Logo Studenta

NR25675

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

PLAGAS DE LA ALFALFA 
Marcos Gerding P 
Luis Devotto M. 
--····---···--····--·----·-------·--·-·--------------·-···-----··-··----- - -··-·-··-··--------------- Aifaifa·o~l$i[ld115llrftlll! 107 
108 ' Alfalfa ~2 1m ~ruro5wde[hlle:_ ______________________________________________________________________________________________________________________ ----------------------
PLAGAS DE LA ALFALFA 
Marcos Gerding P 
Luis Devotto M. 
Introducción 
La gran calidad nutritiva de la alfalfa permite el desarrollo de numerosos insectos, nemátodos 
y otros invertebrados. Para graficar lo anterior, basta decir que, sólo en Chile, se ha citado 
casi un centenar de especies de insectos asociadas a esta planta, entre las cuales se distin­
gue tres categorías: plagas primarias (7 especies), secundarias u ocasionales (8 especies) y 
potenciales (2 especies) . El resto (75 especies) consume alfalfa, pero no produce daño 
económico. 
Plagas Claves o Primarias 
• Pulgón azul de la alfalfa (Acyrtosiphon kondoi Shinji) 
Ciclo biológico. Durante el invierno, las hembras se encuentran en la alfalfa y en otras 
·especies leguminosas. Cuando la temperatura es superior a 3ºC se inicia la reproducción. 
Si la temperatura es moderada, la población es capaz de aumentar explosivamente, pasan­
do de 1Oa500 ejemplares por tallo en tan sólo dos semanas, mientras que en el verano las 
altas temperaturas la reducen drásticamente. El mayor número de individuos se alcanza a 
fines de primavera y principios de verano, con un segundo máximo poblacional en otoño. 
Cuando la calidad del alimento disminuye y la población es alta, se producen formas 
aladas, las que constituyen la forma dispersante (Chapman, 1984; Artigas, 1994). 
Daño. Se alimenta de savia y, además, introduce una sustancia tóxica que altera el creci­
miento de la planta (Foto 1 ), produciendo marchitez y clorosis. Esto se traduce en un 
envejecimiento prematuro de las hojas, pérdida de éstas y menor calidad nutritiva de las 
hojas remanentes (Hill , 1999). 
--········----·-·····-·-·········-········-···--·-·-------·-----·-···--·----·-·-···--·-····------·-·······-··------·····--------- Alfalfa en la !ona~nlro Surnue . - 109 · 
Una planta puede ~olerar hasta 100-150 pulgones por eje sin expresar daño significativo. 
Sin embargo, la producción de semilla de alfalfa disminuye, incluso, con poblaciones 
menores a la cifra anteriormente mencionada (Artigas, 1994). 
Control. El control natural del pulgón azul ha resultado ser eficaz en la mayoría de los 
años (Cisternas, 1994). El enemigo natural más efectivo es la microavispita Aphidius ervi. 
Los pulgones atacados se presentan hinchados, globosos y de un color dorado, estado 
conocido como " momias" (Quiroz, 1983; Zúñiga, 1985a). 
Otros enemigos naturales de esta especie son las chinitas (Col : Coccinellidae), las moscas 
abeja (Dipt: Syrphidae), las avispitas (Hym: Aphelinidae y Aphidiidae) y mosquitas (Dipt: 
Cecidomyiidae) (Cisternas, 1994 ; Artigas, 1994). 
·Entre las medidas de manejo que puede adoptar el agricultor, se recomienda adelantar los 
cortes si la población de pulgones es alta. De este modo, si se hace necesario aplicar algún 
insecticida puede disminuirse la dosis, abaratando la aplicación y disminuyendo el daño a 
los enemigos naturales. 
Otro de los métodos aconsejables para controlar la acción de estos pulgones es el uso de 
cultivares resistentes o tolerantes (Cuadro 2) . 
• Pulgón verde de la alfalfa (Acyrtosiphon pisum (Harris)) 
Reconocimiento. Los adultos son de gran tamaño (4-5 mm), de color verde y apariencia 
brillante (Foto 4). Las antenas siempre tienen una banda oscura en la unión de los segmen­
tos 3 y 4 (aproximadamente un cuarto del largo de la antena, medida desde la cabeza). A 
diferencia del pulgón azul, la base de las alas del pulgón verde son de color verde pálido 
(Hill, 1999; INRA, 1999). 
Ciclo biológico. En países de inviernos benignos como Chile, el pulgón verde inverna en 
otros hospederos (arvejas, trébol). En estos hospederos alternativos incrementa su pobla­
ción en primavera (Artigas, 1994). Según el mismo autor, a mediados de febrero aparecen 
las hembras aladas que infestarán los alfalfares. 
Con temperaturas favorables para su desarrollo, las hembras son capaces de originar de 1 O 
110 Alfalfa ••looat!llro~rUil! ________________________________________________________________________________________________________ _____________ _ 
a 15 ninfas diariamente, durante 7 a 1 O días. En cambio, con ·tempe~aturas menores a 12 
ºC, el desarrollo se retrasa notablemente y las hembras permanecen en estado juvenil 
hasta por seis semanas (Hill, 1999). 
Daño. El daño se debe a la extracción de savia y a su rol como vector de virus. No inyecta 
toxinas a la planta (Butcher, 1984). El efecto sobre la planta hace que las hojas se encarrujen 
y engruesen, los botones florales no prosperen y las yemas se atrofien. Las plantas fuerte­
mente infestadas se ponen amarillas (Foto 2), pero rara vez mueren (Artigas, 1994). 
Control. Los enemigos naturales, entre ellos la microavispita Aphidius ervi, han logrado 
un control completo en algunas zonas del país (Zúñiga, 1985b). Además, la presencia de 
hongos entomopatógenos (Aruta y otros, 1974) ha permitido la regulación de la población 
de este pulgón. Aphidius smithi, otra microavispita, parasita tanto al pulgón azul como al 
verde. Los pulgones atacados también tienen la apariencia de momias de color dorado 
. (Bacon, 1980; Zúñ iga y Norambuena, 1985). Las chinitas y el hongo Entomophthora aphidis 
también ayudan a reducir la población . 
El uso de cultivares resistentes o tolerantes también se recomienda para controlar la acción 
de este pulgón (Cuadro 2). 
El control químico debe ser considerado cuando las poblaciones alcancen niveles de daño 
económico (Cuadro 1) en períodos críticos para la alfalfa. Debe preferirse un insecticida 
con algún grado de selectividad para pulgones o insecticidas sistémicos eh dosis bajas. 
Esta última práctica pretende reducir la población de los ejemplares susceptibles y que 
aquellos que sobrevivan sean atacados por los parasitoides y depredadores (Quiroz; 1983). 
Para mayor seguridad en la protección de los enemigos naturales, la aplicación debería 
efectuarse alternadamente en bandas o franjas paralelas sin tratar. 
···············-·-··-········---------- ···············-·--····------------------------- -·-·'----------------·-····--····-·-··-· Alfalfa • lalona ~nlroSurd![híl! 111 
Cuadro 1. Comportamiento de diferentes cultivares frente a los pulgones de la alfalfa . 
Fortress AR 
Wl320 MR MR 
Wl322 HQ AR AR 
Wl323 MR 
Wl 332 SR MR 
Tahoe AR AR 
Wl457 AR AR AR 
Wl525 HQ AR AR AR 
CUF 101 AR AR AR 
Sundor AR AR MR 
Adaptado de CASC, 1998. 
AR = altamente resistente MR = medianamente resistente R = res istente 
Cuadro 2. Niveles poblacionales críticos de pulgones en alfalfa. 
!Aill!.~ DE !,A PLANT~' !cm) 1 P~LGÓNAZUL -·~ .. ,;~~ ¡ -~ PUL<!_Ót•rVERDE 
9·12 10.13* 
-
<30 40.50* 
30.45 40.50* 70.80* 
>60 100* 
. Aguilera y otros, 1996. * Número de insectos por eje. 
~Polilla de la alfalfa (Epinotia aporema (W.)) 
Reconocimiento. Esta polilla, de color gris, se reconoce porque en el borde externo de las 
alas anteriores hay tres manchas, en forma de un doble arco negro, mientras que en el 
margen posterior posee una angosta banda blanca (Artigas, 1994). La larva mide entre 1 O 
a 11 mm, la cabeza es de color castaño y el cuerpo verdoso, debido a que se trasluce el 
• _J' - . • . 
contenido vegetal del canal alimenticio (Ripa, 1981 b). 
·' . 
112 Alfalfa a111001tu11e!urdelllle._ ............... ---·---· ............ _ ........... - ................................. _ ........ - ............................. _ .............................. - ... ·-·-... - ... - ....... -
Ciclo de vida. Comienza en primavera cuando la hembra ovipone::.en _los brotes y en. el 
envés de los folíolos, de preferencia cercade la nervadura central. La larva desciende por 
el tallo haciendo una galería de 1 a 3 cm de largo. Las larvas se protegen construyendo un 
albergue foliar, uniendo las. hojd.s mediante secresiones sedosas. Cuando se encuentra 
próxima a pupar se descuelga al suelo. También puede transformarse en crisálida en la 
planta, ya sea en el interior del tallo o en los brotes. 
En la zona norte del país el ciclo no se interrumpe, sucediéndose una generación tras otra. 
En la zona centro sur, el insecto inverna como pupa de segunda generación (Artigas, 1994), 
permaneciendo inactiva hasta fines de agosto, cuando las temperaturas se elevan y se 
reinicia el ciclo. Algunos adultos, aunque en pequeña escala, logran sobrevivir el invierno 
protegidos entre la hojarasca (Caballero, 1972). 
El vuelo de los adultos comienza a mediados de noviembre, aumentando notoriamente en 
los meses de verano, hasta disminuir a comienzos de otoño (Guerrero, 1981 ). 
Daño. La larva se alimenta de hojas y brotes jóvenes. En semilleros, la pérdida de estos 
brotes se traduce en una menor cantidad de flores. También ataca las semillas inmaduras 
(Ripa, 1981 b ; Artigas, 1994). 
Control. Existen varias microavispas que atenúan su acción perjudicial: Prospa/teNa porteri 
(Hym : Aphelinidae); Trichogramma achae y T. brasiliensis (Hym : Trichogrammatidae). La 
primera de estas especies ataca a las larvas, mientras que las dos últimas parasitan huevos. 
Para la zona centro sur no se tiene antecedentes de estos parasitoides. Para la zona norte, 
se menciona otros parasitoides de larvas como la mosca Encelatoria .austral is T., .Y las 
microavispas Apanteles sp. y Campeletis perdistinctus M. (Graña, i 976). Apanteles tam­
bién podría estar presente en la zona centro sur. 
. ' . ' . 
El control químico debe efectuarse en casos muy justificados para no producir un deterio-
ro, a veces irreversible en el corto plazo, de la fauna benéfica (agentes de control e insec­
tos polinizadores). 
Ripa (1981 b) recomienda hacer cortes frecuentes. El mismo autor recorñie-nda ~o aspe~jar 
con insecticida toda la superficie del potrero, pues-·ello provoca I~ desaparición de los 
enemigos naturales tanto de la polilla como de los pulgones: con el consiguiente recrude-
---------------------····-- ----···---------------------- ------------------------------------·- -·-------------------------------- Alfalfa en la lona ~o~~¡ le mile 1_ 13 
cimiento de ambas plagas. Por lo tanto, aconseja adelantar el corte de la alfalfa o talajear 
con animales. 
/ 
En semilleros atacados por polilla, se recomienda sustituir los insecticidas tradicionales 
por productos a base de la bacteria Bacillus thuringiensis. El control debe realizarse cuan­
do la larva esté expuesta, pues de otro modo disminuye la eficacia de este producto. El uso 
de productos de este tipo contribuye a disminuir el nivel de polilla y preserva tanto los 
polinizantes como los enemigos naturales (Ripa, 1981 a) . 
• Moscas minadoras (Liriomyza huidobrensis (Blanchard)) 
Reconocimiento. Los adultos son moscas muy pequeñas (2 x 0,6 mm), de dorso negro, 
brillante, con manchas amarillas en la cabeza y tórax. 
Ciclo biológico. Los adultos están activos durante casi todo el año. Las hembras depositan 
sus huevos bajo la epidermis de los folíolos, preferentemente en el envés (Aguilera y Gerding, 
1990). Las larvas horad~.n galerías en el parénquima, destruyendo todo el tejido (foto 6). 
Las galerías, de color blanco sucio, son muy irregulares y se van ensanchando a medida 
que la larva se desarrolla (Artigas, 1994). 
Al final del t~rcer estadía larval se forma la pupa, preferentemente en el suelo. De acuerdo 
a Aguilera (1972), el ciclo vital del insecto, se cumple entre 20 y 24 días. 
Daño. Su ataque se ve favorecido por ambientes frescos. Los ataques de fines de otoño, 
invierno e inicios de primavera son los más dañinos porque afectan la totalidad de la 
planta. En cambio, en períodos cálidos el ataque se concentra en el tercio inferior del 
vegetal. 
El estadía que causa mayor daño es el tercero, el cual contribuye con el 75% de superficie 
minada por la larva. En ataques intensos se ha contabilizado cinco larvas por folíolo, en 
promedio, lo cual equivaldría a un 67% de la superficie del folíolo dañada (Aguilera, 
1972). 
La hembra también inserta su ovipositor en los folíolos para obtener el jugo celular, del 
cual se alimenta. Debido a la acción mecánica que ejerce el ovipositor, se produce la 
ruptura de las capas celulares y la consiguiente aparición de manchas necróticas circula­
res y deprimidas en la superficie foliar. 
114 Alfalfa 9~16ütiDl!ISl ~elliiL._. ______________________________________________________ ______________________________ ___________ --- ············---·······-··-··-·····-··········· 
Control. Los parasitoides de esta especie actúan muy bien desde mediados de primavera 
y durante el verano; los principales corresponden al orden Hymenoptera (microavispitas). 
El parasitismo promedio de estas avispitas alcanza a un 44%, con un máximo de 96% en 
febrero y un 8% en julio (Aguilera, 1972). 
En ataques severos del minador de la alfalfa, el control químico debe efectuarse cuando se 
detecta el inicio del daño, o sea, cuando comienzan a insinuarse las galerías. En general, 
se recomienda no ingresar animales durante los primeros 15 días después de la aplicación 
(Aguilera y otros, 1996). 
• Gusano blanco del frejol (Graphognatus leucoloma (B.)) 
Reconocimiento. Coleópteros que tienen el rostro extendido hacia adelante en forma de 
nariz . Esta estructura porta las antenas y las piezas bucales. 
El adulto, de color castaño grisáceo, mide entre 9 a 13 mm. Los élitros tienen un par de 
bandas laterales blancas (Lanteri y otros, 1994). La larva es blanquecina y ápoda, con la 
cabeza diferenciada pero hundida en el cuerpo, sobresaliendo sólo las mandíbulas, de 
color negro (Loiácono y Marvaldi, 1994). 
Ciclo biológico. Los adultos se alimentan del follaje y son excelentes caminadores, con­
trarrestando, de esta manera, la ausencia de alas. Según datos neozelandeses, los adultos 
aparecen durante el verano, pudiendo vivir hasta tres meses cuando el alimento es de 
buena calidad (Stevens, 1999). Durante el día se esconden en la vegetación o en la sup~r­
ficie del suelo, para subir a consumir follaje durante la noche. 
Los huevos son depositados en la superficie del suelo y la mayoría eclosa en otoño. Las 
larvas se hallan a diferentes profundidades en el suelo (frecuentemente 20-40 cm). En 
terrenos secos y sueltos, las larvas pueden estar a un metro de profundidad; en cultivos de 
riego y en épocas de elevada temperatura se hallan a sólo 3 cm de la superficie (Wasbauer, 
inéd.). La cantidad de larvas, y por ende el daño, es mayor cuando los suelos son livianos 
o arenosos (Itria, 1964). 
Daño. La larva, de hábito subterráneo, se alimenta de las raíces de la planta. Los tejidos 
exteriores (corteza y floema) son los más afectados. La larva traza surcos característicos en 
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ - -- ---- Alfalfaenla !ooo~otroSUrl•míle 1-15 
las raíces. En las z~rnªs dañadas, s~ forma un tejido cicatrizante y de protección (Brewer y 
Varas, 1973). Los hongos fitopatógenos que penetran a través de las lesiones causadas por 
el insecto causan pudriciones, amarillamiento del follaje y marchitez. 
Como consecuencia del daño, las plantas sori más sensibles a la sequía y tienen un creci­
miento anormal (Parodi, 1964). Las mayores pérdidas por daños se producen en cultivos 
nuevos de alfalfa al finalizar el verano y durante el otoño (Silberman, 1968). El adulto 
consume follaje, dejando marcas semicirculares características en el borde de las hojas, 
pero este daño es de poca importancia (Loiácono y Marvaldi, 1994). 
Control. Las plantas con síntomas de ataque deben desenterrarse para verificarla presen­
cia de larvas. El período más conveniente para efectuar tales evaluaciones es a principios 
de primavera. La unidad de muestreo puede ser un área de 50x50 cm y de 25 cm de . . . . . . 
profundidad, repitiendo este muestreq 1Oa15 veces en una hectárea (Bariggi et al., 1986). 
Para_ muestrear adultos puede recurrirse a una red de unos 38 cm de diámetro. En cada 
pu~to se dará 20-40 golpes de red, procurando hacerlo siempre a la misma hora del día 
(preferentemente después del mediodía). Este muestreo puede ser quincenal o mensual 
durante los períodos de baja actividad (fines de otoño e invierno) y semanal durante el 
período de emergencia y reproducción, es decir, primavera a inicios de otoño (East, 1980; 
lanteiTy Aragón, 1994). 
Se ¿Ita como u~bral de daño económico en Argentina la cantidad de 1 a 2 adultos por 
golpe de red (Lanteri y Aragón, 1994). Mantener el alfalfar bien irrigado contribuye a 
disminuir la gravedad del daño. Por otro lado, ya en la década de 1930, se demostró que 
la siembra de gramíneas forrajeras o cereales después de levantar la alfalfa reduce en un 
90% la· infestación por C. leucoloma. 
En cuanto al control químico, se diferencian dos estrategias: una dirigida al suelo y otra al 
follaje. Al momento de la siembra, se recomienda la aplicación de carbamatos y 
organofosforados . . Estos productos son efectivos sólo durante algunas semanas o meses, al 
cabcide los cuales puede recrudeder la infestación. El control curativo de post-siembra de 
las larvas no es· efectivo, por lo que la estrategia de control está dirigida a los adultos, 
cuando estén en el follaje (Lanteri y Aragón, 1994). Por lo general, 5 a 6 tratamientos a 
intervalos de 20 a 30 días durante diciembre-abril reducen en forma significativa las po­
blaciones (Cross y Harlan, 1975; York y Gyrisco, 1978; Womack et al. , 1981; East et al. , 
1975; East y Parr, 1977). 
116 Alfalfa 1g ~ lnni !!nJ1g¡ru~!IML •... - .• ······-···-·-·-·--·-···········-···-·-·····-···-··--···-·-·········-·············-··-··········-········-·--·······-···-··--············-············-··· 
No se ha determinado la importancia de depredadores o parásitos para esta especie (Artigas, 
1994; Prado, 1991 ). Sin embargo, existen dos alternativas de agentes biológicos que han 
demostrado ser eficaces contra otras plagas cercanas a C. leucoloma: hongos y nemátodos 
entomopatógenos. En el primer caso, se ha demostrado la susceptibilidad de G. leucoloma 
a algunas cepas de los géneros Metarhizium y Beauveria. En el caso de los nemátodos, 
prospecciones real izadas en otras larvas del suelo, tanto de escarabeidos como de 
curculiónidos, frecuentemente reportan el hallazgo de estos organismos, por lo que, ·en el 
futuro, podría ser determinada alguna aislación específica contra C. leucoloma. 
• Babosas (Deroceras reticulatum (M.)) 
Reconocimiento. Los adultos presentan un cuerpo carnoso, con un pie musculoso que les· 
sirve para cavar o trepar, dejando a su paso una sustancia mucilaginosa transparente. 
Los huevos de las babosas pueden encontrarse en nidos que contienen desde i 5 a 45 
huevos. Estos huevos poseen una forma redonda a ovalada, de 3 mm o más de diámetro, 
con apariencia acuosa y gelatinosa (Apablaza, 1983). 
Ciclo biológico. Las generaciones de estos gastrópodos son anuales, pero en condiciones 
óptimas de temperatura y humedad puede aparecer una segunda generación. La postura 
se produce cuando la humedad es alta y la temperatura moderada. En cambio, al llegar la 
estación seca, estos moluscos se inactivan penetrando al suelo por hendiduras y permane­
ciendo por largos períodos sin alimentarse (Apablaza, 1983; Forsythe, 1992). 
Daño. Estos moluscos son activos consumidores de follaje durante la noche y en días 
nublados, sobre todo cuando la humedad relativa está casi en el punto de saturación. 
Durante el día se esconden bajo el follaje, en la hojarasca o en residuos de cosecha que 
permanecen en el potrero. 
El daño por babosas es crítico sobretodo en siembras recién emergidas a comienzos de 
primavera. En las plantas dañadas puede distinguirse oríficios y perforaciones en tallos y 
hojas, causados por su aparato bucal llamado rádula (Apablaza, 1983; Wilson y otros, 
1996). 
···-·-··---·---······---·---··- ··-··-·--··---·····---·····-·-·····--·····-·····-···-····---···-- ···---······--·--·-·-·····-··-··- -····-···-·· Alfalfa ealoiooo~nlroSur de~~ 117 
Control. El control cuJtural antes de la siembra se logra por el efecto destructor del laboreo 
del suelo, el cual daña y deja a gran parte de las babosas expuestas en la superficie, lo que 
facilita el control por medio de aves predatoras y deja al descubierto los huevos, que 
colapsan por deshidratación (Latorre, 1990; Crovetto, 1992). Esta medida es efectiva sólo 
en el momento de establecer la alfalfa. En los años siguientes, es conveniente mantener la 
pradera limpia, evitando dejar restos de forraje amontonado durante las épocas húmedas, 
ya que los rastrojos permiten la mantención de condiciones de alta humedad, constituyen­
do un albergue donde se congregan las babosas. 
Tradicionalmente, las babas.as han sidq controladas mediante cebos químicos, pero la 
efectividad de estos cebos ha disminuido, pues las babosas pierden la atracción por ellos. 
Además, son de alto costo y peligrosos para animales, aves, peces, abejas y otros insectos 
(Espinoza, 1998). 
Como controladores biológicos, se menciona aves (queltehue y tiuque), ranas, sapos y 
microorganismos tales como bacterias y nemátodos (Ali y Musick, 1986; Aguila, 1987; 
Aguilera y otros, 1996). 
Otra alternativa de reciente descubrimiento (1988) es el uso del nemátodo Phasmarhabditis 
hermaphrodita. Este nemátodo se introduce en la babosa y, al alimentarse, transmite una 
bacteria que produce una toxina letal para este molusco (Tanada y Kaya, 1993; Wilson y 
otros, 1994). Se introdujo en 1995 a Chile (France y otros, 1996), con promisorios resulta­
dos preliminares, a pesar de la dificu.ltad que tiene este nemátodo de sobrevivir en el 
verano. 
• Cuncunilla verde del frejol (Rachiplusia nu (G.)) 
Reconocimiento. El adulto es una polilla de unos 3 cm de envergadura alar, de color café 
claro y con una mancha plateada en el centro de las alas sul?eriores en forma de V. 
La larva plenamente desarrollada mide cerca de 3 cm de largo. Su cuerpo es de color 
verde, al igual que 1;3. cabeza, con franjas verdes y blancas en el dorso. A diferencia de las 
larvas de los demás lepidópteros, que tienen cuatro pares de patas abdominales, esta espe­
cie tien sólo dos pares de falsas patas abdominales. 
11·3 Alfalfa '" ra lana ~íllla ~r de IM! ___________________________________________________________________________________________________________________ ............... ·--····-----·········-··········--·-·-····· 
Ciclo biológico. Las larvas tienen actividad diurna y consumen el fÓlfaje preferentemente 
en el haz de los folíolos, dejando la nervadura visible. Cuando se les molesta, levantan su 
cuerpo para defenderse. La pupa se halla dentro de un capullo de seda y hojas (Aguilera y 
Gerding, 1990; Artigas, 1994). 
Según González (1989), los adultos vuelan desde octubre hasta abrí!. En la zona sur, estos 
vuelos puede_!'! retrasarse al mes de noviembre, acortándose hasta marzo. La fase larvaria 
dura cerca de un mes, pasando el invierno al estado de pupa. 
Control. Las mayores poblaciones se producen en pleno verano, a contar de la segunda 
quincena de enero. Se estima que f:i a 8 larvas por cada 1 O golpes de red indican una 
densidad peligrosa para un semillero de alfalfa (Caballero, 1972). 
Las aplicaciones de insecticidas contra la cuncunilla verde pueden ser riesgosas, porqúe 
podrían agudizar el problema de Epinotia aporema o permitir el resurgimiento de otras 
especies de insectos que se encuentran en niveles bajos por la acción de sus enemigos 
naturales. Ante la alternativa de un tratamiento inminente, deberá preferirseinsecticidas 
de acción estomacal o ingestión, de baja toxicidad y de corto efecto residual. 
Plagas Secundarias 
• Pulgón negro de la alfalfa (Aphis craccivora Koch) 
Es un pulgón pequeño, de unos dos mm de largo, de color negro brillante con ojos rojo 
oscuro. Los juveniles lucen más claros por una cubierta de cera que cubre su dorso. Las 
antenas no alcanzan a los dos tercios del largo del cuerpo (Artigas, 1994; Blackman y 
Eastop, 1985). 
Es un insecto muy gregario, ·prácticamente cubre la superficie de los brotes (Foto 8). En 
primavera y verano se produce gran cantidad de hembras aladas que infestan numerosos 
cultivos, de preferencia leguminosas herbáceas. Estos pulgones son protegidos por hormi­
gas que se alimentan de la mielecilla que producen (Artigas, 1994; INRA, 1999). 
El daño se produce tanto por la succión de savia como por la transmisión de numerosas 
enfermedades virosas. En el primer caso, la alimentación del pulgón produce profundas 
______________ : _________________ ···-------------------------------------------------------------------------------------------------------- - -- Alfalfa ~i~natmoS.je Qi• 119 
deformaciones que incl-uso pue9en detener el crecimiento de la planta. Además, si la 
infestación es alta, disminuye la aceptación como alimento por parte del ganado (Artigas, 
1994). 
• Pulgón del algodón (Aphis gossypii Glover) 
A nivel de campo, puede ser reconocido por tener la cauda de color negro, con dos a tres 
cerdas a cada lado de esta estructura (Charlin, 1975). A inicios de primavera nacen las 
primeras ninfas, las que alcanzan su madurez entre 12 a 20 días. Cuando la población 
aumenta demasiado, aparecen hembras aladas que constituyen la fase dispersante (Artigas, 
1994). 
El daño se produce cuando introduce su estilete. Como consecuencia, las hojas y los 
brotes en crecimiento se deforman, encrespándose. Esto otorga una protección contra la 
lluvia, pues se refugian en el envés de estas hojas deformadas. 
• Gorgojo de la alfalfa (Sitona discoideus Gyll.) 
El adulto mide entre 4 a 6 mm de largo, siendo los machos un poco más pequeños que las 
hembras. Está cubierto por escamas de color gris-café. El tórax tiene tres líneas blancas, 
una central y dos laterales (Goldson, 1984). 
Las larvas se entierran en el suelo, donde se establecen y se alimentan tanto de las raicillas 
de la alfalfa como de los nódulos (Fotos 3 y 7). La larva es ápoda. 
Los adultos se alimentan del follaje, dejando marcas características en el borde de las 
hojas con forma de medialuna. En Nueva Zelandia, el daño puede traducirse en la pérdida 
de un 20 a 30 % de la producción de forraje. Sin embargo, las larvas producen el mayor 
perjuicio, llegando a disminuir la producción en un 50% (Goldson, 1984). Los alfalfares 
jóvenes en suelos livianos, según el mismo autor, son los más afectados. En Chile no se ha 
evaluado el nivel de daño, a pesar de que se encuentra distribuido desde la IV hasta la VIII 
regiones. 
120 Alfalfa aBIDDilinlrD!li~ellill_. ___________________________________________________________________________________ _______________ •.•.. ·---·-··-·--·-···-
• Cuntunilla negra de las praderas (Da/oca pallens (Blanchard)}- ·1 
Corresponde al estado larvario de una mariposa nocturna llamada "mariposa fantasma". 
Reviste importancia, en algunos años, en la zona sur del país (X región). Habitualmente el 
daño pasa desapercibido, pero con el correr del tiempo se ha eviden~iado que retrasan y 
reducen el número de rebrotes por planta (Cisternas, 1994). 
Los adultos vuelan entre enero y marzo. La larva, inidalmente de color blanco, se vuelve 
de color negro oliváceo, de ahí el nombre común de la especie. En sus primeros estadías, 
la cuncunilla se localiza sobre el suelo. A medida que crece, construye una galería o 
refugio vertical bajo el suelo, entre o en la base de la corona de la alfalfa (Cisternas, 1994). 
El daño se manifiesta por la pérdida de hojas e, incluso, de brotes tiernos en ataques más 
severos. La larva consume raíces durante el día y follaje durante la noche. Generalmente, 
estos signos comienzan a verse a partir de mayo. 
El control natural de esta mariposa (aves,, insectos, hongos, bacterias y virus) es efectivo, 
pero, en caso de ser sobrepasado, existen numerosas alternativas de control químico, las 
que deben ser evaluadas no sólo con criterio económico, pues afectan el equilibrio natural 
a largo plazo (Cisternas, 1994). . , · -
\. 
• Complejo de Gusanos Cortadores y Cuncunillas 
Agrotis ipsilon (Hufnagel) 
Los adultos miden unos 2,5 cm. Las alas anteriores son grises, con mancbas negras, míen.-
. . ~ . . 
tras que las posteriores son blancas excepto por una franja oscura en la parte superior. Las 
larvas son de color café oscuro _a gris grasoso. La cabeza es café con dos manch~s blancas 
(Hill, 1983). -
La larva se alimen.ta de noche, en el follaje de la planta. El daño más común es el corte de 
las plántulas a ras del suelo y, en ocasiones, consume también raíces. Las praderas recién 
establecidas se ven más perjudicadas .(Martin Kessing y Mau, 1999). 
Debido a que las larvas permanecen en un ambiente muy protegido, cuando se co~trola 
químicamente se debe recurrir a volúmenes altos de agua (1000 L/ha), con el consiguiente 
costo que ello implica. Las aplicaciónes son efectivas sólo contra los primeros estadías de 
·············--------·------·· ·······-···-·····-·--·--·--···-·---··----··---·---·-··---···-····-· Alfalfa •lo !noo ~nlrn Sur de ~ne 121 
las larvas. La aplicación de insecticidas granulados directamente al suelo es el método más 
efectivo de control químico (Hill , 1983). 
Periároma saucia (Hubner) 
Se conoce con el nombre común de cuncunilla veteada. Los adultos son mariposas media­
nas (5 cm). Las alas anteriores son de color castaño terroso con abundantes líneas, bandas 
y manchas más oscuras. La larva tiene una marca característica en el dorso del octavo 
segmento abdominal , con forma de "W" y de color oscuro. También posee una banda 
distintiva en los costados, de color café. (Artigas, 1994). 
El daño producido por la larva de tercer estadía y menores es poco relevante y se circunscribe 
sólo al follaje. En cambio, la larva de cuarto estadía y siguientes consume tanto la parte 
aérea como el cuello y las raíces de la planta, pudiendo producir defoliaciones casi tota­
les. 
El control químico de esta especie se realiza incorporando al suelo insecticidas granulados 
o con aplicaciones de piretroides (Mau y Martin Kessing, 1999). 
Spo,doptera exig1,1a (Hubner) 
Los adu_ltos de esta especie son de meoor tamaño que otros miembros del grupo de los 
gusanos cortadores. Las alas delanteras tienen una leve mancha en el centro, mientras que 
las alas posteriores son más claras y tienen los bordes oscuros. La larva es de color verde 
oliva pálido, con una banda que recorre el dorso y dos bandas laterales más claras. 
El daño se produce por la defoliación de las hojas y por la pérdida de plantas jóvenes. El 
uso de insecticidas a base de B. thuringiensis también ha demostrado ser eficaz (Mau y 
Martin Kessing, 1999). 
• Arañita bimaculada (Tetranychus urticae (Koch)) 
La hembra de la arañita bimaculada se reconoce por su color verde amarillento y por la 
122 Alfalfa ~b lan1 (!iJo lmje llil! __ ·-····-··---------·-··------------------·-·····----··-·--··--·-··-·-·-···----····-·-··-··-···--··--·-·--·--·---···---------·-··· 
presencia de dos manchas oscuras en el dorso. La hembra invern~'nte, "en cambio, es de 
color anaranjado rojizo (González, 1989). 
La ninfa o larva que se origina de los huevos tiene 3 pares de patas, a diferencia del adulto, 
que tiene cuatro (INRA, 1999). Se estima que entre octubre y abril se producen unas 1 O 
generaciones (González, 1989). 
El daño se produce cuando la arañita se alimenta del jugo celular, originando puncturaciones 
en la superficie de la hoja. Como cons·ecuencia de lo anterior, la hoja toma un aspecto 
coriáceo.Además, la presencia de tela interfiere con el desarrollo de la planta, afectando 
sus procesos vitales. La temperatura óptima para su desarrollo es entre 23 a 30 ºC, con una 
humedad relativa menor al 50% (INRA, 1999). 
• Pulga saltona de la alfalfa (Sminthurus viridis L.) 
El cuerpo del adulto es globoso, de color amarillo claro a verde, de 2 mm de largo. La 
cabeza está dirigida hacia abajo. Las hembras depositan los huevos principalmente en la 
base de las plantas. La eclosión se produce entre los 8 y 25 ºC. Un ciclo .se compl~ta en SO 
a 70 días (Wallace, 1968; Artigas, 1994). 
En el campo, la pulga de la alfalfa es detectada fácilmente por su cuerpo globoso y p·orque 
se desplaza a saltos. El daño se manifiesta a nivel foliar, por algunas perforaciones y raspa­
duras causadas por su aparato bucal. El daño se aprecia con mayor intensidad en las hojas 
cercanas al suelo y, a menudo, se confunde con el causado por otros insectos (curculiónidos) 
y babosas (Cisternas y otros, 1990). Las hojas atacadas por la pulga presentan un aspecto 
manchado blanco, a diferencia de las hojas atacadas por arañita, que presentan un aspec­
to opaco (Artigas, 1994). 
Sminthurus viridis es depredado por una amplia gama de insectos y ácaros, entre los que 
se destacan familias de los órdenes Coleoptera, Hemiptera, Dermaptera, Aracnida y Acarina 
(Maglagan, 1932 ; Wallace y Mackerras, 1979). 
-------------------- ----------------------------------------·---- ----------------------------- ------·--------------------- ------------------------------------- Alfalfa enlo !oílO~nlroSurdetlíle 123 
• Pulgón manchado (Therioaphis trifolii (Monell)) 
La especie se caracteriza por ser un pulgón de tamaño pequeño, de 1,5 mm de largo. Su 
coloración es amarillo pálido o café muy claro. Una característica sobresaliente es la 
presencia de seis hileras de manchas oscuras en el abdomen (foto 5) . Los ejemplares pre­
fi eren ubicarse en el envés de J.as hojas, cerca de la nervadura central. En el caso de la 
alfalfa, se les encuentra frecuentemente en los sectores inferiores de los tallos. Los ciclos 
varían entre 5 días en verano hasta 45 días en invierno (Aguilera, 1990). 
El daño en alfalfa se debe, además de la succión de savia, a la inyección de una toxina que 
produce manchas en las hojas, amarillez de los folíolos y posterior caída de éstos. Ade­
más, la producción de mielecilla y la consiguiente aparición de fumagina limitan la foto­
síntesis (Aguilera, 1990; Aguilera y Gerding, 1990). 
Si el nivel de daño económico se ve sobrepasado (cuadro 3), se recomienda realizar cortes 
frecuentes en primavera y verano, eliminar las malezas y fertilizar adecuadamente. Si los 
cortes se real izan en franjas alternadas permiten la mantención de parásitos y depredadores. 
El uso de cultivares résistentes ha sido otra herramienta eficaz, así como el uso de enemi­
gos naturales del orden Hymenoptera (géneros Praon, Trioxys y Aphelinus) . Si la aplica­
ción de un insecticida se hace inevitable, ·debe preferirse aquellos selectivos como 
pirimicarb, endosulfan, oxidemetonmetil, dimetoato, etiofencarb o mevinfos (Aguilera, 
1990), 
Cuadro 3 . Niveles de daño para el pulgón manchado en alfalfa. 
Primavera 
Verana 
Otoño 
Invierno 
No aplicar si el promedio de chi.nitas por redada es igual o mayor a: 
* : 1 ó más adultos para 5 a 1 O pulgones. · 
** : 3 ó má~ larvas para 40 pulgones. 
California, 1981. 
40* 
20** 
50- 70 
20 
124 A/fa/fa ~~~~tliJIS!! fllliL .. _ ... --.. -·--------··-·--.. ·-··-·-·· .. ··--- ..... -----··----·-·-·· .... ·-···--··-··-·-·-···--- ----·-··-··---·-··-··-··-· 
GLOSARIO 
Ápoda 
Cauda 
Coleóptero 
Coriáceo 
Crisálida 
Curculiónidos 
Eclosión 
Élitro 
Entomopatógeno 
Envés 
Escarabeidos 
Estadía 
Estilete 
Floema 
Fumagina 
Castró podo 
Gregario 
Haz 
Mielecilla 
Ninfa 
Nivel de daño económico 
:.'i 
: Sin patas. 
Expansión posterior del abdomen de los pulgones. 
: Insecto perteneciente al orden Coleoptera.(Escarabajo) . 
: Con apariencia de cuero. 
: Pupa de Lepidoptera (mariposas). 
: Insectos pertenecientes a la familia Curculionidae, co­
múnmente llamados gorgojos, burritos o capachitos. 
: Salida de las formas .jóvenes desde los huevos o de los 
adultos de las pupas. 
: Cada una de las alas anteriores de los coleópteros, de 
aparienda dura. 
: Agente que provoca enfermedades en insectos. 
Parte inferior de una hoja. : 
: Insectos pertenecientes a la familia Scarabaeidae, común-· 
mente llamados pololos o sanjuanes. · 
: Cada uno de los períodos de la metaformosi~ de los ·in-
sectos. 
: Aparato bucal picador succio11ador. 
: Tejido conductor de las plantas. 
: Hongo que se desarrolla en la mielecilla secretada por 
los pulgones. 
: Molusco perteneciente a la clase Gastropoda, que agru-
pa a caracoles y babosas. 
: Con tendencia a agruparse. 
: Parte superior de una hoja. 
: Sustancia azucarada producida por los pulgones, que sir­
ve de sustento a la fumagina. 
: Forma joven de un insecto que se caracteriza por su se­
mejanza a) adulto, excepto por la ausencia de alas, su 
menor tamaño y por ser inmadura sexualmente. 
: Aquella población de insectos que provoca una pérdida 
de rendimiento equivalente al costo de controlar la pla­
ga. 
··--·--·-······-··-··-··-·--···-··--- ·- ··-··-···-·-·-·-···-----···-·-···--·····--··-----·-------···--··---···- Alfalfa ~~IOOit511SUl~Clli! 125 
Ovipositor 
Parasitoide 
Parénquima 
Puncturaciones 
Pupa 
Vector 
LITERATURA CITADA 
: Corijunto de estructuras de la hembra que le permite de­
positar los huevos. 
: Aquellos organismos que viven a expensas de otro, oca­
sionándole la muerte. 
: Conjunto de células situadas entre el haz y el envés de la 
hoja, con función fotosintética y almacenadora. 
: Puntuaciones. 
: Estado intermedio entre larva y adulto, caracterizado por 
su escasa movilidad. 
: Insecto transmisor de agentes patógenos (enfermedades) . 
AGUILA, H. 1987. Plagas y enfermedades en la agricultura. En : Aguila, H., Agricultura 
general y especial. Santiago Chile, Editorial Universitaria. pp.: 97-101. 
AGUILERA, A. 1972. Biología de Liriomyza langei Frick (Diptera: Agromyzidae) y evalua­
ción de los parásitos que emergen del puparium. Idesia (Chile) 2: 71-85. 
AGUILERA, P. 1990. Ficha entomológica para la novena región de la Araucanía. Agromyza 
, apfelbecki Strobl. (Diptera: Agromyzidae). Investigación y Progreso Agropecuario Carillanca 
9(4): 47-49. 
AGUILERA, P.; GERDIN~, M. 1990. Plagas de la alfalfa. En: Soto O ., Patricio (ed). 
Seminario Producción de Alfalfa en la zona Centro Sur y Sur. 4-5 Diciembre. Chillán, 
Instituto de Investigaciones Agropecuarias. Serie Quilamapu nº 24: 148-183. 
AGUILERA, A.; CISTERNAS, E.; GERDING, M.; NORAMBUENA, H. 1996. Plagas de las 
praderas. En: Ruiz N., Ignacio (ed) . Praderas para Chile. 2ª.ed. Santiago Chile, Instituto de 
Investigaciones Agropecuarias . pp : 309-339. 
ALL, J. N.; MUSICK, G. J. 1986. Management of vertebrate and invertebrate pest. In: M. 
Sprague, M.; Triplett, G. (eds.) No-tillage and surface-tillage agriculture : the tillage revolution. 
New York, Wiley & Sons pp.: 347-387. 
126 Alfalfa en~~no ~nlrn Sur da ~ílL. .•.• -·-·-·---···--··--···-···-·-··-··-···············--·········-········-·- ···--·---·-········-·-·-··-·········- ··-················---·············-·······. 
APABLAZA, J. 1983. Babosas y caracoles plagas agrícolas más destructivas en años llu­
viosos. El Campesino (Chile) 114 (3): 40-46. 
ARTIGAS, J. N. 1994. Entomología Económica: Insectos de interés Agrícola, Forestal, Médico 
y Veterinario. Concepción, Ediciones Universidad de Concepción. 2 v. 
ARUTA M., C.; CARRILLO LI., R.; GONZÁLEZ M., S. 1974. Determinación para Chile de 
hongos Entomopatógenos del género Entomophthora l. Agrosur (Chile) 2(2): 62-70. · 
BACON, O. 1980. Control integrado de las plagas en semilleros de alfalfa, IDIA (Argenti­
na) nº 391-392: 34-42. 
BARIGGI, C.; MARBLE, V.L.;C. D. ITRIA, C. D.; BRUN. J. M. 1986. Investigación, tecno­
logía y producción de alfalfa. Buenos Aires, Argentina, Colección Científica del INTA 
v.22, 488 p. 
BLACKMAN, R. L.; EASTOP, V. F. 1985. Aphids on the world's crop: an identification 
Guide. New York, John Wiley & Sons. 466 p. 
BREWER, M.; VARAS, L. 1973. Contribución al conocimiento de la sistemática y compor­
tamiento de los gorgojos (Col: Curculionidae) perjudiciales para: la alfalfa. BuenosoA ires, 
Argentina, INTA. Rev. lnv. Agr. Serie 5, Patología Vegetal 10(1): 57-97. 
BUTCHER, M. R. 1984. Vegetable crops pests. In : Scott, R. R. (ed) . New Zealand pest 
t1 
and benefical insects. Lincoln, University College of Agr iculture. pp 93-118. 
CABALLERO, C. 1972. Reconocimiento, bio logía y control de las principales plagas que 
afectan los semilleros de alfalfa y trébol rosado en Chile. Revista Peruana de Entomología 
15 (20 ): 201-214. 
UNIVERSITY OF CALIFORNIA. 1981. lntegrated Pest Management for Alfalfa Hay. 
California, Division Agricultura! Natural Resources. 97 p. 
CERTIFIED ALFALFA SEED COUNCIL INC. 1998. Fall Dormancy and Pest Resistance 
Ratings for Alfalfa Varieties, 1997/ 1998. Davis, California. 1 p. 
···-·--·····-·········- ······-····-····-·······-···-·-·· ············-·······-··---··--·-- ·····-········-·········-···----·-··-··-·-----··········-·- - Alfalfa en' !una ~nlro Sur ~e ~íle 127 
CHAPMAN,K lf. 1984. Pasture Pests. In: Scott, R. R. (ed.) New Zealand Pest and benefical 
lnsects. Canterbury, New Zealand, Lincoln University College of Agriculture. pp.: 119-
142. 
CHARLIN, R. 1975. Identificación de los áfidos de los citrus. Investigación Agrícola (Chi­
le) 1(2): 110-114. 
CISTERNAS, E.; AGUILERA, A;; GERDING, M. 1990. La "pulga saltona de la alfalfa" 
Sminthurus viridis L. (Collembola :Sminthuridae), fitófago detectado en Chile. Agricultura 
Técnica (Chile) 50 (4): 397-399. 
CISTERNAS, E. 1994. Plagas de la Alfalfa en la Décima Región y su control. En :Torres B., 
A.; Bortolameolli S., Giancarlo. Seminario de producción y utilización de Alfalfa en la 
Décim~ Región. Septiembre. Osorno, Instituto de Investigaciones Agropecuarias. Serie 
Remehue nº 54: 67-87. 
CROVETTO, C. 1992. Rastrojos sobre el suelo: una introducción a la Cero Labranza. 
Santiago, Shile, Editorial Universitaria. 301 p. 
EAST, R. 1980. Sampling white-fringed weevil (Graphognatus leucoloma) populations. 
New Zealand Journal Agricultura! Research 23: 581-587. 
EAST, R.; PARR. J. 1977. Chemical control of whitefringed weevil in lucerne. 301
h Proceeding 
New Zealand Weed and Pest Control Conference. 8-1 O August. JohnsonVille, New Zealand. 
pp.: 50-55. 
EAST, R.; WELSH, R. D.; MILLER., C. M. 1975. Control of white-fringed weevil adults with 
insecticides. Proc. 281h New Zealand Weed and Pest Control Conference. 5-7 August. Angus 
lnn, Hastings, New Zealand. pp.:213-216. 
ESPINOZA, S. 1998. Evaluación de la susceptibilidad de babosas (Deroceras reticulatum 
Müller) a nemátodos rhabditidae nati\,'.'OS y su bacteria simbionte. Tesis lng. Agr. Chillán, 
Universidad Adventista. 47 p. 
FORSYTHE, T .. G. 1-992. Control biológico, plagas del campo. Guía de Agricultura y Gana-
dería. Lima, Perú, CEAC. 131 p. 
128 Alfalfa .••lono~Dlto~1~e!Me·. ___________ ...... ·--·······-·······-·--··-··---··········-·······-·······-······-···········-··-···············-·-······-·-······· ··- ···················-·····-·····--····· 
FRANCE, A.; GERDING, M.; CÉSPEDES, C. 1996. lntroductiori:: of R-h;:1smarhabditis 
hermaphrodita (Nematoda : Rhabditida) for slug control in non-tillage crnp system to Chi­
le. Journal of Medical and Applied Malacology 8 (1 ): 73. 
GOLDSON, S. L. 1984. Sitona weevil in lucerne : biology and control. Wellington, New 
Zealand, Farm Production & Practice, Ministry of Agriculture and Fisheries. 2 p. 
GONZÁLEZ, R. 1989. Insectos y Ácaros de importancia agrícola y Cuarentenaria en 
Chile. Santiago Universidad de Chile, Facultad Ciencias Agrarias y Forestales. 310 p. 
GRAÑA, F. 1976. Estudio de la biología y control químico de la polilla del frejol Epinotia 
aporema (Walshingam) (Lepidoptera: Olethreutidae) en alfalfa. Tesis lng. Ejec. Agr. Arica, 
Universidad de Chile. 55 p. 
GROSS, H. R.; HARLAN, D. P. 1975. Evaluation of preventive adulticide treatments for . .. 
control of white-fringed beetles. Journal of Economic Entomology 68 (3): 366-368. 
GUERRERO, J. 1981. Control selectivo de la polilla del frejol (Epinotia aporema Wals .) y 
utilización del método de muestreo secuencial en semilleros de Alfalfa (Medicago sativa 
L.) . Tesis Licen Agr. Santiago, Chile, Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias. Escuela 
de Agronomía. 74 p. 
HENDERSON, C. F.; PAGGET, L. J. 1949. White-fringed beetles. Distribution survey and 
control. CIR, USDA, ARS. Bull. Ent. and Plant Quar. (E-779): 1-19. 
HILL, D.S. 1983. Agrotis ipsilon (Hfn.) . In: Agricultura! lnsect Pests of the Tropics and 
their Control. 2"d ed. London, Cambridge University Press. pp.: 357-358. 
HILL, R. T. 1998. Bluegreen Lucerne Aphid and Pea Aphid Life Cycles. New Zealand, 
Horticulture and Food Research lnstitute. 2 p. 
http://www.hortnet.co.nz./publications/hortfacts/hf401028.htm Accessed 17 /9/99. 
HORTFACT, 1999: http:Uwww.hortnet.eo.nz/publicatioris/hortfacts Accessed 17 /9/99 . 
. -
LANTERi, A. A.; ARAGÓN, J. R. 1994. Dinámica poblacional y métodos de control. En: 
Lanteri, A.A. (ed) . Bases para el control integrado de los gorgojos de la alfalfa. Búencis 
Aires, Argentina, Ediciones La Campana. pp.:57-72. 
·-·--··-···-··-···-·--·-···-·····--·-·-·····-············-·····-····-····-··--··-··········-··---·····-··-··-·-·········-··-·----·-···---·-· Alfalfa enta !Ma ~nlt1Su1demíle 129 
LANTERI, A. A.; DÍAZ, N.; MORRONE, J. 1994. Identificación de las especies. En : Lanteri, 
A.A. (ed). Bases para el control integrado de los gorgojos de la alfalfa. Buenos Aires, 
Argentina, Ediciones La Campana. pp.3-40. 
LATORRE, B. A. 1990. Plagas de hortalizas, manual de manejo integrado. Santiago Chile, 
FAO. 520 p. · 
LOIÁCONO, M.; MARVALDI, A. 1994. Caracteres de los estados inmaduros. En: Lanteri, 
A.A. (ed). Bases para el control integrado de los gorgojos de la alfalfa . Buenos Aires, Argen­
tina, Ediciones La Campana. pp.: 41-48. 
MAGlAGAN, D. 1932. An Ecological study of the Lucerne flea (Sminthurus viridis Linn.) . 
l. Bulletin Entomology Research 23: 101-145. 
MARTIN, K. J. L.; MAU, R. F. L. 1999. Agrotis ipsilon (Hufnagel). Honolulu, University of 
Hawaii at Manoa. 3 p. 
http:Uwww .extento.hawaii.edu/kbase/crop/Type/agrotis.htm 20/09/99. 
MAU, R. F. L.; MARTIN K.J.L. 1999. Peridroma saucia (Hubner). Honolulu, University of 
Hawaii at Manoa. 3 p~ 
http:Uwww.extento.hawaii.edu/kbase/crop/Type/peridrom.htm 20/9/99. 
PARODi, L. 1964. Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería. Buenos Aires, Ar­
gentina, ACME. 775 p. 
PRADO, E. 1991. Artrópodos y sus enemigos naturales asociados a plantas cultivadas en 
Chile. Santiago, Chile, Instituto de Investigaciones Agropecuarias. Serie Boletín Técnico 
nº169 207 p. 
QUIROZ, C. 1983. Control biológico y manejo integrado de plagas. Agricultura Técnica 
(Chile) 43 (2): 73-78. 
RIPA, R. 1981. Presencia de dos nuevos patógenos en Epinotia aporema Wals. Agricultu­
ra Técnica (Chile) 41 (1): 55-56. 
RIPA, R. 1981. La polilla del frejol y alfalfa. Investigación y Progreso Agropecuario La 
Platina nº4: 12: 14. 
130 Alfalfa 911 IDBi ~MIO ~r d! ~~L.--·-------··-···--················--·· -··------------·············-··-·····-······· ··- ·-········-··-··-···· · ········-····--················-······ · ·······-······· ·· ·· ····-
SILBERMAN, R. 1968. Lucha contra insectos y ácaros perjudiciales· a cultivos forrajeros. 
La Pampa, Argentina, Estación Experimental Agropecuaria Anguil. Boletín de Divulgación 
Técnica nº7, 28 p. 
STEVENS, D. 1999. Whitefringed weevil life cycle. New Zealand, Horticulture and Food 
Research lnstitute. 2 p. http:Uwww.hortnet.co.nz/publications/hortfacts/hf401012.htmAccessed 27/9/99. 
TANADA, Y.; KAYA, H. 1993. Nematodes nematomorphs and platyhelminthes. In: Tanada, 
Y.; Kaya, H., Yoshinori. lnsect pathology. New York, Academic Press, lnc., pp . 459-491 . 
WALLACE, M. M. 1968. The ecology of Sminthurus viridis L. (Collembola). 11 Diapause in 
the aestivating egg. Aust. J. Zool. 16: 871-873 . 
WALLACE, M.; MACKERRAS, l. 1979. The Entognathous hexapods. In: CSIRO (ed). The 
lnsects of Australia. Australia, Melbourne, University Press. pp. : 205-216. 
WILSON, M. J.; CLEN~ D.M.; CEORCE, S. K.; PEARCE, J. D.; WILTSHIRE, C. W. 1994. 
Biological control of slugs in winter wheat using the Rhabditid nematode Phasmarhabditis 
hermaphrodita. Annals'Applied Biology 125: 377-390. 
WILSON, M. J.; HUCHES, L. A.; HAMACHER, C. M.; BARAHONA, L. D. 1996. Effect of 
soil incorporation on;Jle efficacy of the Rhabditid nematode, Phasmarhabdita hermaphodi_ta, 
as a biological control agent for slugs. Annals Applied Biology 128: 117-126. 
WOMACK, H.; FRENCH, J.C.; JOHNSON, F. A.; THOMPSON, S. S.; SWANN, C. W. 19.81. 
Peanuts pest management in the Southeast. Athens, The University of Georgia, College of 
Agriculture, Cooperative Extension Servicie. Bulletin nº 850 26 p. 
YORK, A. C.; CYRISCO, Y. C. 1978. Dosage mortality response and field control of adult 
alfalfa snout beetle. Journal of Economic Entomology 71: 783-784. 
ZÚÑICA, E. 1985. Pulgones de arveja y lenteja. Estrategia de control biológico. Investi­
gación y Progreso Agropecuario La Platina. Nº 30: 20-21. 
ZÚÑICA, E. 1985. Ochenta años de control biológico en Chile. Revisión histórica y 
evaluación de los proyectos desarrollados (1903-1983). Agricultura Técnica (Chile) 45 
(2): 175-183. 
-···········-··-······-·············-·--·---·· ·······-··-···-·--····--·····················-··-··--·····-··-·······-···-···-··-·-·-·-·-·----········- Alfalfa eoaloo¡~fillDIM~ellile 131 
ZÚÑIGA, E.; NORAMBUENA, H. 1985. Estrategias de control biológico contra los pulgones 
en arveja y lenteja (Homoptera, Aphididae). Investigación y Progreso Agropecuario 
Carillanca 4(3): 6-7. 
Foto 6.1. Pulgón verde. 
INRA 
Foto 6.2. Colonia de pulgón negro 
(INRA). 
Foto 6.3. Brote sano (derecha) y brote 
afectado por pulgón azul (OSU). 
132 Alfalfa 9i~oo[lliJl!Uld2 1lW! ......... _._ ............ - •. - .. -·····-··-·-············· ·················-······-··-······--·--·-
Foto 6.4. Daño producido por pulgón verde 
(OSU). 
Foto 6.6. Larvas de Sitona consumiendo 
nódulos de alfalfa. 
Foto 6.5. Larvas . de Sito na consu­
miendo raíz de alfalfa (OMAFRA) . 
Foto 6.7_. Galerías produc!d9s por _moscas 
rriinahojas . 
Fóto 6.8. Pulgón manchado 
·········--·-··· ··-·····-········-·······-···--·-·-····-·-·-···-····- -------·-·····---··-··-····-··--··· ...... Alfalfa en lo!ono~nlroSur~e ~íle 133 
134 A/faifa 1121w~mr1 lm~llril!------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuar navegando

Contenido elegido para ti

5 pag.
37 pag.
manejobiorracionalgusanocogollero-maiz

SIN SIGLA

User badge image

Ana yoleida Diaz Dávila

79 pag.
Curso de agricultura orgánica y sustentable

Vicente Riva Palacio

User badge image

Enrique Garcia Reyes