojos, debido al carácter sinóni-
mo con la locución adverbial de rodillas expuesto por la Academia. 
Para ello, se estima acertado estudiar el recorrido histórico4 de ambas 
3 No hay que olvidar que no pocos estudiosos (García-Page Sánchez, 2008, 
389; Penadés Martínez, 2012, 43; Conca y Guia, 2014, 54-55, etc.) aceptan 
una realidad transparente e idiomática en uno de los extremos del conti-
nuum semántico de las locuciones, en las que, entre ambas áreas finales, 
hay una existencia de gradualidad importante donde tienen cabida las locu-
ciones que han sido partícipes de uno o más cambios semánticos desde su 
fraseogénesis.
4 El uso lingüístico vendrá determinado por su plasmación a través de los corpus 
de carácter histórico manejados en la filología actual como es el Corpus diacró-
nico del español (CORDE), la consulta del Corpus del Nuevo diccionario histórico 
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 525
construcciones, así como contrastar toda la información que los dic-
cionarios desprenden de ellas, sean académicos o no5. A todo ello, se 
suma la necesidad de considerar las variantes gramaticales que ambas 
locuciones poseen con la preposición en, de menor raigambre hispá-
nica y sin triunfo en la norma actual. Otro de los aspectos que cabe 
señalar es la sustitución léxica ocurrida entre las voces hinojo y rodilla 
en el ámbito fraseológico, por ejemplo, o la fuerte fijeza que posee la 
construcción, indicada mediante la inmovilidad de la preposición de.
Quizá indagar en el pasado permita resolver cuestiones, algunas 
de índole semántica, que han podido afectar al origen y desarrollo de 
las locuciones que aquí se tratan. En este sentido, si de pie es sinóni-
mo de en pie, como bien señala el Diccionario académico (DLE23, s. v. 
pie)6, ¿por qué el uso no ha permitido lo mismo con de rodillas y en 
rodillas?7 Tal vez el valor preposicional posea nociones que ayuden a 
arrojar luz a dichas cuestiones.
2. ALGUNAS CONSIDERACIONES EN EL ESTUDIO 
HISTÓRICO DE LA FRASEOLOGÍA
Según la quinta acepción del Diccionario de la lengua española 
en su última edición, la Fraseología es aquella «parte de la lingüís-
tica que estudia las frases, los refranes, los modismos, los prover-
bios y otras unidades de sintaxis total o parcialmente fija» (DLE23, s. 
v. fraseología)8. La definición académica llega a mostrar su objeto 
del español (CNDH), o el Fichero general de la Real Academia Española.
5 El cúmulo de sincronías se pretende observar a través del Nuevo tesoro lexi-
cográfico de la lengua española, de la Real Academia Española (NTLLE), y el 
Nuevo tesoro lexicográfico del español (s. xIV-1726), de Nieto y Alvar (NTLE).
6 [En línea, consultado el 7 de noviembre de 2019]. Disponible en: https://dle.
rae.es/?id=SwyZKJX
7 Esta cuestión ha sido esbozada en ocasiones por la profesora Echenique tanto 
en conversaciones privadas como en encuentros abiertos de cariz científico; se 
tiene intención de encontrar datos que puedan llegar a resolver tal incógnita o 
aportar pistas para su futura explicación. 
8 [En línea, consultado el 28 de octubre de 2019]. Disponible en: http://dle.rae.
es/?id=IPoTKej
526 Juan Manuel Ribes Lorenzo
de estudio como aquellas construcciones que poseen una rigidez 
sintáctica, sin especificar el grado o naturaleza de tal consistencia. 
Al observar la fijación (hecho que solo puede llevarse a cabo desde 
un análisis histórico), el estudioso puede llegar a vislumbrar con 
acierto los dos límites; o bien la fijeza extrema, o bien la movili-
dad característica de la sintaxis libre. La primera parece percibirse 
mediante la no permisión de alteraciones en la construcción y la 
inmovilidad de los constituyentes (como ocurre en de rodillas); la 
segunda es totalmente conocida: el discurso lingüístico junto a sus 
propiedades sintagmáticas y paradigmáticas. El inconveniente ra-
dica en que la fijeza intermedia o no extrema, como continuum que 
es esta, rara vez resulta interpretable, pues carece de rasgos eviden-
tes que permitan afirmar, de manera objetiva, un punto dado en su 
escala de fijación; en otras palabras, la frontera de mayor o menor 
fijeza es poco nítida.
Al tomar las locuciones como objetode estudio, se asume que es-
tas son partícipes, además, de unas propiedades generales9 que, en 
sentido estricto, son graduales y no exclusivas. De este modo, una 
locución, en el sentido más aceptado y vigente10, se amolda para el 
9 Corpas Pastor (1996, 19-32) las da a conocer como características lingüísticas: 
frecuencia, estabilidad (fijación y especialización semántica), idiomaticidad, 
institucionalización, variación y gradación. En este trabajo, cobran especial-
mente interés la estabilidad de los componentes, su institucionalización y la 
gradación. Todas ellas, sin embargo, conforman un entramado de cualidades 
en las que unas se interrelacionan con otras de manera que el devenir de una 
procede de la participación de otras y a la inversa. 
10 Son numerosos los trabajos que han tenido como objeto extraer una defini-
ción de locución. En el ámbito hispánico, estudios como los de Casares Sán-
chez (1950), Zuluaga Ospina (1980), Corpas Pastor (1996), Ruiz Gurillo (1997), 
Montoro del Arco (2006) o García-Page Sánchez (2008), entre un largo etcéte-
ra, son los más certeros en su intento. Se acepta aquí la de Corpas Pastor (1996, 
22): «Las unidades fraseológicas son combinaciones estables formadas por al 
menos dos palabras y cuyo límite superior se sitúa en la oración compuesta. Se 
caracterizan por la alta frecuencia de aparición en la lengua y de coaparición 
de sus elementos integrantes, así como por la institucionalización, la estabili-
dad, la idiomaticidad y la variación potencial que dichas unidades presentan 
en diverso grado». Sin embargo, se tiene plena consciencia de la dificultad que 
entraña la separación, en su aspecto semántico, de una locución con sentido 
transparente y sentido idiomático.
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 527
análisis histórico; ahora bien, cabe señalar que la naturaleza escalar 
y no absoluta de las características debe tomarse como principio bá-
sico en su observación (García-Page Sánchez, 2008, 23). 
Para ello, el estudio diacrónico que proporciona la fraseología his-
tórica es de gran utilidad y, en este sentido, la lengua es «un sistema 
que retiene una cierta cantidad sobre su propio pasado» (Michele-
na Elissalt, 1986 [1963], 11)11. Cabe señalar que este principio debe 
acompañar siempre al estudioso que observe los componentes de un 
idioma. La lengua pasada se perpetúa, como actividad que es (Lape-
sa, 2000 [1971], 34), a través de los testimonios conservados, no sin 
dejar rastro de su modo de existir en ellos, en el que las estructuras y 
sus usos todavía resuenan como un eco apenas perceptible12. 
A estas afirmaciones que perfilan una idea común, la retención 
de un pasado en un estadio de lengua, hay que añadir la importan-
cia del conocimiento de la gramática y el léxico del español de hoy 
y de ayer. En este sentido, una estructura fija es producto de un uso 
prorrogado a lo largo de su devenir, aportando valores significativos 
moldeados a un uso bien delimitado y singular13 con su repetida 
manifestación. Al unir el pasado retenido con la historia inheren-
te, con la inmovilidad y con las propiedades semánticas, emergen 
11 El pasaje completo es el siguiente: «Una lengua es en un momento dado un 
medio de comunicación, un instrumento que sirve para ese fin dentro de una 
comunidad numerosa o reducida, concentrada o dispersa en espacios más o 
menos amplios: lo es en un momento dado y lo sigue siendo en todos y cada uno 
de los momentos de su historia, a pesar de los cambios que puedan modificar su 
economía, mientras conserve la adhesión de un grupo humano. Pero por otra 
parte, y este es el aspecto que nos interesa aquí, desde el punto de vista dia-
crónico constituye un sistema que retiene una cierta cantidad de información 
sobre su propio pasado, sobre sus fases anteriores» (Michelena Elissalt, 1986 
[1963], 11).
12 Las palabras de Echenique son afortunadas al respecto: «todo o casi todo en la 
lengua es pasado, lo que equivale a decir que es pervivencia de un estadio ante-
rior, aunque ese estadio tenga poco recorrido: todo, o casi todo, es, por lo tanto, 
historia» (Echenique Elizondo, 2014, 48).
13 Tal es el caso, por ejemplo, de la desautomatización, efecto de esa utilización de 
los componentes, que, a diferencia de las locuciones, se intenta aproximar los 
constituyentes a la lexicalidad y la sintaxis libre (o menos bloqueada) a través de 
una reflexión lingüística (García Padrón y Batista Rodríguez, 2016).
528 Juan Manuel Ribes Lorenzo
rasgos que cabe observar en una unidad fraseológica. Como a con-
tinuación se verá, esas características oscilarán entre la renovación, 
como irrupción de un cambio determinado en la lengua; y la conti-
nuidad, pervivencia de las voces y sus relaciones interconectadas en 
el devenir por el paso del tiempo. 
3. RENOVACIÓN FRASEOLÓGICA: 
DESDE DE HINOJOS HASTA DE RODILLAS
Una de las tantas afirmaciones nada desdeñables que hizo Juan 
de Valdés allá por las cercanías de 1535 en su Diálogo de la lengua 
tenía como objetivo la sustitución léxica; escribía así: «por lo que al-
gunos dizen inojos o hinojos, yo digo rodillas» (Valdés, 2008, 170). 
En tal asunción se muestra de manera muy explícita la contienda 
que sufrían, para designar la articulación intermedia de la pierna, la 
voz hinojo, sea cual fuera su realización fónica14, y la palabra rodilla. 
La primera parece ser sentida ya como no tan buena, a diferencia de 
la segunda, pues Valdés así lo aseveraba al escribir que «quando yo 
hablo o escribo, llevo cuidado de usar los mejores vocablos que hallo, 
dexando siempre los que non son tales» (Valdés, 2008 [1535-1536], 
164-165). Al respecto, Corominas, en relación con hinojo, señalaba 
que «todavía Juan de Valdés en el segundo cuarto del siglo XVI no 
lo considera totalmente anticuado» (DCECH, vol. 6, 366). A ello hay 
que añadir las palabras de Amado Alonso sobre el modo de hablar 
valdesiano:
Su tema no es la lengua literaria, sino la hablada. Siendo Valdés cortesa-
no y toledano, y siendo el lenguaje de Toledo y el de la Corte prácticamente 
uno, y el que pasaba por ser el mejor, universalmente aceptado por los espa-
14 La confusión entre hinojo < FENŭCŭLUM y enojo < GENŭCŭLUM fue causa por la 
atracción que ambas voces sufrieron la una hacia la otra (DCECH, vol. 6, 366); 
ahora bien, la contaminación de la f- y la aspiración inicial en el primer vocablo 
pudo incluso llegar a tener consecuencias fónicas en el segundo. Sin duda se 
trata del mantenimiento de tal sonido en una época donde «la f desapareció, 
sustituida por h, que en Castilla la Vieja no se aspiraba ya desde mucho antes» 
(Lapesa, 2008 [19819], 313).
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 529
ñoles como base para el «español» general, Valdés y sus contertulios acuer-
dan limitar el inmenso tema y reducirlo al habla de la Corte y de Toledo; de 
las formas regionales tratarían sólo por excepción (Alonso, 1953, 29).
En realidad, ello se traduce en que la voz rodilla estaba más cer-
cana al lenguaje cortesano del siglo XVI que la palabra hinojo, de am-
plitud regional variable y con una sustitución léxica que fue paulatina 
en el dominio peninsular. Por ejemplo, los derivados de la primera ya 
tenían cierto uso desde el siglo XV, como muestra la voz rodilludo, 
que ya se registra en Juan de Mena en su Copla sobre un macho que 
compró un fraile (CORDE); no menos es el verbo arrodillar, con regis-
tros en CORDE desde comienzos de esa centuria. Como reflejo de la 
oralidad y la norma más prestigiosa, las obras lexicográficas enseña-
rán en su primer registro algunas de ellas; palabras como arrodillar 
y arrodilladura aparecen con Nebrija (NTLLE, Vocabulario, 1495, 21); 
otros vocablos serán más tardíos, como arrodillamiento y rodillazo 
con Palet (NTLLE, Diccionario, 1604, 37 y 267) o rodilludo, en el Teso-
ro de Oudin (NTLLE, Tesoro de las dos lenguas, 1607, 461). Una simple 
muestra que indica el vigor y fortaleza con que contaba la voz rodilla 
desdeel siglo XV.
Al poner el foco en el par de locuciones de hinojos y de rodillas, 
existe la posibilidad de extraer varias aserciones que son de interés 
para la fraseología. La primera se corresponde con la sustitución 
lingüística que tiene lugar en los significantes que designan la ‘zona 
donde se une el muslo con la parte inferior de la pierna’; la segun-
da, el sentir antiguo en el siglo XVI de la voz hinojo para tal efecto 
referencial frente a la voz de uso preferido, rodilla. Finalmente, y 
por extensión, la tercera: la fraseología posee la capacidad de hacer 
perdurar léxico ya no percibido como general en una determinada 
sincronía. Puesto que la sustitución de una voz por otra en el lexicón 
se vincula con su disponibilidad en la fraseología (Echenique, 2003, 
553), la forma de palabra15 hinojos, como plural, se fue convirtiendo 
15 Se utiliza aquí la terminología que acuña Alonso Ramos (2012, 118): «para 
producir una forma de palabra, desde el punto de vista de la síntesis, hay que 
escoger una raíz y proporcionarle afijos, según el sentido que se quiere expresar 
y según el contexto».
530 Juan Manuel Ribes Lorenzo
ante los ojos de Valdés en palabra diacrítica (pues estaba en pleno 
proceso de sustitución) para existir hoy en exclusiva en el seno de la 
locución adverbial de hinojos. En este sentido, la conversión en pala-
bra idiomática parece haber venido de la mano del uso cada vez más 
amplio de la voz rodilla. 
Por otro lado, uno de los aspectos más sobresalientes es la deter-
minación del sintagma en construirse mediante el núcleo y la prepo-
sición de, pues las muestras con en son escasas. Para observar tal he-
cho, un tanteo en CORDE será suficiente para esbozar una trayectoria 
y visión global de las cuatro posibilidades: de hinojos, en hinojos, de 
rodillas y en rodillas.
En el corpus diacrónico de la Academia, de hinojos se registra 
por primera vez en la lengua castellana bajo la forma de ynoios en 
la Gran Conquista de Ultramar (1293)16. Con un significado exacto 
e igual al vigente en el español de hoy, ‘sostenido en el suelo por las 
rodillas, con las piernas dobladas como base’; este sigue siendo equi-
valente al de la locución de rodillas (DLE23, s. v. hinojo2)17. En CORDE 
se encuentran además las formas de inojos, con 159 casos (en docu-
mentos fechados desde 1303-1309 hasta uno de c. 1650), de finojos, 
con 36 casos (1344-1792), de ynojos, con 28 (a. 1352-1550), y 370 bajo 
la construcción de hinojos (c. 1414-1972), todas ellas con el mismo va-
lor semántico. Su suma asciende a 593 casos en CORDE, desde 1293 
hasta 1972, con continuidad general en el español de hoy, y mayor 
uso en el español transoceánico contemporáneo18. Por su parte, la 
16 CORDE lo muestra así: «E assi commo un pobre çelurgiano maestro de llagas 
parosse antel de ynoios. & ayudo a atar el braço». Consultado 30 de octubre de 
2019. [En línea]. Disponible en: http://corpus.rae.es/cordenet.html
17 Consultado el 30 de octubre de 2019. [En línea]. Disponible en: https://dle.rae.
es/?id=KQ8XekS
 La presente locución se recoge en la obra académica con dos acepciones bien 
diferenciadas: la primera «Con las rodillas dobladas y apoyadas en el suelo, y el 
cuerpo descansando sobre ellas, generalmente en señal de respeto o veneración, 
o por castigo o penitencia»; y la segunda, «En tono suplicante y con ahínco» 
(DLE23, s.v. rodilla). Consulta: 5 de noviembre de 2019. [En línea]. Disponible 
en: https://dle.rae.es/?id=WbiPY7W
18 Para ello, confróntese con los resultados que desprenden el Corpus de referencia 
del español actual (CREA) y el Corpus del español del siglo xxI (CORPES xxI). Tan-
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 531
variante gramatical con la preposición en, en hinojos, se recoge tan 
solo en tres documentos bajo cuatro ocurrencias, dos como en finojos 
(1344 y 1442) y dos como en hinojos (1442 y 1918) y carece de institu-
cionalización en obras codificadoras (esto es, no se recoge en ningún 
diccionario). Como se observa, la construcción con la preposición de 
es mayoritaria (99,33 %), no así la que contiene en (0,67 %). 
En cuanto a de rodillas, según CORDE, ve su inicio hacia 1300-1305 
en el Libro del cavallero Zifar19 y perdura hasta la actualidad con 
gran vigor. Su devenir parece no haber visto disrupciones en la len-
gua de manera especial, como bien constatan los 4.333 casos20 re-
cogidos en el corpus académico, a diferencia de lo que ocurrió con 
su predecesora a partir de fines del XVI. La variación de la locución, 
exclusivamente morfológica (de rodilla), se desarrolla en el momen-
to en el que la voz comienza a expandir su uso (siglos XV-XVI) y la 
variante gramatical de la locución con en (en rodillas) es escasa; tan 
solo se registran en CORDE dos ocurrencias con valor fraseológico. La 
primera de ellas, datada alrededor de 1635 en la obra de Antonio 
Mira de Amescua, Callar en buena ocasión, donde aparece mostran-
do el modo en el que el actor debe recitar su pasaje21; y la segunda y 
última se data en 1743 en un documento de la Jurisdicción de Chiapa 
(México). Al igual que lo ocurrido con la anterior locución, la cons-
trucción con la preposición de es mayoritaria (99,96 %), relegando la 
variante con en a una aparición mínima (0,04 %).
to los datos, como las estadísticas son muy ilustrativas y enriquecedoras para el 
estado actual de análisis fraseológico de esta locución. 
19 El fragmento que sigue es, sin duda, captivo del valor semántico (modal-loca-
tivo) que hoy se mantiene, así: «E la señora de la villa se hincó de rodillas & 
alçó las manos a Dios & agradesciole quánta merced de fiziera en aquel día». 
Consultado 2 de noviembre de 2019. [En línea]. Disponible en: http://corpus.
rae.es/cordenet.html
20 El último fechado en CORDE se corresponde con una ocurrencia existente en la 
obra de Salvador de Madariaga ¡Viva la muerte!, de alrededores de 1974.
21 Por boca de Sancho, se muestra el siguiente fragmento, donde se inserta el 
modo en el que se debe alterar la posición del actor: «Si me quieres entregar/ 
¿porque, señora, dilatas/ entre engañosa piedad/ una muerte deseada?/ (Pues-
to en rodillas) Bibir quise por amarte». Consultado el 13 de noviembre de 2019. 
[En línea]. Disponible en: http://corpus.rae.es/cordenet.html.
532 Juan Manuel Ribes Lorenzo
La renovación se observa, por tanto, en el intercambio de la pa-
labra con el rol de núcleo en la locución. En este sentido, se puede 
confirmar que la construcción de hinojos comienza a sustituirse de 
manera paulatina por de rodillas, del mismo modo que ocurrió con 
su designación general fuera del ámbito fraseológico22. 
4. CONTINUIDAD FRASEOLÓGICA: 
DE GENICŬLIS > DE HINOJOS > DE RODILLAS
El análisis histórico de las locuciones aquí tratadas permite re-
construir un pasado en el que de hinojos precedió a de rodillas. Pues 
bien, un eslabón anterior en la cadena de los formantes de la locución 
quizá pueda arrojar luz al uso mayoritario de la construcción con de. 
Ello puede llegar a vislumbrar una posible estructura subyacente [de 
+ núcleo] en la que el núcleo es formado por la voz en su forma plu-
ral, debido a la naturaleza dual del referente designado, la articula-
ción intermedia de ambas piernas.
El antecedente del plural hinojos se corresponde con el caso 
oblicuo del latín vulgar, un hipotético *genŭcŭlos procedente de la 
reorganización casual y las alteraciones y confusiones habidas en-
tre declinaciones y casos (Väänänen, 2003 [19883], 182-189; Ro-
dríguez-Pantoja, 20052, 121). Bien es sabido que los neutros de la 
4.ª declinación pasaron pronto a interpretarse como masculinos 
(Väänänen, 2003 [19883], 171)23 y a su vez no pocas voces tuvieron 
en su devenir una formación por sufijación en diminutivo (-CŭLUM) 
(Väänänen, 2003 [19883], 139, 153), a esto hay que añadir que «la 
distinción entre desinencias casuales de un mismo número podía 
22 ¿Cabría pensar, por tanto, la idea de una locución en la que ha existido una 
sustitución en su núcleo o nosenfrentamos a dos locuciones distintas pero sinó-
nimas? La primera opción parece la más indicada, aunque contravenga a priori 
ciertas bases de la fraseología.
23 De hecho, el propio Väänänen señala el caso de genu, donde se muestran for-
mas que delatan la confusión y el cambio de la mano de genus y genum. Eso 
sí, no pocos neutros plurales terminados en -a pasaron a interpretarse como 
femeninos, como lĭgna > leña, «en el latín popular y tardío (…) aunque en parte 
con una distinción de sentido» (Väänänen, 2003 [19883], 171).
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 533
desaparecer sin gran daño para la comprensión, gracias sobre todo a 
las preposiciones» (Lapesa, 2008 [19819], 73). Todo ello hace plausi-
ble tener en cuenta una forma plural terminada en -os, ya bajo-latina, 
ya románica, que pudiese desempeñar el papel de término preposi-
tivo24 en un complemento circunstancial como es el funcionamiento 
de tal locución adverbial. 
Si la preposición Dē era una partícula que regía ablativo, bien es 
cierto que las nociones aportadas por este caso pronto comenzaron 
a ser también resueltas mediante el uso del acusativo, acuciante y 
ganando terreno a otros casos (Väänänen, 2003 [19883], 185). Pues 
bien, si Tertuliano escribía Die dominico ieiunium nefas ducimus, 
uel de geniculis adorare (‘Consideramos pecaminoso [el ayuno, y 
también] el orar de rodillas los domingos’) en su De corona militis 
allá por el siglo III (Du Cange, vol. 3, 57, s. v. genuculum1), San Je-
rónimo señalaba que die Dominico, et omni Pontecoste, nес de geni-
culis adorare (‘los domingos, y durante todo Pentecostés, no orar de 
rodillas’) (Vitae, 1023-1024 s. v.  genvflexio; Dialogus adversus Lu-
ciferanus, 164). Con todo, esta manera de soportar el cuerpo no es 
ajena al castellano de orígenes, medieval y áureo, como tampoco lo 
fue en la cristiandad visigoda ni romano-hispánica, pues construc-
ciones como «Fincaron los ynoios antel çid campeador» (Cid, 52v, v. 
2593) o «Hynoios fitos ſedie el campeador» (Cid, 41v, v. 2030) son 
una constante desde comienzos del siglo XIII, llegando a establecerse 
como una locución25 de gran uso en toda la literatura de caballerías 
del XIV y XV. En el Quijote, el famoso hidalgo y su acompañante ha-
cen gala de tal posición, como un distinguido comportamiento más, 
esta vez con la forma con la preposición de: «Y ſin dezir mas, ſe fue a 
poner de hinojos ante Dorotea» (Quijote I, 271v) o «y diciendo, y ha-
24 Bassols ya afirmaba que «en el latín hablado, sin embargo (a partir ya de la 
época imperial), aparecen muchas veces las preposiciones unidas a un caso que 
no les corresponde. En general se observa una clara tendencia a imponer y usar 
exclusivamente el acusativo como caso universal con detrimento del ablativo» 
(Bassols, 1973, 228).
25 Unidad fraseológica que la Academia todavía conserva en su Diccionario: «hi-
nojos fitos. 1. loc. adv. desus. Hincadas las rodillas» (DLE23, s.v. hinojo2). Con-
sultado el 14 de noviembre de 2019. [En línea]. Disponible en: https://dle.rae.
es/?w=hinojo
534 Juan Manuel Ribes Lorenzo
ziendo, ſe arrojô del cauallo, y ſe fue con mucha humildad a poner de 
hinojos ante la ſeñora Teresa» (Quijote II, 190r). No debe sorprender 
que ambas locuciones sean, a su vez, sinónimas y que contengan el 
mismo núcleo fraseológico.
Si la locución de hinojos se puede confirmar como antecedente 
inmediato de la construcción de rodillas (esta última heredó la liga-
zón de la preposición junto al núcleo y, además, fue continuadora de 
la sustitución lingüística de las voces en los siglos XIV-XVII), del mis-
mo modo se puede convenir que la construcción Dē GENŭCŭLIS, con 
un hipotético y probable ajuste románico de la forma de la palabra 
a *genŭc(ŭ)los, fue el precursor originario de de hinojos. La conti-
nuidad fue fruto del contraste entre ambas lenguas, hoy perceptibles 
como distintas pero que se han erigido como extremos indefinidos de 
un devenir lingüístico y fraseológico apenas desdibujado, especial-
mente en este último aspecto. 
5. ALGUNAS NOCIONES VINCULANTES 
A LAS PREPOSICIONES EN Y DE
El valor de la preposición en ha sido tradicionalmente el locativo, 
pues «denota en qué lugar, tiempo o modo se realiza lo expresado por 
el verbo a que se refiere» (DLE23, s. v. en); ahora bien, en su pasado la-
tino la preposición IN acompañaba tanto nombres en ablativo como 
en acusativo. Al respecto, se encuentra un uso nocional románico he-
redado que «expresa las circunstancias o condiciones en que alguien 
se encuentra o algo sucede» (Bassols, 1973, 258-259), tendencia de 
expresión que ha pervivido en la actualidad en numerosas locuciones 
adverbiales como en cama, en breve o en ruinas26, sin haber triunfa-
do junto a la voz hinojos o rodillas a la hora de formar una locución 
duradera. 
26 La primera posee una noción espacial, sobre el mueble destinado a que las personas 
se acuesten en él (si bien hay una implicación causal en tal noción); la segunda, 
con una idea temporal totalmente clara, dentro de un espacio temporal corto; y la 
tercera, con un sentido nocional más que perceptible, bajo un estado decadente.
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 535
La preposición de, en cambio, ha sido portadora de otros valores, 
aunque principalmente la noción de locación es la que la ha acompa-
ñado a lo largo de los siglos. Si Dē implicaba la idea de alejamiento, lo 
hacía por supuesto sobre una superficie dada (ya fuera real o imagi-
naria), de manera que el sentido modal de cómo el sujeto se distan-
ciaba cobraba cierta especialización de eféresis o alejamiento (More-
ra Pérez, 1988, 250)27. Tal idea de alejamiento estuvo asociada en su 
origen a la noción de verticalidad (Hernández Díaz, 2014, 1640), he-
cho que no puede pasarse por alto, pues parece resonar cierta noción 
implícita de apartamiento de las rodillas desde su punto originario 
en dirección al suelo o superficie, lugar de atracción y plano general 
donde se soportan las extremidades inferiores sobre los pies. 
Si ĭN > en más sus términos28 propiciaban -y continúa haciéndolo 
en el español de hoy- el sentido locativo, la preposición Dē > de se 
construía siempre con ablativo para representar relaciones de dis-
tinto orden, salvo las confusiones y variaciones existentes a partir del 
latín imperial (Bassols, 1973, 228). Con todo, la noción primigenia 
de alejamiento ( junto a AB) pasó a utilizarse «para expresar un mo-
vimiento vertical (de arriba abajo)» (Bassols, 1973, 255). Pues bien, 
dejando de lado el partitivo y genitivo romance procedente de esta 
noción (Lapesa, 2000 [1964], 78-79; 82-85), cabe señalar que tam-
bién se llegó a usar la preposición de junto al ablativo «para expresar 
la conformidad y el modo» (Bassols, 1973, 256), por lo que es posible 
que la locución adverbial de rodillas (y su antepasado de hinojos) no 
se llegara a crear con intención locativa, esto es, respondiendo a ‘el 
lugar en donde alguien está’, sino a una respuesta modal para señalar 
‘la manera en que alguien está’29. Es más, la construcción *en rodillas 
27 El mencionado autor señala la idea de eféresis cuando «la posición o el desarro-
llo del sentido es un alejamiento o un movimiento retrospectivo, que parte del 
punto de origen del vector» (Morera Pérez, 1988, 88).
28 La preposición latina acompañaba a sintagmas o sustantivos en ablativo o acu-
sativo. El primero era usado para expresar el interior, la superficie o la centrali-
dad entre una multitud, a la vez que sumaba la respuesta a la cuestión temporal 
ubi. La segunda composición (in + acusativo) se refería a las mismas coordena-
das del ablativo, pero siempre acompañando a verbos de movimiento, dotando 
un sentido de no estaticidad que el ablativo sí poseía (Bassols, 1973, 258-259).
29 Percíbase el alejamiento de la situación general de las rodillas, que se dirige 
536 Juan Manuel Ribes Lorenzo
todavía desprende cierto rechazo entre los hablantes, y ello puede ser 
debido, entre otrosfactores, a la intención locativa –y no direccional– 
vinculada a la preposición en.
6. A MODO DE CONCLUSIÓN
Como se ha podido ver, la fuerte fijación de la locución de rodi-
llas es producto constatado de su historia. Si la estabilidad semántica 
mostrada en el castellano medieval permitió la sustitución de su nú-
cleo por otro vocablo (rodilla por hinojo), el cual pasó a designar la 
misma realidad allá por los siglos XV-XVI. Asimismo, ha sido la esta-
bilidad sintáctica la que dio lugar a la continuidad de la preposición 
Dē > de junto a la palabra nuclear (GENĭCŭLIS, *genŭcŭlos, ienoios, hi-
nojos) para funcionar en su conjunto como un complemento circuns-
tancial. La consideración de la locución como no general en el ámbi-
to hispánico o románico puede erigirse, sin embargo, como indicio de 
una reducción hacia el latín hablado en el solar castellano, en la que 
la automatización y fijeza se tradujeron en perdurabilidad de la cons-
trucción y pervivencia de las nociones semánticas que sostuvieron los 
constituyentes. Al respecto, Bassols ya afirmó que «la pérdida de las 
declinaciones determinó un mayor incremento de las locuciones pre-
posicionales con valor adverbial» (Bassols, 1973, 184)30. Cabe pensar, 
pues, en una continuidad de origen sintáctico que, tras lograr una 
estabilidad semántica, se llegaron a propiciar los mecanismos para 
que la locución estuviese dispuesta al cambio léxico por sustitución 
que estaba ocurriendo entre hinojo y rodilla a partir del siglo XV. 
Con todo, la transparencia semántica ha cobrado especial relevancia 
en tal hecho, pues muy raramente hubiese existido tal cambio sin un 
significado asociado a los propios significantes que terminarían por 
superponerse; la noción de ‘rodilla’ siempre hubo de estar presente 
en la conciencia de los hablantes. Ello no deja de ser otro ejemplo 
de manera vertical a la localización del soporte corpóreo como son los pies y el 
suelo.
30 Para el latinista una locución preposicional con valor adverbial es en realidad 
una locución adverbial construida bajo la forma de un sintagma prepositivo. 
Continuidad y renovación en de rodillas: diacronía y fraseología 537
más de lo que acuñó Rafael Lapesa de manera aguda: «En el sistema 
general de cada lengua las significaciones guardan entre sí relaciones 
de mutua dependencia, tanto en el terreno léxico como en el grama-
tical» (Lapesa, 2000 [1971], 34). En esa interrelación en ocasiones 
cobra mayor fuerza de manera preponderante el plano semántico, 
otras el sintáctico y en otras el léxico, en esta historia particular han 
convergido las tres a lo largo de su devenir. 
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