Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
LIBRO IV 239 los que tienen la propiedad son menos que los de antes, pero la propiedad es mayor, surge la segunda forma de oligarquía, pues al tener más poder se creen con derecho a prevalecer, y por eso ellos mismos eligen entre los demás a los que van a entrar en el gobierno; pero no siendo aún tan fuertes como para gobernar sin ley, promulgan la ley lo en este sentido. Si se estira más la situación, por ser menos los propietarios que tienen mayores fortunas, surge el ter- cer estadio de la oligarquía, en el que tienen en sus manos las magistraturas, según una ley que ordena que de los que 1 1 mueran sean sucesores sus hijos. Y cuando llevan esta si- tuación aún mucho más lejos por su propiedades y nume- rosas amistades, una dinastía semejante 713 está cerca de la monarquía, y ejercen la soberanía los hombres y no la ley. Esta es la cuarta forma de oligarquía, que corresponde a la última forma de la democracia. 7 . Además de la democracia y la oligar- Lus diversas quía hay aún otros dos regímenes; uno formas de de los cuales todos 10 reconocen y se ha ar~~tocrac~a citado como una de las cuatro formas de gobierno (se habla de cuatro formas: mo- narquía, oligarquía, democracia, y en cuarto lugar, la Ila- mada aristocracia); una quinta forma es a la que se le apli- ca e1 nombre común a todas ellas (pues se llama republi- ca 714), pero por no darse con frecuencia pasa inadvertida 7 1 3 Cf. supra, IV 5, 2, 1292b7, y TUC~DIDES 111 62, 4. 714 El término politeía, república, designa a la vez toda constitución en general y esta clase de democracia moderada; cf. supra, 111 7, 3, 1279a39. La opinión popular admite la existencia de esta forma de gobierno (cf. infra, IV 8, 3, 1293b34 SS.), pero los teóricos no parecen haberla incluido en sus listas. Tal vez se pueda comparar a la forma «legal» de democra- cia de Platón; cf. Político, 302C SS. a los que intentan enumerar las formas de los regímenes y se ocupan sólo de cuatro, como Platón en la República. 12931, Está bien llamar aristocracia al régimen que hemos des- 2 crito en los primeros libros 715 (pues el régimen formado por los ciudadanos absolutamente mejores en virtud, y no buenos en relación a un supuesto determinado, es el único que puede llamarse con justicia aristocracia 716, pues en él sólo la misma persona es en términos absolutos a la vez hombre bueno y buen ciudadano, mientras que en los de- más regímenes los ciudadanos son buenos respecto a su propio régimen). Sin embargo, hay algunos regímenes que 3 presentan diferencias con los ol&irquicos (se les llama aris- tocracia) y con la llamada república; en ellos las magistra- turas se eligen no sólo por la riqueza, sino también peor la virtud. Tal régimen difiere de los dos mencionados y se llama aristocrático; pues incluso en los regímenes que 4 no se cuidan públicamente de la virtud hay sin embargo quienes son estimados y tenidos por hombres de bien. Así pues, donde el régimen tiene en cuenta la riqueza, la virtud y el pueblo, como en Cartago 717, ese sistema es aristocrá- tico, y también lo es en aquellas ciudades en las que, como la de los lacedemonios '18, atiende sólo a dos de esos fac- tores, a la virtud y al pueblo, y es una mezcla de esos dos, de la democracia y de la virtud. Por consiguiente, estas son, además de la primera que 5 es el régimen mejor 719, las otras dos formas de aristocra- 715 Cf. supra, 111 4-5; 7, 3, 1279a34 SS.; 15, 10, 1286b3 SS.; 18, 1, 1288a37 SS. 716 Cf. infra, VI1 9, 3, 1328b37. Sobre la identidad del hombre de bien y del buen ciudadano, cf. supra, 111 4-5. 717 Cf. supra, 11 1 1 , 8-9, 1273a21-30. 718 Cf. supra, 11 9. 719 Las características de esta constitución han sido notadas supra, IV 7, 2, 1293b2-7. LIBRO IV 24 1 cia, y en tercer lugar, cuantas de la llamada república se inclinan más bien hacia la oligarquia. 8 Nos queda tratar de la llamada repu- blica, así como de la tiranía. Fijamos es- La te orden 720, aunque la república no sea sus caracferklicas una desviación ni tampoco las aristocra- cias que acabamos de mencionar, porque en realidad todas son formas erróneas del régimen mejor, y en consecuencia se enumeran con las desviaciones "', y ésas son en rigor desviaciones de ellas, como dijimos al 2 principio 722. ES razonable mencionar a la tiranía en últi- mo lugar, porque de todos los regímenes es el menos cons- titucional 723, y nuestra investigación trata de las constitu- ciones. Queda explicado así por qué causa se ha fijado este orden. Ahora debemos considerar la república. Su na- turaleza resulta más clara, definidas ya las características 3 de la oligarquía y la democracia, pues la república es, por decirlo sencillamente, una mezcla de oligarquia y democra- cia. Pero se suele llamar 724 repúblicas a las formas que se inclinan a la democracia, y aristo&acias a las que se ''O ES decir, esta clasificació'n donde república y aristocracia, ya estu- diadas, están en la serie de las desviaciones en relación a la constitución ideal. 721 Cf. supra, IV 3, 7, 1290a16 SS., pasaje en el que aristocracia y república son consideradas respectivamente como formas de oligarquía y de democracia; oligarquía y democracia son respectivamente desviacio- nes de las formas llamadas aristocráticas, tratadas en el cap. 7, y de la república. En cuanto a la tiranía, como se dice supra, IV 2, 2, 1289a40, es una desviación de la monarquía. 722 Cf. supra, IV 3, 7, 5, 1279b4 ss. 723 Cf. supra, 1V 2, 2, 1289a39 SS. e infra, V 10, 2, 1310b3 SS. 724 Aristóteles recoge en este pasaje la opinión popular que critica un poco más abajo, en el párrafo siguiente. 1 inclinan más bien a la oligarquía, porque la educación 725 y la nobleza acompañan preferentemente a los más ricos. Además, los ricos parecen tener aquellos bienes 726 por los 4 que los delincuentes cometen injusticias; por eso se llama a los ricos hombres de bien 727 y distinguidos. Y como la aristocracia tiende a atribuir la supremacía 728 a los mejo- res ciudadanos, también se dice que las oligarquías están formadas principalmente por hombres de bien 729. Parece del dominio de lo imposible que una ciudad, 1294a5 que no esté gobernada por los mejores, sino por los malos, esté bien ordenada 730, e igualmente que una ciudad mal ordenada esté gobernada por los mejores. Pero una buena legislación no es tener leyes bien establecidas y que no se las obedezca. Por tanto, debe entenderse que la buena le- 6 gislación es, por una parte, obedecer a las leyes estableci- 725 La educación es una característica de la aristocracia, cf. infra, IV 15, 10, 1299b24, lo mismo que la nobleza que contiene el elemento de la virtud, cf. infra, IV 8, 9, 1294a20 SS. La educación y la nobleza son consideradas como rasgos de la oligarquía en IV 2, 7, 1317b38 SS. 726 PSEUDO-JENOFONTE, República de Im atenienses 1 5, viene a decir que en los mejores se encuentra menor libertinaje e injusticia; en cambio el pueblo es arrastrado a acciones más vergonzosas, debido a la pobreza, la falta de educación y la ignorancia. Aristóteles, en cambio, según el pasaje 11 7, 11, 1267a2 SS., no participa de este parecer. 727 Cf. PLATON, República VI11 569A. Y HES~ODO, Trabajos y días 313. Los distinguidos, gnorimoi, son las gentes de virtud notoria; cf. V 10, 26, 1312a27 SS. 728 Sobre la supremacía, hyperokhg, cf. 111 17, 6, 1288a20 SS. 729 Al confundir aristocracia y oligarquía, virtud y riqueza, la opinión común de las gentes considera una república de tendencia oligárquica como una aristocracia. 730 La buena organización, eunomía, está unida al gobierno de los mejores; cf. ISÓCRATES, Panatenaico 132 SS.; ESQUINES, Contra Ctesias 154; y TEOONIS, 43-52; PÍNDARO, Pítica X 71 SS. 116. - 16 242 POLITICA LIBRO IV 243 das 731, y, por otra, que las leyes a las que se obedece sean buenas (pues también se puede obedecer a leyes malas). Y esa obediencia puede darse en dos sentidos 732: O a lasmejores posibles para ellos, o a las mejores en absoluto. 7 La aristocracia parece consistir sobre todo en la re- partición de los honores de acuerdo con la virtud. La aris- tocracia, en efecto, se define por la virtud, la oligarquía por la riqueza, y la democracia por la libertad. Pero la opinión de la mayoría permanece en todos los regímenes "'; de hecho, en una oligarquía, en una aristocracia y en una democracia, la opinión de la mayor parte de los que parti- 8 cipan del gobierno es lo que ejerce la soberanía. En la mayoría de las ciudades existe la forma llamada república: la mezcla alcanza solamente a ricos y a pobres, riqueza y libertad, pues en casi todos los pueblos los ricos parecen 9 ocupar el lugar de los hombres de bien. Pero como son tres 734 los elementos que se disputan la igualdad del siste- ma político -la libertad, la riqueza y la virtud- (porque el cuarto, que se llama nobleza, acompaña a esos dos, pues la nobleza es riqueza y virtud antiguas 735), es evidente que la mezcla de los dos elementos, de los ricos y los pobres, 7 3 1 Cf. JENOFONTE, Económico IX 14; ESQUINES, Contra Timarco 177-179. 732 Según DIOGENES LAERCIO, 111 103, Platón habría distinguido tres formas de eunomía: primera, cuando las leyo, son buenas; segunda, cuando los ciudadanos son fieles a las leyes establecidas; tercera, cuando, en ausen- cia de toda ley, se administran sabiamente según sus usos y costumbres. 733 La misma idea se encuentra en IV 4, 1, 1290a31-32. La soberanía del número se considera como una característica de la democracia; cf. V 9, 14, 1310a28; VI 2, 2, 1317b4 SS. 734 Aristóteles indica los cuatro elementos: riqueza, libertad, nobleza y virtud; cf. 111 13, 2, 1283a29 SS. 735 Cf. infra, V 1, 7, 1301b3. Cf. también, PLATÓN, Teeteto 174E; EURÍPIDES, EoIo, frag. 22. debe llamarse república, y la de los tres, aristocracia por encima de las demás excepto la verdadera y primera. Así pues, se ha dicho que existen otras formas de go- lo bierno además de la monarquía, la democracia y la oligar- quía, y cuáles son, y en qué difieren unas de otras las aris- tocracia~, y las repúblicas de la aristocracia, y es evidente que estas dos últimas formas no están lejos una de otra 736. A continuación de lo expuesto, diga- 9 La república: mos de qué manera surge, junto a la de- de mocracia y la oligarquía, la llamada re- elementos democráticos y pública y cómo se la debe establecer. Y o/ígárquicos al mismo tiempo estará claro por qué ras- gos se definen la democracia y la oligar- quía, pues hay que captar primero la distinción entre ellas, y luego, a partir de ellas, hay que hacer una síntesis to- mando una característica de cada una. Hay tres procedimientos de hacer esta síntesis y mez- 2 cla: o bien hay que tomar a la vez las disposiciones legisla- tivas de una y otra, por ejemplo, acerca de la administra- ción de la justicia: en las oligarquías 737 fijan una multa a los ricos si no administran justicia, y los pobres no reci- ben ningún salario; en las democracias, los pobres reciben un salario y a los ricos no se les impone ninguna multa. Una solución común 738 e intermedia entre ellas son ambas 3 - 736 Cf. IV 9, 5, 1294bl0, y 11 11, 5, 1273a4 SS. 737 En las oligarquías de tipo moderado, en las que los tribunales pueden estar compuestos de ricos y de pobres, puesto que en la formas extremas los pobres son totalmente excluidos de los tribunales. Y, a la inversa, sólo la democracia extrema daba una paga a los miembros de los tribunales. Una medida semejante se encuentra en los casos citados en IV 12, 2, 1297a21-24; 12, 5a36; 14, 12, 1298b17 ss. 738 A los pobres que van a la asamblea se les da una paga y a los ricos ausentes se les impone una multa.
Compartir