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de la comunidad política en general y de sus relaciones con las otras comunidades (1-2). La segunda parte (3-13) examina diversas cuestiones relativas a la familia y a los diferentes elementos que la componen. En ésta, trata de la teoría de la esclavitud natural, de la teoría de la propie- dad y su adquisición, y de ciertas partes de la economía doméstica. Este libro 1 enlaza con el final de la Ética a Nicómaco, obra que, según hemos visto, anuncia, en par- te, los temas de la Política, y a la que este libro remite en varios pasajes. Por servir de introducción al conjunto, se suele pensar que su elaboración es posterior a la del resto de la obra, si bien puede contener algunos capítulos más antiguos in- sertos en la introducción. Existe, desde luego, una cierta continuidad entre este libro 1 y el 111. El libro 11, en cambio, con sus diversas criticas y con una unidad mayor, aparece como una segunda introduc- ción, de tipo muy distinto y más concreta, sobre las for- mas de gobierno. Tiene por objeto el estudio de las mejo- res constituciones. Trata primeramente de las mejores constituciones en teo- ría, y sobre todo de la que Platón expuso en la República y en las Leyes (1-6), y también de otras, como la de Faleas de Calcedonia e Hipodamo de Mileto (7-8). Luego exami- na, de manera bastante detallada, las constituciones en vi- gor, en Esparta, en Creta y en Cartago, ciudades que pasa- ban por ser las mejor gobernadas en aquella época (9-1 l), y termina con una breve ojeada a algunos de los antiguos legisladores, tales como Licurgo y Solón (12). El libro 111, que representa la parte central de la Políti- ca, expone la teoría general de las constituciones. Parte del análisis de los conceptos de ciudad, de ciudadano y de virtud política (1-5), y deduce de estas consideraciones las seis formas posibles de gobierno, buenas o malas, se- gún que se propongan el bien común o el interés particular (6-8): con el gobierno de uno solo, la monarquía o la tiranía; con el gobierno de varios, la aristocracia o la oligarquía; con el gobierno de todos, la república o la democracia. Después estudia los principios fundamentales de toda constitución, la naturaleza de la justicia distributi- va y la de la soberanía del Estado, principalmente en la oligarquía y en la democracia (9-13), y, por último, trata de la teoría general de la monarquía, en la cual, basán- dose en los hechos, distingue cinco formas históricas de realeza; y anuncia una discusión sobre la aristocracia (14-18). En los libros IV-VI Aristóteles aborda más claramente problemas de la política concreta. En ellos ofrece un ver- dadero «estudio biológico» de la Política. Para tratar las diversas constituciones en vigor hace gala de un arte que se relaciona más, como él dice (IV 8, 1290b25 s.) , con el del naturalista, y como verdadero investigador científico multiplica los ejemplos concretos de sus tesis. Tras una breve introducción y planteamiento del plan de los libros IV-VI (1-2), el libro IV trata sobre todo de las diferentes variedades de democracia y de oligarquía, y también de la república (politeía), tipo de constitución mixta, mezcla de los dos regímenes anteriores (3-1 1). Exa- mina a continuación el problema de la relatividad de las constituciones, es decir, de las relaciones que existen entre los pueblos y sus constituciones (12-13), y, finalmente, abor- da la teoría de los tres poderes: deliberativo, ejecutivo y judicial (14-16). En el libro V, Aristóteles, igual que lo haría un discípu- lo de Hipócrates, trata de lo que se podría llamar «la pato- logía política»; expone las causas generales (1-4) de las revoluciones o de los cambios constitucionales, en los Es- tados en general, y las causas particulares en diferentes ti- pos de constitución: democracia, oligarquía, aristocracia (5-7), monarquía y sobre todo tiranía; a continuación indi- ca los medios de conservación de los regímenes y establece las tres cualidades que ha de poseer el hombre de Estado (8-9): lealtad al régimen establecido, gran capacidad para los asuntos de la administración, y virtud y justicia apro- piadas a la constitución en vigor. Sigue con la naturaleza del gobierno, la causa de revo- lución y los medios de salvación en las monarquías (10-1 1); y finalmente alude a la brevedad de las tiranías en el pasa- do y critica la exposición de los cambios constitucionales hecha por Platón en la República (12). El libro VI vuelve a las discusiones anteriores sobre la oligarquía y la democracia, pero desde un punto de vista diferente. Estudia la organización especia1 del poder y los medios de asegurar la estabilidad de la democracia (1-5) y de la tiranía (6-7). Finalmente trata del número, natura- leza y atribuciones de las magistraturas necesarias para la existencia de la ciudad, y de las que son útiles para su buena administración (6). En los dos últimos libros Aristóteles presenta un estu- dio del gobierno ideal y de la estructura del mejor Estado. En el libro VI1 podemos distinguir tres partes. La pri- mera es una introducción, con una ojeada general al bien y a la felicidad, y muestra muy especialmente, al presentar los dos tipos de vida (contemplativa y activa) propios del Estado y del individuo, la estrecha solidaridad que existe entre el ciudadano y el Estado (1-3). Vemos que Aristóte- les vuelve al tema de la Ética sobre la vida más deseable, que es la que toma como guía la virtud y está de acuerdo con e! soberano bien. La segunda parte es un esbozo de la constitución y de las estructuras del Estado que según Aristóteles es el me- nos imperfecto (4-12). Para que esto se cumpla son necesa- rios tres factores materiales: la población (4), el territorio ( 3 , el acceso al mar (6) y el carácter nacional de los habi- tantes, con una crítica a Platón (7). A continuación estu- dia la estructura interna de este Estado perfecto (8-1 1): las clases sociales (8), los ciudadanos propietarios y los traba- jadores auxiliares (9), la división en grupos, las mesas co- munes y el régimen de las tierras (10). Y siguen las cuestio- nes de urbanismo, es decir, el plan general de la ciudad y otros detalles relacionados con algunas instituciones y edificios oficiales (1 1-12). La tercera parte es una primera aproximación a los prin- cipios generales y a las grandes etapas de la educación de la juventud, adecuada a este Estado más deseable y que en algunos casos incluye rasgos de una formación conti- nua. Esto lo desarrolla en unos principios generales (13-15) y en las etapas propiamente dichas (16-17). El libro VI11 continúa el estudio comenzado en el libro precedente. Aristóteles muestra la importancia de la educa- ción y la necesidad de que el legislador se ocupe de ella y la adapte al espíritu de la constitución en vigor, pues cada régimen tiene sus propias costumbres. Establece un plan general de educación: debe ser común a todos y su fin debe ser únicamente la perfección moral (1-2). Trata luego de las materias objeto de la educación (3-5); hace hincapié en el dibujo, en la gimnasia y, especialmente, en la música, por la influencia que ejerce en el carác- ter. Termina con una descripción de los instrumentos musicales (6) y de los modos musicales (7), analizando las melodías que cree más convenientes para la educación de la juventud. Con el estudio sobre la música se ter- mina este tratado de la educación, verosímilmente in- acabado. Génesis y formación de los libros de la «Política>) La Politica en ocho libros se encuentra ya indicada en los Catálogos de Diógenes Laercio (n." 75) y del Anónimo (n." 70), los cuales se remontan a una primera lista de las obras redactadas por Aristón de Ceos, quien a finales del s. 111 a. C. dirigía la Escuela Peripatética. Este dato probaría que, desde finales del s. III a. C., los diferentes libros estaban ya unidos en un tratado Único. Desde el siglo XIV, editores y comentaristas han critica-do la sucesión de los libros tal como la tradición nos la ha transmitido y propusieron otra que consideraban más lógica y sistemática. Los cambios más corrientes, entre los propuestos, consisten, primero, en que los libros VII-VIII, en los que Aristóteles hace un esbozo del régimen ideal, vayan después del libro 111, que trata de la teoría general de las constituciones políticas. El último capítulo del libro 111 anuncia, en efecto, el paso a la discusión de la mejor constitución, discusión que se efectúa en el libro VII; y la primera frase del libro VI1 existe en forma mutilada, lo mismo que la última frase del libro 111, como signo de la intención, sea de Aristóteles o de un antiguo editor, de conectar entre sí los dos libros. Y, en segundo lugar, algu- nos afirman que el libro VI, en el que expone el modo de organización de las democracias y de las oligarquías pa- Cf. P. MORAUX, Les listes anciennes des ouvrages dilristote, Lo- vaina, 1951, págs. 95, 200, 311 y SS. Sobre las listas de las obras véase también nota 1 de nuestra «Introducción~~ a ARIST~TELES, Constitución de los atenienses, Madrid, 1984, pág. 9, Y «La transmisión del texto» en la presente «Introducción». ra asegurar la estabilidad, siga al libro IV, que trata de las diferentes formas de las constituciones existentes. A los defensores del primer cambio, entre otros, Bar- thélemy Saint-Hilaire 4, Susemihl, Newman, se les puede responder que el capítulo 18 del libro 111, donde anuncia el tema del régimen ideal, parece ser una adición posterior y que el régimen ideal que debía seguir al libro 111 era muy diferente del que se conserva en los libros VI1 y VIII. Además en estos libros se han encontrado ;ilusiones a los trabajos del Liceo y a acontecimientos políticos contempo- ráneos que dejan deducir que la redacción de ellos repre- sentaría un complemento tardío aportado por Aristóteles a su doctrina política, y ello justifica su colocación al final de la Política. Y respecto al segundo cambio, también se puede refu- tar: el comienzo del libro VI1 no tiene una conexión real con el libro 111; en él se toma de nuevo la discusión sobre la vida mejor, y además el comienzo del libro IV anuncia la terminación del programa enunciado en el libro 111, y numerosos pasajes del libro IV se refieren al libro 111 co- mo a una discusión que precede inmediatamente. Por otra parte, el libro VI se refiere muchas veces al libro V (1316b34; 1317a37; 1319b4, 37) y los libros IV y V cum- plen en el orden previsto el programa expuesto al comien- zo del libro IV (1289b12-26). Se han propuesto otras soluciones de cambios posibles en el orden de los libros, pero ninguna se impone en el estado actual del texto y presentan como nota común su carácter marcadamente subjetivo. Véase la introducción de J . AUBONNET, Aristote. Politique, 1, París, 1968, pág. XCV y ss.
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