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1 MIGUEL ÁNGEL ESCULTOR DIONISO (BACO). DIOS DEL VINO Dioniso es hijo de Zeus y Sémele, hija de Cadmo y Harmonía, pertenece por lo tanto a la segunda generación de dioses Olímpicos. Sémele pidió a Zeus que se mostrase en todo su poder, pero no fue capaz de resistir la visión de los relámpagos y cayó fulminada. Zeus le extrajo al hijo que llevaba en su seno y que estaba en el sexto mes de gestación y le cosió a su muslo hasta que llegó la hora de su nacimiento. Dioniso es el dios nacido dos veces. El niño fue confiado a su hermano Hermes, quien encargó de su crianza al rey Atamante y su esposa. Les encargó que le vistiesen con ropas femeninas para burlar los celos de Hera, que buscaba la perdición del niño, fruto de los amores adúlteros de su esposo. Para protegerle Zeus mandó llevar al niño fuera de Grecia, al país llamado Nisa, que unos sitúan en Asia y otros en África y se lo entregó a las ninfas para que le cuidasen. Con objeto de evitar que Hera le reconociese le transformó en cabrito. Este hecho explica el epíteto de cabrito que lleva Dioniso. Las ninfas que criaron a Dioniso posteriormente se convirtieron en las estrellas de la constelación de la Híades. De adulto Dioniso descubrió la vid y su utilidad. Pero Hera le enloqueció y anduvo errante por Egipto y Siria. En las costas de Asia llegó a Frigia, donde le recibió la diosa Cibeles, que le purificó y le inició en los ritos de su culto. Dioniso llegó a la India, sometiéndola con las armas y su poder místico. En esta época tiene origen el cortejo triunfal del que se hace acompañar. En el cortejo triunfal Dioniso va en un carro tirado por panteras y 2 adornado con hiedra. Le acompañan los sátiros, silenos y bacantes y Príapo en ocasiones. De vuelta a Grecia fue a Tebas, donde reinaba Penteo, sucesor de Cadmo, e introdujo las Bacanales. Pero el rey se opuso a estos ritos peligrosos. Las Bacanales eran las fiestas de Dioniso, en las que todo el pueblo y, en especial las mujeres, eran presa de delirios místicos y recorrían el campo profiriendo gritos rituales. Después fue a Argos, donde sus fiestas enloquecieron a las hijas del rey Preto y a las mujeres del país. Después el dios fue a la isla de Naxos, para lo que contrató los servicios de unos piratas. Pero los piratas pusieron rumbo a Asia, con la idea de venderle como esclavo. Cuando Dioniso se dio cuenta transformó los remos en serpientes, llenó el barco de hiedra e hizo que sonaran flautas invisibles. Los piratas enloquecidos se precipitaron al mar, convirtiéndose en delfines, lo que explica que los delfines sean amigos de los hombres y los ayuden en los naufragios, ya que son piratas. A partir de este hecho el poder de Dioniso fue reconocido por todo el mundo, terminó su misión y se implantó su culto. Pero antes descendió al Inframundo en busca de su madre Sémele, para devolverla a la vida. Dioniso pidió a Hades que liberase a su madre y el dios del Inframundo accedió a cambio de que Dioniso le diese a cambio algo que estimara mucho. Entre sus plantas predilectas Dioniso cedió el mirto y éste es el origen de la costumbre que tenían los iniciados en los misterios dionisiacos de coronarse la frente con mirto. Dioniso es el dios de la viña, del vino y del delirio místico. Se le festejaba con procesiones tumultuosas en las que se evocaban con máscaras los genios de la Tierra y la fecundidad. 3 Estos cortejos dieron origen a las representaciones teatrales de la comedia y la tragedia. En la época romana, los Misterios de Dioniso, por su carácter orgiástico se hicieron muy populares. El Senado Romano prohibió la celebración de las Bacanales en el 186 a.C., pero se siguieron las tradiciones dionisiacas. El atributo de Dioniso es el tirso, bastón de vides enrolladas y rematado con una piña. Su iconografía evolucionó desde un hombre con afilada barba y larga túnica en la cerámica del siglo VI a.C., hasta la de un joven desnudo e imberbe, enturbiado por la bebida en contraposición al prudente Apolo. Los cultos orgiásticos establecen una estrecha relación entre el dios y sus seguidores. Así Nietzsche plasmó la oposición entre lo apolíneo (distante) y lo dionisiaco (cercano). Dioniso/Apolo. Las ménades “mujeres posesas” son las bacantes divinas que siguen a Dioniso. Se las representa desnudas o con velos ligeros. Llevan coronas de hiedra y a veces tocan la doble flauta, entregándose a danzas apasionadas. Las ménades personifican los espíritus orgiásticos de la naturaleza. MIGUEL ÁNGEL. BACO. 1496-1497. M. BARGELLO, FLORENCIA Mármol. 1496-1497. Museo del Bargello, Florencia. Las colecciones del cardenal Giuliano della Rovere, futuro papa Julio II, y de Jacobo Galli, otro de los primeros clientes del artista, le brindaban la posibilidad de estudiar y examinar la escultura clásica. Este extraordinario escultor estudió la Antigüedad y se inspiró en ella, pero no la copió. Miguel Ángel estuvo en Roma entre 1496 y 1501 y en este periodo esculpió 2 obras maestras: • El Baco, escultura de mármol de 203 cm, que realizó entre 1496-97, y se encuentra en el Museo del Bargello, Florencia. 4 • La Piedad, escultura de mármol de 176 cm, que realizó entre 1498-99, y se encuentra en la Basílica Vaticana. Miguel Ángel (1475- 1564) realizó el Baco entre 1496 y 1497, a los 22 años, obteniendo el máximo reconocimiento como escultor. La figura del joven sátiro, comiéndose las uvas del dios y sonriendo con malicia, sirve para sostener esta escultura sinuosa, al igual que hacia Praxíteles en el siglo IV a.C. en Grecia. Este recurso, que se utiliza desde la Antigüedad, ayuda a crear múltiples puntos de vista. Miguel Ángel esculpió una base rocosa que imprime gran naturalidad al suelo, donde Baco se representó coronado por vides y el pequeño sátiro sonriente degustando un racimo de uvas. Los sátiros suelen representarse con torso de hombre y los miembros inferiores de macho cabrío, una larga cola semejante a la de los caballos y un miembro viril perpetuamente erecto. Con el paso del tiempo los miembros inferiores se convierten en humanos y sólo queda la cola, que también se pierde con el tiempo. Baco representa la belleza y la delicadeza en un suave contraposto. Miguel Ángel utilizó aquí por primera vez el trépano, técnica muy utilizada en Roma que permite crear efectos de volumen y claroscuro. El dios del vino aparece con una copa de ese licor en un formato de cerámica clásica, recordando los hallazgos arqueológicos del momento. El Baco de Miguel Ángel es el paradigma del hedonismo clásico. El hedonismo es la doctrina filosófica que busca el placer y la supresión del dolor como objetivo de la vida. Miguel Ángel estudió la Antigüedad y encontró inspiración en ella. Su Baco podría ser una escultura helenística, a la altura de una de las obras más famosas de la Antigüedad, el Apolo Belvedere. Apolo Belvedere es una famosa estatua de mármol sobre el dios griego Apolo, que se conserva en los Museos Vaticanos. Está considerada una copia romana de un original griego que se perdió. 5 Redescubierta en el Renacimiento, fue expuesta en el Cortile del Belvedere del Vaticano a partir de 1511 y de ahí recibió su nombre. Durante mucho tiempo fue considerada la representación ideal de la perfección física masculina y una de las más importantes esculturas de la Antigüedad clásica. Fue reproducida en grabados de gran circulación y constituyó uno de los principales símbolos de la civilización occidental. LA PIEDAD DE MIGUEL ÁNGEL (1498-1499) Entrando en la basílica vaticana, a la derecha, se encuentra La Piedad de Miguel Ángel, realizada en mármol, entre 1498 y 1499, por un joven Miguel Ángel y con una altura de 176 cm. La escultura está expuesta sobre un alto pedestal y tras un cristal blindado, muy lejos de la intención de Miguel Ángel y de su emplazamientooriginal, ya que en el Renacimiento se quería que el arte fuera accesible a los fieles. La escultura fue encargada para el sepulcro del cardenal francés Jean de Bilhéres. Cuando la obra llevaba poco tiempo terminada, la reconstrucción de la antigua San Pedro dio pie al traslado de la Piedad, que se colocó en varios puntos de la nueva iglesia. La Virgen está sentada sobre un afloramiento bajo de rocas, del que brota un arbolillo de fuertes raíces, que sirve de apoyo para el pie izquierdo de Cristo e indicación simbólica de la vida después de la muerte. Miguel Ángel concebía la escultura como algo que debía crearse a partir de un solo bloque de piedra. Por lo tanto, trataba la base como parte integrante de la obra. En la Piedad dedicó gran atención a la base de su figura, aportando una justificación visual de la proximidad al suelo de la escultura. La Piedad no es solo una obra de arte. Es una imagen emotiva de la Virgen y Cristo. El hermoso rostro de María plasma belleza, 6 serenidad, armonía, dulzura y ternura, es decir, la imagen ideal de la madre. Su expresión de tranquilidad externa es un indicativo de su serenidad interior y ofrecen garantías del triunfo de Cristo sobre la muerte. Su dignidad y resignación calladas se plasman en la inclinación de la cabeza de María, que rehúye nuestra mirada e interioriza su dolor, y en el elegante gesto de la mano izquierda. Miguel Ángel firmó la obra en la banda que cruza en diagonal el pecho de la Virgen. MUSEO DE LA ACADEMIA, EL DAVID, 1501-1504, (5 metros) La luminosa “Tribuna” fue construida por el arquitecto Emilio De Fabris para alojar la escultura del “David”. Esta estatua estuvo situada delante del Palacio Viejo hasta 1873, cuando fue trasladada a la Academia por motivos de conservación. El colosal David es una obra de juventud del artista. Le realizó entre 1501 y 1504, cuando tenía 26 años. Con él Miguel Ángel llegó a la cima del Clasicismo. Según Vasari, la Señoría de Florencia encargó en 1460 a Agostino da Duccio una escultura de más de 4 metros, destinada a uno de los contrafuertes de la antigua fachada de Santa María del Fiore. Pero este artista no fue capaz de tallar la inmensa mole de mármol. En cambio Miguel Ángel concluyó el David en 3 años y su belleza causó tanta admiración que, en lugar de colocarse en el Duomo, se ubicó en la Plaza de la Signoría. La imponente escultura del David representa el símbolo de la belleza y la libertad, de la juventud y la fuerza. En definitiva, plasma el sentir del Renacimiento. Buonarroti en el David plasma un magistral estudio del desnudo masculino, evocando el mundo clásico, aunque con unas dimensiones colosales. 7 El David de Miguel Ángel es la obra que mejor plasma el renacer a la Antigüedad clásica que simboliza el Renacimiento. Después de realizar el Baco y la Piedad de Roma, con el David Miguel Ángel adquirió fama perdurable como escultor en mármol y este éxito tuvo como consecuencia que nunca se quedó sin trabajo. David está de pie, todo su peso se apoya en la pierna derecha, que sostiene el tronco. La pierna izquierda está adelantada y flexionada y el pie izquierdo sugiere un leve movimiento. El cabello rebelde, el ceño fruncido y los ojos hundidos de mirada penetrante proporcionan gran intensidad al rostro. La cabeza es desproporcionadamente grande, como efecto expresivo y para compensar la disminución natural al observar esta colosal estatua desde abajo. David es una escultura en reposo, la honda descasa sobre el hombro y plasma el equilibrio, la serenidad, la armonía y la belleza de la Antigüedad clásica. El brazo izquierdo de David está levantado y su mano sujeta una punta de la correa de la honda. La mano derecha es desproporcionadamente grande y sujeta la piedra que le va a disparar a Goliat. Esta escultura, al igual que el Baco del Bargello, nos invita a rodearla. La visión frontal es bellísima, pero la vista posterior y las laterales son impresionantes. La única forma de ver la correa de la honda, de percibir la sensación de movimiento inmanente, y de darnos cuenta de que el enfrentamiento con Goliat tardará en suceder es verla por detrás. Miguel Ángel esculpió a David como un gigante, algo no muy lógico tratándose de un joven demasiado pequeño. También puede sorprender su desnudez integral, que evoca el mundo clásico. David es un ejemplo de fuerza y valor, un héroe que se convertirá en rey, con quien los florentinos se identificaban íntimamente. 8 El David de Miguel Ángel se convirtió en el orgullo de Florencia y se le otorgó un lugar de honor en la plaza de la Signoría. Se convirtió en el símbolo de la fuerza y el poder de Florencia. En la actualidad podemos observar unos sensores instalados en la escultura que vigilan las fisuras detectadas en tobillos y torso y que ya fueron notificadas a mediados del siglo XIX. El estudio publicado en el Journal Cultural Heritage ha sido realizado conjuntamente por la Universidad de Florencia y el Consejo Nacional Investigador. LOS ESCLAVOS DEL MUSEO DE LA ACADEMIA (1520-1530) Entre 1520 y 1530 Miguel Ángel esculpió en mármol los 4 esclavos que actualmente se encuentran en la Academia de Florencia: 1 - Esclavo joven de 2,60 metros de altura. 2 - Esclavo con cabeza de bloque de 2,80 metros de altura. 3 - Esclavo con barba de 2,65 metros de altura. 4 - Esclavo que se despierta de 2,75 metros de altura. Los Esclavos formaban parte del sepulcro de Julio II junto al Moisés. Dos de estos Prisioneros o Esclavos están en el Museo del Louvre (el Moribundo y el Rebelde) y los cuatro inacabados se encuentran en el Museo de la Academia florentina. Miguel Ángel había aprendido de los problemas técnicos anteriores. Para realizar estas esculturas encargó bloques de mármol más gruesos de lo que necesitaba, se aseguraba así que no le faltase piedra en caso de encontrar un defecto en el mármol. Del bloque de mármol vemos surgir las figuras inacabadas, que intentan liberarse de la materia bruta, mientras que Miguel Ángel se enfrenta al tormento y el éxtasis de insuflar vida a las formas. Estas cuatro esculturas, apenas esbozadas, tienen la intención simbólica de plasmar las ataduras de la vida, de las que intentamos librarnos. Es el alma ansiando despojarse de su prisión terrenal. En el Esclavo con cabeza de bloque dejó intacto un gran trozo de mármol que se proyecta por detrás de la figura. 9 En el esclavo que se despierta la pierna derecha se cruza por debajo de la izquierda, pero la cabeza y la parte superior del tronco están muy inclinadas hacia atrás, generando un desequilibrio considerable. Las dos figuras más acabadas, El Esclavo joven y el Esclavo con barba, están emparentadas con las figuras de la capilla Médicis. Miguel Ángel trabajaba a la vez en tres proyectos: la fachada de San Lorenzo, la tumba de Julio II y la capilla Médicis. Basílica Eudoxiana o Basílica de San Pietro in Vincoli (San Pedro Encadenado). La emperatriz Eudoxia hizo construir esta basílica para conservar las cadenas con las que Herodes encadenó a San Pedro. Cuenta la leyenda que primero llegó una de las cadenas con las que San Pedro fue encarcelado en Jerusalén y, años más tarde, la segunda cadena fue llevada a Roma donde milagrosamente se unió a la anterior. Bajo el Altar Mayor se encuentra el relicario en el que se guardan las cadenas de San Pedro. Pero esta basílica es mundialmente conocida por la impresionante estatua de Moisés realizada por Miguel Ángel en mármol blanco de Carrara para el mausoleo de Julio II. Este monumento funerario se diseñó con 40 esculturas y se pensaba ubicar en la basílica de San Pedro, pero no se llegó a concluir. PAPA JULIO II (1503- febrero de 1513) Giuliano della Rovere (Julio II) era sobrino del papa Sixto IV. El 18 de agostode 1503 moría el papa valenciano (español) Alejandro VI (Rodrigo Borgia), y le sucedió Pío III. 10 Tres días después de ser elegido, Pío III designó una reunión de cardenales para reformar la iglesia y establecer la paz. Pío III falleció el 18 de octubre de 1503 y sólo gobernó 25 días. Le sucedió Julio II. Julio II fue el Papa guerrero e intentó robustecer el poder temporal, ya que lo consideraba garantía de la independencia espiritual. Acudió al campo de batalla durante numerosas campañas militares. Fue el gran impulsor del Renacimiento en Roma. Le encargó a Miguel Ángel un ambicioso monumento sepulcral nunca terminado y la bóveda de la Sixtina; a Bramante la nueva iglesia de San Pedro y a Rafael, las Estancias Vaticanas. LA TUMBA DE JULIO II (1505-1545) En 1505 el Papa prometió pagar a Miguel Ángel la astronómica cifra de 10.000 ducados, que era lo que costaba construir una iglesia pequeña, a cambio de realizar un enorme mausoleo de 7 x 11 metros, adornado con unas 40 esculturas de mármol. En 1545, 40 años después, la tumba de mucho menor tamaño, aunque majestuosa, se instaló finalmente en San Pietro in Vincoli, la iglesia titular del papa Julio II. Entre 1505 y 1545 el artista diseñó seis monumentos distintos y firmó varios contratos. La tumba actual sólo contiene tres esculturas de Miguel Ángel: Moisés, Raquel (izquierda) y Lía (derecha). 11 El Esclavo rebelde y el Esclavo moribundo pasaron a manos de Roberto Strozzi, amigo de Miguel Ángel, y fueron enviados a Francia, donde continúan actualmente en el Museo del Louvre. El Esclavo con cabeza de bloque, el Esclavo joven, el Esclavo con barba y el Esclavo que se despierta están en la Academia de Florencia. Aunque la tumba de Julio II nunca se llegó a concluir, Miguel Ángel dedicó un gran esfuerzo a crear uno de los conjuntos escultóricos más grandiosos de todos los tiempos. Actualmente el cuerpo superior de la tumba está formado por la Virgen con el Niño de Domenico Fancelli y la efigie de Julio II de Tomaso Boscoli. A la izquierda una Sibila y a la derecha un profeta de Raffaello da Montelupo. EL MOISÉS (1513-1516) El Moisés es una escultura sedente de mármol, de 2,5 metros de altura, y si se levantase superaría los 3 metros. Se realizó entre 1513 y 1516 y encarna a la perfección al líder fuerte y seguro que guió al pueblo hebreo desde su cautiverio en Egipto hasta conducirle a la Tierra Prometida (Palestina). El tema bíblico recoge un pasaje del Antiguo Testamento, en el que el profeta Moisés regresa de su estancia de 40 días en el Monte Sinaí, portando las Tablas de la Ley (los Diez Mandamientos). Al volver contempla horrorizado como los israelitas han abandonado el culto a Yahvé y están adorando a un becerro de oro. Miguel Ángel capta el instante en el que Moisés, con un ligero contraposto, vuelve la cabeza y se dispone a levantarse lleno de ira por la infidelidad de su pueblo. Esta “terribilitá” que le embarga se manifiesta en su rostro frunciendo el ceño y aportando una intensidad en su mirada que a nadie deja indiferente. 12 Sigmund Freud se imaginaba al profeta, enojado por las falta de fe de los israelitas, conteniendo el impulso de ponerse de pie y arrojar al suelo las Tablas de los Diez Mandamientos. La figura está llena de vida y movimiento. Se circunscribe en un rectángulo imaginario sugerido por la base cuadrada, aunque el codo y la rodilla izquierdos se escapan de esa frontera invisible. Incluso el pie izquierdo, echado hacia atrás, resbala por la base de la escultura. El Moisés irradia vitalidad e intensidad espiritual. Miguel Ángel supo evocar como nadie el aspecto sobrecogedor de este gran profeta, que había contemplado a Dios. La camisa sin mangas permite revelar la musculosa constitución del personaje. En cambio sobre la rodilla cae una voluminosa tela que nos permite hacer un estudio de los pliegues y los paños, dejando a la vista las polainas y las sandalias. La profusa barba en cascada es retirada por unos larguísimos dedos de la mano derecha. La estatua se representa con cuernos en la cabeza. Se cree que esta característica procede de un error en la traducción por parte de San Jerónimo del capítulo del Éxodo. En este texto, Moisés se caracteriza por tener un rostro del que emanaban rayos de luz, lo que San Jerónimo en la Vulgata tradujo por su rostro era cornudo. El error en la traducción era posible debido a que la palabra “karan” en hebreo puede significar “rayo” o “cuerno”. Cuando Miguel Ángel esculpió el Moisés el error de traducción había sido advertido, y los artistas de la época había sustituido los cuernos por dos rayos de luz que emanaban de Moisés al bajar del Sinaí. No obstante Miguel Ángel prefirió mantener la iconografía anterior. A ambos lados de Moisés están Raquel y Lía, símbolos de la vida activa y la vida contemplativa respectivamente, también diseñadas por Miguel Ángel, que representan a las dos esposas de Jacob. 13 Miguel Ángel concibió el Moisés como parte integrante de un grupo de cuatro profetas sentados, cuya función era adornar las esquinas del segundo piso del gran complejo funerario de Julio II. Teniendo en cuenta esta posición elevada, esculpió a Moisés un torso alargado, cuya desproporcionada longitud sólo se percibe desde los lados, aunque esta distorsión anatómica queda disimulada por los fuertes brazos y la profusa barba. Miguel Ángel pensaba que el Moisés era su creación más realista. La leyenda cuenta que el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo: “¿por qué no hablas?”, sintiendo que el mármol tenía vida propia. En la rodilla se puede encontrar la marca que hizo Miguel Ángel al golpear la escultura. Algunos historiadores han querido ver en el Moisés un retrato idealizado del propio Miguel Ángel o del Papa Julio II, temible guerrero y líder espiritual, al igual que el profeta bíblico. Cuenta Vasari que los judíos de Roma acudían cada Sabbat a ver el Moisés como bandadas de estorninos. Hoy en día los amantes del arte seguimos acudiendo a San Pietro in Vincoli y también nos sobrecogernos ante el gran profeta del Antiguo Testamento. El monumento del Moisés se encuentra sumido en la penumbra hasta que alguno de los visitantes decide hacer una donación que sirve para iluminarlo, una práctica muy extendida en la mayoría de las iglesias de Roma. El trabajo de Miguel Ángel inspiró otra estatua de Moisés en la Fontana dell’Acqua Felice, pero ésta de mucha menor calidad. LA PIEDAD DE FLORENCIA. MIGUEL ÁNGEL (1547-1555) La Piedad de Florencia de Miguel Ángel (1547-1555), mármol de 2,34 metros de altura. El conjunto escultórico representa el cuerpo de Cristo sostenido por Nicodemo, abrazado por la Virgen María a la derecha y a la izquierda del grupo aparece María Magdalena. Miguel Ángel esculpió la Piedad de Florencia para que fuera su propio monumento funerario. 14 Vasari dice que el artista irritado se enzarzó a martillazos con ella. Otras hipótesis apuntan a que esculpir el propio monumento fúnebre es enfrentarse de modo ineludible a nuestra mortalidad y ese es el motivo por el que el artista estropeó y abandonó una obra de importancia tan personal. Esta escultura es la más ambiciosa y complicada de todas sus obras y puede que en ello radique su insatisfacción personal. Suponía un reto técnico de gran magnitud porque, a partir de un único bloque de mármol, el artista creó un grupo de cuatro figuras. Miguel Ángel tendía a cambiar de idea mientras esculpía, por lo tanto utilizaba bloques de mármol grandes para disponer de material suficiente para cambiar la forma y disposición de las figuras mientras tallaba. En cambio en la Piedad de Florencia la Virgen es demasiado pequeña en comparación con Jesús y la figura de pie de Nicodemo. El evangeliode San Juan nos dice que había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, judío influyente, que una noche fue a visitar a Jesús y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios como Maestro, pues nadie hace los prodigios que tú haces si Dios no está con él". Actualmente se cree que la figura encapuchada es un autorretrato de Miguel Ángel en su vejez, probablemente en el papel de Nicodemo. Las facciones sin pulir del rostro pueden sugerir el velo de la noche bajo el que Nicodemo ocultaba su fe. Muchos estudiosos apuntan a que no hay bastante piedra para acabar la cara de María sin poner en peligro la de su hijo muerto, del mismo modo que es difícil tallar la mano de la Virgen que sostiene a Cristo sin desfigurar el torso ya acabado y pulido en el que se apoya. Pero el principal problema técnico era esculpir la pierna izquierda de Jesús, bien por haberse roto el mármol o por haber sido extraído voluntariamente. Lo más impactante es que la mayoría de los visitantes no se percatan de que a Cristo le falta una pierna. 15 Este hecho iba en contra de la idea de Miguel Ángel de que la auténtica escultura se crea a partir de un solo bloque. Posiblemente los impedimentos técnicos, unidos a los personales por su avanzada edad, recordemos que Miguel Ángel nace el 6 de marzo de 1475, y tenía entre 75 y 80 años cuando realizó esta obra, motivaron el resultado final de esta escultura. Miguel Ángel empleó el non finito con fines expresivos. En el año 1722 la escultura fue transferida a Santa María del Fiore y finalmente desde 1960 se expone en el museo de la catedral. LAS CAPILLAS MEDICEAS, SACRISTÍA NUEVA DE SAN LORENZO (1520-1534) Miguel Ángel invirtió 14 años en las tumbas Mediceas. Los sepulcros Juliano, Duque de Nemours, y de Lorenzo, Duque de Urbino, hijo y nieto respectivamente de Lorenzo el Magnífico, aparecen como retablos gemelos a ambos lados de la capilla. Tanto en su parte arquitectónica como escultórica, Miguel Ángel dio al conjunto una disposición grandiosa y solemne. Su carácter humanista consiguió crear tal unidad que la arquitectura y la escultura se funden y complementan mutuamente. Tumba de Juliano. Mármol. Juliano: altura 1,73 metros. El Día: 2,05 metros y la Noche: 1,95 metros. Tumba de Lorenzo. Mármol. Lorenzo: altura 1,78 metros. La Aurora: 2,03 metros y el Crepúsculo: 1,95 metros. El pensativo Lorenzo simboliza la contemplación y el dinámico Juliano la acción. Juliano, en palabras del propio Miguel Ángel, tenía un perfil divino. Los dos duques están sentados en hornacinas poco profundas, sobre los sarcófagos que contienen sus restos. Miguel Ángel les ha dado más fama muertos, de la que pudieron alcanzar en vida. 16 Julián, el alegre, lleva armadura, falda corta con flecos y botas de piel a media pantorrilla. Con rizos cortos y un largo cuello, mira a la Virgen. Miguel Ángel diseñó esta armadura de fantasía, pegada a la piel, que revela y cubre a la vez el torso, que fue muy imitada en las pinturas y esculturas manieristas. Lorenzo, el pensativo, se nos presenta majestuoso en su calma reflexiva. Tiene ligeramente cruzados los tobillos y el brazo derecho en una torsión forzada, que es un recurso manierista muy adecuado para el lenguaje expresivo de las manos. Su codo izquierdo descansa en una caja de caudales decorada con el rostro de un animal, mientras apoya su mano izquierda en la barbilla. Sus grandiosas anatomías recuerdan, especialmente en la postura de las piernas de Juliano, al Moisés de Roma (1513-1516). Sobre los frontones partidos, deslizándose por las cubiertas curvas de los sarcófagos, aparecen cuatro figuras desnudas alegóricas: El Día, La Noche, El Crepúsculo y La Aurora, en una profunda reflexión sobre el tiempo. El musculoso cuerpo de la Noche se contorsiona, pero mantiene un aire de serenidad absoluta que la sumirá en un profundo sueño. La rodean símbolos que sugieren oscuridad, sueño y muerte: una diadema lunar, un gran ramo de amapolas, un búho y una máscara dentro de otra, órbitas dentro de órbitas vacías, todo ello dotado de una extraña sensación de vida. El Día es la más musculosa de las cuatro figuras de los sarcófagos y la de contorsiones más inverosímiles. Evoca la salida del sol, al asomarse por detrás del hombro. Su cabeza inacabada sugiere la ambigüedad del tiempo. El Crepúsculo también tiene un rostro inacabado (non finito), en contraste con su cuerpo pulido, aunque sus manos y sus pies están menos pulidos. La Aurora tiene una banda inexplicable bajo su pecho, como las que atan sin aprisionar a los esclavos del Louvre, pero presenta una anatomía tersa y muy pulida, aunque pulir era una labor agotadora. 17 Miguel Ángel convirtió estas cuatro “esculturas menores” en obras maestras. Son lo esencial de la capilla Médicis y muestran la genialidad del artista. El inacabado de los rostros masculinos crea una atmósfera de misterio, que se pone en contacto con el tema representado de la muerte. La capilla nos impulsa a una profunda reflexión sobre lo transitorio de la vida y la fama terrenal. La Virgen con el Niño (1524-1534), mármol, 2,27 metros de altura. Miguel Ángel dejó inacabado este grupo de la Virgen con el Niño en su estudio de Florencia, cuando se marchó a Roma en 1534. La Virgen está sentada con la pierna izquierda sobre la derecha, sobre la que se sienta un Niño grande y musculoso que, con una torsión inquieta da la espalda al espectador, buscando la dulzura y tranquilidad que le proporciona su madre. El hombro izquierdo de María se adelanta para proteger a su hijo, mientras su brazo derecho se apoya en la parte posterior del asiento, como para hacer de contrapeso al Niño. María posee una belleza clásica pero distante, mira al vacío como si presagiara el terrible destino de su hijo. Su sentimiento se acentúa por la trama de marcas de cincel de su cara sin pulir. Miguel Ángel estudia una parte de esta composición en un dibujo grande de la Casa Buonarroti. Los dos caballeros miran a la Madonna. Bajo ella, en un sarcófago desornamentado, reposan los restos de Lorenzo El Magnífico y los de su hermano Juliano. Ambos están protegidos por la Virgen y por San Cosme y San Damián, patronos de los Médicis. PIEDAD DE PALESTRINA La Piedad Palestrina es una escultura realizada por Miguel Ángel y conservada en la Galería de la Academia en Florencia. La obra habría sido finalizada en 1555 y la envuelve una sombra de dudas acerca de la autoría. Pues se trata de la obra de tamaño grande (mide 2.5 metros de altura) de Miguel Ángel con menos referencias 18 históricas. Su nombre se debe a la localidad romana de Palestrina, donde durante siglos se conservó la pieza. Esta escultura representa la piedad, el momento donde la Virgen recoge el cuerpo sin vida de Cristo. En la Piedad Palestrina, Miguel Ángel incluye en el conjunto a María Magdalena en una obra donde el mármol, como siempre con Buonarroti, cobra vida. Las esculturas de Miguel Ángel son sencillamente inexplicables. Algo que sólo él, con su talento, fue capaz de hacer. Dentro de su maestría, Buonarroti dejó un legado con, además, una gran variedad. Prueba de ello es la Piedad Palestrina, que habría sido también una de sus últimas obras. Miguel Ángel, de hecho, creó más de una piedad. La más reconocida de todas está en Roma, en la Basílicad de San Pedro. En esa piedad podemos ver un estilo mucho más detallista, con un mármol más claro y pulido, más realista. Para la Piedad Palestrina el genio optó por centrarse en las emociones y no tanto en el realismo de los rostros y cuerpos. Por ejemplo, en la Virgen y María Magdalena podemos ver figuras no muy detalladas, con cabello y rostros que no atienden a una estética sino a la finalidad de mostrar sus sentimientos. Algo que podría ser contradictoriopero que, sin embargo, resulta funcionar a la perfección. En el cuerpo de Cristo, que ocupa la mayor parte del espacio, sí vemos un cuidado exquisito de sus formas y musculatura. Dominada a la perfección por Michelangelo. Una mención especial merecen las piernas de Cristo. Delicadas, derrotadas, en una caída que se siente real. Como si en realidad fuese a caerse de no ser por la Virgen que lo sostiene. La leyenda de la Piedad Palestrina Ésta dice que Miguel Ángel la habría realizado en una cantera de mármol de Carrara. Miguel Ángel, uno de los grandes artistas de la 19 historia, acudía a menudo a las canteras a controlar en persona el material con el que trabajaría. En la cantera, entre uno y otro control, Miguel Ángel se habría ‘’entretenido’’ creando una escultura que habría resultado en la Piedad Palestrina. Sin duda, teniendo en cuenta las capacidades de Buonarroti, podría ser cierta. Pero un dato desmonta rotundamente esta leyenda. Y esto es que el mármol utilizado para la escultura no es de Carrara. PIEDAD RONDANINI, ÚLTIMA ESCULTURA DE MIGUEL ÁNGEL 1556-1564. Mármol, 1.92 m. Milán. Días antes de morir, cuando iba a cumplir 89 años, Miguel Ángel esculpía este grupo escultórico creemos que para sí mismo. Esculpir era una forma de rezar, de buscar la salvación y de acercarse a Dios con la creación. La llamamos Piedad, pero el artista hizo a la madre de pie sobre una roca que abraza el peso muerto de su hijo, sin apenas sujetarlo. Las figuras están suspendidas en una composición imposible y en un momento intemporal. La postura semierguida de Cristo y el ser una obra inacabada le dan vitalidad. La cabeza gira y parece mirar la mano de su madre en el hombro. Los dos cuerpos se funden como si fueran otra vez una sola carne. Miguel Ángel talló y volvió a tallar, eliminando una idea tras otra. Estos cambios se notan en el brazo derecho de Cristo, que no eliminó el escultor. El resultado es el vestigio fantasmal de una composición anterior más grande y musculosa. Sin el brazo truncado no podríamos imaginarnos los cambios tan radicales en la escultura. 20 La visión lateral de la escultura deja de manifiesto hasta qué punto esculpió el bloque. Al plasmar el cuerpo, cada golpe de cincel contribuye al tormento de Cristo. La superficie herida es un doloroso recuerdo del cuerpo de Cristo. Miguel Ángel transforma la piedra primero en carne y luego en espíritu. Nos ayuda a entender el misterio del sacrificio de Cristo. UBICACIÓN La estatua de mármol blanco de casi dos metros de alto, que el artista dejó inacabada a su muerte en Roma en 1564, se encuentra en una sala especial del castillo Sforza, situado en el centro histórico de Milán y que alberga varios museos en su recinto. El paradero de esta obra, encontrada en la vivienda del artista tras su deceso, se desconocía hasta 1807, cuando reapareció en el palacio milanés del marqués de Rondanini. La ciudad de Milán la adquirió en 1952 y desde entonces la exponía en otra sala. La escultura es "la expresión de la fuerza creadora y del tormento intelectual que acompañaron al artista en el final de su vida", y en la que trabajó hasta el final.
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