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m A Lorenz, descubridor de la psicología animal, ha muerto Jesús Liona Larrauri N OS vamos a permitir, amable lector de esta columna ha- bitualmenle gastronómico-alímentaría, por una vez dedicar nuestra atención a algo que llevamos dentro, que forma parte de nuestro comportamiento como hombre, y es el amor a los animales. Porque señores, ha muerto un sabio que inundó el mundo de cariño y comprensión hacia estos seres queridos, ha muerto Konrad Lorenz al que siempre leíamos con deleite y del que aprendimos cosas del comportamiento huma no. ¿Quién fue Lorenz? Nació en Viena el 7 de noviembre de 1903, y dejó de existir el 28 de febrero pasado, a los 85 años. Zoólogo y psicólogo, fue Premio Nobel de Medicina y Psico logía en 1973, premio que compartió con su compatriota KarI von Frisch y ei holandés Nikolas Tinbergen. Lorenz destinó el dinero del galardón a la construcción de un inmenso acuario en su parque de Altenberg, cerca de Viena, donde ha muerto, lle no de peces, aves y otros animales, porque, según dijo, el hom bre debe vivir en su medio natural y el amor es el mejor antí doto contra la agresividad. Bajo la orientación de su padre, Lorenz estudió Medicina en Viena, y después de doctorarse en 1928 se doctoró también en Ciencias y Letras en 1933, pasó a ser profesor de anatomía com parada y psicología animal, hasta que fue titular de la cátedra de Psicología en la Universidad de Koenigsberg. En 1949 fun dó ei instituto Max Plañe, de la República Federal Alemana hasta 1973 en que se retiró. Desde hace algunos años, Lorenz, especialista en etología — la ciencia que compara el comporta miento animal y el humano— vivía rodeado de los animales que llamaron la atención científica durante toda su vida. Era cono cido por sus extraordinarios trabajos originales sobre el com portamiento de los animales y de los humanos hasta ser consi derado com o el descubridor de la psicología animal y promo tor y fundador de la Escuela de Etología Positiva. Escribió más de 200 obras, entre ellas algunas bellísimas co mo «El anillo del rey Salomón», un gozo porque se unen el ca riño de las conductas animales y del hombre, «Decadencia de lo humano», «Los ocho pecados capitales de nuestra civiliza ción», y uno de sus últimos libros, también muy interesante, fue «Los fundamentos de la etología», publicado en 1984. Es cribió un artículo (1977), titulado «Los niños de la infancia, he cha toda de instintos, parece estar muy próximo al mundo de ios animales. Los padres se interrogan: la cohabitación de los niños y de los animales ¿es buena? Con algunas matizaciones, puede decirse que sí», escribió Lorenz. «Una condición, de to dos m odos, que ellos conocen muy rápidamente es que un ani mal no es un juguete que se coge, se maltrata y se arroja a su antojo. Ellos deben saber que poseer un animal es para lo me jor y lo peor, que hay que alimentarle todos los días, domingos y vacaciones también, que el animal tiene necesidad de cuida dos y de afecto. Porque las bestias, como los niñitos, tienen ne cesidad de ternura». También decía que «lo más probable es i^ue el niño descubra la alegría más completa junto a su perro. Del perro, el niño va a aprender muchos comportamientos. Pri meramente, la obediencia; después, el arte del mando que re clama una gran paciencia y una buena dosis de indulgencia». Lorenz se mostraba, por el contrario, menos partidario de los gatos, porque decía «entre un gato y un niño todo sucede den tro de diferentes niveles. Su majestad el gato no admite amo. Mal jugador, no le gustan mucho las impertinencias y lanza con facilidad arañazos vengativos. La amistad del gato es una difí cil conquista que requiere gran lujo de precauciones. Los lazos que unen a animales y niños deben, por fuerza, impresionar a todos aquellos que se dedican a la instrucción de los niños. En Estados Unidos, decía Lorenz, los anímales Juegan una función más completa que en Europa. La información sexual llega a tra vés e ellos; la mayoría de los mamíferos tienen órganos genita les muy obvios que los niños notan. Los últimos años, Lorenz se había declarado defensor del medio ambiente encabezando el movimiento ecologista de su país. El perro, como el hombre, necesita un espacio para vivir, de cimos nosotros. Y, sobre todo, un perro necesita comprensión, cariño y autoridad lógica. Para muchos habitantes de las urbes el perro es un basurero con patas. No están acostumbrados a que las cosas les cuesten esfuerzo en forma de paciencia, com prensión, dedicación. Sustituyen eso por dinero: si han pagado por un perro o un gato, un canario o un loro, exigen que fun cione de acuerdo con su comodidad y sus necesidades, y si no lo consiguen a la primera, montan en cólera y se sienten de fraudados. Así, aparecen los perros callejeros, muchas veces a la salida de las ciudades, al borde de las carreteras, muertos, aplastados, que responden a un patrón: sin raza, sin amo, jo ven y asustado. Si con frecuencia demostramos no querer al prójimo, ¿vamos a querer a nuestros amigos los animales? Lo renz creó un corpus científico que pretende llegar a las bases biológicas de la conducta social, no humana y humana. La eto logía, que muchas personas practican y muchos profesionales viven en su quehacer diario. La guerra de las hormonas La carne de vacuno obtenida m ediante ia utilización de horm onas está siendo el centro de una denom inada guerra co mercial entre EE . U U . y la C om unidad E conóm ica Europea. El origen de esta guerra se halla en la directiva com uni taria adoptada el 31 de diciem bre de 1985 (85 /649) y que entró en vigor en P aco Dehesa El DES: De gran descubrimiento a prohibido La prim era sustancia de carác ter horm onal utilizada a gran es c a la fue el D ie ti le s ti lb o e s tro l (D ES), que se usó en un principio p ara m ejo rar la producción de carne de pollo y posteriorm ente en el bovino. El descubrim iento lle gó a ser defin ido com o «el m ayor adelan to conseguido en la p roduc ción de carne de bovino en el pre- -sente siglo». Su uso , hoy en día, está p roh ib ido , pero se supone que todavía se encuentra en el m ercado negro. Sustancias tireostáticas, carnes que gotean Son sustancias que incorpora das al pienso provocan una m ayor retención de agua por parte del m úsculo. Su utilización llegó a es- ta r muy generalizada en el E stado español y tras su prohibición en 1977 se ha producido una p rogre siva dism inución de su uso, de tal m anera que, en este m om ento , no se puede considerar significativo y lim itado a algún tipo de explota ción m uy concreto. Las carnes procedentes de ani males tra tados con tireostáticos tienen un color más claro y pre sentan una m ayor exudación de b ido al m ayor porcentaje de agua del m úsculo. Sin em bargo, la gran aceptación de las carnes rosadas y blancas por parte del consum idor español facilitó el que estas carnes se in trodu jeran en el m ercado. Desde el pun to de vista sanita rio , la utilización de tireostáticos no supone ningún riesgo, pero la carne así obtenida es de inferior calidad y en realidad debe .ser con siderada fraudulenta. Las hormonas, objeto de la actual guerra comercial C inco horm onas siguen au to ri zadas en USA para su utilización con fines zootécnicos. Se han u ti lizado legalm ente en E uropa has ta el año 1988. Su prohibición ha sido acom pañada por una dura polém ica, en la que la industria farm acéutica, la A dm inistración am ericana y los defensores de su enero de 1988, tras la adaptación de las legislaciones de los distintos estados co m unitarios. Según ella , se prohíbe la utilización de cinco horm onas, hasta entonces autorizadas, com o anaboli- zantes; es decir, con el objeto de m ejo rar los resultados en el engorde de ani m ales de abasto. uso, en general, argum entan lo siguiente: a) La prohibición se ha basado en criterios políticos. b) Estas 5 horm onas sonino fensivas y deberían ser utilizadas. c) La prohibición va a favore cer el tráfico de sustancias ile gales. d) La carne horm onada es de m ejor calidad y menos grasa. e) Pérdida de productividad de las explotaciones ganaderas. A diferencia de lo que ocurría con los tireostáticos, la influencia negativa en la calidad de la carne es m enos evidente, y en algún ca so , positiva, si creemos los argu m entos de sus defensores. N o parece claro que los resi duos que dejan estas 5 horm onas supongan riesgo para la salud. Sin em bargo , su autorización podría facilitar la utilización solapada de o tras sustancias cuyos residuos sí pueden resultar peligrosos para los consum idores. El control de los residuos en las carnes Los consum idores identifican no rm alm en te carne horm onada con carne que exuda abundan te lí qu ido . Esto es cierto en el caso de los tireostáticos, pero no tan cier to en el caso de las horm onas ú l tim am ente prohibidas. E scánda los com o el del pasado verano en A lem ania, con miles de cabezas decom isadas antes del sacrificio, dem uestran que el con tro l en eí m atadero de estas carnes es difí cil. Los estados m iem bros de la C om unidad tra tan de poner en m arch a las com plejas técnicas analíticas que permiten garantizar el cum plim iento de la prohibición. La situación en nuestro mercado Se puede afirm ar que la p ro porción de carnes horm onadas en el m ercado vasco y b ilbaíno ha si d o pequeña por las siguientes ra zones: a) N uestros ganaderos no las han u tilizado dado que en los sis tem as de producción tradicionales no ap o rtan ventajas apreciables para el ganadero . b) La dem anda de carnes ro jas (de buey o vacuno mayor^ es m u cho m ás elevada en nuestra com u nidad au tónom a que en o tras zo nas del Estado. c) El con tro l de p roducto s ti reostáticos en el m atadero de Bil bao y o tros m ataderos vascos ha sido especialm ente severo. ¿Un futuro sin hormonas en la producción animal? La prohibición p o r los E stados de la C E E del uso de las horm o nas anabolizantes puede conside rarse un éxito de los consum ido res europeos, cuyos intereses han prevalecido sobre o tros intereses de tipo económico. Sin em bargo, la industria fa r m acológica m undial d ispone, en estos m om entos, de o tros produc tos quím icos capaces de m ejorar los rendim ientos en la producción de leche y carne y cuya com ercia lización puede ser au to rizada en un fu turo .
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