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LA NECRÓPOLIS DE ÉPOCA TARTÉSICA DE LA ANGORRILLA Álvaro Fernández Flores Araceli Rodríguez Azogue Manuel Casado Ariza Eduardo Prados Pérez (coordinadores) ALCALÁ DEL RÍO, SEVILLA Sevilla 2014 Álvaro Fernández Flores Araceli Rodríguez Azogue Manuel Casado Ariza Eduardo Prados Pérez (coordinadores) Serie: Historia y Geografía Núm.: 271 Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este li- bro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación mag- nética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito del Secretariado de Publicacio- nes de la Universidad de Sevilla Este libro se integra en los objetivos y la difusión del Proyecto de Ex- celencia de la Junta de Andalucía “La construcción y evolución de las entidades étnicas en Andalucía antigua (siglos VII a.C.-II d.C.)” (HUM-3482), a cuya edición ha contribuido económicamente. El Grupo de Investigación “De la Turdetania a la Bética” (HUM- 152) ha contribuido también a la inanciación de esta monografía a través del Proyecto “Sociedad y paisaje: alimentación e identi- dades culturales en Turdetania-Bética (siglo VIII a.C.-II d.C.)” (HAR2011-25708). Asimismo la Asociación Cultural Instituto de Estudios Ilipenses ha inanciado la presente edición. Comité editorial: Antonio Caballos Ruino (Director del Secretariado de Publicaciones) Eduardo Ferrer Albelda (Subdirector) Manuel Espejo y Lerdo de Tejada Juan José Iglesias Rodríguez Juan Jiménez-Castellanos Ballesteros Isabel López Calderón Juan Montero Delgado Lourdes Munduate Jaca Jaime Navarro Casas Mª del Pópulo Pablo-Romero Gil-Delgado Adoración Rueda Rueda Rosario Villegas Sánchez © SECRETARIADO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2014 Porvenir, 27 - 41013 Sevilla Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443 Correo electrónico: secpub4@us.es Web: <http://www.publius.us.es> © Álvaro Fernández Flores, Araceli Rodríguez Azogue, Manuel Casado Ariza y Eduardo Prados Pérez (coordinadores) 2014 © Por los textos, los autores 2014 Impreso en papel ecológico Impreso en España-Printed in Spain ISBN: 978-84-472-1557-7 Depósito Legal: SE 1359-2014 Diseño de cubierta: Santi García <santi@elmaquetador.es> Maquetación e impresión: Pinelo talleres gráicos, s.l. Motivo de cubierta: Jarro de bronce de la Angorrilla (foto C. López). Índice Prólogo por Eduardo Ferrer Albelda ...................................................................... 11 Parte I ILIPA DURANTE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO La ciudad y el territorio Álvaro Fernández Flores, Araceli Rodríguez Azogue y Eduardo Prados Pérez ................................................................................. 17 La Angorrilla en el contexto del bajo Guadalquivir. Estudio geoarqueológico Francisco Borja Barrera y María Ángeles Barral Muñoz .................. 41 Parte II LA NECRÓPOLIS DE LA ANGORRILLA La intervención arqueológica Álvaro Fernández Flores, Eduardo Prados Pérez y Araceli Rodríguez Azogue ......................................................................... 59 Catálogo de sepulturas Álvaro Fernández Flores, Eduardo Prados Pérez y Araceli Rodríguez Azogue ......................................................................... 85 El cementerio de época tartésica. Aspectos rituales Álvaro Fernández Flores, Eduardo Prados Pérez y Araceli Rodríguez Azogue ......................................................................... 251 Orientación de las tumbas y astronomía en la necrópolis de la Angorrilla César Esteban López ..................................................................................... 321 Parte III EL REGISTRO FUNERARIO. LOS AJUARES La cerámica Manuel Pellicer Catalán ........................................................................... 331 El armamento Fernando Quesada Sanz, Manuel Casado Ariza y Eduardo Ferrer Albelda ............................................................................. 351 Los cuchillos de hoja curva de hierro Eduardo Ferrer Albelda y Manuel Casado Ariza ................................. 379 Las fíbulas Eduardo Ferrer Albelda y María Luisa de la Bandera Romero ......... 393 Los broches de cinturón Eduardo Ferrer Albelda y María Luisa de la Bandera Romero ......... 403 Las joyas y adornos personales María Luisa de la Bandera Romero y Eduardo Ferrer Albelda ......... 429 Las pinzas Eduardo Ferrer Albelda y María Luisa de la Bandera Romero ......... 477 Los objetos de hueso y maril Manuel Casado Ariza ................................................................................... 481 Los bronces rituales de la tumba 30 Javier Jiménez Ávila ....................................................................................... 509 Las ofrendas de animales Ana Pajuelo Pando y Pedro Manuel López Aldana ................................ 535 Parte IV EL REGISTRO FUNERARIO. INDIVIDUOS Estudio antropológico de la necrópolis de la Angorrilla Inmaculada López Flores ............................................................................ 557 Aproximación a la dieta de la población de la Angorrilla. Resultados preliminares de análisis de isótopos estables del carbono y del nitrógeno sobre restos óseos Domingo Carlos Salazar-García .............................................................. 605 Estudio del ADN mitocondrial de los restos humanos hallados en la Angorrilla Sara Palomo Díez, Eva Fernández Domínguez, Cristina Gamba y Eduardo Arroyo Pardo ................................................................................ 617 Parte V EL REGISTRO FUNERARIO. VARIA Análisis de itolitos de restos sedimentarios del jarro de la tumba 30 Marta Portillo Ramírez y Rosa Maria Albert Cristóbal .................... 635 Estudio de los restos textiles de la Angorrilla Carmen Alfaro Giner ................................................................................... 639 Análisis antracológico de las sepulturas de cremación Mª Oliva Rodríguez-Ariza ........................................................................... 645 321 Orientación de las tumbas y astronomía en la necrópolis de la Angorrilla César Esteban López* DETERMINACIÓN DE LA ORIENTACIÓN DE LAS TUMBAS Y RESULTADOS Una mirada somera al plano de la zona excavada de la necrópolis de época orientalizante de la Angorrilla (siglos VII a VI a.C., Fernández y Rodríguez, 2007) nos indica que la mayoría de las tumbas se halla dispuesta con sus ejes longitudinales cercanos a la línea este-oeste, un patrón de orientación habitual en las necrópolis del período fenicio arcaico en la península ibérica (siglos VIII y VII a.C., Ramos, 1986: 32). En el presente estudio analizaremos los elemen- tos astronómicos que podrían estar relacionados con esta costumbre en el ri- tual funerario. La necrópolis que nos ocupa se volvió a cubrir después de su excavación, por lo que no pudimos medir la orientación de la tumbas de forma directa (que hubiera sido lo deseable) sino a partir de un plano detallado de la zona exca- vada del yacimiento. Sobre dicho plano, y para cada tumba, se trazó una línea recta a lo largo de la dirección deinida por su eje de simetría longitudinal y se midió el ángulo que formaba dicha recta con respecto al eje norte-sur indi- cado en el plano. Comprobamos la iabilidad de la posición del norte geográ- ico indicado sobre el mapa con medidas sobre el terreno realizadas con un teodolito. Estas medidas se tomaron el día 24 de abril de 2006 y consistieron en la determinación del acimut (ángulo horizontal respecto al norte geográ- ico) de la orientación de las aceras norte y sur de una calle que se construyó sobre parte de la necrópolis y cuyo trazado se muestra también en el plano. La comparación entre el acimut de la vía medidos sobre el plano (117°) y con el teodolito (116°) nos proporcionó una diferencia de tan sólo 1°, cantidadque sustrajimos a todas las medidas individuales de los ejes longitudinales de las tumbas obtenidas sobre el plano. Estimamos que la incertidumbre promedio de las orientaciones es del orden de unos 2°, valor que proviene de la precisión estimada en la determinación del eje longitudinal de las tumbas. Las coorde- nadas geográicas del yacimiento se determinaron con un aparato de posicio- namiento global (GPS). La gran mayoría de las tumbas tiene forma aproximadamente rectangu- lar u ovalada, y no dispone de ningún elemento estructural que indique una * Instituto de Astrofísica de Canarias. Departamento de As- trofísica, Facultad de Física, Uni- versidad de La Laguna. 322 CÉSAR ESTEBAN LÓPEZ dirección privilegiada, por lo que no sabemos si la dirección relevante era la oriental o la occidental. Sin embargo, la disposición de los cadáveres en las inhumaciones de la necrópolis muestra la cabeza dirigida hacia el oeste y los pies hacia el este, mien- tras que las tumbas de incineración muestran las cenizas del difunto colocadas en su extremo oeste (Fernández y Rodríguez, 2007). Estos dos hechos sis- temáticos indican que las tumbas tenían una misma orientación preferente, aunque no es posible preci- sar de forma objetiva si era el este o el oeste la di- rección importante en el ritual. Por ejemplo, en las inhumaciones cristianas de la antigüedad la direc- ción relevante era hacia donde miraba el cadáver (la que apuntan los pies), pues se esperaba que el di- funto, al levantarse en el momento de la resurrec- ción, dirigiera su mirada al sol naciente, por lo que el cráneo se colocaba en el extremo oeste de la tumba, la misma disposición que se encuentra en la Ango- rrilla. Sin embargo, M.L. Ramos (1986: 32) indica que la regla general en las inhumaciones de época fenicia arcaica es que la cabeza del difunto se dirija hacia el este y los pies al oeste, al contrario de lo que se observa en el yacimiento que nos ocupa. Algunos de los tipos de tumbas fenicias y púnicas más comunes del Mediterráneo occidental, como los hipogeos y las tumbas de cámara, disponen de puertas de acceso, por lo que, en estos casos, podría- mos suponer que la dirección privilegiada es la de la abertura. Un dato importante en este sentido es que en las sepulturas de las necrópolis de Cartago que disponen de accesos, los pies siempre se colocan cercanos a la puerta (Benichou-Safar, 1982: 13). M.L. Ramos (1986: 32) indica que las tumbas de cámara de la necrópolis de Trayamar se orientan con su ac- ceso situado siempre al este y que, en el único caso en que se ha podido comprobar claramente (la se- pultura número 4 de dicho yacimiento), los pies del cadáver se encontraban dirigidos hacia la puerta. Si extrapolamos estos datos a la necrópolis de la Ango- rrilla, podemos suponer que quizás la dirección re- levante fuera el este, aunque en nuestra discusión también consideraremos el caso contrario. En la igura 1 mostramos las dos versiones po- sibles del diagrama de orientaciones de las 53 tum- bas medidas en el yacimiento: en a) suponemos que es el este (hacia adonde apuntan los pies) la direc- ción relevante en el ritual funerario y en b) repre- sentamos el caso contrario, donde el oeste (hacia adonde apuntan los cráneos) es la dirección rele- vante. Como podemos ver, la distribución de orien- taciones se restringe a un cuadrante, lo que indica Figura 1. Diagrama de orientaciones (deinidas como el acimut del eje longitudinal) de las tumbas de la necrópolis de la Ango- rrilla. En a) se supone que el este (hacia donde apuntan los pies de los cadáveres) es la dirección relevante en el ritual funerario y en b) se supone que es el oeste (hacia donde apuntan los cráneos) la dirección relevante. Nótese que en ambos casos la distri- bución se concentra en un cuadrante de los 360° que cubre el horizonte, lo que indica que el patrón de orientación no es alea- torio. En la igura se representan los puntos cardinales así como los puntos extremos por donde se producen los ortos (mitad este de los diagramas) y ocasos (mitad oeste) solares a lo largo del año (SV: solsticio de verano; SI: solsticio de invierno) y ortos y ocasos lunares a lo largo de su ciclo de 18,6 años (LMN: lunasticio mayor norte; LMS: lunasticio mayor sur). 323ORIENTACIÓN DE LAS TUMBAS Y ASTRONOMÍA EN LA NECRÓPOLIS DE LA ANGORRILLA que la disposición espacial de las sepulturas no es aleatoria. En la igura 1 también se indica la posición de los ortos y ocasos del Sol en ambos solsticios y en los equinoccios suponiendo un horizonte plano (al- tura igual a 0°), circunstancia que parece apropiada dada la ausencia de montañas de altura destaca- ble en las cercanías del lugar. La posición de am- bos solsticios en los diagramas indica los extremos donde podremos ver salir o ponerse el Sol a lo largo del año, es decir, nunca veremos producirse ortos u ocasos del Astro Rey más al norte del solsticio de ve- rano o más al sur del solsticio de invierno. Para los solsticios se ha tenido en cuenta la oblicuidad de la eclíptica del año 1000 a.C. (23,8°) que es apenas 0,3° mayor que su valor actual. También se ha in- cluido la posición de los ortos y ocasos lunares para sus posiciones extremas (algo análogo a los solsti- cios solares), los denominados lunasticios mayores norte y sur, que se alcanzan cada 18,6 años (tam- bién se denominan paradas mayores, ver Aparicio et al., 2000: 35). Para el cálculo de los lunasticios se ha tenido en cuenta el efecto de la paralaje lunar, que depende principalmente de la latitud del lugar (ver deinición y la fórmula empleada en Aparicio et al., 2000: 50), así como el valor de la oblicuidad de Figura 2. Histograma de las orientaciones de las tumbas de la necrópolis de la Angorrilla, donde se indica explícitamente el nú- mero de tumbas orientadas a un cierto valor de acimut, agrupados en intervalos de 2° de anchura (el valor estimado de la incerti- dumbre). En a) se considera el este como la dirección relevante y sólo se representa la mitad oriental del horizonte (acimut desde 0° a 180°); en b) se considera el oeste como la dirección relevante y sólo se muestra la mitad occidental (180° a 360°). EQ signiica el punto por donde se produce el orto u ocaso del Sol en los equinoccios (coincidente con el punto cardinal este u oeste en el caso de un horizonte plano); SV y SI indican los puntos del orto u ocaso solar en el solsticio de verano e invierno, respectivamente. LMN y LMS corresponden a los puntos por donde sale o se pone la luna en los lunasticios lunares norte y sur, respectivamente. 324 CÉSAR ESTEBAN LÓPEZ la eclíptica y de la inclinación de la órbita lunar para el 1000 a.C. (datos tomados de Ruggles, 1999: 57). En la igura 2 se muestra básicamente lo mismo que en la igura 1 pero en forma de histograma de orien- tación, donde se indica explícitamente el número de tumbas orientadas a un cierto valor de acimut, agrupados en intervalos de 2° de anchura (el valor estimado de la incertidumbre). En abscisas, sólo se representa la mitad este del horizonte (de 0° a 180°) en la igura 2a y la mitad oeste (de 180° a 360°) en la igura 2b. ANÁLISIS DEL PATRÓN DE ORIENTACIONES Considerando la dirección este como la rele- vante, la igura 2a indica que la mayoría de las orien- taciones se concentra en la horquilla de los ortos solares a lo largo del año (así como también a los ortos lunares a lo largo de su período de 18,6 años) excepto para un grupo de aproximadamente 12 tum- bas (siete tumbas si consideramos los ortos lunares) que se encuentran orientadas varios grados al norte de estos puntos extremos. Es de destacar que una fracción importante de estas tumbas “discordantes” (cinco de ellas) se encuentra localizada en el sector más meridional de la zona excavada de la necrópo- lis. La mayoría de las tumbas (36 de 53, un 68%) se encuentra orientada hacia los ortos solares en el pe- ríodo de primavera-verano. Si consideramos ahora la dirección oeste como la relevante, lasituación es similar, pero ahora las 12 tumbas “discordantes” (siete si consideremos oca- sos lunares) se encuentran situadas varios grados al sur del punto por donde se produce el ocaso so- lar más meridional, el correspondiente al solsticio de invierno. A diferencia del caso representado en la igura 2a, en este caso, la orientación de las tum- bas “discordantes” todavía podría interpretarse as- tronómicamente como relacionadas con el Sol (o la Luna), pero ya no estrictamente con el momento preciso del ocaso, sino también con los momentos anteriores a éste, cuando el Astro Rey declina en el cielo del atardecer. Si admitimos que la dirección relevante era el oeste, un 91% de las tumbas esta- ría orientada hacia el Sol declinante o a su ocaso du- rante las estaciones de otoño e invierno. Según los resultados de las excavaciones arqueo- lógicas en la Angorrilla, no se puede discernir con seguridad si el grupo étnico que se enterraba en la necrópolis era indígena o foráneo colonial (Fernán- dez y Rodríguez, 2007). Los resultados que hemos obtenido sobre el patrón de orientaciones parecen, como veremos a continuación, consistentes con las prácticas fenicias y púnicas encontradas en la penín- sula ibérica y en el Mediterráneo oriental, aunque la falta de datos sobre las sepulturas de las poblacio- nes autóctonas que habitaron el suroeste peninsu- lar justo antes de la colonización fenicia es un grave problema en este sentido. A partir de los resulta- dos de M. Hoskin (2001) sobre orientaciones mega- líticas en el Mediterráneo occidental, sabemos que los corredores de sus sepulcros megalíticos cons- truidos siglos antes de época orientalizante por las poblaciones indígenas de las actuales zonas geográ- icas de Portugal, Salamanca y Badajoz, muestran una concentración extraordinariamente elevada de orientaciones (un 96,9% en la muestra de 324 se- pulturas estudiadas por M. Hoskin) en el intervalo de acimutes entre 60° a 130°, justo el arco del hori- zonte donde se producen los ortos solares durante el año. Por otro, lado, las tumbas megalíticas situadas en el área del sur de Portugal y Andalucía muestran un patrón algo más extendido hacia la dirección sur, cubriendo mayoritariamente un rango de acimutes entre 60° a 190°, lo que podría incluir posiciones so- lares tanto al orto como mientras asciende hacia el meridiano. Como vemos, el patrón encontrado en la Angorrilla, sería similar al mostrado por los sepul- cros megalíticos de épocas anteriores en la zona, pero sólo en el caso en que la dirección este fuese la relevante en el ritual funerario aunque, claro está, la separación temporal entre ambos ámbitos cultura- les es tan grande que no podemos extraer ninguna conclusión de esta comparación. Los datos sobre orientaciones de tumbas en ne- crópolis fenicias o púnicas, tanto en la península ibérica como en el Mediterráneo occidental, son es- casos y nunca se han discutido en profundidad por parte de los arqueólogos. En cuanto a yacimien- tos del período fenicio arcaico, M.L. Ramos (1986: 32) señala que tanto en las necrópolis de Traya- mar como en Puente de Noy las tumbas de cámara se orientan con su acceso situado siempre al este. Accesos orientados hacia el oriente también se en- cuentran en las necrópolis de hipogeos de Villari- cos (Belmonte, 1999:186) y de Málaga (González et al., 2007). Según M.L. Ramos (1986: 32-33), el patrón de orientación de las sepulturas correspondientes al período púnico (siglos VI-III a.C.) parece diferente al del período fenicio arcaico, pues ya no tienden a disponerse a lo largo de la línea este-oeste, su- giriendo un cambio en el rito funerario. Sin em- bargo, estudios arqueoastronómicos recientes de un buen número de necrópolis púnicas en el Me- diterráneo occidental indican la existencia de una 325ORIENTACIÓN DE LAS TUMBAS Y ASTRONOMÍA EN LA NECRÓPOLIS DE LA ANGORRILLA cierta sistemática en las orientaciones que, en mu- chos casos, no es muy diferente a la del período an- terior. El diagrama de orientación de 22 tumbas en cista de los siglos VII-V a.C. de la necrópolis de Útica (Túnez) muestra una orientación sistemática hacia el orto solar en otoño-invierno (Belmonte et al., 1998). También se observa una disposición a lo largo de la línea este-oeste en las sepulturas de la necrópolis oriental de la ciudad costera de Tipasa (Argelia) (Baradez, 1969) y en las de Ain Dalia Le- kbira, en Marruecos (Alaoni, 2000). Por otra parte, los hipogeos de Menzel Temine (Túnez) muestran una distribución hacia el este con dos picos bien di- ferenciados hacia el orto solar en el solsticio de in- vierno y los equinoccios (Belmonte et al., 1998), este patrón es casi idéntico al que muestra la anterior- mente comentada necrópolis fenicia de Villaricos. A.C. González et al. (2007) han estudiado las orien- taciones de los hipogeos en necrópolis púnicas de Ibiza y Cerdeña. Comparando el diagrama de orien- tación de la necrópolis de la Angorrilla con los que obtienen dichos autores, encontramos que los de las necrópolis sardas de Tuvixeddu, Monte Sirai y Monte Luna (Senorbi) son similares a los mostra- dos en nuestra igura 1b (tumbas orientadas hacia el oeste), mientras que la de harros y otra de Pa- normo (Sicilia) estudiada por A.C. González et al. (2007) a partir de planos publicados por Tamburello (1991), resultan similares a la mostrada en la igura 1a (tumbas orientadas hacia el este). De cualquier manera, no todas las necrópolis púnicas siguen es- tos patrones de orientación, por ejemplo, algunas necrópolis en Byrsa (Cartago), muestran una orien- tación hacia al sur-suroeste (Belmonte et al., 1998), mientras que F. Ventura (2000) encuentra que las tumbas de cámara y de fosa fenicias y púnicas de la isla de Malta no muestran una clara orientación so- lar o lunar pero sí una preferencia por alinearse en la dirección norte-sur. La importancia de la orientación en el ritual fu- nerario púnico también se encuentra relejada en las inscripciones de una piedra tallada dedicada a Baal Hammon encontrada en la zona de Salambó en Car- tago y datada en el siglo III a.C. El texto indica que la parte anterior de la piedra estaba orientada hacia la puesta del Sol, mientras que la parte posterior lo ha- cía hacia el amanecer (Xella, 1991: 48). Leglay (1961: 276) indica que L. Carton, al excavar la necrópolis neo-púnica de huburnica (Sidi-Ali-Bel-Kassen, Tú- nez), encontró que todas las estelas estaban orienta- das hacia el este. El estudio del patrón de orientaciones de otras necrópolis de época orientalizante cercanas a la Angorrilla sería muy interesante para clariicar la situación. A. Fernández y A. Rodríguez (2007) in- dican la similitud entre las necrópolis de la Ango- rrilla y la de Cerrillo Blanco, en Porcuna (Jaén), en cuanto al tipo de fosas, la disposición de los cuer- pos en las inhumaciones y, en menor medida, por los ajuares. Es interesante comparar el histograma Figura 3. Histograma de las orientaciones de las tumbas de la necrópolis tartésica de Cerrillo Blanco de Porcuna (Jaén) donde se ha considerado la dirección este como la relevante y se han agrupado las tumbas en intervalos de 2° de anchura. Los datos se han obtenido a partir del plano publicado por J.F. Torrecillas (1985: 31). El signiicado de las distintas abreviaturas se explica en el pie de la igura 2. Sólo se representa la mitad oriental del horizonte (acimut desde 0° a 180°). Nótese la similitud entre este diagrama de orientaciones y el mostrado en la igura 2. 326 CÉSAR ESTEBAN LÓPEZ de orientación que se construye a partir del plano de la necrópolis de Cerrillo Blanco presentado por J.F. Torrecillas (1985: 31) y que mostramos en la i- gura 3 (suponiendo que la dirección relevante es la este) con la de la Angorrilla (igura 2a). Aun- que sólo tenemos 21 sepulturas en Cerrillo Blanco, el patrón es muy similar, con una concentración clara dentro del intervalo de acimutes deinidos por los ortos solares (con un pico centradojusto en la dirección del amanecer de los equinoccios) y al- gunas pocas tumbas “discordantes” situadas algo al norte del punto del orto solar en el solsticio de verano. CONCLUSIONES Como vemos, las tumbas de la necrópolis de la Angorrilla muestran una distribución de orientacio- nes que no es aleatoria, similar a la de otras necró- polis fenicias arcaicas e incluso posteriores de época púnica del Mediterráneo occidental. Desgraciada- mente, no sabemos con certeza cuál era la dirección relevante de las tumbas, si el este o el oeste, aunque la disposición sistemática de los pies de los cadáve- res hacia el oriente podría indicar que la intenciona- lidad era que las tumbas miraran en esa dirección. En este caso, el objetivo simbólico sería el Sol na- ciente, principalmente durante la época de prima- vera–verano (también podría relacionarse con el orto lunar, quizás con la salida de la Luna llena en otoño-invierno). Un 23% de las tumbas se encuen- tran orientadas ligeramente al norte de la posición del orto solar en el solsticio de verano (dicha frac- ción se reduce a un 13% si consideramos los ortos lunares), por lo que el ajuste de la distribución de orientaciones con los ortos solares (lunares) no es del todo perfecta. En el caso de que la dirección re- levante fuese el oeste, hacia dónde apuntan las ca- bezas de los cadáveres, la hipótesis astronómica se ajusta algo mejor, pues todas las tumbas podrían in- terpretarse como relacionadas con el Sol (o la Luna) declinante o en su ocaso. En el caso de una orienta- ción solar, la gran mayoría de las tumbas indicarían posiciones en o cercanas a la puesta del Astro Rey durante las estaciones de otoño e invierno. El patrón de orientaciones de las necrópolis de la Angorrilla y el de Cerrillo Blanco de Porcuna, adscritas ambas al mismo horizonte cultural, es similar. Sería de gran interés estudiar la distribución de las orientaciones de las tumbas en otros yacimientos coetáneos para intentar explorar la existencia o no de elementos co- munes en el ritual funerario. BIBLIOGRAFÍA ALAONI, M. K. (2000): A propos de la chronologie de la nécropole rurale d’Aïn Dalia Lekbira (ré- gion de Tanger, Maroc). 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La presente obra, aunque se centra en el análisis de los enterramientos, incorpora también la información recuperada en la zona de hábi- tat, al considerar ambos enclaves como partes integrantes de un mismo asentamiento. El trabajo se inicia con una contextualización de las sepulturas en el marco de la relación poblado-necrópolis, atendiendo al patrón de asentamiento, su relación espacio-temporal y la ubicación del cementerio en su contexto paleogeográico. A partir de esta exposición se realiza un estudio centrado en la coniguración general de la necrópolis y la distribu- ción de las tumbas. El tercer nivel de análisis se ocupa de la investigación especíica de cada sepultura y de los distintos elementos depositados en su interior, principalmente de los ajuares. Estos estudios se completan con una serie de análisis sobre antropología física y paleopatología, paleodieta, ADN, antracología, etc., cuyos resultados posibilitan la reconstrucción de los ritos funerarios y un acercamiento a la caracterización de la po- blación enterrada, su hábitat y otros aspectos relativos a sus estrategias de explotación y adaptación al medio. En deinitiva, los datos aportados por la excavación de la necrópolis de la Angorrilla, junto con las investigaciones desarrolladas en el poblado coetáneo, contribuyen al conocimien- to de las comunidades que ocupaban el Bajo Guadalquivir durante el Hierro I, convirtien- do a este yacimiento en uno de los referentes fundamentales para caracterizar a dichas poblaciones y valorar cómo inluyó la colonización oriental en este espacio geográico. ALCALÁ DEL RÍO, SEVILLA
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