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Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 1 LA INFLAMACIÓN CRÓNICA: UNA REVISIÓN NECESARIA SOBRE SU IMPLICACIÓN EN LA SALUD La inflamación (del latín inflammatio: encender, hacer fuego) es un proceso tisular constituido por una serie de fenómenos moleculares, celulares y vasculares de finalidad defensiva frente a agresiones físicas, químicas o microbiológicas. Se trata de una respuesta inespecífica frente a las agresiones del medio, y está generada por los agentes inflamatorios. La respuesta inflamatoria ocurre solo en tejidos conectivos vascularizados y surge con el fin defensivo de aislar y destruir al agente dañino y/o reparar el tejido u órgano dañado. Se considera, por tanto, un mecanismo de inmunidad innata con una respuesta inmediata, de urgencia y, por tanto, fundamentalmente inespecífica, aunque posteriormente si se cronifica el proceso se favorece el desarrollo de una respuesta específica (Sistema Inmunitario Adaptativo). La inflamación es, en consecuencia, una respuesta saludable cuando está limitada en el tiempo (inflamación aguda), que nos permite hacer frente de manera eficaz a diferentes tipos de agresiones: infecciosas, cambios bruscos de temperatura, radiaciones, tóxicos, traumatismos, isquemia, etc. Los síntomas de la inflamación aguda fueron claramente identificados hace siglos, teniendo constancia de ello en De Medicinae de Aulo Cornelio Celso (25 a. C. – 50 d. C.) que junto con el llamado 5º signo de Virchow completan los cinco signos reconocidos por todos (ver recuadro 1). No obstante, cuando el proceso inflamatorio no se resuelve y deja de ser temporal y localizado, pasando a un estado de crónico o permanente, nos encontramos en la “antesala” de infinidad de síndromes y enfermedades bien conocidas, cuya lista (en su etiología inflamatoria) es ampliada constantemente. Es más, con el tiempo, la inflamación crónica puede causar daño al ADN y llevar al cáncer. Por ejemplo, las personas con enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (E.I.I.) como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, tienen un riesgo significativamente mayor de padecer con el tiempo cáncer de colon. Los 5 signos de la inflamación • Enrojecimiento (Rubor, principalmente por vasodilatación) • Calor (Por la vasodilatación y un mayor incremento del consumo local de oxígeno) • Dolor (Como resultado de la liberación de sustancias que activan los nociceptores) • Hinchazón (Tumefacción o edema) • Pérdida de movimiento y función (consecuencia del dolor y el edema) De forma muy somera y esquemática podemos dividir la inflamación en 5 etapas cuya culminación debe ser la reparación y resolución del proceso: 1- Liberación de mediadores. Son moléculas, la mayor parte de ellas, de estructura elemental que son liberadas o sintetizadas por el mastocito bajo la actuación de determinados estímulos. 2- Efecto de los mediadores. Una vez liberadas, estas moléculas producen alteraciones vasculares y efectos quimiotácticos que favorecen la llegada de moléculas y células inmunes al foco inflamatorio. 3- Llegada de moléculas y células inmunes al foco inflamatorio. Proceden en su mayor parte de la sangre, pero también de las zonas circundantes al foco. 4- Regulación del proceso inflamatorio. Como la mayor parte de las respuestas inmunes, la reacción inflamatoria también integra una serie de mecanismos inhibidores tendentes a finalizar o equilibrar el proceso. 5- Reparación. Fase constituida por fenómenos que van a determinar la reparación total o parcial de los tejidos dañados por el agente agresor o por la propia respuesta inflamatoria. Por desgracia, en la inflamación crónica no se alcanza la última fase, la de la reparación y resolución, hasta que por mecanismos fisiológicos o terapéuticos se logra recuperar el equilibrio en el funcionamiento inmunitario, así como en la liberación y modulación de los mediadores de la inflamación. INFORME CIENTÍFICO Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 2 1 - Células implicadas en la inflamación crónica Macrófagos/Monocitos (fagocitos). El monocito al llegar a los tejidos se diferencia en macrófago. Los macrófagos son el tipo celular dominante en la inflamación crónica. Actúan como centinelas, junto con los mastocitos, detectando agentes infecciosos. Una vez activados, por sus receptores o bien por la presencia de INF-γ (segregado por linfocitos T activados y por NK) eliminaran microbios y terminaran su trabajo con la reparación tisular. Pero esto no sucede así en la inflamación crónica, donde son los responsables de la mayor parte del daño tisular (macrófagos proinflamatorios). Mastocitos. Además de su función centinela, actúan con inmediatez e hipersensibilidad en reacciones alérgicas, liberando mediadores como histamina y prostaglandinas (PG). En la inflamación tienen un efecto dual, pueden ser proinflamatorios o bien regular y limitar la respuesta, dependiendo de las circunstancias. Además, los mastocitos reaccionan al estrés físico que se detecta en los tejidos (calor, frío, presión) y producen los mediadores serotonina e histamina, que son potentes agentes vasoactivos que actúan sobre la contracción y la permeabilidad de los vasos, tanto arteriales como venosos. Los Basófilos también contribuyen a la liberación de mediadores. Neutrófilos. Es una de las primeras células en llegar al foco inflamatorio para fagocitar, o bien eliminar inyectando citotoxinas, siendo característico de la inflamación aguda. No obstante, se puede observar la presencia de neutrófilos durante meses, especialmente cuando las infecciones persisten (ejem: osteomielitis) o cuando existe una intoxicación crónica del tejido (ejem: tabaquismo). Linfocitos. Los linfocitos T y B son potenciados por el macrófago iniciando una respuesta específica. Los linfocitos B sintetizan IgE, que junto con mastocitos o basófilos potencian la inflamación. Por su parte, los linfocitos T producen linfoquinas que prolongan la inflamación en una respuesta más elaborada. La activación y reclutamiento entre linfocitos y macrófagos es bidireccional, ya que los macrófagos lo hacen al segregar TNF-α e IL-1 y los linfocitos mediante INF-γ. Es importante comprender que la respuesta y naturaleza de los leucocitos implicados en la respuesta inflamatoria varía según el momento y la entidad del estímulo. Por ejemplo, cuando el proceso inflamatorio comienza, son los neutrófilos quienes predominan (primeras 6 – 24h) para luego ser remplazados por monocitos en 24-48h. Es lógico que sea así, dado que los neutrófilos son los más abundantes en la sangre y responden más rápido a “la llamada” de las quimiocinas (citoquinas quimiotácticas). Sin embargo, una vez en los tejidos, su vida es corta (apoptosis) y son remplazados por monocitos, que aunque son más “lentos de respuesta” sobreviven más tiempo, e incluso, proliferan en los tejidos en forma de macrófagos, convirtiéndose así en la población dominante en las inflamaciones crónicas. 2 - Mediadores de la inflamación Si el Sistema Inmunitario se pudiera comparar a un “carpintero que debe acudir a reparar los tejidos dañados o inflamados”, los mediadores de la inflamación serían “la caja de herramientas” que este utiliza. Veamos brevemente cuales son estas: 2.1 Metabolitos del Ácido Araquidónico (AA). El ácido araquidónico es sintetizado de la familia Omega 6 a través de la Delta-5-Desaturasa, aunque también encontramos grandes cantidades de este ácido graso en las grasas animales. Es liberado por las fosfolipasas celulares, en situación de estrés, necrosis o bien al ser activado por plaquetas. Una vez liberado, el AA puede tomar dos vías de metabolización, la de las ciclooxigenasas (COX) o las de las lipooxigenasas (LOX). • A partir de lasCOX-2 genera prostaglandinas (PGE2 y PGD2) y tromboxanos (TXA2). En el endotelio vascular se metaboliza en prostaciclina (PGI2). • A partir de la LOX genera leucotrienos y lipoxinas. Estos derivados, llamados eicosanoides (“eico” 20 átomos de carbono) son protagonistas de una gran variedad de procesos biológicos, incluida la inflamación, actuando de la siguiente manera: • Prostaglandinas (PGD2, PGE2): vasodilatación, dolor y fiebre; • Prostaciclinas (PGI2): vasodilatación e inhibición de la agregación plaquetaria; • Tromboxanos (TXA2): vasoconstricción y activación de la agregación plaquetaria; • Leucotrienos: LTB4 es quimiotáctico y activador de los neutrófilos; los otros leucotrienos son vasoconstrictores, inducen el broncoespasmo y aumentan la permeabilidad vascular; • Lipoxinas (LX): vasodilatación e inhibición de la adhesión de los neutrófilos; estos metabolitos del AA producen una disminución de la inflamación, por lo que intervienen en la detención de la inflamación. En los últimos años se han identificado claramente qué mediadores de la inflamación tienen un efecto de Resolución/Reparación, es decir, poseen la capacidad de modular la respuesta inflamatoria y oponerse a cronificación. Además de la mencionada Lipoxina, metabolizada del AA gracias a la LOX (Lipoxigenasa), encontramos la Resolvina D (RvD) y Protectina D1 , metabolizada a partir del ácido graso DHA (ácido docosahexaenoico), la Resolvina E (RvE), metabolizada a partir del ácido graso EPA (ácido eicosapentaenoico) y, más recientemente, han sido identificadas las maresinas (MAR1 macrophage mediators in resolving inflammation) también metabolizadas de los DHA. A este grupo de moléculas que trabajan en la resolución de la inflamación se le ha denominado Mediadores Especializados a favor de la Resolución (SPMs). Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 3 2.2 Aminas vasoactivas: histamina y serotonina. Ambas inducen respuestas precoces en los vasos sanguíneos ante la inflamación. La histamina es producida por mastocitos, basófilos y plaquetas, siendo el principal mediador del aumento de la permeabilidad vascular. La serotonina tiene efectos similares, pero con mayor presencia en células neuroendocrinas. 2.3 Citoquinas. Estas pequeñas proteínas permiten el intercambio de información, durante el proceso inflamatorio, entre diferentes células. En general sus actividades son limitadas y específicas, a excepción de la IL-1 y el TNF-α, que actúan como verdaderas hormonas, trasmitiendo información a través de todo el organismo. Las que son liberadas por los macrófagos durante la inflamación afectan a las células endoteliales y la información que transmiten es siempre muy específica para aquellas células que presenten receptores específicos de cada citoquina. Mensajes trascendentales, como la estimulación de los linfocitos T, son emitidos por citoquinas. 2.4 Óxido nítrico (NO). El NO se sintetiza a partir de la L-Arginina mediante la enzima NO-sintasa (NOS). Encontramos NO en el endotelio vascular, a nivel neuronal e inducible cuando los macrófagos son activados por citoquinas (como el IFN-γ) o por microbios. Por tanto, el NO está presente también en la respuesta inflamatoria, aun siendo de vida muy corta y actuando sobre las células más próximas al lugar de su producción (endotelio, neuronas y respuesta inmune). LIBERADOS DESDE LA MEMBRANA MEDIANTE FOSFOLIPASA A2 ÁCIDO ARAQUIDÓNICO (AA) COX-2 5-LOX EPA DHA 12-LOX 15-LOXAspirina o P450 PGE2 PGD2 PGI2 TXA2 LT LX RvE RvD PTD1 MAR1 INFLAMACIÓN RESOLUCIÓN DE LA INFLAMACIÓN CRÓNICA HOMEOSTASIS STOP Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 4 Papel dual del Óxido Nítrico (NO) en el proceso inflamatorio. Aunque el NO es parte de la respuesta biológica frente a la inflamación y la producción intermitente de NO favorece el daño tisular, sin embargo, si se sintetiza de manera sostenida y continua juega un rol protector contra el daño provocado por la inflamación en el endotelio vascular, al inhibir la producción de quimioquinas e impedir el reclutamiento celular. De hecho, el efecto antiinflamatorio del uso crónico de ácido acetilsalicílico (aspirina) en la microvasculatura se debe a la inhibición de la interacción entre el leucocito y la célula endotelial, debido a un aumento en la producción de NO mediado por la enzima 15 epilipooxigenasa A4. El NO tiene además la capacidad de inhibir la exocitosis de ceramidas (esphingolípido básico en la señalización celular) por parte de los gránulos de las células endoteliales. Estos gránulos, llamados cuerpos de Weibel-Palade, contienen sustancias procoagulantes y proinflamatorias. 2.5 Radicales libres de Oxígeno (ROS). Entre estas especies reactivas, producidas intracelularmente, destacan el anión superóxido (O2), el peróxido de hidrógeno (H2O2) y el radical hidroxilo (HO)+. El anión superóxido puede combinarse con el óxido nítrico para formar especies reactivas del nitrógeno. Estas sustancias atacan todos los materiales biológicos (ADN, proteínas, lípidos...), bien arrancando electrones, arrancando átomos de hidrógeno o adicionándose sobre los enlaces dobles: reaccionan como potentes oxidantes, provocando la pérdida de función de las moléculas afectadas. La vinculación entre estos agentes oxidantes y la inflamación está sobradamente documentada, ya que aun a bajas concentraciones, activan quimiocinas, citoquinas y moléculas de adhesión leucocitaria endotelial, amplificando así la respuesta inflamatoria. Dañan las células endoteliales (aumento de la permeabilidad vascular) y los eritrocitos e inactivan antiproteasas, favoreciendo así la destrucción tisular. Los ROS son utilizados como “arma de defensa” contra virus y bacterias por parte del Sistema Inmunitario, pero su falta de control destruye también los tejidos. 2.6 Factor Activador de las Plaquetas (PAF). El PAF es otro mediador de la inflamación derivado de los fosfolípidos y lo podemos encontrar en las diferentes células del S.I., ya comentadas, tales como mastocitos, basófilos, neutrófilos, monocitos, macrófagos y células endoteliales. Resulta crucial en la agregación plaquetaria, en la vasoconstricción y broncoconstricción, en la activación de la síntesis de eicosanoides, en la quimotaxis, la adhesión leucocitaria al endotelio, etc. 2.7 Neuropéptidos. Quizás el más conocido de ellos es la Sustancia P, que está considerada neurotransmisor, neuromodulador y hormona. La podemos encontrar localizada en el SNC y en el SNV, pero también en la respuesta inflamatoria, controlando la respuesta neurogénica (dolor, vasodilatación, permeabilidad capilar…). Además, interviene en la inmunoregulación, al liberar Interleukina 1 (regulación de Linfocitos B y T), la desgranulación de los mastocitos, incrementa la expresión de CD11b de los neutrófilos, e incluso participa en la activación del macrófago para que inicie la reacción inmunológica. 2.8 Mediadores derivados de proteínas plasmáticas. Son muchas las reacciones de la respuesta inflamatoria que están mediados por estas proteínas, al influir en tres sistemas a su vez interrelacionados: el sistema del complemento, la coagulación y la diferenciación en quininas (péptidos vasoactivos). De entre todos los mediadores de la inflamación generados por estos tres sistemas podemos destacar la bradiquinina (causa vasodilatación por medio de la secreción de prostaciclinas, óxido nítrico y el factor hiperpolarizante derivado del endotelio), la C3a y C5a (moléculas de Complemento que favorecen la degranulación de células cebadas, liberando así Histamina y favoreciendo la inflamación) y trombina (se forma a partir de la protrombina como parte del proceso de coagulación sanguínea, ayudando a la degradacióndel fibrinógeno a monómeros de fibrina). 2.9 Inhibidores séricos de las proteasas. Estas proteínas antiproteasas (α1-antitripsina, α2-macroglobulina) resultan vitales para contrarrestar el exceso de actividad destructora por parte de las elastasas, colagenasas y proteasas, frenando así un exceso de respuesta inflamatoria destructora de los tejidos. Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 5 Papel de los mediadores químicos en la inflamación VASODILATACIÓN Prostaglandinas Óxido Nítrico Histamina PERMEABILIDAD VASCULAR INCREMENTADA Histamina y serotonina Bradicinina C3a y C5a (moléculas de Complemento) Leucotrienos C4, D4, E4 PAF (Factor Activador de Plaquetas) Sustancia P RECLUTAMIENTO Y ACTIVACIÓN DE LEUCOCITOS TNF, IL-1 Quemoquinas C3a, C5a Leucotrieno B4 Productos bacterianos FIEBRE IL-1, TNF Prostaglandinas DOLOR Prostaglandinas Bradicinina Neuropéptidos DAÑO TISULAR Enzimas lisosomales de leucocitos Especies reactivas de oxígeno Óxido Nítrico 3 - Inflamación crónica de alto grado y de bajo grado: un nuevo enfoque. En el ámbito de la inflamación crónica es posible establecer una diferencia entre dos subtipos, tal como lo dejó notablemente claro la revisión publicada en el 2013 dirigida por el Dr. Philip Calder, profesor de Inmunología Nutricional de la Universidad de Southampton. Por un lado, la inflamación crónica de alto grado que se caracteriza por unas elevadas concentraciones de marcadores inflamatorios y de células inflamatorias activadas en el lugar del daño tisular y en la circulación sistémica. Enfermedades como la artritis reumatoide, las enfermedades inflamatorias intestinales, la dermatitis atópica, la psoriasis y el asma se incluyen dentro de este patrón de inflamación de alto grado. Por otro lado, la inflamación crónica puede ser de bajo grado cuando no se acompaña de manifestaciones clínicas evidentes (subclínica). En este caso, la elevación en las concentraciones de marcadores inflamatorios y de células inflamatorias en la circulación sistémica no es tan pronunciada como en las condiciones de inflamación crónica de alto grado mencionadas antes. Sería un grave error subestimar la inflamación crónica de bajo grado, ya que existen evidencias claramente establecidas que relacionan, lo que algunos autores han denominado inflamación “silenciosa” (subclínica) con futuras patologías, no solo inflamatorias sino también degenerativas. Es más, algo tan simple como presentar de manera crónica procesos alérgicos o alteraciones intestinales u obesidad leve/moderada o dolores musculotendinosos inespecíficos y cambiantes, son evidencia de la misma. La inflamación crónica, tanto de alto grado como de bajo grado pueden ser el resultado de un Sistema Inmunitario muy reactivo, pero en muchas ocasiones es sencillamente el resultado de un modo de vida poco saludable. Es posible intervenir en la modulación del Sistema Inmunitario, donde el intestino juega un rol principal, pero no menos importante es evitar aquellos hábitos que son el contexto ideal para que una inflamación se cronifique. Inflamación granulomatosa. Este tipo de inflamación crónica tiene un patrón bien definido, ya que un granuloma es el resultado de que el sistema inmunitario en su búsqueda de solución ante un cuerpo extraño, que no puede ni fagocitar ni eliminar, intenta aislarlo. Razón por la que en los granulomas, generalmente, podemos encontrarnos en su centro el agente patógeno, rodeado por una ingente cantidad de macrófagos, trasformados en células pseudoepiteliales, rodeados, a su vez, por linfocitos y, en ocasiones, por células plasmáticas. Enfermedades granulomatosas típicas son la tuberculosis, la sífilis, la vasculitis, la sarcoidosis, infecciones por bartonella (arañazo de gato), brucelosis e incluso la Enfermedad de Crohn (con otros factores etiológicos asociados). Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 6 3.1 Factores medioambientales y fisiológicos que regular para evitar la inflamación crónica: 1. Evitar el consumo de grasas saturadas de mala calidad. Un consumo frecuente de carnes ricas en ácido araquidónico presentará un balance favorecedor de mediadores proinflamatorios. 2. Evitar el consumo habitual de azúcares rápidos, dado que los niveles altos de insulina se comportan como disparadores de los mecanismos proinflamatorios. Es más, se ha sugerido que la Hemoglobina Glicosilada puede ser un parámetro subjetivo, pero eficaz, para valorar una posible inflamación crónica incipiente, no solo una diabetes. 3. La diabetes, especialmente si está mal controlada, va asociada a una inflamación crónica, por lo que es imprescindible un buen control de la glucemia cuando ya la enfermedad esta presente. 4. La obesidad crónica en si misma es una constatación de que existe una inflamación crónica, inicialmente de bajo grado. Si se trata de un Síndrome Metabólico, es obvio que existe. Resulta crucial evitar la obesidad, incluso en sus estadíos tempranos. 5. Una patología cardiovascular crónica, aun siendo leve, es signo inequívoco de inflamación, por lo que es imprescindible buscar maneras etiológicas de proteger este sistema, especialmente a nivel del endotelio vascular, blanco ideal de algunos de los mediadores inflamatorios más agresivos. 6. El tabaco es uno de los mayores inductores de la inflamación. Se ha encontrado niveles aumentados de neutrófilos y macrófagos (células clave en la inflamación) tanto en fumadores como en pacientes con EPOC (Enfermedad Obstructiva Crónica) asociado a una mayor actividad de proteasas, quimiocinas y citoquinas, que amplifican las respuestas inflamatorias. Igualmente el tabaquismo está asociado a alto estrés oxidativo y una mala expresión génica, interfiriendo con los sistemas de remodelación de cromatina (sustancia base del núcleo celular), y, como consecuencia una activación de la transcripción de genes de acción inflamatoria. 7. Es vital eliminar las infecciones leves que tienden a cronificarse. Siendo especialmente cuidadosos con la salud bucodental. Ya se han identificado más de cincuenta enfermedades sistémicas asociadas a la periodontitis. No solo enfermedades cardiovasculares, sino incluso, artritis reumatoide o Alzheimer, donde existe un claro componente inflamatorio. 8. Una buena gestión del estrés resulta crucial. No hace tanto tiempo que se ha señalado el mecanismo por el cual el estrés crónico afecta a las células inmunitarias encargadas de activar la inflamación. “La razón está en el cortisol, una hormona que regula la respuesta inflamatoria del cuerpo” afirmó el Dr. Sheldon Cohen de la Universidad Carnegie Mellon, autor del estudio How stress influences disease: Study reveals inflammation as the culprit “y cuando el cortisol no puede realizar sus funciones, la inflamación corporal queda sin control”, concluyó. 3.2 ¿Cómo determinar si existe una inflamación subclínica o de bajo grado? En principio, además de valorar todos los factores medioambientales comentados anteriormente y que, a mayor o menor grado, serán siempre inductores de inflamación, podemos tomar algunos valores analíticos como buena referencia del grado de inflamación existente. Ligeras alteraciones sobre los valores adecuados sostenidas en el tiempo, pueden ser una indicación de inflamación “solapada”. Como primera valoración podemos inclinarnos por la de los marcadores más versátiles y comunes, como: • PCR (Proteína C Reactiva). Es una proteína que “manda respuestas” ante cualquier tipo de inflamación. Se mide en sangre de manera fácil, precisa y a bajo coste. Los cortes de riesgo que se utilizan para su valoración pueden variar en función de qué tipo de inflamación se esté valorando (articular, intestinal…) • El recuento de leucocitos totales. Por ejemplo,unos valores en monocitos ligeramente superiores a los valores recomendados sostenidos en el tiempo pueden ser indicio de inflamación de bajo grado, consecuencia de infecciones crónicas o autoinmunidad que todavía no se ha manifestado con claridad. Los eosinófilos elevados, como es bien sabido, pueden indicar un terreno alérgico/inflamatorio clásico (rinitis, asma alérgico), pero también pueden estar asociadas a una vasculitis. Y, lógicamente, una linfocitosis significativa conlleva un diagnóstico diferencial, ya que puede ser signo de infecciones, autoinmunidad crónica, procesos linfoproliferativos y otras alteraciones donde está presente, también, la inflamación. • La VSG (Velocidad de Sedimentación Globular). Es un parámetro muy interesante para medir el estado inflamatorio del momento, pero tal como la PCR, está considerada un marcador inespecífico, no relacionado con ninguna enfermedad en concreto. La infección da lugar también a la inflamación, que se puede resolver en corto espacio o no, y puede ser señalada por una VSG elevada. Y en segunda instancia: • Otras proteínas de origen hepático, como los factores de Complemento C3 y C4, la proteína Amiloide A Sérica, la ceruloplasmina, el fibrinógeno, etc. • Citoquinas proinflamatorias, como la IL-6, la IL-1β, o el TNF-α o el IFN-γ • Hormonas secretadas por adipocitos, como leptina y resistina No incluimos los marcadores específicos, utilizados cuando ya está identificada una patología inflamatoria, como por ejemplo, la calprotectina en las Enfermedades Inflamatorias Intestinales o el Factor Reumatoide en una Artritis Reumatoide, u otras. Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 7 3.3 Como equilibrar y modular las respuestas inflamatorias crónicas. De manera convencional se utilizan los AINs (Antiinflamatorios no esteroideos) que han demostrado una inequívoca eficacia a la hora de inhibir ciertas respuestas inflamatorias, especialmente las mediadas por la COX-2. Desgraciadamente este grupo de fármacos no distinguen en la inhibición con la COX-1, vital en la protección de la mucosa gastrointestinal, motivo por el cual se han hecho bien conocidos los efectos secundarios de estos. La Prednisona goza también de una fama justificada por su rapidez en los resultados, especialmente cuando se trata de inhibir la inflamación aguda, pero está siendo cuestionada reiteradamente en tratamientos crónicos de medio-largo plazo dados sus también conocidos efectos secundarios. En otros casos, se sigue obviando la fisiopatología de fondo y se utilizan fármacos con estrategias no etiológicas. Por ejemplo, cuando alguien presenta PCR elevada e Hipercolesterolemia o incluso con niveles de colesterol normales, y se prescriben estatinas a modo “preventivo”. Es un hecho que el tomar estatinas no resolverá las causas de la inflamación del endotelio vascular, su pérdida de flexibilidad y la oxidación que se produce en su entorno. En términos generales, hay que otorgarle a los fármacos un importante éxito en tratar los cuadros agudos y un mediocre o nulo efecto en los tratamientos a largo plazo. Para revertir o al menos reducir todo lo posible la inflamación crónica es necesario establecer un plan de acción multifactorial: 1. ALIMENTACIÓN SALUDABLE. Evitando los alimentos pro-inflamatorios: azúcar y dulces, grasas trans, alimentos fritos o cocinados a altas temperaturas, colesterol oxidado (como el de los huevos cocinados a altas temperaturas), tomar alcohol diariamente y casi todos los alimentos manufacturados (que rebosan aditivos pro-oxidantes). Consumir alimentos con propiedades antiinflamatorias: vegetales de colores intensos, ácidos grasos monosaturados (oliva, aguacate) y los ricos en omega 3 (pescado, nueces, aceite de cáñamo, etc), especias (cúrcuma, jengibre, pimienta negra, etc). 2. EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y CONTROL DE PESO. No extenuante y preferiblemente evitar aquellos que impliquen impactos repetitivos sobre articulaciones o músculos. El aire puro, la montaña, el andar en cerros, puede ser el mejor ejercicio “antiinflamatorio”. Además, el ejercicio físico es la mejor herramienta para mantener bajo control uno de los mayores factores pro-inflamatorios: el sobrepeso. 3. CONTROL DE LOS NIVELES DE AZÚCAR. Si los niveles de azúcar tienden a elevarse por encima de rango de normalidad, y especialmente, si la Hemoglobina Glicosilada está por encima de 5 puede ser necesario establecer un plan de restricción alimentaria de granos (cereales) y azúcares. 4. GESTIONAR CORRECTAMENTE EL ESTRÉS. Ya hemos visto el impacto del cortisol en los factores inflamatorios. Es vital realizar actividades que coloquen nuestros pensamientos en un entorno de paz y calma (yoga, meditación, tai-chi…). 5. UTILIZAR LA NUTRICIÓN CELULAR ACTIVA Y LA FITOTERAPIA. Dados todos los factores implicados en la respuesta inflamatoria y su cronificación es posible recurrir a micronutrientes y plantas medicinales que han demostrado, a lo largo de los siglos, su capacidad para modular dicha respuesta: Boswellia Serrata. El ácido boswélico ha demostrado su capacidad moduladora de la 5-LOX, inhibidora de la HLE (Helastasa Leucocitaria Humana) y de la expresión del TNF-α. La historia de siglos y los estudios más recientes le confieren propiedades antiinflamatorias. Curcuma Longa. Tanto la curcumina como otros activos de la cúrcuma poseen acciones, claramente identificadas, moduladoras de la inflamación, actuando sobre la COX-2, la LOX, las IL-1, IL-10, sobre los ROS, las metaloproteasas, etc. Harpagofito. Sus raíces contienen principios activos que inhiben la COX-2, sin afectar a la COX-1, al tiempo que reducen las PGE2, el TNF, las IL-1 e IL-6, etc. Sauce Blanco. Las propiedades para reducir el dolor del sauce son debidas a la presencia de salicina, que el hígado trasforma de ácido acetilsalicílico. Ha mostrado capacidad para inhibir prostaglandinas y tromboxanos, además de bloquear la percepción del dolor en el cerebro. Epigalocatequina Galato (EGCG). Se ha confirmado el interés de este flavonoide, presente en el té verde, a la hora de controlar la inflamación, gracias a su capacidad moduladora de los mediadores de esta. Matricaria Camomilla. Una de las plantas medicinales más utilizada en la fitoterapia europea. Contiene infinidad de principios activos (quercitina, bisabolol, camazuleno, luteolina…) que le confieren propiedades inhibidoras de la COX-2, sin afectar a la COX-1. AGPI. Los ácidos grasos poliinsaturados, especialmente de la serie omega 3, aunque también el Gamma-Linolénico (de la serie Omega 6) son precursores de importantes moduladores de la inflamación (PGE3, PGE1, Rv, PT, MAR1, TXA3…). Enzimas. La enzimoterapia sistémica consiste en el uso de enzimas de origen natural (papaína, bromelaína…) que tienen la capacidad de modular la respuesta de las citoquinas proinflamatorias y las citoquinas inhibitorias (antiinflamatorias), al formar complejos irreversibles de alfa-2-macroglobulina/citoquinas/enzimas, para ser eliminadas juntas por el organismo. El resultado es la estabilización del contenido de citoquinas, el drenaje intersticial y la resolución de la inflamación. Felipe Hernández Ramos Director Técnico Recomendaciones generales a título informativo sobre propuestas de la regulación de la inflamación con NCA. Documentación estrictamente reservada a los profesionales de la salud. 05/18 8 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA - Kohli, P. and Levy, B.D. 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