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1 LAS ARTESANÍAS RURALES Y LAS ECONOMÍAS CAMPESINAS EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI: EL CASO DE MALLOA, CHILE. HÉCTOR CAVIEDES BRANTE. ULISES CÁRCAMO SIRGUIADO. ERIC DÍAZ DELGADO. RODRIGO ROCHA PÉREZ. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad de Chile. Santiago, Chile. PROPÓSITOS Hemos venido hasta Mérida (México) para presentar, en el noveno Congreso de Geógrafos de América Latina, los resultados de una larga investigación1, relacionada con las artesanías rurales de una localidad que se ubica, aproximadamente, a 130 Km al sur de Santiago de Chile: La comuna de Malloa (ver Fig. Nº1). Figura 1: División política y administrativa de la VI Región Fuente: Cartografía cultural de Chile. Ministerio de Educación. 1 “Las artesanías rurales y la agricultura campesina de Malloa en los tiempos de la globalización”. (2002- 2003). Proyecto de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. 2 El objetivo de este estudio, es descubrir las estrategias de supervivencia de las artesanías y, así, detectar los mecanismos de subsistencia de éstas, para luego poder diseñar directrices que permitan mantener estas actividades y conseguir, con ello, su reforzamiento. El hecho que estas artesanías se refuercen, no implica que su permanencia en el tiempo se manifieste en que tengan la calidad de museos vivos o reservas, sino que para que puedan asimilar y enfrentar –de acuerdo a su propia dinámica– los impactos de las externalidades de la sociedad contemporánea globalizante. De esta forma, continuarán con su singularidad hacia el futuro, aún cuando en el acaecer de fines del siglo XX, según menciona Hobsbawn (2000: 555), se diga: “El siglo XX corto acabó [sic.] con problemas para los cuales nadie tenía ni pretendía tener una solución. Cuando los ciudadanos de fin de siglo enfrentaron su camino hacia el tercer milenio a través de la neblina2 que los rodeaba, lo único que sabían con certeza era que una era de la historia llegaba a su fin. No sabían mucho más”. El texto transcrito es elocuente con relación a la situación temporal, la cual se encuentra hoy en una situación de incertidumbre, donde nada pareciera favorecer su continuidad en el tiempo. Pese a ello, pensamos que los espacios que aún subsisten –aunque en forma precaria– deben ser resguardados porque representan, en mayor o menor medida, parte de la identidad local, regional y nacional. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y GEOGRÁFICOS DE LA LOCALIDAD DE MALLOA. Históricos La Historia del área investigada, según don Luis Amesti3 (1998: 31), conformó un cacicazgo antes del período hispánico. Agrega, además, el mismo autor que: “Según algunos etnógrafos, estos grandes jefes comarcanos eran de la sangre de los Incas. Los habían destacado sus emperadores para asegurarse su leal cooperación.” Testimonio de esta relación entre este cacicazgo y el incanato habría sido “El Sol Pintado de Malloa”, el que representaba “(...) [un] timbre heráldico colocado por los Inca del Perú en el límite sur del Protectorado(...)”♣ (Amesti, 1998: 31) Los escritos del señor Amesti nos demuestran que la actual área de Malloa tuvo un poblamiento de antigua data y que, incluso, al momento de la ocupación hispana, llegó a tener una organización política que podría traducirse en lo que se ha denominado sistema segmentario o tribal. Luego, esta localidad pasó a conformar –muy tempranamente– parte del corregimiento de Colchagua y, según algunos historiadores, hacia la primera década del siglo XVI, en la localidad de Malloa, se encontrarían evidencias de su conformación como 2 El subrayado es nuestro. 3 En: Valenzuela Solís de Ovando, Carlos (comp.) 1998. ♣ * Pictografías reconocidas, por primera vez, en el trabajo del historiador José Toribio Medina (1882) y, posteriormente, en el del doctor Aureliano Oyarzún (1911). Pero hoy, la autoría de dicha expresión rupestre está en discusión, ya que no se sabe, certeramente, si fue obra del incanato o de los nativos de la región (información gentilmente proporcionada por el docente de nuestra unidad académica, señor Francis Goicovich Videla). 3 Pueblo de Indios y, hacia 1616, aparece constituida la parroquia de Santa Ana de Río Claro de Malloa. Hacia fines del siglo XIX, esta área se transforma en comuna al interior del Departamento de Caupolicán, el que a su vez formaba parte de la antigua Provincia de O’Higgins. Esta unidad político-administrativa, durante los dos primeros tercios del siglo XX, se convirtió en una de las zonas más tradicionales, así como una de las más deprimidas, económicamente, del país. En la actualidad, la comuna de Malloa forma parte de la provincia de Cachapoal, y por extensión, de la VI Región administrativa del país, la que en los albores del siglo XXI se ha transformado en una de las zonas más exitosas dentro del modelo neoliberal aplicado en el país a partir de 1975, principalmente debido a la consolidación de la agricultura moderna y el “boom” agroexportador. Geográficos Como ya se ha dicho, la Comuna de Malloa se encuentra en la VI Región denominada ‘Del Libertador Bernardo O’Higgins’ y, específicamente, se ubica en la parte sur de la ya citada provincia de Cachapoal, ocupando un área total de 217,5 kilómetros cuadrados. Su superficie está comprendida por una depresión sobre la cual se asienta parte importante del territorio de la Comuna de Malloa, la que se caracteriza por la presencia de sedimentación fluvial y de meteorización in situ, proceso que, finalmente, se tradujo en una geomorfología caracterizada por la existencia de amplios sectores de relleno, en los que se sitúan las principales localidades pobladas de la Comuna: Malloa y Pelequén. Por otra parte, los cerros que rodean dicha depresión, tanto por el norte (sector Portezuelo) y por el sur (sector Angostura de Pelequén), corresponden a estribaciones de las Cordilleras de Los Andes y de La Costa, lo que otorga condiciones topográficas bastante peculiares al área del municipio de Malloa. En relación con el clima de esta área, es de carácter templado –cálido con lluvias invernales y estación seca en verano–, con montos de precipitación anual del orden de los 650 mm (concentradas preferentemente entre los meses de abril a septiembre) y temperaturas moderadas con un promedio anual de 15°C (en enero promedia los 21°C y en julio 9°C). Junto a lo anterior, la hidrografía de Malloa se caracteriza por tener una red compuesta por el río Claro en el norte, el estero Antivero en el sur poniente y dos esteros menores: el Rigolemu y el Huinico. En conjunto, todos aseguran el abastecimiento de aguas para el regadío de la zona. En cuanto a los suelos, la Comuna posee un tipo edafológico que presenta una mayor evolución que el que se ubica en climas desérticos o semidesérticos del norte chileno. Sin embargo, la depresión o valle, a la altura de los pueblos de Malloa y Pelequén, 4 presenta importantes niveles de sedimentación con suelos de poco desarrollo. Gran parte de estos suelos son de origen aluvial, con buen drenaje y texturas livianas, lo que se traduce en la existencia de suelos con capacidad de uso de clases I, II y III en la mayor parte de la depresión, lo que sustenta un intenso uso agrícola y frutícola. En cuanto a la vegetación natural, la Comuna se circunscribe en una zona apta para gramíneas, arbustos y árboles, que son los insumos para las actividades artesanales, especialmente para el de mobiliario. La población de Malloa, según el XVI Censo de población y el V de vivienda del año 1992, tenía un total comunal de 12.252 habitantes (52,6% hombres y 47,4% mujeres), con una densidad de 56,3 habitantes por kilómetro cuadrado. Por otra parte, según la primera proyección del último censo nacional –efectuado el año 2002– estos valoreshan alcanzado los 15.064 habitantes, estableciéndose de manera preliminar un aumento en la variación intercensal del 23%. Por otra parte, las áreas urbanas más importantes se sitúan en las localidades de Malloa y Pelequén, las que totalizan el 35,9% de la población. Por lo tanto, el resto es clasificada como población rural. EL AMBIENTE EN EL CAMBIO DEL MILENIO. En esta área, nos hemos encontrado con tres espacios contiguos, en los que por más de una centuria se ha trabajado en forma artesanal el tallado en piedra, la confección de escobas, así como el mobiliario manufacturado y que, paradójicamente, se insertan hoy en un ámbito agropecuario que se ha trasformado en una de las regiones más exitosas en la aplicación del modelo neoliberal en Chile. Luego, con cierto asombro, hemos constatado que en una zona tan modernizante aún subsisten estas actividades, cuyos productos –ya sean decorativos o utilitarios– fueron, complementarios, por larga data, con formas productivas agrícolas ya superadas en esta parte de Chile Central y, por lo tanto, dicha complementarización hoy no se visualiza con su entorno. Este es el caso de Malloa con sus tallados en piedra, sus escobas y su mobiliario artesanal, bienes que provienen de actividades que todavía perviven con una personalidad definida en medio de esta neblina que todo lo opaca. Para nosotros, ésta constituye una atmósfera contaminada, cuyos agentes nocivos proceden del actual estado de la globalización, del neoliberalismo, de las alteraciones ecológicas, así como de los avatares demográficos. En este medio, y al término de una era, aún encontramos espacios que, aunque se presentan como hábitats precarios y sostenidos en el tiempo, son sustentadores de actividades específicas, singulares e identitarias de ellos mismos. Se ha citado que la atmósfera finisecular es el producto –entre otros factores– de la actual globalización, hecho histórico derivado, principalmente, del proceso de internacionalización del capital, principalmente de los flujos de producción, distribución e intercambio, con lo cual se produce una rearticulación espacial de los mercados y de los 5 centros productivos, sobre la base de la competitividad y de la localización estratégica regional. Es necesario señalar, que esta globalización se debe comprender como un proceso selectivo, que no involucra al conjunto de las economías mundiales, sino solamente aquellas que son capaces de insertarse en la lógica de competencia y exclusión que este nuevo escenario plantea. Por lo tanto, todas aquellas actividades productivas que no resulten ventajosamente competitivas, tendrán que sufrir drásticas transformaciones y rearticulaciones. Además, las actividades exitosas en el proceso de inserción global exigen, aunque se piense que ya están superadas, la presencia y desarrollo de ventajas comparativas y competitivas a través de un proceso de modernización constante. En tal sentido, Anthony Giddens (2000 :57–62) advierte que: “Un mundo donde la modernización no se restringe a un área geográfica, sino que se manifiesta mundialmente, tiene una serie de consecuencias para la tradición” y agrega que: “a medida que la influencia de la tradición y la costumbre mengua a escala mundial, la base misma de nuestra identidad personal – nuestra percepción del yo – cambia”. Del mismo modo, el actual proceso de globalización se sustenta en modelos económicos con fuertes acentos neoliberales, los que se caracterizan –de manera general– por el alto grado de desregulación económico-legal, la cual se impone con el fin de generar lo que se ha denominado ‘condiciones de mercado transparente’. Esto se ha traducido, en la práctica, que el capital exija una alta tasa de ganancia en un tiempo breve, acompañada de facilidades para fluir sin fricción de un espacio a otro. A este respecto, Eric Hobsbawn (2000: 576), sostiene que: “vivimos en un mundo cautivo, desarraigado y transformado por el colosal proceso económico y tecnológico- científico del desarrollo del capitalismo que ha dominado los dos o tres siglos precedentes”. En consecuencia, el neoliberalismo estaría atentando en contra de productos derivados de la tradición y que se relacionan con la identidad local. En relación con los problemas ecológicos, Hobsbawn establece que ellos estarían conformando parte de lo que él ha establecido como ‘la neblina de fines del segundo milenio’. Al respecto, Rafael Puyol en su trabajo Los grandes problemas actuales de la población (1993), establece que la problemática ecológica comienza a visualizarse y a reconocerse a comienzos de los años 70, cuando se manifiestan agudos problemas en lo relacionado con la deforestación, desertificación, reducción de la capa de ozono y aumento de la temperatura media en la atmósfera. A lo anterior, nosotros creemos que se deben agregar los graves problemas acaecidos en la hidrósfera, con la pérdida de capacidad productiva de enormes áreas acuíferas, así como en el cambio de nivel de grandes napas subterráneas. En general, las alteraciones ecológicas impiden vencer la precariedad de los espacios en donde se desarrollan las actividades artesanales rurales, ya que se ven directamente afectadas, dado que éstas se sustentan en insumos básicamente naturales. Según José Botella Llusia, en su trabajo: La explotación demográfica y la regulación de la natalidad (1997), desde comienzos del siglo XIX han sido necesarios 110, 6 34, 15 y 12 años, respectivamente, para que se duplique la población mundial. Y luego señala –citando a Dirk J. Van de Kaa– que, frente a la problemática demográfica europea, se configura una Segunda Revolución Demográfica, la que –a su juicio– ha generado tendencias alterantes en tres dimensiones básicas de sus sistemas sociales, como son la estructura, la cultura y la tecnología. El texto citado, reconoce la problemática que sufren los países del primer mundo a fines del segundo milenio, problemas que son transferidos a los países en desarrollo, ya que aquéllos son los referentes mundiales en lo económico, social y cultural y los segundos, son los receptores y continuadores de tales efectos. En consecuencia, no sólo el mundo del norte está sufriendo estas alteraciones tridimensionales (estructural, cultural y tecnológica), sino también áreas del mundo austral, como es el caso de vastas zonas de nuestro país, en una de las cuales están circunscritos nuestros espacios-objetos de estudio. En síntesis, estos espacios a los que hemos hecho alusión, tienen relación con las artesanías rurales de algunas localidades de la VI Región, y ésta se ha transformado –por excelencia– en una región agroexportadora hacia los mercados de los países desarrollados. LA PROBLEMÁTICA DE LA ARTESANÍA. Según el Diccionario de la Real Academia Española, artesanía es una: “Clase social constituida por artesanos”. Artesano, a su vez, es una: “Persona que ejercita un arte u oficio meramente mecánico. Modernamente se distingue con este nombre al que hace por su cuenta objetos de uso doméstico, imprimiéndole un sello personal, a diferencia del obrero fabril.” Con relación a las definiciones del diccionario, nos encontramos que ‘artesanía’ se distingue por un cierto sello que le imprime el ejecutante al bien final, lo cual lo hace distinto al producto industrial. Hoy, es difícil establecer una definición precisa. Para algunos especialistas, las artesanías son una actividad que identifica a un grupo especial de individuos que se ubican en un ámbito profesional particular. Su existencia como actividad es bastante clara y ella ha recibido diversas denominaciones, tales como economía rural o economía campesina (lo que estaría asociando la idea de artesanía con la vida del mundo del campo) o economía de subsistencia (esta última idea vinculada con relación a los beneficios obtenidos, que generalmente son bajos o restringidos). Connotadosespecialistas nacionales en la materia establecen que, para alcanzar una definición general de la actividad artesanal, es necesario atraer el concepto de folclore. Las artesanías, entonces, estarían vinculadas con la tradicionalidad, que es elemento clave dentro de la estructura del folclore. 7 En pocas palabras, se ha vinculado la artesanía con el empirismo, el tradicionalismo y el comunitarismo. Además, la artesanía tiene como instancia final llegar a una producción económica de características especiales, sustentada en la explotación de los recursos existentes en la naturaleza, en forma directa y más o menos simple, en cuanto al uso de técnica y maquinaria. La artesanía se ha entendido como la representación de un grupo cohesionado, el cual –detectando sus prioridades y necesidades– busca obtener beneficios realizando una labor. Esta labor genera bienes de uso, que pueden ser útiles a requerimientos propios o bien, pueden ser artículos funcionales, estéticos u ornamentales, que satisfacen al vecindario de la localidad o llegan, incluso, al mercado mismo de la gran ciudad. Por lo tanto, la producción de artesanías implica una relación de tipo comercial y social, generando un ambiente dentro de espacios determinados. Es así como la cultura se hace historia, ligada a un apego de costumbres, con una larga raigambre y basada en un principio esencial en la cultura llamada campesina. Es aquí, dentro de los espacios de un proceso cotidiano, continuo y evolutivo, en donde los que se dedican a la labor artesanal logran, según Chavarría (1999: 119): “establecer vínculos con su entorno, su familia, su comunidad, con un fuerte sentido colectivo, de solidaridad y ecológico. Recogen la experiencia del pasado en forma empírica, manteniendo una memoria histórica que acomodan y readecuan en el tiempo.” Además de lo anterior, cabe decir que, tradicionalmente, la artesanía se ha relacionado con una determinada comunidad, viéndose ésta fuertemente afectada –en su base y cohesión– desde que se consolidó la última modernización y que, junto con la aplicación del modelo económico neoliberal y la actual globalización, ha sufrido graves problemas en su existencia, y en la determinación de su definición actual. Esto nos permite inferir, que estamos frente a la presencia de una actividad tradicionalmente comunitaria –la artesanía– que se está adaptando y articulando a las nuevas formas económicas y sociales, siendo esto sólo el embrión de una desarticulación aún mayor. De acuerdo con Monctezuma (2002: 32-37), en la actualidad la artesanía puede ser entendida como: “una actividad donde muchas veces se proyecta la vida campesina, la labor de hombres y mujeres que producen y transforman pero con identificaciones mercantiles4, dado que es un recurso demandado por un sector de consumidores urbanos en busca de productos autónomos que se adecuan a definiciones específicas de autenticidad.(...) Esta identificación tiende a disociar la imagen de la vida rural de sus condiciones reales de producción, donde intervienen personas, en los que además de solidaridad y ayuda mutua, demuestra relaciones de subordinación. (...) A raíz de la globalización imperante, se producen transformaciones en la vida de los artesanos, en un mundo donde ellos se han ido volviendo prescindibles para la gran sociedad global y se van construyendo espacios de cambio donde se contribuye a la reproducción y legitimación de la diferenciación social y la exclusión.” 4 El subrayado es nuestro. 8 El texto arriba transcrito, nos dice que en la actualidad hay una distorsión de la imagen de la vida rural, que incide tanto en el desconocimiento de las relaciones sociales de subordinación que en él se nos presenta, como en el desconocimiento de su calidad de escenario en donde se reproduce y legitima, no sólo la diferenciación social sino que, también, la marginalización. Esto nos permite tener una aproximación para captar la diferencia con el arte popular y reconocer que las artesanías son actividades productivas que requieren de cierto monto de capital, de determinados conocimientos técnicos, de mercados de insumo, de una demanda más o menos regular y, por ende, de una comercialización. Su producción se transforma en la base de quienes se involucran con la artesanía. Continuando con la citada comparación, podemos establecer brevemente que el arte popular es una expresión profundamente ligada a la tradición y a las técnicas estéticas transmitidas de generación en generación, técnicas que representan la sensibilidad de un colectivo y que tienen un uso definido. Además, el arte popular es un patrimonio de la colectividad y, normalmente, no requiere de subdivisión de trabajo, actuando como una actividad complementaria en la generación del ingreso individual y familiar. Por lo tanto, las artesanías rurales están hoy circunscritas a situaciones más dramáticas que el arte popular, ya que no depende de las artesanías el acontecer de un grupo familiar y su actividad, se mantiene según la disponibilidad de recursos (normalmente naturales) y de la demanda sobre estos bienes (moda o momento cultural). En síntesis, las artesanías son una producción cada vez más restringida y, con respecto a ello, Peters (1999:120) dice: “[Las artesanías] Se ven enfrentadas a un franco deterioro y extinción, con el grave riesgo de perder un patrimonio que forma parte de nuestra identidad, como pueblo contemporáneo”. A lo anterior, podemos agregar que las superfluas miradas de quienes creen que todo marcha bien –en cuanto al comercio internacional o global– demuestran sólo pobreza de conocimiento, al percibir el deterioro y la pérdida de lo que nos identifica –lo tradicional– que, por fortuna, aún está presente en Malloa y que hoy enfrenta los embates que sufre la sociedad contemporánea, sociedad de la tecnología, de la producción y el consumo en masa. ESTADO ACTUAL DE LAS ARTESANIAS EN MALLOA. Para el profesor Dannemann, las artesanías rurales de esta área se ubican en el ámbito cultural que denomina hispano–picunche, por lo tanto su producción artesanal ha evolucionado en estrecha relación con la síntesis de ambas culturas, que se produce al interior del mestizaje que ellas generan. Por otra parte, la profesora Sonia Pinto (1996:22) establece que: “la base cultural de nuestro país desde la época colonial reposa en la mezcla de los elementos hispanos e indígenas”, siendo: “ese grupo social, donde está presente con mayor fuerza, la tradición, que es la esencia de una mantención, de una identidad a escala local, regional o tal vez nacional”. 9 En consecuencia, nos encontramos frente a espacios que han podido sintetizar tradiciones productivas de carácter manufacturero, provenientes de dos mundos diferentes y que han podido constituir espacios definidos, los cuales han perdurado desde dos o tres siglos atrás, sustentados por los recursos naturales que dichas áreas poseen y en función de las necesidades de las poblaciones asentadas en la zona. (Ver Fig. Nº 2) Figura Nº 2: Localización de los Talleres Artesanales. Sector Pelequén. a) Artesanía en piedra: Los talleres de artesanía en tallado de piedra se localizan, principalmente, en la orilla oriente de la carretera 5 Sur, en las inmediaciones de la cantera de granito rosado, que se localiza a la latitud del sector Angostura de Pelequén o Rigolemu. Desde hace más dos siglos que se extraen desde allí materiales para la construcción, ornato y utilería, como el caso de pilastras, gradas (para escalas), bancos, piletas y basas. También se encuentran morteros y otros materiales de desechos que fueron usados como gravilla en la construcción de la línea férrea de Santiago hacia el sur (a partir de la segunda mitad del siglo XIX). 10 En la cantera dePelequén, se encuentran variedades de piedra rosada, como el rosa pálido, el rosado propiamente tal y la de flor de durazno (piedra rosada con vetas blancas). Además, la cantera se ha transformado en uno de los centros de abastecimiento de este insumo, siendo su tenencia de carácter particular. El mercado de consumo de esta piedra –inicialmente– fue la ciudad de Santiago, donde fue utilizada en construcciones civiles, religiosas y políticas, así como en adoquines para la pavimentación de las calles capitalinas. Junto a este mercado, se encontraba el de artículos de construcción y menaje para el consumo local. Posteriormente, con la construcción de la línea férrea que conecta Santiago con Puerto Montt, su mercado se amplió a gran parte del centro y sur del país, incorporándose como materia prima de ornamento de necrópolis, principalmente en Santiago. Con la construcción, luego, de la carretera Longitudinal Sur –en la década del cuarenta del siglo pasado–, se comienzan a instalar puestos para la venta de artículos de piedra en los bordes de esta carretera, lo cual permitió ampliar su comercialización y consolidar su carácter de uno de los mercados abastecedores de este bien. Hacia fines de la década recién pasada, con la construcción de la carretera de la fruta, el área quedó conectada con el litoral central (sitio de veraneo de gran parte de la población de la depresión intermedia) y con el importante puerto de San Antonio, el cual facilitó su comercio con el exterior, dada la calidad de la infraestructura allí existente (con grúas para movilizar contenedores). Esta artesanía, a fines del 2002, reunía a 44 socios artesanos permanentes, agrupados en la Asociación Gremial de Artesanos de Pelequén e incluía a más de 90 artesanos dependientes y pirquineros. En total, encontramos 134 personas permanentemente abocadas a este trabajo. En la actualidad dicha agrupación ha generado la vinculación de artesanos de piedra y madera, ya que de los 44 socios, 38 se inscriben dentro de la actividad derivada de la cantera y tallado en piedra, y 6 lo realizan en la elaboración de muebles de madera. Los orígenes de esta agrupación de artesanos se remonta a 1990 y, desde ese momento, permanecen sus talleres, preferentemente, a orillas de la carretera 5 Sur y en las inmediaciones meridionales del pueblo de Pelequén. En cuanto al mercado actual, la producción del tallado en piedra está destinada, en un porcentaje elevado, a sectores sociales acomodados de Santiago, al litoral central y a las parcelaciones de agrado, que se han multiplicado en los últimos años en el mundo rural de Chile. Además, existe un incipiente mercado externo que se ha detectado últimamente, el cual estaría concentrado en el área del Caribe y algunos países sudamericanos. Hemos podido detectar, en este caso, que los demandantes de dicha artesanía pueden solicitar especificaciones del producto final requerido a los socios artesanos. En 11 consecuencia, esta producción tiene consumo local, regional y, recientemente, de orden subcontinental. En cuanto al valor de las ventas promedio mensual por taller, éstas fluctúan entre los $150.000 (US$200)5 a los $3.000.000 (US$4.050). b) Artesanía en escobas. Nuestra investigación nos ha permitido constatar que esta actividad tiene una larga data en el pueblo de Pelequén, pero en otros trabajos realizados por los autores del presente estudio, se obtuvo la información de que –a lo menos– unos 50 talleres llegaron a existir a mediados del siglo XX, para satisfacer las necesidades de un área de mercado que se extendía entre La Serena y Puerto Montt. Cabe destacar que este tipo de actividad artesanal, no ha logrado generar una asociación gremial que agrupe a todas aquellas personas que, de una u otra forma, están asociadas a ella. En relación con la materia prima, hay que indicar que las escobas se confeccionan sobre la base de la rama de curagüilla (especie de maíz autóctono cosechado en la zona) y mangos de madera de diferentes calidades, que provienen de la Séptima y Octava Región de nuestro país. Con la aparición de las escobas plásticas, el mercado de consumo de este producto se ha ido reduciendo constantemente, por la fuerte competencia de éste último producto y – a fines del año 2002– se constató que el número de talleres destinados a este producto se reducían a sólo 13. Además, hemos constatado que los 13 talleres de escobas, ubicados en el pueblo de Pelequén, cuentan con personal que fluctúa entre 2 a 4 trabajadores dependientes por taller, lo que –según nuestra investigación en terreno– determinó que el total de personas adheridas a esta actividad son cerca de 40 individuos. El mercado actual de las escobas de Pelequén es el área comprendida entre Santiago y la ciudad de Linares, no obstante, encontramos puestos de venta de escobas ubicados en las laderas de la carretera 5 Sur. En relación con los montos monetarios que alcanza la comercialización de escobas por taller, mensualmente fluctúan entre $70.000 (US$95) y los $400.000 (US$540). c) Artesanía en madera: Este tipo de artesanía se desarrolla, fundamentalmente, en talleres a la vera de la ruta 5 Sur y en las proximidades del cruce hacia Pelequén y Malloa. Inicialmente, esta artesanía se desarrollaba en el villorrio denominado Caracoles, distante a unos 8 kilómetros –aproximadamente– de la citada vía nacional. Aquí aún se 5 Calculado sobre la base de un dólar a $740 chilenos. 12 encuentran vestigios de tornos manuales para la confección de piezas que –posteriormente– se ensamblan para conformar muebles de madera y sus tornos, a diferencia de los talleres ubicados en las inmediaciones de la citada vía, provienen de una larga tradición que se remonta –posiblemente– a los tiempos de La Colonia. La construcción de la ruta 5 Sur –que conecta Santiago con Puerto Montt–, permitió generar, por un lado, un espacio de exhibición de este tipo de artesanía y, por otro lado, una aproximación mayor a la estación de ferrocarriles de Pelequén. A partir de 1990, comienza la expansión de esta actividad, logrando generar tres asociaciones gremiales, dedicadas a la elaboración de muebles en madera: a) La Asociación de Artesanos de Malloa, que está compuesta de 34 socios artesanos y 86 trabajadores dependientes, es decir, 120 personas que permanentemente laboran en esta actividad. b) La Asociación Gremial de Pequeños Empresarios y Artesanos de la Madera, que cuenta con 30 socios artesanos, 170 trabajadores dependientes y cerca de 50 obreros esporádicos. Es decir, cerca de 200 personas permanentes. c) La Asociación Gremial de Artesanos de Pelequén, en la cual solamente 4 socios se dedican a la confección de muebles en madera, y cuenta con 16 empleados dependientes, dando un total de 20 puestos que trabajan en este rubro. En consecuencia, en este rubro artesanal se encuentran alrededor de 340 personas laborando, a las cuales habría que agregar cerca de 50 personas que trabajan temporalmente. La materia prima obtenida para la confección de los muebles en madera, tiene dos fuentes: una que es proveniente de especies exóticas –como el álamo, pino y eucaliptus– y que, en su conjunto, es la más utilizada en el área. Por otra parte, se utilizan maderas nativas –principalmente el raulí y coigüe–, procedentes de otras regiones administrativas del país. En relación con el mercado de consumo de la actividad artesanal de la madera, la mayor parte de su producción se comercializa in situ, pero también en Santiago y, esporádicamente, en el extranjero (Europa). Las ventas promedio mensuales por taller, fluctúan entre los $150.000 (US$200)6 y los $2.000.000 (US$2.700), dependiendo de factores tales como número de clientes, calidad del producto y el tipo de comprador. Hay que recalcar que se constatóen terreno, que los ingresos por unidad productiva son muy irregulares en el transcurso del año. 6 Calculado sobre la base de un dólar a $740. 13 Características socio–económicas de los artesanos del área bajo estudio. Para llegar a determinar las características sociales y económicas de los artesanos en cuestión, hubo que determinar las muestras que se confeccionaron sobre la base de las listas que maneja la Municipalidad de Malloa. En ese sentido, el siguiente cuadro refleja los universos y poblaciones con los cuales se trabajó finalmente: Tabla 1: Datos acerca de los encuestados7. Tipo de artesano Nº de participantes en las artesanías (socios artesanos). Nº de encuestados (con ficha CAS) % con relación al universo total. Madera 68 38 55,88 Piedra 40 30 75,00 Escobas 13 5 38,46 Fuente: Encuesta CAS 2002. I. Municipalidad de Malloa Por otra parte, la totalidad de los encuestados corresponde a personas que poseían encuesta C.A.S.8 del Departamento Social de la Municipalidad de Malloa, confecionada entre los años 2000 y 2002. Junto a este instrumento, se suman las entrevistas personales efectuadas con dirigentes artesanales y trabajadores de dichas actividades. a) Calidad de vida de los artesanos y sus familias. Gráfico 1. Calidad de la vivienda de los artesanos. Valores en porcentajes 89 .5 0% 86 .8 0% 86 .8 0% 94 .7 0% 76 .4 0% 57 .9 0% 94 .8 0% 76 .6 0% 49 .9 0% 66 .6 0% 86 .6 0% 93 .2 0% 36 .6 0% 96 .6 0% 10 0% 60 % 80 % 10 0% 10 0% 40 % 10 0% 0.00% 20.00% 40.00% 60.00% 80.00% 100.00% Material de los muros exteriores, considerado de buena calidad Material del piso, considerado de buena calidad Material del techo, considerado de buena calidad Abastecimiento de agua, por agua potable y red pública Eliminación de excretas, por WC de uso exclusivo Tina o ducha, de uso exclusivo Suministro eléctrico, con medidor Variable analizada N º d e ca so s en po rc en ta je artesanos en madera artesanos en piedra artesanos en escobas 7 Hacemos notar que los artesanos, para efectos estadísticos, han sido divididos en los rubros de madera, piedra y escobas, y no por Asociaciones Gremiales. 8 Las comunas requieren normalmente de formas de procesamiento de información, que les permita facilitar la elaboración de diagnósticos sociales. En este sentido, la información CAS es una fuente de información útil para la definición, diseño y focalización de programas de intervención e inversión social. 14 Fuente: encuesta CAS 2000. I. Municipalidad de Malloa. Tal como se observa en el gráfico 1, la mayor parte de los artesanos que figuran dentro de las nóminas de las asociaciones respectivas, presenta indicadores de calidad de la vivienda considerados como aceptables por diferentes organismos de planificación nacional. Esta situación se explica, en cierto sentido, por la incorporación de políticas estatales que buscan el mejoramiento de la calidad de vida en los habitantes de la comuna, por intermedio del programa Chile Barrio (dependiente del Ministerio de Desarrollo y Planificación). Los indicadores de calidad de vida, en esta oportunidad, fueron mejores que los que se pudieron constatar en el trabajo presentado para el Congreso de Geografía de Roma –el año 2000–, en donde se utilizó información de los años 1998 y 1999. Sin embargo, el análisis de los datos demuestra que, si bien es cierto, se está en presencia de estándares considerados aceptables, son pocas las familias que pueden contar con índices de calidad de la vivienda que se acerquen a grados de calificación máximos. De hecho, son pocas las personas que poseen viviendas con pisos de radier revestido9, no superando el 5% de las viviendas por rubro artesanal. Situación parecida ocurre en el ámbito del uso de material en muros exteriores, donde no más de un 15% de los artesanos cuenta con material de ladrillo o concreto. Además, si bien es cierto que una inmensa mayoría cuenta con sistema de eliminación de excretas con WC de uso exclusivo, sólo un 20% de los artesanos lo hace conectado a alcantarillado. b) Situación de la familia y Sexo de los artesanos. En este acápite, hemos podido constatar que solamente un 7% de los artesanos en madera, un 3% de los de piedra y un 20% de los de la escoba, es femenino. Paralelamente, un 60,5% de los artesanos en madera, un 86,6% de los de piedra y un 90% de los de escobas, son jefes de familia, lo que demuestra la importancia de la actividad artesanal dentro los ingresos familiares. En cuanto a la categoría ocupacional de los familiares del artesano, un 41% de familiares de artesanos en madera, un 42,5% de los de piedra y un 55,5% de los de escobas, se circunscriben en la categoría de “trabajo dependiente urbano” o “por cuenta propia”, sin vinculación con el sector silvoagropecuario. De hecho, sólo un promedio de un 9% de los familiares de artesanos, desempeñan labores en la categoría de “asalariado agrícola” o “pequeño productor agrícola”. 9 Radier cubierto con parquet, tabla, baldosa o cerámica. 15 c) Ingreso monetario del artesano. G r á f ic o 2 . In g r e s o m e n s u a l p r o m e d io d e lo s a r te s a n o s . V a lo r e s e n p o r c e n ta je s 57 ,8 0% 42 ,2 0% 0% 0% 69 ,9 0% 29 ,9 0% 0% 0% 50 % 50 % 0% 0% 0 ,0 0 % 2 0 ,0 0 % 4 0 ,0 0 % 6 0 ,0 0 % 8 0 ,0 0 % 1 0 0 ,0 0 % 1 a 1 0 0 0 0 0 p e s o s 1 0 0 0 0 1 a 2 0 0 0 0 0 p e s o s 2 0 0 0 0 1 a 3 0 0 0 0 0 p e s o s m á s d e 3 0 0 0 0 1 p e s o s R a n g o s d e in g r e s o e n p e s o s N º d e ca so s en po rc en ta je a r te s a n o s e n m a d e ra a r te s a n o s e n p ie d ra a r te s a n o s e n e s c o b a s Fuente: Encuesta CAS 2000; I. Municipalidad de Malloa. De acuerdo con el gráfico 2, la mayor parte de los artesanos en madera, piedra o escobas, se ubican en el rango de ingresos mensuales promedio menores a $100.000 (US$135). De ellos, un 10,5% de los artesanos en madera y un 3,3% de los artesanos en piedra, reciben menos de $50.000 (US$68) mensuales, lo que demuestra lo bajo del ingreso de la actividad artesanal que, obviamente, conlleva a que sus exponentes, en una proporción destacada, se sitúen en el rango de extrema pobreza. Por otra parte, tan sólo un 8% de los artesanos en madera y un 30% de los artesanos en escoba, aseguran contar con más de una fuente de ingresos, lo que demuestra que la actividad artesanal se manifiesta como actividad laboral prioritaria y en gran parte de ellos. Además, podemos establecer que, pese a que los artesanos tienen ingresos mensuales irregulares, es posible establecer promedios, los que se pueden observar en el siguiente cuadro: Tabla 2. Ingresos promedio mensuales de artesanos y familiares. Rubro artesanal Madera Piedra Escobas Ingreso promedio mensual por cada familia $165.526 (US$224) $130.667 (US$177) $135.000 (US$182) Ingreso promedio mensual por cada trabajador $99.841 (US$135) $78.400 (US$106) $84.375 (US$114) Ingreso promedio per capita mensual del total de miembros familiares $34.944 (US$47) $27.801 (US$38) $31.750 (US$43) Fuente: Encuesta CAS 2002. La tabla Nº 2 dos es ilustrativa al respecto, al demostrarnos los menguados ingresos promedio de los artesanos, lo que –sin lugar a dudas– tendrá que repercutir en su calidad de vida, ya que ellos se encuentran con ingresos que están bajo el sueldo mínimo establecido por ley, el cual bordea los $110.000 (US$149). 16 El bajo ingreso con el cual viven estos artesanos, se puede demostrar –aún más– utilizando los indicadores de línea de pobreza e indigencia del Ministerio de Desarrollo y Planificación, que establece que la línea de pobreza en lazona rural es de $27.349 (US$37) y la línea de indigencia es de $15.628 (US$21) mensuales. Nótese que el cuadro antes expuesto, estableció un ingreso promedio de $34.944, $27.801 y $31.750 –respectivamente– para artesanos de madera, piedra y escobas, lo cual indica que ellos apenas sobrepasan la línea de la pobreza. d) Nivel de estudios de los artesanos. G rá fic o 3 . A ñ o s d e e s tu d io s a p ro b a d o p o r lo s a r te s a n o s . V a lo re s e n p o rc e n ta je s . 63 ,2 0% 34 ,2 0% 2, 60 % 69 ,9 0% 26 ,6 0% 3, 50 % 50 % 50 % 0%0 ,0 0 % 2 0 ,0 0 % 4 0 ,0 0 % 6 0 ,0 0 % 8 0 ,0 0 % 1 0 0 ,0 0 % 0 a 8 a ñ o s 9 a 1 2 a ñ o s 1 3 y m á s a ñ o s d e e s tu d io A ñ o s d e e s tu d io N º d e ca so s en po rc en ta je a r te s a n o s e n m a d e ra a r te s a n o s e n p ie d ra a r te s a n o s e n e s c o b a s Fuente: Encuesta CAS 2000 e I. Municipalidad de Malloa. En relación con el nivel de educación de los artesanos, un 16% de los artesanos en madera, un 23,3% en piedra y un 15% en escobas, tienen menos de 4 años de estudios aprobados (llegando hasta 4º año de preparatoria o educación básica)10. Y porcentajes considerablemente altos de artesanos con un máximo de 8 años de estudio, tal como se aprecia en el gráfico 3. De hecho, no más de un 3% de artesanos –en promedio– han podido estudiar algunas carreras técnicas o profesionales en Institutos o Universidades. e) Condición de ocupación del sitio que habita el artesano. G rá fic o 4 . S itu a c ió n b a jo la c u a l o c u p a e l s it io d e la v iv ie n d a . V a lo re s e n p o rc e n ta je s 50 % 15 ,8 0% 34 ,2 0% 26 ,6 0% 3, 30 % 70 ,1 0% 30 % 30 % 40 % 0 % 2 0 % 4 0 % 6 0 % 8 0 % 1 0 0 % S itio p a g a d o A rrie n d a a l p ro p ie ta rio d e l s it io u s a n e l s it io S itu a c ió n N º d e ca so s en po rc en ta je a rte s a n o s e n m a d e ra a rte s a n o s e n p ie d ra a rte s a n o s e n e s c o b a s Fuente: Encuesta CAS e I. Municipalidad de Malloa. En cuanto a la tenencia del sitio que ocupa el grupo familiar del socio artesano, el gráfico 4 demuestra que un 50% de los artesanos en madera, un 26,6% de los artesanos en piedra y un 30% de los artesanos en escobas son dueños de él, con una situación 10 Siendo lo mínimo aceptado por ley, hasta 2º año medio o un símil de 10 años de educación. 17 regularizada. Esto nos indica que hay un porcentaje menor que aún no ha regularizado completamente la tenencia del sitio y su vivienda familiar. CONCLUSIONES: De acuerdo con lo analizado en el presente trabajo, hay que distinguir entre arte popular y artesanía, en donde el primero tiene relación con productos o bienes mucho más ligados a pautas tradicionales y, por lo tanto, enmarcado dentro de normas fijas, que tienden a satisfacer la sensibilidad de la mayoría de un colectivo. Mientras que la artesanía implica un oficio determinado, que tiende a ser una actividad que puede convertirse en el sustento del artesano y de los suyos. Por lo tanto, la artesanía genera una actividad que involucra un beneficio, del cual depende el individuo. La artesanía, además, se entronca con la tradición, es flexible frente a la moda y su uso no es exclusivo de un grupo determinado. A lo anterior, podemos agregar que la artesanía aprovecha conocimientos del pasado y se sustenta en recursos o insumos que son del área o región. De esta manera, la artesanía permite generar un mercado de bienes transables de proporciones mayores que el arte popular. Por otra parte, estas actividades están ligadas –de alguna manera– a las tradiciones del lugar, las cuales han permanecido gracias a que su localización ha sido favorecida en términos de recursos, mercados e infraestructura de transporte. Recordemos que en el área de Pelequén, el artesanado en piedra y madera tiene una datación de uno o dos siglos atrás y ha utilizado tanto el recurso piedra del lugar –canteras de Pelequén–, como de la madera nativa y la totora del área11. Es decir – según la teoría de Weber– la producción se localiza en la cercanía de la materia prima, lo cual tiene ventajas. Luego, con el advenimiento de la construcción de las vías férrea y vial –que conectaron a gran parte del país–, estas áreas quedaron situadas –en términos de Coraggio y Lösch– en lugares distinguidos. Además de lo anterior, debemos recordar que el cruce de vías que generó la carretera de la fruta, permitió su conexión hacia el puerto de San Antonio, generando economías externas y posibilitando, con ello, la aglomeración de la actividad productiva. Por otra parte, podemos mencionar que –a las ya citadas artesanías–, en el transcurso del año 2002 se han sumado en el lugar aquellas actividades derivadas de la arcilla, que cobija a 18 artesanas que se han situado inmediatamente al sur de la localización de ventas del tallado en piedra. Además de ésta, detectamos la incorporación del trabajo en piedra combarbalita (un artesano) en circunstancias que este artesanado es típico del Norte Chico chileno, principalmente en la zona de Illapel. 11 A la cual se agregan aquellas plantaciones que no fueron usadas en la industria de las cerillas, debido al cierre de la planta de la ciudad de Rengo. 18 Es decir, nos encontramos con espacios que han generado un mercado de artesanías en Chile, en el cual se han detectado escasos vínculos de sus cultivadores con las economías campesinas, pero sí con lazos entre los mismos rubros artesanales. Por lo mismo, los artesanos van transitando de un tipo a otro de artesanía, dependiendo de los vaivenes del mercado en el particular tipo artesanal. Por otra parte, estos sectores están ilustrando una de las características del modelo neoliberal cuando se plasma en el espacio físico, ya que éste produce un fuerte efecto de diferenciación espacial, generando –al mismo tiempo– áreas relegadas y áreas atractivas en el interior de una misma zona o región, lo que se traduce en la coexistencia de espacios modernos y tradicionales en una misma área. Es decir, nuestro campo de estudio, inmerso en una zona exitosa de actividad agroexportadora, se caracteriza por la utilización de mano de obra temporal, además se presenta un segmento de población no residente en la unidad productiva y cuyo mercado de consumo es el exterior. Por tal razón, nos encontramos con una zona de agricultura empresarial que utiliza tecnología moderna, que maneja capitales vinculados a inmobiliarias y financieras relacionadas con conglomerados externos. Por el contrario, tenemos la presencia –en la misma área– de espacios de producciones tradicionales, con mercados irregulares, con uso de técnicas básicas y asentamientos rurales precarios, todo lo cual redunda en la búsqueda de plazas de trabajo que le permita la subsistencia al artesanado. Al respecto, Milton Santos (1979) dice: “El primero representa a la industria moderna intensiva en capital, tecnología de punta y comercio de amplio alcance con complejos flujos comerciales, mientras que el segundo se compone de una manufactura intensiva en mano de obra con un servicio de ámbito local y comercial limitado”. En tal sentido, la imposición del modelo económico neoliberal –en el contexto de una acentuada globalización en el mundo rural–, ha significado cambios vertiginosos durante las últimas dos décadas, haciendo aumentar considerablemente la proporción de la población rural que trabaja en actividades no necesariamente de carácter silvoagropecuarias, como se comprueba en el caso de artesanías rurales. Dicha población, en su mismo espacio, ha encontrado los recursos naturales que le han permitido desarrollar una actividad que posee una demanda en la producción. De esta manera, se desarrolla unamanufactura artesanal con todas las características que ella conlleva: división del trabajo, desarrollo de técnicas apropiadas para la confección del producto final, búsqueda y selección de mercado o consumidores, entre otras. El neoliberalismo, en concomitancia con el denominado neofordismo, no han sido doctrinas que impongan la desaparición total de estas actividades, sino que –de una u otra forma– las relegan a espacios no demandados por actividades que involucren modernización capitalista. Esto no implica que les exijan una adecuación dentro de las nuevas condiciones imperantes (diversidad de calidad y precio), para responder a demandas de segmentos sociales distintos en cuanto a capacidades económicas. Así, generada la producción de artesanías en la parte oriental de la comuna de Malloa, podemos encontrar 19 bienes con valores que pueden fluctuar entre $10.000 (US$13,5) y $9.000.000 (US$12.162) por producto. Por consiguiente, se manifiesta una diferenciación de los productores artesanales, lo que se traduce –finalmente– en que algunos artesanos hayan logrado un cierto grado de capitalización, convirtiéndose en empresarios que pueden producir bienes transables fuera de su área de producción. Sin embargo, la mayoría de ellos tiende hacia una diferenciación negativa y hacia una mayor proletarización, generando un mundo de asalariados rurales que deambulan entre las diferentes artesanías, sin llegar a constituirse en trabajadores independientes. Por otra parte, al contrario de lo que pudiera pensarse, la actual globalización conlleva a que determinadas actividades productivas deban ubicarse allí, en donde obtienen ventajas competitivas y comparativas. Al respecto, como destaca Ulrich Beck –en Leander (2001:22)– “La globalización, fomenta lo local”, lo que se traduce en un proceso de diferenciación espacial. En el caso de las actividades artesanales de Malloa, se verifica que ellas son atraídas hacia los lugares en donde se encuentran los insumos más baratos y donde existan los mínimos costos de transporte, así como laborales y –de esta manera– se producen los márgenes de beneficio que les permita sostener la actividad en el tiempo y en el espacio. Como consecuencia de la instalación de las artesanías en sitios próximos entre sí y en una localización privilegiada –en términos de comunicación– se está produciendo un interesante fenómeno que da origen a la aparición de asociaciones de artesanos, las cuales comienzan a desarrollarse bajo un cierto grado de consolidación, lo que ha permitido que un grupo de ellos se proyecte con planes futuros de amplio alcance, como es el caso del “Proyecto de instalación de talleres y lugar de comercialización de productos artesanales en el costado oriente de la ruta 5 Sur”, que se concretará al norte del pueblo de Pelequén y a ambos lados de la citada carretera de alta velocidad. Este logro se ha obtenido como resultado de una larga lucha por los mismos artesanos, que han conseguido comprar los terrenos y la concesión para instalarse en ellos, con sus talleres y puestos de venta de su producción. En síntesis, hemos podido constatar que la defensa y organización de estas actividades productivas en asociaciones gremiales, está gestando una comunidad al margen del proyecto neoliberal. Esperamos que ella –en un proceso dialéctico– pueda generar, entonces, los mecanismos que tiendan a reforzar la identidad cultural de estos espacios, los cuales, en los tiempos actuales –en donde todo está perdiendo su perfil o contorno– saldrán afianzados y podrán persistir en el tiempo. 20 BIBLIOGRAFÍA. 1. Armijo, Gladys. y Héctor Caviedes: “Vicisitudes y cambios en el mundo Rural Chileno. La Ultima modernización Agraria. ¿La Gran Solución de fin de Siglo?”. En: Anales de la Universidad de Chile, Nº 5, 1997. 2. Beck U. Was ist Globalisirung?, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1997. 3. Botella, José: La explosión demográfica y la regulación de la natalidad. Síntesis, Madrid, 1997. 4. Caviedes B., Héctor: “La producción artesanal rural en la encrucijada del tercer milenio”. En publicación. 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