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Didactismo y Arte Literario

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CRITICÓN. 58,1993, pp. 95-102.
Didactismo y arte literario
en el diálogo humanístico del siglo xvi
por Jacqueline FERRERAS
(Universidad de París X)
El tema de este simposio plantea, a mi ver, un problema de fondo que es el siguiente: ¿qué
relaciones mantienen entre sí literatura y didactismo? ¿En qué medida hay compatibilidad entre la
meta literaria y la meta didáctica?
En efecto, la literatura remite a la función artística del lenguaje, es decir de producción poética o
creación por mimesis de una realidad imaginaria, mientras que el didactismo remite a la función de
comunicación del lenguaje, es decir de transmisión de un mensaje acerca de una realidad exterior al
discurso, y en este caso se trata de retórica o, como se dice hoy en el campo de la traductología, de
pragmática.
Parecen oponerse estas dos funciones del lenguaje por cuanto el placer estético producido por la
mimesis estriba en la gratuidad lúdica, en el contrato implícito de irresponsabilidad recíproca entre
autor y lector, mientras que el discurso pragmático y singularmente el didáctico suponen la
conciencia de la más alta responsabilidad por parte de quien ensefla como por parte de quien quiere
aprender.
Pero quizás esta oposición resulte un poco simple por radicalizar las posturas ya que primero
cabe tomar en cuenta la posibilidad de "hibridación" de cualquier texto y en un segundo tiempo (y
desde otro punto de vista) sabido es que el paso del tiempo convierte en "literarios", por el placer
estético que proporcionan, determinados textos pragmáticos cuyo mensaje informativo se ha vuelto
obsoleto, como es el caso de algunos textos científicos, históricos, etc., del pasado1.
Refiriéndome a un género cuya característica conceptual le sitúa aparte en el campo literario, el
del Diálogo Humanístico (D. H.) empezaré por invertir los términos de la propuesta y hablar de:
"Didactismo y arte literario en el.D. H. del siglo XVI". En efecto la "hibridación" caracteriza el
género desde los orígenes2 y me propongo poner de relieve el carácter particular de la interrelación
1 Véase la reflexión conducida por Gérard Genette en Fiction et diction, Paris, Seuil, 1991.
2 Véase M. Ruch: Le proemium philosophique chez Cicerón. Signification et portée pour la genèse et
l'esthétique du dialogue. Faculté des Lettres de Strasbourg, Strasbourg, 1958.
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que mantienen entre sí didactismo y literatura a través del ejemplo que nos brinda el Diálogo del
Doctor Montaña de Monserrate, intitulado:
Coloquio del Illustrísimo señor don Luys Hurtado de Mendoza, Marqués de Mondéjar, con el doctor
Bernatdino Montaña de Monserrate, médico de su magestad acerca del dicho sueño que soñó su
Señoría de la generación, nascimiento y muerte del hombre?
E L A U T O R
Presentaré primero brevemente al autor, del que se sabe más bien poco: Montaña de Monserrate
pertenece al grupo de médicos de Carlos V que ejercen la medicina en Valladolid y que publican su
obra con posterioridad al De humani corporis fabrica de Vesalio4. Sería catalán y habría nacido
hacia 1480. Según lo que él mismo refiere, ejerció fuera de España ("viniendo ya de camino para
España", fol. LXXXIIv) y también en Granada (fol. XXXIX), pero al parecer su vida transcurrió
principalmente en Valladolid, de cuya Universidad fue catedrático y donde dejó descendencia5.
Es de saber, también, que en esta Universidad de Valladolid el médico granadino Alonso
Rodríguez de Guevara dio durante veinte meses un curso anatómico, al parecer en 1550, curso que
conoció un éxito extraordinario por la novedad que suponía enseñar anatomía sobre un cadáver
(Rodríguez de Guevara había estudiado dos años en Italia en una de las universidades donde se daba
enseñanza práctica de la anatomía). Y en el libro que publicaría en Coimbra en 1559 (In pluribus
ex iis quitus Galenas impugnatur ab Andrea Vesalio Bruxelensi in construccione et usu partium
corporis humani, defensio), en el prólogo, entre las personalidades que asistieron a su curso en
Valladolid, este médico cita a "Montaña que a pesar de que tenía ya setenta años, padecía una
rebeldísima gota y, coronado de innumerables laureles médicos, era ajeno a toda vanidad, asistió a
todas mis lecciones sin perder una, haciéndose llevar al efecto en una silla de manos"6. Por su parte
Montaña alude, en el proemio de su libro, publicado en 1551, a la enseñanza innovadora de
Rodríguez de Guevara en la Universidad de Valladolid7.
3 Sebastián Martínez, Valladolid, 1551.
4 Vesalius Andreas: De humani corporis fabrica libro septem, Basilaea - ex officina Ioannis Oporini,
1543.
5 Véase el prólogo de Amalia Sarria Rueda a la edición fac-simile de su obra, Madrid, Ministerio de
Educación y Ciencia, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Instituto Bibliográfico Hispánico,
colección Primeras ediciones, 1973.
6 Véase J. M. López Pinero: Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII.
Barcelona, Labor, 1979, p. 323 y sigs.
7 "Es nuestro consejo quel médico o cirujano... se ejercite en ver hazer anothomía real y verdadera muchas
vezes por incisión de manos, ansí en el cuerpo humano como en algunos otros animales... como en
Francia a Mompiller, en Ytalia a Bolonia, en España a Valladolid, donde agora nuevamente se comiença
a hazer muy artificiosamente... por el Bachiller Rodríguez cirujano...".
DIDACITSMO Y ARTE LITERARIO EN EL DIÁLOGO HUMANÍSTICO 97
LA OBRA
I - La "materialización" de la meta didáctica
Se impone una primera observación en cuanto a la presentación material del texto: el
Coloquio... acerca del sueño que soñó el Marqués de Mondéjar forma parte integrante de un
volumen intitulado Libro de la anothomía del hombre9.
En efecto el título completo de la portada reza lo siguiente:
Libro de la Anothomía del hombre, nuevamente compuesto por el Doctor Bernardino Montaña de
Monserrate médico de su Majestad. Muy util y necessario a los médicos y cirujanos que quieren ser
perfectos en su arte y apazible a los otros hombres discretos que huelgan de saber los secretos de
naturaleza. En el qual libro se trata de la fábrica y compostura del hombre y de la manera como se
engendra y nasce y de las causas porque necessariamente muere. Juntamente con una declaración de un
sueño que soñó el lllustríssimo señor don Luys Hurtado de Mendoça Marqués de Mondéjar. Que está
puesta por remate de este libro. El qual sueño, debaxo de una figura muy graciosa, trata brevemente la
dicha fábrica del hombre, con todo lo demás que en este libro se contiene. Dirigido al señor Marqués.
Luego vienen dos Tablas, una Epístola dedicatoria, un Proemio, el Libro de Anothomía y el
Coloquio acerca del sueño.
1) La primera tabla expone "las cosas principales que se tratan en este libro de anothomía",
repartidas en doce capítulos para la primera parte y dos capítulos para la segunda parte. Esta tabla
ocupa tres folios.
2) A continuación "comienza la tabla del coloquio por orden alfabético" que ocupa cuatro
folios. Es de notar que este orden alfabético obedece a las nociones en torno a las cuales se
organizan las explicaciones: en la "A" se agrupa lo relacionado con el "alma" ("El alma intelectiva
no puede ser principio conjuncto de los movimientos voluntarios - Diferencia entre el ángel
custodio y naturaleza - Las obras que pertenescen a nuestra alma en quanto sensitiva y intelectiva,
o a las dos si se ponen distinctas "), las arterias, la respiración ("La razón porque el ayre quanto
entra mas colado tanto es mas fresco")... en la "C" se refiere al calor natural, y también al
"crecimiento", al "corazón", a la "congoja" y a la "complexión", etc.
Y podemos observar ya que esta ordenación alfabética de los conceptos y nociones se
sobrepone, contrariándolo, al orden temporal (literario) del discurso conversacional.
3) En la Epístola dedicatoria que sigue, después de justificar su obra por la ignorancia en que
están muchos cirujanos, es de notar que Montaña liga expresamente sus dos obras, subrayando la
función mnemotécnica, es decir puramente didáctica,del Coloquio, concebido como una
"recapitulación" del Libro, si bien añade que el Coloquio se dirige también a un público de
curiosos pues trata de otras materias, que son de interés intelectual y no exactamente profesional:
He acordado de escrevir este librito de anothomía en el qual si yo no me engaño, se contiene todo lo
que es necessario acerca de la compostura del cuerpo humano, para el fin y propósito del médico
apartadas y echadas fuera todas las otras cosas inútiles. Y porque haziendo esto me acordé de un sueño
que Vuestra señoría illustríssima soñó, que trata esta materia compendiosamente y por una ñgura muy
8 Sobre la importancia de la presentación material de un texto y su significado véase G. Genette: Seuils,
Paris, Seuil, 1987, Y mi estudio: "El Diálogo humanístico: características del género y su reflejo
tipográfico, algunas observaciones para futuras ediciones" in La edición de textos, actas del Ir Congreso
internacional de hispanistas del Siglo de Oro, London, Tamesis Books limited, 1990.
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graciosa la quai es de muy gran fruto para tener en memoria todo lo más que en este libro se contiene.
Por esta causa acordé de ponelle en fin de esta obra, como recapitulación de toda ella, con una
declaración en la qual se tratan a vueltas de otras cosas algunas materias que puesto que para los
médicos no son necessarias, pero son apazibles a algunos curiosos y amigos de saber. Y pues están
apartadas de lo necessario que pertenesce al médico el que no holgare de leerlas conténtese con lo que
avernos dicho primero en la anothomía. (El subrayado es mío.)
Termina la Epístola recalcando que escribe en romance, por la ignorancia que tienen del latín
"muchos cirujanos y otros hombres discretos" interesados por la materia.
Y por fin la inclusión del suefio justifica que dedique la obra al marqués ("Y pues el sueño de
V.S. da ser y perfección a la obra, suplico a V.S. la resciba por suya...").
4) El Proemio del Libro de anothomía está concebido como una introducción pedagógica que le
permite al autor definir los términos que va a emplear, tales como "anatomía", "templanza"
"complexión", etc.
5) Este Libro...ocupa sesenta y ocho folios (folios V-LXXIII) y le sigue la portada del
Coloquio anunciada de esta manera: "Sigúese un coloquio del Illustríssimo señor don Luys Hurtado
de Mendoça", etc.
6) El Coloquio... ocupa cincuenta y cinco folios, es decir un poco menos de la mitad del
volumen, lo que indica su importancia.
Así las dos obras no sólo están reunidas en un mismo volumen, cosa bastante frecuente en la
época, sino que están presentadas como concebidas juntas para formar un todo inseparable,
obedeciendo a una meta muy precisa: la de enseñar e informar, enseñar a quienes lo necesitan por
razón de su oficio, es decir los cirujanos, e informar a un público curioso constituido por "otros
hombres discretos".
La presentación gráfica de las dos obras es la misma: al margen, según es costumbre en la
época, vienen notas que indican el punto tratado en el correspondiente párrafo o llaman la atención
del lector con un "nota".
El Coloquio...presenta además una serie de subtítulos: los dos primeros enmarcan el relato que
el marqués hace de su sueño, luego otro encabeza lo que constituye la segunda parte del Coloquio,
es decir la conversación entre el médico y el marqués acerca de este sueño y en esta parte se repiten
los subtítulos del tipo: "prosigue la declaración del sueño", que se sobreponen a la conversación
para que el lector visualice un cambio de tema, ya que suelen seguir a un "veamos agora"
pronunciado por el marqués. Estos subtítulos desempeñan la misma función que la palabra
"capítulo" en el Libro...
La prioridad de la meta didáctica es, pues, innegable, apareciendo el Coloquio... como una
prolongación amena del tratado que le precede.
Interesa entonces analizar cuáles son los rasgos formales específicos del Coloquio... y ver de
qué manera incide la forma dialógica - literaria - sobre la materia tratada.
DIDACnSMO Y ARTE LITERARIO EN EL DIÁLOGO HUMANÍSTICO 99
IL El arte literario del Coloquio acerca del sueño...
1 - La boga del sueño y el cuerpo metaforizado: el Libro de Anatomía de Luis
Lobera de Avila
Conocida es la boga de la ficción del sueño en la época9. Pero lo interesante aquí es una
utilización distinta, pues el procedimiento "retórico" se convierte en elemento de la realidad, de una
realidad "histórica" ya que se nos da el sueño como sucedido de veras. Tenemos aquí un
procedimiento típicamente ficcional, por medio del cual se crea o mejor dicho se recrea un
acontecimiento dándole todos los visos de lo real vivido.
Ya en 1542 había salido a luz un Libro de anatomía del conocido doctor Luis Lobera de Avila,
obra con la que presenta similitudes el texto de Montaña y también y sobre todo grandes
diferencias.
En efecto el Libro de Anathomía de Lobera de Avila es un opúsculo de once folios10 en los
cuales un tratado de anatomía en latín enmarca el relato en primera persona de una visión, es decir
un sueño. Lobera de Avila proponía así un tratado en latín para los especialistas acompañado de un
relato cuya metáfora facilitaba la comprensión de los mecanismos fisiológicos. (Podemos notar ya
una primera y doble diferencia entre los dos autores y es que Montaña, si bien recoge este doble
esquema didáctico, lo desarrolla y lo moderniza: el Libro... está escrito en castellano, y el corto
relato en primera persona se ha convertido en un largo diálogo debidamente estructurado).
La visión de Lobera de Avila metaforiza el cuerpo humano, convertido en una torre en la que el
soñador ha visto "mucha compañía de diversas maneras de oficios y condiciones que servían a tres
capitanes los quales guardavan y regían la torre..."11.
Montaña recurre a la misma metáfora arquitectural de una casa habitada como imagen del cuerpo
vivo pero la enriquece notablemente con una descripción mucho más completa (es notable la
riqueza de invención metafórica que establece el paralelismo lexical entre las funciones domésticas
de una casa señorial y las funciones fisiológicas) y la complica hasta darle otra dimensión.
Advertimos sobre todo una complejidad nueva en relación con la obra de su predecesor: no se
trata de una mera descripción estática sino de una visión dinámica que metaforiza esencialmente la
formación del feto ya que el marqués ha soñado con una casa real en la que vio hacerse una
fortaleza, adonde, una vez terminada la obra, vino a vivir una princesa que al cabo de cierto tiempo,
al arruinarse la fortaleza, la abandonó12.
Y termina su relato el marqués diciendo "y creo que al ruydo desperté y despierto no vi nada".
Esta última frase recuerda el final del relato de Lobera de Avila13, pero mientras que en este caso el
propio narrador se da (a sí mismo y al lector) la clave interpretativa de su sueño, empieza la parte
más importante del coloquio de Montaña, la de la conversación entre el médico y el marqués, dando
lugar la interpretación del médico a preguntas "científicas" y filosófico-religiosas por parte del
marqués.
9 Véase M. Aviles: Sueños ficticios y lucha ideológica en el Siglo de Oro, Madrid, Editora nacional,
1981.
10 Editado con el Vergel de sanidad..., Alcalá de Henares, en casa de Joan de Brocar, 1542.
" F o l . I.
1 2 Sobre esta metáfora véase: J. Ferreras, Les Dialogues espagnols du XVIe siècle ou l'expression
littéraire d'une nouvelle conscience, Paris, Didier Erudition, 1985, p. 337.
13 "Vi venir mucha compañía de hombres y mujeres dando voces y grandes gritos y haciendo tan gran
llanto y alarido que desperté del sueño muy espantado..." (fol. Xv).
100 JACQUELINE FERRERAS Criticón, 58, 1993
De esta manera no sólo ofrece Montaña una variante amena y simplificada de la anterior
exposición de conocimientos anatómicos en el Libro de anothomía sino que transforma la materia
expuesta en él al adoptar otro enfoque y centrarse en el mismo fenómeno de la vida. Le aflade así
un contenido nuevo, apareciendo el Coloquio... no solamente comouna simplificación del Li t ro-
sino como una continuación y ampliación del mismo. El sueño del marqués se presta por su
mismo contenido a aparentes digresiones, las cuales en realidad dan lugar a:
1) una exposición de concepciones fisiológicas que completan los conocimientos anatómicos
expuestos en el Libro...,
2) un recuento de las interrogaciones médicas de la época,
3) la critica de algunas opiniones.
La mayor novedad reside evidentemente en la dialogización del discurso.
2 - Las marcas de ficcionalidad
A) "Decorado" y personajes
Escrito en estilo directo, el texto empieza "in medias res": el marqués está solo, recuerda,
admirándose, un extraño sueño y anuncia "Pero aquí viene el doctor Montaña que quiça podrá
entender algo dello...", y saluda con alegría al médico, quien contesta: "Qué es lo que manda
V.S.?" y el marqués le ordena que se siente y escuche. Siguen unas réplicas en que el marqués se
divierte en avivar la curiosidad del médico - es decir la del lector.
A esta "conversación preliminar" que sugiere el lugar de la conversación, situando a los
personajes, según el modelo ciceroniano14, sigue el relato que hace el marqués de su sueño,
interrumpido una sola vez al principio por una reflexión ponderativa del médico: "Y yo desseo ver
en que para este sueño".
La relación social entre los dos personajes es clara, es la de amo-criado en la casa de un Grande,
con la particularidad de que estos dos personajes son reales y vivos: el marqués es el dedicatario de
la obra (lo que confiere su peso de "verdad" al sueño que le recuerda el autor para justificar la
dedicatoria) y el médico es el propio autor. Estas marcas de "realismo" situarían el texto en el
campo de la crónica más que de la ficción (como en muchos de los Diálogos de Cicerón, en los que
los personajes son personajes o bien históricos o bien vivos) según la insistencia del autor sobre la
base real del sueño del dedicatario. En otros Diálogos de la época encontramos parecido artificio,
pretextando el autor poner por escrito lo que inicialmente se presentó de forma oral15.
El lector va a ser, pues, el testigo de una de tantas conversaciones entre don Luys Hurtado de
Mendoza y su médico de cabecera. (El marqués introduce el relato de su sueño aludiendo a la
conversación que tuvo la noche anterior con el médico y más adelante una reflexión del marqués
insistirá en el carácter de costumbre de estas conversaciones al recordar un tratado arábe "del que
avernos platicado muchas vezes", fol. LXXXIIII.)
Esta relación de amo-criado se mantiene a lo largo del texto, dirige la conversación el marqués,
contestando el médico a lo que manda su señor, y agotado el tema el marqués mostrará su
satisfacción de las respuestas del doctor mientras éste hará una declaración de humildad, a modo de
despedida.
Si el principio de la obra sugiere el decorado, "recreando" la atmósfera de la casa de un Grande y
ofreciendo un esbozo de acción con la orden dada por el marqués a su médico, la única relación
14 Véase M. Ruch: Le proemium philosophique...
15 Véase: Les Dialogues espagnols du XVIe siècle..., p. 995 y ss.
DIDACnSMO Y ARTE LITERARIO EN EL DIÁLOGO HUMANÍSTICO 101
literaria entre los dos personajes, es decir la que supone "mimesis", es ésta de la conversación que
sigue, si bien una alusión a la costumbre del trato le confiere más espesor ya que supone, aunque
fugazmente, una intervención del tiempo. Pero cabe añadir en seguida que esta alusión permite
justificar hábilmente el saber del marqués, capaz de citar a autores importantes y de darle la réplica
al médico, de la misma manera que la mimesis del principio sirve para dar entrada a la materia de la
conversación. De la misma manera una sugerencia de tipo teatral hecha por el médico subraya el
carácter "escandaloso" de ciertas afirmaciones hechas por algunos médicos ("Eso Señor es cosa muy
escandalosa, al oydo lo quiero dezir a V.S.", fol. CXIIII).
El marqués interviene en su propio relato con alguna que otra reflexión para comentar su sueño
("muchas cosas las quales bien sé yo que holgárades extremadamente de verlas ansí", "yo os digo
que cuando las soñava...", fol. LXXVv).
De esta manera el marqués, narrador de su sueño, se coloca en posición de espectador de su
visión, como lo es el médico al oírlo, y como lo somos nosotros lectores por identificación,
gracias a un procedimiento narrativo que se aparenta al de las "cajitas chinas".
Acabada la relación de su sueño por el marqués viene, como anunciado al principio, el
comentario explicativo del médico, no sin que éste primero subraye lo ordenado del relato anterior,
insinuando que el marqués ha entendido perfectamente su sueño y acaso quiere poner al médico a
prueba o plantearle algunas dudas. De esta manera al mismo tiempo que éste se comporta como un
perfecto servidor, siempre dispuesto a halagar a su señor, y se mantiene así una apariencia de
relación afectiva entre los personajes, el autor justifica lo que podría aparecer como una
inverosimilitud y anuncia el siguiente desarrollo teórico.
B) Dialogización y dialéctica
La dialogización permite, a partir de la relación dual, la intervención de "voces" ausentes, a
través de la referencia del doctor a "lo que suelen decir los médicos" (retomado inmediatamente por
la pregunta del marqués: "qué dicen los médicos?") (fol. LXXXIII), "lo que los médicos suelen
llamar", su crítica indirecta "no embargante que muchos filósofos tontos han dicho sobre esto mil
bobedades" (fol. LXXXVIIv), o una alusión más precisa a Valladolid": "los sabios en esta facultad
de medicina..." (fol. CVII), etc. Es decir que el diálogo saca la discusión a la plaza pública y da pie
a la introducción de todos los temas que le importan al autor, a partir de las supuestas curiosidades
del marqués y su deseo de entender perfectamente bien las explicaciones de su médico.
C) La mimesis fuente de enriquecimiento conceptual
El médico comenta la metáfora del sueño punto por punto, interrumpiéndole el marqués con
sus "dudas". Así, empieza una discusión en torno al "espíritu animal"/"espiritu vital" a partir de la
aclaración del médico de la metáfora arquitectural (la casa real es el cuerpo de una mujer hermosa,
los tres cuartos que vio el marqués son las tres regiones del cuerpo: cabeza, pecho, vientre) que
según prosigue el médico desemboca en un largo debate en torno al "espíritu genitivo", a petición
del marqués quien antes hizo ya unas preguntas sobre el porqué de la especificidad femenina de la
menstruación. Esta discusión que ocupa tres folios y medio gira sobre nada menos que los orígenes
de la vida, haciendo notar el médico a su interlocutor:
En muy honda materia entra V.S. muchos han trabajado de llegar al cabo desta question y enfin al
cabo hallan que no saben nada della, y paresceme que se puede dezir desta pregunta lo que se dize de la
quadratura del círculo que se puede saber, pero que hasta agora no se ha alcançado, mas pues V.S. lo
manda dire en ello lo que llanamente alcanço... (fol. LXXXII)
102 JACQUELINE FERRERAS Criticón, 58,1993
Seguirá otra discusión en torno a "la materia de que se engendra la criatura", es decir la
participación o no de la simiente femenina en la reproducción. Y otra acerca del mecanismo del
crecimiento. Más adelante debatirán los dos personajes del movimiento del corazón y de los
"movimientos naturales", de los "accidentes del alma", de la respiración, del gusto y de las
"pasiones del estómago", del sueño y de los sueños, etc.
Es decir que mediante la dialogización puede Montaña no solamente completar con nociones
fisiológicas la exposición de conocimientos anatómicos hecha en el Libro que precede, sino hacer
críticas, rebatiendo ideas que considera falsas y, sobre todo, aventurarse a exponer desde el mero
punto de vista de la medicina, como lo reivindica, las teorías del momento acerca de la vida
humana, tocando por una parte a la procreación, y por otra a la vida psíquica.
Montaña de Monserrate hubiera podido completar su libro de anatomía con otro de fisiología,
pero pareceque sólo la ficción literaria del diálogo le permitía abordar las cuestiones inciertas de
manera polémica e intelectualmente estimulante para el lector, cuya reflexión suscita el médico al
insistir, una y otra vez, sobre sus propias incertidumbres, además de dirigirse así a un público
diversificado, según vimos.
Conclusión
¿Cómo se relacionan entre sí literatura y didactismo?
El marco conversacional, "literario" o "ficcional" siempre viene en apoyo de la voluntad
didáctica del autor, como supeditado a ésta, pues no hay elemento Ficcional "gratuito". Así, desde la
óptica de entonces, el texto pertenece a la retórica y no a la ficción. (No sin razón clasificaba
Céspedes los D. H. en la Oratoria16.) La dialogización aparece como un procedimiento que permite
multiplicar los enfoques mediante la polifonía de voces y problematizar la reflexión, para mayor
provecho del lector-alumno.
Sin embargo, desde la óptica de hoy tenemos un punto de vista distinto. Ya no tiene valor el
contenido informativo del texto (sino al modo de una pieza de museo, que da testimonio de los
conocimientos anatómicos de mediados del siglo XVI) y por consiguiente el interés del texto reside
en la calidad expresiva del mismo discurso, lo que Genette llama la "dicción". Y conviene insistir
sobre la "naturalidad" con la que se desarrolla esta conversación sobre tema tan arduo.
Por fin me atrevería a decir que la relación entre didactismo y literatura tal como aparece en la
obra de Montaña de Monserrate es característica de cualquier D. H. si bien hay diferencias
grandísimas, según las obras, en la proporción y adecuación de los elementos ficcionales al
propósito didáctico, diferencias de calidad propiamente literaria.
16 Baltasar de Céspedes: Discurso de las letras humanas llamado el Humanista (1600) publicado por
D. Santos Díaz González, Madrid, Antonio Fernández, 1784: "... la composición de los Diálogos, que
aunque la materia puede ser de muchas cosas pero la forma es de la Oratoria" (fol. 96).
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