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GENERALIDADES 
DE LA PSIQUIATRÍA 
FORENSE PARTE 1 
Psiquiatría Forense
Bloque 1
PSIQUIATRÍA FORENSE
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El presente material recopila una serie de definiciones, explicaciones y ejemplos prácticos de autores especializados 
que te ayudarán a comprender los temas principales de este bloque.
Las marcas usadas en la antología son única y exclusivamente de carácter educativo y de investigación, sin fines 
lucrativos ni comerciales.
PSIQUIATRÍA FORENSE
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1. Generalidades en psiquiatría forense 
Es de gran relevancia el papel que tienen la psicología y la psiquiatría en la investigación forense, por ello 
se debe mencionar que la criminología se encarga de estudiar las causas de los hechos delictivos e 
indaga las causas sociales, antropológicas, biológicas y psicológicas de tales hechos. Además, varios de 
los hechos delictivos, como homicidios, se han relacionado con el diagnóstico de enfermedades mentales 
en los sujetos que cometieron los delitos. 
Por ello, el objetivo de este primer bloque es describir las generalidades de la psiquiatría forense mediante 
la revisión de sus antecedentes y conceptos básicos con el fin de establecer la relación entre Psiquiatría 
y la Investigación Forense.
Es importante comenzar con los antecedentes que permitieron el surgimiento de la psiquiatría. Uno de 
los antecedentes específicos que menciona Castillo (1999):
Sólo desde el final del siglo XVIII o comienzos del XIX, en que surgió la psiquiatría científica en su forma ac-
tual, la medicina occidental aceptó encargarse plenamente del problema de las enfermedades mentales y 
reclamar para sí el cuidado de asilos y manicomios. Esta situación llegó a su mayor auge a mediados de este 
siglo en que, en la mayor parte de los países, el movimiento de salud mental estaba en manos de médicos. 
Por otro lado, Castillo (1999) menciona que la psiquiatría es parte de la historia general de la medicina, y 
que ha tenido como objeto de estudio la conducta “anormal” y “perturbadora” del humano, y el objetivo 
de su aplicación ha sido la compenetración entre la cura y el conocimiento científico.
Los trastornos psiquiátricos siempre han afligido a la humanidad, tanto como las enfermedades físicas. Desde 
los tiempos o los pueblos primitivos, usualmente se ha encontrado que los médicos o quienes hacen sus 
veces, han utilizado su arte para tratar la enfermedad mental igual que lo han hecho con la enfermedad física.
Entonces, si la psiquiatría se relaciona con los antecedentes de la medicina, podemos decir que los inicios 
se registran en Hipócrates, quién introdujo el método clínico-empírico, es decir, basaba sus ideas en 
bases científicas por lo que se le considera el padre de la medicina. Es necesario señalar que Hipócrates 
formó parte importante en la evolución de la psiquiatría, ya que la conceptualizó como una enfermedad 
natural y la redujo al ámbito médico, porque antes de sus preceptos la enfermedad mental era considerada 
como algo mágico o sobrenatural. Además, proporcionó tratamientos médico-científicos y brindó una 
conceptualización psicosomática de la enfermedad.
Generalidades de la psiquiatría forense parte 1
PSIQUIATRÍA FORENSE
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La evolución de la psiquiatría ha sido diferente según el contexto desde dónde se analice, sin embargo, el 
surgimiento de dicha ciencia es bastante remoto y puede decirse que surgió cuando el hombre intentó aliviar 
el sufrimiento del otro, al tomar en cuenta los límites de lo normal de acuerdo con cada contexto. Además, 
como comenta Castillo (1999) los trastornos físicos y mentales han afligido a la humanidad desde tiempos 
primitivos. Un concepto que ha ido evolucionando es el de la enfermedad mental, el cual refleja un modo de 
pensar de cierta época y de los conocimientos científicos que determinan lo que es o no un trastorno mental.
Por ejemplo, en nuestro país López y Molina (2005) nos indican que “durante el siglo xx la psiquiatría se 
había consolidado como especialidad médica, pero más como práctica que en lo concerniente a sus 
fundamentos científicos, lo cual contrastaba con el resto de la medicina” (p. 91).
1.1. Introducción a la psicopatología y psiquiatría forense 
En muchas ocasiones suele confundirse el estudio de la psicopatología y la psiquiatría forense, pues si 
bien forman parte del estudio del comportamiento y aspectos médicos y psicológicos del ser humano, 
son conceptos distintos.
En primer lugar, tenemos que definir el concepto de psiquiatría. Caravajal y Poppe (s.f.) señalan que:
La Psiquiatría Forense sería la ciencia que -usando los procedimientos y los conocimientos de la Psiquiatría 
y de las Neurociencias- da un diagnóstico sobre la forma de ser de los individuos y sus conductas en relación 
a unos hechos y de acuerdo a las necesidades del derecho en todas sus vertientes (p. 68).
Por su parte Castillo (1999) menciona que la psiquiatría es una rama de la medicina, es responsable del 
estudio, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de los trastornos del comportamiento humano. El 
comportamiento anormal puede estar determinado o modificado por factores genéticos, fisicoquímicos, 
psicológicos y sociales. El psiquiatra debe dominar los conocimientos y las habilidades, no sólo de la 
observación objetiva, sino de la subjetiva, de la participativa y de la auto observación.
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Ya en términos de psiquiatría forense, Cabello (1982) nos hace mención de un aspecto práctico, que 
hace referencia a que se desarrolla en el campo de la legislación penal y requiere de conocimientos 
especializados, es decir, interviene en la redacción de leyes. Este mismo autor, menciona un aspecto 
teórico el cual se refiere a:
[…] la psiquiatría forense se enuncia mediante un dictamen, por regla general escrito, en el cual, y a reque-
rimiento del juez, el médico examina, analiza, considera y llega a determinadas conclusiones, basándose 
en fundamentos e interpretaciones científicas en relación con la personalidad del encausado y los hechos 
expuestos en la instrucción sumarial (p. 32). 
Además, el peritaje lo realiza una persona especializada, y se lleva a cabo en un juicio oral. Por lo que podríamos 
decir que la psiquiatría forense es la aplicación de los conocimientos psiquiátricos a la teoría y práctica legal. 
Además, es la ciencia que ayuda a entender la administración de justicia penal, laboral, civil y familiar. 
Otro concepto de psiquiatría forense es el proporcionado por Pérez (2013) quien indica que:
[…] la Psiquiatría Forense es una rama de la medicina legal y forense, que comprende el conjunto de cono-
cimientos psiquiátricos y periciales necesarios para la resolución de los problemas que plantea el derecho, 
tanto en la aplicación práctica de las leyes como en su evolución y perfeccionamiento (p. 9). 
Además, la autora enuncia algunos de los objetivos específicos de la psiquiatría forense, como la evaluación 
y el diagnóstico del cuadro psiquiátrico, el establecimiento de la etiología de los síntomas observados, su 
clasificación y definición. También, como ya se mencionó, desempeña un papel relevante en la elaboración 
de pruebas periciales.
Ahora bien, la psicopatología, según lo mencionado por Cabello (1982): “sería un método de investigación 
semiológico que, como ciencia, exige el pensamiento conceptual que es sistemático, comunicable y 
generalizador. Abstrae de los cuadros clínicos síntomas, vivencias, y agota su descripción y sus relaciones 
psicogenéticas en el todo patológico” (p. 33).
Para continuar con la psicopatología, hay un término importante que aclarar: la conducta anormal. Según 
Sue, Sue y Sue (2010), esta conducta no sólo tiene una causa, sino que es el resultado de la interacción 
entre distintos factores. En este sentido, psicopatología y conducta anormal son sinónimos, mientras 
que la psicología anormal es el estudio científico que tiene como objetivo describir, explicar, predecir y 
controlar las conductas consideradas anormales.
Para determinar el diagnóstico clínicode una persona, es indispensable basarse en observaciones 
sistemáticas, así como complementarse con la historia psicológica, y gracias a estos elementos elaborar 
un psicodiagnóstico que de manera general y específica describirá y evaluará el trastorno psicológico 
del individuo.
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Ya hemos enlistado los objetivos de la psiquiatría y aclarado lo que es la psicopatología. Ahora bien, 
uno de los objetivos tanto de la psicología anormal como de la psiquiatría forense es la evaluación y el 
diagnóstico de las conductas anormales. El primer instrumento que los profesionales utilizan es la entrevista. 
Castillo (1999) menciona:
La comprensión de la salud y la enfermedad del (la) paciente procede principalmente de la narración que 
éste hace de su vida anterior, sus actitudes y emociones y el desarrollo de sus síntomas. Se pone mucho 
énfasis en animar al (la) paciente a que narre su historia con sus propias palabras. El diagnóstico y pronós-
tico se basan en estos datos y en la información adicional obtenida a partir de los familiares del paciente, 
el examen físico, los tests psicológicos y cualesquiera otros exámenes especiales. Con este conocimiento 
pueden ya formularse los objetivos del tratamiento e instituir un plan terapéutico realista para el (la) pacien-
te. La historia psiquiátrica se realiza formulando preguntas para conocer las quejas presentes y valorar la 
gravedad de los trastornos a ellas asociados en los ámbitos social, biológico y psicológico.
¿Pero qué instrumentos determinan lo que es una conducta anormal? Existe mucha controversia respecto 
a este punto, ya que el límite entre normalidad y anormalidad varía dependiendo de la cultura. Así, entonces, 
existen instrumentos que son utilizados para determinar la anormalidad, los manuales de diagnóstico, que 
se apegan a las Clasificaciones Internacionales de las Enfermedades Mentales. Tal es el caso del Manual 
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación de Psiquiatría Americana, mejor 
conocido como dsm-IV-tr, y la Clasificación Internacional de Enfermedad cie-10-mc de la Organización 
Mundial de la Salud.
Al definir la conducta anormal, Sue, Sue y Sue (2010) mencionan que es un patrón psicológico con caracte-
rísticas clínicamente significativas que se asocia a una angustia presente, una incapacidad o que significa 
un riesgo significativamente elevado que puede llevar al individuo al dolor, pérdida de la libertad o incluso 
la muerte.
Entonces, a pesar de existir puntos controversiales en cuanto a la conducta anormal, muchos profesionales 
coinciden en mencionar que existen puntos clave en la conducta del paciente que pueden orientar al 
diagnóstico de una enfermedad mental. Dichas características son la angustia que suele manifestarse 
a través de reacciones físicas como palpitaciones, fatiga, náuseas, entre otros. De igual manera existen 
reacciones de ansiedad y depresión que caracterizan la angustia.
Otro punto importante es la peligrosidad que se explicará a detalle en el siguiente apartado. Por último, la 
desviación y disfunción son algunos otros elementos que conforman la conducta anormal. La desviación 
se relaciona con un factor estadístico, es decir, que la conducta sale del estándar aceptado, mientras 
que la disfunción hace referencia a los papeles sociales que cumple el individuo en su vida diaria, los problemas 
conductuales, cognitivos y emocionales que interfieren en el desempeño óptimo de esos papeles.
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Si bien, en gran medida, las conductas anormales son determinadas con base en la estadística y a lo que 
las normas sociales y cultura determinan como normalidad, la entrevista y la observación son instrumentos 
que permiten al profesional hacer un diagnóstico ético e individualizado del paciente. 
Ahora bien, en el siguiente cuadro se muestra una comparación entre el estado mental del paciente, según 
la visión clínica y la visión forense. De manera general, la diferencia central es que, en el ámbito forense, la 
psiquiatría permite determinar la culpabilidad de un individuo gracias al diagnóstico y evaluación, tanto 
del acto como de su salud mental. Entonces, esto permite determinar cuál es la medida tomada y que 
se cumpla la pena de quien ha infringido la ley.
Cuadro 1. Estado mental “clínico” y “forense”
Clínico Forense
Diagnóstico, pronóstico y terapéutico. Finalidad valorativa, no diagnóstico exclusivo.
No vinculado a hecho concreto. Vinculado a hechos determinados.
Momento de exploración. Referido al momento de los hechos.
Se ajusta a nosologías. Se ajusta a criterios legales o jurisprudenciales.
Psiquiatras o médicos. Forenses y juristas.
Descriptivo para el diagnóstico. Interpreta criterios conductuales.
 Fuente: Pérez (2013).
Específicamente en la psiquiatría forense, Pérez (2013) indica que una correcta pericia forense psiquiátrica 
realiza una entrevista clínica, exploración física y las pruebas complementarias y paraclínicas. 
Un punto importante por mencionar es con respecto al tratamiento que se sigue para el control de la 
conducta anormal. En el caso de la Psiquiatría Forense, se lleva a cabo un proceso distinto con el paciente 
para determinar inimputabilidad debido a la condición mental del individuo. Pero en términos generales 
de atención a los trastornos mentales, la terapia clínica es uno de los recursos más utilizados en el control 
de la conducta, esta terapia es un programa sistemático que tiene como objetivo modificar la conducta, 
el estado emocional y cognitivo del paciente.
Una vez aclarados los conceptos de psiquiatría forense, psicopatología y conducta anormal, así como 
el objetivo diagnóstico y evaluativo de la disciplina psiquiátrica, en el siguiente apartado, revisaremos a 
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detalle cómo se relaciona la psiquiatría forense con el derecho. Mencionaremos que dicha relación se 
logra gracias al uso de las pruebas periciales y el informe psiquiátrico. También estudiaremos algunos 
otros conceptos, como testimonio y peligrosidad en el proceso de investigación criminal.
1.2. Aspectos psiquiátricos en derecho procesal y otros
Antes de continuar, es pertinente hacer especificaciones respecto al Derecho. Cabello (1982) indica:
No debe confundirse derecho con ley. La ley es el resultado de un acto de autoridad (acto político) por interme-
dio del cual se desea sancionar algo… Ante todo, el derecho es un orden regulador de la conducta humana. 
De allí que no sean derecho las leyes que pretenden sancionar lo que no es conducta (v.gr., color de la piel, 
pensamiento, raza, etcétera) (p. 37).
Por su parte Espinosa (s.f.) define el derecho procesal como la ciencia que estudia el conjunto de normas y 
principios jurídicos que regulan tanto las condiciones conforme a las cuales las partes, el juzgador y los demás 
participantes deben realizar los actos por los que se constituye, desarrolla y termina el proceso jurisdiccional, 
así como la integración y competencia de los órganos del Estado que intervienen en el mismo (p.4).
Una vez revisados los aspectos generales, se debe considerar otro tema importante: el informe psiquiátrico 
forense, el cual es un documento médico y legal que se presenta en un lenguaje claro para el contexto 
jurídico. Pérez (2013) nos menciona la estructura del informe psiquiátrico forense:
a. Preámbulo: incluye los datos de la autoridad judicial que solicita el informe, el objetivo, los términos 
y la identificación de la persona sobre quien se realizará el informe.
b. Metodología: son las técnicas y medios utilizados en la prueba pericial.
c. Antecedentes personales y patológicos: de manera descriptiva se recaban acontecimientos 
biográficos.
d. Exploración psíquica actual: a través de la entrevista, la exploración psicopatológica se obtienen 
los resultados de las pruebas complementarias. 
e. Consideraciones médico-forenses: se realiza la valoración psicopatológica. Además se realiza 
un juicio pronóstico y terapéutico.
f. Conclusiones:es la parte final del informe, en ellas se agregan negaciones o afirmaciones de 
manera numerada y es la conclusión de los estudios realizados anteriormente.
g. Fórmula final: es la fórmula de ratificación y firma ante su señoría.
Todo lo anterior tiene como finalidad establecer relaciones de causalidad psíquica entre los sujetos y sus 
acciones, esto quiere decir que se establece la imputabilidad como requisito previo de responsabilidad 
y culpabilidad en caso de haber cometido hechos delictivos.
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Según Pérez (2013):
[…] la imputabilidad es un concepto jurídico de base psicobiológica. Imputar un acto es atribuírselo a 
alguien, a lo que jurídicamente equivale a la obligación de sufrir las consecuencias penales que señale el 
ordenamiento legal por la realización de un acto delictivo (p. 18).
Existen criterios jurisprudenciales para valorar la imputabilidad, su anulación o su modificación, como 
son el criterio biológico, psicológico y el biopsicológico. Este último es el criterio mejor admitido por la 
jurisprudencia, por ejemplo, cuando se establecen requisitos para aplicar la modificación de la imputabilidad, 
tienen que basarse en:
a. Naturaleza del trastorno.
b. La intensidad y grado de perturbación.
c. Duración y permanencia de la perturbación.
d. Relación entre el cuadro psíquico y el hecho delictivo.
Sin embargo, hay que considerar lo que López y Molina (2005) refieren, que “el otro punto doloroso en la 
psiquiatría forense es el hecho evidente de que el médico de cualquier especialidad no tiene el deseo de 
conocer o prepararse en materia legal, y huye como si lo dañaran las ciencias jurídicas” (p. 91).
1.2.1. Testimonio
Para comenzar, Solís (2000) dice que:
La psicología del testigo fue uno de los primeros temas que preocupó a la naciente psicología judicial a 
fines del siglo XIX, ya que en casi todos los trabajos de psicología jurídica en general como en las obras de 
psicología forense o judicial en particular (p. 1013).
Así pues, para seguir con Solís (2000) en el ámbito judicial, la declaración de los testigos forma parte de las 
pruebas que contribuyen en la investigación forense. Reforzando lo ya mencionado, Vilariño, Formoinho 
y Cardoso (2012) agregan:
El principal objetivo de la investigación policial o judicial es la búsqueda de información entre las víctimas y 
los testigos de un delito. Como herramientas esenciales para la obtención de información contamos con los 
interrogatorios y las entrevistas. Los objetivos de una entrevista efectiva son minimizar el trauma que pueda 
generar la investigación, obtener la mayor cantidad posible de información sobre el evento objeto de estudio, 
minimizar en la medida de lo posible que la entrevista contamine los recuerdos, y mantener la integridad del 
proceso de investigación (p. 542).
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Uno de los instrumentos esenciales para recabar datos en cualquier investigación es la entrevista. En lo 
que respecta a la psiquiatría forense, la entrevista a testigos es un punto clave. Así como Arce y Fariña 
(2005) indican que las herramientas fundamentales para la obtención de información por parte de los 
testigos son los interrogatorios y las entrevistas que van a depender de la pericia del entrevistador, el 
grado de colaboración del testigo, el tipo de entrevista y el tiempo transcurrido desde el suceso.
Un punto que no hay que olvidar es la fiabilidad de la declaración, que se refiere a la búsqueda de criterios 
reales en los contenidos proporcionados en las declaraciones, y existen diversos programas que evalúan 
la fiabilidad de la declaración, Arce y Fariña (2005) concluyen: 
[…] la fiabilidad de todo el procedimiento recae, en última instancia, en el entrevistador/evaluador. Es por 
ello que se hace preciso que la intervención se realice por profesionales con alta formación y experiencia, 
así como con una alta capacidad de objetividad (p. 74).
1.2.2. Peligrosidad
Hemos mencionado aspectos clave y conceptos con respecto al proceso de investigación forense, 
psiquiatría y el derecho. Sin embargo, la peligrosidad de los sujetos que han cometido actos delictivos 
es un factor importante a considerar. Como ya se ha mencionado en el apartado de psicopatología, la 
peligrosidad, angustia, desviación y disfunción son elementos que caracterizan una conducta anormal.
Para comenzar a especificar el concepto de peligrosidad, Castro y Dickerman (1994) dan la definición 
de peligrosidad según la Real Academia de la Lengua: “el término peligrosidad es aquello que tiene 
calidad de peligroso, entendiendo por peligrosa la persona que es “de genio turbulento y arriesgado. 
El concepto de peligrosidad, desde el punto de vista médico legal, y más concretamente desde el campo 
de la Psiquiatría Forense, es distinto” (p. 48). 
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Por ello, como mencionan Arbach, Bondaruk, Carubelli, Palma y Singh (2017): “la valoración o diagnóstico 
de la peligrosidad es esencialmente una estimación que realiza un experto sobre la presencia o ausencia 
de dicho atributo en base a su formación, experiencia y pericia”.
Un elemento importante y central de la clínica ha sido determinar la peligrosidad de los pacientes, no 
sólo en cuestión a sí mismo sino la peligrosidad que representa hacia otros. Sobre esto, Sue, Sue y Sue 
(2010) mencionan que no existe un criterio definido que permita correlacionar la peligrosidad al trastorno 
mental. Sin embargo, el terapeuta debe diseñar procedimientos para evaluar el riesgo y así establecer 
qué acciones permitirán la protección del paciente y de los demás.
Hay que recordar que todos estos procedimientos los llevan profesionales especializados en el área, 
como criminólogos, psiquiatras forenses o psicólogos enfocados en el área forense, ya que dichos 
profesionales indagan en los comportamientos de testigos y criminales.
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REFERENCIAS
Arbach, K., et al. (2017). Evaluación forense de la peligrosidad: Una aproximación a las prácticas profe-
sionales en Latinoamérica. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica. Recuperado de 
 
Arce, R. y Fariña, F. (2005). Peritación psicológica de la credibilidad del testimonio, la huella psíquica y 
la simulación: el sistema de evaluación global (SEG). Papeles del Psicólogo, pp. 26, 59-77.
Cabello, V. (1982). Psiquiatría forense en el derecho penal. Hammurabi: Argentina. 
Castillo, S. (1999). Importancia de la psiquiatría forense en el proceso penal. Medicina Legal de Costa Rica, 
16 (1-2). 
Castro, D. y Dickerman, A. (1994). Medicina Legal. Psiquiatría Forense. Recuperado de 
Espinosa, A. (s.f.). Apuntes de Derecho procesal. Universidad Autónoma del Estado de México. Recuperado 
de 
López, F. y Molina, V. (2005). La psiquiatría forense en México: retos, debilidades y fortalezas. Revista 
Colombiana de Psiquiatría. 34 (1), pp. 91-97. Recuperado de 
 
Pérez, R. (2013). Psiquiatría Forense. Universidad Oberta de Catalunya. Recuperado de 
 
Solís, A. (2000). Psicología del testigo y del testimonio. Recuperado de 
Sue, D. Sue, D. y Sue, S. (2010). Psicopatología. Comprendiendo la conducta anormal. México: Cengage 
Learning.
Vilariño, M., Formoinho, M. y Cardoso, P. (2012). La intervención del psicólogo forense en la obtención 
y evaluación de la credibilidad del testimonio. Infancia y adolescencia en un mundo en crisis y cambio, 
1 (1), pp. 541-548.

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