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Arqueologia e Estudos de Impacto Ambiental

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ARQUEOLOGÍA 
E N E S T U D I O S 
DE I M P A C T O 
A M B I E N T A L 
V O L U M E N 2 
8661 'umapaJN 
s a ~ r j ~ 3 sauo!sa~dur~ :u?!sa~dur~ 
papp~uaa~=) oqo~auod :u?paure~8a!a 
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sapua!qtuv sopmsg ap o d n ~ 3 - u?!suadxg ap apuaJa3 :u?ppg 
VSI O 
EN EL CONTEXTO DE LA 
Carlo Emilio Piazzini 
Programa de Arqueología 
Interconexión Eléctrica S.A. E.S.l? 
Entre 1991 y 1998, Interconexión Eléctrica S.A. 
E.S.P ha incorporado estudios de arqueología 
dentro de la gestión ambiental de sus proyectos 
de transmisión de energía, con la finalidad 
expresa de dar adecuado tratamiento a los 
impactos que sobre el patrimonio arqueológico 
de la Nación pudieran generarse durante la 
construcción de los mismos. 
A lo largo del presente articulo, se presentan las 
principales características técnicas, 
investigativas y de proyección social del 
Programa de Arqueología de ISA, mediante un 
análisis enmarcado dentro del devenir de la 
arqueología colombiana. 
Como punto de partida para éste análisis, se 
considera que las prácticas de conocimiento, se 
' [f. Hodder, 1988 30-31, Ttigger. 1992: 23-29 y Shanks y Tilley, 1992 66~67. 
desarrollan en estrecha relación con el contexto 
social circundante, sin perder de vista que 
también existe una dinámica académica al 
interior de las mismas. La arqueología en sentido 
genérico, es una disciplina dirigida a la 
producción y divulgación de información sobre 
el pasado de la humanidad, mediante una 
práctica que incluye normas de procedimiento 
fijadas por diversas tradiciones de pensamiento, 
las cuales se configuran en contextos sociales e 
históricos específicos'. 
En este orden de ideas, la arqueología por 
contrato es una modalidad de la disciplina 
arqueológica que se caracteriza por la 
recuperación, estudio y divulgación del registro 
arqueológico involucrado en el desarrollo de 
obras de infraestructura. 
La dinámica interna de esta modalidad, está 
determinada por normas de procedimiento que 
la comunidad de arqueólogos fija de manera 
explícita o implícita, pero además, responde a 
una demanda externa de tipo social e 
institucional, por la protección, recuperación y 
divulgación de información sobre el Patrimonio 
Arquedógico de la Nación. 
En el caso del Programa de Arqueología de ISA, 1.1.1 Desarroflo del marco legal 
se trata de la gestión integral de estudios 
tendientes a prevenir, mitigar, corregir y/o 
compensar los efectos negativos que la 
construcción de los proyectos de la Empresa 
puedan generar sobre el Patrimonio 
Arqueológico. Este Programa se ha venido 
desarrollando conforme a la legislación 
colombiana sobre recursos culturales y 
ambientales, las políticas social y ambiental de 
la Empresa y según los perfiles desarrollados por 
los profesionales que se desempeñan como 
consultores e interventores. 
Para un acercamiento a las principales 
características del Programa, se inscribe su 
devenir en el marco histórico de la arqueología 
colombiana, particularmente en lo relativo a la 
legislación sobre patrimonio histórico, el 
desarrollo académico e investigativo y el 
relacionamiento de la práctica arqueológica con 
el contexto social. 
1.1 ESCENARIO DE 
INSERCIÓN DE LA 
ARQUEOLOG~A POR 
CONTRATO E N 
COLOMBIA 
El ejercicio de la arqueología por contrato en 
Colombia, comenzó desde la década de los 
setenta, pero su aplicación se ha incrementado 
notablemente durante los noventa, lo cual ha 
implicado cambios relevantes en la manera como 
tradicionalmente se aplicaba y concebía la 
arqueología en el país. 
' Duque, 1967 81 
j Ibid 
e Ibid 82 
El interés del Estado colombiano por preservar 
el patrimonio arqueológico se remonta al siglo 
XIX, cuando por disposición oficial se fundó el 
Museo Nacional y se expidieron decretos que 
abogaban por la protección, organización y 
estudio de las colecciones arqueológicas 
existentes. No obstante, el primer antecedente 
legislativo s o b e protección del patrimonio 
arqueológico, lo constituye la ley 48 de 1918, 
que incluyó los ((monumentos prehispánicos)) 
dentro del ((material de la historia patria)) y 
prohibió su destruccibn, reparación, 
ornamentación o cambio de destino, sin permiso 
del entonces Ministerio de Instrucción Pública2. 
El paso siguiente fue la prohibición salvo 
permiso otorgado por el Gobierno Nacional, de 
sacar del país objetos de valor histórico, que 
fueran de carácter público o privado, como lo 
enuncia la Ley 47 de 1920'. 
Luego, mediante la ley No. 103 de 1931, 
reglamentada después por el decreto No. 904 
de 1941, se fortalecen las anteriores leyes, 
expresamente en lo relacionado con el fomento 
para la conservación de los monumentos y 
objetos arqueológicos en toda la extensión del 
territorio nacional y la definición de los requisitos 
necesarios para exportar objetos de valor 
arqueológico e histórico'. 
En 1959 se expide la ley 163, reglamentada por 
el decreto 264 de 1963. Los contenidos de esta 
ley se constituyeron en la expresión legislativa 
básica para las décadas siguientes. Entre las 
diversas disposiciones señaladas, resultan de 
especial interés: la introducción de la figura de 
Patrimonio Histórico; la primera enunciación 
sobre sanciones y recomendaciones frente al 
deterioro o destrucción de yacimientos 
arqueológicos como resultado de la construcción 
de obras de infraestructura; y el derecho de 
propiedad de la Nación sobre los contenidos 
arqueológicos que pudieran ser hallados en tales 
circunstancias". 
Este esquema legislativo, poco o nada 
preventivo frente a los efectos del desarrollo del 
país sobre los bienes culturales, ha prevalecido 
hasta el presente. Aunque la Constitución 
Colombiana de 1991, declara la responsabilidad 
conjunta del Estado y las personas en la 
protección de las riquezas culturales y pone a 
salvo el patrimonio cultural de la condición 
ordinaria de los bienes comerciales" no tiene 
implicaciones directas sobre el perfil legslativo 
anteriormente señalado. 
Este «vacío preventivo)) de la legslación sobre 
el patrimonio cultural, se ha cubierto 
recientemente, mediante la instrumentación que 
se ha efectuado de la Ley 99 de 1993, la que 
trata fundamentalmente sobre la protección de 
los recursos naturales, pero parte de una 
concepción integral de Medio Ambiente que 
incorpora las dimensiones social y cultural. 
En este contexto, la legslación colombiana ha 
influido en el desarrollo de la arqueología por 
contrato en dos sentidos. En primera instancia, 
como una respuesta proactiva por parte de 
algunas empresas frente al riesgo que supone el 
manejo de sanciones legales cuando los 
proyectos ya se encuentran en construcción. En 
segunda instancia, como consecuencia de la 
instrumentación de los procedimientos de 
obtención de licencias ambientales, bajo la 
óptica concertada entre algunos sectores 
empresariales y el Ministerio del Medio 
Ambiente. 
La aprobación reciente de la Ley 397, 
denominada Ley de la Cultura, implica que a 
corto plazo la legislación sobre recursos 
Ley 163 de 1959, ortitulos 1 2 y 13 y Decreto 264 de 1963, ortitulos 1 y 26 
Artitulos 8, 63 y 72 
' Obreqón, 1992 130-131 
culturales se pondrá a tono con el perfii de la 
legislación ambiental, no solamente porque 
exigirá acciones preventivas, sino además 
porque planteará una instrumentación 
acompasada de los procedimientos para la 
solicitud y obtención de permisos y licencias a 
los responsables del desarrollo de la 
infraestructura del país. 
1.1.2 Desarrollo académico e 
investigativo 
Para efectos exclusivos de tratar 
cronológicamente la dinámica de la arqueología 
en Colombia, se hará uso de una periodización 
que corresponde a la identificación de 
características internas y externas de la disciplina, 
ocurridas con cierta simultaneidad en lapsos de 
tiempo definidos así: un periodo inicial (1800- 
1940), de tipo aficionado e historiográfico; un 
segundo periodo (1 941-1 970), de 
institucionalización de la disciplina, bajo un 
enfoquehistórico-cultural; un tercer periodo 
(1 971-1 989) caracterizado por el incremento de 
la docencia y la investigación; y un cuarto 
periodo (1990-hasta el presente), en el cual se 
observa una convivencia ecléctica de diversos 
enfoques teórico-metodológicos, una actitud 
reflexiva del que hacer arqueológico y un 
incremento sin precedentes en los proyectos de 
investigación, como resultado del auge de la 
arqueología por contrato. 
Durante el primer periodo, salvo por la visita 
esporádica al país de algunos investigadores 
extranjeros, el estudio de la arqueología se 
encontraba entre los campos de afición de ciertos 
personajes de la élite ilustrada, médicos e 
ingenieros que abogaban por el desarrollo de la 
ciencia, la humanística y la erudición como vía 
para el progreso y conexión del país con el medio 
europeo7. Los estudios y referencias se 
concentraron en colecciones particulares y 
públicas provenientes de guaquería, o en 
conjuntos de estatuas, petroglifos y tumbas, 
localizados en regiones de afamada riqueza 
arqueológica como San Agustín, la Sierra 
Nevada de Santa Marta, el Altiplano 
Cundiboyacense, el valle medio del Cauca y la 
región Calima. Las escasas inferencias efectuadas 
sobre estos contenidos arqueológicos, se 
basaban la mayoría de las veces en las crónicas 
de la conquista, en la labor de desentrañar 
posibles significados y pertenencias étnicas8. 
Luego, con la fundación en 1941 del Instituto 
Etnológico Nacional, se dio inicio a la enseñanza 
y ejercicio profesional de la arqueología, como 
subdisciplina de la antropología. Con elio, se da 
comienzo a un nuevo periodo de la arqueología 
en Colombia, que perdura hasta la década de 
los setenta. Un cambio fundamental respecto al 
periodo anterior, lo constituye la mayor 
importancia concedida a la recuperación directa 
de los datos en campo, que ya n o sólo 
correspondían a ajuares funerarios o rasgos 
monumentales, sino a un rango más amplio de 
evidencias que incluían contextos domésticos. 
A escala espacial, se reportaron nuevos sitios 
arqueológicos, que salvo en el caso de regones 
como la Costa Atlántica, el Chocó y Antioquia, 
la mayoría fueron localizados en áreas que ya 
gozaban de fama por su riqueza arqueológica 
en los periodos anteriores9. En el ámbito 
cronológico, con el refinamiento de la técnica 
de control estratigráfico y el advenimiento de 
los métodos de datación por radiocarbono, parte 
de la arqueología de los años cincuenta y sesenta 
pudo acceder a una dimensión temporal de los 
fenómenos culturales y sociales prehispánicos, 
antes insospechada. 
loromillo y Oyuelo-Coycedo, 199451-55 
' lb id 54 
'O loromillo y Oyuelo-Coytedo, 199462 
" ReirhelLDolmotof, 1965. 
'' Cf. Ardilo, 1997 4 y Gne(ro, 199413. 
Conjuntamente con la implementación de 
técnicas básicas de recuperación, registro y 
clasificación de las evidencias, se adoptó un 
enfoque de tipo histórico-cultural que concebía 
la labor interpretativa como el ordenamiento 
espacial de conjuntos más o menos homogéneos 
de rasgos arqueológicos, según áreas culturales, 
muchas de las cuales se correlacionaron 
directamente con territorios de determinados 
grupos indígenas, conocidos gracias a las 
crónicas del siglo XVI. Las semejanzas y 
diferencias entre estos conjuntos llamados 
complejos, culturas, horizontes o tradiciones, se 
explicaban frecuentemente por fenómenos de 
migración o difusión cultural. Este enfoque, pese 
a la introducción posterior de otras perspectivas 
de interpretación, continuó siendo muy popular 
entre los arqueólogos, constituyéndose en el 
fundamento conceptual que ha caracterizado 
buena parte de la arqueología colombiana hasta 
el presente1". 
Sobresale en ésta época por su influencia, el 
trabajo del antropólogo Gerardo Reichel- 
Dolmatoff, quien estableció el primer esquema 
de cobertura nacional sobre la evolución de las 
sociedades prehispánicasl '. Desde su óptica 
particular, este antropólogo, sin reñir con los 
enunciados histórico-culturales, se interesó por 
ir más allá de la definición de culturas o 
complejos arqueológcos, al tratar de explicar el 
cambio histórico y la diversidad cultural como 
resultado de la adaptación de las sociedades a 
su medio ambiente y el grado de desarrollo o 
evolución social de sus estructuras económicas 
y políticas. Muchas de las investigaciones 
arqueológicas efectuadas con posterioridad, 
tratarían directa o indirectamente con las 
problemáticas definidas por Reichel- 
DolmatofP2. 
Entre la década de los setenta y ochenta, las 
investigaciones arqueológicas se incrementaron 
notablemente, debido a la fundación de los 
cuatro departamentos de antropología que 
imparten actualmente educación superior en 
arqueología y gracias al apoyo financiero de 
algunas entidades estatales. Muchas de estas 
investigaciones se desarrollaron en sitios 
puntuales, pero se fue fortaleciendo la idea de 
cubrir áreas geográficas más amplias como parte 
de cada estudio y se aplicaron los primeros 
programas de investigación regional a largo 
plazo. Así mismo, los arqueólogos comenzaron 
a advertir la importancia de recuperar muestras 
de valor ecológico, susceptibles de ser 
aprovechadas mediante análisis de 
zooarqueología, paleobotánica y palinología, 
recientemente introducidos en el medio 
académico local. 
La cobertura espacial y cronológica del registro 
arqueológico, se incrementó notablemente 
durante este periodo. Regiones como los Llanos 
Orientales, la Costa Pacífica y el Magdalena 
Medio, entre otras, comenzaron a figurar en los 
mapas arqueológicos. 
Aunque los enfoques tradicionales de corte 
histórico-cultural continuaron predominando, se 
comenzaron a desarrollar interpretaciones sobre 
pautas de asentamiento, relaciones entre las 
comunidades y el medio ambiente, y cambio 
social, enfoques que reflejaban el inicio de la 
influencia local que ha tenido la arqueología 
funcionalista norteamericana y europea. 
Durante la década de los noventa, se viene 
dando un fortalecimiento de las investigaciones 
regionales interesadas por las problemáticas 
demográficas y medioambientales y se observan 
varios aspectos que estanan indicando una nueva 
etapa dentro de la dinámica interna de la 
arqueología en el país. En primer lugar, la 
introducción, aún incipiente pero prornisoria, de 
Cf. Gnetro, 1995 y Moro et. 01, 1997 
una dinámica reflexiva y crítica acerca del 
quehacer arqueológico, tanto en sus aspectos 
teorico-metodológcos, como sus relaciones con 
el contexto social y cultural en el que se 
desarrolla. En segundo lugar, el incremento de 
arqueólogos que han recibido o reciben 
formación especializada, implica a corto y 
mediano plazo la cualificación del perfil 
educativo e investigativo de la comunidad 
científica en general. 
Coinciden varias de las recientes reflexiones 
críticas en que el devenir de la arqueología 
colombiana, se ha caracterizado por un perfil 
empírico, más inclinado a la recolección de datos 
de campo y a su descripción según categorías 
taxonómicas, que al abordaje de temáticas 
teóricas y metodológicas en la vía de lograr la 
interpretación y explicación de problemáticas 
históricas, sociales y cultura le^'^. 
En este panorama, es importante mencionar que 
la arqueología por contrato se ha insertado en el 
devenir de la arqueología colombiana, cuando 
se comenzaba a generar una cierta tensión entre 
las viejas corrientes de pensamiento de carácter 
empirista y planteamientos más recientes que 
abogan por la adopción de posiciones interesadas 
en la metodología y la teona. 
Con todo, la arqueología en Colombia no 
presenta un estado de madurez científica tal que 
exhiba escuelas de pensamiento. Por el contrario, 
más que la existencia de diversos paradigmas 
opuestos, lo que se puede observar es la 
coexistencia, en condición ecléctica, de maneras 
de hacer arqueología compuestas por parámetros 
teóricos y metodológicos pertenecientes a 
diversas tradiciones de pensamiento. 
De otra parte, es interesante anotar que pese asu larga tradición empírica, el estado de 
cubrimiento espacial y temporal de los datos 
básicos de la arqueología colombiana, es aún 
incipiente para muchas regones. Por lo tanto, 
los estudios de arqueología por contrato, 
necesariamente han tenido que dirigir gran parte 
de sus esfuerzos al levantahiento de 
información de base, lo que ha implicado, 
conjuntamente con otros factores, el perfd de 
su aporte interpretativo. 
1.1.3 Desarrollo de la inserción 
social e institucional de la 
arqueología 
Durante el periodo inicial de la arqueología en 
Colombia, el interés por el pasado indígena 
provenía de historiadores aficionados con una 
formación erudita e ilustrada. Sus discursos, al 
no ser especializados, se encontraban fácilmente 
mediados por temas debatidos en el ámbito de 
la ideología y la política de la época. 
Aunque durante éste periodo pocas veces se 
efectuó un balance positivo de la historia y la 
cultura indígena en el proceso de conformación 
de la Nación, los datos arqueológicos y 
etnohistóricos fueron utilizados como el 
cimiento prehistórico sobre el cual se edificó la 
historia de la Nación y de algunas de sus 
regiones, en las que tempranamente descollaban 
identidades excluyentes, así como en los debates 
políticos entre conservadores y liberales, 
radicales o moderados, sobre la participación del 
indio en el progreso y la modernización del país. 
De otra parte, entre las clases populares de 
origen rural, localizadas en áreas de reconocida 
riqueza arqueológica en donde se desarrolló la 
guaquería, circulaba un discurso oral que 
alimentó la imaginería popular y ayudó a 
conformar una percepción no especializada 
sobre el patrimonio arqueológico. Tumbas de 
legendarios caciques, fuegos fatuos, tesoros, 
transmutaciones de la materia y maldiciones, son 
elementos que conforman la aureola de misterio 
y leyenda que aún hoy en día se exalta entre la 
gente, cuando de vestigios arqueológicos se trata. 
Este panorama prevaleció hasta bien entrado el 
siglo XX, cuando se institucionalizó la 
arqueología en 1941. Desde entonces la 
disciplina ha encontrado su principal apoyo en 
el Estado, sin que haya derivado en una 
arqueología de tipo popular y nacionalista, como 
ha ocurrido en otros países latinoamericanos. El 
eco que para fines políticos de construcción de 
una identidad nacional haya podido tener el 
discurso arqueológico, ha sido disminuido por 
el grado de resistencia que cualquier discurso 
sobre el pasado indígena puede generar en un 
país cuyas ideologías oficiales, hasta épocas 
recientes, estaban dirigidas compulsivamente 
hacia la occidentalización, la modernización y 
el progreso. 
En realidad, al transformarse en un ejercicio 
especializado, con aspiraciones de neutralidad 
frente al contexto social circundante, la 
arqueología tuvo una proyección menos &recta 
y en muchos casos esquiva frente a la sociedad. 
Salvo por la tradición museológica, que es 
paradigmáticamente anterior a la científica, la 
información producida por los arqueólogos ha 
circulado en comunidades de sentido muy 
reducidas. 
Una imagen sintomática del grado de 
aislamiento que posee actualmente el discurso 
producido por los arqueólogos en el contexto 
colombiano, lo constituye el hecho que ante la 
mención del término arqueología, cuando éste 
al menos es entendido, muchas personas 
irnagnarán guacas, otras no menos numerosas, 
se remontarán a las civilizaciones egipcias, 
aztecas o incas, o evocarán la figura 
cinematográfica de Indiana Jones, mientras que 
quizá muy pocos se remitan a la historia humana 
más antigua del actual territorio colombiano. 
Recientemente, y en consonancia con 
planteamientos recientes en el ámbito global de 
la teoría arqueológica, algunos arqueólogos 
colombianos comienzan a tomar en cuenta este 
problema, señalando la necesidad imperativa de 
reconocer que su ejercicio, por neutral que 
pretenda ser, tiene nexos innegables con el 
contexto social circundante y que la arqueología 
no solamente debe proyectarse socialmente, 
sino que debe reconocer la existencia de otros 
discursos alternativos sobre el pasado14. 
Frente a esta problemática, la arqueología por 
contrato, al encontrarse vinculada con la gestión 
de proyectos de infraestructura que requieren 
de un relacionamiento con las comunidades y al 
tratar con bienes culturales que pertenecen a la 
Nación, ha implicado la necesidad de repensar 
la manera en que tradicionalmente se venían 
dando las relaciones entre arqueología y 
sociedad. Algunos esfuerzos en este sentido se 
han dado al desarrollar actividades de 
información comunitaria, mediante talleres, 
charlas, exposiciones y publicaciones. 
1.2 EL PROGRAMA DE 
ARQUEOLOGIA EN ISA 
El auge que ha tenido la arqueología por 
contrato, precisamente en la década de los 
noventa, se encuentra ligado a la prioridad dada 
por el Estado al desarrollo de la infraestructura 
productiva de los recursos mineros y energéticos 
del país, asociada a una preocupación existente 
al interior de sectores financieros internacionales 
y empresas locales por ejecutar las obras tratando 
de reducir los traumatismos causados sobre el 
medio social y natural. Se trata en el fondo de 
una implicación puntual -en este caso sobre el 
'qnecro, 1995. 
" Se trato fundamentalmente de los proyetios Colimo Ill y Miel l. 
Carmona, 1994. 
" Angel, Carmano y Villegas, 1996. 
manejo de los recursos arqueológicos- de la 
aplicación general del concepto de desarrollo 
sostenible. 
En este contexto, ISA contempló en 1991, por 
primera vez, la aplicación de estudios de 
arqueología como parte de sus proyectos, 
aunque en años anteriores había apoyado su 
realización en proyectos hidroeléctrico^'^. 
Los primeros estudios consistían 
fundamentalmente en el acompañamiento o 
monitoreo de las actividades de construcción 
de los proyectos, levantando información de 
valor arqueológico en los sitios de obra y sus 
alrededores. El interés científico estuvo dirigido 
a la descripción genérica y cualitativa de material 
cerámico y lítico y a su asociación con tipos, 
complejos u horizontes previamente definidos. 
Por consiguiente, su aporte, además de fortalecer 
las colecciones de referencia, consiste en la 
ampliación de la extensión temporal o 
cronológica de esquemas de tipo histórico- 
cultural, anteriormente definidos. 
Entre 1992 y 1993, se implementó por primera 
vez el esquema de las fases de prospección 
seguidas del rescate, mientras que el monitoreo 
se efectuaba por la parte de la firma interventora 
de la obra. A partir de este momento se introdujo 
gradualmente un esquema de sincronización 
entre las fases del estudio arqueológico y las 
etapas técnicas de los proyectos, cuyo objetivo 
fundamental era el de prevenir, antes que 
remediar los impacto^'^. Este esquema hace 
parte de un modelo sistémico de análisis de 
impactos, que por entonces se configuró para 
adelantar la gestión ambiental de la Empresa". 
En los siguientes estudios, desarrollados entre 
1993 y 1995, figuran las líneas a 230 kV. San 
Carlos-Comuneros y Cerromatoso-Urabá, cuyos 
resultados se presentan en ésta publicación. Se 
pudieron efectuar labores de reconocimiento y 
prosp~cción con anterioridad a la construcción 
de las obras, mientras que las excavaciones en 
aquellos yacimientos propuestos para rescate se 
desarrollaron inmediatamente antes o .durante 
la construcción. Así mismo, se contemplaron 
labores de seguimiento arqueológico durante la 
construcción, ya fuera por parte de un 
profesional especializado o de los monitores 
ambientales de los proyectos. 
En estos estudios se sigue tratando 
fundamentalmente de aportar con datos nuevos 
a esquemas de distribución cronológica y espacial 
previamente construidos, pero además se nota 
un interés por analizar los datos conforme al 
empleo de variables medioambientales, ya sea 
para la definición de las áreas de muestre0 o para 
el análisis de los resultados. Dentro de un 
contexto de análisis más amplio, se tiene que 
estasdos últimas investigaciones, se efectuaron 
como parte de los Estudios de Impacto 
Ambiental exigidos por el entonces recién creado 
Ministerio del Medio Ambiente. 
De fundamental importancia en lo referente a 
la proyección de los resultados de los estudios, 
es la publicación por parte de ISA en 1994 del 
libro ((Arqueología de Rescate en Líneas de 
Transmisión Eléctrica), en donde se divulgaron 
los resultados obtenidos en los estudios de las 
líneas San Carlos - Sabanalarga a 500 kv, 
Custecitas - Majayura a 230 kv, La Mesa - 
Mirolindo a 230 kv, y se incluyó un balance con 
propuestas y perspectivas sobre el manejo del 
patrimonio arqueológico en proyectos de 
generación y transmisión de energía eléctrica1'. 
Pocas veces en Colombia, por iniciativa de una 
empresa, se presentan los resultados publicados 
de su gestión sobre los impactos de tipo 
arqueológico, con lo que demuestra el 
IB ISA, 1994. 
l 9 Piozzini. 1997. 
Es importonteonotor queen proyedm de poco comple~idod ombientol. que no rquierende un Diagnóstico Ambiental 
de Alternotivos, el reconocimiento arqueológico se ho efectuado con~untomente con lo h r e de prospección. 
compromiso de ir más aiiá de la recuperación y 
estudio de la información, apoyando además la 
divulgación de la misma entre medios 
institucionales y académicos. 
Desde mediados de 1995, con la formalización 
del Programa de Arqueología de ISA, se 
comenzó a dar un tratamiento específico a la 
planeación, interventoría y proyección de los 
estudios arqueológicos, se dio continuidad a la 
aplicación del modelo sistémico de análisis y 
evaluación de impactos ambientales, pero 
además, se planteó un esquema en donde las 
exigencias de eficiencia técnica se 
complementaron con la calidad científica y la 
responsabilidad social, como parangones para 
planear, contratar, seguir, evaluar los estudios y 
proyectar los resu1tadosl9. 
Así mismo, el Programa de Arqueología de ISA 
emprendió gestiones en frentes adicionales a la 
interventoría de los estudios: la divulgación 
comunitaria y distribución de materiales 
arqueológicos a museos regionales, y la 
sistematización de los datos recuperados en los 
diferentes proyectos, con ayuda de sistemas de 
información geográfica. 
Entre 1995 y 1998, se han efectuado estudios 
arqueológicos en numerosos proyectos, algunos 
de los cuales por su magnitud técnica, aún se 
encuentran en curso. Líneas de interconexión 
como La Sierra-Purnio a 230 kv, Sabanalarga- 
Fundación a 230 k v e Interconexión con 
Ecuador a 138 kv, son un claro ejemplo de 
proyectos en los cuales el componente 
arqueológico se ha aplicado desde la fase de 
prediseíio y diseño, hasta su fase de construcción: 
reconocimiento en el diagnóstico ambiental de 
alternativas, prospección en el estudio de 
impacto ambiental, rescate y monitoreo como 
parte de la aplicación del plan de manejo 
ambiental2". 
Estos estudios y otros que se han desarrollado 
recientemente, presentan una relativa 
homogeneidad en lo referente a las técnicas y 
métodos de investigación, mientras que a escala 
teórica reflejan el estado de eclectisismo que 
exhibe la arqueología contemporánea en el país. 
1.3 BALANCE Y 
PERSPECTNAS 
El perfil de cubrimiento de los impactos sobre 
el patrimonio arqueológico que con estos 
estudios se ha podido trazar, comprende un 
proceso gradual, inversamente proporcional en 
el tiempo, entre la atención remedia1 de los 
impactos en los proyectos iniciales hasta su 
prevención en los proyectos más recientes. Pero 
además del control de los impactos, se ha 
recuperado información de valor científico para 
la arqueología colombiana. 
Entre 1992 y 1998, ISA ha aplicado estudios de 
arqueología en 19 líneas de interconexión, 1 1 
subestaciones y una estación de 
telecomunicaciones. En 25 de éstos proyectos, 
se han reportado depósitos arqueol6gicos. 
Las líneas y subestaciones diseñadas cubren 
transectos y sitios puntuales en el norte, oriente, 
centro y suroccidente del país. Las 
investigaciones arqueológicas previamente 
existentes en ésas áreas, varian obviamente en 
cantidad y resultados, pero en general se trata 
de información levantada con base en 
prospecciones puntuales, no de carácter regional 
o sistemático, mientras que la existencia de 
excavaciones de área o intrasitio es inexistente 
en gran parte de ellas. 
Uno de los principales aportes del Programa de 
Arqueología de ISA para el conocimiento de la 
historia temprana de éstas regiones, es el 
suministro de datos básicos sobre la dispersión 
espacial y cronológica de los depósitos y sus 
características culturales y medioambientales. 
Para 1997, cerca de 858 sitios arqueológcos han 
sido detectados, para los cuales se han obtenido 
34 dataciones de radiocarbono y se recuperaron 
ecodatos en más de una decena de sitios. Aparte 
de ello, están las numerosas colecciones 
cerámicas y líticas, que al igual que los demás 
materiales de valor arqueológico y 
paleoambiental, han sido entregadas o están en 
proceso de entrega a los museos regonales. 
Fuera de estos materiales y la referencia a sus 
contextos de recuperación, se han elaborado 
interpretaciones que pueden aportar al 
conocimiento de características sociales, 
económicas y culturales de las comunidades 
indígenas y de sus procesos históricos de cambio 
e interacción. 
Sobre el potencial interpretativo de esta 
información es importante tener en cuenta que 
el tipo de proyectos de ISA, implica muestreos 
discontinuos de tipo lineal que cruzan variados 
paisajes naturales, o muestreos puntuales e 
intensos en sitios específicos. Estas 
características difieren notablemente de los 
transectos continuos que implican otro tipo de 
obras como oleoductos o carreteras, o de los 
cubrimientos concentrados de proyectos como 
hidroeléctricas o ciertos complejos de 
explotación de minerales. 
Ello implica que los estudios arqueológicos 
aplicados a los proyectos de ISA, son 
especialmente vulnerables en sus alcances 
interpretativos, pues no pueden aspirar a 
producir por si mismos información de 
cubrimiento regonal, ni se dispone en muchos 
casos de la misma como producto de estudios 
anteriores. Sin embargo, su aporte potencial 
específico a la arqueología colombiana, apunta 
a los siguientes tópicos: 
Afinamiento o replanteamiento de esquemas 
de distribución espacial y secuencias 
cronológicas regionales, previamente 
existentes. Este aporte es el más frecuente, 
tanto en la fase de prospección como en 
rescate y monitoreo. 
Construcción o abordaje de la problemática 
sobre las relaciones hombre-medioambiente 
en áreas o sitios específicos. Este aporte es 
más frecuente en la fase de rescate, lo cual 
ha sido posible en los últimos años por 
estudios paleoambientales especializados y 
la introducción gradual de elementos 
metodológicos provenientes de enfoques 
sistémicos y funcionales. 
Construcción de secuencias locales de 
ocupación y abandono en yacimientos 
específicos. Es una aproximación menos 
frecuente, derivada de excavaciones en área 
y análisis intrasitio en los que intervienen 
estudios especializados de suelos y 
paleoecología. 
Abordaje de propuestas previas sobre 
procesos de poblamiento a escala regonal. 
Es poco frecuente y se ha desarrollado para 
aquellas áreas sobre las cuales se tiene un 
mayor conocimiento previo, sobre todo en 
lo referente a cronología absoluta, asociada 
a claros indicadores temporales desde la 
cultura material. Se observa principalmente 
en estudios preocupados por abordar la 
problemática del poblamiento temprano. 
Construcción o abordaje de interpretaciones 
sobre dinámicas de interacción social y 
cultural, principalmente en territorios de 
frontera. Esta óptica es poco frecuente pero 
se constituye en un importante campo de 
aplicación a mediano plazo. 
Sin embargo, se pueden identificar varios puntos 
que es necesario mejorar para garantizar que la 
información producida por las investigaciones 
por contrato sea de mayor utilidad para la 
arqueología de Colombia.En primer lugar, hay que dar mayor importancia 
al establecimiento de problemáticas de 
investigación, determinadas con base en una 
clara identificación de los vacíos, incongruencias 
y posibilidades interpretativas que brinda el 
estado del conocimiento arqueológico de cada 
región. Las problemáticas, abordadas mediante 
el diseño de hipótesis o de preguntas, siempre y 
cuando no se desarrollen de manera circular, son 
guías que permiten dirigir sistemáticamente el 
proceso de estudio hacia unos objetivos claros 
y prefigurando de antemano sus alcances. Su 
ausencia puede generar deficiencias en la 
recuperación, análisis e interpretación de la 
información. 
En general, la ausencia de problemáticas de 
investigación ocurre cuando se dan las siguientes 
situaciones: a) el equipo de investigación debe 
comenzar la labor de recopilación de datos, sin 
tener tiempo para la planeación de la 
investigación, y b) la formación profesional de 
los consultores es heredera de una tradición de 
pensamiento poco preocupada por aspectos 
teóricos y metodológicos. 
En segundo lugar, está la recuperación 
sistemática de las evidencias y sus contextos de 
proveniencia. Sabido es que la recuperación de 
muestras arqueológicas mediante sondeos y 
excavaciones, constituye en sí misma una 
actividad que altera el contexto orignal de las 
evidencias y que solamente mediante el registro 
riguroso de las características estratigráficas y 
de asociación tridimensional de las mismas, es 
posible compensar dicha alteración. 
En los casos en que no se cumple con éste 
procedimiento, se debe fundamentalmente a que 
no se tiene presente que la manipulación de las 
evidencias arqueolbgicas implica una 
responsabhdad que va más allá de quien las está 
estudiando. Los datos arqueológcos continúan 
siendo, una vez recuperados, patrimonio de la 
Nación y al ser un recurso cultural no renovable, 
son básicos para el desarrollo de la arqueología 
en el futuro. 
En tercer lugar, se tiene el nivel de 
representatividad de las muestras arqueológicas, 
el cual debe estar en relación directa con la 
calidad y cantidad de información que se 
requiere para lograr los objetivos de una 
investigación. En los estudios por contrato, la 
representatividad depende de los alcances de 
cada fase de investigación. 
En las prospecciones, la intensidad del muestreo 
debe ser tal que se logren altos niveles de certeza 
sobre la existencia o inexistencia de depósitos 
arqueológicos en las áreas de impacto directo, 
pero además, los muestreos se deben efectuar 
en la cantidad y extensión necesarias para lograr 
la caracterización de cada yacimiento en cuanto 
a densidad y calidad de evidencias, composición 
estratigráfica, posible extensión del depósito y 
su grado de conservación. Otra condición 
necesaria es que todos los sitios abordados sean 
muestreados con la misma intensidad, evitando 
así subestimar o sobrerepresentar la importancia 
de cada yacimiento con respecto a los demás. 
En las fases de rescate, la representatividad de 
los muestreos está definida por la necesidad de 
recuperar información sobre las principales 
características de los depósitos que pueden 
resultar afectados por la construcción de las 
obras. Para acceder a dicha información, salvo 
que se trate de depósitos de poca extensión, no 
se puede aspirar a recuperar la totalidad de las 
evidencias presentes. Por lo tanto, los muestreos 
deben efectuarse con la extensión y distribución 
necesarias para permitir la reconstrucción de los 
principales eventos que intervinieron en el 
proceso de formación del depósito, e identificar 
la variabilidad interna de materiales y contextos 
que a escala espacial y temporal presenta el 
yacimiento. 
Las deficiencias del muestreo arqueológico 
.tienen dos causas fundamentales: a) el 
suministro de información deficiente o 
desactualizada de tipo técnico y cartográfico, y 
b) la ausencia de un diseño de la metodología 
de campo, que incluya la zonificación del área 
de estudio y la definición de intensidades de 
muestreo. Tradicionalmente, la metodología 
empleada para definir la intensidad de los 
muestreos en la arqueología colombiana no ha 
sido sistemática, pues se ha tratado de muestreos 
que recuperan información en proporciones 
diferenciales, dependiendo más de la 
disponibilidad de tiempo que se tiene para el 
estudio o de lo promisoria que resulta un área 
específica. Así mismo, la identificación de los 
procesos predeposicionales y posdeposicionales 
de formación de los depósitos arqueológicos, a 
pesar de ser un procedimiento clave para 
sustentar la calidad de la muestra, ha sido poco 
aplicado. 
Un cuarto aspecto a mejorar consiste en el 
análisis y la interpretación de la información. 
Este procedimiento corresponde a lo que 
tradicionalmente se ha denominado fase de 
laboratorio. Su aplicación responde a la 
necesidad de trascender la mera recuperación 
de los datos, para abordar las características de 
los mismos y sus contextos, así como establecer 
relaciones entre ellos y respecto a otros 
conjuntos arqueológicos previamente 
recuperados. 
Si se tiene en cuenta que la arqueología es una 
disciplina que pretende conocer las 
caractensticas sociales, culturales e históricas de 
las comunidades humanas del pasado, a través 
de la recuperación, registro y análisis de las 
evidencias, resulta apenas natural que los 
procesos de investigación tengan como finalidad 
primordial la interpretación de los datos en 
términos sociales, culturales e históricos. 
E n general, el ejercicio interpretativo se 
encuentra pocas veces en las fases de 
prospección. Ello parece comprensible si se 
tiene en cuenta que ésta es, en la mayoría de los 
casos, una fase previa al rescate en donde se 
espera abordar con mayor calidad y cantidad de 
datos, la interpretación final de toda la secuencia 
de estudios arqueológicos de cada proyecto. No 
obstante, algunas experiencias demuestran que 
la prospección por si misma puede arrojar datos 
suficientes como para apoyar interpretaciones, 
y lo más importante, delinear y justificar las 
perspectivas de investigación de la fase 
siguiente. 
La ausencia interpretativa que se observa en 
algunos estudios, es el resultado o bien de la 
poca cantidad de información disponible en el 
área de estudio, o de un problema estructural 
de la formación profesional en arqueología. 
Pasando a un ámbito más amplio, hay otra clase 
de aspectos que también requieren ajuste para 
mejorar el perfil de los estudios de arqueología 
por contrato y que dependen en gran medida de 
las empresas que solicitan los estudios y de las 
firmas consultoras que los desarrollan. Es 
preciso lograr un mayor acompasamiento entre 
las fases arqueológicas y técnicas. Todavía se 
presentan problemas de falta de sincronización 
entre los cronogramas por ejecución de las obras 
y las actividades arqueológcas. 
Finalmente, es preciso concretar el enunciado 
de interdisciplinareidad entre los estudios 
arqueológicos y los ambientales en general. La 
arqueología puede suministrar información 
valiosa para ayudar a comprender la dinámica 
reciente de las sociedades y la ecología a la que 
se aplican los demás estudios ambientales. En 
sentido contrario, los arqueólogos deben hacer 
un uso más eficiente de la información producida 
para las demás dimensiones ambientales. Para 
lograr estos objetivos, es preciso partir de una 
concepción de la arqueología más ligada a la 
historia reciente de las sociedades y su entorno 
ecológico. 
Sin lugar a dudas, el desarrollo de las 
investigaciones arqueológicas aplicadas, como 
parte de la gestión ambiental de ISA, han logrado 
uno de sus objetivos fundamentales como es el 
de recuperar información en peligro de ser 
afectada por la construcción de sus proyectos. 
También se ha procurado que dicha información 
no se reduzca al inventario de una gran cantidad 
de objetos antiguos, tratando de adelantar 
interpretaciones acerca de su significado en 
términos sociales, culturales ehistóricos. Pero 
hasta ése momento, todo es sólo información 
potencial que adquiere su verdadero valor 
cuando es divulgada, no sólo entre los estudiosos, 
sino entre las comunidades. 
El interés de ISA por divulgar los resultados de 
los estudios, tiene un claro referente en la 
publicación de 1994, lo que posteriormente se 
ha visto refrendado con el diseño y puesta en 
marcha del Proyecto de Divulgación del 
Programa de Arqueología. Este contempla, 
además de la realización de publicaciones 
científicas y no especializadas, la información 
directa a las comunidades mediante talleres, 
charlas y conferencias, así como la distribución 
de muestras arqueológicas en museos locales y 
regionales, bajo estrictos criterios de 
conservación y divulgación de los materiales. 
Como parte de ésta implementación, la 
publicación de los estudios que se presentan en 
éste segundo libro de arqueología, responde a 
una necesidad expresada y sentida por las 
instituciones y personas que de una u otra forma 
se interesan por el patrimonio arqueológico del 
país, y las características de las investigaciones 
adelantadas en la labor de su recuperación y 
estudio. 
Mapa 1 
Santo Catalina 
OCEANO AT~ÁNTICO 
VENEZUELA 
OCÉANO PAC~FICO 
1. Cuesteci tas - Majayura 
2. Sabana la rga - N u e v a Barranquil la 
3. Sabana la rga - F u n d a c i ó n 
4 . San Car los - Sabana la rga 
5 . C e r r o m a t o s o - Urrá 
6 . C e r r o m a t o s o - Urabá 
7 . G u a t a p é - J a g u a s 
8 . Playas - Primavera 
9. San Car los - C o m u n e r o s 
10 . La Sierra - Purnio 
1 1. San Fel ipe - Miel I - Purnio 
@, i r e a de estudio orqueoiiqico 
12. San Car los - San M a r c o s 
13 . La Virginia - La Hermosa 
14. va r ian te Páez 
15 . Repe t ido ra La C h a p a 
16. Pasto - lpiales 
17. Betania - Mirolindo 
18. La M e s a - Mirol indo 
19. S o c h a g o t a - G u a t i g u a r ó 
2 0 . O c a ñ a - C o p e y 
lNTERCONEXl6N ELCCTRICA S.A. E.S.P. 
PROGRAMA DE ARQUEOLOGIA 
DISTRIBUCI~N DE PROYECTOS 
CON ESTUDIOS ARQUEOL~GICOS 1991 - 1997 
Esc: SIN ESCALA 
ZONAS DE LOS ESTUDIOS ARQuEOL~GICOS 
QUE CONTIENE ESTA PUBLICACI~N 
Tablal. PROYECTOS E N ISA CON APLICACIÓN 
DE ESTUDIOS DE ARQUEOLOGIA 
* Investigación en curso 
*investigación concluida 
Tabla 2. ~NTERCONEXI~N ELÉCTRICA S.A E.S.P 
PROGRAMA DE ARQUEOLOG~A 
FECHAS D E RADIOCARBONO 
otoco, Valle del 
Periodo CIásico 
~ e c n i a - 
Mirolindo a 230 
kv. 
San Carlos - 
Comuneros a 230 
kv. 
San Carlos - San 
Marcos a 500 kv. 
San Carlos - San 
Marcos a 500 kv. 
San Carlos - San 
Marcos a 500 kv. 
Sabanalarga - 
Fundación a 230 
kv. 
Sabanalarga - 
Fundación a 230 
kv. 
San Carlos - San 
Marcos a 500 kv. 
La Sierra - Purnio a 
230 kv. 
Jaguas - Guatapé a 
230 kv. 
Cerromatoso - 
Urabá a 230 kV. 
Vda. Buenavista, 
Coyaima, Tolima 
Puerto Araujo, 
Cimitarra, Santander 
Finca Minitas, "da. 
Colorados, Yotoco, 
Valle del Cauca 
Finca el Saladito, 
Vda. El Bosque, 
Cgto. Cuba, Neira, 
Caldas 
Vereda Labor 
Abejorral, Antioquia. 
Salamina, 
Magdalena 
- 
Salamina, 
Magdalena 
Finca Otaima, La 
Merced, Caldas 
Hda. Florencia, rio 
Cocomá, Puerto 
Triunfo, Antioquia. 
Vda. El Bizcocho, 
San Rafael, 
Antioquia 
Hda. San José, vda. 
Guayuco, cgto. San 
Francisco del Rayo, 
Montelibano, 
Córdoba 
Acceso Torre 270, 
Sitio 5, T-0899, Piso 
1 
Torre 209. Corte 1. 
Nivel 30-35 
YSM 03-00, Corte 1, 
nivel 20-30 cm. 
Yac 44, Saladito, 
SM 1 
Nivel 4,50-65 cm. 
Yac. 16. Ventiadero, 
SPI 20-25 cm. 
Torre, 48, yac. 5, PS 
1, nivel 10.15 cm. 
Torre, 48, yac. 5, PS 
1, nivel 20-25 cm. 
Yac 39, SM 1, nivel 
25-35 cm. 
Colección 17, SM 1, 
nivel 50-60 cm. 
Ya<: 6 A-2612, 
corte ?, nivel 10-15 
cm. 
Acceso Torre 102, 
Yac. 13, Túmulo 
funerario, nivel 3,5- 
4,O mis. 
1590 
1580 
1550 
540 
1220 
1150 
1090 
900 
980 
970 
950 
50 
80 
120 
90 
50 
70 
80 
50 
50 
60 
70 
390-600 DC 
330-640 DC 
245-690 DC 
1285-1505 y 
1595-1620 DC 
1260-1400 DC 
705-1020 DC 
780-1055 y 
1090-1150 DC 
1020-1250 DC 
985-1180 DC 
980.1215 DC 
980-1245 DC 
420-550 DC 
410-590 DC 
405-640 DC 
1310-1355 
1385-1445 DC 
1280-1310 y 
1365-1375 DC 
800-985 DC 
885-1020 DC 
1040-1215 DC 
1010-1055 y 
1090-1150 DC 
1010-1165 DC 
1015-1180 DC 
450 DC 
460,480 y 520 
DC 
540 DC 
1415DC 
1295 DC 
890 DC 
980 DC 
1170 DC 
1030 DC 
1035 DC 
1040 DC 
Grupos alfareros de1 
Periodo Clásico 
Formativo Magdalena 
Medio 
Fase Yotoco - Sonso ? 
Complejo Cerámico 
Marrón Inciso 
Complejo Cerámico 
Quebradanegra 
Fase Portacelli de1 
Segundo Horizonte 
cerámico Pintado de la 
Guajira ? 
Fase Portacelli de1 
Segundo Horizonte 
cerámico Pintado de la 
Guajira ? 
Complejo Cerámico 
Marrón Inciso 
Horizonte Cerámico 
del Magdalena Medio 
Horizonte Cerámico 
Magdalena Medio 
Tradición cerámica 
Modelada Pintada de 
la 2a Ocupación del 
San Jorge 
103589 
70043 
102883 
77441 
77435 
95491 
95492 
77439 
101275 
108022 
82002 
ISA y Rodnguez 
ISA, López, 
Correcha y Nieto 
ISA y Moreno 
ISA, Castillo y 
Piazzini 
ISA, Castillo y 
Piazzini 
ISA , Duque, 
Espinosa, Nieto y 
Restrepo 
ISA , Duque, 
Espinosa, Nieto y 
Resirepo 
ISA, Castillo y 
Piazzini 
ISA y Rivera 
ISA y Rodriguez 
ISA, Espinosa y 
Nieto. 
1997 
1994 
1997 
1995 
1995 
1996 
1996 
1995 
1997 
1997 
1995 
Tabla 2. INTERCONEXIÓN ELÉCTRICA S.A E.S.P 
PROGRAMA DE ARQUEOLOG~A 
FECHAS D E RADIOCARBONO (Continuación) 
omplejo Cultur 
rabá a 230 kv. 
Betania - 
Mirolindo a 230 
kv. 
Betania - 
Mirolindo a 230 
kv. 
La Sierra - Purnio a 
230 kv. 
La Sierra - Purnio a 
230 kv. 
Vda. El Triunfo, 
Ortega, Tolima 
Finca La Palma, 
vda. Letrán, 
Yaguará, Huila 
Hda. La Arenosa, P. 
Nare, Antioquia 
Hda. La Arenosa, P. 
Nare, Antioquia 
Torre 345, Sitio 112, 
T-0942, nivel 4 a 20- 
25 cm. 
Torre 8, Sitio 44, H- 
0089, nivel 4 a 20-25 
cm. 
Torre 48, Corte 5, 
Cuadrícula F. Nivel 
2 a 20 cm. 
Torre 48, Corte 1, 
Cuadrícula A'. Nivel 
3,30-40 cm. 
240 
220 
140 
20 
50 
60 
50 
50 
1520-1570, 
1630-1690, 
1735-1815 y 
1925-1950 DC 
1520-1570, 
1630-1890 y 
1905-1950 DC 
1660-1950 DC 
1700-1720, 
1820-1855 y 
1860-1920 
1945-1950 DC 
1645-1675, 
1775-1800 y 
1945-1950 DC 
1650-1680, 
1745-1805 y 
1935-1950 DC 
1675-1775 y 
1800-1945 DC 
No 
1660 DC 
1665 DC 
1690, 1735, 
1815 y 1925 
DC 
No 
Grupos alfareros 
tardíos. 
Grupos Yalcones del 
periodo colonial 
temprano ? 
Horizonte Cerárnico 
Magdalena Medio 
Horizonte Cerámico 
Magdalena Medio 
103592 
103594 
109356 
101274 
ISA y Rodríguez 
ISA y Rodriguez 
ISA, PLARE y 
Rivera 
ISA, PLARE y 
Rivera 
1997 
1997 
1997 
1997