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Medicina Familiar en Colombia

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FACULTAD DE MEDICINA
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Este libro relata desde la visión de la dirección 
del Posgrado de Medicina Familiar, como ha 
sido la experiencia para la formación de médicos 
familiares en la Universidad El Bosque. Esta espe-
cialidad ha requerido hacer un esfuerzo adicional 
al que tiene que hacer cualquier otro posgrado en 
Colombia y contrasta con la experiencia que se 
puede dar en otros países como Canadá, Inglaterra 
o España, donde esta es la especialidad mayoritaria 
sobre la cual basan sus sistemas de atención. 
La necesidad de tener una puerta de entrada, de 
nuestro Sistema de Seguridad Social, con una alta 
capacidad resolutiva, choca con la complejidad de 
encontrar, acordar o construir espacios o escenarios 
de formación, acordes a una fi losofía del generalismo 
como especialidad, más aún teniendo en cuenta 
experiencias que han sido exitosas en el mundo. 
La Medicina Familiar 
en Colombia:
Experiencia de la Universidad El Bosque
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La Colección Medicina Familiar nace de la nece-
sidad de dar a conocer una experiencia de formación 
enmarcada en la fi losofía de la Facultad de Medicina 
de la Universidad El Bosque y la contribución que hace 
una especialidad que es poco conocida y reconocida 
en nuestro medio. El trabajo que se ha hecho desde 
1998, cuando comenzó el posgrado, su concepción 
integral y aportes concretos que se han hecho y se 
siguen haciendo, encuentran un espacio de divulga-
ción interesante por las particularidades que lo han 
caracterizado. A través de esta publicación esperamos 
poder resolver las inquietudes de quienes frecuente-
mente preguntan ¿Qué es la Medicina Familiar? y 
¿Qué hace el Médico Familiar en Colombia?la
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La Medicina Familiar 
en Colombia:
experiencia de la Universidad El Bosque
¦ Mauricio Rodríguez ¦
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La Medicina Familiar 
en Colombia: 
experiencia de la Universidad El Bosque
Bogotá D.C., enero de 2011FACULTAD DE MEDICINA
¦ Mauricio Rodríguez ¦
FACULTAD DE MEDICINA
© Universidad El Bosque 
Facultad de Medicina 
Primera edición, enero de 2011 
Colección “Medicina Familiar” 
Impreso y hecho en Colombia
ISBN: ---
Rector 
Dr. Carlos Felipe Escobar Roa
Vicerrector Académico 
Dr. Miguel Ruíz Rubiano
Vicerrector Administrativo 
Dr. Rafael Sánchez París 
Decano de la Facultad de Medicina 
Dr. Hugo Cardenas López 
Concepto, diseño, diagramación y cubierta 
Centro de Diseño y Comunicación 
Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación 
Universidad El Bosque 
Diana María Jara Rivera D.G.
Impresión 
Editorial Kimpres Ltda.
La Facultad de Medicina no se responsabiliza por las ideas emitidas por los 
autores. 
© Todos los derechos reservados. 
Esta publicación no puede ser reproducida ni total ni parcialmente, ni entregada 
o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma 
ni por ningún medio, sin el permiso previo del autor.
Contenido
Prólogo	 } 6
Introducción	 } 10
Origenes	de	la	propuesta	 } 14
Propuesta mundial sobre la Medicina Familiar } 15
Experiencia de la Universidad del Valle. Colombia } 17
Consolidación como Departamento 
de Medicina Familiar } 22
Formación integral en la 
Escuela Colombiana de Medicina } 23
La	especialidad	de	medicina	familiar	en	la		
Universidad	El	Bosque } 26
Propuesta pedagógica de Medicina Familiar 
de la Universidad El Bosque } 37
Experiencia inicial } 29
Escenarios de práctica } 31
Escenarios de práctica un planteamiento ideal 
y un choque con la realidad } 31
Experiencia en el hospital de Zipaquirá } 32
Experiencia en el Hospital de Facatativa } 34
Producción investigativa en Cundinamarca } 36
Aprendizajes de la experiencia inicial } 40
Experiencia en el Hospital Universitario 
Clínica San Rafael } 41
Evolución	del	programa	 } 46
Experiencia en el Hospital del Sur } 47
Formación en servicio: la experiencia del 
Hospital Universitario Clínica San Rafael } 48
Debilidades } 50
Fortalezas } 50
Reflexión Final } 51
Prospectiva } 52
Bibliografía	 } 54
Prólogo}
La Medicina Familiar surgió como una necesidad evidente 
para recuperar —al menos parcialmente— los fines tradicio-
nales de la medicina expresados en el médico general, cuyo 
protagonismo se vio demeritado por la aparición de especia-
lidades y subespecialidades médicas consideradas de mayor 
estatus dentro de la organización profesional.
De una parte la Medicina Familiar, como especialidad, 
constituye la base del sistema de salud para matizar la 
tendencia a la especialización y superespecialización que 
puede conducir a la pérdida de la visión holística del ser 
humano. De otra, le asigna relevancia al convertirla en una 
especialidad tan importante como cualquiera de las otras.
A continuación, se señala un breve recuento de las 
ventajas y cualidades de la medicina familiar:
 } Está más cercana a las personas y a las comunidades.
 } Está atenta a la biografía de cada individuo. Permite 
una mayor interrelación entre médico y paciente y 
un mayor respeto a la autonomía del paciente para 
que tome parte en las decisiones acerca de su salud, 
la enfermedad y los procesos diagnósticos y terapéu-
ticos, acompañado de su entorno familiar.
 } Recupera el papel tan importante del Médico Familiar y 
soluciona la mayoría de las inquietudes y los problemas 
de salud comunes en la población. Tiene un efecto deter-
minante positivo en la salud pública y privada.
 } Remite casos o situaciones, que así lo requieran, a 
niveles superiores de complejidad con mayores recursos 
tecnológicos y organizacionales para su atención.
 } Descongestiona estos niveles en la atención primaria.
 } Recupera algunos de los fines tradicionales de la 
medicina, al incorporar los nuevos conocimientos 
aportados por la investigación biomédica y aplicarlos 
en los niveles primarios de la atención de la salud.
En la Universidad El Bosque, la Escuela Colombiana de 
Medicina incorporó la Medicina Comunitaria en su filo-
sofía y proyecto educativo de pregrado, representada en un 
área a través de toda la formación junto con el área Bioclí-
nica y el área Psicosocial.
Esta organización por áreas facilita la fluidez de cono-
cimientos y experiencias con saberes que permean las 
barreras, a veces insalvables, de la organización por depar-
tamentos de las escuelas de medicina. Desde un proceso de 
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8 } formación, la medicina familiar se centra en el individuo, 
pero inserto en su entorno familiar y comunitario.
En los antecedentes, la dificultad de iniciar un programa 
de Medicina Familiar se hizo evidente al tratar de romper 
el esquema tradicional de formación de los profesionales 
médicos. Como solución, se hizo la reconversión de médicos 
generales en Médicos Familiares y luego la formación en un 
programa de especialización para formar Médicos Fami-
liares. La decisión política es necesaria para establecer el 
Médico Familiar como base del sistema de salud.
En Colombia, la Universidad del Valle desarrolló por 
primera vez el programa de Especialización en Medicina 
Familiar en 1984. Como bien lo señala Mauricio Rodríguez 
en este interesante escrito, su realización tuvo que superar 
muchos conflictos de intereses hasta lograr planear un 
proyecto educativo muy relacionado con el contexto colom-
biano, con gran componente comunitario, diferente al 
norteamericano.
Después de esta primera experiencia, siguieron otros 
programas en la Universidad Javeriana en Bogotá (1994) y 
en la Escuela Colombiana de Medicina. En esta última se 
aprovechó la exitosa experiencia y las fortalezas desarro-
lladas enel área de Medicina Comunitaria, componente 
fundamental del programa de formación de la Escuela 
Colombiana de Medicina desde su inicio.
Abrirse un espacio propio como especialización ha sido 
una de las notorias dificultades del programa de Medicina 
Familiar. Se necesita comprensión y cooperación entre las 
diversas especialidades y un nuevo criterio en la organiza-
ción hospitalaria, pues éstas definen límites, en ocasiones 
infranqueables.
Un posible factor negativo es considerar como ‘univer-
sitario’ solamente a los hospitales de mayor complejidad 
tecnológica y transmitir el mensaje equivocado de un nivel 
académico y de estatus superiores a quienes allí ejercen. 
Se percibe cierto dejo despectivo hacia el Médico Familiar, 
cuyo ejercicio predomina en los niveles primarios de la 
atención, médicos que paradójicamente han sido formados 
en los pregrados en los centros hospitalarios con énfasis en 
un ejercicio superespecializado, al que todo profesional no 
quiere o no logra llegar.
Según la experiencia práctica en medicina familiar, los 
convenios de cooperación con los gobernadores y alcaldes 
son fundamentales en el desarrollo exitoso del programa.
Los trabajos de grado de los médicos familiares señalan las 
dificultades y posibles soluciones a los conflictos de los servi-
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9 }cios de salud en los hospitales periféricos que dan soporte 
al programa; señalan su gran valor como base de cualquier 
sistema de salud que pretenda ser justo, equitativo, universal y 
solidario. Tiene impacto favorable en las Empresas Promotoras 
de Salud lo relacionado con la salud mental y las enfermedades 
crónicas, especialmente en la atención de hospitalizados en 
casa y en cuidados paliativos domiciliarios apoyados por el 
amable y cariñoso cuidado familiar que proporciona consuelo 
y amistosa relación con el médico.
El escrito de Rodríguez Escobar es una narrativa deta-
llada de su experiencia personal y de otras experiencias que 
ha sobrellevado el programa de Medicina Familiar. Consti-
tuye una valiosa contribución a la historia de la educación 
médica en Colombia, un capítulo de las vivencias del autor 
en su empeño de fidelidad a una vocación y una voluntad 
indeclinable de servicio y de docencia en la Universidad El 
Bosque, su alma mater. 
Jaime Escobar Triana M.D.
Rector
Director Departamento de Bioética
Universidad El Bosque
Bogotá, Noviembre de 2009
}Introducción
La especialización en Medicina Familiar de la Universidad 
El Bosque dio inicio a sus actividades en junio de 1998. En el 
momento, año 2009, ha graduado a 68 egresados que han 
contribuido a otros programas de formación a médicos fami-
liares en 4 facultades de Bogotá y a la organización de modelos 
de atención en 5 Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) de 
forma exitosa. En este capítulo se describen los orígenes y el 
esfuerzo que se ha requerido para poderlo sacar adelante. 
El Programa de Medicina Familiar de la Universidad El 
Bosque es el resultado de una interpretación concreta en la 
búsqueda de formar a médicos de una forma integral. En 
este texto se describen los orígenes, desarrollo y evolución 
del programa.
Los orígenes de la propuesta están dados por varios 
componentes que podríamos enumerar así:
Una propuesta mundial sobre la Medicina Familiar 
como especialidad.
Una visión del ejercicio de la especialidad proyectada 
de escuelas de Estados Unidos y recogidas por el departa-
mento de Medicina Familiar de la Universidad del Valle.
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12 } Una visión de la formación integral de médicos en 
Colombia propiciada por la Escuela Colombiana de Medicina, 
particularmente desde el área de Medicina Comunitaria.
El inicio, conformación y desarrollo del Programa de la 
Universidad El Bosque se ha condicionado por: 
Una propuesta pedagógica innovadora, la experiencia 
inicial, los escenarios de práctica y su choque con la 
realidad con experiencias en hospitales públicos como el 
Hospital San Juan de Dios de Zipaquirá y el Hospital San 
Rafael de Facatativa, la consolidación del año de internado 
de forma paradójica en un hospital de tercer nivel como lo 
es el Hospital Universitario Clínica San Rafael y el fracciona-
miento de las diferentes rotaciones para poder consolidar 
un programa integral dadas las dificultades en el desarrollo 
de este en un solo lugar y los mecanismos para mantenerse 
y formar a profesionales exitosos en el medio.
La evolución describe la forma en que el programa se ha 
adaptado a las condiciones del medio buscando permanen-
temente un ideal al que lenta y progresivamente se ha ido 
acercando a través de sus egresados.
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}Origenes de la 
propuesta
Propuesta mundial sobre la 
Medicina Familiar
La Wonca (World Organization of Family Doctors) en 
Europa año 2002, definió la especialidad en los siguientes 
términos:
 } Normalmente la MF es el primer punto de contacto 
con el sistema de salud, otorgando acceso ilimitado 
a sus usuarios, atendiendo todos sus problemas de 
salud independiente de la edad, el sexo, o cualquier 
otra característica de la persona en cuestión.
 } Realiza un uso eficiente de los recursos sanitarios a 
través de la coordinación del cuidado de salud.
 } Utiliza un enfoque centrado en la persona, orientado 
al individuo, su familia y su comunidad.
 } Genera una relación en el tiempo, a través de la comu-
nicación efectiva entre el médico y su paciente.
 } Es responsable de la provisión de un cuidado de salud 
continuo de acuerdo a las necesidades de los pacientes.
 } Asume los problemas de salud agudos y crónicos de 
sus pacientes, así como las enfermedades en etapas 
tempranas de su desarrollo (1).
En diferentes países se han dado distintas formas de 
ejercer la Medicina Familiar. Estas dependen de situaciones 
como el liderazgo de quienes creen en ella, las decisiones 
estatales, el sistema sanitario en el que se ejerce y la forma-
ción de un número critico de médicos familiares que 
puedan hacer realidad el ejercicio de la Medicina Familiar 
(1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8).
Como ejemplos de esta multiplicidad de posibilidades se 
pueden contar 4 tipos de experiencias distintas. Están las 
experiencias de países como Inglaterra, Francia, Canadá, 
Estados Unidos, en la que los médicos familiares tienen una 
tradición de más de 50 años, España, Portugal, Cuba y México 
que hicieron reconversión masiva de médicos generales a 
médicos familiares en las décadas de los 80 y la experiencia 
de otros países latinoamericanos como Argentina, Brasil 
y Chile en el que en la década de los 90 se ha iniciado este 
mismo proceso y por último, experiencias aisladas en otros 
países latinoamericanos como Ecuador, Panamá, Perú y 
Colombia en la que hay programas de formación de médicos 
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16 } familiares sin una clara decisión política acerca del papel que 
se desea que cumplan en el sistema (1, 9).
Respecto a las primeras se dieron procesos paralelos 
en Norte América y en Europa. En Norte América parti-
cularmente en Estados Unidos dos informes fueron 
trascendentales: el de la Comisión Millis en 1966, formada 
por técnicos y ciudadanos estadounidenses quienes hicieron 
una exigencia para evitar la fragmentación en salud que se 
daba en la atención por la multiespecialidad. El segundo 
fue el Ad Hoc Committee on Education for Family Practice of 
the American Medical Association Council of Medical Educa-
tion que abogó por un nuevo tipo de especialista: el médico 
familiar (2, 3). En Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña 
aprobaron la especialidadde Medicina Familiar en los años 
50 y 60, crearon diferentes programas de formación. Esta 
formación de médicos familiares se ha acompañado de 
formas de organización cuya base de atención es la Medi-
cina Familiar (6).
En Europa diferentes países han basado sus modelos 
de atención en el generalismo como Inglaterra, Irlanda, 
Finlandia, Suecia, Dinamarca, Noruega Francia, España, 
Portugal, entre otros (2, 5). La resolución 30 de 1997 del 
Comité de Ministros del consejo Europeo, recomendó a 
todos los estados miembros la potenciación de la ‘medicina 
primaria’ como piedra angular del sistema sanitario. Poco 
después la Directiva de la Comunidad Económica Europea 
86/457 estableció la necesidad de implementar la especia-
lidad de medicina general en todos los países miembros y es 
obligatoria en todos los países de la Unión Europea a partir 
del primero de Enero de 1995 (5). Dentro de este proceso han 
existido varias declaraciones que enfatizan en la necesidad 
de formación posgraduada específica en medicina familiar. 
En los países del sur de Europa como España y Portugal 
el proceso se dio en la década de los 80 y se acompañó de 
fuertes debates acerca de la reforma sanitaria en los que 
finalmente las decisiones políticas han avalado modelos 
de prestación de servicios basados en medicina familiar 
con gran capacidad resolutiva en la primera instancia de 
contacto con la comunidad (5).
En Latinoamérica los procesos han presentado contrastes. 
Por ejemplo Cuba y México iniciaron su proceso en la década 
de los 80. Cuba, de forma similar a España, tiene buena parte 
de sus sistemas de salud basados en médicos de familia y 
orientados hacia sus familias adscritas, con un énfasis en la 
atención comunitaria, basada a la gratuidad y jerarquización 
de niveles de atención, enfoque epidemiológico y aproxima-
ción equitativa a la población. En México abarca el primer 
nivel de atención del Sistema de Seguridad Social. Tanto 
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17 }en Cuba como en México los procesos se acompañaron de 
formaciones masivas de médicos en la especialidad (6).
Una segunda ola se dio con Argentina, Chile y Brasil. 
En el caso de Argentina para 1996 el gobierno inició un 
proceso de cambio para toda la seguridad social en el que el 
médico familiar es la puerta de entrada (3, 5, 6). El proceso 
de Brasil ha sido importante ya que los niveles de cober-
tura a través de formación de equipos de atención primaria 
en salud denominados ESF (Equipos de Salud de Familia) 
han ido progresivamente en aumento (5), pero la capa-
cidad resolutiva de éstos sólo se está dando una vez que se 
están acompañando de la formación de otros miembros del 
equipo de salud y sobre todo con la capacitación de médicos 
generales en médicos familiares.
Otros países de Latinoamérica como Perú Ecuador, Vene-
zuela, Bolivia, Panamá, Paraguay, Uruguay (2, 6) dentro de 
los que ubico a Colombia, tienen programas de posgrado de 
iniciativas locales, con experiencias buenas pero puntuales 
sin una clara determinación política para impulsar un 
modelo basado en la medicina familiar como puerta de 
entrada en el modelo de atención.
Experiencia de la 
Universidad del Valle. Colombia
Para entender el contexto en el que se inició la Facultad 
de Medicina de la Universidad del Valle hay que tener en 
cuenta al Informe Flexner. Este informe orientó la forma-
ción médica hacia una base sólida en ciencias biomédicas, 
homogeneizó los planes de enseñanza. La Asociación 
Americana de Escuelas de Medicina (AAEM) ayudó a este 
objetivo llevando a que cada vez se le diera más importancia 
a los especialistas, a tecnologías diagnósticas y terapéuticas 
progresivamente más sofisticadas. Se inicia así un desa-
rrollo hacia la especialización (7).
Entre los años 1910 - 1930 las recomendaciones de Flexner 
abonaron el terreno para el desarrollo de las especialidades 
las cuales se difundieron por todo el mundo incluyendo 
Latinoamérica.
En los años 30, en Colombia, las facultades de medicina 
continuaban orientadas hacia la formación de médicos para 
la atención privada dentro de la perspectiva francesa y con 
predominio de la corriente anatomoclínica, aunque enri-
quecida por algunos elementos nuevos de las mentalidades 
fisiopatológicas y etiopatológicas de la nueva medicina 
norteamericana. Será a partir de la misión médica norte-
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18 } americana, en 1948, que se iniciará un serio cambio de 
orientación hacia las concepciones estadounidenses (7).
En este contexto en 1950 se inició la Facultad de Medi-
cina de la Universidad del Valle con un currículo similar al 
recomendado por la reforma Flexner. De forma complemen-
taria en 1955 se introdujo por primera vez en Colombia y en 
la América hispana la enseñanza de la medicina preventiva, 
al crearse en la Universidad del Valle del Departamento 
de Medicina Preventiva y Salud Pública que impartió una 
formación con énfasis en la parte científica y con aprendi-
zaje práctico en el hospital y los laboratorios, habiéndose 
establecido en el barrio Siloé de Cali el primer laboratorio 
Comunal de Colombia.
La persona que lideraría la formación de médicos fami-
liares en la Universidad del Valle, el doctor Diego Mejía, 
participó de esta y otras experiencias comunitarias. El 
profesor Mejía refirió que tuvo la oportunidad de participar 
entre 1956 - 1958 en el programa de Siloé, como estudiante, 
con familias asignadas a quienes se les llenaba un registro 
detallado. “Se ponían absolutamente todos los eventos 
de enfermedad, las vacunaciones, las visitas médicas y de 
enfermería, y hay consignados muchos hechos de tipo 
social, psicológico y económico” (10).
En 1967 se organiza el primer programa de postgrado de dos 
años con rotaciones de 6 meses por las especialidades clínicas 
de Pediatría, ginecoobstetricia, medicina interna y cirugía 
con una intensidad de medio tiempo y el resto de tiempo en 
medicina preventiva, socioantropología, bioestadística y otras 
materias con el fin de formar un médico generalista familiar. 
De este programa egresaron dos promociones que formaron 
entre tres y cinco médicos generales familiares. (3).
Como contexto y soporte a estas experiencias en los 
últimos años de la década del 70 y debido a la crisis del 
modelo flexneriano, se van consolidando dos corrientes 
fundamentales y extremas: la de los educadores médicos 
que, aún apegados al esquema de Flexner piensan que la 
medicina es biología aplicada y que la enseñanza debe 
continuar centrada en las ciencias básicas y biológicas, y la 
de los seguidores de las recomendaciones de la O.M.S y la 
O.P.S que pretenden que la enseñanza se polarice hacia la 
atención primaria y hacia la salud de la comunidad (7).
En Colombia se impulsó el estudio nacional de recursos 
humanos, al mismo tiempo que se realizó la reunión y se 
publicaron las memorias: ‘el médico general una respuesta 
al futuro’, en los cuales se plateaba como fundamento la 
necesidad de que ese médico fuera entrenado en lo básico, 
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19 }con gran énfasis en la interacción con la comunidad, y de 
acuerdo a lo epidemiológicamente frecuente (7).
A finales de los 70 el Dr. Diego Mejía que como médico 
internista había participado en otras experiencias comu-
nitarias como residente en Guaval y Candelaria (Valle del 
Cauca), se encontraba como director del plan de estudios de 
la Universidad del Valle; tenía la idea de realizar su año sabá-
tico y aprovechando la coyuntura política para implementar 
la medicina familiar con el fin de mejorar el currículo en 
pregrado, viajó en 1980 a Seattle en Washington donde 
estaba el mejor centro de medicina familiar en pregrado y 
encontró un fellowship en entrenamiento de especialistas 
en medicina familiar para ser docentes, su director era el 
Dr. John Gaiman líder de la medicinafamiliar en Estados 
Unidos y director del Journal of Familia Practice (10).
En Seattle, patrocinado por la Fundación Kellog, el Dr. 
Mejía pudo visitar los programas de la universidad de Key 
Wester en Cleveland dirigido por el Dr. Medalie, el programa 
de Virginia en Richmon donde se encontraba el Dr. Mayo, el 
de la Universidad de Virginia en Charles Ville, el de Carolina 
del Sur con el Dr. Kerry, el de Ontario con el Dr. Mc Whinney 
y el Dr. Lynn Carmichael en Miami (10).
Bajo la influencia del Dr. Smilkstein, quien era profesor en 
Seattle se convence íntimamente de que era inútil empezar 
un pregrado si no existían modelos y desde allí comienza 
a gestar la idea de hacer un programa de postgrado que 
podría ser modelo en Colombia, para luego introducir las 
ideas de medicina familiar en pregrado (10, 11).
Posterior a su regreso y para sustentar la idea del postgrado 
en Colombia el Dr. Mejía con el apoyo del Dr. Oscar Bolaños 
elabora varios informes en los que destacó lo siguiente:
Creo que ya hay suficiente información para pensar que los 
programas aislados basados en un solo tipo de personajes 
producen solo éxitos parciales. Los médicos americanos espe-
cialistas en atención primaria con una formación excelente 
en general han llevado a nacionalizar la atención médica, 
frenando la fragmentación excesiva y conjugando un cuidado 
a la vez humano y de acuerdo con los adelantos científicos; pero 
su impacto sobre los cambios en salud es muy difícil de mostrar. 
Los médicos descalzos, los Fletcher y otros agentes similares 
han producido cambios eso sí paralelos a otras medidas de tipo 
social y económico que hacen difícil demostrar su parte en el 
cambio de los índices de salud enfermedad (12).
Hace poco se discutía la existencia de la especialidad, hoy 
hay un gran número de escuelas de médicos en el mundo 
que presentan un balance favorable con la producción de un 
médico integral, que además de ser capaz de solucionar, un 
alto porcentaje de los problemas de salud a nivel de cuidado 
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20 } primario, está buscando nuevos caminos para hacer más 
eficientes y menos costosos los aspectos de educación, promo-
ción, prevención, curación y rehabilitación (13).
A nivel mundial hubo gran preocupación alrededor de 
como implementar sistemas drásticos de evaluación de 
tecnología y reducción de costos. La OMS y la UNICEF, plan-
tearon en Alma Ata (URSS - 1978) su lema de Salud para 
todos en el año 2000. La estrategia implementada recibe 
el nombre de ATENCIÓN PRIMARIA, y la especialidad de 
Medicina Familiar parece acomodarse a muchos de los 
puntos planteados por ésta.
El Dr. Diego Mejía enfatizó que históricamente los 
programas de medicina familiar que han llegado a cumplir 
sus objetivos exitosamente, lo han logrado porque se les ha 
permitido formar un departamento con el soporte moral 
y económico de las directivas universitarias y los demás 
departamentos académicos (13).
La postura filosófica ante las dos corrientes descritas ha 
sido trascendental para tomar la determinación de iniciar 
con programas de medicina familiar; esto se puede reflejar 
en la anécdota que contó el doctor Mejía. 
Fueron el Dr. Galán (quien no estaba de acuerdo con el 
programa) y un filósofo los encargados de realizar la visita 
del ICFES para la aprobación. “El filósofo realmente captó 
la diferencia de paradigmas estando más de acuerdo con la 
parte sistémica y entendiendo conceptualmente mejor la 
idea de medicina familiar”. El Dr. Mejía dijo: “Por su media-
ción el programa fue aprobado” (12).
Otro problema que se debió resolver para iniciar el post-
grado fue la escogencia del lugar de práctica. El municipio 
y el departamento, cuya gobernadora, la señora Doris Eder 
de Zambrano esposa del anterior decano de la facultad y el 
ISS con su gerente el Dr. Carlos Agualimpia se mostraron 
interesados y comprometidos con la idea. (10, 11, 14) Se 
organizaron comisiones de trabajo con representantes de 
estas tres entidades para desarrollar el programa y buscar 
el sitio adecuado de práctica; se visitaron y estudiaron áreas 
y mapas teniendo en cuenta múltiples factores.
En 1975 se realizó un seminario sobre medicina fami-
liar en Barranquilla, por medio del cual se aseguraría la 
adopción del modelo de medicina familiar con el ánimo de 
ampliar cobertura; el programa se implementó con dificul-
tades en algunas regionales y con poco éxito (7).
De allí el interés del ISS de apoyar a la Universidad del 
Valle en la creación del programa de medicina familiar. 
Esta motivación del seguro para mejorar sus programas 
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21 }permitió el acuerdo entre éste y la Universidad del Valle, a 
pesar de no tener un área geográfica delimitada como la 
que podía ofrecer la Secretaría Municipal de Salud.
Después de múltiples intentos con la Secretaría, el depar-
tamento y el ISS se firmó el convenio definitivo el día viernes 
11 de mayo de 1984 entre el ISS representado por el Dr. Carlos 
Agualimpia, gerente de la entidad, la Universidad del Valle, 
representada por su rector el Dr. Rodrigo Guerrero Velasco y 
la fundación para la Educación Superior (FES) con el Dr. Alex 
Cobo. A pesar de tener como referencia diferentes programas 
de Medicina Familiar de Universidades de México, Canadá, 
EE.UU., entre otros, el currículum se hizo teniendo en cuenta 
el contexto de nuestro país, por esto no se parece a ninguno 
de los de las Universidades norteamericanas. “Nuestro 
programa se hizo con bastante contenido comunitario si lo 
comparamos con los programas de Canadá y EEUU en donde 
el residente dedica bastante tiempo a las U.C.I. de los grandes 
hospitales; aprovechamos la parte filosófica y las buenas ideas 
de los diferentes programas, pero lo diseñamos más integral, 
utilizado las fortalezas de la medicina en Colombia” (7).
En este convenio se hace explícita la necesidad, dentro 
de las políticas del ISS, de desarrollar óptimos programas 
de atención médica con extensión a la familia para lo cual 
es altamente conveniente ensayar modelos adecuados de la 
prestación de este servicio y para la Universidad del Valle es 
importante la formación del personal médico que requiera la 
comunidad, así como de profesionales que sirvan de modelo 
a los futuros médicos en la atención integral de los pacientes 
y las familias. El problema fue paradójico, la residencia fue 
creada para formar modelos que no existían. Se seleccio-
naron personas modelo en calidad profesional y personal 
que aceptaron estas ideas y empezaron a leer sobre esta filo-
sofía; entre ellos estaba el Dr. Arnoldo Bromet, producto de 
la primera experiencia en la formación de generalistas fami-
liares que tuvo la Universidad del Valle (10, 11, 15).
Los diferentes departamentos prestaron una gran colabo-
ración para la elaboración del programa de medicina familiar 
y el currículum inicial. Se tuvieron algunos roces que fueron 
limados y que han existido también en las otras partes del 
mundo relacionados con los límites; hasta donde interviene el 
Médico Familiar. “El Seguro quería que le atendiéramos más 
gente y yo luchaba por la parte académica” dijo el Dr, Mejía. 
“Incluso a pesar de que el primer coordinador del CAB fue 
nombrado con nuestra aceptación, él era un administrador 
del Seguro Social y luchaba por que se le atendiera su gente. 
Hubo tantas discusiones y fricciones que al final tuvimos que 
transar, afortunadamente, porque se nos nombrara a alguno 
de nuestros profesores de coordinador” (7).
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22 } Consolidación como Departamento 
de Medicina Familiar
Desde el principio fue un objetivo que este programa de 
medicina familiar adscrito al decanato se convirtiera en 
departamento,luego apareció esta necesidad para darle 
mayor solidez (10, 11).
Cuenta el Dr. Arnoldo Bromet que este fue uno de los 
últimos departamentos creados en la Universidad en una 
época en la cual se tenía la política de despartamentalizar 
las especialidades. Esto también requirió autorización del 
ICFES de donde enviaron una comisión evaluadora a la cual 
se le presentaron los contenidos, actividades, filosofía y 
sobre todo se le enfatizó en la importancia de los egresados 
como docentes de medicina familiar para pregrado (10, 11).
Finalmente, luego de múltiples pasos administrativos 
necesarios, concluyen que es altamente recomendable la 
creación de Departamento de Medicina Familiar. Las polí-
ticas de salud expresadas en Alma Atta sobre el cuidado 
médico primario tendrían una mayor garantía de reali-
zación, si se contaba con un generalista capacitado para 
ejercer la atención primaria; siendo necesario la presencia 
de médicos salubristas para manejar la planeación en salud, 
se necesitaba alguien que lo pudiera ejecutar, que pudiera 
estar al frente de las comunidades, que tuviera conoci-
mientos muy profundos de lo que nosotros conocemos 
como principios fundamentales de la medicina familiar.
En la planeación se había definido en 700 el número de 
familias asignables por residente. “Se quiere organizar un 
modelo de atención sobre el cual se desarrolle un programa 
docente y no lo contrario”... “los conceptos no son contra-
dictorios y lo ideal es un programa de atención a familias 
óptimo pero que permita cierta flexibilidad para labores 
académicas” (3).
La aspiración fue la de generar un modelo de Atención 
Primaria en Salud basado en la Medicina Familiar. En 
este tiempo se pudieron consolidar algunas experiencias 
exitosas dentro de las que se pueden resaltar la experiencia 
de San Joaquín donde se apoyaron cambios de tipo de tipo 
social y económico como lo promueve la Atención Primaria 
Integral, la experiencia de ‘Confamiliar Asia’ en la que se 
trabajó en conjunto con un equipo de salud en coordina-
ción con diferentes especialidades; la experiencia que se 
tuvo en el Centro de atención básica del Seguro Social (CAB) 
la Selva y la experiencia con el Servicio Médico de la Univer-
sidad del Valle basado en la prestación inicial de servicios 
por médicos familiares. Esta última es la que ha podido 
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23 }permanecer por más tiempo, sustentada en la medición del 
impacto en sus actividades de promoción y prevención y en 
su integralidad y aceptación por los usuarios.
Para 1994 los egresados del Valle tenían el siguiente perfil 
ocupacional: profesores universitarios: 27, empresa privada: 
15, Instituto de Seguros Sociales: 15, Grupos Asociativos 
Cooperativos: 11, Servicio Médico Familiar Universidad del 
Valle: 8, empleados públicos: 7, consulta privada: 5 (16).
Otros roles importantes que han realizado los médicos 
familiares son los de investigadores, asesores nacionales e 
internacionales con buen impacto (3, 16). También hay egre-
sados trabajando en hospitales de segundo nivel en los que día 
a día se aprecia más su trabajo (3). Debido al escaso número de 
médicos familiares en el país, algunos egresados están capaci-
tando a médicos generales en el enfoque familiar (3).
Para 1995 según los egresados, no existía una política 
respecto al médico familiar en la mayoría de las instituciones; 
muchos fueron contratados, por ser médicos familiares, pero 
nunca para el ejercicio específico de médico familiar (3).
Los programas de medicina familiar llaman mucho la 
atención pero pocas veces son acogidos en su totalidad; 
se contratan sólo 1 o 2 médicos familiares y se asume una 
posición expectante. Esto ha llevado a que se implemente 
servicios mixtos. 
Respecto a la formación, sólo hasta 1994 se inició otro 
programa de especialización en medicina familiar en 
Colombia, derivado de la Universidad del Valle, el de la 
Universidad Javeriana; en 1998 inició el programa de la 
Universidad El Bosque. 
Formación integral en la 
Escuela Colombiana de Medicina
La Universidad El Bosque desde sus inicios promulgó 
como Escuela Colombiana de Medicina (ECM), la formación 
integral de sus egresados, y a través de su primer decano 
doctor Jaime Escobar Triana, hizo una propuesta, en su 
momento innovadora, para formar a médicos dentro del 
paradigma biopsicosocial. En documentos que presentan 
la experiencia de la facultad se puede leer:
La ECM, es la facultad de medicina de la Universidad El Bosque. 
Fundada en 1979 y cuenta con más de dos mil quinientos 
egresados. Desde su inicio decidió formar médicos desde el 
modelo biopsicosocial, abordaje sistémico que concibe al ser 
humano como una totalidad que resulta de las relaciones 
entre distintos componentes: biológico, psicológico y social. 
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24 } Esta perspectiva orientó tanto la estructura como la organi-
zación curricular del programa, conformándose tres áreas 
de conocimiento: bioclínica, psicosocial y comunitaria. Estas 
áreas aglutinan en su interior grupos funcionales inter-
disciplinarios encargados de contextualizar los saberes y 
quehaceres útiles, pertinentes, relevantes para la formación 
de un médico general. Particularmente, el área comunitaria 
se concibió como un espacio de convergencia que articula las 
acciones realizadas por las otras áreas. Desde ella se propició 
el contacto temprano de los estudiantes con las comunidades 
y los servicios de salud. El que hacer del área comunitaria se 
fue configurando como uno de los pilares fundamentales de 
la proyección social de la facultad (17).
El supuesto inicial estaba referido a formar el médico 
integral generalista que necesitaba el país y aunque el ejer-
cicio de esta integralidad en los sitios de práctica no siempre 
era coherente con esta, un buen porcentaje de sus egresados 
se sienten y son reconocidos como médicos integrales.
La búsqueda de esta formación integral ha sido compleja 
y en la visión particular de medicina comunitaria se entiende 
claramente que una formación humanística es necesaria 
para lograr el resultado final en esta formación integral.
El área comunitaria participa, solidaria y cooperativamente, 
en la formación de médicos generales integrales que sean 
capaces de reconocer y actuar en la complejidad de la vida, en 
los procesos de salud y enfermedad. Para lograrlo fortalece 
en los estudiantes sus competencias ciudadanas de interac-
ción social (relación médico paciente), de discernimiento 
para pensar, elegir y decidir formas de intervención orien-
tadas a promover la salud, prevenir y/o tratar la enfermedad. 
Acciones coordinadas con las decisiones de los individuos y 
las comunidades (17).
Progresivamente el área de Medicina Comunitaria 
fue consolidando asignaturas teórico–prácticas cuyos 
escenarios prácticos son hospitales de primer nivel y ha 
incorporado a médicos especialistas en Medicina Familiar 
en su mayoría egresados de la Universidad El Bosque para 
ser tutores en algunas de estas prácticas.
A pesar de esta filosofía, la proyección que ha tenido 
desde sus inicios la Escuela Colombiana de Medicina (hoy 
Facultad de Medicina de la Universidad El Bosque), en las 
practicas clínicas hospitalarias de segundo y tercer nivel 
ha seguido predominando la formación ‘biológica’ sobre la 
formación ‘psicosocial’ y para un buen número de los egre-
sados el ejercicio de esa integralidad que se enseña sigue 
siendo una utopía difícil de abordar en la práctica. 
Particularmente el año de internado que se denomina 
año de práctica clínica integral, se ha convertido, al igual 
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25 }que en la mayoría de facultades del país, en una serie de 
rotaciones en las que predomina la práctica usual que se 
hace en los hospitales en la mayoría de los casos sin impreg-
narse de la integralidadque se busca. En este internado la 
influencia de las áreas comunitaria y psicosocial es débil; los 
hospitales de primer nivel de atención desaparecen como 
sitio de práctica y predominan los centros que prestan servi-
cios de tercer nivel de atención como lugares privilegiados 
para ésta. Tal vez por esto y por el bajo prestigio que tiene 
en la medicina actual el médico general, de forma paradó-
jica, la facultad de medicina es una de las facultades con 
más número de especialidades en el país y dentro de estas 
especializaciones la búsqueda de la integralidad no es parte 
significativa de su currículo. 
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26 }
}La especialidad de 
medicina familiar en la 
Universidad El Bosque
El desarrollo de la especialidad en la Universidad El 
Bosque ha estado condicionado a:
Una propuesta pedagógica innovadora dirigida a apro-
vechar 2 espacios tradicionalmente no ‘aprovechables’ 
en términos de formación académica especializada o de 
formación en servicio en el que el escenario de trabajo es el 
lugar de práctica.
 El entorno legal y normativo que sería propicio para el 
ejercicio de una medicina integral, tiene unas limitantes en 
la interpretación y escollos administrativos que coartan su 
desarrollo en la red pública y aun en la privada.
Un número aún escaso de médicos familiares formados 
en el país que no permite que sean tenidos como base de la 
prestación de servicios.
Propuesta pedagógica de Medicina Familiar 
de la Universidad El Bosque
La Universidad desarrolla una propuesta para formar 
Médicos Familiares que recoge el espíritu de la formación 
que la Escuela Colombiana de Medicina promulgó a nivel 
de especialidad. 
Dado el contexto de un bajo interés por la especialidad 
en Colombia, reflejada en un bajo número de aspirantes a 
esta para la modalidad clásica, era necesario innovar. Exis-
tían dos alternativas iniciar la especialización desde el 
momento del internado o, desde la formación en servicio, 
en que se aprovecha el espacio laboral de médicos generales, 
acompañándolos desde un esquema pedagógico que les 
permitiera lograr las competencias necesarias para ejercer 
como médico familiar. 
Las posibles modalidades planteadas para la formación 
de médicos familiares fueron: 
1. Homologar los créditos de internado con énfasis en 
Medicina Familiar y convalidar créditos que se tomen 
mediante el acompañamiento del Servicio Social 
Obligatorio (SSO) y completar los créditos tomados 
posteriormente al finalizar este. 
2. El clásico, médicos graduados que cumplieron el requi-
sito del SSO y desean realizar un programa formal de 
Medicina Familiar con la Universidad El Bosque. 
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28 } 3. El esquema de acompañamiento a médicos generales 
que están laborando o médicos especialistas que 
desean tomar el postgrado de Medicina Familiar.
 En cualquiera de las modalidades se debe cursar el 
número de créditos en su totalidad o mediante un proceso 
de evaluación definir cuales créditos son homologables. 
Se decidió iniciar por la primera de estas.
La sustentación sobre la inclusión del internado como 
parte del programa de especialización fue sólida:
El Programa de Especialización en Medicina Familiar, está 
en disposición de apoyar la formación en el último año que 
desarrolla la Universidad El Bosque, que por disposición de 
la Ley 14 de 1962, debe hacer parte del pensum de estudios 
médicos de todas las universidades en el país como año de 
internado durante el pregrado. 
En ese contexto, en el diseño, en la organización y en el desa-
rrollo del internado, es especialmente importante, tener en 
cuenta y hacer valer, el carácter primordial de un periodo 
formativo, en el cual las características de integralidad y 
continuidad en la atención de la salud individual y colectiva 
y por ende en la práctica profesional son esenciales. 
El desarrollo de esta forma de implementación curricular y 
el éxito en el logro de los beneficios anotados, determinan sin 
embargo requerimientos básicos para la orientación general 
del internado y para la organización de la práctica en los 
varios servicios o campos de actividad supervisada que debe 
llevar a cabo el interno. 
Por lo anterior, las oportunidades de práctica que se definan 
para el interno, deben contribuir a lograr esa integralidad y 
continuidad en la atención, que serán requerimientos funda-
mentales de su futuro ejercicio profesional. 
En la misma línea de la consideración anterior, en la organi-
zación de la práctica que realice el interno es indispensable 
lograr una articulación apropiada de las actividades que se 
lleven a cabo en los escenarios de consulta externa, urgen-
cias y hospitalización.
Estas actividades, en aras de la continuidad de la atención, 
no pueden corresponder a rotaciones secuénciales, sin nexos 
entre ellas, situación que se encuentra con frecuencia como 
base de los diseños de los internados convencionales.
De igual manera, la organización de las prácticas, en parti-
cular de consulta externa, deben responder a características 
de la realidad del ejercicio profesional y contribuir en esta 
forma a crear condiciones relevantes para estimular el ejer-
cicio de la Medicina Familiar como una práctica profesional 
en la cual no se hacen distinciones de sexo ni de edad, ni de 
patologías o aparatos o sistemas que los afecten. 
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29 }Consistente con lo anterior el diseño y la implementación 
del programa de actividades del internado con énfasis en 
Medicina Familiar debe crear los espacios y oportunidades 
necesarios de práctica, en los escenarios indicados y además 
debe permitir el desarrollo de los componentes teórico 
- prácticos de los aspectos conceptuales, doctrinarios e instru-
mentales de la Medicina Familiar (18).
Sin embargo realizar un internado de estas caracterís-
ticas ha requerido un esfuerzo adicional: acondicionar la 
prestación de servicios con una perspectiva ambulatoria 
con énfasis en promoción y prevención cuando todavía no 
existe esta cultura a pesar de que se ha ido ganando espacio 
en ese aspecto. 
Experiencia inicial
En 1998 se aprobó la creación de la especialización 
en Medicina Familiar, mediante Acuerdo No. 4083 de 
1998 Consejo Directivo Universidad El Bosque y se envió 
la documentación al ICFES obteniendo el Registro No 
172956103061100101400. 
Teniendo en cuenta estas consideraciones y habiendo 
cumplido los pasos necesarios se inició en junio de 1998 
con 13 estudiantes de internado en el Hospital San Juan de 
Dios de Zipaquirá.
Durante los primeros años a pesar de las múltiples apro-
baciones en diferentes instancias siempre se generó la 
inquietud acerca de la competencia de los médicos con este 
esquema de formación. Poco a poco fuimos comprobando y 
reasegurando el desarrollo de las competencias que carac-
terizan al médico familiar.
Lo innovador fue utilizar dos periodos en los cuales, en 
Colombia, por tradición se caracterizan por ser espacios 
en los que se tienen gran cantidad de experiencias y posi-
bilidades de práctica, dándole al contenido académico un 
énfasis en la práctica de la Medicina Familiar en promoción 
y prevención, atención en problemas prevalentes en salud y 
atención ambulatoria; el año de internado y el servicio social 
obligatorio. Estos en el programa de Medicina Familiar de la 
Universidad El Bosque hacen parte integral del aprendizaje, 
dando continuidad a la formación previa en la carrera como 
generalista, acompañándolos de un currículo que potencia 
las fortalezas antes descritas y minimiza sus debilidades (19).
El proceso en que esto se dio no fue sencillo, no estaba 
dentro de las posibilidades permitidas en la formación 
tradicional de especialidades y el añode internado, a dife-
rencia de sus inicios en que no era parte del currículo de 
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30 } medicina, desde antes de la creación de la Escuela Colom-
biana de Medicina estaba integrado a cualquier programa 
de formación de médicos. Paralelamente la Universidad del 
Valle iniciaba un proceso similar. 
A través de la homologación de los contenidos curriculares de 
estos espacios con un año adicional se desarrollan las compe-
tencias con las cuales se puede desempeñar el médico que cursa 
este programa como especialista en Medicina Familiar (19).
La validez de este mecanismo de homologación fue muy 
cuestionada hasta agosto de 2002. En esta fecha salió la 
publicación titulada Especialidades Médico Quirúrgicas en 
Medicina Diagnóstico, resultado de talleres y resultados de 
calidad. Primera etapa. Serie de la calidad de la educación 
superior # 7, publicada por el ICFES, ASCOFAME y el Minis-
terio de Educación Nacional. En estos talleres participamos 
los programas de la Universidad del Valle, Universidad Jave-
riana, Escuela de Medicina Juan N. Corpas y Universidad El 
Bosque. En ella se avalaba la posibilidad de iniciar programas 
de Medicina Familiar con universidades que hubieran apro-
bado un internado con énfasis en Medicina Familiar.
Con el Servicio Social Obligatorio, la consecución de las 
plazas fue un proceso dispendioso, concertado con múltiples 
partes, en el que nunca se pudo consolidar un convenio firme. 
Siempre se consiguieron a través de acuerdos provisionales 
y con dificultades en mayor o menor grado para el cumpli-
miento de las actividades académicas y tutorías concertadas. 
La segunda dificultad importante que se encuentra, es la de 
aprovechar las experiencias que brinda un espacio laboral 
regido por unas condiciones sui generis, el Servicio Social 
Obligatorio, como un periodo formativo. Para dar una idea de 
la compleja situación que se vive en este sentido vale la pena 
resaltar que en el caso de Cundinamarca son excepcionales las 
plazas que están descentralizadas, existe una oferta menor 
que las que se solicitan y también por tradición su asignación 
hace parte de favores políticos ajenos a conceptos de interés 
social o comunitario. Otro aspecto a tener en cuenta es refe-
rido a los cambios de alcaldías y gobernación periódicos que 
hacen reiniciar una y otra vez los las explicaciones y visitas a 
las nuevas autoridades pertinentes (20). 
La idea es la de transformar la forma de prestación de servi-
cios que se hace en los diferentes lugares en la búsqueda de 
una mejor atención a la comunidad. La pérdida de conti-
nuidad de las Plazas de Servicio Social Obligatorio por 
diferentes circunstancias hace que el modelo de atención 
basada en la Medicina Familiar para Cundinamarca sea 
todavía un sueño (20).
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31 }Sin embargo, como experiencia formativa, la utilización 
de estos dos espacios ha sido exitosa a juzgar por el desem-
peño de los egresados.
La segunda característica innovadora del programa ha 
sido tener un grupo de médicos familiares contratados 
directamente por la Universidad cuya función es de tutoría 
permanente independientemente del escenario de práctica 
que se tenga. Esta tutoría se acompaña de casos clínicos 
abordados desde el aprendizaje basado en problemas, acom-
pañamiento y accesoria en presentaciones, trabajo de grado 
y en consulta. Se hacen importantes teniendo en cuenta el 
contexto nacional en el que la Medicina Familiar no tiene 
aún un espacio propio y particularmente en prestación de 
servicios de salud a nivel público no se ha desarrollado el 
primer nivel de atención.
Escenarios de práctica
La peregrinación continua que ha tenido el Programa 
de Medicina Familiar de la Universidad el Bosque desde 
su creación hasta hoy ha sido una de las principales debi-
lidades y a su vez, las experiencias que este peregrinaje nos 
han dado son oportunidades importantes que buscamos 
consolidar y mejores posibilidades, al comprender un poco 
más el medio en el que queremos desarrollar la especialidad
Escenarios de práctica un planteamiento ideal 
y un choque con la realidad
Para la Escuela Colombiana de Medicina ha sido claro 
desde un principio que se debe aprender haciendo, este 
‘hacer’ continuamente es comparado con un ‘deber ser’ que 
nace de la información mundial, reflexiones y discusiones 
académicas y nos permiten lograr formas de actuación aun 
no dadas pero posibles. En el momento que se logran, para 
prestar un mejor servicio, esta cumpliéndose la función 
social de la Universidad. Por lo tanto los escenarios de prác-
tica son importantes.
El escenario ideal para una práctica de Medicina Familiar 
debería permitir la provisión de servicios de salud esenciales, 
individuales y públicos que incluyen: 
1. Promoción de la salud y prevención de las enfermedades 
(ej inmunizaciones, tamizaje, consejería en salud)
2. Evaluación en síntomas y signos físicos comunes
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32 } 3. Manejo de condiciones agudas y crónicas prevalentes
4. Identificación de otros servicios útiles a cargo de 
proveedores más especializados, para interconsulta y 
derivación apropiada.
5. Se espera como regla general que los médicos fami-
liares puedan diagnosticar y tratar eficazmente más 
del 90% de los problemas vistos en la población (21).
Cuando se estaba gestando el inicio del programa en 1998, 
en Bogotá recientemente se reorganizaba la prestación de 
servicios por niveles de atención y no se encontró un centro 
de atención que prestara servicios comprendidos en primer 
y segundo nivel de atención. Esta situación a la que en un 
principio no se le prestó tanta atención ha sido definitiva a lo 
largo de estos 10 años de experiencia con los que contamos.
En provincia sí se contaba con centros asistenciales que 
prestaran servicios de primer, segundo y tercer nivel. Los 
centros de Facatativá, Ubaté y Zipaquirá parecían tener las 
condiciones ideales para iniciar. 
Se han escogido como centros de práctica dos hospitales y 
aproximadamente diez puestos y centros de salud en dos 
cabeceras provinciales y 8 municipios (18).
Los municipios propuestos, con los que se están haciendo 
contactos para la realización de un convenio docente asis-
tencial son Zipaquirá y Ubate, como cabeceras provinciales 
en donde están situados los dos hospitales y los municipios 
de Cogua, Nemocón, Tausa, Sutatausa, Carmen de Carupa, 
Cucunubá, Guachetá y Lenguazaque (18).
La adecuación organizativa de los centros de práctica acorde 
a las necesidades de formación de los residentes de Medicina 
Familiar, se desarrollará con un proyecto interinstitucional 
que compromete a la Universidad, los municipios, direc-
tivas y personas trabajadoras de la salud vinculadas con 
los centros mencionados. Dentro de la misma será necesario 
adelantar contactos con la secretaría de salud de Cundina-
marca para el reconocimiento de las plazas de servicio social 
y en igual sentido se deberán realizar gestiones ante la Direc-
ción de recursos Humanos del Ministerio de Salud (18).
Una segunda opción de ubicación de los sitios de práctica, es 
la zona de occidente, comprendiendo La Vega, San Francisco, 
Madrid, Funza, Mosquera y Facatativá (18).
Experiencia en el hospital de Zipaquirá
Finalmente se inició en junio de 1998, en el Hospital San 
Juan de Dios de Zipaquirá, el año de internado. Se tenían 
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33 }rotaciones de 1 mes por cada una de las especialidades 
básicas y 4 meses una práctica ambulatoria por Medicina 
Familiar y 4 meses en el Hospital San Antonio de La Vega 
(hospital de segundo nivel). Esta práctica ambulatoria se 
realizaba en consultorios del centro ambulatorio deZipa-
quirá administrado por el Hospital, dirigido por médicos 
familiares contratados por la Universidad y en el Hospital 
San Antonio de la Vega donde la práctica era más integrada 
en hospitalización, consulta externa, urgencias y trabajo 
comunitario. Se contrataban tutores directamente por 
la Universidad que atendían usuarios de los hospitales y 
adicionalmente eran los encargados de realizar las revi-
siones de fundamentación y casos clínicos. Los internos 
cada 15 días se desplazaron y tomaron los módulos de salud 
familiar en la Universidad que se recibían al tiempo con la 
especialización de Salud Familiar y Comunitaria.
En ese momento se evidenciaron los primeros choques 
entre lo escrito como propuesta y la tradición de la pres-
tación del servicio. El desplazamiento los viernes y los 
sábados generaba que el hospital tuviera ‘menos fuerza 
de trabajo’ estos días; por otro lado, las rotaciones de dos 
meses no eran los tiempos acostumbrados en el Hospital 
y finalmente existían muchas inquietudes y dudas acerca 
del rol que debían cumplir estos ‘internos-residentes’; esto 
generó reclamos de parte de otras facultades.
Con los cambios de directivas que tuvo el Hospital, la 
discusión se centró más en la ‘contra prestación’ que en el 
desarrollo de un modelo de atención. El sistema de infor-
mación era incipiente y el proyecto que se escribía para 
realizarlo en conjunto se vio interrumpido y nunca se 
pudieron evaluar indicadores. La propuesta de que esta 
contraprestación se hiciera a través de la consulta que 
realizaban los residentes con el apoyo de los tutores no fue 
aceptada. Otro hospital, el Hospital San Rafael de Facata-
tivá, sí la aceptó. 
Después de la salida del programa de Medicina Familiar 
de del hospital San Juan de Dios de Zipaquirá, el servicio 
de Medicina Familiar del hospital inició contratando a 
médicos familiares egresados de la Universidad El Bosque 
a través de una cooperativa. Para el año 2003 tuvieron un 
porcentaje de remisión del 6,6%, un porcentaje de solicitud 
de laboratorios del 22%, porcentaje de solicitud de imágenes 
del 6%. Las principales especialidades que se interconsul-
taron fueron las especialidades quirúrgicas. 
En el primer informe que hacen se puede leer: 
Se puede decir, que la labor llevada a cabo por el personal 
del servicio, ha cumplido dos grandes objetivos primordiales 
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34 } durante este primer año consecutivo de labores: por un lado 
brindar una atención integral, con un muy buen nivel de 
resolución, disminuyendo ínter consultas y exámenes inne-
cesarios, y por otro lado generando una conciencia de auto 
cuidado, donde los pacientes han mejorado el concepto que 
tienen de su propia enfermedad (22).
Poco a poco las ofertas laborales para los médicos fami-
liares se fueron haciendo más atractivas en Bogotá por 
parte de EPSs y el servicio desapareció. 
Experiencia en el Hospital de Facatativa
En junio del año 2000 se inició el convenio docencia 
servicio con el Hospital San Rafael de Facatativá. El esquema 
fue similar teniendo una mejor aceptación. No se tenían los 
4 meses de rotación por el Hospital San Antonio de la Vega 
y estos se concentraron en consulta externa del Hospital 
San Rafael de Facatativá, la consulta la hacían tutores 
nombrados por la Universidad. Los restantes 8 meses se 
distribuyeron 2 meses por cada una de las especialidades 
básicas (medicina interna, ginecología, pediatría y cirugía). 
Los 2 meses de cirugía se distribuyeron entre cirugía general 
1 mes, ortopedia 15 días y anestesia 15 días. En todas las 
rotaciones debían realizar unos días en consulta externa.
Algo en que estuvieron de acuerdo las partes (Hospital 
y Universidad) fue la necesidad de mejorar la capacidad 
resolutiva del primer nivel de atención. El problema que 
se evidenciaba en la cotidianidad era un sin número de 
trámites administrativos para realizar algo que debía ser 
sencillo. Aún no era un requisito la aplicación de la reso-
lución 412 ni la reglamentación para que las acciones de 
promoción y prevención se hicieran; se estaban organi-
zando los procesos de calidad. 
Pedir un electrocardiograma por parte de un médico fami-
liar generaba el dilema de: “desde qué nivel lo genera éste”. 
Debía pedirlo como un médico de primer o de segundo nivel, 
sucedía igual con una mamografía y la discusión en este caso 
era ésta: “la puede pedir otro médico o solo el ginecólogo”. Este 
último dilema poco a poco desapareció en la medida la resolu-
ción 412 lo consolidó como un examen de tamizaje.
Para nosotros no tenía razón de ser esta discusión, pero 
para la forma en que se había dado la contratación ¡sí! Al 
pedirse como un segundo nivel era pagado como evento, si 
lo era en el primer nivel era capitado y no se lo pagaban al 
Hospital. Algo similar ocurría respecto a la consulta, si era 
capitado y requería mayor nivel de complejidad al ser remi-
tido segundo nivel el hospital lo cobraba por evento de lo 
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35 }contrario salía de la cápita. Visto desde este punto de vista 
realmente no era claro si se quería tener una mejor capa-
cidad resolutiva del primer nivel. Adicionalmente existía la 
preocupación de la terminación de la cápita, habitualmente 
para octubre. Desde esa fecha no se podían solicitar para-
clínicos ni formular medicamentos a menos que se hiciera 
una adición presupuestal. 
El programa de Medicina Familiar siempre ha querido 
tener una relación firme y sólida con una institución presta-
dora de servicios que permita expresar todas las características 
de un servicio de Medicina Familiar; desafortunadamente la 
relación docente asistencial vista desde el Hospital se limitaba 
a una contraprestación, la consulta, y no el desarrollo de un 
servicio. Inicialmente esta contraprestación se hizo a través 
de la facturación de la consulta que se realizaba con médicos 
familiares y se facturaba por parte del Hospital. 
Se elaboraron diferentes documentos en la búsqueda 
de la consolidación de este modelo en las zonas objetivo de 
Cundinamarca que tenía la Universidad. 
En búsqueda del posicionamiento de la Especialidad se ha 
trabajado con la Secretaría de Salud de Cundinamarca que 
en mayo de 2003 se Concretó en un convenio de coopera-
ción inter.-institucional. En este se busca el apoyo técnico y 
científico para el diseño e implementación de un modelo de 
prestación de servicios basado en la Medicina Familiar, el 
establecimiento de programas de formación en Medicina 
Familiar para médicos generales y diseño y ejecución de 
investigación en servicio (19).
Para llevarlo a cabo, se requirió un nuevo convenio docente 
asistencial de la Universidad El Bosque con los hospitales 
y centros ambulatorios circunvecinos, los municipios y la 
Secretaria de Salud de Cundinamarca acorde a las nuevas 
posibilidades que permite la ley 100 de 1993, de tal forma 
que se incluya el proyecto del posgrado en un plan de 
mediano plazo que transforme la prestación de servicios de 
salud teniendo como base el fortalecimiento de el primer 
nivel de atención, incluido el trabajo con la comunidad, que 
desarrolle un fuerte componente de promoción y prevención, 
articulado a otros sectores y que busque la interrelación con 
los otros niveles por medio de ínter consultorías (en contra-
posición con las remisiones) (20).
Se siguió trabajando en la idea de consolidar un modelo 
de atención completo con los centros de salud de Facatativá 
en concertación con la Alcaldía y el Hospital de Facatativá, 
se concertó la contratación de médicos familiares en estos 
centros, se trabajó en el diseño de una historia clínica con 
las variables necesarias para evaluar los resultados. 
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36 } Se hizo la propuesta de organizar un programa de 
crónicos en conjunto con la Secretaría de Salud de Cundi-
namarca, para desarrollar en conjunto con el Hospital 
de Facatativá. Se dejaron escritos los lineamientos y el 
programa a desarrollar. 
A mediados del 2004 cambiaron las directivas de la Secre-
taría de Salud de Cundinamarca, del Hospital y la Alcaldía 
de Facatativá. Las nuevas directivas no estuvieron de 
acuerdo, apareció nuevamente la intención de una contra-
prestación adicional a la consulta.
Producción investigativa en Cundinamarca
El planteamiento inicial era realizar una negociación 
general con la Secretaría de Salud Cundinamarca acerca 
de desarrollar un modelo de prestación de servicios basado 
en la Medicina Familiar y ubicar egresados con este inter-
nado en los diferentes municipios cercanos para realizar el 
servicio social obligatorio. Ya estaba el proceso de descen-
tralización y los alcaldes debían participar de éste.
Se tuvieron experiencias interesantes que se reseñan 
en diferentes tesis de grado realizadas por residentes, hoy 
egresados del programa.
En las experiencias de estos, se hicieron evidentes ciertas 
contradicciones administrativas de la reglamentación de la 
ley 100 de 1993 con sus principios. Dentro de sus principios 
está la ‘integridad’ en la que “se cubran todas las contin-
gencias que afectan la salud” y la ‘unidad’ definida como. 
“… la articulación de políticas, instituciones, regímenes, 
procedimientos y prestaciones para alcanzar los fines de la 
seguridad social” Las dificultades prácticas de la integridad 
y la unidad se evidenciaron en las diferentes experiencias 
de residentes y tutores. 
Estas se resaltan en el informe que se le entregó a la 
Secretaría de Salud de Cundinamarca en marzo de 2004.
De las 26 tesis de grado, las 19 que se citan en este texto, se 
han dirigido a describir problemas relacionados con la 
prestación de servicios en municipios de Cundinamarca. A 
continuación se reseñan algunos de estos señalamientos (20):
El programa de Especialización en Medicina Familiar enfa-
tiza el desarrollo de acciones de atención integral de la salud 
y criterios de costo-efectividad en la realización de dichas 
acciones. Esto requiere integración funcional de diferentes 
niveles y actores del sistema de salud, que deben actuar en 
forma coordinada para beneficio de los usuarios de una loca-
lidad determinada.
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37 } Algunos de los trabajos de tesis e investigaciones realizadas 
por los estudiantes del programa llaman la atención sobre la 
necesidad de establecer y fortalecer, donde existen, los meca-
nismos de coordinación que permitan lograr esa integración 
funcional de las entidades que participan en la atención de 
salud de las comunidades del Departamento. 
En la misma línea, se han señalado problemas en el acceso a 
los servicios, derivados de la insuficiente dotación de medi-
camentos y reactivos de laboratorios y también dificultades 
en el transporte de pacientes. Se han consignado recomenda-
ciones para subsanar dificultades en la articulación de las 
acciones entre alcaldías y hospitales, y se han propuesto posi-
bles soluciones para mejorar la organización de la consulta 
y facilitar la atención de usuarios, y un mejor registro de la 
información clínica, y para el seguimiento de las guías de 
atención y en la capacidad resolutiva de personal de apoyo 
como promotoras de salud (23). 
Sugerencias para subsanar dificultades en la coordinación 
de servicios y el proceso de interconsulta, en la coordinación 
entre ARS y hospital y alcaldía y hospital (24).
Recomendaciones para el manejo básico de saneamiento, 
medio ambiente y adopción de políticas saludables y para la 
obtención y articulación de la información de los centros que 
prestan servicios de salud con el perfil poblacional y de riesgo 
de los municipios en general, que dificultan las acciones del 
médico familiar (23, 24).
Sugerencias sobre la necesidad de realizar esfuerzos para 
coordinar los bloques comunitarios con participación de las 
promotoras de salud (25). Necesidad de implementar estrate-
gias como la de Municipios Saludables por la Paz para lograr 
el compromiso político del gobierno local y la coordinación 
intersectorial (26).
Se ha señalado la conveniencia de desarrollar programas 
técnico – administrativos en hospitales locales que incluyan 
un criterio unificado de manejo y seguimiento, y para 
acciones de apoyo sencillas como la adecuada técnica de 
toma de la tensión arterial y se han propuesto estrategias 
como la implementación de instrumentos que faciliten el 
adecuado seguimiento del paciente hipertenso (27).
La población con hipertensión en algunos municipios se 
ha caracterizado de acuerdo a la demanda de pacientes en 
hospitales locales encontrándose que su número está muy por 
debajo de lo esperado para la prevalencia de la enfermedad. Se 
ha recomendado realizar actividades conjuntas entre hospital 
Local y ARS, municipio y ARS, y la creación y mantenimiento 
de programas para pacientes crónicos, mejorar la identifica-
ción de hipertensos a nivel rural, hacer manejo diferencial de 
acuerdo al riesgo para lograr acciones más costo efectivas (28).
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38 } Algunos trabajos han encontrado tasas altas de prevalencia en 
discapacidad de pacientes ancianos en municipios de Cundi-
namarca y ausencia de estrategias de rehabilitación para 
estas personas, poca cobertura en salud para la población del 
adulto mayor y alta prevalencia de problemas cardiovascu-
lares, osteoporosis y EPOC (28, 30). Esta información contrasta 
con menores prevalencias de discapacidad y mayores cober-
turas de servicios de salud en una población de Bogotá (31).
Se ha corroborado con experiencias a nivel local que seguir 
los parámetros de las recomendaciones internacionales 
y nacionales permite disminuir las cifras tensionales y el 
riesgo global para enfermedad cardio-cerebro-vascular (27, 
32) y una alta correlación de morbimortalidad de acuerdo a 
la estratificación del riesgo (29).
Se ha encontrado que la percepción de los usuarios sobre 
consejería en hábitos de vida saludable en la consulta externa 
fue mayor cuando la consulta era realizada por médicos 
familiares que cuando era realizada por otros especialistas o 
médicos generales (33). Vale la pena resaltar que acciones de 
promoción y prevención en la práctica clínica han sido rese-
ñadas en las normas y guías de la resolución 412.
Todas estas observaciones coinciden en señalar como un 
problema importante el registro en la historia clínica y el 
seguimiento adecuado a factores de riesgo y patologías 
crónicas en la actualidad. 
Dentro de las dificultades de implementación a la norma sobre 
planificación familiar de la resolución 412, se han encontrado 
problemas en el proceso de facturación, mayor necesidad en la 
capacitación sobre la norma técnica y necesidad de acciones 
de educación continuada para estos programas (34). 
Existe una experiencia sobre la realización de un formato 
de historia clínica por problemas que permite facilitar la 
detección de riesgos específicos, problemas a seguir y tener 
una información rápida y concisa acerca del estado de salud 
de la comunidad. El diseño de los formatos permitió que en 
la consulta promedio de 20 minutos, se pudieran realizar 
actividades de atención y prevención, con calidad. En una 
pequeña muestra de 30 familias en que se aplicó este formato 
se encontró: - Organizadas por grupos de enfermedad, que las 
patologías más frecuentes fueron las crónicas y no transmi-
sibles y dentro de ellas la hipertensión arterial. - Se detectó 
que la población objeto tiene una alta tasa de consumo de 
tabaco y alcohol (35).
En el desarrollo de las actividades del programa se han apli-
cado las pautas de atención integral que preconiza la MedicinaFamiliar. Un ejemplo a este respecto son las actividades de 
promoción y prevención en la práctica clínica que incluyen 
tamizaje, consejería, quimio prevención e inmunizaciones. 
Estas pautas que se aplicaban desde 1998, en un gran porcen-
taje concuerdan con la resolución 412 de 2000. Las acciones de 
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39 }detección temprana en medicina preventiva muestran bene-
ficios tales como: diagnostico precoz de enfermedades lo cual 
contribuye a la reducción de la morbilidad, la discapacidad y 
la mortalidad (sobre todo de muertes prematuras).
En ese momento aún se tenía la perspectiva de desa-
rrollar el modelo basado en Medicina Familiar como se 
describe a continuación.
Teniendo en cuenta las perspectivas de una implantación 
amplia en el Departamento del Modelo de Medicina Fami-
liar, es importante destacar observaciones formuladas por 
tutores y residentes del programa en relación con dificul-
tades a este respecto. Se señalan las siguientes: 
1. En algunos lugares la historia clínica por problemas solo 
es llevada por los Médicos Familiares tutores, graduados 
o en formación. Los otros médicos, que son el mayor 
porcentaje, llevan la consulta de una forma puntual con 
la consiguiente atomización de acciones de promoción o 
prevención que se han señalado como tarea específica a 
seguir con uno u otro paciente.
2. Algunos directores de hospital perciben al médico fami-
liar como contraproducente para los ingresos del hospital 
cuando la contratación es por evento, presionando a 
hospitalizar más o solicitar más laboratorios y a hacer lo 
contrario en caso de tener una contratación por capita-
ción; esto es solicitar menos laboratorios así tengan una 
indicación tipo A o dar al paciente menos medicamentos 
de los requeridos por su condición de salud.
3. La reglamentación vigente prioriza los niveles de aten-
ción más hacia la restricción que a la racionalización. 
Ej. Las actividades de promoción y prevención en 
edades entre los 30 años y los 45 años no están regu-
ladas por la resolución 412, esto quiere decir que no 
hay un incentivo económico específico como para otros 
grupos de edad de realizar acciones en promoción y 
prevención. Para una IPS pedirle un colesterol total o 
un HDL a un hombre en este grupo de edad es un gasto, 
aunque para el sistema sea costo efectivo. Si se detecta 
una mujer de 22 años con HTA por arriba de 180/110 
no se puede enviar estudiada al siguiente nivel, así los 
estudios estén claramente indicados y sea lo mejor en 
términos de promoción y prevención. Es mas impor-
tante quien solicita la prueba que si está indicada o 
no esta prueba. (Probablemente sustentados en que la 
mayoría de médicos que ejercen en atención primaria 
(generales no especializados), no tienen suficiente 
claridad conceptual para solicitarlos y por lo tanto que 
sean solicitados por un médico de atención primaria 
no está contemplado en la forma de contratación) 
4. Se prioriza la cantidad y no la calidad de la atención (es 
mejor un médico que ve 10 pacientes en 2 horas, que uno 
que vea 6 en las mismas dos) sin evaluar si la interven-
ción que se hizo fue o no efectiva y si se realizaron o no 
actividades de promoción y prevención (17).
La experiencia hasta ese momento nos siguió confir-
mando que entre más se reglamentaban las acciones de 
promoción y prevención con las que filosóficamente está-
bamos de acuerdo, mas se fraccionaba la atención en el 
afán de tener un mejor control administrativo, la promo-
ción y la prevención se alejaron cada vez más de la atención 
y del concepto de integralidad que promulgábamos. 
Cabe anotar que una de las fortalezas en la prestación 
de servicios integrales en salud, estaba la salud mental, y 
muchos de nuestros residentes han sido reconocidos por 
otros médicos en ese aspecto, los problemas de depresión, 
ansiedad y situaciones de incertidumbre. La vía que nos 
permite tener esta fortaleza es la aproximación sistémica 
de la terapia de familia, la comunicación, la comprensión 
del otro y de su contexto familiar y social. Esto no sólo 
ayuda para problemas de salud catalogados como se ‘salud 
mental’; ayuda para múltiples situaciones prevalentes 
como las patologías crónicas, situaciones de salud sexual y 
reproductiva entre otras mejorando la capacidad resolutiva 
del egresado. Durante el tiempo que se tuvieron residentes 
en servicio social obligatorio en Cundinamarca se les 
buscó por parte de sus compañeros laborales como apoyo 
en el manejo de la salud mental. Esta siempre ha sido parte 
integral de la formación del médico familiar es especial-
mente fuerte en la Universidad El Bosque.
Aprendizajes de la experiencia inicial
Durante esta experiencia inicial se logró una propuesta 
pedagógica que incluyó el internado y el servicio social 
obligatorio, se consolidó la idea de establecer un modelo 
de atención basado en Medicina Familiar y se tuvieron las 
primeras experiencias de una relación docencia–servicio 
para consolidar los sitios de práctica.
Es claro que hay un contraste respecto al papel que se 
asigna a un médico familiar en la literatura internacional 
concordante con el deseo expresado por las diferentes insti-
tuciones de querer prestar servicios de forma integral y la 
organización administrativa que se ha dado para hacerlo. 
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41 }Durante este tiempo la atención fue haciéndose cada vez más 
fraccionada; esto aunado a la falta de un sistema de infor-
mación que permita evaluar y demostrar las ventajas de la 
prestación de servicios integrados en el primer y segundo 
nivel ha limitado el desarrollo del modelo de atención basado 
en Medicina Familiar. Fue gratificante ver que muchas de las 
propuestas para realizar acciones de promoción y prevención 
en la práctica clínica y la atención de patologías con impacto 
en salud pública como el caso de la diabetes, la hipertensión 
y la dislipidemia poco a poco fueron reglamentadas. Otras 
como la necesidad de desarrollo de un sistema de infor-
mación van en proceso de implementación y otras como la 
búsqueda de una propuesta de prestación de servicios de 
atención y promoción y prevención, integrados a la atención 
para la solución de problemas de consulta no fraccionados, 
no ha tenido eco aún. Todavía administrativamente se trabaja 
más con la necesidad y la presión de resultados a corto plazo 
que limitan tener una visión a largo plazo más efectiva para 
el sistema de salud en general y posiblemente también para 
las prestadoras de servicios y EPS.
Los egresados de estas promociones tienen una gran 
fortaleza en la formación integral, en su gran mayoría han 
sido vinculados a EPS contributivas y han liderado procesos 
de promoción, prevención y atención (principalmente de 
patologías crónicas) en éstas. Las fortalezas que tienen en 
atención en salud mental aparentemente no han sido reco-
nocidas y la formación en gestión y organización en servicios 
como mínimo les ha permitido tener más claro el papel que 
pueden jugar en el sistema y un liderazgo en mayor o menor 
proporción en desarrollar propuestas acordes con la forma-
ción de Medicina Familiar. 
Experiencia en el Hospital Universitario 
Clínica San Rafael
En el año 2004 se presentó la oportunidad de desarrollar un 
modelo y nuevamente las directivas de una institución estaban 
atraídas por la propuesta integral de Medicina Familiar: el 
Hospital Universitario Clínica San Rafael, una institución 
privada, perteneciente a la Comunidad religiosa católica de 
San Juan de Dios, con una tradición formativa importante y 
reconocida (que contrastaba con las dos experiencias ante-
riores) que tradicionalmente presta servicios de tercer y cuarto 
nivel y tenía un contrato de capitación de segundo nivel y la 
proyección de contratar primer nivel de atención.
La propuesta incluyó la creación de un “Departamento 
de Medicina Familiar” y desarrollo de un esquema de forma-
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