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El problema de la práctica tiene distintos recorridos posibles, según el marco y el autor que se asuma. Desarrollando dicho problema de la práctica desde Merleau-Ponty, Bourdieu y Castoriadis. Relacione con el diseño como práctica proyectual. El diseño como práctica proyectual. En su libro “Para una teoría de la práctica”[1], Carlos Savranski sostiene que el diseño es una práctica que produce formas y obras y como práctica es realizada por un cuerpo. Se trata de una disciplina práctica proyectual. El diseño presupone un acto poiético, esto es, un hacer material del cuerpo, que es la creación de una obra o de una forma. La creación de una obra o de una forma es la objetivación de significaciones o sentidos. Pero el diseño se diferencia del arte por un rasgo esencial que se resume en la noción de proyecto y que es el que le ha dado el nombre de disciplina proyectual. El proyecto se refiere a la determinación (en realidad, al condicionamiento) del acto práctico y de la obra o forma por el pensamiento a partir de esta anticipación que es en lo que consiste el trabajo del diseñador. Pensar lo que se quiere hacer para luego hacerlo conforme a lo que se pensó. El diseño como actividad proyectual es un proceso que tiene distintos momentos. Un primer momento es la concepción mental de lo que se quiere hacer, en la cual se anticipan y prefiguran las condiciones de una obra. La sistematización y objetivación de todos los elementos conjugados de esta concepción previa en una instancia acabada es lo que se denomina programa de diseño. Un segundo momento es el complejo proceso proyectual mediante el cual se lleva a cabo lo pensado y se va configurando con avances, retrocesos y reformulaciones, paso a paso, la obra o forma. Por último, está el resultado de esa actividad, la obra terminada, tal como resulta del plan o proyecto original. Savranski sostiene la imposibilidad de que el pensar determine el obrar y la obra de un cuerpo. El cuerpo es motor y fuente de la práctica y el sentido de la práctica y de la obra no depende exclusivamente de la facultad de pensar, a pesar de estar condicionado por ella. Mientras que el programa es verbal, el proyecto es visual y la problemática del diseño consiste en el pasaje o traducción de lo verbal a lo visual. El programa dependerá y se adaptará al contexto socio-cultural en el cual se desarrolla y en el cual el diseñador y el destinatario se hallan inscriptos. Es por ello que debe tenerse en cuenta e investigarse el contexto-sociocultural propio y del destinatario de la obra. Problemática de la práctica de acuerdo al marco teórico de Cornelius Castoriadis y su relación con el diseño como práctica proyectual. Se abordará la problemática de la práctica en Castoriadis a partir del concepto de creación, imaginación e imaginario, siendo estas dos últimas categorías, las facultades creadoras de formas o eidos, pertenecientes al sujeto individual y colectivo, respectivamente. http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn1 Lo que Castoriadis llama creación, es creación ex-nihilo (de la nada o a partir de la nada) de un eidos o forma. La creación de la nada quiere decir que la creación de una forma o eidos no está determinada causalmente. No hay determinación causal para que uno cree un determinado eidos o una determinada forma. La creación ex-nihilo es a-causal. Según Castoriadis, uno crea de la nada, pero con algo. Crea de modo no causal, pero con algo y ese algo no es la causa de lo que creamos, sino la condición general de posibilidad. Para Castoriadis, tanto la imaginación radical como el imaginario social radical instituyente son facultades creadoras de formas o eidos, es decir, de representaciones y de significaciones imaginarias sociales, respectivamente. En sus artículos “Lo imaginario: la creación en el dominio histórico-social”[2] e “Imaginación, imaginario y reflexión”[3], Castoriadis asume un punto de partida que se convertirá en el eje de toda su construcción filosófica y tiene que ver con el carácter indeterminado del ser. El ser es indeterminado, pero no por siempre y para siempre, sino que es preciso entender la noción de lo indeterminado como aquello determinable y “por ser”, susceptible de convertirse en una forma o eidos. Lo indeterminado es posible de ser determinado (como forma o eidos) de muchos modos posibles y de manera sucesiva por el sujeto humano y el sujeto humano puede determinarlo ahora de una manera y en otro momento de otra manera. ¿Qué es lo que posibilita determinar y en definitiva conocer lo indeterminado, dándole una forma o un eidos? Castoriadis postula la existencia de una capacidad en la subjetividad humana, que es la imaginación. Si el ser fuese determinado, la imaginación entendida como capacidad de creación de una forma o eidos, no podría existir. Si el ser no es lo que es, sino lo que yo hago ser, hay un lugar para la creación y la imaginación. Para que haya posibilidad de creación de sentido o de significación en el orden de la subjetividad o en el dominio histórico-social, el ser no puede ser lo determinado sino lo “por ser”. De esta manera, Castoriadis pone la noción de imaginación simultáneamente en el origen de la subjetividad humana y en el origen del dominio histórico-social de hombre (la sociedad como eidos o forma creada). Hay una dimensión individual y una dimensión histórico-social del sentido y de la significación. Tanto a nivel individual como a nivel social, el sujeto está regido por dos dimensiones que conviven una con la otra, que son la dimensión conjuntista-identitaria (determinación) y la dimensión imaginaria (indeterminación). A nivel individual, en tanto que animal, el sujeto está regido por una dimensión conjuntista-identitaria, que posibilita su auto-conservación y supervivencia, y en tanto que humano, el sujeto posee una dimensión imaginaria que no es reproductiva/combinatoria, sino creadora de formas o eidos para sí (representaciones) a partir del choque con un ser indeterminado, aunque por determinar. Esto es condición para que luego surja el dominio histórico-social. Esta capacidad de crear formas y sentido a nivel individual no es suficiente para crear sentido a nivel social, esto es, significaciones imaginarias sociales que se plasmen en instituciones y que posibiliten la vida en sociedad. El imaginario social radical instituyente es una facultad del colectivo social anónimo que crea las significaciones imaginarias sociales (dimensión imaginaria del colectivo social anónimo) que encarnan en instituciones (dimensión conjuntista-identitaria del colectivo social anónimo) para crear una sociedad. El imaginario social radical http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn2 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn3 instituyente se auto-instituye sobre la base de la imaginación radical singular, pero no es la sumatoria de las distintas imaginaciones radicales singulares. Se trata de una lógica de funcionamiento propia del colectivo social anónimo, que crea una sociedad. La unidad de la sociedad es la unidad y la cohesión interna de la urdimbre inmensamente compleja de significaciones que orientan y dirigen toda la vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la constituyen. La urdimbre inmensamente compleja de significaciones que orientan y dirigen toda la vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la constituyen, es lo que Castoriadis da en llamar magma de significaciones imaginarias sociales que se dan por creación y cobran cuerpo en la institución de la sociedad. Son ejemplos de significaciones los espíritus, los dioses, Dios, la polis, el ciudadano, la nación, el Estado, el partido político, la mercancía, el dinero, el capital, las tasas de interés, el tabú, la virtud, el pecado, el hombre/mujer/hijo, según sean considerados en una sociedad dada. Tanto la organización social como la organización biológica exhiben un cerco de organización, de información y de conocimiento. Es la institución de la sociedad la que determina aquello que es real yaquello que no lo es, lo que tiene sentido y lo que carece de sentido en esa sociedad. El imaginario social radical instituyente no crea de una vez por todas y para siempre un tipo de sociedad. Ese tipo de sociedad es cada vez materializado por medio de otras formas, cada una de las cuales representa una creación, un nuevo eidos de sociedad. Además de la existencia de instituciones y de significaciones imaginarias sociales, la sociedad esclavista de la Grecia Clásica y la sociedad capitalista moderna no tienen nada en común. La sociedad es auto-creación que se despliega como historia, lo cual no quiere decir que la creación histórica se realice sobre tabula rasa. Lo antiguo entra en lo nuevo con la significación que lo nuevo le da y no podría entrar en lo nuevo de otra manera. Por ejemplo, ideas y elementos de la Grecia Clásica fueron durante siglos redescubiertos y remodelados (resignificados) en el mundo occidental. Las formas histórico – sociales nuevas emergen por creación. Hemos sido testigos del nacimiento de formas histórico – sociales nuevas: la creación de la polis griega, la creación del comunismo ruso después de 1917, la creación del capitalismo occidental a partir de la Revolución Industrial. Castoriadis distingue entre sociedades heterónomas y autónomas. Las sociedades heterónomas son aquellas en las que las significaciones son dadas de una vez para siempre. Ni los individuos ni la sociedad tienen posibilidad alguna de obrar sobre ellas. El carácter indiscutido e indiscutible de tales significaciones está garantizado institucionalmente por la representación instituida de una fuente, fundamento o garantía extra social. Tal es el caso de las sociedades primitivas, religiosas y totalitarias. Las sociedades autónomas son las que cuestionan las significaciones imaginarias sociales y por lo tanto están abiertas al cambio y a la creación de nuevas formas. En esto consiste la apuesta política de Castoriadis. En relación con el diseño, partimos de las siguientes bases. Tanto en el programa (verbal) como en el proyecto (visual) hay un magma de significaciones imaginarias, pues para Castoriadis, hablar de significaciones imaginarias es hablar tanto de significación lingüística como de significación visual. A su vez, tanto el diseñador como el receptor viven insertos en un mundo de significaciones imaginarias. La imaginación y el imaginario atraviesan todo el proceso de diseño. “La teoría del usuario trata de pensar a un usuario inmerso en el mundo de las significaciones imaginarias de su sociedad, de su clase o grupo social y sus instituciones. El diseñador precisa desentrañar ese mundo de significaciones sociales imaginarias e incorporarlas a la configuración de la obra de diseño”[4] Podría decirse que para Castoriadis la imaginación creadora es la que posibilita el pasaje del programa (verbal) al proyecto (visual) Si la imaginación es creadora de formas y el proyecto es la puesta en forma de las significaciones o sentidos presentes en el programa, entonces, podría decirse que la imaginación permite el pasaje del programa al proyecto y la creación de una forma. Para Savranski, la puesta en forma es un acto poiético llevado a cabo por el cuerpo y Castoriadis proclama la existencia de una imaginación corporal. Si el cuerpo es el sujeto de nuestras prácticas, éstas tienen que estar guiadas por la imaginación. En relación a las sociedades autónomas y heterónomas, en ambas existe un magma de significaciones y en ambas el diseñador está inmerso en un mundo de significaciones. La diferencia entre lo que ocurriría en una y otra sociedad sería la siguiente. En la sociedad autónoma, el diseñador se preguntaría si las significaciones del programa deberían ser esas que ofrece la sociedad o aquellas asumidas por el común denominador de la sociedad o si podrían ser otras. Se cuestionaría acerca del sentido que traspasa a la práctica proyectual-visual. En la sociedad heterónoma, no se cuestionan las significaciones establecidas y la obra final sería una representación lo más fiel posible de ellas. Problemática de la práctica de acuerdo al marco teórico de Pierre Bourdieu y su relación con el diseño como práctica proyectual. Se abordará la problemática de la práctica en Bourdieu a partir de los conceptos de habitus y disposición, desarrollados en los siguientes textos, los cuales guiarán mi trabajo: “La antropología imaginaria del subjetivismo”[5], “Estructuras, habitus y prácticas”[6], “La creencia y el cuerpo”[7], “La lógica de la práctica”[8], “¿Es posible un acto desinteresado?”[9] y “Violencia simbólica y luchas políticas”[10] El habitus supone la existencia de un agente social constreñido en su práctica por esquemas cognitivos de pensamiento y de acción que le imprimen en su cuerpo disposiciones a percibir, evaluar, clasificar y actuar de determinada manera, más allá de su consciencia y su voluntad. Tales esquemas y disposiciones son coherentes con y derivan de condiciones materiales objetivas y de la posición estructural y objetiva ocupada por el agente en el espacio social de un determinado campo, sea como dominado o dominante en base a diferentes tipos de clasificaciones (etnia, clase, sexo) La noción de habitus pretende romper con los esquematismos dualistas al proponer una teoría de la práctica que rompa tanto con el objetivismo como con el subjetivismo. Para el objetivismo, la práctica está directa y mecánicamente determinada por condiciones materiales objetivas y por la posición objetiva del agente en el espacio social. El subjetivismo busca el origen de los actos en una intención deliberada de la http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn4 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn5 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn6 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn7 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn8 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn9 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn10 conciencia y de la voluntad. Uno y otro ignoran que las prácticas pueden tener principios que no son ni causas mecánicas ni fines conscientes y voluntarios. En su artículo “Corporalidad y temporalidad. Fundamentos fenomenológicos de la teoría práctica de Pierre Bourdieu”[11], Carolina Ferrante explica cómo a través de uno de sus tantos trabajos de campo realizados en Argelia, Bourdieu pudo detectar un desfase entre las estructuras objetivas y las esperanzas subjetivas que tenían sus agentes. Esto se debía a que era una sociedad en proceso de transición desde una economía de intercambio basada en el don a una economía capitalista. Esto hacia que los campesinos de mayor edad tuvieran esperanzas subjetivas que resultaran desajustadas a las nuevas condiciones económicas, lo que hacía que sus actos fueran insensatos y no adecuados a las nuevas condiciones objetivas. La incapacidad de los agentes de ajustarse a las nuevas condiciones objetivas se debía a la contradicción entre los valores propios de una sociedad basada en la economía del don (negación del cálculo económico y racionalización de los intercambios de bienes) y los valores propios de una economía capitalista. El problema de los mayores era la posesión de un habitus desactualizado de acuerdo a las nuevas estructuras sociales. Entre las estructuras sociales-materiales y la práctica, por una lado, y entre las intenciones y esperanzas voluntarias y conscientes y la práctica, por otro lado, media el habitus como sistema cognitivo de pensamiento y de acción que imprime en los cuerpos de los agentes sociales disposiciones a percibir, evaluar, clasificar y actuar de determinada manera. Por eso es preciso ver a la práctica como lugar de la dialéctica entre las estructuras y los habitus. Tales esquemas y disposiciones se imprimen de manera duradera, al punto que aún persisten por largo tiempo una vez que mudan las condiciones sociales-materiales, tal como queda demostrado con el ejemplo anterior. Otra característica del habitus es que se adquiere por medio del aprendizaje y la costumbre, sin que medie la coerción o la fuerza física y es un conocimiento naturalizadoen el cuerpo y por el cuerpo. Oponiéndose tanto al objetivismo como al subjetivismo, Bourdieu postula que los agentes sociales están dotados de habitus, incorporados a los cuerpos, que se actualizan a través de las prácticas corporales y que han sido adquiridos por medio de las experiencias vividas. Como disposiciones a percibir, evaluar, clasificar y actuar, los habitus permiten realizar actos de conocimiento práctico, ajustados a la situación y condicionados por las imposiciones estructurales de las que son resultado y que los definen. Los habitus son disposiciones que establecen los modos y maneras corporales y verbales ligados a la posición social a la que pertenecen los agentes y a lo que se espera de ellos en esa posición, lo cual tienden a reproducir, la mayor parte de las veces sin cuestionamientos o reflexiones previas. Así es como los comportamientos, palabras, formas de hablar, posturas de los cuerpos, tienden a perpetuar el orden social establecido. Hay una vehiculización de significaciones y valores por medio del lenguaje y de las prácticas corporales, que es donde más se manifiestan las divisiones sociales de clase, etnia y sexo. En relación al diseño como práctica proyectual, Bourdieu sostiene que no puede haber actos completamente libres, por lo que las prácticas del diseñador estarán http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn11 condicionadas por sus propias condiciones sociales de existencia, que se inscribirán en su práctica de diseño como habitus, esto es, predisponiéndolo a diseñar de determinada manera y no de otras, acorde a las condiciones sociales en las cuales se halla inscripto y a lo que se espera que haga. Por ejemplo, en el ámbito del diseño de interiores, a la hora de diseñar una habitación para una niña y otra para un niño, el diseñador tenderá a utilizar el color rosa para el cuarto de la niña, porque es el color asociado mayoritariamente a la femeneidad, a decorar con muñecos que representen niños debido a la asociación del rol materno en el interior de la casa a la figura de la mujer y a empapelar con motivos florales dado que existe una convención social de regalar flores a las mujeres. Por el contrario, al diseñar el cuarto del niño, tenderá a utilizar cualquier color menos el rosa porque es el color asociado mayoritariamente a la femineidad, por ningún motivo empapelará con motivos florales, porque a un hombre no se le obsequian flores y decorará con pelotas de fútbol (asociadas a un pasatiempo masculino fuera de la casa) o autos de juguete (asociados a objetos de deseo principalmente masculinos) A partir de la posición ocupada en el espacio social (hombre/mujer), el habitus inculca objetos, lugares, conductas y roles ligados a lo femenino y a lo masculino, que el diseñador debe tener en consideración al momento de prefigurar lo que será el diseño. Pretender innovar al respecto sería causal de malentendidos. Aquí, la posibilidad de la anticipación tiene que ver al mismo tiempo con la posibilidad de interiorización y exteriorización. Tenemos una experiencia del mundo externo, esa experiencia la interiorizamos gracias al habitus y en virtud de los contenidos (sentidos) de esa experiencia del mundo externo interiorizados gracias al habitus, es que anticipamos (prefiguramos) proyectos futuros. Además, para que haya un mundo común de sentido que posibilite la comprensión entre dos personas, ambas deben poseer el mismo habitus. En el campo del diseño, esto implica que el diseñador al momento de la prefiguración en el programa, debe poseer el mismo habitus de quien será el receptor para que la configuración del proyecto sea comprendida. Ello puede darse por sentado en caso de que el diseñador y el receptor pertenezcan ambos al mismo universo socio-cultural o a la misma clase social. Si esto no ocurriera, el diseñador tendría que hacer a un lado su propio habitus y realizar un trabajo de campo y de investigación, y en definitiva, de objetivación del habitus ajeno, para así poder producir para diferentes públicos o clientes que no poseen el mismo habitus. Problemática de la práctica de acuerdo al marco teórico de Maurice Merleau-Ponty y su relación con el diseño como práctica proyectual. Merleau Ponty considera que la percepción se origina y se realiza desde el cuerpo propio, lo que él denomina esquema corporal. En el texto “La espacialidad del cuerpo propio y la motricidad”[12], Merleau-Ponty expone que es a través de la práctica o de los comportamientos que se forma el esquema corporal o el cuerpo propio y que adquirimos conciencia del espacio circundante al cuerpo propio. El esquema corporal es un sistema de equivalencias que me permite traducir la significación verbal en significación motriz y así poder realizar tanto las acciones concretas como abstractas sin tener que interpretar todo el tiempo lo que hago. El cuerpo propio es el cuerpo fenoménico o de las vivencias y no tiene una realidad objetiva sino una realidad http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn12 subjetiva y construye una espacialidad propia y su unidad en oposición al espacio exterior, mediante la percepción y la motricidad o los comportamientos (eje percepto-motriz). Para que el cuerpo accione y realice prácticas (motricidad) es preciso que los objetos del mundo sean para él, esto es, que lo interpelen. De esta manera, constituye su espacialidad. El cuerpo es un cuerpo en situación porque está orientado hacia la práctica, hacia las tareas que lo interpelan y hacia objetos que lo interpelan. El cuerpo propio ya es un cuerpo consciente (consciencia práctica) y no es esclavo de la conciencia para llevar a cabo sus acciones. O sea, la práctica en Merleau-Ponty no es esclava de la conciencia porque la práctica ya es consciente. Cuando Merleau-Ponty habla de la conciencia, se refiere a la conciencia corporal o al cuerpo consiente, no se trata de una conciencia pura y exterior a la corporalidad, que guía sus acciones. Se trata de una conciencia encarnada y en situación. El hábito surge de las prácticas que sedimentan en el cuerpo y que el cuerpo las retiene como disponibilidades posibles de ser convocadas en el presente. Uno reasume lo que aprendió, pero cada vez de una manera diferente. Por eso el hábito no es ni mecánico ni repetitivo. Y a diferencia del habitus y de las disposiciones de Bourdieu, ni el hábito ni las disponibilidades implican determinación. Pueden o no ser convocadas por la conciencia corporal (el habitus y las disposiciones actúan influyendo y determinando independientemente de la conciencia) y son susceptibles de ser reinterpretadas y reactualizadas de acuerdo a la situación (hay límites marcados para reinterpretar y reactualizar el habitus y las disposiciones). El cuerpo construye mediante la percepción y la motricidad (eje percepto-motriz) un espacio propio, la espacialidad del cuerpo propio y de alguna manera el propio cuerpo, porque va adquiriendo habitualidades. Va armando un esquema corporal. Esto hace que no tengamos que interpretarlo todo cada vez que hacemos algo. Si en Castoriadis la comunicación y comprensión entre los sujetos se debían a las significaciones sociales imaginarias compartidas que posibilitaban la vida en sociedad y si en Bourdieu el mundo común de sentido era posible gracias a los habitus compartidos, para Merleau-Ponty, el sentido de las prácticas o actos del otro no es algo dado, sino que es comprendido y reasumido por un acto propio. Es lo que Merleau-Ponty da en llamar transferencia intencional y que explica en el texto “Las relaciones con el prójimo en el niño”[13]. La comprensión de las prácticas del otro es resultado de la reciprocidad de mis intenciones y las practicas del otro y de mis prácticas y de las intenciones del otro, como si las intenciones del otro habitaran mi cuerpo y como si mis intenciones habitaran el cuerpo del otro. No comprendo las prácticas del otro por un acto de interpretación intelectual. El análisis reflexivo no penetra el pensamiento y el comportamiento real del hombre; sus explicaciones corresponden más bien al comportamientopatológico y esto sucede porque tal comportamiento no parte del pensamiento viviente, en el que el pensamiento realiza en el presente su propia síntesis. En el enfermo la significación tiene que ser traída de otra parte por medio de un verdadero acto de interpretación. http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftn13 Con respecto al diseño planteado como disciplina proyectual que implica el pasaje del programa verbal y pensado al proyecto visual y material, tal pasaje no es viable en Merleau Ponty porque para él en la práctica misma está ya contenida la significación. Para este autor no podemos hacer la distinción entre programa y proyecto, ya que no considera que la conciencia pueda ser anterior a las prácticas y determinarlas. La significación es inseparable de la práctica que la realiza, de la misma manera como el habla (práctica corporal) es pensamiento o sentido (imagen verbal) El sujeto que diseña, mientras lleva a cabo su práctica no piensa ni se representa el sentido de lo que diseña desde una consciencia pura y externa, porque el sentido ya está contenido en la práctica mientras la va haciendo. La conciencia es una conciencia corporal. Para Merleau-Ponty, no cabe establecer una relación exterior entre programa como lo pensado y proyecto como lo llevado a cabo, porque hay un pensamiento en la práctica y la práctica es la existencia exterior del pensamiento. La práctica realiza la significación y no se limita a traducirla. El programa como lo pensado no existe por fuera del proyecto como la práctica llevada a cabo en el mundo. Conclusión Entiendo que Castoriadis propone una postura mediadora entre Bourdieu (determinismo a partir del concepto de disposición y habitus) y Merleau-Ponty (indeterminación a partir del concepto de disponibilidad y hábito) Porque para él, el ser no está determinado, pero es susceptible de ser determinado por la imaginación creadora del hombre (dimensión imaginaria que refiere a la indeterminación) en una forma relativamente estable y tangible como son las instituciones (dimensión conjuntista-identitaria que refiere a la determinación) aunque no de una vez y para siempre, gracias a la dimensión imaginaria, que hace posible la creación de nuevas formas y de nuevas sociedades. Lo que a mi entender tienen en común los tres recorridos en relación a la práctica es la consideración del cuerpo como sujeto de la práctica. Bourdieu y Merleau-Ponty parten de la oposición a las posturas conocidas como subjetivismo/objetivismo. Los autores se centran en la idea del cuerpo como agente de las prácticas, un cuerpo que obra en relación directa con el mundo y sus pares, que produce sentido a partir de ésa relación, en sus prácticas, donde se produce un sentido no racional, sino un sentido del cuerpo con una lógica práctica-corporal que establece un mundo de sentido vivido. Bourdieu posee una visión sociológica y Merleau Ponty posee una visión fenomenológica. Se ajustarán a la descripción de mundo práctico o mundo vivido para oponerse a las posturas anteriormente mencionadas. Los planteos sobre el cuerpo, los sujetos y la conciencia son diferentes y denominados de formas desiguales. La concepción del cuerpo y de la práctica según Merleau Ponty es a partir de los hábitos como disponibilidades y según Bourdieu a partir de los habitus como disposiciones. Si los habitos y las disponibilidades se vuelcan al presente, los habitus y las disposiciones se vuelcan al pasado. Notas [1] Savranski, Carlos: "Introducción. La práctica y su representación" En: Savranski, Carlos: "Para una teoría de la práctica. Estudio sobre la poiética de la obra", Buenos Aires, 1999. http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref1 [2] Castoriadis, Cornelius: “Lo imaginario: la creación en el dominio histórico-social” En: Castoriadis, Cornelius: "Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto", Barcelona, Gedisa, 1994. [3] Castoriadis, Cornelius: “Imaginación, imaginario y reflexión” En: Castoriadis, Cornelius: "Hecho y por hacer", Buenos Aires, Eudeba, 1998. [4] Savranski, Carlos: "Introducción. La práctica y su representación" En: Savranski, Carlos: "Para una teoría de la práctica. Estudio sobre la poiética de la obra", Buenos Aires, 1999. [5] Bourdieu, Pierre: “La antropología imaginaria del subjetivismo” En: Bourdieu, Pierre: "El sentido práctico", Madrid, Taurus, 1991. [6] Bourdieu, Pierre: “Estructuras, habitus y prácticas” En: Bourdieu, Pierre: "El sentido práctico", Madrid, Taurus, 1991. [7] Bourdieu, Pierre: “La creencia y el cuerpo” En: Bourdieu, Pierre: "El sentido práctico", Madrid, Taurus, 1991. [8] Bourdieu, Pierre: “La lógica de la práctica” En: Bourdieu, Pierre: "El sentido práctico", Madrid, Taurus, 1991. [9] Bourdieu, Pierre: “¿Es posible un acto desinteresado?” En: Bourdieu, Pierre: "Razones prácticas", Barcelona, Anagrama, 1999. [10] Bourdieu, Pierre: “Violencia simbólica y luchas políticas” En: Bourdieu, Pierre: "Meditaciones pascalianas", Barcelona, Anagrama, 1999. [11] Ferrante, Carolina: “Corporalidad y temporalidad. Fundamentos fenomenológicos de la teoría práctica de Pierre Bourdieu” En: "Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas" No. 20, Abril de 2008. (http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=18102012) [12] Merleau-Ponty, Maurice: “La espacialidad del cuerpo propio y la motricidad” En: Merleau-Ponty, Maurice: “Fenomenología de la percepción”, Mexico, FCE, 1957. [13] Merleau-Ponty, Maurice: “La espacialidad del cuerpo propio y la motricidad” En: Merleau-Ponty, Maurice: “Parcours. 1935-1951”, Paris, Verdier, 1997 (traducción de la cátedra) http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref2 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref3 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref4 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref5 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref6 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref7 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref8 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref9 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref10 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref11 http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=18102012 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref12 http://ar.mg6.mail.yahoo.com/neo/#_ftnref13
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