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1 Año 1, NO 1, JUNIO DE 2016 ISSN 2518-0924 Revista Intercultural 2 Revista del Instituto Norteamericano de Estudios Orientales y Clasicos - NIOS Director Miguel Ángel Polo Santillán Editor Alejandro Salazar Rodríguez Comité Editorial: Hanumatpresaka Swami Ramón Mujica Pinilla Hectór Bejar Rivera Correccion de estilo Ma. Dolores Chávez Garcia Diseño Isabel Palomino Alejandro Salazar Diseño de logotipo Simone Mazoli Diagramación Isabel Palomino Texto de la caratula: Brahma Samhita Capítulo 5, verso 52 Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso respectivo. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2016-07697 Impreso en Visual Impress Calle Duilio Poggi 852. La Perla, Callao, Lima-Perú. La responsabilidad del contenido de los artículos corresponde a los autores. 3 INDICE Shiva, Dionisio y Osiris, Claudio Naranjo ..................................................................... 7 Una perspectiva jungiana sobre la experiencia de lo Sagrado, Beverly Zabriskie ................................................................................... 13 Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana, Kalyan Kumar Chakravarty ........................................................................... 17 Carruajes de la mente: La Psicología y Lo Sagrado en los Textos Sagrados en Sanscrito, Ravi M. Gupta ................................................. 29 La Psicología y lo Sagrado perspectivas de hace 5000 años, Hanumatpresaka Swami ............................................................... 37 Perú: salud mental y filosofía intercultural, Héctor Béjar ......................................... 41 La felicidad, una mirada post-materialista, Cecilia Montero .................................. 47 La meditación como piedra angular del bienestar psicológico: el enfoque del fluir (flow), Ma. Dolores Chávez ..................................... 61 Y fui arrancado al tercer cielo: El papel de la modificación de la conciencia para recuperar la salud, Walter Ojeda Murguía ............................ 67 La ética desde el enfoque junguiano, Maximiliano Peralta ....................................... 77 El viaje de la barca vacía, Miguel Ángel Polo Santillán ............................................. 83 El Arte y lo Sagrado, Grupo-INTEGRO ....................................................................... 89 El libro de los sortilegios, textos breves, Rodrigo Hernández Piceros ...................... 92 4 RESEÑAS .......................................................................................................................... 95 EL TAO DE JUNG. Una vía a la integridad. David Rosen. Miguel Ángel Polo Santillán ............................................................................................ 96 LA LUZ DEL BHAGAVATA. A.C. Bhaktivedanta Swami, Srila Prabhupada. Enrique Quintero (Angirasa Das) .............................................................................. 98 LA PSICOLOGÍA DEL YOGA KUNDALINI. Carl Jung. Eduardo Pérez ................................................................................................................ 100 LA CIENCIA DE LA AUTORREALIZACIÓN. A.C. Bhaktivedanta Swami, Srila Prabhupada. Ma. Dolores Chávez Garcia ........................................... 102 REFLEXIONES EN TORNO A LA GRANDEZA Y LÍMITES DEL SER HUMANO. Blanca R. Cerpa Bustamante. Javier Eduardo Pérez Téllez .......................................................................................... 104 RETAZOS DEL UNIVERSO. Claudia Lira. Javier E. Hernández Soto .............................................................................................. 106 5 Presentación La revista SOLARIS es un espacio intercultural dirigi- do a colaborar con el cultivo y desarrollo del espíritu humano. Es decir, que las categorías analíticas y teóricas son observadas a través del enfoque del bienestar del ser humano, en el aspecto intangible y de sensibilización ha- cia sí mismo. Para ello, se recurre a todas las disciplinas bio-psico-humanísticas. Reconocemos que el reto de la humanidad en nuestros días es abrirse a las posibilidades de autorrealización, que Maslow las coloca en el pico de su pirámide de necesidades, que nosotros queremos en- tenderlas como espirituales. Y es que estamos atrapados en la búsqueda de los bienes materiales y corporales (para usar la clasificación de Aristóteles), pero infravaloramos los bienes espirituales. Y asumimos que sin esos bienes ― lo cual incluye el arte, la poesía, la filosofía, la religiosidad, la búsqueda de sí mismo, la contemplación― seguiremos “atorados” con nuestros logros y temores en torno a los otros bienes . Las guerras mismas son expresiones de in- terés muy materiales, como los económicos, que usan a seres humanos para defender intereses , por ejemplo, en torno al petróleo, a posiciones de poder en el mercado, a no perder lo ganado. Abrirnos a la experiencia espiritual es cambiar nuestra visión del ser humano, de nosotros mis- mos, de no concebirnos solo como animales con necesida- des materiales, sino con una vocación trascendental. Y la imagen del Sol sigue siendo valiosa, también para eva- luar nuestro camino por la generosa Tierra. La experiencia humana con el Sol, desde la antigüedad, fue divinizarla , lo que permitía un gesto de gratitud por permitir la vida, pero hoy reconocemos que también fue una excusa huma- na a las primeras formas de separación y exclusión entre humanos . Y esa tensión entre la trascendencia y las am- biciones humanas ha permanecido a lo largo de la historia 6 humana. Por lo que necesitamos repensar lo que conside- ramos nuestros mundos espirituales , ¿por qué son nece- sarios? ¿Qué consecuencias esperamos que tengan para nosotros y para los demás? ¿Son caminos o solo meras ilusiones humanas? ¿Realmente podemos ignorar nues- tras necesidades espirituales? ¿Qué consecuencia traería eso? ¿Y qué nos dicen estos tiempos para el cultivo de los bienes espirituales? Presentamos el número 1 de la revista Solaris porque queremos abrir un gran espacio fraterno de diálogo, desde nuestras distintas percepciones, tanto para entendernos a nosotros mismos como para saber orientar- nos en medio de este caos social. Hoy el Sol nos llega con más fuerza, nos agobia, nos des- hidrata, nos amenaza, sin comprender qué está pasando. ¿Será la pretensión humana actual de ver el Sol directa- mente (el deseo de ser Dios) sin saber que eso nos dañará? ¿Será que hemos destruido las mediaciones (la atmósfera y con ella la biosfera) que nos permitían disfrutar del Sol? ¿Necesitamos nuevas mediaciones culturales para que el Sol nos ayude a vivir? Por ahí también está la intención de este espacio abierto a todo aquel que desee pensar nuestras relaciones con lo sagrado y con lo más íntimo de nosotros mismo. A nombre del Comité Editorial, termino esta presentación con la gratitud infinita a todos los colaboradores que han hecho posible esta publicación, desde los apreciados inte- lectuales que nos han enviado sus artículos, hasta los ami- gos que han traducido y diseñado esta propuesta editorial. Que los rayos del Sol nos llegue a todos para el beneficio personal y de toda la humanidad. Miguel Polo Director 7 Claudio Naranjo SHIVA, DIONISIO Y OSIRIS 8 Claudio Naranjo Según Alain Danielou (2008), la divinidad que en la India se ha llamado Shiva es la misma que en Grecia se conoció como Dionisio, y aduce como argumento el que cuando Alejandro Magno llegó a la India y se encontraron los iniciados en su ejército con los “gimnosofistas” hindúes, se reconocieron como hermanos en una misma religión. Si nos preguntamos ahora qué tienen en común Shiva y Dionisio, la respuesta podría no ser aparente, pero algo nos revela el que tanto uno como el otro fueron considerados por el cristianismo personificaciones del Diablo. Y podemoscomprender la razón para ello en que ambas figuras mitológicas y culticas constituyen divinizaciones del mundo natural e instintivo. Dionisio, al que la mitología griega atribuye la invención del vino (Graves, 2011), se asocia a la ebriedad; pero sería una interpretación superficial aquella de entender ésta como una simple irresponsabilidad de la mente que ha perdido el control sobre sus impulsos; pues aunque el vino lleve al abandono del control, no se trata tanto de entrega al placer como de la entrega de la mente en la experiencia mística. Aparece Dionisio en la mitología griega como una figura algo marginal de un dios perseguido (Kerenyi,1996) pues tal mitología fue concebida ya en el tiempo de los dioses olímpicos de la civilización patriarcal, en tanto que hubo un tiempo anterior en que la religión dionisíaca constituyó la religión original de Europa—una religión de la naturalidad y de lo natural, en que (como comunican las imágenes de las coribantes que rodean al Dios en su culto) las mujeres dan el pecho a panteras y serpientes. ¿Cómo puede entenderse esta imagen de mujeres que amamantan fieras, que no puede constituir la representación de un hecho religioso de la antigüe- dad sino que más bien un acto simbó- lico? Digamos que el amor materno está orientado hacia algo que es como la serpiente y también como la pantera (representaciones, ambas, del mismo Dionisio)—animales que típicamente el mundo civilizado repudia y teme, pero que podemos identificar como alusio- nes simbólicas a lo instintivo en nues- tra naturaleza. Y ya que todos nacemos animales antes de transformarnos en seres socializados, ¿no es estematernaje- 9Shiva, Dionisio y Osiris. delo animal la esencia del amor mater- no, que en la cultura patriarcal ha sido violentado al esclavizar el paterfamilias a su mujer, robarle competitivamente el cuidado prioritario hacia sus hijos y obligarla a la labor de domesticación de niños, que identificamos como la esen- cia del proceso civilizatorio? Pero consideremos ahora la figura de Shiva, que en la Trimurti de la India clá- sica—Brahma, Vishnu y Shiva—ocupa un lugar análogo al del vientre en rela- ción a la cabeza y el corazón; pues así como asociamos a Brahma con la sa- biduría creativa y asociamos a VIshnu con el amor que vela por la protección de la vida creada, asociamos a Shiva, comparativamente, con el ámbito de la acción—de manera análoga también a como los tres héroes principales del Mahabharata—Yudishtira, Arjuna y Bishma—constituyen algo así como la cabeza, corazón y panza de cada ser hu- mano (Naranjo, 2015). Así como se asocia a Brahma con la creación y a Vishnu con la conservación del mundo, se asocia a Shiva a su des- trucción, pero eso es lo que ocurre con la acción: cada movimiento significa un cambio, y por lo tanto una destrucción del estado precedente de las cosas. Y se llama también a Shiva el “señor de las transformaciones”, pues en su danza no sólo va destruyendo lo precedente sino que tejiendo la vida universal. Pero Shiva encierra una polaridad, ya que se nos aparece a la vez como desa- pegado de todo deseo y como semejante a Kama, el dios del placer—y no sólo se parece a Dionisio, el dios liberador de la entrega a la corriente misteriosa de la vida, sino que también a Apolo, el dios de la imperturbabilidad, y ya reúne en si la dualidad que otras veces se represen- ta como la polaridad de Shiva-Shakti. Como alternativa a la representación del dios en unión a la diosa que simbo- liza su energía, entonces, se concibe a Shiva mismo como un ser polar, cuyos aspectos complementarios se represen- tan como un yogui cubierto de cenizas que ha renunciado a todo, y como el po- der de la vida, que se representa como el falo de Shiva al centro del altar—o más bien un objeto ritual que representa la unión de los genitales. Los griegos reconocieron esta misma complementariedad en la pareja Apolo- Dionisio, que refleja la que opera en nosotros cuando, logrando el desape- go, podemos confiar en que la entrega a nuestros impulsos tome la forma de un orden inspirado. Reconocieron ellos que el dios de la embriaguez coincide misteriosamente con el dios de la luci- dez, y el que busca el conocimiento a través de la inmersión participativa con aquel que lo busca en la claridad que se le permite a quien mira desde lejos. Lo reconoció también Lao Tze al fin del primer poema del Tao-Te-King: “El que mira desde lejos, ve claro, Y de manera nebulosa quien entra en las cosas. Ahora bien, estas dos cosas han nacido juntas y llevan nombres diferentes. Juntas, son el misterio. El misterio más profundo Y puerta de toda maravilla”. (Ular, 1903) También apuntaron los griegos a la mIsteriosa complementariedad de lo 10 Claudio Naranjo apolíneo y lo dionisíaco situando la tumba de Dionisio en el lugar del orá- culo de Apolo en Delfos, y haciendo de Apolo y Dionisio las divinidades cen- trales respectivas de los misterios me- nores de Delfos y los misterios mayores eleusinos. Pero ¿no es Apolo, el dios de la neutrali- dad desapegada, también una represen- tación de eso que en la tradición de la India se ha llamado la budeidad? “Apolo hiperbórieo” lo llamaban los griegos, indicando con ello una proce- dencia de más allá de los orígenes del viento del Norte. ¿Acaso los Himalayas, y el Tibet? La acción de Apolo es en parte la de sus flechas, que destruyen a los monstruos (Graves, 2011) y que podemos enten- der como el efecto de la consciencia desapegada sobre las pasiones, y pode- mos entender la trascendencia de las pasiones también como purificadora y sanadora. Pero también el que Apolo se asocie al autoconocimiento y a la armo- nía se comprende a partir de su identi- ficación con la conciencia desapegada, ya que la desarmonía no es otra cosa que la contaminación pasional, y de la armonía interior de la salud fluyen na- turalmente la expresión bella y la com- prensión clara. Pero no solo la mitología hindú y la griega reflejan el conocimiento de “lo apolíneo” y “lo dionisíaco”, pues sabe- mos por la explicación que nos ha lega- do Plutarco del mito de Osiris , que se reconocía en su tiempo la equivalencia entre Osiris y Dionisio, así como aque- lla entre Horus y Apolo. Naturalmente, tanto Dionisio como Osiris son Dioses perseguidos y dio- ses que mueren y renacen, y en ello prototipos del potencial humano. Pero la relación entre Osiris y Horus(que es el mismo Osiris después de la resu- rrexión) es como una entre padre e hijo, y también una en que el hijo alcanza un poder mayor que el padre—pues Osiris ha sucumbido a su enemigo Seth, en tanto que Horus, el Dios-halcón, puede derrotar al demoníaco Dios cocodrilo. Esta correspondencia de los mitos grie- gos con el egipcio, entonces, sugiere que lo dionisíaco corresponda a una etapa anterior del proceso de transformación que lo Apolíneo, que a su vez represente en su estabilidad un estado de madu- rez. Y ¿Acaso no precede en el “viaje interior” una fase “romántica” de locura mística al estado de sobriedad en que lo espiritual se vuelve invisible excepto en su sabiduría y poder sanador? Esta relación de Osiris el sacrificado a Horus el invencible nos explica también otra imagen mitológica que no sólo nos llega de la india védica sino que de la cultura mejicana: el águila (o Garuda) que devora a la serpiente (asociada al soma); y nos la explica al sugerir que el águila o Garuda no sea otra cosa que la transformación de la serpiente, y que al tragarla la incluye en su naturaleza. Este tipo de reflexión que busca en di- ferentes tradiciones espirituales el re- flejo de ciertas experiencias universales constituye lo típico de la disciplina de la “religión comparada”; pero al encon- trar una misma complementariedad de símbolos sagrados en diferentes cultu- ras y decir cosas tales como que Dioni- sio equivale a Shiva y que Apolo es una 11Shiva, Dionisio y Osiris. transformación deBuda, ¿no estamos haciendo comentarios inútiles que no pasan de constituir juegos intelectuales eruditos o académicos? Al invitar la Revista Solaris nuestras colaboraciones nos hace presente su interés en promover un entendimiento entre la cultura occidental y la oriental, y me parece que en un mundo destroza- do por las rivalidades nacionalistas (que suelen racionalizarse como antagonis- mos religiosos y culturales) pueda ser- vir en algo apuntar a la unidad vivencial tras la diversidad de las formas cultura- les y creencias. También, pienso que nos conviene saber percibir el espíritu de las manifestaciones de lo sagrado más allá de sus representaciones, y saber apre- ciar la oportunidad que nos dan repre- sentaciones alternativas de ciertas reali- dades espirituales para acercarnos a su esencia. Pero por sobre todo, pienso que si queremos que nuestra humanidad en crisis sobreviva al proceso de deterioro y destrucción masiva por el que atra- viesa, necesitamos invocar la ayuda de estas deidades olvidadas; pues pese a las raíces cristianas de la cultura occiden- tal, sufrimos las consecuencias del des- amor y la inhumanidad, y pienso que la razón ignorada de nuestra incapacidad colectiva de amar al prójimo, a lo divino o a nosotros mismos, está en el profun- do espíritu represivo de la vida civiliza- da, que nos ha alejado del fundamento animal de nuestra naturaleza, así como en los “pecados”, vicios, pasiones o ne- cesidades neuróticas como el ansia de poder, la codicia, la vanidad y la pereza. Y si queremos encontrar los antídotos precisos a estos dos males, conviene que nos demos cuenta que tenía Nietzs- che razón al prever que nada como el espíritu dionisíaco podría salvarnos de nuestra cultura represiva de acusación y culpa, y que tienen también razón quienes observan que sólo la paz inte- rior de la consciencia neutra puede ser- virnos de baluarte contra los excesos pasionales. Y no es cosa de interés meramente aca- démico el que nos convenga interesar- nos en Shiva y en el espíritu de la Budei- dad como los más importantes recursos psico-espirituales para poder atrave- sar con éxito la crisis terminal del Kali Yuga. O, dicho de otro modo: el espíritu de Dionisio Eleuterio, el liberador, que, devolviéndonos a la inocencia de nues- tra naturaleza nos permita la recupera- ción del amor por nosotros mismos (sin el cual no nos ha sido posible amar al prójimo), y el espíritu imperturbable de Apolo que nos permita la paz interior, sin la cual no sería sensato esperar la paz del mundo. 12 Claudio Naranjo Referencias bibliográficas: Daniélou, Alain (2008). Shiva y Dionisos, La Religión de la Naturaleza y el Eros. Bar- celona: Editorial Kairós. Graves, Robert (2011). Los Mitos Griegos T1. Madrid: Alianza Editorial. Kerényi, Carl (1996). Dionysus, Archetypal Image of Indestructible Life. Princeton: Editorial Bollingen. Naranjo, Claudio (2015). Mahabharata Interior en El viaje Interior en los Clásicos de Oriente. Madrid: Editorial La Llave. Plutarco (1995). Volumen VI: Isis y Osiris. En Obras Morales y de Costumbres. Ma- drid: Editorial Gredos. Ular, Alexander (1903). Die bahn und der rechteweg des Lao-Tse. Leipzig: Editorial Insel-Verlag. 13 UNA PERSPECTIVA JUNGIANA SOBRE LA EXPERIENCIA DE LO SAGRADO Beverley Zabriskie 14 Beverly Zabriskie 1 Martin Buber, (1878-1965) fue un filósofo y escritor judío austríaco/israelí. 2 Egos enfrentados entre sí, por tratar de imponer ideas propias sobre las de otras personas. En Quintero, Densho (2016). Zen, un camino de la transformación. Barcelona: Editorial Kairós. Para Jung, la psique no es una estruc- tura, sino más bien un proceso, en un continuo mente-cuerpo, de factores conscientes e inconscientes y múltiples fuerzas internas. Jung trató de estable- cer diferencias entre el ego como un centro de conciencia, los rangos subli- minales de un inconsciente personal que consiste en complejos o “psiques astilla”, y el inconsciente colectivo como una acumulación de las figuras, imáge- nes y narrativas activas fuera del zen del ego de las especies . Persiguió a la psi- que como un proceso difícil de alcanzar y emergente que se acopla a lo cognos- cible y crea lo simbólico para llegar a lo desconocido. El instinto, el afecto, la emoción y elsen- timiento; la imaginación, la reflexión y la cognición; los sueños de nuestra vigilia y el estado de alerta de los sueños: todos están involucrados en la creación y el equilibrio necesario para el objetivo de equilibrio psíquico. La psique individual emerge de la matriz de la materia y la his- toria colectiva de la humanidad, como una partícula contrapuesta a la onda. Como psicólogo de profundidad, el do- minio y campo de Jung fue la experien- cia, dentro de los cuales se aceptó lo numinoso y lo revelado como registros de profunda verdad personal, registra- do en los momentos inmediatos y me- moria. En la carta de junio de 1960 ci- tada arriba, leemos sobre la frustración de Jung (en efecto, su pique) que no se entiende como un observador, investi- gador y cronista de la psique como un fenómeno de la experiencia cargada e impresa. ¿Por qué Buber1 no logra entender que me ocupo de los hechos psíquicos y no con las afirmaciones metafísicas? ... Mis ambiciones no se han disparado a niveles teológicos... la experiencia de Dios... es el hecho psíquico con el que me encuentro confrontado... Me intereso por la religión fenomenal, con sus hechos observables... (Adler, 1975, pp. 571-572) 15Una Perspectiva Jungiana sobre la Experiencia de lo Sagrado De acuerdo con Jung, los motivos acu- mulados de los patrones personales e intergeneracionales pueden cuajar en formas culturales y religiosas. Se ex- presan en los temas impersonales y co- lectivos de las mitologías y religiones, movimientos políticos y cultos, en las formulaciones dogmáticas de lo que uno debe creer y de cómo uno debe compor- tarse. Estos motivos impresos son pro- yectados como realidades; expresados en los rituales y las artes; compartidos por el bien de la comunidad, impues- tos desde una necesidad de control. Las religiones reveladas de la palabra por un lado, y las narrativas de experiencia numinosa en la psicología son, por así decirlo, la derecha y la mano izquierda de lo sagrado. Como analista y el estudiante de la ima- ginería y dinámica psicológica, Jung insistió en que no podía hacer decla- raciones metafísicas y teológicas. En su biográfica Memorias, Sueños y Re- flexiones, Jung señaló que “la psique, con las dos actitudes de consciente e inconsciente no puede saltar más allá de sí mismo. No puede crear verdades absolutas, ya que su propia polaridad determina la relatividad de sus estados”. (Jaffe, pp. 350-351) Sin embargo, como tal imprenta y fe- nómenos sentidos son realidades psi- cológicas, el psicólogo tiene el derecho y la necesidad de entrar en la discu- sión: Cómo Buber sabe de algo que no se puede “experimentar psicológicamen- te”. ¿Cómo es posible semejante cosa en absoluto? Si no está en la psique, ¿dón- de?… siempre es el mismo asunto: la to- tal falta de comprensión del argumento psicológico: Dios dentro del marco de la psicología es un complejo autónomo, una imagen dinámica, y eso es todo la psicología es capaz de afirmar. No pue- de saber más acerca de Dios. No se pue- de probar o refutar la existencia real de Dios, pero sí saber qué tan falibles son las imágenes en la mente humana. (Ad- ler, 1975, p. 571) Jung exploró cómo la psique registra el transporte de ocasiones, y elabora sistemas simbólicos para recordarlos. Observó cómo las imágenes transperso- nales, transgeneracionales y transcultu- rales surgieron de la predisposición hu- mana para expresar, simbolizar y actuar en formas macro entre las líneas que lo llamó arquetípico. La realidad de la capacidad de la psique para conocer su propio estado parcial, de intuir un todo mayor, de imaginar lo que trasciende de uno mismo y su grupo, exigela atención como expre- siones válidas de verdades personales, mientras que las religiones crean comu- nidades que los rodean. Él se opondría a cualquier intento de hacer valer una sola verdad. Jung reconoció que cuando hablamos de lo intenso y lo innato, de lo que se conoce bien o solo se percibió, no tene- mos el lenguaje para la tarea. Señaló: “Yo he tratado con tanta frecuencia el problema de la religión que se me ha acusado alternativamente del agnosti- cismo, el ateísmo, el materialismo y la mística” (Adler, 1975, vol. 2., p. 566) 16 Beverly Zabriskie A modo de conclusión, dado que la hu- manidad reclama el conocimiento de lo sagrado, esta afirmación puede ser usada para el bien, así como para lo terriblemen- te malo. Jung siguió investigando sobre los símbolos religiosos y del inconsciente colectivo. De esta forma, queremos cerrar y retomar la idea de esta conferencia: La forma es inefable. Uno no puede, no debe traicionarla. Es como el camino del Zen - como un cuchillo afilado que se re- tuerce como una serpiente. Uno tiene fe, gallardía, y una increíble honestidad y paciencia. (Jung hablando -Una charla con los alumnos de la C. Jung Instituto G., p. 361) Referencias bibliográficas: Adler, Alfred(1973). Letters Vol. 1. Princeton: Princeton: University Press. __________ (1975). Letters Vol. 2 .Princeton: Princeton: University Press. Jaffe,A. (1963). Memories, Dreams, Reflections. New York: Pantheon Books/ Random House. Jung, C.G. and Hull, R.F.C. (1978). C. G. Jung Speaking. Princeton: Princeton Univer- sity Press. Bollingen Series. 17 PSICOLOGÍA DE LO SAGRADO PARA LA SUPERVIVENCIA HUMANA. Kalyan Kumar Chakravarty PSICOLOGÍA DE LO SAGRADO PARA LA SUPERVIVENCIA HUMANA. 18 Kalyan Kumar Chakravarty Las comunidades indígenas de todo el mundo han alimentado, generación tras generación, valores homológicos basados en un pacto anti-destructivo con la naturaleza (más adelante se iden- tifican estas tribus, en la página cinco)1 y el sentido de identidad no dual, que sonvariaciones subyacentes de las for- mas naturales creadas en la tensión de la evolución. Una parte de la humani- dad sigue el camino suicida de crear di- visiones cognitivas entre la naturaleza y la cultura, y de destruir la diversidad, la armonía y la solidaridad de lo natural y, en particular, los intereses parroquia- les de engrandecimiento. Las ciencias que se ocupan de la naturaleza interna y externa avalan la percepción universal que reconoce unapresencia afectiva, no dual, a la vez inmanente y trascendente, animando los patrones interdependien- tes de relaciones naturales, repletas de anhelo creativo y entusiasmo. Es nece- sario unir a las comunidades de todo el mundo, para corregir el solipsismo cognitivo de unos pocos, poniendo fin a su poca científica y destructiva misión, y restaurar la concordia sagrada de la humanidad con la naturaleza, basada en la coexistencia en lugar de co-ani- quilación. Crisis de la civilización: Un némesis- para Hubris Una recuperación de lo sagrado se ha convertido en una preocupación pri- mordial en las últimas décadas como consecuencia de la globalización ace- lerada, en la que todas las categorías sagradas y ecológicas han sido reduci- das a categorías económicas y de pro- ducción. La conciencia tecnocrática es aceptada como la nueva ideología, trata las relaciones humanas como objeti- vables. Además, permite la expansión 1 Generalmente las culturas primigenias tienen este tipo de contacto con la naturaleza y respetan sus ciclos, más que el hombre contemporáneo. Una concentración inicial, seguida de una expansión de la conciencia, es sello de un sentido de lo sagrado. El hombre es un círculo infinito cuya circunferencia está en todas partes, con centro en un solo lugar. Dios es un círculo infinito cuya circunferencia no está en ninguna parte, con centro en todos lados. El hombre se vuelve a Dios si multiplica infinitamente su centro de conciencia. 19Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana del capital en las industrias primarias, secundarias, terciarias. Una sociedad virtual del espectáculo, impulsada por la industria de la conciencia, ha reem- plazado al mundo real, dando lugar a una generación sin amor, sin arte ni piedad, bombardeando la sociedad con señales de sexo, violencia y consumis- mo. El presupuesto es balanceado, pero la vida es desequilibrada. El crecimiento es cuantitativo antes que cualitativo. La racionalidad en los medios y la irracio- nalidad2 en los fines es la regla. El ser humano se ha convertido en el mayor depredador y ha extinguido cada espe- cie de la tierra. Después de haber tenido un mayor abuso y robado violentamen- te la vida de cada especie, ha comenzado a depredarse a sí mismo. La desgastada red de vida, como consecuencia de la invasión humana en los ecosistemas, es evidente en la degradación de los bienes y servicios irremplazables que hacen de la Tierra un agradable oasis en un uni- verso aparentemente solitario. En lugar de utilizar los recursos naturales como un fondo financiero inaccesible que debe ser tratado con cuidado, la huma- nidad los ha convertido en una moneda de alto valor inmediato. La complejidad, la diversidad y la in- terdependencia co-evolutiva de las co- munidades orgánicas e inorgánicas se mantuvieron al principio del equilibrio homeostático. Estos han sido desplaza- dos por la simplificación radical y ho- mogeneización de las semillas, los árbo- les, los organismos y la mente. El valor de uso productivo en el mercado está ahora por encima de los valores de uso consuntivo. El intercambio desigual de conocimientos y recursos entre las re- giones ricas en genes y ricas en capital de genes ha dado lugar a un crecimiento sin equidad, un comercio y una política sin moral. El derecho colectivo a ideas y expresiones ha sido reemplazado por la individualidad, que encubre bienes co- munes intelectuales y naturales. Los cultivos transgénicos, con sujeción a patógenos, han invadido el mundo, di- vorciados de las tradiciones biomédicas y psicosociales y en detrimento de los protocolos de seguridad. La humanidad cambia su entorno más rápido de lo que puede adaptarse biológicamente, eva- luar económicamente o políticamente o administrar científicamente. Se ha puesto a sí mismaal mando de un avión con una licencia de conductor de ca- mión. El aumento de la contaminación, conflictos, el calentamiento global ca- racterizan a un mundo sin fronteras. La extinción en masa se ha acelerado. Esto amenaza con consumir la raza humana sin necesidad de una lluvia de cometas, invierno nuclear o cataclismo geológi- co. (Durant, 1966) El antídoto: la reorientación cognitiva Este desenlace ha llegado a nosotros gracias a laparte de la humanidad que hace uso creciente de la naturaleza en vez de tomarla como algo sagrado, y se ve a sí misma como la hiladora en lugar de parte del tejido. Se trata a sí misma como sujeto histórico, armada 2 Los términos de racionalidad e irracionalidad corresponden a la conformación, de una sociedad, por medio de convenciones sociales que crean una convivencia pacífica. 20 Kalyan Kumar Chakravarty para entender,mediante la objetiva- ción, fragmentación y reconstitución, la existencia y la naturaleza. Margina a las comunidades del interior, autores originales y custodios de las marcas (graphein) de las identidades humanas y los priva de autoridad. Habiéndose propuesto a vivir por la razón, abdi- ca signos, símbolos, rituales, lenguas, nombres, categorías de conocimiento, códigos de intercambio social, nexos de deudas y derechos, arraigados anterior- mente en una conversación dinámica, proteica con la sociedad o la naturaleza. Su memoria y habla están congeladas en la amnesia y la afasia, un vacío de significantes (mise en abime). Los sím- bolos sagrados, que antes eran legibles, son ocultados con el tiempo y confun- didos con signos, mientras que los sig-nos sonconfundidos con artificios inge- niosos (Mitchel, 1986). La humanidad puede detener esta tendencia cuando mezcle la dualidad de conocer temas y temasconocidos en la hermenéutica del nosotrosglobal. Se tiene que ir más allá del exclusivo concepto occidental del saber, que no permite que existan culturas no occidentales en su propia otredad; el concepto cristiano escato- lógico de creer, que presenta algún otro incrédulo; idea de la ilustración europea del progreso humano como una utopía secular; la identificación hegeliana de la secular historia de Occidente como una historia sagrada del progresivo auto reconocimiento de Dios, espíritu o ra- zón; la noción marxista del progreso material y el materialismo histórico; el enfoque freudiano de la ampliación de conocimiento de sí mismo; noción car- tesiana o leibniziana del sujeto humano como Ego Cogito o Mónada. (Mehta, 1985) Los comienzos de la historia humana han sido olvidados por esta parte igno- rante de la humanidad como primiti- va, torpe y sustituida en sus telos del conocimiento y el progreso auto asu- midos. Trata al resto de la humanidad como fuera de la historia, cuyo espíritu está en oscilación y fermentación, no en reconciliación e identidad; sujeto a los estímulos biológicos, automatismos, li- bre asociación, miméticos formadores de ideas, hipnosis paranormal. Muestra las personas no históricas soñando, que despiertanen el entendimiento, inten- tando imposiblemente encarnar al espí- ritu en la materia y darle formas finitas a lo infinito (Ibidem). Se caracteriza a los marginados como irracionales y poco naturales, llenos de ambigüedad demoníaca e improductividad, incapa- ces de fecundar granosde logos cogni- tivos en su propio suelo. Estos granos tienen flores y frutos sólo después de ser trasplantadas a un suelo fertilizado por racionalismo y naturalismo judeo- cristiano y greco romano. La humani- dad es rescatada luego desde el contexto pagano de un simbolismo inadecuado, una estéril repetición de formas míticas, palabras fantasiosas y rituales mágicas, lo que obliga a la naturaleza y la huma- nidad a asumir las formas de cada uno, produce relaciones materiales entre los seres humanos y relaciones sociales en- tre imágenes grotescas y ceremoniales. (Ibidem) Es posible recuperar una psicología de lo sagrado de semejante malentendido cuando hacemos la distinción del sujeto objeto, conocedor, conocido y el cono- cimiento como ficticio, incipiente y rei- naugurar inicios como poderosa, mis- teriosa. Es entonces que podemos leer 21Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana estos inicios hacia el futuro, salir a otros a volver a nosotros mismos, cumplir con la autocomprensiónal comprendera los demás y percibir la esencia univer- sal de todas las artes, religiones, culturas y prácticas formas de vida (Ibidem). A continuación, dejamos de ver el Univer- so como vacío de la personalidad, y la humanidad como competente para la construcción de sí misma y la sociedad con un diseño deliberado. Combinamos el monoteísmo de la razón con el poli- teísmo de la imaginación; disolvemos la línea divisoria dibujado por Comte entre la conciencia teórica, histórica y mítica; redescubrimos el lugar de la mitología en la historia de la filosofía (Cassirer, 1955); y rastrear las conexio- nes analógicas, convencionales y exis- tencial entre icono, símbolo y el índice. (Peirce, 1939) Síntesis: Hacia una rectificación de la consciencia Una vez reorganizamos nuestro enfo- que cognitivo, descubrimos la inter- permeabilidad y la superposición de capas de formas y su relación con el contenido (O´Flaherty, 1976). Recupe- ramos el alfabeto perdido de la polisé- mica tradición de lo sagrado, de paren- tescos y afiliaciones diferencialmente plurilingüísticos, planteando la misma pregunta de diferentes maneras; y por la ampliación o miniaturización de la tipo- grafía. Llevamos a cabo unapalingenesia para resucitar la disjecta membra de un universo simbólico como un organon del autoconocimiento. Combinamos la poiesis y techne, onomatopéyica e inter- jectiva, enfoques sintéticos y analíticos para liberar un pensamiento desde el pensamiento. Renunciamos a un frag- mentado enfoque cognitivo quelibera nuestra conciencia de ser dispersada en las representaciones. Entendemos por auto-anonadación, no por una empresa euhemerística de entender a la persona que vive la tradición mejor de lo que ella misma la entiende (Valery, 1946). Forma y contenido se fusionan en lo sagrado, a través de una mente libre de ideas preconcebidas que considera las tradiciones como ensayos simbólicos, validación, consumación, continuación de los fenómenos naturales para el bien- estar, y no una etiología trivial de la na- rración, la reiteración o entretenimien- to. (Cassirer, 1944) Descartamos dicotomías cognitivas y apreciamos, a través de la comprensión intuitiva holística, el principio de cum- plimiento de lo mejor y más valorado en la naturaleza humana. Vemos, en las tradiciones indígenas, una convergen- cia de la trascendencia inmanente, la resolución de la emanación, la diferen- cia de identidad, una icónica, sagrada, profana, sensual, espiritual via affirma- tiva y via negativa. Visto como teofanía, el universo se revela como una simpa- tía no indiferente a la humanidad. Los seres revolotean dentro y fuera como golondrinas en un granero. Cada forma se convierte en otra en un flujo intran- sigente. Todas las formas quedan fusio- nadas con una sola respiración, tensión y sentimiento. Una abrumadora sensa- ción se transmite por una esencia sin- gular, convirtiéndose multiforme, para regresar a la unidad prístina. El mundo lleno de sensaciones desaparece como olas efímeras del océano. La presencia numinosa que lo anima parpadea en la mente de la homini religiosi en una ilu- minación repentina y catarsis. (12) 22 Kalyan Kumar Chakravarty Las figuras de lenguaje y el pensamiento no son mutuamente exclusivas en la tra- dición de lo sagrado. Se ha fragmentado por tiempo, espacio y diversos recuen- tos. La simultaneidad, la ambigüedad y la polivalencia caracterizan sus expre- siones. Lo percibimos como un discur- so compartido cuando renunciamos a un énfasis hegeliano exclusivo sobre la idea o un énfasis kantiano en la forma. Diversas articulaciones de lo sagrado son como ecos paralelos o remotos en un lenguaje afín. Las señales primarias, cerca de su conmoción inicial, se dis- torsionan en transmisiones sucesivas. El espectáculo desaparece una vez que el uno vuelve a sí mismo después de la reposición de la visión original. Esta es restitutio integrum, la recuperación de una identidad no dual en la que se ha impuesto pluralidad (Jung, 1958). En nuestra percepción limpia, un avión ca- tedral o aeroplano, himno o ecuación matemática aparecen como igualmente hermosos, si son hechos de acuerdo a su forma ideal y función práctica. Los artistas que lo hacen ya no parecen tan especiales, ya que todo hombre se re- vela como un tipo especial de artista. Trabajan para lograr el bien común, no para añadir a la suma de la mortalidad. Llevan nuestras vidas de un estado de miseria a un estado de bienaventuran- za (Coomaraswamy, 1956). Un pensa- miento se hace sentir por ellos tan in- mediatamente como el olor de una rosa y el significado de una forma parpadea en su mente como una espada cente- llante a la luz lejana de torres en llamas. Como San Martín, ven notas que brillan y glorietas que suenan. Un sentido compartido de lo sagrado Un sentido de lo sagrado no es mono- polio de ninguna persona o comunidad. Llega a aquellos que están listos para ser atravesado por la púa de acero del infini- to. La idea del Universo animado por las pulsaciones de la vida ha estado implí- cita en los conceptos de pnuema griego, prana sánscrito,ch’i chino. El cuerpo, la 23Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana mente y alma de un individuo se armo- nizan con el Universo a través de la me- ditación del zen japonés, el ch’an chino y s dhyanasánscrito. El eros de Platón, amor de Dante, bhaktipremakaruna de la India, el amor, la compasión de Cristo o Buda, incluyen a todo el mundo desde las hormigas hasta los ángeles. El Yoga indio, satori japonés, tao chino, tari- qa sufí, fana, yoke dhawq fenomenal y noumenal. El Hombre Cósmico es reco- nocido como el Adán cristiano, Gayo- mart persa, Purusha hindú, P’anku chi- no, Leviatán hobbesiano. El Femenino Supremo es la Sophia gnóstica, griega Palas Atenea, budista chinaKwan Yin, dando inicio, expiación, liberación. En la interacciónde masculino y femenino, cinética estática, luces y sombras subya- cen conceptos delpurusha prakritiIn- dio, Yang Yin chino, yab-yum tibetano. El espíritu protector y fetichismo en el mundo animal y tribal tienen equi- valentes en el Genio romano, egipcio Ba-alma, y el griego Daimon. Sacrificio sacrificador sacrificado se asimilan en el cristianismo y el budismo.La trans- fundamentación eucarística no es solo participar del pan y el vino, es la partici- pación y comunión. La Maradharshana no es un conflicto externo entre Mara y Buda, es la involución de la conscien- cia de Buda. Una Mara que personifica pasiones destructivas es la otra cara de Buda iluminado. Buda es Mara transfi- gurado. Él asciende desde el suelo hasta la cima de su ser contingente. El cora- zón de Ibn Al Arabi es un pasto para las gacelas, convento de monjes cristianos, templo de ídolos, Ka’bade peregrinos, mesa para el Torá y el libro del Corán. Sigue la religión de amor, a donde sea que sus camellos lo lleven. (Jung, 1971) Términos utilizados en diferentes cul- turas: Una concentración inicial, seguida de una expansión de la conciencia, es sello de un sentido de lo sagrado. El hombre es un círculo infinito cuya circunferen- cia está en todas partes, con centro en un solo lugar. Dios es un círculo infinito cuya circunferencia no está en ningu- na parte, con centro en todos lados. El hombre se vuelve a Dios si multiplica infinitamente su centro de conciencia. En la India, en este principio, el templo se equipara con el cuerpo y la casa de Dios y el Universo con la que el adora- dor se identifica a sí mismo. La música se equipara con el templo en su ascen- so y descenso, desde el corazón tónico de silencio por intervalos microtonales, a un crescendo de sonido. Los bailari- nes indios se mueven en un círculo, en exploración axial, vertical, horizontal, oblicua, espiral, buscando el momento de balance más dinámico y entusias- ta. No se intenta imitar a la naturaleza sino sus patrones, en un universo de ga- laxias cada vez más amplias que van a toda velocidad, centradas en equilibrio gravitacional. Este enfoque es como el de Santo Tomás de Aquino, que habla de imitar a la naturaleza en su forma de funcionamiento, para encontrar que, en palabras de Meister Eckhart, todas sus formas deben ser destruidas. El objetivo es una asimilación de prototipos huma- nos fragmentados con el arquetipo divi- no integrado. (Chakravarty, 2012) Un sentido de la solidaridad de formas naturales y sobrenaturales, es laten- te en las percepciones indígenas como la Mana polinesia, Lorinda Iroquesa, 24 Kalyan Kumar Chakravarty Sioux Wakanda norteamericana, Chu- ringa australiana, Manitu canadiense al- gonquina, Arborvitae asiática (Cassirer, 1979). Las comunidades han conservado la armonía de los hábitats físicos y men- tales con el medio ambiente mediante el fomento de una diversidad de narrativas y escritos contra la reducción de narra- tivas maestras. Los canadienses cree han desarrollado el concepto de Pimatiswin, buena vida, Wakotawin, a trabajar para todos, y ver la humanidad como inter- conectada. El concepto sudafricano Khoi San de Ubuntu ha proporcionado bases para la curación espiritual, la re- novación y la reconciliación. El novelis- ta sudafricano Zakes Mda ha descubier- to diseños de arte rupestre Bushman, hechas en la curación de la danza de trance, en los patrones de aguas, líque- nes, hojas, grietas en el barro, esparcidos por la pista de la hierba en la que viven, mueren y son enterrados. Los Aymaras del altiplano en Bolivia utilizan el desfile Anata Andina carnaval para invocar a la Pachamama, la Madre Tierra por la re- ciprocidad humana no-humana. El ca- lendario Bushlore mexicano se basa en manantiales, lagunas, nodos creativos a lo largo de las cuencas hidrográficas. Los maoríes neozelandeses actúan como Kaitaki, custodios, de Taonga, tesoros de la Madre Tierra. Los Chola Naicken en Waynad Kerala comparan el embarazo de una niña con las etapas de desarro- llo de hojas de plátano. Todas las ciuda- des templo, paisajes, ríos, estructuras de captación de agua y bosque arboledas en la India son vistos como santificado por los mitos de creación de procreación. Todos los ritos de vida están concebidos como contratos sacramentales entre las familias humanas y divinas. La literatura védica celebra elementos de la naturale- za como personajes del drama en el tea- tro del Universo. Las Declaraciones de los Pueblos Indígenas Karioca y Matatua 1992, 1993, en Brasil y Nueva Zelandia exigen reversión del daño basado en la cultura, los derechos de custodia para el sueño, sitios ceremoniales funerarios y la autodeterminación del medio am- biente. Multivocales, polifónicas a nivel consciente y crítico, las tradiciones sa- gradas constituyen una única estructura serial con límites definidos, en un nivel intuitivo de inspiración, dedicados a la armonía de la cultura de la naturaleza, los seres en mutualidad. (Chakravarti, 2011) La búsqueda de lo sagrado:Una inver- sión post-científica La psicología de lo sagrado tiene sus raíces en el pensamiento pre concep- tual y post científico. Se remonta a los inicios cognitivos de la humanidad y aborda su supervivencia futura. Jun- to a la física cuántica, la electrodiná- mica, las matemáticas no lineales y la mecánica de fluidos, ve la materia y la energía como compenetrados; el Uni- verso como una red de relaciones; los opuestos como complementarios; todos y partes como mutuamente determina- dos; y los objetos como procesos en un flujo universal. Ve el mundo como una holon biológica auto-regulada, en la que los mundos ocultos se conectan con las cosas que los ocultan, piscinas de marea se conectan con los mares insondables, que conectan con nuestros cromoso- mas. (Rosenblatt, 2000) Las teorías psicoanalíticas de la con- ciencia humana hablan sobre la cura- ción de la emergente democracia de los 25Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana enfermos, el hospital que sucede a la iglesia y el Parlamento como las insti- tuciones arquetípicas. Relacionan el or- ganismo en terapia Gestalt a su entorno como la membrana osmótica de una planta (Rieff, 1959). Se considera que la destructividad de una civilización tec- nológica y su empobrecimiento mental niegan la validez de la identificación del progreso de la civilización con la repre- sión de Freud. La solución se encuentra en la sugerencia de Freud de corregir una civilización neurasténica a través de un sentimiento oceánico de unidad con el mundo a la manera de San Fran- cisco de Asís. Se ha buscado alternativa a su sugerencia para obtener la inde- pendencia del mundo exterior a través de la sublimación de los componentes libidinales psíquicos internos. Ha sido encontrado en una sublimación no re- presiva sin desexualización, a través de una polimorfagenitofugal y no agresiva erotización del organismo y su relación con el medio ambiente. La forma de li- berar el ego individual de la tiranía del mercado, la opinión pública, el sentido común y la máquina ha sido localizado en una irradiación espontánea de toda su campo sensorial en relación con la naturaleza, através de una vida en tiempo presente, el juego (latín, ludere), libre de condicionamientos sociales y compulsiones de repetición regresivas neuróticas. (Freud, 1961) Psicología de lo sagrado ve a la huma- nidad como una especie sin terminar, de transición, suicida que aún así es ca- paz de escaparse de la red fatal creada por su maligna necrofilia. Esto alienta a la humanidad a superar diferencias con la naturaleza; exorcizar el nihilis- mo, el invitado más inesperado de pie a sus puertas; desterrar la miseria mo- ral y espiritual; trabajar con elementos del mundo de los fenómenos, fieles a la idea del bien del derecho y la regula- ridad antes que los intereses capricho- sos, y aleatorios; y regenerar las fuerzas nutritivas y terapéuticas. Cree que la humanidad puede cultivar la vida con- tra la muerte trazando y apoyando sus propias tradiciones de sustento de su ambiente orgánico e inorgánico. Sería seguir a John Dionne: Nadie es una isla, pero sí parte de la principal. La muer- te de todo el mundo me reduce .Si un terrón se lava lejos del Perú, la India es menos. No preguntes por quién doblan las campanas. Las campanas doblan por ti. (Fromm, 1947) 26 Kalyan Kumar Chakravarty Referencias bibliográficas: 1. El bio-reduccionismo cultural y la extinción son concomitantes de una filosofía materialista en el que las estrellas son coagulaciones transitorios de nebulosas fortuitas; la vida es un accidente coloidal; el hombre es un compuesto químico destinado a desintegrarse y desaparecer; el éxtasis creativo del arte, la sabiduría y el martirio de los santos dispuestos sólo son incidentes brillantes en el pulu- lar protoplasmático de la tierra.Will Durant (1966)The Pleasures of Philosophy. Simon & Schuster. New York: 13-14. La materia se considera una joroba en el tiempo espacial, ruido de fondo de la electricidad, onda de probabilidad, ondu- lando en la nada, una simple proyección de la conciencia del perceptor. C.E.M. Joad (1943) Guide to Modern Thought,Pan Books, London:19.La gran falacia de la filosofía occidental y la moralidad es la transformación de hechos en esencias, condiciones históricas en metafísicas. Herbert Marcuse discute sobre Nietzsche (1952) Eros and Civilization. New York. Vintage Books; 109. La idea de la supre- macía humana sobre la naturaleza ha sido revisado después de su desplazamien- to como propósito o el centro del Universo de Copérnico, su ubicación según Darwin como miembro en el reino animal y la devaluación de su ego por Freud como no dominante ni de su propia casa. Norman O. Brown (1959) Life Against Death. Random House: 16-17. La humanidad haría bien en elevarse por encima del obsoleto punto de vista materialista de la naturaleza, de la que es el auto pro- clamado señor. 2. W.J.T. Mitchell. 1986. Iconology. University of Chicago Press: 5-6, 16-18, 29-32 3. J.L.Mehta. 1985. India and the West. The Problem of Understanding. Harvard Uni- versity: Center for the Study of World Religions.; 1999. A Critique of PostColonial Reason, Towards a History of the Vanishing Present. Harvard University Press. 4. Ibid. Mehta discute las posturas de Hegel en ‘Inter cultural Understanding’: 118- 20 and ‘Will to Interpret’: 186-7 5. Ibid. Mehta discute las posturas de Paul Hacker sobre chresisyusus Justus o uso dicriminativo en ‘Will to Interpret‘: 183-4 6. Ibid. Mehta explica la hermenéutica del entendimiento intercultural en ‘Unders- tanding and Tradition’:129-32 ; 19 7. Ernest Cassirer. 1955. The Philosophy of Symbolic Form . Yale University Press: XIII-XVII 8. C.S.Peirce.1939-58.Collected Papers. 1967.Hardshorne y Weiss. Harvard Univer- sity Press. 9. See Wendy Doniger O’Flaherty.1976. The Origins of Evil in Hindu Mythology. Delhi. Motilal Banarsidass:375-77 . Explica cómo los mitos reorganizan episo- dios vívidos como partes de vidrio de colores en un caleidoscopioa través del 27Psicología de lo sagrado para la supervivencia humana cual se puede ver la historia personal de uno. TambiénRonald Barthes .1986 . Mythology Today. Trans., New York. Hill y Wang :90-91. Barthes describe la superposición de tradiciones no como melódicas ni armónicas, sino como voces contrapúnticas que se mezclan en un volumen, no una línea. 10. Paul Valery elucida (1946) ‘ Lo que veo me cega, lo que oigo me ensorda, lo que sé, me hace desconocer, el conocimiento es una nube que cubre la verdad’. Mon- sieur Teste, Nouvelle Edition, Paris:60-61. Podríamos, con la visión clara y el oído en sintonía, romper paredes cubirtas de hiedra, musgo y flores silvestres de mil asociaciones sagradas y delicadas, y escuchar, incluso en el clima más tormento- so, el repique distante de campanas de la iglesia de Roma, por el lago de Nemi. James George Frazer.1890/1959. The New Golden Bough. Nueva York: The New American Public Library :XXVI-VII 11. Ernest Cassirer. 1944. An Essay on Man. Yale University : 80-2; 1949 ;Philoso- phy in a New Key. Evanstone : 308, 387-400 12. Sentir o relacionar un sentimento: ‘the great mass lay embedded in quickening soul and all that I beheld, respired with inward meaning’ .Wordsworth. Prelude III: 127 13. C. G. Jung discute el concepto cristiano de restauración de la condición humana original de unión con Dios, unaapocatastasis , a través deanamnesis, recolección. 1958.Psyche and Symbol. New York. Doubleday Anchor :38 14. A.K .Coomaraswamy . 1956. Da perspectivas of Christian and Oriental Philoso- phy of Artpara definir el verdadero arte y al verdadero artista. NuevaYork. Dover Publications 15. Carl G.Jung.1971. Man and His Symbols. Dell Publishing. Nueva York: 150,162, 211 and 213; Will Durant.1966. Pleasures of Philosophy. Nueva York. Simon and Schuster :38 ; For Arabi, R.A. Nicholson .1914.Mystics of Islam . Londres. Rout- ledge:105 16. Kalyan Kumar Chakravarty.2012.Ed. Visvavara. Introducción. Rashtriya Sanskrit Sansthan y Indira Gandhi National Centre for Arts: 4-16 17. Ernest Cassirer.The Philosophy of Symbolic Form: 95-6;Suzanne K. Langer.1979. Philosophy in a New Key:144-70 18. Kalyan Kumar Chakravarty. 2011. Introduction,Voice and Memory.Delhi. Orient Blackswan; 2014. Introducción, Knowing Differently . Ed, Devy, Davies y Chakra- varty. Londres. Routledge 19. Roger Rosenblatt. Mayo 2000: Time. La teoría del tiempo espacial de la física ma- temática considera la vida como esencialmente singular,ampliamnteinteractiva en manifestaciones, en una red de relaciones.A.N.Whitehead.1960. Adventures of Ideas. Nueva York. Mentor :134-38, 153-55,160-63. En lingüística, estado de 28 Kalyan Kumar Chakravarty calidad, verbo nominal, onmipresencia y dispersión de la continuidad coexisten. Jacques Derrida.1978. Writing and Diifference.Trans.,Paris :Seuil :26-28, 280- 86,292-3 20. Philip Rieff.1959.The Mind of the Moralist. Viking Press: 153-4; F.S.Perls , R.F.Hefferline, P.Goodman. 1951. Gestalt Therapy. NuevaYork. Julian Press : 259 21. Sigmund Freud.1961. Civilization and its Discontents. Nueva York. W.W.Norton: 6, 29, 43, 54, 101-2. Biddle señala que el problema para Freud no es la religión, es el dogma religioso. W. Earl Biddle.1962. Integration of Religion and Psychiatry. Collier, Nueva York: 97-8. Watts describe cómo el termino budista sahaja, wu wei taoista, (no interferencia), la participation mistica de Levy Bruhl, el arte li- berador de Orpheo, llevando a otros al vértice, pueden terminar la tensión del id ego, um welt, mitwelt, eigenwelt, biología, sociedad, conciencia, propuestos por Freud. El hombre, descrito por Freud como un Dios protésico con complemen- tos artificiales, puede entonces pasar de un orden social, confuciano a un orden social taoísta. Alan W.Watts. 1970. Psychotherapy East and West.Valentine Books, Nueva York: 21-25, 120-1, 131, 213. Marcuse sostiene que el cathexis libidinal- del ego, el cuerpo de uno mismo, puede volverse fuente y reserva de un nuevo cathexis libidinal del mundo objetivo, transformándolo en una nueva forma de ser. Se inspira enFreud y lo promueve. Herbert Marcuse. 1955. Eros and Civili- zation. Beacon Press, Boston: 160, 181-2. 22. Erich Fromm. 1947. Man for Himself. Connecticut, FawcettPremier: 246-51; Anatomy of Human Destructiveness. 1975. Fawcett Crest: 462-5, 483; John Don- ne, Meditation XVII, adaptado; J.L.Mehta. 1976. Martin Heidegger, The Way and the Vision : 208-9, 318-19 29 CARRUAJES DE LA MENTE: La psicología y lo sagrado en textos sagrados sánscritos Ravi M. Gupta 30 Ravi M. Gupta En la antigua tradición oral de la In- dia (KathaUpanisad), oímos una historia que a menudo se relata en la In- dia de abuelos a nietos. Un niño llama- do Naciketas observa mientras su padre regala vacas en caridad. El acto parece generoso, pero hay un problema: todas las vacas, Naciketas observa, son viejas, secas, estériles, o enfermizas. ¿Para qué ofrecer este tipo de regalos no deseados en caridad? Y así Naciketas va a su pa- dre y le pregunta en protesta, “Padre, a quien me darás en caridad?” Su padre no contesta, y Naciketas pregunta de nuevo, una y otra vez. Finalmente, su padre le grita, “Te voy a dar a Yama, Se- ñor de la Muerte!” Naciketas no tiene miedo, y se toma en serio las palabras de su padre. Se dirige al mundo de la muerte, reflexionando en el camino sobre la inevitabilidad de la muerte: ¡Mirad hacia el futuro! ¡Ved cómo se han ido, aquellos que se han ido antes que nosotros! ¡Mirad atrás! Así irán los que ven- drán después de nosotros. Un hombre mortal como el grano madura, y al igual que el grano, nace de nuevo. (1,6) A menudo se dice que la mortalidad da lugar a la filosofía. En la India y en todas las culturas, la gente plantea preguntas acerca del significado de la vida cuando se enfrentan a la realidad de la muerte, y la historia de Naciketas lo refleja tam- bién. Cuando este llega a la morada de Yama, el dios de la Muerte no está (re- clamando almas, ¿tal vez?) Y Naciketas debe esperar sin comer ni beber durante tres días. A su regreso, Yama se siente muy mal por dejar de lado a un invita- do, por lo que ofrece a Naciketas tres deseos. El primer deseo del niño es na- tural y humano, el deseo que cualquier niño pediría en su lugar. “Que mi padre tenga una buena disposición hacia mí, se enfríe su temperamento, calme su enojo. Que me salude con alegría cuan- do regrese”. (Parafraseado) Yama otor- ...no se trata de un dualismo mente-cuerpo. La mente no es más que una extensión del cuerpo y los sentidos, la dualidad se encuentra entre la mente/cuerpo y el yo, entre la materia y el espíritu. El yo es consciente, sobrevive al cuerpo, y en el punto de la liberación, incluso se libera de la mente material. El intelecto tiene un papel liminal que está ligada más al carruaje que al pasajero. El ser espiritual no tiene raza, género, nacionalidad o casta, mientras que la mente está llena de tales categorías y etiquetas. 31Carruajes de la mente ga este deseo con alegría, asegurando la transición de Naciketas de vuelta al mundo de los vivos. Su segundo deseo es más profundo: “Enséñame a reali- zar el sacrificio que conduce al cielo,” y Yama accede. El primer deseo era social (reparar mis relaciones), el segundo era ritual (en- señarme cómo sacrificar), pero el ter- cer deseo de Naciketases psicológico y espiritual. “¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Una persona existe después de la muerte, o no?”Yama se sorprende por esta cuestión, y vacila en responder: ¡Elige hijos y nietos que vivirían más de cien años! ¡Un montón de ganado y elefantes, caballos y oro! ¡Elige como tus dominios una amplia extensión de tierra!. . . Pero sobre la muerte no me pregun- tes, Naciketas. (1.23, 25) Sin embargo, el muchacho insiste: Incluso una vida entera no es más que un poco; ¡Así que quédese con sus caballos, sus canciones y bailes! Con riqueza no se puede contentar a un hombre; ¿Podremos mantener la riqueza cuando lo hemos visto? . . . Este es mi deseo, llegar a lo profundo del misterio. Naciketas desea eso y nada más. (1.26,27,29) Con la sencilla insistencia de este niño comienza uno de los discursos más in- fluyentes en la psicología de lo sagrado en la civilización india, una enseñanza que ha dado forma a la cosmovisión del hinduismo, el budismo, y el jainismo, tanto en la antigüedad como en la ac- tualidad. Me gustaría sugerir que el es- cenario de este discurso no es acciden- tal o insignificante; más bien, es integral para la comprensión de la psicología sagrada. Las tradiciones índicas están firmemente de acuerdo en que no pue- de surgir el conocimiento de la vida y la muerte a menos que una persona haya agotado el deseo de ganancia mundana y placer, para el mundo social y el mun- do ritual. Tomemos, este caso del niño, así como el ejemplo, la historia de vida del Buda. Se va de casa cuando nota la inevitabilidad de la vejez y la muerte. Después de una larga meditación en el bosque, Buda es tentado por Mara, dios de la muerte, con riqueza y mujeres, una última vez antes de que él alcance la iluminación. Del mismo modo, Maha- vira, el fundador histórico del jainismo, soporta una práctica ascética agotadora, se libra de todo deseo mundano antes de iluminarse. Y aquí, Naciketas recha- za los placeres de una vida larga y prós- pera antes queYama le enseñe acerca de la psique humana y el ser interior. Antes de discutir el contenido de la en- señanza de Yama, son necesarias algu- nas palabras sobre los Upaniṣads. Los Upaniṣads representan el comienzo de la reflexión filosófica sistemática en el hinduismo. Se les llama Vedānta, “el fin de los Vedas”, porque se mueven más allá del sacrificio ritual de los Vedas y buscan cultivar el conocimiento que conduce a la liberación. Si bien los diá- logos socráticos representan un punto de inflexión en el desarrollo de la filoso- fía occidental, los diálogos Upanisádi- cos marcan un punto de inflexión en el pensamiento indio. Los Upaniṣads son considerados revelación eterna por los 32 Ravi M. Gupta maestros hindúes, y se los ubica entre 600 y 200 a.n.e. por los historiadores. Pero volvamos ahora a Yama y Nacike- tas. El señor de la muerte está satisfecho con la determinación del muchacho, y procede a explicar la naturaleza de la mente, el intelecto, los sentidos, y lo más importante: el ser espiritual, nues- tra esencia interior, llamada ātmā. [El yo] no nace, no muere; no ha venido desde cualquier lugar; no se ha convertido nadie. Él es no nacido y eterno, primitivo y eterno. Y él no muere, cuando el cuerpo mue- re. (2,18) El ser espiritual habita y anima el cuer- po, como un conductor da vida a un vehículo. De hecho, Yama usa la ana- logía de un carruaje para explicar las relaciones entre la mente, el intelecto y ser eterno. El cuerpo es como un ca- rruaje, y el ātmā es el pasajero en ella. Los sentidos (indriya) son los cinco ca- ballos, la mente (manas) es las riendas, y el intelecto (buddhi) es el conductor. Por último, los objetos de los sentidos (como fragancia, textura, sabor, forma y sonido) son las vías atravesadas por los caballos. A pesar de que los caballos buscan objetos placenteros en el cami- no, nuestros sentidos se sienten atraídos a diversos objetos por estimulación. En una situación de correcto funciona- miento, el pasajero determina el desti- no del carruaje y el conductor utiliza las riendas para mover los caballos en la dirección apropiada. Así también, el ātmāiluminada establece el curso de su vida, y entonces un fuerte intelecto uti- liza la mente para dirigir los sentidos. El rol principal del intelecto es el discerni- miento entre bien y mal, lo bueno delo malo, lo deseable de lo indeseable. La función de la mente es pensar, sentir y planear. Una vez que un curso de acción se ha decidido, la mente actúa y reaccio- na en respuesta a esa ruta. Sin embargo, cuando el sistema no funciona correctamente, los sentidos se salen de control al perseguir objetos placenteros, la mente se limita a facilitarsus deseos, y el intelecto es demasiado débil para controlarlos. El pasajero, por su parte, está dormido o apenas des- pierto. El KaṭhaUpaniṣad explica: Cuando a un hombre le falta enten- dimiento, y su mente nunca está contro- lado; Sus sentidos no lo obedecen, como malos caballos, un cochero. (3,7) [Pero] cuando la mente de un hombre son sus riendas, Intelecto, su cochero; Se llega al final de la carretera, el escalón más alto del Viṣṇu. (3,9) Otra Upaniṣad llama el Muṇḍaka ex- tiende esta metáfora al afirmar que hay, en realidad, dos pasajeros en el cuerpo: el yo individual, que disfruta y sufre los efectos del cuerpo; así como el Yo Su- premo, el Señor, que observa y mantie- ne a su amigo en su estadía. Hay una clara dualidad presente en este modelo de la persona humana, pero no se trata de un dualismo men- te-cuerpo. La mente no es más que una extensión del cuerpo y los sentidos, un órgano material como los demás. Más bien, la dualidad se encuentra entre la 33Carruajes de la mente mente/cuerpo y el yo, entre la materia y el espíritu. El yo es consciente, so- brevive al cuerpo, y en el punto de la liberación, incluso se libera de la men- te material. La mente, por otro lado, es un producto de elementos materiales y se ve directamente afectada por ellos. El intelecto tiene un papel liminal que está ligada más al carruaje que al pasa- jero, pero sirve como el intermediario entre el ser meramente espiritual y los sentidos completamente materiales. El ser espiritual no tiene raza, género, nacionalidad o casta, mientras que la mente está llena de tales categorías y etiquetas. Esta dualidad mente-yo se hace muy clara en el BhagavadGītā, tal vez el más conocido de los textos sagrados de la India. La semilla del pensamien- to intelectual que germina en los Upa- nisads florece en una hermosa flor en el BhagavadGītā. Junto con el Dao De Jing, el Gītā es uno de los textos más traducidos en el mundo. Al mismo tiempo, es mucho más que un simple papel impreso entre tapas. El Bhaga- vad-gita ha sido recitado vía oral du- rante generaciones, publicado en cien- tos de ediciones, explicado en docenas de comentarios, producido en escena- rios, pintado sobre lienzos, debatido en tribunales, empleado en el culto diario y venerado como objeto de culto. El Gita ha sido utilizado tanto para incitar a la violencia como para enseñar la no violencia, para llevar a cabo la guerra y para crear la paz. El texto ha dado sentido y dirección en la vida de innu- merables individuos. Sus lectores y ad- miradores comprenden un directorio virtual de filósofos, científicos y líderes en el mundo moderno. El entorno del BhagavadGītā es inusual entre las escrituras y aquello suplica aná- lisis psicológico. El Gītā consiste en die- ciocho capítulos del libro más largo del mundo, el Mahābhārata, que en 100.000 versos cuenta la historia de intriga y conflicto entre dos grupos de primos. El buen guerrero Arjuna se encuentra a sí mismo sentado en un carruaje (¡otra vez!), Con Kṛṣṇa, Dios mismo que ha descendido a la tierra, como su cochero. Mientras Arjuna examina ambos ejérci- tos antes del comienzo de la batalla, ve a todos sus amigos, familiares y maestros listos para entregar sus vidas. Incapaz de controlar su dolor o llegar a un acuerdo con su propio papel en la violencia, su- fre los síntomas clásicos de un colapso mental: temblores, depresión, debilidad en las extremidades, mareos, piel en llamas, miedo y erizamiento (1,28-30). Se vuelve a Krishna, su cochero, amigo, Señor y maestro, a darle alivio y orien- tación. La enseñanza de Krishna co- mienza en el mismo lugar que el en los Upaniṣads, a saber, el conocimiento de uno mismo, pero progresa rápidamente a lo que es quizás el regalo especial de la Gita, un sentido de la devoción (bhakti) a Dios. El BhagavadGītā suaviza el cru- do intelectualismo de los Upaniṣads al proporcionar un lugar para la emoción sublime. Kṛṣṇale dice a Arjuna en repe- tidas ocasiones lo mucho que lo ama y exhorta a Arjuna a amarlo. “Doy la anti- gua enseñanza de yoga para usted,” dice Krishna (en paráfrasis), “porque eres mi amigo y devoto.” Y así nos encontramos con que en el BhagavadGītā, el dualismo materia-es- píritu se convierte en una tríada, con la presencia de Kṛṣṇa, el Señor de la mate- ria y espíritu. Esta trinidad solamente se 34 Ravi M. Gupta insinúa en los Upaniṣads, como hemos visto con los dos pasajeros en el cuerpo, pero es un pilar central de la teología del Gītā. A continuación, una descripción de la persona psicofísica del Bhagavad Gita. Kṛṣṇa le dice a Arjuna en el capí- tulo 7: Tierra, agua, fuego, aire, éter [cielo], mente, inteligencia y ego falso, todos jun- tos estos ocho constituyen mis energías materiales separadas. (7.4) Hasta el momento, estas son las cate- gorías familiares del cuerpo (hecho de cinco elementos), la mente y el intelec- to. El último punto mencionado en este verso es el ego, ahaṁkāra. La palabra ahaṁkāra en sánscrito significa literal- mente “haciendo el yo”. El ahaṁkāra es nuestro sentido construido del yo. Cuando el ātmā se identifica con el cuerpo físico y la mente, internalizando las etiquetas de raza, nacionalidad, sexo, apariencia y personalidad, entonces se crea un falso sentido de sí mismo que es temporal, y por lo tanto, la fuente de la desdicha. La deconstrucción de ese “yo” es la clave para lograr la liberación en el hinduismo y el budismo, pero mientras que el budismo considera que esta de- construcción es suficiente, los hindúes insisten en que la recuperación de la identidad eterna como ātmāes esencial para la liberación. Y así, Kṛṣṇa le dice a Arjuna lo siguiente acerca del verdade- ro ser, la naturaleza no material: Además de éstos, oh Arjuna de los pode- rosos brazos, hay otra energía Mía supe- rior, que comprende las entidades vivien- tes que están explotando los recursos de este material, la naturaleza inferior. (7.5) Pero esto no es todo. Krishna explica a continuación su propia posición, más allá de la materia y el espíritu. De todo lo que es material y todo lo que es espiritual en este mundo, ten certeza de que soy tanto el origen como la disolu- ción. Oh, conquistador de la riqueza, no hay verdad superior a Mí. Todo descansa en Mí, tal como perlas ensartadas en un hilo. (7.6-7) La metáfora de perlas e hilo es una de las más hermosas en el Gita, pues de- muestra unidad en la diversidad. La integridad individual de cada persona es valorada como perlas, pero que se mantienen unidos por el Señor, que es el hilo esencial y, a menudo, invisible que conecta todas las cosas. La taxonomía del Gita, ocho elemen- tos materiales, el ser espiritual, y Dios; es una explicación simplificada de una taxonomía mucho más detallada delineado en el sistema filosófico de Sāṁkhya. Junto con la filosofía Vedānta, Sāṁkhyaes uno de los sistemas filosófi- cos más influyentes en la India en el último milenio. La palabra “sāṁkhya” significa literalmente “enumeración”, y el objetivo de Saṁkhyaes detallar los di- ferentes elementos materiales que com- ponen el universo con el fin de identi- ficar lo que no es material, es decir, el Espíritu Supremo, puruṣa. Al final, Sāṁkhya enumera un total de 25 elementos. La taxonomía es evolutiva en el proceso: cada elemento se trans- forma en otro, impulsado por la fuerza del tiempo y guiada por una inteligen- cia suprema, para producir el universo. 35Carruajes de la mente El proceso es también substancialmen- te grande, los elementos más sutiles se transforman en elementos inferiores, más físicos. Así, por ejemplo, el cielo es el elemento físico más sutil, pero puede ser oído debido a su capacidad para lle- var a sonido. Cielo se transforma en el aire, que puede ser audible y perceptible. Aire se convierte en fuego, que puede ser oído, sentido, y visto. El fuego produce agua, que puede ser oída, sentida, vista y probada. Y, por último, las aguas produ- cen la tierra,que puede ser oída, sentida, vista, probada, y olida. Lo que es interesante para nues- tros propósitos, sin embargo, es que Sāṁkhya proporciona un modelo pro- fundamente subjetivo y psicológico de la creación. Cada paso en el proceso evolutivo es impelido por los deseos de los seres vivos que están latentes dentro de la creación. Estos deseos vienen en tres tipos básicos: bondad, pasión e ignorancia, y combinaciones innumerables de los tres. Todo ser vivo tiene un estado psicológico único que consta de numerosos deseos, y esos impulsos mueven la materia para crear una forma física que les convenga. Por ejemplo, cuando el BhāgavataPurāṇa, un texto sánscrito enormemente influ- yente, define los 5 elementos básicos, utiliza marcadores psicológicos, ade- más de los físicos. El agua, por ejem- plo, se define como aquel que satisface, refresca y da vida, además de sus ca- racterísticas más “objetivas” de humec- tación, ablandamiento, y refrigeración. Del mismo modo, el fuego se define como aquel que da lugar al hambre y la sed y facilita la cocción y la digestión. (3.26.40-43). El paso final (por hoy) en nuestro viaje a través de la literatura sagrada sánscri- ta nos lleva a la BhāgavataPurāṇa. Esta vasta obra se compone de unos 18.000 versos divididos en 12 cantos. La BhāgavataPurāṇa dedica varios ca- pítulos a explicar la Sāṁkhya teísta, pero el texto es extraordinario por mu- chas más razones. De todas las obras que hemos discutido anteriormente, el Bhāgavata es, de lejos, el más querido e influyente en la formación de la civili- zación india clásica y contemporánea. El Bhāgavata se resiste a la clasificación fácil en cualquier género de la literatu- ra sánscrita. Su estructura narrativa lo mantiene unido firmemente como una obra literaria coherente. Su lenguaje y expresión poética están a la par con lo mejor de la poesía sánscrita (kāvya). El mensaje teológico del Bhāgavata se centra constantemente en la devoción a Kṛṣṇa o Viṣṇu. Y el contenido filosófico del texto está bien desarrollado y puesto a tierra sólidamente en las tradiciones clásicas de Vedānta y Samkhya. Ade- más, el BhāgavataPurāṇa es único entre los Purāṇas en la cantidad de atención comentadora sánscrita que ha recibido en los últimos siglos. La prominencia y la versatilidad de Bhāgavata, sin embargo, van más allá de la palabra escrita. El texto ha calado en las tradiciones hindúes populares, tanto en la India como en las comunidades de la diáspora, a través de su uso en la li- turgia, recitación ritual, arquitectura de templos, bellas artes y el cine. El texto constituye el fundamento de la práctica religiosa de varias de las principales tra- diciones de devoción (bhakti), así como las escuelas de danza y teatro. 36 Ravi M. Gupta Si los Upaniṣads son la semilla y el Bha- gavad Gītā es la flor, a continuación, el Bhāgavata Purāṇa es la fruta madu- ra, como se sostiene en su tercer verso. Mientras que los Upaniṣads se deleitan en el intelecto y el Gītā en la devoción, el don especial de la Bhāgavata es la estética. El panorama completo de las emociones humanas se sublima al servi- cio de la obra divina (līlā). Los caballos que desviaron al pasajero desprevenido en los Upaniṣads se vuelven rápidos corceles que llevan a una persona a la bienaventuranza final a través de una relación personal con Dios. Esa relación personal, con todas sus emociones que lo acompañan, se llama “rasa”. Hay mu- chas rasas, y más tarde tradiciones de- vocionales utilizan el Bhāgavata Purāṇa para crear una taxonomía rica en emo- ciones divinas, junto con las técnicas para cultivar esas emociones. El mismo Bhāgavata dice mejor: El fruto del árbol de deseos védico, que contiene jugo de ambrosía, ha salido de la boca de Śukadeva (el narrador). Oh, conocedores del rasa y personas de gusto en este mundo! Be- bed una y otra vez esta reserva de rasa, el BhāgavataPurāṇa. La siguiente presentación, por el Prof. Huber H. Robinson, abrirá esta fruta para mostrarnos las muchas maneras en que su jugo ha sido probado y prescrito por los conocedores de la rasa a través de los siglos. Referencias bibliográficas: Olivelle, Patrick (1971) (trad). Upanisads . Boston: Oxford University Press. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (1979) (trad). Bhagavat Gita, tal como es. México: Bhaktivedanta Book trust. 37 Hanumatpresaka Swami 5,000 AÑOS DE PSICOLOGÍA Y LO SAGRADO Hanumatpresaka Swami 5,000 AÑOS DE PSICOLOGÍA Y LO SAGRADO 38 Hanumatpresaka Swami Un mono en patines pasó por nues- tra ventana hace unos días y cuan- do lo hizo arrojó una nota en nuestro escritorio. Nos preguntó si podíamos escribir sobre el tema de La Psicología y lo Sagrado para el primer número de la revista Solaris. Siendo grandes creyen- tes en el diálogo entre especies sin duda trataremos de lograr esta tarea, pero es- peramos poder hacer algo que satisfaga las verdaderas necesidades de los mo- nos en patines y cualquiera de nuestros lectores que puedan simpatizar con su misión. En primer lugar, debemos decir que no nos oponemos a la Psicología incluyen- do la neurofisiología, ni el estudio de ratas blancas americanas o universita- rios de segundo año, pero nos gustaría centrarnos en el significado de la psique que sería importante en el tipo de pen- sadores occidentales como Carl G. Jung y extender un poco hacia el significado original griego e incluso el oriental, del alma propiamente dicha. Nos parece que el lector paciente puede notar que este punto de vista clásico de la psique es actualmente uno muy práctico y pragmático. En el artículo anterior “Carruajes de la mente” del Prof. Ravi Gupta, se presen- ta la gloriosa herencia india y védica de la literatura en términos de psicología y lo sagrado. El profesor también indica el valor estándar del Bhagavad-gita y el Bhagavata-purana como textos en este sentido. BG 4.7 se presenta como un excelente texto introductorio sobre el asunto1. En ello, Sri Krishna analiza la realidad en cinco elementos densos que son los objetos empíricos de nuestros cinco sentidos y luego tres elementos sutiles o psicológicos, y luego los sitúa como Sus (de Dios) energías separadas, el mundo espiritual siendo su potencia personal. 1 www.vedabase.com∕en∕bg∕7∕4 ...la tradición junguiana emplea el arte, el arte gráfico, como un medio para llegar a la psique desde lo sensorial. Esto también significa llegar a la persona, así como a elementos psíquicos colectivos inconscientes. En forma similar, nuestra tradicion vaisnava, escrita hace 5000 años, nos conduce desde la contemplación de la naturaleza al Paramatma del Bhagavata (percepcion de la divinidad en el corazón), y a las juventudes conyugales, Radha y Krsna, como el último límite en entidades arquetípicas. 39La Psicología y lo Sagrado perspectivas de hace 5000 años Por supuesto, tomaría semanas explicar todo esto en detalle y tratar de adjudi- carlo al conocimiento occidental, pero aquí nos gustaría saltarnos a la natura- leza del alma inmortal en la atmósfera. En el Palacio de Cristal de Santa Teresa de Ávila y los comentarios sobre la Can- ción de Salomón por San Bernardo de Clairevaux, podríamos encontrar una sugerencia occidental de estos estados beatíficos de la conciencia. Éstos esta- rían en contraste con la psique, alma, condicionados por los datos sensoriales o incluso datos mentales, y en nuestra tradición oriental, se describen excelen- temente por el filósofo bengalí del siglo XVI, Srila Rupa Goswami. Una discusión académica totalmente occidental de su obra se encuentra en la Introducción a la traducción del opus magnum de Rupa Goswami, el Bhakti- rasa-amrta-sindhu, del profesor David Haberman. Una traducción tradicional de la obra completa se puede encontrar en www.vedabase.com por Srila A. C. Bhaktivedanta Swami como Néctar de la Devoción, y una elucidación esencial de esa traducción por el estudiante de Swa- mi, Dhanurdhara Swami, está disponi-
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