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Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 5Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 5 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa Las neuronas encantadas El cerebro y la música Pierre Boulez, Jean-Pierre Changeux y Philippe Manoury El capellán del diablo Richard Dawkins El gran calentamiento Cómo infl uyó el cambio climático en el apogeo y caída de las civilizaciones Brian Fagan La corriente de El Niño y el destino de las civilizaciones Inundaciones, hambrunas y emperadores Brian Fagan Cromañón De cómo la Edad de Hielo dio paso a los humanos modernos Brian Fagan La Pequeña Edad de Hielo Cómo el clima afectó a la historia de Europa (1300-1850) Brian Fagan El largo verano De la Era Glacial a nuestros días Brian Fagan El sentido de la existencia humana Edward O. Wilson Aprendiz cósmico Informes desde las fronteras de la ciencia Dorion Sagan La termodinámica de la pizza Ciencia y vida cotidiana Harold J. Morowitz Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 4Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 4 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa Traducción del francés: Faites danser votre cerveau !, de Lucy Vincent © Odile Jacob, 2018 © Traducción de Júlia Ibarz, Isabel Margelí y Christopher Domínguez Corrección: Marta Beltrán Bahón Diseño de cubierta: Vanina do Monte Primera edición, octubre de 2020, Barcelona, España Derechos reservados de esta edición. © Editorial Gedisa, S.A. Avda. Tibidabo, 12, 3º 08022 Barcelona (España) Tel. 93 253 09 04 gedisa@gedisa.com www.gedisa.com Preimpresión: Moelmo, SCP www.moelmo.com ISBN: 978-84-17835-87-3 Depósito legal: B 164-2020 Impreso por Sagrafi c Impreso en España Printed in Spain Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modifi cada, en castellano o en cualquier otro idioma. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 6Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 6 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa «Nuestros sentimientos no nos engañan. Nada se halla en nuestro corazón que el mundo no haya metido en él. No hay nada que afl ija nues- tro entendimiento que no haya conmovido an- tes a nuestros sentidos». Pierre Jean Georges Cabanis (1757-1808) Médico y fi lósofo Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 7Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 7 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa Índice Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 capítulo 1. ¡Bailar le sienta bien al cerebro! . . . . . . . . . . 17 El baile como función superior del cerebro . . . . . . . . . . 21 El movimiento crea el cerebro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 El cerebelo o cómo el movimiento crea la inteligencia. . 26 El pensamiento virtual anclado en lo concreto . . . . . . . . 30 Actividad de mi cerebro con mis acciones físicas . . . . . . 32 Los pensamientos del cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 El pensamiento y nuestras hormonas . . . . . . . . . . . . . . . 44 Una actitud hormonal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Bailar para actuar sobre nuestro cerebro . . . . . . . . . . . . . 47 capítulo 2. Bailar para seducir... pero también para trabajar mejor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Desde siempre, los seres humanos... . . . . . . . . . . . . . . . 57 El baile como diálogo de la pareja . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Bailar en la oficina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Bailar en la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 capítulo 3. ¡Bailar es bueno para la salud! . . . . . . . . . . . . 91 ¡Baila cuanto puedas para bailar por mucho tiempo! . . . 93 Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 9Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 9 4/9/20 10:174/9/20 10:17 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa Nuestro cuerpo se transforma cada día. . . . . . . . . . . . . . 95 ¡Sentir el propio cuerpo es sentir el propio peso! . . . . . . 99 Por qué debes amar a tus múscu los . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Mi sistema inmunitario y yo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Prevenir y, a veces, curar: un equilibrio que preservar . . 114 Los sorprendentes efectos del baile en las enfermedades neurodegenerativas. . . . . . . . . . 120 El movimiento, utilizado tradicionalmente para curar . . 127 capítulo 4. Conocerse a uno mismo mediante el baile. . . 131 El baile reanima el cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 ¡Un cuerpo delgado y musculoso es un cuerpo que habla! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 Una multitud de mensajes internos . . . . . . . . . . . . . . . . 139 El múscu lo es también una glándula endocrina . . . . . . . 143 El sistema de recompensa del cerebro contribuye a la felicidad de habitar nuestro cuerpo . . . . . . . . . . 144 Esculpirse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 La imagen de sí: un significado sináptico. . . . . . . . . . . . 150 Las actividades físicas alimentan la imagen que tenemos de nosotros mismos, aunque algunas más que otras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Las terapias físicas para la imagen de sí . . . . . . . . . . . . . 155 Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 10Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 10 4/9/20 10:174/9/20 10:17 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa ¡Bailar le sienta bien al cerebro! C A P Í T U L O 1 «Quien no baila está fuera de la realidad». Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filósofo y fi lólogo «No hay nada que sea tan necesario para los hom- bres como el baile. Sin el baile, el hombre no sabría hacer nada. Todas las desgracias de los hombres, sus peculiaridades funestas que llenan nuestra historia, los errores de los políticos y las defi ciencias de los grandes capitanes, todo esto, nos ha ocurrido por no saber bailar». Molière (1622-1673) Dramaturgo y actor «Ve con cuidado con lo que bailas, porque lo que bai- las es aquello en lo que te transformas». Susan Buirge (1940-) Coreógrafa Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 17Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 17 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 19 Con frecuencia hablamos de las actividades deportivas como si éstas fueran intercambiables, pero éste no es el caso, ni mu- cho menos. Para hacer jogging o salir a correr, por ejemplo, se necesita un buen entrenamiento cardiovascular, pero a na- die se le ocurre preguntarse si va a olvidarse de los pasos ne- cesarios. Lo mismo ocurre con el ciclista o el nadador, que pueden preocuparse por la estrategia de la carrera pero no por su expresión emocional. ¿Y el baile? Pues bien, el baile se dis- tingue de los demás ejercicios porque convoca todo tipo de aptitudes, de hecho, hay pocos deportes que reúnan tantas: equilibrio, esfuerzo muscular de todo el cuerpo, coordinación, expresividad, interacciones con el compañero, respeto del rit- mo... Cuando pensamos sobre ello, no hay ni una sola de las funciones corporales o cerebrales que el baile no convoque. Y para rematar con una guinda esta pirueta... a diferencia de muchas otras actividades, bailamos siempre por placer y no porque nos digamos que «vamos a sufrir pero que es por nues- tro bien». Sin llegar hasta aseverar que el baile sea el único deporte que valga la pena, digamos que conllevamuchas ven- tajas específi cas, empezando por el esfuerzo cognitivo que exi- ge. En este primer capítulo, vamos a ver con más detalle cómo el esfuerzo corporal actúa directamente sobre nuestras neu- ronas cuando bailamos. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 19Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 19 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 20 ¡Haz bailar a tu cerebro! El brain building En un estudio reciente se compararon los efectos de un pro- grama de aprendizaje de baile con los efectos de una serie de ejercicios repetitivos (Muller, Rehfeldt et al., 2017). Se to- maron datos de 22 personas mayores, de entre 63 y 80 años, en buenas condiciones físicas, que se habían ofrecido como voluntarios por un período de dieciocho meses. Tan sólo seis meses después, se dieron cuenta de que los bailarines, a di- ferencia del otro grupo, podían sentirse orgullosos de haber experimentado un aumento signifi cativo de materia gris en el giro precentral (área de la corteza motora que controla los movimientos). Lo que signifi ca que el baile (y no los mo- vimientos repetitivos) crea materia cerebral. Por otro lado, estos mismos bailarines presentaban un incremento de sus factores de crecimiento neuronal, lo que demuestra que la relación baile/cerebro pasa por la vía hormonal. En resumen, en estos danzarines seniors se podía observar un aumento de volumen en la corteza parahipocámpica (estructura primor- dial en el funcionamiento de la memoria), lo que resultaba en una manera muy concreta de confi rmar lo que ya sabía- mos de los efectos del baile sobre la memoria. Los investiga- dores terminaron concluyendo que un programa de baile, es decir, el aprendizaje constante de nuevos pasos, era mucho más benefi cioso que la simple repetición de movimientos para mejorar el funcionamiento del cerebro. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 20Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 20 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 21 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! El baile como función superior del cerebro ¿Resulta tan sorprendente? Si pensamos en ello, vemos que todo lo que conocemos del mundo ha llegado a nuestro cere- bro por medio de nuestros sentidos: hemos escuchado expli- caciones, observado patrones, hemos percibido diferencias de temperatura o de presión, hemos respirado olores, probado diferentes platos... Y luego —y sólo luego— nuestro cerebro ha puesto en orden todas estas informaciones clasifi cándolas y asociándolas de manera que pudiese aprender estrategias para asegurar nuestra supervivencia y nuestra reproducción. A lo largo de la vida nos llegan informaciones nuevas de esta ma- nera y vamos ajustando la organización de nuestra red neuro- nal para que podamos incorporar los nuevos datos. En nues- tros aprendizajes el cuerpo juega un papel primordial. Es él quien hace frente al mundo exterior, quien lo experimenta, y es de una sensibilidad y una agudeza extraordinaria en el procesamiento de todas estas informaciones. Quizás estéis convencidos, como mucho, de que la inteli- gencia vinculada a nuestro cuerpo sigue siendo irrisoria si la comparamos con aquella que nos suministra la lectura de un libro o al atender a un curso de fi losofía. No es así. En realidad, ninguna lectura ni ninguna lección pueden aprove- charse si no es gracias a un cerebro que haya sido preparado para ello. De esta preparación se encarga el cuerpo gracias a su sistema sensorial y se enriquece a medida que vivimos nuevas experiencias, haciendo a nuestro cerebro cada vez más apto para manejar conceptos complejos e imaginarios. Así que, ¿mens sana in corpore sano? Digamos mejor: ¡mens intelli- gens in corpore movens! Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 21Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 21 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 22 ¡Haz bailar a tu cerebro! El movimiento crea el cerebro Primer asunto que merece nuestra refl exión: sólo los seres vi- vos que se mueven están dotados de un sistema nervioso cen- tral. Si la evolución ha «inventado» el cerebro es, en primer lugar, para gestionar los movimientos del cuerpo y la coordi- nación de los órganos. Hay animales relativamente evolu- cionados como las medusas o el erizo de mar que ni siquiera tienen cerebro, puesto que su supervivencia se puede garanti- zar con una serie de simples refl ejos. Fue, precisamente, al evolucionar hacia un cuerpo complejo cuando se impuso la existencia de un cerebro. Visto así, se entiende que saber uti- lizar mejor nuestro cuerpo permita optimizar el funcionamien- to de nuestro cerebro. Cuando deja de moverse... ¡su cerebro se reabsorbe! Los tunicata ilustran muy bien hasta qué punto el cerebro está al servicio del cuerpo. Esta especie de babosa de mar se pasa la mayor parte de su vida pegada a un soporte fi jo. Sólo durante el primer período de su existencia, cuando se en- cuentra en estado de larva, mantiene un esbozo de sistema nervioso —un notocordio o cuerda dorsal— que le permite desplazarse a la búsqueda de un nicho ideal al cual adherir- se para el resto de su vida. A continuación este notocordio se reabsorbe, pues ya no tiene utilidad. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 22Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 22 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 23 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! En el ser humano, sabemos que el establecimiento del cere- bro se realiza bajo la infl uencia de contracciones musculares espontáneas en el feto. Estos micromovimientos estimulan la implantación de las redes nerviosas que empiezan a activar- se, enviando a su vez estímulos hacia los múscu los, para ir perfeccionando progresivamente el control motor. De entrada es el múscu lo quien gobierna el cerebro Los múscu los, durante su formación in utero, pero también durante la infancia, producen pequeñas contracciones llama- das twitches (espasmos) durante el período de sueño REM, es decir, durante la fase en la que soñamos. Como la fase REM (rapid eye movement) se caracteriza por una parálisis de los múscu los, se creyó durante mucho tiempo que estas microcontracciones no tenían ninguna importancia. Hoy sa- bemos que son cruciales para el buen desarrollo del conjun- to cuerpo/cerebro. Lejos de ser contracciones aleatorias, se producen siguiendo un ritmo coordinado y contribuyen a la formación del sistema nervioso así como a la de los huesos y las articulaciones. Posdata: Hay un sitio en internet (www. twitchsleep.net) donde se pueden ver vídeos de distintas especies de animales haciendo twitches mientras duermen (Blumberg y Dooley, 2017). Las conexiones dentro del cerebro o entre el cerebro y el cuer- po están relacionadas con la actividad de los múscu los que, Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 23Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 23 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 24 ¡Haz bailar a tu cerebro! desde su aparición, empiezan a realizar movimientos sin uti- lidad aparente pero que, en realidad, proporcionan los es- tímulos eléctricos que permiten organizar los sistemas sen- soriomotores cerebrales. Las neuronas, desarrolladas de esta manera, estimulan a su vez los múscu los que las han creado. Este ir y volver de estímulos y respuestas afi anzan los circui- tos que producen los movimientos característicos que se pue- den ver en los fetos y en el recién nacido. El movimiento y el cerebro están tan estrechamente relacionados que hasta se pueden diagnosticar lesiones cerebrales observando simple- mente los movimientos del recién nacido o su postura en re- poso. En los niños que presentan una parálisis cerebral se han podido identifi car de esta manera anomalías posturales, la ausencia absoluta de ciertos movimientos característicos del repertorio de los recién nacidos y la coordinación de movi- mientos insólitos(Ferrari, Prechtl et al., 1997). Tonterías no tan tontas Los niños hacen espontáneamente pequeños movimientos sin objetivo aparente a los que llamamos fi dgets (ajetreos o zarandeos). Los ingleses dicen a menudo a sus hijos: «Stop fi dgeting!», para lo que en español diríamos: «¡estate quieto!». Esta actividad que parece ser absolutamente inútil ha sido el objeto de un estudio muy serio. Un equipo de investigado- res fi lmó con regularidad a un grupo de 130 niños hasta su segundo año de vida con la intención de analizar todos los fi dgets que producían. Observaron que 67 de los 70 niños que tenían movimientos fi dgety o de ajetreo normales (es decir, el 96%) presentaban un desarrollo neurológico igualmente Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 24Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 24 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 25 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! normal. En cambio, la total ausencia de fi dgets o su carácter «anormal» se correlacionaba con anomalías neurológicas (pa- rálisis cerebral, trastornos del desarrollo, signos neurológicos menores). La especifi cidad y la sensibilidad de este método de observación de los fi dgets resultó ser mejor que los diagnós- ticos por ecografía cerebral (Prechtl, Einspieler et al., 1997). El desarrollo de nuestro cerebro depende, por lo tanto, de nu- merosas experimentaciones que los niños llevan a cabo de la manera más natural si se les deja libres para moverse como quieran: lo prueban todo, se lo llevan todo a la boca, todo lo to- can... ¡Todas sus tonterías aparentes no son más que inteligen- cia en potencia! Son comportamientos que les permiten incor- porar a su cerebro las características del mundo para orientarse, nutrirse, calentarse, protegerse y, más tarde, para reproducirse mejor. Por suerte no hay fecha límite para este proceso, y aun- que nos encontramos menos abocados a metérnoslo todo en la boca a los 25 años, seguimos integrando nuevas experien- cias que renuevan nuestras redes cerebrales a lo largo de toda nuestra vida... A condición de que sigamos experimentando físicamente nuestro entorno. Ahora bien, ¿los efectos del movimiento en el cerebro se limitan a la construcción de los circuitos que se encargan de la motricidad? Esta cuestión está en el epicentro de un área de investigación que llamamos embodiement (in-corporación o encarnación) y que intenta comprender cómo las partes del cuerpo de fuera del cerebro contribuyen a los procesos cog- nitivos y a las emociones. Históricamente hablando, se em- pezó a refl exionar sobre el funcionamiento de los efectos del Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 25Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 25 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 26 ¡Haz bailar a tu cerebro! movimiento sobre el cerebro cuando nos dimos cuenta de que el ejercicio físico era un antidepresivo «natural». Como en esa época (los años setenta) se acababan de descubrir las endor- fi nas y su efecto euforizante, fue fácil demostrar que, efecti- vamente, el ejercicio libera muchas endorfi nas. Entonces se encontró una explicación bien simple: el ejercicio se encarga de la liberación de endorfi nas, que tienen un efecto eufori- zante y, por lo tanto, antidepresivo. Salvo que las endorfi nas no nos proporcionaban la explicación concreta de este estado de mayor bienestar dado que estos neurotransmisores tam- bién se incrementan en el caso de dolor (para que sea sopor- table)... El hecho es que el descubrimiento de este efecto an- tidepresivo abrió el camino a numerosas investigaciones que profundizaban sobre los otros efectos del ejercicio físico. La noción de ejercicio se entendió durante mucho tiempo, también por parte de los investigadores, como una actividad intensa que conllevaba un consumo importante de energía y cuya efi ciencia se medía cuantitativamente (frecuencia car- díaca o volumen respiratorio), contabilizándose el esfuerzo en calorías quemadas. Vamos a ver que el interés de la activi- dad física para el cerebro no tiene sentido únicamente por los atracones de endorfi nas que nos procura o por la mejor oxi- genación que conlleva... ¡la verdad es que mover el cuerpo también nos vuelve más inteligentes! El cerebelo o cómo el movimiento crea la inteligencia Sabemos desde hace mucho tiempo que el cerebelo juega un papel esencial en la coordinación de movimientos. Sin duda Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 26Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 26 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 27 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! alguna, juzgamos a priori como menos «noble» y menos dig- no de nuestro interés al cerebelo, que se ocupa de los mo- vimientos, porque estamos obnubilados por el poderío de la corteza cerebral humana, reina del pensamiento. Pero en realidad la expansión del cerebelo humano en comparación con la de los demás primates ejercicio fsu existencia superv el cuerpo nos hace tambi/ofrece o por la mejor oxigenacifue fel ejercicio fsu existencia superves todavía más importante que la de la corteza cerebral. El número de células que con- tiene —¡69.000 millones!— supera de lejos la cantidad que encontramos en el resto del cerebro y, a fortiori, solamente en la corteza —16.000 millones— (Lent, Azevedo et al., 2002). En pocas palabras, se trata de un órgano un poco misterioso con funciones aún inexploradas, pero no por mucho tiempo... Antes de adentrarnos en la exploración del papel del cere- belo en la inteligencia, volvamos a su función bien conocida en la programación de los movimientos. Todos los que algu- na vez han aprendido a conducir se acuerdan de la primera vez que tomaron el volante entre sus manos: pánico total por controlarlo todo al mismo tiempo. ¿Cómo girar el volante cam- biando de marcha + siguiendo la carretera + sin perder de vis- ta a los peatones? Nos pitan por todos lados porque es im- posible que avancemos tan rápido como los conductores con experiencia. Y sin embargo, en el plazo de unos pocos meses, todos esos gestos necesarios para llevar tranquilamente el co- che de un punto A a otro punto B se vuelven automáticos (en realidad ni siquiera pensamos en nuestra ruta, si la hacemos con regularidad). Lo mismo sucede cuando nos familiariza- mos con un deporte o un instrumento de música: pasamos por ese estadio de gestos muy conscientes y luego, progresi- vamente, se produce una automatización de la coordinación Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 27Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 27 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 28 ¡Haz bailar a tu cerebro! y obtenemos el resultado que buscábamos (un buen saque en el tenis, un sonido harmonioso al violín). Desde hace mucho tiempo sabemos que esta automatización es el resultado de la fabricación de nuevos circuitos en el cerebelo en colaboración con otras partes de nuestro cerebro... se producen nuevas neu- ronas que asocian, por ejemplo, el gesto de girar el volante con echar una mirada hacia el retrovisor, para que se hagan simultáneamente y de manera sistemática sin requerir un con- trol voluntario independiente. En resumen, después de unas pocas semanas de entrenamiento y, precisamente, gracias al cerebelo, podemos conducir, hacer cantar a nuestro instru- mento o llevar a cabo el saque ganador de un partido de te- nis, ¡sin siquiera pensarlo! La intersección cuerpo/pensamiento Como el cerebelo es el encargado de llevar a cabo los movi- mientos precisos, focalizados y coordinados, no resulta muy extraño que en el caso de que haya un tumor o una lesión en esta parte del cerebro, encontremos parálisis de algu- nos miembros o problemas de equilibrio y de coordinación. Pero, en cambio, los médicos se quedaron perplejos cuando se dieron cuenta de que ciertas lesiones en esta misma re- gión no ocasionaban problemas «motores» de este tipo, sino patologíasde orden cognitivo o emocional. Este trastorno se bautizó como «síndrome afectivo y cognitivo cerebeloso» (Stoodley, MacMore et al., 2016). ¿Cómo explicarse que una pequeñísima lesión en el seno del cerebelo conlleve, por ejemplo, una depresión incapacitante o la incapacidad de ra- zonar cuando se charla con alguien? Respaldados por estas Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 28Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 28 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 29 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! observaciones, se empezó a considerar que debía otorgárse- le un papel más importante al cerebelo: encrucijada entre el movimiento y los procesos cognitivos y emocionales, ésta se- ría la estructura anatómica que nos permite comprender cómo se vinculan los movimientos del cuerpo con el pensamiento. La existencia del síndrome afectivo y cognitivo del cerebelo, también llamado síndrome de Schmahmann, ha levantado muchísimos interrogantes. No nos esperábamos —ingenuos de nosotros— que las carencias en nuestros sistemas cogniti- vos y emocionales provinieran de anomalías dentro de nuestro querido y viejo cerebelo, simple programador de movimien- tos situado allí, abajo del todo del cerebro. Ya desde hacía tiempo, por lo tanto, insistía Jeremy Schmahmann (quien bautizó con su nombre al síndrome) sobre el hecho de que la existencia misma de este síndrome implicaba que teníamos que modifi car nuestra concepción del funcionamiento del ce- rebro humano. En 1996 este investigador avanzaba ya argu- mentos lógicos y anatómicos que permitían afi rmar que la coordinación del movimiento y la del pensamiento estaban relacionadas la una con la otra, puesto que la gestión del pen- samiento conceptual descansaba sobre los mismos mecanis- mos que la gestión del movimiento (Schmahmann, 1996). A juzgar por su estructura misma, parecería que el cerebelo pone en contacto distintas zonas del cerebro dedicadas a las funciones asociativas y paralímbicas (es decir, cognitivas y emo- cionales), del mismo modo que lo hace para los sistemas sen- soriomotores. Dicho de otra manera, automatizamos el ma- nejo de un concepto de la misma manera que automatizamos Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 29Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 29 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 30 ¡Haz bailar a tu cerebro! el manejo de una pelota de tenis. Todas estas reglas y estas hipótesis, dice Jeremy, son verifi cables a través de técnicas de neuroimagen funcional: los escépticos sólo tienen que valer- se de sus propios ojos... Además, si nos fi jamos bien, pode- mos ver, específi camente, cómo la parte ventral del núcleo serrado del cerebelo envía señales hacia las regiones frontal y parietal de la corteza cerebral que se ocupan de la memoria de trabajo y de las funciones ejecutivas como la planifi cación y el aprendizaje de normas. El pensamiento virtual anclado en lo concreto Detengámonos un instante a meditar sobre las implicacio- nes de este descubrimiento en nuestras vidas de cada día. Sin recurrir a los aparatos de imagen funcional, podemos tomar nuestras experiencias personales como testimonio de este pro- ceso. Mucho antes de haber aprendido a conducir hemos te- nido que aprender las tablas de multiplicar y nuestro alfa- beto. Han formado el zócalo para la integración de todos los conceptos que aprenderemos con posterioridad gracias a la lectura o al manejo de los números... desde las historias del gato con botas y el número de bombones que hay sobre la mesa, hasta la reestructuración del orden natural de los seres vivos por Darwin y el cálculo de integrales. Personalmente, me acuerdo muy bien del aprendizaje la- borioso de las cifras y las letras. Hoy por hoy la programación ya está hecha y cuando oigo «nueve por cuatro» no puedo evitar pensar «cuarenta y cinco»: ¡es automático! De la mis- ma manera que cuando veo los titulares de la prensa tengo una comprensión inmediata de aquello de lo que tratan, has- Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 30Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 30 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 31 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! ta este punto tengo automatizada la interpretación de las pa- labras y de las frases a través de los programas que tengo ins- talados en mi cerebro. Sin embargo, al principio, es evidente que tuve que asociar las letras a los sonidos para construir pa- labras y las palabras a los objetos reales o virtuales. También tuve que «construir» la idea de masas y de volúmenes asocian- do las cifras a dimensiones físicas. En resumen, todo lo yo que sé ha entrado en primer lugar a mi cerebro a través de mis sentidos, que ha asociado estas sensaciones a valores concep- tuales. Y este gran trabajo que nos ha otorgado a todos la po- sibilidad de pensar de manera abstracta, pues bien, ¡es obra del cerebelo! Hay muchos artículos especializados (Ito, 1993; Schmah- mann, 1996; Ito, 2008) que exploran la manera en la que esta programación mental se lleva a cabo gracias a la integración de propiedades del mundo físico en nuestro cerebro median- te el tacto, la mirada, el oído, el gusto y el olfato. La manipu- lación conceptual (en matemáticas, fi losofía, en ciencia, his- toria, literatura...) se vuelve automática de la misma manera que lo hace el manejo de un monopatín o el saque de nuestra famosa pelota de tenis, gracias a la programación del cerebe- lo (Vandervert, 2017). Las repercusiones de tener una capaci- dad como ésta son enormes: aparte de que pone patas arriba nuestra manera de comprender el cerebro, ha conllevado apli- caciones prácticas notables, particularmente dentro del mun- do de la educación y en el campo de la salud, y ha permitido que disciplinas que exigen movimientos tan complejos como el baile levanten el vuelo considerablemente. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 31Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 31 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 32 ¡Haz bailar a tu cerebro! El ábaco: ¿juguete indispensable para las futuras medallas Fields? Los alumnos asiáticos que emigran hacia otros países suelen llamar la atención por sus proezas matemáticas. Los investi- gadores consideran que el ábaco, herramienta todavía en uso en los países asiáticos para aprender a contar primero y lue- go a hacer cálculos, les proporciona una clara ventaja. El he- cho de ver y percibir físicamente las unidades de cálculo, a la vez que refl exionan mientras las manipulan (para sumar, res- tar, etc.) ancla las operaciones abstractas a las sensaciones fí- sicas almacenadas en el cerebro, haciendo así más fácil el uso de conceptos matemáticos más elaborados. Y al contrario, al estudiar las repercusiones de una lesión en la corteza pre- motora y parietal sobre las estrategias de cálculo mental, los investigadores han demostrado que éstas se hallaban altera- das si se perdía el «ábaco mental» (Tanaka, Seki et al., 2012). Actividad de mi cerebro con mis acciones físicas Si la contribución física del cuerpo es necesaria para que el cerebro lleve a cabo la integración de nuevos conceptos abs- tractos, se deduce fácilmente que debemos revisar a toda ve- locidad nuestra manera de educar. Algunos pioneros en este campo han empezado a experimentar con los efectos de la ac- tividad física en el aprendizaje escolar, sugiriendo a los alum- nos que reproduzcan el movimiento de las moléculas químicas o de los planetas para poder visualizar así mejor sus interac- Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 32Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 32 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 33 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! ciones. Los niños tienen tantas ganas de correr que, a la que se les ofrece la posibilidad de moverse, los resultados sobre su rendimiento «académico» siempre son positivos (Donnelly yLambourne, 2011; Chaddock-Heyman, Hillman et al., 2014). En aquellos pequeñines que todavía no han empeza- do a aprender a leer, a escribir o a contar, se ha podido de- mostrar igualmente los efectos benefi ciosos del movimiento sobre la gestión de sí mismos —sobre el dominio de las emo- ciones, para focalizar la atención, etc.—, lo que corrobora las relaciones establecidas por los investigadores entre el cerebe- lo y las partes de nuestro cerebro que controlan esas funcio- nes (Robinson, Palmer et al., 2016). De hecho, el cerebelo parece comportarse como un direc- tor de orquesta encargado de conectar, gracias a la simple ar- quitectura celular de su estructura, las sensaciones físicas a las emociones y a los procesos cognitivos. En el del ser humano, en comparación con los demás primates, existe una región llamada «vermis» cuya fracción ventral muestra un aumento considerable de tamaño y número de células. Y hoy en día sabemos que todas estas células permiten conectar la planifi - cación motriz con los procesos cognitivos y afectivos, de ma- nera que los impulsos sensoriales crean señales en bucle, de ida y vuelta, entre el cerebelo y el sistema límbico, el sistema motor y la corteza cerebral (Schmachmann, 1996). En pocas palabras, aunque se haya utilizado desde siem- pre para automatizar los movimientos complejos, también en otras especies animales, desde hace muy poco tiempo el cere- belo se ha situado en el centro de todo tipo de investigaciones que aspiran a diferenciar las capacidades del cerebro humano: la fabricación de herramientas muy sofi sticadas, el lenguaje, la planifi cación de los acontecimientos. Sabiendo que en los se- Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 33Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 33 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 34 ¡Haz bailar a tu cerebro! res humanos estos movimientos complejos se ponen auto- máticamente en relación con las redes cognitivo-afectivas, se entiende mucho mejor que su aprendizaje renovado se pue- da considerar como el medio seleccionado para desarrollar las actividades de nuestro cerebro en general. Quod erat demons- trandum. El baile es indudablemente mucho más efi caz que cualquier actividad física repetitiva para quien quiera recupe- rar o proteger sus funciones cognitivas, por ejemplo, a medi- da que envejece (Marini, Monaci et al., 2015) Dicho de otro modo, ¡si permanecemos inmóviles, ahoga- mos nuestro potencial cerebral! Nuestra lengua se ofrece con gusto a revelar las relaciones entre los procesos mentales y los movimientos físicos. Expresiones como «avanzar paso a paso», «andar en círculos», «moverse para conseguir algo», «cambiar de ritmo», «salirse por peteneras», «andar pisando huevos» o «eso no es como un paseo por el parque» (aunque ésta última expresión sea de origen inglés, es cierto) señalan con preci- sión las analogías entre el pensamiento o la inspiración inte- lectual con la actividad física. Los físicos y el baile De entre todas las disciplinas científi cas, la física parece apo- yarse más que ninguna otra en el baile para desentrañar los problemas conceptuales según un procedimiento al que ya aludió el mismo Einstein: «Las palabras o el lenguaje escri- to o hablado no parecen tener ningún papel en mis meca- nismos de pensamiento. Las entidades psíquicas que sirven de elementos del pensamiento son, en mi caso, de tipo vi- Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 34Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 34 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 35 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! sual y a veces muscular. Luego debo buscar laboriosamente las palabras convencionales y otros signos, en una segunda fase...» (Hadamard, 1959: 75). Todavía hoy, algunos físicos recurren al ejemplo de bailarines para exponer procesos físi- cos como la superconductividad (vean el vídeo en https:// www.youtube.com/watch?v=O6sukIs0ozk) o el concepto de tiempo en Lorenzi, Vilma Capocchiani, Michelini, Rossi, Stefanel, 2011). Hay otro elemento que acerca el dominio de la coordina- ción física con el entendimiento de un concepto intelectual: el placer. Y así es, ya se trate de la correcta ejecución de una coreografía de zumba o de la comprensión de una regla tri- gonométrica, experimentamos el mismo arrebato de satis- facción cuando «lo hemos conseguido». Las investigaciones del futuro lograrán elucidar si las relaciones entre el cerebe- lo y el sistema límbico pueden explicar por qué las personas inteligentes siempre intentan comprender las cosas. En cual- quier caso, el placer de haber comprendido que como una es- pecie de adicción nos da el gusto por la difi cultad quizás sea una de nuestras grandes virtudes como seres humanos. Si esto es realmente así, entonces, qué duda cabe: pongámonos en movimiento para poder aprovechar al máximo nuestro cere- bro buscando cada vez una mayor complejidad de movimien- tos y aumentar así nuestro dominio sobre todas las regiones de nuestro propio cuerpo. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 35Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 35 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 36 ¡Haz bailar a tu cerebro! Un baile para la creatividad: el pasodoble La creatividad aparece cuando provocamos que se entrecru- cen redes cerebrales que habitualmente no se invocan juntas o cuando forzamos el ascenso de pensamientos inconscien- tes al nivel de la consciencia, de manera inesperada. Pode- mos provocar parecidas «rupturas» del pensamiento a través de mecanismos físicos, puesto que el cerebelo pone directa- mente en relación nuestras infl uencias sensorio-motrices con el entramado cognitivo y emocional. Escoger bien las pos- turas y los movimientos que haremos es muy importante, ya que cuanto más nos alejemos de nuestras posiciones y ges- tos habituales, más provocaremos nuevos entrecruzamientos de infl uencias. A continuación, os propongo aprender algunas de las fi - guras del pasodoble para estimular un despertar emocional efi caz. Para empezar, poneros en posición casi militar, con la espalda bien recta y los ojos hacia abajo, como si mirarais el suelo a cinco metros delante vuestro, entrando ligeramen- te el mentón. Debéis tensionar las manos, con los dedos extendidos y pegados, y el pulgar a un ángulo de 90º con respecto a la pal- ma de la mano. Manteniendo esta posición con las manos, formad un arco con cada brazo, los codos para atrás y las manos al nivel de las caderas, y echad los brazos y los hom- bros para atrás mientras abombáis el torso y las caderas ha- cia delante dibujando un arco también (y sin olvidaros de mantener los ojos bajos todo este tiempo). Empezando por el pie derecho, haced pasos de marcha sobre el sitio, apoyando fi rmemente sobre el suelo en los tiem- Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 36Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 36 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 37 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! pos 1-8 y acentuando sobre el 1. Siempre caminando en mar- cha sobre el mismo sitio, llevaros hacia atrás los arcos que formáis con los brazos mientras proyectáis el pecho hacia delante, luego volvéis a empezar en los 8 tiempos siguientes. Después de hacer algunas prácticas, intentad levantar los ta- lones progresivamente en los tiempos 1-8. ¡Acordaos del porte de los toreros que da origen y fue la inspiración para este baile! Debéis practicar estos pasos de marcha varias de- cenas de veces para que empiece la programación en el cere- belo de todos los detalles de estilo y posición. En la siguien- te etapa, cuando la postura os parezca menos extraña, podéis intentar hacer chassés:1 empezad dando un paso al lado con el pie derecho en el tiempo 1, llevad el pie izquierdo con el derecho en el 2, dad otro paso al lado con el pie derecho en 3 y volved a perseguirlo con el pie izquierdo en 4. Acontinua- ción, haced pasos de marcha sobre el mismo sitio durante 4 tiempos: derecha, izquierda, derecha, izquierda, luego dad un paso sobre el mismo sitio con el pie derecho en el 5, des- plazad el pie izquierdo hacia la izquierda en el 6, volved a llevar el pie izquierdo al lado del derecho en el 7 y volved a dar un paso a la izquierda con el pie izquierdo en 8. Lue- go debéis hacer cuatro pasos de marcha utilizando el primer tiempo para llevar el pie derecho junto al izquierdo. Cuando logréis dominar los chassés, podéis hacer variacio- nes con desplazamientos laterales en zigzag que añaden twists o giros de cadera: un paso al lado con el pie derecho en el tiempo 1, cruzáis por detrás del pie derecho con el pie iz- quierdo a la vez que giráis la cadera hacia la izquierda sobre el 2, el pie derecho al lado en el 3, cruzáis con el pie izquier- 1. Un chassé, literalmente «caza», es un paso de baile en el que una pierna persigue el desplazamiento de la otra [N. de la T.]. Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 37Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 37 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 38 ¡Haz bailar a tu cerebro! do por delante del pie derecho en el tiempo 4 a la vez que gi- ráis la cadera hacia la derecha; el pie derecho al lado en el 5, cruzáis con el pie izquierdo por detrás del derecho en 6, el pie derecho al lado en el 7, volvéis a juntar el pie izquierdo con el derecho en el 8. Dais cuatro pasos de marcha y luego, para el zigzag de regreso, dais el primer paso sobre el mis- mo sitio con el pie derecho en el tiempo 1, ponéis el pie iz- quierdo a un lado sobre el 2, cruzáis con el pie derecho por detrás del izquierdo en 3, dais un paso al lado con el pie iz- quierdo en el 4, cruzáis con el pie derecho por delante del izquierdo en 5, un paso al lado con el pie izquierdo en el 6, cruzáis con el pie derecho por detrás del izquierdo en 7 y vol- véis a dar un paso al lado con el pie izquierdo en el 8. Dais cuatro pasos de marcha en el sitio y aprovecháis el primer paso para acercar el pie derecho al izquierdo. Para verlo en vídeo: https://youtu.be/7kBoQdBtPh4 La posición de los pies en el zigzag Tiempo 1 un paso al lado con el pie derecho Tiempo 3 y desplazáis el pie derecho al lado Tiempo 4 cruzáis el pie izquierdo por delante del derecho Tiempo 2 cruzáis el pie izquierdo por detrás del derecho Tiempo 5 y volvéis a desplazar el pie derecho al lado Tiempo 6 cruzáis el pie izquierdo por detrás del derecho Tiempo 7 desplazáis el pie derecho al lado Tiempo 8 volvéis a juntar el pie izquierdo con el derecho Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 38Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 38 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 39 ¡Bailar le sienta bien al cerebro! Tiempo 1 dais un paso de marcha sobre el sitio con el pie derecho Tiempo 2 ponéis el pie izquierdo al lado con un paso de marcha Tiempo 3 cruzáis el pie derecho por detrás del izquierdo Tiempo 4 ponéis el pie izquierdo al lado Tiempo 5 cruzáis el pie derecho por delante del izquierdo Tiempo 6 ponéis el pie izquierdo al lado con un paso de marcha Tiempo 7 cruzáis el pie derecho por detrás del izquierdo Tiempo 8 ponéis el pie izquierdo al lado del derecho con un paso de marcha Las palabras del profesor «No se puede ir en bicicleta antes de haber aprendido a pe- dalear, pero muchas personas quieren saber bailar antes de empezar a hacer prácticas: quieren aprender observando, sin ensayar. Como profesores, sabemos que cuando intenten ha- cerlo por primera vez no van a conseguirlo, puesto que se necesitan muchos intentos para empezar a mejorar; los mo- vimientos bien hechos se logran después de unas cuantas horas, algunos meses o algunos años... No se puede pre- tender saber bailar antes de bailar, sólo podemos practicar tanto como sea posible, incluso al principio, cuando no se sabe muy bien lo que estamos haciendo. Cuando ya nos hemos lanzado a ello tenemos una base, un punto de par- tida, y entonces vemos cómo podemos adelantarnos a los Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 39Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 39 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa 40 ¡Haz bailar a tu cerebro! acontecimientos para evolucionar y progresar adecuadamen- te. En resumen, uno tiene que empezar por algún lado y nunca conseguiremos aprender a bailar con la mera obser- vación». Adrien Caby. Los pensamientos del cuerpo Si es cierto que el movimiento produce modifi caciones en nuestro cerebelo y en nuestra manera de pensar, lo contra- rio también es cierto: nuestros pensamientos se manifi estan en nuestro cuerpo. Con razón se percibe el lenguaje corporal como una especie de indicador involuntario de nuestros pen- samientos (secretos). Vemos en él un recurso para conocer lo que piensa alguien realmente. En las reuniones de las cum- bres mundiales son escrutados hasta los gestos más impercep- tibles de nuestros líderes políticos. La fi rmeza de un apretón de manos, un golpecito en la espalda, un cruzar de piernas, todo se inspecciona. Aunque las interacciones pensamiento- movimiento todavía van mucho más lejos de lo que creemos generalmente. Ya lo hemos visto, el cuerpo y el cerebro forman un con- junto, funcionan como una sola pieza, con idas y venidas de información incesantes, con lo que son, en consecuencia, in- disociables. Parece lógico, por lo tanto, que las actitudes fí- sicas estén directamente vinculadas a las redes cognitivas y emocionales. No sólo podemos leer los pensamientos de al- guien si observamos su cuerpo, sino que ¡podemos modifi car nuestros procesos cerebrales si entrenamos nuestro cuerpo! Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 40Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 40 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 189Haz_bailar_a_tu_cerebro.indd 189 3/9/20 20:023/9/20 20:02 E d ició n n o ve n a l. © E d ito ria l G e d isa << /ASCII85EncodePages false /AllowTransparency false /AutoPositionEPSFiles true /AutoRotatePages /None /Binding /Left /CalGrayProfile (Dot Gain 20%) /CalRGBProfile (sRGB IEC61966-2.1) /CalCMYKProfile (U.S. Web Coated \050SWOP\051 v2) /sRGBProfile (sRGB IEC61966-2.1) /CannotEmbedFontPolicy /Warning /CompatibilityLevel 1.4 /CompressObjects /Tags /CompressPages true /ConvertImagesToIndexed true /PassThroughJPEGImages true /CreateJobTicket false /DefaultRenderingIntent /Default /DetectBlends true /DetectCurves 0.0000 /ColorConversionStrategy /LeaveColorUnchanged /DoThumbnails false /EmbedAllFonts true /EmbedOpenType false /ParseICCProfilesInComments true /EmbedJobOptions true /DSCReportingLevel 0 /EmitDSCWarnings 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