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1 Jardinería pública y privada en la ciudad difusa: Impactos sobre el consumo hídrico en la Región Metropolitana de Barcelona Marc Parés (1), Elena Domene (2) y David Saurí(1) (1)Departament de Geografia – Universitat Autònoma de Barcelona (2) Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals- Universitat Autònoma de Barcelona Resumen: Durante las últimas dos décadas, el crecimiento urbano de la Región Metropolitana de Barcelona (RMB) ha tendido a evolucionar hacia un modelo de baja densidad mediante la proliferación de zonas residenciales de viviendas unifamiliares dispersas por el territorio. Bajo el contexto de creciente polarización entre ciudad compacta y ciudad difusa, esta comunicación pretende analizar la reciente evolución de la jardinería pública y privada en la RMB, ocupándose principalmente de los consumos de agua en ambas formas urbanas. Si bien se ha producido un aumento generalizado de los jardines públicos en los últimos veinte años para el conjunto de la RMB, el modelo de ciudad de baja densidad se caracteriza por un claro predominio de los jardines privados. Estos últimos presentan unas tipologías y unas prácticas en el uso del agua muy distintas en función del poder adquisitivo de sus propietarios, mientras que en el caso de la jardinería pública, las diferencias más significativas obedecen a la forma urbana dominante. Por último, se resalta la escasa extensión de las prácticas de jardinería sostenible, incluso en el ámbito de la jardinería pública. Palabras clave: consumo de agua, jardinería, ciudad difusa, Región Metropolitana de Barcelona Abstract: During last two decades, urban growth in the Metropolitan Region of Barcelona (MRB) has evolved towards a low-density model through residential zones of single and/or semi-detached houses. Under this context of polarization between the compact city and the diffuse city, this paper aims to analyse the recent evolution of public and private gardening in the MRB, basically studying water consumption in both urban forms. Although there has been a general increase in public gardens during last twenty years, the low-density city model is characterized for a clear dominance of private gardens. These have typologies and practices of water use very different depending on the homeowner’s income, while in the case of public gardens, the most significant differences respond to the dominant urban form. Lastly we emphasize the scarce extension of sustainable gardening practices, even in public gardening. Introducción En la presente comunicación nos planteamos examinar la evolución de la jardinería pública y privada en la Región Metropolitana de Barcelona (RMB)1 particularmente en relación con el consumo de agua doméstica en este ámbito territorial. Nuestra principal hipótesis de trabajo consiste en comprobar la influencia que posee la forma urbana (compacta o dispersa) en determinar la superficie y tipología de jardines públicos y 1 Por RMB entendemos las siete comarcas de la Región I del Plan Territorial de Catalunya: Barcelonès, Baix Llobregat, Garraf, Alt Penedès, Maresme Vallès Oriental y Occidental. 2 privados y en caracterizar también comportamientos específicos por lo que al riego se refiere. Diversos estudios sobre los vínculos entre forma urbana y consumo de recursos ambientales (energía, suelo, agua, etc.) han establecido que la forma urbana de baja densidad tiende a generar mayores consumos (y también más residuos) que la forma compacta o de alta densidad (ver, entre otros, Breheny, 1995 y Haughton y Hunter, 1994). Ello deriva en implicaciones muy importantes para las políticas ambientales en entornos urbanos que han de afrontar situaciones cada vez más problemáticas en términos de disponibilidad de estos recursos. En el caso del agua, por ejemplo, la expansión de una tipología de vivienda unifamiliar en entornos mediterráneos con jardín y piscina individuales o comunitarios puede comportar presiones añadidas sobre un balance entre recursos y demandas ya precario. Además, y ello se encuentra poco explorado todavía, la forma urbana también parece ejercer una influencia importante sobre el número y características de equipamientos públicos como los parques y jardines. El modelo urbano de la Región Metropolitana de Barcelona Hasta la segunda mitad del siglo XX la ciudad constituía un espacio claramente delimitado del entorno rural, en el que se concentraban los sectores secundario y terciario. Ello empieza a cambiar con la expansión urbana en mancha de aceite y la suburbanización. A estos dos procesos se añaden posteriormente la periurbanización2 y la rururbanización3, ambos gobernados por la generalización de las redes de comunicaciones y la extensión del transporte privado, que, a su vez, conducen hacia una difusión de la ciudad por el territorio con un proceso deslocalizador de la producción, los servicios y la residencia (Nel·lo, 2001). El resultado es un nuevo modelo urbano en el que los límites entre la ciudad y el campo quedan desdibujados por un crecimiento disperso de las zonas urbanizadas. Este modelo se caracteriza por la elevada movilidad y por las bajas densidades urbanas, con un predominio de casas unifamiliares y adosadas (Rueda, 1995). En el caso de la Región Metropolitana de Barcelona (RMB) la expansión urbana dispersa se inicia en la década de 1970, y se consolida durante las dos décadas posteriores, en las que se produce un fuerte migración desde la ciudad central y su entorno inmediato hacia la segunda corona metropolitana4, bien mediante la construcción de nuevas viviendas, bien mediante la conversión de segundas residencias en residencias permanentes (Rueda, 1995; Tello, 2003). Así, en el período 1981-2001 y con una población total estabilizada en torno a los 4’2 millones de habitantes, la ciudad de Barcelona y los centros más densos pierden población mientras que las zonas menos densas de la segunda corona experimentan un importante incremento en número de habitantes (figura 1). Es en esta segunda corona donde se materializa el modelo de ciudad de baja densidad, mientras que el resto de unidades territoriales mantienen un modelo urbano más compacto. Estos procesos migratorios estimulan y son estimulados a su vez por un aumento muy importante de la superficie construida, que pasó de 20.000 Ha. en 1972 a 50.000 en 1994 (Acebillo, 2001). Este crecimiento continúa en los primeros años del s. XXI y, a diferencia de otras épocas, se trata de un crecimiento básicamente residencial y de baja densidad, con una tipología de viviendas que en muchos casos incorporan jardines y piscinas. 2 Integración metropolitana de núcleos rurales 3 Integración metropolitana de los espacios rurales fuera de sus núcleos originarios 4 Entendemos por “primera corona” los municipios del Área Metropolitana de Barcelona (32 municipios alrededor de Barcelona); por “subcentros” aquellos municipios de más de 50.000 habitantes fuera de la primera corona; y por “segunda corona” el resto de municipios de la RMB. 3 500000 700000 900000 1100000 1300000 1500000 1700000 1900000 1986 1991 1996 2001 Barcelona Primera corona Segunda corona Subcentros En términos sociológicos, el modelo de ciudad difusa se interpreta como un modelo característico de la sociedad post-industrial. Los límites se difuminan y la ciudad se convierte en una red de relaciones espacio-temporales propias de la sociedad del conocimiento (Castells, 2000). La ciudad actual, además de ser la herencia del pasado, también constituye la expresión sobre el territorio de una segunda modernidad caracterizada por la individualización de la sociedad (Beck, 1998). Los impactos del nuevo modelo sobre la demanda doméstica de agua Como se ha afirmado anteriormente, en términos de consumo de recursos, el modelo de ciudad difusa de baja densidadtiene unos impactos ambientales superiores a los de la tradicional ciudad compacta mediterránea (Rueda, 1995). Entre ellos destaca un mayor consumo de agua, propiciado en gran medida por la presencia más elevada de usos como el riego de jardines. Así, en los últimos años observamos un aumento del consumo de agua por cápita en la segunda corona metropolitana, hecho que no sucede en las zonas de modelo compacto (figura 2). Mientras los municipios de Barcelona y su cinturón consumen una media de 130 litros/cápita/día (lcd), algunos municipios de la segunda corona llegan a consumir 400 lcd. 131,9 131,2 177,5 130,3 80 100 120 140 160 180 200 19 94 19 96 19 97 19 98 19 99 lit ro s/ p e rs o n a x d ia Barcelona Primera corona Segunda corona Subcentros Figura 1: Evolución de la población en el interior de la RMB. De la ciudad central y la primera corona a la segunda corona Fuente: Idescat. Figura 2: Evolución del consumo de agua doméstico por cápita en la RMB Fuente: Aigües Ter Llobregat (ATLL) 4 Sin embargo, y como veremos a continuación, en parte esta diferencia entre el modelo compacto y el modelo difuso debe atribuirse más a la jardinería privada que a la pública. La ciudad actual responde a una nueva sociedad más individualizada y una de las dimensiones de esta individualización consiste en una mayor privacidad del modelo urbano en detrimento del espacio público. Así, si bien es cierto que los jardines públicos han aumentado en toda la RMB, este aumento se ha producido sobre todo en la ciudad densa, especialmente desde los Juegos Olímpicos de 1992, mediante operaciones de esponjamiento. En cambio, en los nuevos crecimientos difusos de baja densidad la proporción de jardines públicos es menor, y éstos son sustituidos por los privados. Actualmente en la RMB se consumen un total de 500 Hm3 anuales, de los cuales un 8% se destinan a la jardinería privada y un 1,5% a la pública. El balance recursos-demanda de la región se encuentra en un equilibrio precario y el aumento del consumo por parte de la jardinería de la ciudad difusa puede contribuir a exacerbar las tensiones por la disponibilidad de agua. Es por eso que se debería pensar en el uso de criterios de sostenibilidad tanto en la planificación urbanística como en el modelo de jardín. En este último aspecto, la jardinería pública, aunque sea responsable de un porcentaje del consumo mucho menor, juega un papel muy importante en la difusión de prácticas y diseños sostenibles en los jardines. Distribución de los jardines públicos en la RMB La distribución de los jardines públicos de la RMB se ha analizado a través de la digitalización cartográfica de los jardines públicos con una superficie superior a los 1.000 m2. Esto nos ha permitido construir indicadores a nivel municipal combinando la superficie de jardín con distintas variables sociodemográficas. Igualmente hemos combinado la cartografía de jardines con la de tejido urbano (compacto/difuso) para comprobar donde se ubican los jardines públicos. En términos absolutos, la mayoría de los jardines públicos de la RMB se localizan en la ciudad de Barcelona y su primera corona metropolitana. Por tanto, podemos afirmar que el consumo hídrico en jardinería pública de la RMB depende en gran medida de la gestión que se lleve a cabo en la primera corona5 y en especial en la misma ciudad de Barcelona (tabla 1) Tabla 1: Distribución de la jardinería pública en la RMB Ha. de jardín 1997 % del total jardines RMB % Suelo Urbano Población 1996 Densidad urbana. (hab/Ha) Bareclona 435 43,39 14,79 1508805 202 Primera C. 311 31,04 25,42 1401429 109 Barcelonès 90 8,98 5,36 622573 229 Resto AMB 221 22,06 20,06 778856 77 Segunda C. 120 11,97 47,48 684568 28 Subcentros 136 13,60 12,31 633246 102 TOTAL 1002 100 100 4228048 84 Fuente: elaboración propia excepto Suelo Urbano (Direcció General d’Urbanisme, 1999) y Población (Idescat) Para analizar de forma relativa la presencia de jardines públicos en las distintas unidades territoriales de la RMB hemos utilizado dos indicadores: el porcentaje de 5 Hemos dividido la primera corona entre la comarca del Barcelonés y el resto de municipios del Área Metropolitana ya que la superficie ajardinada tiene un comportamiento distinto. 5 superficie ajardinada sobre la superficie de Suelo Urbano6, y los metros cuadrados de jardín por habitante (tabla 2). Tabla 2: Presencia relativa de jardines en la RMB Unidad territorial Jardines/SU % M2 Jardines/habitante Suelo Urbano (Ha) Población 1996 Densidad urbana (hab/Ha) Barcelona 5,81 2,88 7484 1508805 202 Primera C. 2,42 2,22 12864 1401429 109 Barcelonès 3,31 1,44 2714 622573 229 Resto AMB 2,18 2,84 10150 778856 77 Segunda C. 0,50 1,75 24023 684568 28 Subcentros 2,19 2,15 6230 633246 102 TOTAL 1,98 2,37 50601 4228048 84 Fuente: elaboración propia excepto SU (Direcció General Urbanisme 1999) El porcentaje de superficie de jardines en relación al SU es muy superior en las unidades territoriales caracterizadas por un modelo de ciudad compacta que en las que predomina el modelo de ciudad difusa. Así, conforme nos alejamos de la ciudad de Barcelona el valor de este indicador va disminuyendo. Sin embargo, si nos centramos en los metros cuadrados de jardín por habitante, observamos un comportamiento ligeramente distinto. En términos generales las unidades territoriales con un modelo compacto tienen valores más elevados, pero si dividimos la primera corona entre el Barcelonés y el resto de municipios, comprobamos como los municipios colindantes a Barcelona (comarca del Barcelonés) tienen un valor muy inferior. Ello se debe simplemente a la altísima densidad urbana de estos municipios, con lo que una misma superficie ajardinada da servicio a muchos más habitantes. Por tanto, a medida que aumenta la densidad urbana aumenta también la presencia de jardines públicos; pero esta relación tiene un límite. En municipios extremadamente densos los indicadores no pueden alcanzar valores altos. Los metros cuadrados de jardín por habitante disminuyen debido al elevado número de habitantes por metro cuadrado y el porcentaje de jardines respeto al SU también disminuye ya que para obtener una densidad urbana muy elevada necesariamente debe haber pocos espacios libres. Sin olvidar este límite, encontramos una relación lineal entre el porcentaje de jardines respeto al SU y la densidad urbana; y una relación exponencial decreciente entre esta última variable y el porcentaje de viviendas de una y dos plantas (figuras 3 y 4). Constatamos, pues, que al disminuir la densidad y al aumentar el porcentaje de viviendas de una y dos plantas, disminuye también la presencia relativa de jardines públicos. 6 Esto es, el porcentaje de SU que corresponde a superficie pública ajardinada. 6 Fuente: elaboración propia En definitiva, a nivel de jardinería, en la segunda corona los jardines públicos son sustituidos por los privados. En un modelo en el que los individuos disponen de su propio espacio privado y en una sociedad individualizada, las necesidades de espacios públicos ajardinados son menores. Las demandas y la expansión de los jardines públicos se hallan en las zonas más densas, esto es, en las que carecen de jardines privados y en las que la elevada densidad produce una necesidad de esponjamiento. Tipos de jardines públicos en la RMB Las diferencias entre la ciudad compacta y la ciudad difusa no se limitan a la proporción de jardines públicos en uno y otro modelo urbano sino que también se producen en cuanto al tipo de jardín presente en los dos modelos. Aunque la mayoría de la superficie pública ajardinada de la RMB está cubierta por céspedes (63,9%), esta proporción es distinta según setrate de la ciudad compacta o de la difusa7. En aquellos jardines en los que el tejido urbano de alrededor del parque es un tejido de baja densidad8, la presencia de céspedes es menor y hay una mayor presencia de árboles y arbustos. En cambio en los jardines situados en tejido urbano compacto, el porcentaje de superficie con césped es bastante superior a la media (tabla 3). Tabla 3: Superficies por tipologías de espécies Porcentaje de la superficie ajardinada Tejido compacto Tejido difuso Árboles 7 45 Arbustos 15 12 Tapizantes 4 1 Césped 72 38 Prado 1 3 Mixto 0 1 Fuente: elaboración propia 7 Los datos se han obtenido por observación de campo con una muestra aleatoria de 315 parques. 8 Casas unifamiliares aisladas o adosadas Densidad urbana (hab/km2) 3000020000100000-10000 J a rd in e s /S U ( % ) 7 6 5 4 3 2 1 0 -1 R = 0,807 Sig = 0,000 Figura 3: Regresión lineal Jardines/SU – densidad ln (% viviendas 1 y 2 plantes) 5,04,54,03,53,02,52,01,51,0 J a rd in e s /S u ( % ) 7 6 5 4 3 2 1 0 -1 R = 0,754 Sig = 0,000 Figura 4: Regresión lineal Jardines/SU -viviendas 7 Los jardines privados: la renta como factor explicativo Para examinar el caso de los jardines privados, en auge en el modelo urbano de ciudad difusa, hemos centrado nuestro estudio en los jardines de la segunda corona metropolitana ya que es en esta última donde se localizan la gran mayoría de estas superficies y donde el riego representa un porcentaje más elevado del consumo doméstico de agua: en meses de verano significa alrededor del 50 % del total del consumo de agua de los hogares con jardín, mientras que la media anual representa un 33% del consumo doméstico total. Nos hemos basado en una encuesta realizada a los propietarios de 120 viviendas unifamiliares de seis municipios con predominio del modelo urbano de baja densidad y valores de consumo de agua doméstico por cápita superiores a la media de la RMB. En la jardinería privada nos interesaba comprobar si la renta per cápita era la variable explicativa, tanto de la tipología de jardín como de las distintas prácticas de su mantenimiento, especialmente la adecuación del riego a las necesidades reales. Así, la muestra se dividió en dos grandes grupos de municipios según los Rendimientos Medios Declarados por Contribuyente de 1996. Efectivamente, la renta per cápita resulta una variable explicativa. Mientras los jardines de los municipios de renta media son jardines con un bajo consumo de agua, los correspondientes a municipios de renta alta se caracterizan por todo lo contrario. En los jardines de renta media hay un predominio de los arbustos, la densidad de plantación9 es baja y gran parte de la parcela está pavimentada10. Por el contrario, en los jardines de renta alta la densidad de plantación es elevada y el césped es un elemento imprescindible que, combinándose con otras especies de gran consumo, ocupa una gran proporción del jardín en detrimento de las zonas pavimentadas. El tipo de jardín condiciona las necesidades óptimas de riego. Así, las necesidades de riego de los jardines de los municipios de renta alta son mayores que las de los jardines de los municipios de renta media, hecho que determina que las aportaciones reales de agua para el riego sean mayores en los municipios de renta alta que en los de renta media (tabla 4). Tabla 4: Necesidades y aportaciones de riego (l/m2 de jardín/semana) Necesidades Aportaciones Renta media Renta alta Renta media Renta alta Media Desv Media Desv Media Desv Media Desv Invierno 1,6 0,7 1,7 1,5 2,0 2,9 3,1 3,0 Primavera 5,1 3,7 7,5 5,2 7,6 6,9 10,7 5,8 Verano 18,5 9,3 30,1 8,3 19,1 12,1 29,6 8,8 Otoño 0,8 1,1 3,3 2,1 2,4 2,3 3,4 2,1 Anual 6,5 3,6 10,2 3,3 7,8 5,5 11,7 3,9 Fuente: elaboración propia 9 Las altas densidades de plantación implican un mayor consumo de agua 10 Una mayor proporción de superficie pavimentada implica un menor consumo de agua ya que va en detrimento de la superficie ajardinada 8 Adecuación del riego a las necesidades en los jardines privados En contra del mito del sobreriego, los jardines de la muestra presentan un elevado porcentaje de riego por debajo de las necesidades hídricas de las plantas. También en este caso la renta es un factor explicativo. Los municipios de renta media tienen un mayor porcentaje de casos regados por debajo de las necesidades óptimas que los municipios de renta alta (figuras 5 y 6). Figura 5: Adecuación a las necesidades (renta media) Renta media 0% 20% 40% 60% 80% 100% Invierno Verano Riegan más Riegan bien Riegan menos Fuente: elaboración propia Figura 6: Adecuación a las necesidades (renta alta) Renta alta 0% 20% 40% 60% 80% 100% Invierno Verano Riegan más Riegan bien Riegan menos Fuente: elaboración propia Para calcular las necesidades de agua de los jardines se ha utilizado el método de Costello (1991). Las cantidades aportadas para riego en cada jardín se han calculado a partir de las características técnicas de los aparatos de riego y conociendo el tiempo y la frecuencia de riego. Se ha estimado que los jardines se riegan adecuadamente cuando la diferencia entre las necesidades y las aportaciones en riego no supera el 15% o el -15% del óptimo agronómico. En los municipios de renta media, la proporción de jardines regados por debajo de sus necesidades óptimas aumenta cuando los jardines son más grandes, las especies son más consumidoras, el riego es menos eficiente o el agua se obtiene de la red. Es decir, que todos aquellos aspectos que implican un aumento de la cantidad de agua necesaria, y en consecuencia el gasto económico, son aspectos que repercuten sobre la adecuación del riego a sus necesidades. Dicho de oro modo, cuando por cualquier motivo aumenta la cantidad de agua total requerida por el jardín, aumentan también los casos de riego deficitario. 9 Esto no sucede así en los municipios de renta alta. En estos casos el hecho de regar correctamente o no, viene condicionado más bien por la decisión personal de aportar unos consumos u otros, sin que el gasto económico sea una limitación en la mayoría de los casos. Además de la comprobación empírica con el método de Costello (1991), esta diferencia de adecuación del riego en función de la renta también es percibida por los mismos propietarios de los jardines. Así, entre los propietarios de renta media un 57% de los encuestados creen estar regando por debajo de lo necesario aduciendo principalmente al elevado precio del agua. Por el contrario, entre los propietarios de renta alta sólo un 25% cree estar regando por debajo de las necesidades óptimas y la causa aducida es en la mayoría de los casos la falta de tiempo y no motivos económicos. Uso de prácticas sostenibles En general, las prácticas que favorecen el ahorro de agua en el riego de jardines (Burés, 1993) están poco extendidas tanto en la jardinería pública cómo en la privada. Es cierto que, sobretodo en la jardinería pública, se empiezan a encontrar casos de jardines que utilizan muchos criterios de sostenibilidad, pero no son ni mucho menos mayoritarios. De todos modos, el ámbito público debería marcar la pauta de este tipo de jardinería para que fuera adoptándose en el ámbito privado. En el caso de la jardinería pública observamos cómo en algunos casos hay un comportamiento diferenciado entre los municipios de ciudad compacta y los de ciudad difusa, si bien la diferencia se explica más por el mayor número de municipios pequeños en la ciudad difusa que por la propia configuración del tejido urbano. Así pues, más que el tejido urbano, un factor explicativo es el tamaño11 del municipio. Mientras las técnicas de ahorro de agua están un poco más extendidas en los municipios grandes, el tipo de plantación es muchomás adaptado al clima en los jardines de los municipios pequeños. Por lo que se refiere a los jardines privados, las diferencias en el uso de estas prácticas se explican de nuevo por la renta per cápita. Así, aunque los jardines de los municipios de renta baja presentan mayor porcentaje de especies adaptadas a la climatología, no se utilizan sistemas eficientes y otras técnicas de ahorro de agua. En cambio, en los de renta alta, a pesar de tener riegos automatizados y programables, se diseñan jardines con unas necesidades muy elevadas. Conclusiones El modelo de ciudad difusa convierte a la esfera privada en la protagonista del consumo hídrico en jardinería. Con un consumo bastante superior al de los jardines públicos, los jardines particulares representan un 8% del consumo total de la RMB y pueden romper el equilibrio hídrico actual si la población continúa desplazándose hacia las periferias metropolitanas donde éste modelo es mayoritario. Sin embargo, aunque el volumen total de agua empleada en jardinería pública no sea muy importante dentro del conjunto de la región, el predominio de jardines de alto consumo y las pocas prácticas de xerojardinería dificultan la difusión de este modelo de jardinería hacia la esfera privada. Una esfera en la que, como hemos visto, tanto las prácticas como la tipología de jardín están altamente condicionadas por el nivel adquisitivo de los propietarios. 11 Entendemos por municipios pequeños los de menos de 5.000 habitantes y por grandes los de más de 50.000. 10 Es a través de la planificación urbanística, desde la conciencia de las implicaciones del modelo de ciudad de baja densidad, y a través de las prácticas de jardinería sostenible como se puede modificar la tendencia actual del uso del agua en jardinería. Así pues, a pesar de la enorme importancia de los jardines particulares, es desde la esfera pública desde donde se debe planificar y desde donde deberían difundirse las tipologías de jardines basados en criterios de sostenibilidad. Bibliografía ACEBILLO, J.; FOLCH, R. (2000). Atles ambiental de l’Àrea de Barcelona. Barcelona: Ariel Ciencia. BECK, U. (1998). La sociedad del riesgo. Barcelona: Editorial Piadós BREHENY, M. (1995): The compact city and transport energy consumption. Transactions of the Institute of British Geographers, 20 (1), pp. 81-101 BURÉS, S (2001). Avances en xerojardinería. Reus: Ediciones Horticultura. CASTELLS, M (2000). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Madrid: Alianza. COSTELLO L.R.; MAYHENY D.P.; CLARK J.R. (1991). “Estimating water requirements of landscape plantings. The landscape coeficient method". Horticultura, 108, p. 117-127. HAUGHTON, G. Y HUNTER, I (1994): Sustainable Cities. London: Jessica Kingsley. NEL·LO, O. (2001). Ciutat de ciutats. Barcelona: Editorial Empúries. RUEDA, S. (1995). Ecología urbana. Barcelona: Beta Editorial. TELLO, E. (2003). “¿Cambio de rumbo? Bases e instrumentos para la sostenibilidad local”. Mímeo.
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