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LIBRO IV 259 justa '11 hay que unir los dos procedimientos y dar a unos la paga y a otros imponerles una multa, pues así participa- rían todos, mientras que de aquella iorma el gobierno 1 2 9 7 ~ pertenece sólo a una sola clase. El gobierno debe estar constituido sólo por los que tienen las armas '12. En cuan- to a la cantidad de renta no puede limitarse de una manera absoluta y decir que es tanto, sino que hay que fijarla examinando cuál es el máximo que se impone, de modo que sean más los que participan en el gobierno que los s que no participan. Pues los pobres, incluso sin participar de los honores, desean estar tranquilos con tal que nadie les haga violencia, ni les quite ninguno de sus bienes '14. Pero esto no es fácil. Pues no siempre sucede que los que 9 participan del gobierno sean amables. Y cuando hay gue- rra, las gentes suelen vacilar si no reciben alimento y son pobres, pero si se les proporciona alimentos están dispues- to a luchar '15. En algunas ciudades, el gobierno está cons- tituido no sólo por los que llevan armas, sino también por los que las han llevado. Entre los malios 816 el cuerpo polí- '" Como en la república; cf. IV 9, 3, 1294a40. LOS que poseen armas pesadas, los hoplitas. '13 NO de manera absoluta, sino debe hacerse en relación al Estado concreto de que se trate. '14 Y también con tal de que el ejercicio de los cargos no traiga exce- sivos provechos; cf. V 8, 16, 1308b34 SS., y VI 4, 2, 1318b14 SS. Los pobres tienen algún bien, sobre todo los que viven en el campo; cf. 1 2, 5, 1252b12. '15 Así, en Atenas, el Areópago mando dar ocho dracmas a cada uno y los hizo subir a las naves para luchar en Salamina; cf. ARIST~TE- LES, Constitución de los atenienses 23, 1 [traducción de M. GARC~A VAL- DÉS], pág. 108. '16 Los maiios son los habitantes de Málide, al sur de Tesalia, en el Golfo Malíaco. tic0 estaba constituido por éstos '17, mientras que las ma- gistraturas se elegían entre los que prestaban servicios en el ejército. El primer gobierno entre los helenos, después lo de la monarquía, se componía de los combatientes, y en un principio de los jinetes 818 (pues la guerra tenía su fuer- za y su superioridad en los jinetes, ya que el cuerpo de hoplitas sin una formación ordenada es inútil, y la expe- riencia y la táctica militares no existían entre los antiguos, de modo que la fuerza residía en la caballería); pero al crecer las ciudades y fortalecerse los hoplitas fueron más los que participaban del gobierno. Por eso las que ahora llamamos i i repúblicas, los de antes las llamaban democracias. Las an- tiguas constituciones eran lógicamente de tipo oligárquico y monárquico, pues debido a su escasa población no te- nían una clase media numerosa, de m ~ d o que, siendo po- cos en número y por la organización, soportaban mejor la obediencia. Así pues, queda dicho, por qué causa son varias las 12 formas de gobierno 819 y por qué además de las formas indicadas ''O hay otras (pues la democracia no es numéri- camente una sola, y lo mismo los otros regímenes " l ) , y 817 Es decir, los que están y los que han estado en las armas. Oligarquías de caballeros existieron en Eretria, Caicis, Magnesia del Meandro y otras ciudades de Asia, cf. IV 3, 3, 1289b36 SS., donde la naturaleza misma de la tierra permitía el desarrollo de la caballería. Cf. HER~DOTO, V 63; PLATÓN, Leyes 1 625D; JENOFONTE, Helénicas 111 4, 15. Cf. IV 3, 1, 1289b27 hasta 4, 19, 1291b13. 820 ES decir, monarquía, democracia, oligarquía; cf. IV 4, 20, 1291b15; IV 8, 9, 1294a25. La monarquía tiene dos formas: monarquía y tiranía; la oligar- quía tiene cuatro, cf. IV 5; la aristocracia, varias, cf. IV 7 y 8. En cuanto a la república, en IV 14, 10, 1298b10, se habla de repúblicas aristocráti- cas; cf. IV 15, 20, 1300a41 SS. LIBRO IV 26 1 también cuáles son las diferencias entre ellas 822 y por qué causa se dan, y además cuál es en general la mejor 823 for- ma de gobierno, y de las otras cuál se adapta a cada tipo de ciudad 824. 14 Hablemos a continuación, en general LOS tres poderes y de cada régimen por separado, de las Estado, cuestiones siguientes, tomando el punto La asamblea. poder de partida adecuado para ello. En todas deliberativo las constituciones 825 hay tres elementos sobre los cuales debe meditar el buen legislador lo conveniente para cada régimen. Si estos ele- mentos están bien establecidos, necesariamente también lo está el régimen, y los regímenes difieren unos de otros en lo que difiera cada uno de estos elementos 826. 2 De estos tres elementos una cuestión es cuál es el que 1298a delibera sobre los asuntos de la comunidad; la segunda es la referente a las magistraturas (esto es, cuáles debe haber, sobre qué asuntos deben ser soberanas y cómo ha de ser su elección 827), y la tercera a la administración de la 3 justicia. El elemento deliberativo es soberano sobre la gup rra y la paz, sobre las alianzas y sus disoluciones, sobre las leyes, sobre fa pena de muerte 828, de destierro y de Cf. IV 6, y también 111 6, 1, 1278b8. 823 Cf. IV 11. 824 Cf. IV 12. Parece que excepto en la monarquía y en la tiranía de las que trata poco en los caps. 14-16. En III 6, 1, 1278b8 SS., la diferencia de las constituciones proviene de la diferencia de las autoridades soberanas en cada una. 827 Cf. IV 15, 1,. 1299a10 SS.; por sorteo o por elección. Cf. HER~DOTO, VI 136, en Atenas, acusación capital contra Mil- cíades. JENOFONTE, Helénicas 1 7, 9, donde se refiere a la pena de muerte decidida contra los generales que vencieron en las Arginusas. confiscación, sobre la elección de los magistrados y la ren- dición de cuentas 829. Y necesariamente todas estas deci- siones se confían a todos los ciudadanos, o todas a algu- nos de ellos (por ejemplo, a una sola magistratura, o a varias), o unas a ciertas magistraturas y otras a otras dife- rentes, o unas a todos los ciudadanos y otras a algunos 830. Que todos los ciudadanos decidan sobre todas las cues- 4 tiones es propio de una democracia, pues el pueblo busca este tipo de igualdad 831 , hero hay varios modos de enten- der ese «todos»: un modo es que deliberen por turnos 832 y no todos juntos (como en la constitución de Telecles de Mileto 833; también en otros regímenes los colegios de ma- gistrados 834 deliberan reunidos, pero acceden todos a las magistraturas por turno, a partir de las tribus y de las divi- siones más pequeñas 835 de la ciudad, hasta que los cargos hayan pasado por todos), y que se reúnan todos ellos sólo para la implantación de leyes y para las cuestiones relati- vas al régimen, y para escuchar los decretos de los magis- trados. Un segundo modo es que todos juntos deliberen, pero 5 que se reúnan sólo para las elecciones de los magistrados 829 Cf. 111 11. 15. 1282a26 SS. . . - - - 830 Como en una aristocracia o una república. 83' De las dos clases de igualdad, cf. PLATÓN, Leyes VI 757A; la igual- dad numérica, opuesta a la igualdad proporcional (cf. V 1, 12, 1301b29 SS.), es la que quiere el pueblo. 832 El alternarse en los cargos entre los ciudadanos es el mejor modo de realizar la igualdad democrática; cf. 11 2, 4, 1261a30 SS., y EUR~PIDES, Suplicantes 406 SS. 833 Telecles de Mileto no es conocido por otra fuente antigua. Puede ser, tal vez, un teórico de las constituciones. 834 En estos colegios el carácter democrático se respetaba porque to- dos los ciudadanos formaban parte de ellos. ES decir, las familias. LIBRO IV 263 y para la elaboración de leyes, y para decidir sobre la gue- rra y la paz, y para la rendición de cuentas, pero las demás cuestiones que las deliberen los magistrados designados pa- ra cada una de ellas, y elegidos de entre todos los ciudada- 6 nos o por sorteo. Un tercer modo es cuando los ciudada- nos se encuentran con vistas a las magistraturas y a las rendiciones de cuentas, y para decidir sobre una guerra o una alianza, y las demás cuestionesson atendidas por las magistraturas que se proveen por elección, siempre que ello es posible, y tal es el caso de magistraturas cuyo ejer- 7 cicio exige conocimientos especiales. Una cuarta f o m & es que todos, reuniéndose, deliberen sobre todas las cuestio- nes, y que los magistrados no decidan sobre nada, sino sólo den un informe previo 836; éste es, precisamente, el modo que ahora tiene en vigor la última forma de demo- cracia, que decimos que es análoga a la oligarquía dinásti- ca y a la monarquía tiránica. Estos son todos los modos democráticos. Que algunos deliberen sobre todas las cuestiones es pro- pio de la oligarquía. También este procedimiento tiene 8 varias formas diferentes. Cuando los que deliberan son elegidos a partir de rentas más moderadas y son numero- sos a causa de esta moderación de la renta, y de lo que la ley prohíbe no alteran nada sino que la siguen, y quien adquiere la renta tributaria puede participar, tal oligarquía, por ser moderada, es de carácter republicano. Cuando no 129811 todos participan en las deliberaciones, sino los elegidos 837 Cf. VI 2, 5, 1317b28 SS. Cf. ARIST~TELES, Constitución de los atenienses 45, 4; 55, 2, y 56, 6. 837 Según V 6, 6, 1305b31 SS., los cargos se reservaban en las oligar- quías a los miembros de algunos círculos políticos. Bajo el mando de los Treinta, en Atenas, los magistrados y los consejeros eran elegidos para ello, y gobiernan de acuerdo con la ley, como en el caso anterior, es un procedimiento oligárquico. Cuando se 9 eligen a sí mismos los que tienen el poder de deliberar, y cuando el hijo sucede al padre, y son soberanos de las leyes, esta organización es necesariamente oligárquica. Cuando algunos ciudadanos deciden sobre algunas cuestio- lo nes, por ejemplo, sobre la guerra y sobre la paz, y la ren- dición de cuentas todos, mientras que de las demás cosas deciden los magistrados, y éstos se nombran por elección, no por sorteo, el régimen es una aristocracia. Si de algunas cuestiones deciden magistrados electivos, y de otras magis- trados nombrados por sorteo, por sorteo general o entre personas previamente seleccionadas, o deciden al mismo tiempo magistrados electivos y nombrados por sorteo, es- tos procedimientos son en parte propios de un régimen aris- tocrático 838, y en parte de una república propiamente dicha 839. Así pues, se ha distinguido de esta forma el elemento i i deliberativo según los regímenes, y cada régimen se gobier- na con el principio indicado. Pero conviene a la democra- 12 cia y especialmente a la que más parece serlo actualmen- te 840 (me refiero a aquella en que el pueblo es soberano de una lista de candidatos establecidos entre los Mil; cf. ARIST~TELES, Constitución de los atenienses 35, 1 . 838 La elección de los magistrados de una lista previa de candidatos caracteriza más bien la aristocracia; cf. ISÓCRATES, al hablar de Atenas como régimen demócratico con un tinte aristocrático, Panatenaico 130, 131, 145; Areopagítico 22, y ARISTÓTELES, Constitución de los atenienses VI11 1; 22, 5; 30, 2; 31, 1 . 839 Como en el caso de un colegio compuesto de miembros elegidos y de miembros nombrados a sorteo y que deciden sobre todas las cuestio- nes no reservadas a la Asamblea. 840 Cf. V 14, 1310a25. En cambio en VI 2, 9, 1318a5, se expresa igual para referirse a ese régimen moderado donde ricos y pobres son iguales numéricamente.