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1 POESÍA Antología de poesía contemporánea del Norte de Neuquén 2 Poesía del norte de Neuquén / Agustina Guzmán ... [et al.] ; editado por Tomás Watkins. - 1a ed revisada. - Neuquén : Centro Editor, 2023. 110 p. ; 21 x 15 cm. ISBN 978-631-90267-0-2 1. Literatura Argentina. 2. Historietas. 3. Educación Musical. I. Guzmán, Agustina. II. Watkins, Tomás, ed. CDD A860 CONSEJO PROVINCIAL DE EDUCACIÓN DEL NEUQUÉN Presidenta del CPE Lic. Ruth Flutsch CENTRO DE DOCUMENTACIÓN E INFORMACIÓN EDUCATIVA ALICIA PIFARRÉ Director Provincial CeDIE Bibl. Iván Ramiro Nicola Director General de Asistencia Técnica Tomás Watkins Diseño y maquetación Iván Moyano Coordinación de preselección en territorio Tamira Sepúlveda Foto de tapa: Camino a Taquimilán - Tomás Watkins Ce- DIE Neuquén cedie.neuquen.edu.ar/CENTRO EDITOR Fecha de catalogación: 19-10-2023 Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723 Se permite la reproducción del contenido siempre que se cite la fuente. 3 Gobernador de la provincia del Neuquén Omar Gutiérrez Intendente de la ciudad de Las Ovejas Marisa Antiñir Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Chos Malal Daniel Zapata Graciela López Patricia Adzo Aida Alarcón Dulia Román Sebastián Villegas Gustavo Vázquez 4 A la memoria de Vicente Godoy 5 Agradecer es lo mas significativo en la vida, agradecer el acompañamiento del Gobernador de la Provincia Cr. Omar Gutierrez, al CeDIE, por permitirnos tener el privilegio de honrar y homenajear a nuestro querido Intendente Sr. Vicente Godoy, quien ha sido un visionario y supo interpretar a los pueblos, a la identidad de su gente y a la propia historia. La Municipalidad de Las Ovejas, propicia siempre la promoción de las letras y escritos del Norte Neuquino, las cuales son abordadas desde la literatura y otros ámbitos, en los Establecimientos Educativos neuquinos. Son los poetas del Norte del Neuquén, mostrándose al mundo, dejando plasmados sus sentimientos, sus historias y su amor por la tierra en la que vivimos. Agradecer es lo mas significativo en la vida, agradecer el acompañamiento del Gobernador de la Provincia Cr. Omar Gutierrez, al CeDIE, por permitirnos tener el privilegio de honrar y homenajear a nuestro querido Intendente Sr. Vicente Godoy, quien ha sido un visionario y supo interpretar a los pueblos, a la identidad de su gente y a la propia historia. La Municipalidad de Las Ovejas, propicia siempre la promoción de las letras y escritos del Norte Neuquino, las cuales son abordadas desde la literatura y otros ámbitos, en los Establecimientos Educativos neuquinos. Son los poetas del Norte del Neuquén, mostrándose al mundo, dejando plasmados sus sentimientos, sus historias y su amor por la tierra en la que vivimos. 6 “La poesía es tan maravillosa que, de una u otra manera, nos ayuda a entender y apreciar el mundo que nos rodea, ya que es una forma de arte que inspira, educa y permite explorar los pensamientos, sentimientos y expresarlos en palabras” El Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Chos Malal, agradece y reconoce el arte reflejado en la inspiración del libro “POESÍA DEL NORTE DE NEUQUÉN” plasmado por escritores protagonistas locales y de la zona norte y se valora como recurso educativo que estimula el desarrollo emocional, cognitivo y comunitario apreciando la cultura regional cuyos lectores directos serán niños y niñas de diferentes instituciones educativas. Daniel Zapata, Graciela López, Patricia Adzo, Aida Alarcón, Dulia Román, Sebastián Villegas, Gustavo Vázquez 7 Agustina Guzmán Chos Malal, dos palabras, 9 letras y cientos de historias por contar. Me gusta cuando en otoño te pones en tonos amarillos y marrones, con esa gran esencia que cautivas corazones. Me gusta la sencillez de tus cielos, los atardeceres que deleitan vistas y enamoran hasta a los corazones más fríos. Chos Malal me dio un hogar, con gente sencilla, de corazones nobles, con personas que se les dice “buena gente”. Agradezco a la gente que hace que este lugar sea tan único y especial. Porque, así como la señora que vive a la vuelta de casa, el kiosquero de la esquina o el médico que está de guardia, todos te eligen… Yo te elegiría siempre, mi hermoso Chos Malal. 8 Soy Agustina Guzmán, pero me gusta que me digan Agus y las cosas simples de la vida, como el olor a café y la buena compañía. Nací en 2005, y desde ahí mi vida se escribe en libros. Soy tranquila pero no me gusta estar quieta, más bien soy fan de estar ocupada todo el tiempo. Las letras me acompañan hace unos años, pero los libros desde siempre. Soy de alma solitaria, pero con buenas compañías, y, llegue a donde llegue, ya sea puntual o no, todo se lo debo a mis padres, que desde siempre creyeron en mí. Papá es un hombre que me enseña día a día a ser una persona con valores y todas las letras. Mamá es una mujer que me enseña que hay que luchar por nuestros sueños, no importa nada más. Todo se lo debo a mi familia, que sin ellos tampoco sería lo que soy. Escribo para sacar lo que no puedo decir muchas veces o simplemente porque sé que, al hacerlo, puedo mostrarles a las personas que no están solas. Escribo para vos y de vos: sin importar que la gente no sepa quién sos, la poesía tiene tu nombre, la antología nuestras historias, y el relato lo que fuimos. 9 El robo Este fue un robo indistinto, fue discreto, fue muy ágil. Se robaron muchas cosas, desde ganas a ilusiones, aunque no estaba planeado que se vean variaciones. No es difícil entender por qué el ladrón roba, pero no es fácil saber qué es lo que necesita. Entró a la tienda: ésta era muy distinta, no había muchas cosas, sólo una persona rota. Se llevó lo poco y nada, pero, sobre todo, todo. Al menos, todo lo que para ella era su felicidad. El engaño fue el apego y la confianza tan fugaz. La trampa no era queso, sino su fragilidad. Pareció un robo planeado; aunque ella no era de trapo, se volvió títere al final. Le robaron muchas cosas, aunque nada material. Le quitaron desde ganas hasta un incondicional. Sintiéndose vacía teniéndolo todo, quedó esta chica fría, que no siente calidad. Sólo un alma vacía, como las manos, aquel día, de un ladrón emocional. 10 Hogar El día que llegué, me di cuenta de lo vacía que estaba la casa. Llegué y me di cuenta de la necesidad que tengo de sentirme en mi hogar. No es un lugar seguro, sino alguien con quien sentirme seguro en un lugar. El día que llegué a casa, me di cuenta de lo vacía que estaba y me di cuenta de que no era la casa lo único que estaba así. El día que te vi, comprendí lo que es un hogar. Los primeros abrazos, las primeras miradas y los primeros te quiero me hicieron entenderlo mejor. Cuando llegue, si estás vos, la casa no estará vacía y yo ya me sentiré mejor. Cuando me pregunten con quién quiero ir, les voy a hablar de vos; para que comprendan que el lugar donde estés es donde necesito ir para llegar a mi hogar. 11 Quelita La veo llegar, tranquila, serena y trashumante. Siguiendo el camino que trazó el padre, el abuelo o un pariente. Pasa dejando una marca, mostrando su historia y haciendo comarca. Con viejas costumbres y nuevas hazañas, llevando su piño hasta la invernada. Al salir, se puso al hombro un poncho y las alpargatas, ésas que cuentan con cada pisada sus costumbres gauchas. Yo vivo en un pueblo donde hay trashumancia. Se mueven a pie, o suben en chata, o en el animal, de costumbre gaucha, ese fiel amigo que les da su espalda, para, sobre un cuero, llevarlos a casa. Vengo de un pueblo chico de historias grandes, con varias hazañas. Mi abuela me habló de esa tal trashumancia, que le quitó letras dejándole historias que se escriben por si solas en la caminata. No vengo de una gran familia, pero sí vengo a contar grandes cosas. A hablar por mi abuela o mí tío, que pasaron grandes fríos y fuertes temporales, pero que nunca dejaron a sus animales. 12 He oído mucho, peroescuchado aún más, de historias que hablan de un norte neuquino, donde toman vino en una bota santa. Donde la chupilca es de ñaco fino y tan dulce como mis palabras. Donde un joven fue criancero de un legado que le dejó su padre, de sanas costumbres, de ésas gauchas que dejó en mi sangre, con ese legado, de saber contarles lo que nos ha pasado. Yo visto campo. No hablo de ropa, ni menos alpargatas; hablo de orgullo, de decir quien es mi padre o quien fue mi abuela, admirando sus memorias de punto para hacer medias de lana, y a un padre que me dio mi apellido, de costumbre gaucha. 13 Blanca Demaría En mi alma habitan dos terruños, el natal y el adoptivo. Las Ovejas, mi pueblo adoptivo, es un valle cordillerano que dista a 500 km de Neuquén capital. Es un lugar mágico, inundado por culturas ancestrales, y en sus paisajes se entremezclan la trashumancia y la cueca. En este hermoso rincón cordillerano se entraman no sólo ocres y marrones, de tintes de plantas nativas en sus artes, sino que también allí fluye un acerbo ancestral de incalculable valor. Este lugar, con pinceladas de pinares verdes y ñires nativos, está abrazado por dos cordilleras, la del Viento y la de los Andes. Por siempre: mirada marrón y alma de cordillera. 14 Soy Blanca Ofelia Demaría, hija de una mujer muy sacrificada y valiente y de un hombre con carisma político y amante de la construcción de casas. Ella se llamaba Blanca Amarillo y él Beto Demaría. Nací en Maciá, en Entre Ríos, y hasta los 25 años viví en una ciudad sobre siete colinas, besada por el hermoso río marrón del Paraná: mi bella Victoria. Amé siempre escribir y aún permanece en mi lo bohemio y romántico. Me formé como estudiante del Profesorado de Filosofía y Ciencias de la Educación, en la Abadía del Niño Dios de los monjes benedictinos. Me recibí el 10 de agosto de 1989 en mi ciudad natal. 17 días viajé en tren hasta Zapala, y desde allí en ómnibus hasta Las Ovejas, pueblo cordillerano del Norte neuquino. Y aquí me quedé. Trabajé desde el 1 de setiembre de 1989, en la hermosa escuela EPEA N° 1, de Las Ovejas, hasta el año 2017, en que me jubilé. Tuve tres retoños ovejenses: Bianca, Emmanuel y Christian, cada uno con una hermosa hoja de ruta y una vida proyectada desde sus propios sueños. Soy una mujer con la mirada del color del río Paraná y un alma de cordillera. 15 Aroma de tara y huilmo Ella silenciosa, con ese silencio que dialoga con la mirada y las manos... Ella empieza ese camino de tramas, con la urdimbre multicolor de los ocres y marrones; con esa voz añeja que susurra, que susurran aquellas enseñanzas de tejidos y tintes de huilmo y tara; plantas de por aquí, de Las Ovejas, de tierra de cordillera, donde la alquimia se derrama... Ella, dulce y añeja, guarda sus secretos de abuelas; de campos y estrellas, que entre las noches se escurrían en fogata de luna llena... Ella tiene, en sus manos francas, cicatrices del alma, algunas curadas, otras que derraman lágrimas cuando se anima a contarlas… por ahí, entre calles de piedras o entre sonidos de hilados de rueca a la madrugada... ella me abraza por ahí, cuando su alma y la mía se encuentran, y amansa mis tempestades con sólo una mirada, ¡Ay, Carmen Rosa! Sos de esas almas que tendrían que ser eternas... 16 Ella tiene la mirada de ocres y marrones de sus tintes y tejidos. Ella tiene el aroma de tara, piche y huilmo... A Carmen Rosa Alfaro, artesana de Las Ovejas. Gracias por ser mi maestra. Mujer... En el camino de los andares de mujeres salvajes, que rebeldes vagan entre flores de Amancay y aromas de bosques de ñires... suelen cruzarse seres que amansan la soledad sin domesticar su esencia, y pueblan de caricias y besos los exilios. En el camino de los andares de mujeres salvajes, que dulces beben el néctar de las tardes de deshielos, entre vegas y cordilleras, suelen cruzarse seres que desean distraerla de su tarea creadora y milagrosa. Es que, muchas veces, molesta a este mundo, extraviado del amor, esa luz que emanan las miradas de alma trasparentes... En el camino de los andares de mujeres salvajes, que a veces, con risas y cosquillas en la piel, andan descalzas por la hierba mansa, y otras, con lágrimas en sus venas que curan dolores contemplando la luna buena, se cruzan con seres que dialogan con su alma, sin palabras, silbando en sus labios melodías añejas, pintando besos de azahares y primavera, 17 cual duendes con caricias de alquimias que todo lo sanan, entre huellas de milagros de manos blancas y puras... En el camino de andares de mujeres salvajes, que degustan el silencio entre pinares y distraen el cansancio, sentada en las piedras, con la mirada perdida en cielos estrellados, con la fugaz sensación del amor entre los labios, sabiéndose finita y derrochando sensaciones en el ahora, sin demasiado planes, sólo saboreando lo que la vida le regala hoy... En ese camino no todo se presenta claro, muchas veces es desconcierto, muchas otras, senderos de desierto, pero ella sabe que llegarán buenos tiempos, y que los pies cansados descansarán pronto entre aguas transparentes, de esas cascadas en las que suele bañar las locuras de sueños... Sabe que todo tiene un por qué y un para qué, aprendizajes y sabiduría, si todo es parte de un gran aprendizaje. 18 19 Claudia Schmitt Desde muy pequeña fui una apasionada de la lectura. Gracias a una abuela que me leía con infinita paciencia, aprendí a leer antes de comenzar la escuela y junto a ella vivía maravillosas historias. Con mi otra abuela, me sumergí en otro mundo de aromas y sabores: la cocina. Sus manos mágicas despertaron mi pasión por la gastronomía. Mi padre me inculcó el amor y respeto por los animales y la naturaleza. Y despertó mi avidez por los viajes. Por conocer distintos lugares y culturas. Me decía que viajar era una gran fuente de aprendizaje. De mi madre heredé la apreciación de las artes. De allí mi inclinación a la fotografía. Mientras crecía se fueron sumando a mi vida otras pasiones: la escritura como extensión de la lectura, la docencia como un medio de 20 aprendizaje y de compartir experiencias. Lo bueno es que pude hacer convivir todas ellas sin renunciar a ninguna. Y desde hace 16 años, vivo en un antiguo sueño: Patagonia. Este remoto lugar me brinda la belleza, la paz y la calidez que me rebalsa el alma. Sin lugar a dudas, disfruto al fin de mi lugar en el mundo. Claudia Schmitt nació en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina en mayo de 1955. Desde la escuela, desarrolló un gran gusto por la lectura y la escritura. En todos los lugares que residió, realizó exposiciones, participó en publicaciones, obtuvo premios tanto en concursos literarios como fotográficos. En 2007 decidió hacer realidad un antiguo anhelo y radicarse en la Patagonia. Su elección fue la localidad de Las Ovejas en el norte neuquino, debido a su tranquilidad, sus paisajes maravillosos y su gente En 2022 terminó de construir su restorán propio, Resthogar Casa Clau, donde hay una surtida biblioteca abierta a los clientes que concurren, uniendo así la gastronomía y la literatura. 21 Una tierra para el asombro Su anatomía es sinuosa, áspera, rugosa, su piel rojiza vestida de piedras y espinas. El viento la moldea pacientemente y la sed agrieta sus hondonadas. Sus espacios son vastos. Su tiempo, remoto. Las cordilleras abrazan ese noroeste esculpido en tierras del Neuquén. Los coirones, como mares dorados, se mecen con las ráfagas que los despeinan. De vez en cuando una verticalidad de álamos apretados, anuncia la presencia humana. Allí se cobijan los puestos donde hombres y mujeres de piel y espíritu curtidos, crían sus hijos y el ganado que cada temporada trasladan a invernadas o veranadas en busca de mejores pastos. Son las familias pioneras que poblaron la región desafiando su clima y su inhóspita geografía. Que fueron fuente y origen de las primeras poblacionesque hoy se desparraman pequeñas y orgullosas por valles y vegas. Ríos, arroyos y vertientes trazan sus derroteros con aguas claras y frías que agregan música 22 al silencio de las montañas. Hay mundos diminutos habitando esta porción tan mágica de la Patagonia. Es una tierra para el asombro y el descubrimiento. No es fácil. Pero su magnificencia es un imán que no deja lugar a la indiferencia. Es una tierra que se hace dueña de quién la vea a la cara. Que vibra con pulso propio. Una tierra para el esfuerzo, la solidaridad y la osadía. Para vivirla, sentirla. Para dejarse atrapar por ella sin desoír su llamado. 23 Espejos En la superficie de los espejos de mi casa veo un rostro que no es el conocido, pero que, a mi pesar, percibo como propio. El tiempo ha tallado curiosas transformaciones. Cada mañana las descubro. La piel ya no es tersa, estallan pequeñas arrugas en los extremos de los ojos y la boca. Son marcas construidas por muchas risas. Algunos lunares y pecas imponen una geografía colorida, donde antes solo había un tono parejo dorado de tantos soles. El cabello se ha afinado, las canas se entremezclan con el rubio y los rizos se han liberado con mayor rebeldía. La barbilla y el cuello han adquirido líneas suaves, redondeadas, y la sonrisa está más instalada. La espalda no es tan recta y el cuerpo no tan flexible. Algunas zonas comienzan a perder batalla con la gravedad y pequeñas venitas azules se empecinan en asomarse por las piernas. Las manos demuestran sus esfuerzos. Son manos que han hecho mucho, que han tocado, asido, recorrido, sostenido, mimado, protegido, trabajado, creado. Y las huellas expuestas en ellas lo demuestran. Manos que se han endurecido, curtido, sin perder su tendencia a la caricia y su negación a la quietud. No son manos vacías. Los ojos se “achinaron” con el peso de párpados que han perdido elasticidad a fuerza de tanta lectura, de tanta observación. El brillo y el blanco de la mirada… ya no ostentan ni tanto brillo, ni tanta blancura, aunque la profundidad es más insondable y secreta. La expresión adquirió una nueva calma. La ansiedad dejó paso a una serenidad de agua mansa. Ya no hay rastros de exaltación. Hay remanso. Hay paz. Hay una cierta claridad. Pero si persisto en ver más allá de la superficie, descubro que esos espejos tienen dos caras. La segunda es menos perceptible, refleja lo más profundo. Ya no el envase, sino el contenido. Y allí descubro un rostro del que no se ha escurrido la energía. Veo un cuerpo que aún no teme a las batallas a pesar de todo. Veo una 24 mirada desbordada de sueños por cumplir. Una piel ansiosa de más soles y caricias. Veo unas manos ávidas de hacer y construir. En esos espejos veo un espíritu que necesita entrega, que transgrede límites, que desconoce el cansancio y reniega del “no puedo”. Veo una sonrisa a puertas abiertas. Una mente ávida, con adicción al aprendizaje. Cada mañana, si me tomo el tiempo de escrutar con la mirada, me muestran a alguien que se levanta a un desafío nuevo. Me muestran todo aquello que solo se ve con el corazón. Son los espejos que escudriñan lo abisal, lo que persiste en seguir alojado debajo de una mera piel que se va deteriorando. Veo proyectos, veo sueños, veo deseo, veo ilusiones, veo sentimientos secretos de adolescente, veo una niña lúdica agazapada detrás de un recuerdo, veo ganas de empezar. Empezar nuevos emprendimientos sin medir el tiempo. Redescubrir aquello que se pasó por alto. Revivir momentos. Sembrar y esperar la cosecha como si los días estuvieran quietos, como si no se hubieran ido venciendo plazos. En los espejos de mi casa veo una niña, una joven con la sangre efervescente y llena de anhelos, una mujer consecuente con sus convicciones… que como por una ironía, está vestida con ropajes desgastados por el tiempo. En los espejos de mi casa veo que no condice lo que veo. Por fuera los años dejaron huella y por dentro la vida sigue siendo una fiesta. 25 Claudio Rafael Calin Alonso Escribo, por eso vivo porque la vida es un viaje escribo… y mis sentimientos son parte del equipaje. Chos Malal tan especial tan mágico, tan profundo no lo cambiaría por nada: es mi lugar en el mundo. La inspiración... ese instante que te lleva a imaginar, a recorrer las distancias porque escribir... es volar. 26 Claudio Rafael Calin Alonso nació en Los Menucos, hoy Villa del Curi Leuvu, desde niño criado en Chos Malal. Trabajó 18 años como docente de primaria para luego dedicarse a la cría de animales por pasión, por convicción y por tradición familiar. Escribe en versos para contar vivencias, rendir homenajes, por placer y por sentimiento. 27 El último arreo Está triste el Cerro Negro por esto que sucedió, lo vio en la primavera cuando arreó a la veranada y lo esperaba en otoño… pero Chuma no volvió. La gélida ferraina te tendió una trampa helada de escarchilla, viento blanco y temperaturas bajas; quizá que lo presentías y no pudiste esquivarla. El caballo y los perros nobleza incondicional, fieles compañeros tuyos no te aflojaron jamás y se murieron con vos al pie del Volcán Domuyo. Tus chivas y tus vaquitas eran tu mayor desvelo y queriendo protegerlas fuiste silbando bajito y las arreaste despacio para los campos del cielo. Chuma Sura, criancero, de poncho y de rodilleras cada vez que un trashumante eche su piño a la huella, tu espíritu campesino rondará en la cordillera. Escrito en homenaje a Tomás ¨Chuma¨ Sura, fallecido trágicamente mientras volvía de la veranada en abril de 2022 y dedicado a todos los crianceros trashumantes del norte neuquino. 28 Para Sandra Vos que le cantaste al río, al viento, a la tierra, al sol… hoy partiste en un viaje a cantarle al Tata Dios… Vos que el día de tu muerte no querías que haya llanto transitarás un camino lleno de flores del campo. Vos que un día decidiste cantarle al Pueblo Mapuche empuñaste la guitarra pa’ que tu canto se escuche. Vos que dejaste la Mapu para ir con Nguenechén merecés volar bien alto Sandra… que te vaya bien. A la memoria de Sandra Núñez, cantora popular del Norte Neuquino 29 Cóndor andino Inmenso cóndor andino admiro tu calmo vuelo, centinela en las alturas vos sos el rey de los cielos. Morás en las altas cumbres patrullás la cordillera cuando desplegás tus alas se asemeja una bandera. Me gustaría planear como vos con tu simpleza y observar desde allá arriba la bella naturaleza. Si volviera en otra vida quiero elegir mi destino dame Dios el privilegio de ser un cóndor andino. 30 El llano La Cordillera del Viento tiene magia, tiene encanto. .La nieve de los inviernos la cubre de un manto blanco. El verde de primavera por todos lados brotando y las aguas cristalinas que riegan cada verano para esperar al otoño multicolor y soleado. Me emociona la bandera en lo más alto flameando en el Llano Trahun Hue: “lugar de encuentro” soñado. Quiero sentir en el rostro al viento que me acaricia quiero irme con un piño correteando en una brisa. Al recorrer los senderos hago un alto en el camino y me emociono diciendo: ¡bello, mi norte neuquino! 31 Darlin Bravo Huingan-Có, pueblo ubicado en el bello Norte Neuquino, cercado por la Cordillera del viento y al pie del cerro Corona que majestuosamente se viste de blanco en invierno y nos regala una postal maravillosa. Sus primeros pobladores se dedicaron a plantar pinos en todos los rincones, hasta en los más ocultos de las montañas, pintando así una inmensa alfombra verde que nos hace respirar profundo cada vez que nuestra mirada se hace infinita. Huingan-Có, jardín del Neuquén, tierra de gente cálida y amable que invita a sentirse en casa, aunque venga de muy lejos. Tierra regada por arroyos que serpentean hasta desembocar en el temperamental Río Neuquén y que se viste de muchos colores 32 según la estación. Tierra de gente trabajadora que luchó y lucha por una comunidad que haga realidad sus sueños, por un lugar donde vivir sea una aventura ypermita que cada vecino encuentre un espacio para desarrollar su talento. Tierra, Huingan-Có, mi tierra. Darlin Bravo es una joven intrépida, aguerrida, artista de la vida. Comenzó a escribir como una forma de canalizar la tristeza, poner en palabras emociones y descifrar pensamientos. Desde entonces, transforma sus duelos y vivencias en arte, poemas y colores. “Pienso que el duelo es todo el amor que me faltó por dar y que, de alguna manera, lo que tengo que plasmar" 33 Te busco en todas partes Te busco en cada rincón de la casa, te busco en los atardeceres cálidos, en el sonido de los árboles, en la belleza de las mariposas, te busco en las calles del pueblo por donde caminábamos juntas, te busco en todas partes. Te busco en los latidos de mi corazón, en el brillo de las estrellas, en los poemas de amor, te busco en la cama mirando para el costado recordando cada despertar a tu lado, te busco en todas partes. Te busco en el calor del sol, en el silencio de las noches, en el olor de las flores, te busco en mis recuerdos más felices, donde todavía puedo escuchar tu risa, te busco en todas partes, y en todas partes, te encuentro. En el fondo del río Siento que estoy en fondo del río, abrazando mis rodillas, escuchando inaudible las voces de la superficie que me hablan, pero no me dicen nada. No quiero escuchar más palabras de consuelo, quiero estar en 34 silencio con el dolor, y habitar mi alma en soledad. Ángel(a) Anoche soñé que todo era un sueño que nunca te habías ido. Volvía a tu encuentro mi corazón se expandía de felicidad mis ojos se llenaron de lágrimas. Te extrañaba tanto. Cuando me desperté fue como caer de nuevo en la realidad con el doble de dolor. Mi corazón se entristeció mis ojos se llenaron de lágrimas. Te extraño tanto. Vulnerable Hoy me ha costado estar en pie tengo que confesarlo. Pero más me cuesta eso, poder aceptarlo. Que no siempre tengo una fuerza admirable. Que a veces, en la soledad, soy vulnerable. 35 Dorila Pereyra Chos Malal, primera capital del Neuquén, significa Corral Amarillo en lengua mapuche. Tierra de buenos vinos, de gente sencilla. Chos Malal, la que guarda en sus entrañas algunas tonadas y cuecas de las grandes trillas y encuentros familiares Chos Malal rodeada de dos hermosos ríos, cuna de Don Gregorio Álvarez primer médico Neuquino. Chos Malal, puerta hacia el Norte del Neuquén donde las agrestes montañas se visten de nieve en los duros inviernos y hacen burbujear las cascadas de aguas transparente en los calurosos veranos. Chos Malal, centro de la ruta cuarenta, la que celosamente deja dormir su historia en el viejo torreón emblema de su tierra y su gente. 36 Dorila Pereyra nació en Chos Malal el día 15 de diciembre de 1956. Trabajó como empleada municipal por 27años en la biblioteca Manuel José Olascoaga. Actualmente integra el Café literario Historias en un sorbo de café. 37 Cordillera del viento Cordillera del viento, nevada y fría En el Norte Neuquino clavada estás Alzando los colores de mi bandera Agitando en lo alto, la libertad Cordillera del viento, sol del invierno Tropa petrificada de San Martín Al igual que Belgrano, allá en lo alto, El cielo y la nieve te vieron parir A mitad de la huella vino a postrarse El Hito que orgulloso te hace flamear Patagonia Argentina, ruta cuarenta, Patria, Bandera y Gloria, mi Chos Malal Cordillera del viento, blanca y radiante El celeste del cielo, manto nupcial Luciendo tus colores está la virgen Reina y señora de este lugar Cordillera del viento, nevada y fría Donde la luna brilla en soledad Centinela es el cóndor, de las batallas Y duerme en tus entrañas la Libertad. 38 Hermana perdida Hermana perdida de tiempos remotos, Donde el frío esconde tu historia real, Es el sol sureño que alumbra tu tierra Es luna argentina, que brilla en tu mar. Hermana perdida, puñado de islas Donde el viento silva, un tango quizás, Pintando en el cielo, bandera argentina Gritando Malvinas, los muertos están. Mirando las olas en soledad vives, Soñando que un día aquí volverás; Los que allí quedaron, por ir a buscarte Son hijos y hermanos de la libertad. Hermana perdida, aguas turbulentas De aquí te llevaron sin decir por qué; Ese continente de nubes borrosas Escribe Malvinas, en idioma inglés. Hermana perdida, aquí te esperamos Con fe y esperanza, sembrando la Paz; Como escarapela, prendida en el pecho, En cada argentino, Malvinas estás. 39 La última carta Entre el fuego de cañones, Bajo el cielo de Malvinas Escribió una carta a su madre dirigida: En Malvinas no hay luna Madre, hace mucho frío… Tiembla mí pecho, mis piernas Pero tú estás conmigo; El frío no me acobarda, No me asusta el enemigo. Estoy aquí por las islas Islas de los Argentinos. El fuego de los cañones Nos arrastra hacia el mar. Madre, Padre, Hermanos míos no me vayan a llorar, Yo le juré a mí bandera que en Malvinas flameará… Con una bala en el pecho el soldado se durmió Juró a la Patria su vida… Y sus 19 años en Malvinas enterró. 40 41 Ester Gutiérrez Huingan-có es un hermoso pueblo de cordillera del norte neuquino. Un lugar que cautiva por su belleza paisajística, su historia, sus tradiciones y su cultura. Se encuentra rodeado de montañas, donde destaca el Cerro La Corona. Desde allí, el agua cristalina del arroyo Huingan-Có baja hasta llegar al río Neuquén. El manto verde de los pinos y tantas otras variedades de árboles y flores dan a este pueblo un paisaje soñado en cada estación del año. La madre naturaleza dejó su magia en el Jardín del Neuquén. Una magia que puede tomar forma de palabra, de poesía, que puede transmitir sentimientos, sensaciones, historia, cultura. En definitiva, generar y contagiar el amor por nuestra tierra. 42 Elisa Ester Gutiérrez es nativa de Huingan- Có. Docente de nivel inicial jubilada, ejerció como maestra jardinera durante 32 años en el jardín anexo de la Escuela N° 76 de Huingan-Có. Concejal y luego intendenta en el Municipio local entre 1999 y 2003. Artesana con espíritu ambiental. Recicla y reutiliza diversos materiales. Recopiladora de historias y tradiciones culturales del norte neuquino. Escritora aficionada de cuentos, leyendas, obras de teatro y poesía. Estos poemas forman parte del libro inédito llamado Estampas de una cultura en versos. Se ha impreso caseramente para llevar a las escuelas de la localidad, programas de radio y talleres. 43 Norte neuquino La cultura de este Norte... Aquí, en la tierra neuquina, ¡tiene tan bellos matices que al viajero maravillan! Se ha nutrido en su raíz de una herencia trasandina, y aún conserva en su esencia costumbres de Araucanía. Con una historia de luchas, sacrificios y pesares. Ha crecido lentamente... aunque siempre ha sido grande. El tiempo talló en los rostros de los viejos pobladores, los secretos de una historia que no cuentan los autores. El paisaje de este Norte requiere un párrafo aparte; ¡cuesta expresar en palabras la belleza de sus valles! La Cordillera del Viento marcando su territorio, y un centinela de fuego: el Domuyo, ¡majestuoso! Montañas, cerros, lagunas, ríos, arroyos, cañadas... gamas de verdes y ocres en una postal soñada. Y en este Norte Neuquino, con una mística pura, hoy se ha forjado un presente siendo un crisol de culturas. Gente de muchas provincias, han adoptado este suelo. Tal vez porque aquí han logrado que se concreten sus sueños. Tierra del Norte Neuquino, cuna de mitos e historias. Estampas de una cultura que perdura en la memoria. 44 Huingan-có Un pueblo de cordillera, aquí en el Norte Neuquino. Rodeado por las montañas y acompañado de un río. Un bello nombre encontró en sus sellos naturales, cursos de agua cristalina, verde manto de huinganes. ¿Cómo se habrán enterado en países tan lejanos, de la riqueza que había en los cerros de Huingan-Có? Llegaron buscando oro y por aquí se instalaron, en minas y lavaderos muchos años trabajaron. Y, para darle un lugar a sus nuevos habitantes,fue perdiendo su madera y cambiando su paisaje. Entonces, la madre tierra, ocultó hábil sus vetas y se detuvo de golpe la gran tarea minera. Muchas familias partieron en busca de nueva vida. Otras tantas se quedaron con la esperanza encendida. Y, tal vez por el misterio de inconsciente colectivo, encontraron otro rumbo para seguir su camino. Y fue... la forestación y el trabajo de su gente que devolvió a las laderas el hermoso manto verde. En distintas estaciones, resplandecen sus colores. ¡Es el Jardín del Neuquén un bello pueblo del Norte! 45 Cipres de la cordillera ¡Ciprés de la Cordillera un testigo silencioso! ¡Centinela de los cerros, el más antiguo de todos! Quisiera poder entrar en tu sabia milenaria, y así tal vez conocer lo que tu memoria guarda. Nutrirme por tu raíz de la esencia de la tierra y conocer el milagro, que Dios dejó en tu presencia. Por cuantos siglos, el sol te acarició con sus rayos. Por cuantos siglos al viento tus semillas fuiste dando. ¿Será que es esa cañada, la “Cañada de Molina”, la cuna que te dio origen y ahí quedó tu familia? Ciprés, de tu cordillera has recibido el secreto, que te hace vivir unido a las rocas y los cerros. Ciprés, de belleza pura que albergas en tus entrañas la historia de nuestro norte, que palpita con tu sabia. 46 Los abuelos ¡Qué talento el del artista con la paleta del tiempo! que va pintando la vida en los rostros y en los cuerpos. Divino poder que puede, ir transformando en silencio, mientras cada pincelada deja intactos los recuerdos. Las líneas que van quedando dan idea del esfuerzo, y las llamamos arrugas de la vejez sin remedio. En una pasada deja… hebras de plata en el pelo, para reflejar las lunas que han vivido en este suelo. Luego transforma el andar, un poco torpe y más lento, también encorva la espalda como reverencia al cielo; y en las manos, un temblor que dejaron tantos miedos de sólo andar por la vida en esto de estar viviendo. ¡Qué talento el del artista con la paleta del tiempo! Que, mezclando los colores, va renovando los sueños. Y junta las ilusiones, las esperanzas y anhelos cubriéndolas con un tinte de resignación… eterno. Puede dejar en el lienzo esa gama de recuerdos que afloran a la memoria en una historia o un cuento. Y pincelar los sonidos para hacer suaves palabras, plenas de sabiduría por la experiencia lograda. Un pincel que solo puede manejar el gran Dios bueno para pintar las sonrisas más puras que conocemos. Único pincel que puede dejar ese brillo tierno, en los ojos de los seres que hoy llamamos ¡Abuelos! 47 Fabián Canale En esta zona postergada del norte neuquino, con un poco de impotencia vemos que nuestro crecimiento es lento en cuestiones de salud, obras y educación. Eso hace que los jóvenes deban irse a estudiar a otras ciudades. Con el correr del tiempo, y una vez recibidos, difícilmente vuelven a Chos Malal para ejercer su profesión. A ellos se refiere mi poema Estudiante. 48 Mi nombre es Fabián Enrique Canale, de padres chosmalenses nacido en Neuquén capital y criado en Chos Malal. Comencé a escribir de grande, y también a interesarme por la pintura. En junio del 2021 pude presentar, en el Centro Cultural de Chos Malal, una muestra de pintura y la presentación del libro Cosas del Amor, que fue publicado por la editorial Autores Argentinos. 49 Estudiante Si algún día decides Si volverte o quedarte Déjame que te ayude Déjame que te cuente Que el Mayal sigue intacto Con sus cumbres nevadas Con sus flores silvestres Con sus frescas aguadas Déjame que te diga Que los ríos te esperan Que las noches tranquilas Y las calles oscuras No se olvidan de tu alma Y te piden que vuelvas Déjame recordarte De tus buenos amigos De aquellas travesuras De aquélla, tu gomera Y las tardes de fútbol de una esquina cualquiera No quieren que te quedes Y tu pueblo te espera Yo también quiero verte Ya todo un doctorcito Por eso no lo dudes Por eso te recuerdo 50 Que siguen siendo lindas Esas calles de tierra Volverte no lo dudes Que Chos Malal te espera Perdiéndote Mañana de otoño Los árboles se mueven en sus copas Con el verde claro y oscuro Los cerros con matices amarillos Van envolviendo el paisaje de mi ventana Y en mi mente Simplemente tu imagen Clara y nítida Pero lejos, muy lejos de mí Y las hojas que caen Y el silencio que mira Como pasa el tiempo de nosotros Pero lejos, muy lejos de mí. 51 Héctor Agüero Nací en el ‘70 en una villa miseria de Buenos Aires, hijo número ocho de inmigrantes campesinos de las tierras guaraníes del Paraguay. Me fui criando en una urbe de la que siempre quise salir corriendo, no sabía dónde, no tenía cómo… pero anhelaba tanto conocer las montañas que la vida sola se encargó de ponerme en esta tierra hermosa que trataré de contarles. Es esbelta esta tierra, lo supe desde que la conocí, ella curó mis heridas de patria y de esperanza, ella forjó una vida y me regaló una familia. Embruja esta tierra, se te mete despacio entre los poros empezando siempre por la mirada, te muestra las montañas, guardianes de antaño, allá en el cielo, a veces nevadas. Y te enamora entre viento y ríos, entre tierra 52 y bardas, entre campo y ciudad se te va metiendo lentamente en la mirada. Y te va contando historias de ancestrales tiempos, de los pueblos de la tierra y de los criollos que llegaron, de las luchas bravas que aquí se gestaron. A veces te cuenta de los que perdieron y a veces te cuenta de los que vencieron. En el Norte siempre es algo distinto, de ancestral belleza siempre se muestra, de costumbres viejas su historia te cuenta, festejando siempre con algo de cueca. En las fiestas nuestras que son santas se relatan historias combinadas con el tiempo Se fueron mesclando las formas aquellas de celebrar la vida según las creencias y se fue gestando una cultura intensa de hacer la vida de una forma nuestra. En el norte los piños de chivas cada vez son menos, la juventud se marcha a la ciudad con sueños Y los arreos quedan mendigando caminos, antiguas huellas cerradas de alambre. Del Neuquén fue cuna el Norte y el viento talló la historia con bravura, de montañas altas descendió la cultura corriendo por su ríos y el agua cantarina calmó la sed de las personas de variados lugares que buscaban aquí una mejor vida. Llegué a Chos Malal en el año abril del 2002 escapando de un complejo Buenos Aires que me expulsaba a partir de la crisis 53 del 2001, apostaba nuevamente a una nueva vida, llegamos mi compañera y yo a comenzar de nuevo y aquí nos quedamos como comerciantes hasta que fui estudiando y me recibí de Economista Social y luego Profesor de Música, desde el 2008 transito las Escuelas del Norte del Neuquén donde seguí aprendiendo de los niños y niñas que se cruzaron en mi camino, soy amante de las palabras y a veces se me ocurre juntarlas escribiéndolas o narrándolas, me agrada mucho trabajar la madera y revisar los paisajes y sus costumbre, escuchar las historias que cuenta la gente y tratar de contarlas cuando se puede. Chos Malal me ha dado dos hermosos hijos neuquinos y de pura cepa. Héctor Agüero es poeta y narrador de cuentos e historias de la localidad de Chos Malal. Ejerce la docencia en el área de Música. Escribe hace más de 30 años. 54 El viento a escondidas Era una tarde cualquiera en el momento justo que comenzó a corretear, inquieto viaja en el aire y no sabe bien a dónde irá a parar. Cantaba mientras se movía, pero se hacía difícil escuchar, hablaba de tierras extrañas donde estuvo antes de venir para acá. Traía consigo tierra, algunas hojitas y pelusas de allá, marcaba surcos pequeños al paso que daba: parecía dibujar. Estelas pintaba en el aire con marrones de tierras de otro lugar, Las piedras regalaban surcos de caricias de un milenio atrás. Así contaba la historia un viejo del pueblo llamado Chos Malal. Contó entre mates un cuento que me animo hoy a relatar; me dijo, entre cedrón y poleo, acerca de un tiempo que no supodatar. Bisabuela de abuela muy vieja relataba palabras del ancestro corral, una noche que la luna brillaba y las estrellas, muy altas, parecían estar tan cerquita unas de otras como fueguitos que ardían allá. Esa noche se bajó de aquel cielo brillante el mismísimo viento que quería jugar; él traía tierrita pegada en su cuerpo de aire, para hacerse mirar. Se prendieron el rocío nocturno, las estrellas brillantes y la luna ancestral, se apagó como en cuarto menguante para jugar escondidas y no la puedan hallar. Las estrellas le bajaron al brillo y la noche, oscurita, ideal para jugar. Hasta 100 les contó la cigarra y los seres se fueron por allí a ocultar. La luna se escondió allá en el cielo, atrás de una pequeña nube que la supo ocultar, pero justo era nube de amores y en poquitos instantes la quiso conquistar 55 mientras ella se tapaba la cara para evitar que la vean… ¡la quiso besar! La luna, alertada por los labios de nube, pegó un salto muy grande; cigarra la alcanzó a librar. Las estrellas no entendieron el juego y casi todas juntas se escondieron allá y cigarra, muy buena jugadora, una a una las pudo encontrar: ¡Piedra libre, Osas, hermanas, la mayor detrás de la osa más pequeña está! Y las Tres Marías bien libradas están. El rocío, con sus pasos mojados, fue muy fácil de hallar; en jarillas se había quedado, enredando sus gotas y no pudo avanzar… ¡Piedra libre! En gotitas pequeñas la cigarra supo esa noche cantar. Pero el viento, jugador muy bueno, en un soplo de tierra voló para allá, bien atrás de hermosa montaña, una que llaman el rocoso Mayal. Vio coirones y vertientes pequeñas, toditas bajaban y lo miraban estar, Quietecito, y eso era extraño, porque era el viento que siempre inquieto está. Y se tapaba con las piedras pequeñas para que la cigarra no lo pueda encontrar Y se tapó tanto ese gueñe que cigarra nunca jamás lo pudo hallar. Pasaron los días, y semanas también, y jugador de los buenos el viento no quería parar de jugar. Pasaron estrellas y las lunas toditas y seguía guardado tras del mayal y parece que el sueño atrapó a esos aires y durmió una siesta de no sé cuántos días allá. Hasta que un día, el abuelo del piche, que bajaba del cerro, lo vio durmiendo al pasar y le habló en idioma de piche; y, como el viento era viejo, lo supo escuchar. 56 Allí charlaron de un montón de cosas y el viento pensó: -tengo que regresar- y miró de allí para abajo y olvidó su camino para el Chos Malal. Y anduvo recorriendo ese cerro buscando las huellas de su paso anterior y buscaba, olvidado del juego, y no sabía el camino que debía tomar. Preguntó al arroyo pequeño, que bajaba tranquilo en aquel lugar, pero justo encontró una curva que en pendiente empinada estaba allá. Y bajó la agüita, tan rápido, que la respuesta que dijo no la pudo escuchar. Ya el piche se había marchado y preguntó a las piedras que habitan allá, pero éstas dormían la siesta y por más que soplaba no lograba despertar. El viento se perdió en la montaña y por más que intentara no podía encontrar el camino que había tomado para llegar a ese lugar. No sabía qué le pasaba si desde hace mucho recorría el lugar, pero bueno, se quedó entristecido, y sopló un poco fuerte de enojado nomás. Fue entonces, que se dice, que de tan enojado se puso a llorar, y su llanto bajó por las nubes que vinieron a ver cómo estaba el viento allá. Sus amigas le prestaron las lágrimas, y en tristeza de viento comenzó a lloviznar, y las gotas le limpiaron la tierra para ayudarlo a encontrar el lugar donde estaba oculto el camino para volver a los pagos de Chos Malal. 57 Héctor Ordóñez En la altura que domina el valle Sus pies de piedra Los baña un intrépido Curi Leuvú Mira a la Cordillera de los Pehuenches Al Caicayén donde mora Ngenechén Supuesta celda oscura de Purrán A las estrellas mira, al por venir Tolderías dieron paso a huertas Canales y campanas Teodolitos Cambios de lenguas Petroglifos alumbran secretos Telares que hablan sin palabras… La infancia guarda acá secretos Amores a la hora de la siesta Pectorales de plata utopías de oro Puntas de flechas y chaquiras Caracoles de piedra Minerales leyendas Ésa es la base del cerrito 58 Sumatoria de sueños De la mano al alcance… A donde llegue la imaginación. Héctor Ordóñez nació y reside en Chos Malal (Neuquén), luego de vivir en Paraguay y Mendoza. Poeta y periodista, dirigió emisoras de radio en Neuquén capital y Chos Malal. Publicó “Aquel que supo” (Narvaja editor, 1991 y último reino 2010), “El diario del desierto” (Último Reino, 2006), “La hoja de papel” (Municipalidad de Neuquén, 2009), “Trip ti co/ casi haikus” (Doble Zeta, 2015), “La lengua como máscara” (Narvaja Editor, 2016) y “el libro de los sueños” (espacio Hudson, 2017, en coedición con la legislatura de Neuquén). 59 Alejandro de los páramos a Finzi, maestro y amigo Rigor y entrega forjan su horizonte Lo habitan extraños olvidados en el apuro de la fuga Cada rincón de ese territorio es un país generoso Que aguarda a los poetas y a los locos Con el destino baleado En la palma de su mano las almas esperan amparo Rescate a la incomprensión del poder arbitrario El momento de volver a la acción Al drama del origen Interrogante que da sentido a la vida En la arena donde agoniza la certeza Su aventura encarna sueños en la soledad del páramo Tecla a tecla les otorga palabra Para decir como la vez primera 60 Del olvido La cama sola Es fría en intemperie Alumbra un fuego Enciende la oscuridad Disipa sin culpa Está… La soledad es testigo Y arde No creí En esa palabra no creí Hasta que tu boca La volvió Cierta Por la orilla del mar Bajo un cielo azul Un soplo eriza la piel Enamorado vuelvo a creer Pero tú no estás El camino resulta solitario 61 Marisa Antiñir Las Ovejas, pueblo del norte neuquino, que piensa y siente la responsabilidad de ser auténticamente dueños del lugar, con ese amor que se parece al de los padres, de los hijos y los abuelos, con ese afán de querer crecer confiados en el futuro, con esa mirada que descansa en un horizonte posible para todos los que están y los que vendrán. Es tierra generosa de trabajadores empecinados que insisten en hacerlo grande desde el esfuerzo de todos los días, abriendo caminos, fronteras, puentes que unen y multiplican. Las Ovejas es una estrella que brilla en un cielo para todos. Las Ovejas, capital de la cueca neuquina, tierra de Las cuatro banderas. Donde los poetas se inspiran a plasmar en papel los sueños y realidades de los venidos y quedados y de los nacidos y criados. 62 Marisa Eliana Antiñir. Nacida en Neuquén capital, pasó infancia, adolescencia y juventud en Andacollo. Hace 27 años vive en Las Ovejas, casada, madre de Pablo, Simón, Yojhan, Dina, Ibrajhim y Alma. Abuela de Sayen y Farah. Locutora local, fue Secretaria de Cultura, Concejal, Presidente del Honorable Concejo Deliberante y actual Intendente de la Municipalidad de Las Ovejas. Ella cree que escribir es reflejar los sentimientos que nacen del corazón. 63 Magia Divulga los sueños de la magia perdida. El llanto sutil de la bella dama. Buscaba una flor, encontró una espina. Solloza cansada, sin lograr huir de la margen del río que la hace sufrir. No corras, pequeña, no, no digas palabra. Que el zumbido del viento borrará tu pena. Regocijo Era el regreso, el cielo inmenso, majestuoso. El corazón inflado y el alma regocijada. Un pequeño niño de pueblo convertido en hombre. Recibiendo los logros de su esfuerzo, de sus esperanzas y sueños. Las palabras sobran cuando los corazones se convierten en uno. a mi hijo Pepe 64 Ciclos Me di cuenta de que no se puede forzar el destino. No se le piden peras al olmo, pero siempre está esa esperanza que dará su fruto. No busqué nada más que eso, la paz interior. La vida se inclina, el ciclo se cierra, la noche se acaba y el sol… está por aparecer. Buscando el amor Buscando el amor queno das. No es ficticio, no es real, es ese amor puro, amor irreal. El amor de niño, amor de hijo, amor de padres, amor de amigos. No busco más allá del sol, Busco… ese amor irreal, 65 que sueña con las letras puras que se escriben en algodón. Sonríe una vez, y verás qué bien te ves. Porque siempre ahí están los que buscan tesoros donde las piedras preciosas ya han dejado de brillar. Amor perdido El amor perdido no sabe el lugar. No busca en el tiempo y logra avanzar. Borra momentos, encuentra las sombras. Imagina añares de soledad, pero lo que no sabe que perdido su amor no está. Ojo turco La luz irradia sus ojos, el sol alumbra su ser. Era todo azul, pura protección. Lugares de ensueños busqué visitar. 66 Será Cappadoccia O no sé qué será. Regala pulseras regala amor búscale sentido a tu corazón. Encuentra el destino no divagues más no pienses en el mañana Si hoy no puedes lograr el poder de visibilizar todo lo que sientes, todo lo que serás. No permitas que se rompa, cuídalo una vez más. Demuestra lo que eres y de lo que sos capaz. Sentimientos Siento el galope del marchar de sus pasos, lo vi radiante, lo vi ejemplar, deslumbrando todo a su pasar. Seré aquél que siempre ama los caballos. Por su estirpe, por la inteligencia, y porque siempre habrá un relincho en mi corazón. para Damián 67 Miguel Sprumont Vivo en el Norte Neuquino. En Andacollo y Los Carrizos. Vivir y andar por estos lugares es muy particular. Podríamos decir que cada pueblo, cada paraje, cada puesto es un poco nuestra casa. Siempre hay un lugar donde parar, charlar, tomar unos mates… En el norte neuquino conviven perfectamente lo moderno y lo ancestral. Una ruta de asfalto, un tendido eléctrico, un vehículo nuevo, con la trashumancia, los arreos, los senderos milenarios, los paisajes casi no tocados por la mano del hombre. El ladrillo con el adobe, la chapa y los techos de carrizo. Alguna vez nos enseñaron que la Cordillera era lo que separaba nuestro país de Chile. Pero recorriendo estos caminos sentimos lo lejos que está esa frase de la realidad. La Cordillera es un puente que ha unido durante toda la historia diferentes culturas, que tal 68 vez sean la misma. El norte neuquino es un diamante. Y sólo quienes se adentran en estos lugares pueden ver su brillo, que ilumina los ojos y el alma… Miguel Sprumont es músico, escritor y docente nacido en San Antonio de Padua en 1967, y que vive desde 1990 en el Norte Neuquino, llegando como maestro a la Escuela de Manzano Amargo y radicado actualmente en Andacollo y Villa del Nahueve. Es cantautor y tienen varios trabajos editados en forma independiente, dándole en su obra especial importancia a las letras, de las que surgen estos poemas que forman parte de esta antología. Además de haber compartido escenarios con artistas destacados en diferentes partes del país, es parte de la organización del Encuentro de Trovadores y Poetas que se realiza desde 2011 en forma ininterrumpida y que cada fin de año se cierra en el norte neuquino. Su canción dedicada a Eva Duarte fue declarada de interés por la Legislatura de Neuquén. 69 Huellas blancas La luz se hizo ausencia, en la soledad Dejando huellas blancas, que ya se cubrirán Un hombre va, llevando leña a su hogar. Del bosque hasta las casas, hay tanto que caminar Ve un candil que anuncia, que falta menos ya Debe llegar, sabe que alguien lo esperará La calle del poblado está desierta otra vez Las ultimas marcas que hubo vida, no se ven Todos en su lugar, perdidos en la noche eterna Todo volverá a vivir cuando amanezca La luz volvió hasta al valle, que ya empieza a despertar Tal vez por varios días, nadie llegará, nadie se irá El mundo es este lugar Soñar con un buen verano, o cuando reverdecerá Primavera y pariciones, hay tanto que trabajar Y hay que pasar todavía un invierno más. 70 Escarcha Incluso bajo la escarcha. Orillas frías de nuestros ríos. Camino de piedra y barro. Por dónde anda este amor mío Incluso dentro del tronco, Árbol desnudo que sólo espera. Empezó su marcha lenta. Ya sin retorno, la primavera Y hoy desde aquí, tarde sin sol Te esperaré algún verano Junto al fogón Incluso en esos ojos, Casi gastados de humo y nieve En cada recuerdo triste De cada cosa que no se tiene Incluso lejos del pago, Dicen que hay todo y nunca alcanza Pero está intacta y con vida, Como un tesoro, una esperanza Y hoy desde aquí, tarde sin sol Te esperaré algún verano Junto al fogón 71 Complicidades de este amor Puse un disco, lo escuché, desde Andacollo hasta Neuquén Sonaba cada canción, hablan de mí, hablan de vos Melodías sin final, la Cordillera quedó atrás Una sonrisa sin razón, complicidades de este amor Llega un mate y otro más, tantas palabras que inventar Hilos de un macramé se van tejiendo sin querer Quien lo iba a imaginar, tal vez unos años atrás Este camino del sol, que recorremos juntos hoy Y soñar junto al Nahueve, sin saber lo que vendrá Y algo vendrá, siempre vendrá Algo vendrá, siempre vendrá Otro disco que escuché, yendo a Andacollo desde Neuquén Con lo nuevo que encontré y siempre es tan lindo volver Es tan lindo volver, siempre volver Es tan lindo volver, siempre volver. 72 73 Nuria San Martín Quiero agradecer la oportunidad para hacer conocer expresiones que nacen de un profundo amor a este terruño cordillerano, del que guardo hermosas, inolvidables y valorables vivencias. Quiero compartirlas. Están dedicadas a Chos Malal. Es verdad que el camino recorrido ya no se vuelve a pisar, como también lo es que las experiencias vividas son la base para continuar trazando trayectos. Hace 63 años que vivo en este lugar; un privilegio, por cierto. Pude apreciar su crecimiento y desarrollo y lo agradezco, porque yo también pude crecer y ofrecerle mis servicios. Recuerdo que, recién llegada, me atrapó su paisaje y me sentí motivada para transitar sus calles y tomar contacto con la gente. Fui 74 conociendo la convivencia, sus actividades diarias, sus costumbres y uso de los recursos. Mi vida comenzaba una nueva etapa, rodeada de importantes connotaciones que registré con entusiasmo y mucha sensibilidad. Nuria San Martín nació en Ranquilón, Neuquén, en 1942. A los tres años de edad, su familia se trasladó a la mina San Eduardo, ubicada en el departamento Pehuenches de la provincia del Neuquén. Allí pasó su infancia y parte de la adolescencia. Cursó sus estudios primarios en la escuela primaria Nº 127; una vez finalizado el nivel, se dedicó a aprender corte y confección, tejido y bordado en una escuela nocturna. A los diecisiete años llegó a Chos Malal, donde pudo realizar estudios secundarios y alcanzar su objetivo de superación: se recibió de maestra de grado en la Escuela Normal de Chos Malal. Trabajó un año y medio en la Escuela Rural “El Alamito”, y luego lo hizo en el medio urbano, en la escuela primaria Nº 225 y paralelamente trabajé como preceptora en el C.P.E.M Nº 4. En 1975, ya titularizada, fue trasladada a la escuela primaria Nº 254 también de Chos Malal. Esta institución es la que la vería crecer en la profesión, al punto de haber llegado a ser la directora. 17 años de trayectoria en la escuela, hasta el momento de la jubilación, ocurrido en el año 2000. 75 Para comenzar, digo: Llegué en un día de marzo Cuando expiraba el verano Me dieron la bienvenida Los álamos, un membrillar Y una bandada de loros Que saludaban al pasar. Con el fruto de su trabajo la gente se proveía de recursos para vivir: cultivo de la tierra, cría de animales para consumo familiar y también la venta ambulante. Para calefaccionarse, en los crudos inviernos se usaba leña que se extraía del campo. Los carritos leñateros Venían de La Salda Y muy de madrugada Llegaban a este lugar Se ponían a descansar En las calles Rivadavia y Belgrano Para luego muy temprano Entregar los leños vendidos Y lograr un buen pedido Para llevar al hogar Chos Malal era, por entonces (década del ´60),el lugar donde se realizaban gestiones de registro civil, como también de la iglesia. Venían de los parajes A dar el “sí” en el altar Enancada con su pareja La novia con blanco ajuar El 76 tropel de los caballos Y, al grito de ¡VIVAN LOS NOVIOS! Se iban a festejar Nido de amor sería un ranchito A la sombra de un sauzal Melodías de calandrias Los iban a acompañar. Los arreos que en diciembre… 1 Los arreos que en diciembre van a la veranada pasan por Chos Malal. Vuelve el eco de los cerros que circundan el lugar Es el grito del arriero que pasa por Chos Malal Aroma de las pichanas las jarillas y retamas y se recorta el silencio en la paz de la mañana. En diciembre muy temprano desfilan por el faldeo el balar de los cabritos el tintinear del cencerro el ladrido de los galgos, que ayudan a los arrieros. Se van a la veranada a tratar de disfrutar 77 pastizal y agüita fresca que viene del manantial Allí pasará el verano Pasará la navidad, el año nuevo y los reyes tal vez mucha soledad, pero el premio a ese esfuerzo bendito por dios será... 2 Marzo, abril, vuelven a la invernada. Forman parte del paisaje la vuelta de los arreos color de otoño, ocre, verde, rocío y diáfano cielo. Se entremezclan en el aire, proveniente desde el cerro, ladridos, balar, cencerro forman una sinfonía que rueda por el faldeo. ¡Qué apacibles las mañanas del verano en Chos Malal! Y la luna trasnochadas se detiene en el Mayal. Aroma de las acacias, madreselva y rosedal viene con la brisa alada que te acaricia al andar. 78 Disfrutar de estos momentos te da energía, te inspira a realizar la jornada fácil de sobrellevar siempre con energía. A la hora de la siesta el sol desata sus rayos y hace sentir el calor propio de enero en verano. Una tarde de arreboles cuando el crepúsculo avanza brisa fresca y melodía del jilguero y la calandria. El silencio nos invade en un marco sin igual silencio que no es tristeza sino un conjuro de paz. 79 Tomás Manoukian Un valle que no es corral cuando me animo a salir y a recorrer la incertidumbre. Un cerro con forma de pezón puntiagudo que me espera a la vuelta. El seno de thita dándome el ángulo desde donde mirar discreto. Ahí arriba, un vinito y viento. La noche y el día. La ciudad encantada vecina, a distancia prudente. El pueblo que idealizo, más al norte, también distante, también por suerte. El fútbol, los goles y el ajedrez, la literatura y las matemáticas. Chos Malal y Nevşehir, Argentina y Chile, Armenia y Turquía. Mi tierra tiene sabor agridulce. El que se lo pierde se cose. 80 Tomás Manoukian Cuidador de detalles medianos. Construyó su casa mientras cultivaba tomates. Nació en Neuquén; aprendió a andar en bicicleta en Tricao Malal y a jugar al fútbol en la canchita de Güemes. Cuando arranca, arranca. Siempre vuelve al barrio don Bosco. 81 1 - Pregón de Kaonashi Compro plomo, batería, bajo, guitarra, compro… Compro mentira, pago el precio que corresponda: golpe, escarnio, desilusión y llanto. Vendo mi oído, rifo mis manos, anote escribano, doy mi licencia de inocencia, compro un engaño… Bocha de heladera, moneda de plata, no hay qué no quiera y no atiendo en bata. Compro todo en cerveza, en café y en hongos, compro secuencia, movida y active. De pronto no compro, me arrepiento o doy poco miro con disimulo, me quedo bien al margen. Compro dije, dijes compro, pulsera, grillete, candado compro… Vendo mi libertad, sorteo euforia, anote escribana, acredito deshonra. Compro hambre para mañana, vendo el pan de ayer. 2 - Lo que trajo la cigüeña Te pensás que salí de un repollo Que pongo el despertador a las 5 para levantarme a las 8 Me tomás por jugador de bridge o por maniático del baloncesto No es mi carácter árido ni taciturno Es cierto que llueve poco en Chos Malal, pero a taciturno se lo llevaron preso. 82 Por el camino de la vagancia, desde la Terminal hasta el barrio Jardín, el viento te puede dejar tonto o preocupado nomás Yo prefiero andar sin problemas… No le temo al hueveo siempre y cuando sea un deseo Existe un riesgo, es cierto, me puedo convertir en una atracción de zombis. Ahí viene uno. No dice: "¡Hola!, ¿qué tal?, vengo a convertirte en zombi." Se gana justo detrás de su propia sombra Evita de este modo que su inescrupulosidad lo delate Para cuando lo encuentro ya llevaba ahí un buen rato Larveaba y sonsacaba Ahora estoy perdido La carne putrefacta es un perfume hipnótico La impotencia y la derrota invitan al mutuo acarreo Se engrosa la horda de fracturados y doblegados que ante la duda se declaran no deseantes La tontera se cobra el ticket Gueim ouver Ni un honguito diciendo para dónde rumbear, hora de respirar, tomar agua, juntar amigues y volver a intentarlo. 3 - ¿Para qué vernos? El jugo en mi sombra es ardiente La buena noticia sos vos La última Prosa, Lisandro Aristimuño Tendríamos una charla llena de evasivas. Pasaríamos de un tema a otro hasta llegar a ese cuyo campo semántico está plagado de insinuaciones y dobles sentidos. Repetiremos palabras como "abertura", "humedad", "picaporte" y "burlete" hasta ponernos coloradxs. Y cuando tus primeras feromonas invadan el ambiente 83 y una galaxia de pecas me diga "holis" desde tus mejillas… Ahí, en ese momento, habré sentido que un cofre se abrió ante mis ojos. Pediré permiso para pasar al baño. Iré directo a tu ropa sucia, a olerte las calzas y la camiseta térmica. Templaré mi olfato antes de recorrer cada hueco de tu existencia. Volveré del baño como si nada. Abandonaré cualquier indirecta. Seré sincero y te pediré que me digas de corazón si mi corazón no late como un bongó. Diré que no me arrepiento de dar este salto al vacío. Que no habrá heridxs por esta cortada de cable de freno. Que los únicos moretones de la revolcada serán para que siga ardiendo esta calentura de lo que fue una mañana o dos. Porque ya sé que no te gustan las don Satur. Eso, además de la cuestión afectiva, un poco bastante que la complican. 84 85 Silvia Lumini Andacollo está situado a 60 kms de Chos Malal. Es un pueblo cordillerano rodeado por las Cordillera del Viento y la de Los Andes, circundado por el bravío Rio Neuquén. La cifra de habitantes oscila entre 4000 y 5000 personas. La mayoría, empleados y crianceros. Tiene paisajes que invitan a la calma y al contacto con la naturaleza. Además, se encuentra rodeado de paisajes naturales como el río Nahueve, Parajes de Cayanta, Bella Vista, Lagunas de Epulafquen, Las Ovejas. 86 Silvia Lumini nació en Mar del Plata y creció en Lincoln, ambas localidades de la provincia de Buenos Aires. Cursó estudios secundarios en Chos Malal, donde aún conserva sus amigos de la adolescencia. Estudió magisterio en Lincoln y volvió a Neuquén donde, como maestra rural y directora, dejó huellas en escuelas del Norte neuquino. Hoy está jubilada. Siempre escribió poesías. Tiene cinco hijas, tres nietos y vive en Andacollo con su esposo. Desde su arraigo y el recorrer montañas, hasta la calma del fluir de una vertiente de la que emanan mariposas, al captarlas las convierte en mil palabras. 87 Estallidos Se me ocurrió pensar en estallidos porque creo que se me estalla el alma, y se estalla en pedazos con el hambre de cada niño con dolor de panza. Estallidos de abrazos que se abrazan y, en encuentros de amigos, se entrelazan. Estallidos de crueles carcajadas que se burlan de la desesperanza. Estallidos de palabras que resuenan proclamando el diálogo a ultranza. Estallidos de amor desenfrenados con pedidos de auxilios enfrentados. Estallidos de los que se aman y estallidos en los que se desaman. Estallidos de gritos por justicia y estallidos que desangran injusticias. Estallidos de madres que reclaman por esos hijos que ya no las llaman. Estallidos de un país que clama y estallidos demagógicos declaman. Estallidos de paz, llenos de amor que hagan vibrar de nuevo al corazón, y que un nuevo himno inaugure el alma que haga estallar denuevo la esperanza. 88 Y así fue Me llené de presencias evitando ausencias. Di bienvenidas para no dar adioses. Anhelé mil llegadas para no desear partidas. Soñé luminosos anocheceres Y desperté oscuros amaneceres. Creí en la claridad de las palabras y desconfié de los silencios. Busqué verdades y encontré mentiras. Caminé tus huellas y perdí tu rastro. Escondí mis lágrimas que tapé con risas. Corrí entre la lluvia y me mojó el sol. Abrigué mi alma y desnudé al amor. Abracé el calor y me abrigó el frío. Desarmé ilusiones y armé decepciones. Sufrí desengaños y amé sin engaños. Fui feliz muriendo y morí viviendo. 89 Susana Vázquez Mi pueblo es libertad, remolino otoñal que transcurre moviendo las piezas del alma que están incorporadas a los inicios milenarios. En su árida llanura se sostiene el fondo del mar en una mano; vestigios de sus olas duermen en las rocas. Es cuna de amor puro como la nieve, filoso como punta de obsidiana. Es profundo como los ríos de lava que bajan por las laderas del volcán. Buta Ranquil, escenario donde el espíritu crece sin límites. El fin de la materia es irremediable. Los antiguos dejaron su huella, sutil obra de arte dormida debajo de una piedra. Nosotros buscamos esa voz en las alas deshilachadas del viento que canta palabras transhumantes de la vida y la muerte. 90 Susana Vázquez (Neuquén – Argentina, 3 de enero de 1980), escritora y poeta. Publicó Lejano Mar Íntimo con la editorial Lengua de Urucú en 2022. Participó en el VI Encuentro Internacional de Microficción en la FIL de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; está incluida en la antología Mosaico, microficciones sobre discapacidad, compilada por los escritores Adriana Rodríguez y Homero Carvalho. 91 Adentro Quisiera esconderme en los pliegues de tu piel Esconderte en mis costillas Guardar palabras en el corredor del esófago Buscar señales bajo tus uñas Colgarme de tus venas, beber de ellas Espiar de tus córneas el iris de la vida Anudar tu lengua en el estómago Para no oír palabras ni sensaciones ajenas A orillas de tu corazón me detendré Y saltaré al vacío en busca de tu alma. Cometidos y chupa sangre Dejó el consuelo atado con una cadena a la pata de la cama Donde se masacran las pulgas y los parásitos del viejo catolicismo, que manipula la razón. Ya no masticará yuca ni beberá sangre de otros Conversará con sus versos y alimentará sus deseos Boleará del cuello a una nube, arrastrará mitos malignos por la cordillera Y a la niña morena de piel reseca, le suavizará hasta el alma con el néctar de un acostillado cardón Cosechará un día para despilfarrarlo de alegrías compartidas Misionará a su modo por los rincones de la vida, con la fuerza de un vientre en parto Con paso de mula caminará los senderos más estrechos Cuando el último trayecto esté al borde del sol abandonará sollozos de dolor Así será como colmará de pasiones la historia sagrada: Su historia. 92 Un mar para Sonia Mi padre era un ser extraño, nos amaba en absoluto silencio. No le gustaba el barullo. En sus ojos vivía el fuego del volcán. Él llevaba a rastra una vida que no había pedido: aunque era insípida, sus manos trasformaban las comidas que preparaba. Tenían colores de aves tropicales y sabores magníficos. Creo que algo pasaba en su bigote; cuando absorbía un aroma, podía saber cuánta sal le faltaba a su manjar. De tiento trenzaba extensos lazos, como uniendo los sueños y su realidad. Mi padre hablaba poco; sólo lo justo: sí y no, lo demás lo decíamos nosotros. Mi padre era un ser extraño. A Sonia, la niña de nueve que cuidaba a los pequeños, le regaló el mar. Se lo atrapó en un caracol gigante que trajo de otro mundo: del sur. Ella no siempre nos prestaba el mar, sólo un ratito para que no se gaste: lo poníamos en la oreja y oíamos las olas que jugaban dentro. ¿Mi padre amaba más a Sonia? Sólo a ella le regaló el mar. Papá nos amaba; no haría diferencia, pero nos habíamos convencido de que él amaba más a Sonia. No podíamos enojarnos porque nos cuidaba: no decíamos nada, pero rondaba en el pensamiento y en los ojos a medio cerrar. Cuando él abrió su valija marrón y sacó ese caracol gigante, le dijo a Sonia: a vos te traje el mar por ser la más grande; tus hermanos son muy pequeños y podrían caer al agua. Todos dejamos a un lado nuestros regalos y fuimos a escuchar las olas. Queríamos, cada uno, un caracol con un poco de mar. Tal vez alcanzaría para los doce o, al menos, para cuatro más. Papá no era un ser extraño. Olvidó un obsequio para Sonia y con su 93 amor y nuestra imaginación nos llevó de paseo por playas hermosas y lejanísimas, mientras vivíamos la pobreza y la desesperación de un instante o de una vida. Mi padre era un ser maravilloso, nunca conoció el mar y era su deseo. Así, con la misma ilusión que de niños teníamos nosotros, en un último delirio estiró su mano a Milagros pidiendo alcanzar el mar. Estoy cansada Estoy cansada mis manos soltaron las uñas sus dactilares la historia la plancha esas cacerolas. Mis ojos ya no se humedecen la tristeza no llega se instaló en la garganta robusta, de tiempo muerto. Estoy cansada mis pies olvidaron el mañana 94 arrastran caminos sin dejar marcas. Estoy cansada Mi corazón ya no quiere amar en un susurro el alma le confesó su pena. Estoy cansada las palabras no alcanzan los sueños ya no quieren despertar. 95 Tito Lucero Colonia Las Rosas puede sonar a masacre, genocidio, espinas, roja sangre. También a aromas, natura, tallos, belleza, rococó y amor. Opto por la segunda. 96 Eduardo Fabio Lucero nació en Tunuyán, Mendoza, en 1968. Del '73 al ‘91 residió en Chos Malal, ciudad en la que realizó estudios primarios y secundarios. Del '92 al '98 cursó la carrera de ceramista en Mendoza, alternando con varios viajes por capacitación a otras provincias y también a Chile, Bolivia y México. Del '99 a la fecha se reintegra a su querido Chos Malal donde ejercería la docencia hasta el 2016, para luego dedicarse exclusivamente en su profesión de ceramista. 97 Laurel Seré tu inspiración, lo sé; aún tú no. Tu esclavo y tu dueño. Esclavo en mi mente, tu dueño en las fantásticas palabras. Estuviste en mí, pequeña, yo estaré por siempre en tu mirar, en tu sonrisa cómplice que augura saber y saberme. Los dos sabemos que hay un encuentro pendiente, sabemos de ternura de un largo abrazo de un aquí estoy cerca o lejos, estamos. Y te miro y te abrazo y te miro y te digo muchas letras que armás a tu antojo, y son otras las palabras que dicen lo mismo que yo quiero. Yo quiero y tú quieres, conscientes del abismo; algún día algún día armarás y amarás la pasarela. Algún día o alguna noche bajaré por ese abismo y gritaré tu nombre que se multiplicará en sones y subiré, escalaré tardaré seguro pero llegaré y allí estarás con ese reojo y tu cara tres cuartos y notaré que serás tú, la misma con la que estuvo mi corazón antaño, y si no estás, corto será el camino, de firmes sogas y tablas de lenga atadas que construiste y atravesaste 98 para buscarme aquí o allá siempre juntos, siempre distantes, pero estamos los dos para vernos, sonreírnos, amarnos. 99 Mariana Donadío Me encanta y elijo vivir en Chos Malal, cerca de los ríos, la Cordillera de los Andes, en Neuquén la Patagonia Argentina. En el laberinto de mi existencia descubrí un viaje no lineal, con altos y bajos; dudas, miedos, fracasos y mucho aprendizaje. Entre algunas certezas, sueños, proyectos, creencias y mandatos, Me cuestioné el "¿para qué?" de la vida misma. En la neblina de lo desconocido, dudé si lo hacía bien y, aun así, me aventuré, sin saber si el resultado iba a ser el esperado. Lo importante es intentarlo, lo siento en lo más íntimo de mi ser. Somos el presente, el movimiento, el cambio en acción. Experimentamos transformaciones en nuestra danza vital. 100 Elegimos nuestro rumbo, decidimos quiénes queremosser. En esta travesía, queda gratitud por el viaje que vivimos en esta vida universal. Mariana Donadío nació en Buenos Aires, pero hace más de tres décadas encontró su hogar en Chos Malal. Su lugar en el mundo y su fuente de inspiración. Es una mujer viajera, curiosa, apasionada, madre de tres hijas, docente, comprometida en todo lo que hace. Su don para escuchar y empatizar con otros se combina con su habilidad para transmitir conocimientos y compartir historias sobre el mundo. Su acción creativa en el ámbito docente, artístico y social, se refleja en su obra. 101 Yo, el Curi Leuvú Yo El Curi Leuvú Te vi llorar en mi orilla Y logré sentir el océano infinito Con tu lágrima Acuosas Acuosas estrías serpenteantes sobre la piel del norte neuquino. Ríos. Nombres. Identidad. De la entramada vida ancestral Aguas de la cordillera nevada, glaciarias, vegas, vertientes y aguadas. Vida a tú paso. Sequía y sed en tus ausencias, cada vez más repetidas con los años. Laberintos zigzagueantes de tiempos, registros, ADN, piel y sangre. Aguas que nutren cuerpos con susurros de palabras en el viento Orilla, remanso del alma, mezcla de barro, piedras, menta y poleo, salpican el silencioso ruido del agua. Mirada zarca y otra amarronada, danza de cauces paralelos entremezclados en una sola mirada. Junta, confluencias de las aguas cercanas y distantes en universos ancestrales. Fluyen estrías serpenteantes. 102 103 Silvia Beatriz Nieto Esta ciudad fue mi lugar de estudio, de amig@s; aquí formé mi familia y he logrado cumplir muchos de mis sueños. 104 Silvia Beatriz Nieto nació en Chos Malal en 1970. Vivió en Tricao Malal hasta los doce años; allí pasó su infancia y adolescencia. Volvió a Chos Malal a estudiar en el colegio secundario. Luego se recibió de docente de nivel primario 1990 y trabajé en esta localidad y en la zona norte de Neuquén. Años más tarde se recibió de profesora de Matemática y trabajó en el IFD N° 2. En los últimos años de actividad se desempeñó en el Equipo de Matemática del C.P.E del Neuquén. Hoy se encuentra jubilada y puede dedicarle más tiempo a escribir. Poesías matemáticas, principalmente. Ha descubierto una nueva faceta artística que quiere seguir cultivando. Le gusta, además, el teatro y la pintura. 105 La danza de las figuras Rondan por mi mente figuras geométricas cóncavas, convexas oblicuas y rectas. Triángulos, cuadrángulos, círculos y flechas, desfilan de a una formando una rueda. Así van bailando a un ritmo constante ángulos y lados van muy zigzagueantes. Se asoma primero un ángulo recto pegado a su lado viene un trapecio. Gira una corona danzando serena, ciento ochenta grados, dio una media vuelta y un círculo rueda da una vuelta entera; un rombo se esconde detrás de un cuadrado y un tímido hexágono pasa por el lado. Así van bailando a un ritmo constante, en la blanca hoja danzan un instante. 106 La escalerita Uno y uno, dos dos y uno son tres tres y dos son cinco cinco y cinco, diez. Ahora hacia atrás les cuento al revés Cinco, cuatro, tres, dos, uno llego al cero no hay más ninguno. Sube y baja baja y sube por una escalerita yo llego a las nubes. Propiedad conmutativa El orden de los factores, dicen “no altera el producto” en el mundo matemático, esto es una propiedad. Si multiplico o si sumo verán que eso es verdad. Pero eso no sucede nunca en una sociedad; el rey por el cocinero el cocinero por rey el gobierno por el pueblo no es lo mismo que al revés. Y si cambiaran el orden que ya establecido está, el producto cambiaría sin cumplir la propiedad. 107 Discusión de cuadriláteros Reunión programada, ya han pasado el link, hoy los cuadriláteros se van a reunir. Paralelogramo, que es el anfitrión. les toma asistencia en esta ocasión. A las cinco en punto, ingresa el cuadrado, minutos más tarde, trapecio escaleno, se suma en silencio al zoom programado. Da lectura el rombo del tema a tratar: grupos de figuras deben conformar. Propone un trapecio; juntar por un lado a aquellos que tengan ángulos internos de noventa grados. No acuerda el romboide con esta moción. Trapezoide dice: mirar diagonales distintas o iguales y así repartir. Cuadrado disiente y sugiere en cambio, comparar por lados para reunir. El rombo responde, con los cuatro iguales un grupo formamos, solo vos y yo. El zoom se termina, informa el rectángulo y no se ha llegado, el tema a cerrar. Romboide sugiere, volver a juntarse, café de por medio para discutir. Acuerdan entonces, el viernes siguiente en el Ateneo, en punto a las diez. 108 Nochecita chosmalense Atardecer en el río, agua clara, serpenteante entre las rocas azules veo el tiempo deslizarse. Una bandada de pájaros cruza volando hacia el este el sol se oculta despacio pintando el cielo, anochece. Pronto una estrella aparece la luna asomando viene, y mientras llega la noche las ranas cantan alegres. Sopla suavemente el viento como pidiendo silencio y en el fondo del paisaje El Mayal se va durmiendo. 109 Índice Agustina Guzmán 7 Blanca Demaría 13 Claudia Schmitt 19 Claudio Rafael Calin Alonso 25 Darlin Bravo 31 Dorila Pereyra 35 Ester Gutiérrez 41 Fabián Canale 47 Héctor Agüero 51 Héctor Ordóñez 57 Marisa Antiñir 61 Miguel Sprumont 67 Nuria San Martín 73 Tomás Manoukian 79 Silvia Lumini 85 Susana Vázquez 89 Tito Lucero 95 Mariana Donadío 99 Silvia Beatriz Nieto 103 110 Este volumen fue impreso en Neuquén para el Centro Editor en 2023 Página en blanco
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