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Libro-COMPLETO-Antologia-Poesia-del-Norte-de-Neuquen

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1
POESÍA
Antología de poesía contemporánea
del Norte 
de Neuquén
2
Poesía del norte de Neuquén / Agustina Guzmán ... [et al.] ; editado por Tomás
 Watkins. - 1a ed revisada. - Neuquén : Centro Editor, 2023. 
 110 p. ; 21 x 15 cm.
 ISBN 978-631-90267-0-2
 1. Literatura Argentina. 2. Historietas. 3. Educación Musical. I. Guzmán, Agustina. 
II. Watkins, Tomás, ed. 
 CDD A860
 
CONSEJO PROVINCIAL DE EDUCACIÓN 
DEL NEUQUÉN
Presidenta del CPE
Lic. Ruth Flutsch
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN E INFORMACIÓN 
EDUCATIVA ALICIA PIFARRÉ
Director Provincial CeDIE
Bibl. Iván Ramiro Nicola
Director General de Asistencia Técnica
Tomás Watkins
Diseño y maquetación
Iván Moyano
Coordinación de preselección en territorio
Tamira Sepúlveda
Foto de tapa: Camino a Taquimilán - Tomás Watkins Ce-
DIE Neuquén
cedie.neuquen.edu.ar/CENTRO EDITOR
Fecha de catalogación: 19-10-2023
Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723
Se permite la reproducción del contenido siempre que se 
cite la fuente.
3
Gobernador de la provincia
del Neuquén
Omar Gutiérrez
Intendente de la ciudad de Las Ovejas
Marisa Antiñir
Honorable Concejo Deliberante
de la ciudad de Chos Malal
Daniel Zapata
Graciela López
Patricia Adzo
Aida Alarcón
Dulia Román
Sebastián Villegas
Gustavo Vázquez
4
A la memoria de Vicente Godoy
5
Agradecer es lo mas significativo en la vida, agradecer el acompañamiento del Gobernador de la 
Provincia Cr. Omar Gutierrez, al CeDIE, por permitirnos tener el privilegio de honrar y 
homenajear a nuestro querido Intendente Sr. Vicente Godoy, quien ha sido un visionario y supo 
interpretar a los pueblos, a la identidad de su gente y a la propia historia. 
La Municipalidad de Las Ovejas, propicia siempre la promoción de las letras y escritos del Norte 
Neuquino, las cuales son abordadas desde la literatura y otros ámbitos, en los Establecimientos 
Educativos neuquinos. 
Son los poetas del Norte del Neuquén, mostrándose al mundo, dejando plasmados sus 
sentimientos, sus historias y su amor por la tierra en la que vivimos. 
 
 
 
 
 
Agradecer es lo mas significativo en la 
vida, agradecer el acompañamiento del 
Gobernador de la Provincia Cr. Omar 
Gutierrez, al CeDIE, por permitirnos tener el 
privilegio de honrar y homenajear a nuestro 
querido Intendente Sr. Vicente Godoy, quien 
ha sido un visionario y supo interpretar a 
los pueblos, a la identidad de su gente y a la 
propia historia.
La Municipalidad de Las Ovejas, propicia 
siempre la promoción de las letras y escritos 
del Norte Neuquino, las cuales son abordadas 
desde la literatura y otros ámbitos, en los 
Establecimientos Educativos neuquinos.
Son los poetas del Norte del Neuquén, 
mostrándose al mundo, dejando plasmados 
sus sentimientos, sus historias y su amor por 
la tierra en la que vivimos.
6
“La poesía es tan maravillosa que, 
de una u otra manera, nos ayuda a 
entender y apreciar el mundo que nos 
rodea, ya que es una forma de arte 
que inspira, educa y permite explorar
los pensamientos, sentimientos y 
expresarlos en palabras” 
El Honorable Concejo Deliberante de 
la ciudad de Chos Malal, agradece y 
reconoce el arte
reflejado en la inspiración del libro “POESÍA 
DEL NORTE DE NEUQUÉN” plasmado por
escritores protagonistas locales y de la zona 
norte y se valora como recurso educativo que 
estimula el
desarrollo emocional, cognitivo y comunitario 
apreciando la cultura regional cuyos lectores 
directos
serán niños y niñas de diferentes instituciones 
educativas.
 
Daniel Zapata, Graciela López, Patricia 
Adzo, Aida Alarcón, Dulia Román, Sebastián 
Villegas, Gustavo Vázquez
7
Agustina Guzmán
Chos Malal, dos palabras, 9 letras y cientos 
de historias por contar.
Me gusta cuando en otoño te pones en tonos 
amarillos y marrones, con esa gran esencia 
que cautivas corazones.
Me gusta la sencillez de tus cielos, los 
atardeceres que deleitan vistas y enamoran 
hasta a los corazones más fríos.
Chos Malal me dio un hogar, con gente 
sencilla, de corazones nobles, con personas 
que se les dice “buena gente”.
Agradezco a la gente que hace que este lugar 
sea tan único y especial.
Porque, así como la señora que vive a la vuelta 
de casa, el kiosquero de la esquina o el médico 
que está de guardia, todos te eligen… Yo te 
elegiría siempre, mi hermoso Chos Malal.
8
Soy Agustina Guzmán, pero me gusta que 
me digan Agus y las cosas simples de la vida, 
como el olor a café y la buena compañía.
Nací en 2005, y desde ahí mi vida se escribe en 
libros. Soy tranquila pero no me gusta estar 
quieta, más bien soy fan de estar ocupada 
todo el tiempo.
Las letras me acompañan hace unos años, 
pero los libros desde siempre.
Soy de alma solitaria, pero con buenas 
compañías, y, llegue a donde llegue, ya sea 
puntual o no, todo se lo debo a mis padres, 
que desde siempre creyeron en mí.
Papá es un hombre que me enseña día a día 
a ser una persona con valores y todas las 
letras.
Mamá es una mujer que me enseña que hay 
que luchar por nuestros sueños, no importa 
nada más.
Todo se lo debo a mi familia, que sin ellos 
tampoco sería lo que soy.
Escribo para sacar lo que no puedo decir 
muchas veces o simplemente porque sé que, 
al hacerlo, puedo mostrarles a las personas 
que no están solas.
Escribo para vos y de vos: sin importar que 
la gente no sepa quién sos, la poesía tiene tu 
nombre, la antología nuestras historias, y el 
relato lo que fuimos.
9
El robo
Este fue un robo indistinto,
fue discreto, fue muy ágil.
Se robaron muchas cosas, desde ganas a ilusiones,
aunque no estaba planeado 
que se vean variaciones.
No es difícil entender por qué el ladrón roba, pero no es fácil 
saber qué es lo que necesita.
Entró a la tienda: ésta era muy distinta,
no había muchas cosas, sólo una persona rota.
Se llevó lo poco y nada, pero, sobre todo, todo.
Al menos, todo lo que para ella era su felicidad.
El engaño fue el apego y la confianza tan fugaz.
La trampa no era queso, sino su fragilidad.
Pareció un robo planeado; aunque ella no era de trapo,
se volvió títere al final.
Le robaron muchas cosas, aunque nada material.
Le quitaron desde ganas hasta un incondicional.
Sintiéndose vacía teniéndolo todo, quedó esta chica fría,
que no siente calidad.
Sólo un alma vacía, como las manos, aquel día,
de un ladrón emocional.
10
Hogar
El día que llegué, me di cuenta de lo vacía que estaba la casa.
Llegué y me di cuenta de la necesidad que tengo
de sentirme en mi hogar.
No es un lugar seguro, sino alguien con quien sentirme
seguro en un lugar.
El día que llegué a casa, me di cuenta de lo vacía
que estaba y me di cuenta de que no era la casa
lo único que estaba así.
El día que te vi, comprendí lo que es un hogar.
Los primeros abrazos, las primeras miradas
y los primeros te quiero me hicieron
entenderlo mejor.
Cuando llegue, si estás vos, la casa no estará vacía
y yo ya me sentiré mejor.
Cuando me pregunten con quién quiero ir,
les voy a hablar de vos; para que comprendan
que el lugar donde estés es donde necesito ir 
para llegar a mi hogar.
11
Quelita
La veo llegar, tranquila, serena y trashumante.
Siguiendo el camino que trazó el padre, el abuelo o un pariente.
Pasa dejando una marca, mostrando su historia
y haciendo comarca.
Con viejas costumbres y nuevas hazañas,
llevando su piño hasta la invernada.
Al salir, se puso al hombro un poncho y las alpargatas,
ésas que cuentan con cada pisada
sus costumbres gauchas.
Yo vivo en un pueblo donde hay trashumancia.
Se mueven a pie, o suben en chata, o en el animal,
de costumbre gaucha, ese fiel amigo
que les da su espalda, para, sobre un cuero,
llevarlos a casa.
Vengo de un pueblo chico de historias grandes,
con varias hazañas.
Mi abuela me habló de esa tal trashumancia,
que le quitó letras dejándole historias 
que se escriben por si solas en la caminata.
No vengo de una gran familia, pero sí vengo a contar
grandes cosas.
A hablar por mi abuela o mí tío,
que pasaron grandes fríos y fuertes temporales, 
pero que nunca dejaron a sus animales.
12
He oído mucho, peroescuchado aún más, de historias que hablan 
de un norte neuquino, donde toman vino en una bota santa.
Donde la chupilca es de ñaco fino y tan dulce como mis palabras.
Donde un joven fue criancero de un legado que le dejó su padre, 
de sanas costumbres, de ésas gauchas que dejó en mi sangre, con 
ese legado, de saber contarles lo que nos ha pasado.
Yo visto campo. No hablo de ropa, ni menos alpargatas; hablo 
de orgullo, de decir quien es mi padre o quien fue mi abuela, 
admirando sus memorias de punto para hacer medias de lana, y a 
un padre que me dio mi apellido, de costumbre gaucha.
13
Blanca Demaría
En mi alma habitan dos terruños, el natal y 
el adoptivo.
Las Ovejas, mi pueblo adoptivo, es un valle 
cordillerano que dista a 500 km de Neuquén 
capital.
Es un lugar mágico, inundado por culturas 
ancestrales, y en sus paisajes se entremezclan 
la trashumancia y la cueca.
En este hermoso rincón cordillerano se 
entraman no sólo ocres y marrones, de tintes 
de plantas nativas en sus artes, sino que 
también allí fluye un acerbo ancestral de 
incalculable valor.
Este lugar, con pinceladas de pinares verdes 
y ñires nativos, está abrazado por dos 
cordilleras, la del Viento y la de los Andes. 
Por siempre: mirada marrón y alma de 
cordillera.
14
Soy Blanca Ofelia Demaría, hija de una 
mujer muy sacrificada y valiente y de un 
hombre con carisma político y amante de 
la construcción de casas. Ella se llamaba 
Blanca Amarillo y él Beto Demaría. Nací en 
Maciá, en Entre Ríos, y hasta los 25 años viví 
en una ciudad sobre siete colinas, besada por 
el hermoso río marrón del Paraná: mi bella 
Victoria.
Amé siempre escribir y aún permanece en mi 
lo bohemio y romántico.
Me formé como estudiante del Profesorado 
de Filosofía y Ciencias de la Educación, 
en la Abadía del Niño Dios de los monjes 
benedictinos. Me recibí el 10 de agosto de 
1989 en mi ciudad natal. 17 días viajé en 
tren hasta Zapala, y desde allí en ómnibus 
hasta Las Ovejas, pueblo cordillerano del 
Norte neuquino. Y aquí me quedé. 
Trabajé desde el 1 de setiembre de 1989, en 
la hermosa escuela EPEA N° 1, de Las Ovejas, 
hasta el año 2017, en que me jubilé. Tuve 
tres retoños ovejenses: Bianca, Emmanuel y 
Christian, cada uno con una hermosa hoja de 
ruta y una vida proyectada desde sus propios 
sueños.
Soy una mujer con la mirada del color del río 
Paraná y un alma de cordillera.
15
Aroma de tara y huilmo 
Ella silenciosa, 
con ese silencio que dialoga con
la mirada y las manos...
Ella empieza ese camino de
tramas,
con la urdimbre multicolor de los 
ocres y marrones; 
con esa voz añeja que 
susurra, que susurran aquellas
 enseñanzas de tejidos y tintes 
de huilmo y tara; 
plantas de por aquí,
de Las Ovejas, de tierra de cordillera, 
donde la alquimia se derrama...
Ella, dulce y añeja, 
guarda sus secretos de abuelas; 
de campos y estrellas, 
que entre las noches se escurrían 
en fogata de luna llena...
Ella tiene, en sus manos francas,
cicatrices del alma, algunas curadas,
otras que derraman lágrimas
cuando se anima a contarlas…
por ahí, entre calles de piedras
o entre sonidos de hilados de rueca a la madrugada...
ella me abraza por ahí, 
cuando su alma y la mía se encuentran, 
y amansa mis tempestades con sólo una mirada,
 ¡Ay, Carmen Rosa! Sos de esas almas que tendrían que ser 
eternas... 
16
Ella tiene la mirada de ocres y marrones de sus tintes y tejidos.
Ella tiene el aroma de tara, piche y huilmo...
A Carmen Rosa Alfaro, artesana de Las Ovejas.
Gracias por ser mi maestra.
Mujer...
En el camino de los andares de mujeres salvajes, 
que rebeldes vagan entre flores de Amancay y aromas de bosques 
de ñires...
suelen cruzarse seres que amansan la soledad sin domesticar su 
esencia, 
y pueblan de caricias y besos los exilios.
En el camino de los andares de mujeres salvajes,
que dulces beben el néctar de las tardes de deshielos, 
entre vegas y cordilleras, 
suelen cruzarse seres que desean distraerla de su tarea creadora y 
milagrosa. 
Es que, muchas veces, 
molesta a este mundo, extraviado del amor, 
 esa luz que emanan las miradas de alma trasparentes...
En el camino de los andares de mujeres salvajes, 
que a veces, con risas y cosquillas en la piel, 
andan descalzas por la hierba mansa, 
 y otras, con lágrimas en sus venas 
que curan dolores contemplando la luna buena, 
se cruzan con seres que dialogan con su alma, 
 sin palabras, silbando en sus labios melodías añejas, 
pintando besos de azahares y primavera, 
17
cual duendes con caricias de alquimias que todo lo sanan, 
entre huellas de milagros de manos blancas y puras...
En el camino de andares de mujeres salvajes, 
que degustan el silencio entre pinares
y distraen el cansancio, sentada en las piedras, 
con la mirada perdida en cielos estrellados, 
con la fugaz sensación del amor entre los labios,
sabiéndose finita y derrochando sensaciones en el ahora, 
sin demasiado planes, 
sólo saboreando lo que la vida le regala hoy...
En ese camino no todo se presenta claro, 
muchas veces es desconcierto,
muchas otras, senderos de desierto,
 pero ella sabe que llegarán buenos tiempos,
 y que los pies cansados descansarán pronto entre aguas 
transparentes, 
de esas cascadas en las que suele bañar las locuras de sueños...
Sabe que todo tiene un por qué y un para qué, 
aprendizajes y sabiduría,
si todo es parte de un gran aprendizaje.
18
19
Claudia Schmitt
Desde muy pequeña fui una apasionada de 
la lectura. Gracias a una abuela que me leía 
con infinita paciencia, aprendí a leer antes 
de comenzar la escuela y junto a ella vivía 
maravillosas historias.
Con mi otra abuela, me sumergí en otro 
mundo de aromas y sabores: la cocina. Sus 
manos mágicas despertaron mi pasión por la 
gastronomía.
Mi padre me inculcó el amor y respeto por 
los animales y la naturaleza. Y despertó mi 
avidez por los viajes. Por conocer distintos 
lugares y culturas. Me decía que viajar era 
una gran fuente de aprendizaje.
De mi madre heredé la apreciación de las 
artes. De allí mi inclinación a la fotografía.
Mientras crecía se fueron sumando a mi vida 
otras pasiones: la escritura como extensión 
de la lectura, la docencia como un medio de 
20
aprendizaje y de compartir experiencias.
Lo bueno es que pude hacer convivir todas 
ellas sin renunciar a ninguna.
Y desde hace 16 años, vivo en un antiguo 
sueño: Patagonia.
Este remoto lugar me brinda la belleza, la 
paz y la calidez que me rebalsa el alma. Sin 
lugar a dudas, disfruto al fin de mi lugar en 
el mundo.
Claudia Schmitt nació en la ciudad de 
Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina en 
mayo de 1955.
Desde la escuela, desarrolló un gran gusto por 
la lectura y la escritura. En todos los lugares 
que residió, realizó exposiciones, participó 
en publicaciones, obtuvo premios tanto en 
concursos literarios como fotográficos. 
En 2007 decidió hacer realidad un antiguo 
anhelo y radicarse en la Patagonia. Su 
elección fue la localidad de Las Ovejas en el 
norte neuquino, debido a su tranquilidad, 
sus paisajes maravillosos y su gente
En 2022 terminó de construir su restorán 
propio, Resthogar Casa Clau, donde hay una 
surtida biblioteca abierta a los clientes que 
concurren, uniendo así la gastronomía y la 
literatura.
21
Una tierra para el asombro
Su anatomía es sinuosa, áspera, rugosa,
su piel rojiza vestida de piedras y espinas.
El viento la moldea pacientemente
y la sed agrieta sus hondonadas.
Sus espacios son vastos. Su tiempo, remoto.
Las cordilleras abrazan ese noroeste esculpido 
en tierras del Neuquén.
Los coirones, como mares dorados,
se mecen con las ráfagas que los despeinan.
De vez en cuando una verticalidad
de álamos apretados,
anuncia la presencia humana.
Allí se cobijan los puestos
donde hombres y mujeres
de piel y espíritu curtidos,
crían sus hijos y el ganado
que cada temporada trasladan
a invernadas o veranadas
en busca de mejores pastos.
Son las familias pioneras
que poblaron la región
desafiando su clima
y su inhóspita geografía.
Que fueron fuente y origen
de las primeras poblacionesque hoy se desparraman
pequeñas y orgullosas
por valles y vegas.
Ríos, arroyos y vertientes
trazan sus derroteros
con aguas claras y frías
que agregan música
22
al silencio de las montañas.
Hay mundos diminutos
habitando esta porción
tan mágica de la Patagonia.
Es una tierra para el asombro
y el descubrimiento.
No es fácil.
Pero su magnificencia
es un imán que no deja
lugar a la indiferencia.
Es una tierra que se hace dueña
de quién la vea a la cara.
Que vibra con pulso propio.
Una tierra para el esfuerzo,
la solidaridad y la osadía.
Para vivirla, sentirla.
Para dejarse atrapar por ella
sin desoír su llamado.
23
Espejos
En la superficie de los espejos de mi casa veo un rostro que no es 
el conocido, pero que, a mi pesar, percibo como propio. El tiempo 
ha tallado curiosas transformaciones. Cada mañana las descubro.
 La piel ya no es tersa, estallan pequeñas arrugas en los extremos 
de los ojos y la boca. Son marcas construidas por muchas risas. 
Algunos lunares y pecas imponen una geografía colorida, donde 
antes solo había un tono parejo dorado de tantos soles. 
El cabello se ha afinado, las canas se entremezclan con el rubio y los 
rizos se han liberado con mayor rebeldía. 
La barbilla y el cuello han adquirido líneas suaves, redondeadas, y 
la sonrisa está más instalada. 
La espalda no es tan recta y el cuerpo no tan flexible. Algunas zonas 
comienzan a perder batalla con la gravedad y pequeñas venitas 
azules se empecinan en asomarse por las piernas.
Las manos demuestran sus esfuerzos. Son manos que han hecho 
mucho, que han tocado, asido, recorrido, sostenido, mimado, 
protegido, trabajado, creado. Y las huellas expuestas en ellas lo 
demuestran. Manos que se han endurecido, curtido, sin perder su 
tendencia a la caricia y su negación a la quietud. No son manos 
vacías.
Los ojos se “achinaron” con el peso de párpados que han perdido 
elasticidad a fuerza de tanta lectura, de tanta observación. El brillo 
y el blanco de la mirada… ya no ostentan ni tanto brillo, ni tanta 
blancura, aunque la profundidad es más insondable y secreta. La 
expresión adquirió una nueva calma. La ansiedad dejó paso a una 
serenidad de agua mansa. Ya no hay rastros de exaltación. Hay 
remanso. Hay paz. Hay una cierta claridad.
Pero si persisto en ver más allá de la superficie, descubro que esos 
espejos tienen dos caras. La segunda es menos perceptible, refleja lo 
más profundo. Ya no el envase, sino el contenido.
Y allí descubro un rostro del que no se ha escurrido la energía. Veo 
un cuerpo que aún no teme a las batallas a pesar de todo. Veo una 
24
mirada desbordada de sueños por cumplir. Una piel ansiosa de más 
soles y caricias. Veo unas manos ávidas de hacer y construir. 
En esos espejos veo un espíritu que necesita entrega, que transgrede 
límites, que desconoce el cansancio y reniega del “no puedo”. Veo 
una sonrisa a puertas abiertas. Una mente ávida, con adicción al 
aprendizaje.
Cada mañana, si me tomo el tiempo de escrutar con la mirada, me 
muestran a alguien que se levanta a un desafío nuevo. Me muestran 
todo aquello que solo se ve con el corazón. Son los espejos que 
escudriñan lo abisal, lo que persiste en seguir alojado debajo de una 
mera piel que se va deteriorando.
Veo proyectos, veo sueños, veo deseo, veo ilusiones, veo sentimientos 
secretos de adolescente, veo una niña lúdica agazapada detrás de un 
recuerdo, veo ganas de empezar. Empezar nuevos emprendimientos 
sin medir el tiempo. Redescubrir aquello que se pasó por alto. 
Revivir momentos. Sembrar y esperar la cosecha como si los días 
estuvieran quietos, como si no se hubieran ido venciendo plazos.
En los espejos de mi casa veo una niña, una joven con la sangre 
efervescente y llena de anhelos, una mujer consecuente con sus 
convicciones… que como por una ironía, está vestida con ropajes 
desgastados por el tiempo. 
En los espejos de mi casa veo que no condice lo que veo. Por fuera 
los años dejaron huella y por dentro la vida sigue siendo una fiesta.
25
Claudio Rafael 
Calin Alonso
Escribo, por eso vivo
porque la vida es un viaje
escribo… y mis sentimientos
son parte del equipaje.
Chos Malal tan especial
tan mágico, tan profundo
no lo cambiaría por nada:
es mi lugar en el mundo.
La inspiración... ese instante
que te lleva a imaginar,
a recorrer las distancias 
porque escribir... es volar.
26
Claudio Rafael Calin Alonso nació en Los 
Menucos, hoy Villa del Curi Leuvu, desde niño 
criado en Chos Malal. Trabajó 18 años como 
docente de primaria para luego dedicarse a la 
cría de animales por pasión, por convicción y 
por tradición familiar.
Escribe en versos para contar vivencias, rendir 
homenajes, por placer y por sentimiento.
27
El último arreo
Está triste el Cerro Negro por esto que sucedió,
lo vio en la primavera cuando arreó a la veranada y lo esperaba en 
otoño… pero Chuma no volvió.
La gélida ferraina
te tendió una trampa helada de escarchilla, viento blanco y 
temperaturas bajas;
quizá que lo presentías y no pudiste esquivarla.
El caballo y los perros nobleza incondicional, fieles compañeros 
tuyos no te aflojaron jamás
y se murieron con vos
al pie del Volcán Domuyo.
Tus chivas y tus vaquitas eran tu mayor desvelo
y queriendo protegerlas fuiste silbando bajito
y las arreaste despacio para los campos del cielo.
Chuma Sura, criancero, de poncho y de rodilleras
cada vez que un trashumante eche su piño a la huella,
tu espíritu campesino rondará en la cordillera.
Escrito en homenaje a Tomás ¨Chuma¨ Sura, fallecido 
trágicamente mientras volvía de la veranada en abril de 2022 y 
dedicado a todos los crianceros trashumantes del norte neuquino.
 
 
28
Para Sandra
Vos que le cantaste al río, al viento, a la tierra, al sol…
hoy partiste en un viaje
a cantarle al Tata Dios…
Vos que el día de tu muerte no querías que haya llanto
transitarás un camino
lleno de flores del campo.
Vos que un día decidiste cantarle al Pueblo Mapuche
empuñaste la guitarra
pa’ que tu canto se escuche.
Vos que dejaste la Mapu para ir con Nguenechén
merecés volar bien alto
Sandra… que te vaya bien.
A la memoria de Sandra Núñez, cantora popular del Norte 
Neuquino 
29
Cóndor andino
Inmenso cóndor andino admiro tu calmo vuelo,
centinela en las alturas vos sos el rey de los cielos.
Morás en las altas cumbres patrullás la cordillera
cuando desplegás tus alas se asemeja una bandera.
Me gustaría planear como vos con tu simpleza
y observar desde allá arriba la bella naturaleza.
Si volviera en otra vida quiero elegir mi destino
dame Dios el privilegio de ser un cóndor andino.
30
El llano
La Cordillera del Viento 
tiene magia, tiene encanto.
.La nieve de los inviernos
la cubre de un manto blanco.
El verde de primavera
por todos lados brotando
y las aguas cristalinas
que riegan cada verano
para esperar al otoño
multicolor y soleado.
Me emociona la bandera
en lo más alto flameando
en el Llano Trahun Hue:
“lugar de encuentro” soñado.
Quiero sentir en el rostro
al viento que me acaricia
quiero irme con un piño
correteando en una brisa.
Al recorrer los senderos 
hago un alto en el camino 
y me emociono diciendo: 
¡bello, mi norte neuquino!
31
Darlin Bravo
Huingan-Có, pueblo ubicado en el bello Norte 
Neuquino, cercado por la Cordillera del viento 
y al pie del cerro Corona que majestuosamente 
se viste de blanco en invierno y nos regala 
una postal maravillosa.
Sus primeros pobladores se dedicaron a 
plantar pinos en todos los rincones, hasta en 
los más ocultos de las montañas, pintando 
así una inmensa alfombra verde que nos 
hace respirar profundo cada vez que nuestra 
mirada se hace infinita.
Huingan-Có, jardín del Neuquén, tierra de 
gente cálida y amable que invita a sentirse en 
casa, aunque venga de muy lejos.
Tierra regada por arroyos que serpentean 
hasta desembocar en el temperamental Río 
Neuquén y que se viste de muchos colores 
32
según la estación.
Tierra de gente trabajadora que luchó y lucha 
por una comunidad que haga realidad sus 
sueños, por un lugar donde vivir sea una 
aventura ypermita que cada vecino encuentre 
un espacio para desarrollar su talento.
Tierra, Huingan-Có, mi tierra.
Darlin Bravo es una joven intrépida, 
aguerrida, artista de la vida. Comenzó a 
escribir como una forma de canalizar la 
tristeza, poner en palabras emociones y 
descifrar pensamientos. Desde entonces, 
transforma sus duelos y vivencias en arte, 
poemas y colores. “Pienso que el duelo es 
todo el amor que me faltó por dar y que, de 
alguna manera, lo que tengo que plasmar"
33
Te busco en todas partes
Te busco en cada rincón 
de la casa, te busco 
en los atardeceres cálidos,
en el sonido de los árboles,
en la belleza de las mariposas,
te busco en las calles del pueblo 
por donde caminábamos juntas,
te busco en todas partes.
Te busco en los latidos de mi corazón,
en el brillo de las estrellas,
en los poemas de amor,
te busco en la cama 
mirando para el costado 
recordando 
cada despertar a tu lado,
te busco en todas partes. Te busco
en el calor del sol, en el silencio de las noches,
en el olor de las flores,
te busco en mis recuerdos más felices, 
donde todavía puedo 
escuchar tu risa,
te busco en todas partes,
y en todas partes, 
te encuentro.
En el fondo del río
Siento que estoy en fondo del río, abrazando mis rodillas,
escuchando inaudible las voces de la superficie que me hablan, 
pero no me dicen nada.
No quiero escuchar más palabras de consuelo, quiero estar en 
34
silencio con el dolor,
y habitar mi alma en soledad.
 
Ángel(a)
Anoche soñé que todo era un sueño que nunca te habías ido.
Volvía a tu encuentro
mi corazón se expandía de felicidad mis ojos se llenaron de 
lágrimas.
Te extrañaba tanto.
Cuando me desperté
fue como caer de nuevo en la realidad con el doble de dolor.
Mi corazón se entristeció
mis ojos se llenaron de lágrimas. Te extraño tanto.
Vulnerable
Hoy me ha costado estar en pie 
tengo que confesarlo.
Pero más me cuesta eso, poder aceptarlo.
Que no siempre tengo 
una fuerza admirable.
Que a veces, en la soledad, 
soy vulnerable.
35
Dorila Pereyra
Chos Malal, primera capital del Neuquén, 
significa Corral Amarillo en lengua mapuche. 
Tierra de buenos vinos, de gente sencilla.
Chos Malal, la que guarda en sus entrañas 
algunas tonadas y cuecas de las grandes 
trillas y encuentros familiares Chos Malal 
rodeada de dos hermosos ríos, cuna de Don 
Gregorio Álvarez primer médico Neuquino.
Chos Malal, puerta hacia el Norte del Neuquén 
donde las agrestes montañas se visten de 
nieve en los duros inviernos y hacen burbujear 
las cascadas de aguas transparente en los 
calurosos veranos.
Chos Malal, centro de la ruta cuarenta, la 
que celosamente deja dormir su historia en el 
viejo torreón emblema de su tierra y su gente.
36
Dorila Pereyra nació en Chos Malal el día 15 
de diciembre de 1956. Trabajó como empleada 
municipal por 27años en la biblioteca Manuel 
José Olascoaga. 
Actualmente integra el Café literario Historias 
en un sorbo de café.
37
Cordillera del viento
Cordillera del viento, nevada y fría
En el Norte Neuquino clavada estás
Alzando los colores de mi bandera
Agitando en lo alto, la libertad
Cordillera del viento, sol del invierno
Tropa petrificada de San Martín
Al igual que Belgrano, allá en lo alto,
El cielo y la nieve te vieron parir
A mitad de la huella vino a postrarse
El Hito que orgulloso te hace flamear
Patagonia Argentina, ruta cuarenta,
Patria, Bandera y Gloria, mi Chos Malal
Cordillera del viento, blanca y radiante
El celeste del cielo, manto nupcial
Luciendo tus colores está la virgen
Reina y señora de este lugar
Cordillera del viento, nevada y fría
Donde la luna brilla en soledad
Centinela es el cóndor, de las batallas
Y duerme en tus entrañas la Libertad.
38
Hermana perdida
Hermana perdida de tiempos remotos,
Donde el frío esconde tu historia real,
Es el sol sureño que alumbra tu tierra
Es luna argentina, que brilla en tu mar.
Hermana perdida, puñado de islas
Donde el viento silva, un tango quizás,
Pintando en el cielo, bandera argentina
Gritando Malvinas, los muertos están.
Mirando las olas en soledad vives,
Soñando que un día aquí volverás;
Los que allí quedaron, por ir a buscarte
Son hijos y hermanos de la libertad.
Hermana perdida, aguas turbulentas
De aquí te llevaron sin decir por qué;
Ese continente de nubes borrosas
Escribe Malvinas, en idioma inglés.
Hermana perdida, aquí te esperamos
Con fe y esperanza, sembrando la Paz;
Como escarapela, prendida en el pecho,
En cada argentino, Malvinas estás.
39
La última carta
Entre el fuego de cañones,
Bajo el cielo de Malvinas
Escribió una carta a su madre dirigida:
En Malvinas no hay luna
Madre, hace mucho frío…
Tiembla mí pecho, mis piernas
Pero tú estás conmigo;
El frío no me acobarda,
No me asusta el enemigo.
Estoy aquí por las islas
Islas de los Argentinos.
El fuego de los cañones
Nos arrastra hacia el mar.
Madre, Padre, Hermanos míos
no me vayan a llorar,
Yo le juré a mí bandera
que en Malvinas flameará…
Con una bala en el pecho
el soldado se durmió
Juró a la Patria su vida…
Y sus 19 años
en Malvinas enterró.
40
41
Ester Gutiérrez
Huingan-có es un hermoso pueblo de 
cordillera del norte neuquino. Un lugar que 
cautiva por su belleza paisajística, su historia, 
sus tradiciones y su cultura.
Se encuentra rodeado de montañas, donde 
destaca el Cerro La Corona. Desde allí, el 
agua cristalina del arroyo Huingan-Có baja 
hasta llegar al río Neuquén. 
El manto verde de los pinos y tantas otras 
variedades de árboles y flores dan a este 
pueblo un paisaje soñado en cada estación 
del año. La madre naturaleza dejó su magia 
en el Jardín del Neuquén. Una magia que 
puede tomar forma de palabra, de poesía, que 
puede transmitir sentimientos, sensaciones, 
historia, cultura. En definitiva, generar y 
contagiar el amor por nuestra tierra.
42
Elisa Ester Gutiérrez es nativa de Huingan-
Có. Docente de nivel inicial jubilada, ejerció 
como maestra jardinera durante 32 años 
en el jardín anexo de la Escuela N° 76 de 
Huingan-Có. Concejal y luego intendenta 
en el Municipio local entre 1999 y 2003. 
Artesana con espíritu ambiental. Recicla y 
reutiliza diversos materiales. Recopiladora 
de historias y tradiciones culturales del 
norte neuquino. Escritora aficionada de 
cuentos, leyendas, obras de teatro y poesía. 
Estos poemas forman parte del libro inédito 
llamado Estampas de una cultura en versos. 
Se ha impreso caseramente para llevar a las 
escuelas de la localidad, programas de radio 
y talleres.
43
Norte neuquino
La cultura de este Norte... Aquí, en la tierra neuquina,
¡tiene tan bellos matices que al viajero maravillan!
Se ha nutrido en su raíz
de una herencia trasandina, y aún conserva en su esencia 
costumbres de Araucanía.
Con una historia de luchas, sacrificios y pesares.
Ha crecido lentamente... aunque siempre ha sido grande.
El tiempo talló en los rostros de los viejos pobladores,
los secretos de una historia que no cuentan los autores.
El paisaje de este Norte requiere un párrafo aparte;
¡cuesta expresar en palabras la belleza de sus valles!
La Cordillera del Viento marcando su territorio,
y un centinela de fuego:
el Domuyo, ¡majestuoso!
Montañas, cerros, lagunas, ríos, arroyos, cañadas...
gamas de verdes y ocres en una postal soñada.
 
Y en este Norte Neuquino, con una mística pura,
hoy se ha forjado un presente siendo un crisol de culturas.
Gente de muchas provincias, han adoptado este suelo.
Tal vez porque aquí han logrado que se concreten sus sueños.
Tierra del Norte Neuquino, cuna de mitos e historias.
Estampas de una cultura que perdura en la memoria.
44
Huingan-có
Un pueblo de cordillera, aquí en el Norte Neuquino.
Rodeado por las montañas y acompañado de un río.
Un bello nombre encontró en sus sellos naturales,
cursos de agua cristalina, verde manto de huinganes.
¿Cómo se habrán enterado en países tan lejanos,
de la riqueza que había
en los cerros de Huingan-Có?
Llegaron buscando oro y por aquí se instalaron,
en minas y lavaderos muchos años trabajaron.
 
Y, para darle un lugar
a sus nuevos habitantes,fue perdiendo su madera
y cambiando su paisaje.
Entonces, la madre tierra,
 ocultó hábil sus vetas
y se detuvo de golpe 
la gran tarea minera.
Muchas familias partieron en busca de nueva vida.
Otras tantas se quedaron con la esperanza encendida.
Y, tal vez por el misterio de inconsciente colectivo,
encontraron otro rumbo para seguir su camino.
Y fue... la forestación y el trabajo de su gente
que devolvió a las laderas el hermoso manto verde.
En distintas estaciones, resplandecen sus colores.
¡Es el Jardín del Neuquén un bello pueblo del Norte!
45
Cipres de la cordillera
¡Ciprés de la Cordillera un testigo silencioso!
¡Centinela de los cerros, el más antiguo de todos!
 
Quisiera poder entrar en tu sabia milenaria, y así tal vez
conocer lo que tu memoria guarda.
Nutrirme por tu raíz
de la esencia de la tierra y conocer el milagro,
que Dios dejó en tu presencia.
Por cuantos siglos, el sol te acarició con sus rayos.
Por cuantos siglos al viento tus semillas fuiste dando.
¿Será que es esa cañada, la “Cañada de Molina”,
la cuna que te dio origen
y ahí quedó tu familia?
Ciprés, de tu cordillera has recibido el secreto,
que te hace vivir unido a las rocas y los cerros.
Ciprés, de belleza pura
que albergas en tus entrañas la historia de nuestro norte,
que palpita con tu sabia.
46
Los abuelos
¡Qué talento el del artista con la paleta del tiempo!
que va pintando la vida en los rostros y en los cuerpos. 
Divino poder que puede, ir transformando en silencio, 
mientras cada pincelada deja intactos los recuerdos.
 
Las líneas que van quedando dan idea del esfuerzo, 
y las llamamos arrugas de la vejez sin remedio.
En una pasada deja… hebras de plata en el pelo, 
para reflejar las lunas que han vivido en este suelo.
Luego transforma el andar, un poco torpe y más lento,
también encorva la espalda como reverencia al cielo; 
y en las manos, un temblor que dejaron tantos miedos 
de sólo andar por la vida en esto de estar viviendo.
¡Qué talento el del artista con la paleta del tiempo! 
Que, mezclando los colores, va renovando los sueños.
Y junta las ilusiones, las esperanzas y anhelos
cubriéndolas con un tinte de resignación… eterno.
Puede dejar en el lienzo esa gama de recuerdos
que afloran a la memoria en una historia o un cuento. 
Y pincelar los sonidos para hacer suaves palabras, 
plenas de sabiduría por la experiencia lograda.
Un pincel que solo puede manejar el gran Dios bueno
para pintar las sonrisas más puras que conocemos.
Único pincel que puede dejar ese brillo tierno,
en los ojos de los seres que hoy llamamos ¡Abuelos!
47
Fabián Canale
En esta zona postergada del norte neuquino, 
con un poco de impotencia vemos que 
nuestro crecimiento es lento en cuestiones 
de salud, obras y educación. Eso hace que 
los jóvenes deban irse a estudiar a otras 
ciudades. Con el correr del tiempo, y una vez 
recibidos, difícilmente vuelven a Chos Malal 
para ejercer su profesión. A ellos se refiere mi 
poema Estudiante.
48
Mi nombre es Fabián Enrique Canale, de 
padres chosmalenses nacido en Neuquén 
capital y criado en Chos Malal. Comencé a 
escribir de grande, y también a interesarme por 
la pintura. En junio del 2021 pude presentar, 
en el Centro Cultural de Chos Malal, una 
muestra de pintura y la presentación del 
libro Cosas del Amor, que fue publicado por 
la editorial Autores Argentinos.
49
Estudiante
Si algún día decides
Si volverte o quedarte
Déjame que te ayude
Déjame que te cuente
Que el Mayal sigue intacto
Con sus cumbres nevadas
Con sus flores silvestres
Con sus frescas aguadas
Déjame que te diga
Que los ríos te esperan
Que las noches tranquilas
Y las calles oscuras
No se olvidan de tu alma
Y te piden que vuelvas
Déjame recordarte
De tus buenos amigos
De aquellas travesuras
De aquélla, tu gomera
Y las tardes de fútbol 
de una esquina cualquiera
No quieren que te quedes
Y tu pueblo te espera
Yo también quiero verte
Ya todo un doctorcito
Por eso no lo dudes
Por eso te recuerdo
50
Que siguen siendo lindas
Esas calles de tierra
Volverte no lo dudes
Que Chos Malal te espera
Perdiéndote
Mañana de otoño
Los árboles se mueven en sus copas
Con el verde claro y oscuro
Los cerros con matices amarillos
Van envolviendo el paisaje de mi ventana
Y en mi mente
Simplemente tu imagen
Clara y nítida
Pero lejos, muy lejos de mí
Y las hojas que caen
Y el silencio que mira
Como pasa el tiempo de nosotros
Pero lejos, muy lejos de mí.
51
Héctor Agüero
Nací en el ‘70 en una villa miseria de Buenos 
Aires, hijo número ocho de inmigrantes 
campesinos de las tierras guaraníes del 
Paraguay. Me fui criando en una urbe de la 
que siempre quise salir corriendo, no sabía 
dónde, no tenía cómo… pero anhelaba tanto 
conocer las montañas que la vida sola se 
encargó de ponerme en esta tierra hermosa 
que trataré de contarles.
Es esbelta esta tierra, lo supe desde que la 
conocí, ella curó mis heridas de patria y de 
esperanza, ella forjó una vida y me regaló una 
familia.
Embruja esta tierra, se te mete despacio entre 
los poros empezando siempre por la mirada, 
te muestra las montañas, guardianes de 
antaño, allá en el cielo, a veces nevadas.
Y te enamora entre viento y ríos, entre tierra 
52
y bardas, entre campo y ciudad se te va 
metiendo lentamente en la mirada.
Y te va contando historias de ancestrales 
tiempos, de los pueblos de la tierra y de los 
criollos que llegaron, de las luchas bravas 
que aquí se gestaron.
A veces te cuenta de los que perdieron y a 
veces te cuenta de los que vencieron.
En el Norte siempre es algo distinto, de 
ancestral belleza siempre se muestra, de 
costumbres viejas su historia te cuenta, 
festejando siempre con algo de cueca.
En las fiestas nuestras que son santas se 
relatan historias combinadas con el tiempo
Se fueron mesclando las formas aquellas de 
celebrar la vida según las creencias y se fue 
gestando una cultura intensa de hacer la vida 
de una forma nuestra.
En el norte los piños de chivas cada vez son 
menos, la juventud se marcha a la ciudad 
con sueños 
Y los arreos quedan mendigando caminos, 
antiguas huellas cerradas de alambre.
Del Neuquén fue cuna el Norte y el viento 
talló la historia con bravura, de montañas 
altas descendió la cultura corriendo por su 
ríos y el agua cantarina calmó la sed de las 
personas de variados lugares que buscaban 
aquí una mejor vida.
Llegué a Chos Malal en el año abril del 
2002 escapando de un complejo Buenos 
Aires que me expulsaba a partir de la crisis 
53
del 2001, apostaba nuevamente a una 
nueva vida, llegamos mi compañera y yo a 
comenzar de nuevo y aquí nos quedamos 
como comerciantes hasta que fui estudiando 
y me recibí de Economista Social y luego 
Profesor de Música, desde el 2008 transito 
las Escuelas del Norte del Neuquén donde 
seguí aprendiendo de los niños y niñas 
que se cruzaron en mi camino, soy amante 
de las palabras y a veces se me ocurre 
juntarlas escribiéndolas o narrándolas, me 
agrada mucho trabajar la madera y revisar 
los paisajes y sus costumbre, escuchar las 
historias que cuenta la gente y tratar de 
contarlas cuando se puede.
Chos Malal me ha dado dos hermosos hijos 
neuquinos y de pura cepa.
Héctor Agüero es poeta y narrador de 
cuentos e historias de la localidad de Chos 
Malal. Ejerce la docencia en el área de Música. 
Escribe hace más de 30 años.
54
El viento a escondidas
Era una tarde cualquiera en el momento justo que comenzó a 
corretear,
inquieto viaja en el aire y no sabe bien a dónde irá a parar.
Cantaba mientras se movía, pero se hacía difícil escuchar,
hablaba de tierras extrañas donde estuvo antes de venir para acá.
Traía consigo tierra, algunas hojitas y pelusas de allá,
marcaba surcos pequeños al paso que daba: parecía dibujar.
Estelas pintaba en el aire con marrones de tierras de otro lugar,
Las piedras regalaban surcos de caricias de un milenio atrás.
Así contaba la historia un viejo del pueblo llamado Chos Malal.
Contó entre mates un cuento que me animo hoy a relatar;
me dijo, entre cedrón y poleo, acerca de un tiempo que no supodatar.
Bisabuela de abuela muy vieja relataba palabras del ancestro corral,
una noche que la luna brillaba y las estrellas, muy altas, parecían 
estar
tan cerquita unas de otras como fueguitos que ardían allá.
Esa noche se bajó de aquel cielo brillante el mismísimo viento que 
quería jugar;
él traía tierrita pegada en su cuerpo de aire, para hacerse mirar.
Se prendieron el rocío nocturno, las estrellas brillantes y la luna 
ancestral,
se apagó como en cuarto menguante para jugar escondidas y no la 
puedan hallar.
Las estrellas le bajaron al brillo y la noche, oscurita, ideal para 
jugar.
Hasta 100 les contó la cigarra y los seres se fueron por allí a 
ocultar.
La luna se escondió allá en el cielo, atrás de una pequeña nube que 
la supo ocultar,
pero justo era nube de amores y en poquitos instantes la quiso 
conquistar
55
mientras ella se tapaba la cara para evitar que la vean… ¡la quiso 
besar!
La luna, alertada por los labios de nube, pegó un salto muy 
grande; cigarra la alcanzó a librar.
Las estrellas no entendieron el juego y casi todas juntas se 
escondieron allá
y cigarra, muy buena jugadora, una a una las pudo encontrar:
¡Piedra libre, Osas, hermanas, la mayor detrás de la osa más 
pequeña está!
Y las Tres Marías bien libradas están.
El rocío, con sus pasos mojados, fue muy fácil de hallar;
en jarillas se había quedado, enredando sus gotas y no pudo 
avanzar…
¡Piedra libre! En gotitas pequeñas la cigarra supo esa noche cantar.
Pero el viento, jugador muy bueno, en un soplo de tierra voló para 
allá,
bien atrás de hermosa montaña, una que llaman el rocoso Mayal.
Vio coirones y vertientes pequeñas, toditas bajaban y lo miraban 
estar,
Quietecito, y eso era extraño, porque era el viento que siempre 
inquieto está.
Y se tapaba con las piedras pequeñas para que la cigarra no lo 
pueda encontrar
Y se tapó tanto ese gueñe que cigarra nunca jamás lo pudo hallar.
Pasaron los días, y semanas también, y jugador de los buenos el 
viento no quería parar de jugar.
Pasaron estrellas y las lunas toditas y seguía guardado tras del 
mayal
y parece que el sueño atrapó a esos aires y durmió una siesta de no 
sé cuántos días allá.
Hasta que un día, el abuelo del piche, que bajaba del cerro, lo vio 
durmiendo al pasar
y le habló en idioma de piche; y, como el viento era viejo, lo supo 
escuchar.
56
Allí charlaron de un montón de cosas y el viento pensó: -tengo 
que regresar-
y miró de allí para abajo y olvidó su camino para el Chos Malal.
Y anduvo recorriendo ese cerro buscando las huellas de su paso 
anterior
y buscaba, olvidado del juego, y no sabía el camino que debía 
tomar.
Preguntó al arroyo pequeño, que bajaba tranquilo en aquel lugar,
pero justo encontró una curva que en pendiente empinada estaba 
allá.
Y bajó la agüita, tan rápido, que la respuesta que dijo no la pudo 
escuchar.
Ya el piche se había marchado y preguntó a las piedras que 
habitan allá,
pero éstas dormían la siesta y por más que soplaba no lograba 
despertar.
El viento se perdió en la montaña y por más que intentara no 
podía encontrar
el camino que había tomado para llegar a ese lugar.
No sabía qué le pasaba si desde hace mucho recorría el lugar,
pero bueno, se quedó entristecido, y sopló un poco fuerte de 
enojado nomás.
Fue entonces, que se dice, que de tan enojado se puso a llorar,
y su llanto bajó por las nubes que vinieron a ver cómo estaba el 
viento allá.
Sus amigas le prestaron las lágrimas, y en tristeza de viento 
comenzó a lloviznar,
y las gotas le limpiaron la tierra para ayudarlo a encontrar 
el lugar donde estaba oculto el camino para volver a los pagos de 
Chos Malal.
57
Héctor Ordóñez
En la altura que domina el valle 
Sus pies de piedra 
Los baña un intrépido Curi Leuvú 
Mira a la Cordillera de los Pehuenches 
Al Caicayén donde mora Ngenechén 
Supuesta celda oscura de Purrán 
A las estrellas mira, al por venir 
Tolderías dieron paso a huertas 
Canales y campanas 
Teodolitos 
Cambios de lenguas 
Petroglifos alumbran secretos 
Telares que hablan sin palabras…
La infancia guarda acá secretos
Amores a la hora de la siesta 
Pectorales de plata utopías de oro 
Puntas de flechas y chaquiras 
Caracoles de piedra 
Minerales leyendas 
Ésa es la base del cerrito 
58
Sumatoria de sueños 
De la mano al alcance…
A donde llegue la imaginación. 
Héctor Ordóñez nació y reside en Chos 
Malal (Neuquén), luego de vivir en Paraguay 
y Mendoza.
Poeta y periodista, dirigió emisoras de radio 
en Neuquén capital y Chos Malal. Publicó 
“Aquel que supo” (Narvaja editor, 1991 y 
último reino 2010), “El diario del desierto” 
(Último Reino, 2006), “La hoja de papel” 
(Municipalidad de Neuquén, 2009), “Trip 
ti co/ casi haikus” (Doble Zeta, 2015), “La 
lengua como máscara” (Narvaja Editor, 2016) 
y “el libro de los sueños” (espacio Hudson, 
2017, en coedición con la legislatura de 
Neuquén).
59
Alejandro de los páramos
a Finzi, maestro y amigo
Rigor y entrega forjan su horizonte
Lo habitan extraños olvidados en el apuro de la fuga
Cada rincón de ese territorio es un país generoso
Que aguarda a los poetas y a los locos 
Con el destino baleado
En la palma de su mano las almas esperan amparo
Rescate a la incomprensión del poder arbitrario
El momento de volver a la acción
Al drama del origen
Interrogante que da sentido a la vida
En la arena donde agoniza la certeza
Su aventura encarna sueños en la soledad del páramo
Tecla a tecla les otorga palabra 
Para decir como la vez primera
60
Del olvido
La cama sola
Es fría en intemperie 
Alumbra un fuego
 Enciende la oscuridad 
 Disipa sin culpa 
Está… 
La soledad es testigo
Y arde
No creí
En esa palabra no creí 
Hasta que tu boca 
La volvió Cierta 
Por la orilla del mar 
Bajo un cielo azul 
Un soplo eriza la piel
Enamorado vuelvo a creer
Pero tú no estás 
El camino resulta solitario 
61
Marisa Antiñir
Las Ovejas, pueblo del norte neuquino, que 
piensa y siente la responsabilidad de ser 
auténticamente dueños del lugar, con ese 
amor que se parece al de los padres, de los 
hijos y los abuelos, con ese afán de querer 
crecer confiados en el futuro, con esa mirada 
que descansa en un horizonte posible para 
todos los que están y los que vendrán. Es 
tierra generosa de trabajadores empecinados 
que insisten en hacerlo grande desde el 
esfuerzo de todos los días, abriendo caminos, 
fronteras, puentes que unen y multiplican.
Las Ovejas es una estrella que brilla en un 
cielo para todos.
Las Ovejas, capital de la cueca neuquina, 
tierra de Las cuatro banderas. 
Donde los poetas se inspiran a plasmar en 
papel los sueños y realidades de los venidos y 
quedados y de los nacidos y criados.
62
Marisa Eliana Antiñir. Nacida en Neuquén 
capital, pasó infancia, adolescencia y 
juventud en Andacollo. Hace 27 años vive en 
Las Ovejas, casada, madre de Pablo, Simón, 
Yojhan, Dina, Ibrajhim y Alma. Abuela de 
Sayen y Farah. 
Locutora local, fue Secretaria de Cultura, 
Concejal, Presidente del Honorable Concejo 
Deliberante y actual Intendente de la 
Municipalidad de Las Ovejas. 
Ella cree que escribir es reflejar los 
sentimientos que nacen del corazón. 
63
Magia 
Divulga los sueños
de la magia perdida.
El llanto sutil
de la bella dama.
Buscaba una flor,
encontró una espina.
Solloza cansada,
sin lograr huir
de la margen del río
que la hace sufrir.
No corras, pequeña,
no, no digas palabra.
Que el zumbido del viento
borrará tu pena.
Regocijo
Era el regreso,
el cielo inmenso,
majestuoso.
El corazón inflado
y el alma regocijada.
Un pequeño niño de pueblo
convertido en hombre.
Recibiendo los logros 
de su esfuerzo,
de sus esperanzas y sueños. 
Las palabras sobran
cuando los corazones 
se convierten en uno.
a mi hijo Pepe
64
Ciclos
Me di cuenta
de que no se puede forzar el destino.
No se le piden peras al olmo,
pero siempre está 
esa esperanza
que dará su fruto. 
No busqué nada más
que eso,
la paz interior.
La vida se inclina,
el ciclo se cierra,
la noche se acaba
y el sol…
está por aparecer.
Buscando el amor
Buscando el amor
queno das.
No es ficticio,
no es real,
es ese amor puro,
amor irreal.
El amor de niño,
amor de hijo,
amor de padres,
amor de amigos.
No busco más allá del sol,
Busco…
ese amor irreal,
65
que sueña
con las letras puras
que se escriben en algodón.
Sonríe una vez,
y verás qué bien te ves.
Porque siempre ahí están
los que buscan tesoros
donde las piedras preciosas
ya han dejado de brillar.
Amor perdido
El amor perdido
no sabe el lugar.
No busca en el tiempo 
y logra avanzar.
Borra momentos,
encuentra las sombras.
Imagina añares 
de soledad,
pero lo que no sabe 
que perdido
su amor no está.
Ojo turco
La luz irradia sus ojos,
el sol alumbra su ser.
Era todo azul, 
pura protección. 
Lugares de ensueños
busqué visitar. 
66
Será Cappadoccia
O no sé qué será. 
Regala pulseras 
regala amor
búscale sentido 
a tu corazón.
Encuentra el destino 
no divagues más 
no pienses en el mañana 
Si hoy no puedes lograr 
el poder de visibilizar 
todo lo que sientes, 
todo lo que serás. 
No permitas que se rompa, 
cuídalo una vez más. 
Demuestra lo que eres
y de lo que sos capaz.
Sentimientos
Siento el galope
del marchar de sus pasos,
lo vi radiante,
lo vi ejemplar,
deslumbrando todo a su pasar.
Seré aquél que siempre
ama los caballos.
Por su estirpe,
por la inteligencia,
y porque siempre
habrá un relincho 
en mi corazón.
para Damián
67
Miguel Sprumont
Vivo en el Norte Neuquino. En Andacollo y 
Los Carrizos. Vivir y andar por estos lugares 
es muy particular. Podríamos decir que cada 
pueblo, cada paraje, cada puesto es un poco 
nuestra casa. Siempre hay un lugar donde 
parar, charlar, tomar unos mates…
En el norte neuquino conviven perfectamente 
lo moderno y lo ancestral. Una ruta de asfalto, 
un tendido eléctrico, un vehículo nuevo, con 
la trashumancia, los arreos, los senderos 
milenarios, los paisajes casi no tocados por 
la mano del hombre. El ladrillo con el adobe, 
la chapa y los techos de carrizo.
Alguna vez nos enseñaron que la Cordillera 
era lo que separaba nuestro país de Chile. 
Pero recorriendo estos caminos sentimos lo 
lejos que está esa frase de la realidad. La 
Cordillera es un puente que ha unido durante 
toda la historia diferentes culturas, que tal 
68
vez sean la misma.
El norte neuquino es un diamante. Y sólo 
quienes se adentran en estos lugares pueden 
ver su brillo, que ilumina los ojos y el alma…
Miguel Sprumont es músico, escritor y 
docente nacido en San Antonio de Padua 
en 1967, y que vive desde 1990 en el Norte 
Neuquino, llegando como maestro a la Escuela 
de Manzano Amargo y radicado actualmente 
en Andacollo y Villa del Nahueve.
Es cantautor y tienen varios trabajos editados 
en forma independiente, dándole en su obra 
especial importancia a las letras, de las que 
surgen estos poemas que forman parte de 
esta antología.
Además de haber compartido escenarios con 
artistas destacados en diferentes partes del 
país, es parte de la organización del Encuentro 
de Trovadores y Poetas que se realiza desde 
2011 en forma ininterrumpida y que cada 
fin de año se cierra en el norte neuquino. Su 
canción dedicada a Eva Duarte fue declarada 
de interés por la Legislatura de Neuquén.
69
Huellas blancas
La luz se hizo ausencia, en la soledad
Dejando huellas blancas, que ya se cubrirán
Un hombre va, llevando leña a su hogar.
Del bosque hasta las casas, hay tanto que caminar
Ve un candil que anuncia, que falta menos ya
Debe llegar, sabe que alguien lo esperará
La calle del poblado está desierta otra vez
Las ultimas marcas que hubo vida, no se ven
Todos en su lugar, perdidos en la noche eterna
Todo volverá a vivir cuando amanezca
La luz volvió hasta al valle, que ya empieza a despertar
Tal vez por varios días, nadie llegará, nadie se irá
El mundo es este lugar
Soñar con un buen verano, o cuando reverdecerá
Primavera y pariciones, hay tanto que trabajar
Y hay que pasar todavía un invierno más.
70
Escarcha
Incluso bajo la escarcha.
Orillas frías de nuestros ríos.
Camino de piedra y barro.
Por dónde anda este amor mío
Incluso dentro del tronco,
Árbol desnudo que sólo espera.
Empezó su marcha lenta.
Ya sin retorno, la primavera
Y hoy desde aquí, tarde sin sol
Te esperaré algún verano
Junto al fogón
Incluso en esos ojos,
Casi gastados de humo y nieve
En cada recuerdo triste
De cada cosa que no se tiene
Incluso lejos del pago,
Dicen que hay todo y nunca alcanza
Pero está intacta y con vida,
Como un tesoro, una esperanza
Y hoy desde aquí, tarde sin sol
Te esperaré algún verano
Junto al fogón
71
Complicidades de este amor
Puse un disco, lo escuché, desde Andacollo hasta Neuquén
Sonaba cada canción, hablan de mí, hablan de vos
Melodías sin final, la Cordillera quedó atrás
Una sonrisa sin razón, complicidades de este amor
Llega un mate y otro más, tantas palabras que inventar
Hilos de un macramé se van tejiendo sin querer
Quien lo iba a imaginar, tal vez unos años atrás
Este camino del sol, que recorremos juntos hoy
Y soñar junto al Nahueve, sin saber lo que vendrá
Y algo vendrá, siempre vendrá
Algo vendrá, siempre vendrá
Otro disco que escuché, yendo a Andacollo desde Neuquén
Con lo nuevo que encontré y siempre es tan lindo volver
Es tan lindo volver, siempre volver
Es tan lindo volver, siempre volver.
72
73
Nuria
San Martín
Quiero agradecer la oportunidad para 
hacer conocer expresiones que nacen de un 
profundo amor a este terruño cordillerano, 
del que guardo hermosas, inolvidables y 
valorables vivencias.
Quiero compartirlas. Están dedicadas a Chos 
Malal.
Es verdad que el camino recorrido ya no 
se vuelve a pisar, como también lo es que 
las experiencias vividas son la base para 
continuar trazando trayectos.
Hace 63 años que vivo en este lugar; un 
privilegio, por cierto. Pude apreciar su 
crecimiento y desarrollo y lo agradezco, 
porque yo también pude crecer y ofrecerle 
mis servicios.
Recuerdo que, recién llegada, me atrapó su 
paisaje y me sentí motivada para transitar 
sus calles y tomar contacto con la gente. Fui 
74
conociendo la convivencia, sus actividades 
diarias, sus costumbres y uso de los recursos.
Mi vida comenzaba una nueva etapa, rodeada 
de importantes connotaciones que registré 
con entusiasmo y mucha sensibilidad.
Nuria San Martín nació en Ranquilón, 
Neuquén, en 1942. A los tres años de edad, 
su familia se trasladó a la mina San Eduardo, 
ubicada en el departamento Pehuenches 
de la provincia del Neuquén. Allí pasó su 
infancia y parte de la adolescencia. Cursó sus 
estudios primarios en la escuela primaria Nº 
127; una vez finalizado el nivel, se dedicó a 
aprender corte y confección, tejido y bordado 
en una escuela nocturna. A los diecisiete 
años llegó a Chos Malal, donde pudo realizar 
estudios secundarios y alcanzar su objetivo 
de superación: se recibió de maestra de grado 
en la Escuela Normal de Chos Malal. Trabajó 
un año y medio en la Escuela Rural “El 
Alamito”, y luego lo hizo en el medio urbano, 
en la escuela primaria Nº 225 y paralelamente 
trabajé como preceptora en el C.P.E.M Nº 4. 
En 1975, ya titularizada, fue trasladada a la 
escuela primaria Nº 254 también de Chos 
Malal. Esta institución es la que la vería crecer 
en la profesión, al punto de haber llegado a 
ser la directora. 17 años de trayectoria en la 
escuela, hasta el momento de la jubilación, 
ocurrido en el año 2000.
75
Para comenzar, digo:
Llegué en un día de marzo
Cuando expiraba el verano
Me dieron la bienvenida Los
álamos, un membrillar Y una
bandada de loros Que
saludaban al pasar.
Con el fruto de su trabajo la gente se proveía de recursos para 
vivir: cultivo de la tierra, cría de animales para consumo familiar y 
también la venta ambulante.
Para calefaccionarse, en los crudos inviernos se usaba leña que se 
extraía del campo.
Los carritos leñateros
Venían de La Salda Y
muy de madrugada
Llegaban a este lugar
Se ponían a descansar
En las calles Rivadavia y Belgrano
Para luego muy temprano Entregar
los leños vendidos
Y lograr un buen pedido
Para llevar al hogar
 
Chos Malal era, por entonces (década del ´60),el lugar donde se 
realizaban gestiones de registro civil, como también de la iglesia.
Venían de los parajes
 A dar el “sí” en el altar
Enancada con su pareja La
novia con blanco ajuar El
76
tropel de los caballos
Y, al grito de ¡VIVAN LOS NOVIOS!
Se iban a festejar
Nido de amor sería un ranchito A
la sombra de un sauzal Melodías
de calandrias
Los iban a acompañar.
Los arreos que en diciembre…
1
Los arreos que en diciembre
van a la veranada
pasan por Chos Malal.
Vuelve el eco de los cerros
que circundan el lugar
Es el grito del arriero
que pasa por Chos Malal
Aroma de las pichanas
las jarillas y retamas 
y se recorta el silencio
en la paz de la mañana.
En diciembre muy temprano
desfilan por el faldeo
el balar de los cabritos 
el tintinear del cencerro 
el ladrido de los galgos,
que ayudan a los arrieros.
Se van a la veranada
a tratar de disfrutar
77
pastizal y agüita fresca
que viene del manantial
Allí pasará el verano
Pasará la navidad, 
el año nuevo y los reyes 
tal vez mucha soledad, 
pero el premio a ese esfuerzo 
bendito por dios será...
2
Marzo, abril, vuelven 
a la invernada.
Forman parte del paisaje
la vuelta de los arreos
color de otoño, ocre, verde, 
rocío y diáfano cielo.
Se entremezclan en el aire, 
proveniente desde el cerro, 
ladridos, balar, cencerro 
forman una sinfonía
que rueda por el faldeo.
 
¡Qué apacibles las mañanas 
del verano en Chos Malal!
Y la luna trasnochadas 
se detiene en el Mayal.
Aroma de las acacias,
madreselva y rosedal 
viene con la brisa alada 
que te acaricia al andar.
78
Disfrutar de estos momentos
te da energía, te inspira
a realizar la jornada
fácil de sobrellevar
siempre con energía. 
A la hora de la siesta 
el sol desata sus rayos 
y hace sentir el calor
propio de enero en verano.
Una tarde de arreboles 
cuando el crepúsculo avanza 
brisa fresca y melodía
del jilguero y la calandria.
El silencio nos invade
en un marco sin igual
silencio que no es tristeza 
sino un conjuro de paz.
79
Tomás 
Manoukian
Un valle que no es corral cuando me animo a 
salir y a recorrer la incertidumbre.
Un cerro con forma de pezón puntiagudo que 
me espera a la vuelta.
El seno de thita dándome el ángulo desde 
donde mirar discreto. 
Ahí arriba, un vinito y viento. La noche y el 
día. 
La ciudad encantada vecina, a distancia 
prudente. 
El pueblo que idealizo, más al norte, también 
distante, también por suerte. 
El fútbol, los goles y el ajedrez, la literatura y 
las matemáticas.
Chos Malal y Nevşehir, Argentina y Chile, 
Armenia y Turquía. 
Mi tierra tiene sabor agridulce. El que se lo 
pierde se cose.
80
Tomás Manoukian Cuidador de detalles 
medianos. Construyó su casa mientras 
cultivaba tomates. Nació en Neuquén; 
aprendió a andar en bicicleta en Tricao Malal 
y a jugar al fútbol en la canchita de Güemes. 
Cuando arranca, arranca. Siempre vuelve al 
barrio don Bosco.
81
1 - Pregón de Kaonashi
Compro plomo, batería, bajo, guitarra, compro…
Compro mentira, pago el precio
que corresponda: golpe, escarnio,
desilusión y llanto.
Vendo mi oído, rifo mis manos,
anote escribano, doy mi licencia de inocencia,
compro un engaño…
Bocha de heladera, moneda de plata,
no hay qué no quiera
y no atiendo en bata.
Compro todo en cerveza, en café y en hongos,
compro secuencia, movida y active.
De pronto no compro,
me arrepiento o doy poco
miro con disimulo,
me quedo bien al margen.
Compro dije, dijes compro,
pulsera, grillete, candado compro…
Vendo mi libertad, sorteo euforia,
anote escribana, acredito deshonra.
Compro hambre para mañana,
vendo el pan de ayer.
2 - Lo que trajo la cigüeña
Te pensás que salí de un repollo
Que pongo el despertador a las 5 para levantarme a las 8 
Me tomás por jugador de bridge o por maniático del baloncesto
No es mi carácter árido ni taciturno
Es cierto que llueve poco en Chos Malal, pero a taciturno se lo 
llevaron preso. 
82
Por el camino de la vagancia, desde la Terminal hasta el barrio 
Jardín, el viento te puede dejar tonto o preocupado nomás
Yo prefiero andar sin problemas…
No le temo al hueveo siempre y cuando sea un deseo
Existe un riesgo, es cierto, 
me puedo convertir en una atracción de zombis.
Ahí viene uno. No dice: "¡Hola!, ¿qué tal?, vengo a convertirte en 
zombi." 
Se gana justo detrás de su propia sombra
Evita de este modo que su inescrupulosidad lo delate 
Para cuando lo encuentro ya llevaba ahí un buen rato 
Larveaba y sonsacaba
Ahora estoy perdido 
La carne putrefacta es un perfume hipnótico
La impotencia y la derrota invitan al mutuo acarreo
Se engrosa la horda de fracturados y doblegados que ante la duda 
se declaran no deseantes
La tontera se cobra el ticket 
Gueim ouver
Ni un honguito diciendo para dónde rumbear, hora de respirar, 
tomar agua, juntar amigues y volver a intentarlo.
3 - ¿Para qué vernos?
El jugo en mi sombra es ardiente
La buena noticia sos vos 
La última Prosa, Lisandro Aristimuño
Tendríamos una charla llena de evasivas. Pasaríamos de un tema 
a otro hasta llegar a ese cuyo campo semántico está plagado de 
insinuaciones y dobles sentidos. Repetiremos palabras como 
"abertura", "humedad", "picaporte" y "burlete" hasta ponernos 
coloradxs. Y cuando tus primeras feromonas invadan el ambiente 
83
y una galaxia de pecas me diga "holis" desde tus mejillas… Ahí, 
en ese momento, habré sentido que un cofre se abrió ante mis 
ojos. Pediré permiso para pasar al baño. Iré directo a tu ropa 
sucia, a olerte las calzas y la camiseta térmica. Templaré mi olfato 
antes de recorrer cada hueco de tu existencia. Volveré del baño 
como si nada. Abandonaré cualquier indirecta. Seré sincero y te 
pediré que me digas de corazón si mi corazón no late como un 
bongó. Diré que no me arrepiento de dar este salto al vacío. Que 
no habrá heridxs por esta cortada de cable de freno. Que los 
únicos moretones de la revolcada serán para que siga ardiendo esta 
calentura de lo que fue una mañana o dos. Porque ya sé que no te 
gustan las don Satur. Eso, además de la cuestión afectiva, un poco 
bastante que la complican. 
84
85
Silvia Lumini
Andacollo está situado a 60 kms de Chos 
Malal. Es un pueblo cordillerano rodeado por 
las Cordillera del Viento y la de Los Andes, 
circundado por el bravío Rio Neuquén. 
La cifra de habitantes oscila entre 4000 
y 5000 personas. La mayoría, empleados 
y crianceros. Tiene paisajes que invitan a 
la calma y al contacto con la naturaleza. 
Además, se encuentra rodeado de paisajes 
naturales como el río Nahueve, Parajes de 
Cayanta, Bella Vista, Lagunas de Epulafquen, 
Las Ovejas.
86
Silvia Lumini nació en Mar del Plata y creció 
en Lincoln, ambas localidades de la provincia 
de Buenos Aires. Cursó estudios secundarios 
en Chos Malal, donde aún conserva sus 
amigos de la adolescencia. Estudió magisterio 
en Lincoln y volvió a Neuquén donde, como 
maestra rural y directora, dejó huellas 
en escuelas del Norte neuquino. Hoy está 
jubilada. Siempre escribió poesías. Tiene 
cinco hijas, tres nietos y vive en Andacollo 
con su esposo.
Desde su arraigo y el recorrer montañas, 
hasta la calma del fluir de una vertiente de 
la que emanan mariposas, al captarlas las 
convierte en mil palabras.
87
Estallidos
Se me ocurrió pensar en estallidos
porque creo que se me estalla el alma,
y se estalla en pedazos con el hambre
de cada niño con dolor de panza.
Estallidos de abrazos que se abrazan
y, en encuentros de amigos, se entrelazan.
Estallidos de crueles carcajadas
que se burlan de la desesperanza.
Estallidos de palabras que resuenan
proclamando el diálogo a ultranza.
Estallidos de amor desenfrenados
con pedidos de auxilios enfrentados.
Estallidos de los que se aman
y estallidos en los que se desaman.
Estallidos de gritos por justicia
y estallidos que desangran injusticias.
Estallidos de madres que reclaman
por esos hijos que ya no las llaman.
Estallidos de un país que clama
y estallidos demagógicos declaman.
Estallidos de paz, llenos de amor
que hagan vibrar de nuevo al corazón,
y que un nuevo himno inaugure el alma
que haga estallar denuevo la esperanza. 
88
Y así fue
Me llené de presencias
evitando ausencias.
Di bienvenidas
para no dar adioses.
Anhelé mil llegadas
para no desear partidas.
Soñé luminosos anocheceres
Y desperté oscuros amaneceres.
Creí en la claridad de las palabras
y desconfié de los silencios.
Busqué verdades
y encontré mentiras.
Caminé tus huellas
y perdí tu rastro.
Escondí mis lágrimas
que tapé con risas.
Corrí entre la lluvia
y me mojó el sol.
Abrigué mi alma
y desnudé al amor.
Abracé el calor
y me abrigó el frío.
Desarmé ilusiones
y armé decepciones.
Sufrí desengaños
y amé sin engaños.
Fui feliz muriendo
y morí viviendo.
89
Susana Vázquez
Mi pueblo es libertad, remolino otoñal que 
transcurre moviendo las piezas del alma que 
están incorporadas a los inicios milenarios.
En su árida llanura se sostiene el fondo 
del mar en una mano; vestigios de sus olas 
duermen en las rocas.
Es cuna de amor puro como la nieve, filoso 
como punta de obsidiana. Es profundo como 
los ríos de lava que bajan por las laderas del 
volcán.
Buta Ranquil, escenario donde el espíritu 
crece sin límites. El fin de la materia es 
irremediable.
Los antiguos dejaron su huella, sutil obra de 
arte dormida debajo de una piedra. Nosotros 
buscamos esa voz en las alas deshilachadas 
del viento que canta palabras transhumantes 
de la vida y la muerte.
90
Susana Vázquez (Neuquén – Argentina, 3 
de enero de 1980), escritora y poeta. Publicó 
Lejano Mar Íntimo con la editorial Lengua de 
Urucú en 2022. Participó en el VI Encuentro 
Internacional de Microficción en la FIL de 
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; está incluida 
en la antología Mosaico, microficciones sobre 
discapacidad, compilada por los escritores 
Adriana Rodríguez y Homero Carvalho.
91
Adentro
Quisiera esconderme en los pliegues de tu piel
Esconderte en mis costillas
Guardar palabras en el corredor del esófago 
Buscar señales bajo tus uñas
Colgarme de tus venas, beber de ellas 
Espiar de tus córneas el iris de la vida 
Anudar tu lengua en el estómago
Para no oír palabras ni sensaciones ajenas
A orillas de tu corazón me detendré 
Y saltaré al vacío en busca de tu alma.
Cometidos y chupa sangre
Dejó el consuelo atado con una cadena a la pata de la cama
Donde se masacran las pulgas y los parásitos del viejo catolicismo, 
que manipula la razón.
Ya no masticará yuca ni beberá sangre de otros
Conversará con sus versos y alimentará sus deseos 
Boleará del cuello a una nube, arrastrará mitos malignos por la 
cordillera 
Y a la niña morena de piel reseca, le suavizará hasta el alma con el 
néctar de un acostillado cardón 
Cosechará un día para despilfarrarlo de alegrías compartidas 
Misionará a su modo por los rincones de la vida, con la fuerza de 
un vientre en parto
Con paso de mula caminará los senderos más estrechos 
Cuando el último trayecto esté al borde del sol abandonará sollozos 
de dolor
Así será como colmará de pasiones la historia sagrada:
Su historia.
92
Un mar para Sonia
Mi padre era un ser extraño, nos amaba en absoluto silencio.
No le gustaba el barullo. En sus ojos vivía el fuego del volcán. Él 
llevaba a rastra una vida que no había pedido: aunque era insípida, 
sus manos trasformaban las comidas que preparaba. Tenían colores 
de aves tropicales y sabores magníficos.
Creo que algo pasaba en su bigote; cuando absorbía un aroma, 
podía saber cuánta sal le faltaba a su manjar. De tiento trenzaba 
extensos lazos, como uniendo los sueños y su realidad.
Mi padre hablaba poco; sólo lo justo: sí y no, lo demás lo decíamos 
nosotros. Mi padre era un ser extraño. A Sonia, la niña de nueve 
que cuidaba a los pequeños, le regaló el mar. Se lo atrapó en un 
caracol gigante que trajo de otro mundo: del sur. Ella no siempre 
nos prestaba el mar, sólo un ratito para que no se gaste: lo poníamos 
en la oreja y oíamos las olas que jugaban dentro. ¿Mi padre amaba 
más a Sonia? Sólo a ella le regaló el mar.
Papá nos amaba; no haría diferencia, pero nos habíamos convencido 
de que él amaba más a Sonia. No podíamos enojarnos porque nos 
cuidaba: no decíamos nada, pero rondaba en el pensamiento y en 
los ojos a medio cerrar.
Cuando él abrió su valija marrón y sacó ese caracol gigante, le dijo 
a Sonia: a vos te traje el mar por ser la más grande; tus hermanos 
son muy pequeños y podrían caer al agua. Todos dejamos a un lado 
nuestros regalos y fuimos a escuchar las olas. Queríamos, cada uno, 
un caracol con un poco de mar. Tal vez alcanzaría para los doce o, 
al menos, para cuatro más.
Papá no era un ser extraño. Olvidó un obsequio para Sonia y con su 
93
amor y nuestra imaginación nos llevó de paseo por playas hermosas 
y lejanísimas, mientras vivíamos la pobreza y la desesperación de un 
instante o de una vida.
Mi padre era un ser maravilloso, nunca conoció el mar y era su 
deseo.
Así, con la misma ilusión que de niños teníamos nosotros, en un 
último delirio estiró su mano a Milagros pidiendo alcanzar el mar.
Estoy cansada
Estoy cansada
mis manos soltaron las uñas
sus dactilares
la historia
la plancha
esas cacerolas.
Mis ojos ya no se humedecen
la tristeza no llega
se instaló en la garganta robusta, de tiempo muerto.
Estoy cansada
mis pies olvidaron el mañana
94
arrastran caminos sin dejar marcas.
Estoy cansada
Mi corazón ya no quiere amar
en un susurro
el alma le confesó su pena.
Estoy cansada
las palabras no alcanzan
los sueños ya no quieren despertar.
95
Tito Lucero
Colonia Las Rosas puede sonar a masacre, 
genocidio, espinas, roja sangre. También 
a aromas, natura, tallos, belleza, rococó y 
amor. Opto por la segunda.
96
Eduardo Fabio Lucero nació en Tunuyán, 
Mendoza, en 1968. Del '73 al ‘91 residió en 
Chos Malal, ciudad en la que realizó estudios 
primarios y secundarios. Del '92 al '98 
cursó la carrera de ceramista en Mendoza, 
alternando con varios viajes por capacitación 
a otras provincias y también a Chile, Bolivia 
y México. Del '99 a la fecha se reintegra a 
su querido Chos Malal donde ejercería la 
docencia hasta el 2016, para luego dedicarse 
exclusivamente en su profesión de ceramista.
97
Laurel 
Seré tu inspiración, lo sé; aún tú no. 
 Tu esclavo y tu dueño. 
 Esclavo en mi mente, tu dueño en las fantásticas palabras. 
 Estuviste en mí, pequeña, 
 yo estaré por siempre en tu mirar, en tu sonrisa cómplice 
 que augura saber y saberme. 
 Los dos sabemos que hay un encuentro
 pendiente, sabemos de ternura de un largo 
 abrazo de un aquí estoy cerca o lejos, estamos. 
 Y te miro y te abrazo y te miro y te digo muchas letras 
 que armás a tu antojo, 
 y son otras las palabras que dicen lo mismo que yo 
 quiero. 
 Yo quiero y tú quieres, 
 conscientes del abismo; algún día algún día armarás y 
 amarás 
 la pasarela. Algún día o alguna noche bajaré por ese 
 abismo 
 y gritaré tu nombre que se multiplicará 
 en sones y subiré, escalaré tardaré seguro 
 pero llegaré y allí estarás con ese reojo 
 y tu cara tres cuartos 
 y notaré que serás tú, la misma 
 con la que estuvo mi corazón antaño, 
 y si no estás, corto será el camino, 
 de firmes sogas y tablas de lenga atadas que 
 construiste y atravesaste 
98
 para buscarme aquí o allá siempre juntos, 
 siempre 
 distantes, pero estamos los dos 
 para vernos, sonreírnos, amarnos. 
99
Mariana Donadío
Me encanta y elijo vivir en Chos Malal,
cerca de los ríos, la Cordillera de los Andes, 
en Neuquén la Patagonia Argentina.
En el laberinto de mi existencia descubrí un 
viaje no lineal,
con altos y bajos; dudas, miedos, fracasos y 
mucho aprendizaje.
Entre algunas certezas, sueños, proyectos, 
creencias y mandatos,
Me cuestioné el "¿para qué?" de la vida misma.
En la neblina de lo desconocido, dudé si lo 
hacía bien y, aun así, me aventuré, sin saber 
si el resultado iba a ser el esperado.
Lo importante es intentarlo, lo siento en lo 
más íntimo de mi ser.
Somos el presente, el movimiento, el cambio 
en acción. Experimentamos transformaciones 
en nuestra danza vital.
100
Elegimos nuestro rumbo, decidimos quiénes 
queremosser.
En esta travesía, queda gratitud por el viaje 
que vivimos en esta vida universal.
Mariana Donadío nació en Buenos Aires, 
pero hace más de tres décadas encontró su 
hogar en Chos Malal. Su lugar en el mundo y 
su fuente de inspiración. 
Es una mujer viajera, curiosa, apasionada, 
madre de tres hijas, docente, comprometida 
en todo lo que hace. Su don para escuchar 
y empatizar con otros se combina con su 
habilidad para transmitir conocimientos 
y compartir historias sobre el mundo. Su 
acción creativa en el ámbito docente, artístico 
y social, se refleja en su obra.
101
Yo, el Curi Leuvú 
Yo 
El Curi Leuvú 
Te vi llorar en mi orilla
Y logré sentir el océano infinito
Con tu lágrima
Acuosas 
Acuosas estrías serpenteantes sobre la piel del norte neuquino.
Ríos.
Nombres.
Identidad.
De la entramada vida ancestral 
Aguas de la cordillera nevada, glaciarias, vegas, vertientes y aguadas.
Vida a tú paso. Sequía y sed en tus ausencias, cada vez más repetidas 
con los años.
Laberintos zigzagueantes de tiempos, registros, ADN, piel y sangre.
Aguas que nutren cuerpos con susurros de palabras en el viento
Orilla, remanso del alma, mezcla de barro, piedras, menta y poleo, 
salpican el silencioso ruido del agua.
Mirada zarca y otra amarronada, danza de cauces paralelos 
entremezclados en una sola mirada.
Junta, confluencias de las aguas cercanas y distantes en universos 
ancestrales.
Fluyen estrías serpenteantes.
102
103
Silvia Beatriz Nieto
Esta ciudad fue mi lugar de estudio, de 
amig@s; aquí formé mi familia y he logrado 
cumplir muchos de mis sueños. 
104
Silvia Beatriz Nieto nació en Chos Malal en 
1970. Vivió en Tricao Malal hasta los doce 
años; allí pasó su infancia y adolescencia.
Volvió a Chos Malal a estudiar en el colegio 
secundario. Luego se recibió de docente de 
nivel primario 1990 y trabajé en esta localidad 
y en la zona norte de Neuquén. Años más 
tarde se recibió de profesora de Matemática 
y trabajó en el IFD N° 2. En los últimos años 
de actividad se desempeñó en el Equipo de 
Matemática del C.P.E del Neuquén.
Hoy se encuentra jubilada y puede dedicarle 
más tiempo a escribir. Poesías matemáticas, 
principalmente. Ha descubierto una nueva 
faceta artística que quiere seguir cultivando. 
Le gusta, además, el teatro y la pintura. 
105
La danza de las figuras 
Rondan por mi mente
figuras geométricas
cóncavas, convexas 
oblicuas y rectas.
Triángulos, cuadrángulos, 
círculos y flechas,
desfilan de a una 
formando una rueda.
Así van bailando
a un ritmo constante 
ángulos y lados 
van muy zigzagueantes. 
Se asoma primero
un ángulo recto
pegado a su lado 
viene un trapecio.
Gira una corona
danzando serena, 
ciento ochenta grados, 
dio una media vuelta
y un círculo rueda 
da una vuelta entera;
un rombo se esconde 
detrás de un cuadrado
y un tímido hexágono 
pasa por el lado.
Así van bailando 
a un ritmo constante,
en la blanca hoja
danzan un instante.
106
La escalerita
Uno y uno, dos
dos y uno son tres
tres y dos son cinco
cinco y cinco, diez.
Ahora hacia atrás
les cuento al revés
Cinco, cuatro, tres, dos, uno
llego al cero 
no hay más ninguno.
Sube y baja
baja y sube
por una escalerita 
yo llego a las nubes.
Propiedad conmutativa
El orden de los factores,
dicen “no altera el producto”
en el mundo matemático,
esto es una propiedad.
Si multiplico o si sumo
verán que eso es verdad.
Pero eso no sucede
nunca en una sociedad; 
el rey por el cocinero
el cocinero por rey
el gobierno por el pueblo
no es lo mismo que al revés.
Y si cambiaran el orden
que ya establecido está,
el producto cambiaría
sin cumplir la propiedad.
107
Discusión de cuadriláteros
Reunión programada, ya han pasado el link,
hoy los cuadriláteros se van a reunir.
Paralelogramo, que es el anfitrión.
les toma asistencia en esta ocasión. 
A las cinco en punto, ingresa el cuadrado,
minutos más tarde, trapecio escaleno,
se suma en silencio al zoom programado.
Da lectura el rombo del tema a tratar:
grupos de figuras deben conformar.
Propone un trapecio;
juntar por un lado a aquellos que tengan
ángulos internos de noventa grados. 
No acuerda el romboide con esta moción.
Trapezoide dice: mirar diagonales 
distintas o iguales y así repartir. 
Cuadrado disiente y sugiere en cambio,
comparar por lados para reunir.
El rombo responde, con los cuatro iguales 
un grupo formamos, solo vos y yo.
El zoom se termina, informa el rectángulo
y no se ha llegado, el tema a cerrar.
Romboide sugiere, volver a juntarse,
café de por medio para discutir.
Acuerdan entonces, el viernes siguiente
en el Ateneo, en punto a las diez. 
108
Nochecita chosmalense
Atardecer en el río,
agua clara, serpenteante
entre las rocas azules
veo el tiempo deslizarse.
Una bandada de pájaros
cruza volando hacia el este
el sol se oculta despacio
pintando el cielo, anochece.
Pronto una estrella aparece
la luna asomando viene, 
y mientras llega la noche 
las ranas cantan alegres.
Sopla suavemente el viento
como pidiendo silencio
y en el fondo del paisaje
El Mayal se va durmiendo.
109
Índice
Agustina Guzmán 7
Blanca Demaría 13
Claudia Schmitt 19
Claudio Rafael Calin Alonso 25
Darlin Bravo 31
Dorila Pereyra 35
Ester Gutiérrez 41
Fabián Canale 47
Héctor Agüero 51
Héctor Ordóñez 57
Marisa Antiñir 61
Miguel Sprumont 67
Nuria San Martín 73
Tomás Manoukian 79
Silvia Lumini 85
Susana Vázquez 89
Tito Lucero 95
Mariana Donadío 99
Silvia Beatriz Nieto 103
110
Este volumen fue impreso en Neuquén
para el Centro Editor en 2023
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