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Los grandes temas de la Astronomía JULIETA FIERRO GOSSMAN1 – SEBASTIAN MUSSO2 Los autores de este texto se dedican a la astronomía, nos apasiona nuestra profesión. En la definición del Diccionario de la Lengua Española, lo que antes era el Diccionario de la Real Academia Español - hasta que el resto de las Academias influyeran de manera decidida en sus contenidos - se define la voz astronomía como la “ciencia que trata de los astros, de su movimiento y de las leyes que lo rigen”. Esa definición proviene de las voces latinas que significan nombrar a los astros. Durante siglos no se conocían las características físicas de los cuerpos celestes, sólo sus posiciones y su aspecto. La astronomía moderna es la astrofísica, que pretende analizar la naturaleza de los astros empleando otras ciencias en particular la física. En general los astrónomos aficionados disfrutan más de observar a los cuerpos celestes y disfrutar su belleza y no se adentran en la ciencia que rige su evolución. Christian Huygens (1629- 1695) decía que para él, la astronomía era: “La Luna, el cometa Halley, la vida en Marte y los anillos de Saturno”. Aunque Galileo descubrió los anillos de Saturno, Huygens fue la primera persona en analizarlos con un telescopio de mejor calidad que los anteriores. Huygens pensaba que la astronomía era describir las características de los astros. Aun con sus telescopios las estrellas parecían puntos de luz, debido a su enorme distancia. En la década del ´90, Carmen del Puerto del Instituto Astrofísico de Canarias estudiaba los términos astronómicos más habituales en los diarios españoles, preguntados los propios periodistas estos concluyeron que Big Bang (un 42%), seguido por Universo (26%), agujero negro (21%), galaxia (16%) y Hubble (5%). Estos resultados difieren un poco de la investigación de del Puerto que en un seguimiento del diario El País entre 1976 y 1995, sobre 42 términos astronómicos, el término indiscutible era Hubble, seguido de galaxia; Universo ocupaba la sexta posición, agujero negro la duodécima y Big Bang la decimoquinta. Hoy vivimos en una época de la humanidad cuando la exploración espacial tripulada es noticia cotidiana, quizás, como lo fue en las décadas de los ´50 y ´60 del siglo pasado. Hoy nos enteramos por los medios masivos sobre las constantes tripulaciones que vienen y van a la Estación Espacial Internacional, sabemos inminentes programas espaciales tripulados a la Luna para los próximos años y otros a Marte, para, tal vez, la próxima década. Las vocaciones de niños y adolescentes de ser astronautas siguen siendo de difícil concreción pero ya no tan descabelladas como sonarían en un pasado. Los exoplanetas ocupan un porcentaje importante en las noticias relacionadas a la astronomía en todos los medios de comunicación actual. Desde el descubrimiento del primero, en 1991; el segundo, en 1995; hoy la cuenta da más de 4 000 planetas girando alrededor de estrellas diferentes al Sol. Literalmente, hoy en promedio… ¡se descubre más de un planeta por día! Para la astronomía, el descubrimiento de planetas fuera del sistema solar fue un evento extraordinario. Su importancia radica no sólo en poder comparar nuestro sistema con otros, sino para iniciar la búsqueda de planetas con agua. El agua es el medio ideal para el intercambio de sustancias y el desarrollo de la vida. Las comparaciones son útiles para poner en perspectiva los objetos. Por ejemplo, entender cómo ocurre el calentamiento global en otros lados, o la formación de montañas nos ayuda a entender la Tierra. Si observamos miles de sistemas solares podemos comprender cómo se forman, evolucionan, crean vida o desaparecen. Para hallar planetas que giran en torno a otras estrellas se han empleado métodos indirectos. Podemos suponer, en una primera aproximación, que una estrella se mueve en línea recta. Si tuviera uno o varios cuerpos masivos girando alrededor suyo, la atraerían primero en una dirección y después en otra; en consecuencia, su trayectoria en lugar de ser recta tendría bucles. Y precisamente durante los últimos años se han descubierto centenares de estrellas con variaciones de dirección (vaivenes), lo cual permite conjeturar que tienen compañeros muy débiles: algunas estrellas u otros planetas. Sabemos que los grandes planetas del sistema solar poseen decenas de lunas, algunas con agua (como Europa y Calixto de Júpiter), y otras con atmósfera como Titán, de Saturno. Los nuevos exoplanetas recién descubiertos también podrían tener satélites sorprendentes aun cuando sean demasiado débiles para ser fotografiados. Como adivinarán nuestros lectores, el gran interés que se ha puesto en descubrir planetas con atmósfera, hielo o agua, se debe a lo interesante que sería encontrar vida fuera de la Tierra, sobre todo si fuera inteligente. Hasta la fecha no se ha descubierto ninguna estructura compleja de moléculas similar al ADN en ningún exoplaneta. Durante los últimos años la definición de planeta se ha enriquecido, no sólo existen planetas que giran alrededor de otras estrellas, sino que se han descubierto mundos sin estrellas. Es decir astros tipo Júpiter que se trasladan en torno del centro de la Galaxia como si fueran estrellas, tal vez acompañados de anillos y satélites. El descubrimiento de planetas extrasolares es un ejemplo de cómo la ciencia avanza. En este caso los investigadores supusieron que podría haber planetas fuera del sistema solar. Además, sabían que contaban con la tecnología para observar el pequeño cambio en las velocidades de la estrella a la que pertenece el planeta, y finalmente publicaron los resultados para que la comunidad los analizara, los reprodujera y opinara. En este siglo se construyó el telescopio espacial Kepler, para estudiar los tránsitos de los exoplanetas cuando pasan delante de su estrella. Al hacerlo absorben parte de su luz. Dependiendo de la cantidad de luz que absorben se puede estimar su tamaño, así como determinar si tienen anillos. ¡Existe un súper Saturno 200 veces más grande que el nuestro! La luz que absorben los mundos extrasolares también indica si tienen atmósfera y de qué está compuesta. Al inicio se buscaron exoplanetas en torno de estrellas brillantes, porque es más sencillo analizar astros muy luminosos que débiles. Sin embargo, poco a poco se fueron descubriendo planetas con agua alrededor de las estrellas más pequeñas, las enanas rojas. Estas estrellas viven mucho más que el Sol, si tuvieran planetas con vida ésta tendría más tiempo para evolucionar y ser capaz de desarrollar una civilización. Las estrellas enanas rojas son mucho más abundantes que el resto; a la naturaleza le es más sencillo formar objetos pequeños que grandes, pues se requiere menos materia. Existen millones de enanas rojas cercanas a la Tierra. Se están construyendo telescopios especiales para analizarlas y descubrir si tienen compañeras. Nombramos ya al Telescopio Espacial Kepler y es muy conocido el Hubble. Vivimos en una época donde los telescopios espaciales son grandes protagonistas de los descubrimientos más apasionantes de la astronomía. Telescopios infrarrojos que miden “el calor” que emiten los objetos celestes; telescopios de rayos x que “le sacan radiografías” a las galaxias; otros ultravioletas, todos develando un universo invisible a nuestros ojos pero quizás aún más revolucionario que el que pudo mostrarnos Galileo con su telescopio hace poco más de 400 años. Por supuesto los agujeros negros son un tema especialmente tratado en los medios, en los documentales, y muy presente en ciclos de conferencias y cursos de divulgación científica. Más aún con el gran logro de 2019 de fotografiar a uno de ellos, por primera vez en la historia. Existen temas de actualidad, acaparan la atención. Como los eclipses. El 02 de julio de 2019 un eclipse total de sol fue visible desde Argentina y Chile y esos dospaíses volverán a ser los beneficiarios del mismo espectáculo magnífico de la naturaleza el 14 de diciembre de 2020. La Tierra produce siempre una sombra; esta se proyecta del lado opuesto donde se encuentra el Sol, el lado de la noche terrestre. Cuando ocurre un eclipse de Luna, nuestro satélite pasa por la sombra de la Tierra y así podemos adivinar su forma. Resulta que la sombra que proyecta la Tierra sobre la Luna es siempre un círculo, y el único objeto que invariablemente genera una sombra circular es una esfera. Así que desde la antigüedad los pueblos de Asia Menor sabían que la Tierra es redonda. El Sol y la Luna salen por el este y se ponen por el oeste. La trayectoria aparente del Sol se llama eclíptica, porque allí ocurren los eclipses (en realidad la Tierra es la que se mueve, pero como no percibimos el movimiento, sentimos que está quieta, da la impresión de que el Sol es el que se desplaza). La trayectoria de la Luna cruza a la solar, forma un ángulo de 5°. Cuando la Luna pasa delante del Sol y lo cubre se produce un eclipse de Sol. Los mayas fueron grandes observadores del cielo. Analizaban cuidadosamente la trayectoria de la Luna y así pudieron predecir cuándo ocurriría un eclipse. Registraron las fechas de los eclipses en sus códices. Si la trayectoria aparente del Sol y de la Luna estuviera en el mismo plano, cada mes ocurriría un eclipse, cuando la Luna pasara delante del Sol. Pero como sus órbitas forman un ángulo de 5°, sólo hay unos cuantos eclipses al año. Hoy la astronomía se ocupa de muchos eclipses diferentes. Cuando Mercurio o Venus pasan por delante del disco del Sol decimos que es un tránsito de ese planeta, pero bien podríamos llamarlo un eclipse parcial. También vemos interponerse estrellas delante de sus compañeras (desde nuestra óptica claro está) y otras lunas delante de los planetas a los cuales giran. Hoy cada área de la astronomía se ve revolucionada. La ciencia avanza a una velocidad que supera, con creces, nuestra capacidad de actualización. Y esto tiene un por qué. Si sumáramos todos los hombres y mujeres que crearon conocimiento en la Historia de la Humanidad, desde aquellos que se preguntaron qué eran esos puntos luminosos que tenían sobre sus cabezas hace ya 30.000 años, hasta los nombres famosos que repasa en este momento nuestra mente (Marie Curie, Galileo Galilei, Aristóteles, Al-Battani, Max Planck, Albert Einstein, Hipatia, Shen Kuo o Darwin), todos, sumados, llegan sólo al 1% de un total. El otro 99% lo constituyen hombres y mujeres que hoy están investigando entre nosotros, creando conocimiento, haciendo crecer a la ciencia de forma exponencial. Investigando, los grandes temas de la astronomía. 1. Divulgadora de la Ciencia. Instituto de Astronomía de la UNAM, profesora de la Facultad de Ciencias desde hace 50 años, ahora en modalidad a distancia. Miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua. Autora de 42 libros. Premio Kalinga de la Unesco. 2. Divulgador Científico, de Argentina. Conferencista en más de 30 ciudades de Argentina, en Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, Colombia, España e Italia. Representante para su país del Proyecto UNAWE (UNESCO-IAU). Es autor de 9 libros editados e innumerables artículos. Desde hace 20 años lleva adelante un proyecto de enseñanza de la astronomía a personas ciegas o con baja visión. Bibliografía https://dle.rae.es/ Carmen del Puerto, tesis de licenciatura, “Periodismo científico: la Astronomía en titulares de prensa”.
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