Logo Studenta

Impacto da Jardineria na Água

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

1 
Jardinería pública y privada en la ciudad difusa: 
Impactos sobre el consumo hídrico en la Región Metropolitana de Barcelona 
Marc Parés (1), Elena Domene (2) y David Saurí(1) 
 
(1)Departament de Geografia – Universitat Autònoma de Barcelona 
(2) Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals- Universitat Autònoma de 
Barcelona 
 
Resumen: 
Durante las últimas dos décadas, el crecimiento urbano de la Región Metropolitana de 
Barcelona (RMB) ha tendido a evolucionar hacia un modelo de baja densidad mediante 
la proliferación de zonas residenciales de viviendas unifamiliares dispersas por el 
territorio. Bajo el contexto de creciente polarización entre ciudad compacta y ciudad 
difusa, esta comunicación pretende analizar la reciente evolución de la jardinería 
pública y privada en la RMB, ocupándose principalmente de los consumos de agua en 
ambas formas urbanas. Si bien se ha producido un aumento generalizado de los 
jardines públicos en los últimos veinte años para el conjunto de la RMB, el modelo de 
ciudad de baja densidad se caracteriza por un claro predominio de los jardines 
privados. Estos últimos presentan unas tipologías y unas prácticas en el uso del agua 
muy distintas en función del poder adquisitivo de sus propietarios, mientras que en el 
caso de la jardinería pública, las diferencias más significativas obedecen a la forma 
urbana dominante. Por último, se resalta la escasa extensión de las prácticas de 
jardinería sostenible, incluso en el ámbito de la jardinería pública. 
Palabras clave: consumo de agua, jardinería, ciudad difusa, Región Metropolitana de 
Barcelona 
Abstract: 
During last two decades, urban growth in the Metropolitan Region of Barcelona (MRB) 
has evolved towards a low-density model through residential zones of single and/or 
semi-detached houses. Under this context of polarization between the compact city and 
the diffuse city, this paper aims to analyse the recent evolution of public and private 
gardening in the MRB, basically studying water consumption in both urban forms. 
Although there has been a general increase in public gardens during last twenty years, 
the low-density city model is characterized for a clear dominance of private gardens. 
These have typologies and practices of water use very different depending on the 
homeowner’s income, while in the case of public gardens, the most significant 
differences respond to the dominant urban form. Lastly we emphasize the scarce 
extension of sustainable gardening practices, even in public gardening. 
Introducción 
En la presente comunicación nos planteamos examinar la evolución de la jardinería 
pública y privada en la Región Metropolitana de Barcelona (RMB)1 particularmente en 
relación con el consumo de agua doméstica en este ámbito territorial. Nuestra principal 
hipótesis de trabajo consiste en comprobar la influencia que posee la forma urbana 
(compacta o dispersa) en determinar la superficie y tipología de jardines públicos y 
 
1 Por RMB entendemos las siete comarcas de la Región I del Plan Territorial de Catalunya: Barcelonès, 
Baix Llobregat, Garraf, Alt Penedès, Maresme Vallès Oriental y Occidental. 
 2 
privados y en caracterizar también comportamientos específicos por lo que al riego se 
refiere. Diversos estudios sobre los vínculos entre forma urbana y consumo de recursos 
ambientales (energía, suelo, agua, etc.) han establecido que la forma urbana de baja 
densidad tiende a generar mayores consumos (y también más residuos) que la forma 
compacta o de alta densidad (ver, entre otros, Breheny, 1995 y Haughton y Hunter, 
1994). Ello deriva en implicaciones muy importantes para las políticas ambientales en 
entornos urbanos que han de afrontar situaciones cada vez más problemáticas en 
términos de disponibilidad de estos recursos. En el caso del agua, por ejemplo, la 
expansión de una tipología de vivienda unifamiliar en entornos mediterráneos con jardín 
y piscina individuales o comunitarios puede comportar presiones añadidas sobre un 
balance entre recursos y demandas ya precario. Además, y ello se encuentra poco 
explorado todavía, la forma urbana también parece ejercer una influencia importante 
sobre el número y características de equipamientos públicos como los parques y 
jardines. 
El modelo urbano de la Región Metropolitana de Barcelona 
Hasta la segunda mitad del siglo XX la ciudad constituía un espacio claramente 
delimitado del entorno rural, en el que se concentraban los sectores secundario y 
terciario. Ello empieza a cambiar con la expansión urbana en mancha de aceite y la 
suburbanización. A estos dos procesos se añaden posteriormente la periurbanización2 y 
la rururbanización3, ambos gobernados por la generalización de las redes de 
comunicaciones y la extensión del transporte privado, que, a su vez, conducen hacia una 
difusión de la ciudad por el territorio con un proceso deslocalizador de la producción, 
los servicios y la residencia (Nel·lo, 2001). El resultado es un nuevo modelo urbano en 
el que los límites entre la ciudad y el campo quedan desdibujados por un crecimiento 
disperso de las zonas urbanizadas. Este modelo se caracteriza por la elevada movilidad 
y por las bajas densidades urbanas, con un predominio de casas unifamiliares y 
adosadas (Rueda, 1995). 
En el caso de la Región Metropolitana de Barcelona (RMB) la expansión urbana 
dispersa se inicia en la década de 1970, y se consolida durante las dos décadas 
posteriores, en las que se produce un fuerte migración desde la ciudad central y su 
entorno inmediato hacia la segunda corona metropolitana4, bien mediante la 
construcción de nuevas viviendas, bien mediante la conversión de segundas residencias 
en residencias permanentes (Rueda, 1995; Tello, 2003). Así, en el período 1981-2001 y 
con una población total estabilizada en torno a los 4’2 millones de habitantes, la ciudad 
de Barcelona y los centros más densos pierden población mientras que las zonas menos 
densas de la segunda corona experimentan un importante incremento en número de 
habitantes (figura 1). Es en esta segunda corona donde se materializa el modelo de 
ciudad de baja densidad, mientras que el resto de unidades territoriales mantienen un 
modelo urbano más compacto. 
Estos procesos migratorios estimulan y son estimulados a su vez por un aumento muy 
importante de la superficie construida, que pasó de 20.000 Ha. en 1972 a 50.000 en 
1994 (Acebillo, 2001). Este crecimiento continúa en los primeros años del s. XXI y, a 
diferencia de otras épocas, se trata de un crecimiento básicamente residencial y de baja 
densidad, con una tipología de viviendas que en muchos casos incorporan jardines y 
piscinas. 
 
2 Integración metropolitana de núcleos rurales 
3 Integración metropolitana de los espacios rurales fuera de sus núcleos originarios 
4 Entendemos por “primera corona” los municipios del Área Metropolitana de Barcelona (32 municipios 
alrededor de Barcelona); por “subcentros” aquellos municipios de más de 50.000 habitantes fuera de la 
primera corona; y por “segunda corona” el resto de municipios de la RMB. 
 3 
 
 
500000
700000
900000
1100000
1300000
1500000
1700000
1900000
1986 1991 1996 2001
Barcelona
Primera
corona
Segunda
corona
Subcentros
 
En términos sociológicos, el modelo de ciudad difusa se interpreta como un modelo 
característico de la sociedad post-industrial. Los límites se difuminan y la ciudad se 
convierte en una red de relaciones espacio-temporales propias de la sociedad del 
conocimiento (Castells, 2000). La ciudad actual, además de ser la herencia del pasado, 
también constituye la expresión sobre el territorio de una segunda modernidad 
caracterizada por la individualización de la sociedad (Beck, 1998). 
Los impactos del nuevo modelo sobre la demanda doméstica de agua 
Como se ha afirmado anteriormente, en términos de consumo de recursos, el modelo de 
ciudad difusa de baja densidadtiene unos impactos ambientales superiores a los de la 
tradicional ciudad compacta mediterránea (Rueda, 1995). Entre ellos destaca un mayor 
consumo de agua, propiciado en gran medida por la presencia más elevada de usos 
como el riego de jardines. Así, en los últimos años observamos un aumento del 
consumo de agua por cápita en la segunda corona metropolitana, hecho que no sucede 
en las zonas de modelo compacto (figura 2). Mientras los municipios de Barcelona y su 
cinturón consumen una media de 130 litros/cápita/día (lcd), algunos municipios de la 
segunda corona llegan a consumir 400 lcd. 
 
131,9
131,2
177,5
130,3
80
100
120
140
160
180
200
19
94
19
96
19
97
19
98
19
99
lit
ro
s/
p
e
rs
o
n
a
 x
 d
ia
Barcelona
Primera corona
Segunda corona
Subcentros
 
Figura 1: Evolución de la población en el interior de la RMB. 
De la ciudad central y la primera corona a la segunda corona 
Fuente: Idescat. 
Figura 2: Evolución del consumo de agua doméstico por cápita en la RMB 
Fuente: Aigües Ter Llobregat (ATLL) 
 4 
Sin embargo, y como veremos a continuación, en parte esta diferencia entre el modelo 
compacto y el modelo difuso debe atribuirse más a la jardinería privada que a la pública. 
La ciudad actual responde a una nueva sociedad más individualizada y una de las 
dimensiones de esta individualización consiste en una mayor privacidad del modelo 
urbano en detrimento del espacio público. Así, si bien es cierto que los jardines públicos 
han aumentado en toda la RMB, este aumento se ha producido sobre todo en la ciudad 
densa, especialmente desde los Juegos Olímpicos de 1992, mediante operaciones de 
esponjamiento. En cambio, en los nuevos crecimientos difusos de baja densidad la 
proporción de jardines públicos es menor, y éstos son sustituidos por los privados. 
Actualmente en la RMB se consumen un total de 500 Hm3 anuales, de los cuales un 8% 
se destinan a la jardinería privada y un 1,5% a la pública. El balance recursos-demanda 
de la región se encuentra en un equilibrio precario y el aumento del consumo por parte 
de la jardinería de la ciudad difusa puede contribuir a exacerbar las tensiones por la 
disponibilidad de agua. Es por eso que se debería pensar en el uso de criterios de 
sostenibilidad tanto en la planificación urbanística como en el modelo de jardín. En este 
último aspecto, la jardinería pública, aunque sea responsable de un porcentaje del 
consumo mucho menor, juega un papel muy importante en la difusión de prácticas y 
diseños sostenibles en los jardines. 
Distribución de los jardines públicos en la RMB 
La distribución de los jardines públicos de la RMB se ha analizado a través de la 
digitalización cartográfica de los jardines públicos con una superficie superior a los 
1.000 m2. Esto nos ha permitido construir indicadores a nivel municipal combinando la 
superficie de jardín con distintas variables sociodemográficas. Igualmente hemos 
combinado la cartografía de jardines con la de tejido urbano (compacto/difuso) para 
comprobar donde se ubican los jardines públicos. 
En términos absolutos, la mayoría de los jardines públicos de la RMB se localizan en la 
ciudad de Barcelona y su primera corona metropolitana. Por tanto, podemos afirmar que 
el consumo hídrico en jardinería pública de la RMB depende en gran medida de la 
gestión que se lleve a cabo en la primera corona5 y en especial en la misma ciudad de 
Barcelona (tabla 1) 
 
Tabla 1: Distribución de la jardinería pública en la RMB 
 Ha. de jardín 
1997 
% del total 
jardines 
RMB 
% 
Suelo 
Urbano 
Población 
1996 
Densidad 
urbana. 
(hab/Ha) 
Bareclona 435 43,39 14,79 1508805 202 
Primera C. 311 31,04 25,42 1401429 109 
 Barcelonès 90 8,98 5,36 622573 229 
 Resto AMB 221 22,06 20,06 778856 77 
Segunda C. 120 11,97 47,48 684568 28 
Subcentros 136 13,60 12,31 633246 102 
TOTAL 1002 100 100 4228048 84 
Fuente: elaboración propia excepto Suelo Urbano (Direcció General d’Urbanisme, 1999) y Población (Idescat) 
Para analizar de forma relativa la presencia de jardines públicos en las distintas 
unidades territoriales de la RMB hemos utilizado dos indicadores: el porcentaje de 
 
5 Hemos dividido la primera corona entre la comarca del Barcelonés y el resto de municipios del Área 
Metropolitana ya que la superficie ajardinada tiene un comportamiento distinto. 
 5 
superficie ajardinada sobre la superficie de Suelo Urbano6, y los metros cuadrados de 
jardín por habitante (tabla 2). 
 
Tabla 2: Presencia relativa de jardines en la RMB 
Unidad 
territorial 
Jardines/SU 
% 
M2 
Jardines/habitante 
Suelo 
Urbano 
(Ha) 
Población 
1996 
Densidad 
urbana 
(hab/Ha) 
Barcelona 5,81 2,88 7484 1508805 202 
Primera C. 2,42 2,22 12864 1401429 109 
 Barcelonès 3,31 1,44 2714 622573 229 
 Resto AMB 2,18 2,84 10150 778856 77 
Segunda C. 0,50 1,75 24023 684568 28 
Subcentros 2,19 2,15 6230 633246 102 
TOTAL 1,98 2,37 50601 4228048 84 
 Fuente: elaboración propia excepto SU (Direcció General Urbanisme 1999) 
El porcentaje de superficie de jardines en relación al SU es muy superior en las 
unidades territoriales caracterizadas por un modelo de ciudad compacta que en las que 
predomina el modelo de ciudad difusa. Así, conforme nos alejamos de la ciudad de 
Barcelona el valor de este indicador va disminuyendo. 
Sin embargo, si nos centramos en los metros cuadrados de jardín por habitante, 
observamos un comportamiento ligeramente distinto. En términos generales las 
unidades territoriales con un modelo compacto tienen valores más elevados, pero si 
dividimos la primera corona entre el Barcelonés y el resto de municipios, comprobamos 
como los municipios colindantes a Barcelona (comarca del Barcelonés) tienen un valor 
muy inferior. Ello se debe simplemente a la altísima densidad urbana de estos 
municipios, con lo que una misma superficie ajardinada da servicio a muchos más 
habitantes. 
Por tanto, a medida que aumenta la densidad urbana aumenta también la presencia de 
jardines públicos; pero esta relación tiene un límite. En municipios extremadamente 
densos los indicadores no pueden alcanzar valores altos. Los metros cuadrados de jardín 
por habitante disminuyen debido al elevado número de habitantes por metro cuadrado y 
el porcentaje de jardines respeto al SU también disminuye ya que para obtener una 
densidad urbana muy elevada necesariamente debe haber pocos espacios libres. 
Sin olvidar este límite, encontramos una relación lineal entre el porcentaje de jardines 
respeto al SU y la densidad urbana; y una relación exponencial decreciente entre esta 
última variable y el porcentaje de viviendas de una y dos plantas (figuras 3 y 4). 
Constatamos, pues, que al disminuir la densidad y al aumentar el porcentaje de 
viviendas de una y dos plantas, disminuye también la presencia relativa de jardines 
públicos. 
 
 
 
 
 
6 Esto es, el porcentaje de SU que corresponde a superficie pública ajardinada. 
 6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: elaboración propia 
En definitiva, a nivel de jardinería, en la segunda corona los jardines públicos son 
sustituidos por los privados. En un modelo en el que los individuos disponen de su 
propio espacio privado y en una sociedad individualizada, las necesidades de espacios 
públicos ajardinados son menores. Las demandas y la expansión de los jardines públicos 
se hallan en las zonas más densas, esto es, en las que carecen de jardines privados y en 
las que la elevada densidad produce una necesidad de esponjamiento. 
Tipos de jardines públicos en la RMB 
Las diferencias entre la ciudad compacta y la ciudad difusa no se limitan a la proporción 
de jardines públicos en uno y otro modelo urbano sino que también se producen en 
cuanto al tipo de jardín presente en los dos modelos. 
Aunque la mayoría de la superficie pública ajardinada de la RMB está cubierta por 
céspedes (63,9%), esta proporción es distinta según setrate de la ciudad compacta o de 
la difusa7. En aquellos jardines en los que el tejido urbano de alrededor del parque es un 
tejido de baja densidad8, la presencia de céspedes es menor y hay una mayor presencia 
de árboles y arbustos. En cambio en los jardines situados en tejido urbano compacto, el 
porcentaje de superficie con césped es bastante superior a la media (tabla 3). 
Tabla 3: Superficies por tipologías de espécies 
 Porcentaje de la superficie ajardinada 
Tejido compacto Tejido difuso 
Árboles 7 45 
Arbustos 15 12 
Tapizantes 4 1 
Césped 72 38 
Prado 1 3 
Mixto 0 1 
 Fuente: elaboración propia 
 
7 Los datos se han obtenido por observación de campo con una muestra aleatoria de 315 parques. 
8 Casas unifamiliares aisladas o adosadas 
Densidad urbana (hab/km2)
3000020000100000-10000
J
a
rd
in
e
s
/S
U
 (
%
)
7
6
5
4
3
2
1
0
-1
 
R = 0,807 
Sig = 0,000 
Figura 3: Regresión lineal 
Jardines/SU – densidad 
ln (% viviendas 1 y 2 plantes)
5,04,54,03,53,02,52,01,51,0
J
a
rd
in
e
s
/S
u
 (
%
)
7
6
5
4
3
2
1
0
-1
 
 
R = 0,754 
Sig = 0,000 
Figura 4: Regresión lineal 
Jardines/SU -viviendas 
 7 
Los jardines privados: la renta como factor explicativo 
Para examinar el caso de los jardines privados, en auge en el modelo urbano de ciudad 
difusa, hemos centrado nuestro estudio en los jardines de la segunda corona 
metropolitana ya que es en esta última donde se localizan la gran mayoría de estas 
superficies y donde el riego representa un porcentaje más elevado del consumo 
doméstico de agua: en meses de verano significa alrededor del 50 % del total del 
consumo de agua de los hogares con jardín, mientras que la media anual representa un 
33% del consumo doméstico total. 
Nos hemos basado en una encuesta realizada a los propietarios de 120 viviendas 
unifamiliares de seis municipios con predominio del modelo urbano de baja densidad y 
valores de consumo de agua doméstico por cápita superiores a la media de la RMB. 
En la jardinería privada nos interesaba comprobar si la renta per cápita era la variable 
explicativa, tanto de la tipología de jardín como de las distintas prácticas de su 
mantenimiento, especialmente la adecuación del riego a las necesidades reales. Así, la 
muestra se dividió en dos grandes grupos de municipios según los Rendimientos 
Medios Declarados por Contribuyente de 1996. 
Efectivamente, la renta per cápita resulta una variable explicativa. Mientras los jardines 
de los municipios de renta media son jardines con un bajo consumo de agua, los 
correspondientes a municipios de renta alta se caracterizan por todo lo contrario. En los 
jardines de renta media hay un predominio de los arbustos, la densidad de plantación9 es 
baja y gran parte de la parcela está pavimentada10. Por el contrario, en los jardines de 
renta alta la densidad de plantación es elevada y el césped es un elemento 
imprescindible que, combinándose con otras especies de gran consumo, ocupa una gran 
proporción del jardín en detrimento de las zonas pavimentadas. 
El tipo de jardín condiciona las necesidades óptimas de riego. Así, las necesidades de 
riego de los jardines de los municipios de renta alta son mayores que las de los jardines 
de los municipios de renta media, hecho que determina que las aportaciones reales de 
agua para el riego sean mayores en los municipios de renta alta que en los de renta 
media (tabla 4). 
 
Tabla 4: Necesidades y aportaciones de riego (l/m2 de jardín/semana) 
 Necesidades Aportaciones 
 Renta media Renta alta Renta media Renta alta 
 Media Desv Media Desv Media Desv Media Desv 
Invierno 1,6 0,7 1,7 1,5 2,0 2,9 3,1 3,0 
Primavera 5,1 3,7 7,5 5,2 7,6 6,9 10,7 5,8 
Verano 18,5 9,3 30,1 8,3 19,1 12,1 29,6 8,8 
Otoño 0,8 1,1 3,3 2,1 2,4 2,3 3,4 2,1 
Anual 6,5 3,6 10,2 3,3 7,8 5,5 11,7 3,9 
 Fuente: elaboración propia 
 
9 Las altas densidades de plantación implican un mayor consumo de agua 
10 Una mayor proporción de superficie pavimentada implica un menor consumo de agua ya que va en 
detrimento de la superficie ajardinada 
 8 
Adecuación del riego a las necesidades en los jardines privados 
En contra del mito del sobreriego, los jardines de la muestra presentan un elevado 
porcentaje de riego por debajo de las necesidades hídricas de las plantas. También en 
este caso la renta es un factor explicativo. Los municipios de renta media tienen un 
mayor porcentaje de casos regados por debajo de las necesidades óptimas que los 
municipios de renta alta (figuras 5 y 6). 
 
Figura 5: Adecuación a las necesidades (renta media) 
Renta media
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Invierno Verano
Riegan más
Riegan bien
Riegan menos
 
 Fuente: elaboración propia 
 
Figura 6: Adecuación a las necesidades (renta alta) 
Renta alta
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Invierno Verano
Riegan más
Riegan bien
Riegan menos
 
 Fuente: elaboración propia 
 
Para calcular las necesidades de agua de los jardines se ha utilizado el método de 
Costello (1991). Las cantidades aportadas para riego en cada jardín se han calculado a 
partir de las características técnicas de los aparatos de riego y conociendo el tiempo y la 
frecuencia de riego. Se ha estimado que los jardines se riegan adecuadamente cuando la 
diferencia entre las necesidades y las aportaciones en riego no supera el 15% o el -15% 
del óptimo agronómico. 
En los municipios de renta media, la proporción de jardines regados por debajo de sus 
necesidades óptimas aumenta cuando los jardines son más grandes, las especies son más 
consumidoras, el riego es menos eficiente o el agua se obtiene de la red. Es decir, que 
todos aquellos aspectos que implican un aumento de la cantidad de agua necesaria, y en 
consecuencia el gasto económico, son aspectos que repercuten sobre la adecuación del 
riego a sus necesidades. Dicho de oro modo, cuando por cualquier motivo aumenta la 
cantidad de agua total requerida por el jardín, aumentan también los casos de riego 
deficitario. 
 9 
Esto no sucede así en los municipios de renta alta. En estos casos el hecho de regar 
correctamente o no, viene condicionado más bien por la decisión personal de aportar 
unos consumos u otros, sin que el gasto económico sea una limitación en la mayoría de 
los casos. 
Además de la comprobación empírica con el método de Costello (1991), esta diferencia 
de adecuación del riego en función de la renta también es percibida por los mismos 
propietarios de los jardines. Así, entre los propietarios de renta media un 57% de los 
encuestados creen estar regando por debajo de lo necesario aduciendo principalmente al 
elevado precio del agua. Por el contrario, entre los propietarios de renta alta sólo un 
25% cree estar regando por debajo de las necesidades óptimas y la causa aducida es en 
la mayoría de los casos la falta de tiempo y no motivos económicos. 
Uso de prácticas sostenibles 
En general, las prácticas que favorecen el ahorro de agua en el riego de jardines (Burés, 
1993) están poco extendidas tanto en la jardinería pública cómo en la privada. Es cierto 
que, sobretodo en la jardinería pública, se empiezan a encontrar casos de jardines que 
utilizan muchos criterios de sostenibilidad, pero no son ni mucho menos mayoritarios. 
De todos modos, el ámbito público debería marcar la pauta de este tipo de jardinería 
para que fuera adoptándose en el ámbito privado. 
En el caso de la jardinería pública observamos cómo en algunos casos hay un 
comportamiento diferenciado entre los municipios de ciudad compacta y los de ciudad 
difusa, si bien la diferencia se explica más por el mayor número de municipios 
pequeños en la ciudad difusa que por la propia configuración del tejido urbano. Así 
pues, más que el tejido urbano, un factor explicativo es el tamaño11 del municipio. 
Mientras las técnicas de ahorro de agua están un poco más extendidas en los municipios 
grandes, el tipo de plantación es muchomás adaptado al clima en los jardines de los 
municipios pequeños. 
Por lo que se refiere a los jardines privados, las diferencias en el uso de estas prácticas 
se explican de nuevo por la renta per cápita. Así, aunque los jardines de los municipios 
de renta baja presentan mayor porcentaje de especies adaptadas a la climatología, no se 
utilizan sistemas eficientes y otras técnicas de ahorro de agua. En cambio, en los de 
renta alta, a pesar de tener riegos automatizados y programables, se diseñan jardines con 
unas necesidades muy elevadas. 
Conclusiones 
El modelo de ciudad difusa convierte a la esfera privada en la protagonista del consumo 
hídrico en jardinería. Con un consumo bastante superior al de los jardines públicos, los 
jardines particulares representan un 8% del consumo total de la RMB y pueden romper 
el equilibrio hídrico actual si la población continúa desplazándose hacia las periferias 
metropolitanas donde éste modelo es mayoritario. 
Sin embargo, aunque el volumen total de agua empleada en jardinería pública no sea 
muy importante dentro del conjunto de la región, el predominio de jardines de alto 
consumo y las pocas prácticas de xerojardinería dificultan la difusión de este modelo de 
jardinería hacia la esfera privada. Una esfera en la que, como hemos visto, tanto las 
prácticas como la tipología de jardín están altamente condicionadas por el nivel 
adquisitivo de los propietarios. 
 
11 Entendemos por municipios pequeños los de menos de 5.000 habitantes y por grandes los de más de 
50.000. 
 10 
Es a través de la planificación urbanística, desde la conciencia de las implicaciones del 
modelo de ciudad de baja densidad, y a través de las prácticas de jardinería sostenible 
como se puede modificar la tendencia actual del uso del agua en jardinería. Así pues, a 
pesar de la enorme importancia de los jardines particulares, es desde la esfera pública 
desde donde se debe planificar y desde donde deberían difundirse las tipologías de 
jardines basados en criterios de sostenibilidad. 
Bibliografía 
 
ACEBILLO, J.; FOLCH, R. (2000). Atles ambiental de l’Àrea de Barcelona. Barcelona: 
Ariel Ciencia. 
BECK, U. (1998). La sociedad del riesgo. Barcelona: Editorial Piadós 
BREHENY, M. (1995): The compact city and transport energy consumption. 
Transactions of the Institute of British Geographers, 20 (1), pp. 81-101 
BURÉS, S (2001). Avances en xerojardinería. Reus: Ediciones Horticultura. 
CASTELLS, M (2000). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. 
Madrid: Alianza. 
COSTELLO L.R.; MAYHENY D.P.; CLARK J.R. (1991). “Estimating water 
requirements of landscape plantings. The landscape coeficient method". Horticultura, 
108, p. 117-127. 
HAUGHTON, G. Y HUNTER, I (1994): Sustainable Cities. London: Jessica Kingsley. 
NEL·LO, O. (2001). Ciutat de ciutats. Barcelona: Editorial Empúries. 
RUEDA, S. (1995). Ecología urbana. Barcelona: Beta Editorial. 
TELLO, E. (2003). “¿Cambio de rumbo? Bases e instrumentos para la sostenibilidad 
local”. Mímeo.

Continuar navegando