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PRÁCTICA PSICOLÓGICA 001 Diana Cárdenas, M.A Madelin Paulino 1-16-2757 LA SALUD MENTAL EN REPÚBLICA DOMINICANA Se entiende por trastornos mentales comunes los que alcanzan prevalencias más altas, siendo los más importantes los de ansiedad y la depresión. Aunque, en general, se trata de trastornos leves o moderados, sus costes en las economías son enormes, aproximadamente el 50% de todos los costes de la salud mental y entorno a un 2% de producto interior bruto (PIB), debido a diferentes factores: no se les da la debida importancia, pese a que colapsan las consultas, no están bien detectados, un alto porcentaje de casos no recibe tratamiento, los que lo reciben no evolucionan bien (siguen tratamientos de escasa evidencia ,consumen psicofármacos durante años, el tratamiento psicológico es testimonial, pese a ser el tratamiento de elección), etc. Todo ello provoca cronicidad, pese a que existen tratamientos eficaces; aumento de la gravedad y comorbilidad (se acumulan nuevos trastornos); así como discapacidad en personas en edad laboral, con altos costes no sanitarios. La sensación de desesperanza, incertidumbre y desencanto por la vida han sido algunos de los síntomas de la pandemia silenciosa, como califican algunos expertos el impacto que ha tenido la crisis del covid-19 en la salud mental. Esos pensamientos recurrentes hacen que se pierda la capacidad de manejar los impulsos, según la psiquiatra Carmen Ramírez. Sin embargo, existen técnicas para manejar esos impulsos negativos y dolorosos y, así, enfocar la energía en algo positivo que nos impulse a seguir adelante. Ramírez recomienda hablar de forma abierta con seres queridos cercanos, escribir y plasmar esos sentimientos negativos. Según la Organización Panamericana de la Salud, el continente americano experimenta «una crisis de salud mental» durante la pandemia de coronavirus. El teletrabajo, el necesario distanciamiento físico y el confinamiento han elevado los casos de ansiedad, depresión y hasta la cifra de suicidios en algunos países. Según informes de la OMS, en la República Dominicana un 4.7% de la población padece de trastornos depresivos, mientras que un 5.7% sufre de trastornos de ansiedad (OMS, 2017). Estas cifras han aumentado en los últimos 15 años, pero podrían duplicarse en los próximos meses por la pandemia que estamos viviendo, según publicaciones recientes. Además, según este informe, la depresión es ya la primera causa de discapacidad, medida en años vividos con discapacidad (AVD o YLD). Esto representa un reto para los centros y servicios de salud mental de América Latina y el Caribe, que han tenido que adaptarse a la nueva realidad, afrontando una demanda creciente con recursos menguados. En República Dominicana, una investigación desarrollada por el Laboratorio Emociones, Salud y Ciber psicología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra encontró que cuatro de cada 10 dominicanos sufren ataques de ansiedad producto de la pandemia. El 76% de esos pacientes nunca había experimentado este tipo de crisis. Las limitaciones existentes en el sistema de salud mental de la República Dominicana fueron confirmadas mediante los resultados de la aplicación del Instrumento de Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la OMS (IEMS- OMS). La falta de recursos financieros y humanos, deficiencias en la protección de los derechos de salud, la falta de atención a la salud mental y la poca participación de la sociedad civil, entre otras, representaron las principales limitaciones. De igual forma, la escasez de establecimientos con personal debidamente entrenado para abordar los trastornos mentales, la baja importancia brindada por los profesionales de la salud al aspecto psicológico del individuo, los estigmas sociales ante las enfermedades mentales, así como la baja comprensión de la relevancia del trabajo en equipo y la atención escalonada que se requiere para el buen tratamiento de trastornos mentales, son puntos importantes que perjudican la atención de la salud mental en la nación. Todo esto puede provocar que se brinden diagnósticos inadecuados de la enfermedad que presenta el paciente. Por ejemplo, puede que se aborden continuamente sintomatologías a nivel físico sin que se trate la causa psicológica que realmente las está provocando. El diagnóstico y, en consecuencia, la intervención y el tratamiento inadecuados provocan que los pacientes frecuenten más los centros de atención primaria, se realicen pruebas innecesarias, se cronifique y agrave el desorden o enfermedad mental, se incrementen los gastos tanto para el paciente como para el sector de salud, entre otros efectos negativos adicionales. En la actualidad, el sistema social y de salud de la República Dominicana se encuentra aún en una etapa temprana de evolución y no son fácilmente accesibles las técnicas y tecnologías para el tratamiento de trastornos psicológicos. Es por esto por lo que se hace necesario realizar nuevas investigaciones para comprender mejor la forma de abordar eficazmente los trastornos de salud mental en esta región caribeña y que permitan a su vez mejorar las herramientas de salud mental disponibles en la actualidad para la población necesitada. Sin embargo, los proyectos y estudios en los que se han desarrollado e implementado protocolos de tratamiento basados en la evidencia para la salud mental pública nacional son nulos. Los casos de salud mental más comunes en consulta en República Dominicana según expertos son: Ansiedad, Depresión y Estrés.
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