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LIBRO 11 137 habrá otra oportunidad de examinarlo; que lo referente a las comidas en común está mejor organizado en Creta que en Laconia, es evidente. La institución de los kósmoi es aún peor que la de los 10 éforos. Pues lo malo que tiene la magistratura de los éfo- ros existe también en éstos: cualquiera puede llegar a ella; pero la conveniencia que hay allí para el régimen no existe aquí. Allí, en efecto, por hacerse la elección entre todos, el pueblo participa en el poder supremo y desea la perma- nencia del régimen; aquí, en cambio, los kósmoi no se eligen de entre todos, sino de entre algunos linajes, y los An- 1 1 cianos de entre los que han sido kósmoi. Sobre los Ancia- nos podrían hacerse las mismas críticas que sobre los lace- demonios 311: e1 no rendir cuentas y el carácter vitalicio es una recompensa superior a sus méritos, y que manden no según leyes escritas, sino de acuerdo con su propio juicio, 12 es arriesgado. El que el pueblo esté tranquilo aunque no participe del poder no es ninguna señal de buena organiza- ción. Pues los kósmoi no sacan ningún provecho de su i m b cargo, como los éforos, y por vivir en 'una isla están lejos de los que les pueden corromper 312. is El remedio que ponen a este defecto es absurdo y no de un régimen constitucional sino propio de un poder tirá- nico 313: con frecuencia expulsan a los kósmoi por medio 1 636b. Sobre este tema véase H. 1 MARROU, Historia de la educación en la antiguedad, Buenos Aires, 1965. capítulo 111, «De la pederastia como educación», pág. 31 y ss. 311 Cf. supra, 11 9, 1270b35-71a18. 312 Aristóteles consideraba el mundo persa y los estados continentales griegos como grandes fuentes de corrupción, cf. también HER~DOTO, V 51; las islas griegas, al contrario, eran pobres, cf. I S ~ R A T E S , Panegírico 132; JENOFONTE, Helénicas VI 1, 2. , "' El poder tiránico, dynasteía, descrito injra, IV 5, 1292b5; IV 6, . 1293a30, es la forma extrema y la peor de la oligarquía. Es la tiranía de una conspiración de sus colegas en el gobierno o de particulares. Y los kósmoi durante su cargo pueden renun- ciar a él. Ciertamente, es mejor que todo eso se haga legal- mente y no según la voluntad de los hombres, pues no es una norma segura. Pero lo peor de todo es la suspensión 14 de esta magistratura que provocan con frecuencia los po- derosos cuando no quieren someterse a la justicia. De mo- do que está claro que esta ordenación tiene algo de consti- tucional, pero no es un régimen constitucional, sino más bien una oligarquía tiránica. Tienen la costumbre de, divi- diendo en facciones al pueblo y a sus amigos, establecer como una especie de monarquía, suscitar revueltas y lu- char unos contra otros. Y jen qué difiere tal situación de 1s la desaparición de esa ciudad durante un tiempo y de una disolución de la comunidad política? Una ciudad en estas condiciones está en peligro frente a quienes quieren y pue- den atacarla. Pero, como se ha dicho 314, Creta se salva por su emplazamiento: su alejamiento ha ocasionado la ex- pulsión de extranjeros 315. Por eso, también los periecos 1 6 permanecen fieles a los cretenses, pero los hilotas se suble- van con frecuencia 316. LOS cretenses no tienen dominios en el exterior y sólo recientemente 317 una guerra con el de un pequeño grupo de hombres poderosos y que toman medidas arbitrarias. '14 Cf. supra, 11 10, 1272a41. q5,Como se acostumbraba a hacer en Esparta: los extranjeros que pasaban un tiempo allí eran rigurosamente vigilados y cuando los éforos lo consideraban conveniente eran expulsados. -'TI6 Sobre la tranquilidad y fidelidad de los periecos, cf. supra. 11 9, 1269a40 SS.; en este pasaje nos da otra razón: los Estados de Creta, inclu- so en guerra, se prestan ayuda mutua contra los periecos sublevados. Sobre las revueltas de los hilotas, cf. PLATÓN, Leyes 77%. 317 Según unos se trataría de la conquista de gran parte de la isla después de la batalla de Isos por Agis 111, rey de Esparta, secundado LIBRO II 139 extranjero ha irrumpido en la isla, que puso de manifiesto la debilidad de sus leyes. Sobre este régimen baste con lo que hemos dicho 318. 11 Los Cartagineses también parecen go- I La constitución bernarse bien 319 y superan en muchas co- de Cartago. sas a los demás; en algunas, se acercan Comparación con de EsDarta extraordinariamene a los laconios. Estos tres regímenes -el de Creta, el de Laco- nia y este tercero de Cartago- están en cierto modo muy próximos entre sí y son muy diferentes de los demás. Mu- 2 chas de sus instituciones son buenas. Y una señal de un régimen bien ordenado es que, teniendo un elemento po- pular, permanezca dentro del orden de la constitución y no haya habido ni sedición digna de decir, ni tiranía 320. por su hermano menor, el navarco Agesilao, en 331 a. C.; cf. DIODORO, XVII 48. S e d n otros, y parece más probable, se trata de la incursión - de Faleco y de sus mercenarios cuando los de Cnosos lo llamaron contra los de Lictos, que se habían sublevado en 346 a. C.; cf. DIODORO, XVI 62. Faleco se apodera de Lictos, pero los lictios piden ayuda a la metró- poli Esparta, y Arquidamo derrota a los mercenarios; Faleco que quedó en la isla, después de muchas peripecias, murió en el asedio de Cidonia en 343 a. C. '" Sobre el régimen de Creta nos da muchas informaciones también POLIBIO, VI, y ESTRABÓN, X. '19 ~ristóteles enjuicia la constitución de un pueblo no helénico como una de las mejores con las de Creta y Lacedemonia. Era una de esas constituciones mixtas, con una mezcla de oligarquía, aristocracia y demo- cracia, que él considera muy interesantes para su análisis. También POLI- BIO, VI $1 SS., trata de ella. \El cuerpo cívico de Cartago comprendía una masa grande de po- bres; cf. infra, V 12, 1316b5. La tranquilidad del pueblo se debe a causas fortuitas y no a la habilidad del legislador; cf. infra, 11 11, 1273b21. Hanón intenta hacia 344 a. C. imponer la tirinía, pero no lo logra; cf. infra, V 7, 1307a5. Tiene instituciones parecidas a las del régimen de Laco- 3 nia: las comidas en común de las asociaciones políticas 32' son semejantes a las fidítia, y la magistratura de los Cien- to Cuatro a los éforos (pero mejor: mientras los éforos se eligen entre cualesquiera, esta magistratura se elige por las cualidades). Los reyes y el Consejo de Ancianos son análogos a los reyes y Ancianos de Esparta. Y también 4 con la ventaja de que los reyes no son del mismo linaje, ni de uno cualquiera; si hay algún linaje que se distinga, se eligen de él, más que atendiendo a la edad; pues una vez establecidos con plenos poderes sobre asuntos impor- tantes, si son gente simple 322 pueden causar grandes da- ños, como ya los causaron a la ciudad de los lacedemo- 1273a nios. La mayoría de los puntos que pueden ser criticados, 5 por ser desviaciones 323, son comunes a todos los regíme- nes de que hemos hablado. Respecto al principio de base de la aristocracia o de la «república» 324 se inclina en unas cosas hacia la democracia y en otras hacia la oligarquía. Pues los reyes 325, junto con los Ancianos, si están todos de acuerdo, son dueños de presentar un asunto y de no 321 Las «asociaciones pplíticas» o «compafiías» son términos para re- coger el vocablo griego hetairíai. Según algunos son corporaciones de oficios o clubs, o bien secciones de voto con un carácter político. 322 Cf. infra, VI1 18, 1336b30; Retórica 11 15, 139824. "' Se refiere a las desviaciones de la mejor constitución (cf. infra, IV 3, 1290a24 SS.) y no a las desviaciones de las constituciones buenas como infra, 111 7. Para entender bien el presente pasaje, debe leerse te- niendo en cuenta el comienzo del capitulo 9. ' 324 La mejor constitución es una aristocracia mixta, es decir, una mezcla de aristocracia, oligarquía y democracia; o bien una politeia, en términos aristotélicos, mezcla de oligarquía y de democracia, que recogemos en eltexto con la palabra «republica». LOS reyes o sufetas parece que fueron dos como en Esparta. '
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