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ARQUEOLOGÍA E N E S T U D I O S DE I M P A C T O A M B I E N T A L V O L U M E N 2 8661 'umapaJN s a ~ r j ~ 3 sauo!sa~dur~ :u?!sa~dur~ papp~uaa~=) oqo~auod :u?paure~8a!a pap!AueaJ=) O ~ O J Z J J O ~ :auayqnD opasra sapua!qtuv sopmsg ap o d n ~ 3 - u?!suadxg ap apuaJa3 :u?ppg VSI O EN EL CONTEXTO DE LA Carlo Emilio Piazzini Programa de Arqueología Interconexión Eléctrica S.A. E.S.l? Entre 1991 y 1998, Interconexión Eléctrica S.A. E.S.P ha incorporado estudios de arqueología dentro de la gestión ambiental de sus proyectos de transmisión de energía, con la finalidad expresa de dar adecuado tratamiento a los impactos que sobre el patrimonio arqueológico de la Nación pudieran generarse durante la construcción de los mismos. A lo largo del presente articulo, se presentan las principales características técnicas, investigativas y de proyección social del Programa de Arqueología de ISA, mediante un análisis enmarcado dentro del devenir de la arqueología colombiana. Como punto de partida para éste análisis, se considera que las prácticas de conocimiento, se ' [f. Hodder, 1988 30-31, Ttigger. 1992: 23-29 y Shanks y Tilley, 1992 66~67. desarrollan en estrecha relación con el contexto social circundante, sin perder de vista que también existe una dinámica académica al interior de las mismas. La arqueología en sentido genérico, es una disciplina dirigida a la producción y divulgación de información sobre el pasado de la humanidad, mediante una práctica que incluye normas de procedimiento fijadas por diversas tradiciones de pensamiento, las cuales se configuran en contextos sociales e históricos específicos'. En este orden de ideas, la arqueología por contrato es una modalidad de la disciplina arqueológica que se caracteriza por la recuperación, estudio y divulgación del registro arqueológico involucrado en el desarrollo de obras de infraestructura. La dinámica interna de esta modalidad, está determinada por normas de procedimiento que la comunidad de arqueólogos fija de manera explícita o implícita, pero además, responde a una demanda externa de tipo social e institucional, por la protección, recuperación y divulgación de información sobre el Patrimonio Arquedógico de la Nación. En el caso del Programa de Arqueología de ISA, 1.1.1 Desarroflo del marco legal se trata de la gestión integral de estudios tendientes a prevenir, mitigar, corregir y/o compensar los efectos negativos que la construcción de los proyectos de la Empresa puedan generar sobre el Patrimonio Arqueológico. Este Programa se ha venido desarrollando conforme a la legislación colombiana sobre recursos culturales y ambientales, las políticas social y ambiental de la Empresa y según los perfiles desarrollados por los profesionales que se desempeñan como consultores e interventores. Para un acercamiento a las principales características del Programa, se inscribe su devenir en el marco histórico de la arqueología colombiana, particularmente en lo relativo a la legislación sobre patrimonio histórico, el desarrollo académico e investigativo y el relacionamiento de la práctica arqueológica con el contexto social. 1.1 ESCENARIO DE INSERCIÓN DE LA ARQUEOLOG~A POR CONTRATO E N COLOMBIA El ejercicio de la arqueología por contrato en Colombia, comenzó desde la década de los setenta, pero su aplicación se ha incrementado notablemente durante los noventa, lo cual ha implicado cambios relevantes en la manera como tradicionalmente se aplicaba y concebía la arqueología en el país. ' Duque, 1967 81 j Ibid e Ibid 82 El interés del Estado colombiano por preservar el patrimonio arqueológico se remonta al siglo XIX, cuando por disposición oficial se fundó el Museo Nacional y se expidieron decretos que abogaban por la protección, organización y estudio de las colecciones arqueológicas existentes. No obstante, el primer antecedente legislativo s o b e protección del patrimonio arqueológico, lo constituye la ley 48 de 1918, que incluyó los ((monumentos prehispánicos)) dentro del ((material de la historia patria)) y prohibió su destruccibn, reparación, ornamentación o cambio de destino, sin permiso del entonces Ministerio de Instrucción Pública2. El paso siguiente fue la prohibición salvo permiso otorgado por el Gobierno Nacional, de sacar del país objetos de valor histórico, que fueran de carácter público o privado, como lo enuncia la Ley 47 de 1920'. Luego, mediante la ley No. 103 de 1931, reglamentada después por el decreto No. 904 de 1941, se fortalecen las anteriores leyes, expresamente en lo relacionado con el fomento para la conservación de los monumentos y objetos arqueológicos en toda la extensión del territorio nacional y la definición de los requisitos necesarios para exportar objetos de valor arqueológico e histórico'. En 1959 se expide la ley 163, reglamentada por el decreto 264 de 1963. Los contenidos de esta ley se constituyeron en la expresión legislativa básica para las décadas siguientes. Entre las diversas disposiciones señaladas, resultan de especial interés: la introducción de la figura de Patrimonio Histórico; la primera enunciación sobre sanciones y recomendaciones frente al deterioro o destrucción de yacimientos arqueológicos como resultado de la construcción de obras de infraestructura; y el derecho de propiedad de la Nación sobre los contenidos arqueológicos que pudieran ser hallados en tales circunstancias". Este esquema legislativo, poco o nada preventivo frente a los efectos del desarrollo del país sobre los bienes culturales, ha prevalecido hasta el presente. Aunque la Constitución Colombiana de 1991, declara la responsabilidad conjunta del Estado y las personas en la protección de las riquezas culturales y pone a salvo el patrimonio cultural de la condición ordinaria de los bienes comerciales" no tiene implicaciones directas sobre el perfil legslativo anteriormente señalado. Este «vacío preventivo)) de la legslación sobre el patrimonio cultural, se ha cubierto recientemente, mediante la instrumentación que se ha efectuado de la Ley 99 de 1993, la que trata fundamentalmente sobre la protección de los recursos naturales, pero parte de una concepción integral de Medio Ambiente que incorpora las dimensiones social y cultural. En este contexto, la legslación colombiana ha influido en el desarrollo de la arqueología por contrato en dos sentidos. En primera instancia, como una respuesta proactiva por parte de algunas empresas frente al riesgo que supone el manejo de sanciones legales cuando los proyectos ya se encuentran en construcción. En segunda instancia, como consecuencia de la instrumentación de los procedimientos de obtención de licencias ambientales, bajo la óptica concertada entre algunos sectores empresariales y el Ministerio del Medio Ambiente. La aprobación reciente de la Ley 397, denominada Ley de la Cultura, implica que a corto plazo la legislación sobre recursos Ley 163 de 1959, ortitulos 1 2 y 13 y Decreto 264 de 1963, ortitulos 1 y 26 Artitulos 8, 63 y 72 ' Obreqón, 1992 130-131 culturales se pondrá a tono con el perfii de la legislación ambiental, no solamente porque exigirá acciones preventivas, sino además porque planteará una instrumentación acompasada de los procedimientos para la solicitud y obtención de permisos y licencias a los responsables del desarrollo de la infraestructura del país. 1.1.2 Desarrollo académico e investigativo Para efectos exclusivos de tratar cronológicamente la dinámica de la arqueología en Colombia, se hará uso de una periodización que corresponde a la identificación de características internas y externas de la disciplina, ocurridas con cierta simultaneidad en lapsos de tiempo definidos así: un periodo inicial (1800- 1940), de tipo aficionado e historiográfico; un segundo periodo (1 941-1 970), de institucionalización de la disciplina, bajo un enfoquehistórico-cultural; un tercer periodo (1 971-1 989) caracterizado por el incremento de la docencia y la investigación; y un cuarto periodo (1990-hasta el presente), en el cual se observa una convivencia ecléctica de diversos enfoques teórico-metodológicos, una actitud reflexiva del que hacer arqueológico y un incremento sin precedentes en los proyectos de investigación, como resultado del auge de la arqueología por contrato. Durante el primer periodo, salvo por la visita esporádica al país de algunos investigadores extranjeros, el estudio de la arqueología se encontraba entre los campos de afición de ciertos personajes de la élite ilustrada, médicos e ingenieros que abogaban por el desarrollo de la ciencia, la humanística y la erudición como vía para el progreso y conexión del país con el medio europeo7. Los estudios y referencias se concentraron en colecciones particulares y públicas provenientes de guaquería, o en conjuntos de estatuas, petroglifos y tumbas, localizados en regiones de afamada riqueza arqueológica como San Agustín, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Altiplano Cundiboyacense, el valle medio del Cauca y la región Calima. Las escasas inferencias efectuadas sobre estos contenidos arqueológicos, se basaban la mayoría de las veces en las crónicas de la conquista, en la labor de desentrañar posibles significados y pertenencias étnicas8. Luego, con la fundación en 1941 del Instituto Etnológico Nacional, se dio inicio a la enseñanza y ejercicio profesional de la arqueología, como subdisciplina de la antropología. Con elio, se da comienzo a un nuevo periodo de la arqueología en Colombia, que perdura hasta la década de los setenta. Un cambio fundamental respecto al periodo anterior, lo constituye la mayor importancia concedida a la recuperación directa de los datos en campo, que ya n o sólo correspondían a ajuares funerarios o rasgos monumentales, sino a un rango más amplio de evidencias que incluían contextos domésticos. A escala espacial, se reportaron nuevos sitios arqueológicos, que salvo en el caso de regones como la Costa Atlántica, el Chocó y Antioquia, la mayoría fueron localizados en áreas que ya gozaban de fama por su riqueza arqueológica en los periodos anteriores9. En el ámbito cronológico, con el refinamiento de la técnica de control estratigráfico y el advenimiento de los métodos de datación por radiocarbono, parte de la arqueología de los años cincuenta y sesenta pudo acceder a una dimensión temporal de los fenómenos culturales y sociales prehispánicos, antes insospechada. loromillo y Oyuelo-Coycedo, 199451-55 ' lb id 54 'O loromillo y Oyuelo-Coytedo, 199462 " ReirhelLDolmotof, 1965. '' Cf. Ardilo, 1997 4 y Gne(ro, 199413. Conjuntamente con la implementación de técnicas básicas de recuperación, registro y clasificación de las evidencias, se adoptó un enfoque de tipo histórico-cultural que concebía la labor interpretativa como el ordenamiento espacial de conjuntos más o menos homogéneos de rasgos arqueológicos, según áreas culturales, muchas de las cuales se correlacionaron directamente con territorios de determinados grupos indígenas, conocidos gracias a las crónicas del siglo XVI. Las semejanzas y diferencias entre estos conjuntos llamados complejos, culturas, horizontes o tradiciones, se explicaban frecuentemente por fenómenos de migración o difusión cultural. Este enfoque, pese a la introducción posterior de otras perspectivas de interpretación, continuó siendo muy popular entre los arqueólogos, constituyéndose en el fundamento conceptual que ha caracterizado buena parte de la arqueología colombiana hasta el presente1". Sobresale en ésta época por su influencia, el trabajo del antropólogo Gerardo Reichel- Dolmatoff, quien estableció el primer esquema de cobertura nacional sobre la evolución de las sociedades prehispánicasl '. Desde su óptica particular, este antropólogo, sin reñir con los enunciados histórico-culturales, se interesó por ir más allá de la definición de culturas o complejos arqueológcos, al tratar de explicar el cambio histórico y la diversidad cultural como resultado de la adaptación de las sociedades a su medio ambiente y el grado de desarrollo o evolución social de sus estructuras económicas y políticas. Muchas de las investigaciones arqueológicas efectuadas con posterioridad, tratarían directa o indirectamente con las problemáticas definidas por Reichel- DolmatofP2. Entre la década de los setenta y ochenta, las investigaciones arqueológicas se incrementaron notablemente, debido a la fundación de los cuatro departamentos de antropología que imparten actualmente educación superior en arqueología y gracias al apoyo financiero de algunas entidades estatales. Muchas de estas investigaciones se desarrollaron en sitios puntuales, pero se fue fortaleciendo la idea de cubrir áreas geográficas más amplias como parte de cada estudio y se aplicaron los primeros programas de investigación regional a largo plazo. Así mismo, los arqueólogos comenzaron a advertir la importancia de recuperar muestras de valor ecológico, susceptibles de ser aprovechadas mediante análisis de zooarqueología, paleobotánica y palinología, recientemente introducidos en el medio académico local. La cobertura espacial y cronológica del registro arqueológico, se incrementó notablemente durante este periodo. Regiones como los Llanos Orientales, la Costa Pacífica y el Magdalena Medio, entre otras, comenzaron a figurar en los mapas arqueológicos. Aunque los enfoques tradicionales de corte histórico-cultural continuaron predominando, se comenzaron a desarrollar interpretaciones sobre pautas de asentamiento, relaciones entre las comunidades y el medio ambiente, y cambio social, enfoques que reflejaban el inicio de la influencia local que ha tenido la arqueología funcionalista norteamericana y europea. Durante la década de los noventa, se viene dando un fortalecimiento de las investigaciones regionales interesadas por las problemáticas demográficas y medioambientales y se observan varios aspectos que estanan indicando una nueva etapa dentro de la dinámica interna de la arqueología en el país. En primer lugar, la introducción, aún incipiente pero prornisoria, de Cf. Gnetro, 1995 y Moro et. 01, 1997 una dinámica reflexiva y crítica acerca del quehacer arqueológico, tanto en sus aspectos teorico-metodológcos, como sus relaciones con el contexto social y cultural en el que se desarrolla. En segundo lugar, el incremento de arqueólogos que han recibido o reciben formación especializada, implica a corto y mediano plazo la cualificación del perfil educativo e investigativo de la comunidad científica en general. Coinciden varias de las recientes reflexiones críticas en que el devenir de la arqueología colombiana, se ha caracterizado por un perfil empírico, más inclinado a la recolección de datos de campo y a su descripción según categorías taxonómicas, que al abordaje de temáticas teóricas y metodológicas en la vía de lograr la interpretación y explicación de problemáticas históricas, sociales y cultura le^'^. En este panorama, es importante mencionar que la arqueología por contrato se ha insertado en el devenir de la arqueología colombiana, cuando se comenzaba a generar una cierta tensión entre las viejas corrientes de pensamiento de carácter empirista y planteamientos más recientes que abogan por la adopción de posiciones interesadas en la metodología y la teona. Con todo, la arqueología en Colombia no presenta un estado de madurez científica tal que exhiba escuelas de pensamiento. Por el contrario, más que la existencia de diversos paradigmas opuestos, lo que se puede observar es la coexistencia, en condición ecléctica, de maneras de hacer arqueología compuestas por parámetros teóricos y metodológicos pertenecientes a diversas tradiciones de pensamiento. De otra parte, es interesante anotar que pese asu larga tradición empírica, el estado de cubrimiento espacial y temporal de los datos básicos de la arqueología colombiana, es aún incipiente para muchas regones. Por lo tanto, los estudios de arqueología por contrato, necesariamente han tenido que dirigir gran parte de sus esfuerzos al levantahiento de información de base, lo que ha implicado, conjuntamente con otros factores, el perfd de su aporte interpretativo. 1.1.3 Desarrollo de la inserción social e institucional de la arqueología Durante el periodo inicial de la arqueología en Colombia, el interés por el pasado indígena provenía de historiadores aficionados con una formación erudita e ilustrada. Sus discursos, al no ser especializados, se encontraban fácilmente mediados por temas debatidos en el ámbito de la ideología y la política de la época. Aunque durante éste periodo pocas veces se efectuó un balance positivo de la historia y la cultura indígena en el proceso de conformación de la Nación, los datos arqueológicos y etnohistóricos fueron utilizados como el cimiento prehistórico sobre el cual se edificó la historia de la Nación y de algunas de sus regiones, en las que tempranamente descollaban identidades excluyentes, así como en los debates políticos entre conservadores y liberales, radicales o moderados, sobre la participación del indio en el progreso y la modernización del país. De otra parte, entre las clases populares de origen rural, localizadas en áreas de reconocida riqueza arqueológica en donde se desarrolló la guaquería, circulaba un discurso oral que alimentó la imaginería popular y ayudó a conformar una percepción no especializada sobre el patrimonio arqueológico. Tumbas de legendarios caciques, fuegos fatuos, tesoros, transmutaciones de la materia y maldiciones, son elementos que conforman la aureola de misterio y leyenda que aún hoy en día se exalta entre la gente, cuando de vestigios arqueológicos se trata. Este panorama prevaleció hasta bien entrado el siglo XX, cuando se institucionalizó la arqueología en 1941. Desde entonces la disciplina ha encontrado su principal apoyo en el Estado, sin que haya derivado en una arqueología de tipo popular y nacionalista, como ha ocurrido en otros países latinoamericanos. El eco que para fines políticos de construcción de una identidad nacional haya podido tener el discurso arqueológico, ha sido disminuido por el grado de resistencia que cualquier discurso sobre el pasado indígena puede generar en un país cuyas ideologías oficiales, hasta épocas recientes, estaban dirigidas compulsivamente hacia la occidentalización, la modernización y el progreso. En realidad, al transformarse en un ejercicio especializado, con aspiraciones de neutralidad frente al contexto social circundante, la arqueología tuvo una proyección menos &recta y en muchos casos esquiva frente a la sociedad. Salvo por la tradición museológica, que es paradigmáticamente anterior a la científica, la información producida por los arqueólogos ha circulado en comunidades de sentido muy reducidas. Una imagen sintomática del grado de aislamiento que posee actualmente el discurso producido por los arqueólogos en el contexto colombiano, lo constituye el hecho que ante la mención del término arqueología, cuando éste al menos es entendido, muchas personas irnagnarán guacas, otras no menos numerosas, se remontarán a las civilizaciones egipcias, aztecas o incas, o evocarán la figura cinematográfica de Indiana Jones, mientras que quizá muy pocos se remitan a la historia humana más antigua del actual territorio colombiano. Recientemente, y en consonancia con planteamientos recientes en el ámbito global de la teoría arqueológica, algunos arqueólogos colombianos comienzan a tomar en cuenta este problema, señalando la necesidad imperativa de reconocer que su ejercicio, por neutral que pretenda ser, tiene nexos innegables con el contexto social circundante y que la arqueología no solamente debe proyectarse socialmente, sino que debe reconocer la existencia de otros discursos alternativos sobre el pasado14. Frente a esta problemática, la arqueología por contrato, al encontrarse vinculada con la gestión de proyectos de infraestructura que requieren de un relacionamiento con las comunidades y al tratar con bienes culturales que pertenecen a la Nación, ha implicado la necesidad de repensar la manera en que tradicionalmente se venían dando las relaciones entre arqueología y sociedad. Algunos esfuerzos en este sentido se han dado al desarrollar actividades de información comunitaria, mediante talleres, charlas, exposiciones y publicaciones. 1.2 EL PROGRAMA DE ARQUEOLOGIA EN ISA El auge que ha tenido la arqueología por contrato, precisamente en la década de los noventa, se encuentra ligado a la prioridad dada por el Estado al desarrollo de la infraestructura productiva de los recursos mineros y energéticos del país, asociada a una preocupación existente al interior de sectores financieros internacionales y empresas locales por ejecutar las obras tratando de reducir los traumatismos causados sobre el medio social y natural. Se trata en el fondo de una implicación puntual -en este caso sobre el 'qnecro, 1995. " Se trato fundamentalmente de los proyetios Colimo Ill y Miel l. Carmona, 1994. " Angel, Carmano y Villegas, 1996. manejo de los recursos arqueológicos- de la aplicación general del concepto de desarrollo sostenible. En este contexto, ISA contempló en 1991, por primera vez, la aplicación de estudios de arqueología como parte de sus proyectos, aunque en años anteriores había apoyado su realización en proyectos hidroeléctrico^'^. Los primeros estudios consistían fundamentalmente en el acompañamiento o monitoreo de las actividades de construcción de los proyectos, levantando información de valor arqueológico en los sitios de obra y sus alrededores. El interés científico estuvo dirigido a la descripción genérica y cualitativa de material cerámico y lítico y a su asociación con tipos, complejos u horizontes previamente definidos. Por consiguiente, su aporte, además de fortalecer las colecciones de referencia, consiste en la ampliación de la extensión temporal o cronológica de esquemas de tipo histórico- cultural, anteriormente definidos. Entre 1992 y 1993, se implementó por primera vez el esquema de las fases de prospección seguidas del rescate, mientras que el monitoreo se efectuaba por la parte de la firma interventora de la obra. A partir de este momento se introdujo gradualmente un esquema de sincronización entre las fases del estudio arqueológico y las etapas técnicas de los proyectos, cuyo objetivo fundamental era el de prevenir, antes que remediar los impacto^'^. Este esquema hace parte de un modelo sistémico de análisis de impactos, que por entonces se configuró para adelantar la gestión ambiental de la Empresa". En los siguientes estudios, desarrollados entre 1993 y 1995, figuran las líneas a 230 kV. San Carlos-Comuneros y Cerromatoso-Urabá, cuyos resultados se presentan en ésta publicación. Se pudieron efectuar labores de reconocimiento y prosp~cción con anterioridad a la construcción de las obras, mientras que las excavaciones en aquellos yacimientos propuestos para rescate se desarrollaron inmediatamente antes o .durante la construcción. Así mismo, se contemplaron labores de seguimiento arqueológico durante la construcción, ya fuera por parte de un profesional especializado o de los monitores ambientales de los proyectos. En estos estudios se sigue tratando fundamentalmente de aportar con datos nuevos a esquemas de distribución cronológica y espacial previamente construidos, pero además se nota un interés por analizar los datos conforme al empleo de variables medioambientales, ya sea para la definición de las áreas de muestre0 o para el análisis de los resultados. Dentro de un contexto de análisis más amplio, se tiene que estasdos últimas investigaciones, se efectuaron como parte de los Estudios de Impacto Ambiental exigidos por el entonces recién creado Ministerio del Medio Ambiente. De fundamental importancia en lo referente a la proyección de los resultados de los estudios, es la publicación por parte de ISA en 1994 del libro ((Arqueología de Rescate en Líneas de Transmisión Eléctrica), en donde se divulgaron los resultados obtenidos en los estudios de las líneas San Carlos - Sabanalarga a 500 kv, Custecitas - Majayura a 230 kv, La Mesa - Mirolindo a 230 kv, y se incluyó un balance con propuestas y perspectivas sobre el manejo del patrimonio arqueológico en proyectos de generación y transmisión de energía eléctrica1'. Pocas veces en Colombia, por iniciativa de una empresa, se presentan los resultados publicados de su gestión sobre los impactos de tipo arqueológico, con lo que demuestra el IB ISA, 1994. l 9 Piozzini. 1997. Es importonteonotor queen proyedm de poco comple~idod ombientol. que no rquierende un Diagnóstico Ambiental de Alternotivos, el reconocimiento arqueológico se ho efectuado con~untomente con lo h r e de prospección. compromiso de ir más aiiá de la recuperación y estudio de la información, apoyando además la divulgación de la misma entre medios institucionales y académicos. Desde mediados de 1995, con la formalización del Programa de Arqueología de ISA, se comenzó a dar un tratamiento específico a la planeación, interventoría y proyección de los estudios arqueológicos, se dio continuidad a la aplicación del modelo sistémico de análisis y evaluación de impactos ambientales, pero además, se planteó un esquema en donde las exigencias de eficiencia técnica se complementaron con la calidad científica y la responsabilidad social, como parangones para planear, contratar, seguir, evaluar los estudios y proyectar los resu1tadosl9. Así mismo, el Programa de Arqueología de ISA emprendió gestiones en frentes adicionales a la interventoría de los estudios: la divulgación comunitaria y distribución de materiales arqueológicos a museos regionales, y la sistematización de los datos recuperados en los diferentes proyectos, con ayuda de sistemas de información geográfica. Entre 1995 y 1998, se han efectuado estudios arqueológicos en numerosos proyectos, algunos de los cuales por su magnitud técnica, aún se encuentran en curso. Líneas de interconexión como La Sierra-Purnio a 230 kv, Sabanalarga- Fundación a 230 k v e Interconexión con Ecuador a 138 kv, son un claro ejemplo de proyectos en los cuales el componente arqueológico se ha aplicado desde la fase de prediseíio y diseño, hasta su fase de construcción: reconocimiento en el diagnóstico ambiental de alternativas, prospección en el estudio de impacto ambiental, rescate y monitoreo como parte de la aplicación del plan de manejo ambiental2". Estos estudios y otros que se han desarrollado recientemente, presentan una relativa homogeneidad en lo referente a las técnicas y métodos de investigación, mientras que a escala teórica reflejan el estado de eclectisismo que exhibe la arqueología contemporánea en el país. 1.3 BALANCE Y PERSPECTNAS El perfil de cubrimiento de los impactos sobre el patrimonio arqueológico que con estos estudios se ha podido trazar, comprende un proceso gradual, inversamente proporcional en el tiempo, entre la atención remedia1 de los impactos en los proyectos iniciales hasta su prevención en los proyectos más recientes. Pero además del control de los impactos, se ha recuperado información de valor científico para la arqueología colombiana. Entre 1992 y 1998, ISA ha aplicado estudios de arqueología en 19 líneas de interconexión, 1 1 subestaciones y una estación de telecomunicaciones. En 25 de éstos proyectos, se han reportado depósitos arqueol6gicos. Las líneas y subestaciones diseñadas cubren transectos y sitios puntuales en el norte, oriente, centro y suroccidente del país. Las investigaciones arqueológicas previamente existentes en ésas áreas, varian obviamente en cantidad y resultados, pero en general se trata de información levantada con base en prospecciones puntuales, no de carácter regional o sistemático, mientras que la existencia de excavaciones de área o intrasitio es inexistente en gran parte de ellas. Uno de los principales aportes del Programa de Arqueología de ISA para el conocimiento de la historia temprana de éstas regiones, es el suministro de datos básicos sobre la dispersión espacial y cronológica de los depósitos y sus características culturales y medioambientales. Para 1997, cerca de 858 sitios arqueológcos han sido detectados, para los cuales se han obtenido 34 dataciones de radiocarbono y se recuperaron ecodatos en más de una decena de sitios. Aparte de ello, están las numerosas colecciones cerámicas y líticas, que al igual que los demás materiales de valor arqueológico y paleoambiental, han sido entregadas o están en proceso de entrega a los museos regonales. Fuera de estos materiales y la referencia a sus contextos de recuperación, se han elaborado interpretaciones que pueden aportar al conocimiento de características sociales, económicas y culturales de las comunidades indígenas y de sus procesos históricos de cambio e interacción. Sobre el potencial interpretativo de esta información es importante tener en cuenta que el tipo de proyectos de ISA, implica muestreos discontinuos de tipo lineal que cruzan variados paisajes naturales, o muestreos puntuales e intensos en sitios específicos. Estas características difieren notablemente de los transectos continuos que implican otro tipo de obras como oleoductos o carreteras, o de los cubrimientos concentrados de proyectos como hidroeléctricas o ciertos complejos de explotación de minerales. Ello implica que los estudios arqueológicos aplicados a los proyectos de ISA, son especialmente vulnerables en sus alcances interpretativos, pues no pueden aspirar a producir por si mismos información de cubrimiento regonal, ni se dispone en muchos casos de la misma como producto de estudios anteriores. Sin embargo, su aporte potencial específico a la arqueología colombiana, apunta a los siguientes tópicos: Afinamiento o replanteamiento de esquemas de distribución espacial y secuencias cronológicas regionales, previamente existentes. Este aporte es el más frecuente, tanto en la fase de prospección como en rescate y monitoreo. Construcción o abordaje de la problemática sobre las relaciones hombre-medioambiente en áreas o sitios específicos. Este aporte es más frecuente en la fase de rescate, lo cual ha sido posible en los últimos años por estudios paleoambientales especializados y la introducción gradual de elementos metodológicos provenientes de enfoques sistémicos y funcionales. Construcción de secuencias locales de ocupación y abandono en yacimientos específicos. Es una aproximación menos frecuente, derivada de excavaciones en área y análisis intrasitio en los que intervienen estudios especializados de suelos y paleoecología. Abordaje de propuestas previas sobre procesos de poblamiento a escala regonal. Es poco frecuente y se ha desarrollado para aquellas áreas sobre las cuales se tiene un mayor conocimiento previo, sobre todo en lo referente a cronología absoluta, asociada a claros indicadores temporales desde la cultura material. Se observa principalmente en estudios preocupados por abordar la problemática del poblamiento temprano. Construcción o abordaje de interpretaciones sobre dinámicas de interacción social y cultural, principalmente en territorios de frontera. Esta óptica es poco frecuente pero se constituye en un importante campo de aplicación a mediano plazo. Sin embargo, se pueden identificar varios puntos que es necesario mejorar para garantizar que la información producida por las investigaciones por contrato sea de mayor utilidad para la arqueología de Colombia.En primer lugar, hay que dar mayor importancia al establecimiento de problemáticas de investigación, determinadas con base en una clara identificación de los vacíos, incongruencias y posibilidades interpretativas que brinda el estado del conocimiento arqueológico de cada región. Las problemáticas, abordadas mediante el diseño de hipótesis o de preguntas, siempre y cuando no se desarrollen de manera circular, son guías que permiten dirigir sistemáticamente el proceso de estudio hacia unos objetivos claros y prefigurando de antemano sus alcances. Su ausencia puede generar deficiencias en la recuperación, análisis e interpretación de la información. En general, la ausencia de problemáticas de investigación ocurre cuando se dan las siguientes situaciones: a) el equipo de investigación debe comenzar la labor de recopilación de datos, sin tener tiempo para la planeación de la investigación, y b) la formación profesional de los consultores es heredera de una tradición de pensamiento poco preocupada por aspectos teóricos y metodológicos. En segundo lugar, está la recuperación sistemática de las evidencias y sus contextos de proveniencia. Sabido es que la recuperación de muestras arqueológicas mediante sondeos y excavaciones, constituye en sí misma una actividad que altera el contexto orignal de las evidencias y que solamente mediante el registro riguroso de las características estratigráficas y de asociación tridimensional de las mismas, es posible compensar dicha alteración. En los casos en que no se cumple con éste procedimiento, se debe fundamentalmente a que no se tiene presente que la manipulación de las evidencias arqueolbgicas implica una responsabhdad que va más allá de quien las está estudiando. Los datos arqueológcos continúan siendo, una vez recuperados, patrimonio de la Nación y al ser un recurso cultural no renovable, son básicos para el desarrollo de la arqueología en el futuro. En tercer lugar, se tiene el nivel de representatividad de las muestras arqueológicas, el cual debe estar en relación directa con la calidad y cantidad de información que se requiere para lograr los objetivos de una investigación. En los estudios por contrato, la representatividad depende de los alcances de cada fase de investigación. En las prospecciones, la intensidad del muestreo debe ser tal que se logren altos niveles de certeza sobre la existencia o inexistencia de depósitos arqueológicos en las áreas de impacto directo, pero además, los muestreos se deben efectuar en la cantidad y extensión necesarias para lograr la caracterización de cada yacimiento en cuanto a densidad y calidad de evidencias, composición estratigráfica, posible extensión del depósito y su grado de conservación. Otra condición necesaria es que todos los sitios abordados sean muestreados con la misma intensidad, evitando así subestimar o sobrerepresentar la importancia de cada yacimiento con respecto a los demás. En las fases de rescate, la representatividad de los muestreos está definida por la necesidad de recuperar información sobre las principales características de los depósitos que pueden resultar afectados por la construcción de las obras. Para acceder a dicha información, salvo que se trate de depósitos de poca extensión, no se puede aspirar a recuperar la totalidad de las evidencias presentes. Por lo tanto, los muestreos deben efectuarse con la extensión y distribución necesarias para permitir la reconstrucción de los principales eventos que intervinieron en el proceso de formación del depósito, e identificar la variabilidad interna de materiales y contextos que a escala espacial y temporal presenta el yacimiento. Las deficiencias del muestreo arqueológico .tienen dos causas fundamentales: a) el suministro de información deficiente o desactualizada de tipo técnico y cartográfico, y b) la ausencia de un diseño de la metodología de campo, que incluya la zonificación del área de estudio y la definición de intensidades de muestreo. Tradicionalmente, la metodología empleada para definir la intensidad de los muestreos en la arqueología colombiana no ha sido sistemática, pues se ha tratado de muestreos que recuperan información en proporciones diferenciales, dependiendo más de la disponibilidad de tiempo que se tiene para el estudio o de lo promisoria que resulta un área específica. Así mismo, la identificación de los procesos predeposicionales y posdeposicionales de formación de los depósitos arqueológicos, a pesar de ser un procedimiento clave para sustentar la calidad de la muestra, ha sido poco aplicado. Un cuarto aspecto a mejorar consiste en el análisis y la interpretación de la información. Este procedimiento corresponde a lo que tradicionalmente se ha denominado fase de laboratorio. Su aplicación responde a la necesidad de trascender la mera recuperación de los datos, para abordar las características de los mismos y sus contextos, así como establecer relaciones entre ellos y respecto a otros conjuntos arqueológicos previamente recuperados. Si se tiene en cuenta que la arqueología es una disciplina que pretende conocer las caractensticas sociales, culturales e históricas de las comunidades humanas del pasado, a través de la recuperación, registro y análisis de las evidencias, resulta apenas natural que los procesos de investigación tengan como finalidad primordial la interpretación de los datos en términos sociales, culturales e históricos. E n general, el ejercicio interpretativo se encuentra pocas veces en las fases de prospección. Ello parece comprensible si se tiene en cuenta que ésta es, en la mayoría de los casos, una fase previa al rescate en donde se espera abordar con mayor calidad y cantidad de datos, la interpretación final de toda la secuencia de estudios arqueológicos de cada proyecto. No obstante, algunas experiencias demuestran que la prospección por si misma puede arrojar datos suficientes como para apoyar interpretaciones, y lo más importante, delinear y justificar las perspectivas de investigación de la fase siguiente. La ausencia interpretativa que se observa en algunos estudios, es el resultado o bien de la poca cantidad de información disponible en el área de estudio, o de un problema estructural de la formación profesional en arqueología. Pasando a un ámbito más amplio, hay otra clase de aspectos que también requieren ajuste para mejorar el perfil de los estudios de arqueología por contrato y que dependen en gran medida de las empresas que solicitan los estudios y de las firmas consultoras que los desarrollan. Es preciso lograr un mayor acompasamiento entre las fases arqueológicas y técnicas. Todavía se presentan problemas de falta de sincronización entre los cronogramas por ejecución de las obras y las actividades arqueológcas. Finalmente, es preciso concretar el enunciado de interdisciplinareidad entre los estudios arqueológicos y los ambientales en general. La arqueología puede suministrar información valiosa para ayudar a comprender la dinámica reciente de las sociedades y la ecología a la que se aplican los demás estudios ambientales. En sentido contrario, los arqueólogos deben hacer un uso más eficiente de la información producida para las demás dimensiones ambientales. Para lograr estos objetivos, es preciso partir de una concepción de la arqueología más ligada a la historia reciente de las sociedades y su entorno ecológico. Sin lugar a dudas, el desarrollo de las investigaciones arqueológicas aplicadas, como parte de la gestión ambiental de ISA, han logrado uno de sus objetivos fundamentales como es el de recuperar información en peligro de ser afectada por la construcción de sus proyectos. También se ha procurado que dicha información no se reduzca al inventario de una gran cantidad de objetos antiguos, tratando de adelantar interpretaciones acerca de su significado en términos sociales, culturales ehistóricos. Pero hasta ése momento, todo es sólo información potencial que adquiere su verdadero valor cuando es divulgada, no sólo entre los estudiosos, sino entre las comunidades. El interés de ISA por divulgar los resultados de los estudios, tiene un claro referente en la publicación de 1994, lo que posteriormente se ha visto refrendado con el diseño y puesta en marcha del Proyecto de Divulgación del Programa de Arqueología. Este contempla, además de la realización de publicaciones científicas y no especializadas, la información directa a las comunidades mediante talleres, charlas y conferencias, así como la distribución de muestras arqueológicas en museos locales y regionales, bajo estrictos criterios de conservación y divulgación de los materiales. Como parte de ésta implementación, la publicación de los estudios que se presentan en éste segundo libro de arqueología, responde a una necesidad expresada y sentida por las instituciones y personas que de una u otra forma se interesan por el patrimonio arqueológico del país, y las características de las investigaciones adelantadas en la labor de su recuperación y estudio. Mapa 1 Santo Catalina OCEANO AT~ÁNTICO VENEZUELA OCÉANO PAC~FICO 1. Cuesteci tas - Majayura 2. Sabana la rga - N u e v a Barranquil la 3. Sabana la rga - F u n d a c i ó n 4 . San Car los - Sabana la rga 5 . C e r r o m a t o s o - Urrá 6 . C e r r o m a t o s o - Urabá 7 . G u a t a p é - J a g u a s 8 . Playas - Primavera 9. San Car los - C o m u n e r o s 10 . La Sierra - Purnio 1 1. San Fel ipe - Miel I - Purnio @, i r e a de estudio orqueoiiqico 12. San Car los - San M a r c o s 13 . La Virginia - La Hermosa 14. va r ian te Páez 15 . Repe t ido ra La C h a p a 16. Pasto - lpiales 17. Betania - Mirolindo 18. La M e s a - Mirol indo 19. S o c h a g o t a - G u a t i g u a r ó 2 0 . O c a ñ a - C o p e y lNTERCONEXl6N ELCCTRICA S.A. E.S.P. PROGRAMA DE ARQUEOLOGIA DISTRIBUCI~N DE PROYECTOS CON ESTUDIOS ARQUEOL~GICOS 1991 - 1997 Esc: SIN ESCALA ZONAS DE LOS ESTUDIOS ARQuEOL~GICOS QUE CONTIENE ESTA PUBLICACI~N Tablal. PROYECTOS E N ISA CON APLICACIÓN DE ESTUDIOS DE ARQUEOLOGIA * Investigación en curso *investigación concluida Tabla 2. ~NTERCONEXI~N ELÉCTRICA S.A E.S.P PROGRAMA DE ARQUEOLOG~A FECHAS D E RADIOCARBONO otoco, Valle del Periodo CIásico ~ e c n i a - Mirolindo a 230 kv. San Carlos - Comuneros a 230 kv. San Carlos - San Marcos a 500 kv. San Carlos - San Marcos a 500 kv. San Carlos - San Marcos a 500 kv. Sabanalarga - Fundación a 230 kv. Sabanalarga - Fundación a 230 kv. San Carlos - San Marcos a 500 kv. La Sierra - Purnio a 230 kv. Jaguas - Guatapé a 230 kv. Cerromatoso - Urabá a 230 kV. Vda. Buenavista, Coyaima, Tolima Puerto Araujo, Cimitarra, Santander Finca Minitas, "da. Colorados, Yotoco, Valle del Cauca Finca el Saladito, Vda. El Bosque, Cgto. Cuba, Neira, Caldas Vereda Labor Abejorral, Antioquia. Salamina, Magdalena - Salamina, Magdalena Finca Otaima, La Merced, Caldas Hda. Florencia, rio Cocomá, Puerto Triunfo, Antioquia. Vda. El Bizcocho, San Rafael, Antioquia Hda. San José, vda. Guayuco, cgto. San Francisco del Rayo, Montelibano, Córdoba Acceso Torre 270, Sitio 5, T-0899, Piso 1 Torre 209. Corte 1. Nivel 30-35 YSM 03-00, Corte 1, nivel 20-30 cm. Yac 44, Saladito, SM 1 Nivel 4,50-65 cm. Yac. 16. Ventiadero, SPI 20-25 cm. Torre, 48, yac. 5, PS 1, nivel 10.15 cm. Torre, 48, yac. 5, PS 1, nivel 20-25 cm. Yac 39, SM 1, nivel 25-35 cm. Colección 17, SM 1, nivel 50-60 cm. Ya<: 6 A-2612, corte ?, nivel 10-15 cm. Acceso Torre 102, Yac. 13, Túmulo funerario, nivel 3,5- 4,O mis. 1590 1580 1550 540 1220 1150 1090 900 980 970 950 50 80 120 90 50 70 80 50 50 60 70 390-600 DC 330-640 DC 245-690 DC 1285-1505 y 1595-1620 DC 1260-1400 DC 705-1020 DC 780-1055 y 1090-1150 DC 1020-1250 DC 985-1180 DC 980.1215 DC 980-1245 DC 420-550 DC 410-590 DC 405-640 DC 1310-1355 1385-1445 DC 1280-1310 y 1365-1375 DC 800-985 DC 885-1020 DC 1040-1215 DC 1010-1055 y 1090-1150 DC 1010-1165 DC 1015-1180 DC 450 DC 460,480 y 520 DC 540 DC 1415DC 1295 DC 890 DC 980 DC 1170 DC 1030 DC 1035 DC 1040 DC Grupos alfareros de1 Periodo Clásico Formativo Magdalena Medio Fase Yotoco - Sonso ? Complejo Cerámico Marrón Inciso Complejo Cerámico Quebradanegra Fase Portacelli de1 Segundo Horizonte cerámico Pintado de la Guajira ? Fase Portacelli de1 Segundo Horizonte cerámico Pintado de la Guajira ? Complejo Cerámico Marrón Inciso Horizonte Cerámico del Magdalena Medio Horizonte Cerámico Magdalena Medio Tradición cerámica Modelada Pintada de la 2a Ocupación del San Jorge 103589 70043 102883 77441 77435 95491 95492 77439 101275 108022 82002 ISA y Rodnguez ISA, López, Correcha y Nieto ISA y Moreno ISA, Castillo y Piazzini ISA, Castillo y Piazzini ISA , Duque, Espinosa, Nieto y Restrepo ISA , Duque, Espinosa, Nieto y Resirepo ISA, Castillo y Piazzini ISA y Rivera ISA y Rodriguez ISA, Espinosa y Nieto. 1997 1994 1997 1995 1995 1996 1996 1995 1997 1997 1995 Tabla 2. INTERCONEXIÓN ELÉCTRICA S.A E.S.P PROGRAMA DE ARQUEOLOG~A FECHAS D E RADIOCARBONO (Continuación) omplejo Cultur rabá a 230 kv. Betania - Mirolindo a 230 kv. Betania - Mirolindo a 230 kv. La Sierra - Purnio a 230 kv. La Sierra - Purnio a 230 kv. Vda. El Triunfo, Ortega, Tolima Finca La Palma, vda. Letrán, Yaguará, Huila Hda. La Arenosa, P. Nare, Antioquia Hda. La Arenosa, P. Nare, Antioquia Torre 345, Sitio 112, T-0942, nivel 4 a 20- 25 cm. Torre 8, Sitio 44, H- 0089, nivel 4 a 20-25 cm. Torre 48, Corte 5, Cuadrícula F. Nivel 2 a 20 cm. Torre 48, Corte 1, Cuadrícula A'. Nivel 3,30-40 cm. 240 220 140 20 50 60 50 50 1520-1570, 1630-1690, 1735-1815 y 1925-1950 DC 1520-1570, 1630-1890 y 1905-1950 DC 1660-1950 DC 1700-1720, 1820-1855 y 1860-1920 1945-1950 DC 1645-1675, 1775-1800 y 1945-1950 DC 1650-1680, 1745-1805 y 1935-1950 DC 1675-1775 y 1800-1945 DC No 1660 DC 1665 DC 1690, 1735, 1815 y 1925 DC No Grupos alfareros tardíos. Grupos Yalcones del periodo colonial temprano ? Horizonte Cerárnico Magdalena Medio Horizonte Cerámico Magdalena Medio 103592 103594 109356 101274 ISA y Rodríguez ISA y Rodriguez ISA, PLARE y Rivera ISA, PLARE y Rivera 1997 1997 1997 1997