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Astronomía y ciencia en la Comedia de Dante. Un ejemplo en Paraíso, II La Comedia de Dante una obra fundamental de la literaria, que inicia en la tierra y recorre en sus pasajes el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. Esta totalidad espacial de la obra también se aplica a la innumerable cantidad de personajes que aparecen en ella, donde el autor ubica a destacados protagonistas de la historia en los distintos círculos de los tres espacios que están más allá de la vida humana. Allí se presentan desde famosos emperadores y filósofos de la antigüedad hasta personalidades contemporáneas al autor; de Homero a los florentinos del siglo XIII. Otra totalidad menos desarrollada 1 es la referida a los distintos campos del conocimiento presentes en la obra. Cierta definición posterior de la Comedia como “la gran obra literaria del cristianismo” obtura para lectores contemporáneos el estilo literario de Dante, que incluye en su Comedia una variedad de temáticas literarias, religiosas, sociales, de conocimiento y científicas. En este caso nos interesa destacar la presencia de elementos científicos en la obra. Era habitual en la intelectualidad de la época (Dante nació en la pujante ciudad de Florencia en 1265 y falleció en 1321) la circulación de diversos tratados, varios de los cuales provenían de Arabia y -a través de ellos- de Grecia, la India, Persia y otras regiones. Así se encontraban, por ejemplo, los textos médicos de Galeno en versión de Avicena (Ibn Sina). Es destacable en ese sentido que Avicena traslada el conocimiento médico en forma de un largo poema. La filosofía de Aristóteles volvía de la mano del citado Avicena y del ‘Comentador’ Averroes (Ibn Rosch). También la política, desde la República de Platón y sus traducciones y comentarios. Dante no era ajeno a todos estos movimientos. De entre las ciencias físicas, la astronomía tenía un gran desarrollo y gran importancia en las cortes, eje del poder económico y comercial de los reinos y las ciudades-Estado. La forma circular de la Tierra ya era conocida en Europa a través de Al-Andalus (actual España). Las cartas de navegación y de constelaciones estelares eran fundamentales para el comercio, tanto por tierra como por agua, incluidas las famosas rutas hacia y desde Asia. De esta manera, la astronomía tenía una profunda raíz práctica y basada en la experiencia. 1 Tomando totalidad en el sentido de un conjunto de elementos dentro de una categoría. A su vez, la astronomía está integrada con la astrología, que le da gran importancia a la ubicación de estrellas y planetas en el destino de las personas. Alfonso X, el Sabio, había realizado sus propias cartas astrales. La anexión de la astrología a la astronomía no tenía un carácter “alternativo” o esotérico, como podría analizarse anacrónicamente desde la actualidad, sino que tenía un basamento filosófico-teológico. Una parte de los filósofos, intelectuales y los monarcas que se interesaban en ello (como el caso referido de Alfonso X o Federico II) tenían una concepción del mundo que se asentaba en el aristotelismo y su desarrollo del primero motor inmóvil 2 . Esta entendía al cielo (la Vía Láctea), la Tierra y la humanidad como esferas de una misma creación y relacionadas entre sí. Desde esta concepción, es una idea lógica que una esfera superior (las estrellas) influya de manera importante sobre la vida humana. Todo este desarrollo está presente en la Comedia, (rebautizada Divina por Boccaccio). Dante, il sommo poeta, es quizás el punto más alto de una época histórica – social y literaria. Su obra abreva en el pasado (su guía es Virgilio, el gran poeta romano) y a la vez le da una dimensión aún más alta, al incluirlos en el viaje al Paraíso 3 . Podría pensarse que estos elementos están “escondidos” en la obra, famosa por dar pie las múltiples lecturas (Dante abreva de una concepción literatura de cuatro niveles, de lo literal a lo místico o anagógico). Sin embargo, estos elementos literarios, históricos, sociales y científicos están presentes en todos los niveles de lectura, incluyendo los literales y metafóricos. Tomaremos como ejemplo el intercambio entre Dante y Beatriz sobre astronomía que se produce en el segundo canto del Paraíso. 2 Estos conceptos pueden leerse en la segunda parte del desarrollo de la filosofía de Averroes en https://www.academia.edu/89415134/E_Renan_Averroes_y_el_Averroismo_1892_El_rescate_ de_un_filosofo_fundamental 3 Cuando hablamos de la obra de Dante, no sólo esta la (Divina) Comedia, sino también la Vita Nova, un poema místico – amoroso; el De vulgari eloquentia , un tratado sobre la lengua vernácula (no latina, usada por el pueblo) en latín; y De la Monarquía, un tratado político de avanzada que defendía cierta autonomía de la política que representaban los príncipes frente a la poderosa influencia vaticana. Paraíso, II El canto comienza con una referencia a los lectores que siguen el texto con una metáfora de navegación náutica: Oh vosotros que en una barquichuela 1 deseosos de oír, seguís mi leño 2 que cantando navega hacia otras playas, 3 volved a contemplar vuestras riberas: no os echéis al océano que acaso si me perdéis, estaríais perdidos. 6 No fue surcada el agua que atravieso; Minerva sopla, y condúceme Apolo y nueve musas la Osa me señalan. 9 Vosotros, los que, pocos, os alzasteis al angélico pan tempranamente del cual aquí se vive sin saciarse, 12 podéis hacer entrar vuestro navío en alto mar, si seguís tras mi estela antes de que otra vez se calme el agua. 15 Dante advierte que no debe “no echarse a la mar” sin un elemento que los guíe. En la navegación, estos elementos eran –como mencionamos antes- el mapa de estrellas, junto con las cartas marítimas y, en muchos casos, el astrolabio. Para los lectores de la Comedia es el mismo protagonista como un primus inter pares, ya que “no fue surcada el agua que atravieso” 4 . Minerva, diosa grecolatina sopla los vientos, y Apolo, la luz, lo conduce. Su camino se lo marcan nueve musas que le señalan la Osa (la presencia del número nueve también es importante). La Osa es una constelación fundamental para la navegación. Luego se menciona a Beatriz, con una referencia a Dios: “que al primer astro nos condujo”. Para la astronomía de la época, la Luna: 4 Traducción de Martínez de Merlo. Beatriz arriba, y yo hacia ella miraba; y acaso en tanto en cuanto un dardo es puesto y vuela disparándose del arco, 24 (…) vuelta hacia mí tan dulce como hermosa, «Dirige a Dios la mente agradecida -dijo- que al primer astro nos condujo.» 30 Las manchas de la Luna Mas decidme: ¿qué son las manchas negras de este cuerpo, que a algunos en la tierra hacen contar patrañas de Caín?» 51 Rió ligeramente, y «Si no acierta -me dijo- la opinión de los mortales donde no abre la llave del sentido, 54 punzarte no debieran ya las flechas del asombro, pues sabes la torpeza con que va la razón tras los sentidos. 57 Mas dime lo que opinas por ti mismo.» Y yo: «Lo que aparece diferente, cuerpos densos y raros lo producen.» 60 Y ella: «En verdad verás que lo que piensas se apoya en el error, si bien escuchas el argumento que diré en su contra. 63 La esfera octava os muestra muchas luces, 64 las cuales en el cómo y en el cuánto pueden verse de aspectos diferentes. 66 Si lo raro y lo denso hicieran esto, 67 un poder semejante habría en todas, en desiguales formas repartido. 69 Deben ser fruto las distintas fuerzas 70 de principios formales diferentes, que,salvo uno, en tu opinión destruyes. 72 Las “manchas negras” de la Luna, mencionadas al principio de este extracto, han sido motivo de debate científico a lo largo de la historia y tuvieron distintas respuestas hasta la aparición de los telescopios. En De la Tierra a la Luna, Julio Verne hace una larga e interesante digresión sobre las estas 5 . La respuesta que Dante pone en boca de Beatriz es sumamente interesante. Ella señala la dependencia del conocimiento de los mortales a sus sentidos, la “la llave del sentido”. La sentencia es categórica: “pues sabes la torpeza / con que va la razón tras los sentidos”. Beatriz luego hace referencia a la octava esfera, que “os muestra muchas luces / las cuales en el cómo y en el cuánto / pueden verse de aspectos diferentes”. Es decir, que un mismo elemento puede ser la causa de distintos elementos, cuyas luces pueden verse de distinta manera (siguiendo 5 ‘De Julio Verne a la Luna’, en https://cafeletrasyartes.wordpress.com/2020/12/24/de-julio- verne-a-la-luna/ con el ejemplo de la Luna, hoy podríamos decir que la misma Luna nos muestra distintas caras de sí misma). En este fragmento, entonces, no sólo nos encontramos con una discusión sobre las manchas de la Luna y sus causas, sino con las posibles maneras de conocer y sobre todo un debate fundamental sobre como se organiza ese conocimiento. Beatriz contrapone un ejemplo de un concepto a la respuesta que le había dado Dante, “Lo que aparece diferente,/ cuerpos densos y raros lo producen “que se basa en un concepto teórico lógico. Pruebas a través de la experiencia Para convencer por completo a Dante, Beatriz recurre a dos argumentos. En primer lugar un concepto físico – teórico: la comparación de cómo traspasa la luz a través cuerpos con distintas densidades. En segundo, le propone un experimento científico que implica el uso de espejos y una luz de referencia (la óptica había tenido un gran desarrollo en Arabia y se había extendido a Europa; Umberto Eco da cuenta de ello con los anteojos de Guillermo de Borges en El nombre de la rosa). Nótese la intención pedagógica en las palabras de Beatriz en los versos 109-111. De esta objeción pudiera liberarte la experiencia, si alguna vez lo pruebas, que es la fuente en que manan vuestras artes. 96 Coloca tres espejos; dos que disten de ti lo mismo, y otro, más lejano, que entre los dos encuentre tu mirada. 99 Vuelto hacia ellos, haz que tras tu espalda te pongan una luz que los alumbre y vuelva a ti de todos reflejada. 102 Aunque el tamaño de las más distantes pueda ser más pequeño, notarás que de la misma forma resplandece. 105 Ahora, como a los golpes de los rayos se desnuda la tierra de la nieve y del color y del frío de antes, 108 al quedar de igual forma tu intelecto, de una luz tan vivaz quiero llenarle, que en ti relumbrará cuando la veas. 111 Divinidad – Paraíso - Cielo En los últimos versos de este canto, Beatriz continúa explicando diferentes cuestiones a Dante, particularmente la organización del Paraíso en círculos, similar a los círculos o esferas del Cielo, como señalamos más arriba. La comparación llega al ser humano cuando la explicación se extiende a los órganos del cuerpo: “Así van estos órganos del mundo / como ya puedes ver, de grado en grado, / que dan abajo lo que arriba toman”. Cada elemento inferior del esquema toma elementos del superior, auque no con la misma perfección. Beatriz refiere a los movimientos en el Paraíso causados por “motores santos” en el verso 129, una referencia nuevamente a Aristóteles. Dentro del cielo de la paz divina 112 un cuerpo gira en cuyo poderío se halla el ser de las cosas que contiene. 114 El siguiente, que tiene tantas luces, 115 parte el ser en esencias diferentes, contenidas en él, mas de él distintas. 117 Los círculos restantes de otras formas 118 la distinción que tienen dentro de ellos disponen a sus fines y simientes. 120 Así van estos órganos del mundo como ya puedes ver, de grado en grado, que dan abajo lo que arriba toman. 123 Observa atento ahora cómo paso de aquí hacia la verdad que deseabas, para que sepas luego seguir solo. 126 Los giros e influencias de los cielos, cual del herrero el arte del martillo, 128 deben venir de los motores santos; 129 y el cielo al que embellecen tantas luces, 130 de la mente profunda que lo mueve toma la imagen y la imprime en ellas. 132 Y como el alma llena vuestro polvo 133 por diferentes miembros, conformados al ejercicio de potencias varias, 135 así la inteligencia en las estrellas despliega su bondad multiplicada, y sobre su unidad va dando vueltas. 138 Cada virtud se liga a su manera con el precioso cuerpo al que da el ser, y en él se anuda, igual que vuestra vida. 141 Por la feliz natura de que brota, mezclada con los cuerpos la virtud brilla cual la alegría en las pupilas. 144 Esto produce aquellas diferencias 145 de la luz, no lo raro ni lo denso: y es el formal principio que produce, 147 conforme a su bondad, lo turbio o claro.» 148 Pablo Testa Noviembre 2022