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1 PEDAGOGÍA MUSICAL EXPRESIVISTA EN LA TÉCNICA DEL CLARINETE: UNA APLICACIÓN SOBRE MATERIAL DE CYRILLE ROSE Joan Borràs Madrid 2015 2 1a. RESUMEN El ser humano es un ser emocional. En él, la experiencia de una emoción involucra un conjunto de cogniciones, actitudes e imágenes sobre el mundo, que son utilizadas por las personas para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que es percibida dicha situación. El presente trabajo parte de la aparentemente paradójica premisa de que en la interpretación musical la representación sonora ideal que el intérprete debe formarse sobre el texto musical codificado sobre el cual va a desarrollar su trabajo interpretativo, debe ser no solamente una meta, sino un punto de partida. Así, esa representación expresiva musical puede ser, cuando es generada e imaginada desde el comienzo mismo, un estímulo poderosísimo que incluso ayude al intérprete a movilizar los recursos técnicos instrumentales necesarios para ofrecer una interpretación coherente y plenamente musical. Una de las principales ventaja que al intérprete le puede ofrecer el desarrollar esa imagen conceptual o “representación expresiva” de la música desde un principio es que se desarrolla en el plano mental, sin los límites que nos impone la técnica instrumental. Esto cobra especial importancia en el caso de la enseñanza de la interpretación musical, donde un enfoque tradicional del estudio de la partitura, contemporáneo a la construcción de ésta “con el instrumento”, podría resultar de corto alcance, precisamente por esa limitación que el nivel instrumental del alumno puede imponer en las primeras etapas de estudio. Idealmente el estudio interpretativo debe estar guiado por lo que el intérprete debe, necesita o desea hacer con la música, y no por lo que puede o no puede hacer en un determinado momento. Siempre habrá entonces una “distancia” entre esa imagen musical “ideal” –cómo sabe el intérprete que debe sonar la música- y lo que es capaz de hacer en un determinado momento; salvar o reducir esa distancia cada vez más será entonces su acicate. El enfoque de este planteamiento de enseñanza es pues de tipo constructivista. No obstante, dada la naturaleza de la ‘materia’ musical (en cuanto materia artística), este planteamiento pedagógico debe incluir matizaciones específicas de tipo culturalista, siendo además la figura del profesor, básica en el desarrollo musical del alumno en tanto que guía y apoyo de su propio proceso de crecimiento musical. Para conseguir estos objetivos en la enseñanza, entre otras cosas, será de gran importancia la selección de materiales de estudio adecuados. Éstos deberán ofrecer un nivel de calidad expresiva y unos retos técnicos puestos al servicio de la consecución de ésta, coherentes con las necesidades formativas del estudiante en cada momento. En este trabajo se realiza un estudio de caso sobre dos estudiantes, en la disciplina instrumental de clarinete. En él se emplea como material un estudio seleccionado de los “32 Clarinet Studies” de Cyrille Rose, de amplia tradición en la didáctica del clarinete a nivel internacional. Mediante una determinada metodología de enseñanza –que se desarrollará en las siguientes páginas- y la utilización de las herramientas de aprendizaje adecuadas, se tratará de analizar la aportación que a nivel interpretativo (expresivo y técnico) puede ofrecer este enfoque, la evolución que en su caso pueda incurrir en sus ‘representaciones expresivas’, y también en particular el modo en que los estudiantes, en su caso, “movilizan” recursos técnicos como variaciones de tempo, manejo del aire (dinámica, timbre, legato), articulaciones, afinación etc. para conseguir su fin. 3 1b. ABSTRACT The human being is an emotional creature. As such, the experience of an emotion usually involves a set of cognitions, attitudes and images of the world that are utilized by people to assess a specific situation and therefore influence the very way they perceive this situation. This present work begins with the seemingly paradoxical premise that in musical performance the ideal sound representation of the performer, in the rational emotional planes, should be formed on the coded musical text on which one will develop his/her interpretive work; that this should be not only the goal but the starting point. So, this expressive musical representation can be, when generated and imagined from the very beginning, a very powerful stimulus that even help the interpreter to mobilize the instrumental technical resources to be able to offer a coherent and full musical interpretation. One major advantage that the interpreter can offer himself in developing this conceptual picture and "expressive representation" of music from the beginning is forming it on the mental level, without limits imposed on us by instrumental technique. This is particularly important in the case of the teaching of musical interpretation, where a traditional approach to the study of the score, contemporary to the construction of this "with the instrument" could be of short- sighted benefit, precisely because of the level of instrumental limitation that the student may impose on himself in the early stages of study. Ideally the interpretive study should be guided by what the interpreter should need, or want to do, with the music, and not what one can or cannot do at a given time. Always, therefore, there will be a "distance" between the "ideal" image musical – how the performer knows how the music should sound - and what he is capable of doing at any given time; to increasingly save or reduce that distance must be then your incentive. The focus of this approach to teaching is of a constructivist type. However, given the nature of musical 'matter' (in an artistic manner), the pedagogical approach should include specific nuances of culturalist type, apart from the professor who is a basic element in the musical development of students whilst they guide and support their own process of musical growth. To achieve these objectives in teaching, amongst other things, the selection of suitable material for study is of great importance. These should provide a level of expressive quality and some technical challenges in the service of achieving just this, consistent with the educational needs of the student at all times. This paper presents a case study of two students carried out in the instrumental discipline of clarinet. In it, expressive materials selected from the "32 Clarinet Studies" of Cyrille Rose have been used for study. By a particular teaching methodology which is to be developed in the following pages – and the use of appropriate learning tools, there will be an attempt to analyze the contribution (both expressive and technical) that the interpretive level can offer students by this approach, which in this case may be an evolution incurred by their 'expressive representations', and in a particular way that students "mobilize", if so, technical resources as variations of tempo, air handling control (dynamics, timbre, legato), articulations, tuning etc. to achieve their ends. 4 2. UNA JUSTIFICACIÓN A ESTA INVESTIGACIÓN En el campo de la enseñanza de la interpretación musical instrumental en general, y en el diseño de sus planes de estudio de manera particular, habitualmente se atienden aspectos formativos que se circunscriben a áreas técnicas instrumentales como son el desarrollo progresivo de destrezas de mecanismo, de emisión óptima del sonido en sus diversos parámetros (ritmo, afinación, dinámica, timbre, articulación), de conocimiento cada vez más amplio del repertorio etc. Además, los estudiantes de música reciben una importante formación en áreas adicionales como lenguaje musical,armonía, historia de la música y otras importantes “herramientas” auxiliares de análisis del hecho musical. Se observa sin embargo que estas aportaciones formativas son vistas muchas veces por sus destinatarios –los estudiantes- de manera aislada, sin ofrecérseles una visión clara de cómo estos conocimientos técnicos que van adquiriendo pueden y deben ser puestos al servicio del objetivo último que debe ser el ofrecer una interpretación convincente. Algo así como si se esperara a que el estudiante alcanzara un nivel de dominio técnico superior para entonces “comenzar” a estar en condiciones de afrontar el verdadero reto interpretativo; o, en el peor de los casos, suponiendo que, alcanzado ese nivel superior, lo demás vendrá por añadidura. Incluso en los contenidos formativos instrumentales de conjunto como la práctica orquestal o de música de cámara, demasiadas veces esas áreas técnicas instrumentales (resolución solvente de las exigencias de mecanismo instrumental, aspectos del ritmo, afinación, dinámica, articulación etc.) suponen un obstáculo que en demasiadas ocasiones impide, en estos niveles formativos, asomarse a contemplar los aspectos musicales, que son tenidos como una finalidad última, a saber: el ofrecer una interpretación musical -individual o colectivamente, según el caso-, coherente y convincente. Ello suele ser así además –entre otras cosas- por el hecho de que nuestra capacidad de atención no es ilimitada y por tanto el tratar de resolver simultáneamente determinados parámetros interpretativos, en general, no es productivo y genera frustración. Si se pretendiera, por el contrario, que la “expresión musical” –la interpretación musical convincente- figurara como un punto de partida permanente, podrían encontrarse unas perspectivas totalmente nuevas que podrían suscitar hipótesis apasionantes sobre la posibilidad de que este enfoque musical “a priori” dote de sentido al estudiante en su andadura formativa, y además contribuya a poner en valor los aprendizajes técnicos de todo tipo, aplicándolos desde el “momento cero” a su fin. Ahora bien, este camino se intuye no exento de problemas. No olvidemos que hablamos de enseñanza musical. Es decir, de ofrecer en cada momento formativo a cada individuo la posibilidad de acceder a una realización musical “coherente y convincente”, en función de su “momento evolutivo”. Preguntas como: 5 ¿Se puede pretender este enfoque didáctico desde los niveles de iniciación? y en ese caso, ¿qué herramientas de apoyo es posible utilizar?, ¿qué materiales?, ¿qué estrategias? ¿Cómo ofrecer una programación didáctica del plan de estudios ordenada y convincente, que contemple una visión integral de los conocimientos y la formación que recibe el estudiante de música, teniendo como punto de referencia esta perspectiva musical “expresivista”? ¿Cómo pueden los enseñantes guiar y apoyar la formación de los estudiantes en esta línea, manejando simultáneamente los límites que impone la “técnica” en cada momento? ¿Es coherente el pretender que los estudiantes trabajen interpretativamente de forma simultánea –por ejemplo, a lo largo de un mismo curso académico- sobre repertorios estilísticamente dispares? ¿O por el contrario, sería más útil el seguir un determinado “hilo conductor” a priori más progresivo (por ejemplo, el cronológico-estilístico)? ¿Los materiales musicales que empleamos como apoyo en la formación interpretativa musical de los estudiantes responden en general a estas demandas, o por el contrario son utilizados en base a una “tradición” o a otras razones quizás no suficientemente reflexionadas? Estas y otras preguntas similares surgen de inmediato al cambiar el punto de vista en el sentido apuntado anteriormente. No es objeto de estas líneas el responder a ellas, claro está. Aunque sí se propone este trabajo de investigación adentrarse, siquiera parcialmente, en algunos de estos aspectos. Para ello se realizará un estudio de caso centrado en la aplicación didáctica, desde esta perspectiva “expresivista”, de un determinado material de estudio. En este caso se tratará del Estudio nº 1 de la colección “32 Studies for Clarinet” de Cyrille Rose), que se trabajará con un grupo de estudiantes de clarinete del nivel de segundo ciclo de Enseñanzas Profesionales de Música (según queda definido en las leyes educativas vigentes en España). Es decir, estudiantes que por regla general tienen ya un contacto con los estudios musicales de alrededor de 6-7 años. La elección de este material viene avalada, entre otras cosas, por el hecho de ser una colección de estudios con una importante trayectoria histórica en el campo de la didáctica del clarinete, así como por una solvente justificación biográfica y documental. En los Anexos se amplía información sobre el autor de los estudios, Cyrille Rose, sobre la génesis y metamorfosis de éstos, y se ofrece una contextualización de su importancia en la didáctica del clarinete –en particular en EEUU-. 6 3. HIPÓTESIS Y OBJETIVOS DE TRABAJO Ciertamente tenemos una respuesta tentativa al conjunto de preguntas anteriores. Así, la hipótesis que se plantea pues en esta investigación se asienta en la afirmación de que cuando los estudiantes de música –aquí en la especialidad instrumental de clarinete- aprehenden a priori una imagen conceptual (o representación expresiva) de los elementos emocionales y estéticos de la música que están estudiando -en la manera en que se tratará de delinear más adelante en la metodología de investigación-, son más capaces de movilizar en su interpretación los parámetros técnicos necesarios para que ésta sea musicalmente coherente y expresiva. Los estudiantes pondrán pues en marcha toda una serie de acciones que conllevarán transformaciones emocionales del mensaje musical, desde sus propias emociones. Estas acciones (guiadas por una suerte de intuición instruida y orientadas también desde sus representaciones implícitas de todo tipo) modificarán en diversas maneras los parámetros técnicos fundamentales en busca de una adecuación del mensaje sonoro a la representación expresiva elaborada. Es más, durante el proceso de práctica previsiblemente le resultará más sencillo al estudiante el dedicar atención de manera individualizada a los parámetros técnico-interpretativos cuando sea necesario, sin por ello perder de vista el “punto de partida” musical representado, independientemente de que éste evolucione necesariamente en el proceso de estudio. Además, el estudiante podrá así tomar plena conciencia de cómo la acción sobre estos parámetros técnicos le “acerca” o “aleja” del objetivo deseado. Los objetivos de esta investigación a través del Estudio de Caso que se plantea son: - Valorar las respuestas de los alumnos a los cuestionarios de conocimientos previos. - Valorar su capacidad declarativa y su sintonía léxica a través de las preguntas planteadas y el debate de las clases. - Valorar si las respuestas, así como sus decisiones sobre parámetros técnicos, están relacionadas o no con su discurso expresivo expresivas pre-post, objeto de este trabajo. - Valorar el modo en que reciben, procesan e incorporan información proveniente del debate de clase, la guía orientativa del profesor y su propia creatividad. 7 4. MARCO TEÓRICO 4.1 INTRODUCCIÓN La actividad musical es parte inherente a la condición humana desde tiempos remotos. Y ello es así en buena medida porque el hombre vio desde el principio, en el mundo de los sonidos, un canal de expresión de su emotividad al menos similar al que supuso la aparición del lenguaje hablado, con sus cambios de altura, ritmo, volumen y matices expresivos en la voz. Como elemento esencial de la tradición cultural occidental, en la música culta, y en particular desde hace unos pocos cientos de años, de desarrolló el concepto de canon musical (término prestado del ámbito literario)para referirse al grupo de ‘obras musicales de referencia’ que perviven a lo largo de los siglos. Este concepto de canon es inherente e inseparable del desarrollo de la Musicología como disciplina académica. William Weber1 distingue incluso entre el canon interpretativo, el canon académico o el canon pedagógico en función de los requisitos de maestría (presente en las obras que forman ese corpus), su habitual integración en discursos críticos y su función como argumentos ideológicos. Sin embargo la Musicología ha mostrado en general, por varias razones, una cierta ausencia de interés por la historia de la interpretación y la instrucción musical. Hay que decir que, afortunadamente, sí se observa en las últimas décadas un creciente interés por estas cuestiones, interés que se está traduciendo en una positiva presencia de estos temas en publicaciones bibliográficas y múltiples trabajos de investigación en el ámbito universitario. En el campo de la instrucción musical en particular, la enseñanza de la música ha ido evolucionando de tal modo que, a día de hoy, son numerosos los autores que se muestran críticos con el actual estado de las cosas. Como nos dice Torrado2, la música ha cambiado, los instrumentos han cambiado, las denominadas escuelas han cambiado, los conservatorios han cambiado, el acercamiento de la sociedad a la música ha cambiado, la accesibilidad a la cultura musical ha cambiado, sin embargo parece que la forma de enseñar no ha variado en la misma cantidad ni calidad. En concreto, la enseñanza instrumental musical adolece de un énfasis excesivo en la instrucción de las destrezas motoras (la “técnica” instrumental) per se, relegando los aspectos interpretativos expresivos y emocionales a un segundo plano en el mejor de los casos. No es objeto de estas líneas desde luego el profundizar en las razones de este extravío aunque el hacerlo no sería un tema de interés menor. Si estamos de acuerdo en 1 Weber, W. (1999): The history of musical canon. En Cook, N. y Everett, M.(eds.), Rethinking Music (págs. 336-355) Oxford: Oxford University Press. 2 Torrado, J. A. (2003). Concepciones de los profesores sobre la enseñanza de la música: Un estudio sobre la enseñanza de instrumentos de cuerda en los conservatorios profesionales. (Tesis doctoral inédita,. UAM) Recuperado de http://hdl.handle.net/10486/6331 8 que comprender la música no es algo que tenga que ver con descifrar complicados símbolos, realizar complejas acrobacias manuales etc. y sí con simplemente disfrutarla cuando se escucha o se interpreta, haciéndose partícipes de su contenido vital y emocional, podremos atisbar cuán alejada está esta concepción actualmente generalizada de la enseñanza musical3. El razonamiento en contra, de que hay que poseer un alto grado de destreza en las habilidades del músico profesional para poder entonces ofrecer una interpretación musical con todos los elementos expresivos tampoco parece sostenerse en pie. Si observamos a los niños desde sus primeras etapas, no sólo son capaces de reconocer infinitos matices expresivos en la voz de quienes les hablan (demostrando con ello tener un formidable oído musical desde el principio) sino que son ellos mismos capaces de ser altamente expresivos con su rudimentario lenguaje hablado, con sus dibujos etc. sin dominar todavía necesariamente de manera objetiva estos medios. Por tanto parece más sensato partir de la premisa de que la capacidad de aprendizaje inherente al ser humano desde edad temprana sea un potencial que el sistema educativo musical –en este caso- deba potenciar, dotando a los estudiantes de música de estrategias adecuadas de autoaprendizaje desde su propia potencialidad expresiva y descartando cualquier trasnochado determinismo genético. Como vamos viendo, estas reflexiones teóricas se pueden circunscribir en el entramado epistemológico constructivista. El constructivismo ha sido una posición defendida tanto en el ámbito educativo (Carretero, 1993. Monereo, 1995), en teorías del aprendizaje (Claxton, 1984. Pozo, 1989), e incluso por teóricos del conocimiento (Thagard, 1992. Watzlawick y Krieg, 1991), como la forma más enriquecedora de entender el aprendizaje. No obstante, y en materias como la enseñanza musical, con un alto porcentaje de componentes subjetivos, hemos de matizar los aportes que puede ofrecer el constructivismo en el sentido crítico que apuntan teóricos como Mayer4 (2004), Kirschner, Sweller, y Clark (2006). Éstos argumentan que los alumnos principiantes no poseen los modelos subyacentes mentales o "representaciones" necesarias para "aprender construyendo" (Sweller, 1988). Es más, Mayer (2004) sugiere que cincuenta años de datos empíricos no apoyan la utilización en la enseñanza de la técnica constructivista de descubrimiento puro. En aquellas situaciones que requieren el descubrimiento (y la música es una de las más características), aboga por el uso del ‘descubrimiento dirigido’. Mayer propone que los principiantes sean "cognoscitivamente activos" durante el estudio y que los profesores utilicen "prácticas dirigidas." 3 Janik, A. y Toulmin S. (1973). La Viena de Wittgenstein. Nueva York: Simon and Schuster. Trad. esp. de Gómez de Liaño, I. (1974). Madrid: Taurus Ediciones. Esta situación desde luego no es nueva. Entre otros ejemplos que podrían citarse, ya desde principios del siglo XX, cómo en Viena -ciudad en la que en esa época se operaron importantes cambios y reacciones sociales que dejaron gran impronta en la cultura y el arte- escribía Stefan Zweig de forma crítica sobre la ‘educación memorística’, en la que la palabra del docente era ley y cuya dieta de enseñanza estaba ‘desconectada de la vida’. 4 Mayer, R. E. (2004). Should There Be a Three-Strikes Rule Against Pure Discovery Learning?. American Psychologist, 59 (1), pp.14–19. 9 Pozo (1996) nos recuerda cómo nuestras representaciones son modelos que tratan de reflejar la estructura de la realidad, sin ser ella misma. Estas representaciones, o mapas mentales, nos permitirían movernos por el territorio que pretenden representar, independientemente del grado en que lo reflejen o se parezcan a él. Y también matiza la postura reduccionista constructivista con estas palabras5: “La expansión del constructivismo, como concepción sobre la naturaleza del conocimiento y su adquisición, desde el ámbito de la teoría y la investigación hasta las áreas de aplicación e intervención obliga a una reflexión cuidadosa sobre los múltiples y diversos usos de la concepción constructivista en esos dominios. (El articulo) abona por un uso restringido del constructivismo como enfoque del aprendizaje humano, que diferencie la construcción estática (o asimilación), necesaria para el funcionamiento de cualquier sistema cognitivo, orgánico o artificial, de la construcción dinámica (o acomodación), consistente en los mecanismos mediante los que cambia el conocimiento” La psicología del aprendizaje desde la óptica constructivista postula cómo las representaciones del conocimiento - mapas mentales- en las personas pueden evolucionar (construcción dinámica). Dicho de otro modo, esta postura pedagógica trata de investigar sobre el modo en que las personas desarrollan sus mapas personales, interactúan con el mundo, traban relación con los retos de aprendizaje que se les plantean y tratan de afrontarlos de distintos modos (Claxton6, 1995). En el caso concreto de la enseñanza musical, Gardner7, que en ningún momento niega la existencia de la emocionalidad como componente de la cognición y de las artes, apunta: “La habilidad artística humana se enfoca como una actividad que involucra el uso y la transformación de diversas clases de símbolos y de sistemas de símbolos. Los individuos que quieren participar de un modo significativo en la percepción artísticatienen que aprender a decodificar, a leer, los diversos vehículos simbólicos presentes en la cultura; los individuos que quieren participar en la creación artística tienen que aprender de qué modo manipular, de qué modo escribir con las diversas formas simbólicas presentes en la cultura; y por último, los individuos que quieren comprometerse plenamente en el ámbito artístico tienen que hacerse también con el dominio de determinados conceptos artísticos fundamentales”. Es fácil entender pues la gran influencia que los sistemas de enseñanza pueden tener en la tarea de otorgar a los estudiantes de música la posibilidad de acceder a ese 5 Pozo, J.I. (1996). No es oro todo lo que reluce ni se construye (igual) todo lo que se aprende: contra el reduccionisrno constructivista, Anuario de Psicologia, no 69, pp. 127-139. Facultat de Psicologia, Universitat de Barcelona 6 Claxton, G. (1995). Vivir y aprender: psicología del desarrollo y del cambio en la vida cotidiana. Alianza Editorial-Alianza Psicología, vol. 19 7 Gardner, H. (1994). Educación Artística y Desarrollo Humano (pág. 30). Barcelona: Paidós Educador. 10 mundo simbólico de la cultura musical, a través del cual éstos pueden expresar una dimensión de la emocionalidad que va más allá del lenguaje. Por último – y reflejando otras apreciaciones críticas sobre el constructivismo - cabe matizar que en la educación, y en general en toda situación de aprendizaje en este sentido, lo que supone un descubrimiento para el alumno en cuanto que ‘construcción dinámica’ del conocimiento se da, por decirlo así, en un segundo nivel. Es decir, el alumno accede a un conocimiento de una determinada realidad que “ya es conocida”, y accede –debe acceder- a él no sólo desde su propia construcción sino con la supervisión pedagógica y la actividad dirigida del profesor8. Como nos dice Hospers9, la expresividad de la música depende de la capacidad del intérprete (y del oyente) para proyectar imaginativamente sobre el material sonoro aspectos significativos de su propio ‘dispositivo experiencial’, ampliando y enriqueciendo así éste. Y asimismo, dada la condición de intérpretes musicales, o re-creadores de la obra musical, Wollheim10 sitúa los criterios de corrección de la experiencia estética en las intenciones realizadas del artista (compositor) y en el tratamiento que dio a la obra (composición) conforme a reglas y cánones recibidos de una tradición cultural11. 8 Bunge, Mario. (2007). A la caza de la realidad. Barcelona: Gedisa. El co structivis o pedagógico o sólo es falso. También es perjudicial a causa de que niega la verdad objetiva, elimina la crítica y el debate y hace prescindibles a los docentes . también Baquero, R. y Terigi, F. (1996). Constructivismo y modelos genéticos. Notas para redefinir el problema de sus relaciones con el discurso y las prácticas educativas. Enfoques Pedagógicos. Serie Internacional, vol IV (2) N° 14. Bogotá. La adquisición del conocimiento en contextos espontáneos y naturales es un buen objetivo desde una perspectiva científica, pero resulta insuficiente para ser aplicado a la educación. Porque la educación es una situación artificial en la que se intenta producir el co oci ie to o solo de for a atural sino también en formas adicionales . Y por último, la pedagoga sueca INGER ENKVIST, en su crítica al constructivismo, argumenta que éste presupone la autonomía del alumno, más el hecho de que el alumno quiere aprender y minimiza el papel del esfuerzo y las funciones cognoscitivas de la memoria en el aprendizaje. Atomiza, disgrega y deteriora la jerarquización y sistematización de las ideas y desprecia y arrincona toda la tradición educativa occidental, vaciando de contenido significativo los aprendizajes y reduciéndolos a sólo procedimientos. 9 Monroe, C., Beardley & Hospers, J. (1977). Estética, Historia y Fundamento. Dialnet. Revista de ideas estéticas, ISSN 0034-8333, nº. 138, , pp. 69-73 10 Wollheim, R. (1990). La pintura como arte. Los motivos de un libro (pp. 29 ss.). Valencia: IVAM. 11 Marrades, J. (2000). Música y Significado. Teorema. vol. XIX/1, 200, pp. 5-25. Julian Marrades, en su ensayo “Música y Significado” diserta sobre el significado de la música en la línea del último Wittgenstein (el de las Philosophical Investigations) en donde éste defiende que los diferentes sistemas de principios reguladores definen diferentes estilos de pensamiento y de vida. Las llamadas Lebensformen (‘formas o estilos de vida’) serían según esta idea contextos donde las expresiones humanas (lingüísticas, estéticas) adquieren su significación. 11 4.2 CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN APRENDIZAJE Una vez definido nuestro campo de juego, con las positivas aportaciones y las necesarias matizaciones del enfoque constructivista, trataremos de definir lo que consideramos un buen aprendizaje. Basándonos de nuevo en Pozo (1996), podemos afirmar que el hecho del aprendizaje debe reunir estas características: Debe promover un cambio duradero: El objetivo del aprendizaje no es otro que conseguir que los cambios y reestructuraciones que se puedan producir permanezcan en el tiempo. Aprender implica, entre otras cosas, reestructurar los conocimientos para poder asimilar la nueva información. Debe ser transferible a nuevas situaciones: Cualquier aprendizaje que realicemos será eficaz en la medida en que pueda ser transferido a otras situaciones (Pozo, 1996). Si nuestra práctica se resume en completar ejercicios mecánicamente o resolver tareas rutinarias para las que se ha memorizado una solución específica, difícilmente aprenderemos a resolver problemas (Pozo, 1996). Es consecuencia directa de la práctica realizada: El aprendizaje es siempre producto de la práctica (acción), por lo que ésta deberá estar organizada en función de los objetivos de aprendizaje que se pretendan conseguir; esto es algo fundamental. Además, para que esta práctica sea verdaderamente eficaz habrá que evitar los hábitos de acción rutinarios y apostar por la práctica reflexiva. El hecho de aprender, como actividad de instrucción educativa, debe basarse en un equilibrio entre lo que hay que aprender, la forma en que se aprende y las actividades prácticas diseñadas para promover el aprendizaje. Por tanto, el profesor puede intervenir en la condiciones en las que se produce el aprendizaje y mediante esa intervención puede actuar indirectamente sobre los procesos mentales del aprendiz en busca de los resultados deseados (Pozo, 1996). 4.3 PROCESOS COGNITIVOS QUE POSIBILITAN EL APRENDIZAJE MUSICAL En el desarrollo de las habilidades musicales intervienen en primer lugar una serie de procesos básicos que son comunes a topo aprendizaje o “construcción” cognitiva. Además son requeridos una serie de procesos complementarios de carácter más específico que se tratarán de delinear también en este capítulo. Todos estos procesos –de carácter fundamental y específicos- deben activarse para que el aprendizaje en materia musical ocurra y pueda reunir las tres características descritas anteriormente. 12 Dentro de los procesos cognitivos de carácter fundamental hemos de destacar por su papel en el aprendizaje musical: 4.3.1 La memoria Esta es una de las capacidades cognitivas más importantes, incluso para la propia supervivencia. Según explican las actuales teorías sobre el funcionamiento del procesamiento de información en el hombre, poseemos una memoria a corto plazo, con un alcance limitado, y una memoria a largo plazo, con una capacidad mayor de almacenamiento. Dado que la memoria a corto plazo tiene una capacidad limitada, es importante en los contextos de aprendizaje el conocer cómo la memoria puede optimizarse, no trabajando sobre elementos inconexos, sino siempre buscando un nexo de unión entre esos diversos elementos,de manera que formen conjuntos de información. El conocimiento previo que tiene un alumno de cualquier edad sobre un determinado tema (y que está presente en su memoria) influye decisivamente en la manera en que procesa la nueva información sobre ese tema. La interpretación que el individuo haga de esa nueva información se construirá pues desde sus conocimientos previos, es decir, desde la representación previa que tenga sobre la información que se le presenta. En el mundo de la interpretación musical además, interpretar de memoria (en particular en determinadas especialidades como la dirección orquestal o los solistas vocales e instrumentales) es un requisito casi de obligado cumplimiento. En la interpretación instrumental intervienen según Hugues12, tres formas principales de memoria: auditiva, visual y kinestésica. La memoria auditiva posibilita el “oído interno”, que permite –entre otras cosas- anticipar los eventos sonoros próximos. La memoria visual permitiría en este contexto retener la notación escrita, las posiciones de manos y dedos etc. Y por último la memoria kinestésica (muscular y táctil) posibilita la repetición de movimientos realizados con anterioridad. Además, la memorización musical permitiría, en palabras de Nicholas Cook13, “la capacidad de poder dejar a un lado los detalles y observar las relaciones a gran escala pertinentes al contexto musical…” 4.3.2 La atención La atención es una capacidad sin la cual las posibilidades de que se produzca aprendizaje significativo se minimizan. La atención puede definirse, en relación a la capacidad de percepción, como un filtro de los estímulos ambientales deseables, que son destacados por el individuo en su actividad cognitiva por medio de la concentración de su actividad psíquica en ellos. Es una capacidad básica de nuestra mente que selecciona pues los estímulos pertinentes e impide que un torrente incesante de información la 12 Hugues, E. (1915). Musical memory in piano playing and piano study, The Musical Quarterly, vol. 1 nº 4, pp. 595. Oxford: Oxford University Press 13 Cook, N. (1989). A Guide to Musical Analysis. pp. 232 Londres: Dent 13 inunde sin posibilidades de ser procesada. La capacidad de atención es, pues, limitada; pero puede ser selectiva. La atención humana realiza tres funciones o mecanismos relacionados. Estos, según Pozo (1996) son: a) Un sistema de control de recursos limitados: Deberemos “prestar atención” a los aspectos más relevantes de la tarea (En la ejecución de una obra musical, la idea artística, la afinación, ritmo, coordinación, vibrato, ausencia de tensión, posición del instrumento, toma del arco, distribución del arco, velocidad del arco, peso, punto de contacto, respiración, apoyo respiratorio, coordinación de la lengua y dedos etc. suponen multitud de retos para el intérprete. Si pretendemos que un alumno piense en todo ello a la vez (antes de tener automatizados por separado algunos de estos procesos), lo más probable es que “desconecte” y se limite a “tocar las notas”. La exposición al material de trabajo, por sí misma, no construye aprendizaje; es necesario pues “prestar atención”, atendiendo a los aspectos más relevantes, dado que los recursos cognitivos de nuestra memoria son limitados). b) Mecanismo de selección o filtro de la información que debe ser procesada: No todas las informaciones llaman la atención por igual. Solemos atender más a la información interesante, la que se acerca a nuestra motivación. El profesor debe tratar de conseguir estimular esta motivación y de llamar la atención de los alumnos, tratando de favorecer siempre un proceso de reflexión sobre los problemas de aprendizaje que son planteados. c) Mecanismo de alerta que permita mantener la atención: La atención no se puede mantener constante en el tiempo. Debemos pues gestionarla, dosificando los nuevos aprendizajes. A modo de resumen, la capacidad de atención de los alumnos, puesta al servicio de su aprendizaje musical, puede ser guiada por los profesores en base a estos principios (Basado en Pozo, 1996): 1. Selección pertinente de la información. 2. Presentación sugestiva e interesante de los materiales de aprendizaje. 3. Presentación gradual (en términos de cantidad y dificultad) de la nueva información. 4. Fomento de los procesos de automatización. 5. Dosificación de las tareas. 6. Diversificación de las tareas. 14 4.4 LA AUTOMATIZACIÓN DEL APRENDIZAJE Con la repetición consciente y reflexiva de la práctica, determinados aprendizajes se consolidan hasta el punto de que pasan de ser actividades conscientemente controladas –con presencia en la memoria a corto plazo-, a ser rutinas14 automatizadas en la memoria a largo plazo, sin apenas necesidad de control consciente sobre ellas. En este proceso es fundamental el que la repetición se produzca en un contexto de plena reflexión y atención en la pertinencia y corrección de la acción repetida –para evitar que puedan arraigar como automáticas, prácticas o destrezas incorrectas-. Las ventajas de la automatización como herramienta auxiliar del aprendizaje son múltiples. Según Pozo (1996): Su ‘reproducción’ apenas consume atención. Esto, como intérpretes, supone la gran ventaja de poder dedicar los recursos atencionales –que como hemos comentado, son siempre limitados- por ejemplo, a otras tareas simultáneas de mayor detalle o profundidad. Los aprendizajes automatizados son de carácter permanente. La práctica reflexiva produce la automatización del conocimiento, que termina anclado en nuestra memoria de largo plazo. El uso reflexivo del intelecto, la capacidad auditiva, visual y los mecanismos kinestésicos favorecen este anclaje y su posterior recuperación no requerirá un esfuerzo consciente. Se ejecutan eficazmente en condiciones adversas. Un recurso adquirido por un proceso de práctica reflexiva y reiterada se activará automáticamente (se ‘recuperará) independientemente de la situación. Esto es sumamente importante en los contextos profesionales de los músicos intérpretes, donde lidiar (dedicar recursos atencionales) con el miedo escénico, las condiciones acústicas y de otra índole etc., será más accesible de ese modo. 4.5 EL APRENDIZAJE COMO ACTIVIDAD SIGNIFICATIVA O DE ORGANIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO Los contenidos de aprendizaje que se presentan al alumno deben estar estructurados en sí mismos y con respecto al conocimiento que éste ya posee. Dicho de otro modo, la organización y secuenciación de estos contenidos debe tener en cuenta los conocimientos previos de los alumnos, de manera que realmente se puedan producir aprendizajes significativos (Torrado, 2003). El aprendizaje debe ser una actividad significativa para el que aprende; y esta significatividad está directamente relacionada con la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee el 14 Empleamos aquí la palabra ‘rutina’ en su pleno sentido positivo. 15 alumno15. Por el contrario, el aprendizaje resulta muy poco eficaz cuando consiste simplemente en la repetición mecánica de elementos que el aprendiz no puede integrar en un todo con suficiente perspectiva. Una concepción sobre el aprendizaje desde el planteamiento constructivista comporta ciertas características en los ‘objetos’ del proceso, que van desde el material hasta el alumno. 4.5.1- El material (el contenido a aprender) que se presenta al aprendiz debe tener en cuenta los conocimientos previos de éste. Esta idea genera dos condiciones o requisitos: de un lado que el material esté dotado de una estructura lógica, esto es, que el material esté internamente organizado de forma que cada elemento de información tenga una conexión lógica o conceptual con otros elementos (Pozo, 1996). Debe quedar claro que no se hace referenciaa que el material tenga su propia organización interna, sino que tenga una organización comprensible y asimilable a los conocimientos previos del aprendiz. 4.5.2- El lenguaje. El vocabulario y las descripciones metafóricas empleadas no deben ser incomprensibles o demasiado novedosas para el alumno. Las expresiones lingüísticas –representacionales o no- adquieren significación lingüística cuando se les da un uso –por medio de la acción- en la situación de aprendizaje. Es decir, la significación o el alcance que dé el alumno a cualquier representación simbólica – ofrecida por el profesor por medio del lenguaje- dependerá de las relaciones que aquél pueda hallar a dicha representación con el contexto de la acción interpretativa. 4.5.3- En cuanto al alumno, si de algo se requiere para que se produzca un aprendizaje significativo es de la disposición favorable al aprendizaje constructivo. Para la idea constructiva del aprendizaje, comprender y aprender son sinónimos. Y para comprender, como sabemos, se necesita sobre todo la intención y el deseo de hacerlo. Desde esta perspectiva, el aprendizaje constructivo estará más ligado a estilos motivacionales intrínsecos, donde la meta fundamental es el interés y deseo propio por comprender, que a estilos motivacionales extrínsecos. 4.5.3.1 MOTIVACIÓN Es un proceso auxiliar que, como otros, puede consecuencias directas sobre el aprendizaje. Según Claxton16 motivar es cambiar las prioridades de una persona. Los medios a nuestro alcance para “mover” (del latin motivus o motus, causa del movimiento) a los alumnos van desde obligarles, repartiendo castigos y premiando esfuerzos y/o resultados (motivación extrínseca), hasta conseguir que perciban que un resultado del aprendizaje es significativo o que tiene interés en sí mismo (motivación 15 Carretero, M. (1993). Desarrollo cognitivo y procesamiento de la información, en Constructivismo y educación. pp. 52- 61. Buenos Aires: Aique 16 Claxton, (2005) Aprendiendo a aprender: objetivo clave en el currículum del siglo XXI. Cuadernos de Información y Comunicación. vol. 10. pp. 259-265. Trad. esp. de Aladro E. 16 intrínseca). La motivación intrínseca está más ligada a una idea constructiva del aprendizaje y esto es, entre otros, por diversos motivos: a) Las recompensas extrínsecas interfieren con el aprendizaje porque distraen la atención de los procesos de aprendizaje hacia las conductas necesarias para obtener la recompensa. b) Durante el desempeño de tareas los individuos extrínsecamente motivados son más proclives a los tonos emocionales negativos, por ejemplo la frustración, que los aprendices intrínsecamente motivados. c) Las recompensas extrínsecas delimitan la creatividad y se ha encontrado que en las orientaciones motivacionales extrínsecas el aprendizaje conceptual es de menor calidad. d) Las actividades intrínsecamente motivadas terminan cuando la curiosidad queda satisfecha o se alcanza un cierto dominio, mientras que las actividades extrínsecamente motivadas finalizan cuando se ha satisfecho la tarea ‘impuesta’. Esto no implica que los estilos motivacionales extrínsecos sean perjudiciales en el aprendizaje, sino que estos deben ocurrir de modo que sostengan en los alumnos las percepciones de competencia y auto-determinación. Si bien, lo deseable sería promover estilos motivacionales que dependieran lo menos posible de factores externos, de manera que el deseo de aprender fuese el motivo principal del aprendizaje (Pozo, 1996). La motivación en una tarea es el producto del valor que concedemos a un resultado (el móvil) por la expectativa de alcanzarlo y el hábito adquirido en lograrlo (Pozo, 1996). En otras palabras, si algo no nos interesa, no nos esforzaremos en alcanzarlo. Si nos interesa pero sabemos o intuimos que no lo conseguiremos, no nos esforzaremos a no ser que podamos cambiar las causas que nos impiden conseguirlo. En el ensayo Dissonanzen 17 publicado por Adorno (1956), éste reflexiona sobre la pedagogía musical, considerando que el nivel de comprensión de un niño es mucho mayor de lo que normalmente se cree. Los niños tienen –según Adorno- una natural aspiración para adentrarse en los niveles superiores de sus propias experiencias, mucho mayor que los adultos, a los cuales este deseo le ha sido anulado por el 17 Adorno, T.W. (1956). Dissonanzen. Göttingen: Vandenhoeck und Ruprecht. Trad. esp.: Disonancias. (2009) Madrid: Akal. Según Adorno, la cultura musical, entendida no solamente como praxis instrumental, sino como la capacidad de acercarse a la música entendiendo su significado, debería ser parte integrante de la educación de los jóvenes. Sin embargo, Adorno critica aquí la incapacidad de la pedagogía musical en su tiempo para formarles en el verdadero objetivo al que la educación musical tendría que aspirar: la posibilidad de penetrar en el sentido auténtico de la música y, desde ahí, contribuir al despertar intelectual y espiritual del ser humano. El contexto en el que Adorno realiza esta crítica está relacionado con el movimiento musical juvenil, o Jugendbewegung, se desarrolló en Alemania a principios del siglo XX, con la intención de promover la difusión de una música adecuada para los jóvenes y para las personas «no expertas» en el campo musical. En los años cincuenta este movimiento contaba ya con una importante tradición, tanto en el plano teórico como en la praxis musical, y existían numerosos compositores especializados en la llamada Jugendmusik. Esta música se caracterizaba por la simplicidad de ejecución, realizable también con instrumentos sencillos, y por la relativa ausencia de exigencias expresivas o estilísticas vinculantes. 17 condicionamiento psicológico de la sociedad. Por ello el insistir en la dificultad excesiva de comprensión es solamente un fenómeno de reacción: «Precisamente la posibilidad de diferenciación y percepción de lo cualitativamente diverso es intrínseca a los niños en tanto que herencia mimética y son los adultos los que primero les privan de dicho hábito para convertirlo en algo racional». Y en cuanto a la motivación y la elección del material, Adorno reflexiona sobre su ideal concepción de la educación musical, que presupone, naturalmente, que las obras que el niño aborda en su camino de despertar espiritual sean elegidas con mucho cuidado. Es fundamental que el niño pueda llegar a entender su significado, sin que la realización instrumental sea demasiado lejana a sus posibilidades. Pero es aún más importante que estas obras puedan guiarlo en las diferentes etapas de su desarrollo interior. Por ello es necesario que las obras escogidas “conformen de verdad una estructura de sentido intelectual, una entidad en sí, articulada, organizada y diferenciada” (Adorno, 1956). La calidad artística es mucho más importante que la posibilidad de alimentar el instinto instrumental manual. Sobre la motivación, la teoría de la “expectación-valoración” plantea, a través de investigaciones sobre cómo los niños se vinculan con la música, que a menudo las motivaciones externas (recompensa, reconocimiento social, deseo de éxito) suelen preceder y desarrollarse hasta implementarse en motivación intrínseca. El profesor no obstante puede ayudar a favorecer esta implementación18: a) Abriendo las posibilidades de respuesta emocional en los alumnos con la exposición libre a varios tipos de música. b) Haciendo participar a los alumnos en las decisiones sobre estilo e interpretación de la música que van a aprender. c) Generando preguntas, debate, contradicción, sorpresa etc. con el fin de estimular intelectualmente a los alumnos. Todos estos factores deberán ser tenidos en cuenta por el profesor que diseña el planteamiento pedagógico adecuado a su alumno. Para ello, un aspecto fundamental será la correcta valoración porparte del profesor de los conocimientos previos de éste, en referencia a los contenidos de aprendizaje que se vayan a abordar. Estos conocimientos previos afectarán directamente a cómo se diseñan estrategias, como se estructura el material, como se adapta el nivel léxico y como se desarrolla el trabajo en la clase. Si lo que se espera del alumno es pues que interprete la música con pleno significado y reestructure la información nueva desde sus representaciones previas, éstas, sean cuales sean, han de ser constatadas y valoradas. Obviamente no es objetivo de este trabajo el delinear el modo en el que son adquiridas estas representaciones mentales en las distintas etapas de desarrollo del alumno. Pero sí nos interesa insistir en que los conocimientos previos de los alumnos sobre un tema determinado influyen 18 Davidson, J. (2006). El desarrollo de la habilidad interpretativa. En Rink, J., La interpretación musical (pp. 111-124). Trad. esp. Zitman, B. Madrid: Alianza Editorial 18 directamente en la manera en que procesan la nueva información que reciben (Carretero19, 1993). 4.6 ADAPTAR LAS TAREAS A LAS CAPACIDADES DE LOS ALUMNOS 4.6.1 Las zonas de desarrollo. Para que el alumno “construya” nuevos conocimientos, la adquisición de un nuevo aprendizaje debe suponer un cierto esfuerzo, para que realmente implique un cambio de una zona de desarrollo real a una zona de desarrollo próximo. Pero este esfuerzo debe ser asequible y por tanto no debe suponer un hándicap tan grande (por la falta de adecuación de la tarea a los conocimientos previos del alumno, por ejemplo) que el nuevo contenido quede situado fuera de la zona a la que tiene acceso potencialmente el alumno. Cualquier actividad que plantee el profesor debe ir dirigida hacia lo que podemos denominar como ‘reto óptimo’ (Torrado, 2003). Es decir, que el diseño de la actividad de aprendizaje debe responder a una situación en la que el nivel de habilidad del aprendiz sea ligeramente inferior al nivel de dificultad de la tarea. Cualquier actividad en la que el reto sea netamente superior a las capacidades del alumno generará “desmotivación”, disminuyendo con ello las posibilidades de éxito en la acción de aprendizaje. 4.6.2 Objetivos concretos y estrategias adecuadas. Las tareas deben estar organizadas o diseñadas de forma que además de suponer un reto alcanzable para el alumno -para lo que hay que activar sus conocimientos previos-, retroalimenten su rendimiento con el fin de promover evaluaciones de competencia y auto-determinación. El alumno debe conocer con claridad en qué consisten los objetivos, constatar que éstos suponen un reto alcanzable en función de sus capacidades y conocimientos previos, y debatir con el profesor las estrategias adecuadas que le permitan conseguirlo. 4.6.3 Control objetivo de los problemas y dificultades surgidas en la tarea de aprendizaje. Es muy importante el ofrecer al alumno una perspectiva ajena a sí mismo de los problemas que surgen en toda tarea de aprendizaje. Aislar las causas, debatir sobre ellas y planificar posibles soluciones es la mejor estrategia. Hay que evitar que el alumno 19 Carretero, M. (1993). Constructivismo y educación. Madrid: Edelvives. 19 relacione las dificultades inherentes a toda tarea de aprendizaje –que requiere un cierto esfuerzo y una re-construcción de los conocimientos- con causas atribuibles a sus ‘condiciones para el aprendizaje’. Más bien al contrario, desde la motivación y la autoconfianza se podrá combatir, con estrategias adecuadas y de manera más efectiva, todas las dificultades. 4.7 CONCEPTO DE ‘META’ En esta conveniencia de diseñar estrategias adecuadas cobra importancia el introducir el concepto de meta. Esta idea es primordial en relación con la motivación para aprender; de hecho podríamos decir que obtener éxito en una tarea de aprendizaje no es más que alcanzar la meta propuesta. Una meta es –en este contexto- un acontecimiento cognitivo con propiedades motivacionales20, que pretenden mejorar el rendimiento. La meta debe ser siempre clara, específica y debe suponer un reto alcanzable. La meta, además, debe ser aceptada por el alumno; de lo contrario su efectividad se verá reducida. Cuando éste acepta una meta propuesta por el profesor, lo que hace es internalizarla, es decir, hacerla propia. Por el contrario, si el alumno rechaza, o no alcanza a comprender la meta, esta difícilmente podrá suponer un reto para mejorar su rendimiento. Las metas u objetivos de aprendizaje que el profesor ofrece al alumno deben ser objetivos a corto plazo, inmersos claro está en los objetivos a largo plazo que suponen el fin último de la educación musical. El transformar metas a largo plazo en metas a corto plazo tiene varias ventajas: (Extraído de Reeve, 1995) 1. Las metas a largo plazo implican pasar un periodo prolongado de tiempo durante el que no se refuerzan los intentos por conseguir la meta. Por el contrario las metas a corto plazo ofrecen múltiples oportunidades de recibir refuerzos cuando se cumplen. El refuerzo positivo del logro de metas a corto plazo generalmente aumenta el compromiso del alumno para con la meta a largo plazo. 2. Las metas a corto plazo dan feedback relacionado con el rendimiento, no así las metas a largo plazo. 20 Reeve, J.M. (1995). Motivación y emoción. Madrid: Mc Graw-HilI. 20 4.8 PRÁCTICA REFLEXIVA – PRÁCTICA EFICAZ La manera más eficaz de adquirir una habilidad es la práctica deliberada. En la interpretación musical hay una clara relación entre horas de práctica formal y logros alcanzados21. Los estudios al respecto revelan también que el avance es mayor cuando la práctica es más reflexiva y cuando se combina con ‘prácticas informales’ (improvisaciones, tocar melodías ‘de oído’ y en general, aquellas actividades que permiten a los alumnos explorar cómo funcionan las estructuras musicales). Por tanto, de lo que se trata no es de promover un trabajo mecánico y repetitivo por parte del alumno, sino un trabajo que produzca en el alumno un aprendizaje significativo, constructivo. Y este llegará desde la reflexión en la práctica. El profesor debe intervenir en la práctica del alumno en las tres fases en la que podríamos dividir ésta (Extraído de Pozo, 1996): En el planteamiento del problema: Organizando éste junto con el alumno, en forma de diálogo; destacando los puntos de interés, de manera que el alumno tenga claros y haga suyos los objetivos del aprendizaje. Todo esto desde la representación previa que el alumno tenga sobre el tema o los aspectos sobre los que trata la tarea. Durante la solución del problema: Posibilitando al alumno la toma de decisiones. Fomentando los procesos de reflexión del alumno de forma que pueda tomar decisiones y valorarlas, fomentando con ello nuevos procesos de reflexión y de toma de decisiones. En la evaluación: Evaluar las decisiones adoptadas por el alumno -ya que son éstas las que van a poder variar los resultados- al tiempo que se valora el grado en que ese proceso de solución implica la reflexión sobre la tarea. 21 Chase, W.G.& Anders, E.K. (1981). Cognitive Skills and their Acquisition. pp. 141-189. Hillsdale, NJ: Erlbaum. 21 5. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN En el siguiente capítulo pasaremos a describir cual será, en el Estudio de Caso que se llevará a cabo, el proceso investigador. Se describirán tanto los objetos intervinientes en el proceso (tanto el material musical como los protagonistas –alumnos y profesor-) como las herramientas utilizadas. Por último, se definirán y describirán las sucesivas etapas evolutivas del mismo. 5.1 El material musicalEs necesario decir que resulta de vital importancia la selección adecuada –por parte del profesor, de las instituciones educativas musicales…- del material musical (obras musicales, fragmentos, estudios etc.) con el que los estudiantes deben desarrollar sus destrezas interpretativas. Puede establecerse como regla general que este tipo de materiales musicales deben reunir una serie de características básicas: a) Deben contener un alto valor musical intrínseco. b) Deberán contener unas exigencias de mecanismo y problemas técnicos relativamente accesibles a los estudiantes a los que irán destinados (de forma que no suceda, a pesar de todo, que los demasiado importantes impedimentos de mecanismo técnico imposibiliten el tratar de manejar los parámetros interpretativos). c) También será deseable, en las primeras etapas, que la selección de estos materiales musicales se haga teniendo en cuenta que en ellos, estos distintos parámetros que intervienen en la interpretación musical (ritmo, dinámica, articulación, afinación, timbre…) se hallen presentes de manera no equilibrada. Por poner un ejemplo: tendrá más sentido que un estudiante pueda trabajar sobre las posibilidades de variaciones sutiles de tempo que pueden resultar convincentes para una determinada interpretación de un fragmento, si éste a su vez no contiene exigencias importantes en aspectos de dinámica, articulación etc., que le impidan poner toda su atención en lo requerido. 5.2 Los protagonistas El planteamiento de la metodología de esta investigación discurre en realidad en paralelo con la metodología de trabajo que debe seguir el músico –en particular aquí el estudiante de música como intérprete de un instrumento musical-. Los elementos, u “objetos” que interactúan en este proceso son fundamentalmente: 22 5.2.1 Los alumnos Se proponen como participantes en esta investigación, a dos estudiantes, pertenecientes al segundo ciclo de las Enseñanzas Profesionales de Música, dentro de lo ordenado en esta materia por la legislación educativa vigente en España. Se considera éste, a priori, un nivel educativo adecuado para que se cumplan las condiciones apuntadas con anterioridad, en el sentido de que los requerimientos técnicos (en particular, los requerimientos de mecanismo técnico) sean asequibles y abordables suficientemente de manera que los estudiantes puedan poner el foco de su atención en los aspectos interpretativos. Los estudiantes, nombrados en este trabajo como M y R, que han firmado, junto con sus representantes legales, consentimiento para esta actividad (sus identidades, debidamente acreditadas, permanecen por razones de protección de datos fuera del ámbito de esta exposición) son alumnos que realizan estudios musicales oficiales en la especialidad de clarinete en el nivel de segundo ciclo de Enseñanzas Profesionales en el Conservatorio Profesional de Música “Adolfo Salazar” de la Comunidad de Madrid. 5.2.2 El profesor. El profesor, que tutelará todo este proceso de aprendizaje e investigación, es Joan Borràs22, autor asimismo de este Trabajo Fin de Máster. 5.3 Herramientas utilizadas en el proceso investigador 5.3.1 El instrumento musical En nuestro estudio de caso, el clarinete. Los estudiantes aportan sus propios instrumentos y material para el estudio: Estudiante M: clarinete en Si bemol, sistema Boehm. Marca Uebel, mod. Advantage. Boquilla Zinner 518K. Cañas Peter Leutner 3 ½ Estudiante R: clarinete en Si bemol, sistema Boehm. Marca Yamaha, mod. YCL- CSGlll. Boquilla Zinner 518K. Cañas Peter Leutner 3 ½. 5.3.2 El material musical En nuestro estudio de caso, fragmentos del estudio nº 1 de “32 Études pour la clarinete”, de Cyrille Rose).Sobre este material seleccionado para el estudio de caso se puede encontrar información con más detalle en los Anexos. 22 Joan Borràs, autor del presente Trabajo Fin de Máster, pertenece al Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid. 23 5.3.3 El aula El espacio físico donde se realiza la investigación es el Aula 13 del Conservatorio Profesional de Música “Adolfo Salazar”, sito en la calle Ferraz nº 62 de Madrid. En la propia aula, estudiantes y profesor disponen de las herramientas complementarias necesarias para la actividad. 5.3.4 Herramientas complementarias - Grabador digital de vídeo: Canon EOS 1100 D - Grabador digital de audio: Handy Recorder ZOOM H1 - Espejo - Metrónomo + afinador Korg TM50 5.4 Desarrollo de la investigación, por etapas. Fundamentación Teórica A este respecto se propone el establecimiento de tres etapas diferenciadas en el proceso de trabajo interpretativo sobre el material propuesto. Estas etapas se definen del siguiente modo: 5.4.1 Etapa inicial En esta etapa inicial el alumno accede por primera vez al material musical. El objetivo principal en esta fase será el activar un proceso de reflexión que permita lograr que aquél acceda a una imagen conceptual de la música que le sirva de guía en su interpretación musical, particularmente en la re-creación del contenido emocional y expresivo de ésta. En la representación de esta imagen conceptual intervienen factores emocionales, analíticos –en relación con la propia partitura- y también factores conectados a las representaciones implícitas propias que el alumno, en el ámbito de la interpretación musical y otros relacionados, active para ello. La imagen conceptual así elaborada,23 no es algo rígido, sino más bien al contrario: estará en constante evolución (o, parafraseando a Pozo, en constante reajuste jerárquico), a través de cada nueva experiencia intelectual, sensitiva etc. que en ese ámbito experimente el músico. Ello enriquece con el tiempo tanto sus conocimientos conscientes sobre los aspectos que se involucran en su interpretación musical como su “instinto musical informado”. En un primer momento, se propone que el contacto del estudiante con el material musical (con el texto musical, la partitura) se llevará a cabo “sin el instrumento”. La 23 Pozo, J.I. (2006). Nuevas formas de pensar la enseñanza y el aprendizaje: las concepciones de profesores y alumnos. Crítica y fundamentos: Serie Teoría y sociología de la educación. Vol. 12 Ed.:Graó 24 razón fundamental de esto es el facilitar que toda la atención se centre en desarrollar progresivamente la “idea” musical, sin la intermediación –con sus retos y dificultades técnicas- del instrumento. El profesor fomentará en esta etapa la activación de los conocimientos previos que el estudiante puede aportar por sí mismo en aplicación a la pieza en estudio, tratando de establecer a partir de ese punto, de manera conjunta con éste, unos objetivos claros de trabajo. En los primeros pasos, pues, el estudiante aplicará de la manera más autónoma posible sus conocimientos de lectura, prestando atención a las informaciones que la partitura pueda otorgarle para configurar el marco musical (la propia notación, las indicaciones de tempo, compás, tonalidad, dinámicas, articulación, posibles descriptores musicales etc.), análisis melódico, estructural, armónico etc. Estos conocimientos previos serán el principio o motor desde el que se tratará de construir el aprendizaje. También la utilización del canto como herramienta puede contribuir a explorar los aspectos expresivos del texto musical, ayudando al estudiante en la exploración de las distintas posibilidades expresivas y potenciando su fantasía creativa. El profesor contribuirá cuando sea necesario a ayudar al estudiante a establecer una configuración del marco expresivo, pudiendo utilizar para ello recursos retóricos como metáforas, pequeñas dramatizaciones, adjetivación etc. Intervendrá en este proceso reflexivo como un apoyo al estudiante en la tomade decisiones, pudiendo también en una fase avanzada el ofrecer, con su propia interpretación al instrumento, ejemplos interpretativos que muestren posibilidades válidas en la interpretación. En los casos en los que ello sea posible, la escucha de grabaciones musicales de la música en estudio -en esta fase avanzada- puede también activar ideas o hacer descartar opciones contempladas, siempre que la escucha se haga con un correcto sentido crítico. 5.4.2 Etapa de construcción instrumental En esta etapa el estudiante incorporará el instrumento musical al proceso de estudio. En primer lugar efectuará un análisis de los retos técnicos en los aspectos de mecanismo (digitaciones, trabajo específico de determinados pasos, cañas aconsejables etc.), propuesta de puntos de respiración (tanto a nivel de fraseo musical como de necesidad fisiológica) etc. A continuación comenzará el desarrollo de la construcción de la interpretación musical del texto, tomando como referencia en todo momento la imagen conceptual desarrollada en la etapa inicial de estudio. Entre las estrategias acordadas en común entre el profesor y el estudiante debería figurar el que, en esta etapa, éste deba adoptar una actitud abierta e imaginativamente instintiva. El estudiante debe “soltarse” y dejar que su representación musical pre- 25 concebida actúe y pueda movilizar los recursos técnicos (hablamos aquí pues de los parámetros técnicos fundamentales en la interpretación musical, referidos a aspectos contenidos en la agógica, las dinámicas, articulación etc.) necesarios para la consecución de una interpretación musical coherente con su imagen conceptual. Parece evidente que esta “puesta en sonido” llevada a cabo con el instrumento, influirá a su vez en esa representación expresiva, enriqueciéndola en muchos casos con posibilidades que le ofrece la idiomática del propio instrumento musical. En esta fase el estudiante deberá también realizar una ‘puesta en escena’ de la interpretación, en la medida de las posibilidades del contexto de estudio. Ofrecer esta interpretación musical al público, al profesor, a los compañeros de estudio, también realizar grabaciones (idealmente de vídeo + audio) para tener una vivencia real de las posibilidades comunicativas que ha desarrollado en todo el proceso. 5.4.3 Etapa de evaluación. Autoescucha crítica e interiorización En el último estadio de este proceso de estudio del material musical, el profesor debe promover una reflexión en el estudiante que permita una valoración de las estrategias seguidas y de la consecución (o no) de las metas establecidas. Será de gran utilidad para ello, como herramienta auxiliar, el poder disponer de grabaciones de la interpretación musical ofrecida por el estudiante, como se ha comentado arriba. Se deberá prestar atención de manera particular a los recursos agógicos, dinámicos, de articulación etc. que se han movilizado para conseguir los aspectos emocionales, de carácter e interpretación requeridos en nuestra representación musical expresiva. Esta reflexión podrá permitir en el estudiante una concienciación de la correlación entre la activación de los distintos parámetros técnicos y los resultados sonoros expresivos, contribuyendo de esta forma a favorecer la interiorización de determinadas “reglas” o conexiones que con el tiempo irán pasando a formar parte del bagaje que el músico atesorará en su “intuición musical instruida”. 26 6. ESTUDIO DE CASO 6.1 Desarrollo de la Etapa inicial a) El sábado 11 de abril de 2015, a las 10 horas, en el Aula citada, se realiza una primera reunión entre el profesor y los estudiantes, en la que éstos son informados por aquél del propósito de la experiencia y del proceso a seguir. b) Se hace entrega de las partituras24. c) Se entrega también un texto complementario (ver Anexos) que tendrá como objetivo el ayudar a los estudiantes, mediante sugerencias y preguntas, a activar y aplicar sus conocimientos previos sobre el material musical. Se les otorga para esta tarea un tiempo discrecional. 6.2 Desarrollo de la etapa de construcción instrumental a) Se realiza otra reunión alumno-profesor en la que se evalúan de manera conjunta los conocimientos previos aportados por el estudiante (miércoles 15 de abril de 2015 a las 15:30h.). b) Se diseñan de manera conjunta los objetivos que se pretenden alcanzar, en el ámbito de la interpretación musical, la realización técnica, la puesta en escena etc. c) A los estudiantes se les otorga un tiempo (idealmente, algunos días) para el trabajo personal, en el que deben tratar de resolver –según sus posibilidades y conocimientos actuales- los aspectos de mecanismo, respiración, digitaciones, cañas adecuadas etc. Se les solicita un breve informe sobre estos aspectos, que se adjunta en los Anexos. d) En una nueva reunión junto con el profesor, se trabaja ahora sobre la partitura siguiendo el este procedimiento: 1- El estudiante realiza una interpretación completa de la partitura, registrándose por primera vez esta en audio-vídeo. 2- El profesor, tras la escucha, establece un debate sobre la idea inicial del alumno, el rendimiento musical que éste ha ofrecido y las estrategias que es posible adoptar para acercarse lo más posible a la imagen conceptual musical deseada. En este punto profesor y alumno intercambian impresiones utilizando los recursos que se estimen necesarios: recursos del lenguaje, gestualidad, modelado por parte de la interpretación y/o canto del profesor, escucha de grabaciones referentes etc. En este proceso la flexibilidad en el enfoque deberá ser importante, pudiendo incidirse en fragmentos breves o no, en unos parámetros técnico-expresivos u otros etc., en función de las necesidades. 24 En los Anexos se adjunta una copia del material musical entregado a los estudiantes. 27 3- Tras este trabajo musical integral, el estudiante ofrecerá una interpretación de la partitura, que de nuevo será registrada en audio-vídeo. 6.3 Desarrollo de la etapa de evaluación. Autoescucha crítica e interiorización En esta última fase profesor y alumno realizarán una escucha de las grabaciones previa y posterior al proceso constructivo. Se observarán y comentarán los elementos de evolución o cambio que, en el ámbito de la interpretación expresiva y sus parámetros, pudieran haberse dado. En especial, serán objeto de debate los elementos que, tras el trabajo en el proceso de construcción, se identificaran más con la idea conceptual musical elaborada. También será importante el tomar conciencia de la evolución (si la hubiese habido) que esta idea conceptual hubiera experimentado. 28 6.4 TRANSCRIPCIÓN DEL AUDIO DEL ALUMNO M En la siguiente secuencia de diálogo en una clase práctica, se ha señalado en negrita aquel vocabulario que, bien por parte del profesor o del alumno, manifiesta intenciones reflexivas y activación sensible en cualquiera de sus manifestaciones. En la columna de la derecha se ofrece una guía observante del profesor, donde se ofrece una panorámica de las estrategias que éste trata de seguir para potenciar en el alumno la reflexión sobre las relaciones entre sus impresiones estéticas sensibles y las decisiones que éste puede ir adoptando sobre distintos parámetros técnicos. DIÁLOGO DE APRENDIZAJE ESTRATEGIA DOCENTE Profesor: La actividad que os he puesto está relacionada con qué tipo de sentimiento, de carácter, de vivencia puede despertar en ti un fragmento musical propuesto como es éste de aquí. Esto es un extracto de una composición, un estudio para clarinete. Te lo he puesto de forma esquemática, sin indicaciones de tempo, dinámicas, articulación… Lo he hecho así ex-profeso porque lo que buscamos aquíes tratar de pensar sobre si tienen o no, y si la tienen, qué tipo de relación pueden tener estos parámetros técnicos: tempo, dinámica, la forma en qué articulamos, cómo buscamos un tipo de sonido para intentar reflejar en nuestra interpretación la vivencia, el sentimiento, el carácter o el afecto que creemos que nos transmite esta música). Y que nosotros, como intérpretes, hemos de traducir, hemos de intentar comunicar y convencer de forma coherente a nuestro público. Este cuestionario trataba pues de concienciar y de qué pusieras por escrito cuáles eran esas percepciones. INTRODUCCIÓN El profesor presenta al alumno el material musical y le explica en detalle el objetivo de la actividad. P: ¿Me puedes ir contando un poco, siguiendo el orden de las cuestiones, qué es lo que has ido viendo ahí. Alumno M : Pues en primer lugar me preguntabas por el tiempo y he elegido negra 72-80 porque como que era un tiempo intermedio entre los propuestos y me parecía un tiempo más razonable que un tiempo muy lento o muy rápido y se adecuaba El profesor utiliza el cuestionario que el alumno ha realizado con anterioridad, para iniciar la conversación sobre las cuestiones musicales allí planteadas. El alumno M se muestra locuaz desde el primer momento y se extiende en sus razonamientos. Sus 29 más a lo que me permitía expresar. Luego en la segunda pregunta me pedías, o sea, sobre las secciones y lo que se adecúa más a lo que a mí me transmite y he elegido la opción A que divide la frase en una semifrase primera y una segundo(a), porque no me acababa de dar la sensación de que hubiera dos motivos en una semifrase o que hubiera cuatro semifrases (2’59’’). P: Siempre se hace una cierta comparación entre la sintaxis del lenguaje hablado y la del lenguaje musical y es verdad que tendemos –a medida que vamos recibiendo nuestra formación musical- casi a nivel inconsciente a necesitar encontrar esa estructura interna en las piezas. Tú has optado por esa frase simétrica de ocho compases….más o menos. No es totalmente simétrica, ¿no?. M: No, porque la primera semifrase son cuatro (suelen ser cuatro compases) y aquí termina en el quinto. P: Eso es una cierta excepcionalidad ¿no? Sin embargo aunque en la literalidad es asimétrica como tú has dicho, en la interpretación si se percibe como simétrica. Se siente un cierto equilibrio al final ¿no? M: Sí conocimientos previos sobre las estructuras de la frase musical son muy razonables para su nivel de estudios. P: Muy bien¡. Podemos seguir si te parece con las otras cuestiones. Bueno, ahora entrábamos un poco más en detalle en las cuestiones sensoriales, o de tensión musical. M: Ajá P: Aquí se te preguntaba por qué momentos de más intensidad emocional notabas y si podías localizar algunos clímax melódicos… ¿me puedes contar un poco? M: pues he encontrado varios, no sólo uno. He encontrado en el segundo compás, esta primera nota blanca es como (nota= está precedida por) una escala (nota=arpegio) que va subiendo, así en El profesor solicita a M que comparta sus impresiones emocionales en relación con el fragmento musical propuesto. 30 este arpegio hacia la blanca noto como un clímax. Luego aquí he encontrado en el sexto compás, el sol blanca, y luego aquí también pero se me olvidó poner en el cuarto (nota= se refiere al compás 7, última corchea). P: Tú sientes la necesidad de que haya algunos puntos hacia los que dirigirte… M: Sí P: Son como hitos, como momentos de más tensión, y antes y después de esos momentos de más tensión da la sensación de que hemos de buscar el momento…el clímax melódico. Después de ese clímax melódico hay una cierta relajación. Y para buscar esos momentos de tensión y relajación hacia esos puntos de intensidad que tú has explicado, podemos necesitar hacer ciertas cosas ¿no? M: Ajá P: Aspectos técnicos nuestros… tiempo, dinámicas, articulación quizás ¿no?. Eso lo veremos un poco después. ¿No has visto más puntos de intensidad, más apoyos? Por ejemplo en el compás 4, ese Do… M: Sí podría ser P: Podría ser otro, ¿no? Aquí no hablamos de que sea verdad o mentira, o de que mi percepción sea más acertada. Simplemente yo, como también tengo la mía (nota = mi propia percepción) lógicamente, pues yo te sugiero si ahí veías uno. Igual que ves el Fa aquí… M: Sí P: O incluso el Sol. ¿El Sol podría servir (nota= se refiere al segundo compás)? M: Ajá El profesor describe el contexto y le pide a M que reflexione sobre la activación de recursos técnicos necesaria para conseguir los objetivos expresivos que se van acotando. Aquí da la sensación de que M está necesitando tiempo para procesar los resultados de su propia reflexión y contrastarlos con las sugerencias del profesor. P: Y después…preguntaba por la jerarquía , por el orden. Si hay algunos puntos de intensidad emocional más fuertes, más importantes… M: Pues el primero para mí (nota= el más importante) es el Sol Aquí, aunque M cita el Sol del c. 6 como clímax (y el profesor piensa en el mi grave del c. 8), se deja libertad al alumno para que 31 blanca (compás 6) porque llega después de un pasaje que va bajando y bajando y vuelve a subir, y como que cuando subes suena…es algo…tocas amplio y suena bastante como que parece más importante. P: Ajá M: Luego también me parece importante en el segundo compás el fa blanca porque es nada más empezar y vas aumentando, aumentando y es cuando empiezas a darle un poco de carácter a la obra. P: O sea que tu aquí (nota= compas 1) empiezas más suave. Y en orden de importancia, en tercer lugar (nota=has situado tú), la negra del último compás ¿no? M: Sí P: ¿Tú crees que lo sientes realmente como uno de los momentos de mayor intensidad, o de menor intensidad? M: De menor intensidad. P: En eso yo estoy bastante de acuerdo. Creo que lo has sentido como un momento especial. M: Me parece que no tiene tanta intensidad en comparación con las blancas pero me parece importante porque es la última nota que queda alta y tienes que mantenerla para no desafinar….y tienes que mantenerla y que no caiga, pero no tiene comparación con las otras. P: Es decir que lo que tú has visto es que ese final después del arpegio, donde creo que estamos de acuerdo en que hay una distensión, una relajación del discurso musical, es un punto especial. Pero no lo definirías como un momento de mayor intensidad… M: No, no. P: Quizás como el momento de menor intensidad, pero en todo caso para ti es un momento significativo. M: Sí desarrolle su propia visión expresiva. El profesor verbaliza las decisiones de M y mediante una pregunta le da la opción de descubrir por sí mismo la contradicción en cuanto a la negra –último sonido del fragmento-, para a continuación reforzar ese cambio de visión. M reflexiona y argumenta su sensación respecto de ese sonido. P: Pasamos ahora a la sección más peliaguda, porque siempre que tratamos de expresar con palabras las cuestiones emocionales, es difícil ¿no?. Tenemos una serie de calificativos, Este punto es importante. Aquí el profesor solicita directamente a M un esfuerzo por verbalizar 32 o de etiquetas para definir todo esto, pero claro, como estamos hablando de materia musical, y sobre todo en un nivel alto como el que tenéis vosotros, muchas veces es complejo el reducirlo a “triste, alegre, bonito, feo”. Pero bueno, de eso se trata también nuestra tarea. Además la hemos de poder explicar al público con nuestra interpretación y en un futuro no tan lejano, seguramente a tus propios alumnos. Entonces, cuéntame ¿Cómo describirías la emoción que te transmite este fragmento musical? ¿Cómo la sientes? directamente sus emociones, sus sensaciones musicales respecto del fragmento en estudio, señalando la natural dificultad conceptual
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