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LIBRO V 357 los que se consideran agraviados, ya en sus propias perso- nas, ya en las de quienes puedan ser sus parientes 1239, pues; los que atacan movidos por la ira les tiene sin cuidado su propia vida, como precisamente dijo Heráclito 1240, al afirmar que es terrible luchar con la ira, porque se compra con la vida. 32 Puesto que las ciudades están constituidas de dos gru- pos, los hombres pobres y los ricos, es necesario ante todo que unos y otros crean que su salvaguardia es debida al poder, y que ni unos ni otros sufren injusticia de la parte contraria, y , a cualquiera de los dos que sea 1241 e1 más fuerte, el tirano debe unirlo estrechamente a su poder, en la idea de que, si esto se da en el gobierno, no necesitará liberar a los esclavos 1242 ni retirar las armas, pues uno de los dos grupos unido a su fuerza bastará para ser supe- riores a los que ataquen. 33 Pero es superfluo hablar de cada una de tales medidas, pues el objetivo es evidente: debe aparecer ante sus súbditos, i 3 m no como tirano, sino como administrador y rey, y no como amo sino como tutor; y seguir en su vida la modera- ción 1243 y no el exceso; además tener buenas relaciones 1239 Ultraje a su propia persona, es el caso de Decámnico: cf. V 10, 20, 131 lb30, y de Pausanias: cf. V 10, 16, 131 lb l . Ultrajes a los parien- tes, es el caso de Aristogitón: cf. V 10, 15, 1311a39; y de Pitón y de Heraclides: cf. V 10, 18, 1311b20. 1240 La forma completa de esta máxima se encuentra en PLZTTARCO, Coriolano 22. Es un fragmento del filósofo Heráclito (DIELS-KRANZ, 85). Platón alude a ella en Leyes IX 863B. Véase también ARISTOTBLES, Ética a Nicómaco 11 2, 1105a7. 1241 Cf. también el mismo principio, V 9, 5, 1309b16. El fin puede ser para aumentar la guardia del tirano; cf. PLATÓN, República VI11 567E; JENOFONTE, Hierón VI 5. 1243 Moderación en los gastos, cf. V 11, 19, 1314bl; en los placeres, cf. V 11, 24, 1314b33. con los notables y conciliarse el favor de la masa '244. Como consecuencia de ello necesariamente su poder no 34 sólo será más noble y más envidiable por ejercerse sobre ciudadanos mejores y no humillados y por vivir él sin s%r odiado ni temido, sino que también su poder será mucho mis duradero, y además él mismo en su carácter se encon- trará bien dispuesto hacia la virtud, o al menos será medio bueno, y no malo, sino malo a medias. Sin embargo, entre todos los regíme- 12 $ Sobre la corta nes los menos duraderos son la oligarquía duración de las y la tiranía 1245. La tiranía que más tiem- &iranias. Crítica de la cRepúblicaD PO duró fue la de Ortágoras 1246 y SUS hi- de Ptatón jos en Sicione, que se mantuvo cien años. La causa de ello es que trataban a los súbditos con moderación y en muchas,cosas estaban some- tidos a las leyes. Además, Clístenes lZ4', por ser de aptitu- 12" Es la conducta de Pisistrato; cf. ARIST~TELES, Constitución de los atenienses XVI 9. Y la de los tiranos de Sición; cf. V 12, 1, 1315b18. Y la de Ciro para con el pueblo persa; cf. PLATÓN, Leyes 111 695D. '"' Sobre la corta duración de las monarquías, cf. ISÓCRATES, Carta IV 6. lZ4' Ortágoras y sus hijos ejercieron la tiranía en Sición de 670 a 570 a. C. aproximadamente. Sobre los hijos, cf. HER~DOTO, VI 126. - Sición está situada en una llanura al oeste de Connto; era rica por sus tierras fértiles. La aristocracia de los nobles repartidos entre las tres tribus do- rias se oponían a la masa de campesinos autóctonos semisiervos y semiesclavos. 1247 Clístenes apoyándose en las clases inferiores derribó la tiranía; reinó en Sición de 600 a 570 a. C. Sus cualidades gueEreras se manifesta- ron en las luchas contra Cnsa en 590 a. C., y contra Argos, lugar de exilio de los nobles de Sición. Con el botín de la primera guerra sagrada (cf. PAUSANIAS, 11 9, 6) hizo espléndidas ofrendas a los santuarios panhe- Iénicos. Su hija se casó con el Alcmeónida Megacles, y fue abuelo de Clístenes el reformador de la constitución ateniense; cf. ARISTÓTELES, Cons- titución de los atenienses U) y ss. Sobre Clistenes, cf. también HERÓDO- To, V 67-69; VI 126-129. . LIBRO V 359 des guerreras, no era despreciable, y las más de las veces 2 se ganaba al pueblo con sus atenciones 1248. Se dice, al menos, que Clístenes, al juez que le había excluido de la victoria, le concedió una corona, y algunos afirman que la estatua sedente del ágora es la imagen de aquel juez. Dicen también que Pisístrato 1249 consintió una vez en ser 3 citado a juicio ante el Areópago. La segunda en duración fue la tiranía de los Cipsélidas 1250 en Corinto; ésta duró setenta y tres años y seis meses: Cípselo fue tirano treinta años, Periandro cuarenta y medio, y Psamético el de 4 Gorgo tres años. Las causas fueron las mismas también para ésta: Cípselo era un demagogo y vivió en el poder sin guardia personal, y Periandro 1251 fue tiránico, pero 5 guerrero. La tercera fue la de los Pisistratidas 1252 en Ate- nas, pero no fue sin interrupciones, pues Pisístrato huyó dos veces durante su tiranía, de modo que en treinta y tres años ejerció la tirania diecisiete, y sus hijos dieciocho; así 1248 Por sus buenas acciones; cf. IS~CRATES, Helena 37; o bien por una ayuda continua; cf. ARLST~TELES, Constitución de los atenienses 16, 9, sobre la conducta de Pisístrato en Atenas. lM9 Pisistrato fue acusado de homicidio ante el Areópago. Se presen- tó personalmente para defenderse, pero el acusador, atemorizado, aban- donó la causa; cf. ARISTÓTELES, Constitución de los atenienses 16, 8 [trad. M. GARC~A VALDÉS], pág. 87 y nota 116. '250 Cf. V 11, 9, 1313b22, y notas 1123 y 1199. En cuanto a la crono- logía no hay acuerdo, se da una fecha alta y otra baja: Cipselo mandaría de 657-627 o de 620-590; Penandro de 627-585 o de 590-548; Psamético de 585-582 o de 548545. lZ5' Sobre Periandro, cf. V 11, 4, 1313a17 y nota 1187. 1252 Sobre las fechas, este pasaje no concuerda con las de Constitu- ción de los atenienses 17 y 19, tal vez sea debido a las fuentes diferentes que Aristóteles sigue. Cf. también HER~DOTO, 1 62; V 55; V 65; si segui- mos a Heródoto, la primera tirania sería de 561 a 556; la segunda de 552 a 551; y la tercera de 546 a 528. el total fue de treinta y cinco años. Entre las restantes 1253 6 esta la tirania de Hierón y Gelón en Siracysa, pero ésta no se mantuvo muchos años, en total dieciocho: Gelón des- pués de ejercer la tiranía siete años, murió al octavo; Hie- rón durante diez años, y Trasibulo fue derribado a los on- ce meses. En general, la mayor parte de las tiranías han sido de muy corta duración. Así pues, en lo que concierne a las renúblicas y a las 7 monarquías, las causas de su destrucción y a su vez de su conservación ya se han tratado casi todas. En la Repú- 1316a blica 1254, Sócrates habla de los cambios políticos, pero no lo trata bien, pues no indica el motivo propio del cambio del régimen más perfecto y primero. Dice, en efecto, que 8 lZS3 Según DIOWRO, XI 38, 7, que sigue al historiador Timeo, el mando de Gelón duró 7 años, el de Hierón, 11 años y 8 meses, y el de Trasibulo, 10meses. Había una pequeña contradición con el pasaje V 10, 31, 1312b10 SS., donde el hijo de Gelón, y no Trasibulo, fue quien sucedió a su padre. '*j4 Se refiere a un pasaje de PLATÓN, República VI11 546b-c, donde se explica con mucho detalle el número geométrico. Aristóteles alude simr plemente a la idea platónica, de procedencia pitagórica, del número nup- cial (cf. PLATURCO, Sobre la E de DeSfos 8, 388C [trad. M. GARCÍA VAL- DÉS] en Obras Morales y de Costumbres, Madrid, 1987, pág. 148), que está en copexión con las relaciones matemáticas entre los tres lados del triángulo rectángulo, cuyo tipo es el triángulo cuyos lados miden 3, 4 y 5. Esta figura se transforma en un sólido, es decir, en un cubo, elevando a la cuarta potencia el producto 3 x 4 x 5, que da la cifra 12.960.000, o sea, 36.000 años solares, que es, según Platón, el gran periodo cósmico(cf. PLATÓN, Político 268D-2478). - Para Platón el co- nocimiento de ese número nupcial es indispensable a los jefes de las ciu- dades, porque ese número preside los nacimientos y debe regular las uniones matrimoniales; si no podrían nacer hijos malos que al suceder a sus pa- dres descuidarían su cargo, y llevarían a la degeneración del Estado. Véa- se una explicación más completa del pasaje, con bibliografía adecuada, en ARISTOTE, Politique, tomo 11, 2.a parte, libro V (París, 1973), pág. 232, nota 2 [trad., introd. y notas por J. AUBONNET]. LIBRO v 361 la causa está en que nada permanece, sino que en un cierto período de tiempo todo cambia, y que el origen de estos cambios son los números, «cuya relación básica de cuatro a tres conjugada con el número cinco produce dos armo- nías»; queriendo decir que ocurre cuando el número de esta figura se hace sólido, en la idea de que a veces la naturaleza produce hombres malos 1255 que pueden más que la educación; y en esto, en sí mismo, tal vez no dice mal (pues puede haber algunos para quienes es imposible ser Y educados y llegar a ser hombres dignos). Pero, ¿por qué ese cambio sería más propio del que él llamaba el régimen más perfecto que todos los otros y que todo lo que llega a existir? ¿Y es por causa del tiempo, a través del cual dice él que todo cambia, que incluso las cosas que no han comenzado a la vez su existencia cambian a la vez? Por ejemplo, si han llegado a la existencia el día antes del cam- bio, ¿cambian entonces a la vez que las demás? lo Además, ¿por qué causa se cambia del régimen mejor al laconio? 1256. Pues todos los regímenes cambian con mu- cha frecuencia al régimen opuesto o al próximo 1257. Y e1 mismo razonamiento también para los demás cambios; en efecto, dice que del régimen laconio se pasa a la oligar- quía, de ésta a la democracia, y de la democracia a la tira- i i nía. Sin embargo, también cambian en sentido inverso; por 12" Cf. ARIST~TELES, Retórica 11 15, 1390b25 SS. 1256 El laconio es el espartano. La constitución ideal, por evolución interna, bajo el efecto del tiempo, degenera y se transforma primeramen- te en una timocracia en los honores, cuyos modelos son el de Creta y el de Esparta; cf. PLATÓN, República VI11 544C, 547D, 548D. 1257 Cf. V 7, 1307a20 SS.; V 10, 30, 1312b4 SS.; ARIST~TELES, Ética a Nicómaco VI11 12, 1160b21 SS. 1 2 ' ~ f . PLATÓN, República VI11 550C SS., sobre la oligarquía; 555B SS., sobre la democracia; y 562A SS. sobre la tiranía. ejemplo, de la democracia a la oligarquía 1259, y más fácil- mente que a la monarquía. Además, de la tiranía no dice si habrá o no cambios, y, en caso de haberlo, por qué causa y hacia qué régimen, y la causa de ello es que no podría decirlo fácilmente, porque es indeterminado; puesto que, según él, la tiranía debe pasar al régimen primero y me- jor, pues así se tendría un proceso continuo y un ciclo 1260. Pero una tiranía cambia también a una tiranía, como la 12 de Sición se pasó de la de Mirón 1261 a la de Clístenes; y a la oligarquía, como en Calcis la de Antileonte 1262; y a la democracia, como la de Gelón en Siracusa 1263; y a 1259 Cf. V 5, 1, 1304b20 SS. El cambio en tirania es menos frecuente que en otro tiempo; cf. V 5, 6, 1305a7 SS.; pero es posible, cf. V 8, 7, 1308a20 SS., especialmente cuando la democracia es extrema, cf. IV 11, 11, 1296a3 SS. Platón, antes de hablar del «número nupcial)), trata de las revo- luciones cíclicas (República VI11 546A). Esta idea del eterno retorno de las cosas parece ya expresada por Heráclito; cf. PLUTARCO, Sobre la E de Delfos 8, 388C-E. Platón no parece compartirla según Timeo 37D. 12" Parece que Mirón fue hermano y sucesor de Ortágoras (cf. V 11, 1, 1315b13); a él le sucedió su hijo Aristónimo y a éste le sucedieron sucesivamente sus tres hijos: Mirón 11, el mayor, Isodemo, el segundo, y Ciístenes. Cf. NICOLAO DE DAMASCO en F. JACOBY, Die Fragmente der Griechischen Historiker, Leiden, E . J. Bnll, 1961, 90 F 61. 1262 Se sabe poco de la tiranía de Antileonte que como la de Foxo (cf. V 4, 9, 1304a29 y nota 987) debieron de romper la continuidad del gobierno oligárquico. Cf. ALCEO, frag. 296A, D. L. PACE, Lyrica Graeca Selecta, Oxford, 1976. 1263 En este pasaje la tirania da paso a una democracia, cf. TUC~DI- DES, VI1 55; en V 4, 9, 1304a27, supra, a una república; y en V 10, 30, 1312b6 SS., a un régimen bien gobernado. Estas diferencias en la termino- logía pueden deberse a un progreso en la documentación, o bien indicar simplemente una terminología insegura. - Sobre Gelón, cf. V 11, 6, 1315b34; V 3, 5, 1302b32 y notas 950 y 1167. Y H E R ~ W T O , VI1 154 SS. - Sobre los problemas planteados por la sucesión de diversos regíme- LIBRO v 363 la aristocracia, como la de Carilao 1264 en Lacedemonia, 13 y en Cartago '265. También se pasa de la oligarquía a la nes políticos en las diferentes ciudades de Sicilia o la Magna Grecia, véa- se F. SARTORI, Problemi di storia constituzionale italiota, Roma, 1953. Sobre este Carilao, cf. HERÓDOTO, VI11 5; parece que vivió en torno a 825. Para PLUTARCO (Licurgo 5) SU mando fue muy poco duro; en cambio, para Platón fue muy tiránico (Carta VI11 354B), conducta que estaría de acuerdo con el pasaje 11 10, 2, 1271b24 SS., y nota 300, donde se encuentra la forma C a d o por Carilao. - Según algunos, Cari- lao, rey Euripóntida de Esparta, sería hijo de Eunomo (HER~DOTO, VI11 131), y según SOSIBIO reinó de 874 a 811; cf. F. JACOBY, Die Fragmente der Griechischen Historiker, Leiden, E . J . Brill, 1964, 595 F 2. 1265 Parece existir una contradicción, al hacer esta mención a la tira- nía, con el pasaje 11 11, 2, 1272b32, donde se dice que en Cartago no hubo nunca ni sedición ni tirano. Así también en cuanto a los términos empleados para Cartago en este párrafo: tirania (1316a30); tres líneas más abajo, aristocracia; en el párrafo, 14, 1316b5, democracia; y en otros pasajes de la obra (por ejemplo, 11 11, 1272b23 SS.), Cartago aparece como una anstocracia con rasgos democráticos u oligárquicos (IV 7, 4, 1293b15). - Estas contradicciones aparentes en la terminología serían debidas a que el poder era compartido por los diferentes cuerpos de ma- gistrados, y según la preeminencia de un cuerpo u otro en determi- nados momentos históricos, el régimen se presentaba bajo aspectos dife- rentes. - Al rey de otro tiempo habían sucedido en el poder ejecutivo dos sufetas, elegidos cada año'por la Asamblea del pueblo, investidos con mando militar. Por debajo, según ARISTÓTELES (11 11, 7, 1273a13 SS.), estaban las pentarquías, que eran comités ejecutivos de cinco miem- bros, análogos a los probulos. El poder legislativo comprendía trescientos miembros del Consejo, de los cuales los treinta más antiguos formaban la Gerusía con competencias determinadas (cf. POLIBIO, 1 87; VI 51; X 18. DIODORO, XIV 47. TITO LNIO, 30, 16). El poder judicial estaba en manos del Tribunal Supremo; era el Consejo de los Cien o de los Cuatro- cientos, semejante a los éforos según Aristóteles; cf. V 11, 3, 1272b35. Eran elegidos por las pentarquías y debían formar un cuerpo de control con competencias especializadas, cf. 111 1, 11, 1275131 1. Por fin la asam- blea del pueblo, con un poder de arbitraje entre los reyes y el consejo de los Gerentes. tirania 1266, como en Sicilia, casi todas la antiguas: en Leon- tinos '267 pasó a la tiranía de Panecio, y en Gela 1268 a la de Cleandro, y en Regio 1269 a la de Anaxilao, y en otras muchas ciudades igualmente. Es absurdo también pensar 12'0 que se pasa a la oligar- 14 quía por lo siguiente, porque los que desempeñan los car- gos son codiciosos y negociantes, y no porque los que so- 1316b bresalen mucho con sus fortunas consideran injusto 1271 que los que no poseen nada participen del gobierno de la ciu- dad lo mismo que los que poseen. En muchas oligarquías no es posible enriquecerse, sino que hay leyes que lo impi- den, y en Cartago 12",que tiene gobierno democrático, 12'' Aristóteles quiere corregir a Platón para quien la tirania sucede a la democracia. 12" Cf. V 10, 6, 1310b29 y nota 1122. 1268 Gela era una ciudad del suroeste de Sicilia; fue fundada por los dorios de Rodas (Lindos), asociados a los cretenses, hacia 690 a. C. Gela, después de fundar a su vez Agrigento hacia 582, vivió en una gran pros- peridad, por la fertilidad de sus tierras en viñedos y olivares; fue en el s. v a. C. la ciudad más importante después de Siracusa. Cf. TUC~DIDES, VI 4, 4; PINDARO, Olímpica 11 10 SS.; Pítica XII 2 SS.; DIODORO, XIII 81. Hacia 505 a. C., Cleandro, hijo del vencedor olímpico Pantares, llega a ser tirano de Gela con la ayuda de mercenarios sículos; fue asesinado hacia 498 a. C. (HER~DOTO, VI1 154); parece que puso las bases de la grandeza de un Estado que heredó su hermano Hipócrates, con la ayuda que le suministró Gelón (HERÓDOTO, VI1 154). '269 Regio estaba situada en el extremo suroeste de la Calabria, en frente de Zancle-Mesina. Sobre Anaxilao, cf. HERODOTO, VI 23; VI1 165. El comienzo de su tirania se sitúa hacia 494 a. C. cuando derribó el gobierno oligárquico de los Mil. Iz7O ES absurdo pensar como dice PLATÓN en República VI11 550D SS.; sin embargo Aristóteles, en 111 15, 12, 1286b14 SS., está de acuerdo con Platón. '27' Sobre este punto de vista de la participación en la igualdad según los oligarcas, cf. 111 9, 5, 1280a27 SS. 1272 Esta Cartago democrática está en concordancia con los puntos LIBRO v 365 1s se enriquecen y aún no han cambiado. Es absurdo 1273 tam- bién decir que la ciudad oligárquica consiste en dos ciuda- des, la de los ricos y la de los pobres. Pues, ¿por qué ese régimen presenta una situación particular más que el laco- nio o cualquier otro donde no todos poseen fortunas igua- 16 les o no todos son hombres buenos por igual? Sin que nadie se vuelva más pobre 1274 que antes, no por ello se produce menos el cambio de oligarquía a democracia si los pobres llegan a ser más numerosos, y de democracia a oligarquía 1275 si la clase rica es más fuerte que la masa, y ésta se descuida, mientras los otros prestan atención a 17 la situación. Y siendo muchas las causas por las que se producen los cambios, no habla sino de una 1276: por des- pilfarrar y pagar intereses con usura se vuelven pobres, como si desde un principio fueran ricos todos o la mayo- ría. Pero esto es falso; cuando algunos de los dirigentes pierden sus fortunas 1277, provocan innovaciones, pero cuan- do ocurre a algunos de los otros, nada peligroso sucede; y ni siquiera entonces se transforman más en democracia 1s que en otro régimen. Además, también hay sublevaciones y cambian los regímenes si los ciudadanos no participan de los honores o son tratados con injusticia o con insolen- cia 1278 , aunque no hayan derrochado su fortuna 1279 por poder hacer lo que quieren; y la causa de ello, según Só- crates, es el exceso de libertad. Y siendo varias lZ8O las oli- garquías y las democracias, Sócrates habla de sus cambios como si existiera una sola de cada una 12*l. '278 Esta distinción entre injusticia e insolencia, adikía e hybris, res- pectivamente, se encuentra también en PLATON, Sofista 229A; I-eyes IV 713C; VI 775D; X 906A. En cambio, en Leyes 111 691C, PLATÓN dice que la injusticia nace de la insolencia; cf. V 3, 1, 1302b6. 1279 Pasaje poco claro en cuanto al sentido. Así hubo editores y tra- ductores que imaginan que hay una laguna detrás de «fortuna» eri la transmisión textual, y consideran que lo que sigue hace relación a la de- mocracia y a la libertad excesiva de los ciudadanos bajo este régimen; cf. VI 2, 3, 1317bll y PLATÓN, República VI11 557D. - Si no se admite la laguna, se debe entender que Platón atribuye la caída de las oligar- quías a la falta de todo freno («al poder hacer lo que quieren))) y a la tendencia de los ricos a derrochar su fortuna. Y la expresión «la causa de ello)) se refiere a la causa de «poder hacer lo que quieren)); véase República VI11 557B. - Aristóteles considera que la causa profunda de esa conducta derrochadora no es el exceso de libertad, sino la maldad humana; cf. 11 5, 12, 1263b22 ss. Cf. IV 1, 7, 1289a8 SS.; V 4, 22, 1291b30 SS.; V 5; y en VI 4, donde se distinguen varias clases de democracia y de oligarquía. lZ8 ' Este final tan brusco del libro V, casi en medio de una frase, sin resumen de conclusión y sin relación con el libro VI, ha llamado siempre la atención. Y así algunos críticos opinan que el libro está inaca- bado o que el final se ha perdido. de vista del pasaje 11 11, 2, 1276b32; pero está en oposición a la Cartago aristocrática de V 11, 12, 1316a34. Véase supra nota 1265. 1273 Cf. PLATÓN, República VI11 551D. '274 Cf. PLATÓN, República VI11 552A SS.; 555B SS. 1275 Esto corrige también a Platón para quien la democracia pasa a tiranía. 1276 Cf. PLATON, República VI11 555D. lZ7' Sobre las consecuencias del empobrecimiento de algunos dirigen- tes, cf. V 6, 8, 1305b39 SS. Y ARISTÓTELES, Constitución de los atenienses 13, 3.
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